Sofi

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Nunca creí que terminase gustándome la narración hay un gran cambio que yo no entendía; al leer algunas de tus novelas he entendido que siempre llevan un mensaje oculto y algo que enseñar o divulgar. En este caso no lo encontraba solo puedo decirte que no eres un gran escritor pero algo gusta y no se que es. Por favor estoy harta de sexo y violencia. “sigue escribiendo” M. Dolores.


SOFÍ

Como todos los lunes el despertador conectó con la emisora de radio seleccionada. La suave voz de la locutora daba los buenos días anunciando el comienzo de un nueva jornada. Sofí buscó con su mano sobre la cama sin abrir los ojos, la cama estaba vacía nadie la ocupaba. Abrió los ojos y miró detenidamente por la habitación, la ropa de su amado no estaba. Gerard debería estar en la cocina; se levantó lentamente con un bostezo y se dirigió al aseo. Unos quince minutos mas tarde bajaba las escaleras de la planta superior para dirigirse a la cocina completamente dispuesta para enfrentarse a un nuevo día de trabajo. Pero ese día Gerard no estaba en la cocina; como era costumbre en el siempre que necesitaba ausentarse, dejó una nota debajo del frutero que había sobre la mesa de la cocina (era su medio de comunicación) Sofí siempre la encontraría cuando se sentase a desayunar o comer. La jarra de la leche todavía estaba caliente y


mientras la tomaba con café leyó la nota sujeta por el fondo del frutero, en ella le decía: Querida Sofí he salido de viaje y en este caso no puedes acompañarme debo realizar el viaje solo, recuerda que te amo con todo mi corazón y espero que recuerdes siempre los días felices. ¡ Ah! Me llevo el coche. Era la típica forma de expresarse de Gerard “siempre bromista”. Sofí miró su reloj no disponía de mucho tiempo para coger el autobús que le llevaría a “ La defensa”

(barriada

apartada

desatascar la capital), en ella

de

París

para

trabajaba desde

hacía cinco años ( aunque solo llevaba algo mas de dos conviviendo con Gerard) y donde pensaba encontrar nuevamente a Gerard en su despacho si todavía no había salido de viaje. Gerard había fundado la empresa “Idéntiti” dedicada a la publicidad, de la cual era el director y propietario. En la

misma trabajaban unas veinte

personas, pero eran solo seis las que la dirigían, se ocupaban de atender a los clientes y proponerles las campañas publicitarias, estas seis personas


ocupaban despachos individuales y entre ellas se encontraba Sofí que ocupaba el despacho contiguo a la izquierda del de Gerard. Sofí se apresuró y subió al autobús como había echo en otras muchas ocasiones, durante el trayecto solo pensaba en la nueva semana que empezaba. Sus pensamientos la llevaron a la nueva campaña de publicidad dirigida a

una

cadena de hoteles, que regularmente contrataba con ellos y que debía que tener terminada en pocos días. Llegó a su parada y bajó del autobús miró el conocido arco de cristal alineado con el resto de los Arcos de triunfo de Paris. El sol brillaba y le daba un aspecto impresionante; se dirigió a un edificio vecino donde se encontraban las oficinas y pasó junto a la escultura diseñada por Joan Miró; la cual no entendía y creía que era simplemente una piedra pintada sobre otra mas grande. Cerca de la puerta de acceso a las oficinas había un tumulto de personas, los gendarmes intentaban disolver

la concentración, mientras


llegaba una ambulancia con las sirenas sonando. Sofí no hizo mucho caso, seguramente sería un accidente o algún desmayo, ella tenía trabajo que atender. Entró en el edificio y subió en el ascensor que le llevaría directamente a su despacho. Salió del ascensor y cruzó el pasillo saludando a los compañeros. El despacho de enfrente era el de Gerard; todos tenían cristaleras al interior, Gerard no estaba. Desde su gran ventana se veía completamente el arco de cristal. Sofí torció a la derecha y a los pocos pasos abrió la puerta de su despacho, a la izquierda del de Gerard. Aún no había colgado su chaqueta en la percha cuando escuchó una voz familiar. - Buenos días Sofí – Era Anic su amiga y antigua compañera de piso con quien vivía antes de conocer a Gerard e irse a vivir con el. - Buenos días Anic ¿ ya te ha echo alguna propuesta Romeo? - ¡Que mas quisiera yo! Hasta las palabras me cuesta sacarle de la boca; te aseguro que de Romeo solo tiene el nombre, no se a quien se le


ocurriría ponérselo. - ¿No te satisface?

¿te demuestra su

cariño? - ¿No se? en ocasiones creo que solo me quiere por el sexo. Debo reconocer que en esa faceta es muy bueno – dijo picaronamente con una sonrisa. - Al menos

tenéis algo en común –

contestó Sofí sonriendo. -Sofí no se que hacer con el, en realidad no se si lo quiero lo suficiente y creo que a el le ocurre lo mismo. - Tal vez si os tomarais un tiempo los dos ordenaríais vuestras ideas; reconozco que es difícil vivir con alguien que no habla “pero si es buen amante”- las dos rieron. - Bueno Sofí, dejemos a mi Romeo y cuéntame tus cosas con el jefe. - Anic sabes que no tengo queja, aunque lo tenga que soportar todo el día cerca. Cuando verdaderamente nos encontramos agusto es al


llegar a casa. Allí se olvida el trabajo y somos una pareja muy feliz. Al menos yo lo soy, creo que he encontrado al hombre de mi vida. - ¿Te ha pedido matrimonio o desea tener hijos? - No, de momento solo pienso que soy feliz y no pienso en nada mas, el futuro vendrá solo, no hay que precipitar las cosas. - Si puede que tengas razón y cambiando de conversación; el viernes tenemos la reunión con la cadena hotelera, el miércoles los de la sopa y el jueves… ¿que había para el Jueves? ¡oh! Dios mio me estoy haciendo vieja debe ser el alzheimer. - No Anic, el jueves debemos recoger las filmaciones para la televisión . No lo tenías en tu ordenador, por que lo mandé el viernes y hoy no has abierto mi correo. - Tienes razón, por eso eres mi mejor amiga. Anic salió del despacho de Sofí

con la

sonrisa en la cara. Realmente eran las mejores


amigas. Sofí se había apoyado en Anic para acceder al trabajo y vivió en su apartamento los primeros tres años. Mas tarde Gerard y ella empezaron a salir

hasta que Gerard vendió su

apartamento y compró una casa para vivir juntos. Sofí

encendió el ordenador y aunque tenia

preparados todos los documentos y solo le faltaba la prueba de filmación, le gustaba tenerlo todo controlado y repasado, como era costumbre primero abrió el correo y se disponía a leerlo cuando llegaron dos gendarmes preguntando. Sofí los

vio llegar a través de los cristales, vio como

paraban en la primera mesa y la secretaria les daba la indicación para ir al despacho de Jean. Jean hacia las veces de subdirector y era el quien dirigía la empresa en ausencia de Gerard. Los gendarmes entraron en el despacho del subdirector y durante unos minutos dialogaron con el, salieron del despacho y se quedaron junto la puerta de Gerard; a los pocos minutos llegó un señor de paisano le saludaron y pasaron todos

juntos al

despacho de Gerard. Sofí salió de su despacho lo justo para


preguntar a Jean lo que ocurría. - No pasa nada “según creo”, solo me han dicho que desean ver el despacho de Gerard. Por favor entra en tu despacho ya te contaré cuando sepa algo. Sofí obedeció

y se introdujo en su

despacho. Durante mas de diez minutos estuvieron los gendarmes en el interior del despacho de Gerard. Cuando salieron el señor de paisano llevaba un sobre en la mano. Jean llamó a todos los trabajadores de la planta

incluidas

las

secretarias

al

salón

de

conferencias. La sala tenía capacidad para quince personas y en ella se reunieron las doce personas que trabajaban en la planta. Jean en privado le dijo a Anic que se quedara junto a Sofí, ocupó la silla de Gerard e hizo sentarse al resto. El silencio era espeso todos habían visto entrar a los gendarmes y estaban a la espera de las palabras de Jean; por fin se decidió a hablar. - Bien; iré al grano, todos habéis visto a la


policía; esta mañana alguien ha subido a a la azotea del edificio y se ha lanzado al vacío, como es natural a fallecido la policía se ha llevado su cuerpo,

según

irreconocible,

el

comisario

su

cara

era

por lo tanto deben realizar la

autopsia. Su única identificación de momento se basa en sus documentos, tanto su carnet de conducir

como

el

documento

de

identidad

pertenecen a… (todos los ojos estaban fijos en Jean, nadie parecía respirar, por fin dijo bajando la cabeza) en fin los documentos son de... Gerard. Sofí sintió un fuego interior que le abrasaba el estomago, siguió con un intenso mareo, la vista se le nublaba y no supo mas. La imagen era oscura mientras escuchaba el pulso se está normalizando – abrió los ojos, notaba una intensa inestabilidad como si su cuerpo todavía durmiera y no quisiera despertar, volvió a cerrar los ojos y se hundió en la oscuridad de un profundo sueño. Horas mas tarde despertaba en una sala del hospital, Anic dormía a su lado, la miro y tomó


conciencia de lo que pasaba, su cuerpo seguía paralizado y despertaba lentamente. Un fuerte dolor le hizo brotar las lagrimas de sus ojos, en ese momento no sabía que hacer, era consciente que Gerard había muerto. ¿Y ella? ¿que seria ahora de ella? No contemplaba el futuro sin su amado y nunca había supuesto que una desgracia así pudiera suceder, el dolor partía de su interior. Escuchó una voz amiga. - Sofí, Sofí, ya has despertado. Sofí se volvió y miró a Anic preguntando. - ¿Es real? ¿a fallecido Gerard? - Sí Sofí, así es, debes de ser fuerte y sobreponerte. Sofí no contestó, se quedó mirando al infinito mientras a los pocos minutos entraba el médico. -Vamos a ver a la paciente. El médico comprobó su estado y la animó a sentarse en la cama, Sofí parecía flotar sobre una nube.


- Doctor me encuentro sin fuerzas. - Es natural, es el efecto de los calmantes que te hemos administrado. - ¿Que hago aquí? - Recibió usted una fuerte impresión y perdió el conocimiento. - ¿Puedo irme? - Si puede irse, pero dentro de una hora cuando

pase

parcialmente

el

efecto

del

medicamento que le hemos administrado y con la promesa de que se tomará una de estas pastillas tres veces al día durante cinco días, después bajara la dosis a dos durante tres días y finalmente una al día hasta terminarlas. - Si lo haré como usted dice, le doy mi palabra. - Si yo también se lo prometo- dijo Anic – yo me cuidaré de ella. Una hora mas tarde salían del hospital, Anic tenía su coche aparcado cerca y subieron a el. Sofí parecía tranquila - preguntó.


- ¿Que día es hoy? - Miércoles. - Dios mio he estado dos días durmiendo ¿ que sabes de Gerard? Anic no sabía que contestar, pero decidió que si su amiga debía de enfrentarse al futuro cuanto antes mejor y contestó escuetamente. - Lo entierran esta tarde. Sofí no se inmutó, respiró profundamente y unos segundos mas tarde dijo. - ¿Tienes mi habitación libre? -Si esta disponible pensaba que un día regresarías aunque nunca creí que fuera en estas circunstancias. - Llevame a casa de Gerard. Anic hizo una llamada – te espero en casa de Sofí – cuando llegaron Romeo les esperaba. Sofí miró la casa donde había sido tan feliz, volvió a respirar hondo y

se dirigió a la puerta

abriéndola. Ayudada por Anic llenó dos maletas y


una bolsa con zapatos. No quiso llevarse nada mas. Echó un último vistazo a las dependencias y salió cerrando la puerta tras de si; no volvió la cabeza, se guardó las llaves por si algún familiar de Gerard se las pedía y subió al coche de Anic, mientras Romeo cargaba las maletas en el suyo. Se alojó de nuevo en el apartamento de su amiga y por la tarde decidió acudir al entierro, ante la oposición de Anic. Pero Sofí estaba decidida y Anic sabía que nada iba a cambiar su decisión. Las dos juntas acudieron al cementerio. Sofí no abrió la boca en todo el trayecto; se limitó a dar las gracias cuando alguien le presento sus respetos. Los operarios introdujeron el ataúd en el nicho y procedieron a taparlo solo dos mujeres quedaban en el cementerio mirando a los operarios. Anic dio un pequeño tirón del brazo a Sofí. - Vamonos esto ha terminado. - No había nadie – murmulló Sofí. - ¿Que dices?- pregunto su amiga. - ¿No te has dado cuenta? No había nadie


de su familia, todos eran amigos y empleados. Las amigas siguieron hablando mientras se dirigían al coche. - Tal vez no tuviera a nadie, me refiero a algún familiar – comentó Anic. - Anic, todo el mundo tiene a alguien, padres, hermanos, primos, hijos alguien en quien confiar. - Te tenia a ti, el confiaba en ti y no necesitaba mas. - Ahora lo dudo, nunca me contó nada de su vida, no se nada de su familia ¡ahora me doy cuenta!, ni me comunicaba sus decisiones ni sus problemas; tal vez yo le hubiera ayudado… ¿o tal vez no confiaba en mi? - Tal vez no lo creyó interesante o su vida fuese un libro abierto ¿acaso tu le contaste tu vida?. - Si y tal vez ese es el problema, que yo hablaba demasiado y posiblemente no le dí opción. El sabía donde residían mis padres incluso los


visitamos el año pasado, conoció a mi hermana y a mis sobrinas mientras visitábamos La Camarga. Subieron al coche y al llegar al apartamento de Anic esta sentó a Sofí en el sofá le encendió el televisor y mirándola fijamente le dijo. -Sofí, sabes que te quiero como a una hermana y que tu dolor es el mio, pero debes reponerte la vida continua, eres joven y bonita. No te digo que encuentres otro hombre como Gerard, nadie es igual a otro, ni que lo olvides. Solo te digo que la vida no termina aquí debes seguir y luchar por tu futuro. Pasado mañana tienes que entregar el dossier de los hoteles y debes sobreponerte. - No sigas te entiendo y yo me digo lo mismo a mi misma. Entregaré el dossier y la vida seguirá te lo prometo, aunque en mi interior mi corazón siga llorando. Anic la abrazó fuertemente y la dejó sola mientras ella se dirigía a la cocina donde le esperaba Romeo. Cenaron y Sofí se retiró temprano, tal vez por el efecto de las pastillas.


Al día siguiente Sofí después de pasar por el aseo y vestirse, entró en la cocina donde estaban Anic y Romeo desayunando. - ¿Crees que estas en condiciones de ir a la oficina? - Si como tu dices la vida continua. A los pocos minutos se dirigían las dos en el coche de Anic a las oficinas de la empresa, entraron juntas y cada una se dirigió a su puesto de trabajo. No tardó Jean en visitarla llamando a la puerta. Un ademán con la mano de Sofí a través de los cristales y Jean abrió la puerta. - Buenos días Sofí, ¿como te encuentras?. - Bien Jean y dispuesta a trabajar, mañana tenemos un día completo y quiero tenerlo todo listo y bien atado. - Se como lo querías y creo que… en fin no quiero hablar mas de el... yo no se muy bien como nos afecta con respecto a la empresa, ni lo que sería correcto hacer en estos momentos ¿que


crees que debemos hacer? - Siéntate por favor. - Dijo Sofí. Jean se sentó como si le hubieran dado una orden, mientras Sofí cerraba la puerta y se sentaba frente a el. - Jean tu eres el “vicepresidente” a ti te corresponde dirigir la empresa, eres la única persona

que

tiene

plenos

poderes.

No

se

legalmente que podemos hacer, ni tan solo si la empresa puede seguir sin que nosotros seamos propietarios.- Sofí paró y tomó aire para continuar preguntando ¿habías decidido algo? - No en realidad he pensado pocas soluciones, por el motivo legal que tu misma me has expuesto. Solo una cosa tengo clara ¡que debemos cumplir con los contratos!

¿ Que te

parecería seguir y revisar las cuentas? En realidad no sabemos la solvencia de la empresa. Yo siempre me he centrado en dirigir la empresa en ausencia de Gerard, las cuentas eran exclusivamente suyas. - Si y deberíamos hablar con un abogado para la parte legal y mientras Jossefin y Francis


podrían ayudarte en la parte económica. Y mientras yo me ocuparé de los contratos con las empresas. - ¿Te sientes con fuerza para seguir Sofí ? - ¿Queda otra solución? No temas se lo que debo hacer, no te decepcionaré. - Gracias Sofí por ser tan fuerte. Jean salió del despacho satisfecho y con la convicción de que en esos momentos era el máximo mandatario de la empresa y mas

si

disponía del respaldo de Sofí. El viernes se cumplieron y se firmaron los contratos todo parecía funcionar correctamente como si nada hubiera ocurrido. Pasó una semana y Jean convocó una asamblea pero en este caso fueron citados todos los trabajadores de

la

empresa. Sofí estaba tranquila, sabía que Jean era una persona responsable y que seguramente solo pensaba en comunicar a los trabajadores las soluciones o el estado de la empresa. Se ocuparon las sillas por las señoras y el


resto se quedó

de pie al alrededor de la mesa.

Nadie ni tan solo

Sofí conocía el motivo de la

reunión. Jean miró a los asistentes y se hizo el silencio. Jean tragó saliva antes de empezar. - Bien como veréis he convocado a todos pues a todos nos afecta lo que voy a decir ( el silencio se hizo mas intenso)

y seguramente

muchos se pregunten ¿que ocurrirá ahora y cual es el futuro de la empresa? precisamente porque a todos nos afecta he convocado esta reunión. Durante toda estas dos

semanas

hemos

cuadrado los balances y consultado los saldos bancarios. Hoy puedo aseguraros que

¡la empresa

está en quiebra! Y dentro de cuatro días “ cinco de Abril” se cumple la hipoteca con el banco. ¡Que no podemos pagar! - Un murmullo recorrió la sala; Jean levantó los brazos moviendo las manos de arriba abajo, como queriendo acallar las voces – Por favor seguid escuchando. Durante los últimos dos años hemos perdido varios de nuestros


mejores clientes, unos por la crisis y otros por el empeño que tienen los canales de televisión en controlar todo el mercado. Sin embargo Gerard “no quiso despedir a nadie y siguió pagando nuestros sueldos con su patrimonio, seguramente esperando que el trabajo mejorase “cosa que no ocurrió”. Precipitando así la empresa a la ruina. Por lo tanto y comprendiendo que no existe otro camino ni otra solución; en los próximos días posiblemente se proceda al embargo de los bienes de la empresa. Por los poderes notariales recibidos como vicepresidente he decidido cerrar la empresa por quiebra y con ayuda de Francis hemos preparado las cartas de despido de todos “como mal menor” . Podéis presentarlas en la oficina de desempleo para percibir el subsidio y… (Jean tomó aire; a las palabras les costaba salir de su boca, algo le aprisionaba la garganta, bajó la voz) solo puedo desearos suerte a todos en el futuro, Francis os dará los papeles que necesitéis. A las palabras de Jean siguieron las preguntas durante mas de media hora, Sofí abandonó la sala y se dirigió a su despacho,


lentamente buscó una caja y recogió sus pocas pertenencias, dirigió su mirada a la mesa de Francis a través de los cristales “todavía no estaba ocupada” seguía dando explicaciones junto a Jean en la sala de reuniones. Dejó la caja sobre la mesa y se dirigió al despacho de Gerard, una fuerza extraña le impulsaba a verlo por última vez. Abrió la puerta (dejándola abierta) y pasó al interior. Todo estaba igual nada había cambiado en el despacho, sobre la mesa una fotografía de ella y Gerard en una cena romántica; “no la cogió” le recordaba momentos felices que nunca volverían. Sobre la mesa junto a la foto la llave del coche, recordó que el vehículo estaba a su nombre y por lo tanto no lo podían embargar “era suyo” decidió llevárselo, mientras miraba como Francis se sentaba a la mesa seguida por varios empleados. Regresó a por la caja y se unió a los que recogían el despido; le dijo a Francis. - Por favor despídeme de todos y dile a Anic que la espero en casa. - Así lo aré y por favor Sofí cuidate y procura olvidar…


- Gracias Francis, estoy bien y te agradezco tu amistad e interés. Adiós Francis espero volver a verte. - Adiós Sofí. Hasta pronto.

Al llegar al apartamento descargó la caja en su habitación y se tumbó sobre la cama. A su mente acudían sin querer los buenos momentos pasados junto a Gerard. El sonido de unas sirenas la sacó del letargo, se levantó y miró por la ventana el sol lucía con todo su esplendor estaba en primavera y parecía una buena época para visitar a sus madre y salir de la capital. Los días siguientes arregló los papeles del desempleo y

a continuación hizo el

equipaje. Un mes mas tarde de fallecer su amado, ayudada por Romeo cargaba las maletas en el coche y se despedía de Anic (su fiel amiga). Su mente solo tenía un pensamiento fijo; refugiarse en su familia en Perpiñan y olvidar París, allí se dirigió. Durante el camino no quería pensar el lo que dejaba atrás, se decía a

si misma que su

mente pertenecía al futuro y el futuro inmediato era


su madre, su hermana y sus sobrinas. Avanzada la tarde llegó a su casa en las afueras de Perpiñan. Su padre había sido granjero y agricultor, nunca le había gustado la ciudad y ella adoraba el campo y el trabajo en la granja, tal vez allí sería feliz y olvidaría mas fácilmente a Gerard. Al parar en la puerta de la casa, dos niñas salieron a recibirla eran sus sobrinas Elsa y Flora. Elsa la recordó inmediatamente y se arrojó en sus brazos pero Flora con solo cuatro años se quedó parada, Sofí la cogió en brazos y entró en la casa mientras le explicaba a la niña que era su tía Sofí. - Bienvenida Sofí – su hermana se abrazó a ella. - ¿Donde está mamá? Tengo ganas de abrazarla. - No tardará está recogiendo unos huevos para la cena, sabe que te gustan fritos con patatas y … bueno ya sabes cual va a ser tu cena. - Voy a buscarla. Sofí salió de la casa y se encontró con su


madre que regresaba, se abrazó a ella y por un momento sintió que todo su dolor se disipaba. Entraron en la casa y tras unas breves palabras Sofí subió las maletas al piso superior acompañada por sus sobrinas. No tardó en abrir las maletas y entregarles los regalos que les había comprado. Las dos niñas salieron corriendo de la habitación para enseñárselos a su madre y a su abuela. Un poco mas tarde las tres mujeres se sentaban frente el televisor y Sofí

intentaba

desahogarse contando todo lo sucedido, pero sin embargo la tristeza se reflejó en su rostro. Su cuñado Justin interrumpió su tristeza con su llegada. Entró en la casa con su pequeña en brazos y la mayor colgada a su espalda cogida del cuello de su padre. Ambos se alegraron de volver a verse. Su hermana Elsa se levantó besó a su marido y se dirigió a la cocina. La estancia de Sofí en casa de su madre, le proporcionaba una sensación de bienestar. Pero no podía quedarse eternamente allí. Un mes

mas


tarde mientras ayudaba a su madre le comunicó su intención de irse. - ¿ Y donde vas a irte? ¿que vas a hacer, vuelves a París? - No Mamá he pensado

tomarme unas

vacaciones y conocer el país vecino, lo mas lejos que he llegado es a Gerona. Tu siempre me has hablado de tu pueblo pero no lo conocemos. - Si tienes razón, creo que viajar te puede sentar bien. En cuanto a mi pueblo yo no nací allí. Yo nací aquí en esta granja y nunca viajé a España; mi padre es quien nació en España. El vino huyendo de la guerra civil, como otros muchos conoció a tu abuela y se casó con ella. Nunca regresó; en una ocasión cuando falleció el dictador ( como el le llamaba) vino a verlo su hermano y su sobrino. Entonces supe que se habían partido la herencia de sus padres y que a tu abuelo le dejaba una casa, quedándose su hermano con las tierras. Tu abuelo le dijo que la utilizase mientras el permaneciera en Francia, creía que algún día volvería . Tu abuelo murió y yo nunca abandoné mi


casa “aquí era feliz” para que quería viajar a un país desconocido solo por una casa.

Pero si

quieres puedo darte la dirección y puedes visitar a tu familia; “aunque no la conozcas” tengo entendido que allí hablan como nosotros ( una especie de catalán o como decía mi padre “Valenciano”) según me dijo en una ocasión se vinieron a vivir aquí para no perder su lengua materna; tu la conoces por que es la que siempre hemos hablado en casa y te podrás comunicar sin problemas. - Mamá no se si me apetece visitar el pueblo del abuelo. La conversación se interrumpió al sonar el mobil de Sofí. Miró era Anic. - Si dime ¿que ocurre Anic?. - No ocurre nada, te echaba en falta y quería saber cuando ibas a volver,

bueno en

realidad es una escusa para hablar contigo. - Yo también tenía ganas de escuchar una voz amiga. Dime ¿como van las cosas por París? - Jean se llevó unos ordenadores y la lista


de clientes que nos quedaban. Se propone refundar la empresa con otro nombre y me ha comunicado que si queremos podemos trabajar con el. - No Anic, tu puedes hacer lo que creas conveniente, yo por mi parte pienso tomarme unas vacaciones

necesito

evadirme

y

distraer

mi

mente… Posiblemente viaje. - ¿Donde piensas viajar? - No lo se, aún no lo he decidido. - Está bien cuando lo decidas llamame y tal vez te acompañe ¡ si no es muy lejos! - No lo se no tengo nada decidido. De todas formas me alegro de tu llamada. - Te dejo Sofí tengo a Romeo en la cocina y es peligroso con los platos. Llamame. - Lo aré Anic te lo prometo, Adiós. - Adiós Sofí. Su

madre

Había

escuchado

conversación y volvió a insistir. - ¿Que idea tienes de España?

la

corta


- No lo se muy bien, me gustaría visitar Barcelona, he visto un reportaje de La Sagrada Familia. Iría a verla, también La Alambra de Granada, no conozco mucho mas de lo que sale en la televisión. - Sofí la Alambra está al sur, en Granada, debes cruzar un país tan grande como Francia y si piensas visitar esas capitales te vendrá de paso visitar nuestra casa

y si lo crees conveniente

venderla o regalarla; como tu decidas. Piensatelo y si decides ir, te daré plenos poderes para hacer lo que creas conveniente. Sofí no contestó pero al día siguiente salía con su madre en busca del notario. Dos días después el domingo por la tarde, ojeaba en el ordenador el trayecto que pensaba recorrer y los hoteles cercanos a La sagrada Familia. Reservó un hotel para el día siguiente y el lunes después del desayuno cargó el equipaje en el coche y se despidió de la familia. Programó el GPS y se dirigió a Barcelona con su cámara de fotografiar como cualquier turista.


Solo en una ocasión había cruzado los pirineos pero esta vez no se dirigiría a Gerona. Llegó a Barcelona sobre las dos, su estómago le decía que debía comer, afortunadamente

el

comedor del hotel estaba abierto. Comió y se instaló en su habitación. En recepción le informaron de todos los sitios que podía visitar e incluso le entregaron un mapa con las rutas de los autobuses turísticos. Sofí creía que solo estaría un día en Barcelona y pasó cuatro visitando la ciudad y sus alrededores. O lugares algo mas alejados como Montserrat. Al quinto día pagó su cuenta y puso nuevamente el GPS en marcha, en esta ocasión se dirigiría a Valencia, mas exactamente al Puig de Santa María a unos doce kilómetros antes de llegar a la capital. Comió por el camino y sobre las cinco de la tarde entraba en la rotonda pegada a la población desde la autopista. Sofí salió de la rotonda y aparcó, llevaba escrita la dirección de su tío; nuevamente utilizó el GPS para buscar la dirección. Calle Mayor N.º 46 Sofí siguió las indicaciones y se encontró


con una calle estrecha de dirección única; “no podía pasar” aparcó y se dirigió a pié, buscó el número y llamó a la puerta. Una señora algo mayor que ella le abrió. - ¿Buenas tardes? ¿que desea? - Soy Sofí de la Mer.- dijo tímidamente. - Bien y yo Maria Garcia.- respondió con guasa la

señora - iba a cerrar cuando Sofí se

percató de su ignorancia. - Perdón

soy Sofí de la Mer Garcia ¡de

Francia! Nieta de Roberto Garcia. - ¿El hermano de mi abuelo? - SI de Vicente Garcia. - Hay dios mio perdona, pero nunca nos hemos visto y no sabíamos nada de vuestra existencia, como es natural no te esperaba. Pero pasa, pasa, dentro está mi padre y mi madre, mi marido no tardará en llegar. La casa era pequeña típica de pueblo, en la parte posterior tenía un pequeño patio con una higuera y un limonero. Una señora hacía calceta


mientras su marido apilaba leña. María llamó su atención. - Papá a venido tu sobrina de Francia, nieta del hermano del abuelo. Sofí miró aquel señor, tenía un parecido con su abuelo.

A continuación llegaron las

presentaciones y

besos. Le ofrecieron sentarse

con ellos y llegaron las preguntas. El tiempo pasaba ameno, sin darse cuenta llegó el marido de Maria José

una hora mas tarde y los sacó de la

conversación. Sofí se percató de la hora y preguntó por un hotel. - Junto a la rotonda a la entrada hay uno llamando Ronda y en la playa hay una residencia llamada Tiempo Libre – contestó María – te ofrecería mi casa pero los niños ocupan las habitaciones. No tardaran en venir, cuando salen de escuela van al polideportivo. - Debo buscar habitación. - Espera llamaré a un amigo, - Dijo José ¿vas en coche?


- Si, en el he venido. José Antonio, hizo una llamada de teléfono. - Bien ya tienes habitación. Sígueme con tu coche y te llevaré a la playa te gustará. - Muchas Gracias.- pero antes de irse Sofí tenía algo que preguntar – señor Vicente mi madre me dijo que teníamos una casa aquí. - Si y la tienes, perdona que no te lo haya dicho antes, mañana te espero a las once y te la mostraré. No está lista para poder usarla. - Lo entiendo. Se despidieron y Sofí siguió con su coche a José Antonio, la residencia estaba como a kilómetro y medio de la población y

su terraza

daba directamente a doscientos metros del mar sin nada que lo ocultase, el lugar era privilegiado. José le presentó a su amigo Manuel, uno de los empleados del hotel y regresó a su casa. Sofí solo había estado cerca de la playa en su visita a Gerona donde había visitado la costa brava o en su visita a La Camarga, tanto el hotel


como el entorno le parecieron un paraíso. El amigo de José le ayudó a subir el equipaje; mas tarde lo vio sirviendo la cena, cuando Sofí terminó de cenar se sentó en la terraza que daba al mar. Media hora mas tarde el amigo de José la saludaba. - Se llamaba usted Sofí. - Si soy Sofí en su idioma Sofía. - Yo soy Manuel, José Antonio y yo hemos crecido Juntos. - ¿Vive usted aquí? - Oh no, termino a las once, cuando ya se ha recogido todo el comedor, trabajamos a turnos. Yo vivo en el pueblo estoy casado, tengo un hijo y otro en camino. - ¿Conoce usted a los suegros de José? - Si son buena gente… Bueno excepto su hijo. - ¿Su hijo? - Si ¿no sabe nada? José me dijo que era usted familia de su señora.


