INOCENCIO LIBERANI, CIENTÍFICO, EDUCADOR ARQUEOLOGO. Sara Peña de Bascary (2013)

Page 1

S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

1

INOCENCIO LIBERANI, CIENTÍFICO, EDUCADOR, ARQUEÓLOGO 1

— Sara Peña de Bascary —

En diciembre de 1876 el profesor Inocencio Liberani, por entonces a cargo del gabinete de Historia Natural del Colegio Nacional de Tucumán, realizó un viaje a Santa María, Catamarca, en búsqueda de restos fósiles para acrecentar las colecciones del Museo.2 Con enorme sorpresa el científico encontró en la región no solamente lo que buscaba; descubrió, además, las ruinas de una notable ciudad indígena en el paraje denominado Loma Rica. La trascendencia de tal descubrimiento no fue cabalmente apreciada en su tiempo, y –nos aventu-

1

2

Inocencio Liberani

Óleo de Santiago Falcucci, Museo Histórico Provincial Pte. Nicolás Avellaneda

Sara Peña de Bascary, en “A 100 años de Loma Rica”. En un artículo publicado en el “Suplemento Literario”, La Gaceta de Tucumán, 28.11.1976, nos hemos ocupado de Inocencio Liberani y la exploración a Loma Rica. Florentino Ameghino, Revista de Historia Natural. T. L P, Buenos Aires, 1891. pp. 88 -99.


2

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

ramos a decir– acaso son pocos los que aún hoy, valoran la importancia del hallazgo.3 Es más, la multifacética personalidad de Liberani no ha tenido suerte en la historia de Tucumán. Tanto el hombre, como sus obras han quedado esfumados, casi olvidados.

EL PROFESOR LIBERANI

Inocencio Liberani, descubridor del primer yacimiento arqueológico del país y director de su exploración, fue un europeo de interesante trayectoria. Había nacido en Ancona (Italia) en 1849, hijo de Romualdo Liberani y de María de Verela. En su ciudad natal realizó sus primeros estudios, graduándose en Ciencias Naturales en la Universidad de Roma. Las tierras del Río de la Plata que desde comienzos del Siglo XIX atrajeron a naturalistas europeos fueron, también, para este científico el incentivo que en 1870 le indujo a viajar para establecerse en el país. A corto plazo el Presidente Nicolás Avellaneda, por esa época Ministro de Culto e Instrucción Pública de Sarmiento –orientador de ideas precursoras y conocedor de gente de valía– designó a Liberani, el 12 de febrero de 1873, profesor de Zoología y Botánica del Departamento Agronómico –hoy Escuela de Agricultura y Sacarotecnia– y profesor de Historia Natural e Higiene del Colegio Nacional.4 Cargos que desempeñó hasta 1905. Desde su llegada a Tucumán Liberani se convirtió en un inestimable factor para la evolución cultural de la provincia. Sus inquietudes y espíritu creador le llevaron a materializar obras de envergadura como el Museo Regional de Historia Natural en el colegio Nacional. Cuenta Ernesto Padilla que [...] se había empeñado en darle carácter práctico a la enseñanza de su especialidad.5 Con la colaboración de sus alumnos y con recursos económicos propios formó 3

4 5

Patricia Arenas y Sergio Carrizo se ocupan de Liberani en un apartado de “Actores, escenas y clases de antropología y arqueología de la UNT”. Actas del II Congreso sobre la historia de la Universidad de Tucumán, 18 y 19 de marzo de 2010. http://www.2historia.unt.edu.ar/index. php/actas-segundo-congreso Archivo Histórico de la Provincia - Archivo Padilla. Leg. 15 - Curriculum de Liberani. Cfr. Arenas y Carrizo, op.cit., sobre las clases prácticas de Liberani.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

3

el mencionado Museo y agrega Padilla que “en sus visitas a Tucumán, Domingo Faustino Sarmiento asistió a sus lecciones mostrándose complacido, las ponderó y hasta intervino, espontáneamente, queriendo probar la preparación.6

El profesor Inocencio Liberani, rápidamente se hizo conocer y respetar en Tucumán. Es así como el 7 de mayo de 1877, el Gobierno de Tucumán lo designa miembro de Comisión local de la Exposición de Filadelfia. Hacia 1878, Paul Groussac, recientemente designado Director de la Escuela Normal de Tucumán, propone que se nombrara a Liberani Profesor de Historia Natural, Fisiología, Higiene, Física y Química de la escuela. La propuesta fue aceptada y Liberani asume el cargo. El “maestro” José Fierro recuerda que “se nombró para la cátedra de Historia Natural al sabio italiano Inocencio Liberani”. Era, según aquel testigo [...] competentísimo y de una habilidad tal para grabar la enseñanza, que recuerdo haber oído contar a mas de uno de los médicos amigos, lo muy difícil que resultó desprender lo que el señor Liberani les había enseñado, para poder realizar estudios concientes en la Facultad. Las ilustraciones de sus lecciones de fisiología sobre la digestión, circulación y funciones de relación, han dejado recuerdos indelebles.7

