Juan Manuel Rois TEXTOS

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Juan Manuel Rois Textos v. 2020


DIARIO DE UN CONSEJERO

ARQUITECTURA ROSARINA 05

Consejo Directivo 73

Historia del Presente 08

Prácticas Emergentes 10

Comisiones 75 Problema Condicionalidad 76

Jóvenes, Rosarinos y Arquitectos

Estrategias de Dilación 79

El poder de la Pequeña Escala Patrones de Acumulación del Capital

06

Nueva Arquitectura en Rosario

13

Cekada-Romanos: Lucidez Lúdica

16

Diego Arraigada: Bases de Producción Una Piedra Caída del Cielo: Casa View

La Mirada Formalizada: Caballero-Fernández Caballero + Rois: Una conversación

Paisajes Entrelazados: Caballero/Fritegotto Techos que saben volar: Marcelo Villafañe

15 17 18 19 21 23 24

Épicas Cotidianas 27 Generaciones Rosarinas 28 Los 70 de la Generación del 60

30

Moliné: El Diagrama Moderno en Aricana

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Comentarios sobre la obra de Jorge Scrimaglio La obra de Pantarotto Medianeras: La obra de Viotti-Luetich Cuando Mies llegó a Rosario Voces (Descriptivas) Aisladas

Cosas que pasan los Miércoles

31 35 36 37 38 45

Sesiones 74

Visibilidad y Registro 77 Las Posiciones en la Mesa

80

Sísifo 81 Dos Acontecimientos 82

Los Bloques 83 Las Hinchadas 84 Lógicas de Narración Dispersa

85

Convergencia de Mundos Paralelos

88

Lo Tachado y la Devaluación

90

Taxonomías Proyectuales 87 El Presidente 89

Turismo Académico 91

Cupos 92 Las Gotitas del Amor

93

El Parásito 95 El Operador 96

Réquiem Colectivo 98 Balance e Inventario 99

ROSARIO

HARVARD REPORT

Sobre la belleza Rosarina, en tres movimientos 49

Semana 0

103

La Cuadratura del Círculo

Semana 2

105

Histeria de un Castagnino en Negro

50 51

Los dos Cairos 52 Cerrar el Casino 53 Cine en el Shopping

55

El Club del Cine 57

La Sinfónica 58 Los Túneles 59 Terrazas de Verano 61

Veredas Rosarinas 62 Horizontes Urbanos 63 Verano en Rosario 64 Kafka en la EPE 65 Desintoxocándonos 67 La Previa 68

Semana 1 Semana 3 Semana 4 Semana 5 Semana 6 Semana 7 Monterrey Files

Semana 8 Semana 8 1/2

Semana 9 y 10 Semana 12

104 106 107 109 110 111 113 115 117 119 121


TEORIA Que cada cuál juegue su propio Fútbol

125

Reflexiones Disciplinares

131

La Arquitectura es...

Qué es la Tendencia? El Tango del Mapping

130 135 136

Experimentación Latinoamericana

137

Conversación sobre el Diagrama

138

Posmodernismo Postdigital

144

Posmodernismo Neoliberal

147

La Ideología del Tipo

148

Heidegger en Frampton

151

El Detalle no es una Palabra

149

La Función de la Crítica

El Proyecto Arquitectónico como Red Híbrida Ética Pragmática del Proyecto Arquitectónico

153

154

155

Plan ProCreAr. Inventario

Entrevista sobre la Vivienda Disquisiciones sobre lo pequeño

4 Columnas sobre Perec

167

Danza

182

Hitchcock Arquitecto

169

Teoría Ausente (Estrategia del Vacío) Método Paranoico Diagramático

Reconstruyendo a Amancio Williams Josep Ferrando: Masa y Vacío

183

185 187 188

Dan Wheeler

189

PLY Arquitectura

190

Experiencias Arquitectónicas

191

Argentina, Invención Porteña

195

Recuperar el Carcaraña

205

Territorios Ampliados

203

Chicago: Laboratorio Abierto

206

Chicago: Nueva Trama Urbana

207

Chicago: La Hipsterización

Detroit: Territorios de la Desinversión Detroit Hoy La Corporación

Ciudad e Imaginación

Hacia una Práctica Urbana Crítica?

Qué pasó con la Teoría Urbana?

Socio-ecología de la Urbanización Neoliberal La “despolitización” de las Políticas Urbanas Desigualdad, Motor de Crecimiento Urbano

209 210 212

227 229

Alabama Songs

233

Chicago, Los Paisajes del Transporte

247

Chicago, Territorio de Inmigrantes Dos o tres Mies

En Tren a Chicago The Game

La Isla Seguridad y Espacio Público

Learning from Garza Sada Elegía de Monterrey en Auto

Montañas, Valles, Ríos y Manantiales Oda al Campus Cholula y Tlachiualtepetl

El Estallido (Santiago, Octubre de 2019)

245 249 250 251 253 254 256 258 259 261 263 265 267

MÚSICA El Anfi

Músicas Rosarinas Tango Rosarino

Lolapalooza para Rosarinos Reveríes Musicales Últimos Lanzamientos

Cocina

ESTUDIOS URBANOS

225

SEMBLANZAS

La Libre a Xilitla

CRÍTICA

Geografías Neoliberales

VIVIENDA

Demasiada Tristeza

291 292 294 296 299 301 302 303

MILITANCIAS Mi Generación Cosas que no se pueden subir a Facebook

307

Conversaciones

310

308

No somos pendejos

309

Anotaciones de avión

311

214 215 217 218 219

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Arquitectura Rosarina


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El Poder de la Pequeña Escala (2006) [en línea]. Escritos Arquitectónicos. 4 de Enero de 2017 Disponible en: http://escritosarquitectonicos.blogspot.com.ar/2017/01/el-poder-de-la-pequena-escala-2006.html Basado en anotaciones escritas en el año 2006

El Poder de la Pequeña Escala

Pequeña escala = práctica arquitectónica contemporánea rosarina. El signo iguala, la práctica arquitectónica contemporánea rosarina es de pequeña escala. Pequeña escala que trabaja por acumulación, lote a lote. Acumulación que en base a actuaciones individuales propone variaciones mínimas sobre temas recurrentes; entonces casa chorizo, luego casa de pasillo; hoy, edificios en altura. Rosario es la suma de esas repeticiones. Es aquí donde los arquitectos rosarinos demuestran (o no) su responsabilidad cultural en la construcción de la ciudad. Rosarinidad al palo sojero Existe una identidad propia de la práctica arquitectónica contemporánea? Cuales serían sus rasgos? Existe algún dato estructural? Podríamos determinar su correlación con los procesos gemelos de desindustrialización y primarización sojera? Práctica de la banalidad Así como lo monstruoso nos llama desde su seducción, la mediocridad nos invita con sus comodidades cercanas. Sin olvidar el peligro que implica teorizar sobre ciertas cosas (prestando sustento a aquel que no tiene argumentos propios), cuál debería ser el marco conceptual para abordar nuestra cotidianidad arquitectónica? Teorizaríamos acaso sobre los balcones curvos rojos? Describiríamos las condiciones de mercado para entender dormitorios de 2,15 metros de ancho? Presentaríamos al revoque como estrategia de camuflaje simulador de deficiencias constructivas? Prestaríamos nuestra voz para justificar la comunión de administraciones socialistas con desarrolladores inmobiliarios para expandir la indivi-dualización suburbana de nuestros suelos disponibles? Propongo una inversión en los valores, propongo cambiar la práctica de la banalidad por una épica de lo cotidiano. Épica de lo cotidiano Una épica que trabaje desde pequeñas intervenciones que descubran el potencial de innovación arquitectónica intrínseca a la dupla repetición/variación; que entienda la responsabilidad incremental que nos compete en la construcción de la ciudad; que proponga estrategias alternativas a la banalidad imperante; que reinstale la relevancia de nuestra profesión en la definición colectiva de nuestro futuro urbano. Urbanismo de lo pequeño Será posible desde la pequeña escala reinventar entonces la ciudad? Por acumulación, uno tras otro, de pequeños fragmentos utópicos, sueños de vidas mejores, ocultos tal vez en el centro de nuestras manzanas profundas? Que tipologías revolucionarias nos esperan a la vuelta de la esquina? Cuantos patios? Cuantas terrazas?

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Patrones de Acumulación del Capital Rosarino Problemas Actuales de la Arquitectura y los Estudios Urbanos. 2019 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

Patrones de Acumulación del Capital (Rosarino)

El artículo “La ciudad capitalista en el patrón neoliberal de acumulación en América Latina” de Emilio Pradilla Cobos propone el ambicioso objetivo de articular los procesos económicos, sociales, ideológicos y territoriales presentes en las realidades urbanas latinoamericanas, para resaltar sus rasgos comunes y sus diferencias. El autor busca construir tanto una interpretación y teorización macro-regional como reconocer las diferencias nacionales o micro-regionales resultantes de las particularidades de sus desiguales procesos de desarrollo. Frente a este texto, y para verificar, problematizar o extender sus hipótesis, utilizaré sus argumentos para interrogar a la ciudad Latinoamericana que tal vez más conozca y que claramente no forma parte del repertorio de ciudades conocidas por el autor: Rosario, Argentina. Si bien Rosario no forma parte del grupo de ciudades-región a las que el autor se refiere (desde las megalópolis de 20 millones de habitantes –CDMX o Sao Pablo, a las metrópolis de 5 a 7 millones de habitantes –Guadalajara, Monterrey o Santiago de Chile), ni de las ciudades intermedias en expansión (de 3 a 5 millones de habitantes como Curitiba o Bello Horizonte) sorprende observar en su escala de pequeña ciudad (1.500.000 habitantes) las determinaciones de los distintos patrones de acumulación del capital verificados en aquellas formaciones urbanas. Ciudad moderna, fundada a fines de los tiempos coloniales, Rosario demuestra la estructura impuesta por los sucesivos patrones de acumulación del capital local, con sus fases de inserción en la mundialización del capital. Crece exponencialmente bajo el capitalismo mercantil del siglo XIX, como principal puerto del patrón exportador primario que organizó el estado moderno de Argentina. Ocupó luego un lugar privilegiado en el proceso de industrialización por sustitución de importaciones del intervencionismo estatal y desarrollismo de mediados del siglo XX. Y ejemplifica hoy las reformas estructurales que materializan el cambio de patrón de acumulación de capital al libre-mercado neoliberal en la transformación de su puerto, que pasa de ser puerto estatal, centralizado y urbano a ser el principal polo agroexportador del mundo, un complejo de más de 50 kilómetros de costa agrupando a una amplia variedad de puertos privados, descentralizados y descoordinados. El impulso inicial a la urbanización del territorio lo darán, con mínima regulación del estado municipal, en pleno liberalismo del siglo XIX, empresas de capital extranjero (puerto francés, ferrocarriles ingleses, tranvía belga). Este proceso permitirá el surgimiento de una burguesía terrateniente y comercial, inicio de la concentración del capital local. La ciudad de Rosario, desde su nacimiento, ha mantenido un patrón de crecimiento donde lo que ha primado es la renta urbana; nunca capital política ni gran potencia industrial, su proceso de expansión ha estado determinado por la pequeña escala. Su vector histórico de continua expansión ha sido la transformación del uso del suelo rural a urbano, con la manzana como unidad de subdivisión catastral (100m x 100m en sus inicios decimonónicos, 100 x 50 en su racionalización periférica moderna). La cuadrícula funcionará como lógica de organización cohesiva de las múltiples y descoordinadas acciones de fraccionamiento por parte del mercado inmobiliario local. Los lotes resultantes (de un ancho de 9 metros, resabios de medidas coloniales y de profundidad variable) serán pura plusvalía privada, las calles ortogonales y continuas, consolidadas entre lotes privados, pura inversión pública. Luego de un proceso de acelerada expansión y crecimiento demográfico por arribo de inmigración europea -un proceso que duró aproximadamente cincuenta años-, el crecimiento se estabiliza alrededor de mediados del siglo XX. La trama urbana rosarina, creada tan rápidamente (aún entonces mayoritariamente vacía), se densificará lentamente, con una clara tendencia hacia la compactación y verticalización, por sustitución sucesiva de tipologías arquitectónicas. La construcción física de la ciudad será llevada adelante por pequeñas empresas familiares (cuando no por autoconstrucción), en pequeñas escalas que trabajarán por acumulación, lote a lote. Acumulación que en base a actuaciones individuales propusieron variaciones mínimas sobre temas recurrentes: antes casa chorizo o casa de pasillo (1P), luego casa compacta moderna (2P), edificio de renta (5P), edificio entre medianeras (12P), torre de vivienda (24P). Rosario es hoy el palimpsesto resultado de esas sustituciones y repeticiones. (Rois 2017) A este proceso, hay que sumarle hoy la privatización de lo público urbano determinado por la desindustrialización y tercerización y los nuevos procesos de virtualización emprendidos por el capital inmobiliariofinanciero. Nos dice Pradilla que la fusión entre el capital financiero y el inmobiliario nacional (y trasnacional) se ha convertido en fracción dominante de la inversión urbana y es por esto que los gobiernos urbanos, aún discursivamente de distinta ideología, tienden a otorgar privilegios e incentivar los negocios de esta fracción 6


del capital en sus políticas urbanas. Este proceso se ha verificado en Rosario, con la aparición (post crisis del 2001) de capitales concentrados que han creado un inusitado modelo de construcción de ciudad para nuestro medio: la transformación de grandes parcelas post-industriales con ubicaciones estratégicas en sectores residenciales de alta gama, en consonancia con nuevas reglas de inversión público-privada, bajo control del mismo grupo inversor. (Rois 2014) Corolario de estos procesos económico-territoriales y de estas nuevas condiciones, la construcción de vivienda popular y de clase media en Rosario se ve paulatinamente expulsada de la ciudad. La vivienda unifamiliar se aleja cada vez más del núcleo urbano, encerrada en barrios privados o dispersa en loteos abiertos. Común denominador a estas urbanizaciones son los ejes sectorizados por grupo social: a medida que nos alejamos del área central, los barrios inicialmente de alta calidad paisajística e infraestructural van perdiendo “exclusividad” y “amenities”, hasta llegar a loteos residenciales de terrenos mínimos y gran densidad de uso de suelo que generarán barrios alejados de cualquier infraestructura social y estarán por siempre despojados de identidad urbana. Agregando leña al fuego sub-urbanizador, la modalidad del crédito de ayuda hipotecaria Pro. Cre.Ar y el abandono definitivo de la planificación, ubica en el actor individual la decisión sobre la vivienda, ya nunca más colectiva ni urbana. Un aparente “empoderamiento” del actor individual que en realidad lo deja a la deriva, preso de procesos económicos que lo dominan. (Rois 2014) El resultado es un crecimiento sostenido en términos reales del precio del suelo urbano de múltiple sentido territorial: de la periferia hacia el centro, del centro hacia la periferia, de los corredores hacia el interior de las áreas de vivienda. Como bien explica Pradilla, este crecimiento afecta a los sectores pobres de la sociedad, compradores o locatarios de vivienda, porque eleva el costo de la vida en las metrópolis e incide en los procesos de su empobrecimiento. (Pradilla 2014) En Rosario se verifican entonces alguno de los procesos apuntados por Pradilla, aunque en menor escala e intensidad debido a su condición de ciudad de menos de dos millones de habitantes. El capital inmobiliario concentrado afecta a parcelas centrales en desuso y no reemplaza tipologías históricas del área central, que aún mantiene su vigor comercial y residencial, y no se verifican corredores terciarios ni la multiplicación de parcelas industriales dispersas. Hay que decir que a diferencia de otras ciudades de Argentina, desde la recuperación de la democracia en 1983, la ciudad de Rosario ha consolidado una continuidad en sus políticas de planificación urbana que ha brindado algo de coherencia a los procesos citados, aunque no sin disputas. Rosario es la primer ciudad en Latinoamérica que ha prohibido la construcción de barrios cerrados (Año 2010, Ordenanza Ya Basta! -Movimiento Giros), pero esos desequilibrios se verifican ahora a escala metropolitana. Rosario ha “exportado” sus problemas urbanos a las ciudades colindantes. Si se verifican en Rosario dos de los condicionantes del proceso de neoliberalización de nuestras ciudades latinoamericanas. Por un lado la desigualdad y la segregación socio-territorial, se muestra principalmente en la ocupación irregular de la tierra y la autoconstrucción de viviendas en terrenos (antes) inundables. Terrenos que hoy, gracias a infraestructuras públicas de contención de aguas, ganan la atención de desarrolladores que los miran con buenos ojos (y mucha presión política) para desplazar a la población y “urbanizar” esos suelos. Por otro lado, se verifica el aumento de la violencia en la vida cotidiana, influencia de la aparición del narcotráfico. Aunque a escala menor, la rentabilidad y el dinero que mueven los clanes le permiten penetrar estructuras políticas y estatales. La desigualdad y el recrudecimiento de la pobreza en estos últimos cuatro años, explican también la multiplicación de la delincuencia incidental que también se registra en Rosario. No es casualidad que el discurso de la seguridad y el orden sea hoy el principal argumento de campaña en las elecciones municipales a realizarse la semana que viene. Rois, Juan Manuel (2017) “El Poder de la Pequeña Escala” en Blog Escritos Arquitectónicos [en línea] 4 de Enero de 2017 Rois, Juan Manuel (2014) “Historia del Presente” en 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo, 9: 2-3

Pradilla, Emilio (2014) “La ciudad capitalista en el patrón neoliberal de acumulación en América Latina” en su Teorías sobre la ciudad en

América Latina Ciudad de México: Universidad Autónoma Metropolitana

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Historia del Presente 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (9): 2-3, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2014.

Historia del Presente

Es difícil escribir la historia del presente. Estamos demasiado inmersos en los procesos como para poder discernir si están empezando, en apogeo o en decadencia. Los procesos se acumulan, tienen bordes difusos, se superponen. Los actores tienen puntos de vista distintos, unos ven las cosas hacia atrás, otros imaginan adelante. El presente es un torbellino, una acumulación de acontecimientos que seducen nuestra atención. Necesitamos de una concentración fuera de nuestro alcance para organizar nuestro lugar, para realizar las conexiones entre las pulsiones, para mantener la distancia crítica que nos permita entender donde estamos, para torcer el curso de los cosas antes de llegar a puertos equivocados o naufragar. El verdadero acto crítico es encontrar diferencias dentro de similitudes y similitudes dentro de diferencias, encontrar umbrales donde un proceso se transforma en otro, donde una generación se convierte en la siguiente. Hacer esto en las circunstancias económicas, sociales y políticas de la realidad Argentina contemporánea es un acto de lucidéz improbable. En esta ocasión, tal vez sólo podamos discernir algunos cambios recientes en las condiciones de práctica profesional local, proponer algunos puntos de inflexión y dejar pendiente un escrito más preciso para alguna otra ocasión. El 2001 es claramente una bisagra y un posible punto de partida para nuestra historia del presente. Todo lo anterior al 2001 puede ser catalogado bajo un nombre: los noventa, es decir, el pasado. Cosas que pasaban en el pasado: la Facultad de Arquitectura vivía un momento intenso, punto de máxima concentración y maduréz del proyecto puesto en marcha por el cambio de plan de estudios del retorno democrático. Las cátedras proyectuales formaban camadas con identidades claras dentro de un ecosistema institucional auto-referencial (con exclusiones notorias) y una amplia expansión al panorama internacional gracias a la cercanía de publicaciones extranjeras (Croquis, Domus, etc). Ciclos de charlas con invitados nacionales y extranjeros organizadas por colectivos académicos y profesionales diferenciados ideológicamente activaban paralelamente el discurso disciplinar. El medio profesional se activaba con concursos sobre el espacio público que contaban con amplia participación de los colegiados (Pasaje Juramento, Unidad IV, etc). La escuela y la profesión se sentían parte de un debate, que ligado a la recuperación del río y la descentralización democrática de la administración pública, discutía el futuro urbano de Rosario. Esto se complementaba con una marcada falta de trabajo que se agudizó fuertemente en la recesión del final de la convertibilidad: ya no era que nos dábamos el lujo de pensar porque teníamos tiempo, ahora teníamos que emigrar fuera del país, para seguir nuestras carreras académicas o profesionales. Todo cambió después de la devaluación del 2002 y el default. Entramos en nuestro presente. En un primer momento, el dólar estuvo muy caro y el mundo nos quedó muy lejos. Al mismo tiempo, las nuevas condiciones macro-económicas y el boom agro-exportador inundaron Rosario de inversiones inmobiliarias. Esto trajo aparejado un paradójico achicamiento de los horizontes culturales: ya no había tiempo para pensar, había mucho trabajo. Trabajo de otro tipo, entre ellos la búsqueda de inversores y el armado logístico-financiero para organizar fideicomisos. De un momento a otro la arquitectura local volvía a ser parte de un motor económico de transformación urbana y territorial. Hoy queda claro que este auge inmobiliario (Que estaría terminando ya? O cambiando de piel?) no trajo aparejado nuevos programas, nuevas tipologías o nuevas formas de vida urbana. Por el contrario, el medio de inversión mas abusado fue y sigue siendo el edificio entre medianeras que explota las posibilidades del lote y el código hasta el extremo, en ahorros espaciales y materiales de dudoso valor y nula generosidad cívica. Un interludio en el último cambio de Código Urbano (antes de su aprobación total, un interregno de 4 años) produjo además el éxodo de los edificios al barrio rosarino, conquistando con alturas insospechadas a vecinos de una o dos plantas. Es esas ocasiones, la medianera, implacable muro, denunció nuevamente la falta de imaginación y el nulo compromiso con la construcción de la ciudad de la especulación inmobiliaria. Aquí los arquitectos quedamos por fin en la mira del ciudadano y grupos vecinales se organizaron en contra de las torres; sólo que algunas ya estaban por el piso 10. Nos quedará por debatir, si alguna vez lo hiciéramos, si la modalidad del Corredor Urbano es la mejor manera de organizar la llegada de la alta densidad al barrio rosarino. Otro debate que nos debemos, esta vez entre nosotros (entre el colegio y la administración municipal?), es si los cambios, tanto al Código Urbano como al de Edificación, pueden ser mejorados: en lo que respecta a masa edificada, patios, escaleras, balcones, entre otros ítems. En paralelo a estos procesos que impactan en la pequeña escala que trabaja por acumulación, la aparición repentina de capitales concentrados ha creado un modelo inusitado de construcción de ciudad en nuestro medio: la transformación de grandes parcelas post-industriales con ubicaciones estratégicas en sectores residenciales de alta gama, en consonancia con nuevas reglas de inversión público-privada, bajo control del mismo grupo inversor y único proyectista. 8


Corolario de estos procesos económico-territoriales y de estas nuevas condiciones de práctica profesional, el trabajo del arquitecto independiente se ha visto paulatinamente expulsado de la ciudad. Los encargos de vivienda unifamiliar, la base de la práctica local independiente, se alejan cada vez más, encerrados en barrios privados o dispersos en loteos abiertos. El común denominador de estas urbanizaciones son ejes sectorizados por grupo social: a medida que nos alejamos del área central, los barrios de alta calidad paisajística e infraestructural van perdiendo “exclusividad” y “amenities”, hasta llegar a loteos residenciales de lotes mínimos y gran densidad de uso de suelo que generarán barrios alejados de cualquier infraestructura social y estarán por siempre despojados de identidad urbana. Agregando leña a este fuego sub-urbanizador llega la modalidad del crédito inmobiliario Pro.Cre.Ar y el abandono definitivo de la planificación al ubicar en el actor individual la decisión sobre la vivienda, ya nunca más colectiva ni urbana. Un aparente “empoderamiento” del actor individual, que en realidad lo deja a la deriva, preso de procesos económicos que lo dominan. Para la profesión se multiplican posibilidades de actuación de la práctica independiente, pero se atomiza aún más la posibilidad de un proyecto colectivo sobre la vivienda para clase media.

La disciplina ya ha abandonado la vivienda social como proyecto, ahora hemos abandonado la ciudad. El acompañamiento del arquitecto a este proceso de suburbanización ha sido acrítico y en algunos casos cómplice. Hemos construido medianeras en medio de la nada sin reflexionar sobre una posición, un programa, un proyecto. Desde un punto de vista optimista, en algunas oportunidades se ha recuperado la idea de paisaje y se ha colocado al horizonte de la pampa como nuevo locus conceptual de la arquitectura local; en ocasiones, algunas viviendas individuales reflexionan sobre las condiciones de privacidad en la supuesta baja densidad de la periferia. Pero esto se da en contados casos. La disciplina, el medio profesional, ha estado ausente en la generación de un debate sobre el futuro metropolitano que nos espera: barrios alejados con una clara falta de infraestructura, siguiendo un modelo de urbanización disperso basado en el automóvil, bajo el poder del mercado inmobiliario. Estamos en el inicio de un proceso de abandono de la ciudad, que traerá consecuencias de éxodo cultural. Es nuestra obligación como profesionales enamorados del espacio público defenderlo frente a esta tensiones de dispersión horizontal. Tenemos que volver a la ciudad a repensar nuestras manzanas con tipologías de vivienda que encanten nuevamente a un público seducido con un discurso mentiroso: el que ofrece seguridad en el paisaje abierto y la naturaleza pero que devuelve una vida basada en la congestión del tránsito, el hacinamiento en el medio de la nada y una falta de cohesión social patente. La arquitectura rosarina alguna vez fue un emblema colectivo, urbano, optimista y modernizador; hoy es un reflejo de nuestro escape individual hacia la periferia. Antes hacíamos instituciones plurales e inclusivas, hoy construimos casas solitarias, en lotes dispersos, intentos de aislarnos cada vez más unos de otros. La conversación que nos debemos es la evidente falta de programas públicos en la práctica de los estudios independientes, precisamente en el momento en que, tanto la provincia de Santa Fe como la ciudad de Rosario, son admirados nacional e internacionalmente por su política de infraestructura e inversión publica. Dos procesos paralelos explican esta paradoja. Por un lado, el crecimiento de la planta permanente de las entidades públicas, tanto a nivel de secretarías municipales como de ministerios provinciales y su necesidad de justificar inversiones en capacitación y profesionalización y por otro lado el descreimiento de los estamentos públicos sobre la efectividad y economía de los concursos profesionales de proyecto arquitectónico, han creado las condiciones para que todas las instancias de planeamiento, proyecto y construcción de la obra pública se concentren en las reparticiones oficiales. Si bien ya es antigüo el reclamo sobre el concurso de obra pública y conocidas las diferencias de visión entre arquitectos asentados en la profesión y jóvenes que quieren abrirse camino, es evidente que sin práctica no hay maestro. Al no tener oportunidades de demostrar nuestros conocimientos, nuestra disciplina en conjunto se atrofia y perdemos oportunidades de participar con nuestra inteligencia colectiva en el debate democrático sobre del tipo de infraestructura pública que necesitamos para crecer como sociedad. Mientras todos estos procesos siguen su curso, los actores individuales mantienen prácticas profesionales a la intemperie. Algunos se preocupan por la construcción de una trayectoria, es decir, por el desarrollo de ideas y la persecución de problemas a través de múltiples obras en el transcurso del tiempo; una ética de la resistencia casi utópica cuando el día a día se va en tratar de mantener vivo un estudio con proyectos de pequeña escala. Es gracias a la publicación de obras en medios nacionales y extranjeros y gracias a premios y presentaciones en Bienales que algunos arquitectos han sabido llamar la atención. Un signo de las presiones a las que se ve sometido el arquitecto local es la fragmentación de las prácticas; no hay hoy conciencia colectiva de pertenencia a una disciplina. Mas allá de las afinidades personales que se puedan tener entre colegas, no hay un reconocimiento de los problemas compartidos, del tipo de discurso que la arquitectura tiene para ofrecer a los ciudadanos de la región, de las respuestas a los problemas que lo interpelan desde lo urbano y territorial. 9


Nuevas Prácticas en Rosario Revista PLOT Arquitectura (10): 112-115, Argentina, Diciembre, 2012.

Prácticas Emergentes

Es difícil acotar los márgenes de una generación, los bordes son borrosos. En la continuidad de una tradición local tan marcada como la rosarina, las influencias desdibujan las diferencias. Es más difícil aún si lo que uno pretende es hacer una crónica del presente. Siendo parte, sin distancia crítica, desde el centro no vemos claramente los márgenes. Para ayudarnos, nos situamos entendiendo que una generación es un grupo (generalmente joven) que comparte los mismos problemas, y empezamos a distinguir los problemas particularmente nuestros, diferenciados de los anteriores. Para el recorte propuesto por esta publicación, tomaré Diciembre del 2001 como punto de inflexión, eje cronológico de esta fotografía particular. Las obras publicadas en este número han sido producidas por arquitectos formados en los últimos años de una recesión económica que acotaba las posibilidades de producción de manera asfixiante y que empezaron a producir arquitectura bajo los signos de una recuperación post-devaluación, marcada por una alta inversión inmobiliaria y replanteos de códigos urbanos tendientes a capitalizar ese auge.

91 A mediados de la década del noventa, la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño de la Universidad Nacional de Rosario, nuestra escuela, vivía un momento intenso. Era el punto de máxima concentración y maduración de un proyecto puesto en marcha por el cambio de plan de estudios en el retorno democrático -bajo la marca de la Tendenza Italiana. Las cátedras formaban sus primeras camadas con identidades claras y marcadas. Si bien el huracán posmoderno dejó su marca, este registro de época quedo signado al inicio de la carrera, concentrado en el ciclo básico de formación instrumental; lo que el plan llamó Análisis Proyectual. Por el contrario, las Cátedras de Proyecto Arquitectónico destilaron las influencias críticas gracias al pragmatismo de raíz moderna que era (y aún es) la verdadera tradición de la escuela. El alumno del ciclo superior podía elegir cátedras que seguían un gradiente que iba desde un racionalismo tipológico derivado de la Escuelita Porteña con el partido como diagrama operativo; pasaba por un funcionalismo esencialista derivado de los sistemas abiertos con el módulo como base de procedimiento; y terminaba con un expresionismo formal derivado de una primer lectura de la deconstrucción con la cita posmoderna como lógica de exploración. Este ecosistema institucional era un universo auto-referencial y complaciente, con exclusiones notorias. El signo que marca el primer borde de nuestra generación fue el empezar a mirar por fuera de estos discursos hegemónicos. Las publicaciones extranjeras que estaban a nuestro alcance cotidiano demostraban que existían otras arquitecturas; enigmáticas, sensuales, deseadas. Las bases para nuestra crítica intuitiva las encontramos en otro modelo de práctica profesional local, representado por las figuras emergentes de aquel entonces. El Grupo R fue fundado en 1992 por arquitectos jóvenes, entre ellos Gerardo Caballero, Rafael Iglesia y Marcelo Villafañe, con la intención de proponer nuevos discursos conceptuales a un medio disciplinar adormecido. Gracias a estas actividades, mi generación conoció los primeros proyectos construidos de estos arquitectos y soslayando el desinterés impostado de algunos profesores de la escuela hacia ellos, los miró como modelos a seguir desde un principio. Es más, iniciar el ejercicio profesional colaborando en sus estudios fue motor y marca inaugural para muchos. En sus años de actividad, el Grupo R organizó ciclos de conferencias fundacionales; invitados como Enric Miralles y Álvaro Siza consolidaron la influencia de la arquitectura contemporánea española y portuguesa, Pablo Beitía nos mostró su Museo Xul Solar, Juhani Pallashmaa nos dio una clase magistral sobre La Ventana Indiscreta. Fue en este nuevo panorama de impulsos y gracias a la publicación del Colegio de Arquitectos de Rosario, Revista 041, donde descubrimos la tradición local de la década del 50 y el trabajo de los maestros rosarinos Augusto Pantarotto y Jorge Scrimaglio; entendimos temas locales y obras que dialogaban entre sí. Nuestra interpretación de este intercambio intergeneracional de ideas define nuestra identidad como generación. El medio profesional de aquel entonces se activaba con concursos que contaban con amplia participación de los colegiados. Como alumnos o graduados recientes participamos de ese momento lleno de optimismo transformador, nos sentíamos parte de un debate que ligado a la recuperación del río y la descentralización democrática de la administración municipal discutía, desde la secretaría de Planeamiento Urbano, el futuro de nuestra ciudad. Si bien estos concursos no han sido ampliamente publicados, los proyectos presentados, premiados o no, están grabados en la memoria colectiva de nuestra generación, participe activo de ese proceso. Dentro de este panorama de activación cultural, un grupo de estudios profesionales consolidados creó la Fundación Arquitectónica, que con apoyo financiero de las empresas constructoras locales promovió una beca para graduados recientes de la universidad pública. En un sistema inédito para la ciudad, el concurso para jóvenes arquitectos permitía realizar pasantías en el extranjero en reconocidos estudios, entre ellos OMA, Jean Nouvel, Steven Holl, Rafael Vignoly. Con la obligación de extender la experiencia al retornar dando clases en la Facultad, estas experiencias retroalimentaban una ambición que ampliaba horizontes y perspectivas profesionales mas allá del medio local. 10


Este desarrollo se complementaba con la posibilidad de trabajar en el exterior. Para Rosario, Barcelona siempre estuvo más cerca que Buenos Aires. Con la figura de Mario Corea como centro receptor -arquitecto rosarino exiliado en Barcelona desde principios de los 70-, una larga lista de arquitectos locales ha pasado temporadas en la ciudad catalana. Es por esto que no es de extrañar la influencia de Albert Viaplana, Josep Llinás, Martinez-Lapeña y en especial el posicionamiento conceptual de Josep Quetglas en el panorama Rosarino. Nuestra generación no se ha diferenciado en esto y ha tenido a Barcelona como centro de una red historias, amistades y cruces; lo que nos diferenciará será el protagonismo que tomarán las escuelas norteamericanas como destino posible para estudios de post-grado. En un primer momento gracias a la paridad cambiaria y en un segundo momento como salida a un tiempo recesivo en lo económico, la posibilidad de realizar una maestría de posgrado en los Estados Unidos dejó de ser un anhelo lejano para pasar a ser un proyecto factible. Presentación a becas, diseño de portfolios, cartas de recomendación eran una realidad cotidiana. Las concepciones disciplinares de las escuelas del Este y el Oeste americano forman ahora parte de nuestro capital intelectual. 01 En eso estábamos cuando llegamos al eje cronológico de nuestro relato. El 2001 es una bisagra que todavía no hemos procesado cabalmente, nuestra realidad política lo atestigua. Pero es claro que los procesos pre-2001 son muy distintos a los post-2001. La ambición de la segunda mitad de este texto es de éxito improbable: delinear los trazos de nuestro presente, sumergirse en el espacio hasta el segundo borde de nuestra generación. Quienes son los más jóvenes entre nosotros? Acaso ellos ya son otros? Desde este presente de atraso cambiario es difícil recordar que en los años post-devaluación el dólar estuvo muy caro y que el mundo quedaba muy lejos. Este proceso traumático tuvo un corolario interesante, la revisión de nuestra pretendida diferencia respecto de lo latinoamericano. Dejando de lado a las arquitecturas cada vez más ligeras y ostentosas de un primer mundo desquiciado en burbujas inmobiliarias, los arquitectos jóvenes rosarinos descubrimos arquitecturas cercanas llenas de imaginación material y realidad tectónica. Desde el Paraguay, Solano Benítez y Javier Corvalán; desde Chile, Smiljan Radic y Alejandro Aravena, desde Brasil, Angelo Bucci. Todos ellos, salvo Radic, han visitado Rosario más de una vez y nos han enseñado las oportunidades de experimentación de las estrategias estéticas que transforman lo aparentemente regresivo (lo popular, lo rural, lo arcaico), en material para producir diferenciación e identidad contemporánea. Al mismo tiempo, gracias a las nuevas condiciones macro-económicas y debido al desprestigio de las entidades bancarias por un lado y por el otro al gran valor de exportación de la producción agrícola de la región, Rosario se vio inundada de inversiones inmobiliarias. Esto trajo aparejado un paradójico achicamiento de los horizontes culturales para la arquitectura local. Los graduados recientes no pensaban en pasantías o en posgrados en el exterior, si no en fideicomisos que permitieran construir la primer obra. Lamentablemente esta búsqueda de nuevas oportunidades de inversión no trajo aparejada nuevos programas, tipologías o nuevas formas de vida urbana. Por el contrario, el medio de inversión mas abusado fue y sigue siendo el edificio entre medianeras que explota las posibilidades del lote y el código hasta el extremo, en ahorros espaciales y materiales de dudoso valor y nula generosidad cívica. En paralelo a este proceso de mediana escala, la aparición repentina de capitales concentrados ha creado un nuevo modelo de construcción de ciudad, la transformación de grandes parcelas post-industriales con ubicaciones estratégicas en sectores residenciales de alta gama, bajo control del mismo grupo inversor y único proyectista, en consonancia con nuevas reglas de inversión publico-privada. La participación como colaborador en los grandes equipos de proyecto encargados de estos desarrollos fue una realidad profesional nueva para el medio y una perspectiva razonable para un arquitecto joven. Comprimido entre la práctica aventurera en búsqueda del fideicomiso salvador o el trabajo a sueldo básico en estudios profesionales a cargo de grandes emprendimientos, la práctica del arquitecto joven se ve expulsada también geográficamente. Los encargos de vivienda unifamiliar, base de la práctica local, se van cada vez más lejos de la ciudad, en barrios privados o en grandes loteos abiertos. Desde un punto de vista optimista, este proceso ha recuperado la idea de paisaje y colocado al horizonte de la pampa como nuevo locus conceptual de la arquitectura local. Pero esto se ha dado en contadas ocasiones. El común denominador son ejes claramente sectorizados por grupo social: a medida que nos alejamos del área central, empezando por barrios de alta calidad paisajística e infraestructural, los loteos pierden “exclusividad” y “amenities” a medida que nos alejamos, hasta llegar a loteos de parcelas mínimas y gran densidad de uso de suelo que generarán barrios alejados de cualquier infraestructura social e identidad urbana. Medianeras en medio de la nada. 11


Una paradoja más es la falta de programas públicos en la práctica de los estudios jóvenes, precisamente en el momento en que tanto la provincia de Santa Fe como la ciudad de Rosario son admirados nacional e internacionalmente por su política de infraestructura e inversión publica. Dos procesos paralelos explican esta paradoja. Por un lado el crecimiento de la planta permanente de profesionales en las entidades públicas, tanto a nivel de secretarias municipales como de ministerios provinciales y por el otro el descreimiento de los efectores públicos en la efectividad y economía de los concursos profesionales de proyecto arquitectónico, han creado las condiciones para que todas las instancias de planeamiento, proyecto y construcción de obra pública se concentren en las reparticiones oficiales. A los arquitectos jóvenes se nos pone contra la pared: la única forma de practicar la responsabilidad social de la arquitectura es convirtiéndonos en empleados o funcionarios. Mientras en la facultad demoramos nuestro tiempo proyectando hospitales y escuelas; una vez recibidos, nos vemos limitados a diseñar casas unifamiliares en barrios de la periferia urbana. Esta no es forma de desarrollar una disciplina, sin práctica no hay maestro. La tormenta perfecta ocurre ahora que las reparticiones públicas se han quedado sin fondos para continuar la obras emprendidas. Mientras todos estos procesos siguen su curso, los actores individuales mantienen prácticas profesionales independientes sin apoyo de sistemas de becas o concursos de arquitectura para jóvenes. Desde esta intemperie, algunos se preocupan no sólo por la obra individual sino por la construcción de una trayectoria. Es decir, por el desarrollo de ideas y persecución de problemas a través de múltiples obras en el transcurso del tiempo. Una ética de resistencia casi utópica cuando el día a día se va en mantener un estudio profesional con obras de pequeña escala. Es gracias a la publicación de sus obras en medios nacionales y extranjeros y gracias a premios y presentaciones en Bienales internacionales que esta generación ha sabido llamar la atención del medio local. Un signo de las presiones a las que se ve sometido el arquitecto joven es la fragmentación de las prácticas. No hay hoy una conciencia clara de generación, mas allá de las afinidades personales que podamos tener entre nosotros. No hay un reconocimiento de los problemas compartidos. Una vez reconocidos estos problemas, podremos accionar en conjunto. 11 Unas últimas precisiones parecen indicarnos que llegamos ya a otro borde, aquel en que aparecen los otros, los más jóvenes que uno. Observo un sano colectivismo en algunas prácticas emergentes. Contrario al marcado individualismo de nuestra generación, veo en esta nueva camada una generosidad que comparte ideas y celebra éxitos. Influencia de las redes sociales, las plataformas digitales de intercambio de información permiten un acercamiento y fluidez en los contactos que potencia la acción colectiva. Otro signo de época es la búsqueda de influencias, no ya dictadas por los medios de difusión, sino activamente generadas y compartidas. Nunca estuvo tan cerca de nosotros la arquitectura latinoamericana y la de pequeña escala de todo el globo. El retorno de algunos emigrados, algunos por temporadas, otros en forma definitiva, ha permitido establecer nuevas redes. Los contactos esta vez son académicos, con nuevas estructuras de intercambio que permitirán reforzar la actitud de apertura con talleres, viajes e investigaciones compartidas. Cerrando el círculo, regresemos a la Facultad donde ahora ya somos profesores. Ha resurgido con fuerza el debate y esta vez es generado por los alumnos. Frente a una institución cada vez mas inercial y pesada, los alumnos se nuclean para organizar congresos internacionales. Una sana competencia entre agrupaciones estudiantiles regala semanas de intensa actividad. No sé si sean estos los signos del final, estaremos tal véz habitando el margen donde una generación da paso lentamente a otra. Pero, no sucede esto todos los días? 91-01-11 Seremos capaces de construir un proyecto colectivo si entendemos primero que una generación no es una homogeneidad, si entendemos que una generación es la aceptación del diálogo: distintas maneras de hablar y pensar sobre lo mismo. Los arquitectos jóvenes practican sus primeras arquitecturas en un trabajo de enriquecimiento mutuo, mirándose unos a otros, observando técnicas, mecanismos y estrategias. Esto es lo que hace la gente que comparte un oficio. Más aun, cuando uno se acepta parte de una generación, uno toma lo que comparte y lo que no, repitiendo o transformando, siempre en dialogo y en fricción con y contra el trabajo del otro. Así se construye una disciplina. Cuando la búsqueda madura, se arriba a un momento en que las articulaciones formales, estructurales y espaciales se generalizan: esto es lo que llamamos escuela. La voluntad de una generación posibilita la gestación de una escuela.

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Nueva Arquitectura en Rosario ARQUINE Revista Internacional de Arquitectura y Diseño (56): 26-28, México, Verano 2011.

Nueva Arquitectura en Rosario

La identidad actual de la arquitectura Rosarina es el resultado de un intercambio intergeneracional de ideas a través de obras que dialogan entre sí. La conformación de esta identidad no ha sido un desarrollo uniforme; algunos momentos históricos crearon condiciones para la innovación y otros para la institucionalización y repetición. El interés reside en los momentos de cambio donde soluciones del pasado son resueltas con nuevas intenciones, hasta convertirse en normas de pensamiento arquitectónico compartidas. Para desarrollar una introducción de la Escuela Rosarina, tres momentos y algunas obras paradigmáticas. Adaptaciones Modernas La década del 60 es fundacional. Como consecuencia de la caída del régimen peronista, en 1956 la Facultad de Arquitectura de Rosario reemplaza el anticuado currículum Beaux-Arts por las experimentaciones formales de la Nueva Bauhaus y los jóvenes graduados experimentan sus primeras arquitecturas imponiendo nuevas imaginaciones estéticas. El programa auto-impuesto era la expansión del legado moderno para las realidades tecnológicas y culturales del medio local. Este desafío activó una particular sensibilidad compartida: un eclecticismo moderno pragmático que generó posiciones irreductibles: seguir a uno u otro maestro era definir una ideología desde la cual reinterpretar el canon moderno. En esta reinterpretación, la trama urbana fue el diagrama que condicionó las nociones abstractas: localizó la producción en un régimen urbano particular, determinó escalas y proporciones. Augusto Pantarotto representa una civilidad posible para la arquitectura local: edificios generosos que construyen ciudad sin renunciar a sus intenciones disciplinares. El Edificio Luz y Fuerza (1967) se ancla en el lenguaje plástico del trabajo brutalista de Le Corbusier, pero aquí la “promenade architecturelle” es proporcionalmente compactada y ortogonalmente estructurada a presión en la trama rosarina. Los edificios de Pantarotto son macizos, arriban al suelo con peso. En las plantas bajas, secuencias espaciales socavan la masa para proponer urbanismos interiores como extensión del paisaje urbano. Llenas de aire, las coreografías espaciales internas replican las miles colisiones volumétricas que percibimos inmersos cada día en el paisaje cotidiano. Es como si el paisaje urbano de Rosario hubiera sido interiorizado y vaciado, conceptualmente invertido, como un guante dado vuelta. Jorge Scrimaglio es extremadamente importante para las nuevas generaciones, sus sistemas lógico-materiales funcionan a construcción pura: son máquinas arquitectónicas radicales. La Casa Lavalle (1968) es un esfuerzo en adaptar la mitología Wrightiana de vistas horizontales y diagonales abiertas a realidades urbanas y compactas traduciendo la modularidad Usoniana a estructuras de ladrillo portante. El terreno se divide en dos volúmenes espaciales: uno para la casa, uno para el patio. El patio está protegido de la calle por un muro perforado. La pared es aquí un sistema lógico cuya unidad aritmética es el ladrillo; una operación de substracción materializa aperturas dentro del sistema. El ladrillo ausente duplica el trabajo del que queda en posición, haciendo el peso del muro más aparente. La casa detrás del patio es una sólida pila de ladrillos en donde los espacios han sido excavados: estamos entre, sobre o bajo ladrillos. Las escaleras exteriores articulan los volúmenes y las terrazas para conformar un intrincado circuito. Comprimidos al máximo, los volúmenes quieren escaparse de un contenedor que los aprieta demasiado. Formalizando las fricciones de cada centro de manzana rosarino, la Casa Lavalle es un mecanismo de precisión que multiplica las posibilidades espaciales de su pequeño lote. Aníbal Moliné influye desde su obra profesional y desde su incansable labor docente, enseñando aún hoy en la universidad. Su Escuela Aricana (1968) representa una apropiación de la arquitectura de Alvar Aalto y propone una doble trasposición tipológica: el patio mediterráneo transformado por Aalto en halles interiores es aquí transformado en terrazas que traen las articulaciones urbanas del centro de manzana hacia un calibrado lobby al nivel de calle. Los volúmenes espaciales del auditorio y la biblioteca, comprimidos entre medianeras, emergen para crear el aterrazamiento. Hay una fluidez espacial continua desde el patio, el espacio vertical del lobby y los comprimidos espacios de las circulaciones horizontales: estos son espacios excavados al interior. Esta innovación tipológica imagina espacios públicos en los centros de manzana: propone caminar por terrazas, cruzar muros medianeros. Expansiones Conceptuales El desarrollo disciplinar de estas discusiones devino superfluo en medio de las tensiones políticas de la década del 70 y se desarrolló luego en voz mínima después del golpe de estado de 1976. Los arquitectos que logran

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la madurez en la década del 90 estudiaron al final de los años turbulentos o en el silencio del régimen militar. Su formación se dará por fuera de los canales institucionales, ya sea en práctica profesional silenciosa o en viajes de formación al exterior. La apertura democrática que comienza en 1984, reavivará a la arquitectura como disciplina cultural. En 1992, un grupo de arquitectos, entre ellos Gerardo Caballero, Rafael Iglesia y Marcelo Villafañe, funda el Grupo R con la intención de proponer nuevos discursos conceptuales a un medio adormecido en pragmatismos profesionalistas. El Grupo R organizó ciclos de conferencias que generaron debates insoslayables para las nuevas generaciones, figuras invitadas como Enric Miralles y Álvaro Siza consolidaron la influencia de la arquitectura contemporánea española y portuguesa. Redescubriendo el trabajo de los maestros argentinos, en especial Amancio Williams y Clorindo Testa, esta generación ha reposicionado también la labor de sus colegas rosarinos Pantarotto y Scrimaglio. Esta generación es el nexo entre predecesores y discípulos: ha reanimado la historia disciplinar local y, salteando el paisaje cultural estéril de Buenos Aires, la ha conectado con la producción latinoamericana que comparte sus búsquedas conceptuales. Gerardo Caballero ha movilizado desde su presencia activa, obra construida y concursos premiados. Su arquitectura trabaja con registros modestos, formaliza relaciones visuales y líneas de movimiento entre entorno urbano y objeto arquitectónico. El registro de la mirada genera direcciones, geometrías y proporciones; los movimientos generan aristas, deformaciones, volúmenes. El objeto arquitectónico resultante demuestra en su conformación los indicadores inequívocos de esta formalización. La Plaza Santa Cruz (1989), con sus influencias Land Art, es una de las primeras obras de Caballero en Rosario luego de su formación en Estados Unidos y representa un corte abrupto con la arquitectura local del momento. Su actitud mínima, en lo material y formal, contrasta contestatariamente con los presupuestos sobre forma urbana y espacio público imperantes en el medio local: no hay ejes, tipologías, ni composición. El arquitecto se limita a registrar la topografía existente y ayudar al camino ya constituido. La arquitectura hace visible lo ya presente en el lugar. Marcelo Villafañe ha pasado por varias etapas. Si hoy nos sorprende con casas de geometría blanda y techos movidos al viento de la planicie pampeana de la periferia Rosarina, a principios de los 90 la Casa Seoane (1990) marca su exploración de rigor geométrico elemental y compromiso urbano explícito. Aquí, el denso entramado ortogonal del centro de manzana es sublimado en la extensión en altura de algunos muros que van más allá de lo razonable; muros libres contra el cielo, medianeras ilusorias que llaman en juego perspectívico a las reales. Con su multiplicación al absurdo de las medianeras rosarinas, esta casa propone un posicionamiento conceptual. Villafañe controla con rigor estas piezas urbanas entramadas en la realidad de centro Rosarino; su irreverencia plástica, derivación de su formación como pintor, se demuestra sólo en la esquina excavada con intenciones neoplásticas. Esta casa, con su reinterpretación de la tradicional casa lineal de patio lateral (casa chorizo) generó por si sola una nueva tipología en la ciudad: la casa contemporánea volcada a un solo lado del lote urbano. Rafael Iglesia es sin duda el arquitecto de mayor proyección internacional de esta generación. Dueño de un pensar casi aforístico, sus obras ofrecen dilemas explícitos. Invirtiendo valores, sus máquinas simples a palanca, en equilibrio y en tensión, concentran programa, construcción y espacio más allá del límite de lo razonable. Su obra se conecta con cuestiones primordiales: el suelo, la gravedad, el peso. Estructuras simplemente apoyadas que trabajan a presión, a roce, a fricción. La obra que inicia este camino conceptual es la Clínica de Calle Mitre (1991); según sus palabras, “una piedra entre el racionalismo y sus fundamentos”. Desde este momento, nada será igual para las próximas generaciones. Tercer Momento: Las búsquedas del 00 Esta pequeña introducción de 6 obras se hace desde el ahora, desde una nueva generación que ha aprendido a hilvanar los datos de una manera particular hasta crear una mitología propia. La generación a la que pertenezco se ha formado en la Universidad Pública democrática de la década del 90. Rosario, en ese momento, era una plataforma de ideas abiertas y gracias a una paridad cambiaria favorable, con gran presencia de publicaciones y arquitectos extranjeros. Alguno de nosotros se formará luego en el extranjero, trabajos en Europa, formación en escuelas norteamericanas; otros abrirán espacios de producción locales. Todos participamos de esta historia con nuestras interpretaciones e hibridaciones de las obras canónicas locales, entendiendo las posturas de sus autores y complejizando lecturas con influencias ganadas en nuestro propio desarrollo. Todavía es muy pronto para decir si aportaremos un nuevo eslabón de obras a esta secuencia, pero los nombres incluidos en esta publicación (Diego Arraigada, Alejandro Beltramone, Nicolás Campodónico, Cekada-Romanos, Marcelo y Maximiliano Spina) nos permiten esperar con esperanzas. 14


