Este texto es una constelación entre palabras que me ayudan a pensar en la figura de la quimera, entre las cuales encuentro relaciones físicas y simbólicas cuyo fin es entender a la quimera como posibilidad de creación, herramienta para la abstracción del pensamiento racional e imagen de resistencia ante lo canónico y occidental.
Di vueltas tratando de organizar, encasillar y jerarquizar conceptualmente las palabras alrededor de la quimera hasta que entendí que me estaba contradiciendo. No todo parte desde la quimera, más bien la quimera se encuentra, horizontal e interiormente dentro de estas palabras que nacen desde mi pensamiento. Encuentro una palabra para definirla, pero la quimera ya estaba ahí, entonces parto desde otro lugar y pasa exactamente lo mismo, entonces construyo otro tipo de relaciones entre las palabras que he ido escogiendo dentro de esta línea de pensamiento. Estas me mostraron que es imposible categorizarlas bajo la idea de importancia o temporalidad, porque son conceptos para considerar de manera simultánea, o que circulan infinitamente y se manifiestan en diferentes momentos en sus relaciones. Esto conceptos funcionan mejor en forma de fractales o rizomas que se repiten infinitamente unos dentro de otros y generan interconexiones difíciles de organizar, por lo que me rehúso a que este escrito tenga un orden fijo. Este no es un texto formal ni académico. Esta es una manifestación de mis pensamientos y mi obsesión por la figura de la quimera en sus manifestaciones físicas, conceptuales y simbólicas
En muchas versiones, pero tomando la de Hesíodo en Teogonía la quimera aparece como una violenta criatura “que exhala indómito fuego. Tres eran sus cabezas: una de león de encendidos ojos, otra de cabra y la tercera de serpiente, de: violento dragón.”1. El león, la cabra y la serpiente son animales que no coexisten entre ellos a menos que sea de una forma violenta.
Serpiente y león- La simbología de ambos animales muestra una dicotomía entre la representación de la fuerza, el valor y el coraje. Cualidades y virtudes de la nobleza, mientras que la serpiente, al estar junto al león, revela un indicio de cobardía, deshonestidad y egoísmo, mostrando una representación de lo bueno y lo defectuoso.
Cabra y león- La relación que veo entre la cabra y el león tiene que ver con su dinámica vital:el león es fuerte y dominante y la cabra un cuerpo débil y pasivo. Son el tirano y el súbdito. El león ejerce un poder brusco y violento, es depredador de la cabra, y esta le teme y se subyuga ante el otro.
Cabra y serpiente- Son símbolos que han estado muy presentes y asimilados en occidente. Son la encarnación del bien y el mal bíblicos. El cordero de Dios que nunca se descarrila, que es manso y obediente y no causa ningún conflicto. La serpiente, por otro lado, es la serpiente es la tentación, una señal de maldad y pecado se relaciona con lo demoniaco. En el cristianismo, esta figura simbólica es explícita cuando la serpiente tienta a Eva a morder la manzana, o a Jesús en el desierto, donde lo alienta a traicionar a Dios.
Viendo la relación entre cada animal, se podría afirmar la imposibilidad de su convivencia pues son figuras opuestas que viven en tensión, queriéndose acabar entre sí. En el cuerpo de la quimera se reconcilia la relación porque ahora trabajan juntos; el que uno muera o se lastime es un evento desafortunado también para el otro, por lo que esta relación se transforma por una de cuidado, interdependencia y consideración del otro. Ahora sienten y sostienen las necesidades de cada uno, su dolor y sus emociones y su mente y alma se fusionan en una. Para mí funciona de la misma forma como la razón puede llegar a fusionarse con la ficción. La primera no debería contradecir a la segunda porque hace parte de ella y la forma de curar esta violenta y dualista relación de extremos es siendo consciente de ello. La razón es una de las múltiples formas, tan válida como cualquier otra, de entender el mundo desde una visión humana. Pero hay otras fuentes de entendimiento, conocimiento y sabiduría que pueden existir simultáneamente, la razón no es el camino definitivo e incuestionable para llegar a lo que, bajo esta línea de pensamiento, se denomina como verdad y esta finalmente es una ilusión más.