- Si pero ni yo ni mi madre hemos estado nunca aquí. Nos hemos conocido hoy. Mi abuelo emigro a Francia a consecuencia de la guerra y nunca regresó. Yo soy la primera persona de mi familia en regresar al Pueblo. - Ya entiendo usted no conoce nada de aquí; bien le cuento rápido mientras termino el cigarro. Vicente tenía dos hijos María y Vicente. Pero su hijo salió travieso desde pequeño, cuando creció se aficionó a las drogas y terminó sus días con una sobredosis dentro de la bañera, desde entonces la casa de la plaza está cerrada. - ¿Que plaza? - La plaza de San roque, la numero dos. Perdone pero debo retirarme he de terminar de recoger. Buenas noches. - Buenas noches. - La noche era serena, la luna llena quería reflejarse sobre las suaves olas dándoles un reflejo plateado, al romper en la orilla las olas parecían arrullar los sentidos; la sensación que sentía Sofí era de una inmensa tranquilidad, el tiempo pasaba


sin apenas darse cuenta mientras pensaba que la casa donde había fallecido el hijo de Vicente “podría ser la suya”. Los parpados le indicaron que era hora de dormir y se retiró a su habitación. El sol que filtraba por la ventana la despertó, miró su reloj eran las ocho, lentamente se levantó no tenía prisa. Media hora mas tarde bajaba al comedor y desayunaba. Desde la ventana de la residencia se divisaba el pueblo, a Sofí le parecía que se encontraba relativamente cerca y decidió ir a pié disfrutando del paisaje y reconociendo el terreno. Aproximadamente a algo mas de un Kilómetro se encontraba una zona industrial antes de cruzar el puente de la autopista,

una gran

fabrica de cerveza se encontraba a la derecha y un gran

mercado

de

abastos

a

su

izquierda

franqueado por varios almacenes. Fotografió todo lo que pudo para mandarlas fotos a su madre. Cruzó la autopista sobre una pasarela para peatones y bicicletas. Desde la parte superior se divisaba todo el entorno y vio la rotonda por donde había entrado al pueblo el día anterior. La carretera rodeaba el pueblo por ambos lados y Sofí decidió


pasar por el centro del pueblo, en su mitad se elevaba majestuosa la mole

del Monasterio del

siglo XVII Y Sofí se prometió a si misma visitarlo. Estuvo dando vueltas hasta que encontró la calle Mayor y por lo tanto la casa de sus familiares; llamó a la puerta y no tardó en abrir Vicente, en realidad la estaba esperando. Ambos se dirigieron calle abajo por donde había ido Sofí y llegaron a la pequeña plaza del ayuntamiento, cogieron la primera calle a la izquierda y después la primera a la derecha (mas que una calle era un callejón corto y estrecho. Al salir se encontraron con la plaza de San Roque Vicente se dirigió a una casa que hacía esquina y abrió, entró hasta el fondo y abrió otra puerta. El sol entraba hasta media casa por la parte trasera, se encontró con un ancho patio trasero y una gran puerta que daba a la calle lateral. La casa disponía de dos habitaciones en la planta baja y un piso superior. El olor daba fe del tiempo que llevaba cerrada y aunque Sofí la encontró preciosa adornada con azulejos antiguos en algunas partes. Pero en realidad mirándola fríamente necesitaba una gran reforma antes de poder ser apta para vivir.


Vicente le dijo. - Sofí, si piensas quedarte creo que aquí se necesita gastar mucho dinero. Hasta hoy no sabía que hacer con la casa y por otro lado mi padre me advirtió que la casa no me pertenecía, cuando tu quieras iremos al notario y te entregaré tu casa, ahora está a mi nombre y si decides quedarte, buscaré personas que puedan ayudarte a reparar y pintar la casa. - Señor Vicente ¿puedo llamarle tío ? - Si por descontado ¡soy tu tío! - De momento estoy de vacaciones, me gusta el hotel y posiblemente me quede unos días, déjeme pensar y ya decidiré sin prisas, si hasta hoy nadie de mi familia la ha utilizado … En fin no hay prisa. Sofí no se extrañó del estado de la casa y no comprendía como su tío vivía en una casa pequeña si podía habitar una mucho mayor. Llamó a su madre y le informó de los pormenores del viaje, le contó los días pasados en Barcelona y le aconsejó que visitase La Sagrada Familia. Siguió


informándola de la visita a sus tíos y primos. Y por último hablaron de la casa; su madre le preguntó. - ¿Como es ? - Es grande pero vieja, tiene un buen patio interior y da a dos calles. Me pregunto porque el tío Vicente no vive en ella, su casa es la mitad de la nuestra. - ¿Que has decidido? Sabes que tienes mi consentimiento en tus decisiones, sean las que sean. - Si lo se mamá, creo que lo mejor sería venderla, aunque no se el precio que pueda tener. - Sofí, puedes valerte de un profesional para valorarla, debe haber alguna inmobiliaria en la población. ¿Como es el pueblo? - Es bonito, ni grande ni pequeño, tiene un gran monasterio que pienso visitar en breve. Estoy alojada en un lugar maravilloso junto al mar y la temperatura es ideal. Me alegro de tener que quedarme unos días para decidir que hacer con la casa.


- Y yo me alegro de que estés bien. Llamame de vez en cuando y cuéntame como te va. - Si lo haré mamá. ahora debo regresar a mi hotel en la playa el pueblo está a dos kilómetros y he venido a pie, en este momento estoy sentada en una gran escalinata que lleva al monasterio. Adiós. - Adiós Sofí, adiós. Sofí emprendió el camino de regreso al hotel observando detenidamente el trabajo de los campos junto a la carretera; le llamaba la atención el esmero con que los labradores

cuidaban sus

cosechas y entendía por que su abuelo había querido ser agricultor en Francia. Se encontraba a mitad del camino cuando un vehículo paró a su lado invitándola a entrar. Era Manuel que se dirigía al hotel para empezar su turno. Manuel preparaba y servia en el comedor su turno empezaba a las trece horas y terminaba a las veintitrés durante cinco días, con dos días de descanso a la semana. Durante la tarde ayudaba


en la cafetería o descansaba. Durante el corto trayecto charlaron de los pormenores del Hotel. Después de comer Sofí se retiró a su habitación a descansar, pero no tardó mucho en salir nuevamente a la calle. El día era esplendido he invitaba a dar un largo paseo. Salió de la residencia y instintivamente se dirigió al sur donde había visto unas grandes construcciones, parecía una carretera comarcal muy transitada. Sofí miraba a todas partes no queriendo perder detalle a mitad del trayecto un camino sin asfaltar se abría

su

derecha al fondo se podía ver una gran casona. Siguió caminando y llegó a una gran urbanización. Se paseó por su interior y comprobó que había un supermercado y una farmacia. Decidió que era hora de regresar y sin prisa desanduvo el camino, a la mitad de este volvió a fijarse en el viejo caserón que se veía a lo lejos. Era pronto para cenar y no tenía prisa. Unas personas estaban sentadas a la sombra de la terraza mientras miraban el mar y dialogaban. Sofí las imitó sentándose a una mesa. Sacó el mobil y llamó a Anic.


- ¿Dime Sofí? ¿como estas? - escuchó preguntar a su amiga. - Creo que me encuentro en el paraíso, esto es muy diferente a París. El paisaje, el mar, la temperatura, el sol, en fin no se como mi abuelo no regresó nunca a su tierra. Tal vez quería demasiado a mi abuela. - ¡Hay el amor! - contestó Anic con un suspiro - ¿dime cuando piensas regresar? - No lo se, quería visitar otros lugares, pero creo que mi estancia aquí se dilatará algún tiempo. - ¿Has encontrado un amor? - No pero tengo una casa que vender y no se por donde empezar; deberé buscar a alguien que la valore y hablar con una inmobiliaria que la venda. Manuel

servía

refrescos

en

la

mesa

contigua y escuchó la conversación , siguió con su trabajo; mientras Anic insistía - Dime Sofí como son los chicos en tu entorno.


- No me he fijado en realidad no he tenido tiempo de conocer… - Pero alguno habrás visto. - Anic estoy de vacaciones he intentando olvidar. He tenido tiempo de recapacitar y creo que Gerard no me quería tanto como yo creía, de lo contrario no me hubiera abandonado. - Sofí no pienses mas en el y procura mirar el futuro. Me he propuesto ir algún día a tu pueblo; podríamos volver y visitar juntas tu país. - Los países no tienen dueño, yo estoy en el pueblo en que nació mi abuelo. - Bien pues visitaremos juntas el pueblo de tu abuelo. - No sería una mala idea esto me gusta. Ahora estoy sentada en una terraza frente al mar, la brisa acaricia mi rostro… - No sigas me das envidia. Cuelgo, Romeo se ha llevado el coche y veo venir el autobús, Adiós. - Adiós Anic, adiós.


Sofí respiró profundamente la brisa con sabor a mar, mientras guardaba el teléfono. - ¿Le apetece un combinado de piña, obsequio de la casa?- era Manuel.- Dejó el combinado y una cerveza sobre la mesa mientras añadía - ¿puedo sentarme? - Por favor, ha adivinado mi pensamiento, me apetecía tomar algo fresco.- Sofí probó el combinado - huuum está riquísimo. - Me imaginaba que le gustaría, a estas horas no hay mucho trabajo y podemos disfrutar de un poco de descanso. Sofí no he podido evitar escuchar parte de su conversación por teléfono. - Oh no tiene importancia, no era un secreto hablaba con una amiga de París. - Verá, tal vez nos podamos ayudar mutuamente, me explicaré. Yo vivo en un piso de algo mas de cincuenta metros y he escuchado que usted quiere vender la casa. Conozco esa casa y es muy grande. Mi mujer espera otro niño y mi suegra vive conmigo… En fin me podría interesar la casa siempre que el precio no fuera excesivo.


- Manuel la casa necesita reparaciones y yo.. - Se lo que me va a decir – interrumpió Manuel - mi verdadero oficio es de albañil, trabajo de camarero porque ahora no hay trabajo de albañilería, quiero decir que la podría arreglar poco a poco y la pagaría con una hipoteca. Mas tarde vendería el piso y pagaría el préstamo o parte de el. - Pero la reparación le llevará mucho tiempo y ¿podrá pagar un préstamo? - Estoy acostumbrado a trabajar duro, tengo unas tierras y las trabajo en el tiempo libre antes de venir al hotel. O sea, intento recoger dinero de cualquier parte. - Por mi parte lo que quiero es vender la casa, “pero el precio”… - Si usted quiere podríamos llamar a Paco, es un corredor de fincas clandestino. Quiero decir que… -Ya se lo que quiere decir; este Paco nos resultará mas económico.


- Si solo una pequeña comisión, pero debo ponerla en antecedentes. Su casa no tiene agua potable Vicente utilizaba la del pozo y cortaron la luz cuando el murió, quiero decir que hay mucho que reformar incluida toda la instalación eléctrica. - Pero usted me dijo que Vicente murió en la bañera. - Si pero no le dije que estuviera llena. El pozo tiene o tenía una pequeña bomba que subía el agua a un deposito sobre el aseo. Precisamente el aseo es la única reforma que hicieron. Lo se porque la reforma la hice yo. - Ya entiendo porque no vivían en la casa, creo que no querían invertir en una casa que no era suya. De acuerdo llame usted a Paco y cuanto antes cerremos el trato mejor. - Entiendo las prisas Sofí,

querrás

abandonar el hotel para evitarte el gasto ya que entre unas cosas y otras nos puede llevar un tiempo pero posiblemente podamos solucionar ese problema. Mi hermana vive en Madrid se casó con un militar y solo viene tres veces al año a su


apartamento. Quiero decir que no vendrá hasta Agosto, si está usted de acuerdo la puede ocupar pagando los gastos, como la luz o el agua siempre será mas económico que el hotel. - ¿Usted cree que su hermana… - No tema yo me encargo del apartamento en su ausencia. Como si fuera mio. No creo que lleve mas de dos o tres semanas el papeleo y podrá marcharse. Sin

darse

cuenta

había

encontrado

comprador para su casa y daba la sensación de que todo le

iba a salir bien. Al día siguiente se

trasladó al apartamento de Manuel, a partir de ese día estaba mas ocupada, nadie le hacía la cama ni le limpiaba la habitación; pero eso no era un problema para Sofí, estaba acostumbrada a valerse por si misma.

En una pequeña galería encontró

una bicicleta le subió el sillín y le vino como anillo al dedo. Podría ir de compras o de paseo por los campos; como cuando era pequeña en casa de sus padres.

En el campo se sentía libre

correteando o montando en bici por los caminos,


entre la vegetación o los frutales. Había visto un restaurante en la misma urbanización y allí se dirigió a

comer, aunque

perfectamente podía seguir comiendo en el hotel; pero Sofí decidió explorar nuevos horizontes. Después de comer y de un breve descanso cogió la bicicleta y se dirigió al supermercado que había visto el día anterior. Al regresar estuvo tentada de torcer por el camino que llevaba a la casona pero decidió que al día siguiente la visitaría con calma, había despertado su curiosidad

el viejo edificio.

Cenó sola por primera vez en el apartamento y después de un corto paseo junto al mar se acostó. Por primera vez se había sentido sola. Al día siguiente cuando se decidía a salir del apartamento llamó Manuel. - Si dime Manuel. - Hoy es viernes y tengo el día

libre he

quedado con Paco para ir a ver la casa ¿ a que hora le viene bien? - Tengo todo el día libre dime tu la hora.


- Paco me ha dicho que cuanto antes mejor. Te parece bien a las cuatro. - Si de acuerdo nos vemos a las cuatro, adiós. - Adiós Sofí. Sofí no tardó en avisar a su tío Vicente pidiéndole que acudiera con las llaves y que se quedase para aconsejarla. Su tío le aseguró su presencia y Sofí salió del apartamento con la bici dirigiéndose como atraída por un imán a la casona. Miró el largo camino sin asfaltar

de unos

trescientos metros, con la bici se le hicieron cortos. En la parte delantera había

una explanada que

distaba alrededor de ciento cincuenta metros a la casa, en ella habían grandes arboles al tiempo que algunos frutales en un lado. El camino

y la

explanada rodeaba la casona por los dos lados, instintivamente Sofí la rodeó por el lado derecho. En la parte trasera una pequeña construcción posterior y mas baja sobresalía pegada a la pared del edificio. Junto a ella una gran balsa o piscina y un columpio con silla para dos a su lado, la hierba


daba a entender el tiempo que llevaba sin usarse; bajó de la bici y ando a pie dando un paseo por los alrededores a unos cien metros una hilera de cipreses separaba los terrenos de la casona de los campos de cultivo. Algunos cipreses estaban lo suficientemente separados para poder ver los campos que habían detrás. Entonces se percató de que había una senda donde la hierva no crecía partía entre dos cipreses y se dirigía a una pequeña puerta junto a la balsa. Se acercó a los cipreses y miró el campo que lindaba tenia unos túneles de unos cincuenta centímetros de ancho de plástico transparente, formando hileras casi perfectas que iban de lado a lado del campo, no sabia para que servían pero se propuso averiguarlo. Regresó a la casona y la rodeó, regresando

por el mismo

camino por el que había entrado. Por la tarde caía un sol de justicia y decidió acudir a la cita con el coche y el aire acondicionado. Su tío ya había abierto las puertas para que corriera el aire y se ventilara la casa. Sofí entró en la casa observándola

detenidamente

como

si

se

despidiese, abrió las habitaciones la primera vez


que la visitó no se fijó en los muebles. Saludó a su tío y le dijo que quería subir al piso superior. Su tío le dijo, que no había problema que podía subir sin peligro. Sofí subió y se encontró con una gran estancia y dos habitaciones a un lado, en ellas solo habían camas de madera labrada y unos armarios de pared con cortinas en un rincón de la sala vio varias herramientas para trabajar en el campo. Bajó y entró nuevamente en una de las habitaciones que había visitado en la que había hallado libros y un burón antiguó. Unas voces le hizo salir de la habitación, Manuel y Paco habían llegado. Tras las preceptivas presentaciones, Paco empezó a visitar la casa subió bajó comprobó las ventanas e iba anotando en un bloc o pequeña libreta, Sofí lo vio como media el patio alargando los pasos. Cuando todo lo tuvo bien visto se quedó mirando alrededor del patio. Escribió algo en una hoja de la libreta la arrancó, la doblo y se la puso en el bolsillo. Repitió la operación en otra hoja y se guardó la libreta. Sofí, su tío y Manuel lo observaban a la sombra en el interior de la casa; Paco se acercó los miró y le


dijo a

Manuel este es el precio por el que yo

compraría la casa y le entregó una de las hojas que había guardado en el bolsillo; se dirigió a Sofí y le dijo, este es el precio que yo pediría por la casa, el acuerdo o la discusión es cosa de ustedes dos. Sofí quedó perpleja nunca se hubiera imaginado lo que acababa de ocurrir. Paco se dirigió a

Manuel diciendo – Ya

pasaras a pagarme – y se fue. Los tres se miraron, Manuel hizo la mención de leer la nota pero Vicente lo paró diciendo. - ¡ No la leas! ¿Tu quieres comprar ? - Si, me interesa la casa, siempre que pueda pagarla. - ¿Y tu Sofí estas decidida a venderla? - Si tío, a no ser que tu… - No yo no la quiero, me trae malos recuerdos. - Lo entiendo – dijo Sofí.


- Pues bien partid la diferencia sin ver el precio y ateneros a la cantidad restante. - A mi me parece bien dijo Manuel sin ver la cantidad. - Yo también acepto, con una salvedad. Que si la cantidad te satisface y compras la casa me guardes el burón y las camas de la parte superior, hasta que decida que hacer con ellos. En cuanto a la cantidad resultante el diez por cien se lo pagaras a mi tío. Todos estaban de acuerdo, abrieron las notas

y Manuel dijo que si el banco le daba el

préstamo la compraría. La casa estaba vendida a falta del préstamo

y tanto Sofí como su tío

quedaban satisfechos con la venta. Eso significaba que Sofí dependía de un banco para poder marcharse. Esa misma noche llamó a su madre contándole los pormenores de la venta y la forma tan peculiar

de hacer el trato;

como era natural su madre se interesó por su salud. Esa misma noche la llamó Anic.


- Si Anic dime ¿como vas con tu Romeo? - Bien – la voz de Anic parecía temblorosa – oye Sofí prestame atención. La policía ha estado aquí y ha preguntado por ti, yo no sabía que hacer y les he dicho que mañana les llamaré y les daré tu número de teléfono, no se si he echo bien. - Sí, no temas no e echo nada y nada debo de temer, dales mi número de teléfono y sabremos de que se trata, posiblemente sea algo referente a la empresa y con decirles que yo no soy la vicepresidenta estará todo resuelto; no temas. - Gracias Sofí me das tranquilidad. Hay algo mas, Jean está trabajando por su cuenta la idea de formar otra empresa se está fraguando me ha pedido que te convenza para que colabores. - De momento solo puedo ayudar

vía

Internet trabajando desde Aquí. - No creo que eso sea un problema; pero ¿es que piensas quedarte mucho tiempo? - En realidad no lo se. Acabo de vender esta misma tarde la casa de mi abuelo y debo


esperar a que al comprador consiga un crédito y según dice la gestión llevara un tiempo. Como sabes mi idea era llegar al sur y visitar Granada. - Oye, no habrás encontrado un amigo… - No Anic, los

únicos hombres que he

conocido están casados felizmente. Dale el teléfono a la policía y no temas nada. - Así lo aré, pero llamame y cuéntame cosas “ me tienes intrigada” y no puedo vigilarte. - Gracias Anic por ser mi amiga te llamaré.

Al día siguiente

amaneció otro día

excelente, Sofí después de desayunar abrió por primera vez el ordenador, miró el correo y tenía varios mensajes de Jean; decidió contestarlos y ofrecerse para trabajar a distancia le ayudaría en todo lo posible a media mañana cerró el ordenador y salió a la calle en la parte norte

de la

urbanización había una tienda de bañadores, recuerdos, periódicos y regalos. Entró en la tienda


y compró un bañador, crema solar y un sombrero. Dejó

la compra en el apartamento y con el

sombrero y la bici se fue a la casona. Al final del camino un señor con caballete y pinturas le interrumpía el paso,

Sofí bajó de la bici y lo

observó. El hombre no parecía

percatarse de su

presencia y seguía pintando. Sofí ante la pasividad del señor pasó sobre las hiervas que habían al lado del camino. El señor salió de su concentración y dijo. - Perdone usted, no la había visto llegar. Ante la disculpa Sofí se volvió y contesto. - Perdóneme

usted a mi, si

he

interrumpido su trabajo, no era mi intención. - ¡ No ! la culpa es mía por interrumpir el paso, aunque por aquí no suele pasar nadie. Como podrá comprobar aquí hay sombra durante mas de una hora y ese es el motivo… - ¿ Es usted el dueño? - No solo pinto cosas hermosas

y esta


casa la encuentro hermosa. - Sofí sonrió y siguió su camino mientras pensaba que no sabía donde veía la belleza el pintor. Ella solo veía un gran caserón con muchas ventanas y dos puertas con arco. Se dirigió a la parte trasera y apoyó la bici sobre la pared, entre los cipreses vio que alguien trabajaba en el campo de los túneles; se acercó con disimulo y vio como un señor cortaba el plástico, dejando un agujero de entre diez o quince centímetros en la parte superior. Se retiró al columpio y se sentó a la sombra, se respiraba paz y sosiego mientras entre los huecos de los árboles veía trabajar

al

campesino. El

teléfono sonó, miró el mobil, no conocía el número ni lo tenía memorizado aunque era francés; preguntó. - ¿Quien es ? ¿quien me llama? - Soy

Héctor

comisario de la policía

parisién ¿ es usted Sofí De La Mer Martín ? - Si ¿que desea?. - Por favor no se asuste, no tenemos nada contra usted.


- Lamento darle esa impresión, no he echo nada y por lo tanto nada debo temer. - Me alegro que piense así, me explicaré sin rodeos. Cuando acudimos al despacho del señor Gerard, nos llevamos un sobre que había sobre la mesa, no lo abrimos “ese trabajo pertenecía al juez” el sobre iba dirigido a usted y tengo orden de entregárselo. El contenido solo lo sabe el juez pero en el le dice a usted que debe abrir su caja fuerte e incluso le da instrucciones concretas. Mis ordenes son estar presente cuando la abra y hacer un inventario. Le recuerdo que solo se aquello de lo que he sido informado. -Ya comprendo; me encuentro en España en una población de Valencia acabo de vender una casa de mi madre y pasaran unos días antes de que consiga cobrar. ¿Tiene usted mucha prisa? - No, no corre prisa basta con que usted me llame cuando llegue a París y yo le acompañaré a su casa. Quiero dejar claro que no existen cargos contra nadie; la carta de Gerard es muy clara, según el juez.


- En ese caso

creo que en una o dos

semanas nos vemos. - Gracias señorita Sofí. - A usted. Un hombre salia de entre los cipreses con un botijo en la mano, se acercó donde estaba Sofí y dando los buenos días acercó el botijo a un grifo y lo llenó, bebiendo a continuación. - ¿Quiere? - dijo el campesino ofreciéndole el botijo a Sofí. - Nunca he bebido en ese recipiente. - Es muy fácil, solo tiene que acertar en la boca, mientras lo mantiene en alto, “mire” - el hombre volvió a beber. Sofí notó que tenía sed y decidió probar, el agua se desramó de su boca y se deslizó por su garganta y pecho. - Oh dios mio me he mojado toda. El hombre reía mientras decía. - No tema solo es agua y con este calor en


pocos minutos se seca ¿ es usted de aquí? mientras esperaba contestación, sacó un cigarro y se sentó en el suelo a descansar. - No soy francesa. - Ya me parecía a mi que su dejo. ¡Pero oiga

habla

usted

Valenciano! no

francés

ni

castellano. - Si mis abuelos y padres han hablado su idioma en privado y allí lo aprendí. Mi tío vive en el Puig. - ¿Quien es? - Se llama Vicente Soler y vive en la calle Mayor. - Lo conozco

yo vivo en la Plaza del

ayuntamiento. ¿Pero que hace usted aquí ? - He venido a vender la casa de la plaza de San Roque y suelo pasear por la playa o los caminos, vi los túneles de plástico

y tenía

curiosidad por saber para que servían. - Son melones, el plástico adelanta el crecimiento y protege la mata del frio de la noche,


ahora lo rompo para que entre el aire y se acostumbre a la temperatura y la semana que viene lo quitaré, en algo mas de un mes tendremos melones. Bien mucho gusto de conocerla, debo seguir con el trabajo. ¡ Ah el agua de la balsa está limpia! mañana por la mañana vendrán mis hijos a bañarse si quiere darse un baño está invitada. - Gracias, puede que venga. El campesino volvió a beber cogió el botijo y se marchó. Sofí cogió el manillar de la bicicleta y pensó en el pintor ¿habría terminado el cuadro? Cuando llegó a su altura estaba cargando las pinturas en el coche; el cuadro seguía sobre el caballete. Sofí lo miró y miró la casona. - ¿Le gusta? - preguntó levantando la cara con una sonrisa. - Como pintura está bien, pero representa una gran mentira. Al pintor le cambió el semblante -

¿que

quiere decir? - Usted solo ha utilizado la casona como


pretexto para pintar lo que quería. Ha pintado los arcos de las puertas y las ventanas de ladrillo y no existen es una mentira pero ademas ha añadido mas arcos de ladrillo a ambos lados. Debo reconocer

que

el

conjunto

es

bonito

e

impresionante, pero como le he dicho sobre una gran mentira. - No. señorita… - Sofí me llamo Sofí. - Yo Esteban; pues señorita Sofí la casa es real y solo los arcos laterales son fantasía ¡ nunca mentira ! Hay que saber distinguir y tener imaginación. - Acepto la fantasía pero no la mentira -dio media vuelta y montó en la bici con la intención de irse. - Espere

espere un momento, quiero

demostrarle que tengo razón, no puede irse con una mala impresión de mi. Sofí se volvió y lo miró sonriendo - ¿y como piensa hacerlo?


Esteban

le devolvió la sonrisa - le

propongo una apuesta, si tengo razón usted cena conmigo esta noche. - Y si no la tiene. - En ese caso pago la cena. Sofí se quedó mirando al pintor , era un hombre atractivo y ella hacía mucho tiempo que no salía con un hombre, además le pareció simpático y con alguien tenía que salir para romper el hielo dejado por Gerard. Como decía su amiga Anic debía distraer su mente. - Bien acepto ¿como me va a convencer? - Venga sígame. Los dos se acercaron a la puerta de la casona, Esteban cogió una piedra por el camino y al llegar a la puerta golpeó repetidamente el borde de la pared; no tardaron en aparecer los ladrillos que formaban el arco de la puerta, cubiertos por mortero. Sofí quedó impresionada “ el pintor tenía razón. - Esteban usted tenia razón y yo era una


ignorante desconocía que… - No se disculpe he jugado con ventaja “soy arquitecto” pero mi invitación sigue en pie ¿quiere cenar conmigo? - Esteban miró a Sofí que

lo

miraba con seriedad y añadió – ¡solo cena! - Acepto cenaré con usted, lo espero a las ocho frente la Residencia Tiempo Libre. - Allí nos veremos. Sofí cogió la bicicleta y pedaleo con rapidez, no sabía como pero esa noche cenaría con un desconocido. La tarde la pasó nerviosa, seguía sin comprender como la había engatusado un extraño, recordaba el cuadro y la casona le parecía preciosa, e inmediatamente le venía a la memoria el rostro sonriente o tal vez un poco burlón de Esteban. Sin darse cuenta a las ocho en punto estaba a la puerta de la residencia y vio como Esteban giraba la esquina buscándola, al verla una sonrisa inundó su rostro. - Buenas tardes, ¿conoce usted una muchacha que conduce una bicicleta?


- ¿Se llama Sofí por casualidad? - Sí es una mujer bellísima. Sofí se ruborizó y su belleza se hizo mas intensa y patente. - ¿Nos vamos? - Si puedo preguntar donde me lleva. - Psss. Mas bien no, dime ¿ has visitado la capital? - No, no he salido de aquí. - Pues bien tengo un plan, ¿te gustaría cenar frente al mar y después pasear por un mundo de fantasía. - La fantasía me encanta. Esteban llevó a Sofí a cenar

a la

malvarrosa y mas tarde pasearon por la ciudad de las ciencias. - Esteban me dijiste que eras arquitecto ¿como es que pintas? - Es tradición de familia, mi padre era artista fallero antes de conocer a mi madrastra e


irse a vivir a Cuenca entre corderos, claro tu no sabes lo que es eso si no has venido nunca por Valencia. - ¡Las fallas! si vi un reportaje en París, eran unos monumentos muy grandes y raros. - Si son grandes pero no tienen nada de raros, son autenticas obras de arte dedicadas a la critica con ellas simbolizamos la quema de todo lo malo que ha ocurrido durante el año; pues bien mi padre construía fallas. Yo al tiempo que estudiaba arquitectura me inscribí en la academia de artes y oficios y entre la academia y mi padre aprendía a pintar.

La pintura y la arquitectura son mis dos

pasiones. - No.. tienes… - No, no tengo novia ni mujer. Bueno en realidad tuve un escarceo con una aparejadora cuando yo empezaba. - ¿ Que pasó? - Se fue con el constructor; era la mejor apuesta. Pero solo hablamos de mi y tu tienes a


alguien esperando. Sofí bajó la cara y Esteban comprendió. - Mira ese edificio es el Ágora, es colosal aunque no está terminado y difícilmente se terminará. - Esteban He tenido una relación de dos años, lo quería era el hombre de mi vida y aunque no estábamos casados parecíamos un matrimonio. Hace un mes se arrojó desde la terraza del edificio de la empresa en la que era propietario y donde yo trabajaba “soy publicista” - Lo siento no sabía… - No pasa nada, como dice mi amiga Anic, tengo una vida por delante y me he propuesto olvidar. Creo que no pensó en mi cuando se suicidó. En breve debo regresar a París tengo que abrir la casa a la policía y arreglar algunos papeles, me han ofrecido trabajo pero en este momento no quisiera vivir en Paris, necesito evadirme. - Quedate aquí ¿no te gusta lo que ves a tu


alrededor? Sofí miró los monumentos que la rodeaban, pero Esteban llamó su atención. - Donde miras ¡mirame a mi! - La simpatía y el descaro de Esteban gustaba a Sofí. A la una de la noche Esteban dejaba a Sofí junto a la residencia. - Sofí ¿ Que piensas hacer mañana? - Estoy invitada a bañarme en la balsa de la casona. - Te parece bien que te visite. - Eres libre, Buenas noches. - Buenas noches Sofí.

