Revista de Literaturas Eslavas Yasnaia Poliana - Universidad Nacional de Colombia /PGP

Page 23

Tomás Granobles

inexistente imaginación de Leskov; su “invención” no es la invención del novelista, la escritura no aspira a ser más que una reescritura particular. De este modo, la obra de Leskov quiere hacernos participar de esa vida que transmite, que (idealmente) podríamos hacer nuestra y transmitir de nuevo, esa vida que no nos resulta tan ajena y que no está encerrada entre las tapas de un libro. Así pues, Leskov estaría del lado de las muchas voces que poblaban Rusia desde mucho antes de su nacimiento, su obra bebe de las baladas folclóricas y los cuentos de hadas, de las leyendas y los proverbios. “El novelista, por su parte, se ha segregado. La cámara de nacimiento de la novela es el individuo en su soledad; [éste] es incapaz de hablar en forma ejemplar sobre sus aspiraciones más importantes; él mismo está desasistido de consejo e imposibilitado de darlo” (Benjamin 115). El novelista y sus personajes, por lo tanto, estarían dando tumbos en un mundo que los deja perplejos a cada paso, pues se enfrentan a él sin la ayuda de una experiencia colectiva que les pueda dar, aunque sea, una guía imperfecta. Pero ¿realmente está la obra de Leskov tan cerca de los cuentos de hadas y demás manifestaciones de la sabiduría tradicional?, ¿toda esa experiencia colectiva le sirve de algo? Muchos cuentos de hadas tienen la virtud de decirle al hombre que la acción para superar la adversidad es posible en este mundo y, además, que no está solo, que la naturaleza, aunque ciertamente tiene su lado hostil, puede ser su cómplice, pues “prefiere saberse rodeada de seres humanos” (Benjamin 128). Estas historias muestran una y otra vez cómo ciertos personajes descaradamente impertinentes y arrojados, o justos y prudentes, o supremamente astutos, salen bien librados de situaciones peligrosas gracias a que la natu-

44

Voces menguantes en la narrativa de Nikolái Leskov

raleza parece simpatizar con ellos por su carácter y les presta su ayuda. En el mundo de la novela, por el contrario, no hay nada que simpatice de esta manera con los hombres que se oponen a fuerzas que los superan, no existen garantías de que la naturaleza tendrá simpatía o piedad con el justo, ni con el impertinente, ni con el astuto. Estos tipos también se encuentran en la obra de Leskov, pero ¿qué ocurre con ellos? Unos cuantos ejemplos permiten ver que, por más cerca que Leskov esté de las historias tradicionales, su obra está, al menos parcialmente, en otro mundo. En el conocido cuento popular “Morozko” (Padre Invierno), la madrastra de una piadosa y prudente muchacha obliga a su esposo a llevar a su hija a un bosque durante el invierno para deshacerse de ella. Sin embargo, la joven se salva: Muy triste, el viejo se echó a llorar. Hizo subir a su hija al trineo y quiso abrigarla con una manta, pero luego no se atrevió. Así

condujo a la pobrecita al campo abierto, la dejó sobre un montón de nieve, se santiguó y regresó a su casa a toda prisa para no

presenciar la muerte de la hija. Allí se quedó la pobre, tiritando

y murmurando una oración. En esto llegó Morozko, saltando

de un lado para otro y de rama en rama, al mismo tiempo que contemplaba a la linda muchacha.

— Oye, mocita: yo soy Morozko, el de la nariz roja.

— Bienvenido, Morozko. Se conoce que te ha traído Dios para que recojas mi alma pecadora.

Morozko iba a rozarla ya para dejarla helada, pero le agradaron sus palabras discretas y sintió compasión. Dejó caer a su lado

una pelliza. La muchacha se puso la pelliza, encogió las piernas, y allí siguió. (Afanásiev 126-127)

45


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.