APORTE A LA MEMORIA HISTÓRICA Y DESCRIPTIVA DE TUCUMÁN

Una faceta destacable de su fecunda obra fue su intervención, por decreto del Gobernador Miguel M. Nougués, en la redacción de la Memoria Histórica y Descriptiva de Tucumán. La misma era requerida para ser exhibida en la Exposición Continental, la que había sido convocada en abril de 1881. El Poder Ejecutivo constituyó a tal fin, el 29 de Octubre de ese año, la Comisión Redactora de esa memoria y Liberani la integró juntamente con Paul Groussac, Alfredo Bousquet, Juan Manuel Terán y Javier Frías. En esa obra se ocupó, en capítulos especiales, de diversos temas, los que encaró con meticulosidad y rigor científico. En el apartado “Productos naturales” se refirió a las maderas, plantas tintóreas, textiles, oleaginosas, medici6 7

Ernesto Padilla. Prólogo al Álbum – Excursión arqueológica por los valles de Santa María y Catamarca – 1877, Tucumán, 1950. Sonia Asaf, La Escuela Normal de Tucumán. Reseña Histórica. Tucumán, Diciembre 2000. Pág. 36.


Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

4

nales y curtientes y al estado de industrias de derivadas de las mismas en la Provincia. Se ocupó de “Horticultura”: árboles frutales, silvestres, época de florescencia y del fruto, y de huertas y jardines. Le interesó la “Sericultura”. En “Apicultura” trató sobre caza y pesca y la necesidad de su reglamentación. “Zoología Agrícola” fue otro tema desarrollado. En el capítulo “Minería” informó, sobre los resultados de análisis de minerales encontrados en la Provincia, legislación sobre minería. Y por último, en “Higiene” realizó consideraciones generales sobre el estado higiénico de la Provincia y de las enfermedades reinantes: endémicas, epidémicas, del sistema nervioso, respiratorias y del aparato digestivo. La obra finalizada, en tres meses, representó a Argentina en la Exposición Continental de 1882 y obtuvo el “Gran premio de Honor” y además fue costeada su publicación. Los minuciosos datos volcados en esa Memoria, de todos sus autores, son una fuente inagotable de información para los investigadores y recibió grandes elogios en su época. En la Memoria, entre otros muchos temas de interés, Liberani se explaya sobre las maderas de nuestros bosques, describe los árboles con rigor científico y apunta que “la riqueza de sus bosques, formará fuente inagotable de riquezas para Tucumán” y expresaba su preocupación por [...] los estragos del hacha inexorable del gaucho leñador, y no es posible imaginar mayor devastación. Para el, no hay edad, no hay tamaño, no hay clase de árboles, pues todo lo destruye indiferentemente para llenar con facilidad las necesidades del momento, sin que hasta hoy ni los propietarios, ni la autoridad, hayan intervenido para impedir tamaño desorden.

Decía también: Se ha creído haberlo hecho todo para el porvenir de las Provincia, con introducir grandiosas maquinarias para elaborar azúcar: pero mañana no faltaran los apuros del combustible [...] Es necesario pues, tomar con tiempo medidas enérgicas al respecto y antes que nos sorprenda una crisis de esta naturaleza, reglamentar de un modo serio la explotación de los bosques[...].8

Se interesa por las quintas y jardines de la ciudad y expresaba: 8

nocencio Liberani, “Productos naturales”, en Memoria Histórica y Descriptiva de Tucumán, Buenos Aires, 1982, Capítulo VII, pág. 368.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

5

Cada una de esas quintas ocupa ordinariamente una superficie de diez mil hasta veinte mil metros, y se cultivan en ellas de cientos hasta quinientos naranjos, cuyos troncos se levantan con simetría sobre el hermosísimo alfombrado de gramíneas que tapiza el terreno [...] No se si puedan imaginarse lugares mas amenos y deliciosos, especialmente en tiempo en que los naranjos se cubren de azahares. Solo quien ha pasado una mañana de primavera en los alrededores de Tucumán, puede formarse idea de estas quintas encantadoras [...] ¡Cuánto dones de la naturaleza!9