Al día siguiente sobre las once Sofí provista del bañador y con un vaporoso vestido por encima, montó en la bicicleta y se dirigió a la casona, cuando estuvo frente a ella paró e intentó imaginársela como la había pintado Esteban, la encontró hermosa, la rodeó y se fue a la parte


trasera donde dos niños de entre seis y ocho años correteaban por la orilla de la balsa o piscina y se lanzaban al agua sin miedo entre risas y gritos. Sofí se despojó del vestido y acercándose a la balsa, preguntó. - ¿ Puedo bañarme? La contestación de los niños fue una cortina de agua lanzada con las manos sobre Sofí. Cuando paró el coche de Esteban los tres corrían y se lanzaban al agua. Esteban sacó una silla, un bloc de pintura y se sentó junto al columpio, tomando apuntes. Media hora mas tarde el labrador cruzaba los cipreses y se acercaba a la casona. - Niños es hora de salir. Buenos días veo que ha venido. - Si lo he pasado muy bien con sus hijos. - Son muy traviesos ¿no

la

habrán

molestado? - No, solo son niños y su alegría es contagiosa – Sofí hablaba mientras se secaba el cabello con la toalla que llevaba en la cesta de la


bici. Esteban seguía tomando apuntes, en un descuido sacó el mobil he izo algunas fotos, cuando lo miró Sofí disimuló como si le hubieran mandado un mensaje. Sofí se puso el vestido sobre el bañador mojado, y preguntó al campesino. - ¿ Es usted el dueño de la casa? - No, el dueño es don Gonzalo Montal, es médico y vive en Valencia, hace años que no viene por aquí, cuando vivía

su hija pasaban aquí el

verano, pero ya hace años que no viene, pero no le he dicho mi nombre. Me llamo Pedro, Pedro Conesa, aunque todo el pueblo me conoce por Conesa. - ¿Que ocurrió? - Su hija falleció en un accidente de coche en la autopista regresando a Valencia

, había

estado de fiesta con unos amigos y habían bebido, aunque ella no conducía. Yo me encargo del motor de riego y de cobrar a los regantes, una vez al año lo visito y echamos cuentas. Aquí nunca se termina el agua ni sale salada pese a la proximidad del mar,


dicen que hay una gran corriente bajo el pozo. Miró a Esteban – usted es el pinta, lo vi ayer. - Mas bien lo intento, me llamo Esteban y en realidad soy arquitecto. - En ese caso somos del oficio yo soy especialista en escaleras de ladrillo , pero como hay poco trabajo…

Mi padre es en realidad el

regador y quien trabajaba este campo, ya está algo viejo y yo ocupo su lugar. - Mucho gusto de conocerlo, ayer le hablaba a Sofí de las arcadas de las puertas y que es una lástima que estén cubiertas con mortero. - Si es una lastima pero yo he conocido esta casona siempre así y puede que mi padre también, les aseguro que su interior es mucho mas bonito y moderno; yo trabajé con mi padre con tan solo dieciséis años en una gran reforma del interior. No tengo las llaves; no se la puedo mostrar pero les gustaría. Bien me voy los niños han de comer. Conesa cogió a los niños y se fueron por otro camino lateral; Sofí miró a Esteban este la miraba sin abrir la boca, era como si ambos


quisieran hablar y ninguno se atreviese los dos sonreían, al fin Sofí se decidió a hablar. - Pienso explorar este camino si me sigues y me das tiempo a cambiarme te invito a comer en la residencia ¡hay bufete libre!. - Acepto ves delante, yo te sigo. El camino salía a la carretera que llevaba a la población y la residencia estaba cerca. Sofí fue hasta su apartamento e invitó a Esteban a subir. No tardó mucho en cambiarse y salir a dar un paseo por la urbanización mientras hacían tiempo para comer. Esteban la invitó nuevamente a cenar pero en esta ocasión Sofí declinó la invitación diciendo que el lunes lo tenía ocupado y quería levantarse temprano. - Bien pero no te negarás a un paseo por la capital. - No no me niego. - En ese caso hoy veremos parte del centro histórico y a media tarde tomaremos un helado. Debo advertirte que no lo podremos ver todo por


estar cerrado. En otra ocasión aprovecharemos la mañana. Sofí se dio cuenta que con esas palabras Esteban daba por seguro que seguirían saliendo juntos. Algo que ella no se había planteado. Esteban le caía bien pero no sabía… Tenía muchas dudas y mientras paseaban llegaron a la residencia. Manuel los vio sentados a una mesa y los atendió rápidamente. - Sofí tengo noticias del banco, necesito un aval pero lo tengo resuelto mi hermana vendrá el martes y el miércoles firmaremos. En uno o dos días tendré el dinero y podremos ir a la Notaría. - Quien tiene que acompañarle a la notaría es mi tío la casa está a su nombre por mi parte debo regresar a París mañana comprobaré los vuelos e intentaré regresar para el próximo fin de semana. El coche lo dejaré aquí y solo me llevaré lo justo tengo ropa en París. - Después de comer Esteban dio un paseo con el coche llevándola a ver la plaza de toros, la estación del norte y siguiendo por la calle Jativa las


torres de Cuart y mas tarde las de Serranos, aparcó en la plaza de La Reina al final de la calle de La Paz, visitaron la catedral y la basílica, se sentaron en la plaza frente a la basílica y tomaron un helado; mientras Sofí se fijaba en la fuente y preguntaba. - ¿Tiene algún significado que Neptuno esté rodeado de mujeres? - No es Neptuno, Valencia siempre ha sido una región agrícola, el hombre recostado significa el padre o rio Turia y las doncellas sus hijas o acequias que reparten el agua por la huerta ; la acequia de Moncada lleva sus aguas al Puig. Podríamos decir que el rio es el brazo y las acequias los dedos por donde se distribuye el agua. Cada una de ellas lleva su nombre y en la puerta de la catedral se reúne periódicamente el tribunal que marca las leyes por las que se distribuye el agua, se llama el tribunal de las aguas y se considera el mas antiguo del mundo. Mira Sofí el edificio a nuestra izquierda es el Palau de la Generalitat, solo se puede visitar un día a la semana previo permiso. En esta zona hay


varios palacios pero no se visitan. Un día que vengamos temprano, iremos al mercado central “es precioso” y visitaremos la lonja pero sobre todo me gustaría enseñarte la iglesia de San Nicolás, es como “ La capilla Sixtina de Valencia” pero mucho mas grande. Hay mucho que ver en mi ciudad y muy poco promocionado. - Si me doy cuenta, en parís puede ser que tengamos algunos monumentos mas o menos emblemáticos o mas o menos bonitos, pero con una gran promoción. Me gusta tu ciudad y espero conocerla mejor al fin y al cabo era la tierra de mi abuelo. - Sofí cuéntame cosas de tu vida; de tu familia… - Mi abuelo era español se fue a Francia huyendo de las tropas rebeldes y conoció a mi abuela, se

casaron.

Recuerdo

a

mi

abuelo

trabajando como jardinero para el ayuntamiento de Perpiñan. Tenía un joven ayudante que se casó con su hija “mi padre” siempre vivieron en la misma casa de campo y en ella nací yo y estuve dieciséis


años inolvidables. Tal vez por eso me llaman las casas de campo y por eso visité la casona; tengo una hermana mayor y dos sobrinas que viven con mi madre. Yo me fui a estudiar a París y al terminar los estudios encontré trabajo

eventual para seis

meses, mi amiga Anic con la que compartía apartamento me consiguió trabajo en la empresa de Gerard, poco a poco fui ascendiendo y disponía de mi propio despacho, puedo decir que era la tercera en el escalafón por detrás de Gerard y del vicepresidente Jean. Mi madre decía que del roce viene el cariño y creo que eso nos ocurrió a Gerard y a mi. De tanto vernos nos enamoramos. Llevaba algo mas de dos años en la empresa cuando me fui a vivir con el y estos dos años de convivencia he sido muy feliz. La cara de Sofí se entristeció. - Por favor perdona, no debí preguntar. - ¡No pasa nada! es la primera vez que hablo abiertamente sin llorar. Tal vez… es que pienso que he de regresar. Llevame a casa debo buscar vuelos a Paris.


Esteban llevó al apartamento a Sofí y se despidieron. En la mente

de Sofí solo

habían

pensamientos para su regreso a París y en cuanto llegó al apartamento puso en marcha el ordenador y buscó los vuelos, había un vuelo vía Madrid a las seis de la tarde y otro de regreso directo el Jueves por la mañana los contrato los dos siguiente partía

y al día

hacia París. Antes de embarcar

llamó a Anic informándole que iba rumbo a París y que llegaría a las ocho y media. Cuando

salió

del

aeropuerto Anic

esperaba, se abrazaron alegremente

la

antes de

cargar la única maleta y dirigirse al apartamento. - Como es que no a venido Romeo. - Se ha quedado en la cocina “le gusta cocinar” y cada vez lo hace mejor. ¿ Dime Sofí vienes para quedarte? - No, tengo cosas pendientes en Valencia, sobre todo cobrar una buena cantidad de dinero. -

Tienes

que

conocido algún hombre?

contármelo

todo

¿has


- Si a muchos, pero todos casados ¡ bueno si exceptuamos al pintor! - ¿Es guapo? - Psss.

Podríamos decir que está bien.

Pero no, no hay nada interesante si exceptuamos la zona.

La

temperatura

y

la

vegetación

son

excepcionales, no conocía nada del país de mi abuelo pero todo lo que e visto me ha gustado. Primero estuve en Barcelona y me encantó seguí a Valencia y cuando conocí la capital me sorprendió es digna de visitar. - ¿Quieres convencerme para que la visite? - Oh, no solo que no esperaba encontrar una ciudad tan bella, ahora vivo en en un apartamento pero antes estuve en un hotel residencial. La gente es muy amable y me he propuesto volver algún día de vacaciones. - Si piensas volver ¿por que has vendido tu casa? - Estaba muy vieja y con lo que cobraré tengo para muchos años de vacaciones.


- ¿La casa no era de tu madre? - Si, pero mi madre me la da, porque mi hermana se quedará la de Perpiñan, “es mi herencia”. Bueno la casa y mi carrera ya que mi hermana nunca estudió. - Comprendo. Llegaron al apartamento de Anic, una fina llovizna se dejaba caer, rápidamente entraron en el portal y subieron al apartamento donde les esperaba Romeo. La mente de Sofí empezó a cambiar y calcular los pasos a seguir al día siguiente, sobre las diez llamaría al policía; o tal vez era mejor llamarlo ahora. Decidió llamar. - Si digame ¿quien es? - Soy Sofí he regresado de vacaciones y estoy a su disposición. - Sofí, Sofí, Oh lalá me había olvidado de usted. - ¿Cuando le viene bien que vayamos a la casa?


- Mañana cuando usted decida estoy disponible a partir de las nueve. - En ese caso le parece bien a las diez. - Me parece perfecto yo pasaré a recogerla, ¿supongo que estará en casa de su amiga? - Si así es. - Pues hasta mañana. - Hasta mañana.

A las

diez

en

punto

el

comisario

acompañado por otro policía, recogía a Sofí. El tiempo anunciaba tormenta y seguía lloviendo. Llegaron a la casa casi en las afueras y Sofí bajó del coche para marcar la contraseña que abría la verja del pequeño patio delantero, valiéndose del paraguas caminó hasta la puerta mientras los policías aparcaban en el interior del recinto. El pequeño porche les cobijó inmediatamente. - Pasen ustedes, ¡creo que tiene una carta para mi! El comisario sacó de su bolsillo interior un


sobre doblado y se lo entregó, en el unas letras escritas a mano “por favor quien encuentre el sobre que lo entregue a Sofí. Sofí sacó los papeles que habían en el interior y empezó a leer. Querida Sofí: se que cuando leas esta carta yo no estaré en este mundo ¡ te pido perdón por ello! Pero no soy capaz de enfrentarme

al futuro que me espera. (Lo

siento) eres lo mejor que me ha ocurrido en la vida y por eso mi último recuerdo es para ti. Deberás ir a casa y abrir la caja fuerte, la combinación son los seis últimos números de mi teléfono. Todo cuanto hay en su interior es para ti. Por favor perdóname e intenta rehacer tu vida es la mejor manera de perdonar. Siempre tuyo

Gerard

Sofí con seriedad dejó la carta sobre el recibidor e invitó a los policías a seguirla al piso superior. Entró en lo que había sido su habitación y se dirigió al armario empotrado que había sido de


Gerard se acercó a una esquina

y descolgó

algunos trajes, tras ellos apareció la caja fuerte. Sofí marcó la combinación ( nunca la había abierto) abrió la caja y se apartó mientras el policía grababa, no solo cuando la habría, también el contenido del interior. - Puede usted sacar el contenido y depositarlo sobre la cama, por favor. Sofí obedeció y fue sacando todo el contenido. Unas escrituras ocho mil euros y un sobre dirigido a un notario. Cogido con un clip había una nota. Querida Sofí: hace un año puse la casa a tu nombre empujado por mi afán de protegerte, por lo tanto te pertenece, estas son las escrituras. Si has llegado hasta aquí es por que yo ya no estoy en este mundo. No se cuanto dinero habrá pero es tuyo lleva la carta al notario en el sobre tienes la dirección. Gracias por … - Parece ser que no terminó de escribir. Tome léala.- Sofí entregó la carta al comisario y


este la leyó. - Bien Sofí, nuestro trabajo ha terminado podemos regresar cuando guste. - Esperen, aquí hay mucha ropa que ya no se utilizará y maletas de sobra yo llenaré una para Romeo ustedes pueden llevarse lo que quieran. - No nos lo permite el reglamento estamos de servicio. - ¿Y cuando no estén de servicio un amigo no puede hacerles un regalo?. El policía miró al comisario. - Yo llenaré una maleta con ropa mía y de Gerard, ustedes llenen las suyas las dejaremos todas en el apartamento y cuando terminen pasan a recogerlas “será un regalo”. Si no lo hacen la ropa irá a un contenedor. - Está bien aceptamos.- dijo el comisario las razones de Sofí eran convincentes. Al día siguiente

cogió el sobre para el

notario y fue a su despacho, la recibió su secretaria. - Que desea.


- Me llamó Sofí, hace unos meses falleció mi pareja y entre sus papeles apareció una carta dirigida al señor Alfredo. Esta es. - Si

es para el señor notario. Lo que

sucede es que no estará aquí hasta dentro de unos días salió el pasado lunes en un crucero para quince días con su familia. - Debo volver el jueves a España “tengo pagados los pasajes”. - Yo puedo hacerle un recibo del sobre, firme usted el sobre y yo le firmaré el recibo, ponga su dirección y su número de teléfono, cuando lo abra ya tendrá usted noticias. ¿Tiene idea de lo que contiene? -

No,

aunque

creo

que

debe

estar

relacionado con la vivienda que me puso a mi nombre hace un año. - Es posible , algunas personas suelen ser muy calculadoras y no les gusta dejar ningún cabo suelto. Posiblemente no sea importante. - Eso espero, no me gustaría llevarme


alguna sorpresa. Digame podría dejar poderes a una persona. - No está el notario… pero en caso extremo la firma de dos testigos puede ser legal. - Redacte usted los poderes yo firmaré y usted también como testigo, busque otra persona de los que aquí trabajan y me iré tranquila necesito a alguien que se ocupe de mi casa. Cuando Sofí llegó al apartamento

no

estaba Anic. Abrió el ordenador y todos los mensajes eran de Jean. La contestación de Sofí fue muy escueta. “Mándame trabajo” no le dijo que se encontraba

en

París.

Cuando

llegó Anic

le

comunicó su decisión. - Anic eres la única persona en quien confío aquí. He decidido vender la casa de Gerard; no me veo viviendo nuevamente en ella. Te he dejado poderes en la oficina del notario para que te ocupes de venderla. He dejado ropa y zapatos puedes coger la que quieras y el resto la das a beneficencia. Hay un reloj en la entrada, me gustaría que te lo quedaras, fue mi regalo de


aniversario a Gerard. - ¿No piensas regresar a París? - No lo se, mi vida está confusa, de momento he aceptado trabajar para Jean. Los acontecimientos se han precipitado y quiero romper con todo lo perteneciente a Gerard. Seguiré con mis vacaciones y trabajando a distancia. Ahora podré disponer de una buena suma de dinero y buscar la mejor opción para mi futuro con toda tranquilidad. - ¿Sabes Sofí?

“ te envidio” creí que te

desmoronarías, pero veo que no solo te has adaptado a las circunstancias, sinceramente creo que las has superado. Por otro lado cuenta siempre conmigo. - Tu me abriste los ojos cuando yo los tenía cerrados, siempre estaré en deuda contigo. - Si sigas por ese camino me vas a hacer llorar. Las dos amigas se abrazaron; al día siguiente Sofí debía embarcar su amiga la llevó al


aeropuerto de Orly bajo una intensa lluvia. El avión se elevó sobre un gran colchón de nubes, cuando descendió del avión el sol brillaba intensamente sobre Valencia sin una sola nube. Cogió un taxi y regresó al apartamento, mientras miraba el paisaje por la ventanilla, se preguntaba por que su abuelo nunca había querido volver a su tierra, aunque la contestación fuera obvia “tenía miedo” del dictador, entendía que su madre viviera feliz sin conocer… Sus pensamientos cambiaron cuando el conductor le dijo. - ¿Donde la dejo? - Siga usted las indicaciones a la playa. A los pocos minutos descendía del coche, con la carga de sus nuevas experiencias y dos maletas. El llevar

una

maleta

inconscientemente

mas

pensaba

demostraba quedarse

por

que un

tiempo indeterminado. Miró el reloj tenía el tiempo justo para deshacer las maletas e ir a la residencia a comer antes de que cerrasen el comedor. Manuel se alegro de verla entrar y se apresuró a decirle.


-Señorita Sofí “su tío ya ha cobrado” yo le acompañe y con la copia de su pasaporte le abrimos una cuenta en el banco Popular. El banco se encuentra en la plaza y... - Si lo he visto en la plaza, se donde está. Gracias Manuel. - Si pero debe ir usted a firmar y legalizar la cuenta. - Mañana lo aré ¿cuando debo irme del apartamento? - Estamos a cinco de Junio y mi hermana no viene hasta Agosto, mientras tanto lo puede utilizar. - Gracias Manuel. - A usted – Manuel siguió con su trabajo, una señora que trabajaba en la cocina

había

escuchado la conversación, cuando Sofí hubo terminado de comer se acercó. - Por favor señorita podemos hablar. - Si digame usted. - Yo trabajo aquí en la cocina y recogiendo


las mesas, pero las tardes las tengo libres y me dedico a la limpieza de apartamentos si usted quiere puede contratarme; dentro de media hora termino si lo desea podemos hablar. - Bien recoja la mesa, la espero tomando café en la terraza, no tengo prisa. Sofí salió a la terraza y se sentó mirando el mar, una suave brisa acariciaba su rostro, no quería pensar en nada, su mente se distraía observando las olas y viendo volar las gaviotas; unos niños correteaban

por la arena mientras su madre les

gritaba para que no se la echaran por encima. El tiempo pasaba sin darse cuenta, una voz la devolvió a la realidad. - Señorita. - ¡Ah! Es usted, por favor siéntese. - No se si debo. - ¡Si debe! Usted no es menos que nadie. ¿Que quiere tomar? - No yo…- la mirada fija de Sofí la convenció – bueno me traeré un café.


- Por favor Manuel - dijo en voz alta Sofí a Manuel que servía una mesa contigua. - ¿Que desea ? - Dos cafés – Manuel obedeció sin rechistar y sirvió los dos cafés. - Me llamo Sofí ¿como se llama usted? - Rosa, me llamo Rosa. - Bien Rosa mientras usted pague no es inferior a nadie, las personas inferiores son las que roban o matan. Usted no parece del país. - No soy venezolana. Mi marido era español vino a trabajar a mi país y nos casamos las cosas empezaron a ir mal por allí y regresamos. Yo estaba embarazada y mi hija nació aquí. Dos años mas tarde falleció mi marido y yo me quedé con mi hija y con mi suegra. En mi país era educadora (maestra de escuela) pero aquí me busco la vida como puedo. - ¿Que edad tiene su hija? - Quince años, quiero que estudie y tengo que aprovechar el tiempo para trabajar y ganar


dinero “como sea”, aquí solo tengo un contrato de cuatro horas, el resto del día trabajo de limpiadora. - Rosa yo también

trabajo y puedo

permitirme contratar sus servicios, pase por mi apartamento y así tendré mas tiempo libre. - No se arrepentirá. ¿Cuando empiezo ? - Cuando usted quiera. - Tengo libre todos los días cuando salgo. Le parece bien de seis a siete - Me parece bien empiece mañana viernes le prepararé una llave. Pero tenga en cuenta que estaré menos de dos meses; quiero decir que si encuentra otro trabajo no lo pierda por mi. - Entiendo. Aquella mujer luchadora, reblandeció el corazón de Sofí. Ella no se consideraba inferior a ningún hombre, en realidad había tenido muchos a su servicio. Pero la conversación con Rosa le hizo pensar en la lucha constante que debería haber llevado aquella mujer durante los trece años que llevaba sin marido y con tres bocas que alimentar.


Se fue al supermercado y llenó la nevera el resto de la tarde no salió del apartamento. Por la mañana cogió la bicicleta y se acercó al pueblo. La primera visita fue al banco, buscó una ferretería

e hizo un duplicado de la llave del

apartamento. Se acercó a casa de su tío y le dio las gracias durante un buen rato estuvo dialogando con su tío y la señora. Tuvo que escuchar las mismas preguntas que todos le hacían. - ¿Que piensas hacer ahora? ¿ te vas quedar por aquí o regresas a Francia? Siempre la misma contestación. - No lo se, de momento no quisiera regresar, tengo tiempo para pensarlo y tal vez visite algo mas España. Cogió la bici y tomó nuevamente el camino de la playa. Llegando a la residencia vio a su derecha el camino que llevaba a la casona y no pudo resistir la tentación sin darse cuenta estaba mirando la casona e imaginándola como la había pintado Esteban “ era preciosa” se acercó a ver el campo de melones allí estaba Conesa terminando


de quitar los túneles y dejando las plantas al aire libre, decidió comer en la residencia

y poder

disfrutar un poco mas de la paz que allí se respiraba, se sentó en el columpio; unos minutos mas tarde Conesa se reunía con ella bebiendo directamente del grifo un buen trago de agua fresca. - Buenos días, casi la he echado en falta, - He estado en París. - Allí les he prometido a mis hijos que los llevaré si la cosecha me sale bien. ¿ habrá visitado usted La Disney? Sofí se echó a reír – ¿Puede creer usted que he vivido catorce años allí y no he visitado el parque? - Si lo creo aquí tenemos Tierra Mítica y yo tampoco la he visitado. Los dos rieron pero en la mente de Sofí empezó a crecer una idea. - Señor Conesa ¿cree usted que la casona está en venta?


- No lo se hace algún tiempo estas tierras valían mucho dinero, pero hoy en día hay mucho construido y llevará muchos años vender todo los apartamentos y viviendas, por lo tanto hoy no tiene mas valor que el sentimental. Usted dijo que su hija había muerto y que los dueños no venían desde entonces ¿son muy viejos? - El señor tiene sesenta y siete y la señora unos menos. - ¿Tienen mas hijos? - No Isabel era hija única, su madre no quiso tener mas por miedo a perder la figura, según decía mi padre. - Usted sabe su dirección ¿puede dármela? - Si, ¿ lleva algo para escribir? - No hace falta dígamela. - Esta bien es < calle de la Paz, número treinta y seis puerta tres. - La recordaré.


- ¿Piensa comprar la casona? - No lo se, pero estoy pensando que la Residencia “Tiempo Libre” está llena desde que vine y aquí se está mas tranquila y hay mas espacio. - No se si es una buena idea, Habrá mucho que reparar en el interior, pintar… - Para eso están los profesionales, en cuanto a la compra depende del precio. - Bien yo me voy, piénselo bien. Sofí cogió la bicicleta y dio una vuelta al edificio imaginándose como podría quedar con la reforma al tiempo que en su mente se repetía la imagen del cuadro. Se fue a comer y después al apartamento. Abrió el ordenador

y se puso a

trabajar, a las siete llamaron a la puerta. Era Rosa le entregó la llave y dialogaron sobre el trabajo, en unos minutos volvía al ordenador. Pero a partir de ese

momento

no

conseguía

concentrarse,

nuevamente la imagen de la casona volvía a perseguirla era como si la llamase. Se puso las chanclas y dejó sola a Rosa. Se acercó a la orilla


del mar y paseó descalza mojando sus pies con las olas. Pensó en los pros y en los contras, cuando subió

al

apartamento

Rosa

ya

se

iba

e

intercambiaron algunas palabras pero en la mente de Sofí había una idea fija, si disponía de suficiente dinero “compraría la casona”. Al día siguiente a las diez subía al coche y programaba el GPS. Comprobó los aparcaderos y encontró uno al final de la calle (era el mismo que había utilizado Esteban) dejó el coche, se acercó al domicilio y llamó. Una señora de no mas de cuarenta le abrió. -¿Que desea? - ¿Está el señor Gonzalo Montal? - No no está no vendrá hasta dentro de una hora como mínimo, tiene la costumbre de pasar todos los días por el hospital, aunque esté Jubilado y la señora está en misa. - En ese caso volveré mas tarde. - Debo decirle que ha venido... - No no diga nada.


Sofí recordó que Esteban le había indicado por donde estaba el mercado central y decidió buscarlo. No tardó en verse envuelta de hermosos puestos

vendiendo todo tipo de manjares y no

pudo reprimir el deseo de hacer la compra. Después miró y rodeó el edificio; tenía razón Esteban era una pequeña joya. Regresó al coche y dejó la compra. Sus pasos se encaminaron denuevo a casa del doctor, antes de llamar respiró profundamente y se preguntó si no era mejor dar la vuelta, pero la puerta estaba frente a ella. Llamó nuevamente

y escuchó una voz de mujer que

decía. - Yo abro – era una señora madura, Sofí pensó que podía ser la señora. - Buenos días, busco al doctor Gonzalo Montal o a su señora doña Isabel - Yo soy Isabel, mi marido no tardará en venir, a estas oras ya suele estar en casa ¿que desea de nosotros?. - Se que mi visita le puede traer malos recuerdos pero… vengo a preguntar por la casona


del Puig de Santa Maria. - Pase por favor – aunque como decía Sofí le traía malos recuerdos a la señora Isabel su educación y temple se ganaron su atención. Pasaron a un salón y se sentaron en sendos butacones. - Si tiene usted razón, nos trae malos recuerdos. Pero dígame ¿que desea preguntar? - Yo señora desearía saber ¿si la casona está en venta? Un ruido en la puerta evitó la contestación. - Mi marido acaba de llegar- al momento se escuchó. ₋

Buenos

días

Sofí

se

levantó

respetuosamente. Isabel dio un beso en la mejilla a su marido e intentó presentarles. - Es la señorita… - Sofí, me llamo Sofí - Gonzalo la señorita viene preguntando por


la casona del Puig. - ¿Es usted de alguna inmobiliaria? - No señor, soy francesa aunque mis ancestros son del Puig y estoy de vacaciones, me gusta pasearme por las inmediaciones de la casona, allí se respira tranquilidad y sosiego, había pensado que sería una excelente residencia o un lugar de reposo, para personas necesitadas de tranquilidad o tal vez para poner sus ideas en orden. - Digame antes de venir aquí ha pensado en el dinero que nosotros podamos pedir y en que para nosotros pueda ser un lugar, entrañable y con un fuerte valor sentimental – dijo don Gonzalo. - Mas o menos he pensado que ustedes me tomarían por una descarada, por presentarme con la

pretensión

de

comprarles

la

casona

perteneciente a su familia durante tanto tiempo y de la que tendrán tantos recuerdos. - Así es, y aún así ha venido. - Si porque también he pensado que podría


ser un lastre para ustedes y la causa de recuerdos no deseados… eso podría influir en su deseo de vender. - Es usted muy lista ¿y no ha pensado en la gran cantidad de dinero que le podemos pedir. - Si también he pensado en eso, creo que ustedes no tienen

herederos y por lo tanto se

perderá usted es médico y sabe que nadie es eterno, por otro lado ustedes hace seis años que no la visitan, si siguen así

“se caerá “ la casona

necesita una reforma urgente y gastar mucho dinero en ella, como comprenderá eso baja el precio, habría que añadir el bajo valor de la construcción en estos momentos y que cuando se revalorice puede que ni ustedes ni yo estemos en este mundo. He hablado con Conesa y el me ha dicho que hay mucho construido y para vender. En fin me dijo que la nueva construcción va para largo. Yo acabo de vender una casa en el pueblo y tengo claro que o invierto en la casona o me llevo el dinero a Francia de donde soy. Isabel y Gonzalo se miraron tal vez los dos


pensaban lo mismo. Que aquella desvergonzada joven tenía razón. Isabel preguntó. - ¿Y cuanto cree usted que vale la casa? Tenga en cuenta que las tierras del alrededor también le pertenecen. - No lo se, pero si se que las tierras en este momento no tienen valor, han perdido su valor como patio o solar para construir y que la casona es zona agrícola. - Si tiene usted Razón – dijo don Gonzalo- y además tiene razón en todo pero no nos habíamos planteado vender.

Por ese motivo

nos lo

tendremos que pensar. - Lo entiendo perfectamente, pero si el precio no lo puedo pagar es inútil seguir con el trato, excepto que ustedes se lo piensen. - ¿ Y cuanto estaría dispuesta… - Mire usted yo vendí ( como les he dicho) una casa recientemente ambos, teníamos el precio en un papel y antes de abrirlos acordamos que el precio sería el punto medio entre los dos precios.


“Siempre que el comprador lo pudiera pagar”. - Uhhhm ¡es usted lista! Bien escriba su precio y yo escribiré el mio. Eso no quiere decir que vendamos. - Por descontado. Sofí sacó un pequeño bloc del bolso y escribió una cantidad y el teléfono. Gonzalo se acercó al escritorio seguido de Isabel. Intentó escribir una cantidad e Isabel la corrigió. Tomó un nuevo papel y escribió, lo dobló y se lo entregó a Sofí diciendo. - ¡ Esto no obliga a nada! - aclaró don Gonzalo. - Estoy de acuerdo, pero por si lo piensan he escrito mi número de teléfono. Muchas gracias por atenderme y les aseguro que ha sido un placer conocerles. Sofí salió de la casa, mientras Gonzalo dejaba el papel en un cenicero que había sobre su mesa. Se volvió y vio a su mujer apesadumbrada. -¡ Isabel ! ¿Que te pasa? Maldigo a la


muchacha ¿porque habrá venido? - No maldigas no es tu estilo, creo que tiene un semblante con nuestra hija. - No, no se parecen en nada y no debería haber venido. - Tal vez tenga razón. Es joven y llena de vida. - Y aunque la tenga ¿quien es ella para turbar nuestra paz? - Isabel calló pero el resto del día estuvo recordando las palabras de la joven. A

la

mañana

siguiente

mientras

desayunaban con mucha seriedad preguntó a su marido. - Gonzalo ¿que piensas hacer con la casona? - ¿ La muchacha?… - ¡No! deja a la muchacha, tu eres médico ¿cuanto tiempo nos queda? -

¿A que

trastornada?

viene

eso

mujer?

¿estas


-

No nunca he estado tan bien. La

muchacha me abrió los ojos, con no ir a la casona creía que vengaba a mi hija, también podía haber optado por no ir en coche y no lo hice. De todas maneras ya no me ilusiona ir por allí y ¿que pasará con ella? ¿quien la heredará? Y podría añadir ¿para que la queremos? No nos hace falta ni la casona ni el dinero y si la vendemos nos libraríamos de un peso. - Sabes Isabel yo también había pensado en venderla, sin darnos cuenta se ha convertido en una carga y un trasto viejo, como yo. -No digas eso coge el papel y mira. Gonzalo se acercó al cenicero, cogió el papel y miró. - Será… - ¿Que ocurre? - Con la cantidad que ha puesto no paga ni los cristales y tu me obligaste a rebajar el precio. - Y que mas da si nos libramos de ella, ¿para que la queremos si no la usamos?


- Isabel creo que la chica te ha caído bien. - Si nuestra hija sería mas o menos de su misma edad, ayer vi unos ojos con ganas de vivir y de afrontar la vida con futuro, tenía la misma mirada que tu cuando nos casamos. - No sigas por favor, llamaré y quedaré con ella, pero me va a oír. Por su parte Sofí había calculado el precio medio y comprendió que no le vendería la casona por ese dinero con esa cantidad no pagaba ni el terreno, también pensó que en caso de hacerlo sería un regalo y la gente no va regalando nada por la vida. Sumó sus ahorros y el dinero cobrado y solo le sobraban diez mil euros. Se decidía a marchar al pueblo de compras cuando sonó el teléfono. - Si soy Sofí.. - Y yo don Gonzalo, señorita creo que usted compra muy barato. - Si, lo entiendo, no debí ir ayer a su casa a molestar y reavivar malos recuerdos. En cuanto a la


cantidad es la que cobré por mi casa mas mis ahorros, ya se que en este caso las comparaciones son odiosas. Le pido perdón por mi atrevimiento. - Veo que es usted comprensiva. - Mas bien soy realista; solo que me había echo falsas ilusiones no se por que pero me gusta la casona. Usted perdone mi atrevimiento. - Está usted perdonada y he decidido venderle la casa por la cantidad establecida, pero con condiciones. -

¡Dios

mio!

acepto,

digame

las

condiciones. - Me reservo el derecho a disfrutar de una habitación mientras viva yo o mi mujer, sin gasto alguno. - Acepto, acepto.. - Sofí estaba sorprendida. - Otra cosa, el pago será al contado. - Acepto las condiciones, dispondré

del

dinero en el tiempo que tarde el banco en trasferir el dinero que tengo en Francia. - Bien señorita habrá observado que en la


esquina de mi casa hay una notaría, voy a llevar la escritura para que preparen los papeles antes que me arrepienta. -Por favor deles mi número de teléfono y que se pongan en contacto conmigo, mandaré mis datos por correo electrónico. Muchas gracias, muchísimas gracias. Sofí no sabía porque pero se sentía eufórica sus manos temblaban y se preguntaba si había echo lo correcto. Tenía prisa cogió el coche y se dirigió directamente al banco. Según el director en dos días podía disponer del dinero; pasar por el banco y llevarse el justificante de la transferencia. Dos días mas tarde acompañada de su tío Vicente firmaba la escritura en Valencia. Dándole las gracias a don Gonzalo y a su esposa Isabel. -Recuerde Jovencita que dispongo del diez por cien y… - Si tendré preparada su habitación, por si deciden venir. - ¿No se le olvida algo?


