Marte

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Nos han rechazado de Marte.

Las cortes marcianas han determinado ante las muestras de salvajismo y descarnadas luchas causadas por el desabastecimiento que no seríamos bienvenidos. Se han evaluado para nuestra posible aceptación en el planeta rojo: el estado de los suelos, del mar y del aire, la distribución de la población y de la riqueza. Los suelos erosionados. El agua venenosa en el mar y en las nubes. La población concentrada en ciudades que por satisfacer la sed de riqueza que sostenida por las migraciones y el turismo, habían tirado abajo montes y parques de su trazado urbano. Ante la evidencia, un tribunal compuesto por las diferentes especies de la galaxia votó unánimemente por la extinción.

El resultado para las honorables cortes marcianas es que el ser humano no solo ya no tiene futuro, sino que tampoco tiene presente.

Por lo tanto ellos, no consideran posible nuestra adaptación e integración como sociedad infantil y ambiciosa, que le teme a los robots, ama la inteligencia artificial, desconoce sus tradiciones espirituales y cuestiona los supuestos científicos básicos.

El plan: migrar a Marte la parte de la población sin COVID-25. El período de aislamiento se realizaría en cápsulas sanitizadas, preparadas con líquido para retardar el efecto del envejecimiento y desinfectar el cuerpo por dentro. Se planeaba una adaptación por fases sobre las que se había debatido durante años. ¿Quién debería salvarse primero y por qué?

¿El dinero serviría allá a dónde íbamos? Las clases altas temían no ser nadie en el otro lugar. Se dividían entre quienes estaban a favor de asentarse en otro planeta y quienes preferían quedarse en la tierra, con las comodidades que sabían que les podía brindar tener años de reservas y el poder para controlar y contratar seguridad personal. Aun con todo lo mal que se podía estar en la Tierra el dinero seguía funcionando como un blindaje para los malestares. “Tal vez en algún momento iríamos a vacacionar con los chicos. Pero estaremos principalmente entre Uruguay y la capital.” Dijo Eduardo Bloomberg antes de partir en su auto por la avenida Figueroa Alcorta.

El proyecto de marte implicaba armar una biosfera para que los humanos podamos respirar.

A pesar de escarcha por la mañana y las temperaturas nocturnas de -100*C, había fe. Porque en el aire de marte había catalizadores que permitían imitar la fotosíntesis de las plantas hasta que la modificación genética permita que las plantas negras sobrevivan. El problema con este plan, era que los marcianos también lo habían intuido, y eso es lo que querían prevenir. La colonización. Eran bastante racistas los marcianos en realidad.

Desde la primera expedición hasta la última, la esperanza de arribar a Marte seguía viva.

El mundo se hace cada vez más pequeño. Entre los confinamientos, las restricciones y la distancia, cada vez se está más para adentro. Compartir el aire es un peligro.

El mundo se hace cada vez más pequeño y las visiones cada vez más obtusas.

Si hay movimiento, son los permitidos.

Todo desapareció y la materia es innecesaria.

“¿En qué tipo de mundo nos pueden acusar de caminar sin rumbo? ¿A qué gobierno le inquieta que abandonemos la casa para pasear un rato?”

El mundo se hace cada vez más pequeño.

Las mentes de los humanos cambiaron. No se sabe aún cómo. Qué caminos habrán forjado las nuevas rutas neuronales y qué secuelas dejaron? Esa pregunta es lo que nos ha terminado de enloquecer. Las personas empezaron a comentar que se sentían diferente. Algo en la cadena de pensamientos se sentía desplazado. Los razonamientos se habían corrido de los surcos comunes lo justo para notarse, pero no lo suficiente como para poder señalarlo. Era similar pero desconocido. Fue imposible discriminar una serie de variables, un cambio, contarlo, explicar un movimiento. El mismo paso del tiempo se transformó en bruma.

Algunos expertos señalan que el cerebro no era tan plástico como se decía. Eso había sido una mentira del progresismo que fue perpetrada por años. Solo contradicha por los verdaderos independientes, los defensores de toda libertad: los anti-vacunas.

“Otra pandemia” titularon los medios inocentes de la época. Los pacientes más graves lo describían como una mezcla entre el estado vegetativo, la parálisis y el vértigo. La sensación de la caída libre que crecía desde el pecho y empujaba el esternón con la aceleración del ritmo cardíaco, controlada por la inacción de cada músculo.