Jóvenes, Rosarinos y Arquitectos. 2011 [en línea]. Blog MTQN Más Tarde que Nunca, Apuntes de Arquitectura. 12 de Agosto 2011 . Disponible en: http://mas-tarde.blogspot.com/2011/08/apuntes-de-arquitectura-capitulo-n32.html

Jóvenes, Rosarinos y Arquitectos

La identidad de la arquitectura Rosarina es el resultado de un intercambio intergeneracional de ideas. Para hablar de una generación joven, es decir de arquitectos entre los 30 y 40 años, hay que hablar primero de las influencias que determinaron sus puntos de vista. Primer Momento Las adaptaciones modernas del 60: En 1956, la Facultad de Arquitectura de Rosario reemplaza el anticuado currículum Beaux-Arts por las experimentaciones formales de la Nueva Bauhaus; de alguna manera esta es la facultad que todavía tenemos hoy y en la cual nos educamos los arquitectos de nuestra generación. Tres egresados de aquellos años son importantes para nosotros: Augusto Pantarotto con su obra anclada en el lenguaje plástico de Le Corbusier; Jorge Scrimaglio con sus sistemas lógico-materiales que funcionan a construcción pura; y Aníbal Moliné que desde su labor docente enseñando a muchos de nuestra generación que hoy se destacan en concursos y congresos. Segundo Momento Las expansiones conceptuales del 90: A principios de los 90, el grupo de arquitectos Grupo R organizó ciclos de conferencias de figuras internacionales (entre ellos Enric Miralles y Álvaro Siza) que generaron debates ineludibles para nuestra generación. Tres arquitectos de este grupo han funcionado como imagen a seguir, como tutores y formadores. Gerardo Caballero con una arquitectura de registros modestos que formaliza las relaciones visuales entre entorno urbano y objeto arquitectónico; Marcelo Villafañe, con sus casas de geometría blanda y techos movidos al viento de la pampa; y Rafael Iglesia, con una obra ligada a cuestiones primordiales: el suelo, la gravedad, el peso; estructuras trabajando a presión, a roce, a fricción. Tercer Momento La generación a la que pertenezco se ha formado en la universidad publica democrática de la década del 90. En ese tiempo, Rosario era una plataforma de ideas abiertas con gran presencia de publicaciones y arquitectos extranjeros. Alguno de nosotros se formará luego en el extranjero (trabajos en Europa, formación en escuelas norteamericanas), otros abrirán espacios de producción locales. Todos participamos de esta historia con nuestras interpretaciones de las obras locales, complejizando lecturas con influencias propias. Todavía es muy pronto para decir si aportaremos un nuevo eslabón a esta secuencia. Destaco tres nombres: Diego Arraigada Las bases de su producción son claramente diagramáticas. El diagrama le permite proponer sistemas geométricos abiertos que demuestran su aplicabilidad en tanto son puestos en juego. El carácter lúdico de su búsqueda encuentra clara demostración en su experimentación constante, ya sea gracias a la variación provista por la especulación paramétrica digital o la construcción física de maquetas de gran escala, incluso 1 a 1. Esta experimentación conceptual es lo que aleja su producción de los maestros locales. El diagrama utilizado como puente entre vanguardia contemporánea y arquitectura vernácula es la apuesta de su producción. Nicolás Campodónico La producción de Campodónico encuentra tal vez su máxima expresión en la obra construida. Si bien sus dibujos a mano alzada son poéticamente sugestivos y sus series de maquetas (desarrolladas con cartón gris) demuestran exploraciones de gran claridad; es en la obra construida donde encontramos la verdadera magnitud del acontecimiento arquitectónico que se nos propone. En la obra de Campodónico cada material tiene su posición, se articula con sensibilidad y claridad tectónica en el juego estructural propuesto, la luz de cada momento del día saca a relucir la potencia fenomenológica de sus cualidades. Pero donde todo parecería ser preciso, una curva nos saca de posición. Aquí recordamos esos dibujos sugestivos y dudamos si toda esta seriedad arquitectónica no es disfraz de una sensibilidad lúdica. El hall del edificio de Calle Maipú es un juego formal de curvas en el espacio: juego plástico en medio de la “verdad” tectónica. Juan Germán Guardatti En momentos en que la arquitectura puede en realidad hacerlo todo, Guardatti excluye opciones como punto de arranque. Su paleta de formas, geometrías, materiales y colores se reduce para lograr una sugestión espacial cercana a lo abstracto. Esta no es una arquitectura fría, todo lo contrario, habitándola nos da una sensación de calidez. Los espacios son cúbicos, los materiales son hormigón y ladrillo, el color es blanco. Esta paleta conforma casas que se presentan como volúmenes contenidos, rígidos, secos, que protegen interiores llenos de luz modelada con gran sensibilidad por lucernarios y ventanas de miradas controladas al paisaje; otros colores entrarán por la ventana o por los muebles, el azul del cielo, el verde del césped, el rojo de un sillón: cosas simples. Un regalo en estos tiempos tan complicados. 15


Cekada/Romanos: Lucidez Lúdica En: Catálogo BAL 2013 Bienal de Arquitectura Latinoamericana. T6 Ediciones, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad de Navarra, Pamplona, 2013, p. 55, ISBN 978-84-92409-49-5

Cekada-Romanos: Lucidez Lúdica

La obra del Estudio Cekada-Romanos se acerca con soltura a las producciones contemporáneas interesadas nuevamente en la figura, es decir en edificios con carácter definido. Vemos aquí una manera de acercarse a los criterios de conformación de la masa arquitectónica que se libera de espesores disciplinares y prejuicios codificados, prefiriendo criterios gráficos cercanos al cómic para definir la personalidad de los edificios. Esta es una arquitectura que elimina excesos retóricos para presentar masas expresivas que hablan del optimismo intrínseco del hecho arquitectónico, de la alegría del hacer. Un humor sin ironía que propone edificios que miran al paisaje con ojos abiertos, que tuercen su cuello, que se aprietan contra medianeras y quieren escapar. Cekada-Romanos forma parte de una generación reciente que redescubre arquitecturas cercanas llenas de imaginación material, latinoamericana y palpable. Para ellos, las oportunidades de experimentación no están en imágenes seductoras de formas creadas por precisión digital; están en estrategias estéticas que transforman lo aparentemente regresivo (lo popular, lo rural, lo arcaico) en materiales de diferenciación e identidad contemporánea. En contraste con la impostada seriedad de la generación moderna, estos jóvenes demuestran irreverencia en su búsqueda formal; no hay verdad tectónica si no invención de mundos plástica. Un ejemplo: cuando experimentan con el ladrillo en la Casa Alejandra, visualmente nos presentan una pared pobre con la apariencia del aparejo popular de 20 cm -pared simple sin aislación térmica ni hidrófuga-, cuando en realidad se trata de un muro portante doble de 30cm con cámara de aire. Otro ejemplo: para reaccionar al exceso semántico del barrio cerrado donde se sitúa la Casa Miraflores, responden con un exceso mayor, pintando de negro la terminación exterior. Una marca geográfica define la obra de esta nueva generación de arquitectos locales: su obra ha sido expulsada de la ciudad. Muy pocos encargos de calidad dentro de la trama urbana hacen que las propuestas de vivienda unifamiliar estén cada vez más a la intemperie. Un corolario positivo de este desarrollo es la recuperación del paisaje de la pampa como locus conceptual de la arquitectura local. Cekada-Romanos llega al paisaje sin el bagaje ideológico de generaciones anteriores. No se trata ya de la patria o del origen, si no de oportunidades para la masa arquitectónica de asomarse a mirar mas allá, para los espacios interiores de atrapar visiones de horizonte desde interiores iluminados con áreas de sol. Estas nuevas prácticas independientes se desarrollan en Argentina sin apoyo institucional alguno. Desde su lucidez lúdica, vemos en Cekada-Romanos una ética de la resistencia. Junto a sus colegas, no se preocupan por la obra individual solitaria sino por la construcción de una trayectoria: el desarrollo de ideas y persecución de problemas. Esperamos con anticipación las polémicas por venir.

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Diego Arraigada, Bases de Producción n: Catálogo BAL 2011 Bienal de Arquitectura Latinoamericana. T6 Ediciones, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad de Navarra, Pamplona, 2011, p. 45. ISBN 84-92409-23-5

Diego Arraigada: Bases de Producción

Las bases de producción del arquitecto Diego Arraigada son claramente diagramáticas. Por fortuna para nosotros, este entendimiento es estructural, y no simplemente gráfico y superficial, es decir, meramente compositivo. El diagrama para Diego Arraigada es una herramienta de organización formal de carácter operativo: organiza procesos de conformación material de variada complejidad y adaptabilidad. Alejándose del limitante partido arquitectónico, el profundo entendimiento del concepto tipologia le permite al arquitecto proponer sistemas geométricos abiertos y posibilitantes, que demuestran su aplicabilidad en tanto son puestos en juego. El carácter lúdico de la búsqueda encuentra clara demostración en la experimentación constante, ya sea gracias a la variación provista por la especulación paramétrica digital o por la construcción física de maquetas de gran escala, incluso 1 a 1. Es esta experimentación conceptual lo que aleja la producción de Arraigada de sus maestros locales. Para Rafael Iglesia, Marcelo Villafañe y Gerardo Caballero (las influencias locales mas próximas) la experimentación contemporánea forma parte del vocabulario a trabajar, matizada desde condiciones locales de historicidad tectónica y bajo el armazón ideológico de los preceptos disciplinares de la arquitectura moderna. Arraigada, en cambio, incluye en su repertorio de influencias proyectuales muchas de las lógicas de acción propuestas por el arte conceptual americano de los 60. Desde Baldesari hasta Cage acuden a alivianar la búsqueda formal. De esta manera se agrega un nuevo eslabón a esta historia local. Si para una generación anterior, encarnada con fuerza en la figura de Jorge Scrimaglio, la conformación de sistemas lógico-constructivos en ladrillo perseguía, con un rigor inalcanzable, aquel momento elusivo de verdad tectónica, Arraigada simplemente experimenta. Actualiza diagramas de acuerdo a diferentes parámetros propuestos por condiciones de variable aplicabilidad. El diagrama es la herramienta conceptual que permite a Arraigada testear las posibilidades de las técnicas de fabricación digital en un medio de acción profesional que necesita de las economías de manufactura artesanal. El diagrama como puente entre vanguardia contemporánea y arquitectura vernácula, esa es la apuesta de la producción de Diego Arraigada.

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Pampas Panorama: View House zure Magazine (Octubre) 52-57, Canada, 2009. Ein Fels, der vom Himmel Fiel Architecture.Aktuelle (03-2010 –Splendid Isolation #4): 54-62, Austria, Marzo, 2010.

Una piedra caída del cielo: Casa View

En la planicie abierta de la pampa argentina, las únicas rocas que uno ve en el paisaje son aquellas que cayeron del cielo. Manejando por la diversa colección de arquitecturas que conforma el Kentucky Club de Campo, la Casa View, diseñada por JohnstonMarkLee y Diego Arraigada, nos sorprende de la misma manera que lo haría un meteorito. Paradójicamente, es siendo un objeto tan extraño como la casa encuentra su lugar. Atrapando la luz horizontal del atardecer, la casa se presenta como un objeto contra el horizonte, dejándonos ver lentamente las geometrías que definen sus controladas revoluciones. Afuera Acercándonos a la casa, entendendemos la lógica interna que relaciona este objeto con las especificidades de su sitio. Es la ambición de establecer una relación entre el espacio interior doméstico y la escala épica del paisaje lo que define a la casa como un objeto redondo. La fachada se intensifica como superficie, nuestra percepción se desenvuelve en secuencias oblicuas. El paisaje circundante organiza la casa como una espiral ascendente de espacios continuos acompañando el horizonte. La complejidad tectónica y formal es resultado de cuatro substracciones geométricas que, al alternarse en cada cuadrante de la masa, enfatizan el aspecto rotacional del objeto. En apariencia complejas, estas substracciones conceptuales han sido conseguidas de forma constructivamente simple: colocando planos diagonales contra las paredes curvas, o planos curvos contra las paredes rectas. En esta casa no hay superficies de doble curvatura. Las paredes de esta casa se han construido de hormigón armado, con encofrado artesanal de madera de pino que deja sus marcas precisas en la piel. Esta decisión de diseño pone toda la presión de la imagen de la casa en un momento muy inicial del proceso constructivo: el maestro encofrador debe mantener una precisión inhumana. Aquí parece haber aceptado el desafío con una alegría inusitada. Tocando las paredes, el sentir las líneas de la textura coincidir del plano curvo al plano inclinado nos genera un asombro que expresa generosidad al gremio y al artesano. A pesar de ser de hormigón, visitándola nos damos cuenta que la casa no es una roca, ni siquiera un sólido manipulado. En algún punto del proceso de diseño, la geometría empezó a dotarla de una cierta personalidad. La casa adquirió un carácter propio, una identidad amistosa. Esta es una casa simpática. Adentro La pampa es un imposible. Es un mito de vistas profundas y horizontes lejanos. Los operadores inmobiliarios usan este mito para atraer clientes, que construyen sus casas en lo que aparenta ser campo abierto solo para descubrir poco tiempo después la casa vecina construyéndose a seis metros de la ventana. Con control geométrico, la Casa View elimina preventivamente las obstrucciones, organizando una coreografía de movimientos interiores y vistas ininterrumpidas hacia el paisaje circundante. Las ventanas adoptan una disposición rotativa y alternada en contrapunto con nuestro recorrido interior. Los marcos negros separan las ventanas de la terminación interior de yeso pintado blanco. Esta decisión intensifica los paisajes enmarcados: las ventanas son fragmentos de fenómenos sensibles. Desde el espacio central del living miramos hacia arriba al norte, dirigidos por una ventana alta hacia el cielo; desde el segundo piso miramos hacia abajo através de la galería hacia el césped; en el dormitorio principal miramos en horizontal al este hacia la línea cercana de eucaliptos. Las ventanas varían en orientación, altura y profundidad; cada apertura captura una calidad de luz distinta. Las paredes blancas interiores se ven activadas por este espectro de intensidades. La casa recolecta colores, texturas y sonidos y los reconfigura en un continuo de efectos luminosos. Hay aquí un proyecto contemporáneo valido: adquirir profundidad en espacialidades complejas y configuraciones materiales articuladas, controladas con geometrías eficientes y modos constructivos simples. Debido a la tecnología constructiva utilizada, en esta casa no existe separación entre las superficies interiores y exteriores para acomodar las geometrías diferenciadas del proyecto público exterior y los requerimientos programáticos de la casa unifamiliar del interior. Estas geometrías están fuertemente relacionadas. Entonces, cómo es que una vez adentro, la casa ya no nos parece redonda? En el espacio interior de la casa hay una larga línea recta definida por el parapeto del corredor de la planta alta: nos demuestra el diámetro de la circunferencia que contiene la casa. Esta línea estira el espacio y organiza toda otra dirección interior como ortogonal o paralela. Al mismo tiempo que desdibuja toda curva en planta, esta línea dota de un protagonismo a la curva en diagonal que baja desde el cielorraso al espacio en doble altura del living. Al final de este espacio lineal, donde la masa que baja del cielorraso ya rozó el plano del parapeto, nos encontramos con una puerta metálica blanca. La puerta abre a una terraza que se conforma como una escalera exterior de hormigón sobredimensionada; un verdadero anfiteatro a la pampa. Una vez arriba en el deck, rodeados de un horizonte abierto de 360 grados, la Casa View nos sitúa en el centro de una circunferencia infinita.

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La Mirada Formalizada, Obra Reciente Caballero-Fernández Arquitectos Revista SUMMA+ (114): 42-51, Argentina, Abril, 2012.

La mirada formalizada: Caballero-Fernández

La formalización de las relaciones visuales entre entorno urbano y objeto arquitectónico ha sido desde siempre una estrategia instrumental en la arquitectura de Gerardo Caballero. No estamos hablando de metáforas vagas; el registro de la mirada genera direcciones, geometrías y proporciones: hechos concretos del quehacer proyectual. Esta instrumentalización se manifiesta en el control de planta y corte y en precisas perspectivas de método y línea recta. El objeto arquitectónico resultante demuestra en su conformación indicadores inequívocos de esta formalización: La mirada en escorzo cerrado de calle angosta define el perfil rehundido en ángulo abierto de las Viviendas en Cortada Marcos Paz, el cono visual desde la esquina define el perfil cóncavo de La Caja de Abogados, el cono visual hacia la vista privilegiada del Río Paraná define la articulación volumétrica en planta del Edificio Brown. Esta introducción ubicaría la arquitectura de Gerardo Caballero, talvez polémicamente, dentro de una tendencia diagramática. Un desarrollo reciente coloca a Caballero cercano a producciones más contemporáneas; aquellas interesadas nuevamente en la figura, en edificios con carácter definido y silueta vaga. Los elegantes y sueltos croquis de Gerardo Caballero establecen, con un criterio gráfico cercano al cómic, la personalidad de los edificios. En una familia de proyectos que ya podemos identificar, la mirada ha pasado de ser estrategia instrumental a productora de íconos formales, se ha desplazado del proceso y del sujeto al objeto arquitectónico. Son ahora los edificios los que miran. En la ampliación de la Casa Barbero en Rosario un gran ojo sobresale de una casa en esquina, en la Casa en Puerto Roldán un ojo mira al cielo mientras otro mira al piso, en la Concesionaria de Bicicletas en Rosario una pantalla observa la avenida cercana, en la Concesionaria Agrícola de la Ruta 34 la pantalla observa el horizonte distante. Esta es una arquitectura que en su facilidad evita excesos retóricos de geometría formal o de masa expresiva y se libera de la obligación de representar para simplemente ser: edificios que llaman la atención, nos atraen y nos devuelven generosamente la oportunidad de mirar. Galpones Pamperos En las rutas de la pampa argentina, un juego hipnótico atrapa al que mira por la ventana. Semidormidos por el ruido del coche, nuestra mente se escapa con la mirada hacia el horizonte. Todo se mueve a distintas velocidades. Los postes desaparecen borrosos en primer plano mientras miramos los grupos de árboles cercanos y lejanos. Unos van mas rápidos que otros. Empezamos a concentrarnos en un punto casi inmóvil, al fondo, ahí donde cielo y tierra se unen. Por unos instantes creemos que el auto navega una circunferencia infinita alrededor de ese punto central. En la pampa no hay perspectiva, solo profundidad. El juego abstracto de planos que juegan los árboles en movimiento es lo que nos da idea de la distancia en este vértigo horizontal. Contrapunteando este juego aparecen algunos objetos: casas, silos, galpones. Para el que maneja todo es distinto. Una perspectiva central se desarrolla a toda velocidad. Los árboles se mueven en paralelo creando zonas de velocidad, o en perpendicular creando muros y puertas territoriales. Las líneas de la ruta se unen a lo lejos, una curva nos entretiene o un acortamiento del horizonte creado por un ligero movimiento topográfico alimenta el suspenso de lo que está por venir. Pero lo que se asoma es más de lo mismo. En este juego cinemático, puntuaciones de ritmo aparecen con regularidad: puentes, salidas, postes, señales, carteles. A 100 kilómetros de Rosario, sobre la ruta 34, en San Genaro yendo al norte, un cartel de grandes proporciones se asoma a la ruta. En su interior se exponen maquinarias agrícolas. Un cartel con un gran espacio interior, o un galpón con una gran pantalla publicitaria. Un híbrido que toma lo mejor de las dos tipologías: la visibilidad del cartel y la espacialidad utilitaria del galpón. Con un simple movimiento geométrico, la planta rectangular del galpón se abre en diagonal hacia la ruta y en deformación perspectívica intensifica el cono visual que multiplica la potencia óptica del artefacto. La Concesionaria Agrícola de Gerardo Caballero reconceptualiza la propuesta Venturiana del galpón decorado. En la propuesta teórica de Robert Venturi, el cartel se encarga gráficamente de la significación arquitectónica y las estructura utilitaria del galpón se hace cargo de las necesidades programáticas. Afortunadamente, el proyecto en la ruta 34 reclama para la arquitectura el trabajo que Venturi delegó en el cartel: Gerardo Caballero interioriza el cartel y lo convierte en espacio. La estructura metálica forrada en ambas caras con chapa galvanizada en el exterior y blanca en el interior, es de una simpleza material que esconde una precisa sofisticación geométrica. El juego de intensificación perspectívico es conseguido con simpleza formal y control de proporciones: la diagonal desde el vértice del rectángulo se extiende mas allá por la mitad de su longitud y vuelve al rectángulo ortogonalmente, definiendo un marco de proporción 3:1 en paralelo hacia la ruta. Al definir un espacio en profundidad, el marco cumple su función publicitaria de manera mucho más radical que los carteles a los que estamos acostumbrados. La maquinaria agrícola expuesta rota en 3 dimensiones a medida que manejamos frente a ella.

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La corrugación de la chapa en vertical recoge tonalidades de azul, la concesionaria se nos acerca en la ruta como una cuchilla cortando el cielo abierto de la pampa. Un objeto contra el horizonte que alcanzamos. El alero triangular de la entrada principal nos recuerda el juego formal y la rotación del edificio respecto a la ruta. Una vez dentro de la concesionaria, el cielorraso definido por la caída a una sola agua del techo convierte la diagonal en efecto espacial intensificando el juego perspectívico: desde este espacio interior monumental miramos un horizonte enmarcado y nuevamente distante. Carteles Urbanos En las ciudades de la planicie pampeana, la cuadricula urbana impone a nuestros cuerpos un rigor muy particular en relación al territorio. En nuestras calles nos vemos atrapados en situaciones de perspectiva única. Las ordenadas líneas de fuga de cordones, veredas, fachadas y árboles crean franjas de cielo particular. Los bordes continuos de las manzanas esconden una densa articulación de momentos que suponemos, pero que nunca verificamos. Inmersos en estas secuencias ortogonales, nuestra mirada se escapa en diagonal. Que es lo que encuentra nuestra mirada cuando intenta cruzar por sobre, en escorzo, hacia los centros imposibles de nuestras manzanas? A veces, en las avenidas de ingreso en los barrios periféricos de la ciudad, por sobre las terrazas bajas, nuestra mirada encuentra grandes carteles de publicidad. La Concesionaria de Bicicletas en Rosario recientemente diseñada por el estudio de Gerardo Caballero, ubicada en un lote entre medianeras en una avenida de alto tránsito, se nos presenta paralela a la línea de edificación flotando como una gran pantalla. Descubrimos en la pantalla una profundidad espacial que nuestra mirada atraviesa con placer. La invitación a atravesar visualmente la fachada de vidrio de precisas porciones está dada por ciertas sutiles deformaciones operadas en corte. El borde externo de la pantalla se afina para definir el volumen con una línea precisa, tensando la piel de vidrio en forma extrema. La deformación perspectívica del marco de la pantalla repite la geometría de nuestro cono visual, acentuando el voladizo y liberándolo de la tensión gravitatoria: la pantalla flota. Finalmente, el techo de estructura metálica contiene una pequeña inflexión en su pendiente, separando dos conos visuales predominantes: uno atraviesa la pantalla y tiene al cielorraso como su lienzo final, el otro se inicia bajo el voladizo de ingreso y al ingresar descubre la entrada de luz cenital que ilumina el cielorraso y activa a esta maquina de mirar. Imaginamos a las bicicletas, liberadas de la gravedad, suspendidas en este espacio denso, en esta luz líquida.

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Gerardo Caballero + Juan Manuel Rois: A Conversation Dimensions -Taubman College of Architecture and Urban Planning (20): 114-121, University of Michigan, Ann Arbor, 2007. ISSN 1074-6536

Caballero + Rois: Una conversación

JUAN MANUEL ROIS: Cuando Alvaro Siza escribe sobre la arquitectura de su maestro Fernando Tavora nos dice que hay una arquitectura que se impone inmediatamente en nosotros. Puede ser de gran escala o de pequeña escala. Puede estar relacionada con el contexto o no, no importa. Una buena foto puede capturar ese tipo de arquitectura, y una segunda visita no nos dirá nada más que la primera. Siza relaciona a Tavora con otro tipo de arquitectura, aquella que causa menos impresión, en menos gente. Puede ser grande o chica, pero se relaciona siempre con lo que la rodea, en forma evidente o no. Y elige ser modesta, cuando no encuentra ninguna razón para posar de diferente. Yo creo que tu arquitectura está en este registro. GERARDO CABALLERO: Relacionarse con las cosas es una actitud que yo encuentro civilizada, te diría de gente curiosa, que sabe que la obra trasciende sus propios límites, sean estos físicos o abstractos. Hay arquitectos o arquitecturas o una manera de hacer que se origina a partir de ver que tipo de relaciones puede establecer el proyecto, no sólo con su entorno físico sino también con su entorno cultural, con las demandas del programa, de la tecnología disponible, los presupuestos, la topografía, etc. Atender estas demandas, que son de diferente índole, es lo que dota al proyecto de complejidad, es lo que lo hace consistente y en definitiva, poco vulnerable. Los arquitectos que mencionás son un buen ejemplo de esa manera de obrar. Creo que fue Siza quién dijo que el proyecto es como una carrera de obstáculos; yo pienso que es verdad, y que a los obstáculos hay que confrontarlos y superarlos, pero lo que no se puede hacer es ignorarlos y quizás tampoco inventarlos. JR. Esta imagen del proyecto como carrera de obstáculos habla de una relación muy dinámica con la práctica del proyecto. Por un lado debe haber precisión y determinación, pero por el otro debe haber una gracia, una cierta elegancia en los movimientos. Los grandes atletas nos hacen creer que lo que hacen es casi natural. Yo creo que las líneas de tus croquis tienen esa elegancia, sin perder la precisión. Podrías hablar un poco del espacio que ocupan los dibujos en tu proceso de diseño? GC. Los dibujos han ido adquiriendo cierta elegancia, como decís, a partir de convertirse es una actividad natural. Dibujo constantemente y eso me ha dado una facilidad para poder trasladar mis observaciones. Pero me interesan más los dibujos que hago cuando viajo que los que hago para los proyectos. A mi me gusta dibujar. Si estoy aburrido, por ejemplo, dibujo mucho. Me gusta ver en los dibujos de los otros que ha mirado el arquitecto, a que le ha prestado atención y a que no, que cosas le parecieron más importantes. No tengo un fetichismo por el dibujo. Me parece una especie de código y una manera de hacer, de pensar. También pienso los proyectos sin dibujar, dibujándolos mentalmente. JR. En tu proceso de diseño parece haber una relación muy fluida entre los croquis y los geometrales. Los croquis explican momentos visuales y la planta funciona estructurando esas posibilidades. Pero no hay una jerarquía, son simultáneos. El proyecto se descubre de alguna manera a través del acto de dibujar. Desde tu imaginación arquitectónica y gracias al dibujo, fragmentos del proyecto van asomando poco a poco y la imagen se va aclarando. Parece también que la geometría de tus proyectos funciona como un registro de posibilidades visuales. La estructura conceptual de tus proyectos parecen ser los recorridos (incluso preexistentes) y las visuales desde y hacia el proyecto. CG. Una de las cosas que más me gusta de proyectar es eso, la manera de recorrer las cosas. Como se entra, como se sale, como te movés, como se distribuyen los objetos para crear distancias, etc. Cuando voy a una obra y me doy cuenta que fue hecha así, la aprecio mucho. La Facultad de Arquitectura de Siza o el Cementerio de Igualada de Miralles tienen geometrías que están hechas para captar, mirar, y cuando uno las recorre todo cobra sentido, todo encaja. Eso ha influido mucho en mi forma de hacer. No es solamente una geometría, hay que primero habitar el proyecto y luego, desde adentro, trabajarlo. JR. Volviendo a la imagen de la carrera de obstáculos, decís que a los obstáculos no se los puede ignorar, pero tampoco inventar. Esto coloca al proyecto de arquitectura como resolución de problemas, más cerca del sentido común que de la oscuridad de la sobredeterminación intelectual. Tu frase sobre la diferencia entre lo realmente complejo y lo simplemente complicado resuena con fuerza. Podrías extenderte un poco sobre esta idea? GC. La práctica de la arquitectura requiere de una especulación intelectual y también de un cierto sentido común. Yo no creo en el divorcio entre práctica y teoría. Los proyectos demandan atención desde lo abstracto y también desde lo concreto, esto es lo que al final los dota de complejidad, que como he dicho en algún momento es diferente a complicación. Me interesa hacer una arquitectura compleja pero no complicada. Antes hacia proyectos que eran más “lindos”, ahora me salen más “feos”. Quiero decir que los de antes eran más ideales, los de ahora son más reales. Al querer hacerlos tan lindos se dejan de lado cosas que los pueden “arruinar”. Entonces uno no confronta los problemas y los proyectos te quedan ideales. Al agregarle cosas, 21


los proyectos se van contaminando y deformando, van adquiriendo su verdadera forma, su verdadero valor, su espesor. Entonces son proyectos consistentes, no son vulnerables, en el sentido que desde donde los ataques el proyecto está atento. Desde el lado del contexto, constructivo, tecnológico, perceptivo, programático, estructural, filosófico. Cuando el proyecto logra traspasar todo eso y sale airoso es una gran obra. Yo intento hacer los proyectos así. JR. Marcelo Villafañe siempre repite que para definir a un arquitecto lo que importa no es la obra solitaria sino la trayectoria. Es decir, el desarrollo de ideas, la persecución de preguntas a través de múltiples obras en el transcurso del tiempo. Es casi un llamado a una ética de resistencia, que es por supuesto mucho más difícil si el día a día se va en tratar de mantener vivo un estudio con una obra de pequeña escala. Podés hablar un poco de esto y del día a día del estudio? GC. No encuentro diferencia entre el trabajo pequeño y el trabajo grande. Uno se adapta a las circunstancias de cada proyecto, a los programas, a los presupuestos, a los terrenos. Pero al final es siempre lo mismo. Cuando estudié arquitectura se daba en primer año una casa, en segundo año dos casas apareadas, en tercer año una escuela, en cuarto un conjunto de vivienda y así, pero la complejidad de la arquitectura no está en el tamaño! Con Pablo Rozenwasser habíamos diseñado unos ejercicios que eran así: en primer año le dábamos a los alumnos un programa; en segundo año el mismo programa y un terreno; en tercero, el programa, el terreno y un material; en cuarto lo mismo, más algunos requerimientos de medidas. La complejidad radica en traspasar estos requerimientos y trascenderlos. JR. Volviendo a la primer pregunta, Albert Viaplana dijo alguna vez que el arquitecto debe ir al lugar a descubrir la arquitectura que ya se encuentra ahí. El arquitecto debe tener la sensibilidad justa para hacerla visible. En la misma línea, Álvaro Siza dice que usa sus croquis como herramientas para descubrir sus proyectos como lo casi nada que ya estaba casi ahí. Es una imagen maravillosa! En algún sentido, tus proyectos emergen como registro o intensificación de relaciones pre-existentes y dan la impresión de ser la respuesta justa, de siempre haber estado ahí. GC. Muchas veces la arquitectura aparece como una extensión de los lugares donde se tiene que insertar. Descubrir el proyecto en el lugar para que pase a formar parte de él es una manera de entender el trabajo. Comenzar a desarrollar el proyecto sin una idea previa lleva a un resultado mas imprevisible, pero esta relación con los lugares trasciende lo físico o lo material. JR. Hay una idea que resuena cada vez que pienso en tu obra, creo que fue Josep Quetglas el que dijo: “Que no se note que un arquitecto ha pasado por aquí, que mejor elogio para un arquitecto!” Yo no relaciono esta idea con una postura anti-intelectual, sino por el contrario, con una sensibilidad sofisticada que aspira a diluir la presencia de la impostura de los prejuicios de la disciplina arquitectónica para dejar lugar a la vida, a la cotidianeidad, y al hacerlo, encontrar resonancias profundas. Yo llamaría a esto un intento de encontrar una épica de lo cotidiano. Tus intervenciones de pequeña escala con presupuestos mínimos tienen esa sensibilidad, tu lectura de arquitecturas populares también. Podés hablar un poco de esto? GC. Yo miro lo que me rodea. Edward Hopper retrato América con una mirada sobre lo banal. No se si viste el film de los Eames “The uncommon beaty of common things”, es un poco lo mismo. La arquitectura no está solo en las grandes obras. Trato de aprender de todo lo que observo. Por otro lado tengo una visión cosmopolita de la arquitectura, no quiero que se me considere como un regionalista. JR. Creo que tu valoración de las arquitecturas cotidianas no se basa en una lectura intelectual de lo popular sino en una apreciación de la honestidad de esas construcciones. Una arquitectura que no se esfuerza en imposturas y que encuentra una manera sensible de resolver los problemas. Creo que conscientemente trabajás para encontrar una manera relajada de pensar los proyectos. Buscando un toque ligero que no renuncie a la precisión. GC. No me interesa la cuestión demasiado abstracta, no me interesa la obra pensada demasiado como un dibujo. Me gustan los edificios cuando pierden esa abstracción y son capaces de asumir todas las deformaciones, las verrugas. Me gusta la arquitectura con defectos. No reniego de la cuestión sublime de la arquitectura, pero creo que a veces hay que pensarla como un hecho más cotidiano. Trato de ver y hacer arquitectura como un hecho natural. Me gusta la arquitectura que pasa casi desapercibida, inadvertida.

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Paisajes Enlazados En: Catalogo Exposición Gerardo Caballero / Gustavo Frittegotto. Centro Cultural Parque de España, Rosario, Octubre, 2012.

Paisajes Entrelazados: Caballero/Fritegotto

Gustavo Frittegotto (Arequito, 1960) y Gerardo Caballero (Totoras, 1957) son hombres de paisaje. No le dan la espalda a sus lugares; miran y entienden su tiempo y circunstancia. Se dejan llenar de distancia; la pampa no los vacía, al contrario, los colma de horizontes. La sensibilidad que une sus obras con el territorio es fotográfica y arquitectónica. La fotografía construye una espacialidad de viento y profundidad, la arquitectura enmarca visuales de luz y texturas. En la trayectoria de este recorrido compartido, la mirada hacia el horizonte les ha sido imprescindible para entender el paisaje como distancia. Hace años que sus obras se entrelazan en una conversación sutil, esta muestra nos permitirá entrever sus significados. En la obra del fotógrafo Gustavo Frittegotto hay una aproximación arquitectónica. Su preocupación inicial por lo interior se muestra en esos espacios domésticos, contenidos y ocupados por sentimientos de pertenencia y protección; a la pampa la imaginamos alrededor. Cuando el fotógrafo inicia su aventura en la llanura, mira lo cercano, el suelo. Cuando levanta la cabeza, mira lo infinito, el cielo. Sus dípticos presentan formalmente el eje que separa estas dos condiciones. El horizonte entrará en la fotografía para marcar el encuentro entre lo cercano y lo infinito. Primero el hombre se planta en la llanura y mira hacia la distancia, luego camina esa distancia y vuelve su mirada hacia el punto de partida. Sus fotos más recientes, notando el perfil de los pueblos a la distancia como acentos en el horizonte, son un comentario preciso de la escala de nuestro territorio y una reflexión sobre el camino recorrido. En la obra del arquitecto Gerardo Caballero hay una aproximación fotográfica. La formalización de las relaciones visuales entre entorno y edificio ha sido siempre una estrategia instrumental en su obra. Pero en el transcurso del tiempo se ha producido una inversión en la relación. En un principio, el registro de la mirada generaba direcciones, geometrías y proporciones en la conformación del objeto, que recibía la mirada del usuario con escorzos, diagonales y deformaciones. Desde lejos, la arquitectura ocupaba un lugar en el paisaje lejano; en dibujos mínimos, eran una nota en el horizonte. En un desarrollo reciente, el paisaje se interioriza. Los espacios arquitectónicos enmarcan las visuales hacia el exterior, intensificando su presencia. Lo proyectado es el interior, en efectos espaciales que aumentan el juego perspectívico. Desde los interiores miramos hacia el paisaje distante. Un portal de ingreso establece el horizonte como una línea en el centro del campo visual, una ventana alta separa el cielo y mira al infinito, una puerta-ventana nos deja ver el suelo cercano. En las dos obras existe una tensión que deriva de la imposibilidad del proyecto: fotografiar el aire que llena el paisaje de la pampa, construir la distancia que nos separa de su horizonte.

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Roofs that know how to flight: Marcelo Villafañe En: WANG, Wilfred (Ed.). O’Neil Ford Duograph Series, Volume 3: Argentina Altamira Building, Florencia Raigal House. UT Austin/Wasmuth Tübingen, 2010, pp. 77-82, ISBN 978-3-8030-0719-3. Techos que saben volar: La obra de Marcelo Villafañe Modos del Proyecto (01-Imaginación Técnica): 24-29, Revista de la Universidad Abierta Interamericana, Buenos Aires, Argentina, Invierno, 2011.

Techos que saben volar: Marcelo Villafañe

Marcelo Villafañe pinta y juega al fútbol. Esto es importante, porque con Marcelo (el negro Villa, el negro, o simplemente Villa), se hace difícil separar al personaje de la obra. Es necesario introducir algunos datos biográficos para contextualizar la producción reciente de sus techos de chapa desarmados al viento pampero. Inicios Villafañe es primero pintor premiado en salones nacionales y luego arquitecto. Su formación plástica la inicia, a finales de los años 60, bajo la tutela del maestro rosarino Julio Vanzo, con un método de aprendizaje poco ortodoxo. Marcelo pasará horas revisando la biblioteca del maestro, mirando, absorbiendo. Luego, ya en su estudio, pintará. Sus primeras obras demuestran un expresionismo abstracto con figuración subyacente muy clara, son cuadros poblados de personajes populares, marginales. Otra figura rodea la formación plástica de Villafañe: Lucio Fontana. Una presencia constante en el estudio de Vanzo, a través del busto de Vanzo esculpido por el gran maestro Italo-rosarino. La fascinación por la potencia vital del arte intuitivo, primordial de Fontana, el compromiso de la amistad sin fronteras entre estos dos grandes hombres, son marcas fundacionales en Villafañe. Marcelo forma parte de la tumultuosa historia de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Rosario de principio de los años 70. El arte sin pinceles, la arquitectura derramada en sociología y la acción política, la facultad sin separación entre docentes y alumnos, un colectivo revolucionario. En medio de este torbellino, una figura de resistencia de la disciplina arquitectónica, Augusto Pantarotto, marca como profesor el ultimo año de carrera de Marcelo Villafañe. Esto y su descubrimiento de una figura extraña: Jorge Scrimaglio. Villafañe elige a su maestro. A la distancia, pero minuciosamente, seguirá toda obra en construcción de este elusivo personaje. La de ellos no es una relación personal, ni siquiera profesional. Es una relación de admiración y respeto, guiada por la fascinación de una figura difícil de descifrar, el seguimiento de un misterio que no termina de revelarse aun después de 30 años, suspenso intelectual de baja tensión y de nula resolución. De Scrimaglio, Villafañe toma un respeto hacia las prácticas constructivas populares, casi primitivas; entramadas en proposiciones universales de disciplina arquitectónica con una inclaudicable vocación de abstracción. A mediados de los 70, Marcelo Villafañe encuentra refugio en Buenos Aires en las estructuras espaciales temporales del arquitecto Julio Bruguera. La comprensión de la libertad creativa y espacial que puede encontrarse en el compromiso lúdico dentro de un sistema geométrico y tectónico sistemático es otro de los momentos fundacionales que encontraran una síntesis final en la obra reciente. Etapas Villafañe desarrolla su obra en series. Los problemas se trabajan de obra a obra, y es el conjunto el que da perspectiva, posibilidad de enunciar particulares, refinar, producir variaciones dentro del conjunto. A veces los temas se terminan, o pierden intensidad, y los ciclos se cierran. En su práctica arquitectónica, luego de una etapa inicial basada en la diferenciación material de volúmenes claramente articulados en combinaciones contra-intuitivas, Marcelo Villafañe inicia una etapa de maduración intermedia: su período de casa blancas. La Casa Seoane de 1990 marca el punto cúlmine de esta exploración de rigor geométrico elemental y compromiso urbano explícito. Aquí, el denso entramado caótico ortogonal de nuestros centros de manzana es sublimado en la extensión en altura de algunos muros mas allá de lo razonable o necesario, muros libres que al jugar al sol contra el cielo azul crean medianeras ilusorias y llaman en juego perspectívico a aquellas reales y lejanas. De esta forma la casa se apropia de estos otros muros: con su multiplicación al absurdo de las medianeras rosarinas esta casa llama a las otras a un juego más libre, más conceptual. En esta etapa de arquitecturas restringidas, Marcelo Villafañe pinta y expone. Mientras el Villafañe pintor explora geometrías expresionistas y expansivas, el Villafañe arquitecto controla con rigor estas piezas urbanas entramadas con respeto y disciplina en la realidad de centro rosarino. Caos Sistemático Villafañe necesita organizarse. Lo hace generando métodos que aparentemente organizan, sobre los cuales experimenta lúdicamente. Desde hace unos años, hay un proyecto paralelo perseguido sin prisa pero con gran intensidad por Villafañe, un proyecto personal de reinterpretación de temas y estrategias. En estos últimos diez años, en forma oportunística, Villafañe ha utilizado momentos de cualquier proyecto, para insertar variaciones de su exploración material experimental sobre placas de madera fenólica. Un sistema tectónico basado en la repetición, acumulación y separación modular donde la operación de rotación de las tiras de material es a su vez su inversión conceptual: se muestran las capas interiores del fenólico, multiplicando exponencialmente la textura de corte. Es la luz natural, la que filtrándose por los espacios intersticiales o deteniéndose 24


en zonas macizas, activará la multiplicidad de líneas y texturas del material. Este sistema tectónico ha sido explorado para formalizar losas, pantallas, tabiques, puertas, mamparas, mesas; y ha dado lugar a una serie que reclama una identidad propia: las escaleras. Las hay macizas, aéreas, colgantes, apoyadas, con ayuda metálica aparente u oculta, oscuras, claras. En estas escaleras, el material rota en fricción y crea juegos visuales de inestabilidad aparente. Villafañe establece sistemas lógico-materiales que funcionan a construcción pura: son máquinas arquitectónicas que establecen un territorio de exploración. La proliferación del módulo configura constructivamente una trama, un sistema espacial abstracto y claramente tectónico a la vez. Esta pulsión lúdica de exploración extiende hasta el limite lógico la operación sobre el material: por medio de una abstracción constructiva procedimental se llega a una máquina expresiva pura. Villafañe es un Scrimaglio que sonríe mientras juega. Paradójicamente, fueron estas experimentaciones tectónicas sistemáticas las que abrieron la puerta a sus indagaciones de plantas desarmadas y techos fluyentes. Desplazamientos El último ciclo en la producción pictórica de Villafañe (interrumpido y retomado recientemente) son lienzos de fondo oscuro de gran dimensión, en donde flotan, definidas con temblorosas líneas fulgurantes, figuras horizontales extrañas, órganos sin cuerpo, perspectivas sin arquitectura, huesos de caracú. Es esta pulsión formal, la que impedida de ser desarrollada en estos lienzos, irrumpirá en la arquitectura de Villafañe, desarmando finalmente todos los modos de separación entre prácticas artísticas. Hay a su vez un desplazamiento geográfico que funciona como disparador de esta transformación. Villafañe ha sido un arquitecto de casas, y últimamente su clientela ha preferido los barrios cerrados de la periferia Rosarina. Y en Rosario esto significa la pampa. Entonces súbitamente, para el arquitecto, la arquitectura no es ya el juego riguroso de volúmenes urbanos bajo la luz del mediodía rosarino, sino cuerpos bajos y extendidos contra el horizonte pampeano y la luz rasante del atardecer. Ranchos Pamperos Luego de una experimentación inicial en la Casa Raigal; una casa de techo a dos aguas dividido en dos, losa para los dormitorios, entramado de madera abierto para el living de gran altura; casa de planta deformada para acomodarse bajos los árboles cercanos, muros de bloques de cemento pintado y techo de chapa; Villafañe inaugura su periodo de ranchos pamperos. Es otra Casa Seoane la que expone por primera vez el sistema lógico que determinará el campo de experimentación sobre el cual trabajar, una y otra vez. La serie se presenta como reinterpretación de la tipología tradicional del rancho pampero; serán objetos contra el horizonte de la planicie pampeana, definiendo lugar por creación de sombra. Los techos bajos de cumbreras altas, conformados por geometrías plegadas de planos levemente inclinados, son de estructura metálica independiente: columnas de tubos metálicos sostienen el entramado de tubos de gran sección que cubrirá las grandes luces en relación al tamaño de esta pequeña casa; sobre esta parrilla se dispondrán vigas de madera fenólica, el entablonado y los elementos mas convencionales de toda cubierta inclinada de chapa sinusoidal. La separación estructural entre cubierta y perímetro es la clave que permite a las paredes de bloque de cemento moverse libremente en busca de privacidad, vista y orientaciones. En esta casa, en el punto más alto de la cumbrera, la pared de bloque de cemento funciona como soporte. Aquí, muro y estructura de cubierta coinciden, pero esto sucede brevemente: en un punto vemos a la pared separase en planta y en altura de la cubierta, una bifurcación espacial crea continuidad espacial y multiplicación de líneas diagonales en el generoso espacio interior: vigas fenólicas barnizadas, tubos metálicos negros y paredes de bloque de cemento continúan sus caminos en aparente libertad. Cada elemento sigue su juego material y geométrico, entendemos que juegan en conjunto, pero cuesta descifrar hacia donde van. El cielorraso de laminado fenólico, escapando desde el estar a la galería, guía nuestra mirada hacia la línea de Eucaliptus sobre el horizonte del atardecer. Con los mismos materiales baratos y técnicas constructivas populares, la Casa Brown es un rancho pampero que creció hasta ser casco de estancia. Hay una innovación en la serie que es fundamental: de aquí en más, la cumbrera no será ya necesariamente horizontal. Las casas no son más objetos normalizados, con este simple gesto de deformación adquieren un carácter biológico, la cumbrera es ahora columna vertebral de gigantes armadillos rastreros. Animales prehistóricos moviéndose en tiempos geológicos por la pampa. La casa Brown es lo suficientemente amplia como para replegarse sobre sí misma. En continuidad en espiral desde la cumbrera más alta, el punto más bajo del techo protege una galería que se pliega sobre el momento en que la planta en L gira para crear la esquina y el ingreso. Con este movimiento, más algunas fisuras y pliegues preci25


sos, una típica planta en L se ha complejizado al punto de proteger pequeños patios interiores punzantes, que traen vegetación autóctona hasta los pies de la cocina. En los muros de bloque de cemento en aparente juego libre, profundas miradas horizontales en diagonal crean una coreografía de aperturas que dejan ver la copa de los árboles contra el cielo azul, o el horizonte mas allá de la galería baja. Una simetría de eje horizontal organiza un techo y un piso de madera oscuro contra muros blancos bañados de luz. Todo esto con un control preciso de las relaciones espaciales para crear un espacio interior doméstico contemporáneo de gran serenidad y elegancia criolla. La casa de Florencia Raigal demuestra un grado de concentración inusitado para una casa tan pequeña: es una síntesis, un manifiesto arquitectónico. La única de la serie que juega con una variación máxima, la Casa Raigal reemplaza el techo de chapa por una losa de hormigón contenida en antepecho de bloque. Con el bloque y losa pintados del mismo color, con sus muros más públicos apenas perforados, la casa se nos presenta desde lejos como un monolito, como una piedra caída del cielo, meteorito de Martínez Estrada, nido de hornero. Como explicar la sorpresa al entrar? Una vez dentro, no entendemos como una casa tan chica pueda proteger un espacio tan grande. Que juego de proporciones maneja el arquitecto para producir este espacio compacto, a la vez monumental y acogedor? De planta doblemente bifurcada, las dos alas chicas protegen las grandes ventanas al oeste del espacio interior principal. Estas ventanas, enormes en relación al espacio interior, están en calibre perfecto con la circulación propuesta por la escalera fenólica: yendo o viniendo de ella, miramos a través en sesgo, protegidos por la casa misma, hasta el horizonte profundo. Las bifurcaciones en planta repiten los ángulos en sección, la misma geometría define planta y vista. Este objeto bajo el sol recibe su propia sombra; con el correr del día, nuevas líneas en diagonal complejizan la geometría y multiplican la variedad de visiones. A medida que caminamos rodeándola en círculos, esta simpática casa siempre cambia, nunca es la misma. No importa cuántas veces lo hagamos, siempre nos sorprende con una nueva cara. La Casa Begué, la última de la serie por el momento, es una variación ligera que demuestra la soltura del arquitecto. La casa desparrama sus muros verdes en forma precisa, bifurca su techos y desdobla su planta para dejarnos entrar por el momento más angosto: el pivot de la puerta nos deja enfrentados a una ventana que nos coloca otra vez afuera; al girar el cuerpo estamos ya bajo el punto más alto de la cumbrera, en un espacio interior unificado de dimensiones y calidez inesperadas. Desde este espacio, nuestra mirada cruza en todas las direcciones y siempre encuentra una ventana donde escapar al horizonte que nos rodea. Jugar en Serio/ En Series Siguiendo las lógicas del sistema formal/material con soltura lúdica, Villafañe produce saltos conceptuales. Trabaja las reglas auto impuestas como un Standard de Jazz: sabe cómo empezar, sabe dónde llegar, pero en el medio, un viaje lleno de improvisaciones y variaciones lo arroja a otros mundos. Villafañe juega. Juega como invitó alguna vez Enric Miralles a jugar, juega en serio. Como los mejores jugadores del fútbol nacional a los que tanto admira, Villafañe juega con precisión técnica y elegancia; con estrategia clara y libertad de acción. Vemos en este accionar una imaginación espacial y tectónica de oficio arquitectónico, tanto conceptual como material. Un pensamiento arquitectónico en acción, con rigor disciplinar y máxima libertad creativa. Villafañe ha escrito sobre su idea de trabajar entre un orden sistemático y una grilla rota. Producir variaciones caóticas dentro de un sistema lógico lleva a Villafañe a un nuevo orden, menos formal, mas amorfo. Es aquí donde Villafañe se siente más cómodo.

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Épicas Cotidianas. La arquitectura de Marcelo Perazzo 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (7): 1, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2008.

Épicas Cotidianas

Escribir sobre Marcelo Perazzo es escribir sobre una posibilidad de arquitectura. Enfrentado a la práctica de la banalidad, encontramos en su obra una épica de lo cotidiano. Un obrar que aspira con precisión a la respuesta adecuada sin renunciar a las discusión que liga al proyecto con los grandes problemas de la arquitectura. Un obrar que pregunta sobre el código genético de la identidad arquitectónica de lo rosarino, aspirando simultáneamente a una contemporaneidad universal. Es un acto heroico proponer arquitectura en estos tiempos. Contra toda indicación, algunos insisten. Yo quiero llamar a esa actitud, rigor intelectual. Para que la arquitectura tenga lugar debe existir primero una voluntad de arquitectura. Trabajando sobre los problemas, la imaginación del arquitecto propone articulaciones espaciales y materiales que van mas allá de lo requerido. Esta generosidad define nuestra profesión. Por supuesto que la arquitectura puede manifestarse de muchas maneras. En Marcelo Perazzo podía ser un alero de hormigón, que atando dos edificios vecinos dejaba ver en diagonal hacia arriba una franja de cielo. O un muro bajo que trae césped y reminiscencias de barrio a la vereda de una casa blanca y moderna. O un misterioso edificio que asoma como una aventura a descubrir, escaleras abajo hacia patios a cielo abierto bajo tierra. O en plena corrección en la facultad, los trazos de construcción en un rincón ignorado de una maqueta. Cuantas otras arquitecturas posibles cabían en esa imaginación? Con su paleta elegida de materiales y geometrías, Marcelo Perazzo no renunció a las complejidades de la profesión, ni las usó como coartada. Su grado de compromiso y su rigor de búsqueda no se lo permitían. Se propuso ser arquitecto y en el camino su búsqueda personal lo llevo a hacia otros que compartían la misma ambición. Estas aspiraciones se hacían cuerpo en conversaciones apasionadas que no esperaban de la cobertura de institución alguna. Colegas, alumnos o amigos participaban por igual en esa construcción cultural. Así como se exigía, exigía a otros. Así como se preguntaba, preguntaba a otros. Que mejor ejemplo de educador? Viéndolo jugar este juego tan seriamente, mi generación veía en Marcelo Perazzo una ética de resistencia en acción. Veía un arquitecto y un profesor. Ojalá podamos sostener tan altos estandartes.