Liberani opinaba que la jardinería estaba en estado embrionario con la excepción de las Plazas Independencia y Belgrano y la Quinta del Doctor Ángel Padilla. Liberani se preocupaba por la viticultura, decía que fue introducida por los jesuitas, que no se la consideraba y era necesario “propagar conocimientos útiles al respecto y una protección decidida por parte de los Gobiernos con el fin de favorecer la viticultura, que sin duda llegaría a constituir fuente de riqueza para el país”. Recordaba la Ley que sancionó el Congreso en 1875 ordenando la fundación de escuelas prácticas de viticultura “ley que no ha tenido vigencia hasta hoy, pero que por el bien del país debería sacársela cuanto antes del olvido”.10 Describió las vías públicas de la ciudad, las que consideró “bien distribuidas y cómodas” pero criticó su empedrado, “en general puede decirse que esta muy descuidado”.11 Entre otros aspectos, se ocupó de la alimentación. Opinaba que la misma era insuficiente porque los alimentos carecían de principios nutritivos, lo que provocaba un estado anémico generalizado en el país, situación que se agravaba por los horarios irregulares de las comidas, “siendo rara la casa donde se come a hora fija”. Criticaba “el mate, de uso tan general, disminuyendo el apetito, contribuye poderosamente a fomentar semejante desorden”.12 Finalmente apuntaba que la comida era sana ya que se componía de carne asada, caldo y algún guisado. Muchos otros temas, ante todo los vinculados a su especialidad, –las ciencias naturales, salud e higiene–, le interesaron y describe minuciosamente en la Memoria.

9 10 11 12

Liberani, op. cit., pág. 440. Liberani, op. cit., pág. 461. Ibídem. Ibídem.


6

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

Años después Liberani trató de realizar otra Memoria Descriptiva de Tucumán. Según Carlos Páez de la Torre (h), que da a conocer este tema, el dato lo obtuvo de una carta del químico Federico Schickendantz del 30 de abril de 1888, dirigida al ingeniero geógrafo Antonio M. Correa, “para solicitar su colaboración en la Memoria Descriptiva de esta Provincia”. Agregaba que “el señor [Inocencio] Liberani, quien ha repartido los diferentes capítulos de la segunda parte de dicha Memoria, le señaló a usted el capítulo V: “Propiedad urbana y rural”. Acompañaba la nota el “programa oficial” del proyecto.13

CIENTÍFICO Y EDUCADOR

Fue Inocencio Liberani orientador y guía intelectual de la “Generación del Centenario”, que lo tuvo como profesor en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal. Fue, además, un “Hombre del Centenario” ya que participó de diversas actividades, en los centenarios de 1910 y 1916, colaborando a hombres de la llamada “generación”. Los tucumanos, conocedores de la capacitad de Liberani, lo buscaron continuamente para encomendarle importantes cargos. En 1880, el 31 de diciembre es designado miembro de la Comisión Nacional de Higiene de la Provincia de Tucumán de la cual posteriormente fue Presidente. Y en 1888, se crea la Comisión local del Censo Agrícola y Pecuario y la misma se integra con la figura de Inocencio Liberani como vocal. En 1891 Ezequiel Bravo Bazán solicitó al Gobierno de Tucumán que nombrara una comisión para evaluar su plantación de cultivos de café en Lules. El Gobierno accedió y el 4 de abril de ese año, designó para integrarla al químico Federico Schickendantz, al profesor Inocencio Liberani y al doctor Santos J. López. Los comisionados avalaron las estimaciones del agricultor sobre el número de plantas y su posible provecho económico. Le hicieron algunas recomendaciones relativas a la distancia que debía dejarse entre las plantas y también acerca de las especies que podían ser más aptas para proporcionar sombra al cafetal. La comisión terminaba calificando como “digna de todo encomio” la perseverancia de este plantador. Hallaba que el Go13

Carlos Páez de la Torre (h) En: “Otra ‘Memoria’ sobre Tucumán”. En: “Apenas Ayer”. La Gaceta de Tucumán 17.03.2011.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

7

bierno de la Provincia haría “un acto de justicia” si lo resarcía, siquiera en parte, de los gastos efectuados. Y entendía que Bravo Bazán “es acreedor a la consideración de sus conciudadanos, por el noble ejemplo que ha dado”.14 El 21 de marzo de 1895, se crea la Comisión de Tucumán para el Censo Nacional y en la misma fue designado Inocencio Liberani. Años después, el 8 de junio de 1901 asume como Presidente de la Comisión Local de la Exposición Permanente de Productos Nacionales a realizarse en Buenos Aires. Inocencio Liberani actuó activamente en el Consejo Municipal durante cinco años y cuanta comisión se creara, para entender asuntos de bien público de la ciudad, lo contaba entre sus integrantes. Desde el 20 de diciembre de 1882 fue Concejal Municipal, continuándolo en los años 1890, 1894, y 1896. El 21 de noviembre de 1882 pronunció un dictamen sobre medios de hacer inofensivos los residuos de las Foto de Inocencio Liberani fábricas de azúcar. en el Álbum de la exploración Delegado de la Sociedad Científia Loma Rica ca Argentina en la Provincia, ocupó su presidencia desde el 18 de julio de 1884. Designado, el 22 de diciembre de 1882, Vicepresidente de la Sección Tucumán del Instituto Geográfico Argentino fue su Presidente años después.15 En 1914, fue miembro del primer “Consejo Superior Fundador de la Universidad Nacional de Tucumán”, juntamente con Juan B. Terán, Miguel Lillo, José Ignacio Aráoz, Guillermo Paterson, Miguel P. Díaz, Etergidio de la Vega, Alejandro Uslenghi, José Padilla, Juan Chavane, Ricardo Jaimes Freyre, Arturo Rosenfeld. José Benito González, José Lucas Pena, Inocencio

14 15

Cfr. Carlos Páez de la Torre (h). “Cafetal en Lules, 1891” En “Apenas ayer”. La Gaceta de Tucumán” 8.04.2009. Archivo Padilla, curriculum, op. cit.


