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Primero la vida

Dentro y fuera del territorio nacional hay mucha gente que considera que perdimos el norte de la paz. Por esta razón, no hemos podido liberarnos de tanta violencia ni mucho menos acordar una paz definitiva. Durante la primera mitad del siglo pasado, los EE.UU. tuvieron que soportar el cruel traqueteo emprendido por Dillinger y Al Capone, dos matones que se apoderaron del viejo Chicago e impusieron su ley a sangre y fuego mientras se enriquecían a costa de los “impuestos” establecidos para la cerveza y el whiskey. Chicago no olvida aquellos tiempos de terror ni el reguero de muertos que amanecía en sus calles principales. El ciudadano norteamericano promedio se caracteriza por su responsabilidad, seriedad y honradez. Pero no pudo evitar los acontecimientos de Chicago. Ni mucho menos la presencia gringa en Vietnam, donde se conocieron verdaderos relatos de crueldad impuestos por sus marines. Ni la invasión cometida en tantos países de América Latina: Granada, República Dominicana, Cuba, Panamá, Chile, Honduras, entre otros. Pero han logrado “borrar” todos esos desafueros que generaron tanto dolor y luto. Colombia se ha matado contra sus propios semejantes por culpa de trapos rojos y azules, por miedo de la oligarquía a perder sus privilegios y por una falseada intención de eliminar todo vestigio socialista, término muy condenado pero poco conocido en su real verdad. Después de 72 años de violencia nada puede conmoverlo y así miramos impotentes día a día la desaparición de un jóven, de una jóven, de un niño, de un dirigente comunal, de un líder indígena, etc. Para quien lo dude, la desaparición hace cerca de un mes de 4 niños que supuestamente sobrevivieron de un siniestro aéreo en las selvas del Apaporis, la angustia es nacional y una demostración del amor de Colombia por la vida es el desplazamiento por aire y tierra de comisiones de auxilio tras su búsqueda. Una vez más Colombia se aferra a la vida y a la solidaridad que nunca ha abandonado a pesar de tanto dolor y sufrimiento soportado.

LA ESTOCADA.- Contra tanto programa deportivo, más programas de historia, geografía y urbanidad.

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