La rebelión de los habitantes de gran parte de la región andina, producida en 1781, tuvo sus comienzos en la Villa del Socorro, ciudad perteneciente al Reino de la Nueva Granada. Los factores detonantes de este movimiento fueron el aumento de los impuestos al tabaco y al aguardiente, y las nuevas restricciones al comercio –con la puesta en práctica de la alcabala y el estanco*– que la Corona española decidió aplicar a todos los productores andinos, sin hacer distinción entre terratenientes, pequeños propietarios o campesinos. Naturalmente, los pobladores de Los Andes venezolanos, y principalmente los productores pobres de la región, se vieron severamente perjudicados por estas medidas que no buscaban más que intensificar su explotación económica.