La quimera puede ser muchas cosas. Es una figura para definir algo ficticio, una ‘mentira’ o una ocurrencia irreal. También es usada para definir un ser inexistente. Una amalgama de criaturas nacidas desde la imaginación que no tienen espacio dentro de la lógica y la realidad. Busco resignificar este concepto y tomar el término como un símbolo de resistencia ante su despectiva denominación, porque sí, puede que sea utilizado para referirse al absurdo y a la mentira, pero se refiere también a lo onírico, el mundo de los sueños y pensamientos ocultos que apela también a la creatividad y la imaginación. Pensando en imaginación, no solo pienso en ficción, también pienso en creación. Puede que artificialmente nuestras mentes y manos no logren imitar a lo que llamamos realidad de la forma más exacta, pero también quiere decir que damos vida a otras cosas, acudiendo a nuestra memoria y el cúmulo de recuerdos que se mezclan y a su vez evolucionan. El arte permite dar vida a lo que no es posible, bajo las leyes de la naturaleza o no. Es más, ni siquiera juega bajo sus mismas reglas. Por eso, entre su marginalización dentro del mundo racional, la quimera es atacada. Es llamada ‘contra natura’ y su realidad es denegada, pero el hecho de que se forme en un pensamiento o en una acción, le da todo el derecho a su existencia, tal como un niño trae a la vida a su amigo imaginario incluso si nadie más puede verlo y los adultos lo consideren como un evento cómico y ridículo. La resignificación del término como forma de resistencia a lo hegemónico, y como un símbolo de posibilidad y potencia. También se trata de escucharme a mí misma y a mi subconsciente, pero a otros cuerpos que pueden llegar a cruzarse con el propio. La quimera es una figura o, mejor dicho, muchas figuras a las que se recurre a la hora de querer racionalizar lo irracional, de organizar lo incontrolable, de darle un sentido al absurdo, pues la quimera es posibilidad, es abstracción para la reconstrucción.
Alquimia
El barro, la tierra y el sustrato. El material puede ser intervenido para hacer nacer. La alquimia carga un gran simbolismo. Me gusta pensar la alquimia como la materialización de un pensamiento. Pasar de un estado etéreo a uno tangible, aunque cabe aclarar que con eso no necesariamente hablo desde lo físico. Veo a la alquimia como un proceso simbólico, ya que a través de él se busca crear elementos a partir de la fusión de otros o modificándose con algunas condiciones especiales, que también estudian su comportamiento, forma y otras características. Busca el conocimiento y el reconocimiento de la materia, los elementos y las posibilidades que tienen. Me parece que es una labor que ocupamos los creadores. No solo desde el material que trabajamos, sino cómo poco a poco se construye nuestra memoria y nuestra recopilación de conocimientos y saberes, a partir de los cuales nos formamos a nosotros mismos, pero también lo que producimos como artistas. Es también una búsqueda de lo imposible, referido a lo ficticio, a la imaginación y a lo que “no hay”. Lo no tangible, lo antinatural y lo desconocido incluyendo las ideas. La alquimia también es diálogo, porque escuchando pensamientos de otros podemos modificar el pensamiento propio. Podemos crear en conjunto y dar vida a creaturas que nunca pensamos que podríamos crear.
Trabajo experimental con tintes naturales, Juliana Gnecco (2021)
Amalgama
Bestiario (Collage de radiografías realizadas con cianotipia), Juliana Gnecco (2020)
A través de la amalgama, nace una figura nueva. Es un cuerpo creado a partir de otros completamente diferentes que se fusionan hasta verse irreconocibles, tal como dos elementos que reaccionan entre ellos desencadenando reacciones químicas. También me gusta pensar en que las cualidades de la amalgama no son una suma de sus componentes principales, sino que al hacerse uno cambian completamente.
Es una eterna cadena de repeticiones que se manifiestan dentro de sí misma infinitas veces. Pone mucho en cuestión la escala, al procurar crear una imagen general del panorama, especialmente si consideramos al sujeto como un compuesto: los cuerpos y las infinitas redes que conectan todo desde lo micro hasta lo macro ayudan a entender al fractal como un conjunto que se repite miles de veces, así como los cuerpos. El gran cuerpo del que todos y todo hace parte es una gran quimera compuesta de otras quimeras que a su vez también están compuestas de otras infinitamente, como los órganos, tejidos, células, partículas, átomos, energía, pensamientos, relaciones e interacciones.