8

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

Liberani y Juan Heller,16 compartiendo allí funciones con quienes, en su mayoría, habían sido sus discípulos en el Colegio Nacional y Escuela Normal. Liberani era esencialmente un educador y a la docencia en todas las especialidades que hacían a su formación, le dedicó sus mejores esfuerzos durante cuarenta y cinco años desde las cátedras del Colegio Nacional, Escuela Normal y Escuela Agronómica. Integró, además, numerosas comisiones que se preocupaban y ocupaban de la educación en la provincia. Tuvo destacada actuación en el Consejo de Educación de la Provincia. El 27 de junio 1896 es designado Presidente de la Comisión del Concurso de aspirantes a Inspectores Generales del Consejo de Educación. En 1897, el 10 de marzo, le designan Presidente del Jurado para discernir las Direcciones de las Escuelas Superiores. En ese mismo año, el 17 de septiembre asume como Presidente del Consejo General de Educación. En 1902, nuevamente es vocal del Consejo y en 1909, el 7 de agosto, integra la Comisión local del Censo General de Educación. Caricatura de Liberani Desde 1914 hasta 1919 fue miembro del Conseatribuida a Miguel Lillo jo Escolar del Distrito de Escuelas Publicas de 17 Tucumán. Liberani, artífice de la formación de tucumanos, fue el precursor de estudios de su especialidad, las Ciencias Naturales, en la Provincia. Miguel Lillo fue su discípulo y reconoció que debía al viejo maestro su pasión por la naturaleza. Entre los apuntes de Lillo se conserva una caricatura que realizó del Profesor Liberani.18 Durante los festejos del Centenario de la Independencia colaboró en la organización de la primera Reunión Nacional Argentina de Ciencias Naturales, realizada en Tucumán, donde intervino como miembro activo, en noviembre de 1916. 16 17 18

Elena Perilli de Colombres Garmendia, Tucumán en los dos centenarios 1910-1916, Tucumán, 1999, pág. 89. Datos curriculares de Liberani en Archivo Padilla, op. cit. Sara Peña de Bascary: “Naturalistas en Tucumán”. En Todo es Historia, Nº 104, 1976.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

9

El 20 de mayo 1905, el Poder Ejecutivo Provincial designa a Inocencio Liberani Director del Banco de la Provincia, cargo que desempeña hasta 1917. Su formación científica le unía a esta tierra, pero su arraigo definitivo en Tucumán se produce al contraer enlace, el 27 de julio de 1878, con doña Gertrudis Aráoz Velarde, joven de excepcional belleza y gentileza de trato, nieta del Coronel Bernabé Aráoz, guerrero de la Independencia que preparó las milicias tucumanas del Ejercito de Belgrano, Gobernador de Tucumán en 1814-1817, Presidente de la República del Tucumán (1820-1821). Tuvieron numerosos hijos: Corina, Dolores, Gertrudis, María Luisa (m. en Tucumán 1966), Inocencio –médico– (n. en Tucumán en 1888 y m. en Bs. As.1967), Romualdo, Bernabé –abogado–, Alberto –médico–, y Laurita (n. en 1896).19

EL DESCUBRIMIENTO DE “LOMA RICA”

Al aproximarse las vacaciones del año 1876, Liberani comenzó a acariciar la idea de aprovecharlas para una exploración por los valles calchaquíes a Santa María, en la zona limítrofe entre Catamarca y Tucumán. Gente del lugar le había informado de la existencia de fósiles en la región y esto acicateó al investigador. Liberani echó mano a recursos personales y organizó una excursión que partiría en los últimos tiempos de diciembre. Se iniciaba así una nueva etapa para la ciencia argentina, ya que Liberani fue quien abrió el camino a los estudios arqueológicos en el país. En un informe a Don José Posse, rector del Colegio Nacional, el científico italiano describe su asombro cuando, al penetrar por ese desértico y solitario valle, se encontró [...] por todos los lados rodeado de inmensas ruinas que en su mutismo atestiguan todavía una “civilización extinguida” la de los primeros indígenas del continente americano. Pues que no solamente se ofrece al ojo del viajero viejas murallas, paredes caídas, sino que hasta por las calles, las mismas plazas revelan la existencia

19

Ventura Murga, “Genealogía de la Familia Aráoz” (inédita). Ventura Murga gentilmente proporcionó los datos de los hijos de Inocencio Liberani y Gertrudis Aráoz para este trabajo. Los datos de Inocencio Liberani hijo, prestigioso médico en Boedo, Bs. As., fueron proporcionados por su nieto Hugo O. Charlier Liberani.