- Creo que no ya le he pagado… - ¿Con que piensa abrir?.. El ambiente era distendido y las risas sonaron. Sofí recogió las llaves, se despidió y llevó a su tío de regreso. - Hay algo que no entiendo, vendes una casa fácil de reparar y te compras otra alejada del pueblo que no está en mejores condiciones y mucho mas cara aunque debo reconocer que con las tierras del alrededor ha sido un regalo. - Tío ni yo misma se lo que he echo y sin embargo me siento eufórica

y con unas ganas

locas de entrar en esa casona. Incluso tengo un motor de riego; tendré que hablar con Conesa. - ¿Conesa el regador? ¡ es un buen hombre! Contestó su tío Sofí dejó a su tío en su casa y sin poder resistir la tentación se fue directa a la casona, aparcó en la parte trasera y buscó a Conesa. Pero Conesa no estaba. Se dirigió a la puerta pero no se atrevió a entrar, algo se lo impedía o tal vez el


miedo a no saber que se encontraría. Dio una vuelta imaginándose como podría quedar con un jardín cuidado y la fachada según el cuadro de Esteban. Contó las ventanas, los arboles, no salía de su asombro “era la propietaria”. Se sentó en el columpio y como no sabía que hacer llamó instintivamente a Anic. - Si Sofí soy yo Anic. - Hay Anic quería hablar contigo tengo que contarte… - Si, si yo también tengo que contarte, escucha. Ayer vino el de la inmobiliaria, según el la casa tiene un valor de ciento ochenta mil euros pero no tiene comprador de momento en caso de querer venderla te harían un descuento del veinte por cien. Yo le he dicho que ni hablar y que eran unos… -¡ No!

Anic vendela; mira ellos siempre

tasan por abajo para comprar quiero decir que la han infravalorado, discute con ellos y vendela por ciento cincuenta.


- No Sabía que tuvieras prisa por vender. - Escucha Anic acabo de comprar una gran casa en el campo. - ¿Que has echo? - He comprado una casa en el campo y necesito dinero para restaurarla. - ¿Restaurarla porque? - Es muy grande y muy vieja tiene mas de doscientos años. - ¡Te has vuelto loca! ¿has gastado todo tu dinero en una reliquia en el extranjero? - Si para mi ya no es “el extranjero” era el pueblo de mi abuelo y tanto la gente como el paisaje y la temperatura… En fin esto me gusta, cuando la repare te invitaré a unas vacaciones. Te gustará te lo aseguro y podrás traer a Romeo. - Estas loca o te has enamorado. - Si me he enamorado del país de su gente de la ciudad de.... Vende, vende, vende… - Está bien mañana llamo a la inmobiliaria.


- Anic colgó mientra repetía – loca, está loca… Anic

habló al día siguiente con la

inmobiliaria, calculó que, si como decía Sofí la tasaban a la baja el agente de la inmobiliaria quería ganar mas del veinte por cien. Con estos pensamientos les ofreció un descuento del cinco por cien. Después de un tira y afloja la cantidad quedó en ciento sesenta mil

euros. Anic se

apresuro a cerrar el trato y cobrar , pues su amiga necesitaba el dinero. Ese mismo viernes a las diez de la mañana, Sofí estaba en pijama sentada frente el ordenador mirando el mar por la ventana mientras enviaba unos bocetos a Jean; un aviso en la pantalla le hizo abrir el correo, después de haber mandado el de Jean. Era el justificante del ingreso

en su

cuenta de París. Poco a poco parecía que Sofí se iba librando de su pasado con Gerard aunque el dinero

que acababa de cobrar procedía de el.

Inmediatamente pensó en la casona y en que alguna vez debería entrar, se vistió y montada en la bicicleta se acercó a la casona, esta vez si que estaba Conesa en el campo, en realidad estaba


regando con el agua de la balsa; cuando esta se terminaba ponía en marcha al motor

y seguía

regando. Sofí se acercó a los cipreses y vio a Conesa descalzo desviando el agua con tierra que apilaba con la azada. Repitió la operación en otros sitios y salió del campo. - Buenos días señorita. - Por favor, llámeme Sofí

como todo el

mundo. - Pues bien Sofí dentro de poco mas de media hora estará regado el campo y llenaremos la balsa con agua limpia y fresca. - Señor Conesa debo informarlo, de que está usted hablando con la nueva propietaria de la casona y sus alrededores. - ¿Como ha comprado usted la casa? preguntó Conesa sorprendido. Sofí agitó la cabeza con una tímida sonrisa mientras soltaba un casi imperceptible – Si. - Dios mío pero para que quiere usted esta


ruina. - En honor a la verdad, no lo se muy bien sueño con un lugar de reposo y tranquilidad y la casona la encuentro ideal. Por cierto quiero entrar pero no me atrevo a entrar sola. Conesa soltó una carcajada. - No me irá a decir que una mujer que viaja sola, habla con desconocidos, habrá discutido y regateado para comprar la casona y vive a su aire “tiene miedo”. - No creo que sea miedo señor Conesa. Es como si entrase en casa de otro y no tuviera permiso. - Bien Sofí dispongo de media hora antes de vigilar si debo cortar el agua. Entremos. ¿Tiene la llave de la cocina? - No lo se, me dio tres llaves ¡ tome usted ! - Mire la puerta que está abierta entre el columpio y la balsa es la del motor de riego, de esa solo yo tengo la llave, vamos al otro lado de la balsa. Esta puerta es la de la cocina y reconozco la llave.


- ¿Ese montón de escombros de al lado a que se debe? - preguntó Sofí. -Era la barbacoa o como decimos aquí “el paellero” posiblemente el banco esté debajo, los escombros son de la chimenea. Hace cuatro años que se cayó. Bien entremos. Aquí en la cocina está el interruptor que da luz a toda la casa. Conesa activó el interruptor y abrió la ventana para ventilar. Por fin Sofí empezó a ver lo que había comprado. La cocina era muy espaciosa y Bonita con dos puertas una a cada lado; chapada con mosaicos valencianos, conservaba todos los utensilios. Se acercó al grifo de la pila. - No habrá el agua – dijo Conesa - espere a que

abra la general pero no se asuste si al

principio sale sucia, no pasa nada. Pasaron al interior, Sofí no encontraba la casa

deteriorada si acaso a falta de pintura, en

algunos sitios incluso habría que rascar las paredes. Las salas de la planta baja eran muy espaciosas entraron en lo que era el comedor, todavía habían botellas medias y vacías sobre la


mesa o tiradas por el suelo. Bandejas con comida que se había podrido y secado, todo estaba sucio. Por la cantidad se demostraba que en la última fiesta debieron haber

mas de veinte personas.

Siguieron mirando y encontraron la biblioteca con un sinfín de libros antiguos, muchos de ellos de medicina, un hermoso escritorio, cuatro sillas

y

unos butacones a los que algunos muelles habían roto la tela eran todo el mobiliario. Siguieron por la otra parte de la puerta principal, allí encontraron una pequeña sala, dos aseos (que parecían en buen uso) y tres habitaciones, una de ellas debía ser la de los señores. Los muebles la delataban, otra mas de matrimonio y una individual. Sofí decidió subir a la planta superior y encontró un pasillo central que iba de lado a lado de la casa y dos habitaciones a cada lado. Al final del pasillo tanto a un lado como a otro terminaba en amplias salas desprovistas de todo lujo y completamente bacías. Sofí no entendía… miró a Conesa y este comprendió. - Sofí según me contó mi padre en un


tiempo se sembraba tabaco y se secaba en salas como estas, aquí solemos llamarlas “Andana” o “L'andana” también se almacenaba o secaban otros productos del campo como habas o embutidos, incluso era el almacén de la paja para los caballos. Según me contó mi padre el abuelo de don Gonzalo construía una habitación por cada hijo y tubo cuatro. Deben ser estas, yo nunca pasé de la planta baja. - ¿ Y las habitaciones de abajo junto a la mas lujosa? - Seguramente pertenecerían al servicio, por aquella época era normal que el servicio viviese en la casa del amo. Conesa se acercó a la pared del fondo y la miró concienzudamente. - ¿ Que ocurre? - preguntó Sofí. - Aquí hay goteras, no ocurre nada si se arreglan, creo que es lo mas urgente y no es mucho trabajo. En ocasiones los pájaros anidan bajo las tejas y poco a poco las descolocan

o las dejan


sueltas a merced del viento. -Usted dijo que era albañil ¿cuando puedo contratarlo? - En estos momentos estoy disponible, no hay mucho trabajo ahora de albañilería. Pero antes debería decirme que se propone y cuanto voy a cobrar. - Con toda su ilusión Sofí se había olvidado de que los trabajadores cobran ¿como sabría ella lo que debería de pagar?. Se quedó mirando a Conesa descolocada. - Sofí las personas trabajamos para comer, dijo sonriendo Conesa. - Si, si yo también trabajo. - Mire no se lo que usted cobra, le parece bien que le pague

por trabajo terminado por

ejemplo, setenta euros por reparar la gotera. Tendrá que reparar mas cosas aquí hay mucho mas trabajo. Creo que debería hacerle un contrato de un mes a mi padre con seguro incluido y a mi me paga según las oras que eche. Sofí yo


tengo el seguro agrícola y no necesito mas, mi padre tiene sesenta y tres años y le vendría bien cotizar antes de jubilarse. Le aseguro que es mejor albañil que yo. Pero antes digame lo que quiere hacer. - Por dentro de momento limpiar y arreglar pero de eso ya me encargaré yo, quiero pintar todo el interior, plantar mas arboles, picar la fachada para sacar la piedra de las arcadas. Creo que se equivoca en una cosa, sacar las arcadas sería muy bonito pero sacar toda la piedra podría ser contraproducente y mucho trabajo yo me lo pensaría. - Yo acepto sus condiciones, empecemos por la gotera y restaure la chimenea, a sí podrán usted, su mujer y sus hijos venir y hacer la comida mientras se bañan. A Conesa le cambió la cara. - Señorita Sofí, mi mujer murió hace seis años, mis hijos y yo vivimos con mi padre. - Lo siento yo no sabía...


- No, no tiene por que saberlo usted no me conoce. Debo cortar el agua seguramente se estará saliendo. Conesa salió con prisas en dirección al melonar. Mientras Sofí salía y se sentaba en el columpio.

Seguramente

pensaba

en

el

gran

problema en que se encontraba, tal vez no había calculado bien y se había dejado llevar por la ilusión. Pensó que no bastaba en reparar y pintar; si ponía

en

marcha

la

residencia

necesitaría

trabajadores fijos y la gran pregunta era ¿ Sería rentable ? Conesa volvía y cambió el agua que iba al campo para que entrara en la balsa. - ¡Espere Conesa!, me gustaría modernizar la balsa y convertirla en una piscina bonita. Conesa se quedó serio tocándose la barbilla – eso quiere decir que nos contrata de verdad. - Si no conozco a nadie mas y usted parece una persona honrada.


- Está bien; no se arrepentirá. A la entrada del pueblo hay un almacén de materiales yo pediré el material y usted irá cada mes y pagara. No se preocupe es pariente mio. - Bien señor Conesa estoy en sus manos. Sofí alargó la mano y Conesa la suya y las estrecharon. - Ya verá usted. Haremos un palacio de la vieja casona.

Sofí se fue de compras con el coche. Escobas, cubos, fregonas y todo tipo de líquidos de limpieza llenaron su maletero, se fue a la ferretería y allí cargó con grandes cubos de basura y sus respectivas bolsas. Lo llevó todo a la casona y se fue a comer a la residencia. Manuel como siempre estaba sirviendo. - Manuel, Manuel. - Si dime Sofí. - Podrías llevarme los muebles que me guardas.


- Si el lunes tengo libre, cogería la furgoneta de mi hermano y... ¿pero donde se los llevo? - ¡Ah!

Perdona no te lo he dicho; he

comprado la casona del médico. - Como, pero si hace muchos años que no la usan debe estar muy deteriorada. - No lo creas, por dentro está muy bien, pienso dejar tu apartamento en una o dos semanas. - Eso quiere decir que has decidido quedarte. - Bueno, todavía no lo se – dijo entre sonrisas. - Bien el lunes a las once estaré allí. - Gracias Manuel. Por la tarde Sofí trabajaba

frente el

ordenador cuando llegó Rosa y sin decir nada por no molestar, se puso a trabajar. - Rosa ¿conoces alguna mujer que pueda ayudarte a limpiar?


- No está contenta conmigo. - No es eso, he comprado la casona y hay mucho que limpiar tu puedes ayudar pero no tienes horas suficientes. - ¿Ha comprado usted la casona del médico? - Si la he comprado. - Dios mio, dicen que el anima de su hija sale de noche. - Rosa no hay animas y cuando alguien muere nunca vuelve, ¿dime tu has visto alguna persona volver del mas allá? - No pero en mi país… - Tu país, ya entiendo en fin si una maestra de escuela puede creerse esas patrañas, entiendo perfectamente porque no avanzan en ti país. En fin buscaré a otra persona. - No, no Sofí yo iré, yo y mi hija, hora tiene las tardes libres a partir del veinte tendrá todo el día libre. Y yo libro dos días por semana pero nunca fiesta o fin de semana.


- Bien me interesa contratada. Sábado por la mañana. Suena el timbre de la puerta mientras Sofí desayunaba. Una joven de buena presencia es quien ha llamado. - Buenos días soy María la hija de Rosa, mi madre dice que venga a ayudarle. - ¡Oh dios mio si aún no me he vestido. Pasa en un momento estoy en un momento. - Mi madre me ha dicho que viniera a las ocho, perdone me he retrasado un poco debo ayudarla a limpiar, pero esto está limpio. - No es aquí ahora nos vamos, - decía Sofí gritando mientras se vestía – ¿en que has venido? - En bicicleta. - ¿Y tu madre? - Salió a las seis, esta en la residencia preparando los desayunos. No tardaron en salir las dos camino de la casona. No respetaron el domingo y siguieron trabajando, por la ventana Sofí vio a Conesa con otro hombre

midiendo por los alrededores

y


clavando cañas en el suelo. Salió por la parte trasera y comprobó que allí también habían clavado cañas los escombros ya no estaban y en su lugar había un banco de ladrillo. A su lado unas pilas de ladrillos macizos recogidos de entre los escombros. Cuando Conesa terminó de marcar entraron en la casa. - Mira Sofí te presento a mi padre. Vicente Conesa. - Mucho gusto señor Conesa – Sofí le estrechó la mano. Conesa extendió una cartulina sobre la mesa diciendo – mira me he permitido hacer un diseño del jardín, me dijiste que querías arboles y algún seto, los árboles tienen poco mantenimiento no así las flores. En las esquinas podríamos plantar algunos árboles frutales y el resto variados y de hoja perenne así hay menos trabajo de limpieza, respetando los que ya están plantados. Sofí miró detenidamente el plano ante la expectación de Conesa y su padre al cabo de un momento dijo.


- Me gusta. - Pues en ese caso los plantaremos cuanto antes para que crezcan rápido. - He visto la parte trasera y los ladrillos apilados. - Si

pronto traerán los nuevos y los

mezclaremos, también traerán tejas hay algunas rotas. ¿ que piensa hacer en la parte superior?preguntó el padre. - Todavía no lo se de momento quiero dejar lista la planta baja y

venir a vivir aquí. No quiero

precipitarme con la planta superior. En realidad Sofí esperaba que apareciera Estaban y consultar con el. Pero

Esteban no

apareció en todo el fin de semana. Sofí empezó a sentirse triste. Llegó el veintitrés de Junio, eran las cuatro de la tarde Sofí acababa de abrir el ordenador y sonó el timbre de la puerta; Sofí descolgó el interfono. - ¿Quien llama?


- Señorita hoy hay fiesta en el pueblo vecino y esta noche en la playa. - ¡Esteban ! - ¿ Me abres? - Si, si ya voy. Sofí apretó el interruptor y abrió la puerta, mientras subía Estaban cerró el ordenador y regresó a la puerta por donde entraba Esteban con un ramo de rosas. - La reina de las flores para la mujer mas bella. - Por favor Esteban; Sofí se sonrojó y se fue a poner las flores en agua. - Sofí en el pueblo vecino mañana es fiesta, se celebra la festividad del patrono “San Juan” hoy hacen toro suelto por las calles y esta noche encienden hogueras en la playa y se bañan en el mar hasta el amanecer. Si te apetece podemos ir. - ¿No será muy peligroso? - Sí, si entras en el recorrido, pero yo tengo un amigo de estudios y podemos verlo desde su


casa. - En ese caso tu decides nunca he visto un espectáculo similar. Sofí vio por primera vez el toro en Puzol y la amabilidad de las personas ofreciendo comida y bebida durante toda la tarde. Por la noche Esteban había reservado una mesa en la playa de Puzol, en el restaurante “Nazaret”. Cenaron junto al paseo marítimo de esta hermosa población mirando el mar y observaron

las cuadrillas de jóvenes que

encendían pequeñas hogueras. Mas tarde utilizaron el ancho paseo para ver la playa de lado a lado, mucha gente paseaba como ellos, observando las evoluciones de los mas jóvenes, asando carne, bebiendo o bañándose. Todo era una alegre fiesta unos niños jugaban a toros, con unos cuernos que llevaban unas bolas de Fuego,

iban sujetados

sobre una rueda de bicicleta. Todo era nuevo para Sofí, sin darse cuenta su mano se topó con la de Esteban

no

rehuyó

el

contacto

y

la

cogió

firmemente. - Esteban pensaba que ya no vendrías.


- He estado ocupado, empiezo en breve una reforma en Madrid y era necesaria mi presencia, a partir de ahora bastará con ir cada quince días el aparejador llevará la obra. - Esteban debo darte una noticia. He comprado la casona. - ¡ Que! ¡Que has comprado … - Sí, la he comprado. - ¡Pero si es una reliquia ! - Sí, ¿acaso las reliquias no tienen valor? - No lo entiendo, no entiendo para que quieres tu la casona. - He pensado hacer una residencia, para gente selecta. Me gustó como la pintaste en el cuadro y me gustaría verla así. - Necesitarás mucho dinero. Y albañiles tendrá mucho mantenimiento… - Ya la he limpiado y hemos plantado arboles, los albañiles ya están

trabajando en lo

mas preciso el interior está bien y solo necesito un arquitecto con ganas de trasformar la casona en un


lugar de reposo. - Dios mio, eres una mujer con agallas, dejame digerir la noticia. El resto de la noche la conversación giró en torno de la casona. Al día siguiente Esteban acudió a la casona allí encontró a

Conesa con su padre

reparando el tejado. Se presentó. - Buenos días, ¿es usted Conesa el albañil contratado por Sofí? - Si señor ¿ y usted no es el pintor? - Si, pintor y arquitecto

Sofí me ha

contratado ¿ puede usted ponerme al corriente? - Si me queda poco, de usted una vuelta o entre en la casa mientras termino. Cuando Conesa entró en la casa, Esteban estaba en la parte superior fotografiando

y

tomando notas, llevaba un lasser en la mano y con el tomaba mediciones y las anotaba. - Buenos días dijo Conesa – Esteban se dirigió a el

y se estrecharon la mano mientras


preguntaba. - ¿Le ha dicho Sofí lo que se propone? - No solo se lo que tengo que reparar, y encargarme del jardín, parece que le esperaba a usted; solo se que quiere hacer una residencia. - Pues

para hacer una residencia esta

parte está obsoleta, vale la pena tirarlo todo y llenarlo

de

habitaciones

individuales

y

de

matrimonio. - Creo que mas de matrimonio, apuntó Conesa. - He visto el plano del jardín y me ha gustado Tiene usted mucha imaginación pero creo que entre los arboles debería haber un paseo de cemento sobre elevado por donde pasear sin mancharse de tierra o barro, en caso de lluvia se mantendría seco y el agua correría entre los arboles. - Si lo había pensado pero no se el dinero que tiene Sofí ni en que piensa utilizarlo. Solo se que ella también trabaja.


- Si es publicista y trabaja para una empresa de París, no se nada mas habla poco de su vida. - Usted parece que ha congeniado con ella, perdone la pregunta pero.. - No, no hay nada entre nosotros, ella no da pie. Pero en honor a la verdad a mi me gusta desde que la vi y pienso ayudarla. - Ya entiendo ¡ estás colado! - Puede que si… En fin volvamos a lo nuestro. Ambos hombres hablaron largo y tendido sobre los pros y los contras, el estado de las tuberías, o los cables de la luz. - Bien Conesa sigue con las reparaciones y espera a que le presente un boceto y un presupuesto aproximado a Sofí, si ella está de acuerdo yo me ocuparé del ayuntamiento. Esteban llamó a Sofí y le comunicó sus ideas y que pronto la informaría, también le dijo que no la vería hasta el domingo

a causa de una


reunión con un constructor, añadiendo que había poco

trabajo

y

tenía

que

aprovechar

las

oportunidades. Sofí lo entendió y siguió trabajando en un proyecto de Jean. Esa misma tarde sonó el teléfono. -Si dígame ¿quien es? - Le llamo de la notaria de don Alfredo, debe usted personarse aquí inmediatamente. - Pero yo me encuentro en España y me supone un gran quebradero de cabeza. - Siento decirle que no hay tiempo que perder “ tiene usted que venir” el tema no tiene dilación . - Está bien saldré en el primer avión que encuentre. Sofí colgó e inmediatamente

se puso a

buscar vuelo para París, el vuelo mas próximo era sábado por la tarde y el siguiente el lunes a las once de la mañana, decidió tomar el vuelo del sábado pasaría el domingo con su amiga, hablaría con Jean y después ya buscaría un vuelo de


regreso. Mientras viajaba su mente se puso a divagar sobre el motivo de la llamada del notario y su urgencia. Pensó que podría estar relacionada con la venta de la casa de Gerard, ¿ y si tenía que devolver el dinero de la venta de la casa de París? La idea le aterraba solo le quedarían nueve mil euros y con esa cantidad no podría afrontar las obras de la casona. La idea no le abandonaba e intentaba no pensar en tal cosa, pero volvía a su mente la pregunta que la intrigaba ¿que querrá el notario y por que es tan importante que venga a Paris? No encontraba respuesta. Llegó a Paris y tomó un taxi para ir al apartamento de Anic; llamó con las maletas en la puerta pero nadie le abrió. Bajó a la puerta uno, donde solía dejar la llave cuando se iba, pero allí no había dejado nada decidió llamar a Jean. - Dime Sofí ¿como llevas el trabajo? - Bien, muy pensaba entregártelo en mano el lunes por la tarde ya que por la mañana debo visitar al notario. ¿Sabes algo de Anic? Estoy en su


apartamento y no hay nadie. - No ha venido hoy a trabajar, según Fracis ayer estaba mirando vuelos .- Vaya debe haber salido de viaje con Romeo. Como te he dicho el lunes por la tarde pasaré a ver tu despacho y te entregaré el trabajo. - Hasta el lunes Sofí, hasta el lunes. - Sofí se dirigió con las maletas a un hotel cercano y tomó una habitación. Una hora mas tarde recibía una llamada al mobil. Abrió la llamada y escuchó. - ¿Sofí donde estás? ¿donde vives? - Anic ¿Eres tu? ¿Que te ocurre? - Estoy en Valencia, pero no se tu dirección. - Como ¿te has ido a Valencia sin avisarme? - Sí he roto con Romeo. - ¡ Pero ! Si erais la pareja ideal. - Estaba casado. - ¡Casado!

Un

momento,

vamos a


tranquilizarnos. ¿Dices que estás en Valencia ? ¿hablas español? - Lo hablo mal nunca lo practique, pero se escribir… - Pues escribe si no te entiendes con los lugareños y ahora escribe lo que tienes que hacer Anic buscó en el bolso un papel y .un bolígrafo. - Estoy lista dime. - Puig de Santa María dirección playa – Residencia Tiempo Libre. Coge un taxi y quedate allí hasta que yo regrese. - ¿Regrese? ¿Donde estás? - En París, debes haber cogido el mismo avión en el que yo he venido. - Dios mio ¿ que hago yo aquí ? - Tranquilizate,

puede que el martes

regrese. Mientras tanto ves a la residencia y pregunta por Manuel o Rosa, son amigos míos, Rosa tiene la llave de mi apartamento. Podrás alojarte allí.


- ¿ Y tu que arás ? - Debo ir el lunes a la notaría “no se para que”, pero estoy obligada a ir. Espero que no sea nada importante y pueda regresar inmediatamente. - Yo también lo espero, no tengo mas remedio seguiré tus instrucciones, adiós Sofí. - Hasta pronto Anic. El lunes por la mañana Sofí se presentó en la notaría a primera ora,

se acercó a la

recepcionista. - Por favor soy Sofí de la Mer me llamaron… -

Si

ya

la

recuerdo

estuvo

usted

concediendo poderes a una tal Anic. Yo fui quien la llamó, espere un momento el señor notario no tardará en atenderla, ahora está firmando

un

testamento. Como dijo la secretaria no tardó mucho en pasar. - Buenos días, soy Sofí de la Mer. - Alfredo, mucho gusto; usted entrego un


sobre dirigido a mi a mi secretaria. - Sí así es. - Pues bien Sofí ha heredado usted una hija. - ¡Como! ¿Que dice usted? - Mire ¿reconoce el sobre? - Si es el que yo entregué. -Puede usted leer, aquí el señor Gerard la nombra, administradora de sus bienes y tutora de su hija en el caso que le ocurriera algún percance. Como así ha sucedido. - Pero si sus bienes han sido embargados. - Ya entiendo, pero su hija no puede ser embargada y alguien debe hacerse cargo de ella. - No se nada de ella

e ignoraba su

existencia, no se como se llama ni donde está y sobre todo… ¿Que puedo hacer? - Le diré que la joven se encuentra en un internado en el mismo Londres, que acaba de cumplir los dieciséis y por lo tanto no puede seguir


en el centro. Allí ya ha terminado sus estúdios y hay que recogerla antes de fin de mes. En realidad deberian haber ido

a por ella el sábado

dia

veinticinco. - Creo que es una mala herencia. ¿Que ocurre si no me hago cargo de ella? - Se tendrá que hacer cargo la protectora de menores, todavía le quedan dos años para su mayoría de edad. Devo aclararle que nadie le puede obligar a hacerse cargo de la joven, solo es un cargo de conciencia y por lo visto su padre confiaba en usted. Sofí se echó las manos a la cabeza y a regañadientes decidio ir en busca de la joven, mientras en su interior pensaba en la jugada de Gerard, librandose

de golpe de todos sus

problemas, mientras se los transmitia a ella ¡como lo odiaba! O al menos eso creia. El notário le entregó los certificados de tutoría que necesitaba, la dirección del internado y los datos de la joven. Sofí se dirigió directamente al aeropuerto y preguntó por el primer vuelo a Londres, Quedaban


tres plazas en un vuelo regular que salía en una hora. Tomó el avión y se informó de que a las siete de la tarde había otro de regreso y reserbó dos pasajes. Como era posible que Gerard nunca le informara de la existencia de su hija. ¿tal vez no confiase lo suficiente en ella? Empezaba a comprender los viajes de negocios de Gerard sin saber a donde iba. Ella nunca preguntaba, pues confiaba ciegamenta en el y además era el director y propietário de la empresa. Bajó

del

avión

y

tomó

un

taxí

afortunadamente hablaba perfectamente ingles. El taxi la dejó a la puerta de un edifício antiguo con Forma de U invertida, una verja avierta lo rodeaba y al fondo de un gran patio se veía la puerta principal. A ella se dirigió Sofí. La puerta estaba avierta y un señor mas bien entrado en años hacía las veces de portero. - ¿Que desea usted? - Vengo a recoger a Valeri D'xamps Martín.


El portero hizo una llamada por el interfono y se escuchó por todo el edificio. Mientras Sofí invitada por el portero, se sentaba en una gran sala, no había nadie mas exceptuando unos grandes cuadros de personajes.. A los cinco minutos irrumpió una jovencita corriendo y gritando, - Papa, Papa - la joven paró mientras Sofí se levantaba. -Tras ella entró una señora y la joven se volvió hacia ella – No está mi padre. - Por favor – dijo tímidamente Sofí- yo soy quien viene a recogerte. - No quiero ir contigo ¿donde está mi padre? ¡ Ah! ya se, la ha mandado a usted a por mi y mas tarde se reunirá conmigo. La cara de la joven demostraba el desencanto de no ver a su padre. Sofí miró a la señora y esta miró a Sofí. - ¿Es que nadie le ha dicho… - ¿Que hay que decirle?


Tanto la señora como la joven, pusieron cara de no saber nada. Mientras Sofí pensaba – lo que me faltaba tener que decirle a la chica que su padre ha fallecido. La señora mayor preguntó. - ¡Por que no ha venido el señor Gerard ? Y ¿quien es usted ? - Me llamo Sofí de la Mer y soy la tutora de Valeri D'xamps Martín. - ¡Tutora! ¿que quiere decir? yo no necesito una tutora, quiero ver a mi padre. - gritó la joven. - Lo siento Valeri tu padre falleció. - Sofí sabía el xoc que podía producir en la joven la muerte de su padre, pero no podía ni debía dilatar por mas tiempo la verdad. La joven salió corriendo de la sala. Sofí y la señora se miraron. - Creía que ustedes lo sabían – dijo Sofí. - No nadie nos informó. - Aquí tengo los poderes como Tutora, su padre los dejó escritos antes de fallecer. - Eso quiere decir que…


- Si se suicidó. - Por favor no se lo diga, al menos de momento dígale que usted pidió hacerse cargo de ella, “por amistad” al menos de momento. - Si seguiré su consejo creo que será lo mejor. -

Es

una

buena

alumna,

no

tendrá

problemas. Ahora debo... - Si por favor. La señora salió de la sala y Sofí se quedó sola, el tiempo pasaba y nadie acudía, se levantó paseó y se volvió a sentar; una hora mas tarde aparecieron las dos por la puerta, Valeri llevaba una maleta en la mano, pero su cara seguía húmeda, se acercó a Sofí y solo le dijo. - Gracias, estoy dispuesta. A Sofí las palabras de la joven le sonaron a resignación

como

si

se

la

llevase

sin

su

consentimiento; y así era en realidad. Salieron del edificio y tomaron un nuevo taxi que las llevó al aeropuerto. Allí tuvieron tiempo


de tomar un refrigerio en una pequeña cafetería mientras se hacía la hora de tomar el avión. Valeri no levantaba la vista seguía como una autómata a Sofí. Por fin se hizo la hora y subieron al avión. Sofí no sabía muy bien como entablar conversación con Valeri. Después de pensar durante un buen rato decidió abordar la situación. - Valeri por favor escuchame, esto es tan penoso para ti como para mi. Yo no he decidido esto y estoy tan perdida como tu. ¡Por favor ayudame! -¿ Por que nadie me dijo nada? - Contestó Valeri mientras volvía a llorar. - No se a quien correspondía. Yo he conocido tu existencia esta misma mañana e inmediatamente he salido de París en tu busca. - Intentaré no crear problemas señora. - con estas palabras terminó la conversación para Sofí la palabra señora la hizo sentirse mayor de momento. Llegaron a París, un taxi las acercó al hotel. Al momento sonó el mobil de Sofí.


- Sofí

soy Jean, Teníamos una cita esta

tarde. - Si perdona Jean mañana temprano iré, como te dije esta mañana he ido al Notario y no he podido acercarme a tu despacho, he tenido que salir urgentemente con destino a Londres y acabo de regresar. - ¿ Algo importante? - Si muy importante. Mañana nos vemos. - Pues hasta mañana Sofí. Valeri había escuchado sin pestañear, solo dijo. - ¿La acompañaré ? - Si, temo que

durante algún tiempo

tendrás que vivir conmigo, al menos hasta que cumplas la mayoría de edad. Escuchame no quiero sustituir a tus padres. Ellos son insustituibles pero espero ser una buena amiga para ti. - Usted es mi “tutora” no mi amiga. - Dijo Valeri contrariada. - Y ademas una desconocida, ¿no es así ?-


contestó Sofí - lo mismo que tu eres para mi, yo soy para ti; no he pedido ser tu tutora pero soy la persona mas cercana a tu padre ¿que yo sepa?. Si quieres te puedo dejar con la policía o puedes seguir conmigo. Te aviso

que yo trabajo para

ganarme la vida y no me sobra el dinero. - ¿Quiere decir que soy una carga para usted ? - No, no es una carga quien no quiere, la comida, la ropa y las amigas, no son una carga para mi; los problemas de otra índole o se solucionan o se eliminan. - Entiendo. - ¿ Te apetece que bajemos a cenar como dos amigas? Valeri

no

contestó

bajo

la

cabeza

asintiendo. Esa misma noche sacó los billetes del vuelta por Internet para las tres de la tarde del día siguiente. Por la mañana acompañada por Valeri, visitó a Jean y le entregó un pen. Jean preguntó por


la joven que estaba sentada en la parte exterior del despacho y que miraba a trabes de los cristales. - Es la hija de Gerard, desconocía su existencia y también desconocía que estuviera casado. - Tal vez no lo estaba,

el nunca me hablo

de su mujer ni de su hija. ¿esa fue la urgencia? - Si ella es la urgencia, Gerard me nombró su tutora. - ¿Y que piensas hacer? - No se, prácticamente lo que ella me deje, ahora que mi mente estaba distraída y empezaba a olvidar a Gerard, me aparece Valeri. - Tal vez un palo, saque otro. - ¿Que quieres decir? - Está claro el cuidarte de su hija puede tenerte ocupada. - Ojala tengas razón. Bien debo coger el vuelo que sale a las tres y aún tengo que hacer el equipaje. Mandame trabajo necesito dinero, mucho dinero.