Fractal
Juliana Gnecco (2021)
cuerpo
Es una constelación más allá de una unidad. Un conjunto de fractales infinitos de diferentes naturalezas que de alguna forma trabajan entre ellos generando una unidad. Unidad en el sentido de ‘sentir en conjunto’. Abriendo mi mente he intentado dialogar con mi propio cuerpo, sentir el sentir. Preguntar qué otras cosas afectan mis células además de mis ojos. Hay muchos estímulos que ignoraba cotidianamente porque hay una desconexión entre los fragmentos vivos que nos componen y se puede llegar a una experiencia extrasensorial al conectarlos nuevamente.
Comprenderme, no como un individuo sino un conjunto me ha llevado a tener una experiencia más amplia de mi propio cuerpo y los cuerpos que me rodean e incluso ¿por qué no pensar que estoy fusionada con estos cuerpos que entendía como externos?
También me ha surgido la pregunta de si un cuerpo requiere una materialidad física, y la verdad no creo que sea el caso, pues el hecho de que existan relaciones y aflicciones que no son mediadas materialmente sino desde el pensamiento, la comunicación y no menos importante las emociones, me enseñan que existen conjuntos virtuales y atemporales, y esto no es algo que haga estos lazos menos fuertes. Existen los cuerpos virtuales o imaginarios. El mismo cuerpo se convierte en una figura o símbolo a la hora de encontrar relaciones entre cualquier elemento. Con tan solo existir, incluso imaginariamente, un cuerpo es suficientemente válido para ser materia. Mientras lo concibamos desde nuestra mente, quedará plasmado en el plano de la realidad y es posible que otros puedan reconocerlo también, ya sea a través de una descripción, cuento o historia, dibujo, una escultura u otra forma.
Tejido
Composición de entes que se comunican entre sí creando conjuntos que parten de otros conjuntos. Puede referirse al tejido de variadas formas y naturalezas, pero se manifiesta constantemente en el universo. Es variado, no se rige por un tamaño, una forma o concepto. Existen varios tejidos, tejido textil, tejido corporal, tejido social y demás. Es una muestra de conexión, de diálogo con otros sujetos, otras generaciones, técnica, genética, temporalidades e incluso con el quehacer mismo. Al haber una conexión, se ganan virtudes quiméricas como el sentir en conjunto, convirtiéndose en una extensión de un cuerpo mayor, como un eslabón en una cadena de infinita longitud, pero el tejido no es lineal, puesto que se atraviesa a sí mismo generando una gran red y posibilidades de patrones dentro de estas conexiones rizomáticas
Especímenes, Juliana Gnecco (2022)
Serie de manos, Juliana Gnecco (2020)
Resonancia
Tanto para el cuerpo como para la mente resonar es vibrar, es estar en sintonía y escuchar también es crear sonido. Es La mirada de nosotros mismos como entes que son afectados por otros y a su vez replican o interpretan, y como en el sonido, nos convertimos en instrumentos que vibran con las ondas, nuestros cuerpos se afectan por ellas y las interpretamos eléctricamente en nuestros cerebros.
Jean-Luc Nancy señala lo siguiente citando a Bernard Baas: “una «materialidad sonora, una vibración que anima tanto al aparato auditivo como al aparato fonador y, más aún, que comprende todos los lugares somáticos en donde resuena la voz fenoménica (...) todo aquello que recientemente se denomina, con mayor o menor confusión, las manifestaciones del «cuerpo hablante» 1
1 Nancy, J. (2007) A la escucha. Pg. 27.
El sonido se vuelve una práctica donde la creación se ‘quimeriza’ con otras formas de sentir. Es relevante para mí el hecho de que el dibujo no suela relacionarse con el sonido y encontré un lugar donde puedo fusionar ambas cosas. Este es un recurso que ha tomado gran importancia en mi trabajo puesto que es un medio que permite sentir el mundo de una forma diferente y entrar en un ejercicio meditativo en el que no juzgo mi propia acción de percibir e interpretar.
