Tío Elefante abre la puerta
Mamá y papá habían salido a navegar en su barco. Yo no había ido porque estaba resfriado y tenía la garganta irritada. Me quedé en la cama. 6
Se levantó una tormenta y el barco no regresó. Mamá y papá habían desaparecido en el mar. Yo estaba solo. Me quedé en la habitación con las cortinas corridas.
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Oí llamar a la puerta. –Hola, soy Tío Elefante -dijo una voz. Miré a Tío Elefante. –¿Qué me miras? -me preguntó. –Ya sé, estás mirando mis arrugas. –Tienes muchas arrugas -le dije. –Sí -contestó Tío elefante-. Tengo más arrugas que hojas hay en un árbol. 8
Tengo mรกs arrugas que arena hay en la playa, tengo mรกs arrugas que estrellas hay en el cielo. 9
–¿Por qué tienes tantas arrugas? -le pregunté. –Porque soy viejo -dijo Tío Elefante-. Ahora, vámonos de este sitio tan oscuro. –¿Dónde vamos? -le pregunté. –Vendrás conmigo -respondió Tío Elefante.
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TĂo Elefante cuenta los postes
SubĂ al tren con TĂo Elefante. Compartimos una bolsa de manises. Miramos por la ventana. 11