Abandonado, Vasco vagaba por soledades estĂŠriles siguiendo a su propia sombra. De repente, la sombra le indicĂł que doblase la esquina.
Abandonado, Vasco vagaba por soledades estĂŠriles siguiendo a su propia sombra. De repente, la sombra le indicĂł que doblase la esquina.