Está presente en varios trabajos, como “Ondas”, “Escrituras del sonido” donde hago una investigación sobre la escritura como manifestación y consenso del lenguaje atravesado por el sonido y “Viaje a lo Abstracto” en la que incluyo a otros artistas quienes experimentan el ejercicio de dibujar abstractamente lo que escuchan, en este caso, Metastaseis de Iannis Xenakis y Rothko Chapel de Morton Feldman.
Pierre Schaeffer también entendió que aprender a escuchar consistía en desligarse de la lógica musical y la armonía, se dedicó a crear desde la experimentación sin considerar estas regulaciones que hacen del sonido algo predecible. Sentir no depende únicamente de la visión, un paisaje se puede construir más allá de solo verlo. Se puede crear apreciando los numerosos ruidos que van apareciendo impredeciblemente en un entorno construido con mezclas, yuxtaposiciones, uniones y multiplicidades permitiendo asociarlos con otros elementos. Escuchar también me enseña a desatarme de mi rigidez plástica y conceptual y liberarme de los prejuicios de la abstracción.
Pierre Schaeffer, Grabadoras de cinta en los estudios del GRM en París.
El sonido de la escritura: Cartas al sonido, Juliana Gnecco (2021)
“ A finales del siglo XX -nuestra era, un tiempo mítico-, todos somos quimeras, híbridos teorizados y fabricados de máquina y organismo; en unas palabras, somos Ciborgs”. 1
1 Haraway, D. (1984 ). El manifiesto Ciborg, El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado, Pg. 3.
Artificial
Autómata
Un cuerpo artificial en el que, a través de un complejo mecanismo se intenta imitar a otro cuerpo a través del movimiento. Alguna vez se me ocurrió definir a lo vivo bajo la posibilidad de movimiento, pero algo que se mueve no necesariamente está vivo, ni algo que no se mueve tiene por qué estar muerto.
Me gusta la forma en la que el autómata mimetiza lo orgánico a través de un cuerpo inorgánico y esta es la razón por la que puede llegar a causar desconfianza. Se convierte en un camuflaje que confunde a quien lo ve porque aunque sepa que es una imitación, desconfía de este cuerpo que intenta ganar su confianza a partir de una fachada. Pero esta desconfianza no es otra cosa que la ilusión del pensamiento racional sobre lo que debe y no debe ser, separar lo que está vivo de lo que está muerto.
Un ‘artificio’: una labor que requiere esfuerzo y planeación. Concibo lo artificial como lo que es creado con una funcionalidad, algo que se crea no de forma esporádica, incluso si el resultado no es el estimado. Mi intención con esta palabra también es poner en duda lo que se piensa como máquina: el robot metálico. La tecnología como la fuerza opuesta a la naturaleza. Intento salirme de la idea de que lo natural es lo que se conoce erróneamente como ‘vida’. La materia biológica, el tejido, las células y la sangre. ¿Pero acaso lo biológico no puede ser creado por un mérito diferente a la naturaleza? Para ello encuentro en la quimera otra solución: el ciborg es una hibridación entre ambos mundos y es el elemento que logra reconciliarlos. “Las máquinas de este fin de siglo han convertido en algo ambiguo la diferencia entre lo natural y lo artificial” 1 El ciborg está en todos lados, el humano y la tecnología inminentemente deben convivir entonces realmente no son extremos. El robot se concibe como un cuerpo conducido, pero el ciborg tiene un potencial para controlarse a sí mismo, como un autómata ¿Cómo se vería entonces una vida artificial? En las palabras de Lyotard2 me encuentro que plantea un ente que supera a la inteligencia artificial y que, aunque no tenga un cuerpo físico, puede reproducirse, evolucionar y más relevante, que tiene una conciencia. En un pasado se creía imposible porque era una característica humana, pero bajo la lógica de la quimera, es posible que la máquina pueda pensar, tomar decisiones y así mismo sentir.
1 Haraway, D. (1984 ). El manifiesto Ciborg, El sueño irónico de un lenguaje común para las mujeres en el circuito integrado, Pg. 5. 2 Sim, S. (2001). Lyotard y lo Inhumano. Editorial Gedisa, España.