10

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

de grandes ciudades, dejan todavía patente sus vestigios: sin contar las miles de curiosidades que presentan los cementerios, que se encuentran siempre a muy pocos pasos de las caídas ruinas ¡Cuantas antigüedades, cuantos monumentos para la Historia no existirán desconocidos bajo tantos escombros.20

El singular descubrimiento despertó en Liberani inusitado interés científico, pleno de conjeturas. No es extraño, ya que fueron las primeras apreciaciones in situ sobre algo que no tenía precedentes. No se conocía nada sobre ello. Ninguna referencia, ningún estudio. Todo era inédito, desconocido. El entusiasmo y la excitación lo llevaron a enunciar teorías aventuradas. No era para menos. El hallazgo de numerosos utensilios, urnas funerarias, pucos, amuletos, petroglifos y como corolario, el increíble “disco de cobre de Loma Rica”, daban lugar a todo tipo de especulaciones. La misteriosa medalla de cobre, perfecta en diseño y simetría y con extraños jeroglíficos en sus figuras, se prestó para interpretaciones insólitas. Liberani vio en ella orígenes egipcios que vendrían a terminar con la polémica de la ascendencia asiática de la raza americana. Y así lo manifestó:

El disco de cobre de Loma Rica

20 21

[…] pues bien una simple medalla de cobre cuyos jeroglíficos y figuras revelan cierta correlación con los tipos egipcios, vienen a cortar estas cuestiones y a establecer en el mundo científico la solidaridad de la civilización asiática con la de estas regiones”.21

Inocencio Liberani y Rafael Hernández, Álbum – Excursión arqueológica por los valles de Santa María y Catamarca – 1877, Tucumán, 1950, pág. 131. Ibídem, pág. 132.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

11

Con esta opinión del sabio disentía totalmente don José Posse, rector del Colegio Nacional. No podía admitir una influencia asiática en el arte precolombino, aunque manifestó: “…pero, de todos modos es digno de averiguar el por que esa medalla egipcia se encontraba en un sepulcro de estos valles”.22 Pero, por sobre todas estas apresuradas conclusiones, Liberani intuyó la importancia del hallazgo. Su entusiasmo era tal que lo comunicó de inmediato a las autoridades, a la prensa, al país.

LA EXPLORACIÓN DE 1877

El científico trató por todos los medios de interesar a los tucumanos en su descubrimiento, tarea nada fácil, por cierto. No se comprendía aun la necesidad de investigar el pasado de esa raza milenaria. De ella no se conocía prácticamente nada. Los informes de los cronistas de la colonia pocas luces echaban sobre el tema, especialmente por que no se quería ver. El indígena era considerado por entonces, parte de un oscuro pasado. No había interés por ese período que representaba la barbarie y el atraso. El americano fue un obstáculo para la civilización europea y no se consideraba su pasado digno de estudio. Para variar ese criterio, que primaba en la época, tuvo que pasar algún tiempo, después del hallazgo de Loma Rica. Liberani propulsor de los estudios arqueológicos, con entusiasmo y tesón, movió influencias para conseguir subsidios que le permitiesen continuar con la exploración arqueológica en la región santamariana. El rector del Colegio Nacional José Posse, se interesó por la cuestión y con entusiasmo gestionó y obtuvo, del Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de la Nación, Onésimo Leguizamón, el apoyo buscado. El Ministro dio instrucciones precisas sobre la metodología a emplear en la exploración arqueológica en Loma Rica. Entre otros aspectos puntualizó [...] reunidos y catalogados los objetos mas interesantes, el profesor Liberani dará cuenta al ministerio, por intermedio de Usted, del resultado de los trabajos enviando nómina de los objetos, haciendo de ellos una sucinta y técnica descripción, hasta 22

Ibídem, pág. 130.


12

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

tanto se pueda clasificarlos y producir un informe científico de la exploración, que será publicado a costa del Ministerio. Los objetos recolectados serán depositados en el Museo de Historia Natural de ese Colegio para ser clasificados y divididos por secciones, según el orden que crea mas conveniente el profesor[…].23

El Ministerio concedió como subsidio seiscientos pesos. En enero de 1877, se iniciaron las exploraciones en Loma Rica. Es así como esa ciudad milenaria que por siglos había guardado el misterio de una raza, revivía para entrar en el dominio de la Ciencia.