La mayoría de los estudios psicológicos hoy están prohibidos. Esas apologías del esoterismo y rituales arcaicos disfrazados de ciencia son lo que casi nos lleva a la ruina. El proceso de re-conversión de la psicología trabajada por un comité de expertos cerrado, determinó que debíamos enfocarnos en el mejoramiento de la expresión positiva. Se publicaron así los “Manuales de cumplimiento de objetivos”. No era aconsejable hablar en ciertos términos. La felicidad por ejemplo, es un concepto muy vago. Ahora se habla de “satisfacción mantenida”.

El plan de salud del Nuevo Pueblo consiste en vivir sin sobresaltos. En un estado de latencia confortable. Entre ser y no ser.

Se formó un contra movimiento de quienes aseguraban ser los últimos pensadores sobrevivientes del mundo enciclopédico moderno. Doctores que tenían confianza en la prosperidad formaron una organización que data desde antes del imperio Ikea, antes de los cigarrillos electrónicos y de la migración de identidad. La radio decía que aún no se la había podido encontrar y que era sumamente peligrosa para la satisfacción mantenida, porque hablan de un futuro, de lo próximo, de lo nuevo. De sentimientos de éxito, desarrollo y de una perspectiva de la humanidad que siempre encontrará una vida mejor. Ideas que había que dejar atrás.

El Nuevo Pueblo ya no se nutre de este tipo de narrativas. Se considera a sí mismo “efímero sin transcendencia”. Está aquí el tiempo que deba, sin hacer mucho, ni salvar a nadie. Ser puro presente garantiza encontrarse a salvo de los pensamientos nocivos de circularidad que hacen que el lamento de un hecho trágico dure siglos.

Toque de queda:

Siempre hubo algo de la noche que implicó una idea de libertad. Es el tiempo de no-hacer. El tiempo improductivo sin actividades marcadas por el reloj. No hay comercios, no hay tiempo que aprovechar. Siempre es más silenciosa y habilita sentarse en lugares.

Lo más cerca que me sentí de esa libertad en el último año fue por darle la vuelta a un parque y no podía creer que mis pies iban una adelante del otro sin objetivo más que “recorrer” Necesito ir lejos. Necesito un viaje que pueda no ver por pantallas.

Envidio un poco la época en la que se pensaba que el ser humano siempre mejoraba. Es decir, que la tecnología siempre era mejor, que la ciencia, todas las áreas de conocimiento, las artes eran una superación de lo anterior y que eso solo podía significar que lo que viene va a ser mejor aún. Bueno, pues no. Vi un documental que contaba sobre los cigarrillos electrónicos en EEUU. Decían que como el marketing había sido tan efectivo a un público joven, lo empezaron a fumar adolescentes. Asi que el invento cuya intención era ayudar a los fumadores a vencer el hábito, crea una generación nueva de adictos a la nicotina que nunca prendieron fuego un cigarrillo.

Nosotros seremos las máquinas. Cyborgs rezantes de carne blanda y enferma, y los niños sanos serán tratados como enfermos crónicos. Ninguna preparación en el mundo va a poder borrar que su combinación genética no será nunca ideal. Sería imprudente darle una oportunidad a quien la va a desperdiciar. Un humano válido. Un vitro. Un humano fabricado.

Pasé todo el invierno buscando lugares desde los cuales querría ver el fin del mundo.

No es la estetización de la vida cotidiana, es la estetización de la privacidad de hasta nuestros pensamientos. Es la esterilización de la vida cotidiana. No sé quién fue el arquitecto de esa casa que habitamos todo juntos desde Japón hasta Argentina, pero me gustaría decirle que es hora de cambiar los muebles. Me gustaría decirle que necesitamos abrir las ventanas.

No sé si ver una serie o una clase por youtube.

Tengo compañeros que se eligen ropas especiales y se peinan el día que realizan una presentación y yo me pregunto cuánto tiempo falta para que sea un requisito para el estudiante tener una buena iluminación y buena vestimenta para sentarme en la misma silla en la que me siento todo el puto día. Con la espalda encorvada, los talones machucados de sentarme sobre ellos. Subir las piernas, bajar las piernas, volver a subirlas, alternarlas. El culo siempre en el mismo lugar.

Pensé en probar si el anotador de la computadora podría usar el reconocedor de voz para tomar apuntes en vez de hacerlo yo misma. Tengo la espalda encorvada de sentarme en una silla. La columna se arquea hacia el lado derecho. Empecé a dormir así también porque se ve que es la forma que adopta mi cuerpo desde los últimos meses. Eso no es un problema, porque ahora tengo una app que me dice cuándo y cómo moverme. Si no, además, ya anunciaron por esta quincena cuándo y cómo podemos movernos.