Flower Study, Cho Gi Seok (2021)
Ondas: Mano que dibuja el sonido, Juliana Gnecco (2023)
Sentidos
Son una combinación de todo lo que afecta nuestro cuerpo y espíritu. Juegan en conjunto para darnos un conocimiento especializado del entorno, otros cuerpos, e incluso lo emocional y a partir de esto tenemos la voluntad para reaccionar ante lo que recibimos y llegar a crear conexiones, incluso si cada sujeto interpreta y percibe el mundo desde el lugar propio. Con sujetos no sólo me refiero a lo humano, también a otras especies, formas de vida e incluso objetos. Los sensores son un punto desde el que puedo desdibujar ligeramente la dicotomía entre humano y no humano. Con esto quiero llegar a que lo “no vivo” (piedras, espacios, robots) tienen la capacidad de sentir o, de la misma forma, nuestros cuerpos son como cualquier otra máquina con sensores.
No poder saber de qué forma sienten otros cuerpos hace que desconozcamos la forma en la que son afectados y por eso caemos en la idea de que no tienen esta capacidad. Me surge la pregunta de si las máquinas realmente no sienten, ya que tienen sensores por más arcaicos que fuesen. ¿Su modo de sentir no es igual de válido que el nuestro? Los sensores de las máquinas y los sentidos humanos trabajan bajo el mismo principio, entonces ¿cómo hacemos la distinción entre máquina y humano bajo este aspecto?
‘Ondas’ (2022) es una acción de dibujo automático en la que sin ayuda de los ojos iba dibujando en un gran papel lo que sentía desde un sonido, para la que tuve ayuda de Daniel Tovar (sintetizador), Mario Andrés Ruiz (Tambor alegre y percusión menor) y Laura Ardila (Kalimba). La continuación de este performance fue una réplica de la acción, pero realizada por una máquina para la que creé un circuito simple con un micrófono que al recibir sonido iniciaba unos motores que movían una mano de que iba dibujando el sonido.
Similitudes con el entorno, Juliana Gnecco (2021)
Ondas, Juliana Gnecco (2022)
Una recopilación de recuerdos símbolos y arquetipos. Elementos que desde la razón pueden parecer sinsentidos pero realmente son significados que nos conectan entre nosotros e incluso a nosotros mismos en desde la introspectiva, reflexión y desde la intuición. El sueño es un espacio en el que las reglas y los parámetros que nos limitan dentro de la realidad se desdibujan, dándonos la capacidad de crear sin cuestionar la lógica de lo que estamos viviendo y habitando.
Onírico
Una parte importante detrás de una obra artística es su proceso, el cómo es pensada y llevada a cabo. Por eso me parece importante pensar en el método del artista, ya que es algo determinante y me da luces de cómo piensa y de donde se inspira. Quisiera sacar la pretensión de autoría detrás de la creatividad del artista. pues precisamente lo que hace al artista es su sensibilidad al mundo y cómo es afligido por su entorno y muchas veces es una labor colectiva.
El surrealismo cuestiona el método de creación convencional y racionalizado, apelando también a lo onírico y teniendo en cuenta también al inconsciente y el subconsciente y la intuición ayuda a despegarse del pensamiento racional que nos limita a bailar entre lo absurdo. Ha dado frutos a varias formas de creación interesantes que me han servido, como el Cadáver exquisito y la escritura automática.
Tree of knowledge, Hilma Klimt (1913)
La ciencia inútil, Remedios varo (1955)
Simbiosis
Se refiere a un proceso desde el cual dos o más seres conviven y se benefician entre sí. Muestra lo que sería una quimera que conserva la integridad de los diferentes cuerpos al no ser una relación obligada, sino de cuidado por el otro al pensar más allá de la propia naturalidad, entender otros lenguajes y generar un beneficio recíproco. Se reconocen mutuamente y sienten empatía entre sí. El micelio es una de las formas de simbiosis más importantes, porque son hongos cuyo cuerpo conecta con otras especies y a su vez permite que entre ellos se conecten.