- ¿Para Valeri?. - No, he comprado un gran casa y quiero hacer una residencia. - ¿Que has comprado queee ? - Si he comprado una casona y pienso convertirla en un lugar de reposo. Necesito dinero ¡ Ah y mandale trabajo a Anic ! La tengo en mi casa en España y yo no puedo cargar con todo. - Sofí, tu estás loca. - Si eso mismo me dijo Anic y no le hice caso. Lo dicho ¡quiero trabajo!. - Está bien Sofí, aré lo que pueda. Hasta la vista. Sofí salió de la oficina seguida por Valeri. Hicieron el equipaje y se marcharon al aeropuerto, con tiempo suficiente para facturar las maletas y comer en el restaurante del aeropuerto. Mientras Sofí tomaba café y Valeri un helado, Valeri preguntó. - ¿Donde vamos? - A España, a un pueblo precioso de


Valencia. - Yo no se Español. ¿Y mi opinión no vale? - Si vale, pero es al único sitio al que podemos ir “allí tengo mi casa” - ¿Y yo? ¿no tengo casa? - En estos momentos no la casa de tu padre me pertenecía y yo la vendí pues como te he dicho desconocía tu existencia. No tienes nada que yo sepa “solo a mi” - Valeri espero que te tranquilices y pasen unos días para poder hablar contigo de mujer a Mujer. Y así poder decirte el porque de esta situación. Mientras tanto intentemos ayudarnos. Valeri no respondió y siguió como un autómata a Sofí. Esta por su parte llamó a Esteban, pero este no descolgó el teléfono. Al llegar a Valencia cogieron un taxi que les llevo al Puig; allí les esperaba Anic que

apenas las vio entrar se

puso a hablar. -

¡Ah!

Ya

era

ora,

me

dejas

aquí

abandonada y te vas a Paris, no sabes lo que he


pasado yendo de un lado a otro, y preguntando a la gente, con mi mal Español. Te has dado cuenta que aquí hablan otro idioma. No se donde me has traído, esto es … es… - Es un paraíso Anic, ¿seguiste mis instrucciones? - Si las seguí al pie de la letra. Pero ese hombre el de la residencia me tomó por tu hermana y me dio dos besos. - Anic, Manuel es un amigo, a el le vendí mi casa, está casado felizmente y con niños. - ¿Y esta es tu hermana menor? - ¿No! te presento a Valeri la hija de Gerard. - ¿Que Gerard…

Nuestro Gerard tenía

una hija? Dios mio a mi me da algo, nadie sabía que estaba casado. Como mi Romeo. - Y no sabemos si lo está. Por que no me ayudas con el equipaje y nos tranquilizamos. - Perdona Valeri, pero yo también llegué hace dos días. Todo esto es nuevo para mi. Valeri debió pensar que si para ella era


nuevo… El resto de la tarde se dedicaron a deshacer las maletas y lavar la ropa. Mas tarde Sofí miró el frigorífico estaba casi vacío todavía tenían tiempo de ir a un supermercado próximo con el automóvil. Decidieron ir las tres y a la vuelta el maletero iba casi lleno. Hicieron la cena y Sofí dijo hoy dormiréis juntas en la cama yo lo haré en el sofá y mañana iremos a una zona comercial, no muy

lejana

y

compraremos

colchones

y

electrodomésticos para preparar las habitaciones en mi casa. - ¿En tu casa, no la habías vendido a ese tal Manuel ? - dijo Anic intrigada. - Si, te dije que había vendido una casa herencia de mi madre o de mi abuelo, pero compre una gran casona y cuando te lo comunique me llamaste loca. - Si es verdad no lo recordaba y la venta en Paris… - Necesito dinero para reparar la casona. - Y si está para reparar como…


- Por favor Anic, no estoy de humor para explicaciones. - En ese caso no te cuento lo mio, seguramente no querrás escucharme. - Preferiría quitar la mesa y después pasear por la playa. Valeri dentro de unos días iremos a comprarte ropa mientras tanto la mía creo que te quedará bien puedes coger lo que quieras.- Sofí retiró los platos y los lavó; media hora mas tarde las tres paseaban por la arena, momento que aprovechó Anic. - No sabes como lo he pasado sin conocer a nadie y en un país extraño . - Por favor Anic nos conocemos, cuéntame que te pasó con Romeo. - Le descubrí unos papeles de su esposa y una carta. No quise ni tocarlos, cuando llegó al apartamento,

me

faltó

arañarle

lo

eché

del

apartamento y le dije que no quería saber nada de el. Me eche a llorar y me encerré en tu habitación ( es la única con llave interior) llore y llore y me quede dormida. Al día siguiente no estaba, yo me


fui al trabajo como todos los días pero no era un día normal

y

me

desesperaba,

no

conseguía

concentrarme en el trabajo, el desasosiego me hizo mirar los vuelos y me vine necesitaba el calor de una amiga. - Si y no pensaste en llamarme. - ¡Tu tampoco me llamaste! - Pero yo no iba a un lugar desconocido… Bueno degémoslo. Le he dicho a Jean que nos mande trabajo a las dos

¿te has traído el

ordenador? - No pero llevo la tarjeta de crédito. ¿mañana? - Está bien mañana te compras uno yo puedo cederte los programas o te los descargas. ¿Que os parece si regresamos? No hizo falta decir nada mas las tres volvieron al apartamento, el día había sido duro e intenso. A la mañana siguiente como dijo Sofí, se fueron con el coche al centro comercial y realizaron


las compras necesarias, acordando con la empresa el transporte de las mercancías para que las llevasen esa misma tarde, al llegar al apartamento llenaron las maletas, comieron y vaciaron la nevera era todo un traslado. No cabía todo en el maletero del coche y casi llenaron los asientos traseros. Por primera vez Anic y Valeri iban a conocer la casona. Sofí tomó el camino de la playa y en pocos minutos la casona se mostraba ante ellas; tanto Conesa como su padre estaban trabajando, su padre descubriendo los arcos de las puertas y ventanas picoleta en mano y el terminando de alicatar la piscina, que estaba quedando preciosa. - ¡Dios mio esto está en ruinas! - exclamó Anic. - No lo creas es la imagen exterior, el interior está bien conservado y limpio. Creo que Rosa y su hija habrán terminado de pintar las habitaciones que vamos a ocupar. Descargaron las maletas y pasaron al interior siguiendo a Sofí, como había anticipado las habitaciones estaban pintadas y limpias.


- Mirad ocuparemos estas dos habitaciones - ¿Quien quiere dormir sola? - Nadie contestó, Sofí se dirigió a Valeri. - Yo he pensado que esta podía ser tu habitación, una habitación individual para ti sola. Faltan algunas cosas que no se si estarán listas. Los cabezales son antiguos y uno de los colchones que hemos comprado era para esta cama. - Si me gusta. - Pues Anic tendrás que compartir la otra conmigo. - ¡Hay otra habitación! - Si esa está reservada para los antiguos dueños de la casa, podéis abrirla y visitarla es la mas hermosa. Dejad las maletas y os mostraré la casa. Pasearon por toda la planta baja quedando maravilladas con la biblioteca o despacho. Se encontraban en la cocina cuando sonó un claxon, era el camión del hipermercado. Descargaron los colchones y la ropa de cama; Sofí les indicó a los


del

camión

que

para

descargar

los

electrodomésticos rodearan la casa y pararan junto a la piscina. Allí descargaron, una bicicleta, el frigorífico y la lavadora. Conesa acudió para ayudar; una vez se fue el camión Sofí hizo las presentaciones, a Conesa, a Valeri y Anic como dos amigas. Después de las presentaciones Conesa le comunicó que tanto Rosa como su hija

habían

estado barnizando los muebles viejos en la planta superior. Decidieron subir y comprobar el trabajo. Al salir

de la cocina en busca de las escaleras

entraba en la casa María Rosa (la hija de Rosa. Nuevamente las presentaciones

se hicieron

obligatorias. - Por favor llámenme María o Mari, así no hay confusión con mi madre. - después se dirigió a Sofí. Los cabezales de las camas ya estarán secos, pero el burón lleva mucho trabajo. - Si lo entiendo tiene muchos cajones y es muy bonito y antiguo por eso me lo quedé. Afortunadamente restauración.

tu

madre

entiende

de


- Creo que mi madre entiende de todo. Valeri se quedó mirando los cabezales y el burón, mientras Sofí decía. - Creo que el sitio ideal para el Burón es la habitación individual junto con estos cabezales. ¿Te gustan Valeri? - Si me gustan. - contestó con seriedad; no había sonreído desde que la recogió Sofí. - Mira Valeri, María tiene quince años creo que podríais ser amigas, Quiero que entiendas que no estás en una cárcel, eres libre y responsable de tus actos y por lo tanto… Valeri dijo en Francés. - Se olvida de que no se Español. - Yo tampoco pero lo voy aprendiendo. La gente de aquí se hace entender. - Mi madre habla Francés – dijo María - yo entiendo algo aunque no lo hablo, podemos ayudarnos mutuamente. Una hora mas

tarde cuando llegó Rosa,

María y Valeri barnizaban parte del burón. Mientras


Anic y Sofí dejaban listas las habitaciones y llenaban la nevera. Esa misma noche se percataron de que no tenían televisor ni Wifi. Solo dos farolas en el exterior indicaban la localización de la puerta. Si salías mas allá de

la luz, la luna iluminaba

tímidamente, pero desde la puerta no se veía mas que oscuridad. Cuando fueron a acostarse Valeri se quedó frente a su puerta inmobil; Sofí la entendió y le pregunto.-¿ Quieres dormir con Anic? - Valeri movió la cabeza afirmativamente. Sofí compró un televisor y le instalaron el Wifi; Anic y ella se pasaban la mañana trabajando y si el trabajo se lo permitía, cogían libre la tarde y aprovechaban para ir de compras o llenar la nevera.

Conesa

hacía

dos

días

que

había

terminado la piscina y durante la mañana la llenó de agua. Sobre las cinco de la tarde Sofí apagó el ordenador y fue a la cocina a por un vaso de agua. Desde la cocina escuchó unas risas procedentes de la piscina y salió. María, Valeri y los hijos de Conesa jugaban alegremente. Por primera vez escuchó reír a Valeri, su sonrisa se parecía a la de su padre, pero Sofí solo sintió alegría y satisfacción.


Las risas de Valeri solo daban a entender que estaba preparada

para llevar una conversación

seria sobre su futuro. ¡Su futuro! Sofí hablo con Rosa y juntas fueron a rellenar la solicitud del instituto para el siguiente curso. Alguien entraba en la casa llamando, salió de la cocina y se encontró con Esteban, su corazón saltó de alegría al verlo, tuvo que reprimirse para no arrojarse en sus brazos y abrazarlo con todas sus fuerzas, Sofí sentía una fuerte atracción hacía el, a su lado se sentía segura y tranquila, la voz de Estaban la relajaba y le hacía olvidar los problemas. Conesa y su padre le seguían, al escuchar voces Anic salió del despacho. Sofí presentó su amiga a Esteban y le pidió que llamase a Valeri que estaba en la piscina, segundos mas tarde Valeri entraba cubierta con un albornoz y secándose el largo cabello con una toalla. Sofí la presentó como una amiga. Esteban comentó. - No pienso abandonar esta casa cada vez hay mas mujeres bellas. Anic tradujo las palabras de Esteban y Valeri sonrió.


- Sofí he echo un estudio de lo que se necesita para convertir la casona en un lugar de reposo. - No quiero tocar la planta baja. Contestó Sofí - Es obvio es la mejor parte de la casa y sin ella perdería su encanto. Solo se trata de la planta superior. También debo decirle a Conesa que el lunes descargaran un camión de cemento y dos de graba destinada a la construcción de los senderos entre los arboles; con el material

“ya tienes

trabajo”. - ¿Eso que coste tiene? - preguntó Sofí. - Digamos que una cena mañana aquí en familia, ya que por lo que veo no podremos salir solos a cenar. En realidad hay personas que me deben favores y así me los pagan. - Bien la cena la tienes segura; podemos ver los planos. - Si pasemos al comedor. Esteban extendió los planos sobre la mesa


y todos se colocaron alrededor expectantes. - Sofí para que te autoricen un centro donde alojar a las personas y aunque solo tengas una planta, necesitas acceso para minusvalidos. Eso significa instalar un ascensor y al menos uno o dos servicios para ellos. Aclaremos que los servicios no encarecen, deberíamos tirar todas las habitaciones de arriba y construirlas con baño interior con miras a que todas tengan dos camas o cama de matrimonio, en total saldrían ocho y dos de ellas serían mas grandes donde se podría poner una tercera cama. Miraron el plano de Esteban a todos les gustaba y preguntaban. Ya veían la residencia construida y en marcha incuso pensaron en buscar cocinera y camareros, cuando Esteban interrumpió. - Por favor pensad por un momento, que ocho habitaciones no dan para pagar tantos sueldos, si se lleva acabo hay que entender la residencia como algo familiar y mas teniendo en cuenta que en invierno no habrá mucha gente “si la hay”


Esteban

acababa

de

tirar

todas

las

espectatívas por tierra y añadió. Eso no quiere decir que no se pueda llevar acabo. Hay muchas pensiones que viven de pocas habitaciones en pensiones miseras. Los asistentes respiraron con satisfacción, parecía que el proyecto de Sofí se había convertido en el proyecto de todos. - Bien Esteban dejemos los gastos de mantenimiento, pues eso depende del precio y del nivel

económico

de

quienes

ocupen

las

habitaciones ¿a cuanto asciende el proyecto? - A doscientos mil euros aproximadamente, contando con los arcos a los lados “como en el cuadro”. - ¿Y a cuanto ascienden los arcos para que quede el exterior como en el cuadro? - Si los hacemos a cada lado del edificio con una terraza sobre ellos la cual serviría como salida de emergencia. Creo que no llegaríamos a los veinte mil. - En ese caso diseña los arcos y no toquemos nada mas.


- ¡Pero Sofí es tu ilusión! - dijo Anic. - Si pero no dispongo de suficiente dinero y no pienso pedir dinero al banco. Debo resignarme y estar satisfecha con tener una casa como esta. ¡Conesa! tienen ustedes trabajo hasta que terminen los arcos, después entre todos pintaremos el exterior. La

reunión

se

canceló

tristemente,

mientras Sofí le decía a Esteban. - Te agradezco tu interés pero comprende que no puedo hacerme cargo de tanta inversión. Esteban la miro comprensivo. - Lo entiendo y creo que tomas la decisión correcta, pero espero que esto no anule tu ilusión ni la cena de mañana. - No, la cena no se anula, cenarás cocina francesa. Te espero a las ocho. -Esa misma noche Anic se ofreció para fregar los platos. Sofí se lo agradeció su rostro denotaba su contrariedad, las palabras de Esteban habían echo mella en sus ilusiones. Valeri ayudó a


Anic a limpiar la mesa y mientras esta fregaba los platos le preguntó. - Anic tu debes ser la mejor amiga de Sofí y debiste conocer a mi padre, no se nada de Sofí solo que es mi tutora, tampoco se mucho de mi padre “por favor” ¿quiero saber? y quiero saber la verdad. - Si estás en tu derecho y te la voy a contar, aunque quiero que comprendas que no lo se todo. Sofí y yo estudiamos juntas y terminamos nuestras carreras, nuestra amistad siguió mas allá de los estudios, ella encontró trabajo en una empresa y yo lo encontré en la empresa de tu padre, por ese tiempo la empresa crecía a pasos agigantados y medio año mas tarde, pude colocar a Sofí en la empresa. Debo aclararte que Sofí tiene mucha imaginación y como consecuencia ascendió rápidamente. A los dos años era la tercera de a bordo

y

quien

llevaba

los

programas

mas

complejos. Podría añadir mas cosas pero a ti solo te importa… Bueno dos años después de entrar en la empresa tu padre no podía vivir sin ella, por su parte Sofí, aunque se resistía estaba enamorada de


el. Un día Sofí me dijo que dejaba el apartamento que compartíamos y se iba a vivir con tu padre. En el trabajo discutían y trabajaban como si no se conocieran pero al salir se iban juntos. Sofí nunca preguntó a tu padre por sus viajes o largas ausencias, Hasta el día en que tubo el accidente tu padre y falleció; al recibir la noticia ella perdió el conocimiento y tubo que ser ingresada, yo la acompañé en todo momento y se lo que sufrió. Las pastillas, los consejos del médico y los míos le ayudaron a soportarlo, mas tarde se refugió en su familia y se tomó unas vacaciones para visitar España y vender una casa heredada de su abuelo. Vino aquí y vendió la casa. Parece ser que se enamoró de esta casona o del paisaje y decidió comprarla. Yo vendí su casa en París, en la que vivía con tu padre, pues ella no quería volver no sabía nada de ti hasta que le llamó la policía. Por lo visto tu padre había dejado algo escrito para ella. Era una carta para el notario. Fue entonces cuando aprovechó el viaje para darme poderes

y que yo

pudiera vender la casa, como te he dicho no deseaba recordar nada de París, parecía que los


recuerdos le hacían daño. Dos semanas mas tarde recibía

una

llamada

urgente

del

Notario,

comunicándole tu existencia y se apresuró a recogerte. El resto ya lo sabes no obstante si tienes preguntas y te las puedo contestar, no dudes en hacerlas. - No de momento tendré que asimilar lo que me has contado. Al día siguiente mientras desayunaban Sofí le dijo a Valeri. - Debemos hablar. - ¿Sobre que? - Sobre tu futuro y tu pasado. - Si yo también deseo saber sobre mi futuro. - Valeri, yo no se nada sobre ti, no se si tienes madre o quien pagaba tu estancia en el internado, posiblemente fuera tu padre. Mira desde que el falleció me ha llevado una sorpresa tras otra y he pensado que si tenía una hija también debería tener una mujer. ¿Que recuerdas de ella?


- Muy poco o nada, en ocasiones sueño con una mujer que me acaricia pero ya no tiene rostro. Yo tenía ocho años cuando mi padre me llevó al internado, en ocasiones mi padre me llevaba de viaje pero nunca al mismo sitio. Estuve dos veces en Italia y aquí en España visité Toledo Madrid y algunas capitales de los alrededores, también estuve en Suiza y por toda Francia. Pero nunca me llevó a su casa no se donde vivía, ni si la tenía. - Sí, tenía una casa en París en ella vivía conmigo, la casa estaba a mi nombre sin yo saberlo, aunque desde que vivíamos juntos yo hacía la compra con mi dinero y pagaba a la asistenta, nunca le pedí dinero ni sabía que la casa estuviera a mi nombre, la vendí hace unas semanas, antes de conocer tu existencia. - ¿Querías mucho a mi padre? - Si lo quería con toda mi alma, por eso nunca le he perdonado que falleciera y me dejara. He intentado olvidarle pero siempre surge algo que me lo recuerda.


- Dime Sofí ¿Por que se suicidó y como lo hizo? - ¿Como sabes que… - Es fácil nadie planea su muerte sin saber si va a morir y mi padre la planeo. Yo he pensado que dejó pagado el internado hasta la fecha de mi salida. - Es posible que así fuese. - Cuéntame como fue por favor. - Tu padre sin previo aviso se lanzó a la calle desde la azotea del edificio donde teníamos las oficinas. Mas tarde supimos que la empresa estaba en quiebra. Solo los operarios fuimos al entierro yo eché en falta algún familiar y por lo que veo tu tampoco conoces a tu familia. - No nadie me ha visitado en los últimos ocho años excepto mi padre. - Veo que el pasado nos une Valeri, si quieres quedarte conmigo te aseguro que no te abandonare y que tu vida seguirá unida a la mía hasta que tu puedas decidir sobre tu vida.


- He estado recapacitando y en realidad estoy en sus manos no tengo a nadie mas. En este caso no tengo otra opción que estar bajo su mandato. - No, no me has entendido, yo no quiero una esclava ni alguien que esté conmigo contra su voluntad solo desearía que me trataras como a una hermana mayor o como a una amiga. En realidad no hace tanto que yo tenía tu edad y se como se piensa a tus años, eso es una ventaja para mi; aunque tu estás en desventaja por haber estado tanto tiempo en el internado,

no conoces los

peligros del mundo exterior y por lo tanto deberé protegerte. María tiene casi tu misma edad y este año irá al instituto, he aprovechado para inscribirte. Es conveniente que durante el verano María se convierta en tu profesora de “Español “debemos aprovechar el tiempo y podemos dar gracias de contar con María para ayudarte. - Si, creo que tienes razón ¿Que crees que hará Anic?


- Regresará a París, este no es su mundo. - ¿ Y el tuyo Sofí ? ¿es este tu mundo? - No lo se pero de momento aquí he encontrado sosiego. La casa y

el trabajo me

absorben y he dejado de pensar en tu padre, creo que he superado su perdida, aunque tu sonrisa me lo recuerda.

Esa misma noche después de cenar con Esteban salieron paseando hacia la playa, poco a poco Esteban y Sofí se fueron distanciando, mientras

Valeri

y Anic

dialogaban

sobre

la

conversación que había mantenido con Sofí. Esteban preguntaba a Sofí sobre sus amigas. Sofí le resumió brevemente todo lo acontecido y Esteban le dijo. - No es posible que no tenga familia, hay algo que no me cuadra en toda esta esta historia. Yo en tu lugar escribiría al internado y me informaría de la procedencia del dinero que recibían. Tal vez así podríamos…


- Sí, tal vez sea una pista a seguir. - Y ¿que piensas hacer con la casa? - Pienso dejarla como en el cuadro, si no puedo construir la residencia al menos será mi casa. Ahora mi preferencia es Valeri y a ella voy a dedicar mis esfuerzos. - Y yo ¿ en que sitio estoy? -

No lo se muy bien. Perdona todo ha

sucedido muy rápido y todavía no se en que lugar me encuentro psíquicamente antes debo tener claras mis ideas, no deseo nada que me pueda herir. Solo puedo decirte que me gusta tu compañía. - Bueno, al menos no soy odioso. - No Esteban, pero dame tiempo. - El tiempo es gratis, no cuesta dinero, pero si produce dolor e impaciencia. Poco mas tarde regresaban a la casa. En la cabeza de Sofí sonaban las palabras de Esteban: Alguien pagaría su estancia en el internado. Al lunes

siguiente su primer trabajo fue


buscar los papeles del internado y llamar por teléfono. - Sí, ¿digame?. - Soy Sofí de la Mer hace poco me llevé como tutora a Valeri D'xamps. - Si, la recuerdo, ¿como está Valeri? - Muy bien , nos encontramos en España y son como unas vacaciones para ella, parece que ya a superado la muerte de su padre. - Es una chica muy fuerte y su padre no la visitaba tanto como para echarlo en falta. Pero dígame ¿que desea? - Lo que sucede es que no sabemos nada de su madre y si tal vez conociendo la procedencia del dinero que les pagaban a ustedes, podríamos saber… En fin queremos saber si tiene familia. - Eso no es un problema, le puedo adelantar que todos los meses nos llegaba un traspaso de un banco Suizo. Deme su correo y le mandaré la copia del último traspaso. -

Tómese

nota

por

favor,


sofiasofí@gmail.com

Se

lo

agradezco

enormemente y espero que me sirva por el bien de Valeri. - Yo también deseo lo mejor para ella. Ahora se lo mando y si en algo puedo ayudar no dude en llamarme. - Gracias, muchas gracias. Sofí colgó y esperó recibir la copia del banco. Sobre las once mientras miraba el recibo del banco suizo desde el que recibía el dinero el internado sonó nuevamente el teléfono. - Sofí, Sofí, ¿Eres Sofí? - Si soy Sofí, ¿con quien hablo? - Soy Romeo, estoy llamando a Anic y no consigo que me atienda. - ¿Después de lo que le has echo? - No le he echo nada, ella leyó los papeles del divorcio de mi mujer y ya no quiso saber mas. Yo no quería decirle nada de mi anterior señora hasta no tener todos los papeles del divorcio, hoy puedo decir que ya no estoy casado. Pero ella no


me ha dejado explicar nada. - ¡Dios mio! Anic siempre asido un poco impulsiva. - La quiero Sofí, la quiero, ella es la mujer de mi vida. ¿donde estáis? - En Valencia, en un pueblo llamado El Puig. - Voy para allá, te llamaré cuando llegue. - ¿Y el trabajo, lo dejas? - No ayer tomé las vacaciones del quince de Julio al quince de Agosto. Lo dicho te llamaré. Sofí colgó el teléfono y llamó al banco de Suiza que pagaba los recibos. - Alo, aquí Banca Suiza. - Desearía hablar con el director. - Dígame sobre lo que desea y le pasaré; tal vez no pertenezca su consulta al director. - Mire es sobre una cuenta con ella se paga un colegio pero no sabemos quien es el titular, ni cuanto dinero hay en la cuenta.


- Lo siento pero no podemos darle esa información, no podemos saber si es usted la persona indicada, deberá personarse con todos los papeles que le autoricen

en nuestro banco de

Lausana y preguntar en información. - Gracias de todos modos. Sofí se quedó pensando, Romeo iba a venir, “no sabía cuando” y por lo tanto no podía irse. Por otro lado estaba la conveniencia de llevarse a Valeri. Decidió que en el momento en que llegara Romeo sacaría los pasajes para Lausana. Ese

día

mientras

comían

abordó

la

situación. -Tengo algo que deciros, en unos días Valeri y yo partiremos hacia Lausana, allí se encuentra el banco que pagaba el internado, y tal vez allí sepamos de donde procede el dinero y si tiene algo que ver con su madre, por que es seguro que la tiene viva o muerta. - Yo quería pedir algo – dijo Valeri – nos vayamos o no y encontremos o no a mi madre quisiera seguir contigo, tu te ocupas de mi y mi


madre nunca lo hizo. - Valeri tu decidirás siempre tu vida, pero si te quedas conmigo estudiaras. - Hablando de estudios, quisiera recuperar mi habitación, así podré utilizar el burón para estudiar. - Concedido y ahora quisiera contaros una historia con final feliz. Erase una vez una pareja feliz pero ella no sabía que el había tenido otra vida y el no se lo confesaba por miedo a perderla. Un buen día el recibió los papeles del divorcio y no los ocultó se sentía libre y eufórico. Su pareja los vio sobre la mesa y lejos de leer el contenido, solo vio el reglón donde ponía “su esposa” montó en cólera y se fue con una amiga. Su enamorado se desesperaba llamándola pero ella no descolgaba el teléfono… -

Basta

Sofí

¿donde

quieres

llegar?

-interrumpió Anic. - Creo que eres una tonta Romeo te quiere y no dijo nada anteriormente por miedo a perderte


¡ es un hombre libre! ¿ lo entiendes? ¡libre! - Si creo que me porté como una colegiala, ¡ perdón Valeri ! -

Pues

vas

a

tener

la

ocasión

de

reconciliarte. Romeo viene hacia aquí. - ¿Cuando llegará ? - No lo se en cuanto llegue iremos a por el y sacaré los pasajes para Suiza. Esa misma tarde Sofí recibió otra llamada de Romeo llegaba al día siguiente a las siete de la tarde. Inmediatamente Sofí se puso a buscar vuelo a Suiza. El avión salía a las ocho de la mañana recogerían los pasajes en

el mismo aeropuerto

entre las seis treinta y las siete de la mañana. Sofí decidió hablar con Conesa para que la llevara al aeropuerto, Ni Anic, ni Romeo conocían el camino, sin embargo ella ya había echo el trayecto en varias ocasiones y al día siguiente cuando llegó Romeo las tres lo esperaban a la salida. Anic no le dio opción a decir nada se arrojó en sus brazos y le tapó la boca con un intenso beso. Cargaron las maletas y regresaron a la casona.


Anic y Romeo hicieron la cena, mientras Sofí y Valeri preparaban una maleta para cada una, esa noche Anic y Romeo durmieron en la habitación de invitados. Conesa tocó el claxon y las dos mujeres salieron rápidamente. Dos horas mas tarde partían hacia Suiza. Apenas desembarcaron y recogieron las maletas

tomaron

un

taxi

que

las

llevó

directamente al banco, Sofí llevaba todos los papeles en un sobre dentro del bolso de mano. Al

entrar

en

el

banco

buscaron

y

encontraron el cartel de información. - Buenos días. - Buenos días señoritas ¿que desean? - Queremos información sobre una cuenta. - ¿ Está a su nombre? - No pero puede estar a nombre de Valeri D'examps Martín. - Mire es esta cuenta.- Sofí le mostró el recibo y el operario tecleó los números miró la pantalla y sin decir nada se fue y se introdujo en


otro despacho. Al momento salió y les dijo. -Puerta dos. Allí se dirigieron y apenas entraron un señor se levantó les estrechó las manos y las invitó a sentarse. - Bien venidas, cual de ustedes es Valeri. - Yo yo soy. - Bien según veo es usted menor de edad y por lo tanto no puedo darle información, por otra parte tengo orden de mandar un giro a un centro de Londres hasta el treinta de Junio del dos mil quince y por lo tanto hemos mandado el último. Sofí leyó el nombre del señor en el letrero de la mesa. - Don Enrico, eso ya nos lo imaginábamos, que podía suceder esta es Valeri y yo su tutora aquí tiene los papeles. Como puede comprender yo me hago cargo de la cuenta pero como confío ciegamente en Valeri se hará lo que ella decida y ahora díganos a nombre de quien está la cuenta. Está a nombre de Valeri D'examps Martín,


Gerard D'examps Conde y Valeria Martín Blanc. En este caso la titular y propietaria de la cuenta es Valeri y mas teniendo en cuenta que sus padres han fallecido. - Si exactamente, así es. - Queremos saberlo todo sobre la cuenta cuanto dinero tiene y de donde procede. El señor miró la pantalla – mientras decía – les sacaré un extracto del último año , así podrán saberlo todo. Las dos comprobaron que periódicamente su padre realizaba ingresos y que su único gasto era el pago de la residencia. En la cuenta habían un saldo de sesenta mil euros. Y aunque Sofí insistió en conocer la dirección de Valeria, en los papeles solo

constaba

una

dirección

de

París

perteneciente a un antiguo apartamento de Gerard que había vendido hacía años para comprar el nuevo. - Bien

don Enrico,

queremos cerrar la

cuenta, en breve recibirá usted una reclamación de


nuestro banco en España, es justo que si vive en en otro país y el dinero es para su educación disponga de el lo mas cerca posible. - En ese caso debo hacer una fotocopia de sus documentos y me firmaran unos papeles. Siguieron las instrucciones de Enrico y este les dio un documento que debían entregar en su banco para realizar el traspaso. El próximo avión con destino Valencia salía a los dos días, así tuvieron tiempo de hacer un poco de turismo, Valeri había estado allí con su padre y recordaba parte de la ciudad, por fin pudieron subir al avión y regresar. Al llegar al Puig inmediatamente abrieron una cuenta en el banco a nombre de Valeri y entregaron el papel para realizar el traspaso. Por la noche mientras cenaban iban contando los pormenores del viaje ante la atención expectante de Anic y Romeo. Al fin Anic hizo un comentario. - Parece ser que Gerard no era tan malo


como parecía y se ha ocupado de sus mujeres incluso después de su muerte. - ¿Habláis de Gerard Vuestro jefe?- dijo Romeo. - ¿De quien si no? - ¿No querrás decir que Valeri es la hija de Gerard? - Si así es. - No sabía nada de su hija; creía que había fallecido en el accidente. - Haber Romeo ¿que sabes tu que nosotras no sepamos? -preguntó Sofí. - ¿ De que conoces tu a Gerard?- preguntó Anic. - Somos del mismo barrio hemos crecido juntos y solo nos separamos cuando elegimos nuestras carreras, yo estudié económicas y el empresariales y diseño industrial. Al fin terminó montando su propia empresa como sabéis, nada de lo que había estudiado o casi nada. - Dinos ¿que sabes tu que nosotras no


sepamos? - Sobre ¿que? - Sobre su vida amorosa ¡tonto!, queremos saber ¿quien es la madre de Valeri? - ¿ Y por que no me preguntasteis? - Dios mio este hombre. Quieres empezar a hablar de una vez sobre su madre – dijo Anic indignada. - Esta bien, Gerard fue victima de Valeria, me explicaré. En el último curso

Valeria se

encapricho de el, y su amiga Susan de mi para ellas era simplemente un Juego, pero nosotros caímos en sus redes como colegiales. Ignorantes de todo la apuesta consistía en quien se casaba antes. Ellas acordaron reunirse en Mónaco un año después y quien presentara la fecha de boda mas reciente pagaba la semana de vacaciones. Yo pagué las vacaciones, pero nos dimos cuenta que ellas

seguían

comportándose

como

solteras.