Los guardianes: Algoritmo

Se han perdido las palabras para negociar porque mente como funcionan las cosas. Algoritmo que nosotros. Preguntar es de enemigo.

Algoritmo y Protocolo.  porque no hay con quién y nadie sabe exactaAlgoritmo y Protocolo procesan mejor la información enemigo. Si tenés que preguntar estás afuera.

Vidas diseñadas

Con la migración de identidad lxs humanxs podían elegir renovar sus credenciales cada vez que lo desearan. Los “nuevos comienzos” ya no son solo una frase simbólica. Hemos llegado a hacerla posible garantizando que cualquier ciudadano encuentre sentido en la renovación de sus credenciales pero mantenga la misma línea de trabajo esencial que se requería de él. Es la medida perfecta entre superficial y profunda.

Esta política había logrado eliminar rituales arcaicos de traspaso en los primeros días del nuevo mundo. Los rituales de traspaso eran una creencia vinculada la magia negra, trasmitida de manera oral, que prometía la ocupación de una persona al cuerpo de otra mediante una serie de pasos que se fueron deformando con el tiempo. Se decía, que eran altísimamente efectivos si se encontraba a las personas adecuadas y se conocía el procedimiento. Pero el Nuevo Pueblo ya no tiene la necesidad absurda de trascender y permanecer en la memoria frágil. Trascender además, hacía qué? Eso por mi parte continua siendo un misterio.

Hubo una generación que se sintió especialmente afectada y directamente perjudicada. Todos aquellos en edades tempranas de profesionalización

Los maestros se preguntaban si tenía sentido sostener la educación dictada a un grupo hecho de individuos en soledad. Algunos alumnos y sus tutores habían alcanzado a congelarse a tiempo para el proyecto de amartizaje, pero no para recibir la noticia del rechazo. Despertaron con ampollas en todo el cuerpo y el esófago quemado. Paralizados sin poder hablar. Se transformaron rápidamente en la condensación de la imagen del fracaso de la humanidad entera.

Luego de la borrada de memoria masiva surgieron los nuevos héroes auto empoderados. Individuos que pelearon por esta ciudad, aun cuando las fronteras de lo que podía ser considerado como tal ya no existía. Los héroes volvían con relatos de supervivencia salvaje, solo ellos aparentaban saber lo que era la irreverencia de ni siquiera seguir sus propias reglas. Eran jóvenes en su mayoría, todos más o menos a la edad en la que uno aprende que es mortal.

No se sabe en realidad, dónde empieza o termina un territorio porque nunca alcanza el tiempo para recorrerlo. Después de una cantidad de horas había que volver a la central. Es mejor así. Tener una base de recarga siempre es bueno para meditar y comenzar de nuevo. Además, las centrales nos permiten conectarnos y reunirnos en los screenning rooms.

El último gran gesto de la civilización había sido la construcción de grandes explanadas con gradas para esperar el fin del mundo. Un gran espectáculo preparado para la muestra más desarrollada del universo. La humanidad, un ejercicio que nunca iría a superarse, había llegado al fin y eso requería show. Se esperaba un cielo resplandeciente de colores imposibles. Si algo habían aprendido los héroes post covid, era que para proteger algo había que cegarlo.

Suspensión

Tengo la sensación de que la unidad de medida del tiempo cambió. Que pasan millones de micro-segundos en cada segundo y que este dura mucho más que 60 golpecitos de aguja.  El tiempo es de goma pero con un ritmo de un colibrí.

Estoy cansada.

Festejamos un cumpleaños dos veces. Las dos veces fue lo mismo. No había nada para variar. No se podía salir, ni invitar más gente. No se tienen muchos más placeres que disfrutar la comodidad.

Solo algunos muy privilegiados pueden viajar y requiere muchísima energía. Uno de ellos, viajeros en tiempos de encierro, me contó que tiene una lámpara que imita la calidez de la luz del día. No solo eso, sino que se puede configurar para que replique el espectro de ondas como si estuviera amaneciendo en su habitación sin ventanas. Si lo había envidiado por viajar, ahora me daba pena.

Añoro el tiempo en el que ni sabíamos de la pandemia como si tuviera un recuerdo súper lejano e idealizado de una era que nunca viví.  Por suerte, tenemos toda la vida por delante para esperar cada semana, que llegue el fin de semana.