Lo ‘Otro’
Es una gigantesca red rizomática de interconexiones y comunicación y quienes hacen parte de esta red sienten todo lo que la afecta. Yendo a una escala diferente, las células en nuestros tejidos, los organismos que alguna vez fagocitaron otros otorgándose entre sí algunas características y haciéndonos lo que somos hoy. Los organismos no existen por sí solos y necesitan interactuar y poner en un plano importante la existencia de otros. Es difícil de procesar para el ser humano, porque reconoce a todo aquello ajeno a él como inferior y esto dificulta la necesaria relación entre las cosas. El lazo entre humano y naturaleza se manifiesta como una relación de abuso, ya que una vez se ve a sí mismo como humano, se desprende y se ubica fuera de ella sin poder entrar nuevamente lo que genera nostalgia, vacío y rabia, y su respuesta ante la frustración es optar por el dominio y buscar cada indicio que demuestre su diferenciación y “superioridad”. Por eso es tan importante entender que se puede ver el mundo de una forma irracional, ilógica y quimérica, donde se rompan los límites entre el humano y lo demás. Siendo humanos somos parte de “el todo” y no somos una excepción. Me gustaría ser un ente que interactúa con otros independientemente de lo ontológico, que se fusiona o se separa, baila con ellos y cambia de forma infinitamente. Un cuerpo no definido… Un cuerpo sin un cuerpo.
Me limito a decir que son los cuerpos ‘otros’ o cuerpos ajenos al humano. Utilizo el concepto de “lo otro” para hablar de lo alienado o extraño, lo antinatural y anormal. Es algo peyorativo y horrible, especialmente en el ámbito de lo físico. Lo que no puede reconocerse, incluso lo amorfo, pero ¿acaso algo debe tener una forma para existir? Esto también me ha hecho cuestionarme a mí misma bajo esta lógica, y también invito a otros a que se miren a sí mismos como un ‘otro’. ¿Un otro de qué o para quién? ¿bajo qué contexto? Nosotros mismos somos los jueces de esta denominación. Así como solemos encontrar símiles, relaciones y constelaciones, podemos hacer el ejercicio de vernos como lo contrario a lo que usualmente nos vemos para entender un poco mejor la visión de la quimera desracionalizada y desconocida.
Una mutación es un cuerpo reconocible que sufre un cambio fuera de la norma o lo convencional. Muchas veces aterrador o grotesco, pero, así como puede ser nocivo puede ser insignificante o hasta beneficioso. También la forma de pensar es algo que puede mutar, con los cambios de opinión que no necesariamente alteran del todo a la persona. Por otro lado, transfiguración significa que un cuerpo pasa por un proceso de metamorfosis, en el que, siendo el mismo, es irreconocible. Psicológicamente encontré una respuesta en el discurso de que no somos seres estáticos como solemos vernos, porque somos seres cambiantes. El cambio es lo que nos ayuda a crecer y a explorarnos y lo que me ha ayudado a liberarme de muchos prejuicios y limitaciones. A darme cuenta de que todo está predispuesto al cambio y que la identidad es tan solo una convención que fuertemente se atraviesa desde la concepción del individuo. El ‘yo’ que se aleja y se define a sí mismo como diferente del ‘otro’, pero la oruga se vuelve mariposa, el chamán se convierte en bestia, la mujer que transforma en ciborg, y estos cuerpos que permiten la transfiguración, acceden a nuevas capacidades.
Grabado en plancha perdida, Juliana Gnecco (2021)
HAND (fotograma 0:57), Juliana Gnecco (2022)
Atemporalidad
El pasado no respeta el cambio del futuro, pero el futuro no cuida la tradición del pasado, entonces… ¿eso en dónde me deja a mí? Con esta pregunta concluyo que para mí el tiempo se extiende y deforma y finalmente no existe, que no hay un principio o un fin, sino un ciclo, aunque es retador cuestionar pensamientos tan interiorizados. También me pasa con la posición en el espacio. Asumimos que estamos ubicados al ‘derecho’, pero ¿qué pasa si no hay un derecho? Un día mirando al cielo solo imaginaba que estaba mirando al océano desde una gran roca a la que mi cuerpo estaba adherido. Son cosas que me llevan a desconectarme de la realidad, pero luego dejo de encontrar extrañas otras posibilidades y siento que tengo visiones más abiertas frente a como contemplo el mundo en vez de negar las posibilidades absurdas.