Valeria empezó a tener nauseas y volvieron a París. Cuando los volví a ver ya tenían una hija , y durante dos años Valeria se portó correctamente como una


buena madre. Pero la niña fue a la guardería y Valeria tubo mas tiempo para ella, sin que Gerard lo supiera hacía su vida. Las amigas se encontraron e hicieron una nueva apuesta esta vez consistía en divorciarse. Valeria volvió a Ganar la apuesta; Susan después

de

unos

meses

“rara”

decidió

no

separarse. Un día Valeria debía Gerard

y

decidió

tomarse

entregar su hija a unas

vacaciones

“instantáneas”. Su amante se encontraba en Barcelona y allí se dirigió, cuando llegó Gerard, la asistenta le comunicó la decisión de Valeria. Gerard salió en su busca y ya cerca de Barcelona reconoció el coche de Valeria fuera de la carretera. Su mujer estaba en coma y yo no quise preguntar mas cuando nos encontramos en Paris un mes después por pura casualidad. Fue cuando me informó de su última apuesta y desde ese momento solo pensé en separarme de Susan. Al principio se negó a separarse pero yo le puse una querella que resultó nula. Ya habíamos dejado de vivir juntos y hace un año me pidió el divorcio yo sabía que tenía


un hombre viviendo con ella pero nunca me importó. - Dios mio teníamos a mano todas las respuestas y las estábamos buscando. - No me preguntasteis. - Callate por esta vez – dijo Anic con tono amenazante. - Romeo ¿sabes que ocurrió con Valeria?preguntó Sofí. - No, pero si llevaba un mes en coma… - Si entiendo. - Ya no volví a hablar con Gerard, pero me alegré cuando supe que Anic trabajaba para el, por eso nunca hablaba de el, por no interferir en su trabajo. Creo que se envolvió en su trabajo como un gusano en su capullo de sed, hasta que llegó Sofí. - Bien Valeri creo que aquí termina la historia – dijo Sofí – está claro que tu te salvaste de milagro, del accidente y tu padre intentó montar una empresa, posiblemente pensando en tu futuro.


Con estas palabras de Sofí terminó la conversación y como tenían por

costumbre

salieron a pasear tras la cena, pero nadie hablaba todos

estaban

pensamientos,

centrados

en

no tardaron

sus

propios

en regresar y

acostarse. Los días siguientes pasaron como una exhalación,

a Romeo se le terminaban las

vacaciones y volvió a París acompañado por Anic. Pero antes de marcharse informó a Esteban de una empresa francesa, a la que el había echo un estudio de viabilidad años antes y que se dedicaba a la fabricación de cuartos de aseo completos para hoteles, solo había que empalmar los desagües, el agua corriente y la luz. Esteban buscó la empresa por Internet y contacto con ellos, le mandaron fotos y planos de los aseos. Con todos los datos en su poder hizo un nuevo estudio de la planta superior. Mientras tanto, Valeri y María abordaban decididamente a Sofí. Sofí esta noche quisiera pasarla con María, hoy estamos a catorce de Agosto y hay fiesta en la


playa. Si, verá usted – dijo María con desparpajo es costumbre cenar en la arena de la playa y estar con la pandilla hasta el amanecer; es el momento de mojarse los pies y ver amanecer. Después regresamos a casa y dormimos. Sofí miró a Valeri

no le gustaba dejarla

sola, pero Valeri tenía dieciséis años y no podía mantenerla siempre bajo su protección. Sofí dio

su permiso con una sonrisa.

Cuando en realidad se sentía como una madre protectora que la dejaba ir a regañadientes. Mas tarde pensaba que era bueno que se relacionase con otros jóvenes y así practicar mas el Español. Esteban llegó a las ocho y decidieron cenar en un restaurante cercano a la playa y mientras cenaban le hablo del estudio que estaba realizando sobre el coste de las habitaciones de la parte superior. Sofí le dijo que había desistido de seguir con su proyecto y que de momento terminaría con la

fachada,

Conesa

le

había

dicho

que

prácticamente había terminado y entre todos


pintarían la fachada. No obstante Sofí no quería hablar de la casa y en cuanto terminaron de cenar salieron a pasear, Esteban hablaba pero Sofí solo estaba pendiente de localizar a Valeri entre las cuadrillas de Jovenes que correteaban y saltaban por la playa. Por fin reconoció la risa de María. No se acercó pero si miró como charlaba con otras chicas, un grupo de chicos las acompañaban, pero parecían mas interesados en la comida que en las chicas. - Dejala ya es una mujercita. - comentó Esteban. - Sí y ahí radica el peligro. - Posiblemente no recuerdes lo que hacías tu a su edad. - Si lo recuerdo pero yo no acababa de salir de un internado. Esteban y Sofí pasearon hasta llegar a la casona las dos pequeñas farolas de la fachada permanecían encendidas. La sensación de soledad era palpable Esteban miró a Sofí ( su mirada lo decía todo) pero su boca susurró.


- Sofí ¿hasta cuando? Sabes que te quiero, pero tu… Las

palabras

de

Esteban

fueron

interrumpidas, Sofí había colocado la mano sobre su boca y apoyó su frente sobre el hombro de Esteban. Este con mucha delicadeza, colocó el torso de su mano bajo la barbilla de Sofí y acercó sus labios a los de ella fundiéndose sus bocas y liberando el deseo retenido. Sofí cogió de la mano a esteban y lo introdujo en la casa, poco tardaron en alcanzar la alcoba y cerrar la puerta. Al día siguiente Sofí habría suavemente la puerta de la habitación de Valeri y la encontraba durmiendo con María. La satisfacción la inundó, se sentía inmensamente feliz, la mañana parecía mas luminosa y con un perfume desconocido. Abrió la ventana del comedor el sol brillaba como nunca y el calor se hacía notar. Esteban salía del aseo y la rodeó con sus brazos besándola, mientras le preguntaba. - ¿ Me quieres ? - ¡S!,

no quería comprometerme y lo he


echo. No se que me ocurre tenía una vida y la he cambiado

radicalmente.

No

se

por

que

he

comprado la casona ni cual va a ser mi futuro. - Tu futuro está junto a mi Sofí, tenemos que unir nuestras vidas para siempre. - Yo no veo mi vida fuera de esta casa y me pregunto ¿porque ?

Buscaba tranquilidad,

sosiego y… Mi cabeza no sabe lo que quiere. - Sofí no tienes por que cambiar tus deseos. Yo te quiero como nunca he querido y no me importaría vivir contigo donde tu desees. Pero me gustaría saber si tu me quieres lo suficiente para vivir eternamente conmigo. Sofí parecía ensimismada como si no lo escuchara, mirando al infinito. Esteban creyendo que no lo escuchaba preguntó en voz alta. -¿ Que tomamos de desayuno? -Esteban

digamos

que

no

me

eres

indiferente ¡Me gustas y eres maravilloso! Pero no me encuentro todavía dispuesta a comprometerme de por vida. Me hace feliz que me quieras y te lo


agradezco, degémoslo de momento en algo mas que buenos amigos. - ¿Podemos ser pareja? - Si, ya lo somos, pareja con libertad. Esteban no sabía muy bien como asimilar las palabras de Sofí pero respetó su deseo al fin y al cabo seguiría disfrutando de la mujer que amaba. Sobre las once se

escuchó la llegada de un

ciclomotor, era Rosa interesándose por María, tenía el día libre y Sofí la invitó a comer, las niñas dormirían hasta tarde. Media hora mas tarde llegaba la furgoneta de Conesa cargada con los niños. y con todo lo necesario para hacer una típica paella valenciana. Rosa se ofreció a cocinarla pero Conesa le dijo que los días de fiesta la paella la cocinaban los hombres. En realidad era la inauguración del paellero

o

barbacoa;

los

niños

entraron

rápidamente en la piscina mientras su padre descargaba la leña y la comida. Rosa ayudó a Conesa sin interferir en la confección de la paella; una vez terminada esta,


mientras reposaba prepararon unas ensaladas antes de

llamar a las jóvenes para comer y al

terminar la paella Conesa sacó un hermoso melón de la nevera, mas tarde mientras reposaban y tomaban café, Conesa les dijo que al día siguiente se podía empezar a pintar la casona. - ¿De que color? Preguntó Rosa. Sofí miro a Valeri - ¿que color te gusta? Valeri contestó con cara de sueño. - Me gusta el salmón. - Ya sabéis el color que vamos a pintar. ¡Salmón! Al

día

siguiente

Sofí

siguiendo

las

indicaciones de Conesa, fue a una tienda del pueblo y compró la pintura, rodillos, cinta para tapar y todo lo necesario para pintar. Conesa por su parte alquiló un andamio para pintar la parte superior de la fachada. Durante tres días estuvieron pintando. Todo el mundo ayudaba incluidas Valeri y María. A las seis de la tarde había concluido el trabajo de pintura

y mientras Valeri y Maria seguían

limpiando, Rosa y Sofí recogían

y limpiaban los


rodillos y las brochas. Conesa por su parte ayudado por su padre desmontaba el andamio. Sonó el mobil de Sofí. - Valeri ¿puedes cogerlo? Tengo las manos sucias. - Si yo lo cojo… Es Anic. - Ven y ponle el altavoz – Valeri obedeció y llevó el mobil donde estaba Sofí. Se escuchó la voz de Anic. - Sofí, Sofí ¿me escuchas? - Si te escucho – contestó Sofí - ¿que ocurre? - ¡Ah! No te escuchaba oye la inmobiliaria a la que vendimos la casa me ha hecho llegar unas cartas, algunas son de trabajo compañías para las que trabajábamos, se las he pasado a Jean. Pero hay una de una residencia en Barcelona y con esta no se que hacer. - Ábrela, la escaneas y pásamela a mi correo, no se ha que se puede referir y tal vez solo sea una equivocación.


- No lo creo la dirección y el nombre de Gerard

están

correctos.

En

fin

te

la

paso

inmediatamente. - Como va lo tuyo con Romeo. - De luna de miel, ahora si que habla. Soy muy feliz y Romeo dice que quiere hijos… me lo estoy pensando ¡lo quiero! - Me alegro, un fuerte abrazo. - Igualmente Sofí, te mando un correo. Sofí mandó a Valeri a abrir el ordenador e imprimir la carta. Al momento volvió Valeri. - Sofí me pide la contraseña. - Si la contraseña ¡es Valeri!. Sofí tenia el nombre de Valeri como contraseña. Siguió limpiando las herramientas y entre Rosa y ella las llevaron al cuarto del motor de riego (el cual utilizaban como trastero), junto con el sobrante de pintura o cinta adhesiva. Al entrar en la casa se encontraron a Valeri sentada en el despacho con la carta entre las manos. Su semblante era serio y su cara había


perdido su color sonrosado. Miró a Sofí y alargó su mano ofreciéndole la carta sin abrir la boca. Sofí la cogió y la leyó. La carta la mandaba una residencia de Barcelona dirigida a Gerard. En ella le decían que llevaban cuatro meses sin recibir el suplemento para el pago de la estancia en la residencia de Valeria Martín Mathieu y que por lo tanto le pedían que se hiciera cargo de la deuda o tomarían las medidas correspondientes. De improviso habían descubierto que la madre de Valeri ¡Vivía!. Sofí se quedó tan sorprendida como Valeri. - Lo siento Valeri, te aseguro que no sabía nada de la existencia de tu madre. Al igual que de tu existencia tu padre nunca hablaba de su familia. Mientras decía estas palabras a Valeri, en su interior pensaba - ¡ Dios mio! Cuanto me queda por descubrir y hasta cuando me perseguirá la herencia de Gerard. Se armó de valor y decidió que seguiría asumiendo su responsabilidad, se acercó a Valeri y


la abrazó mientras le decía. - Prepara el equipaje, saldremos temprano hacia Barcelona.

A las siete abandonaban la casona. La mayor parte del camino lo hicieron en silencio; ninguna de las dos tenía ganas de hablar y en realidad no sabían con que se iban a encontrar solo tenían una carta que decía que Valeria vivía. Al llegar cerca de Barcelona pararon en un área de servicio descansaron y desayunaron. Al volver al automóvil Sofí programó el GPS con la dirección de la residencia. Debían cruzar toda la Capital Condal. Pararon junto una gran Verja un pequeño patio rodeaba un edificio antiguo. Aparcaron el coche y llamaron a la puerta. - ¿Quien es? - Contestaron por el interfono. - Venimos a ver a Valeria Martín. La puerta se abrió

y cruzaron los diez

metros que las separaban del edificio. Una monja las recibió.


- Buenos días, esperen un momento, ahora vendrá la directora. - La residencia ¿está regida por monjas ? - No señora es mixta, la directora y algunas empleados no son monjas. No tardó en entrar una señora alta y voluminosa, su imagen imponía. - Buenos días ¿han preguntado ustedes por Valeria? - Sí así es, creo que usted mandó esta carta – Sofí mostró la copia a la directora. - Sí yo la mandé, aunque no sabía si llegaría a su destino, el señor no venía mas de una vez al año

y hacía dos que no ha venido, la

dirección que teníamos es de hace cinco años, de todas formas el no pagaba el suplemento. - Necesitamos saber todo lo referente a Valeria. - Y yo necesito saber ¿ quienes son ustedes y por que preguntan por Valeria? - Si tiene usted razón perdone no nos


hemos presentado, Esta es Valeri hija de Valeria y Gerard y yo soy Sofía

de la Mer “la tutora” de

Valeri. No se si en este momento somos la única familia “oh no” de Valeria y desconocíamos su existencia, en realidad en realidad creíamos que había fallecido. Gerard falleció hace algo mas de cinco meses. ¿ Y ahora puede informarnos de todo lo referente a Valeria. - Si pasen ustedes a mi despacho. El despacho estaba al final del corredor les invitó a entrar y les ofreció asiento, buscó en un archivador y sacó el expediente. Como a ella lo que mas le interesaba era el cobro empezó por mostrarles la cuenta por la cual cobraba y en la que faltaban por ingresar los últimos cuatro meses, que a final de mes se convertirían en cinco. Sofí ojeó los papeles que le entregaba. - Bien doña… - Francisca me llamo Francisca Isach. - Pues bien doña Francisca por lo que veo Valeria percibe una cantidad de quinientos treinta euros como paga de invalidez, por parte del


gobierno español y otra paga procedente de Francia

de cuatrocientos euros. No veo la

procedencia del dinero francés, solo se que lo ingresan en su cuenta o en la cuenta de la residencia. - Si así es, pero aquí tengo el nombre y la dirección de quien manda el dinero. Puedo asegurarles que nunca había fallado hasta hoy. Se llama Jean Pol Vernié y esta es su dirección en Lyon. - Doña Francisca, Valeria,

en

realidad

no sabemos nada de como

le

he

dicho

desconocíamos su existencia, no sabemos mas allá de que tubo un accidente y quedó en coma, creíamos que había muerto. Podría informarnos de lo ocurrido, del estado de Valeria y si es posible visitarla. - Si,

aunque solo se lo que ocurre aquí

dentro, no lo que ha pasado anteriormente. - Lo entendemos- respondió Sofí. - Valeria lleva aquí alrededor de ocho años se

que

estuvo

unos

meses

en

coma

a


consecuencia de un accidente de automóvil. Creo que su familia la abandonó y la diputación la dejó aquí. Las cicatrices de su cabeza se pueden ver cuando lleva el cabello corto, su brazo izquierdo no tiene movilidad en su totalidad, pero tampoco le hace falta, se viste sola y se asea. Como verán esta es una residencia de ancianos aunque tenemos algunos minusvalidos y ese es el caso de Valeria. En fin será mejor que hablen con Rusé ella a sido su enfermera en estos años. Vengan conmigo. Se levantaron y andaron por los pasillos, Francisca abrió una puerta. - Miren esta es su habitación, duerme con otra compañera, no dejamos a nadie solo. Valeri vio sobre la mesita la fotografía de una mujer con una niña de entre tres o cuatro años y preguntó a Francisca. - ¿Podemos ser mi madre y yo? - Creo que si, esa fotografía vino con ella del hospital y nunca se ha separado de ella.


Valeri cogió la fotografía y la miró con interés, después la dejó en su sitio y mirando a Sofí dijo con tristeza. - Casi no la recuerdo. - Es natural hace muchos años. - Siganme - dijo la directora con un tono que sonaba a orden. Al final del pasillo una puerta daba a la enfermería y la de enfrente salía al jardín de la parte trasera. Se acercaron a la enfermería y allí encontraron a Rusé. Francisca la llamó.- Rusé vienen a informarse y visitar a Valeria – después se volvió cara a Sofí y dijo. - Cuando terminen, les espero en mi despacho – y se alejó. - ¿Son ustedes familiares de Valeria? Preguntó Rusé - Si podemos decir que si, nos gustaría saber sobre ella y su estado actual. - Hace mas de cuatro años que no vienen a verla, primero venían dos ancianos una o dos veces


al año, el señor tenía un solo brazo , por navidad solía venir un señor Joven la visitaba y se iba. - Su estado ¿como está ?- preguntó Valeri. - Ahora vamos a verla está en el jardín, al principio le costó mucho recuperarse, no hablaba y no conocía a nadie, apenas caminaba ayudada. Hoy camina y habla aunque mal, entiende lo que le dices y le encantan las plantas y ayudar en la cocina, le gusta moverse. Afortunadamente hoy no es una carga, pero no piensen encontrar una mujer completa ni que las reconozca. Bien siganme. Salieron al jardín una mujer con unos guantes y unas tijeras cortaba unas ramitas de los rosales. - Miren está cortando las ramas y hojas secas. Vieron una mujer con dificultad para mover su brazo izquierdo y

para desplazarse, aunque

ponía mucha atención en su trabajo. Rusé la llamó. - Valeria, Valeria tienes visita. Valeria se volvió lentamente, el accidente


no había desfigurado por completo su cara, solo una cicatriz ascendía desde su mejilla y se perdía oculta por su cabello. Una corta melena negra cubría el resto de las cicatrices. El accidente no había podido destrozar su belleza. Sofí se quedó inmobil

mientras

Valeri

se

acercaba

a

ella

observándola con detenimiento. Un murmullo se escapó de su boca. - ¡Mama! Valeria la miró, llevaba una rosa en la mano y se la ofreció. Valeri alargó su mano y acarició su mejilla. Valeria hizo lo mismo devolviéndole la caricia. -Mama soy yo tu hija. Valeria miró a Rusé y esta movió la cabeza afirmativamente, volvió a mirar a Valeri,

con la

mano plana indicó el tamaño de su hija, parecía recordarla pequeña. Valeri la rodeo con sus brazos y la besó en la mejilla. Una suave sonrisa se reflejó en la cara de Valeria. Le dio las tijeras a Rusé y cogió a Valeri de la mano dirigiéndose a su habitación, la abrió y le enseñó

la fotografía a


Valeri. Valeri le indicó que la niña era ella y que había crecido. - Hablale – dijo Rusé – ella sabe hablar. - Mama soy yo “tu hija” he crecido. La niña soy yo Valeri. - No, no – te recuerdooo. No Su voz era temblorosa y sus movimientos toscos; parecía que le costaba pensar

lo que

decía. Una campana sonó y Valeria se puso en marcha. - Co… comer – cogió de la mano a Valeri y quería llevársela, Rusé intervino. - No, tu a comer; Valeri se queda conmigo. La cara de Valeria se entristeció. - ¿ Te ve.. veré? - Si mama volveré a por ti. Rusé le indicó el camino del comedor y ella se fue volviéndose de vez en cuando. - ¿Es peligrosa? - preguntó Sofí. - No para nada, es muy dócil, aunque no


creo que haya asimilado que usted es su hija, creo que ha interpretado que volverán a verla de visita; ella ve como la gente viene a visitar a los parientes y a ella nadie la visita. - Y así lo haremos ¿verdad Sofí? - Si no la abandonaremos, vamos pasemos por el despacho de la directora. Y a usted Rusé muchas gracias por cuidarla. Recogieron la dirección del señor de Lyon con la promesa a la directora de descubrir el problema con el dinero. Salieron de la residencia y se dirigieron a un restaurante; Valeri no hablaba estaba inmersa en sus pensamientos. Mientras comían Sofí le dijo. - ¿Estas pensando en llevártela? - Si me gustaría, pero entiendo que si ya me tienes a mi, las dos seríamos demasiada carga para ti. - Tu no eres una carga Valeri, si es verdad que has cambiado mi vida pero creo que ha sido para bien, sin darme cuenta he madurado. Pienso


mucho mas las cosas y en el futuro, algo que antes no me preocupaba. - Podrías emplear mi dinero con mi madre. - De momento no me hace falta, Jean me paga bien. Te diré lo que haremos de momento nos vamos a Lyon a descubrir que ha pasado y de donde procedía el dinero, después actuaremos en consecuencia. ¿Te parece bien? - Me parece bien. - Coge mi teléfono y busca un hotel de tres estrellas llegaremos tarde. Valeri siguió las instrucciones de Sofí, mientras ella pagaba la cuenta. Subieron al coche y se dirigieron a Lyon. Como había dicho Sofí el viaje era largo y llegaron poco antes de las ocho de la tarde, cenaron en el mismo hotel y se acostaron. Al día siguiente tenían trabajo. Después del desayuno pusieron en el GPS la dirección que les dio la directora de la residencia, y salieron en su busca. La calle se encontraba en el casco antiguo de la capital. Pararon frente una


tienda de ropa que coincidía con el número que les habían dado. La puerta de la tienda demostraba que llevaba tiempo cerrada. Una pequeña puerta a un lado parecía conducir a la vivienda que había sobre la tienda. Llamaron al pulsador, pero nadie les abrió; no muy lejos había una ferretería y decidieron preguntar allí. - Por favor señor, Puede informarnos usted sobre el dueño de la tienda que está cerrada. Sabemos que se llamaba Jean Pol Vernié. - Sí el señor Jean Pol vive enfrente en el número tres. Creo que se jubiló. - Gracias. Las dos mujeres se dirigieron al edificio frente a la ferretería y buscaron el número tres, tras llamar una voz de mujer contestó. - ¿Quien es? - Buscamos a Jean Pol Vernié. - Si es mi marido no tardará en venir ha ido al horno. La señora colgó sin abrir la puerta. Por la


acera vieron acercarse a un señor cargado con la compra, al llegar a su altura saludó y sacó la llave. - Por favor ¿Es usted Jean Pol Vernié? - Sí, ¿me buscaban? - Sí, por favor queríamos hablar con usted. - ¿Sobre que? - Sobre el dinero que usted mandaba a una residencia de ancianos de Barcelona. - Ya comprendo, pasen subamos a mi casa. Subieron al segundo piso de un edificio sin ascensor, Jean Pol les presentó a su señora y a continuación les invitó a sentarse en un pequeño comedor. - ¿Puedo preguntar su nombre? - Si está en su derecho, somos

Sofí y

Valeri. - Bien Sofí que desea saber. - Usted mandaba un dinero a Barcelona para el pago de la cuota de… - ¡No siga! Yo mandaba el alquiler de mi


tienda a una cuenta, lo que se hacía con el dinero no lo se. parecido

No somos investigadores ni nada solo

buscamos

respuestas

¿Puede

decirme de quien es la tienda? - Si, no solo la tienda también la vivienda que hay sobre ella. Pertenecían a Alfonso Martín y su esposa Valeria. Ya no están entre nosotros desde hace cuatro años. Yo seguí pagando no se a quien y mandando el dinero; cuando me jubilé cerré la tienda y deje de pagar. - ¿Que les ocurrió? A los propietarios. - La señora falleció hace mas de seis años de

un

cáncer

de

pecho

se

decía

que

a

consecuencia de la muerte de su hija. Su marido la cuidó mientras pudo; no se si saben que era manco. - Si lo sabemos. - Como les he dicho el falleció dos años después y por aquí nadie ha venido a reclamar nada. No se quien es el dueño de la casa en este


momento. - Señor Jean Pol creemos que la casa pertenece a Valeri aquí presente

“eran sus

abuelos” y en cuanto a su hija no falleció, quedó en coma tras un accidente y su mente quedó… podríamos decir “bloqueada”. El dinero que usted mandaba era para el pago de la residencia en la que se encuentra actualmente y gracias a que usted dejó de pagar hemos descubierto su existencia. - Dios mio y ¿eso puede ocurrir en nuestro tiempo? - Ha ocurrido. - ¿Que piensan hacer? - Creo que debemos reclamar la herencia para Valeri como única heredera, e intentar ayudar a su madre. - Les ayudaré, es lo menos que puedo hacer. Cerca de aquí hay un notario, si Alfonso hizo testamento debió hacerlo allí. - ¿Cuando podemos visitarlo?


- Ahora mismo está cerca de aquí y estará abierto. - Pues no perdamos tiempo.- Contestó Valeri. Salieron en busca del Notario. Como decía Jean Pol no estaba muy lejos, tras un breve tiempo de espera pasaron al despacho e informaron

al

notario del motivo de su visita. El notario mandó a la secretaria a buscar el expediente de Alfonso Martín y a los pocos minutos entraba la secretaria con el expediente. El notario lo tomó y lo ojeó. - Si aquí está, el presente testamento está firmado por el matrimonio formado por Alfonso y Valeria, en el se otorgan todos sus bienes consistentes en el edificio sito en la Calle de en Medio numero treinta y cuatro, consta de planta baja comercial y vivienda superior. El mencionado edificio lo ceden a su hija, en caso de recuperarse o en su defecto a su nieta “desaparecida” y en el remoto caso de no encontrarla a la Residencia San Jordi de Barcelona.


Sofí abrió la carpeta que llevaba consigo. - Mire señor notario, este es el certificado de invalidez de Valeria Martín hija de Alfonso y Valeria. Aquí se especifica su imposibilidad para valerse por si misma. Esta joven es su hija y nieta Valeria

D'examps Martín. Y una servidora es su

tutora dispuesta a actuar según ella decida. - Necesito sus credenciales y donde se atestigüe que es usted su tutora. Sofí le fue facilitando todos los documentos al notario. Este mandó a la secretaria hacer copias de todo. - En una semana pueden pasar a recoger los papeles de la herencia. - ¡En una semana! Por favor debemos volver a Valencia ( España) y pensábamos recoger a Valeria de la residencia y llevarla con nosotras. Al escuchar estas palabras Valeri sonrió con satisfacción. - Ya entiendo viven muy lejos – comentó el notario


- Así es y habría que preguntarle a Valeri ¿que piensa hacer con la casa?- Contestó Sofí. Todas las miradas se dirigieron a Valeri, esta no sabía que contestar no había pensado en tal situación. - No se de momento, tengo una madre y una casa, hace unos días no tenía nada. Sin Sofí no soy nada ¿que puedo hacer? Solo quiero llevarme a mi madre conmigo, aunque se que es un nuevo cargo para Sofí. Aunque ahora tenga una casa no puedo mantener a mi madre y soy menor y ..y.. El señor Jean Pol no había abierto la boca y se decidió. - Si la casa va a ser un cargo para ustedes ¿por que no la venden? Sería fácil venderla, hay demanda por esta zona y a propósito yo tengo las llaves de la casa. Bastaría con colocar un anuncio en el balcón. - ¿Que decides Valeri? - preguntó el notario.


Valeri miró a Sofí, como interrogando. - Yo vendí una casa en Paris a la que no pensaba volver, dando poderes a una amiga. ¿tu piensas volver? - Yo no se cuando podría volver por aquí o si volveré de momento mi vida está contigo... ¡Decido venderla! ¿que debo hacer? - Usted nada pero mi secretaria y yo vamos a tener mucho trabajo para completar todos los papeles. Vuelvan esta tarde sobre las siete, no mas tarde. - Muchas gracias. Estrecharon la mano del notario y se decidían a salir cuando les volvió a llamar. - ¡Esperen! es posible que tuvieran dinero en el banco. Les haré un certificado y podrán sacarlo, les aconsejo que busquen en su casa alguna libreta de ahorro, o documentos como acciones. El notario en pocos minutos les entregó un certificado y se dispusieron a visitar la casa, como


había dicho Jean Pol disponía de las llaves y pudieron entrar en ella, el polvo se acumulaba sobre los muebles, pero no fue impedimento, buscaron por los cajones y encontraron la libreta de ahorros y el numero de una cuenta corriente. Valeri encontró fotografías en una cómoda y después de ojearlas decidió llevárselas. Su siguiente paso fue ir al banco, allí les informaron que la cuenta corriente hacia ocho años que se había cancelado y que los ahorros libres de impuestos ascendían a quinientos treinta euros. Liquidadas las cuentas dejaron a Jean Pol en su casa y se fueron a comer. Después pasearon por la ciudad y volvieron a por Jean Pol para que las acompañase nuevamente al notario. Firmaron

todos

los

papeles

que

les

presentó el notario y al terminar les dijo. En este momento Jean pol bajo mi supervisión dispone de poder para vender su casa, como ha dicho el señor Jean Pol colocaremos un cartel de venta y en cuanto realicemos la operación y cobremos les liquidaremos, descontando los


gastos y los impuestos. Antes llamaré a una inmobiliaria para que la valore - Me parece bien

– contestó Valeri –

mirando a Sofí. - Por favor nos ha preparado el certificado para poder recoger a Valeria - preguntó Sofí. - Si por duplicado, puede que la residencia quiera quedarse con una copia, el otro no lo pierdan ¡Sofí! La hago a usted responsable de las dos mujeres, madre e hija. - Lo entiendo, lo asumo

y le doy las

gracias. Salieron

de

la

oficina

del

notario

y

acompañaron a Jean Pol a su casa, Sofí le dio su número de teléfono y le dijo que si algún día querían visitar Valencia que la llamase, estaría encantada de recibirlos en su casa. Volvieron al hotel y comunicaron al conserje que al día siguiente partirían para que les prepararan la cuenta; al entrar en la habitación Sofí llamó a la residencia donde estaba Valeria, informando a la directora de que al día siguiente después de comer, pasarían a


por Valeria previo pago de la cantidad que se les adeudaba. Apenas

desayunaron

partieron

para

España, era sábado y les esperaba un largo camino. Pararon para llenar combustible y comprar ropa para Valeria según Sofí debería comprar dos tallas mas de las que ella usaba. A la entrada de Barcelona pararon a comer. Habían hablado poco durante el camino Valeri cambiaba frecuentemente de emisora de radio, parecía inquieta; al terminar de comer Sofí le preguntó. - ¿Que te ocurre? Te encuentro nerviosa e insegura ¿es así? - No solo… ¡Si es así!, no quiero pensar en la gran responsabilidad que significa hacernos cargo de mi madre. - ¿No querrás echarte atrás ahora? - No pero pienso que yo debo estudiar y tu trabajas. No tendremos una vida fácil con ella. - Valeri creo que tu decisión de vender la casa es la correcta y tus pensamientos me


demuestran que estás madurando, en ocasiones pienso que eres mas sensata que yo a tu edad. Ese dinero se puede emplear en contratar una señora de compañía “si hiciera falta” no obstante yo no he visto muy mal a tu madre, solo falta de memoria, pero conserva muchas cosas buenas. Creo que puede ser feliz en la casona, le haremos un jardín donde pueda distraerse y al menos tu estarás con tu madre. Las palabras de Sofí tranquilizaron a Valeri. - Sabes, Sofí, no se si quiero a mi madre, para mi es una desconocida tengo una sensación rara como cuando viniste a por mi, yo no quería irme contigo, no te conocía ni conocía mucho el mundo exterior, “me daba miedo” y mucho mas si tenía que irme con una desconocida, solo cuando me convencí de que no tenía nada

ni a nadie

donde acudir; accedí a irme contigo aunque a regañadientes. Con mi madre me ocurre algo similar, mientras mi corazón dice que me la lleve mi cabeza duda y se pregunta ¿si es lo mejor para ella? Sin embargo con respecto a ti hoy me alegro de haberte conocido y creo que mi padre no se


equivocó contigo y que te conocía muy bien. - Gracias por tu sinceridad Valeri ¡ amigas! - Mas que amigas, tu has sido, amiga y madre a la vez. Quiero pedirte un favor. - Dijo sonriendo picaronamente. - Dime ¿que quieres pedirme?. - ¡Un ciclomotor!, no puedo moverme en la casona y pronto iré al instituto. Sofí sonrió – (su padre hacía lo mismo cambiaba de pronto de conversación)

Ya

hablaremos, de momento vamos a por tu madre. Recogieron

a

Valeria

ante

la

suave

oposición de la directora a la cual no le parecía bien perder una interna como Valeria. La vistieron con las ropas que habían comprado y la sentaron en la parte trasera del vehículo, Valeri se sentó a su lado y le puso el cinturón. Sobre las ocho de la tarde llegaban a la casona. Valeri le dijo a Sofí que podían bajar una cama de la parte superior y que se acostase en su habitación, para no estar sola.