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Generaciones Rosarinas. 2011 Revista PLOT Arquitectura (04): 222-225, Argentina, Junio, 2011.

Generaciones Rosarinas

La historia de la Arquitectura Latinoamericana se ha definido por la tensión entre tendencias globales y tradiciones locales. Nuestra modernidad, incompleta o marginal, continúa siendo un laboratorio de innovación por hibridación. Las sociedades latinoamericanas han sido siempre culturas de apropiación; el material cultural se forma en la concurrencia entre impulsos locales y globales. Las imperfecciones de los procesos económicos y políticos de modernización han imposibilitado ejercitar una modernidad cultural completa y han generado una producción arquitectónica condicionada y adaptada. En este impulso general de asimilación podemos distinguir formas de apropiación definidas por ciertas especificidades locales: son procesos localizados que generan material cultural diferenciado, archipiélagos locales en el mar global. Para entender las estrategias adaptativas utilizadas por los arquitectos latinoamericanos es crucial discernir entre valores negativos de alienación y valores positivos de apropiación. En este corto ensayo, propongo un momento particular de la historia de la arquitectura de Rosario, como caso de estudio para estas trasposiciones formales. Tectónicas Apropiadas La identidad contemporánea de la arquitectura Rosarina es resultado de un intercambio intergeneracional de ideas. Una escuela no es un desarrollo de intensidad uniforme; algunos momentos crean condiciones para la innovación y otros para la repetición. La innovación surge en ambientes dónde las ideas se conectan, en escenas sociales dónde grupos apasionados reorganizan las configuraciones del momento. El interés está en cómo las soluciones del pasado son resueltas con nuevas intenciones hasta convertirse en patrones de pensamiento arquitectónico. Las escuelas se crean gracias al intercambio entre invenciones individuales, la renovación de las tipologías tradicionales y las transformaciones en las normas tecnológicas. Una escuela es una búsqueda colectiva por aquel elusivo momento en que forma, función, estructura y significado se fusionan con sentido de convicción, o por lo menos de inevitabilidad. La década del 60 fue un momento fundacional para la Escuela Rosarina. La recientemente formada Facultad de Arquitectura había reemplazado la currícula académico Beaux-Arts con talleres verticales anclados en las experimentaciones formales y materiales del “Modelo Ulm” de la Nueva Bauhaus. Los jóvenes graduados experimentaban sus primeras arquitecturas construidas con el deseo de imponer nuevas imaginaciones estéticas a un medio disciplinar que reaccionaba con inercias culturales y tecnológicas. Considerando los procesos incompletos y fragmentarios de modernización, esta era una tarea épica: a Latinoamérica la estética llegó antes que la técnica. Para esta generación, la arquitectura moderna era un agente modernizador, el programa simbólico implícito era representar la promesa de la modernidad. Forzados por las resistencias del status-quo, la invención era imperativa para desarrollar el programa auto-impuesto de expansión del legado moderno para las realidades tecnológicas y culturales del medio local. Estos jóvenes arquitectos compensaron su falta de experiencia técnica con innovaciones formales que transformaron los protocolos de construcción existentes. Las paredes revocadas, opacas y blancas, ya no eran la única definición plástica de la modernidad; esta generación se abrió a las nuevas texturas, colores y reflejos metálicos ofrecidos por la incipiente paleta de materiales industrializados de la región. Con cuidadosas apropiaciones de su reverenciada arquitectura norteamericana, esta generación transformó las imposibles tramas metálicas en estructuras de hormigón armado; ganando espesor, cambiando ritmos y dimensiones en el proceso. El ladrillo artesanal fue forzado en disposiciones más cercanas a la estandarización y prefabricación. La arquitectura moderna no era ya solo un proyecto plástico, sino uno tectónico.

Estrategias Adaptativas La grilla urbana rosarina (con sus caóticas colisiones volumétricas al centro de manzana creadas por los lotes de 8,66) fue el diagrama que condicionó las nociones abstractas de articulación formal y espacial de las nuevas arquitecturas. La grilla localizó la producción en un régimen urbano particular, determinó escalas y proporciones. El módulo fue la herramienta geométrica para negociar entre los deseos formales y las realidades tectónicas; posicionó las proposiciones de los modelos canónicos Europeos y Norteamericanos en la fricción de los lotes urbanos. Encontrado en la negociación entre programa y sitio, el módulo fue el sistema tridimensional modelado a repetición y variación que posibilitó secuencias rítmicas específicas. Materializado, se convirtió en estructura; los materiales seguían sus posibilidades de expresión y definían las cualidades espaciales de la arquitectura. Los arquitectos investigaron la influencia de los ejemplos canónicos en la construcción de su propias obsesiones utilizando lógicas de trasposición: tomaron datos específicos y los separaron de sus fuentes para focalizarse sólo en aquellos que llamaron a memorias personales y despertaron deseos propios. Aquellos arquitectos del 60 descubrieron y estudiaron las obras de posguerra de los maestros modernos gracias a publicaciones extranjeras que arribaban esporádicamente a Rosario; cuando lo hacían traían pequeñas reproducciones de los edificios paradigmáticos, era mucho lo que se dejaba abierto a la interpretación e imaginación. Un desafío que activó un particular eclecticismo que generó posiciones irreductibles: seguir a uno u otro maestro era definir una ideología desde la cual reinterpretar el canon moderno. 28


Compactando a Le Corbusier Los edificios de Augusto Pantarotto, anclados en el lenguaje plástico del trabajo brutalista de Le Corbusier, van mas allá de los paradigmas racionalistas de sus referentes para seguir sus propias intuiciones fenomenológicas. La “promenade architecturelle” usualmente libre es aquí proporcionalmente compactada y ortogonalmente estructurada para colocar los edificios en la presión de la retícula rosarina. La sede del sindicato de Luz y Fuerza, construido en 1966, demuestra la inteligencia de Pantarotto como explorador urbano: con precisión geométrica y sensibilidad de lugar aprovecha las posibilidades de la volumetría del contexto. Los edificios de Pantarotto son objetos unitarios que marcan su posición al tiempo que inauguran posibilidades de imaginación urbana. Sus edificios son macizos, arriban al suelo con peso. Ahí, en las plantas bajas, secuencias espaciales excavan la masa para proponer urbanismos interiores como extensiones natural del paisaje urbano. Llenas de aire, las coreografías espaciales internas replican las miles colisiones volumétricas que percibimos cada día inmersos en el paisaje ciudadano. Luz de cada hora activa estos interiores. Es como si el paisaje urbano Rosarino hubiera sido interiorizado y vaciado, conceptualmente invertido, como un guante dado vuelta. Comprimiendo a Wright El trabajo de Frank Lloyd Wright resuena profundamente en la arquitectura de Jorge Scrimaglio. Su obra representa un esfuerzo consistente en transformar escalas, módulos y materiales para adaptar la mitología Wrightiana de vistas horizontales y diagonales abiertas al paisaje del oeste NorteAmericano a realidades más urbana y compactas. Traduciendo la modularidad Usoniana de estructuras livianas de madera a estructuras macizas de ladrillo portante, la Casa Lavalle, diseñada en 1968, nos sorprende por su radicalidad. Este extraño objeto está más cercano a las cosas sin nombre que a la arquitectura codificada, demanda nuestro nuestro esfuerzo interpretativo: un artefacto lógico que nos incita a revelar sus razones tectónicas. Para Scrimaglio, una pared es un sistema lógico, y los ladrillos son unidades aritméticas: el ladrillo no tiene cualidades intrínsecas, solo situacionales. La unidad no es el ladrillo, sino su comportamiento en el sistema: su posición. En la Casa Lavalle, una primera operación divide el pequeño terreno en dos volúmenes espaciales: uno para la casa, uno para el patio. La casa es una sólida pila de ladrillos donde los espacios han sido excavados. Las escaleras exteriores articulan volúmenes y terrazas para conformar un macizo circuito que invita a la exploración. La integración entre interior y exterior borra los limites entre planta y corte. Las distinciones adentro o afuera son desplazadas: solo entendemos nuestra posición en el espacio como: entre, sobre o bajo ladrillos. La articulación volumétrica de la casa está comprimida al máximo, los volúmenes quieren escaparse de un contenedor que los aprieta demasiado. Formalizando las fricciones caóticas del centro de manzana rosarino, esta casa es un mecanismo de precisión que multiplica las posibilidades espaciales de este pequeño lote entre medianeras. Normalizando a Aalto El trabajo de Aníbal Moliné representa una clara apropiación de la arquitectura de Alvar Aalto. Si los volúmenes libres y expresionistas del maestro nórdico resuenan con ecos de sus paisajes boscosos, en Moliné el módulo regula ortogonalmente la geometría para encontrar las realidades urbanas de su contexto. El caso de la escuela Aricana, construida en 1968 propone una interesante trasposición tipológica: el patio mediterráneo transformado por Aalto en halles interiores es aquí transformado en terrazas que caen desde la altura trayendo las articulaciones urbanas del centro de manzana adentro de un lobby al nivel de la calle. Los volúmenes espaciales del auditorio y la biblioteca, comprimidos entre medianeras, emergen para crear el aterrazamiento que irrumpe en el lobby central. Aquí, las terrazas se transforman en balcones interiores en voladizo, con líneas de la losa de hormigón reforzando la tensión horizontal en espiral ascendente. Hay fluidez espacial desde el terreno aterrazado del patio, el espacio vertical del lobby y los espacios altamente comprimidos de las circulaciones horizontales: espacios excavados al interior de la manzana. Esta innovación tipológica propone imaginar nuevos espacios públicos en los de otra manera inaccesibles centros de manzana: propone caminar por terrazas, cruzar medianeras. La arquitectura formaliza aquí el paisaje cotidiano rosarino: las complejas articulaciones creadas por las caóticas colisiones volumétricas en nuestras manzanas de lotes profundos. La retícula y el módulo Las estrategias apropiativas de la generación del 60, ejemplificadas en la obra de Moliné, Scrimaglio y Pantarotto, son momentos fundacionales de la Escuela Rosarina. Sin intenciones de ser críticos ni regionales, estos arquitectos, guiados por su inteligencia arquitectónica, desarrollaron una práctica traspositiva que usó la retícula urbana como diagrama y el módulo como operación formal para movilizar el discurso disciplinar de sus referentes. Una nueva generación rosarina eventualmente se concentrará en ellos, y los elegirá como influencia. Pero esa es ya otra historia… 29


Generación del 70 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (8): 1, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2010.

Los 70 de la Generación del 60

La ambición presentada por las obras del 70 reunidas en este ejemplar demuestran la culminación de una búsqueda intelectual iniciada en la famosa “Escuela de los Porteños”, aquella revolución académica que significó la Escuela de Arquitectura y Planeamiento comenzada en Rosario en 1956 bajo la dirección del Arq. Jorge Ferrari Hardoy. Los arquitectos publicados en este ejemplar participaron, como alumnos y algunos luego como instructores, de esta escuela organizada en base a talleres verticales de diseño, con pedagogías de experimentación material y formal influenciadas por el “Modelo Ulm” de la Nueva Bauhaus de Tomás Maldonado. Este momento de la escuela fomentó entre los participantes una acalorada y explicita discusión respecto del legado de los maestros modernos (principalmente la obra madura de LC, Wright, Aalto y Mies), su posible expansión formal y plástica y su apropiación a nuestras realidades tectónicas y constructivas. La búsqueda era la de una aproximación a una modernidad local. Se trataba entonces de ser modernos, pero a nuestra manera. La historia de la modernidad latinoamericana está signada en relación a nuestros incompletos y fragmentarios procesos de modernización. Digamos que la estética llegó antes que la técnica. Y entonces no sólo fue forma: la arquitectura moderna se presentó como una opción explícita para estos jóvenes que practicaban sus primeras obras signados por la fe en el progreso y las promesas de industrialización de la región. La tensión que marca su producción arquitectónica es la que oscila entre el deseo de reafirmar las poéticas de los grandes maestros modernos y la ambición de generar una originalidad basada en experimentaciones tectónicas locales. Ya no más el revoque pintado de blanco como única definición de modernidad, aparecerán nuevas texturas, colores y reflejos metálicos multiplicando la paleta de materiales a disposición. Respecto de las imágenes de obra moderna norteamericana, ciertos materiales fueron reemplazados: el hierro imposible se transformará aquí en hormigón, aumentando espesores en el proceso, cambiando ritmos y módulos constructivos. El ladrillo mampuesto adoptará disposiciones más cercanas a construcciones en seco o estandarizadas. Programas y proporciones serán traducidos a las posibilidades de configuración y densidad del lote medianero rosarino. En fin, se trató de una verdadera trasposición formal, una reelaboración conceptual desde el centro mismo de la disciplina arquitectónica. Alejándolos de los significados institucionales a los que comúnmente se los relaciona, quisiera apropiarme de dos conceptos útiles para desarrollar el nudo conceptual de las obras presentadas en estas páginas. Para que exista una ESCUELA, primero tiene que existir una GENERACIÓN. Es decir, es la voluntad de una generación lo que posibilita la gestación de una escuela. Una GENERACIÓN no es una unidad homogénea, es la aceptación del diálogo en disenso: distintas maneras de hablar y pensar sobre lo mismo. Estos jóvenes arquitectos, practicando sus primeras arquitecturas en los 60 y madurando en los 70, en un trabajo de enriquecimiento mutuo, se miraron unos a otros, observando técnicas, mecanismos y estrategias. Esto es lo que hace la gente que comparte un oficio. Construir un discurso sobre la producción propia es claramente un trabajo intelectual. Más aun, cuando uno se acepta parte de una generación, uno toma lo que comparte y lo que no, repitiendo o transformando, siempre en dialogo y en fricción con y contra el trabajo del otro. Así es como se construye una disciplina. Cuando la búsqueda madura, se arriba a un momento en el que las articulaciones formales, estructurales y espaciales se canonizan: esto es lo que llamamos ESCUELA. (Una escuela no es un estilo, ni es una tendencia. Un ESTILO solo permite variaciones sobre un mismo tema, generalmente formal. Una TENDENCIA lleva la ideología en la solapa, y te pide carnet a la entrada. En ambas no hay disenso, solo pertenencia al club.) La formación de una escuela no es un desarrollo lineal ni de intensidad uniforme. Una escuela se forma en base a una secuencia de puntos altos: momentos históricos crean condiciones para la innovación. El interés reside en aquellos momentos cuando soluciones usadas en el pasado son resueltas con nuevas intenciones y se integran en nuevos patrones de pensamiento arquitectónico. Las escuelas son el resultado de las influencias entre invenciones individuales, el trabajo sobre tipologías locales y normas tecnológicas: el resultado de una búsqueda intelectual por aquel momento en que forma, función, estructura y significado se relacionan con convicción y carácter de inevitabilidad. Es por esto que la obra publicada aquí nos resulta contemporánea y necesaria: su espesor disciplinar nos incita en estos tiempos faltos de proyecto cultural para la arquitectura.

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Notas para un comentario sobre la obra de Jorge Scrimaglio Revista X -Revista de la Facultad de Arquitectura de Mar del Plata (1) 131-138, Mar del Plata, 2008.

Comentarios sobre la obra de Jorge Scrimaglio

Una conversación que mantuvimos recientemente con el arquitecto Jorge Scrimaglio comenzó con una discusión respecto del significado de la palabra originalidad. No nos referíamos a la búsqueda de lo nuevo, de lo novedoso; búsqueda tan cercana las operaciones de innovación formal que guían el mercado de ideas de la producción arquitectónica, inmersa ya en la sociedad de consumo y su necesidad imperiosa de circulación de mercancías. No. En esa conversación, en el café Augustus, un sábado al mediodía en plena peatonal Rosarina, hablábamos con el arquitecto de originalidad en el sentido de origen. Aquello que inaugura, que inicia un camino. El gesto radical de Jorge Scrimaglio es preguntarse por el origen de la arquitectura americana, para poder practicar el acto inaugural en su obra que nos sorprende hoy con su contemporaneidad fuera de tiempo. Por ejemplo, en su preocupación por el origen de la arquitectura, en Scrimaglio el ladrillo es tierra, y sale de la tierra. Nunca veremos ladrillo volando en Scrimaglio, el mampuesto guía nuestros ojos hacia su fundación sólida. Todo es masa, todo es peso; todo es construcción en Scrimaglio. Todo vuelve a su origen. Y esta es la paradoja presente en la obra de Scrimaglio. Por un lado vemos el valor telúrico, tratado en forma sublime, del agregado elemental del mampuesto de ladrillo, y leemos el vernáculo americanista. Pero por otro lado, la radicalidad de su pensamiento lógico/formal lo acerca a prácticas relacionadas con el arte conceptual, a una expansión del campo disciplinar arquitectónico que es absolutamente contemporáneo; al menos desde nuestra mirada interpretativa. Si la posicionamos de acuerdo a un sistema de pares dialécticos entre lo arcaico y lo innovador, lo popular y lo culto, lo rural y lo urbano, la práctica arquitectónica del arquitecto Scrimaglio nos interesará por su manera de invertir la mirada: aquello que, definido desde una visión globalizante de la modernidad es aparentemente regresivo, en Scrimaglio es material base para producir identidad y diferenciación. Scrimaglio reafirma su contemporaneidad y radicalidad moderna al preguntarse sobre el origen americano de su arquitectura. A Manera de Desarrollo Jorge Scrimaglio participó, como alumno y luego como instructor, de la revolución académica que significó la “Escuela de Arquitectura y Planeamiento”: el momento histórico de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario más conocido como “La Escuela de los Porteños”. Un cambio de régimen que comenzó en 1956 bajo la dirección del Arq. Jorge Ferrari Hardoy. Haciendo Tabula Rasa de las enseñanzas compositivas de la academia, la escuela se organizó en base a los famosos talleres verticales, con programas materiales-formales influenciados por el “Modelo Ulm” de la nueva Bauhaus de Tomás Maldonado. Este momento histórico de la escuela rosarina fomentó una acalorada y explicita discusión respecto del legado de los maestros modernos y su posible expansión y apropiación a nuestras realidades tectónicas y constructivas, en búsqueda de una autentica aproximación local de la modernidad. Jorge Scrimaglio reconoce especialmente la influencia de Eduardo Sacriste en su pensamiento arquitectónico. Siguiendo los pasos de su maestro participa del curso de verano en Tucumán dictado por Sacriste y luego, en 1969, dicta clases en la Facultad de Arquitectura de Mendoza dirigida por el Arq. Enrique Tedeschi. Desde esta red de referencias fundacionales podemos entender su primer obra maestra, construida siendo aún alumno de segundo año. Hablamos de su casa propia, construida en 1957 en la costa del Paraná en Granadero Baigorria, al norte de Rosario. Entendemos esta casa como una reinterpretación Wrightiana de la tectónica de ladrillo del primer Mies van der Rohe. Interpretación Wrightiana insistimos, porque lo que importa en esta casa, más allá de sus muros de ladrillo en juego neoplástico, es la diagonal abierta hacia el horizonte del río, barranca abajo. La apropiación del territorio con una mirada expansiva horizontal desde los espacios interiores es el gesto de identidad americana de la arquitectura del último periodo de Frank Lloyd Wright, sus Usonian Houses. Jorge Scrimaglio es un conocedor de sus maestros Wright y Sacriste; hay en su obra un esfuerzo consciente de trasposición a nuestros paisajes de aquel diagrama Wrightiano. Esta obra inicial significa un manifiesto primero que condensa una actitud en relación a la naturaleza, que es aquí paisaje pampeano. La carrera profesional de Jorge Scrimaglio comienza con una obra pequeña en escala, pero épica en ambición: la búsqueda de una arquitectura americana en relación armónica con su territorio. Podemos leer en su obra posterior desarrollos de esta gesta iniciática. Durante mas de 40 años de práctica profesional, Jorge Scrimaglio mantendrá un estándar de calidad y rigor conceptual impensable para el medio dónde se desarrolla. Podemos señalar momentos cumbres: la Capilla del Espíritu Santo de 1961, la Casa Garibay de 1964-1971, la Casa Maíz de 1982. En lo que concierne a lo que resta de estas consideraciones, nos limitaremos de aquí en adelante a dos obras residenciales, de pequeña escala, pero de alta concentración dramática.

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(Dramática decimos, y no exageramos. Jorge Scrimaglio pertenece a una genealogía intelectual muy nacional, la figura del paladín que carga sobre sus hombros la tarea de la denuncia, tanto frente a los impostores como a los que aún no saben o no se animan a ver. En otros ámbitos podríamos hablar de Raúl Scalabrini Ortiz, Ezequiel Martínez Estrada o Arturo Jauretche; más cerca nuestro y del arquitecto podríamos hablar de Eduardo Sacriste. Adalides solitarios que se enfrentan a una injusticia o un descarrío para alertar al resto, emprender la patriada e imaginar la reparación: realizar el “sueño nacional”. Jorge Scrimaglio entiende su obrar profesional como una labor dramática de resistencia ético-política: es un hombre que da testimonio, exponiendo sus rasgos pasionales y la honorabilidad de su arte.) La Casa de Calle Lavalle La Casa para el actor Alorda, diseñada y construida en la ciudad de Rosario entre 1968 y 1973 en la calle Lavalle sorprende, y seguirá sorprendiendo, por su radicalidad formal y constructiva. Ni el más desatento de los transeúntes puede ignorar la presencia de este extraño objeto. Decimos objeto porque esta casa esta más cerca de las cosas sin nombre, que de aquello que podemos decodificar como arquitectura residencial. Esta no es una arquitectura doméstica, se nos presenta en estado salvaje, sin domesticar. Es un objeto enigmático que rarificado en sus propias razones, nos pide un esfuerzo interpretativo. Estamos frente a un objeto lógico, puro pensamiento arquitectónico materializado que nos incita por su gesto radical a observarlo y develar sus lógicas constructivas. Una primera operación establece limites precisos, el pequeño lote entre medianeras es dividido en dos volúmenes espaciales cúbicos: la casa se desarrolla retirada hacia el fondo en 3 plantas, en constante relación con el patio ubicado hacia la calle, protegido por el muro/pantalla sobre la línea de edificación. La casa se presenta como un macizo de ladrillos socavado: pura acumulación de mampuestos que invita a ser escalado y explorado. Sólidas escaleras exteriores articulan volúmenes y terrazas y junto a las interiores conforman un imbricado circuito que atraviesa toda la casa. La integración de la circulación interior y exterior desdibuja los límites entre planta y corte. Nociones como adentro/afuera o arriba/abajo quedan desplazadas; por momentos sólo entendemos que estamos sobre ladrillos, entre ladrillos o bajo ladrillos. La articulación volumétrica de la masa construida parece estar llevada a un punto límite de compresión. Resultado de la maestría del arquitecto en comprender medidas y posiciones, la casa se nos presenta como un artefacto sometido a presión, ocupando un espacio demasiado chico para sus requerimientos vitales, con volúmenes que buscan hacerse un lugar hacia afuera y hacia arriba, desbordando. La casa es un mecanismo de precisión que multiplica las posibilidades de este pequeño lote. Las articulaciones volumétricas de la masa formalizan las caóticas fricciones y colisiones presentes en cada centro de manzana rosarino. Esta casa materializa el sueño imposible de cualquiera que haya mirado un centro de manzana desde arriba: caminar por terrazas, cruzar medianeras, subir y bajar por los muros. Desde la calle, la casa mantiene el misterio del interior gracias al maravilloso muro/pantalla que presenta como cara pública. Diremos algo sobre este muro. Scrimaglio no trabaja por composición. Para trabajar por composición, con un pie firme en la geometría, uno se arma de las herramientas cercanas a la forma: proporciones, simetrías, ejes ordenadores. Para componer uno necesita partes a ensamblar, elementos de arquitectura: ventanas, puertas, etc. Nada más alejado de la manera de trabajar de Jorge Scrimaglio. Scrimaglio establece sistemas lógico-materiales que funcionan a construcción pura: máquinas arquitectónicas. La forma será riguroso resultado de una exploración del sistema llevado al límite. Lo citamos: “La técnica constructiva es la herramienta que materializa una idea poético–arquitectónica. La técnica es la realidad inspiradora de todo proceso creativo constructivo en el cual la voluntad de forma y el ingenio constructivo establecen el intercambio necesario para generar la obra.” En Scrimaglio, una pared es un sistema lógico, y el ladrillo una unidad aritmética. Si estudiamos intensamente las posibilidades tectónicas del mampuesto de ladrillo y seguimos su lógica bifurcada de transferencia de cargas, entenderemos claramente que una ausencia calibrada del elemento no debilita al sistema. En Scrimaglio, una operación conceptual de inversión convierte un ladrillo en su ausencia. Rafael Iglesia es un ávido lector de la obra de Scrimaglio, él ha dicho con claridad que en Scrimaglio el ladrillo es un elemento no subjetivado que no conlleva propiedades intrínsecas sino de situación: puede constituir piso, techo, escalera, eventualmente muro. La unidad mínima real no es el ladrillo en sí, sino su comportamiento en el entramado: su posición. Es así que en el muro sobre calle Lavalle, Scrimaglio materializa aberturas dentro del sistema: las realiza con ladrillos ausentes, con los espacios que dejan cuando no están. En este muro, el ladrillo ausente crea un vacío que resignifica los ladrillos restantes. Hay un enigma, una paradoja: el muro aparenta liviandad llena de aire, pero el ladrillo ausente duplica el trabajo del que queda en posición, haciendo el peso del muro mucho más aparente. A este muro, los agujeros le agregan peso.

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A diferencia de la Casa Melnikov (Moscú 1927), en donde el revoque y la pintura blanca reducen todo a un problema plástico, este muro de la calle Lavalle nos hipnotiza en su claridad tectónica. Esta pared está en tensión permanente y sentimos el trabajo del ladrillo, cargando más peso que el acostumbrado. Otra gran diferencia con el cilindro perforado de Melnikov es que aquel un muro contínuo. Scrimaglio introduce aquí el problema de la esquina: dos muros encontrándose, generando la pregunta de cómo doblar con el sistema. La foto tomada por Marcelo Villafañe en 1973 nos muestra una esquina contra toda indicación de código urbano y de edificación. Scrimaglio trabaja aquí desde el centro de la disciplina arquitectónica, el problema tectónico es resuelto de manera pedagógica ejemplar, y esto es más fuerte que cualquier requerimiento burocrático respecto a muros medianeros. (El arquitecto prioriza siempre el problema arquitectónico y coloca su posible contribución a la disciplina por sobre cualquier demanda de la realidad, por más perentoria que esta sea. La cantidad de anécdotas al respecto es testimonio en Scrimaglio de esta actitud de resistencia, perseguida con obstinación casi inhumana) La Casa Siri Jorge Scrimaglio trabaja sus temas arquitectónicos en forma dialéctica. Por un lado, como un clásico fuera del tiempo, busca la verdad mediante el examen crítico de su propio pensamiento y acción. Por otro lado, como un moderno consciente de su lugar en la historia, procede desplegando tesis y antítesis, para resolver finalmente la contradicción a través de una síntesis final. Permítanme ahora exagerar y decir que la historia del muro de Calle Lavalle, sus transiciones y transformaciones durante 20 años y su trasposición final en estructura espacial total en la Casa Siri, es una demostración arquitectónica de la tesis dialéctica Hegeliana. (Hegel nos dice que todas las cosas son contradictorias en sí mismas y que esto es esencial. Mientras que la identidad es la determinación de lo inmediato y estático, la contradicción es la raíz de todo movimiento. La imaginación mundana descubre la identidad y la diferencia pero no la transición de lo uno a lo otro. Para seguir a Scrimaglio tenemos que descubrir su pensamiento en acción, tenemos que descubrir el momento de inversión dialéctica, aquel momento donde lo uno se convierte en lo otro.) En la Casa Siri, obra comenzada en 1990 y aún incompleta, Scrimaglio invierte finalmente el sistema que puso en juego en Calle Lavalle; y, gracias a una hibridación con técnicas constructivas del hormigón armado, hace desaparecer el muro de ladrillos para transformarlo en pura estructura espacial. La operación formal que en Calle Lavalle convertía un ladrillo en su ausencia, es decir una operación de inversión, es utilizada aquí para transformar todo el sistema. Lo que en Calle Lavalle era vacío será entendido ahora como lleno. Inmediatamente después, se produce otra operación, esta vez de rotación: lo que antes funcionaba en forma perpendicular al muro trabajará esta vez siguiendo el eje: será su centro de gravedad, tanto en plano vertical como en plano horizontal. El ladrillo conforma, junto al hormigón y las barras de acero interiores, un sistema de columnas y vigas entramadas en estructura espacial abierta. La proliferación lógica del módulo configura constructivamente una verdadera trama espacial, un sistema espacial abstracto. Se ha suprimido el volumen, no hay contorno, la obra es puro espacio. La pared ha desaparecido y se ha llevado el techo con ella. En la Casa Siri, el de Scrimaglio es un pensamiento sistemático que se desenvuelve y avanza. La operación lógica guía los pasos del arquitecto creando algunos momentos articulados y otros cuidadosamente fragmentarios e inconclusos. Como bien lo ha indicado Claudio Vekstein, el sistema en juego en la conformación de la Casa Siri se extiende hasta el limite lógico de la operación sobre el material, con la paradoja de llegar, por medio de una abstracción constructiva procedimental, a anular cualquier posible sentido, para convertirse así en pura maquina expresiva. Siguiendo la lógica del sistema material hasta el extremo, Scrimaglio produce un salto conceptual al vacío. Las reglas mismas, que sigue con tanta obstinación, lo arrojan a otro mundo. Vemos en este accionar una imaginación espacial y tectónica entramada en un oficio arquitectónico, que es tanto conceptual como material. Scrimaglio nos demuestra un pensar arquitectónico en acción, con extremo rigor disciplinar y máxima libertad creativa. Ultimo Fragmento ¿Conocerá el arquitecto Scrimaglio la obra del escultor norteamericano Sol Lewitt? Algo de los procedimientos lógicos utilizados en su práctica proyectual nos recuerdan las extraordinarias estructuras de las 122 Variaciones de Cubos Abiertos Incompletos (1974), maravillosos mecanismos de descomposición al absurdo de la estructura racional modular. Máquinas incomprensibles, pensamiento lógico descarrilado, desconectado ya de la razón, resultado puro de su lógica interna. “Las ideas irracionales deben seguirse absoluta y lógicamente”, fue Sol LeWitt quien dijo esto desde su postura minimalista conceptual, pero bien podría haber sido Salvador Dalí explicando su Pensamiento Paranoico Crítico surrealista. La distinción al fin no importa: estamos hablando de llegar al borde, al límite de la idea racional. Casi más allá del límite.

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El Diagrama Moderno en Aricana. 2010 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (8): 6, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2010.

El diagrama moderno en Aricana

En los 60’, cuando Aricana fue construido, para los arquitectos rosarinos lo moderno no era un estilo, era la única arquitectura posible. En Rosario, el proyecto moderno se extendió en un lento proceso de apropiación y trasposición en base a técnicas constructivas locales. Esto es lo que constituye hoy la identidad de nuestra arquitectura contemporánea. En este sentido, Aricana no es un edificio de una arquitectura pasada, es pieza fundante del paisaje urbano presente. Como arquitectos en perpetuo estado de distracción, al caminar por Rosario generalmente evitamos esquemas historicistas y disfrutamos de estas arquitecturas como artefactos llenos de contemporaneidad. Con actitud intelectual alerta, renovamos la alegría de ver las cosas por primera vez y retornamos a estas piezas urbanas su originalidad. Así extendemos sus investigaciones disciplinares hasta el presente. El edificio de Aricana es una reinterpretación de un diagrama moderno. Los jóvenes arquitectos del 60 descubrieron los edificios canónicos del periodo heroico del modernismo a través de publicaciones extranjeras que llegaban en cuentagotas, con pocas ilustraciones de baja calidad. Mucho se dejaba abierto a la imaginación. Esta generación experimentaba y promovía nuevas estéticas a un medio que reaccionaba con resistencias culturales: la modernidad llegó aquí antes que los procesos de modernización de los modos de producción. La escuela Aricana de H. Hernández Larguía, Raúl de la Torre y Aníbal Moliné representa el mejor ejemplo de apropiación Rosarina de la arquitectura de Alvar Aalto. Esta apropiación propone una interesante trasposición de una tipología: el patio mediterráneo que en Aalto fue transformado en hall central elevado de espacio público interior cubierto y bañado de luz nórdica transmuta en Aricana en patio aterrazado que desciende acercando la articulación urbana del centro de manzana rosarino hasta el calibrado espacio del hall de ingreso en planta baja. En el hall, las terrazas se convierten en balcones interiores. Las líneas blancas de la losas de hormigón refuerzan la tensión horizontal en espiral ascendente de este espacio interior que recibe el sol del atardecer. Hay un juego espacial contínuo desde los espacios en compresión horizontal de las circulaciones, la triple altura vertical del hall y el terreno aterrazado del patio: son todos espacios públicos excavados al centro de manzana. Así es como los arquitectos investigan la influencia de los ejemplos canónicos en la construcción de su sensibilidad: desde el centro de la disciplina, en pleno uso de su inteligencia de diseño, el arquitecto separa los datos específicos de sus fuentes para concentrarse en aquellos hechos que resuenan en su memoria y sus experiencias personales. De esta manera, muros de contención de ladrillo visitados en la colina de una municipalidad rural nórdica reaparecen en la planicie argentina para conformar topografías artificiales en un patio de ladrillos en un centro de manzana de una ciudad de retícula de vocación infinita. En este patio, a través de la articulación de los niveles continuos aterrazados, la circulación interior y exterior se imbrican en un juego de planta y corte. Para entender Aricana, tenemos que leer el corte: los volúmenes espaciales del auditorio y la biblioteca, comprimidos entre muros medianeros, emergen creando una topografía artificial que en calibrado descenso irrumpe en el espacio del hall central. En estas terrazas, la arquitectura formaliza el paisaje rosarino cotidiano: las complejas articulaciones espaciales creadas por las colisiones de volúmenes al centro de manzanas de lotes profundos. Esta innovación tipológica nos propone imaginar nuevos espacios públicos posibles en nuestros centros de manzana de otra manera inaccesibles: caminar por terrazas, cruzar medianeras. Un detalle arquitectónico nos muestra la sensibilidad de los proyectistas: La pequeña curva del zócalo del piso original de piezas cerámicas verdes se repite para conformar el mostrador de atención al publico. De esta manera la geometría articulada se convierte en superficie continua, conteniendo la presión espacial que llega desde el patio. Aquí, Aalto ya está jugando otro juego, uno más rosarino y más contemporáneo.

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Comentario sobre la obra de Augusto Pantarotto 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (2): 33, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 1999.

La obra de Pantarotto

Nuestra generación ha conocido la obra de Pantarotto recorriendo la ciudad, al descubrir sus edificios poco a poco. Como estudiantes de arquitectura, demorados en la facultad en prejuicios ideológicos o formales, nos sorprende una manera estrictamente arquitectónica de resolver problemas. No estamos hablando de respuestas pragmáticas o profesionalistas, Pantarotto supera la pregunta funcional o racionalista, su forma de proyectar descansa en cuestiones fenomenológicas. Alguna vez nos ha dicho que el arquitecto debe imaginar lugares y espacios, para luego recorrerlos y sentirlos; sólo después dibujaremos, la mano traducirá imágenes previas. En sus edificios vemos como su claridad para trabajar la geometría y su sensibilidad del lugar producen formas y volúmenes entramados con precisión en el paisaje urbano. Su comprensión de la escala y su compromiso con la ciudad hacen que sus edificios se presenten como por sorpresa, desde ángulos impensados. Objetos unitarios que marcan su lugar, pero que ofrecen pistas, posibilidades de continuidad, de imaginación, de transgresión. Edificios macizos, que llegan al piso con peso, utilizando recorridos para socavar la masa, desarmando, desarticulando, buscando lugares, recodos y encuentros. Con su conocimiento e intuición para moldear con riqueza plástica los materiales con texturas y sombras, para agruparlos y superponerlos en colores y calidades, Pantarotto define espacios que nos interesan desde su densidad, desde su intensidad. Todo parece ser posibilidad de forma para el arquitecto; lo imaginamos en su tablero proponiendo cielorrasos, pisos, escaleras, carpinterías, barandas, manijas. Esta voluntad de forma siempre será guiada por su inteligencia y su sentido común, que lo hacen nombrar con claridad los problemas y le permiten resolverlos con rapidez. A Pantarotto le interesa la enseñanza. Nos ha recomendado mirar arquitectura, mirar la ciudad. Las imágenes recolectadas funcionarán como colección sobre la cuál trabajar. Debemos ser desprejuiciados pero atentos y críticos. La indagación debe avanzar sobre nuestra propia forma de operar. Sólo en un retrabajo, sólo en una obsesión consciente podremos ir construyendo nuestro lugar en la disciplina. (Casi como una broma ha dicho que ha ido perdiendo a L.C. en el camino para poder concentrarse en sus propias obsesiones) A pesar de no ser actualmente profesor en nuestra facultad, lo reconocemos como maestro. Lo hemos mirado, lo hemos estudiado. Está en nosotros señalar a un próximo estudiante algún edificio de Pantarotto en la ciudad.

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Medianeras, La obra de Viotti/Luetich 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (6): 49, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2005.

Medianeras: La obra de Viotti-Luetich

En Rosario, la cuadricula urbana impone a nuestros cuerpos un rigor particular en relación con el territorio. En nuestras calles, nos vemos atrapados en situaciones de perspectiva única. Las ordenadas líneas de fuga de cordones, veredas, fachadas y árboles crean franjas de cielo particular. Los bordes contínuos de las manzanas esconden una densa articulación de momentos que suponemos, pero que nunca vemos. Caminando en línea recta, en secuencias ortogonales, imaginamos cruces imposibles a través. Es en este régimen particular que nuestra mirada se escapa en diagonal, buscando descanso. Qué es lo que encuentra nuestra mirada cuando intenta cruzar por sobre, en escorzo, hacia el centro imposible de nuestras manzanas? Encuentra medianeras. Muros ciegos que responden a código: simple extrusión del loteo urbano. Signos de la organización del territorio. Y quiero hablar ahora de una voluntad de proyecto. En estas medianeras, donde casi todos se sujetan a norma, Voitti-Luetich encuentra oportunidades de imaginación. Encuentra nuevos usos para las reglas impuestas. Allí donde todos ven superficie banal, ellos descubren la profundidad precisa. De esto se trata: de una voluntad de precisión. En estas medianeras, ladrillo, hormigón visto, vidrio son puestos en relación como signos de mecanismos de precisión que rigen las plantas de estos edificios. Cada articulación de estos muros explica una articulación interior y propone una visión unitaria del objeto en altura. Una economía de recursos que concentra el impacto estético de la obra en los momentos en que fachada y medianera dejan de ser nociones válidas para interpretar el volumen arquitectónico y su relación con su entorno urbano próximo. Es una economía que transforma el signo de precisión en gesto de generosidad. Estos muros devuelven perspectivas inesperadas en las alturas de nuestro paisaje urbano. Nos ayudan a imaginar otras posibilidades de ciudad. Propongo ahora un salto en la interpretación. Cuánto hay en juego en el espesor de estos muros? 25 centímetros entre capas materiales? Talvez 20? En estos centímetros de articulación se detiene nuestra mirada en diagonal a la profundidad de la manzana. Los medimos desde la distancia. Que vértigo de escalas! Si en esto no hay un juego precioso entre decisiones materiales y paisaje urbano, entre escalas arquitectónicas y urbanísticas no sé donde lo encontraremos. Decisión de proyecto y 15 centímetros, todo lo que un arquitecto necesita para desplegar su generoso juego. (Si Rosario es una ciudad de medianeras, uno la sueña de estas medianeras y no de las otras.)

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Cuándo Mies llegó a Rosario. Sobre el edificio Copacabana 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (3): 52-53, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 1999.

Cuando Mies llegó a Rosario

El arquitecto investiga la influencia de los hechos del pasado sobre su sensibilidad: desvincula los datos entre sí, para precisar la presión que cada uno de ellos puede tener sobre él, su memoria y experiencia personal. Entender que lo pasado y lo presente son una y la misma cosa es enriquecer al presente con el espesor histórico, dotarlo de densidad para evitar esquemas historicistas. Los edificios agrupados aquí forman parte de nuestro presente, de nuestro paisaje diario. Sería oportuno entrenar la mirada para encontrar el valor de lo cotidiano. Profundizar la realidad con la mirada del descubridor. Devolver a los objetos su originalidad y renovar la alegría de ver todo por primera vez. Los arquitectos reunidos por esta publicación se formaron en la Escuela de Arquitectura de Rosario, una generación que descubrirá las obras de la modernidad heroica a través de publicaciones extranjeras que a cuentagotas llegarán a sus manos. De estas arquitecturas, la obra americana de un arquitecto alemán gana la atención de unos pocos (creemos Mariotti, Benetti Aprosio, Rébora, Molteni). A finales de la década del 50, década signada en nuestra ciudad por las palabras progreso y desarrollo, estos jóvenes ensayan sus primeras arquitecturas, en un esfuerzo por imponer su voluntad estética a un medio que ofrecía resistencias tecnológicas y culturales, con la vocación de crear una cultura, de formar escuela. En un trabajo conjunto de enriquecimiento mutuo, su desconocimiento de las técnicas constructivas se irá superando con la experiencia de los artesanos y contratistas, que a su vez estarán forzados a perfeccionarse y cambiar técnicas y estéticas. Su inquietud por la experimentación los hará proponer estructuras que forzarán a los ingenieros amigos a calcular soluciones nunca antes ensayadas en el medio. Resulta esclarecedor que el edificio Copacabana pueda sumarse a esta lista. Aún a pesar de estar casi en los límites de la selección, con proyecto de 1961 y obra de una empresa de ingeniería civil. Creemos descubrir el mismo espíritu modernizador, la misma confianza en el desarrollo tecnológico y cultural de la región y sobretodo, la misma voluntad estética. Dentro de esta saludable ola de recuperación de esta época (casi oculta para nuestra generación formada en los 90) que se ha ido repitiendo en charlas, muestras y debates en estos últimos meses, una reciente charla del Arq. Molteni en la facultad nos aclararó cuál fue la mirada rosarina a la obra de Mies van der Rohe: 1/El módulo como estructura conceptual del pensamiento del proyecto. No es un orden ni una ley, es una herramienta, una estrategia. El módulo no se impone, se va encontrando en el juego entre programa, sitio y proyecto. Es una trama bidimensional o tridimensional surgida a partir de repeticiones, una retícula que permite construir secuencias rítmicas en el espacio. 2/La estructura y los materiales como sostén de la expresión de la obra de arquitectura. La retícula se materializa y se constituye en estructura, los materiales trabajan de acuerdo a sus posibilidades y sus características definen el clima de la obra. Sus texturas, sus colores, su respuesta al paso del tiempo aparecen como fundamento de su elección. La invención e incluso la perversión son casi imprescindibles para desarrollar arquitectura en nuestro medio. Digamos que algo de heroico hay en éstas búsquedas. 3/La dimensión necesaria. Si el funcionalismo y el racionalismo mal entendido nos deja desarrollarnos en espacios apenas suficientes, hay que trabajar para encontrar la dimensión necesaria. Esta dimensión es sutil y no es numérica. Tal vez sea la orientación de una ventana o una perversión en la función, tal vez sea una respuesta generosa al paisaje urbano, una esquina, un balcón. Nada de esto se entiende como superfluo o agregado, sino todo lo contrario, esto es lo estrictamente necesario para que ocurra la arquitectura. Se hablaba aquella vez de la fuerte influencia de 12 números de la revista L′Arquitecture d′Aujourd′hui traducidas y publicadas por Kraft. Uno de esos números era un monográfico dedicado a la arquitectura moderna brasilera... Pero de eso hablamos otro día, porque Mies, antes de llegar a Rosario, hizo escala en Río de Janeiro.

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Voces Descriptivas en Obras Seleccionadas En: CICUTTI, Bibiana, RIGOTTI, Ana María (Eds.). Construcciones y Miradas. Recorridos de Arquitectura en Rosario y su Región. Pro historia Ediciones, Rosario, 2014, ISBN 978-987-1855-86-5

Voces (descriptivas) Aisladas Sede Centro Club Gimnasia y Esgrima, 1955 Laprida 951

La arquitectura rosarina de la década del 50 se abrió a las nuevas texturas, colores y reflejos metálicos ofrecidos por la incipiente paleta de materiales industrializados de la región. Con un claro referente en arquitecturas modernas cariocas, la presentación en tramas abstractas de pieles verticales ventiladas para homogeneizar plásticamente grandes superficies fue un recurso utilizado para significar programas institucionales en la continuidad de la fachada urbana. Estos momentos de abstracción se diferencian y a su vez aceptan su posición en la continuidad de texturas urbanas, la fachada de la sede central del Club Gimnasia y Esgrima es un claro ejemplo de esta actitud. Pero queremos señalar aquí su fuerza principal: un bloque compacto y articulado de programas sociales, culturales y deportivos, organizados en apilamiento vertical en un volumen arquitectónico contenido y compacto: un verdadero contenedor social, vanguardista y metropolitano, en medio de la indiferenciada trama rosarina. Casa Verger, 1965 Alvear 824 Eduardo Molteni, Roberto Wenger

Para liberar casi por completo la planta baja, esta vivienda entre medianeras asumirá una estrategia estructural innovadora para su tiempo; en lugares estratégicos las losas colgarán de tensores desde vigas de hormigón armado in situ a la altura del techo. La planta baja liberada se trabaja con variaciones mínimas de nivel, para definir zonas de acceso, estacionamiento y estancia, con material travertino definiendo las superficies transitables y una exuberante vegetación en contraposición. La sensación de este espacio exterior protegido es de frescura y tranquilidad, un oasis doméstico. Una innovación tipológica muy poco explorada posteriormente, esta pequeña casa urbana pasa casi desapercibida para el transeúnte distraído. Una reja metálica que incluye todas las puertas y un pequeño parapeto define su relación con la vereda (la mirada al interior velada por vidrio banco y chapa); por sobre esta reja, las losas -tanto del balcón como del techo, cuelgan en voladizo de unos finos tensores metálicos, única indicación pública de la imaginativa calidad espacial y estructural de esta casa. Sindicato Luz y Fuerza, 1964 Paraguay 1050 Augusto Pantarotto, Hermes Sosa

Los edificios de Augusto Pantarotto, anclados en el lenguaje plástico del trabajo brutalista de Le Corbusier, van mas allá de los paradigmas racionalistas de su referente para seguir intuiciones fenomenológicas propias. Sus edificios son paradójicos: claramente entramados y relacionados con su entorno urbano inmediato son a su vez objetos unitarios que marcan su posición ofreciendo posibilidades de imaginación y diferencia, mas allá de lo tipológico o normalizado por el mercado inmobiliario local. La sede del Sindicato de Luz y Fuerza, construida en 1966, demuestra la inteligencia de Pantarotto como explorador urbano: con precisión geométrica y sensibilidad de lugar aprovecha las posibilidades de la volumetría del contexto. La “promenade architecturelle” Corbusierana (usualmente libre) es aquí proporcionalmente compactada y ortogonalmente estructurada para colocar al edificio en la presión de la trama urbana rosarina. El edificio es macizo, llega al suelo con peso. Mirando las plantas de este edificio tenderíamos a pensar en un ejercicio de composición intricada, tal es su coherencia formal, en algún lugar intermedio entre las formalidades de los primeros Archigram y las líneas libres de los muros interiores del primer Le Corbusier. Pero la operación es claramente espacial y volumétrica. En la planta baja, una secuencia socava la masa para proponer un urbanismo interior como extensión natural del paisaje urbano, la coreografía espacial del recorrido propuesto por la circulación interna del sindicato expone al que lo recorre a una variedad de situaciones de extremo contraste, de lo comprimido a lo extenso, de lo oscuro a lo claro, de lo bajo a lo alto, etc. El espacio central hacia donde miran todos estos recorridos, es un volumen espacial de cuádruple altura que replica las colisiones volumétricas que percibimos cada día inmersos en el paisaje urbano de Rosario. Luz de cada hora activa este interior desde grandes ventanales al norte y al sur. Es como si el paisaje urbano Rosarino hubiera sido interiorizado y vaciado, conceptualmente invertido, como un guante dado vuelta.

