TEJIENDO HILOS DE OROS:DE LA JOYERIA MOMPOSINA Y LOS PESCADOS DE AURELIANO BUENDÍA

Tejiendo Hilos de Oro: de la Joyería Momposina y LOS PescadoS de Aureliano BUENDÍA Kellys Johanna Davila

En el curso imperturbable del tiempo, la historia de Mompox se entreteje con hilos de oro y eslabones de tradición, y en este tapiz relucen las vivencias de Flor María Trespalacios Peña, digna heredera de una estirpe de orfebres cuyo arte ha dejado una impronta indeleble en la joyería Momposina.

Esta narrativa se inicia con Luis Guillermo Trespalacios, un maestro joyero cuyo periplo en el mundo de la orfebrería se extiende por casi siete décadas. Desde la tierna edad de catorce años, se ve compelido a forjar su destino en el crisol del trabajo, asumiendo la responsabilidad de sostener a sus hermanos ante la adversidad económica de su familia. Su destreza se fragua desde las técnicas más primigenias hasta alcanzar la maestría en la filigrana, uno de los modelos preeminentes de la joyería Momposina.

Tejiendo Hilos de Oro: de la Joyería Momposina y LOS PescadoS de Aureliano BUENDÍA Kellys Johanna Dávila

Con tesón y destreza, Luis Guillermo Trespalacios elabora sus propias herramientas, labrando no solo piezas de valor, sino también un legado familiar impregnado de esfuerzo y superación. En la amalgama de su vida se entrelazan las intricadas formas de la filigrana, como el hilo conductor que teje los acontecimientos de Mompox.

En cada rincón de la apacible Mompox, los talleres de joyería eran un crisol de creatividad donde los pescados del río encontraban su expresión en formas relucientes. Las manos expertas de Luis Guillermo Trespalacios plasmaban en oro los peces típicos de la región, convirtiéndolos en símbolos arraigados en la identidad del lugar.

En la década del cuarenta, la historia de la joyería Momposina toma un giro inesperado al entrelazarse con dos europeos que, como mercaderes de oro, visitan la región. Luis Guillermo, siempre avizorando nuevas posibilidades, negocia con ellos para importar un laminador que permitiría dar vida a las escamas de los peces de manera más precisa. Así, los pescados articulados, con ojos resplandecientes de esmeralda, se erigen como joyas únicas y distintivas.

El apogeo de esta tradición llega en la década de los setenta, coincidiendo con la publicación de "Cien Años de Soledad" de Gabriel García Márquez. La historia de Aureliano Buendía, que se refugia en la creación de pescaditos de oro tras su separación, propaga la fama de la joyería Momposina a través de la pluma del Nobel colombiano.

Tejiendo Hilos de Oro: de la Joyería Momposina y LOS PescadoS de Aureliano BUENDÍA Kellys Johanna Dávila

En los hogares momposinos, el pescado de oro se convierte en un emblema de prosperidad y abundancia. La simbología arraigada en antiguas tradiciones indígenas, donde los pescados del río eran regalos auspiciosos para las bodas, se fusiona con la maestría artesanal de la joyería Momposina.

Flor María Trespalacios, con la vocación de una académica, emprende la tarea de preservar estas narrativas y darles voz en una academia dedicada a las historias representativas de Mompox. Su investigación se torna en un compendio, un libro que relata las hazañas de su padre, las intrincadas conexiones de la joyería Momposina y la travesía del pescadito de oro desde sus raíces orientales hasta la actualidad.

Así, en el aniversario de un año desde el nacimiento de esta crónica, se erige un monumento a la memoria de Luis Guillermo Trespalacios y su legado, en el cual cada pescado de oro es un eslabón que conecta las páginas del pasado con las aspiraciones del futuro en Mompox.