Valeria por su parte no decía nada solo miraba y sonreía, la nueva casa para ella era algo desconocido lo miraba todo y lo tocaba. Mientras Sofí después de descargar el equipaje, se iba a la cocina a preparar unos emparedados. Valeria la siguió miró detenidamente la cocina. Abrió y cerró la nevera repetidamente como había visto hacer a Sofí. Sofí la cogió de la mano y abriendo la nevera le dijo – comida – siguió por el microondas y el horno diciéndole – ¡No! Peligro, no toques ¿entiendes? - Si… malo. -Eso es, tu mira y pregunta. - Yo Valeria… aquí. - Si Valeria, tu casa tu vives aquí. - No monjas. - No mas monjas ni Rusé. Yo me llamo Sofí y Valeri es tu niña. Tu vivirás aquí con nosotras ¿te gusta? Un

suave

¡si!

acompañado

por

un


movimiento afirmativo de cabeza bastó. Cuando Sofí puso los emparedados, Valeria cogió los platos y se quedó mirando a Sofí, esta con un movimiento de cabeza le indicó que la siguiera hasta el comedor. Sofí comprendió que Valeria no iba a ser un problema, solo quería ayudar. Mas tarde bajaron una cama y la pusieron en la habitación de Valeri. El teléfono de Sofí sonó, era Esteban. - Sofí. - Si Esteban. - Estuve el jueves y me dijeron que no estabas. Que estabas de viaje. - Si he estado en Francia ya te contaré. - He visto pintada la casona, “me gusta” ya parece un hotel. - No te rías, sabes que no puedo terminarla. - No me rio y creo que deberías terminarla pero de eso ya hablaremos. ¿Puedo invitarte mañana a comer? - Será mejor que vengas tu aquí y comas con nosotras, hay novedades.


- En ese caso iré pronto yo también tengo una sorpresa. Hasta mañana y recuerda que te quiero. - Adiós Esteban. - Adiós. Después de cenar, salieron a dar un paseo y se acercaron al mar. Para Valeria fue todo un espectáculo ver en las pequeñas olas del mar el reflejo plateado de la luna. Todo parecía ser nuevo para ella.

Esteban llegó descargando un voluminoso envoltorio. Lo llevó al comedor y lo desenvolvió; era un cuadro de la casona y sobre ella transparente la imagen de Sofí. Valeri dijo que debía estar en el recibidor de la casa y allí lo colgaron. Durante el día le fueron explicando a Esteban todo lo sucedido y este les confirmó que habían echo lo correcto y que sin duda allí estaría mucho mejor que en la residencia con los ancianos o con gente con deficiencias

que

podrían

influir

en

su

comportamiento o desarrollo. Valeria por su parte


prestaba atención sin decir nada, pero parecía informarse de todo. El día lo pasaron entre paseos y atenciones con Valeria. Ella se había convertido sin saberlo en el centro de atención de todos. Mientras Sofí volvía el lunes a encerrarse en el despacho para trabajar. María conocía a la madre de Valeri y las tres juntas aprendían Español y francés y así pasaron varios días. El jueves por la tarde paró un mercedes frente el edificio durante unos segundos, se puso denuevo en marcha y lo rodeó lentamente como observando, aparcó a la sombra cerca de la puerta. Valeria miraba por la ventana y pronto dio la voz de alarma. Sofí salió a la puerta y vio descender del vehículo a don Gonzalo Montal. Sofí se apresuró a recibirlo. -Buenas tardes don Gonzalo. - Buenas tardes Jovencita; veo que ha echo usted una buena labor con la casona, reconozco que está preciosa y no parece un secadero de tabaco como lo fue antiguamente. - Ni un almacén de arroz, según me dijeron. - Si está bien informada.


- Tengo buenas relaciones con Conesa. - No estarán ustedes… El es viudo. - No, no solo es mi albañil, podría decir que me llevo mejor con sus hijos en la piscina. - Ya he comprobado que la balsa de riego se ha trasformado y el paellero vuelve a tener chimenea. ¿ Podemos pasar? - Si por favor, está usted en su casa. - Nunca mejor dicho recuerde que sigo teniendo el diez por cien. - No lo he olvidado si le apetece puede ver su habitación. Mientras se dirigían a la habitación Valeria les seguía sin decir nada, Valeri y María habían ido al supermercado con las bicicletas. Sofí abrió la puerta y don Gonzalo comprobó que todo estaba en orden y limpio. - Solo he cambiado las colchas y los colchones, estaban estropeados y… - Ha echo bien, no me importaría que cambiase también las cortinas y sobre todo


descuelgue esos cuadros de parientes muertos y ponga algo alegre. ¿Seguimos con la casa? - Si por favor. Fueron

pasando

de

habitación

en

habitación incluida la cocina y llegaron nuevamente a la recepción. El doctor vio de frente el cuadro pintado por Esteban. - Le habrá costado mucho – dijo señalando el cuadro. - Oh no es un regalo de un amigo. - Pues tiene usted buenos admiradores, entiendo algo de pintura y le aseguro que es bueno pintando. - Es un amigo y ademas arquitecto. ¿Pasamos al comedor? El

doctor

se

quedó

quieto

mientras

preguntaba a Sofí.- ¿Como encontró esto? No, no soy adivino, pero yo venía a limpiar para que mi mujer no se enterase como quedaba la casa, cuando mi hija daba sus fiestas. - Usted quiere mucho a su señora verdad.


- Si siempre la he querido. -¿ Y cree usted que se puede querer hasta la muerte e incluso después? - Mire jovencita soy doctor y le puedo asegurar que las personas queridas nunca se olvidan. Otra cosa diferente es la capacidad de las personas para comprender que los muertos no regresan y por lo tanto los vivos debemos seguir con nuestras vidas, pues en nada beneficiamos a quien se ha ido y por lo tanto nos empeñamos en recordar sin beneficio alguno para nadie. El vivo debe seguir con su vida y con ayuda del tiempo así sucede. Pasaron al despacho o biblioteca. - Vaya parece que esta dependencia se ha modernizado. - Sus libros de medicina siguen en las estanterías. - Algunos de ellos están obsoletos abría que eliminarlos o darlos a un bibliotecario. - Están esperando que usted decida quien


se queda y quien se marcha. El ordenador, la impresora. Son mi arma de trabajo, sigo trabajando como publicista para una firma de París. Digame ¿vendrá con su señora? - Solíamos venir para las fiestas del pueblo y estas empiezan el uno de Septiembre. - Cree usted que convencerá a doña Isabel. - No lo se, pero lo intentaré, usted le causó muy buena impresión creo que le recordó a mi hija. Alguien entró en la casa llamando. Eran Valeri y María con la compra pasaron a la cocina y la dejaron entre risas; cuando salían se encontraron con su madre seguida del doctor y Sofí. - Doctor le presento a Valeri y María, María es hija de mi asistenta y enseña Español a Valeri. Valeri es hija de Valeria y yo soy la tutora de las dos. Como verá Valeria sufrió un accidente y… - Valeria dio la mano al doctor sonriendo como había echo su hija. - Buenas tardes se escuchó en la entrada, era Esteban y llevaba unos rollos de papel en la


mano. - Doctor le presento a Esteban un buen amigo y el pintor del cuadro. - Mucho gusto, tiene usted muy buena mano, ?que lleva en los rollos mas pinturas? - No doctor son los planos y el presupuesto de la planta superior. - Me gustaría verlos -respondió el doctor. A Sofí no le hizo mucha gracia, pero dijo – pasemos al comedor. Todos pasaron tras Esteban, este extendió los planos sobre la mesa y dijo. - He realizado algunas modificaciones, con los aseos prefabricados abaratamos unos veinte mil euros eso nos da la opción de alternar los tabiques con pladur en la parte del aseo y ya que tanto los desagües como el agua deberán ir por el suelo levantaremos el piso con parqué solo será un escalón mas en la escalera. Siendo que el resto está terminado el presupuesto total ciento dieciséis mil euros .

quedaría en


- Me gusta, - contestó Sofí – pero en estos momentos no estoy en disposición de asumir tanto gasto. - La tristeza se reflejó en la cara de los asistentes. Valeri interrumpió. - Puedes coger mi dinero, a mi no me hace falta y en cuanto vendan la casa tendré mas. - No Valeri te lo agradezco, dentro de dos años te puede hacer falta y no se si podré devolvértelo. - ¿Cual es el problema Sofí? ¿cuanto dinero necesitas?- preguntó Esteban. - Pese a Haber vendido una casa en Paris recientemente. Solo podría disponer de cien mil euros ¡No puedo quedarme descapitalizada y después de construir hay que amueblar y vestir las habitaciones, comprar ropa de cama y cortinas incluso vajilla y… en fin no puedo arriesgarme. - Sofí eso no es un problema – dijo Esteban – Yo puedo dejarte dinero no renuncies a tu sueño. - ¡ Un momento! - interrumpió el doctor - Yo


asumo mi diez por ciento ¡si un día hay ganancias quiero cobrar! Valeri cogida a las manos de su madre miró a Sofí. - Esta podría ser la mejor residencia para mi madre, si no quieres mi dinero al menos cobranos la estancia. - Mi madre sabe coser cortinas y ropa – dijo María. - Sofí miró a los asistentes parecía que el proyecto era de todos. Faltaban las palabras del doctor diciendo. - Yo le vendí esta casa a una mujer decidida y con ganas de transformarla, si usted no la quiere puede devolvérmela, le pagaré el dinero invertido en ella. Sofí se vio acorralada, no podía con todos miró a los asistentes y dijo. - Está bien, Esteban prepara los papeles para el ayuntamiento y que sea lo que dios quiera. - Todos aplaudieron incluso Valeria, que no


sabía por que lo hacia pero le gustaba y sonreía. Antes de irse el doctor le dijo a Sofí. Intentaré convencer a Isabel para venir y disfrutar las fiestas como antaño, si lo consigo el día uno estaremos aquí. Adiós

Sofí y no tengas miedo,

tienes buenos amigos. - Gracias doctor, es usted un hombre excelente y me alegro de haberle conocido. - Yo también me alegro de conocerla y de que la casona esté en buenas manos. Adiós. - Hasta la vista doctor. - Sofí regresó al comedor, Esteban estaba dando explicaciones a Valeri y María. Miró a las dos y se dirigió a María. - El lunes sin falta llevas a Valeri a una autoescuela no se puede conducir un ciclomotor sin licencia. - Valeri se abrazó a Sofí y la beso mientras repetía – gracias, gracias… - Pero el coste saldrá de tu cuenta ya que es para ti.


El día uno, recibió una llamada del doctor. Asegurándole que irían después de comer. Esa misma noche

empezaban las fiestas y según

Conesa había espectáculo de Variedades; a las once de la noche habían decidido cenar todos juntos una barbacoa de chuletas de cordero, con patatas fritas y clóchinas valencianas (moluscos o mejillones). Afortunadamente el comedor y su mesa eran grandes. La cena fue un éxito y después de cenar Valeri pidió permiso para quedarse en casa de María a dormir. Sofí no podía por mas que aceptar y se fue con María en la furgoneta de Conesa. En la casona quedaron el doctor y su esposa junto a Sofí, Valeria

y Esteban. Poco antes de las once

acudieron a la plaza

grande del pueblo junto al

monasterio. Mientras paseaban vieron a las jovenes con unas amigas y amigos. A Sofí le recordaba tiempos felices cuando tenía su misma edad. Siguieron

paseando

y

pararon

para

ver

el

espectáculo que empezaba, tan distraídos estaban que no se dieron cuenta de que un poco mas cerca


del escenario estaban Conesa y Rosa Juntos. Cuando Esteban se percató y lo dijo a Sofí esta decidió cambiar de sitio para que no los vieran y se sintieran molestos. - Es cosa de ellos – dijo Sofí - ya son mayores, los cuatro sonrieron. Pese a las fiestas la vida continuaba y doña Isabel acompañaba a Sofí al supermercado y le ayudaba en la cocina; se interesó por el trabajo que realizaba y Sofí se lo mostró. Durante los días que pasaron en la casona doña Isabel pasaba el mayor tiempo posible con Sofí incluso cuando ella trabajaba, solía leer o hacer calceta en la misma habitación. Por su parte el doctor llevaba una sombra llamada Valeria; el le hablaba como si no tuviera minusvalía alguna y le mostraba los alrededores de la casona. Al segundo día Valeria lo cogió de la mano y lo llevó entre los arboles llegando donde se había plantado el seto. Dijo. - See..to. - Si seto - dijo el doctor . Ella sonrió siguió y lo llevó a un lugar donde


no habían plantas y dijo. - Roo..sas. - Si aquí quieres rosas. Valeria movió la cabeza afirmativamente. - ¿Te gustan las flores?, no muevas la cabeza dímelo, habla. - Siii me gustan, me , me dejaban cuidar, Valeria cuida -ba. - Se lo diré a Sofí ¿quieres un jardín? - Siii si. - De acuerdo, pero con la condición que hables. - Siii si, Valeria habla. Ese mismo día el doctor preguntó, si Valeria tomaba algún medicamento. - No se puede decir que lo tome, le damos una aspirina infantil en la comida, es lo que nos aconsejaron en la residencia. Nos dijeron que le ayudaba al riego sanguíneo, pero que no es imprescindible. También me dijeron que había


perdido masa encefálica y que lleva una placa bajo el cuero cabelludo y otra en el hombro izquierdo. Estuvo mas de dos meses en coma, al salir de esta no sabía andar ni recordaba nada, creo que fue como empezar de nuevo. Pero cuando conocimos su existencia y fuimos a por ella tenía sobre su mesilla una fotografía de ella con su hija Valeri. Yo creo que se la dieron sus padres, pero que ella solo ve una niña y no a su hija. - ¿Reconoció a Valeri? - No, creo que no, Valeri le dijo que ella era la niña y simplemente sonrió. - Posiblemente la fotografía se la facilitaron para que ella se acordase de que tenía una hija y así provocarle un

motivo para recordar. Sofí,

Valeria ha empezado de cero, ella sabrá lo que le enseñéis como una niña de unos siete años; si le dices que es la madre de Valeri tendrás que enseñarle que significa ser

madre para que lo

entienda. Las personas que como ella han sufrido un xoc traumático

suelen olvidar el pasado, no

sabemos si en el caso de Valeria fue producido por


el xoc o por la perdida de masa encefálica ¿Comprendes? - Si doctor, lo entiendo le hemos mostrado fotos de sus padres y no ha echo

la menor

mención. - Esa es la prueba, a partir de un tiempo tras la recuperación, su conciencia empieza a funcionar, pero olvidando todo lo anterior ella ahora solo aprende y toma preferencias, sobre todo por las cosas

que le gustan; deben hablarle y no

hacerle señas. En cuanto a la aspirina creo que ni le beneficia ni la perjudica, no obstante si notara algún cambio brusco en ella infórmame. ¡Ah! Quiere Rosas le gustaría tener un jardín. - Si en la residencia se ocupaba de las plantas, se lo conseguiremos poco a poco.

Las fiestas terminaron, el doctor y su señora regresaron a su casa. Esa misma semana María y Valeri se presentaron en el instituto. El ayuntamiento en el primer pleno aprobó las reformas en la casona y a los cuatro días varios


camiones

descargaban

los

aseos

pedidos

a

Francia. Afortunadamente las puertas laterales las habían ampliado para hacer las terrazas sobre los arcos y solo tuvieron que quitar una para poder introducir los aseos en la planta superior. Esteban y Conesa se encargaban de contratar y dirigir la obra. Mientras Sofí se encerraba en el despacho y solo quería trabajar y que terminasen cuanto antes, no se atrevía a subir, solo esperaba que llegase el fin de semana para vivir tranquila, pues el ruido de los trabajos le restaban concentración. La presencia de Valeria le había restado intimidad, si bien Valeri con su nuevo ciclomotor se sentía libre y el español para ella ya no significaba un problema.

Mientras que su conocimiento del

ingles y el francés le beneficiaban en los estudios. Sofí le propuso alternar los fines de semana en el cuidado de Valeria, pero Valeri y María se confabulaban para no cumplir siempre la norma ante la resignación de Sofí. Llegaron las navidades

y Sofí decidió

invitar a su familia a comer, pues aunque vivían en el

mismo

pueblo

no

solían

reunirse.

El


acontecimiento fue un acierto, sobre todo de información sus familiares después de cenar se dedicaron a contar historias y anécdotas de sus antepasados y familiares e informando a Sofí de sus raíces, ante el aburrimiento de Valeri. Valeria por su parte disfrutaba cuando había gente y parecía que prestaba atención. Esteban por su lado buscaba intimidad con Sofí, la quería pero no podía disfrutar de su compañía como el querría. En noche vieja cenaron solos junto a Valeria en la casona. Después intentaron salir a dar un paseo pero hacía frio y un molesto airecillo que invitaba a quedarse junto a la estufa, decidieron ver las campanadas por

televisión. A Valeria le

gustaban los programas de música y esa noche no quería acostarse. Sofí y Esteban se arroparon en el sofá. Mientras Valeri pasaba la noche con María y las amigas. Esteban aprovecho para hablar con Sofí y exponerle sus inquietudes. - Sofí me dijiste que éramos pareja y “lo somos” pero yo quiero algo mas, quiero vivir aquí


contigo, sentirme parte de ti y despertarme todos los días a tu lado. En ocasiones me pregunto si en realidad me quieres me siento como, un juguete o un complemento para ti. - No Esteban no eres un juguete, te quiero pero no me siento libre. No hace un año que perdí a Gerard y a los pocos meses caí en tus brazos, es como si su sombra se alargara con la presencia de Valeri y Valeria. Es como si Gerard dominara mi vida y me las hubiera mandado. Por favor cambiemos de tema todavía no estoy preparada, ¿Cuando terminarán con las habitaciones? - En dos semanas entrarán los pintores y antes de terminar el mes y todo quedará en tus manos. Valeria se dormía y decidieron acostarse. -

A la semana

siguiente Esteban no

apareció por la casona, Sofí llamó a su teléfono en distintas ocasiones, pero nadie lo cogía. El domingo por la tarde volvió a llamar con el mismo resultado. Valeri se dio cuenta y preguntó. - ¿No va venir Esteban? - No lo creo, en ocasiones se traslada a


Madrid donde tiene trabajo, puede que esté allí. En realidad Sofí también se preguntaba porqué no llamaba Esteban, ni cogía sus llamadas. Su cabeza empezó a dar vueltas sobre su última conversación. Tal vez se marchase contrariado por la negativa de Sofí a vivir juntos. A partir de ese día la cara de Sofí cambió y su dulzura desapareció, parecía otra persona inmersa en su trabajo. Cuando al Jueves siguiente, próximo a otro fin de semana sin saber nada Valeri le preguntó por la cena, Sofí le contestó. - Ya eres mayor para lo que quieres y yo no soy tu criada ni la de tu madre, dijiste que tu la cuidarías… Valeri no conocía a la persona que le hablaba en ese tono; se fue a la cocina contrariada con los ojos rojos y preparó cena para su madre y para ella. Sofí se dio cuenta de su comportamiento, nada usual en ella y se fue en busca de Valeri. - Perdona, perdona Valeri no se lo que me pasa. - Yo tampoco, pero tienes razón yo prometí


cuidar de mi madre y eres tu quien se encarga de ella. - No es eso Valeri, vosotras solo sois la escusa para desahogarme. Aún no hace un año perdí al hombre que amaba “tu padre”.aconsejada decidí olvidarlo y crearme una nueva vida y lo he intentado. Me repetía a cada momento que si el me había abandonado era por que no me quería. Meses después apareció Esteban en mi vida; la casona y el aparecieron el mismo día yo no me imaginaba que podría volver a enamorarme y pensé que amaba esta casa. Volqué todo mi esfuerzo en ella aquí encontraba la paz, pero estos días sin Esteban me he dado cuenta que tal vez a quien quería en realidad era a Esteban. - ¿Que piensas hacer? - No se que hacer, ahora no lo se, le he llamado nuevamente y no coge el teléfono, me doy cuenta de que solo tengo su número de teléfono, nunca estuve en su casa pese a las veces que me invitó, no se si tiene familia o donde trabaja. Que tonta y egoísta he sido. Tal vez lo haya perdido.


- No Sofí, tu no eres egoísta, primero el recuerdo de mi padre y mas tarde mi madre y yo no te hemos dejado que lo olvidaras. Si amas a Esteban en poco nos puede perjudicar a Mama o a mi, Esteban me cae bien y tu tienes derecho a ser feliz. Yo soy la egoísta. Sofí acarició los cabellos de Valeri, mientras decía. - Gracias Valeri pero no se como ponerme en contacto con el. - ¡Los planos! - exclamó Valeri - Si, tienes razón, tal vez en los planos vaya el membrete de su estudio o oficina. Las dos subieron corriendo al piso superior, buscando los planos o algún tipo de papel con el que conseguir su dirección. Por primera vez Sofí vio las habitaciones, buscaron una por una por fin en una esquina vieron la pequeña mesa que habían subido de la cocina con su único cajón. Buscaron afanosamente y encontraron la dirección de un estudio de arquitectura en la calle San Vicente de Valencia; el teléfono coincidía con el de Esteban.


Era tarde pero al día siguiente, apenas se fue Valeri al instituto, Sofí subió a Valeria en el coche y se fueron a Valencia. Buscó aparcamiento y cuando dejó el coche la dirección de la oficina. encontraron y

La

subieron al segundo piso de un

edificio de oficinas,

llamó a la puerta pensando

encontrar allí en Esteban. No sabía lo que iba a decirle a Esteban pero

allí estaba dispuesta a

defender su amor. Un ruido en la cerradura le hizo saber que la puerta estaba abierta, empujó y abrió, un señor salía de una habitación. - Buenos días ¿Que desean?. - Busco a Esteban. - Pues no creo que pueda atenderlas. - Dígale que soy Sofí. De otra habitación salió una señora. - ¡Sofí! ¿es usted Sofí “la francesa”? - Si señora. - Yo soy Eugenia y el señor Carlos. Somos socios de Esteban, por favor pasen a mi despacho.


Valeri vio un despacho con una amplia mesa donde se desplegaban los planos y una gran impresora capaz de imprimirlos. Eugenia les invitó a sentarse. - Señorita Sofí, Esteban me hablo de usted. - ¿Donde se encuentra, está en Madrid? - ¡No! ¿ no sabe nada? - ¿Que debo saber? - Esteban sufrió un aparatoso accidente cuando atravesaba un paso de peatones, un vehículo se quedó (presumiblemente) sin frenos y atropelló a cuatro personas, entre ellas a Esteban ¡salió en televisión!. Pero no tema ha pasado a planta. - ¿Que quiere decir, con que ha pasado a planta? - Que ya no corre peligro, se recuperará. Sofí pensó en un momento que había estado apunto de perder en menos de un año a los dos hombres que había amado, se armó de valor y con aparente seriedad preguntó.


- ¿Quien está con el? - Su madre, ha venido de Cuenca donde vive. - Puede facilitarme… - Si aquí le anoto el hospital y la habitación. El hospital es el Clínico; viniendo de Barcelona en la primera rotonda a la derecha. - Si creo haberlo visto, muchas gracias. - A usted y no tema por Esteban se recuperará. Sofí salió tirando de Valeria, que quería saludar y mirar por el despacho. No tardaron en llegar al hospital, buscó el número de la habitación y encontró a Esteban durmiendo, una señora de avanzada edad estaba junto a el, la señora se levantó mientras Sofí le hacia señas para que no lo hiciera. - Me llamo Sofí y soy amiga de su hijo. - ¿Usted es la francesa? - Si señora y esta es Valeria “no acaba”...


- Lo entiendo. Esteba me ha hablado de ustedes. - ¿Como se encuentra? - Ahora bien está fuera de peligro pero ha estado una semana en intensivos. Aparte del golpe que usted ve en el rostro tiene rota la rodilla, lleva la pierna llena de tornillos. Yo no entiendo mucho, pero le hizo mucho daño. La señora no pudo evitar que cayeran unas lagrimas de sus ojos. - No se apene lo importante es que está aquí y dentro de un tiempo solo será una anécdota y alguna cicatriz. Valeria cogió a la señora por los hombros intentando consolarla. -

Dígame

señora

¿donde

se

aloja?-

preguntó Sofí. - Dolores, me llamo Dolores. No he salido de aquí en una semana. - ¿Ha traído usted ropa? - Si he dejado una bolsa en el armario


pensaba ir al piso de mi hijo y... - ¿Le importaría venir a mi casa? Yo también quiero quedarme con Esteban.

Usted

podría quedarse en mi casa y tendría compañía. - Mama necesitas ducharte y descansarera la voz de Esteban que acababa de despertargracias Sofí por venir. - Nadie me avisó, no sabía nada y a tu teléfono nadie respondía a mis llamadas. - El teléfono se deshizo con el golpe y en el llevaba tu número; no obstante hasta ayer no estaba en condiciones. - ¿Que te ha dicho el médico? - No me dejará salir hasta que no me quite los tornillos “dentro de tres semanas” y compruebe como queda la pierna, para entonces ya no quedarán moratones. - Veo que te encuentras bien, ¿puedes prescindir de nosotras, mientras llevo a tu madre a mi casa?. Yo volveré para quedarme contigo. - Si, si tengo una necesidad puedo llamar a


las enfermeras. - ¿No se si debo? Intentó decir su madre. - Sí mama allí estarás bien y tendrás compañía, Valeria te cuidará. Valeria abandonaron

sonrió. el

hospital

Las

tres

mujeres

y

regresaron

a

la

residencia, por el camino Dolores informó a Sofí; su marido se había quedado con los animales a los que no podía abandonar. Pero el domingo haría una escapada rápida de ida y vuelta para ver a su hijo. Sofí por su parte llamó a Rosa pidiéndole que se acostasen en la casona ella y su hija esa misma noche. Con todo organizado volvió junto a Esteban. Su madre y ella se fueron alternando hasta que los médicos

permitieron salir a Esteban del hospital

debiendo ir dos días por semana a recuperación. Coincidiendo con la finalización de las obras los pintores y los carpinteros. Esteban pudo dejar las muletas.

Su madre había regresado a

Cuenca. Ese viernes mientras cenaban pidió un favor a Valeri. - Valeri necesito que mañana te quedes con


tu madre, quiero invitar a cenar a Sofí y puede que no volvamos hasta el domingo. - Lo entiendo, cuenta conmigo. Como habían quedado, Esteban invitó a Sofí a cenar en un restaurante de la capital y mientras cenaban

le dijo, que

en un mes se

celebraban las fallas y era el momento propicio para invitar a alguna persona

e inaugurar la

residencia. Las fiestas falleras eran impresionantes y gustarían a sus amistades y familiares. - Aún me queda amueblar y acondicionarcontestó Sofí. - Solo necesito que me acompañes un día, tengo amigos que pueden ayudarnos incluso en el precio. Iremos a una fabrica a comprar los muebles. Poco a poco la conversación

fue por otros

derroteros y al pedir el postre Esteban con disimulo dejó una cajita junto al helado. Sofí cogió la caja y vio el anillo que había en su interior; miró con una sonrisa a Esteban y este le dijo. - Quiero unir mi vida a la tuya y no pienso aceptar un ¡no! o una duda como respuesta. Te


quiero, te quiero demasiado para perderte. - Yo también te quiero, disipé mis dudas cuando pensé que te perdía. - ¿Aceptarías una invitación en mi piso? - ¿Puede ser peligrosa? - Si muy peligrosa. - En ese caso acepto, me gusta el riesgo. Pidieron la cuenta y se fueron, Sofí conoció el piso de Esteban, juntos y disfrutaron de una noche de amor, sin estar pendientes de nadie. ¡Solos los dos con su pasión!

Sofí dejó en manos de Esteban el diseño y composición de los muebles para las habitaciones. Compró dos piezas de tela y Rosa cosió las cortinas y los cubrecamas.

La gran mesa del

comedor pasó a la biblioteca y la mesa de trabajo o escritorio pasó a la habitación de Sofí. En el comedor se colocaron ocho mesas cuadradas con sus respectivas sillas. Esteban estaba en todo y Sofí vio entrar un


mueble tipo mostrador y un archivador con casillas, esteban colocó unos aparatos bajo el mostrador parecidos a un ordenador y llamó a Sofí. - ¿Que ocurre? - Hasta hoy las puertas de las habitaciones han estado abiertas ya es ora de cerrar. Mira estas tarjetas y el ordenador, las habitaciones están marcadas del uno al ocho, basta pulsar un número. Por ejemplo el uno, pones aquí una tarjeta y marcas una clave de tres números, cero cero uno y aprietas intro. Automáticamente por wifi la puerta y la tarjeta quedan memorizadas. Solo podrás abrir con esta tarjeta; claro está “si no haces mas copias”,

las

puedes

hacer

para

limpiar

y

depositarlas en el departamento correspondiente tras el mostrador. Puedes quitar el precinto que mantiene abierta la número uno

y comprobarlo.

Recuerda cuando quites el precinto solo abrirá con la tarjeta por eso es necesario que memorices cada número. - Entiendo, pero no he pedido permiso ni se cual es la ley para las pensiones o hoteles ni el


precio a cobrar. - Sofí yo te recomendaría a un experto y en cuanto a darte de alta esperaría a Junio así solo pagarías impuestos de medio año. Mientras tanto invita a tus amigos o familiares y así tendrás tiempo de pensar que tipo de residencia o hotel quieres. - Si se lo que quiero y lo que no quiero, no quiero una residencia de ancianos internos, solo gente de cualquier edad que desee descanso y tranquilidad. Lo que yo necesitaba cuando… - Entiendo.¿Has pensado en contratar gente?. - He pensado en Rosa, a ella solo le hacen un contrato de cuatro meses a cuatro horas diarias con dos días de fiesta por semana. Yo creo que podría contratarla para todo el día y entre ella y yo. - Tu ganas mas trabajando que llevando un hotel, ¡contratale ayuda!. Es mejor. Y podrán alternarse. - De momento solo Rosa, El jardín de Valeria empezaba a tomar


forma los que le conocían solían regalarle plantas y sobre todo rosales. Mientras tanto un día preguntó a Valeri que le leyera las etiquetas de las plantas. Valeri se las leyó pero al mismo tiempo decidió enseñar a leer a su madre. Un día que estaba Sofí frente el ordenador , se puso tras ella y habló. - O, o, o, vocal, a, a, vocal de aguua, esta eeme de mama. - Vaya Valeria aprendes rápido me alegro. ¿aprenderás a escribir? - Si Valeria aprende; Valeri es… es… - ¿Es buena? -

Si

buena, buena – Valeria seguía

repitiendo algunas palabras como afirmando lo que decía Sofí invitó a su madre y hermana dejando claro que había sitio para todos en su casa. Cuando mandó los papeles a Jean le mandó una invitación para el y su señora, lo mismo hizo con Anic y Romeo.