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Serie Tranvia Tranvía 1 1965. Sgto. Cabral 116 Tranvía 2 1968. Urquiza y Laprida Tranvía 3 1975. Urquiza y escalera aduana Tranvía 4 1977. Bs. Aires y Belgrano Estudio Viotti-Luetich

Sin ser resultado de normalización o estandarización alguna, los Edificios Tranvía del estudio Viotti-Luetich son sin embargo una serie reconocible en el paisaje urbano. Ubicados en cercanía de algunas cuadras unos de otros es posible detenernos frente a todos estos edificios de vivienda en altura en un corto recorrido. El nombre de conjunto proviene del reciclado de las ventanas de madera de los viejos tranvías rosarinos para su uso como las aberturas de los departamentos del primer edificio de la serie (Bajada Sargento Cabral). Mas allá de esta simpática anécdota inicial, en estos edificios encontramos temas recurrentes en el manejo plástico de algunos materiales y estrategias proporcionales compartidas. Las plantas bajas de todos estos edificios están trabajadas desde la continuidad del espacio público, nunca la extrusión simple, los ingresos excavan la masa edificada y las superficies vidriadas abren el interior a las miradas. Pero no es aquí donde radica la serialidad. Nos gustaría señalar el trabajo de los muros medianeros de estos edificios, particularmente en los edificios en esquina (en los encuentros de las calles Buenos Aires y Belgrano y las calles Urquiza y Laprida) encontramos un tratamiento de las medianeras con la misma intensidad formal que la trabajada en las caras frontales. Debido a la cercanía inmediata de viviendas de baja altura, este gesto devuelve a la mirada en diagonal un edificio casi exento, una actitud proyectual que transforma estos edificios entre medianeras en torres. En los muros medianeros, Viotti-Luetich descubren una profundidad conceptual: ladrillo, hormigón visto, vidrio; son puestos en relación como signos de los mecanismos que rigen la precisión de las plantas de estos edificios. Cada articulación de estos muros explica una articulación interior y propone una visión unitaria del objeto en altura. Una economía de recursos que busca desdibujar la separación entre fachada y medianera para conseguir una mirada en escorzo que unifica el volumen arquitectónico. Gracias a esta economía, que transforma el signo de precisión en generosidad, estos muros (ya no más) medianeros nos devuelven perspectivas inesperadas en las alturas del paisaje urbano. Bolsa de Comercio, 1988-1998 Paraguay 850 Mario Roberto Álvarez y Asociados

La ampliación proyectada por el estudio de M.R. Álvarez y asociados en 1988 (inaugurada en 1998) se presenta con un basamento en voladizo de escala institucional moderna, de gran calidad material y de textura abstracta, para completar la masa edificada de la manzana céntrica. Desde este frontis, que gracias sus proporciones disimula su gran altura, se despega un edificio de oficinas exento con una elegante línea de balcones continuos perimetrales. La horizontalidad de estas líneas aminora el impacto visual del edificio, que a pesar de ser uno de los más altos de la ciudad, se apropia del centro de manzana con naturalidad. El edificio demuestra el poder económico de la institución que alberga con la riqueza de la espacialidad monumental de sus sectores de ingreso y circulación. Se ha logrado minimizar la presencia de los soportes verticales para crear la sensación de un gran bloque suspendido, protegiendo un atrio que se apropia visualmente de la Plaza Pringles. Gracias a un claro manejo de la luz, no es el espacio público el que se apropia del atrio, por el contrario, es el atrio el que se apropia del espacio público. La arquitectura defiende el privilegio de la institución sin necesidad de rejas (que están, pero se ocultan contra las medianeras al abrirse por completo). Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias, 1997 San Luis 2020 Municipalidad de Rosario Gerardo Caballero, Augusto Pantarotto

Un esqueleto de hormigón armado abandonado por décadas (El Monumento al Pozo) es rescatado hábilmente para albergar una institución de alto valor público en el sistema de salud municipal. La operación arquitectónica es doblemente valiosa: no sólo en la inteligencia de encontrar el lugar óptimo para las complejas funciones requeridas por el programa, si no en la estrategia arquitectónica de dejar entrever el estado anterior a su rescate. Sin caer en la estética de las ruinas, algunas vigas y columnas son mostradas, en lugares estratégicos de las secuencia de ingreso y circulación, desacopladas o desaprovechadas en todas sus posibilidades estructurales. Es decir, se ha elegido en forma consciente una cierta ineficiencia en los metros cuadrados posibles, 39


para privilegiar una riqueza espacial que hace referencia al estado de abandono que sufrió la estructura por mucho tiempo. Esta operación es de una extrema sutileza. Más difícil y exitosa ha sido la reconversión un edifico netamente anti-urbano (propuesta original de la década del 50) en un edificio generoso que crea espacio público de calidad y recalifica el área urbana donde se inserta. Asociación Médica, 1985 Estudio H España y Tucumán

La reforma y ampliación de la Asociación Médica, realizada en los años ochenta por el Estudio H, desborda (por arriba y por los costados) la casa en esquina original. Confiando en el hormigón armado pintado (color marrón oscuro) y en formas estructurales abstractas se intenta demostrar el carácter institucional de la operación con una modernidad brutalista posmoderna que monumentaliza sin necesidad de cambiar la escala del artefacto. Sobre calle Tucumán encontramos el momento más interesante de la operación, bajo una marquesina y enmarcado en una gran fachada de puertas de vidrio armado, un hall de ingreso sobre el nivel de vereda se bifurca en corte: las escaleras que van hacia el medio nivel superior desembocan en un espacio de doble altura de carácter claramente institucional; las escaleras que dan hacia el nivel inferior desembocan en el foyer del auditorio; estratégicamente ubicado aún más abajo, detrás de unas puertas de madera. El recorrido hacia abajo al ingresar, nos ubica en una situación predispuesta a lo cultural; la salida con la calle como un piso superior visto desde abajo a través de la gran vidriera, propone sensaciones más intensas: el desplazamiento hacia arriba descoloca al visitante, que tarda en reconocer el nuevo cero una vez fuera. Edificio Eugenio IV, 1985 José María D´Angelo y Fernando Boix Tucumán y San Martín

Este edificio es tal vez el máximo exponente de la versión local del posmodernismo arquitectónico. Con claras referencias urbanas que lo acercan a las posturas de la Tendenza Italiana, su esencialismo formal lo acerca a los postulados de la Escuelita Porteña (Solsona, Díaz y otros). Con el evidente intento de plantear problemas disciplinares mas allá del encargo inmobiliario, el edificio se planta en la esquina construyendo una ochava gracias al vacío dejado por dos grandes “muros” (el espesor de una habitación completa) que representan la “fachada urbana” de cada cuadra llegando a la esquina. Este relato urbano se complementa con la demostración indéxica de los métodos de representación utilizados en su conformación, claramente de carácter axonométrico, desde la esquina observamos la línea diagonal al perfil de edificación ortonogal rosarino, cruzando el edificio para generar balcones y particiones internas. El ingreso por la ochava denuncia que la organización de los espacios funcionales ha sufrido los dictámenes de ejes de simetría diagonal y desplazamientos geométricos, dejando en claro la importancia del mensaje disciplinar propuesto. El color plateado agregó al momento de su inauguración una discusión pública que generalizó el debate mas allá de los límites de la profesión. Festejamos aquí aquella polémica. Plaza Santa Cruz, 1989 Municipalidad de Rosario. Gerardo Caballero y Ariel Giménez Colón y Mendoza

La arquitectura del paisaje de este pequeño espacio verde trabaja con registros modestos y formaliza relaciones visuales y líneas de movimiento entre el entorno urbano y su fundamento topográfico natural. El registro de la mirada genera direcciones y geometrías, los movimientos (topográficos y de personas) generan aristas y deformaciones; el objeto paisajístico resultante demuestra en su conformación los indicadores inequívocos de esta formalización. La Plaza Santa Cruz, realizada junto a Ariel Giménez, es una de las primeras obras de Gerardo Caballero en Rosario luego de su formación en los Estados Unidos. Con su clara influencia Land Art representa un abrupto corte con la arquitectura local de aquellos tiempos. Su actitud mínima, en lo material y formal, contrasta con los presupuestos sobre forma urbana y espacio publico imperantes al momento: no hay ejes, tipologías, ni composición. Haciendo visible lo ya presente en el lugar, los arquitectos se limitan a registrar la topografía existente y a formalizar el camino constituido. Escalones de cemento consolidan las dos esquinas con lo preciso de acuerdo a los niveles existentes; en la esquina de mayor relieve, rampas, escalones y barandas juegan un juego de diagonales complejo y sutil. Al centro del terreno una rampa con perfil marcado por una baranda de hormigón, parece surgir por debajo de la tierra. Un solo banco junto a un gran árbol y una serie de mesas bajo los palos borrachos completan este bucólico fragmento de barranca original. 40


Edificio Altos de Maipú, 2011 Nicolás Campodónico Maipú 635

Estos últimos años somos testigos de la madurez profesional de una nueva generación que se agrega a la historia encadenada de proyectos que conforman la disciplina arquitectónica rosarina. Esta generación se ha formado en la universidad publica democrática de la década del 90, participando hoy de la escena profesional con interpretaciones propias de las obras canónicas locales. La producción de Nicolás Campodónico encuentra tal vez su máxima expresión en la obra construida, si bien sus dibujos a mano alzada son poéticamente sugestivos y sus series de maquetas de estudio demuestran exploraciones de gran claridad, es en la obra construida donde encontramos la verdadera dimensión del acontecimiento arquitectónico que nos propone. En la obra de Campodónico, cada material tiene su posición, se articula con sensibilidad y claridad tectónica en el juego estructural propuesto, la luz de cada momento saca a relucir la potencia fenomenológica de sus cualidades materiales. El Edificio Altos de Maipú se incorpora a una tradición tectónica local reciente para edificios en altura, inaugurada por el Edificio Altamira de Rafael Iglesia. Donde Iglesia lograba escapar del sentido común tipológico del mercado inmobiliario para proponer patios en altura, Campodónico acepta el borde medianero como armazón estructural y realiza una planta funcional eficiente. Un juego de texturas del hormigón armado y un entramado sobre la fachada a la calle generan la ilusión de un desplazamiento y apilamiento de vigas en espiral perimetral (mismo juego óptico propuesto por Iglesia). La formalización superficial de las tablas de madera del encofrado en horizontal acentúa las direcciones que desdibujan el verdadero trabajo en vertical de toda estructura independiente de hormigón en edificios en altura. Dando una indicación de otro diagrama operando bajo esta pretensión tectónica, una curva nos ilumina. Aquí recordamos esos dibujos sugestivos que conocemos de su autor y recordamos su sensibilidad lúdica. El hall del edificio de Calle Maipú es un juego formal de curvas en el espacio: juego plástico en medio de la “verdad” tectónica. Showroom Bicicletas, 2010 Avenida Eva Perón 5590 Gerardo Caballero y Maite Fernández

El Showroom de Bicicletas diseñado por el estudio de Gerardo Caballero y Maite Fernández, ubicado en un lote entre medianeras en una avenida de alto tránsito, se nos presenta paralelo a la línea de edificación flotando como una gran pantalla. Descubrimos en la pantalla una profundidad espacial que nuestra mirada atraviesa con placer. La invitación a atravesar visualmente la fachada de vidrio de precisas proporciones está dada por ciertas sutiles deformaciones operadas en corte. El borde externo de la pantalla se afina para definir el volumen con una línea precisa, tensando la piel de vidrio en forma extrema. La deformación perspectívica del marco de la pantalla repite la geometría de nuestro cono visual, acentuando el voladizo y liberándolo de la tensión gravitatoria: la pantalla flota. Finalmente, el techo de estructura metálica contiene una pequeña inflexión en su pendiente, separando dos conos visuales predominantes: uno atraviesa la pantalla y tiene al cielorraso como su lienzo final, el otro se inicia bajo el voladizo de ingreso y al ingresar descubre la entrada de luz cenital que ilumina el cielorraso y activa esta maquina de mirar. Imaginamos a las bicicletas, liberadas de la gravedad, suspendidas en este espacio denso, en esta luz líquida. Edificio Mandel, 2010 Dorrego 2737 Arzubialde Arquitectos Santiago Baulíes, Martín Cabezudo y Franco Piccini

Existe un sano colectivismo en algunas prácticas arquitectónicas emergentes rosarinas. Contrario al marcado individualismo de otras generaciones, una nueva camada comparte ideas y celebra éxitos, influencia tal vez de las redes sociales y las plataformas digitales de intercambio de información, que permiten una acercamiento y una fluidez en los contactos que potencian la acción colectiva. Otro signo de época es la búsqueda de influencias, no ya dictadas por los medios de difusión, sino activamente generadas y compartidas. Nunca estuvo tan cerca de nosotros la arquitectura latinoamericana y la de pequeña escala de todo el globo. El Edificio Mandel es obra del colectivo Arzubialde, uno más de los cuantiosos estudios jóvenes que se lanzan en la práctica profesional en base a la autogestión de encargos, conformando fideicomisos y construyendo sus primeras obras a pulmón y casi con sus propias manos. De esta obra interesa la intricada relación de unidades de vivienda diferenciadas, la masa arquitectónica esculturalmente socavada para dar vida a una continuidad del recorrido público y las terrazas de uso común conformando una comunidad social de franca interacción. 41


Edificio Vera Mujica, 2014 Vera Mujica 950 Baarqs Banchini Arquitectos

Continuando una propuesta formal y estructural ensayada en la ciudad por primera vez en el Edificio Altamira, Banchini Arquitectos eligen desdibujar la supuesta ”verdad tectónica” del precedente gracias una articulación plástica libre de toda presunción de referencialidad estructural. Aquí no es la viga la que cambia de posición para significar un supuesto apilamiento simple, el elemento móvil aquí es la ventana, que con cambios de posición y escala logra articular la envolvente de hormigón visto en una multiplicidad de encastres visuales que no ocultan su carácter de horadaciones en una superficie estructural continua. Un gran uso del voladizo potencia estos encastres hasta desarmar la caja arquitectónica. Con una inteligente división del terreno en tres franjas programáticas (la más larga contra la medianera, las dos cortas simétricamente relacionadas con la primera), se logra un edificio que crea dos esquinas libres a la mejor orientación, con la suficiente profundidad de planta en ambas situaciones para proteger el posible completamiento de la manzana a futuro. Casa Guemes, 2011 Güemes 2871 Martín Aloras

Una reforma con un claro manejo de las proporciones y escala presenta una fachada doméstica contemporánea como respuesta a un programa casi inexistente en este presente de escape residencial hacia la periferia: la casa entre medianeras en la zona céntrica de Rosario. Frente a los requerimientos de seguridad y privacidad, la casa protege el mundo interior con grandes superficies opacas, tanto metálicas como murarias. La fachada se estructura en tres franjas horizontales: la primera en relación a la vereda, con puertas de ingreso, cochera y ventanas altas conformando una superficie continua que desdibuja su funcionalidad para formar parte del juego formal y tectónico. Un registro de la estructura metálica que permite las grandes luces separa esta franja de la segunda: un gran plano opaco. Por sobre este plano, de medianera a medianera, las ventanas de los dormitorios y su estructura metálica de cierre superior. Todo este juego es logrado con mínimos desvíos del plano de fachada, que recuperan la calidad de articulación de sombras que ofrecían nuestras arquitecturas domésticas anteriores al enrasamiento plástico propuesto por la modernidad. Vivienda 25.1590, 1999 Juan Manuel de Rosas 1590 Alejandro Beltramone, Marcelo Ponzellini

Una de las últimas innovaciones tipológicas en un programa casi inexistente ya: la casa entre medianeras en lote mínimo en el centro rosarino. Una línea estructural de columnas y vigas metálicas divide el pequeño terreno en dos zonas perpendiculares a la calle, creando así una fachada interna hacia la mejor orientación para los tres pisos principales, recostados sobre la medianera sur. En el sector norte, la estructura metálica presenta claramente su carácter liviano, un puente entre vigas y medianera, dejando libre espacios comunes, patio interior y galerías. Para conseguir la transparencia que aprovecha la mayor cantidad de luz posible para los espacios interiores, las grandes superficies vidriadas se protegen con lamas metálicas horizontales fijas, resguardando la privacidad desde el espacio público. En la fachada, tanto las franjas programáticas como la estructura metálica se demuestran con carácter pedagógico, consiguiendo una contemporaneidad formal muy poco usada hasta ese momento. De no ser porque estos encargos son cada vez menos frecuentes, esta casa hubiera creado por sí sola una nueva escuela de arquitectura doméstica en Rosario. Casa Florencia Raigal, 2005 Club de Campo Los Raigales, Roldán Marcelo Villafañe

La casa de Florencia Raigal demuestra un grado de concentración inusitado para una casa tan pequeña: es una síntesis, un manifiesto arquitectónico. El techo se resuelve con una losa de hormigón contenida en el antepecho de bloque; con muros y techo pintados del mismo color y apenas perforada, la casa se nos presenta desde lejos como un monolito, como una piedra caída del cielo, meteorito de Martínez Estrada, nido de hornero. Como explicar la sorpresa al entrar? Una vez dentro, no entendemos como algo tan chico pueda albergar tanto espacio. Que juego de proporciones maneja el arquitecto para producir este espacio compacto, a la vez mo numental y acogedor? De planta doblemente bifurcada, dos alas protegen las grandes ventanas al oeste del 42


espacio interior principal. Estas ventanas, enormes en relación al espacio interior, están calibradas con la circulación propuesta por la escalera fenólica: yendo o viniendo de ella, miramos a través en sesgo, protegidos por la casa misma, hacia el horizonte. Las bifurcaciones en planta repiten los ángulos en sección, la misma geometría define planta y vista. Este objeto bajo el sol recibe su propia sombra; protegida por su propia masa bifurcada, con el correr del día, nuevas líneas en diagonal complejizan la geometría y multiplican la variedad de visiones. A medida que caminamos rodeándola en círculos, esta simpática casa siempre cambia, nunca es la misma. Club House Raigales, 2003 Club de Campo Los Raigales, Roldán Marcelo Villafañe

Un ciclo reciente en la producción pictórica de Marcelo Villafañe (interrumpido y retomado recientemente) son lienzos de fondo oscuro de gran dimensión, en donde flotan, definidas con temblorosas líneas, figuras horizontales extrañas, órganos sin cuerpo, perspectivas sin arquitectura, huesos de caracú. Esta pulsión formal irrumpirá en la arquitectura de Villafañe, que será ahora cuerpos bajos y extendidos sobre el horizonte pampeano. Luego de una experimentación inicial en la primer Casa Raigal (casa de techo a dos aguas dividida en dos, losa para los dormitorios, entramado de madera abierto para el living de gran altura; planta deformada para acomodarse bajos los árboles cercanos, muros de bloques de cemento pintado y techo de chapa), Villafañe inaugura su período de ranchos pamperos. El Club House expone el sistema lógico que determina el campo de experimentación en sus obras recientes. La serie se presenta como reinterpretación de la tipología tradicional; objetos contra el horizonte de la planicie pampeana, definiendo lugar por creación de sombra. Los techos bajos de cumbreras altas, conformados por geometrías plegadas de planos levemente inclinados son de estructura metálica independiente: columnas de tubos metálicos sostienen el entramado de tubos de gran sección que cubrirán grandes luces en relación al tamaño de los espacios; sobre esta parrilla se dispondrán vigas de madera fenólica, el entablonado y los elementos convencionales de toda cubierta inclinada de chapa sinusoidal. La separación estructural entre cubierta y perímetro es la clave que permite a las paredes de bloque de cemento moverse libremente en busca de privacidad, vista y orientaciones. En este Club House, en el punto más alto de la cumbrera, la pared de bloque de cemento funciona como soporte; aquí muro y estructura de cubierta coinciden; pero esto sucede brevemente: en un punto vemos a la pared separase en planta y en altura de la cubierta, una bifurcación crea continuidad espacial y multiplicación de líneas diagonales en el generoso espacio interior: vigas fenólicas barnizadas, tubos metálicos negros y paredes de bloque de cemento continúan sus caminos, en aparente libertad. Cada uno sigue su juego material y geométrico; entendemos que juegan en conjunto, pero cuesta descifrar hacia dónde van. Cortes y pliegues en el techo dejan entrar la luz del atardecer. Casa Brown, 2004 Club Kentucky, Funes Marcelo Villafañe

Con los materiales baratos y técnicas constructivas populares, la Casa Brown es un rancho pampero que creció hasta ser casco de estancia. Hay una innovación fundamental: la cumbrera no es horizontal. De esta forma, la casa no es un objeto normalizado, con esta deformación adquiere un carácter biológico, la cumbrera es ahora la columna vertebral de un armadillo gigante. Animales prehistóricos moviéndose en tiempos geológicos por la pampa. La Casa Brown es lo suficientemente amplia como para replegarse sobre sí misma. En continuidad en espiral desde la cumbrera, el punto más bajo del techo protege una galería que se pliega sobre el momento en que la planta en L gira para crear esquina e ingreso. Con este movimiento, más algunas fisuras y pliegues precisos, una típica planta en L se complejiza al punto de proteger pequeños patios interiores punzantes, que traen vegetación autóctona hasta los pies de la cocina. En los muros en aparente juego libre, profundas miradas horizontales en diagonal crean una coreografía de aperturas que dejan ver la copa de los árboles, o el horizonte mas allá de la galería. La casa desparrama sus muros en forma precisa, bifurca su techos y desdobla su planta para dejarnos entrar por el momento más angosto: la puerta de ingreso nos enfrenta a una ventana que nos coloca otra vez fuera; al girar el cuerpo estamos ya bajo el punto más alto de la cumbrera, en un espacio interior unificado de dimensiones y calidez inesperadas. Desde este espacio, nuestra mirada cruza en todas las direcciones y siempre encuentra una ventana donde escapar al horizonte que nos rodea. Todo esto con un control preciso de las relaciones espaciales para crear un espacio interior doméstico contemporáneo de gran serenidad y elegancia criolla. 43


Casa AG, 2009 Club de Campo Los Raigales, Roldán Estudio Aire- Juan Germán Guardatti, Román Renzi

En momentos en que la arquitectura cree poder hacerlo todo, Estudio Aire excluye opciones como punto de partida. La paleta de formas, geometrías, materiales y colores se reduce para lograr una sugestión espacial cercana a lo abstracto. La Casa AG, una casa para familia numerosa, esconde la claridad de la articulación de sus espacios funcionales con la simplicidad de su conformación volumétrica. El interior propone recorridos fluidos y miradas cruzadas, con un puente de hormigón visto como lugar donde el paisaje exterior se introduce al interior doméstico. Desde las fachadas, un guiño loosiano en la escala y ubicación de las ventanas da cuenta de la multiplicidad de la familia que habita esta casa. A pesar de su buscada abstracción, esta no es una arquitectura fría; habitándola nos da una sensación de calidez. Los espacios son cúbicos, los materiales son hormigón y revoque, el color es blanco. Esta paleta conforma una casa que se presenta como un volumen contenido, rígido, que protege un patio, una galería e interiores llenos de luz modelada con gran sensibilidad por ventanas de miradas controladas al paisaje. Los colores entrarán por la ventana o por los muebles: el azul del cielo, el verde del césped, el rojo de un sillón: cosas simples, un regalo en estos tiempos tan complicados. Casa Puerto Roldán, 2007 Puerto Roldán, Roldán Gerardo Caballero, Maite Fernández

Esta es una casa aparentemente simple, que con su silueta vaga nos propone ambigüedades por doquier. En principio no terminamos de entender si es un techo a dos aguas o a simple agua, la poca pendiente y la gran ochava dificultan nuestra lectura y agregan visiones cambiantes a media que la rodeamos. Las ambigüedades no terminan aquí, esta casa, que desde lejos parece un objeto asilado, desde cerca revela su carácter de esquina urbana en medio de la pampa. La casa parece estar esperando una ciudad que nunca va a llegar. Su criterio constructivo simple nos recuerda a aquellas construcciones populares de los pueblos pamperos, pero aquí el muro de ladrillo visto sostiene no sólo la presencia pública de la casa sino un techo metálico con cenefa industrial. El revoque blanco del interior doméstico asoma en un portal de ingreso que establece al horizonte como línea en el centro del campo visual. Una vez dentro, los interiores enmarcan visuales hacia el paisaje, en efectos espaciales que aumentan el juego perspectívico, intensificando su presencia. La formalización de las relaciones visuales entre entorno urbano y objeto arquitectónico fue estrategia instrumental en esta casa; el registro de la mirada generó direcciones, geometrías y proporciones: hechos concretos del hacer proyectual, el objeto arquitectónico resultante demuestra en su conformación indicadores inequívocos de esta formalización. En la Casa en Puerto Roldán un ojo mira al cielo mientras otro mira al piso: una ventana separa el cielo y mira al infinito, una puerta mira el suelo cercano. Desde el interior miramos un exterior distante y aislado, visuales precisas de aquel paisaje imposible: la casa solitaria en medio de la pampa. Y aquí se nos presenta la última ambigüedad, esta vez conceptual: esta casa, que como artefacto contemporáneo crítica un entorno de barrio cerrado exclusivo para proyectarse en una urbanidad perdida, mira hacia el futuro con nostagia? Casa Alejandra, 2009 Ruta A012, Pueblo Esther Sebastián Cekada, Juan Andrés Romanos

Cekada-Romanos forman parte de una generación reciente que redescubre arquitecturas cercanas llenas de imaginación material, latinoamericana y palpable. En contraste con la seriedad impostada de la generación moderna, estos jóvenes demuestran la irreverencia de su búsqueda lúdica; no hay verdad tectónica si no invención de mundos plásticos. Cuando experimentan con el ladrillo en la Casa Alejandra -esta masa sólida, apilamiento de ladrillos recién cocidos- visualmente nos presentan una pared pobre con la apariencia del aparejo popular de 20 cm (pared simple sin aislación térmica ni hidrófuga), cuando en realidad se trata de muro portante doble de 30cm con cámara de aire. Una perversidad impensable en la obra de sus predecesores. Una marca geográfica define la obra de esta nueva generación de arquitectos locales: su obra ha sido expulsada de la ciudad. Muy pocos encargos de calidad dentro de la trama urbana hacen que las propuestas de vivienda unifamiliar estén cada vez más a la intemperie. Un corolario positivo de este desarrollo es la recuperación del paisaje pampero como locus conceptual de la arquitectura local. Cekada-Romanos llegan al paisaje sin el pesado bagaje literario e ideológico de generaciones anteriores. No se trata ya de la patria o del origen, si no de oportunidades para la masa arquitectónica de asomarse a mirar mas allá, para los espacios interiores de atrapar visiones de horizonte recuperado. 44


Cosas que pasan los miércoles. Notas sobre el ciclo Nuevos Arquitectos La Gaceta de los Arquitectos (Septiembre): 4, Rosario, Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2002.

Cosas que pasan los Miércoles

Me gustaría describir las cosas que pasaron los miércoles como un acto de amistad. Amigos que se reúnen a mostrarle al otro lo que estuvo haciendo últimamente. Digo esto porque no ví pavos reales desplegando plumas, ví gente hablando honestamente de lo que le interesa. Del deseo, del terror que los moviliza. Es un trabajo intelectual construir un discurso sobre la producción propia, sobre sus reiteraciones, sus bloqueos. Un discurso expone sus pliegues; uno habla y cuenta también lo que quiere ocultar. La actitud de exponerse, de mostrarse, es un acto de generosidad. Habla de una posibilidad de construcción colectiva, con más salidas de las que nos da aquel circulo de baba de estrategias de ocultamiento y camuflaje de las que somos testigo a diario en nuestra disciplina. Ví gente que empieza a asomarse a la profesión de arquitecto, dando lucha con las pocas armas que disponen a mano, con toda la falta de adecuación al medio que implica querer ser arquitecto en estos tiempos sin arquitectura y contra toda la carga de preconceptos y prejuicios de lo que significa el deber ser de la profesión. A pesar de tener la presión de varios monstruos encima, yo ví a un grupo de inconscientes irrespetuosos y soberbios, tomándose las cosas a la ligera. (Hagamos los trabajos más pesados libres de toda carga, con la ligereza del bailarín. Nietzsche) Y nos siguen insistiendo con el debate. Pregunto, qué es lo que hay que debatir? Cuál es la diferencia insalvable que nos coloca en veredas opuestas? La gente que comparte un oficio, cuando se reúne, se mira mutuamente, tratando de observar técnicas, mecanismos, estrategias. Desde el asombro o el rechazo de lo que hizo el otro, si puedo, me apropio de su trabajo. Tomo todo, lo que comparto y lo que no. Una generación no es una aplanadora de opiniones, es una diversidad. Distintas maneras de hablar y pensar sobre lo mismo. Bienvenidos los miércoles, y que haya algunos más.

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Rosario


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Acerca la belleza en tres movimientos Atypica, Revista de Cultura, Diseño y Tendencias (18): 35, Rosario, 2006.

Acerca de la belleza en tres movimientos

1/ Si perseguís la belleza, se te escapa. Hay arquitectos que se esfuerzan demasiado y se les nota. Desesperadamente usan fragmentos de otras obras, de otros lugares, y se aferran a juegos geométricos; simetrías ligeramente asimétricas. Todo suena falso, forzado, endurecido. El ojo entiende todo, las mascaras falsas caen. Los intentos vanos del arquitecto por perseguir la belleza causarían gracia si los resultados no fueran tan patéticos, tan públicos. La concentración estética parece ocurrir en un solo lugar: la fachada. Fachadistas esclavos del dibujo frontal miran su obra desde un punto de vista infinito, imaginando un control total sobre su obra. Pero… y la vida? La vida es escorzo, movi-miento, variación, tiempo, imperfección. La belleza es epifánica, ocurre. En los momentos de creación aparece ahí donde bajamos la guardia, donde no prestamos atención. Aparece cuando dejamos respirar a los proyectos, cuando les damos el espacio necesario para que entre la vida por la ventana, como una brisa. Ahí empezás a imaginar lugares, historias, miradas. Es ahí cuando en el dibujo las líneas se cargan de un sentido más allá de la geometría, más cercano a lo cotidiano, al ligero desajuste de lo real. 2/ Donde ocurre la belleza en nuestra arquitectura rosarina? Ahí donde el arquitecto no tuvo tanto poder, tanta ambición. Ahí donde Rosario le impuso complicaciones más fuertes que todo su impulso de orden, en la atípica belleza de nuestros centros de manzana. A quien se le ocurrieron estas manzanas de 100x100? Sueños de razón y orden exterior que esconden un denso caos de articulación de muros, terrazas, patios, escaleras. Cuantas situaciones, cuantos lugares se esconden detrás de estos muros continuos que no nos dejan ver? Como se resuelven estos lotes imposibles? A pura vida. (El centro de manzana rosarino es territorio perfecto para los gatos, que son los únicos que se apropian de las posibilidades de cruce por sobre muros. Los perros ladran desde sus patios prisión.) Centro de manzana, desde arriba. La brutal belleza de lo real. Rosario en estado puro. Nadie mira las antenas de televisión oxidándose al sol. La belleza de contrafrentes que nadie diseñó. Los patios de casas pasillo de baldosa roja, toldo verde y sillas blancas. La humedad de las medianeras al sur, la manera en la que una grieta encuentra su camino hacia arriba del muro, o la constelación de formas creadas por revoques que siguen despegándose más y más. Reclamo mi pedazo de cielo rosarino, mi casa chorizo mirando al norte, la sombra de la parra del patio de mi abuelo, la baldosa torcida que rompía el dibujo geométrico y escondía el tesoro secreto.. 3/ No jodamos. La belleza rosarina son las chicas. Y si siguen mi tren de pensamiento, yo prefiero la belleza cercana, sin maquillaje, tomando mate un domingo a la tarde, con la guardia baja y la vulnerabilidad a flor de piel.

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Histeria de un Septiembre en Negro En: MONTONI, Pablo, RICCI, Georgina, SIEGRIST, Lila (Eds.). A nuario. Registro de Acciones Artísticas Rosario 2014. Ediciones Yo soy Gilda, Rosario, 2015, pp. 260-261, ISBN 978-987-28774-8-4

Histeria de un Castagnino en Negro

El edificio a simple vista está intacto, solo que ahora está pintado de negro. Según la seguidilla de pericias cuasi-judiciales, el museo estaba pintado antes también. Al saber esto, la discusión entonces se tornó eminentemente estética: el negro todavía significa para muchos algo distinto que el beige claro. Debo decir que a mi me gusta mucho más así como está ahora y si pudiera haría lobby para dejarlo negro. Podría ofrecer razones meramente pragmáticas: recién lo acabamos de pintar y repintarlo nos saldría más plata aún, por cuestiones de preservación, estaríamos cada vez más lejos de la capa material original. Mientras menos pintura, más conservación. Doy mis dos razones principales para defender este nuevo color. La primera tiene que ver con la impronta pública desde la diagonal en ochava amplia de la esquina de la avenida y el boulevard: gracias al nuevo contraste cromático ofrecido por el fondo oscuro se recorta muy elocuentemente el contorno de un frontis clásico ahora resignificado en figura contemporánea: es ahora comentario acerca de un pretendido frontis clásico en un edificio supuestamente emblemático de nuestra modernidad anti-académica. Mi segunda razón tiene que ver con los costados. Creo que este color resuelve el problema de casi 90 años creado por este edificio mal ubicado. Si agregamos algunas estructuras de cables para que crezcan unos jazmines y unas santa ritas en los costados este y oeste y si dejamos que una hermosa enamorada del muro trepe por la pared sur, tendríamos finalmente un edifico integrado con su jardín y el museo sería finalmente parte del Parque Independencia al que le dio engreídamente la espalda por tanto tiempo. Y si estas dos razones no alcanzaran, podríamos imaginar otras razones? Por ejemplo: Si finalmente todo el mundo quiere tener un auto negro, por qué la ciudad no podría tener un museo negro? Se me ocurren slogans para la campaña de indignación cuando empiecen a pintarlo nuevamente de beige claro. Pero la mayor sorpresa de septiembre no fue el nuevo color. Al menos para mi. Lo que realmente sorprendió fue que todavía haya gente que se escandaliza por estas cosas. Justo cuando creíamos que lo habíamos visto todo, que estábamos tan saturados de imágenes de gente decapitada por internet que no había nada que nos sacudiera, a alguien se le ocurre pintar un edificio de negro. En 1917 R. Mutt presentó un mingitorio a un premio de esculturas en París, su obra fue rechazada y con eso Marchel Duchamp armó un famoso escándalo. Las estrategias son las mismas. Y uno creía que las vanguardias estaban acabadas. Yendo a la intervención en sí, pienso si el negro podía aplicado tan brutalmente sobre la superficie. Entiendo que los presupuestos del arte público en Argentina son acotados, y que tal vez recubrir el edificio con plástico negro hubiera sido además de caro, demasiado derivativo de las instalaciones de Christo. Pero el plástico negro dejaba al edificio como estaba, un poco descascarado de pintura vieja, y le daba un carácter de obra en construcción (para una muestra llamada Ampliación no está mal la idea) o por lo menos le daba un tono de regalo sorpresa perverso. En los años cincuenta, cuando Lucio Fontana luchaba por crear directamente en el espacio rompiendo los paradigmas de la representación, su amigo Yves Klein imaginaba pintar con luz azul el obelisco de la Place de la Concorde. Cuando lo imaginó era una tarea técnicamente improbable. La obra se consiguió sólo veinticinco años después y el no llegó a verla. No sé, me parece que un tarro de pintura es algo demasiado al alcance de la mano. Ahora, pintar con luz negra un edifico hasta hacerlo desaparecer, ese si que es un proyecto que me gustaría llevar a cabo. Desapercibidas para el “gran público”, entretenido en la discusión sobre el recubrimiento superficial exterior, la muestra Ampliación incluía obras dentro del edificio. De todas ellas me detengo en tres, porque vi en ellas una búsqueda similar: un trabajo que encuentra profundidades gracias a la insistencia en la superficie. El mural de Pablo Siquier en una de las grandes paredes centrales del recorrido perimetral trabaja con la ilusión perspectívica para abrir el salón hacia el interior profundo de la pared blanca. Si bien el juego es perspectívico, la ilusión no es figurativa, es abstracta; no crea la ilusión de otro espacio mas allá de esa pared que se quiere borrar como límite, por el contrario, esta pared tiene ahora más materialidad que antes, sólo que ahora contiene un espacio blanco profundo, casi infinito. De casi mayor tamaño es la obra que mejor ha representado el turbio espacio líquido interior del Paraná; el lienzo marrón de diez metros de largo por dos metros de ancho de Margarita García Faure nos devuelve las turbulencias superficiales y ocultas de nuestro río gracias al minucioso trabajo puntillístico de colores aplicados al movimiento de olas y correntadas. Y finalmente, una de las obras más chiquitas y silenciosas de toda la muestra. Unas polaroids monocromáticas de Andrea Ostera que muestran su casa de noche. Robo el comentario de una de sus hijas frente a la obra: Mamá, no se ve nada! Ostera explica: es que es de noche. A lo cual le contestan, con un sutil manejo de la ironía: Que profundo mamá! (Si, las polaroids son negras.) 50


La Cuadratura del Círculo Revista Bio Revista de Arquitectura y Construcción (358): 10, Rosario, Mayo-Junio, 2015.

La Cuadratura del Círculo

Cuando vi el vallado de obra encarcelando a la Plaza San Martín, temí lo peor. Para que “arreglar” lo que está bien? Sólo puede haber una razón: la van a municipalizar, pensé. Todas mis pesadillas se hicieron realidad. Lentamente, durante meses, fui viendo como paulatinamente burocratizaban uno de los mejores espacios públicos de la ciudad. A la fantasía Copacabanesca de sus pisos le aplicaron la ordenanza 7815/05 que reglamenta las veredas obligatorias del Distrito Centro (del Casco Histórico, perdón): Baldosas Graníticas de 30cm x 30cm de 16 panes color gris claro. No se puede decir que no cumplan sus propios reglamentos. Recién ayer pude caminar por esas veredas que venía mirando construir desde hace unos meses. (Se tomaron todo su tiempo para poner las baldosas, acaso para justificar los 17 millones?). De alguna manera a las grandiosas veredas de la plaza las hicieron más angostas. No, esa no es la palabra: las hicieron mas finitas. Es una cuestión de proporciones. Antes todo estaba bien, ahora está todo mal. Antes navegabas en un mar de olas blancas y negras. Podías jugar a caminar siguiendo alguna de sus onduladas indicaciones. Y lo lindo era que se conseguían curvas con cuadraditos de vainillitas de 15x15, es decir, con un pixel bien grandote. Era una curva a 72dpi y quedaba bien! Incluso cuando faltaba alguna era divertido, las podías señalar. Cuando venía la EPE y ponía la negra donde iba la blanca, por ejemplo. Ahora no hay ningún atractivo, está todo planchado, ordenado. No se bien como explicarlo, es ese cuadriculado perfecto de baldosas graníticas que se agranda además en los “canteros” para los arboles, que se resuelven de la peor manera, como ausencia cuadriculada de vereda. Las nuevas veredas son claramente exteriores, no son parte de la plaza como era antes, cuando el blanco y el negro ondulante inundaba todo y se desparramaba desde el centro hacia los bordes. No, ahora las veredas son claramente el perímetro de la plaza, un borde separado ya de su centro. Pero en la vereda misma hay problemas! Gracias a la formalización latente de la ausencia de vereda, la vereda es ahora mucho más finita que antes. Me explico. La gran vereda con canteros redondos, ovalados, se ha perdido. Se ha perdido la continuidad, la grandeza de su espacio público, tan sencillamente conseguido antes por la simple resolución de hacer agujeros para los arboles. Los agujeros caen siempre en el medio de algo. Y ese algo era además un continuo que cubría toda la plaza. Los agujeros de los arboles se asemejaban al agujero central donde está San Martín. Y se parecían al círculo central de la plaza. Círculos y agujeros redondos se llevan bien. Ahora en vez de un agujero, para cada árbol hay una ausencia perimetral ortogonalizada, y eso lo cambia todo. Ahora tenemos una veredita con unos rectangulitos adosados. Encima, hay una cinta negra diferenciando el centro finito (por donde hay que caminar) de los rectangulitos adosados (en donde se hace qué?) Horrible. Recién hoy sacaron el cerco y pude cruzar las diagonales. Llegué al centro de la plaza. Todo es peor de lo que imaginé. No entendieron nada. Antes era una delicia pasear por ese centro. Cubrir una superficie plana de forma circular con componentes de forma cuadrada es un problema antiguo en la arquitectura; es digamos, un problema disciplinar. Esos problemas que nos gustan sólo a nosotros y le ponemos nombres complicados: teselar, en este caso. Bueno, acá no teselaron. Acá definitivamente ortogonalizaron. Todas las baldosas tienen la misma dirección: ortogonal a algo que no se sabe bien donde está. Hasta los bancos están ortogonales. Antes, te sentabas en los bancos y siempre mirabas al centro, toda la plaza te orientaba al centro: a San Martín. Las olas blancas y negras te llevaban ahí. San Martín estaba en el medio de un huracán de baldosas! O mejor aún, irradiaba olas, las hacía inundar los bordes de la plaza y salpicar mas allá. Las olas cruzaban la vereda de la fuerza que traían. Además del hermoso dibujo superficial que proponía ese centro activado, la resolución geométrica del problema era impecable: cada tanto, algunas baldosas de 15x15 se cortaban en diagonal, para ir produciendo zonas de baldosas en ilusión de círculos concéntricos. El viejo truco de los gajos de mandarina. Y además: en la unión de los gajos, había que hacer coincidir los colores de las olas. Eso sí que no es moco de pavo. Hay que hacer un dibujo, hay que hacer cálculos, es decir, hay que proyectar, hay que trabajar. Ahora todo da lástima. Venís por la diagonal burocrática de las vereditas de entrada y llegás a unos lugares todos cuadrados, donde las baldosas no saben bien para donde ir, si a la izquierda o a la derecha. Hay incluso algunas salientes medio raras, a las que no se animaron siquiera a definirles un borde. Desde el piso, caminando, ya no se sabe que forma tiene la cosa. San Martín ahora mira para cualquier lado. Antes, si cruzabas en diagonal era un placer enorme sentir como el dibujo mismo iba curvando tu caminar. Esquivabas perfectamente a San Martín y encarabas la otra diagonal con el cuerpo bien encaminado. Ahora tenés miedo de chocarte el cantero central. Que además, parece cuadrado! Esta gente hizo magia: cuadraron el circulo. Es incompetencia elevada a nivel de arte

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Cairo Soho: Diseñando Atmósferas [en línea]. Demasiado Rosarino. 4 de Febrero de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/02/los-dos-cairos.html

Los dos Cairos

Introducción Hasta no hace mucho se le pedía a la arquitectura que significara, que representara formalmente un comentario sobre la realidad. Se le pedía que se distanciara críticamente, que resistiera tentaciones. Esta era una arquitectura que decía cosas y que pedía ser leída. La decodificación del mensaje era un acto de compromiso intelectual. La arquitectura nos pedía hacer un esfuerzo. Nos hacia pensar. Las cosas han cambiado. La arqutectura se expande, disipándose por los bordes del diseño. Ahora, a la arquitectura se le pide que ocupe todos los rincones y que nos envuelva. Conectándose directamente con nuestra sensibilidad, en atmósferas de diseño total, la arquitectura define el carácter de la experiencia. Nos relajamos. No hay esfuerzo: Sentimos. Branding, Lifestyling y Marketing son las operaciones que definen este nuevo paradigma. La arquitectura, desde el diseño, brinda la innovación formal que diferencia y posiciona productos para establecerlos con identidad en un mercado saturado. Se nos dice que nuestro derecho es elegir los estilos de vida con los que construiremos nuestras identidades de pertenencia. Somos consumidores antes que ciudadanos. Hace un tiempo, no hace mucho, la resistencia de la arquitectura posicionaba la disciplina en el camino de la búsqueda de la verdad. La experiencia estética del espacio era un medio para la transformación del sujeto. Las operaciones formales se relacionaban con articulaciones tectónicas y todo se parecía a lo que era. La honestidad era brutal. La identidad de un lugar se establecía gracias al tiempo y los acontecimientos de la cultura. A eso lo llamábamos historia. Hoy ya no tenemos tiempo. Fabricamos las verdades, construimos las identidades y nos arropamos con ellas. Desarrollo En su influyente articulo “Bienvenidos a la Economía de la Experiencia” publicado en el prestigioso Harvard Business Review en Agosto de 1998, Joseph Pine y James Gilmore sugieren que la economía global ha ingresado en un nuevo ciclo evolutivo de la progresión del valor económico, en donde el campo competitivo no es ya el de los servicios, sino el de las experiencias. Nos dicen que hoy se puede identificar y describir este nuevo ofrecimiento económico porque los consumidores desean experiencias, y más y más negocios responden diseñándolas y promoviéndolas explícitamente. Mientras que los anteriores ofrecimientos económicos –materias primas, productos o servicios- eran externos al comprador, las experiencias son inherentemente personales, existen solamente en la mente del individuo que ha sido emocional, física, intelectual o incluso espiritualmente estimulado. Los autores hablan de la posibilidad de un diseñador de experiencias, acompañando al diseñador de productos y al diseñador de procesos. Así como los productos y servicios derivan de un proceso iterativo de investigación, proyecto y desarrollo, las experiencias derivan de un proceso de exploración, guión y montaje. Fredric Jameson tuvo razón, el Postmodernismo arquitectónico fue la respuesta a las presiones del mercado capitalista avanzado de servicios de principios de los 80. En ese entonces, la arquitectura era requerida para formalizar significados que debían leerse claramente. Brindábamos el servicio de Representación Arquitectónica. “Una torre Neo-Gótica? Como no”, le dijo Phillip Johnson a AT&T, de ahí a nuestros Shoppings de los 90 y a la torre barroca francesa sobre Figueroa Alcorta hay solo un paso subdesarrollado. Si aceptamos el postulado de la Economía de la Experiencia, talvez ahora se nos estén buscando desde los departamentos de marketing para algo más; tal vez seamos nosotros mismos el departamento de marketing. Que son los locales Prada de OMA sino experiencia diseñada? Que son los Hard Rock Café? Se nos vuelve a buscar por lo que sabemos hacer: diseñar experiencias espaciales. Pero eso si, se nos piden espacios fáciles, de rápida transmisión, atmósferas de sensaciones. Nada de carga existencial fenomenológica, nada de experiencias transformadoras. Deglutidas por las estrategias de mercado, las experiencias espaciales del 60 vuelven como música ambiental; nos relajan y nos ayudan a pagar más caro aquel jean. Será posible aprovechar este momento de gracia en que el mundo/mercado nos mira nuevamente para reconstruir, desde esta cáscara vacía, un sentido de espesor cultural para nuestras actuaciones? Descenlace De lo que me acuerdo, El Cairo era un bar muy feo. No entré nunca, porque al no haber vivido la efervescencia de los sesenta, el lugar se me presentaba sin nostalgia alguna. Solo veía sillas rotas y un cielorraso a mal traer. Hasta el negro Fontanarrosa y su mesa no resistieron tanto y produjeron un terremoto cultural cuando mudaron sus tertulias a La Sede. Al nuevo Cairo entré un par de veces, las porciones del almuerzo son generosas. No sé dónde está ahora la mesa señalada, donde está el humo de los Parisiennes y si esta fantástica evocación romántica heredada importa o no. Me lo imagino a mi viejo discutiendo la última de Bergman antes o después del cine. Me lo imagino a los gritos, sonriendo. Pero no me lo imagino en el bar de ahora, me lo imagino en el de antes. Me lo imagino feliz, soberbio e inmortal. Mi viejo es joven, son los 60 y en El Cairo se está tramando una revolución. 52


Cerrar el Casino [en línea]. Demasiado Rosarino. 10 de Octubre de 2015. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2015/10/

Cerrar el Casino

Hace unos meses que con Agus estamos yendo a catas. En la vinería de la esquina de casa, más o menos cada 15 días nos juntamos con casi el mismo grupo de gente y algún sommelier a probar unos 4 o 5 vinos, gratis. Hemos aprendido bastante, ahora podemos charlar sobre la tipicidad de las cepas, sobre la mineralidad de los suelos de altura dando su particularidad, sobre los distintos “terroirs”, sobre el retrogusto medido en segundos, la estructura y acidez de los taninos, etc. Está bueno charlar de los vinos mientras los tomás, te van contando de las bodegas, sus historias, la geografía, imaginás el trabajo de familias, de ingenieros agrónomos, de enólogos, etc. Hay algo extraño en el mundo del vino, una mezcla entre tradición e innovación interesante. En eso estábamos cuando desde Buenos Aires nos llegan dos entradas gratis a algo que se llama Vinos de Lujo, en el City Center. Si el camino personal del vino nos lleva a estos lugares extraños, hacia allá iremos, no nos negamos al camino del vino. Si el vino no lleva por primera vez al Casino de Rosario, iremos. Yendo Antes de decidir si vamos o no, miramos algunas publicidades del evento. En la primera se ve una pareja de locutores jóvenes, vestidos para casamiento anunciando todo majestuoso y de repente la cámara vuela cuál drone y se aleja para mostrar la entrada del Casino y más allá. OK. Bueno. A pesar de todo eso y por la idea del vino, decidimos ir, en turismo antropológico, más o menos bien vestidos para no desentonar, a lo que imaginamos como un evento altamente careta. Obviamente, nosotros vamos en colectivo. 139. Dorrego y San Luis, se nos va, lo corremos, subimos, no nos alcanza la plata en la tarjeta, alguien nos presta una, seguimos. Atravesamos todo el centro, doblamos por Juan Manuel de Rosas y de a poco abandono la parte de la ciudad que más recorro; doblamos por San Martín, pasamos por la Santa María y ya estoy en un territorio al que voy más o menos cada 5 años. La vitalidad comercial popular de San Martín impresiona, son más de cincuenta cuadras de tiendas y tiendas, pequeños y medianos emprendimientos comerciales de escala familiar, lo poco que queda del entramado comercial que inventó esta ciudad. En el último lugar del colectivo, detrás de la puerta, me siento como un farsante, con traje de disfraz de profesor, fuera de lugar, rodeado de toda esa dignidad popular. Llegamos a Avenida del Rosario y ahí si que se terminó mi mapa mental de la ciudad. Ya estoy en una ciudad desconocida. El 139 vuelve a girar, esta vez casi volviendo sobre sus pasos, hacia el norte, y estamos en Lamadrid y los barrios de vivienda pública. Veo lindo al barrio, veo lindo todo, una tarde tranquila de este invierno que no se quiere ir, la gente volviendo a casa en colectivo después de la escuela o de laburar. Yo nací en un barrio parecido, el barrio Telefónico de Provincias Unidas y Junín, barrio de autoconstrucción cooperativa del gremio de los telefónicos. Mi viejo era empleado bancario y estudiante de psicología y los sábados y domingos se vestía de obrero y se juntaba con la barra a colocar ladrillos o las chapas de los techos. Ahí viví hasta que nos fuimos a Colombia. Una vez que volvimos, mis viejos alquilaron en el centro y desde entonces, soy del centro. Me estoy conectando con esa parte de mi historia cuando el 139 llega a Battle y Ordoñez y creo que es donde nos tenemos que bajar, pero el bondi sigue para el otro lado y me doy cuenta de lo que sucede: el recorrido del colectivo no está trazado para los que van al Casino como “turistas”, está trazado para los que van a laburar: primero pasamos por atrás, por la entrada de servicio, la de los laburantes. Desde la ventana del colectivo, ver la nave espacial del Hotel Cinco Estrellas, por sobre las terrazas de las casas autoconstruidas -casi villa miseria- de ese borde tan olvidado de la ciudad es de una violencia incontestable. Me bajo del colectivo con el corazón compungido. Como cometiendo una traición, encaro a la entrada del Casino. Entrando Apenas cruzás la reja, estás en otro planeta. Damos la vuelta y vemos la bandera de la provincia flamear en la entrada. Si yo fuera gobernador me daría vergüenza esa bandera flameando ahí, lo primero que hago es pedir que la bajen. Caminando la vereda que lleva a la gran marquesina, me doy cuenta que el casino es el aeropuerto que nos falta. Pero todo es peor de lo que imaginaba, la entrada al Hotel, la calle de separación entre Hotel y Casino, la desconexión con la realidad que nos rodea. Caminando este real no-lugar no puedo ponerme en el lugar del profesor de proyectos de mi facultad que dirigió la construcción de todo esto, lo que siento es una mezcla de desprecio e incomprensión. El por qué lo tengo claro: por plata. Lo que me pregunto es cómo? Y con qué cara le hablará de ciudad y de espacio público a sus alumnos después de esto? Entramos al gran atrio central y ahora ya no estamos en un aeropuerto, estamos en un Shopping. Algunas marcas de lujo y de repente estamos en Dubai. Hacia la derecha, la entrada al Casino. Creemos que es ahí, preguntamos al la gente de seguridad, nos avisan que es en el Hotel, al final del atrio, para el otro lado. Cruzamos la calle techada de separación, giramos la cabeza y como todavía es de día, ahí está enmarcada en toda su potencia, la pobreza del barrio rosarino que imagino ve cada huésped del Hotel cinco estrellas cuando entra. (O no lo verán? Vendrán ya inmunizados a la realidad, con ojos bien latinoamericanizados?). Una vez en el Hotel, otra 53


vez el primer mundo de los ricos, amplios espacios, buenos materiales, escaleras anchas, mármol, granito o porcelanato, lo mismo da, todo brilla, todo está limpio. Muchas cortinas blancas que esconden ventanales que denuncian donde estamos, demasiado para el huésped ver la villa miseria TAMBIÉN desde el lobby. Preguntamos donde es lo de los vinos, subimos las escaleras y nos preparamos para colarnos al evento. Evento Después de rebotar, llamamos por teléfono al que nos puede abrir las puertas y las puertas se abren. En el hall, muchos panes, demasiados panes, desbordan una mesa gigante, panes artesanales, muy, muy ricos, la verdad. Excesos de copas, mesas de tragos por acá, mesas de Fernet por allá (vas a un lugar donde te ofrecen vinos muy buenos gratis y te tomás un Fernet? hay que ser pelotudo), un pasillo donde hay lugares para sentarse, un pequeño “patio de picadas” antes de entrar al salón propiamente dicho, donde hay unas quince bodegas representadas en mesas por sus sommeliers de cabecera. Que ya reconozcamos (y conozcamos) a unos cinco someliers habla bastante mal de nosotros. Empezamos por una mesa con poca gente y podemos hablar tranquilos con el que nos sirve, que nos cuenta cosas lindas, aprendemos. Hicimos esto algunas veces, entrando y saliendo a buscar panes y quesos, hasta que ya todo se convirtió un boliche rosarino lleno de borrachos apretujados y nos fuimos. Casino Estamos en el atrio ya para irnos cuando asomados a los patios internos a los tres subsuelos de estacionamientos, nuestro arquitecto interior nos hace ir hacia la sala del casino propiamente dicha. Agus me advierte de lo que vendrá. Cruzamos la puerta y PUM! Ciencia ficción distópica en todo su esplendor! Luces de colores parpadeantes e hipnóticas! Ruidos espaciales celestiales monotonales que subyugan! Ruidos que incitan! Maquinas que piden sentarte enfrente, anunciando costar sólo cinco centavos y dar premios millonarios! La única actividad de la gente sentada en frente de esas maquinitas es apretar un botón y ver mover unas imágenes en la pantalla símil movimiento mecánico! Ni las ruletas tienen crupiers de verdad! Y todo esto apenas asomándome a una doble altura que tiene entrecruzada hacia arriba y haca abajo otras dos plataformas de estas máquinas infernales, y espejos por todos lados, y líneas y mas líneas de estas máquinas en un laberinto sin fin, apenas te movés un poco ya no sabés donde estas, quién sos. Sólo sabés que querés sentarte hasta morir desangrado entregándole tu último centavo a esta maquinaria infernal que tenés conectada a tu cerebro y que te pide más y más. Una máquina espacial amplia en la que todo detalle está estudiado, hay ciencia en esto, la Casinología; nada está sujeto al azar, cada decisión fríamente calculada. La música por ejemplo. Es lo más parecido al inferno que he sentido. Es prácticamente locura inducida. Una música angelical, que abre las puertas del cielo cada segundo, cada vez más brillante en un continuo de layers sonoros que se superponen unos a otros. No es cacofonía, es armonía infernal infinita. La eterna caida ascendente. Y los reflejos, los espejos, que multiplican los colores, al tiempo que los movimientos, acompañan esta profusión de impulsos que te dejan catatónico al minuto, te entregás a la vorágine del juego, a la seducción de perder, y perder y seguir perdiendo. Agus me hace pasar por enfrente de las puertas copiadas al Faena de Buenos Aires, donde va la gente con plata a perder plata en mesas donde hay crupieres de verdad. Y trabaja mucha gente acá, ves guardias de seguridad, ves tipos vestidos de verde clarito, ves en algunas mesas con gente jugando cartas a gente dando cartas, en algunas mesas de ruletas ves a empleados recibiendo 500 pesos y entregando fichas para que el tipo las ponga a TODAS en una sola movida. 500 pesos que imagino deben ser un alto porcentaje de su sueldo. La gente que ves a tu alrededor no parece ser gente que pueda perder plata alegremente. Ves gente de clase baja argentina, el peso de los 500 pesos en el bolsillo es fuerte, la ocasión de perderlos en el supuesto trance de ganar millones que no vienen nunca hace a toda esta seducción más perversa aún. Acá hay gente perdiendo plata que le ha costado mucho ganar y que claramente no le sobra. Supongo que habrá más gente trabajando acá, horas y horas del día de muchos, dedicados a ser partícipes de esta maquinaria extractora de recursos. En medio de todo esto, asqueado, perplejo, confundido, pienso, a quién se le ocurrió que todo esto era una buena idea? Quién pensó que esto era bueno? Que era progreso? Y me acuerdo de una de la publicidades de nuestra administración socialista: las torres de puerto norte y el casino. El Casino! En Cuba hubo una revolución para cerrar casinos! Y acá los mostramos en una publicidad de un gobierno supuestamente socialista? HAY QUE CERRAR EL CASINO. Es la única conclusión a la que cualquier persona con dos gramos de cerebro puede llegar: HAY QUE CERRAR EL CASINO. Hay que apagar esta maquinaria infernal. Hay que desconectarla, desenchufarla. Volviendo Aturdidos, encaramos el primer taxi de la fila. El primo del Fideo Di María nos trae tranquilos por Boulevard Oroño y en cinco minutos estamos de vuelta en casa. Y demoro un día en juntar los pedazos de lo de ayer. 54


