Historia de la Farmacia

Page 172

En cuanto a España, se produjo una actitud ambivalente, derivada en no pocos casos de las propias ideologías políticas. Por una parte, se introdujo la nomenclatura moderna y se divulgó la obra de Lavoisier, labor en la que destacó la figura de Pedro Gutiérrez Bueno, Boticario Mayor honorario del Rey, miembro de la Real Academia Nacional de Medicina, titular de la primera cátedra de química que hubo en Madrid y gran estudioso de las aguas minerales. Por otra parte, se contrataron profesores extranjeros, como Joseph Louis Proust y François Chavaneau, con objeto de dinamizar y modernizar la química española, y se enviaron pensionados al extranjero a jóvenes investigadores, con la finalidad de aprender los métodos químicos más avanzados. Junto a todo ello, llama la atención que la Palestra farmacéutica químico-galénica de Félix Palacios, basada en la obra de Lemery, tuviera una amplísima difusión y fuera referencia para numerosos farmacéuticos todavía muchos años después de que Lavoisier estableciera los nuevos paradigmas de la química moderna; es más, incluso la Palestra fue atacada por algunos destacados autores de posiciones ultraconservadoras. En cualquier caso,la Palestra de Palacios ofrecía una alta calidad literaria, sirvió de obra de obligada consulta para los farmacéuticos de la Ilustración y “abrió un nuevo camino a la farmacia española, que hasta su aparición, había estado encerrada en los moldes galénico-arábigos” (G. Folch Jou). Palacios presenta los medios y

utensilios necesarios –muchos de ellos con sus correspondientes dibujos– para llevar a cabo las diversas operaciones farmacéuticas, las cuales trata de ordenar y exponer de la manera más clara y sencilla posibles, dividiéndolas en cinco clases principales:trituración,extracción, cocción, destilación y calcinación, cada una de las cuales contenían, a su vez, varios procesos.Además, siguiendo a Lémery, da cuenta de preparaciones típicamente galénicas –en las que indica la manera de elegir y conservar los simples, y de preparar y conservar los compuestos–, pero también de preparaciones químicas. El valor dado a la Palestra en la España del siglo XVIII se hace evidente si consideramos que, tras la primera edición en 1707, se realizaron otras seis adicionales a lo largo de la centuria y que, de alguna manera, sus teorías, con sus aciertos y sus errores, alimentaron otras muchas publicaciones de diferentes autores. Entre ellos son dignos de mención José Asín y Palacios de Ongoz, cuyo Florilegio teórico practico, segundo curso chimico ampliaba los datos y preparaciones recogidos en la Palestra, Juan de Loeches, autor del Tyrocinium theoricum-practicum, galeno-chimicum, texto que gozó también de un cierto éxito por su practicidad a pesar de los planteamientos más tradicionales de los

La farmacia en la historia. La historia de la farmacia

del caolín, a partir del cual cobró un renovado impulso la industria francesa de la porcelana, con la cual estuvo asimismo relacionado Pierre J. Macquer –llegó a ser director de Sevres–, y, por último, Louis N.Vauquelin, descubridor del cromo y los ácidos quínico y canfórico entre otros muchos compuestos. Pero la lista de los farmacéuticos franceses involucrados activamente en el progreso de la química y la farmacia es mucho más larga que la aquí señalada.

Palestra de F. Palacios. 161


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.