“Un episodio de nuestra evacuación a Francia” de Andrés Capdevila
UN EPISODIO DE NUESTRA EVACUACIÓN A FRANCIA *
Andrés Capdevila
Sentencia célebre en todo el Oriente: “Los grandes ríos, los grandes árboles, las plantas saludables y los hombres de bien, no nacen para sí mismos, sino para ser útiles a los demás”.
Al escribir las presentes cuartillas ya han salido a la luz pública gran cantidad de artículos periodísticos y libros sobre el triste y penoso éxodo español de principios del año 1939. La inconmensurable tragedia de nuestra evacuación ha sido narrada con gran amplitud y riqueza de detalles por periodistas, poetas y literatos competentes. Expongo a la luz pública el caso particular mío y de mi compañera, como un desahogo del espíritu, como una vehemente protesta contra la barbarie fascista causante de la ruina, la miseria y el dolor de nuestra desgraciada España. ---------Veintidós de Enero del año 1939, día gris y triste para la historia del Movimiento Obrero Español, día de honda tristeza para todos los trabajadores, los intelectuales de todas las naciones amantes del progreso social, de la justicia y de la libertad. Durante la noche del 21 al 22 de Enero, mi sueño ha sido agitadísimo, la obsesionante inquietud de que sería la última que pasaría en el hogar familiar rodeado del calor y de los afectos de los familiares queridos, atormentaba angustiosamente lo más profundo de mi corazón. En el reloj de la Universidad dan las siete de la mañana; siento pesadez en la cabeza y opresión en el corazón. Salto de la cama y me visto con rapidez; aparento tranquilidad, salgo de la habitación y doy los buenos días a mis familiares, que tienen aires de preocupación. Después de asearme me siento para desayunar. Tomo un vaso de café con lecho con pan migado que me atraganta. A las ocho me levanto de la mesa, beso a mi compañera y me despido de todos diciendo: ¡Hasta luego!... Al salir a la calle (estamos en pleno invierno) el sol deja caer en desmayo su dorada y abundante cabellera y la temperatura es primaveral. Me revuelvo pensando que hasta el tiempo favorece la ofensiva de las hordas franquistas contra la región catalana. Con la preocupación propia del momento difícil que vivíamos, sigo adelante por la calle de Valencia en dirección a la Rambla de Cataluña. En el puesto de periódicos establecido frente al monumento del gran músico catalán A. Clavé (como de costumbre) compro, Solidaridad Obrera, y al tener en mis manos el periódico vacilo, respiro con dificultad, casi no me atrevo a leer los titulares. Por fin hago un esfuerzo y me decido a abrir el diario. *
Digitalización: KCL. 5