TINAJAS ENCONTRADAS EN LOMA RICA EN 1876

La exploración del yacimiento fue un éxito. Las piezas obtenidas resultaron de considerable valor. Estaban a salvo aún del pillaje y del expolio que con los años, disminuiría considerablemente los testimonios de nuestro pasado. Liberani y su colega, Rafael Hernández, profesor también del colegio Nacional, que lo acompañó en la gira, elevaron un informe al Ministro Leguizamón sobre los resultados. Este “álbum” se preparó con dibujos, realizados por Hernández, levantados en el lugar, de cada pieza, con prolijos detalles, hábilmente coloreados y con descripciones de cada lámina. Por la escasez de recursos, fue muy limitado el número de ejemplares que se confeccionaron, convirtiéndose en piezas de bibliotecas selectas. Se trata el primer catálogo-inventario que se conoce, de una colección arqueológica de nuestro país. En cuanto al profesor Rafael Hernández (1847-1921), sus datos biográficos los conocemos, recientemente, por Carlos Páez de la Torre (h). Hernández nació en España en 1849. Era soltero, químico de profesión. En avisos publicados en La Razón ofrecía sus servicios en química, en mensuras y construcciones. Se presentaba como “Ingeniero en Artes y Manufacturas” diplomado en la Escuela Central de París. Ingresó al Colegio Nacional en 1875. Allí trabó amistad con Liberani y realizaron juntos la exploración a Loma Rica. Integró varias comisiones oficiales, entre ellas la designada para 23

Archivo Histórico de Tucumán - Archivo Padilla, Leg. 15 fs. 64.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

13

“verificar la solidez de la bóveda de La Merced” y la que debía proyectar la Ley de Irrigación. Además, Hernández ejecutó “la nivelación de la plaza Independencia, a fin de hacer correr el agua de la Acequia de la Patria para regar los naranjos”. Con Juan de Cominges actuó en la polémica rectificación de los ejidos de la ciudad. Rafael Hernández murió en Tucumán, el 27 de enero de 1887, victima del cólera. El 14 de marzo de 1888, sus ex discípulos del Nacional realizaron un homenaje en su tumba. El doctor Martín Berho en el discurso, lo llamó “matemático, humanista, filósofo, muy versado en ciencias naturales, músico y pintor, y un carácter a todos simpático, por lo abierto y leal”.24 Retomando Loma Rica vemos que las piezas arqueológicas fueron instaladas en el Museo del Colegio Nacional, cumpliéndose con el objetivo del descubridor y con las precisas instrucciones del Ministro Leguizamón, que así lo había determinado. El Rector, José Posse, envió a Buenos Aires copia de una medalla hallada en Loma Rica. Su amigo, Domingo Faustino Sarmiento, le escribió sobre el asunto, el 12 de febrero de 1877 y apuntaba: Me acerqué al Ministerio para ver lo que importaban los descubrimientos, y vi la copia de la medalla con dos caras, leyendo además tu carta y el informe del naturalista. Espero con interés que se produzcan nuevas exploraciones para corroborar lo ya indicado[...] No veo en la medalla que parece en la forma tinaja, nada que sea egipcio o tenga conexión, sino muy remota. Las labores informes que se ven son ensayos de ornato sin dibujo, ‘lo que sale’, sin simetría, de lo que no se han cuidado. Parece esto peruano, o de algo más adelantado que los actuales indios,

aventuraba Sarmiento.25

LA PUBLICACIÓN DEL ÁLBUM DE LIBERANI Y HERNÁNDEZ

Al comienzo la noticia de Loma Rica fue detonante. El país entero se interesó. Ameghino hacia referencia, en La antigüedad del hombre en El Plata 24 25

Carlos Páez de la Torre (h) “El múltiple Rafael Hernández”. En “Apenas Ayer “. En La Gaceta de Tucumán, 29.08.2009. Carlos Páez de la Torre (h) “Sarmiento y un Hallazgo”. En “Apenas Ayer”. En La Gaceta de Tucumán, 9.06.2010.


14

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

a Liberani y Hernández, entre los seis que formaban “la falange de jóvenes naturalistas que se han dado por ardua tarea el pronto conocimiento del país”.26 En otra de sus obras comenta elogiosamente la visión que tuvieron al explorar Loma Rica.27 Ameghino realizó un pormenorizado estudio del informe de Liberani y Hernández. El Museo de Historia Natural del Colegio Nacional acrecentó notoriamente su patrimonio con las piezas traídas de la excursión. Los datos obtenidos fueron enviados al Congreso Internacional de Bruselas, al de Madrid y a la Exposición Internacional de Paris de 1878.

Plancha I Álbum General de la Provincia en el 1º Centenario de la Independencia Argentina 1916

En el Álbum General de la Provincia de Tucumán en el Primer Centenario de la Independencia Argentina 28 se publican, en el capitulo “Reliquias arqueoló26 27 28

Florentino Ameghino, La antigüedad del hombre en el Plata, Prólogo, Bs. As., 1880, pág. 1. Florentino Ameghino, op. cit. pp. 88 - 89. Álbum General de la Provincia de Tucumán en el Primer Centenario de la Independencia Argentina (s/d y s(f), Buenos Aires, 1916.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