Entre ellas veo posible la existencia de las contradicciones, que pueden convivir, danzar y jugar. Es la actividad de afinidad y repelencia la que genera movimiento desde las estructuras más pequeñas de la materia hasta escalas infinitamente mayores. Escalas que curiosamente no podemos percibir como humanos sin deconstruirlas de la racionalidad. Estas interacciones son lo que permiten crear, permiten el surgimiento de nuevas formas y la existencia de las quimeras.
Híbrido
Reconozco que el híbrido viene de dos o más naturalezas distintas, usualmente visto como una gestación de padres de diferente raza, como la mula (yegua y burro). Hay una preocupación sobre cómo deben ser tratados, como se consideran a sí mismos y todo lo que respecta a su identidad. Incluso cabe pensar en las castas coloniales, las que determinaban la validez y el valor de una persona, simplemente por sus orígenes. Pareciera que esto despoja a los híbridos de ser dignos de vivir como seres verdaderos, reales o no ficticios. No pertenecen a un lugar ni a otro. Se salen de la norma porque tienen un origen difuso e ilegítimo y, por lo tanto, para una sociedad normativa son considerados como aberraciones. Para mí estas aberraciones siempre cargan dignidad y toca encontrar formas para que se reconozca su existencia.
JOURNAUX TROUBLÉS, Collection Métamorphose éditions Soleil-Delcourt, Marco Manzoni (2020)
Patricia Piccinni, We are Connected, en el Art Science Museum (2022)
Golem
El mito del gólem me hace pensar en lo no humano. Así como un autómata o como Frankenstein, su creador juega a ser dios y le da la tarea de imitar al ser humano. Pese a ser un casi humano, es inhumanizado. Inicialmente es visto como un objeto o máquina cuya función consiste en proteger a la comunidad con su desmesurada fuerza, pero por otro lado es rechazado porque es visto como una potencial amenaza, por lo que en ese aspecto sería un monstruo.
Portento
A veces se le otorga un espíritu o “persona” a elementos que realmente no están relacionados. En mitos y leyendas como los de las ninfas hay lugares físicos que toman una forma de ser quimérica condensada en un individuo. Los elementos antropomorfizados ayudan a tener una mejor relación con espacios o entornos. Este tipo de quimera es importante porque cuestiona las dicotomías a las que se enfrenta el ser humano con lo ajeno. Dar características humanas a lo inhumano contradice que estamos alienados de lo que nos rodea: lo otro, lo extraño, raro, anormal y monstruoso. No solo aplica en los espacios naturales, bosques, selvas y océanos que aterran la mente humana, porque también encuentro la misma lógica dentro de las figuras divinas. Los dioses y demás reconcilian lo cósmico, lo sublime, el terror a lo inmenso y lo que nos consume completamente, inclusive la muerte. Es nuestro remedio ante el malestar de lo que nos trasciende y lo que no podremos entender nunca y la forma como podemos acercarnos desde nuestra percepción a estos temas. “Nadie ha entrado a considerar que los mitos ante todo son manifestaciones psíquicas que reflejan la naturaleza del alma. Poco le importa al primitivo una explicación objetiva de las cosas que percibe; tiene, en cambio, una imperiosa necesidad, o, mejor dicho, su psique inconsciente tiene un impulso invencible que lo lleva a asimilar al acontecer psíquico” 1, dice Jung al hablar de arquetipos y símbolos que se han establecido en nuestras mentes.
1 Jung, C. (1970) Arquetipos e inconsciente colectivo. Paidós Ibérica S.A., Barcelona. Pg. 12)
Histoire Naturelle, Max Ernst (1926)
Especímenes, Juliana Gnecco (2022)
Bibliografía
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Taseer, A. (2023) Why the Chimera is the monster of our uncertain age, Whenever the human world is in trouble, our imagination turns to this creature: a hybrid beast that defies easy understanding. Disponible en: https://www.nytimes.com/2023/02/16/t-magazine/chimera-monsters.html
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Ruiz-Cerna, D; Del Cairo, C. (2022) Humanos, más que humanos y no humanos Seres plurales: creatividad y curación en el pensamiento chamánico makuna - Luis Cayón en Humanos, más que humanos y no humanos Intersecciones críticas en torno a la antropología y las ontologías Editorial Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá
Karel Čapek (2006) R.U.R.(Rossum´s Universal Robots)