Cine en el Shopping [en línea]. Demasiado Rosarino. 14 de Marzo de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/03/cine-en-el-shopping.html

Cine en el Shopping

A mi me sigue gustando ir al cine. Se que uno ahora puede bajar cualquier cosa para mirar desde la compu o la tele, pero no es lo mismo. Si no ves la película en una sala, no ves realmente la película, ves algo que se le perece o peor, que lo distorsiona. Pasa lo mismo que con los buenos cuadros, cuando finalmente los encontrás en el museo te das cuenta que lo que viste impreso en un libro lo imaginabas enorme y era chiquito (el de los relojes derretidos de Dalí, 10 centímetros), o que lo que viste impreso chiquito es enorme (los water lilies de Monet, 20 metros); según en que papel estaba impreso, lo que viste brillante era opaco, lo que viste opaco brillaba, lo que viste liso era texturado, nunca viste el relieve del óleo con movimiento propio en Van Gogh, nunca viste el botón perdido entre capas de colores en Pollock, nunca viste de verdad el International Klein Blue. Cuando ves una película en pantalla chica (la de los aviones!) es apenas un poco más que leer el guión y nada más: ves la historia, escuchás los diálogos, ves los actores, pero no ves la película. Si hubiera visto La Grande Bellezza (Paolo Sorrentino) en casa, en esta compu en la que escribo, me hubiera parecido una película de un fiestero romano más; pero en el cine, en pantalla grande, en formato digital, cada imagen exudaba la melancolía milenaria de Roma y su presente cultural vacío y superficial se hacía más insoportable, la tristeza de Toni Sorvino tan encantadora y desanimada, las imágenes sobre los títulos finales con la cámara moviéndose sobre el rio pasando por debajo de los puentes, las monjas bajándose de la Traffic para sacarse fotos y a un costado del encuadre, el techo de los colectivos. Hace rato que no me pasaba que no quería que una película terminara, si seguían mostrando Roma, yo me quedaba mirando. Lo mío no es nostalgia! Con los equipos que tienen ahora, nunca se ha filmado mejor, nunca imágenes tan nítidas, cuadros tan extensos, hay que ver todo lo más grande posible! Me gusta el cine porque soy vago. Leer demanda mucho esfuerzo y un tiempo que ya no tengo o no le quiero dar. En la sala de cine me entrego y me dejo llevar. Me encanta la espera, ese momento cuando empezás a notar que están por apagar las luces, los títulos y tratás de descubrir que símbolo aparece, universal, fox; acordarme quién está detrás de las producciones, empezar a escuchar la música. Los primeros dos minutos son los más raros, estás recién entrando en la película, no sabés que te espera, todo puede suceder. Después de la exposición de la trama en las escenas iniciales, ya te acomodás y de ahí hasta el final todo se hace más simple: mirás la peli. Ir al cine fue desde el principio una experiencia urbana. Los palacios del cine, decorados con las fantasías más bizarras se abrían a la calle con halles de triples alturas que desembocaban en la vereda con marquesinas gigantes (el Chicago Theatre!). Incluso los cines humildes de barrio repetían todo, pero más chiquito: el hall alto, sin balconeos y la marquesina, simpática, pero no exuberante (la marquesina que más quise fue la del Music Box). Hablo de Chicago, porque si bien tiraron muchos, algunos viejos cines quedaron, reconvertidos en salas para conciertos los más grandes, en lugares para recitales de rock los medianos, en pequeños cines “arte” los otros. Acá en Rosario no quedó ninguno. Yo no tuve edad para ir a ningún cine de barrio, pero fui a Space (Calle Mendoza) antes que se convirtiera en plaza de estacionamiento. No se que nombre tenía ese cine, pero la marquesina, el hall, la sala y la platea alta (donde ibas a chapar) todo eso estaba intacto y era lo que le daba onda al boliche. De los cines mas “lejanos”, alcancé a ir al que estaba en calle Corrientes, el Cine Imperial, art decó. Está en pié, tapialado. De los más céntricos, lloro todavía al Radar (Peatonal Córdoba), con un piso en pendiente curva para las visuales y un cielorraso para la acústica, maravillosos aún para un pibe que no entendía nada de arquitectura; cada vez que paso por el Gran Rex (Peatonal San Martín) controlo a ver si lo siguen arruinando los evangélicos que lo usan, y cada vez me da más pena el Monumental, que si bien nunca fue una maravilla, por lo menos era una sala digna y no ese laberinto del terror que es ahora. La última vez que vi una película en el Broadway (Calle San Lorenzo) cayó desde un agujero redondo del cielorraso una catarata impresionante de agua sobre las filas de atrás. Lo loco es que salí y no llovía. Me acuerdo de películas que vi y las relaciono con las salas donde las vi, algunos grandes eventos cinematográficos de mi historia emotiva: La Misión, Sur, Gatica y Titanic, todas en el Gran Rex: películas para la gran pantalla. O la peli de Olmedo “El Manosanta está Cargado” a la que nos colamos con mis compañeros del colegio, bastante antes de los 18 años, en el Monumental. Ni hablar de los chocolateros y acomodadores, toda otra historia ahí. Antes, ir al cine era ir al centro. Ahora es ir al shopping. Yo no voy nunca al shopping, primero porque no me compro cosas y segundo porque no me gusta. Pero el cine está ahora en el shopping y cada semana me hace ir para allá. En colectivo, unos 45 minutos y después caminar atravesando la explanada de asfalto del estacionamiento, a veces llena de autos, a veces vacía, no sé que es peor. El lobby también, o lleno a tope o vacío. Espacios sin termino medio, no te dejan tranquilo, siempre te desacomodan, por exceso de actividad o por exceso de inactividad. Y si te agarra hambre, a quilómetros de la civilización, sos rehén del patio de comidas. 55


“Patio” es siempre un eufemismo en estos casos. Esto sí que es un caos. Un sábado a la noche en el patio de comidas del shopping rosarino, esa es la imagen de mi infierno. Y la comida. Uf. Hoy me comí un burrito con arroz seco, algo parecido a unos pedazos de carne y una salsa que yo pensé era de tomate fresca pero resultó ser “criolla”. Me causó gracia cuando me preguntaron si quería ponerle arroz al burrito, de lo poco que sé de burritos, creo que es el único ingrediente obligatorio después de la tortilla que lo envuelve. La verdad que todo esto me deprime bastante. Pero todo sea por el cine! La paradoja es que después de soportar la marabunta de gente, siempre entro a salas vacías. En la peli que vi hoy, “Balada de un hombre común” (Inside Llewyn Davis) de los Cohen, éramos 7 en la sala (y unos 4 entraron porque no sabían que película era). Esto me hace pesar que ya pronto ni esto voy a poder hacer. En las 18 salas van a dar “300: Nacimiento del Imperio”, y a tomar por culo. Hace poco, una peli terminó bien tarde, el shopping estaba desierto, pusieron unos cordoncitos para guiarnos por su inmensidad vacía, rarísimo. Después, en el taxi, con Rosario también desierto, me invadió una sensación de profunda melancolía; fue después de ver La Grande Belleza y éramos un poco como Jep Gambardella, volviendo por las calles desiertas después del lujo sensual de la fiesta. Ese mismo fin de semana fui a ver Nebraska, de Alexander Payne, hay muchos trenes en esa película, gente caminando al lado de las vía; después de la peli encaré cruzando el Parque de los Constituyentes hasta el cruce de Avenida Francia, y un tren carguero fantasmal me cerró el paso a la 1 de la mañana. En la peli de hoy, aparecía varias veces un gato marrón que interpelaba el destino del personaje. Esperando el colectivo por Alberdi (cualquiera que venga menos el 103) pasó por la vereda, contra las paredes de la fachadas, un gato igual al de la peli. Cosas de mandinga. Posdata: Me acuerdo de los cines de Barranquilla. Y eso que dejé esa ciudad a los 10 años. Entre otras (Bud Spencer! Superman! El Retorno del Jedi!) me acuerdo de Los Cazafantasmas, a la que nos llevó equivocada la mamá de un amigo pensando que era de dibujitos, por el fantasmita del cartel. Le agradezco su confusión que me hizo conocer Nueva York, Bill Murray y Sigourney Weaver, todo de una sola vez. Zuul the Gatekeeper, sexy!

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El Club del Cine [en línea]. Demasiado Rosarino. 22 de Enero de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/01/el-club-del-cine.html

El Club del Cine

Hace mucho que voy al cineclub. Digamos, 20 años. No sé bien donde estaba antes, siempre he ido donde están ahora, el “auditorio” de la Asociación Médica. La sala es parte de la reforma del Estudio H de los ochenta que abraza como un oso marrón a la casona de la esquina y asoma por atrás, por los costados y por arriba. Este es el costado más largo, por calle Tucumán, el ingreso al foyer es bajando escaleras para bajar más aún para entrar a la sala. Diría que es casi apropiado para ver películas, una cueva oscura. Adentro la sala tiene mucho mármol, mucha madera y un cielorraso setentoso en tiritas. Nada de esto molesta cuando se apaga la luz. Lo lindo también es salir, la calle parece un piso superior vista desde abajo; si salís de una pelicula fuerte, el desplazamiento hacia arriba te descoloca, tardás en reconocer el nuevo cero. Cuando empecé a ir, todavía daban películas en fílmico. Conseguían los rollos de los consulados y armaban muy buenos ciclos. Descubrí mucho cine. Un ciclo de Bresson que sigue siendo una de mis experiencia cinéfilas más intensas: Pickpocket y la escena de las manos robando en la estación, Balthazar, Juana de Arco, etc. Blanco y negro y melancolía casi física en las imágenes. (todos los descubrimientos son intensos). Después dejé de ir por un tiempo porque era cada vez más difícil conseguir rollos y usaban un proyector VHS (o sea, video, cinta, cassette) que ponían a mitad de sala porque no llegaba la potencia, tenía tres círculos de colores por donde salían luces diferenciadas, que se mezclaba bastante mal en la pantalla. Era algo así como agrandar tu televisor color de los 80, se veía borroso y con la líneas catódicas. Preferí no ver películas a verlas así. Cuando hace unos años empecé a volver por unos meses cada año a Rosario, retorné tímidamente al cineclub. Por supuesto que ahora se ve todo bárbaro, digital mediante. Ahora intento ir todas las semanas. Incluso si la pelicula no me inspira confianza, voy igual. Como muchas veces me han sorprendido gratamente, les doy el beneficio de la duda. Ese beneficio a veces se estira demasiado, últimamente me fui de varias películas antes de terminar. Esta semana dieron una película tan rara que jamás la hubiera visto en otro lado. Una película italiana del 2013 que no se estrenó en ningún otro lado más que en Italia. “La Ciudad Ideal”, con un protagonista arquitecto (y ecologista radical), que se mete en problemas sólo por intentar hacer las cosas bien y se embarra cada vez más peleando por la verdad motivada por su idealismo, que no es más que su incapacidad para lidiar con los desajustes de la realidad. Filmada en Siena, con climas raros, intensos y calmos a la vez. El cineclub te sorprende. Para eso está. Cada martes hay dos funciones, una a las 8 y otra a las 10. Los dos públicos son muy distintos. El de las 8 diría que en promedio se acerca a los 72. Exagero, pero no por mucho. Son los “históricos”, el público fiel al cineclub mas antiguo del país. Se conocen, se sientan siempre en el mismo lugar. Es un culto. No voy a ese horario, no por no pertenecer a esa franja etaria, sino por la selección de películas. Generalmente a esa hora dan dramas y tragedias tremendas. Si tenemos en cuenta las reacciones de ese público (y en especial de las señoras mayores) al parecer existiría una relación inversamente proporcional entre el sufrimiento de los personajes y la calidad de la película. Mientras más enfermedades e injusticias sufran los protagonistas, mejor será la película. Yo no soy masoquista y no voy al cine a sufrir; no me interesan los directores sádicos que les hacen pasar las mil y una a sus personajes en pos de una moraleja aleccionadora. Además, en mi experiencia, la mayor de las veces esas peliculas (las serias, las con mensaje, las “realistas”) son bastante malas. Así que yo paso, gracias. Casi siempre voy a la función de las 10. Ahí el publico es otro, el promedio baja a unos 27 años. Yo soy uno de los más viejitos de la sala, lo que me deja mucho más tranquilo. Y se toman unos riegos bárbaros con las pelis que pasan a esa hora, influencia de la nueva camada de programadores, los hijos del (presidente? director? coordinador? gerente?) del cineclub. Porque el cine club es una (empresa? institución? asociación?) asunto de familia. Estos años me he visto unas películas de lo más bizarras y divertidas de directores totalmente desconocidos para mi hasta ese momento, las últimas de mis directores favoritos que nunca se estrenarán en argentina, un par de ciclos de cine europeo, italiano, francés, etc. Yo venía de una actividad cinéfila importante -el ritmo de estrenos en Chicago es muy fuerte, con varios cines con ciclos especiales permanentes, y si bien disminuí un poco la cantidad (veo menos), no he disminuido la calidad (no veo peor). El año pasado (año que falté mucho porque una de mis clases eran los martes), vi, entre otras, estas películas: “This must be the place” de Paolo Sorrentino con Sean Pen haciendo de Robert Smith?; “Pollo con Ciruelas” de Marjane Satrapi con Mathieu Almeric; una decepción (para mi en ese día, si la veo otra vez tal vez cambie de opinión) la última de Michel Gondry “La espuma de los Días”; una de las bizzareadas mas grandes en mucho tiempo: “John dies at the End” de Don Coscarelli, de la que salí esperando monstruos en las alcantarillas en cada cuadra de mi caminata de vuelta a casa. Y la película más hermosa en mucho tiempo: “Holy Motors” de Leo Carax. Gracias Cineclub por TODO lo que nos das.

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La Sinfónica [en línea]. Demasiado Rosarino. 14 de Agosto de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/08/la-sinfonica.html

La Sinfónica

La Sinfónica Provincial de Rosario está en un momento excepcional. Hace cuatro años la sigo regularmente y cada día toca mejor. Lo de hoy fue sublime. No sólo fue lo que tocaron, si no como lo tocaron. Tocar no es sólo seguir la partitura. Hoy, además de hacer eso impecablemente, crearon climas, tonos, atmósferas, bailaron, actuaron, sintieron lo que tocaban. Borodin fue melancólico, Chopin fue delicado, Beethoven fue épico y Strauss amenazante y después etéreo, con el brillo del dorado final. El director invitado, Alejo Pérez, supo concentrar el esfuerzo de la orquesta para encontrar un sonido compacto y a la vez amplio, lleno de espacio entre los instrumentos, con una cualidad de control y variación de volumen (sonoro y el espacial), como nunca los había escuchado en esta orquesta. Un sonido que ocupó los espacios en forma variable, si hasta casi lo podías ver al sonido siguiendo las manos del director, en oleadas.

Yo de esto se muy poco, pero estoy malcriado. Durante ocho años seguí fielmente a una de las mejores orquestas del mundo, la de Chicago. Y es como tomar un buen Scotch, te das cuenta enseguida cuando volvés a tomar uno malo. Lo que pasa cuando escuchás una gran orquesta es que te entregás, sabés que no vas a encontrarte con errores. El sonido es el de un gran único instrumento, que de repente puede multiplicarse en miles o volverse un sonido mínimo en medio del silencio de la montaña en una sinfonía de Mahler. En Chicago escuché la muerte de Tchaikovski (el final de su sexta), y fue como si la orquesta succionara todo el sonido de la sala, aspirándolo en una ola de fuerza, una sensación física. Un día entré tan cansado después de trabajar que pensé que no llegaba al comienzo despierto, no sabía el programa, pero no había intermedio. Empezó la tercera de Mahler y fue como si alguien me agarrara de la solapa del saco y no me soltara hasta una hora y media después; dirigía Haitink, un viejito Holandés de más de ochenta que es más rocanrol que todos los Rolling Stones juntos. Cuando dejé Chicago sabía que mis encuentros con esa maravilla semanal serían una de las cosas que más extrañaría. Y demoré en ir a escuchar a la Sinfónica. Me tuvieron que insistir. Fui con recelos, de prejuicioso nomás. Ya en el primer concierto, hace unos cuatro años, salí con una sonrisa. Y hoy cada día me emocionan más. Porque una cosa es tocar en una orquesta como la de Chicago, que te paga muchos miles de dólares para que te concentres en tu oboe, y otra cosas es tocar acá por dos mangos. Y esta gente se la ve tocando cada día mejor, y eso sólo se logra porque se esfuerzan. No tengo dudas que estudian y ensayan. Las cosas no salen así nomás. Están tocando increíblemente bien. En estos tres años los he escuchado dirigidos por Nicolas Rauss y por varios directores invitados, argentinos, latinoamericanos y europeos, todos jóvenes, todos excelentes. Los he escuchado acompañando a muy buenos solistas de todo tipo (incluso a un marimbista y a un armoniquista!) y encarando sinfonías largas, complejas, de Mahler, Tchaikosvky, Shostakovich, Bruckner, ninguna pavada. Y tanto la acústica como la sala del Circulo son una cosa hermosa. Hoy el piano, el oboe, los clarinetes, los violines, las violas, los violonchelos, los bronces, todos sonaron con sus timbres reconocibles, y cuando tocaban juntos, lo hacían juntos! Hoy realmente fue exquisito el sonido de la orquesta, afinados como nunca y especialmente cuidadosos y sutiles estuvieron los solistas. El programa de hoy lo voy a recordar por mucho tiempo. Arrancaron con los vientos helados de las estepas del Asia Central que traía Borodin, con unas melodías diáfanas, frías, melancólicas y esperanzadas al mismo tiempo. Ya se veía que iba a ser una noche memorable. En los menos de diez minutos que dura la pieza, la orquesta siguió al Alejo Perez con toda la claridad de sonido y emoción que pedía cada movimiento de baile del director. Emilio Peroni tocó el piano (hermosamente!) en el Concierto No1 de Chopin y fue una maravilla ver a la orquesta no sólo acompañar, sino tocar, tocar junto a ese piano, esa música. Los tiempos marcados por el director dejaron que aflorara toda la delicadeza, fragilidad, incluso la alegría de algunos momentos. Me impactó sobretodo el control del volumen de la orquesta, en algunos momentos casi susurrando junto al piano en pianísmo, y en otros envolviendo la marcha del piano forte. Después del intervalo, la obertura de Coriolano de Beethoven demostró por qué es el más grande de todos los tiempos. Un épica enorme de menos de diez minutos donde el cascarrabias mayor lo inventa todo. Esta vez la orquesta se pasa con un manejo del silencio y de la fuerza impecable. Y el final… que final! Una de las cosas más hermosas jamás escritas por el hombre, Muerte y Transfiguración de Strauss. Y como tocaron! Escribo esto y me emociono. Empieza lleno de peligros al acecho, amenazante. Sonidos entrecortados, disonantes, de una modernidad pasmosa para el año en que fue escrito, 1891. Lentamente los sonidos se organizan en melodías ominosas, los peligros se hacen reales, nos oprimen. Sigue una lucha entre momentos de esperanza y la entrega al destino incierto. Zozobra. Dudas. Finalmente, lo inevitable, la batalla final. Entre sonidos de desdicha, de lucha desesperada para escapar, un final tras otro, uno más oscuro que otro. Todo termina, Silencio. De a poco, los tonos mas graves de la orquesta construyen un piso sobre el cual empiezan a surgir nuevos sonidos. Una melodía nueva ingresa. De a poco, la calma. Los violines traen una claridad, una luz nueva. Melodías cada vez más hermosas llegan en oleadas, ahora es toda la orquesta, bailando, siguiendo las oleadas de claridad. Es todo tan hermoso, tan blanco, tan luminoso, que no querés que termine nunca. 58


Los Túneles [en línea]. Demasiado Rosarino. 24 de Febrero de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/02/los-t-uneles.html

Los Túneles

Llegar caminando al Centro Cultural Parque de España se ha convertido últimamente en una aventura urbana extrema. Si te acercás por el lado del río, tenés que ir mirando para abajo para esquivar las cabezas de pescado y para arriba para esquivar los anzuelos lanzados con temeridad hacia atrás sin importar quien venga. Debería haber algún tipo de protocolo de pesca urbana, algo así como “dejá todo como lo encontraste” y “no le saqués los ojos a la gente que pasa caminando”, pero así es como están las cosas. Una vez que pasaste esa zona de peligro llegan los sectores de césped con familias y las explanadas de cemento con chicos en rollers. Los bordes entre estas zonas no son estrictos, y los pescadores (los padres y tíos) se mezclan con los bancos del picnic (las madres y tías) y con las bicis y los patines (los chicos). En la última de las explanadas la cosa se pone más profesional y más peligrosa para los practicantes (será porque la explanada está como levantada en un podio de varios escalones y eso la hace más importante?). Acá ya hay pibes en bicis y artefactos varios con ruedas haciendo movimientos que a mi me partirían en varios pedazos aún sin caerme. A la tardecita hay recambio de gente, las familias se retraen hacia el césped y ya no llegan hasta esta explanada, que ahora está tomada por los hip-hoperos, que se dividen en varias tribus -break-dance, rapeo, skate- casi todos arrimados al parapeto de ladrillo fumando unos porritos, escuchando la música que sale de los autos desde el estacionamiento con los baúles abiertos. Más a la noche, como este es un lugar con buen acceso pavimentado, grupos y parejas llegan directamente al borde del rio con las motos. No sé como se llevan los hip-hoperos con los que ponen cumbia a más no poder o si son los mismos sólo que unas horas después. Creo que en realidad ese es el último recambio del día, a la noche ya hay grupos tomando y escuchando cumbia, siempre sonando desde los autos, preparando la ida al boliche. Cuando hace unos 15 años construyeron esta explanada (a la que le pusimos el nombre de la arquitecta docente de la facultad que la diseñó) puteamos de lo lindo por lo que nos parecía otra oportunidad perdida para crear espacio público de calidad. Demoró la gente en apropiarse del cemento, pero cuando vieron que estaba lisito y no rugoso, que si te caías no te raspabas tanto, de a poco, fueron convirtiendo ese fragmento del parque en uno de los espacio públicos más exitosos de los últimos años. El tema es que el éxito también conlleva riegos. Estos últimos grupos que se han apropiado del lugar han hecho de la pared del Colegio Español su baño. Caminar por ahí es el último desafío para el que quiere llegar al Centro Cultural. Tenés que hacerle creer a tu cerebro que esos pequeños ríos que estás esquivando en la veredita de ladrillo son sólo de agua, aunque tu olfato te diga lo contrario. Ya que la municipalidad parece no poder meter un baño por ahí, que compre una manguera y que le pague a alguien para que tire un poco de agua de vez en cuando. Es un asco pasar por ahí. Cuando lográs esquivar todos estos eventos que te regala la actividad urbana, cruzás la reja y llegás a un oasis de tranquilidad: el jardín de los cipreces. Entre el edificio de Bohigas y la pared de contención de ladrillo original del puerto hay un patio rectangular de unas proporciones muy bonitas, con dos paredes muy altas que lo protegen y unos cipreses que ahora están casi tan altos como el edificio del colegio. Las proporciones, las paredes y los arboles calman todo el barullo y lo único que escuchás es el ruidito de las piedras grises cuando las pisás al cruzarlo. El Centro Cultural son los cinco túneles que dan a este patio, en posición perpendicular, entrando en la tierra, como buenos túneles que son. Los tres primeros, interconectados, son para exposiciones; el cuarto es para conferencias, recitales o proyecciones y en el último están las oficinas y la Videoteca, que es uno de los proyectos más lindos de Gerardo Caballero: simplemente unas mesas largas con dos mostradores/bibliotecas a cada costado que terminan en unas tapas en diagonal altas que protegen atrás dos lugares para ver los videos –que supongo ahora serán unas compus, todavía había tele y VHS la última vez que fui ahí hace más de 15 años. Las tapas están en diagonal y llegan hasta la altura de la bóveda de ladrillo del túnel, lo que devuelve unas orejeras alargadas muy sugestivas en forma, que además crean una zona de misterio al final del túnel, que de otra manera tendría un final muy abrupto con una pared y nada más. Yo iba todos los meses a la videoteca, era el lugar donde conseguía leer los primeros números de la revista El Amante Cine (los que copiaban el amarillo y negro de Cahiers du Cinéma), que no llegaban a Rosario entonces. Estos no son los únicos túneles. Los que van a comer asados al Club Mitre sabrán de ese paredón que devuelve el humo de las parrillas gracias a su forma arrancando en pendiente diagonal de cemento hasta chocar con la pared vertical. Esto no fue hecho así para encontrar el tiraje más irracional e ineficiente a los miles de chorizos que se cocinan cada fin de semana en ese aquelarre, no, la única función de ese talud de cemento en diagonal es la de tapar la entrada a los otros túneles subterráneos por sobre los cuales se desarrolla el recorrido costero del Parque España. Los que son observadores habrán visto unas tapas metálicas llegando a lo que era Les Deux Magots, esas son entradas a la parte de arriba de esos túneles. Un amigo mío imaginó en un momento hacer un boliche en uno de esos túneles usando esa entrada. El había sido el dueño del bar Barcelona, que tenía un subsuelo buenísimo, así que de eso sabía. Creo que nos perdimos un boliche increíble. 59


El complejo original de túneles continúa siguiendo todo el recorrido del túnel principal, el paralelo a la costa, el que antes usaba el tren para pasar de la cota alta a la cota baja del río para entrar a la explanada del puerto, túnel que ahora usan los autos entrando en calle Sarmiento y saliendo atrás de la estación Rosario Central. A que ingeniero loco se le ocurrió este Puerto Madero subterráneo con túneles de depósito perpendiculares a la explanada y la vía principal, con una salida al rio y otra al túnel del tren? Hicieron eso para ganar espacio rentable por debajo del suelo? Le habrán dicho al poder concesionador del estado: no se preocupe, le pagamos nada más que esta franja bien finita cerca del rio, y por las noches excavaron para usar gratis las entrañas de la patria? Igual, les debe haber costado un huevo excavar todo eso. La muestra que inaugura la temporada 2014 del los túneles del Parque España es de un colectivo de artistas porteños, Matienschön (se juntan en el Centro Cutural Matienzo, de ahí el nombre), acá con un argumento central sobre el cuerpo en el túnel o algo así. Últimamente no entiendo mucho lo que escriben los artistas y menos que menos lo que escriben los curadores, así que ya no me esfuerzo mucho y miro las obras directamente y chau. En el primer túnel hay un caño/tubo grande en equilibrio sobre un banquito (un túnel volando dentro de otro túnel?) que apunta a una pantalla con dibujo muy simpático que muestra el exterior del parque del sector de las escaleras y resume un poco fantásticamente las actividades urbanas que atravesaste para llegar. Del primer túnel me gustó bastante el telón en diagonal que te corta el paso y te deja pasar por una curva muy sugestiva lograda simplemente colgando para atrás uno de los lados de la tela. El telón está lleno de espinas/pirámides de cartón multicolor que le dan un poco más de suspenso al paso. En el segundo túnel hay unas manos pintadas en “papel” madera colgadas armando un bosque de manos y pasando por ahí llegás a otro túnel dentro del túnel. En este te podés meter, tiene un montón de cosas colgadas, todas naturales, frutos secos, ramas, insectos, organizados por color, colgados de lanitas de colores, a veces las tocás con las manos para ver que son, si hacen ruido, etc, a veces las tocás con el cuerpo porque no podés pasar y a veces con la cabeza. Es un momento muy lindo, casi mágico si te lo tomás con la tranquilidad con que te invita. Lo que más me gustó fue sentir el tiempo que le tomó a la naturaleza conseguir formas de complejidad y pureza matemática como las crisálidas, las piñas de pino, o las cositas esas que cuelgan de los árboles con semillitas adentro que hacen ruido. El último túnel es el más oscuro y el más sugestivo. Cuando se acostumbran los ojos descubrís la primer obra, algo así como un bowling loco o una pista de carreras para minions de Mi Villano Favorito. Se prenden y apagan unas luces que salen de los ojos de estos animales que se iluminan entre sí apenas mostrando esta carrera loca. Al final del túnel hay un piletón de agua con unos pallets de madera. Mientras vas caminando sobre el agua negra con pedazos de vidrio reflejantes, a los costados se proyectan cuerpos femeninos danzando con el agua en sus diversas manifestaciones. Pero lo mejor es la obra más chiquita e íntima de todas: dentro de un cuarto armado con telas negras, sobre un pedestal negro, un pequeño vaso de agua blanca donde se proyectan imágenes fantasmales mínimas. Te tenés que acercar y asomar para descubrir estas formas tridimensionales surgiendo del espesor turbio del agua en reposo.

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Terazas de Verano [en línea]. Demasiado Rosarino. 30 de Enero de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/01/terrazas-de-verano.html

Terrazas de Verano

Cualquiera que haya visto “El Asadito” de Gustavo Postiglione (2000) entiende la idiosincrasia esencial de lo rosarino; es decir, una noche de terraza en verano con amigos. Este verano de desequilibrios climáticos varios me ha encontrado visitando dos terrazas de características disímiles. La primera está en el inicio de zona sur, es decir, en La República de la Sexta. Una terraza privilegiada, en el piso 10 en uno de los últimos edificios alejados del centro, con una vista limpia en sus 360 grados. Hacia el norte, todo el perfil de centro, con la Torre Aqualina a un lado y las luces LEDs de las Torres Dolphins de Puerto Norte al otro. Hacia el sur: zona sur en toda su magnitud y amplitud. Como esta es una de las terrazas que carecen de pelopincho, sólo me ha visto salir de noche. Igual, soy curioso y lo primero que hago cuando salgo a una terraza es mirar al centro de manzana. No sé que tengo con los centros de manzanas, son misterios que quiero resolver. Y como aparte soy envidioso, lo primero que hago en verano cuando subo a una terraza es espiar piletas. Desde esta particular terraza contabilizamos cuatro sólo en la manzana que nos contenía. Vimos una que parecía sacada de los jardines de babilonia, con una medianera engrosada para funcionar de cantero para plantas colgantes de lo más libidinosas. Vimos otra que estaba rodeada de volutas y arcos neocoloniales que palidecían frente a las luces fulgurantes del agua en chorros azules. Pero el premio mayor estuvo empatado entre dos grandes campeones: primero el que compró todo un terreno al norte de su casa chorizo, para abrirle ventanas y una galería a la mejor orientación en lo que era antes la medianera y para agregarle a la casa una pileta del tamaño del lote adquirido; y segundo la pelopincho (la más simple, la de lona y palitos de plástico) en la terraza del tercer piso con galería metálica y toldo que se construyó el vecino de mi amigo en una acción comando en una sola mañana de sábado. Y todo esto en una sola manzana rosarina. La terraza desde la que miré todo esto no es normal. Es mejor. Da toda la impresión que el que hizo el edificio no pudo completar el piso 10, tal vez por culpa del FOT del viejo código de edificación (Factor de Ocupación Total, un coeficiente complicado). Pero no cambió la planta para encontrar un mejor departamento, simplemente repitió la planta del noveno y no completó el departamento de al lado del departamento de mi amigo. Entonces la terraza de mi amigo está exactamente al lado de su departamento y es un tubo pasante de norte a sur entre dos muros, uno el de su casa y otro el del edificio de al lado, que es más alto. Con lo que tenemos un túnel de viento magnífico que de noche nos concentra todo el viento del sur, y no sabés como te refresca! Además, los muros te dan como un reparo; no te sentís en la terraza de un edificio alto sin vecinos, te sentís en un espacio interior. Básicamente mi amigo vive en una de las tipologías inventadas por Le Corbusier: la casa con patio en altura, esas que abrían vistas al horizonte. La otra terraza que visité este verano es una terraza como las hacían antes. Terrazas de casas de planta baja, para las que generalmente había una escalera desde el patio de atrás, siempre dando una vuelta rara, contra la medianera o contra algún costado. En este caso la escalera rara empieza dentro de la casa, pasa por un altillo interior (ahora transformado en estudio de arquitectura) y ya al nivel de terraza, una puerta nos deja salir. Esta terraza tiene un parque enfrente, que en realidad es sólo una línea de pinos al borde de una planchada ferroviaria. Los arboles de la vereda y los pinos detrás le dan una sensación de extrañeza muy linda al que se sienta en las sillitas de hormigón escuchando música en esta terraza. Si te pasaste la noche tomando vino popular (yo llevo vino popular: Etchart Privado Torrontés -19 pesos en la Gallega-, nadie lo toma, entonces me lo tomo yo, con mucho hielo), cuando bajás de la terraza, la vereda ya es otra cosa, es ese lugar a donde volvés a la vida normal, lo lindo estuvo ahí arriba, y ya se terminó. A esta última terraza fui a una despedida de año, a la primer terraza fui a dos bienvenidas de año. Porque de eso se trata, de cualquier excusa para juntarse con amigos a charlar: de la vida, del trabajo, de música, de lo que más le guste (o preocupe) al grupo de amigos en cuestión. Como estamos al aire libre, es medio tarde y hay vecinos, la música se pone bajito. Porque no es un boliche, es una terraza! Y se come, se toma, y lo más importante: se charla. La tristeza que me da imaginar todas la terrazas desaprovechadas de Rosario! “Terraza no Accesible” le decimos en la jerga arquitectónica. Es más barata, dicen todos los implicados. Te ahorrás una escalera, un altillo, una complicación. Y algún material de terminación. Que pena me da pensar en todos esos edificios y casas construidos entre 1950 y el 2006: superficies horizontal calcinándose al sol y enfriándose a la noche sin presencia humana ni vegetal. Puros metros cuadrados de las más burda especulación inmobiliaria, que desperdició oportunidades de socialización, de amistad, de charlas al fresco. Porque uno no va a una terraza, uno la conquista! Porque las terrazas no estuvieron hechas para que uno se junte, estuvieron hechas a lo sumo para colgar la ropa. La paradoja es que ahora ahora te clavan un quincho con puertas corredizas de vidrio, un parrillero, una pelopincho de fibra con deck de madera, lo llaman “amenites” y te cobran un ojo y la mitad del otro. Yo no quiero amenities, yo quiero terrazas como la gente! 61


Veredas y Medianeras [en línea]. Demasiado Rosarino. 19 de Enero de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/01/veredas-y-medianeras.html

Veredas Rosarinas

En días en los que mi vida no corre peligro de muerte por insolación o deshidratación, me gusta mucho caminar por la ciudad. No tengo auto; no tomo taxis porque no me interesa mucho Longobardi y nunca se me dio por andar en bici (en realidad sopesé la peligrosidad de andar en bici en Rosario –alta- y las probabilidades que me la roben –altísimas- y deseché la idea). Lo mío siempre ha sido andar a pié. Cuando estoy muy apurado, tomo un colectivo. Si vivís en el centro y vas a cualquier lado del centro, media hora es todo lo que necesitás para llegar caminando. A lo sumo 40 minutos, si es de punta a punta. Esta es una ciudad que te deja caminar tranquilo. Reconozco que soy un privilegiado; nunca he necesitado viajes largos en colectivo para ir o volver del trabajo y se que cada vez más gente lo hace. Rosario ya no es sólo Rosario, es una región metropolitana interconectada, con un colectivo de línea que va desde San Lorenzo hasta Arroyo Seco y otra línea que te deja directamente en San Nicolás. (Expansión acelerada de la periferia siguiendo el modelo americano de la casa individual, la cultura basada en las autopistas, viajes de una hora y un auto para cada integrante de la familia.) Pero también es cierto que mucha gente vive muy cerca de centro o directamente en el centro. Yo soy uno de ellos. Casi siempre he vivido “entre bulevares”, con casi todas mis actividades desarrolladas “entre bulevares”. Y no lo dudo, a todos lados voy caminando. Como ahora estoy muy cerca del borde de la trama, me he dado cuenta que últimamente uso estrategias de taxista: esquivo el centro. Cuando salgo, generalmente bordeo por el río y entro en la cuadrícula sólo en la calle que necesito. Mientras más lejos mejor, porque más corto en diagonal por el río. Cuando vuelvo, no importa por que calle, encaro hacia el este hasta llegar a la costa; todas las calles llegan (menos San Lorenzo, pero casi). El Monumento va marcando la distancia, cuando entra en mi campo visual, ya estoy llegando. Subo por Alem y ya está, ya llegué. Hay veces que arranco tan lejos que llegar al Parque España es ya casi llegar a casa. Antes vivía en el medio de la trama. En esa situación, como la manzana rosarina es genérica y son todas medio parecidas, de a poco empezás a construirte un marco de referencia, definís tus iconos urbanos, seleccionás tus monumentos propios. Con eso lográs que esa manzana, que antes era una más de todas las demás, sea ahora el centro de tu universo urbano. La convertiste en el centro de tu ciudad, es el comienzo y el final de tus recorridos. Durante un tiempo, apenas llegué a Rosario, mi estrategia fue caminar lo más derecho posible, hasta que no quedara otra que doblar por la calle necesaria. Descubrí que esa estrategia prioriza las cuatro calles que definen el cuadrante de tu manzana. Como lo que yo quería hacer era conocer la mayor parte de la ciudad posible, cambié de estrategia. Por un tiempo la idea fue doblar en la mayor cantidad de esquinas posibles. Es decir, intentar caminar en diagonal. Con esto lográs desjerarquizar por completo la relación entre calles, ya no hay más principales, ahora es una verdadera trama. La unidad de giro de la diagonal la ajustás de acuerdo a la proporción del área urbana a atravesar, 1:1, 1:2, 1:3. Es divertido! La estrategia es flexible, con un mínimo cambio de unidad de giro (a veces hacés dos unidades seguidas) cambiás la configuración de calles, tus caminos pueden ser siempre distintos. (Aunque hay algunas cuadras inevitables: las cercanas tanto al punto de partida como al de llegada son las más constantes en las configuraciones posibles). Esta es una forma bastante barata y sistemática de “perderte” en esta ciudad que hace fácil la tarea de perderte. Una manera de forzar una deriva situacionista en esta cuadricula organizada y uniforme. Perdí el único (y último) paraguas caro que compré. Era gigante, me servía en Chicago, porque llueve mucho más que acá. Así que he vuelto a mi costumbre de caminar bajo la lluvia rosarina, tratando de mojarme lo menos posible. Hay muchas estrategias. Lo primero es ver de dónde viene el viento y elegir la vereda más protegida. Una vez ahí, caminar lo más cerca posible de la fachada. Esto es una ley general, hay veces que hay que analizar si por cornisas, recesos o recovas es mejor quedarse en la vereda más desprotegida. Ni hablar si es una vereda del lado que no estacionan los autos y se está juntando agua en la banquina, siempre está por pasar el que gusta de salpicar gente. Y nunca está demás mirar para abajo, hay baldosas sueltas que parecen inofensivas hasta que uno las pisa. Si se siguen estos consejos se puede minimizar bastante el mojarse. Aunque es inevitable cruzar la calle, ahí la intemperie es implacable. (Sigo analizando si en esas ocasiones vale la pena o no acelerar el paso, creo que el factor tiempo es demasiado mínimo para mejorar el hándicap, pero estoy abierto a discutir el tema.) Los días de mucho calor, maximizar la sombra es imperativo: siempre la vereda norte de ser posible, la vereda este a la mañana, y la vereda oeste a la tarde. Esta es una regla general; para decidir finalmente por cual vereda caminar hay que contemplar: árboles que arrojan sombra, muros demasiado bajos, cornisas, balcones y recovas. Igual, los tramos norte-sur se complican al mediodía, hay una hora, ta vez 1:00pm que no hay sombra ni al este ni al oeste. Por supuesto que los días más lindos para caminar son los soleados de invierno. En ese caso, la estrategia es mucho más liviana: buscás todo el sol que puedas. Todo lo que era malo en verano se vuelve bueno en invierno. 62


Horizontes y Centros de Manzana [en línea]. Demasiado Rosarino. 15 de Enero de 2014. Disponible en:http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/01/horizontes-y-centros-de-manzana.html

Horizontes Urbanos

Toda mi vida he vivido en edificios altos, en ciudades de planicie. Mis horizontes han sido siempre urbanos, con una sensibilidad cercana a lo pixelado ortogonal. Mis ciudades han tenido horizonte natural, de río o lago, pero ese horizonte ha estado siempre matizado por la trama urbana extruida, esa topografía tan humana. Al llegar al borde de estos entramados urbanos, el horizonte se nos presenta como un entretenimiento visual, una utopía. Lo otro que está más allá, tan cerca como inalcanzable. Las pocas veces que me he encontrado contemplando un horizonte en estado natural, he sentido que me faltaba una ciudad a mis espaldas. (Una sóla vez me tocó vivir -tres años- en una ciudad de casas bajas en una colina. Lo viví como una tragedia. Me encontraba siempre fuera de lugar, siempre en el piso, bajo árboles, en el bosque, sin la distancia necesaria para que existiera un horizonte. Después de una colina había otra colina; una verdadera aberración.) En Barranquilla, el Edificio Avenida estaba lejos del río, pero como era uno de los últimos edificios altos, el Río Magdalena se veía claramente ubicado en el horizonte; mas allá estaban los manglares, las iguanas, los cocodrilos, el caribe. El río estaba tan cerca que Don Lucho, mi vecino que trabajaba en el puerto, guiaba los barcos que entraban con walkie-talkie desde su balcón. Ya en Rosario, en un Camp y Berca de calle San Luis y Pueyrredón, el río era otro y no se veía, pero se intuía más allá de las terrazas. Al no verlo, el Paraná para mí era un poco ese Magdalena que extrañaba tanto. Como ambos departamentos eran novenos pisos, en mis recuerdos la vistas se mezclan, Barranquilla es algo Rosarina y Rosario algo Barranquillera. En Chicago viví en un famoso edificio en la costa del lago Michigan. Me tocó un departamento al otro lado del pasillo, menos mal. El lago de noche era un pozo negro profundo, un vacío existencial que en las noches largas de invierno me hubieran deprimido al infinito. Por suerte mis ventanas daban a la ciudad, al Hanckok, a las ventanas de las vidas de mis vecinos de mi barrio del piso 29. A esta altura, la calle desaparecía; y si bien algunos departamentos se me escapaban -por ejemplo los de piso 78 del Hanckock- el resto quedaba dentro de mi registro visual. Un escenario suspendido en el aire, abstracto y humano al mismo tiempo, moderno. En las ciudades norteamericanas, he mirado generalmente hacia arriba. En Rosario, he mirado siempre hacia abajo. Cada vez que subo a un departamento nuevo, busco las ventanas y miro, no al horizonte si no hacia abajo. Me fascina el paisaje creado por la trama urbana, la sociedad de negociaciones de ocupación, las contigüidades, los proyectos plásticos impensados, realizados a pura colisión aleatoria de lotes. La dirección mas constante en mi vida es calle 1º de Mayo 1348, Rosario. Mi familia ha vivido en diferentes departamentos (la mayoría en el contra-frente), en varios pisos de este edificio en el transcurso de los últimos 30 años. Hay una foto de Gustavo Fritegotto desde la ventana de la casa de mi madre que es el escenario urbano de más presencia en mi memoria visual. No importa que haya cambiado tanto en estos últimos tiempos, esos 15 o 20 nuevos edificios son sólo olas en un mar visto siempre desde el mismo acantilado. La foto de Frittegotto es posterior, pero estaba pensando en ese paisaje cuando mi amigo Andrés Conti me pidió, para la revista Atypica, un artículo sobre la belleza. Podría haber escrito sobre cualquier cosa, pero desde Ann Arbor, por pura nostalgia, no se me ocurrió otra cosa que hablar de los centros de manzana rosarinos, esa anomalía tan nuestra: nuestro verdadero paisaje urbano, dónde se nos caen todas las caretas y mostramos nuestra verdadera cara.