15

gicas”, tres láminas con dibujos de objetos encontrados en Loma Rica, con detalle descriptivo titulado: “Nómina de grabados y referencias de objetos prehistóricos encontrados por el Profesor Liberani en su expedición a los valles calchaquíes copiados del álbum publicado por el Ministro de Instrucción Publica de la Nación en 1888”.29 Se aclaraba que el Ministro Onésimo Leguizamón publicó una interesante memoria que reproducía y copiaba varios de los objetos prehistóricos encontrados por el Señor Liberani.30 Completaba el capítulo el informe de Liberani al Ministro, la descripción de las piezas, la opinión vertida por Florentino Ameghino sobre el hallazgo Estos datos que se publican en el álbum del Centenario, seguramente contaron la colaboración de Liberani, que aun vivía y debió facilitar para la publicación el original que el conservaba. Pero el tiempo hizo de las suyas. Había muerto ya Liberani el 15 de diciembre de 1821 cuando el Doctor Ernesto Padilla, en 1933, decidió encarar la reedición del Álbum de la excursión arqueológica por los valles de Santa María y Catamarca. Le solicitó a su amigo el Doctor Alberto Rougés le ayudara a localizar un ejemplar del álbum de Liberani. El Dr. Rougés recurrió a Don Rodolfo Schreiter quien le informa, el 26 de diciembre de 1933, “que Ameghino, en su Antigüedad del hombres en El Plata consignaba que los datos los había tomado de una copia del álbum que el ex. Ministro de gobierno de la Provincia Don Rufino Varela le obsequió para facilitar sus estudios”. Decía Don Rodolfo, “que esto le hacia sospechar que el original se encontraba en el Ministerio de Instrucción Publica de la Provincia”.31 En sus indagaciones el Doctor Ernesto Padilla tomó conocimiento de que en el Colegio Nacional ni se conocía cuáal era la colección de Loma Rica, si es que de ella algo quedaba. Pensaba que tal vez la causa residía en los distintos cambios de local. El hecho concreto es que no se conservaba ni una copia del Álbum de la excursión. Padilla, contó, afortunadamente, con la colaboración de la viuda de Liberani, Doña Gertrudis Aráoz, que aportó valiosos datos.

29 30 31

Se consigna, en el Álbum General del Centenario, 1888, lo que es un error la publicación fue de 1877. Álbum General, op. cit. Carta de Rodolfo Schreiter a Alberto Rougés. Tucumán, Dic. 1933. Archivo Padilla, Leg. 15 fs. 67.


16

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

Sorprende que en las cartas y notas intercambiadas entre numerosas personas por el tema de Liberani y Loma Rica, entre ellas Alberto Rougés, Rodolfo Schreiter, el Vicerrector del Colegio Nacional José Uttinger, el director del Instituto de Antropología Osvaldo Paulotti, el encargado interino de ese Instituto Armando Vivante, el rector Horacio Descole, el Dr. Nicolás Di Lella –entre otros–, involucrados en la reedición y búsqueda de datos, no se mencione ni se tuviese presente lo publicado en el Álbum del Centenario de 1916. 32 La preparación del Álbum para su edición se logró inicialmente con la colaboración del Museo Bernardino Rivadavia de Ciencias Naturales de Buenos Aires, que conservaba, felizmente, un ejemplar. Con posterioridad, pudo contarse con el original, facilitado por el Museo de Paraná. Con una donación del Centro Azucarero se pudo reproducir fotográficamente, en 1934, el Álbum que conservaba el Museo Bernardino Rivadavia de Ciencias Naturales. Pero la edición tuvo que esperar mucho tiempo más. Cabe destacar que actualmente, en el Museo Histórico Presidente Nicolás Avellaneda, se conserva el ejemplar original dedicado al vicepresidente de la Nación Mariano Acosta que conservaba la familia Liberani. El mismo fue donado al Museo por su hija Portada del álbum original Laurita Liberani en 1977.33 Sobre la cuestión de las piezas arqueológicas diezmadas opinaba el Doctor Ernesto Padilla: [...] se me ocurre que ante los hechos que fueron motivando esta disminución del rico material recogido, algún desaliento rozó el alma austera del profesor Liberani

32 33

Archivo Histórico de Tucumán - Archivo Padilla. Leg. 15 en el que se conserva todo lo actuado para la reedición del Álbum de Loma Rica. Catálogo del Museo Histórico Provincial “Presidente Nicolás Avellaneda”. Tucumán 1980. Se trata de uno de los pocos originales que se publicaron en 1877 con los dibujos colorados.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

17

[...] hubo de mortificarlo la deficiencia y luego imposibilidad de continuar la realización entusiasta de sus ideales de profesor, denotada desde luego en la inestabilidad del local. En eso largo tiempo pudo ni contar con el espacio indispensable para la práctica de la enseñanza y debió sentir, paso a paso, que ante los alumnos y el publico se percudían piezas reunidas con tanto fervor, que en lugar de interesar se esfumaba la jerarquía del rango científico que las caracterizaba.34