No todo fue malo.

Las temporadas de confinamientos estaban esparcidas a lo largo del año justo con un mes de desfasaje ante cada cambio de estación. Lo que realmente era un peligro era el cambio de clima: a cada cambio de estación venían el granizo, el polvo, las mareas y las nubes. Cada noviembre, febrero, mayo y agosto se endurecían las Medidas de Protección anunciadas 10 días antes de algún fenómeno que pueda empeorar todo, pero 10 días después de algún otro fenómeno que ya lo haya empeorado todo.

La estructura de comunicación se había organizado por un complejo y entrelazado sistema de replicadoras que multiplicaban como un juego de espejos infinitos la misma noticia para asegurarse que cada humanx esté al tanto. La democratización de la información gracias a la máquina Dominó era uno de los orgullos de La Administración y para asegurarse que todo el mundo sea testigo del desastre. Los medios de comunicación solo podían transmitir desde sus bases operativas bajo suelo. Se mudaron a las instalaciones abandonadas del los trenes subterráneos porque las antenas habían sido destrozadas por los temporales de pre-estación. Asi se le decía al mes entero de granizo, polvo, mareas y nubes densas como hierro que cubrían el cielo cuatro meses al año.

Para los introvertidxs la virtualidad representó una nueva era. Había por lo menos un 50% menos de factores que podían afectar a su desenvolvimiento. Por ende para hacer una amistad solo tenían que desarrollar el habla y nunca el lenguaje corporal. Adiós a las manos ner-

viosas y al sudor de estar en un cuarto con desconocidos. Para cuando llegara la situación que amerite presencialidad, y solo si llegara a darse el caso, las horas de comunicación telemática compensarían cualquier ansiedad ocasionada por sociabilizar. Progresivamente cada vez mayor cantidad de gente prefirió prolongar primero los contactos virtuales, hasta que la taquicardia llegara a niveles controlables. Si se enviaba a cualquier persona hacia la presencialidad sin la debida preparación podía resultar en un traumatismo significativo.

La estetización de la privacidad permitía que el embellecimiento suceda mientras la cámara estaba prendida, pero no hacía falta cambiar la materia de las cosas en sí. Con elegir los objetos que refracten de la manera correcta, cada persona podía permitirse hacer cambios radicales a su escenario a diario.

Cuando cayeron las fronteras, cayeron a la par la taza de casamientos, uniones civiles, parejas de hecho. Incluso las relaciones demoraban la convivencia durante el tiempo que les fuera posible, ya que entre la infancia dilatada que se había extendido hasta la pubertad y la adultez precarizada, no había deseo alguno de vincularse. En su momento fueron las fronteras políticas lo único que sostuvo tangencialmente la institución del matrimonio y la familia durante cien años más de lo que debería haber durado. Aun había quienes se casaban, Los Enciclopédicos, quienes en un esfuerzo muy sincero pero fútil, recreaban las ceremonias religiosas según recortes de pinterest. Cada ceremonia, sin importar si era bautismo, bar mitzva u otro, podía implicar indistintamente un rabino, romper platos, palomas mensajeras, diferentes músicas y vestimentas.

Se han hecho numerosos intentos de entender la serie decisiones que nos llevaron hasta este punto. Todas las reconstrucciones llevaron a puntos muertos. Momentos de absoluta incerteza donde había quienes podían asegurar la presencia de algo impalpable que dictaba el curso de las acciones. Se sabe si, que  hubo varias fases. En las más

inestables se comprobó que las personas no estaban equipadas con respiradores portátiles como en las fases medias y tardías, y se cubrían la cara con rudimentarios pero inteligentes pliegos de tela porosa.

El proceso de transición fue indoloro para una gran mayoría. Fue tan gradual que resultó casi imperceptible. La nueva realidad era igual a la anterior con algún elemento o detalle desplazados.

Definitivamente se estaba más coordinado.

Lo único que queríamos era demostrar que nada nos afectaba. Que podíamos igual disfrutar de la vida, ser bellos y mantenernos en forma. No solo eso, sino que íbamos a aprovechar cada segundo de la adversidad porque teníamos espíritu.

Sabíamos salir adelante por nuestros propios medios y porque la internet estaba ahi para salvarnos de la soledad y de la ignorancia. Internet nos acercaba al mundo como nunca lo había hecho antes.

Nos olvidamos de la idea del hombrelobodelhombrey pensamos en mil lemas que nos permitían pensar que saldríamos de esta todos juntos.