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Verano en Rosario [en línea]. Demasiado Rosarino. 13 de Enero de 2014. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/01/verano-en-rosario.html

Verano en Rosario

Rosario en Enero siempre ha sido un embole. Te cruzás un par de veces a la isla -ahora pagando un dineral, te tomás unas cervezas en los bares de la costa y ya está tu verano. Si te interesa un poco el cine o la música, se te complica. Sin el cineclub, sin los ciclos del Parque España, si en este arranque de año ya te viste la de Scorsese (muy buena) y la de Ben Stiller (medio mala) ya no te queda mucho. En eso estaba cuando en la pantalla de Facebook me entero que el Micro-Cine Arteón arma un ciclo de comedia clásica Italiana. En algún otro momento lo hubiera dejado pasar, pero ahora cae como maná del cielo. El Micro-Cine Arteón es raro. Si no sabés donde está, no lo encontrás. Queda en el mismo lugar de siempre, pero ya no es el mismo. Cuando abrió, estaba en la planta alta de lo que era una típica casa comercial vieja del centro, había una escalera al costado y subías desde la vereda. Ahora está sobre una galería comercial renovada en los 90 que tomó todo el frente a la calle y hay que entrar para encontrar la escalera. La reforma es mala, dobles alturas mal usadas sin calidad espacial, balconeos con cielorrasos muy bajos mirando hacia la nada misma. Entrando por Sarmiento a la noche, la galería ya está cerrada. Unos atriles con papeles avisan que el cine sigue ahí. Entrás y un cartel relampagueante de neón dice que la galería sale por Córdoba (por dónde?). Para llegar al cine hay que subir una escalera apretada, llegar a un balcón/descanso/pasillo donde están la boletería y una fila de sillas expulsadas de la sala, ahí sacás la entrada y seguís camino por otra escalera, más atrapada y más oculta que la anterior, para llegar al foyer propiamente dicho, un no-lugar si los hay, balconeando al espacio interior de la galería, con vista al cartel de neón y el misterioso escape a la peatonal. Las mesas de un improbable bar alegran este interior visto desde arriba. Vi Amigos Mios, de Mario Monicelli de 1975, con Phillipe Noiret y Ugo Tognazzi. Hacía bastante que no me reía tanto con una película. Todo lo que nos perdemos por seguir la última novedad; viendo siempre lo que sale hoy, miramos unos bodrios increíbles y nos perdemos joyas de la historia del cine. En la peli, un grupo de amigos se reúne de tanto en tanto para vagabundear y escaparse (con la desaprobación de sus familias cercanas) de sus rutinas diarias. Durante sus vagabundeos se van metiendo en situaciones que los llevan de quilombo en quilombo, unos más negros que otros. Las secuencias en el hospital de monjas y en la estación de trenes saltando para cachetear desde atrás a los que saludan desde la ventanas de los trenes que se van, son de las mejores. El personaje de Uggo Tognazzi, un aristócrata en bancarrota que se la pasa hablando en jeringozo incomprensible, es lo mejor de la peli, un atorrante imposible de odiar a pesar de todos sus enormes defectos. La peli está contada en flash-back mezclados por la voz en off del personaje de Phillip Noiret, en una de sus últimas escapadas. La narración acerca dudas y amor sobre las zinguerías del grupo, para agregar una sensibilidad melancólica con bastante de sabiduría a lo que de otro modo sería una visión muy cínica de la vida. La otra pelicula que vi fue Los Monstruos, de Dino Risi de 1963, con Ugo Tognazzi y Vittorio Gassman. Yo sabía que Togniazzi era buen comediante, lo que no sabía era lo payaso que era Gassman. Acá, Gassman es mejor que Capussotto, Favio Alberti y Fernando Peña juntos. Me atrevo a decir que Peperino Pomoro está copiado de esta película. La película son 20 sketches independientes, con estos dos actores encarnando diferentes personajes, todos con disfraces atroces y efectivos. Lo primero que vez es todo lo que se divirtieron estos dos actores haciendo estas payasadas. Te reís menos con esta película, porque lo que querés hacer todo el tiempo es llorar de indignación. Si alguien quiere saber que es la Argentina hoy, que vea esta película, una radiografía lacerante de toda nuestra putrefacción. Somos tan italianos que no nos damos cuenta. En ambas pelis, hermosas mujeres! Filmadas mostrando toda la sensualidad de la mujer italiana en todas sus versiones. Eso sí: nunca en papeles importantes. Siempre de costado, cumpliendo roles arquetípicos: bomba sexual o ama de casa abnegada. En ambos casos, servicial. Quejándose siempre, a los gritos, pero aceptando su rol secundario. Me sorprende que estas películas, que intentan protestar frente al status quo de la complaciente sociedad burguesa de la posguerra italiana no se hayan cuestionado el rol de la mujer en esa sociedad. Marcas de un machismo tan arraigado que lo que se critica es la sociedad de los hombres. Monstruosos, pero eso si, machos entre machos. Creo que esta es otra marca cultural que sigue bien presente entre nosotros, los tanos de esta otra Italia del sur bien al sur. Lo más lindo de ver películas en el Arteón es salir del cine a medianoche a la tierra arrasada que es el micro centro Rosarino nocturno. Te da la sensación de película de zombie o de apocalipsis urbano. Definitivamente desterrados los programas culturales o recreativos, una vez que cierra el ultimo local comercial ya no queda más nada que hacer que merodear por ahí buscando problemas. A estas horas, por las últimas cuadras de la peatonal, tenés que caminar con la paradójica actitud de hacerte el boludo teniendo todos los sentidos alertas. Le das para adelante y llegás a Juan Manuel de Rosas y según como venga el ambiente, decidís doblar por el barrio o seguir para abajo. Ahí siempre hay algún turista de pueblo, sacando fotos al Monumento, a la una de la mañana. Delicias del verano Rosarino. 64


Kafka en la EPE [en línea]. Demasiado Rosarino. 27 de Agosto de 2014. Disponible en:http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/08/siguiendo-kafka-en-la-epe.html

Kafka en la EPE

Me estoy por mudar. No porque yo quiera, así que estoy negado. Ayer finalmente fui a buscar las llaves de mi departamento, en un muy lindo edificio nuevo. Hoy, después de mi café, música y lectura mañanera salí del mejor humor posible a la calle, destino la EPE de Oroño, a preguntar que trámite hay que hacer para pedir la conexión del servicio eléctrico. Lindo viaje en la K, mañana de sol de invierno. Llego al edificio, subo la escalera, puerta giratoria de bronce, mostrador de informes, señora de cara adusta. Ante mi primer pregunta, la respuesta es otra pregunta: Dirección? Respondo: Moreno y 9 de Julio. Tenés que ir a la calle Rioja. Me animo a preguntar, con temor de ofender: Rioja y que? Rioja y Corrientes. Agradezco la información y hacia allí me dirijo. Camino por Oroño, hermosa mañana de invierno, no tengo otra cosa que hacer, disfruto de la caminata. Calle Rioja está muy linda, paso por la esquina del estudio donde trabajé cinco años, Villafañe no está en el bar. Llego a esa otra EPE. Único escalón de granito, puerta de abrir de aluminio galvanizado. Mostrador de informes con dos muy lindas señoritas, buena onda ambas. Ante mi primer pregunta, la misma pregunta como respuesta: Dirección? Moreno y 9 de Julio. Bien. Contrato y DNI, original y copia. Me animo a preguntar, sin intención de ofender: Sabés dónde sacan fotocopias por acá? Acá enfrente, en el locutorio. Cruzo Rioja, entro al locutorio. Mensajes contradictorios: empleado encerrado en una cárcel de vidrio blindex y carteles que indican que no tenemos que perder el saludo. Hay un cartel que claramente indica que uno de los servicios prestados es el de fotocopias. Espero mi turno. Muestro mis papeles, me sacás unas copias? No tenemos la máquina. Ah, y no sabés donde sacan copias por acá cerca? Acá a la vuelta, por Corrientes, doblando a la izquierda. Voy para allá. Entro en un telecentro, me asomo a otro blindex, me miran mal, perdón señor, sacan fotocopias? No pibe. Ah, y no sabe dónde sacan por acá? En la librería pibe. Donde está la librería? Acá al lado pibe. Tres veces pibe sale a buscar la librería. Paso por la que venden libros, que no es esa librería, y entro a la librería, que es en la que venden papeles, juguetes, biromes y esas cosas. Pregunto al guardia de la puerta, fotocopias? Arriba. Subo la escalera. Mostrador, buena onda. Una chica trae facturas de regalo al que atiende, que es de Central y está por salir a la cancha. Finalmente tengo mis copias, con la alegría del éxito, vuelvo a la EPE. Esta vez hay cola. Espero mi turno bajo el calefactor de aire caliente (muy caliente). Me atiende la otra chica, la rubia. Todo de vuelta. Para hacer el trámite de conexión de servicio. Dirección? Moreno y 9 de Julio. OK. Contrato y DNI, original y copia. Con una sonrisa muestro mi contrato, me dice: está firmado por el banco? Yo, en modo pánico: es un comodato! Ah, en ese caso tiene que venir el propietario con la escritura. Salgo nuevamente derrotado. En la calle llamo al propietario. Necesito que vengas con la escritura. Todavía no hay escritura, me explica el propietario. Le digo que voy a preguntar que hacer y que lo llamo en un rato. Entro. Otra vez cola. Esta vez mas larga. Llego. Me atiende la otra chica, la del principio, la morocha. Todo de vuelta por cuarta vez, supero todos los obstáculos, llego a la parte en que explico que no hay escritura porque es un edificio demasiado nuevo. Me dice, el propietario tiene que tener una “copia primera” (¿) del fideicomiso. Y tiene que traerla en persona, tiene que estar presente. Le pregunto, para asegurarme: tenemos que estar los dos?, si, me dice, tienen que estar los dos, propietario y arrendatario y firmar los dos. OK. Salgo preocupado porque dicho propietario sale mañana de viaje por 15 días. Lo llamo, le explico, me dice que a la tarde se reúne con el fideicomista y que le pide la “copia primera”, me pregunta el horario de atención, hasta las 14hs, me dice que oficina, calle Rioja y Corrientes, uy, que cagada acabo de estar por ahí; si, pero necesitamos igual que vengas con el papel! Al final quedamos que mañana, tipo 12, venimos juntos a terminar esto. Que en realidad es empezar un trámite. La luz no se cuando la voy a tener. El día después volví a la EPE de calle Rioja, acompañado por el propietario y todos los documentos requeridos. Fue en vano: el paro de la CGT opositora nos cerraba la oficina y nos dejaba con los documentos en la mano. El propietario salía de viaje por 18 días, esa misma noche. Lo que obligaba a una pausa Tres semanas después volvimos una vez más (mi quinta vez!). Nuevamente en vano. Empiezo a pensar que este trámite es infinito, que muestra sus capas de pliegues internos a cuenta gotas y sin aviso, pliegues recónditos; en definitiva, un trámite imposible. Si Borges escribiera sobre esto lo describiría como un laberinto de imposible resolución. Nos encontrarnos a las 11:30 con el propietario. No hay cola, seguimos las cuerdas zigzagueantes que definen el camino al fatídico mostrador de las chicas lindas. Hoy son otras dos. Sorteamos las preguntas de rigor, llegamos a la parte en la que explicamos que estamos los dos, inquilino y propietario, con los documentos; la señorita entonces sube la apuesta, pide que le mostremos los documentos. Comodato? Si. Original y copia? Si. Documento inquilino, origina y copia? Si. Boleto? Ahí lo miro al propietario. El me mira a mi. Confusión. El creía que yo lo tenía, yo le explico que nunca me lo dio. Ah pero te lo dejé en el estudio para que lo pases a buscar. Si, pero no me avisaste. OK. No lo tenemos señorita. Derrotados, lo fuimos a buscar. Caminamos por las galerías del centro, alguna de las cuales no cruzaba hace años. Linda charla en el camino de ida. Alcanzamos 65


los documentos, pegamos la vuelta, esta vez por la Peatonal. Siempre me sorprende la cantidad de gente en las calles de Rosario; será por eso que todos salimos en StreetView? Llegamos nuevamente a la EPE, en mi caso por sexta vez, el propietario por tercera vez. Otra vez seguir el camino de la soga, llegar al mostrador, sortear todas las preguntas: definitivamente esta vez tenemos todo. Ganamos!!! Nos dan un número: 45. Nos dicen, pasen que los van a llamar. Sensación de alivio. Una alegría artificial, solamente hemos pasado un escollo menor, de ilusiones vive el hombre. Nos sentamos, no tenemos casi tempo de charlar cuando nos llaman. Nos acercamos titubeantes, al propietario le carcome una duda: en el mostrador nos pidieron un original y copia del boleto y tenemos dos copias. No alcanzamos a explicar eso cuando la rubia nos ataca: esto no es un comodato. Le explicamos que si, que sí lo es. Nos dice, bueno, pero no está legalizado, le falta el sello. Nos quedamos sin habla. Según ese criterio, ella gana: tiene razón, no hay sello. No podemos contrarrestar su ataque. Pregunto, y dónde podemos conseguir ese sello? En tribunales. OK. Pasamos a la parte del boleto. El propietario muestra lo que trajo, un documento de muchas páginas firmados en cada página por lo menos por siete personas. No, esto no sirve. Como no sirve? Esto es del 2010, usted podría haber hecho cualquier cosa desde entonces, aparte, no es el original y no está certificado por un escribano. Esta chica hoy nos ganó dos a cero. Y el tono! El tono que usa desde el principio es acusador: nosotros estamos haciendo algo malo, queremos engañar a la EPE en alguna trama oscura, quién sabe por qué razón. De a poco, cuando empieza a ver que ya estamos derrotados, cambia su tono y empieza a darnos consejos, casi maternales. Yo hago chistes, el propietario agacha la cabeza, resignado, sudando después de la lucha perdida. Dejamos unas firmas en el comodato finalmente aceptado, para que yo pueda ir a tribunales a sellarlo y que el propietario no tenga que volver una vez más. La rubia deja algo en la computadora, nos da un papelito en el que finalmente escribe lo que necesito y nos dice: ustedes le avisan a las chicas que hablaron conmigo y pasan. Si no estás te vamos a buscar a tu casa! dice el propietario. En la calle nos damos cuenta que lo ofrecido puede fallar! La rubia puede faltar, olvidarse o simplemente cambiar de idea. Salimos de la EE y acompaño al propietario a su escribano para conseguir una certificación de su boleto. Entramos a un edifico de oficinas, quinto piso. Oficina elegante, mucha madera. Nos atiende una señorita, también elegante. Está Donato? De parte de quien? Ya los atiende. Donato está más elegante que su oficina y que su secretaria. Donato mira el papel, le parece un plan chino y ofrece otra solución, porqué no te doy un xxx y te lo firmo? Si te tengo que certificar esto, voy a tener que cobrarte, en cambio al xxx te lo hago en seguida, gratis. Bueno hacemos entonces el xxx que dice el propietario. Dale, en un minuto te lo hago. Donato sale al minuto con un papel de 7cm x 7cm, con tres frases y una firma. Esto de alguna manera reemplaza a un documento de 15 páginas con siete firmas por página. No sé, no me da muchas esperanzas para mi encuentro mañana con la rubia. Igual, todavía tengo que ir antes a Tribunales…

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Desintoxicándonos [en línea]. Demasiado Rosarino. 4 de Marzo de 2015. Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2015/03/

Desintoxicándonos

Después de una semana de desintoxicación afuera, donde mis únicas preocupaciones eran a cuál playa ir, si a la del barco o a la desplayada, vuelvo blando. Necesito una re-educación rápida. Me la dieron. Ya antes de bajar del barco, antes de llegar a puerto, los parlantes nos indican claramente que no nos levantemos antes de que el barco se detenga, pero la manada porteña se agolpa desesperadamente en las puertas. Los corren para atrás y en ese movimiento quedo cerca de tres señoras de avanzada edad. Una le pregunta a las otras dos (que charlaban animadamente entre sí), Ustedes salieron tipo cinco de la tarde de “Punta”, no? Yo salí a las 10 de la mañana. A lo que las otras dos contestan, nosotros venimos charlando desde “Punta” sin parar! “Y nosotras no nos conocíamos!” Y a partir de ahí se embarcan en una disquisición sobre el mate y los uruguayos. Con sorna: “Ay, yo quiero conseguirme un tipo como el que vi en la playa el otro día, le llevaba el mate a su señora!”. A esta altura yo ya me tapaba los oídos abiertamente (con el gesto de los codos bien separados) y el de al lado sacudía la cabeza, desesperado, como pidiendo ayuda. La que estaba sola hace unos segundos insiste: “Bueno, yo tenía una “boutique” en “Punta” hace unos años, y era más joven, viste? Una tarde me viene a buscar un tipo y me dice, te voy a invitar a Punta Ballena. Al otro día me pasa a buscar con un “coche” enorme! Y me dice, ahora vamos a casa a buscar el mate y los bizcochitos. El mate y los bizcochitos! Yo pensaba: que dirán mis hijos, yo yendo a Punta Ballena a tomar mate con bizcochitos!”. En ese instante mi cerebro explota, se asoman todos los aborrecimientos juntos y pienso: señora, si tanto se disgusta con los uruguayos y sus tiernas idiosincrasias, porque no se va a veranear a Pinamar y se deja de romper los huevos? A esta gente le gustaría anexar Punta del Este, para que sea una parte más de Barrio Norte. Ya casi lo consiguen, Punta del Este no es más Uruguay. De los parlantes llaman al dueño de un Mercedes Benz que está en bodega. Aunque son las diez de la noche de un martes lluvioso, los porteños salen del barco corriendo y atropellando todo como si fueran las once y media de la mañana de un jueves en Talcahuano y Córdoba. Después de pasar aduana, todo es un sálvese quién pueda. No hay línea de taxis, el que agarra uno se lo saca a cualquier otro. Luego de recibir la respuesta del gendarme sobre donde tomar un taxi (Ahí en la salida, flaco), salimos a la vereda (una calzada de un metro para una curva de una avenida de cuatro carriles) bajo a lluvia, con dos valijas pesadas. Al segundo taxi que nos pregunta dónde vamos (terminal de ómnibus de retiro) para con un gesto negativo con los dedos asomados por la ventanilla del acompañante darse a la fuga, mando todo a la mierda y encaro el recorrido que hice ya varias veces, el de la terminal de buquebus a la terminal de ómnibus, caminando por el puerto. Llueve, hay charcos, está oscuro y hay una novia llevando una valija muy pesada. Imposible. Hay que negociar. O engañar. Agus va al frente usando sus encantos, llama un taxi, mete la valija en el asiento delantero antes de avisar, ya sentada atrás, avisa que vamos a la terminal de Retiro. Cuatro minutos y treinta pesos después, llegamos. Un amigo uruguayo me contaba su experiencia vívida de la violencia porteña. Supongo que se refería a esto. El taxi a las tres de la mañana en Rosario no fue mejor. Hoy reinicio de a poco los sistemas y voy al banco. Llego pasado el mediodía y a las pantallas relucientes del sistema de numeración las cubren unos papeles blancos pegados con cinta de papel, con una sola indicación: Si va al subsuelo, forme fila. Ya nomás, en la escalera mecánica, bajando, un tipo me habla desde atrás, sobre el hombro, “Cambiaron el sistema otra vez!” De las tres filas posibles, el tipo me sigue los pasos a donde voy. No lo miro, ya entro en pánico recordando las señoras de Barrio Norte de ayer a la noche. La estrategia funciona, lo mantengo a raya, en silencio. Desgraciadamente, en un giro del destino, una ironía de la vida, la triada conversacional se reitera, esta vez masculina, igual de indignada por el mundo. El de dos lugares adelante empieza a hablar con el de un lugar adelante y se suma el de un lugar atrás. Estoy otra vez en el medio. Otra vez me acaricio la frente con los dedos, tiro el cuello hacia atrás, me tapo los oídos. No puedo demostrar mi desprecio más abiertamente por miedo a recibir una golpiza. Nuevamente, ninguno de los tres se conoce previamente, pero charlan indignados sobre todos los temas posibles desde su lugares de moralidad impoluta. Todo empezó con quejas por la espera y por lo mal que funciona todo. La conversación incluyó el sarcasmo “la década ganada” y no dejó tema por tocar. En el suplicio que me tocó sufrir, el gendarme retirado, no docente de alguna facultad, denunció como drogadictos a algunos jueces federales de rosario, y después de decir, no quiero dar nombres, los dio a todos; el abogado comentó de un hijo de un amigo suyo que no quiere salir del pabellón cristiano de Coronda porque está tratando de acercarse a Guille Cantero, “papá, con esta me salvo”, dicen que le dijo al amigo; y el de atrás no tardó en charlar de China, Austria, Suiza, lugares que claramente ha visitado y analizado concienzudamente, hablando de la seguridad y la organización y de cómo todo es mejor en otros lados del mundo. Yo ya extraño abiertamente a Uruguay. Quiero volver al tablado del velódromo, con mi remera de Tiranos Temblad. Porque todos lo saben: Uruguay es el mejor país, mejor que Francia, mejor que París! 67


La Previa [en línea]. Michigan Papers. 22 de Enero de 2016. Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/08/la-previa.html

La Previa

Hay carteles: Paso uno: fila en la vereda (hace frío, pero por lo menos no llueve). Paso dos: entregar la documentación (de la cita del viernes) en la ventanilla. Paso tres: entrar a la garita, pasar por seguridad y el escáner. Paso cuatro: una vez en el jardín de la embajada, verificar las huellas dactilares. Paso cinco: fila para devolución de documentación (entregada en primer ventanilla). Paso seis: fila para entrar al edificio consular. Paso siete: fila adentro para el turno en la ventanilla. Paso ocho: entrevista con agente consular: “sus Visas están aprobadas”. Paso nueve: salir de la embajada sin tu pasaporte y confiar en el sistema. Termina un periplo de dos meses, con peripecias varias, entre declaración de un interés y certificación de una realidad. Ahora sólo queda esperar el pasaporte que vendrá por DHL y tomarse el Tienda León. Hace dos meses entreví la posibilidad de salir del laberinto por arriba y mandé un mail. Ese mail derivó en otro más largo y en tres semanas de espera. Luego vino el primer contacto semi-oficial y la confirmación de una entrevista por Skype con la directora de la escuela. Luego de esa charla, en la que se establece una oportunidad cierta, se abre otro compás de espera. En todo ese tiempo, hay una cierta tensión, un estrés especial cada vez que prendés la compu, cada vez que revisás los mails. Cada comunicación que se mantuvo amplió las posibilidades, pero a su vez alargó las esperas, la ansiedad creció tanto como la definición. Una semana y media después llega la oferta oficial, mes y medio en total. Si acepto, daré clases el próximo semestre en la Universidad de Michigan. (Somos dos los implicados en la movida, vas hablando, vas pensando, vas planeando, entre otras cosas, casarte. Y empezás a mirar el calendario y la fechas. Vas decidiendo sobre la marcha, y a principios de Julio decidís que te casás. El 29 de Julio, un viernes.) Digamos que es lunes. Devuelvo el contrato firmado por mail y llegan, por mail, formularios de la Universidad a llenar. Algunos son digitales, otros son pdf’s. Los de internet, en dos minutos se resuelven. Los pdf’s tienen un cartel: “Estos formularios contienen información importante, no los mande por mail.” Escribo entonces para preguntar a la coordinadora de recursos humanos de la escuela si los pdf’s y el contrato los puedo mandar firmados por mail. Respuesta, ya el viernes, mejor por correo. Correo entonces. Salgo a DHL, y el viernes mismo mando los papeles. Verifico el recorrido de los papeles por el mundo: Buenos Aires, Miami, Indianápolis, Ypsilanti. El martes llegan los papeles a destino. El miércoles, recursos humanos me manda un mail: Hubo una parte que no completé, una pregunta sobre fondos disponibles. Lo que pasa es simple, mi respuesta debería haber sido: ninguno. Cómo explico esto ahora? Nuevo intercambio de mails y ya estamos al final de la semana. Tengo que ir al banco sí o sí y solicitar un papel que diga cuanta plata tengo. Aviso a recursos humanos que es muy poca! No importa, lo necesitan igual. La Universidad, para poder solicitar mi visa, tiene que informar que dispongo recursos para viajar y mantenerme las primeras semanas antes de pagarme. Por suerte hay algo de plata (no se bien por qué!) y no paso tanta vergüenza. Ese papel puede ir por mail. Ya estamos a viernes y todavía mis papeles no salieron de la escuela. Corre el reloj porque las clases empiezan el 6 de Septiembre y la idea es llegar a tiempo. Todos estos los formularios son para que una oficina central de la Universidad llene un papelito oficial para pedir la visa. Yo necesito ese papel para mis trámites acá. Mientras espero ese papel, empiezo el llenado de formularios por internet para pedir el turno en la embajada americana para solicitar la visa, en nuestro caso J-1 (profesor invitado) y J-2 (esposa de profesor invitado). Esto es como un videojuego, vas pasando de pantalla. En el formulario web llego hasta la parte en la que preguntan dónde vamos a vivir. Ahí me doy cuenta de que no tengo idea. Nuevos mails, preguntas a amigos sobre lugares disponible antes de buscar por internet donde alquilar. Nueva espera. Se soluciona rápido, ya tengo lugar dónde vivir y un par de días después puedo volver al formulario. Paso de pantalla y las preguntas se van poniendo cada vez más difíciles, porque arrastro más de una historia con visas americanas y te preguntan todo. Llego a la última pantalla! Y me preguntan el número de caso de visa y número de programa. Eso está en el papelito que me tiene que llegar. Nueva espera. Me están por mandar el papel que necesito para pedir la visa. Me dan un número de seguimiento por UPS, pero me avisan que todavía no lo mandaron. Lo miro todos los días. No hay novedad. Una semana y media después, me avisan que los papeles están en camino. El encargado de la oficina central de la Universidad se 68


apiada de mi y por mail manda los números claves necesarios para seguir el tramite on-line. Lo termino! Imprimo el formulario! Obtengo el número que me da ese formulario! Siento como si de repente se hubiera abierto una puerta milenariamente cerrada! Todo esto me permite pasar al próximo paso: pedir turno en la embajada. Entro a la página web correspondiente. Arranco el proceso, rápidamente llego al próximo bloqueo: hay que pagar. Una “Fee” por persona. Unos cinco mil pesos entre los dos. Genero la clave, voy a la esquina, imprimo el papel, salgo para el Rapi-Pago más cercano, pago. Vuelvo con el papelito a casa. El papelito dice que hay que esperar dos días hábiles para que el sistema acredite el pago. Dos días después (ya es jueves) llega la confirmación. Vuelvo al proceso, el botón rojo ahora está ahora verde, puedo pedir el turno. Voy a la página de verificación de paquetes de UPS. Mis papeles salieron de Ann Arbor el miércoles a la mañana. A la tarde estaban en Ypsilanti. A la noche estaban en Miami. Los escanearon de salida. Los imagino en algún punto del aire entre la cordillera y el mar, calculo que a más tardar el Lunes de la semana que viene están en Rosario. Pido turno para Martes y Miércoles. 8 y 9. Perfecto. Me llegan las instrucciones. Leo por ahí que en mi caso, el J-1, tengo que pagar además una cuota del sistema de información SEVIS. Imagino que tal vez la Universidad paga esa cuota. Espero. Miro cada cinco minutos dónde está el paquete. El viernes llega a la mañana a Lima. Escaneo de entrada y de salida. El viernes a la tarde llega a Buenos Aires. Escaneo de llegada. Escaneo de aduana. Escaneo de salida. El cartel dice ahora: Entrega final. Planeamos entonces quedarnos en casa el Sábado a la mañana para ver si reparten paquetes ese día. El Sábado a la mañana pasa sin novedad. Cómo nuestro primer turno en Buenos Aires es el martes a las 8:30am, no tenemos margen, el paquete tiene que estar en nuestras manos el Lunes. Armamos toda una logística doméstica de espera. Pasa la mañana, no hay novedad. Yo me tengo que ir no se a dónde. Espero que Agus llegue a casa de no se dónde. Hacemos la posta. Me voy a clases. Voy mandando mensajes cada cinco minutos. Llegó? No, todavía no. En medio de una corrección de proyectos llega el mensaje y la foto: tenemos el paquete. Vuelvo a casa a las 18. Me doy cuenta que la cuota esa que falta la tengo que pagar yo. Me meto en la pagina web correspondiente (una nueva). Son 150 dólares. Hay dos opciones, Western Union o tarjeta. Western Union (cash) demora dos días hábiles en tener la certificación y yo la necesito inmediata, porque la idea es salir a la embajada a las 4:00am. Pero la tarjeta no sirvió para el pasaje! Contra las cuerdas meto los datos de mi tarjeta, cliqueo en el botón de pago y cierro los ojos. Espera de segundos que parecen horas: mi pago ha sido aprobado! Imprimo en pdf el papel que certifica, salgo a la fotocopiadora de la esquina a imprimir todo. Compro dos carpetas. Meto los papeles de cada uno, ordenados en cada carpeta. Estamos listos para ir a la embajada! El Visa Manager ha cumplido con sus tareas de manera extraordinaria! Se la jugó y le salió bien! El Visa Manager se gana entonces ir a su clase de Yoga, tan necesaria para descomprimir ansiedad y estrés. El Visa Manager termina su clase de Yoga relajado y en el banco de la entrada del salón revisa mails. Hay un mail inquietante. Con un encabezado tremendo. Usted ha PERDIDO su cita en la embajada. Cómo!? En un flash de lucidez, el Visa Manager se da cuenta de su error. El viernes de la semana anterior marcó en el calendario los dos segundos días de la semana siguiente, pensando que esos días eran Martes y Miércoles (los únicos días de la semana que no interfieren con sus actividades laborales locales) y ahora se da cuenta que la presencia del Domingo al principio de la semana transforman a esas posiciones en el cuadro calendario en Lunes y Martes! Y no en Martes y Miércoles! Se da cuenta por las fechas consignadas en el Mail. Porque claramente esas fechas son 8 y 9. Y hoy es 8. Lunes 8. La caminata de vuelta a casa del Visa Manager es muy triste. Piensa sobretodo en que tiene que volver a páginas web que piden claves secretas que necesitan de pagos monetarios para pasar de pantalla. Piensa que quedan pocos días para conseguir entrevistas, y poca plata para el proceso. El Visa Manager se siente derrotado. De la euforia a la depresión. Es dura la vida del Visa Manager. El Visa Manager llega a casa y con resignación vuelve a abrir las mismas páginas web. Ve con alegría que no necesita pagar nada para poder pasar de pantalla! Puede reprogramar gratis! Una grieta en el sistema capitalista extractivo! Lo que se complica son las fechas. La fecha de viaje se aproxima peligrosamente y no hay margen para el error esta vez. No hay fechas juntas disponibles, no hay Martes y Miércoles que calcen con el calendario de trabajo local. Lo más cercano son un Viernes y un Martes. Este Viernes! Y el Martes correspondiente luego del feriado largo. Consultas con la compañera mediante, se reservan esas dos fecha. Y ahora, los preparativos para un viaje impensado de cinco días a la capital de este país. El Visa manager vuelve a pensar que es un campeón, que se merece esas vacaciones.

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Diario de un Consejero


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Consejo Directivo [en línea]. Diario de un Consejero. 28 de Abril de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/04/sesion-01.html

Consejo Directivo

Asumí como Consejero Directivo y fui parte de una elección de Decano en la FAPyD. Fue horrible, pero por suerte, fue además, corto. Mareados por la danza y contradanza de alianzas efímeras, realineamientos de último minuto, presiones fuera de lugar, ninguneos varios, con la fuerza de las placas tectónicas, todo vuelve a acomodarse y los actores entran al escenario de la coreografía central con el libreto aprendido. O más o menos, yo hay cosas que todavía no sé: se vota primero a decano? Se vota la formula? Unos papelitos sobre la mesa indican que al parecer se vota primero a decano. Me siento casi en el medio, me rodean las barras (bravas?), ninguna nuestra. El recinto está que explota. La soledad rodeado de gente es más notoria. Una vez iniciada la sesión, la decana lee por una interminable cantidad de minutos una serie de actas y documentos. Dios mío, que he hecho? Donde estoy? No estamos en el 2015? No pueden escanear los documentos y listo? Es necesario leer todos los nombres en voz alta como en la escuela? Durante el acto, todo se desarrolla con la mayor de las cordialidades impostadas. Con la inercia de las formalidades institucionales, un sistema de normas de comportamiento brindan un primer plano educado a la serie de intercambios que se desarrollaron sin tanto guión y a fuerza de improvisación tras bambalinas en estas últimas tres semanas: una serie de entramados de alianzas, amalgamadas mínimamente por sistemas de contraprestaciones, algunos defendiendo lugares, otros reclamando posiciones de gestión en distintos niveles, solidificando o desarticulando cadenas de comando, en eso que la Argentina Contemporánea ha dado en llamar Política Universitaria. La primer votación a decano sale así: Del Río 10, Doccola 8, Rois 2. Presentamos candidato propio, y como ven, me voté a mi mismo. Por suerte, Tato también me voto, si no ya hubiera quedado muy mal lo mío, votarme a mi mismo en soledad. Como nadie tiene 11 (mayoría absoluta), esta votación se repite. Mismos votos. Como nadie saca 11, se repite, pero ahora sólo pasan los dos más votados. Ahora se gana por simple mayoría. A partir de ahí, Tato y yo nos abstenemos. Gana Del Río con 10 votos. En la votación a vice-decano no proponemos candidatos y las tres votaciones salen iguales: Valderrama 10, Garaffa 8, Abstenciones 2. Para aclararle a la chica del Alde que dijo: “Rois votó a la Franja”, me gustaría recordarle que yo claramente incurrí en la grosería de votarme a mi mismo, dos veces, hasta que ya no pude votarme más a mi mismo, y a partir de ahí, me abstuve. No voté a la Franja, otras 10 personas más en el recinto votaron al candidato de Franja. Y aún si el resto hubiera llegado a un acuerdo, el 10 a 10 lo desempataba el presidente de la sesión, es decir la decana de Franja, y ganaba Franja igual. Pero a quién le importan estas sutilezas, la cuestión es achacarle a Rois una traición. Escribo para exorcizar. Veremos si estar en el consejo es verdaderamente tanta perdida de tiempo como nos han dicho. En todo caso el tiempo lo perderemos Tato y Carla que somos los que tendremos que sentarnos a escuchar las conversaciones donde se pondrá en público lo acordado en los pasillos. Diremos algunas cosas cuando podamos. Ojalá algo de eso quede en los registros oficiales. Que por lo menos nos dejen algún lugar en los registros burocráticos! El Colectivo Docente seguirá su trabajo desde el llano. A pesar de algunos intentos de última hora, volvimos a serlos “traidores”, los que rompieron la posibilidad del “cambio”. Lo intentamos, pero a la hora de las decisiones finales, los aparatos demostraron su buena salud: te paranoiquean, te engañan, te cuentan los porotos y se reparten de antemano los lugares. Los aparatos hoy en la facultad no son tres, son cuatro. Dos siguen en la gestión, dos se quedan afuera. Nosotros no nos deberíamos haber llamado “La Cuarta”, si no “La Quinta”, pero ese nombre tiene tantas connotaciones negativas (La Quinta Columna, La Quinta de Funes) que por ahí hubiera sido mejor llamarnos “La Sexta”, algo que nos hubiera dejado más cerca del barrio.

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Sesiones [en línea]. Diario de un Consejero. 8 de Mayo de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/05/sesion-02.html

Sesiones

Segunda sesión. En realidad esta no fue la Sesión 02, fue la 74. Me explico: Esto fue un híbrido entre el nuevo y el viejo consejo, todos los nuevos consejeros más el ejecutivo todavía en gestión, decano y secretarios. Los nuevos decanos de la universidad recién asumirán el 19 de Mayo en un acto en el SUM, al que vendrá el rector, etc. Así que esta fue la última sesión presidida por Isabel, que leyó su propia renuncia por jubilación a su cargo docente con el mismo tono con el que leyó todo lo demás. El nuevo decano y su vicedecana estaban sentados a la mesa como consejeros, todavía entre nosotros, los mortales. Es decir, mi proyecto literario arranca con la numeración incorrecta desde el inicio. De ahora y hasta su finalización, mi numeración estará desfasada de la verdad. La sesión 03 será en realidad la 01 y así sucesivamente. Soy muy buen consejero: una sola sesión real y ya tengo DOS propuestas para mejorar el funcionamiento de muchas cosas, y ahorrarnos tiempo y plata. 1/ Que contratemos a un locutor nacional certificado como decano. 2/ Que cambiemos el nombre del Consejo Directivo a “Comisión Académica”. 1/ Después de mi primera sesión de consejo caigo en cuenta que el principal trabajo del decano es leer a viva voz una pila de documentos que desde mi punto de vista en la mesa le tapan la cara. Tiene que leerlos de principio a fin, número de expediente e incisos varios incluidos y todo es de una locura tan surreal muy difícil de entender en el año del señor 2015. Propongo algunas alternativas: a/ mandar los documentos –que son archivos digitales antes de ser papel impreso- por mail a los consejeros y aprobarlos sin más trámite en la sesión, b/ proveer a cada consejero con un Ipad y hojear los pdf’s en la sesión y aprobarlos o rechazarlos como en Tinder, deslizando el dedo a la izquierda por no, deslizando el dedo hacia la derecha por el sí. Si no pudiéramos hacer estos cambios reglamentarios, sugiero que por lo menos contratemos a un Lotuf o a la Dibert que tienen la dicción y la voz adecuada a la labor de leer sin solución de continuidad documentos que nos llegan desde el fin de los tiempos. Creo que los Virreyes de las Colonias del Imperio Español tenían el mismo trabajo, se los elegía porque sabían leer en voz alta. 2/ Casi todos los expedientes leídos por la decana (un 90%) pasaron para su tratamiento a la comisión académica, un lugar evidentemente mucho más importante que el consejo, que viene a ser algo así como el trámite que hay que hacer con los expedientes antes de mandarlos ahí. Como la comisión se reúne cada 15 días, alternadamente a las reuniones de consejo, propongo que nos reunamos SOLO como comisión académica y así nos ahorramos la mitad de las reuniones; o mejor, SIEMPRE como comisión académica y así duplicamos nuestra capacidad de trabajo! En estos cuatro años de mi vuelta a la facultad, hasta ahora no he concurrido a ninguna reunión en la que se haya decidido algo. O todo estaba ya decidido en una reunión anterior o todo se iba a decidir en una reunión posterior; reuniones a las que por supuesto yo no estaba invitado. Mezcla perfecta entre Kafka y Foucault, un panóptico burocrático donde siempre hay otra persona que detenta el poder de decisión, sólo que nunca estamos seguros de quién es o donde está. Aparentemente esa persona está ahora en la Comisión Académica. 1 y 2/ En el mar de expedientes leídos en voz alta y pasados a Comisión, seguro había alguno importante. Tal vez hubo alguno crucial. Pero fue difícil saberlo, las estrategias de camuflaje fueron extremadamente eficientes.

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Comisiones [en línea]. Diario de un Consejero. 15 de Mayo de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/05/las-comisiones.html

Comisiones

Como buen consejero, integro comisiones. Dos. Soy doblemente buen consejero. Integro la Comisión de Interpretación y Reglamentos y la Comisión Académica. Las dos son el viernes, una después de la otra. Una comisión arranca a las 12.30 y casi los mismos consejeros que integran esa comisión pasan a ser la otra, apenas el reloj toca las 13.30. La segunda comisión duró hasta las 15.30, así que efectivamente estuve en una reunión que duró tres horas. Decidimos algunas cosas, unos tres expedientes. Uno por hora. Las comisiones son secretas. Eso se dijo en la reunión así nomás, como si fuera normal reunirse en secreto. Todo esto me meterá en problemas. Un blog y reuniones secretas no se llevan bien. Todavía no se el tenor del secreto, si es el de las quinceañeras del colegio o el de la C.I.A. El tiempo y los tribunales lo dirán. Por lo pronto no se si sentirme importante o paranoiquearme un poco más. En principio no daré nombres propios y trabajaré un estilo mucho más críptico que el de mis informes de sesión. Esas aparentemente siguen siendo abiertas. Nos recibió una pila de expedientes. Alta. Ignominiosa. En la reunión de la comisión académica la lista de temas a tratar tenía cinco hojas. A unos quince temas por hoja nos da unos 75 temas. Tratamos tres. Si contamos que en promedio se agregan unos siete temas por semana, nos da que la pila de expedientes solo puede crecer. Es matemática: tratamos menos temas de los que entran. Además de la pila de expedientes hay un libro negro. Alguien tiene el trabajo de escribir (a mano!) un resumen en sanscrito antiguo de lo conversado. Es un lenguaje que todavía no domino, hay que ser especialista. La conversación parece normal, en castellano casi, pero lo escrito es indescifrable. Algo así: la comisión equis, en vistas del expediente equis, en referencia a la nota tal, decide remitir las actuaciones para su evaluación al actor tal. La comisión en sí no es ese lugar donde se deciden cosas como yo imaginaba la semana pasada. Aparentemente sólo aconsejamos. En rigor de verdad somos como un Riquelme de final de carrera. Paramos la pelota y damos un pase corto, un pase largo o la dormimos. Manejamos el juego. Pero definimos poco. No quiero dar la impresión de no haber decidido nada. A algunas cosas que tratamos le dijimos que si, a otras le dijimos que no; a algunos temas los mandamos a otro lugar donde alguien tiene que elaborar un informe, para que vuelva a otro lugar donde alguien tiene que estudiarlo para después devolverlo a la comisión. Yo participé bastante. Mi participación consiste básicamente en hacerme el enojado en algunos temas y contar un par de chistes de vez en cuando. Y disfrutar. Mucho. Realmente disfruto mucho de todo esto. Es muy divertido. Vénganme a buscar a la comisaría donde meten presos a los que rompen el secreto de las comisiones secretas.

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Problema Condicionalidad [en línea]. Diario de un Consejero. 30 de Mayo de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/05/sesion-03.html

Problema Condicionalidad

Después de un ascenso fulgurante, mi carrera como consejero académico llegó a su cenit en la asamblea universitaria, mi voto (humilde, intrascendente) luego de ser incluido en una urna transparente, fue escrutado por la “Junta Escrutadora” y fue contado entre los 156 que votaron al único candidato. Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que se dijeron en la asamblea: estamos en una institución con estructuras formalmente representativas pero vacías de contenido: no hay dialogo. La asamblea sirve para llenar los dos únicos casilleros del poder que se ponen en juego a nivel de rectorado, una vez resuelto este escollo, todo se vuelve a negociar en los pasillos, los verdaderos espacios de poder se reparten entre los jugadores dispuestos a participar en las negociaciones. Así como están las cosas, la alianza que gobierna la facultad es un reflejo a menor escala de la que gobierna la universidad. Las diferencias no son sólo de escala y de protagonistas, creo además que hay una diferencia funcional. En rectorado las decisiones son “políticas”, se habla de la provincia, de la nación, de los fondos, juegos de poder “de verdad”. En la facultad hay que resolver problemas cotidianos. Es como el capitulo de la primer temporada de House of Cards, cuando Frank Underwood, después de complotar a gran nivel en la Casa Blanca, tiene que volver a su pueblito de Georgia para resolver un tema con un cartel de ruta, un durazno gigante que parece una vagina. Acá en la facultad hay que enfrentarse a un montón de nimiedades, problemitas del día a día. Nuestro problema de la semana, nuestro cartel de durazno con forma de vagina, son nuevamente las condicionalidades. Es un problemita tan grande que tuvimos sesión especial de la comisión académica secreta y una discusión a micrófono y puertas abiertas en el consejo. Para explicar esto tengo que usar dos palabras inventadas por la FAPyD. Empiezo por el principio: La facultad tiene un plan académico, ese plan organiza los contenidos y la forma de cursado de materias, el cursado se organiza en requerimientos concatenados de materias aprobadas, esto regula el paso de año y define los conocimientos mínimos necesarios para cursar las siguientes materias. A esos requerimientos para el cursado de materias los llamamos correlatividades. Pero como nos especializamos en dictar reglas que no podemos cumplir, proponemos excepciones a las reglas; a esas excepciones las llamamos condicionalidades. Ahora estamos nuevamente en el punto en el que no podemos ni siquiera cumplir las excepciones, entonces proponemos excepciones a las excepciones, a esto lo llamamos extensión de condicionalidades, que es el pedido favorito de las agrupaciones estudiantiles; algo que ellos llaman reivindicaciones. Parece complicado? Lo es. Parece artificial? Lo es. Nosotros mismos pusimos la trampa que nos agarró el tobillo. Somos una institución que legaliza y burocratiza el incumplimiento de sus propias reglas. Y como el cuento de la buena pipa, todo esto es interminable. Un eterno retorno al Día de la Marmota. Explico la condición del condicional. El alumno condicional es un alumno paria. Comienza el año con una espada de Damócles sobre la cabeza y arrastra su penosa condición zombie hasta lo inevitable. Cual replicantes de Blade Runner, parecen alumnos normales, pero tienen fecha de caducidad. A principios de año los condicionales no están en las actas (pero los docentes no pueden rechazarlos) y a finales de Mayo la mayoría sigue sin estar en las actas (pero los docentes ya no pueden mantenerlos). En algún momento, el consejo directivo dictó alguna “ordenanza”, algún “edicto”, alguna “normativa” que les da tiempo a los alumnos hasta la mesa de mayo para rendir lo que deben. Cuando se ”ponen en condiciones”, van a alumnado y se anotan, en Junio, en una materia que cursaban desde Marzo. Evidentemente todavía no entendimos que el tiempo es irreversible. Ahora, si los alumnos no están en las actas, como hago yo como titular de la materia para darme cuenta si el que me habla no es un extraterrestre disfrazado de alumno? Y de la misma forma, como hace la oficina de alumnado en Junio para saber que el alumno que pide inscribirse en la materia realmente estuvo cursando la materia? Correcto, lo adivinaron, no hay manera, es todo de “palabra”. No hay ningún papel oficial. Lo hubo en algún momento, ya no lo hay. Yo ya ni sé si como profesor estoy cumpliendo o incumpliendo algo a esta altura del ciclo correlatividades-condicionalidades-excepcionalidades. Menos del 2% de los alumnos hacen uso de las condicionalidades. El resto sufre unas correlatividades imposibles de cumplir. Otros organizan petitorios, reclaman, mandan notas, filman votaciones, inundan el consejo de expedientes, hacen girar la estructura de gobierno en falso durante meses. Y el resto de cosas que hay que resolver se acumula en alguna caja por ahí. Como con el nudo gordiano aquel, la salida al problema es clara: eliminar las correlatividades. Propongo eliminar correlatividades cruzadas, quedarnos sólo con verticales simples (Proyecto 1 para pasar a Proyecto2). Saben cuánto bajaría la pila de expedientes en el consejo!

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Visibilidad y Registro [en línea]. Diario de un Consejero. 12 de Junio de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/06/sesion-04.html

Visibilidad y Registro

Moción de orden. Este es un concepto que aprendí hoy. La usa un consejero cuando quiere ordenar algo que se salió de madre. Hoy se usó tres veces, por tres “sectores” distintos, y no sirvió de nada. La cosa siguió tan desordenada como antes. Hoy no pudimos ponernos de acuerdo ni en qué era en lo que no estábamos de acuerdo. No voy a ponerme a explicar, porque en serio, no entendí. Ni la asesora letrada entendió, o bueno, ella entendió y nosotros no le entendimos a ella. Todo fue por dos dictámenes confusos, uno confuso tal vez a propósito y otro confuso por descuido. Conclusión, todo vuelve de donde vino (aquella comisión secreta!) y tenemos otros quince días para ver como nos sacamos de encima esto que no queremos resolver! Hoy fue otra gran sesión del consejo directivo. Sigue la Divertida Danza de la Extensión de Condicionalidades. La danza es así: los alumnos, aconsejados por los dirigentes estudiantiles, inundan el consejo de cartas y pedidos; los consejeros estudiantiles hacen un reclamo/proyecto sobre tablas; se trata y pasa a comisión académica; en comisión (secreta) académica se producen dos despachos, uno en contra (los docentes) uno a favor (los alumnos); en la próxima sesión del consejo se votan los dos despachos, que últimamente ganan los estudiantes gracias a dos votos docentes (los nuestros) y el graduado. Estamos en Junio y se vota la extensión para Agosto. En Agosto votaremos para extender hasta Septiembre; en Septiembre para extender hasta Diciembre, y así hasta el fin de los tiempos. Y con eso logramos que nunca hablemos de otra cosa. Propongo que llamemos al consejo: Comisión de Extensión de Condicionalidades. Al final, es lo único que hacemos. Moción de Orden en este posteo. Cuento esto desde el principio, todo otra vez. Empiezo de cero. Arranco con el tema de la visibilidad. Hay una danza visible, que se ejecuta en frente de algún público (aunque no esté). En esta danza visible hay alguna que otra cordialidad, algún que otro enojo, pour la galerie. Hay gradientes de visibilidad. Detrás de cualquier escenario hay bambalinas, hay cortinas, velos. Siempre antes de alguna reunión hubo alguna otra reunión a la que no fuiste invitado. Las decisiones no se toman en público. Y afuera de los salones donde se hacen las reuniones, hay pasillos. El pasillo es el espacio del rumor, de las informaciones cruzadas, de las operaciones. Hay otros escenarios un poco más visibles: los carteles, los petitorios, las elecciones. El escenario de mayor visibilidad es la mesa del consejo, aquí en realidad no pasa nada que no esté guionado, las cosas se ensayan, se establecen estrategias, tácticas, etc. El que no ensaya, el que no prevé, pierde las votaciones y queda mal parado. Una vez que se empiezan a perder votaciones, se hace costumbre. El que gana, repite sus estrategias y vuelve a ganar. Acá es donde se dan discursos, se leen proclamas. Acá es donde la visibilidad se entrecruza con el registro. El registro es el mundo de los expedientes, las carpetas, las resoluciones, las grabaciones, las desgravaciones, las actas, las órdenes del día. Todo tiene un número asignado. Todo viene con guiones, incisos, enmiendas. Todo está escrito. Todo va al archivo. Arriba de todo hay estatutos, reglamentos, normas. Siempre hay un estamento superior, la comisión secreta, la comisión de seguimiento del plan, el consejo superior, el rector, la codfan, la coneau, el conicet y más allá, el infinito. Siempre hay un más allá. Y siempre hay alguna regla que se estableció antes que no puede ser desobedecida, porque las leyes del universo se romperían y se antepondría el caos. El registro mueve al mundo por inercia y todos estamos contentos de no tener que hacer mucho al respecto. Es entropía pura. Pero en realidad, esto no es lo que importa en el cruce entre visibilidad y registro. Lo que importa a los actores de la visibilidad es que el registro queda para la historia, para el juicio, para los abogados. Todo el mundo es muy cuidadoso al momento del cruce entre lo visible y lo registrado. Las reuniones de consejo se graban y lo que uno dijo puede ser usado después en su contra. Las condiciones cambian, el registro no. Y aquí es donde entran las chicanas. Las chicanas son el momento donde la visibilidad le hace trampa al registro. Formas de decir sin quedar atrapado. Chistes, ironías, doble sentido, todo es aplicable en la chicana, lo único que importa es herir de algún modo al otro. La chicana no tiene sentido si no hiere. La chicana es un arma. Llego a pensar que aquí (en el consejo) lo único que importa en definitiva es la chicana, porque entre la presión de la visibilidad y el registro, la es lo único que sucede. Todo el espacio que podría ser usado para conversar, dialogar, solucionar problemas u organizarnos mejor, es ocupado por la chicana. De alguna forma tiene sentido: cuando vemos que no podemos cambiar las cosas, mejor entregarse a la chicana y divertirse un poco. Es una forma deliciosa de perder el tiempo! Hay momentos sublimes donde la chicana ya no le hace trampa al registro, hay momentos donde la chicana 77


entra con ímpetu en el registro: es el momento del Expediente-Chicana. Tengo miedo de decir que en estos momentos es el único tipo de expediente que existe, porque podría estar exagerando. El Expediente-Chicana tiene varias modalidades. Una es la modalidad Expediente-Denuncia. Algo más o menos así: Con disfraz de objetividad algún informe de algún funcionario llega a la mesa del consejo, en el informe se dice que la agrupación A hizo tal cosa. Apenas se lee esto en la mesa del consejo, todo queda grabado en el registro. Desde el mundo de la visibilidad toma la palabra la agrupación A, que al hacer uso de su defensa, denuncia a la agrupación B de lo mismo o de todo lo contrario; en algunos momentos muy graciosos, la agrupación C se alía con alguna de las otras dos para agraviar a la tercera, y así sucesivamente en una interminable cadena de agravios cruzados. La chicana es convertida así en una danza visible para el registro. La otra modalidad del Expediente-Chicana es el Expediente-Kamikaze. El Expediente-Kamikaze es un expediente que tiene todas las de perder, cuya única misión es hacer quedar mal al que lo rechaze. Ese tipo de expedientes me encantan! Es obvio decir que hasta ahora siempre he quedado del lado escrachado. Grabado por la camarita de la Minita del Alde mientras pide a viva voz: Rois seguí votando con la Franja! No puedo hacer otra cosa más que hacerle caso. Así es que entro al mundo del registro como el traidor a la causa estudiantil. Por los siglos de los siglos, amén..

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Estrategias de Dilación [en línea]. Diario de un Consejero. 20 de Junio de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/06/comision-02.html

Estrategias de Dilación

Nuevos conceptos para el diccionario de terminología específica de esta cultura administrativa, vocabulario que organiza estrategias y prácticas, acciones específicas de esto que hemos denominado “política universitaria argentina”. Un “proyecto” inicia un “expediente”. Este expediente se ingresa por “mesa de entradas”. Se trata en el “orden del día”. Una vez tratado en la “sesión”, se resuelve “pasarlo a comisión”, en comisión, cuando se saca de la pila de expediente se lo “trata” (es decir, se charla sobre él un rato), si es un tema delicado, crucial, se lo “deja en comisión”, es decir, se lo devuelve a la pila. Y ahí quedará por el fin de los tiempos hasta que “pase a archivo” o simplemente “se vuelva abstracto” (es decir, carezca ya de todo sentido). Este es el procedimiento teórico, es decir, el diagrama. Implementemos el diagrama con un ejemplo específico. Un expediente debe llegar a mesa de entradas unos 5 días antes de una sesión para poder ser tratado a tiempo. Una vez tratado, lo primero que se hace es pasarlo a comisión; cuando sale a la luz en comisión, de abajo de la pila de expedientes atrasados, puede haber pasado como mínimo tres semanas; en el mejor de los casos se lo devuelve a la pila, porque se lo “deja en comisión”, y ahí puede estar por otro mes más. Si alguien se acuerda de él, se lo vuelve a sacar de la pila, se lo trata, alguien escribe un despacho y vuelve a su tratamiento al consejo. Tres meses. Y este es un expediente rápido! Ayer tuve en mis manos un expediente iniciado en el 2013. No es que no se tomen decisiones. El tema es que las decisiones están dirigidas a dilatar los temas. La verdadera estrategia política aquí, es la estrategia de la dilación. Estirar, estirar todo lo posible, para nunca poner en marcha cambios, para que la inercia burocrática siga su curso. Porque rectorado está ahí, los centros de estudiantes están ahí, los docentes están ahí, los no-docentes están ahí, todos en el mismo lodo y casi acostumbrados al estado de cosas. Entonces para que cambiar? Para que arriesgarnos a hacer algo distinto? El general, viejo zorro, ya lo dijo, “cuando quieras que algo no salga, crea una comisión para estudiar el tema.” Y tener VARIAS comisiones para estudiar los temas es lo que permite el loop infinito, perfecto, de la dilación. Permite el pase de comisión a comisión. Ahí es donde se mandan los expedientes más complicados. El loop infinito de la dilación es un invento que sólo los arquitectos podríamos haber inventado; es un instrumento espacial, una cinta conceptual en el tiempo donde uno manda las cosas que deben ser olvidadas en base a su tratamiento infinito. Una pura presencia que posibilita la ausencia definitiva. La estrategia de la dilación funciona porque crea la ilusión de movimiento. Incluye un montón de trabajo! Se habla y se tratan los temas muchas veces, todo para crear la ilusión de su resolución. Hay estrategias internas al mecanismo de dilación, hay gente que maneja las exclusas de la dilación. Es como un sistema panóptico, pero temporal. Lo que se controla aquí es el (lento!!!) paso del tiempo de los temas en esta cinta contínua. Hay gente que controla los estamentos temporales, está presente en cada estación. No sobrevuelan los temas, los controlan, están al lado del expediente en todo su tránsito. Básicamente son boleteros, maquinistas, guardas y controladores al mismo tiempo. Obviamente, como en todo panóptico, las relaciones no son simétricas. El que controla puede ver todos los estamentos al mismo tiempo (tendrá pantallas como en los programas de la tele, pero en vez de cámaras simultáneas, habrá escenas diacrónicas?). El que está afuera del sistema, sólo ve su fragmento presente de tiempo. Desconoce lo que pasó en el otro lugar, ignora lo que pasará después. Lo intuye, pero no está seguro. La cosa se complica porque hay gradientes de participación. Hay personajes que están en dos lugares, hay personajes que están en tres lugares, y todo esto sucede en desfasaje, no todos comparten todos los lugares. Lo más interesante de todo esto es que los actores son siempre los mismos. Es decir, el personaje A, que en la sesión del consejo manda el expediente a la comisión, se la manda a un personaje B; que luego, al recibirla en la comisión (académica) se la pasa un personaje C de la otra comisión (de seguimiento del plan), pero los personajes están representados por la misma persona. A veces A y B son la misma persona haciendo distintos personajes, a veces B y C son la misma persona haciendo distintos personajes y a veces A y C son la misma persona haciendo distintos personajes. Una película que se quedó sin presupuesto y disfraza a los pocos actores que tiene. Llamen a las hermanas Wachowski para escribir este guión.