También lamentaba Padilla la ingratitud del Colegio Nacional, ya que en su recinto ni un retrato recordaba al ilustre científico. En carta, del 30 de marzo de 1936, Padilla le manifestaba a Alberto Rougés: Me duele tanto que todo lo hecho para descubrir la obra de este profesor, que proyectó honra sobre nuestra cultura, desde que fue el iniciador con Hernández de la investigación arqueológica y etnográfica en el norte de la República, no haya sido tomada en cuenta por la Universidad, a la que remití un ejemplar con las fotografías del cuaderno que prepararon aquellos y del cual solamente hay tres ejemplares: en el Museo de Historia Natural, en el Museo Mitre y en otra Institución. Triste destino de esta expedición tan promisoria, tanto por el auspicio que le prestaron desde Buenos Aires el Presidente Avellaneda y el Ministro Leguizamón, como por el movimiento espiritual que señaló en Tucumán y por sus resultados. Hemos visto las interesantísimas piezas que recogieron, tiradas en el Colegio Nacional y hoy no se de acogida al trabajo de valorarlo.35

Concretar la edición del Álbum de la Exploración a Loma Rica le insumió a Ernesto Padilla muchos años de gestiones y largos trámites. Pero, como era habitual en él, no cejó hasta conseguir que la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) encarara la publicación. En 1947, Padilla recurrió al Rector Horacio Descole para interesarle en el tema. Le decía: Mi estimado Amigo: en nuestra ultima entrevista le hablé que el Dr. Paulotti me había pedido le facilitara las notas que tengo preparadas sobre el álbum de Liberani. Ud. conoce el álbum, del que hice sacar copias fotográficas, aumentándolo con las comunicaciones oficiales, las notas periodísticas y el informe mismo del profesor Liberani, todo lo que tenia proyectado ofrecerle al Instituto Miguel Lillo, a fin de que este hiciera la publicación cuando contara con recursos. 34 35

Ernesto Padilla, Un tercer cuaderno, Tucumán, 1961, pág. 278. Centro Cultural Alberto Rougés de la Fundación Miguel Lillo - Archivo correspondencia Dr. Alberto Rougés. “Carta de Ernesto Padilla a Alberto Rougés”, 30.03.1936.


18

Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán

Me parece que puede aceptarse que fuera al Instituto de Antropología el que hiciera esa publicación y si Ud. es de la misma opinión, ruégole hable al Director del Instituto, Dr. Paulotti, para dar vía libre al propósito. Yo le enviaré a Ud. El ejemplar que tengo, dando término inmediatamente al prólogo, que he venido demorando en terminar deseando acentuar algunas indicaciones sobre el ambiente del Colegio Nacional de Tucumán en 1877 en que se autorizó esa exploración, con gran entusiasmo por parte del Ministro de Instrucción Publica Dr. Onésimo Leguizamón y del Rector D. José Posse y de la prensa de la época. Encuentro que es de interés que no se deje olvidada la referencia de esa exploración que fue la primera en la antropología argentina, según lo dijo Ameghino. Hay algo que no puedo dejar de apuntar, aunque con tristeza: cuando yo era estudiante del Colegio Nacional, vi en el Gabinete de Historia Natural las piezas recogidas por los profesores Liberani y Hernández en esa expedición. Entiendo que casi no quedan rastros de ellas a pesar de la importancia de lo hallado y sacado a la luz […].36

Pero diversos inconvenientes técnicos, y más que nada burocráticos, demoraron la publicación. Finalmente el 8 de septiembre de 1950, el Secretario General de la UNT, Dr. Nicolás Di Lella envía un telegrama a Padilla comunicándole que el rector había tomado medidas para que la imprenta acelere la impresión del Álbum.37 El objetivo se logró dieciocho años después del primer intento de reeditarlo. Ernesto Padilla fue quién, a través de la reedición de la obra de Liberani, hizo justicia con el científico recordando a los tucumanos –de frágil y corta memoria– una deuda de gratitud. En cuanto a la trascendencia del descubrimiento, pasaron casi veinte años del hallazgo de Loma Rica y recién hubo quienes se interesaron dedicándose al estudio de la arqueología en el noroeste argentino. Adán Quiroga, Samuel Lafone Quevedo y Ambrosetti, entre otros, fueron los continuadores de la obra. Algunas piezas que integraban la colección de Loma Rica se conservan hoy en el Museo Histórico de Tucumán Presidente Nicolás Avellaneda, gracias a la gestión del doctor Carlos Páez de la Torre (h), por entonces Director de Cultura, que advirtió de qué se trataba y las adquirió para evitar su desaparición de la Provincia. 36 37

Archivo Histórico de Tucumán - Archivo Padilla. Leg. Nº 15. fs. 112. Archivo Histórico de Tucumán - Archivo Padilla, Leg. Nº 15, fs. 161.


S. P EÑA

DE

B ASCARY : Inocencio Liberani, científico, historiador, arqueólogo

19

El nombre de Inocencio Liberani debe estar siempre presente en la historia de la cultura tucumana, aunque su labor precursora –ya centenaria– haya sido superada por los adelantos científicos de las disciplinas que el contribuyó a iniciar, las Ciencias Naturales y la Arqueología.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.