Un tiempo fuera del espacio de google drive.

- Estoy ansiosa, aburrida, inquieta y todo eso produce un choque tal que solo me deja con ganas de meterme en una incubadora hasta que mi mente se despeje sola y me den ganas de hacer algo. Algo en concreto, no 20 cosas, que solo dos valgan la pena y que igual no quiero hacer.

- Necesito que me dejen existir en silencio.

- Hay un término que se llama Instagramvacation , que se traduce en la elección de un viaje con el objetivo de hacer fotos para la red social. Generar material, alimentar el canal de contenido.

- De los últimos 5 días todas mis fotos son capturas de pantallas.

Que estoy cansada. Estoy cansada de ir en busca de todo con voluntad porque nada se da solo, porque no disponemos de las mismas cosas que antes. Todavía lo añoro y me acuerdo de estar en enero del 2020 totalmente despreocupada. Con el vientito que corre en un buen día de verano, en short calentando un mate con los perros dando vueltas y pensando si aprovechar rápido para ir al río o ir más tarde. Porque daba igual. No había que esquivar nada. Daba igual. Estoy cansada de tener que ir a buscar mi salud mental. Cansada de tener que salir a buscar mi salud en general. Burlar el sedentarismo aumentando cada semana los metros corridos. Los metros recorridos dentro de un departamento.

Este año experimenté la posibilidad de disolverme. No lo logré exactamente, pero entendí como podía ser posible a la par de que todo al rededor mía lo hacía. El tiempo haciéndose chicle. La cuidad por fuera de las cuadras permitidas para recorrer. Armarse planes ridículos para sobrevivir. Fingir normalidad. Llamarla nueva normalidad. Todo fingido, todo ridículo. Estoy esperando un estímulo externo que me de algún empujón para tener alguna noción de lo que puede llegar a ser optimismo o esperanza. Nunca fui religiosa asi que no me caen bien las promesas vacías. Me gustan las promesas que traen actividad. Como si tener cosas para hacer fuera equivalente a tener ganas de vivir.

Cada vez que escucho una promesa vacía de que esto va a pasar enfurezco, me ofusco y me fastidio en partes iguales. Por fuera sonrío con calma igual, porque entiendo que nos vamos turnando para decirnos esta misma premisa los unos a los otros. Vamos cambiando cada día que a uno le toca estar más arriba y a otro más abajo. Aun asi me cuesta pensar que cuando esto pase va a venir ese destino que nos merecemos “por aguantar”, por bancar la parada de la humanidad. Reconozco que nunca fui muy patriota ni de sentimientos de pertenencia fuertes a lugares o instituciones.

Esta nada es insostenible. Cómo se puede proyectar algún tipo de bienestar que se avecine de esta forma? El consuelo del arco-iris después de la inundación no surge efecto. Me interesaría más que fuera ahora, por que lo del arca fueron varias generaciones de gente que vivía 100 años y a mi me interesa estar bien ahora que mi vejez todavía no es tan aparente.

Vamosasalirdeestaparaentrarenotra , es la premisa que circula hoy.

La luz del día se prendía al rededor de las 6.30am y disminuía a las 16hs. Al principio se hacía lo del cambio de horario y se pretendía tener cambios de estación del verano al invierno, pero luego se fue abandonando la costumbre.

El cielo ya no presenta estos matices que deslumbraron a pintores. Tenemos fotografías de ilustraciones famosas que han registrado los cielos. Pero hace 50 años vemos un manto blanquecino o gris, que a lo sumo muestra las rutas de los aviones que emanan gases. Algunos dicen que es por control climático, otros suponen vigilancia militar, otros no le dan mayor importancia. Si,nosequéson.

Cóma salimos de esta casa que aguien diseñó para nosotros? como nos alimentamos en esta cocina en la que no sabemos regular las hornallas?

Alexa, pon música.

Alexa, educa a los niños.

Desaparecer era imposible, pero disolverse, un imperativo.

Los memes son la medida de tiempo más fiable.

La infinitud nos quitó el tiempo, el apetito, el interés, la voluntad. No queda nada y nada se avecina. Solo llenar formularios y encuestas de satisfacción de productos que compramos pero ni necesitamos y no estoy segura que disfrutemos.

Pot ser hem perdut el futur, però el que no podem, es perdre el temps. No podem perdre el temps dissenyant vides que no son vivibles.

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Marte by Juli Ferrari - Issuu