El niño desarrollo y procesos

Page 52

su educación preescolar en el mismo grupo. Desde el patio de la escuela, antes de entrar a clases, se les veía juntas; ya en el aula siguen su charla, desatendiendo con frecuencia lo que la maestra comenta al grupo. Esto hace que la mentora, con una actitud más enérgica, les pida silencio para atender sus primeras instrucciones. El llamado surte efecto: los niños dejan de cuchichear y ponen atención. En este estado de “orden”, el grupo escucha muy bien las recomendaciones: “aquí se cierra la reja a las ocho en punto, quien no llega, se queda afuera hasta que toma la asistencia…. Deben venir bien aseados; mis grupos siempre ganan el primer lugar en higiene, así es que, esas uñas no las quiero sucias…” La clase continua, el silencio, sin embargo, no dura mucho, la atención de los niños poco a poco se va perdiendo. Llega el momento en el que el silencio de los niños se apaga y la irritación de la maestra se enciende. Con mirada dura y tono ríspido la maestra se dirige a las niñas que están sentadas casi frente a ella: “a ver niñas, sepárense. Tú, siéntate aquí”. Juana obedece y cabizbaja se encamina a la silla que está junto al escritorio. La maestra no se detiene, su regaño va contra Julia quien se ha quedado sola en el mesa-banco: “mira, aquí no estás en el kínder para que hagas lo que quieras. A mí no me gusta que cuando uno está hablando ustedes estén platicando. Aquí necesitamos que se comporten...” Esta actitud enérgica e intimidatoria de la mentora hace humedecer los ojos de la niña; pero la maestra no se conduele y sigue: “y no te hagas la sentida, pareces calabacita tierna…” La voz de la autoridad retumba en el aula: “que les quede claro, ya no están en el kínder, no me gusta que estén chacoteando, mucho menos que estén jugando. Aquí se viene a trabajar.” Los regaños y las recomendaciones siguen, aunque poco a poco se van suavizando. Tres años atrás, la mayoría de los niños de este grupo, por no decir que todos, sufrieron con llanto su ingreso al Jardín de Niños; tuvieron que pasar varios días para comprender que no se les dejaba ahí para ser abandonados. Ahora, al ingresar a la primaria, seguramente saben que después de algunas horas volverán a casa; sin embargo, esto no evita sus ansiedades, temores e inseguridades. ¿Esto es inevitable en cada cambio de ambiente? ¿Los ambientes escolares de un nivel educativo y otro tienen que ser distintos? Si es así, ¿hasta qué punto? A parte de lo que formal y explícitamente se enseña, ¿qué más tiene que aprender Julia y sus compañeros para salir adelante en este nuevo contexto? De las cosas que aprendió en el jardín de niños ¿cuáles tiene que desaprender para estar a tono con las exigencias de la primaria? ¿De qué certezas tiene que deshacerse y de cuáles tiene que apoyarse? ¿Qué afirmaciones seguirán siendo válidas y cuáles no? Estas preguntas nos llevaron a curiosear lo que sucede en el salón de clases, para conocer las finalidades, circunstancias, instrumentaciones e interacciones de ambos niveles educativos.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.