Una semana mas tarde tanto Anic como Jean le confirmaban su asistencia y unos días mas tarde su madre la llamaba por teléfono. - Sofí soy mama. - Sí mama ¿vendrás en fallas? - Si tu hermana me ha convencido. Iremos con las niñas tu cuñado trabaja y no puede venir, cogeremos el tren. ¿ Tendrás habitación para todos? - Si mama tengo un hotel. - No bromees ya tengo bastante con salir de casa, tu hermana quería ir en avión y yo me he negado radicalmente. ¿Oye que tal es la familia? - Muy buena y muy amable ya los conocerás, aunque no nos vemos mucho. Yo vivo un poco alejada del pueblo. - Tengo miedo y estoy nerviosa, nunca he salido de casa. - Te alegrarás de haber venido, esto te va a gustar y según me ha dicho Esteban las fallas son fantásticas.


- ¿Quien es Esteban? - Mi pareja mamá pensamos casarnos. - ¡Pronto has encontrado novio! - Te gustará mama es maravilloso y me quiere. - Esta bien ya veremos. - Mama llamame cuando lleguéis y pasaré a recogeros. - Así lo aremos Sofí ¡cuidate! - Gracias mama, hasta pronto. - Adiós Sofí adiós. Unos días antes de fallas recibió una llamada del doctor Gonzalo. - Sofí. - Si ¿digame doctor? - ¿Tienes dispuesta mi habitación? - Si doctor su habitación siempre está dispuesta. - ¿Y abra otra libre?


- Si están todas terminadas y dispuestas. - En ese caso me acompañaran dos señoras. - De acuerdo espero no defraudar. - Usted nunca defrauda. ¡Ah! Iremos el día catorce antes de que empiece el jaleo aquí y no nos dejen dormir. - De acuerdo los espero, adiós. - Adiós Sofí. - Sin darse cuenta, tendría ocupadas cuatro habitaciones y eso significaba mucha gente para comer. Sofí pidió ayuda a Rosa y esta le dijo. - Cuanto mas gente mas fácil de cocinar, incluso

con

mas

gente

un

bufete

es

mas

económico. - ¿No lo entiendo? - Si cocinas para pocos cada uno pide un plato diferente y el problema radica en tener de todo en el frigorífico. Si cocinas para muchos en el bufete pones dos primeros y dos segundos, un poco de fiambre y un par de ensaladas y parece


que has echo comida para un regimiento, cada cual toma lo que quiere pero no piden platos que no tienes o se van a estropear en el frigorífico. En el bufete lo aprovechas todo. - Si entiendo Rosa, cuando estemos todos decidiremos. El catorce como había dicho el doctor paró en la puerta y mientras el descargaba el equipaje del vehículo, bajó Isabel, una señora de no mas de treinta y tantos y una anciana ( a la que ayudaron a bajar y que se apoyaba en un bastón) La anciana se cogió del brazo de la joven y se dirigieron a la puerta junto a Isabel. Doña Isabel y Sofí se saludaron efusivamente e Isabel le presentó a la señora y la joven que la acompañaba. - Sofí te presento a doña Inés de Castro y a su sobrina Cayetana. La señora de vez en cuando necesita una silla de ruedas, “al menos para salir”, mi marido está bajando la silla y el equipaje.. - No haga mucho caso, solo la uso para descansar.- Dijo la anciana. - De todos modos, creo que se que


habitación necesita. Contestó Sofí Sofí asignó a doña Inés y a su sobrina una de las dos habitaciones de minusvalidos . (eran la dos y la tres) Subieron con el ascensor mientras Valeria ayudaba con las maletas. - ¿Quien es esta? - preguntó Doña Inés despectivamente. - Es Valeria una bendición del cielo que cuida del jardín y de todos nosotros. - Valeria, yo, yo Valeria. - Dijo con alegría al escuchar que la nombraban. Esta tarjeta es la llave para abrir y cerrar la puerta. Cuando entren póngala en la ranura del identificador que hay sujeto a la pared. Como verán tienen dos camas separadas. Espero que les guste. - ¿Isabel donde duerme?- preguntó Inés. - Doña Isabel y el doctor tienen su propia habitación, pero no les gustaría tienen que compartir el baño y ustedes

disponen del suyo

propio . -En ese caso me quedo con esta.


Sofí pensó que doña Inés creía estar en un hotel, cuando en realidad era una invitada del doctor. Por su parte el doctor e Isabel ya habían ocupado su habitación. Rosa no salía de la cocina y al día siguiente las niñas ya no tenían que ir al instituto. Sofí recibió un mensaje al mobil de su hermana. - Salimos mañana en el tren , las niñas mama y yo, te llamare para confirmar llegada. - Sofí mando otro mensaje – Cuando llegues a Barcelona pregunta si tiene parada en Sagunto. El que si llegó fue Esteban

dispuesto a

pasar unos días de descanso. Apenas habían comido cuando

recibió una nueva llamada, esta

vez de Anic. - Sofí, Sofí, estamos en el aeropuerto de Orly, llegaremos sobre las seis. - Me alegra escuchar tu voz Anic, estaré esperando en el aeropuerto. ¿viene Jean contigo?


- Si vamos los cuatro. - De acuerdo os espero. - ¿Cabremos todos? - Si las habitaciones superiores están terminadas, estrenarás habitación. - ¡Dios mio lo has terminado todo! - Si he tenido ayuda, te gustaran. - Eso espero, no te olvides de nosotros. - Allí estaré, tranquila. Sofí pasó a la cocina, - Rosa esta tarde llegan cuatro personas mas y Mañana otras cuatro, ¿no sería necesario ir al supermercado? - No pase apuros; mire deje en esta cesta, dentro del armario dinero y yo llamaré a Conesa para que me lleve, tal como gaste el dinero le dejaré los tikets. - Gracias Rosa – compra queso variado a los franceses nos gusta mucho. Si lo crees conveniente contrata un ayudante aunque sea por horas.


- Por favor Sofí no tema yo estoy en mi ambiente y cuento con Conesa y mi hija. No hay problema. - Eso espero yo nunca he echo comida para mas de dos personas. Sofí se fue al aeropuerto en busca de los cuatro. Se saludaron efusivamente, cargaron el equipaje

y los llevó

a

la casona. Entró por el

camino que llevaba a la playa era el que mas impactaba cuando llegaban

o veían por primera

vez el edificio. Jean miro al alrededor, - ¿Todo esto es tuyo?. - Si, si te refieres al terreno ocupado por los árboles, estos dan la vuelta a la casa y en la parte posterior está la piscina. Ahora pasemos dentro, tiempo tendréis de ver los alrededores. Les

fue

asignando

habitaciones

y

entregando las llaves. Valeria cada vez que veía gente nueva, acudía en ayuda y se presentaba. En realidad estaba disfrutando como una niña con un juguete nuevo. Valeri salió y se abrazó a Anic.


- Conozco a esta jovencita, creo que la he visto una vez- comentó Jean. - Si es la hija de Gerard y de Valeria. Contestó Sofí que abría el maletero Jean quedó perplejo. - ¿Valeria la… - Si es su madre sufrió un accidente hace ocho años, yo tampoco conocía su existencia, solo Romeo la conocía. - Si aunque está algo cambiada -respondió fijándose en ella. Por su parte Constancia Blanc la señora de Jean preguntó a Sofí,- ¿son familia suya? - No como le he dicho, Valeri es hija de Valeria y yo soy… soy… -Es mi Madre adoptiva, nos ha adoptado a mi madre y a mi. Dijo sonriendo Valeri. Mas tarde Constancia decía a su marido. - Sofí trabaja para ti, ha adoptado a dos mujeres y encima nos invita a pasar unas


vacaciones. Debe tener un corazón de oro, pero no se de donde saca el dinero ni el tiempo. Jean le contó toda la historia que conocía a su señora añadiendo. - Es mi mejor colaboradora, la que tiene las mejores ideas, la que mas dinero gana y la que mas nos da a ganar. No quisiera perderla por nada del mundo. A

la

hora

de

cenar

llegaron

las

presentaciones, la señora Inés estaba contenta de poder alternar con gente distinguida, (según ella empresarios del país vecino o gente parisién) pese a que ella solo hablaba español. Afortunadamente su sobrina traducía el francés y ella podía darse importancia. Valeria se sentaba con todos y comía con naturalidad, su hija Valeri estaba siempre pendiente de ella. Sin embargo desde su salida de la residencia, su comportamiento había mejorado ostensiblemente, como si hubiera descubierto otro mundo y quisiera participar de el. Al día siguiente Cayetana paseaba a su tía


en la silla de ruedas por los alrededores de la casona, Valeria se acercó y le pidió llevarla. No era la primera vez que lo hacía, en realidad en la residencia ya había ayudado a las asistentas en muchas ocasiones. A su manera las paseó y las informó del jardín y sus alrededores. Mas tarde se acercaron a la playa, doña Inés quedó maravillada del entorno que rodeaba la casona. Mientras tanto la hermana de Sofí mandaba un mensaje, que decía. El tren para en Sagunto, llegamos a las cuatro cuarenta y cinco, ¡esperanos!. Sofí estaba esperando cuando su madre bajaba del tren, los abrazos y besos se sucedieron, por fin cargaron el equipaje y se dirigieron

a la

casona. Su madre apenas vio el edificio dijo que tenía la forma de un croasan. En la cena las presentaciones fueron obligatorias. Después de cenar Sofí dijo. Ya estamos todos los que vamos a pasar juntos las fiestas de las Fallas. El doctor, su esposa, doña Inés y Cayetana se quedarán mañana aquí.


Rosa se encargará de la comida el resto nos iremos en coche a la estación y allí cogeremos el tren a Valencia, pues según Esteban, no se puede entrar en coche a la capital ni hay donde dejarlo. - Si – dijo el doctor – es lo mejor que pueden hacer y lleven cuidado hay mucho carterista estos días, aprovechando los tumultos. Sofí siguió – Esteban ha echo una reserva en un restaurante cercano a su casa y nos quedaremos a comer en la capital. Debo aclarar que para mi es todo tan nuevo como para vosotros. - a continuación miró a su madre. - Mamá al fin conocerás tu tierra. - ¿ Y la familia ? - Los conocerás pasado mañana, vendrán todos a comer incluido Conesa “un buen amigo “ que

nos

cocinará

una

paella

para

todos,

seguramente le acompañaran sus hijos y su padre. -

Lo

tienes

todo

programado

¡como

siempre! Como te envidio y me alegro de ser tu amiga – dijo Anic sonriendo.


Anic tenía razón a Sofí no le gustaba dejar nada al azar, por eso al día siguiente siguieron el plan establecido. Dejando los coches en la estación y desplazándose a Valencia en el tren. Para los acompañantes la primera sorpresa fue el edificio de la Estación del Norte, con sus vellos mosaicos que la decoraban con motivos Valencianos. Según Estaban visitarían primero la Falla Convento Jerusalén, para seguir hacia la plaza del pilar, realizando una corta visita a las torres de Cuart y pasar por la calle Caballeros a la plaza de la virgen, pasando junto al Palau de la Generalitat. La madre de Sofí quiso visitar La Basílica y La Catedral. Allí a la sombra descansaron mientras admiraban las pinturas recientemente descubiertas y restauradas, antes de visitar la capilla del Santo Cáliz. Faltaba una hora para la mascletá en la plaza del Ayuntamiento, pero Estaban decidió que pasarían por la

Plaza Redonda y visitarían La

Lonja y el mercado; mientras iban camino del restaurante

escucharon

el

mascletá.

Jean preguntó

estruendo

de

la

intrigado por la


procedencia

de

tal

estruendo.

Contestándole

Esteban. Que era un acto mas de las fallas y que la verían en la televisión mas tranquilos, puesto que hay mucho tumulto y no era conveniente ir por las niñas. No tardaron en llegar al restaurante. Comieron

sin

prisas,

mientras

descansaban. Jean aprovechó para decirle a Sofí que tanto ellos como Anic tenían el pasaje de vuelta el mismo día diecinueve

a las cuatro de la tarde.

Valeri y María llevaban del brazo a Valeria y de vez en cuando a las niñas con las que jugaban. Después de comer

las niñas se mostraban

cansadas y la madre de Sofí también. Su madre dijo. - Sofí me ha gustado tu casa y los alrededores, Parece un hotel. - Es un hotel residencia mama. Esta semana

se

puede

decir

que

ha

sido

la

inauguración, ¡con gente invitada ! - Yo debería regresar con las niñas a tu casa u hotel. Esteban entendió a la mujer y dijo.


- Mira Sofí podemos salir a la Gran Via y coger unos taxis que nos lleven a la Ciudad de las Ciencias, allí pueden sentarse o pasear, mas tarde podemos coger otros y que nos lleven a la estación. Así lo hicieron y a las siete cogían el tren de regreso al Puig. Esa noche las niñas no tardaron en acostarse. Mientras Esteban hacía planes con Jean, Constancia, Anic y Romeo, para el día siguiente, saldrían sobre las seis de la tarde he irían a ver las fallas iluminadas

de la calle Cuenca y Cadiz

tomarían algo por el camino y verían encender las luces. En la mañana del día dieciocho, Conesa descargó junto al paellero

la leña y todo lo

necesario para lucirse ( le gustaba y disfrutaba ) condimentando la típica paella. Pronto se le unió Rosa para ayudar. Sobre las doce paró el coche de su tío Vicente con los dos nietos y su mujer. Esperaron a que llegase su yerno con su hija y un dulce típico de la zona llamado “Brazo de Gitano”. No tardaron en presentarse y darse a conocer, los


niños conocían a los hijos de Conesa y pronto desaparecieron todos. La conversación entre familiares se dilató hasta que Rosa entró diciendo que habían echado el arroz. El acto significaba que había que preparar la mesa uniéndolas todas, pues en veinte o veinticinco

minutos la paella estaría lista para

comer.

La conversación fue animada durante la

comida

y tras ella deleitando el paladar con el

brazo de Gitano. Hasta que Esteban les contó el plan para visitar Valencia de noche y ver encender las luces. El plan era perfecto pero mientras daban cuenta del dulce y tomaban café,

se les unieron,

Rosa, María (su hija), Conesa, Valeri y Valeria. Doña Inés e Isabel preferían ver La Ofrenda por la televisión. Todos juntos subieron al tren esa misma tarde. La noche se dilató hasta

concluir con el

castillo de fuegos artificiales. El día diecinueve todo el mundo dormía. Excepto el doctor, su señora y doña Inés que acudió al comedor y no encontró a nadie.


- Que poca vergüenza, no hay nada para desayunar en el comedor – dijo doña Inés al encontrarse con Isabel. - Doña Inés, ahora iré a la cocina y le haré el desayuno, habrá que tener en cuenta que han regresado de madrugada. - No me negará que es una poca vergüenza como atienden en este hospedaje. - Por favor Inés usted es una invitada, nadie le cobra y nadie tiene la obligación de atenderla como no sea yo. - ¿Que quiere decir ? - Digo que usted es mi invitada y a su vez las dos somos invitadas de Sofí; ella no cobra por nuestra estancia ni por la comida. - ¡Oh! Dios mio y yo tratando… - No pasa nada vamos a la cocina. Cuando entraron en la cocina Rosa había entrado por la parte trasera estaba preparando el desayuno. - Pueden ir al comedor ahora les sirvo.


- No, por favor – dijo doña Inés - ¡Cayetana ! Ayuda a la señora. Con semblante altivo y apoyándose en el bastón, se dirigió al comedor lentamente como si hubiera solucionado todos los problemas.

Mas

tarde

Sofí

sacaba

un

pen

del

ordenador y lo entregaba a Jean diciendo. - Toma es mi último trabajo espero que te guste y cuando quieras puedes volver ya sabes donde vivo. - ¿Piensas volver por París? - No, si no es necesario. Pero aún así, si tengo que ir por necesidad contaré los días para regresar. Jean

aquí he encontrado tranquilidad

aunque pueda no parecerlo, he sabido lo que es la responsabilidad y una vida llena, muy diferente a lo que era mi vida anterior llena de fantasía. Además e reecho mi vida con un hombre maravilloso. El tener personas que me necesitan me ha cambiado. - ¿Sabes que día es hoy?


- Si hoy hace un año de la

muerte de

Gerard, crees que me había olvidado teniendo aquí… llevo unos días intentando decírselo a Valeri pero no he sido capaz. Como decirle lo que pasó. - Dejemos esta conversación Sofí esta tarde nos vamos y quiero recordarte sonriendo. - Si es mejor y no te olvides de mandarme trabajo, como puedes comprender tengo mucho que pagar. - Si lo entiendo. Antes de comer vieron la Mascletá por televisión, durante

la comida

hablaron poco,

parecían tristes, por la marcha de los franceses o por que terminaban las fiestas. Después de comer prepararon el equipaje y Sofí los llevó al aeropuerto y se despidió de ellos. Esa misma noche con su madre y hermana decidieron visitar las fallas del pueblo vecino y ver la cremá. Al día siguiente su madre y hermana se despedían de la familia y regresaban a Francia. El doctor y la señora decidieron quedarse hasta el domingo pues ese año el día de San José


había caído en viernes y además hacía buen tiempo. Doña Inés por su parte vivía muy agusto en la casona. Esa misma tarde abordó a Sofí. - Sofí por favor. - Digame doña Inés. - Se que mi estancia ha sido gratuita y se lo agradezco, pero… - Sí, digame. - Me gustaría quedarme aquí. - ¿Como? - Sí, que me gustaría quedarme aquí, ¿es tan raro? Usted vive aquí y esto es un hotel ¿No? - Todavía no, no hasta Junio cuando saque la licencia. Ahora no tengo permiso para atender a los clientes. - ¿Y que importancia tiene eso? No crea que pienso quedarme gratis puedo pagar. Mi marido “que en gloria esté” me dejó forrada y yo me gasto el dinero como quiero. Mi sobrina es quien lleva mis asuntos y revisa mis cuentas. Yo estoy alojada en un hotel de Valencia, antes vivía en


Madrid pero me gusta la tranquilidad y la Gran Via no es precisamente tranquila. - Entiéndame por favor, ya le he dicho que no tengo licencia hasta junio venga entonces y me sentiré honrada y agradecida. - Paparruchas, me quedo ¡ponga el precio ! - No tengo un precio todavía. - Pues…

Le pagaré dos mil euros al mes

por habitación y comida;

los días que esté mi

sobrina añadiremos cincuenta euros diarios, mas que nada por la comida “la habitación ya la pago”. Y con la condición de que me preste de vez en cuando a Valeria. - Verá, doña Inés “eso lo decide ella” no es esclava de nadie. Y en cuanto a su estancia… - No siga es un buen trato me quedo, y además le conviene, no hay mas que hablar. Y eso fue todo, doña Inés se quedó a vivir en la casona y Sofí decidió contratar fija a Rosa. Esa noche después de cenar mientras Sofí volvía de la cocina Valeri la abordó.


- Sofí, el señor Jean me dio algo para ti y me dijo que no te lo entregase hasta que el no se fuera. - ¿Será trabajo? - No, no es trabajo, es una carta y me dijo que en el interior había una nota para ti. Toma es esta. Sofí abrió el sobre y sacó la nota en ella decía. Sofí no se si hago bien o mal en entregarte este documento pero lo encontré hace poco dentro de un archivador de clientes que me llevé del despacho de Gerard. Creo que tienes derecho a saber toda la verdad. Jean

Habían

dos

documentos

uno

era

el

resultado de unas pruebas y el otro la conclusión del médico. Sofí los leyó y los entregó denuevo a Valeri, dio media vuelta y salió por la parte trasera de la cocina, en el mismo momento que entraba


Esteban en ella. - Hola Valeri ¿donde va Sofí ? ¿le ocurre algo? Valeri leyó las conclusiones del médico y contestó – ¡dejala! se acaba de encontrar con su pasado.- Valeri entregó los papeles a Esteban y este los leyó. - Se refieren a mi padre- aclaró Valeri. - Si, se lo de tu padre, Sofí me lo contó todo pero esto creo que lo desconocía; solo tu puedes hablar con ella en este momento pues aunque yo se que me ama nunca ha olvidado a tu padre. Lentamente Valeri salió en busca de Sofí, la luna alumbraba la silueta de Sofí sobre el columpio, sus manos intentaron secar el llanto antes de la llegada de Valeri. -¿ Puedo sentarme a tu lado ? - Si, cabemos las dos,

creía odiar a tu

padre por su cobardía al lanzarse al vacío desde la terraza y ahora lo he entendido. Solo le quedaban


dos meses de vida, lo sabía desde hacía tiempo y tomaba drogas para que nadie lo notase. No quise contarte lo del suicidio para que tuvieras un buen recuerdo suyo. - Para mi fue mas fácil olvidarlo Sofí, no estaba acostumbrada a vivir con el. Para mi solo era una ilusión, un escape para salir del... En cuanto a lo que pasó, debo confesarte que me lo contó todo Anic. Respecto a mi padre, solo lo veía dos veces al año y pasaba mucho tiempo sola con las monjas, también comprendo que no fuera mas cariñoso en realidad eramos dos desconocidos…¿y tu lo podrás olvidar algún día?. - ¡No! No lo creo. Pero he aprendido, que las personas queridas nunca se olvidan, aunque se las sustituya, hay un momento en que su recuerdo deja de doler y eso significa que seguimos vivos, y que tenemos nuevas ilusiones. Cuando pienso en ti el recuerdo de tu padre deja de ser triste, aunque tu no lo creas. Tu y Esteban me habéis llenado de vida. - ¿Y que pasa con mi madre?


- Nunca la conocí anteriormente y por lo tanto no la puedo considerar rival ni amiga, ahora conozco a Valeria ¿una carga o una bendición? Creo que es una bendición. Es como tener una mezcla de niña y mujer … Te prometí cuidaros y lo seguiré haciendo. Hace poco dijiste que eras mi ahijada y me llenaste de gozo. Esteban quiere casarse pero yo no lo aré si no consiente en que te conviertas en mi hija legalmente, claro está “si tu quieres” - Si ,si quiero - ¿Lloras? Valeri. -

La alegría tiene formas muy raras de

manifestarse y tu me has dado en poco tiempo, mas que nadie en mi vida - Las dos mujeres se abrazaron. - Vamos dentro Esteban te espera.

Dos días después sonó el teléfono de Sofí. - Digame. - ¿Es usted Sofí de la Mer?


- Si, ¿con quien tengo el placer? - Soy el notario, ustedes dieron poderes a Jean Pol para vender su casa y yo me hice cargo de todo. - Si, así fue. - Debo informarle que tenemos comprador y le quedarían libres de impuestos “ ciento veintisiete mil Euros” - ¿ Usted que opina es correcto el precio? - Si creo que está muy bien. - En ese caso, hablaré con Valeri y en una hora le llamaré. Apenas llegó Valeri del instituto. Sofí le comunicó su conversación con el notario. - ¿Y tu que opinas?- preguntó Valeri. - Creo que está bien, pero eres tu quien decide. - Yo decido que vendan. Mi vida nunca ha estado en Lyon y hoy por hoy creo que está aquí. Sofí llamó al notario confirmándole la venta


y a los pocos días Valeri recibía la notificación del ingreso en el banco. Esa misma noche mientras todos cenaban en la casona, Sofí comunicó que al día siguiente hablaría con el gestor, para conseguir la licencia de apertura

de

la residencia

y mandaría

las

condiciones a varias agencias de viajes. - ¡Dios mio! Dijo de improviso. - ¿Que ocurre?- Preguntó doña Inés. - No le hemos asignado un nombre a la casona. Rosa dijo ¿ Y por que no llamarla

La

Casona? - No, no me gusta queda basto y hortera – contestó doña Inés – se podría llamar “La paz” - Me suena a Muerto, “descanse en paz” -dijo Conesa- Valeri ¿que pensaste cuando viste por primera ves la casona? - Preguntó doña Inés. - A mi me pareció El Paraíso.


- Ese es el nombre “Residencial Paraíso” afirmó doña Inés. Todos se miraron moviendo la cabeza afirmativamente y el nombre fue asumido por consenso. Sofí mandó la comunicación a las agencias. A los pocos días una de las empresas que colaboraba con la Residencia Tiempo Libre la visitó ofreciéndole trabajo durante el invierno ya que en ocasiones Tiempo libre quedaba sin poder cubrir todas las necesidades. Sofí le hizo saber que solo disponía de siete habitaciones dobles y que no sabía si estarían disponibles ya que su idea era acoger personas que ocupasen las habitaciones por un tiempo indeterminado, pero no gente de paso. El señor entendió perfectamente el mensaje y pronto llegaron a un acuerdo de cooperación.

El veinte de Mayo coincidiendo con el diecisiete cumpleaños de Valeri. Todos acudieron al juzgado Esteban y Sofí unían sus vidas y adoptaban legalmente a Valeri. A partir de ese día


podría llamar madre a Sofí. Una comida intima en la casona con amigos y

familiares, fue toda la celebración;

después de comer partieron con destino a Cuenca para visitar a los padres de Esteban. Dos días mas tarde su destino fue Andalucía, Sofí por fin vio la Alambra de Granada.

Y a los pocos días

regresaban a la casona.

El gestor tenía todas las licencias para poder abrir la residencia y el uno de Junio las habitaciones

estaban

totalmente

ocupadas.

“Residencial Paraíso” se ponía en marcha. Sofí se encargaba de recepción, Rosa con un ayudante de la cocina y Conesa con otro ayudante del bar y de servir la comida. El verano fue intenso pero cuando este terminó los clientes

seguían llegando y en

contadas

habían

ocasiones

mas

de

dos

habitaciones vacías. Doña Inés ya era toda una institución y procuraba sentarse con aquellas personas que llevaban unos días en la residencia y


que ella consideraba “distinguidas”. Valeria por su parte era feliz con tanta gente, cuando no tenía trabajo en el jardín quería ayudar a Rosa, o acompañaba a Doña Inés. En una ocasión al llegar una pareja a recepción, cogió la llave y les acompañó a su habitación. Había aprendido a distinguir los números y contaba hasta cien. Le gustaba que le hicieran caso y cada vez hablaba mas. Sin apenas darse cuenta había pasado un año y llegó otro veinte de Mayo. Después de cenar los clientes cenaban los empleados y la familia incluida Doña Inés. (como ellos decían “los de casa”) Rosa había echo una tarta para celebrar el aniversario de boda y el cumpleaños de Valeri. Entre risas y alegría cenaron y se comieron la tarta. Al terminar Sofí dijo. - Prestadme atención un momento, quiero informar a los presentes que el próximo año habrá una nueva persona entre nosotros. - ¿Que quiere decir?- preguntó Conesa.


- Está muy claro – dijo Rosa - quiere decir que “está embarazada” y el próximo año… Esteban solo sonreía mirando a Sofí sin decir palabra. Valeri se arrojó sobre Sofí y después de las felicitaciones Valeri movió las manos pidiendo silencio. - Yo también tengo algo que decir.- Todos callaron y Valeri siguió- debo comunicaros que he comprado el melonar de Conesa. El silencio se hizo patente. - Pero Valeri ¿Para que quieres tu un melonar? - dijo Sofí – en fin si ya habéis echo el trato tendré que ir a firmar. - Si ya hemos echo el trato pero no hace falta que firmes ¡ya soy mayor de edad! Pero no creas

que

pienso

abandonarte

ni

dejar

de

consultarte, solo he querido tomar una decisión por mi misma para celebrar mi mayoría, después de que Maria me dijera que Conesa y su madre habían decidido vender la tierra, pues necesitaban dinero


para reformar la casa de Conesa

e irse a vivir

juntos. El próximo año iré con María a la Universidad y pienso estudiar empresariales. He pensado que se podría ampliar la residencia y para ello necesitamos

el melonar, no quiero tocar el

jardín. Aquí todos somos felices y aquí quiero quedarme para siempre. -¿ Pero lo has pensado bien? Necesitarás mucho dinero y… - No sigas Sofí – interrumpió sonriendo tengo dinero y al igual que tu tienes un socio con el diez por ciento, yo tendré el mio aunque no se con que porcentaje. - ¿Y se puede saber quien es?- preguntó Sofí. - ¡Si Yo! - Respondió Doña Inés. Escuché la conversación entre Valeri y Conesa y me ofrecí a ayudar desinteresadamente, claro está con mi porcentaje. Sofí miró a Esteban.- ¿ Tu sabías algo de esto?


- ¡Si! Queríamos que fuera una sorpresa y el sorprendido soy yo, no sabía

que iba a ser

padre. - ¿Y te gusta la noticia? - Si me encanta, ¿desde cuando lo sabes? - Esta mañana he recogido la confirmación con los análisis y he esperado a la cena para comunicarlo a todos. - Hace días que yo se lo había notado -dijo Rosa – a las mujeres esas cosas no se nos escapan. Levantaron la mesa y Sofí salió a tomar el aire. Esteban salió tras ella. - Dime Esteban ¿como se fraguó la compra del melonar?. - Exactamente como te han dicho Valeri. Desde que Rosa y Conesa se conocieron “gracias a ti “ y teniendo en cuenta que los dos eran viudos sus vidas se han ido uniendo. La casa de Conesa es grande y caben todos mientras que la de Rosa o mas bien la de su suegra es pequeña. Si piensas


por un momento que Conesa tiene trabajo aquí en la residencia y como encargado del motor de riego… ¿para que quiere el campo? Añadamos que además no es muy rentable. Escucharon una voz a su espalda que les llamaba; era María que había salido tras ellos. - Por favor Sofí. - Si dime, ¿que te ocurre? - Mi abuela no quiere venir a vivir con nosotros a la casa de Conesa y yo no quiero dejarla sola. - Vaya eso si es un problema. María ¿que edad tiene tu abuela? - Sesenta y seis. - No temas por tu abuela, las mujeres somos autosuficientes y a la edad de tu abuela no necesita a Nadie; aunque tal vez tenga razón al quedarse en su casa ¿has pensado en el ajetreo de los hijos de Conesa? Creo que ella si lo ha pensado y querrá tranquilidad. - Mi abuela me dijo que no iría a una casa


donde hubiera un Viudo. - ¡Ah! Era eso. - Si eso ha dicho. - María, tu abuela es una mujer muy devota y tiene claro que quiere evitar las malas lenguas y las suposiciones. No pases pena por que ella se quede sola, sabe lo que hace y solo necesita que la visites de vez en cuando y le cuentes como te van las cosas. Con eso será suficiente; en cuanto a tu madre está en la plenitud de su vida y merece ser feliz. Has pensado de dentro de unos años puede que tu las abandones a las dos y emprendas una nueva vida. Lo mismo hice yo con mi madre y lo haréis tanto Valeri como tu. Es ley de vida y todos debemos seguir nuestro destino. ¿Entiendes? - Si Sofí comprendo; gracias aunque yo creo que nunca abandonaré a mi madre. María volvió a la residencia mientras Sofí y Esteban seguían hasta el mar, en una zona de piedras se sentaron sobre ellas observando las olas. La noche alumbrada por la luna

y la

temperatura invitaban al sosiego. Esteban rodeo


con su brazo a Sofí mientras ella se acomodaba en su regazo. - Dime Sofí, siempre me he preguntado ¿que buscabas al comprar la casona? - Al principio yo me hacía la misma pregunta mas tarde cuando tuviste el accidente comprendí. Después de la muerte de Gerard, mi amor pareció convertirse en odio y solo quería huir de todo lo referente a el. Cuando te vi a ti y a la casona os relacioné a ti como la persona capaz de hacerme olvidar a Gerard y a la casona como un lugar de reposo donde poder olvidarlo. - ¿Y lo has conseguido? - No pero he aprendido, que de nada sirve querer olvidar. La vida hay que afrontarla mirando el futuro, no se puede vivir eternamente en el pasado y los recuerdos solo son eso “Recuerdos”. En cuanto a si he encontrado sosiego y tranquilidad puedo decir que ha sido muy relativo. Creo que he encontrado una nueva vida que ha conseguido hacerme feliz. Si Esteban soy feliz, muy feliz.


- Esteban le cerró la boca con un profundo beso, el futuro era prometedor y lleno de felicidad. -------------------------------------------------------Cinco años mas tarde Valeria jugaba con la pequeña Sofía; mientras

Sofí cambiaba los

pañales de su hija menor. Residencial Paraíso contaba con veinticinco habitaciones y tenia una joven directora llamada Valeri D'examps.

Manel Martin's


Registro S.C. 1608128737823



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