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Las Posiciones en la Mesa [en línea]. Diario de un Consejero. 27 de Junio de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/06/sesion-05.html

Las Posiciones en la Mesa

En la Cámara de los Comunes, el recinto parlamentario del que derivan todos los sistemas parlamentarios del mundo, la antigua Mesa de los Caballeros ha sido reemplazada por un espacio vacío rectangular. Respetando un eje de simetría que corre por su centro, paralelo a los lados más largos de este vacío rectangular, se disponen dos gradas enfrentadas entre sí. Estar frente a frente, muy cerca, pero separados por el espacio de la discusión: ese es el modelo inglés. Alguien vió como hablan ahí adentro? Se gritan de todo, una riña de gallos. Nada de decoro inglés. De a poco voy entendiendo la simulación de parlamentarismo elegante que ejercemos. Una simulación que se basa en un respeto de formas teatrales, algo de lo que caí en cuenta el otro día cuando contestando a un colega me pasé, tal vez, de la raya. Todos me respondieron indignados, me pidieron que guarde el decoro. Aquí, en el consejo directivo, volvimos a la mesa larga, aquella de los caballeros medievales. El eje de “enfrentamiento” sigue la dirección mas corta de la mesa. Los sectores “enfrentados” están lo más lejos posible uno de otros. Hay enfrentamientos visuales, pero estos tienen que hacerse de costado, en diagonales muy agudas. Al lado y enfrente están tus “compañeros” de bancada, algo cada vez más difuso de entender. Tardé en entender la coreografía espacial de la teatralización de lo parlamentario que ejercemos. Cada lugar en la mesa está calculado. Yo caí en mi lugar en la mesa de casualidad: el primer día que crucé la puerta, seguí en continuidad con mi recorrido de ingreso y me senté en el lugar frente a la única persona sentada en la mesa. Me pareció simplemente buena educación. No me daba cuenta entonces que esto es como cuando te vas de excursión con un contingente en un colectivo: se entiende que el asiento que elegiste es el tuyo por el resto del viaje, aunque el viaje dure una semana. Mi viaje dura cuatro años y ya tengo mi silla. Parece que se la saqué al consejero graduado que repite su gestión; pido disculpas, no lo sabía. Diagramo las posiciones en la mesa. En uno de los lados cortos de esta mesa larguísima, en la cabecera principal, se ubica el decano. Se entiende que es principal porque atrás hay un cuadro grande; al ser simétrica la sala rectangular donde nos ubicamos, el cuadro es la única forma de distinguir la cabecera principal. En la cabecera secundaria, en la otra punta de esta mesa larguísima, lo más lejos posible del decano, se encuentran sentados casi en semi-circulo los cinco consejeros estudiantiles por la “oposición”. Se sientan en semi-circulo, algunos medio alejados de la mesa, porque no entran en el espacio comúnmente ocupado por una sola persona. Cerca de estos alumnos, los votos que conformaron con ellos la alianza perdedora en la elección a decano. Este sería en suma, el bloque opositor. Al decano lo rodean los consejeros (principalmente docentes) de su agrupación, es decir, el bloque oficialista. Si bien el decano mantiene un carácter de (supuesta) neutralidad en las sesiones, tener a ambos lados a los cinco consejeros de su agrupación (sus laderos) plantea un esquema defensivo en relación a la distribución de fuerzas. En el esquema de alianzas original (cercano en el tiempo, han pasado sólo tres meses de la elección) hay otros tres votos cercanos al decano, y en la mesa mantienen aún hoy su cercanía. Entre ellos, el docente y el alumno del sector que ocupa el vicedecanato, que al sentarse siempre juntos demuestran la unidad interna de su “proyecto” y con su cercanía a la cabecera del poder demuestran por un lado su orgullo por la posición ejecutiva que ocupan y por el otro recuerdan constantemente al decano su presencia. Hay dos consejeros alumnos incómodos en esta mesa. No se animan a acercarse al resto de los alumnos, algo natural por cuestiones de gremio, y no se animan a encuadrarse del todo en el lado oficialista, al que pertenecen por filiación partidaria. Se sientan siempre en lugares distintos. Su incomodidad espacial a veces se demuestra como incomodidad política, tal como sucedió en la votación de ayer, al dar un voto oficialista supuestamente reñido con sus intereses gremiales. De alguna manera nosotros quedamos en el medio de todo esto. Tato y yo estamos en el medio de una de las cabeceras largas. Ni del lado oficialista, ni del lado opositor. El peor de los mundos.

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Sísifo [en línea]. Diario de un Consejero. 3 de Julio de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/07/comision-03.html

Sísifo

Sísifo creyó que engañaba a los dioses y los dioses lo castigaron obligándolo a subir una piedra gigante por la ladera de una colina, sólo para verla rodar pendiente abajo para repetir por toda la eternidad la misma acción, una y otra vez. Entiendo que Sísifo sabe del eterno retorno, es consciente de la vacuidad de su labor, pero no puedo dejar de imaginar que cada vez que llega a la cima tiene una pequeña sensación del deber cumplido, una mínima satisfacción, una sensación de victoria. Una de las comisiones secretas a la que pertenezco, la académica, la que funciona como el doble maldito del consejo, es un lugar donde Sísifo se sentiría cómodo. Hay tantos expedientes atrasados que decidimos reunirnos una vez por semana. La comisión doble del consejo trabaja ahora en doble turno. Los viernes que no hay consejo y los jueves anteriores a la reunión de consejo. La quincena anterior, entre las dos reuniones tratamos más de 30 expedientes. Treinta. Tres decenas. Una gran cantidad de expedientes atrasados que pasamos a archivo sin más discusión (cosas que se habían vuelto “abstractas”), una pila importante de pedidos de equivalencias (gente que pide tener aprobadas materias que cursó en otra carrera antes de anotarse en arquitectura), en fin, minucias de la labor administrativa que aparentemente es el trabajo que nos toca hacer. Y un par de expedientes problemáticos que generaron mucha discusión, entre ellos el expediente kamikaze sobre extensión de condicionalidades, aquel expediente que atrapó a dos consejeros estudiantiles la semana pasada. Puedo explicar todo esto porque el secreto de estos temas ha sido levantado ya por el FBI de los expedientes universitarios. En definitiva, luego de dos semanas de arduas discusiones y labor parlamentaria, logramos reducir la pila de expedientes de 75 a una módica suma de 45. Ese fue nuestro triunfo pírrico. Nuestro momento Sísifo: aquel cuando la piedra finalmente se detuvo en la cima de la colina. Y después vino la reunión del consejo directivo. Ese es el momento tremendo donde la piedra, después de detenerse por un instante, empieza a rodar lentamente hacia abajo. A Sísifo no le queda otra que correrse a un costado y verla caer. En el orden del día ingresaron 17 expedientes de designaciones docentes por el sistema de cátedras libres, 5 expedientes por aprobaciones de materias optativas y 6 expedientes por distintos proyectos de resolución presentados por los consejeros (4 Área, uno Franja, uno mío). Todos esos expedientes, unos 28 en total, fueron pasados con total diligencia y celeridad para su tratamiento en la comisión académica (una mesa conformada por el 90% de los presentes en la mesa del consejo, vale aclarar). Hasta acá todo hubiera tenido el sabor de un empate. Nos sacamos de encima 30 expedientes, vuelven 28. PERO! En el orden del día de la sesión se trató el despacho del expediente kamikaze sobre condicionalidades: al rechazarlo 9 a 7 (+ 3 abstenciones), los 35 expedientes de solicitudes personales de excepcionalidad vuelven a tener vigencia. Como dijimos que no a la “amnistía” general, ahora tenemos que estudiar caso por caso. Zeus ganó por goleada. Ahora la comisión tiene 100 expedientes que tratar. Luego de mirar caer la piedra hacia abajo, Sísifo desciende la colina para volver a empezar. Supongo que su esfuerzo tiene altibajos. Hay veces que se ilusiona y sube con más ganas. Hay veces que se cansa y sube lentamente; al final, para que apurarse. Hoy en comisión fuimos lentos. Sólo tres temas tratados. Y aunque todavía rige el secreto secretísimo de sumario, puedo decir además que hay un despacho que no sólo no nos saca 15 expedientes de encima, nos los pone encima de la piedra, como para aumentar aún más nuestra desdicha. Los mitólogos todavía no se ponen de acuerdo sobre la ofensa de Sísifo que determinó semejante castigo. Nuestra ofensa es clara: querer ser partícipes de esto que llamamos política universitaria argentina.

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Dos Acontecimientos [en línea]. Diario de un Consejero. 10 de Julio de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/07/sesion-06.html

Dos Acontecimientos

Tenía pensado escribir un ensayo teórico-político usando algunos conceptos sobre el estatus del parlamentarismo contemporáneo de Alain Badiou, mezclándolos con algunas observaciones sobre las reglas de administración de las universidades nacionales argentinas brindadas por la autonomía conseguida en la reforma del 18’; pero la reunión del consejo estuvo demasiado jugosa, así que dejo eso para otra oportunidad. Pasó de todo en el consejo: consejeros que votaron en contra de lo que habían firmado en comisión (en definitiva, negándose a si mismos); consejeros que a todas luces debían abstenerse de votar en temas que le concernían personalmente y no lo hicieron (en definitiva siendo juez y parte) y un decano que tuvo que salir a desempatar un 10 a 10 sobre la hora en un tema urticante con ribetes político-éticos. En fin, cosas que pasan. Pero tampoco quiero escribir sobre eso hoy. Quiero hablar de dos acontecimientos. De uno escribiré en tono de denuncia, del otro, en tono de festejo. Primero la denuncia. El consejero graduado me desplazó de mi posición. Hizo un esfuerzo enorme por llegar muy temprano y ocupó mi silla (que en realidad era suya hasta antes de mi llegada al consejo). Con ese simple gesto “reivindicatorio” destruyó toda mi teorización sobre la relación político-espacial del orden de ubicación en la mesa del consejo directivo de la facultad. Para este desplazamiento esgrimió argumentos gremiales: él es el único consejero graduado (y por ende, supongo, mas importante que yo, que soy sólo uno de los diez consejeros docentes) y razones de antigüedad (el está hace cuatro años y yo hace sólo tres meses). Desde su punto de vista, con esta maniobra ha recuperado su posición original en la mesa, que había quedado degradado al tener que ubicarse del otro lado, más cerca de los alumnos. Lo que no tuvo en cuenta el consejero, es que con esta maniobra ha desarmando toda una coreografía espacial finamente calibrada. Se desarmó todo! Un consejero de Franja quedó atrapado en exilio entre la 81 y los de Área! Tato y yo nos corrimos un lugar más cerca del oficialismo! Justo en nuestro día más opositor! Le diría al consejero graduado que con los sistemas de orden cósmico no se jode, miren lo que pasó hoy! Creo que si la sesión fue tan movida fue por culpa de este desajuste. Si queremos que todo vuelva por los cauces de la civilidad, tendremos que ajustarnos a nuestras posiciones. Luego el festejo. En un despacho intrascendente, de un expediente burocrático más, algunos consejeros pusimos algunos reparos de forma. Simplemente devolvimos algo a alguien para que complete como es debido, ajustándose a las formas, lo que presentó medio así nomás, a las apuradas, como venía. No rechazábamos nada, faltaba más, simplemente pedíamos que las cosas nos llegaran de la forma que es debida. Hubo otro despacho que aprobaba todo, así como estaba (siempre hay algún apuro para sacar las cosas, así como están nomás). Dos despachos opuestos. Se tiene que votar. Como aparentemente nuestro rechazo ofende a más de uno, la votación se hace nominal. Los consejeros que votamos el despacho “protestón” fuimos pocos y perdimos. Pero eso no es lo que importa. Lo que importa es que entre los votos en mayoría sucedió el choque de planetas, la conjunción de las galaxias, el encuentro del doppelgänger, el encuentro del mundo con su inverso en el mundo bizarro: ALDE votó con Franja. Cuando me di cuenta festejé como si Higuaín hubiera metido ese gol en el último minuto. Busqué desesperadamente a la minita del ALDE para festejar con ella, pero ya se había ido. Por favor, si alguien tiene el teléfono de la minita del ALDE, avísenle que esta vez no fue Rois el que votó con Franja, que esta vez fueron ellos.

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Los Bloques [en línea]. Diario de un Consejero. 19 de Julio de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/07/1er-semana-de-receso-invernal.html

Los Bloques

Hay 20 jugadores (sentados) en la cancha. Las temporadas duran 4 años con renovación parcial cada año para la mitad de los jugadores (los pibes, la reserva). Los equipos (alianzas) son variables dependiendo de las condiciones climáticas. Tal como está el panorama hoy en día puedo permitirme una aproximación a una taxonomía. Hay un equipo que juega de local. La localía la mantiene desde hace 12 años. Piensen en un matrimonio (por conveniencia), la convivencia fue desgastando los vínculos y los últimos cuatro años fueron malos, pero renovaron los votos (nunca mejor dicho!) en las ultimas elecciones y la alianza está reforzada. Una parte de esta alianza oficialista es Franja Morada, que pone a 5 jugadores docentes y a 2 jugadores alumnos en la cancha, y que por tener el decano, aumenta la cantidad de jugadores propios en la cancha a 8. Como la cosa está crispada, ese jugador vale oro! Es el comodín del chinchón. Estos 7 (u 8) jugadores juegan en bloque (defensivo últimamente). En comisión se “discute” y hasta se firma con “aparente” libertad, es el entrenamiento entre semanas. Las desiciones se toman en la reunión anterior a la sesión, charla de vestuario antes de salir a la cancha; ahí se decide como se vota y todos votan siempre en bloque, aunque eso implique desdecirse de algo votado en comisión. Acá se da la vida (la palabra) por la camiseta. La otra pata (más corta pero no menos presente) en esta alianza es la agrupación Dominó; con dos jugadores, un docente y un alumno. Dominó ha formado parte del oficialismo a cargo de la facultad en 16 de los últimos 20 años, los últimos 12 de forma ininterrumpida, y aún así presenta en cada elección (tanto docente como estudiantil) como una agrupación independiente y contestataria. En esta nueva versión de la alianza, Dominó ha logrado el vice-decanato, varias secretarías y la duplicación de secretarías existentes con cargos de sub-secretarios. Completan los 10 votos oficialistas el voto No-Docente, que siempre vota en alineación. Los votos oficialistas se convierten en 11 cuando el decano desempata. Triunfos ajustados, pero triunfos al fin. Hay 3 equipos que juegan de visitante. Aquí las alianzas son fluctuantes, tema a tema, votación a votación, los que eran amigos ayer se miran con mala cara hoy. Hay 2 grupos con 4 jugadores. Los estudiantes de Área (socialistas) son los únicos de estos grupos que podríamos denominar un bloque. Llegan juntos a todas la reuniones, se quedan hasta el final, presentan proyectos, los siguen, los discuten, votan. Del lado oficialista se los escucha poco, se los ningunea todo lo que se puede y ellos hacen el juego, a veces ofendidos, a veces no. El otro sub-grupo de 4 jugadores lo conforma la 81 (histórica lista de oposición docente), el estudiante del ALDE y el graduado. Este es un grupo heterogéneo, con menos disciplina de bloque, pero en la mayoría de los casos votando juntos (aunque con improvisaciones sobre la marcha). El estudiante representa a una agrupación que sabe trabajar la administración universitaria, que presenta proyectos (la mayoría de ellos del tipo kamikaze, es decir, sabiendo que nunca serán aprbados) y que sabe que desde la minoría más minoritaria lo único que puede hacer es dejar constancia de su oposición al estado de cosas. Este grupo no se toma tan bien las ninguneadas del oficialismo y a veces reacciona pateando sillas, filmando películas, tomando el micrófono, en fin, calentándose. El otro equipo visitante es el dúo cómico de la temporada: Belleze-Rois. Cómicos involuntarios. Hay momentos que las chicanas proferidas nos vienen de todos los sectores, al mismo tiempo. Recién le estamos agarrando la mano a esto, esperen un par de temporadas y verán los niveles de humor sutil al que nos dedicaremos. Pasaremos de Los Lumbrises a Le Luthiers.

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Campo de Juego, Tiempos y Táctica [en línea]. Diario de un Consejero. 25 de Julio de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/07/2a-semana-de-receso-invernal.html

Las Hinchadas

Durante el partido (sesiones o reuniones de comisión) los jugadores se sientan alrededor de una mesa larga. Alrededor de la mesa, en circulo más abierto, contra las paredes de la habitación, y en directa relación con las identidades partidarias y su posición en la mesa, se ubican las hinchadas. A la hinchada se la llama cuando se la necesita, cuando algún tema toca temas propios, instancias establecidas, arreglos, agendas del equipo propio. Se llena el sector de hinchada correspondiente, para hacer acto de presencia, chicanear todo lo que se pueda, filmar películas, defender los trapos. Es curioso, pero del lado del oficialismo, los dos sectores de la alianza nunca se sientan juntos: de un lado se sienta Franja, del otro Dominó. Están del lado del oficialismo, es decir, cerca de la silla del decano, pero se ubican en paredes opuestas: Dominó siempre cerca del pasillo, Franja siempre cerca de las ventanas. Arreglos claramente establecidos desde tiempos inmemoriales. Estas dos son las hinchadas más numerosas, o por lo menos las más cumplidoras; siempre, en cada reunión de consejo, hay alguien, como para recordarte que no pasará desapercibido lo que suceda en la reunión. Las hinchadas tienen su propias reglas internas, hay jefes de hinchada, (pero en temas escabrosos no me quiero meter; la presión es real). La hinchada más revoltosa es la del ALDE. Huelen polémica y vienen, tienen gran olfato afilado para los temas polémicos. Aprovechan la oportunidad para mirarte con cara de pocos amigos, y llegado el caso, gritarte algunas cosas y filmarte, sobretodo filmarte. Les encanta filmar. Hay consejeros que se vienen producidos a las reuniones porque saben que saldrán en algún video en YouTube. Los tiempos de juego son promedio de cuatro horas, sin entretiempo. Hay que tener aguante. Sobretodo hay que tener paciencia. Hay que escuchar números de expedientes, inciso barra cuatro, hay que escuchar actas de concursos, hay que escuchar nombres de gente que se recibe, hay que escuchar y escuchar y escuchar. Y cuando uno quiere hablar, hay que pedir la palabra. El decano dice, el consejero tal tiene la palabra, y eso habilita a que te acerquen el micrófono y digas algo. Generalmente lo que se dice oculta en realidad lo que se quiere decir. Todo el mundo dice lo que se supone debe decir, pero nadie dice nada en realidad. Y tampoco se decide nada. Nunca, en estos seis meses se ha decidido algo y dudo mucho que alguna vez se vaya a decidir algo. Con decidir algo me refiero a aprobar algo que cambie algo. Nunca vamos a aprobar nada que cambie nada. Es la primer regla del juego: nunca aprobar nada que cambie nada. Es la primer regla del parlamentarismo contemporáneo, ya lo dijo Badiou, el supuesto “consenso” es la fachada de los arreglos subterráneos, de las fuerzas de poder que realmente manejan la cosa. Nosotros, los consejeros, ponemos la cara, le damos un aire de democracia, de participación, a cosas que ya están selladas de antemano. Esto es una coreografía que cuida lo que hay que cuidar. No vaya a ser que se equivoquen y piensen que pueden gobernar! Tomar decisiones! No señor, usted consejero, limítese a pedir la palabra, decir algo en público y váyase contento a su casa. Ha participado del juego. En realidad estamos jugando dos campeonatos paralelos, el campeonato Sesión de Consejo y el campeonato Reunión de Comisión. Se juegan en semanas alternadas, en semanas pares se juega un campeonato, en las semanas impares, el otro. Estos campeonatos son jugados por los mismos equipos y los mismos jugadores. Es como si el clausura y la libertadores fueran lo mismo. La misma gente, se reúne en el mismo lugar, a tratar los mismos temas. Demoré unos meses en entender como funciona esto, recién ahora puedo explicarlo. Si bien hay una mesa de entradas en otro lado, se podría decir que la Reunión de Consejo es una mesa de entradas y salidas. Se reciben expedientes, el decano los lee, sumariamente, sin explicar mucho que es cada cosa -no vaya a ser que empecemos a debatir algo en serio-, y rápidamente alguien dice, “esto tiene que pasar a la comisión tal.” Y se aprueba… que pase a comisión. Que en realidad significa que el tema pase a una caja azul donde se acumulan carpetas amarillas. Cuando por equivocación en la Reunión de Consejo se empieza a hablar de algo, a discutir un tema, siempre hay alguien que levanta la mano y ceremoniosamente dice, “ojo que nos estamos convirtiendo en una sesión de comisión”, y acto seguido se termina la conversación. En las Reunión de Comisión si que se puede hablar largo y tendido, porque nadie está grabando, nadie te está viendo y aparentemente la palabra a tus colegas no tienen ningún valor. Es más, en las reuniones de comisión se puede firmar cualquier cosa, total hay tiempo de cambiar de opinión (o de que te hagan cambiar de opinión) y después en el consejo podés votar todo lo contrario a lo que votaste antes. En la Comisión se escriben Despachos. Los Despachos se escriben en unos libros gordos. Los Despachos sobre un tema pueden ser opuestos. Eso es lo que se vota cuando todo vuelve al consejo. Ya en Reunión de Consejo, el presidente del la comisión lee los Despachos, sin explicar mucho de que viene la cosa tampoco -no vaya a ser que los consejeros sepamos que estamos votando-, y la más de las veces se aprueba por unanimidad y en casos polémicos con despachos encontrados, se vota nominalmente, es decir, que los consejeros se hagan cargo de lo que votan. Acá es cuando el ALDE prende las cámaras y… Democracia Parlamentaria en Acción!

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Lógicas de la Narración Dispersa [en línea]. Diario de un Consejero. 8 de Agosto de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/08/sesion-07.html

Lógicas de la Narración Dispersa

Si la última sesión antes del receso terminó en escándalo (un decano desempatando en un asunto con tintes éticos y anti-reglamentarios); la primera después del receso fue un desorden, de principio al fin. Tuve la sensación de estar en medio de un capítulo de las ultimas temporadas de Lost, esas en la que ya no se entendía nada. Me dio a pensar que tipo de lógica narrativa está siguiendo el que escribe todo este guión. En la narrativa clásica hollywoodense se cumple un arco narrativo incuestionable: se presenta una situación idílica (los primeros 5 minutos), se introduce un conflicto que rompe ese idilio (los próximos 10 minutos) y se trabaja todo el resto del tiempo para finalmente recomponer la situación idílica inicial (que refuerza generalmente los atributos más conservadores de la sociedad capitalista norteamericana). Las primeras series de televisión tomaron ese modelo, repitiéndolo al infinito: cada capítulo era una pequeña película que abría y cerraba un arco narrativo por vez, trabajando en base a la repetición. (Esto en las comedias es obvio: son siempre los mismos chistes, las mismas situaciones que nos retrotraen a la visión original y nos reconfortan). Las telenovelas introdujeron la lógica de la literatura por entregas del siglo XIX (el folletín) y lo adaptaron a los tiempos televisivos, ahora no hay ya dos horas para un solo arco narrativo, hay meses, años para su desarrollo, lo que permite la introducción de líneas narrativas paralelas. Se abren varios conflictos y se los desarrolla en paralelo, se juega incluso con su cruce, dilatación, aceleración, inversión, etc. Incluso se estira hasta cuando ya no da más la cosa: ahí es cuando aparece el primo apuesto, el hijo negado, el muerto resucitado: ahí cuando la novela necesita incluir nuevas líneas argumentales, líneas que no fueron pensadas desde el inicio. Pero hay una regla de oro en esta lógica las líneas narrativas paralelas: en algún momento hay que cerrarlas. Tal vez sea en la ultima semana, cuando en cada episodio se va cerrando una por una. Al final con un moñito cerramos toda la historia de forma más o menos “coherente”. En definitiva, largo, tortuoso y paralelo, pero clásico al fin: todo cierra, los conflictos se resuelven, se vuelve a la situación idílica del inicio, mejorada. Pero algo nuevo está pasando últimamente en televisión: La lógica narrativa dispersa propuesta por las series contemporáneas coloca en el centro del mainstream una estrategia narrativa que antes sólo se exploraba en la cinematografía experimental: la de arcos narrativos que no necesitan resolución. Todavía no se ha eliminado el conflicto, que sigue siendo el disparador del suspenso, se ha diluido la necesidad de su resolución. Diría incluso que por su multiplicación casi al absurdo, los conflictos al acumularse sin resolución diluyen su importancia como motor del suspenso. A veces miramos Lost, Breaking Bad o Mad Men simplemente para estar un rato más con los personajes, para compartir su suspensión en el tiempo, nos regodeamos con ellos en su mera acumulación de conflictos sin resolución. En estos seriales, durante 6 o 7 temporadas, se van abriendo cada vez más líneas argumentales, sin necesidad de cerrarlas o incluso sin el peso de la “coherencia” en su paralelaje con otras líneas argumentales trabajadas antes o después. Lost fue el exponente máximo de esto, al punto que al final ni los guionistas tuvieron en claro que pasaba. Así estamos hoy en el consejo directivo de la FAPyD. Sin dar pie con bola. El género es lo único que tenemos en claro: es comedia costumbrista, es sainete ridículo, es farsa surrealista. Ayer el desorden fue de forma y de contenido. Fue un capítulo mal contado, mal armado. Nuevas historias se fueron acumulando sin demasiada presentación, se trajeron a colación historias ya terminadas, se resucitaron muertos, aparecieron primos desconocidos, herederos que reclaman lo suyo. Denuncias realizadas con sonrisas y tomadas como si nada por receptores fundados en acero inoxidable. Organicémonos: la idea de presentar un conflicto es que realmente conflictúen a los personajes! Incluso Don Draper se arrepiente de vez en cuando, se emborracha y manda todo al carajo! Si todos los personajes son como Asterix, al que no se le mueve nunca un pelo porque sabe que tiene la poción mágica, todo se vuelve aburridísimo. Hay que ser un genio como Gozcinny para sacarle humor y suspenso a la invulnerabilidad! Me la hacen complicada! Esto es puro desorden sin conflicto, ni resolución, ni tensión, sin pathos. Da la impresión que nada importa. Hago un recuento de lo que pasó: No se aprobó al acta número dos, acumulamos ya un atraso de cuatro actas; se fueron algunos consejeros de licencia, entraron otros, apareció la minita del alde, no filmó nada y se fue; vino una alumna a pedir algo, se lo dimos, se fue; vino la chica del bar le pedimos cosas, se fue; el decano leyó un montón de documentos menos uno que presenté yo, me puse celoso, lo leyó; antes de leerlo los consejeros se rieron de mi pedido, una vez que el decano leyó el documento no se rieron más; chicanas cruzadas varias en varias direcciones, un consejero pide proyectores y computadoras fijas en algunas aulas, otro consejero le contesta que mejor es que saque las maquetas que su cátedra acumula en esas aulas hace años; un consejero trae su propia desgrabación de una de las únicas actas aprobadas y pide una corrección porque un pedido de disculpas de un consejero a otro consejero no había quedado documentada, el mismo consejero pide que se publiquen todos los nombres de los subsecretarios en la web de la facultad porque la administración solo 85


publica los secretarios y en las últimas semana han creado cargos a lo pavote, duplicando la ya sobrecargada burocracia que nos administra (y la plata para esos cargos de donde sale?); el presidente del colegio de arquitectos mandó una carta muy bien escrita denunciando una situación con una maestría que tenemos y que a su entender socava el grado; se le pidieron un montón de informes al decano que con buena voluntad se comprometió a darlos, declaré mi amor incondicional a los chicos de mesa de entradas pero igual reclamé por un expediente extraviado hace ya un mes aparentemente en la mesa del decano; tuve que explicar porqué me rechacé a mi mismo en un despacho de comisión; los consejeros estudiantiles de Área pidieron que se anule y repita una votación de hace unas semanas que consideraron anti-reglamentaria porque los consejeros estudiantes de Franja no se abstuvieron aún a pesar de estar personalmente involucrados en lo que se votaba, incluso pidieron que un co-sanguíneo de primer grado consejero docente también se abstenga, se maltrató a la asesora letrada, se la mimó un poco después de ser maltratada. Todo eso y más, por el precio de una sola sesión. Esperemos que el próximo capítulo sea de esos de relleno, en los que no pasa mucho y los guionistas usan para “desarrollar” a los personajes. Ya que estamos, y a pedido de la involucrada, aclaro que cuando me he referido al consejero estudiantil de Dominó debería que haberme referido a la consejera estudiantil de Dominó. Dominando su línea argumental, reclama su identidad en esta historia.

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Taxonomías Proyectuales [en línea]. Diario de un Consejero. 14 de Agosto de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/08/comision-04.html

Taxonomías Proyectuales

No tengo suerte con los proyectos presentados. El expediente del primer proyecto que presenté (Jornadas de Coordinación Académica) pasó a comisión hace rato, pero hoy no estaba en la caja azul donde están las otras carpetas amarillas, aparentemente el expediente anda extraviado después de haber sido derivado por error a la comisión de seguimiento del plan. El segundo proyecto llegó a ser tratado en comisión (Muestra Académica), pero fue rechazado. El expediente del tercer proyecto que presenté (Nueva Modalidad Cátedras Libres) no ha llegado ni siquiera a entrar a la sesión, a pesar de haber sido presentado hace ya dos meses, el expediente se anda demorando en algún recodo del tránsito desde la mesa del decano hasta donde tenga que llegar. En fin. Pierdo 3 a 0. El lunes ingresé tres proyectos más. La idea es quedar 3 a 3, por lo menos. El otro día pensé la posibilidad de una taxonomía de las agrupaciones presentes en el consejo a partir de sus proyectos presentados. Serán los “proyectos” evidencia posible de ser usada por las ciencias sociales para determinar las características de los especímenes en estudio? Por lo menos, podríamos usarlos como evidencia de una personalidad, de una inclinación? Mi ventana de tiempo a estudiar son sólo estos seis meses de trabajo, tal vez sea erróneo estadísticamente extrapolar, así que no quiero universalizar o teorizar sobre los resultados. Consideremos esto un boca de urna. De los consejeros estudiantiles de Franja Morada he escuchado varios (dos o tres) proyectos bastante bien intencionados, generalmente vinculados a mejoras edilicias o de cursado. Está de más decir que casi todas las propuestas necesitan de un aval económico importante: se piden aulas, etc. Es decir, la agrupación estudiantil con participación directa en la gestión crea la “necesidad” para que la gestión “resuelva”. Son proyectos claramente oficialistas para hacer quedar lo mejor posible a la administración. La situación es bastante parecida del lado de la consejera estudiantil de Dominó, sólo que desde el lado reivindicatorio. Esta es una gestión de doble frente (radical y peronista), el lado radical se apropia de la “gestión” y el lado peronista de las “reivindicaciones”. La consejera estudiantil reclama mejoras y la administración reivindica las reivindicaciones. Del lado opositor estudiantil tenemos dos sabores, el buena onda y el reivindicatorio. El lugar buena onda lo ocupan los chicos de Área, de lejos los que más proyectos presentan en este consejo. Los proyectos que presentan son mínimos. Con buena voluntad evidente, los proyectos proponen mejoras alcanzables con muy poco esfuerzo. Son prácticamente inapelables, de sentido común, si no se los aprueba es por mala voluntad del cuerpo deliberativo. Debo decir que de tan chiquitos, aún si los aprobáramos a todos, la facultad seguiría exactamente igual que ahora. Del lado opositor, tenemos los proyectos kamikazes del ALDE. A ellos les debo los momentos más jugosos de todo este tiempo como consejero. Son proyectos que buscan reivindicaciones inalcanzables en el estado de cosas actual. Con los proyectos kamizakes del ALDE llega la película que están filmando; y en ella, los momentos que nos tienen como protagonistas. Ahí, casi todos los consejeros hacemos de tipos malos; yo, por ejemplo, me acerco bastante al contador de “Godfather”, ese que hacía Robert Duvall; hago evidentemente de cómplice. Cómplice de algo feo que está pasando. Del lado oficialista docente, de los consejeros de Franja no recuerdo proyectos presentados. Esta actitud se acerca al silencio expresado durante las sesiones. Hablan poco, y cuando hablan es para chicanear. Contrastando con este silencio, los proyectos presentados por el consejero docente de Dominó son presentados con discursos que demuestran unas enormes ganas por transformar la facultad, todos llenos de un optimismo abrumador, que contagia. Hasta que te acordás que estás en Rosario. Todos los proyectos presentados por esta agrupación independiente y popular son carísimos e involucran grandes inversiones en tecnología de punta. No se andan con cosas chiquitas. Del lado opositor docente, la 81 ha presentado varios proyectos. Es decir, dos. Proyectos “kamikaze”, apenas veladas denuncias sobre el estado de cosas en la facultad. Realmente agradezco la voluntad de hacer enojar a la gente, es una actitud movilizadora. Los dos presentados hasta ahora tienen que ver con el uso de recursos. Siendo esta una institución pública, los considero necesarios. Nuestros proyectos? No costarían un centavo. Se podrían hacer con muy poco esfuerzo. Cambiarían la faz de la tierra. Este sería un mundo feliz.

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Convergencia de Mundos Paralelos [en línea]. Diario de un Consejero. 21 de Agosto de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/08/sesion-08.html

Convergencia de Mundos Paralelos

Hoy en la sesión pasó algo muy raro. Todo venía los por carriles burocráticos y aburridos de costumbre cuando el ALDE sacó un as de la manga y propuso, sobre tablas, la discusión de un proyecto por un tema menor, casi intrascendente. La cuestión ameritaba tratamiento inmediato y el lado opositor, es decir los dos lados de la mesa más lejanos al decano, propusimos y ganamos la moción de convertirnos en comisión. Se podrá entender el choque de planetas, la revolución espacio-temporal que esta circunstancia nos propone: los dos mundos paralelos finalmente se encuentran: comisión y sesión se unifican. Es decir, esta es una movida grosa, un viaje en el tiempo, un salto cuántico. No sabemos a donde viajamos, si al viernes pasado o al que está por venir, abrimos una ventana al futuro. Una vez ganada la votación para “pasar a comisión”, los consejeros giramos las sillas rotatorias una vuelta entera 360 grados hacia la izquierda y KAZAM! Somos comisión! Es impresionante el poder que tiene esta movida. De inmediato las gradas (los vociferantes, los productores fílmicos), se tienen que retirar. El secretario del consejo, se tiene que retirar. El decano, se tiene que retirar. Es fuerte ver a decano levantarse e irse. Un recordatorio clarísimo del verdadero poder que tiene el consejo directivo: mas que una zona blanda que acata decisiones tomadas vaya uno a saber dónde, es un órgano deliberativo que dirige y dispone. Supongo que el secreto de estado aplicado a las reuniones de los viernes pares (comisión) se vuelve a aplicar aún en los viernes impares (consejo) cuando este se convierte en el otro, pero como al toque de escribir el despacho y con un giro de 360 grados hacia la derecha nos volvimos a constituir en consejo directivo y ya aprobamos lo que despachamos en comisión, supongo que puedo cometer la infidencia de explicar el tema tratado. Fue muy gracioso: el secretario académico, la persona encargada de elaborar el calendario académico al que debemos subscribirnos todos los profesores de la casa, dictó una clase fuera de término (una semana antes!) y además expulsó de su clase a los ausentes. Que obviamente no fueron ausentes, porque esa clase en realidad no existía, porque no se podía haber dictado. Vicio de origen, se le dice. A fojas cero y a dar esa clase de vuelta. Así lo entendió el Consejo Directivo. Que una vez en la vida fue directivo, dio directivas. Estábamos todos muy felices! Como estrenando poder nuevo. Pronunciación Estaba pensando en lo lindo que es todo cuando mi cerebro divagó un poco mientras el decano leía los nombres de los nuevos arquitectos que traemos al mundo. Si bien en el consejo directivo seguimos la tradición burocrática monárquica colonial española con la palabra escrita en documentos foliados página a página, en expedientes con números e incisos, hay un momentos en los que toda esta pulsión por documentar, por registrar, pende de un hilo. De un hilo de voz. Del hilo de voz del decano. Trato de explicarme. Si bien hay un papel escrito -el orden del día, en donde se explican los temas a tratar, punto por punto; si bien cada punto a tratar está documentado en expedientes que contienen ingentes cantidades de papeles escritos, si bien el resultado de toda nuestra conversación será registrado para la posteridad en un acta escrita, hay un momento en el que la voz vuelve a tener poder. No hablo de la voz del debate, de la conversación, esa puede dispersarse y confundirnos, puede ser usada para chicanear, hablo de ese momento cuando el decano lee. Sobretodo cuando lee los nombres de los nuevos arquitectos. Al leerlos les da entidad. Existen a partir de ahora como arquitectos porque el decano pronuncia sus nombres. Hay algo profundamente religioso en eso, algo de bautismo. Y eso me da un poco de miedo.

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El Presidente [en línea]. Diario de un Consejero. 29 de Agosto de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/08/comision-05.html

El Presidente

Escribo en carácter de Presidente de la Comisión de Asuntos Académicos del Consejo Directivo de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño. Así, todo en mayúsculas, para que parezca importante. Esta no es una más de las ironías de este diario. O si. No se sabe. Lo cierto es que es verídico. Los compañeros de comisión me propusieron, hubo votación y gané. Soy presidente. En la primer sesión de mi gestión trabajamos duro. Nada que ver con la gestión anterior. Se vio un cambio importante. De la inacción y la bonhomía acostumbrada, nada quedó: hubo caras hoscas y mucha acción. Desde acá le mandamos un saludo al ex-presidente, con la seguridad que a su vuelta encontrará una comisión bañadita, arregladita y lista para salir! Con mucho orgullo de presidente primerizo puedo decir que se trataron mas de setenta expedientes! (70) Juro que no exagero! Perdón, tengo que repetir este numero, ni yo me lo creo: tratamos más de SETENTA expedientes. Ayudó bastante que mas de cincuenta (50) fueron los programas académicos de las materias de grado de la facultad, que recién ahora nos dignamos a aprobar. Con un simple trámite nos sacamos tres carpetas voluminosas de encima; obviamente sin mirar mucho más que las carátulas de los expediente para copiar sus números en el despacho colectivo correspondiente. No sólo aprobamos los programas presentados después de varios meses de presentados, también tuvimos el tupé de reclamarle a los profesores titulares que no presentaron programas (MUCHOS!), que lo hagan a la brevedad! Les dimos quince días. Que es mucho menos de lo que nos tomamos nosotros para una vez encarado el trámite, pasar rápidamente a otra cosa. Y esa otra cosa fue sacarnos de encima expedientes que estaban en carpeta desde el año dos mil trece de nuestro señor. Algo así como diez expedientes del 13 y el 14 de nuestra era. Los pasamos a “Archivo”. Que a esta altura debe ser un lugar físico más grande que toda nuestra facultad, porque aparentemente hay una ley cósmica que nos prohíbe tirar papeles. Los tenemos que guardar todos en el “Archivo”. Ya están viendo el tenor de mi presidencia: una cantidad de movimiento incesante para demostrar acción! Aunque toda esa acción sea burocrática e insignificante! No importa la calidad del trabajo. Lo que importa es demostrar resultados! En cuatro horas escribimos mas de 20 despachos! Incluyendo dos con polémica al final, uno por el sí y otro por el no en un tema urticante que el secreto me prohíbe revelar hasta la próxima entrega de este diario! Aunque aparentemente no es la obligación del presidente, por costumbre de la comisión, el presidente es el que escribe los despachos. Me tuvieron dale que dale escribiendo cosas raras, muy concentrado, así que no pude participar mucho de las conversaciones. Es más, no se ni de que hablamos. Tal vez por eso me eligieron los colegas. Para neutralizarme.

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Lo Tachado y la devaluación [en línea]. Diario de un Consejero. 5 de Septiembre de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/09/sesieon-09.html

Lo Tachado y la Devaluación

Veníamos mas rápido que de costumbre, mas burocráticos e intrascendentes que nunca, cuando de repente un consejero estudiantil de Área pidió la palabra para explicarnos que dos cosas que habíamos votado habían salido con resoluciones diciendo exactamente lo contrario. No nos inquietó mucho, porque eran resoluciones que sólo involucraban la posibilidad que uno que otro alumno perdiera un año de cursado. Igualmente, nos sacó de libreto. El primer tema era incuestionable, se publicó algo contrario a lo votado. Se cambia y listo. Lástima que los alumnos por ahí ya dejaron de cursar. Problema de ellos. La segunda parte de la discusión fue mucho más interesante y corrió por carriles de la lógica y la gramática, casi diría sobre la etimología de las palabras o la filosofía misma de las cosas. Una resolución que se votó por unanimidad incluía una parte tachada (alumnos de turno noche) y una asterisco cuya llamada decía: El tachado vale. Se entendió que lo que valía era lo tachado, lo que estaba escribo DEBAJO de la raya que tachaba, es decir que la resolución salió SÓLO para los alumnos del turno noche. Lo que aparentemente era todo lo contrario de la idea misma de tachar esa parte, que era extender lo pedido a TODOS los alumnos. La discusión me hizo acordar al clímax de Rudo y Cursi, cuando los personajes de Gael García Bernal y Diego Luna tienen que ponerse de acuerdo en “arreglar” un penal para que un hermano salve al otro, uno es el arquero y otro es el que patea el penal. Uno le dice al otro, te lo voy a patear a la izquierda. Dale, le dice el otro, pero mi izquierda o la tuya? No se terminan de poner de acuerdo, o creen que si, se patea el penal, el que ataja se tira para el otro lado, hay gol y la mafia los viene a buscar, le corta la pierna a uno y se va todo al carajo. Bueno así fue lo de hoy. Vale lo tachado. Que quiere decir? Que vale lo escrito? O que vale la línea que tapa lo escrito? Esto es como la pregunta de que viene primero, si el huevo o la gallina, con el agregado que una interpretación elimina a la otra, es decir, o sólo tenemos el huevo, o sólo tenemos la gallina. Yo creo que si hubiéramos puesto LO tachado vale, valía lo de abajo. EL tachado vale creo que se refiere a la línea. Pero mi argumentación fue una voz perdida en la cacofonía de opiniones encontradas. Sin entender mucho, pasamos a otra cosa sin decidir nada. Menos mal. Porque si no, teníamos que resolver otra trampa interpretativa: que vale, lo escrito en el despacho o lo publicado en el acta del consejo? Menos mal que pasamos a otra cosa. LA DEVALUACIÓN. Todo el mundo está inventando nuevas monedas (millas de las empresas aéreas, bitcoins), nosotros hemos lanzado la nuestra: los créditos académicos. Lo que pasa es que nos está costando sostener su valor. Los sacamos a circular hace seis años y estaban carísimos. Los alumnos los necesitaban para cursar materias, para acumularlos hasta juntar la cantidad que les permita pedir el diploma de arquitecto. Toda demanda excesiva genera diversificación de oferta. Empezamos a dar cada vez más oportunidades de acumulación de créditos académicos: asignatura optativas (de cualquier cosa: mármol, acuarela, kayaks, etc). Como no nos alcanzaba con lo estrictamente curricular-académico, ampliamos la oferta: workshops extracurriculares, alguno de ellos con viajes internacionales incluidos. Como no nos alcanzó, ahora ya estamos pidiendo que los viajes turísticos que ofrecemos (la facultad es en realidad una agencia de turismo encubierta, que genera subsidios cruzados: los alumnos ayudan con el liberado -coordinador de Bariloche- los gastos de los docentes); y finamente se agrega ahora la oferta del Arquibarrio (que no da créditos) como PPS (que sí da créditos). Yo conocía el término “inflación académica”, que se refiere a la inflación de notas (ahora que casi todos nos sacamos un 9 o un 10, y ya nadie saca un humilde 6 o un esforzado 7); pero nosotros estamos inaugurando un nuevo proceso: la “devaluación académica”. Estamos diversificando tanto la oferta de créditos académicos que van a empezar a valer poco y nada. Y ahí, paradójicamente, el poder va a estar nuevamente del lado de la demanda y no de la oferta. Las cátedras vamos a tener que empezar a pelearnos por ofrecer paquetes con cada vez más créditos para tener alumnos! Me imagino carteles así: “Vení a cursar con nosotros! Te ofrecemos: viaje a Rio! Trabajo con arquitectos famosos! Workshops internacionales! Todo de créditos! A precio de ganga y por el mismo esfuerzo demandaría cursar por menos créditos en otras cátedras! Para que cursar por 25 créditos académicos si podés ganar 55 en el mismo tiempo! 55 créditos al precio de 35!” Propongo un salto cualitativo. Propongo que tomemos literalmente su nombre y como así lo indica los ofrezcamos como un crédito. Hagamos una inversión de confianza en el alumno. Evaluemos su perfil de re-pago y ofrezcamos 45 créditos “a crédito”. Démosle un préstamo. Y que vaya devolviendo los créditos dados con su trabajo, con su militancia en la agrupación política, con su trabajo en los proyectos de investigación. Creo que esta es una idea innovadora. Movilizaría fondos de créditos académicos que de otra manera están simplemente depositados en estas cuentas individuales que son los expedientes de cada alumno. Vayamos por mas! Dejemos que los alumnos negocien libremente sus créditos académicos, que haya un verdadero mercado de esto. “Te cambio mi viaje a Rio por mi Arquibarrio”. Se movilizaría el estudiantado a niveles nunca vistos. Innovación pura. La destrucción creativa del capitalismo al servicio de la política universitaria argentina. Un golazo. 90


Turismo Académico [en línea]. Diario de un Consejero. 26 de Septiembre de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/09/sesion-10.html

Turismo Académico

En la sesión de ayer (del Consejo Directivo de la Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño, para que no se confundan) aprobamos créditos académicos para un viaje de una semana a Río de Janeiro; declaramos de interés académico un viaje al sur Argentino (Bariloche, San Martín de los Andes, hermoso) y entró un expediente pidiendo que le otorguemos créditos académicos a ese mismo viaje. Cualquiera que entraba se confundía y pensaba que estaba en la reunión del comité ejecutivo de una agencia de viajes. Estos son sólo alguno de los viajes y workshops organizados por cátedras y por agrupaciones estudiantiles, algo que viene sucediendo desde hace un tiempo de dólar accesible; la innovación es que ahora estos paquetes vienen con créditos académicos integrados. El alumno de esta manera no sólo está pagando pensión completa y asegurando el viaje gratis como liberado a su equipo docente, además esta comprando a precio barato un crédito académico que de otra manera le demoraría un cuatrimestre conseguir. Es claramente la economía de los créditos académicos que propuse hace unos días. Como corren las buenas ideas. Es la confirmación del diagnóstico de la devaluación del valor de los créditos académicos y de esta perversa carrera entre oferta y demanda, la famosa inflación. Todo empieza como una historia tierna, sutil. Una agrupación política tiene la idea de ir a Buenos Aires a visitar un par de obras. Alquilan un par de bondis, sale barato, van muchos pibes, aprenden, se divierten. Al mes siguiente, alguna otra agrupación se siente desplazada en el amor del colectivo estudiantil y organiza un viaje a Buenos Aires y La Plata, se esfuerzan por visitar más obras en el recorrido, alguna visita guiada por el autor de la obra. Se dan cuenta a donde estoy yendo? Ahora las agrupaciones tienen que organizar viajes completos de una semana a la Patagonia Argentina, porque si no el amperímetro del amor estudiantil no se mueve. Y además de todo eso, ahora tienen que ofrecer créditos académicos! Y a este paquete de ofertas por parte de las agrupaciones estudiantiles hay que sumarle las ofertas de la cátedras con sus viajes a Río, a Sao Pablo, a Valparaíso, a Asunción, con sus workshops en Bordeaux, en Santiago, en Venecia, en Barcelona (tres de estos últimos realizados en la primera parte de este año, curiosamente con casi el mismo equipo docente, que se convierte así en globe-trotters jet-setters de la educación pública). Y finalmente hay que sumarle las ofertas institucionales de intercambio estudiantil, con plazas en Nápoles, Barcelona, Venecia, Montevideo, y varios destinos más. Ya bastante esta Facultad de esta Universidad Publica brinda una educación gratuita para ciudadanos ricos, subsidiada por ciudadanos pobres; ahora se ha convertido en una agencia de viajes para ricos, subsidiada por pobres. Porque obviamente, cada alumno que concurre a estas actividades tiene que pagar. Y no son viajes baratos. Me preocupa el mensaje que estamos dando al alumnado. La lógica liviana de “conocer el mundo” a través de la arquitectura como turismo de revista especializada, sumado a la acotada (y des-ideologizada) versión del profesionalismo que les inculcamos, nos devuelve una educación con nulo compromiso con la realidad más cercana. El privilegiar en la educación del alumno la visita a las favelas de Río, (realidad compleja que en sólo una semana mechada con playa y salidas nocturnas no va a entender) le hará creer que el problema de la vivienda precaria no es su problema sino el de los arquitectos cariocas? De alguna manera, yendo a Río, no estamos ocultando la villa miseria de la Siberia de aquí ala vuelta, nuestros vecinos inmediatos? Barrio popular que el alumno esquiva en todo sentido cada día que llega en auto a la facultad? No inculcamos en el alumno ni sentido crítico y ni le damos herramientas propositivas para cambiar las condiciones de pensamiento y producción de su ciudad. Nuestro tiempo es acotado, sólo seis años de educación superior. Pero somos muchos, y seguiremos siendo muchos. Hay un potencial de imaginación que puede ser explotado para imaginar OTRAS realidades posibles. Nuestra obligación como centro de altos estudios de la universidad pública es formar al intelectual comprometido con su realidad social, aquel que sea capaz de transformarla. Hoy no creo que lo estemos logrando.

