¿Qué fue antes? ¿El orden o el desorden? Dos hermanos a veces pelean porque no saben darse un abrazo. Lo que para unos es orden para otros será siempre desorden. Pero ¿quién ordena el orden? ¿Quién da la orden? Igual había algo antes. Antes del antes. Antes del orden y del desorden había nada. Una nada tranquila. El mundo tiene un nudo que se puede desatar. Cuando todo funciona, la vida es un baile, como abejas al sol. Entonces, aparece la idea de ordenarlo todo. Inventan los semáforos para que existan accidentes, los toldos con rayas que van en la misma dirección.
¡Qué curiosa la sombra! Cada uno tiene la suya, que le regala el sol al nacer. Creciendo con nosotros, siempre al lado. Con la fidelidad de un perro. La montaña tiene una. El oso, la campana, las olas viejas en el mar también la tienen. Igual que tu reflejo en el espejo, las sombras no se pueden cambiar. Si estás quieta en la calle el tiempo suficiente, verás tu sombra jugando a tu alrededor. Y entonces te convertirás en un reloj de sol. Y a la hormiga ¿le asombra su sombra? Le asombra. En verano, la sombra de una calle tiene su olor. Un olor especial, decía mi padre: el olor de la sombra.