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Catch 22 [en línea]. Diario de un Consejero. 12 de Noviembre de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/11/sin-comision-1.html

Catch 22

Estoy atrapado en un loop burocrático. Pedí licencia y no me puedo reincorporar, aunque ya hace rato que quiero volver. Para reincorporarme tengo que ir a una sesión de consejo y todavía no ha habido, porque no hubo quórum. Ya me perdí dos reuniones de comisión, porque no me dejan entrar porque todavía no re-asumí. Es un típico ejemplo de Catch-22. La novela no la leí, vi la pelicula con Alan Arkin. El tema era más o menos así: el tipo está en la fuerza aérea americana en alguna isla del pacífico en la segunda guerra mundial y quiere escaparse, quiere dejar de volar los bombarderos, quiere irse a su casa; para escapar tiene que demostrar que está loco, y como querer demostrar que uno está loco para dejar de volar es una demostración de cordura, entonces nunca le aceptan el pedido. Eso es un Catch-22: un loop burocrático infinito. Ahí estoy yo. El oficialismo no da quórum porque está perdiendo una votación sobre un tema importante. Y está demorando todo hasta terminar su campaña bélica de convencimiento. No es que le importe el tema a tratar, lo que no quiere el oficialismo es perder. Es una simple cuestión de inercia política. No dejar que el otro gane. Repito, no importa el tema. El ALDE podría haber presentado un proyecto que asegure la paz y la felicidad de la humanidad, que el oficialismo se hubiera opuesto también. Porque lo importante, repito, es NO PERDER. El tema que está trabando todo es algo así como la kriptonita de los hipócritas. Aquella pieza discursiva que descubre todas las caretas y deja al descubierto los dobles discursos. El remanido tema (cha chán… ruido de redoblantes… suspenso…) de los CUPOS!!! Nietzsche nos dijo que Dios murió, que lo expulsamos de casa. Pero también nos avisó que volvió a entrar por la ventana. A mi me habían convencido que en la facultad pública no teníamos cupos. Me lo dijeron todas las agrupaciones estudiantiles, en especial Franja Morada. Franja Morada dice desde hace más de quince años que ellos DEROGARON los cupos. Eso en cualquier idioma significa que ya no hay cupos; que había cupos, y que al derogarlos, ya no hay más. Pero al parecer esto no es así. Me desayuno últimamente que hay varios cupos en varios lugares de la currícula de grado. (Cupos quiere decir, límite máximo de cantidad de alumnos para el cursado de materias). Lo más gracioso que es ahora Franja está a favor de los cupos. Franja y Dominó. Rebobinemos. Esto está confuso. Por un lado tenemos agrupaciones estudiantiles que siempre han reivindicado estar EN CONTRA de los cupos. OK. Por el otro lado tenemos una gestión, un ejecutivo, una administración que está A FAVOR de los cupos y está haciendo todo lo posible para que no gane el proyecto de la oposición que DEROGA (nuevamente?) los cupos. Y aquí está entonces el problema. Las dos agrupaciones políticas estudiantiles que forman parte de la gestión quedarían MUY MAL frente a su electorado al APOYAR los CUPOS. El oficialismo apreta a los docentes de la oposición porque somos cuatro votos. Si nos quiebran y los cuatro docentes votamos nuevamente a FAVOR de los cupos, los docentes seguirán siendo los malos de la película y tanto FRANJA como DOMINÓ podrán salvar las papas y votar EN CONTRA de los cupos, sabiendo que van a PERDER. Es decir, quieren perder. Quieren APARENTAR estar EN CONTRA de los cupos, cuando en realidad lo que necesitan (por otras cuestiones, negocios, apoyos a ciertas cátedras, etc) es que SIGA habiendo cupos. Es decir, todo esto se ha parado porque no dan los números, el oficialismo aprieta a sus consejeros estudiantiles para por lo menos abstenerse en la votación. Y los consejeros estudiantiles de FRANJA y DOMINÓ no son suicidas y no quieren aparecer estando A FAVOR de los cupos. Por otro lado, a nosotros SI NOS INTERESA discutir el tema CUPOS en profundidad. Entendemos que es un síntoma de alguna de las cosas que están mal en la facultad. Hay muchas cosas que están mal en la facultad, empezando por como se maneja la administración. Con un neoliberalismo aprendido por ósmosis que “profesionaliza” la gestión administrativa y la separa de lo académico y de lo universitario, la encierra en negociados personalistas y deja vacío el espacio democrático. Existieron cosas como asambleas universitarias, la épica de la militancia, la discusión acalorada sobre temas de la disciplina. Ya no hay nada de eso! Hay silencio en esta facultad! No conversamos de las cosas que nos interesan: la enseñanza de la arquitectura, la construcción de la ciudad, el urbanismo de nuestros territorios. Nada de nada. Me aburro como un hongo en esta facultad. Mientras menos se hable, mejor para los que administran todo esto desde la lógica empresarial. Ellos tranqui del otro lado del puentecito. Hasta aire acondicionado tienen en las oficinas. Realmente se creen esto de la Gestión. Más pena me dan los militantes estudiantiles que han comprado esta modalidad. Son soldados al servicio de roscas mínimas de poder. Todo esto es posible gracias a un estudiantado descomprometido. No reaccionan cuando les tocan intereses profundos, básicos. Que la carrera dura seis años es una mentira palpable. El proyecto final de carrera no ha mejorado en nada la enseñanza que impartimos, lo único que ha hecho es alargar la carrera a nueve años. Este es el modelo de educación universitaria pública que queremos? Yo no. Pido gancho, hagamos algo. 92


Las Gotitas del Amor [en línea]. Diario de un Consejero. 3 de Marzo de 2016. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2016/03/sesion-12.html

Las Gotitas del Amor

La sesión de ayer fue un poco más civilizada que la extra-ordinaria anterior, el decano saludó cuando entró. Los tres consejeros más maleducados han dejado de venir y los más chicaneros se han llamado a silencio, algunos códigos de civilidad han vuelto a la mesa. Igual, la sesión de ayer fue más que ríspida y duró CINCO horas. Pero a mí nada de esto me importó, porque concurrí drogado… por las gotitas del amor. Mi novia está preocupada por mi salud, me ve muy estresado. Como medida preventiva, mi novia, que es medio bruja, me preparó (o hizo preparar) un menjunje de extractos de flores (cual druida gálico) y ayer era mi primer día de tratamiento. El primer día tengo que hacer una inmersión intensa en el brebaje, algo que se llama “impregnación”. Es un régimen muy duro: 4 gotas cada 10 minutos al arrancar, 4 gotas cada 20 minutos la segunda hora, 4 gotas cada hora el resto del día. Así que fui a la sesión con esa gotitas y las dejé arriba de la mesa. Fue foco de comentarios varios de parte de este lado de la mesa, el simpático. Se ve que muy inocuas no son, porque yo sentía algo así como una felicidad eufórica y una cierta taquicardia. Yo pensaba que estaba tranquilo, pero de repente empezaba a hablar y ya estaba a los gritos. Contento, pero a los gritos. Para rematarla, como me dolía mucho la cabeza, me tomé una cafiaspirina… con Coca-Cola. Así pasé a la sesión, drogado. La sesión de ayer se me desdibuja un poco, porque entraron en efecto las gotitas del amor, la Cafiaspirina y la Coca-Cola. Tengo algunas imágenes. Impresiones imprecisas. Se llegó al punto 3.14, la presentación de las Materias Optativas para los años 2016 y 2017. Materias que son obligatorias para los alumnos, curriculares. Se nos pide que las aprobemos a libro cerrado, porque hay “apuro”, porque las inscripciones empiezan el Lunes. Inscripciones a materias que no existen, porque no están aprobadas por el único órgano que las puede aprobar, es decir, nosotros. Siempre lo mismo. Nos llega todo cuando están todos desesperados. Levantamos la mano y decimos: no podemos aprobar nada a libro cerrado; tenemos que ver que es esto que nos llega. Discutimos. Se dice: estamos en sesión, no podemos seguir discutiendo. Levantamos la mano nuevamente y decimos: Moción de orden, convirtámonos en comisión y discutamos esto. Se vota, ganamos. Somos ahora la Comisión Académica: el decano se tiene que ir. Se corta la grabación. Se queda el Secretario académico que nos explica título, equipo, horas y créditos de las materias propuestas. El Secretario se va. Quedamos solos. Empezamos los expedientes y la cosa se complica cada vez más. Creo que fue Umberto Eco el que dijo que si el titulo de tu tesis tiene un concepto que no podés definir, te quedan dos alternativas: o cambiás el titulo o cambiás la tesis. Si aplicáramos este criterio, no deberíamos aprobar ninguna de las materias propuestas. Sin salir del título mismo, lo que uno pediría mínimamente es que por lo menos fueran coherentes en sí mismos. No. Algunos títulos tienen problemas internos, incluyen conceptos que se anulan entre sí. Una materia se llama “Materiales Intangibles”. O sos material o sos intangible; no podés ser las dos cosas al mismo tiempo. En otras materias no hay coincidencia entre titulo y contenido. Un título como “Del Adobe al LED”, un desafío epistemológico, es en realidad una clase de Historia de la Construcción en la Ciudad de Rosario. No suena mejor ese titulo? No es más explicativo de lo que trata? Si un alumno estuviera interesado en ese tema, si buscara en el Sistema Guaraní y apareciera ese titulo, no lo elegiría sin dudar? Historia Material de la Construcción en Rosario, para ser más preciso aún. Ahora, si el titulo es: “Del Adobe al LED”, de que Adobe estamos hablando? De la empresa de Software? Como el otro término con el que se lo compara es una definición comercial de una tecnología de electroluminiscencia (el LED) por ahí será eso! Me animo a preguntar por qué el Secretario Académico no llamó a varios de estos profesores para, no ya coordinar una política de temas a incluir en las optativas respecto al modelo de arquitecto que queremos formar en la universidad publica -por ahí eso es mucho pedir para un Secretario Académico- pero por lo menos para tratar que los nombres de las materias se entiendan y que tengan que ver con los temas propuestos. O que por lo menos pertenezcan a la misma disciplina! Una materia se presentaba en el titulo como relacionada al espacio publico -lo que correspondería a Diseño Urbano-, cuando en realidad lo que se proponía era una intervención paisajística -lo que correspondería a Paisajismo. Cuando se me dice que no sea tan puntilloso, pregunto a viva voz: si nosotros, desde la casa de altos estudios que define los limites de la disciplina, no cuidamos el significado de los conceptos que nos organizan, que se supone que tenemos que hacer? Llamar cualquier cosa a cualquier cosa? Una de las materias se presentaba como Taller de Autoconstrucción Naval (y sabemos que en realidad consiste en construir un kayak). Nos quedaba la duda si un Profesor Titular pudiera presentar una materia de Director Técnico de Hándbol. Yo lo haría simplemente para ver si tanto el Secretario Académico o la tan famosa, secreta y prestigiosa “Comisión de Seguimiento del Plan” (que se reúne una vez al mes y nos manda todos estos expedientes siempre con atraso) me llaman para preguntarme algo, porque por lo que veo esto es un viva la pepa importante. 93


Pero en realidad nadie estaba pendiente de esta conversación, la seguía yo sólo no más. Los alumnos estaban en otro rincón tratando de subsanar una serie de complicaciones respecto de sus despachos, inconclusos, indefinidos, superpuestos y fragmentarios, respecto del UNICO GRAN TEMA QUE IMPORTA: EL FIN DEL UNIVERSO CONOCIDO GRACIAS A LA ELIMINACIÓN APOCALÍPTICA DE LOS CUPOS. Mientras tanto, este tiempo ganado por los alumnos para culminar un dictamen conjunto, es aprovechado por el oficialismo para intentar contrarrestar esta ofensiva y tratar a toda costa de reimponer los cupos y detener el fin del universo que se avecina. Esto incluye: gente gritando a viva voz, acercándose peligrosamente a la nuca de algunos compañeros, levantándose y gesticulando como si fuera a tirar sillas por la ventana. Mucha efervescencia y cambios de posiciones en el aire. Equilibristas y malabaristas de la retórica. Al final hubo hasta invitaciones desesperadas a nuestro bloque bi-personal a “charlar un ratito en el pasillo”. La invitación fue denegada. Con respecto a las materias optativas, tema original por el que pasamos a comisión, se escribieron dos despachos: Uno que aprobaba todo y otro que pedía dejar el tema en comisión para estudiarlo un poco más. Eso lo hicimos en 5 minutos. Pero lo otro, los despachos sobre los cupos, con todas sus enmiendas, escrituras y sobre-escrituras, idas y vueltas, fue una danza política que se desplegó durante dos horas frente a mis ojos, en una cabeza drogada que ya no entendía nada de nada. Yo estaba “inmerso” en las Flores de Bach. Vuelve la sesión. Entra el decano. Retomamos en el punto 3.14: las optativas. Dos despachos. Aprobar: 18 votos. Estudiar el tema un poco más: 2 votos. Eso se llama perder como en la guerra. Pero por ahí no fue tan así, estaba drogado y no me acuerdo bien. Yo seguía “imbricado” en las Gotitas del Amor. Después de esto llegamos rápido, ya cerca de las cinco de la tarde, a los despachos de comisión. Los dos primeros respecto a las Cátedras Libres. Mi compañero de bancada opositora recalcitrante -verdadero escollo del buen funcionar de este consejo, que gracias a nuestro accionar subversivo está cada vez mas paloruedista-, Tato Belleze, saca un par de papeles: la resolución que organiza las Cátedras Libres y la resolución sobre Optativas. La resolución sobre Optativas es posterior y se superpone modificando a la anterior de Cátedras Libres, básicamente sacando plata de Cátedras Libres para pagar a gente dando las Optativas. Con la confusión agregada que el reglamento original es específico para Profesores Invitados y el otro posterior simplemente para idóneos. Una norma (claramente mas débil que la anterior) no puede superponerse a una existente sin modificar la original. Es decir, estamos haciendo algo ilegal. Mi compañero es lo más claro posible y la asesora legal, más o menos mueve la cabeza como aceptando el criterio esgrimido. Nada de esto importa. Están escritos los despachos y hay que votar, nos dice el Decano. Se vota entonces. 18 a favor. 2 en contra. Nueva derrota por goleada. Mi justificación por el voto negativo, además de la coincidencia con mi compañero, es por estar en contra del uso deshilachado, descoordinado, político, sectario y cerrado, que se le da a la herramienta Cátedras Libres, en detrimento de su posible importancia académica. Lo digo cerca del micrófono para que queda consignado en actas. Hago todo esto “impregnado” en las Flores del Amor. Después hicimos la danza de los despachos sobre los cupos, que fue extraña e incluía mociones de orden que pasaban todo a comisión otra vez (de donde veníamos recién! Estuvimos como dos horas ahí!). Cada una de estas mociones de orden era una votación. Las ganamos a todas. Fueron tres. Después había tres despachos (que eran cuatro pero consolidamos en tres después de MUCHO debate) sobre otro proyecto que reimponía los cupos. Un lío bárbaro para ver como ordenar la votación, todo el mundo con el estado de alerta al máximo porque un desliz te hace perder todo. Votamos. Nominal. Ganamos. Esta sería entonces la cuarta votación que ganamos sobre el tema (derogación) de cupos en la sesión. Pero el oficialismo estaba especialmente masoquista ayer y decidió traer un despacho (que no quiso leer, una irregularidad increíble!) y que aceptamos votar porque sabíamos que perdían otra vez. Cinco veces. Cinco veces le ganamos al oficialismo ayer. Esta gente sabe hacer política! Yo les digo, son unos campiones! De mucho de esto me acuerdo recién ahora escribiendo esto. Muy fuerte la droga de las Gotitas del Amor.

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El Pareasito [en línea]. Diario de un Consejero. 2 de Abril de 2016. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2016/04/comision-07.html

El Parásito

En medio de la inundación de malas noticias creadas por la restauración neoliberal PRO que está destruyendo al país a pasos agigantados, me cuesta cada vez más pensar en las nimiedades del Consejo Académico de la FAPyD. Me siento como un sobreviviente de algún bombardeo, aturdido entre la desolación, viendo cadáveres y escombros por doquier a mi alrededor, sintiendo una soledad fría. Sólo que soy algún tipo de psíquico de los Expedientes X, porque las bombas todavía no han caído y veo el desastre por venir antes de que ocurra y no puedo creer como mis vecinos siguen como si nada estuviera por pasar. Las bombas no cayeron al piso todavía, pero andan a mitad del camino, en el cielo, apuntando con precisión y velocidad sus objetivos. En medio de todo esto, nuestro Rector de la UNR, Héctor Floriani se reúne a susurrarle cosas al oído al Presidente que comanda esta invasión neoliberal que nos dejará en la ruina una vez más. Mis mínimos actos de resistencia activa me sostienen y le dan un mínimo de interés a mis actividades. En el Consejo Directivo de la FAPyD, cumplo con mis obligaciones de participar, expresar mis opiniones y votar en pleno y en comisión, tratando de encontrar espacios comunes con una oposición cada vez más en control de su posición y un oficialismo cada vez más fantasmal y borroso, meramente inercial en su nostalgia del unicato perdido. En estos momentos el interés político en la FAPyD está puesto en otro lado. Como si continuáramos en la Suiza contemporánea que éramos el año pasado, dentro de nuestra burbuja, los dirigentes estudiantiles dirigen sus esfuerzos a las elecciones estudiantiles de la semana que viene. Generalmente mi participación en estas elecciones se limita a dejar entrar una vez por clase a los militantes, que vestidos de sus colores entran al taller a intentar activar a sus colegas. En años pasados entraban los cuatro colores predominantes -naranja, rojo, verde y negro-; ahora sólo entran dos -naranja y verde. (Franja y Dominó nos han abandonado, creeran que a los alumnos los adoctrinamos, que los obligamos a leer el Diario del Consejero.) Este año quise hacer algo más que mirar los discursos. Pregunté a mis alumnos de tercer año: Ustedes saben QUÉ es el Centro de Estudiantes? Silencio de radio, segundos muy largos. Sacándoles las palabras de la boca llegamos a un acuerdo sobre qué era el Centro de Estudiantes, frases llenas de clichés sobre “la defensa de los derechos del estudiante” y cosas que se dicen en piloto automático porque en realidad no les interesa nada. Después les pregunté DÓNDE estaba el Centro de Estudiantes. Silencio absoluto. Esta pregunta es capciosa, porque en realidad el Centro de Estudiantes NO ESTÁ EN NINGÚN LADO. No hay. Es una entidad etérea, acorde a estos tiempos virtuales. Pregunté abiertamente a los alumnos por qué les parecía que no existía el Centro de Estudiantes como lugar FÍSICO, REAL en la facultad. Y me contesté a mi mismo: Será porque las autoridades están contentas con su inexistencia? Mirá si hubiera un lugar donde los pibes pudieran juntarse, a pensar! A discutir! A imaginar una mejor facultad! Mucho lío! Les conté que cuando yo cursaba, allá atrás en el tiempo, donde está ahora el bar estaba la sede del Centro, un lugar en donde nos reuníamos en unas actividades extrañas llamadas ASAMBLEAS. Reuniones en las que discutíamos POLÍTICA UNIVERSITARIA y CUESTIONES ACADÉMICAS, aunque usted no lo crea. Después pregunté por qué las agrupaciones habrán aceptado la eliminación física del Centro de Estudiantes, y con ellos ahí enfrente, pregunté retóricamente y al viento: no será que los dirigentes estudiantiles están más contentos con la identificación de sus mesitas de colores POR SEPARADO. El desdibujamiento del Centro como espacio de participación colectiva es preocupante y está a tono con la profesionalización de la política en esta democracia de baja intensidad que nos ha llevado hasta donde estamos hoy. Levanté la apuesta y pregunté por el Consejo Directivo. Mis preguntas estuvieron dirigidas a entender si los alumnos tienen alguna idea de lo que están votando: reporto con toda claridad que no tienen ni la más mínima idea. No conocen la estructura de gobierno de la Universidad Pública, no tienen idea del organigrama que sostiene la gestión del ejecutivo, no tienen idea de las alianzas políticas que construyen el entramado de poder imperante. Me quedé muy angustiado. Estos pibes están más que despreocupados, están ciegos. Lo que me lleva a la idea del Parásito. Estoy leyendo un libro hermoso, El Parásito, de Michel Serres. Traducido, editado y publicado en Rosario. Serres es un filósofo que me encanta. Agradezco muchísimo este regalo que me hicieron y estas semanas me estoy yendo al Parque a mi lugar de lectura en la barranca, a disfrutar con la poesía y la música de las ideas de este provocador maravilloso. El Parásito está en todos lados, pero principalmente está en el Poder, y una de sus principales estrategias para dominar la multitud (porque el Parásito está siempre solito ahí arriba en la cúspide del poder) es ocultar las leyes que él mismo ha creado para dominar. Después de charlar con mis alumnos esta semana, le podría informar al Parásito en cuestión, que su Poder no corre ningún riesgo; sus súbditos están ciegos, tal como los él los quiere.

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El Operador [en línea]. Diario de un Consejero. 9 de Abril de 2016. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2016/04/sesion-14.html

El Operador

En la primer temporada de House of Cards, Frank Underwood es jefe de bancada de los demócratas en la cámara de diputados de los Estados Unidos. En el primer capítulo lo vemos derrotado al final de una operación política que intentaba catapultarlo al Departamento de Estado. Lo vemos derrotado, con ganas de empezar una venganza, que se extenderá por toda la primera temporada. Sin riesgo de spoilear, diremos que en otras temporadas Underwood llega a Presidente de los Estados Unidos, llega a ser el hombre mas poderoso del planeta. En el primer capítulo no sabemos nada de su carrera política anterior, pero imaginamos todo lo que tuvo que hacer para llegar hasta donde está. Y conocemos a alguno de los colaboradores que le han ayudaron en el camino; entre ellos está Doug Stamper, el más malo debajo de Frank, que sigue siendo el más malo de todos. Frank es pura maldad, pura estrategia. Doug es el que pega los golpes, el que organiza, el que llama por teléfono, el que trabaja las amenazas. El Frank Underwood que hemos logrado conseguir en nuestra facultad, gobierna desde hace 13 años y es una quimera política. Animal político bífido, unión imposible de dos opuestos que se aman y detestan mutuamente, (Floriani y Barrale por ponerles algún nombre, Franja y Dominó si queremos exagerar, radicalismo y peronismo, si queremos extrapolar). Ying-yang de conveniencias cuyas fuerzas de unión y autodefensa frente a lo externo son más fuertes que las de repulsión interna. Ya vamos por la treceava temporada de este Reality, muchos personajes desparecieron ya, meros fusibles de guión; hubo muchas vueltas de tuerca, muchos “shockers”, muchos personajes subieron y bajaron, volvieron a puntos de partida, saltaron un par de lugares de, etc. Sin embargo, hay algunos que duran las 13 temporadas y sostienen la trama. Dentro de nuestro protagonista doble, de nuestro Frank Underwood local, la relación de fuerzas anda desbalanceada. Mientras uno de los lados habita confortablemente el paraíso de la alta política (Rectorado) y mantiene intacto el poder de fuego, el otro tuvo que bajar al barro a resolver algunos problemas él mismo. (En House of Cards, Frank tiene a veces que tomar las cosas en sus manos, es ahí cuando resuelve todo de la forma más cruel). En el Consejo Directivo no dan los números y algunos expedientes se traban o peor aún, algunos despachos escritos en comisión por la oposición llegan a la sesión del consejo con riesgo de ser aprobados. Frente a un Decano que no puede parar todas las balas poniendo el pecho cada vez que quedamos 10 a 10, alguien tiene operar la cosa. Podríamos decir tal vez que dentro de nuestro Frank Bífido, co-habitan dos concepciones del poder: una es la del príncipe, que prefiere esconder su cuerpo, delegando en sus mandaderos las cuestiones pueriles; y otra es la del líder, que pone su cuerpo y voz, que personifica el poder detentado y pone en juego su representación en forma directa. Barrale baja al barro, Floriani no deja las alfombras. La sorpresa política de ayer es que volvió el operador más suave de todos, aquel que representa al príncipe. Pasa que de alguna manera auto-gestionada, la oposición fue encontrando consensos y líneas de acción compartidas, no muy estrategizadas pero operativas al fin, y logramos sacar algunas cosas a nuestro favor en el consejo. Sacamos la derogación de los cupos, sacamos algunas extensiones de condicionalidades, y en la última reunión de comisión (HORROR!) pusimos a un alumno (de Área) como presidente de la comisión y tratamos varios expedientes que dormían el sueño de los justos. Entre los despachos que pudimos escribir hubo uno que definía políticas de creación de cátedras para sugerir una línea estratégica a la hora de poner en juego los cargos disponibles. Esto se escribió consolidando un proyecto de Franja y un proyecto de Altuzarra. Básicamente, hicimos política. Se discutió, se negoció y se llegó a un despacho de consenso que fue firmado por las fuerzas representadas en comisión. En la reunión de ayer esto se discutió de forma embravecida, por parte del decano se dijo que no se le podían poner términos (pero imagino que lo que pensaba en realidad era: el consejo no puede venir a decirme a mi que hacer con los cargos, esto es algo que decido yo con los que conforman mi coalición política); desde la oposición se le recordaba al decano la situación de cátedras que desaparecieron por decisión política y cargos que quedaron en “economía” en vez de dedicarse a reconstituir las cátedras perdidas. Bueno, se votó y se ganó. La oposición ganó nuevamente. Que nos den bola es otra cosa, pero después de una hora y media de discusión, aprobamos los despachos conjuntos que pedían nuevas cátedras en algunas materias, hasta cubrir las tres opciones en cada una, para garantizar el cursado de estas materias en los tres turnos, mañana, tarde y noche. Un buen proyecto, no se puede negar. El operador más suave de todos, ya sentado a la mesa, intentó embarrar la discusión tratando de separar los expedientes que integraban el despacho, pero tiramos abajo su intentos. El tema es que ese triunfo nos cegó. Nos agrandamos. No nos dimos cuenta con quién estábamos tratando. Porque después de ese despacho venía el VERDADERAMENTE IMPORTANTE. Escrito también por el Consejero Altuzarra, pedía era que los directores de posgrados y postítulos se designen por concurso de antecedentes y oposición. Es decir, que no se designen 96


A DEDO como se hace ahora, a pura voluntad del decano y su grupo de amigos. El operador en cuestión invocó una moción de orden para volver este expediente a comisión para su tratamiento conjunto en académica e interpretación y reglamento, invocando informes que no habrían llegado a tiempo. Y nos distrajimos. Creyendo que el Consejero Latanzi, por haber firmado el despacho iba a apoyar su tratamiento en la sesión, hicimos mal los números y aceptamos la votación sobre el expediente. 10 votamos que se trate ahí mismo. 10 votaron que vuelva a comisión (los 5 consejeros docentes de Franja y su extensión en la consejera No-Docente, los dos chicos de Franja -obvio, porque siempre cumplen ordenes del operador en jefe-, el voto de la estudiante de Dominó -que sigue instrucciones, directamente del operador mayor- y el voto de Latanzi, que se dio vuelta en el aire). El decano tuvo que salir a desempatar y mandó todo de vuelta a comisión. Perdimos. Quedé maravillado con la estrategia del operador. Trabajó sigilosamente durante toda la sesión. Casi ni habló, esperando su momento, y el ataque fue furibundo, de rayo mortal. Liquidó el tema en 5 segundos. Es hábil. Es el mejor. El operador está devuelta con nosotros y dirige la acción. Nosotros vamos a tener que mejorar el juego. Todo esto para decir que volvió Doug Stamper. Volvió el operador. Volvió Perseo.

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Balance e Inventario [en línea]. Diario de un Consejero. 23 de Noviembre de 2015. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2015/11/balance-e-inventario-01.html

Balance e Inventario

Me metí de cabeza en un mundo desconocido para mi, el Consejo Directivo de la FAPyD y aprendí cosas. Cosas feas, del tipo de cosas que tenés que saber, para saber que nunca las tenés que hacer; de esas cosas que sabés que cuando las hagas ya te convertiste en otro, en aquel que no querías ser. Hay que tener mucho cuidado en estos entornos donde todo funciona en otro registro al tuyo, hay que imaginar estrategias de supervivencia. Este Blog no es fue que eso, un tablón tirado en el fango, para no embarrarse, único lugar firme en el barro movedizo que te va tragando despacito hasta que no te diste cuenta. La metáfora de la rana hervida: nadás en aguas cada vez más calientes hasta que no te diste cuenta y ya te comieron hervido. Demoré bastante en enterarme cómo pasan las cosas. Nadie explica. Van escondiendo las estrategias de control, porque en realidad las estrategias son frágiles. Queda claro que hay opacidades controladas: no se difunden los balances, cuando se los publica están incompletos, nadie sabe que se hace con el propio producido (la plata de las concesiones; bar, plotter), nadie sabe que se hace con la plata de los cursos de posgrado (donde se contratan a docentes en negro, contra factura monotributista, y obviamente, sin concursos); preguntás sobre estas cosas y todos se hacen los boludos, los consejeros oficialistas, los secretarios, el decano. Pedís informes y te boludean, los asesores letrados, los contadores. Está bastante aceitado, y el consejo funciona como una pantalla. No es mucha plata, pero algo es, por eso se juntan y se defienden. Por esos Macristas y Kirchneristas se asocian para “gestionarnos”: porque defienden negocios. Hay formas de demorar las cosas. Que el consejo directivo sea un lugar muy poco operativo es funcional al estado de cosas, a las opacidades, a las rutinas micro-políticas instaladas. Un mes sin consejo directivo y todo sigue en piloto automático como si nada pasara. Mejor, porque en el consejo directivo hay 10 opositores! Y eso es el germen del mal! Y cuando algunos consejeros opositores logran presentar algún proyecto o hacer alguna pregunta, hay formas instaladas para ralentizar todo al extremo: en las reuniones de consejo no se habla, se pasa todo a comisión, en comisión te boludean, te escriben despachos encontrados para ganar una semana más y ver como pueden hacer para pararte en la reunión de consejo. Al oficialismo no le importa la letra de lo discutido, puede ser una pregunta muy especifica de a dónde va la plata o una buena propuesta sobre algo que estaría bueno hacer, no importa: lo único que importa es que no se vayan a creer estos tipos que pueden hacernos hacer algo que nosotros no queremos hacer! Porque somos el oficialismo y manejamos esto a nuestro antojo desde hace mas de 12 años! Y que se creen. Hay temas recurrentes que seguro volverán el año que viene. Condicionalidades. Cupos. Eternos retornos de la conveniencia política y la hipocresía imperante. A los dirigentes estudiantiles les conviene que sigan estando estos temas candentes, son con los que llenan carteles, solucionarlos definitivamente sería contraproducente políticamente. Los parches ayudan, porque se puede seguir moviendo la línea en la arena cada vez más. Como no hay solución definitiva, seguimos en la lucha! Las reivindicaciones no terminan más. Por el lado de los docentes, consejeros y secretarios, no queda tan claro la cosa. En el tema Condicionalidades: se duplican las personalidades tal Jeckyl and Míster Hyde. Cuando son docentes en sus talleres, vía libre y condicionalidad para todos! Porque hay que juntar tropa propia y si la tenemos agarrada en cuadernos negros que juntan notas de cuatro o cinco años atrás, mejor! Cuando somos Vicedecanas, votamos en contra de las condicionalidades, porque nos preocupa la “excelencia académica”. En el tema Cupos: cuando son consejeros no derogan los cupos porque sería la hecatombe final, se destruiría el pequeño equilibrio que nos aleja de la entropía definitiva. Cuando son docentes en sus talleres, bajan las condiciones de regularidad, promueven a mansalva y después se quejan de tener a todos los alumnos en sus talleres. Lo que queda claro es lo siguiente: cualquier proyecto que presente la “oposición” será rechazado. No importa que diga. Cualquier proyecto presentado por el oficialismo deberá ser aprobado por la mayoría, y si la “oposición” se “opone” estará siendo injustificadamente “opositora”. Este es el consenso del que nos hablan desde el oficialismo: cuando yo hago los proyectos, apóyenme, cuando ustedes presentan los proyectos, a tomar por culo; y cuando la cosa no me está saliendo bien: paro el consejo directivo por un mes! Hasta armar un tole-tole tan grande que tenés que entrar a la reunión con armadura blindada para esquivar los cascotes de los que ya te definieron como el enemigo de la humanidad. Mientras me preparo para ser traidor a la patria y votar la derogación de los cupos escribo esto y me voy a comprar una armadura para mañana.

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Requiem Colectivo [en línea]. Diario de un Consejero. 16 de Abril de 2016. Disponible en: http://diariodeunconsejero.blogspot.com/2016/04/comision-08.html

Requiem Colectivo

El operador volvió y ya está moviendo expedientes con celeridad. Pero el secreto de sumario me impide hablar de esto hasta la semana que viene. Hoy quisiera escribir el lamento de una ausencia querida. La ausencia de algo que nunca llegó a existir. El Colectivo Docente tal vez no haya existido más que en algunas voluntades individuales, en algunas cadenas de mails y en alguna que otra reunión en terrazas (de la facultad y de viviendas). Nada más que eso. Algún escrito “colectivo” en el fragor de la contienda electoral y paremos de contar. Habría que aclararlo: el “Colectivo Docente” ha dejado de existir porque nunca existió. La única verdad es la realidad, decía el general. Y la realidad es que los dos grupos organizados de la facultad son los que gobiernan, en coalición desde hace 13 años y en FranjaMoradismo único desde el 1984. Imagino además que estar en el poder los mantiene más unidos que los intentos dispersos de la oposición, hay algo que defender. Nosotros tenemos todavía algo por construir, algo que no llegamos a prefigurar, porque nunca se junta la masa crítica suficiente para un pensar colectivo. En cambio, a ellos, a los otros, a los que están “organizados”, la gestión los obliga a ir a oficinas cada día, a armar alguna que otra reunión para decidir cosas, a juntarse aún con aquel que no se quiere tanto para pensar estrategias y llegar a consensos de negociación que implican apoyar cosas que en soledad no apoyarías. En fin, esta gente hace política y nosotros no hacemos mas que quejarnos del estado de las cosas en soledad y cuando nos cruzamos en los pasillos, y eso si seguimos en buenos términos después del desgaste de las conversaciones surrealistas cuando intentamos armar listas de “unidad” y de la resistencia desde entonces a las pocas decisiones dignas que pudimos tomar en el consejo, la Derogación de los Cupos al frente de todas. La resistencia a esa medida fue realmente corporativa y nos separó aún más de nuestras supuestas “bases”. Sigo sin entender la posición defensiva del gremios docente respecto a mantener restricciones de cursado, no acepto sus gritos sobre una supuesta “traición” al mandato corporativo de nuestra parte y no puedo estar más en desacuerdo con la posición que nos pone EN CONTRA de los alumnos. Creo que a la facultad la hacemos entre los tres cuerpos. Nos ha llegado un informe con todos los números de inscripción a las materias, la primera del ciclo POSTCupos. Ninguno de los apocalipsis pronosticados se hicieron ver. Los problemas siguen siendo los mismos de antes de los cupos: En Urbanismo y Expresión Gráfica, hay 900 alumnos para tres cátedras. Mucha gente para pocas opciones. Aún así, no hay tantas asimetrías, en los dos casos en una cátedra hay 400 alumnos, el otra hay 300 y en otra 200. Bastante parejo, aún a pesar de las asimetría reales de condiciones de cursado y regularización en (Urbanismo) y en diferencias palpables de día de cursado en el otro caso (Expresión Gráfica), Sábado a la mañana! El otro caso problemático, Geometría: Cátedra Única para 1000 alumnos. No entiendo cómo se aplicarían los cupos acá. No te dejarían entrar a la ÚNICA cátedra? En ninguno de estos casos los cupos solucionaban nada. Reitero: la eliminación de los cupos no creó ni multiplicó ningún problema, a lo sumo, todo sigue igual de mal de cómo estaba antes. El Apocalipsis más imaginado: que en primer año los alumnos no supieran elegir las cátedras de Introducción y se fueran todos en masa al turno mañana: Tampoco pasó. Hay más alumnos a la maña, claramente, pero esto es porque a la mañana hay CUATRO cátedras. Estadísticamente el turno tarde es el que más alumnos atrajo, porque a pesar de tener sólo DOS cátedras tiene más de un tercio de los alumnos inscriptos. Podría seguir con los análisis. Pero no quiero aburrir y además, supongo que para eso tenemos un Secretario Académico. En fin. El Colectivo Docente no existe más. Pero tampoco existen más los Cupos.

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Semana 0

Días intensos en el arranque del semestre en el GSD. No sé como hacen los alumnos para sobrevivir esto. El miércoles se presentan los seminarios teóricos y de investigación. Más de 35 presentaciones de 10 minutos cada una, prácticamente todo el día en el auditorio. Cada instructor tiene 10 minutos para explicar el tema, objetivos y metodología. (Entre ellos Pancho Liernur trabajando con la villa miseria argentina). Escuchando las presentaciones se aprende mucho. Los alumnos de los tres programas, arquitectura, urbanismo y paisajismo, pueden elegir de ese menú. Tienen que ser estratégicos a la hora de elegir, no sólo a de acuerdo a sus intereses, sino a los requerimientos de tiempo que cada seminario tomaría en relación al estudio, que es lo más importante. Hoy se presentaron los option studios, las materia más importantes de la escuela, donde los alumnos van a pasar el 80% del tiempo, generalmente dictado por estrellas invitadas. Este año, no hay ningún Juan Manuel Rois como el año pasado, pero si un Ben van Berkel (UN Studio), una Nathalie deVries (la dV en MVRdV) y un tal Christian Kerez (tal vez el mejor arquitecto de su generación), pavada de line-up. Para completar el rooster de holandeses, Rem Koolhaas se llevó 8 alumnos a la oficina de OMA en Rotterdam, donde también harán el resto de las materias. Otro grupo de 8 está en Tokio haciendo lo mismo en el estudio de Toyo Ito. Escuchar las 15 presentaciones es como asistir a un ciclo de conferencias de arquitectura en fast-speed. Otra vez, 10 minutos cada uno. Es casi divertido ver a Ben van Berkel sentado en primera fila esperando por 3 horas que le toque el turno. Todo bien con las estrellas, pero yo me hubiera anotado con Alex Krieger, que va a trabajar en Jerusalem. Una vez terminadas las presentaciones, los alumnos tienen 2 horas para anotar sus preferencias en la lotería, cuyos resultados son inexcusables y que se hacen por computadora. Así que los alumnos tienen que pensar muy bien el orden de selección, muy pocas veces se da que te toca en el estudio que pusiste primero. Ayer a la noche los 3 argentinos que andan por acá querían sacar las estrategias al uruguayo que clavó sus dos primeras opciones el año pasado, esto es como apostar a los caballos. Su estrategia: elegir estudios que se llenarían pero que no son tan interesantes abajo, para eso haga subir sus otras opciones. Hoy a la noche me entero si el uruguayo clavó una trifecta, o le toco su 6a opción como lo temía por la ley de probabilidades. Yo ya me reuní con el equipo docente y mi coordinador. Debo decirles que me toco lo que me merezco, un coordinador quisquilloso y obsesivo, Pierre Belanger. Seré un soldado. En el equipo está Luis Callejas, ex-Paisajes Emergentes. Dos colombianos entonces. Por lo pronto voy a sentarme en las materias teóricas que acompañan al estudio. Soy un arquitecto dando clases en una escuela de paisajismo y tengo que aprender algo. Las clases empiezan el martes 4 de Septiembre, después del labor day weekend, que es el día del trabajador que se festeja acá, más capitalista que el 1 de Mayo, que da comunista. El viernes que viene insisto con más noticias. Fin del reporte.

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Semana 1

Los alumnos ya están todos en sus puestos de batalla, ocupando sus tableros en el estudio. Una clase grande, 72 alumnos, 6 profesores, grupos de 12 divididos en 4 grupos de 3. Es lindo tener la responsabilidad directa frente a los alumnos. Arranco como siempre, sin tener la idea de dónde vamos a terminar, el vértigo de las correcciones de tablero es bienvenido. Además, corregir sólo 4 proyectos es un lujo. Este es el tercer semestre del master de paisajismo, el estudio cuya responsabilidad es explicar la línea de la escuela. El único semestre donde se mezclan los alumnos de los 3 programas del master, lo que quiere decir que los alumnos vienen de experiencias distintas; este es el estudio que tiene que nivelar sus capacidades. Antes hacían este estudio alumnos que arrancaban su master de 2 años (es decir gente que recién entra a Harvard con diplomas de paisajismo de otras escuelas) y los alumnos que están ya en su segundo año del master (es decir gente que hizo el bachelor en otra disciplina y tiene que estar 3 años acá para completar un master). Pero a partir de este año y porque lo reclamaron, también lo hacen los pos-profesionales, es decir, gente que VUELVE a la escuela después de haber trabajado como arquitecto o paisajista en el área profesional, o gente que viene de universidades con titulo profesional (Europa, Latinoamérica). Esta gente pidió estar en esta clase porque antes entraban directamente a los options studios del último año (el que di yo el anõ pasado) y no entendían nada. Por eso son ahora 72 alumnos. El coordinador está nervioso, es la primera vez que hay una clase tan grande y la logística se complica. Mis alumnos vienen con experiencias muy distintas y además de varias partes del mundo. Tengo un chipriota, una sevillana, un chico de Monterrey, un japonés, dos coreanas, dos chinas, una canadiense, dos americanas y una chica del medio oriente. Algunos son arquitectos con experiencia, otros recién salidos de la escuela. Otros estudiaron paisajismo en escuelas que son escuelas técnicas o de jardinería, otros no tienen idea que es paisajismo. Algunos hace un año que están en la escuela y ya tienen alguna idea de que va, otros llegaron hace una semana y se los ve con la mirada perdida y en pánico. Por otro lado, el proyecto que les pedimos es muy grande. No ahorramos complejidad, aprenderán técnicas básicas mientras resuelven la recuperación ecológica de una base militar con una historia de 150 años de contaminación. Es la base militar más grande de Massachusetts, cerca de Boston, en Cape Cod. Empezamos mirando solo el Área de Impacto Central, que es dónde han estado detonando morteros y bombas desde hace 90 años, la contaminación ya llegó al acuífero y de ahí se está distribuyendo al agua potable de los barrios vecinos. Por ahora, reducimos el problema en planta (solo miramos el área central) y en corte (solo miramos la superficie del terreno). El proyecto luego crecerá en superficie y en espesor (hacia el substrato y hacia arriba). En la fase 1, les pedimos que denoten las áreas de peligro (por contaminación de suelo, agua, por presencia de explosivos sin detonar o por estar en el área de tiro). Esta demarcación se hace solo con movimientos de suelo, nada de arquitectura ni vegetación. Al mismo tiempo que aprenden técnicas básicas de modelado en Rhino para superficies, les pedimos que relacionen la nueva topografía creada con técnicas de implementación en el terreno real (bulldozers, excavadoras, etc.). Volviendo a la arquitectura, ayer fue la primer charla de la temporada, Jürgen Mayer. Que cosas raras hace este muchacho, algunas horribles directamente. Pero debe ser un signo de la degradación de mi gusto, algunas cosas suyas me atraen morbosamente. Este tipo tiene un desparpajo increíble, dijo abiertamente que cuando gana un concurso empieza el problema de ver como construir lo que propuso, porque no tiene la menor idea de en que material o sistema constructivo es. Teniendo a ARUP y a toda la ingeniería alemana de tu lado, la cosa no es tan complicada. Le pregunté por la separación entre la retícula ortogonal estructural y la forma de los parasoles en Sevilla (hay pedacitos sobrantes pegados con plasticola) y el tipo lo dijo claramente: la forma externa se manejó digitalmente y se fue cambiando de acuerdo a ciertos requerimientos de contexto, la estructura se resolvió independientemente de la forma con la retícula estructural de componentes de madera laminada, todo calculado por ARUP. Cuando la retícula interior toca el borde exterior de la forma, simplemente desaparece. Tuvieron que inventar un pegamiento especial para resolver las uniones porque nunca se había hecho algo tan grande en madera. Innovación por ignorancia, buena estrategia! En realidad, el arquitecto es el que no sabe nada, inventa cualquie cosa y después los ingenieros resuelven todo. Que fácil que es la vida del formalista empedernido! Próximos en la temporada de charlas, Toyo Ito y Kengo Kuma, entre otros. No cambien de canal.

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Semana 2

Para aprovechar esta experiencia estoy yendo a escuchar algunos seminarios teóricos. La idea es tener un panorama completo de cómo están organizados los programas que más me interesan, Paisajismo y Diseño Urbano. Antes un poco de historia. El programa de Paisajismo ha sido siempre el niño bobo de la escuela, relegado y con pocos alumnos, se ubicaba con tranquilidad a la sombra de Arquitectura. Pero desde la llegada del nuevo decano, Mohsen Mostafavi, el programa ha cobrado importancia; acercándose a Diseño Urbano para formar el núcleo intelectual más interesante de la escuela, relegando a Arquitectura a discusiones formales. El libro Ecological Urbanism es el punto de partida de esta movida y los nuevos directores, Charles Waldheim en Paisajismo y Rahul Mehrota en Diseño Urbano refuerzan la complementariedad del enfoque. En paisajismo se tratan cada vez más problemas urbanos y territoriales y en diseño urbano se tratan cada vez más problemas de infraestructura y paisaje. El año pasado fui contratado por los dos y mi estudio mezcló alumnos de los dos programas, con el Arroyo Ludueña como espina central de la futura expansión urbana de Rosario en los próximos 50 años. La idea de volver a dar clases aquí surgió para tomarle el pulso a este desarrollo. Estar en el Core Studio (estudio central) del tercer semestre es importante, porque ahí es donde se trabaja con mayor coherencia el nuevo enfoque. Es el momento de mayor concentración de alumnos de paisajismo y donde se establece la identidad del programa. Una de las clases que estoy “auditando”, es la clase de teoría paralela a nuestro estudio, a cargo de Pierre Belanger. Cuatro horas de propaganda para redefinir al paisajismo desde el punto de vista infraestructural, para que como diseñadores empecemos a pensar los problemas reales que tenemos que resolver. Traduzco del syllabus: “Enfatizando la reciprocidad entre ecología, economía y energía, el curso abre un horizonte a los problemas de la ciudad contemporánea para reformular el rol infraestructural y geopolítico del paisajismo como sistema operativo para un futuro urbanismo”. La clase está buena. Otra clase a la que me estoy yendo de oyente es el seminario profesional que dicta Charles Waldheim. Un interesante intento de reclamar la historia del paisajismo para presentarlo como una verdadera práctica territorial, que entendió desde su inicio lo urbano integrado a los sistemas ecológicos. Un ejemplo: Frederick Olmsted fundó el programa de Paisajismo aquí en Harvard al tiempo que diseñaba el Emerald Neckclace, el sistema de parques que rodea a Boston, pensado para resolver el problema de las aguas residuales. Es decir, una intervención infraestructural paisajística que organizó el futuro urbano de la región metropolitana. Y esto fue hace más de 150 años. La clase de Waldheim está muy bien planteada, usando frases guía para cada semana: paisajismo como urbanismo, paisajismo como arquitectura, etc., siempre invitando a alguien cada semana para presentar el tema. (Mostafavi, Belanger, Kirkwood, Forman y otros) Finalmente, estoy yendo a un seminario del programa de Diseño Urbano, Ciudades por Diseño. La clase está coordinada por Rahul Mehrota, dividida en secciones de dos semanas por ciudad, contando su historia desde el punto de vista territorial. De Boston se encargó Alex Krieger, de Mumbai se encargará Rahul, de Barcelona, Joan Busquets. Un lujo. Estas clases y TODAS las otras, tienen todo su material subido a la web de la escuela, http://www.gsd.harvard.edu/#/academics/courses/index.html Como no soy ni paisajista ni diseñador urbano, me porto como un buen invitado y dejo pasar los comentarios celosos de la independencia disciplinar. Pero no oculto mi cercanía a la Arquitectura y desde ahí intento aportar a esta conversación.

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Semana 3

Mis alumnos ya entregaron la primer fase del proyecto. Alteraciones topográficas para demarcar zonas de peligro. Algo así como calentar motores: mientras diseñan superficies y texturas topográficas en la computadora, piensan en la implementación con máquinas que las producirán en el terreno. En el Área de Impacto Central, el sitio, la principal actividad es la remoción de bombas sin explotar, las actividades de búsqueda y movimiento de suelos las hacen robots controlados por satélite: excavadoras y retroexcavadoras con GPS. Como es común en la historia de la tecnología, esots avances en el área militar poco a poco se implementarán en otras áreas. Ya mandamos archivos CAD/CAM a impresoras 3D y cortadoras láser, y con BIM controlamos paramétricamente elementos de construcción para fabricarlos digitalmente; pronto los desplazamientos de suelos los haremos mandando un archivo a una Caterpillar gigante y solitaria esperando en medio del terreno. Me puse a pensar en las diferencias del uso de programas de computación en las escuelas de arquitectura y paisajismo. La producción de imágenes es inseparable de la producción de paisajes, el paisajismo empezó como género pictórico: primero se pintaba un panorama y después se trasnformaba el territorio. Si bien los alumnos de paisajismo no son diestros con los renders (no necesitan construir maquetas digitales complejas, ni renderizarlas con materiales), son en cambio magos con el Photoshop. Al alto contraste del collage de contorno definidos, lo reemplazaron por la asimilación digital en imágenes de gran seducción atmosférica con paisajes imaginados, absolutamente creíbles. Complementan los dibujos técnicos en Illustrator y Photoshop, consiguen plantas y cortes de gran precisión y un contenido estético envidiable. Los dibujos más lindos de la escuela se hacen ahora en paisajismo. El programa de preferencia para modelar topografía es Rhino. El programa nació para la industria naval, por eso es bueno en simulación de agua y superficies continuas. El uso en paisajismo exprime sus capacidades, porque las extensiones topográficas no necesitan modulación material (como los elementos de construcción). Básicamente, se pueden conseguir las superficies fluidas que tanto nos gustan. Las maquetas topográficas de yeso hechas a mano de Katryn Gustavson ahora son modeladas directamente en la pantalla, con un control geométrico traducible a contornos topográficos. Es decir, a planos de obra. Otra diferencia es la manera de pensar las animaciones. En arquitectura los edificios no se mueven, nuestro interés en tomar las capacidades del software de animación para la creación de formas choca contra una pared. Como somos personas de muchos recursos, nos inventamos edificios que parecen fotos de moluscos e insectos en movimiento congelado. El programa Maya se usa en Hollywood para hacer calamares, y así le salen los edificios a los alumnos de SCiarc. En paisajismo, la simulación del movimiento, el cambio y el paso del tiempo es imprescindible. Con los mismos programas (Rhino, Maya, etc.) los alumnos de paisajismo simulan movimientos de agua en topografías creadas para controlar procesos de erosión o control de crecidas, dar respuesta a vientos predominantes, etc. Un buen uso de las posibilidades de cálculo ofrecidas por lo digital. El martes, Christian Kerez dio su charla. Si bien estaba predispuesto a disfrutar de una hora de precisión y belleza suiza, me sorprendió mostrando un proyecto para las favelas de Sao Pablo. Estudiando las lógicas constructivas, de agrupación y densidad de la favela, Kerez propuso un barrio de casas mínimas de estructura independiente de hormigón con cerramiento de ladrillo cerámico sin revocar. La primer favela legal construida por un arquitecto suizo en Sao Pablo, según sus propias palabras. Da un poco de vergüencita que tenga que venir un Suizo a explicarnos como se puede trabajar con sensibilidad usando la tradición popular. Después mostrar sus proyectos más conocidos, terminó la charla con el último proyecto del estudio. Hace rato que algo no me sorprendía tanto. Una torre en China que toma en cuenta la diferencia de requerimientos estructurales a medida que se sube en altura. Pero en vez de achicar las columnas, simplemente pone mas columnas en planta baja y las va eliminando a medida que sube. Además, elimina el core y para resolver las cargas horizontales de viento y torsión propone unos tensores en el exterior. Primero no entendí las plantas. Pensé que lo que buscaba era una piel estructural tipo Hanckok o Sears, el famoso tubo estructural. No. Lo que parecía una planta desplegada era en realidad la proyección geométricamente correcta de los tensores que se alejan de la torre. Como una carpa. Centenares de cables, alejándose del edificio a medida que van cada vez más arriba, creando un espacio intermedio entre el afuera y el adentro. Cuando mostró la maqueta, todo el auditorio suspiró. Kerez no mostró ningún render, es más, habló mal de los renders. Prefiere maquetas abstractas que dejan imaginar el objeto arquitectónico. Para sus ideas conceptuales, directas y trascendentes: “la casa de una sola pared”, “la escuela sin columnas”, usa maquetas pequeñas de cartón y papel. Para probar la lógica tectónica de sus ideas usa maquetas finales escala 1:25 en madera sólida, con muebles y personitas. Las tres escuelas más interesantes de arquitectura contemporánea, la Suiza, la Holandesa y la Japonesa, no solo descreen de las herramientas digitales para la creación de formas complejas para concentrarse en formas arquitectónicas simples, si no que además, para su creación confían en maquetas físicas construidas con materiales accesibles: papel, madera y cartón. 106


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Semana 4

Mis alumnos están desesperados tratando de llegar a tiempo a la entrega de la segunda fase. Se podría hacer un Reality show con esto. Uno de esos programas en los que hay que sobrevivir esquivando obstáculos que se te vienen encima. Menos de dos semanas para resolver el problema de la contaminación del agua y el suelo en el Área de Impacto de la base militar, y hacerlo proponiendo un proyecto de paisaje que registre los datos en gestos físicos concretos, proponga macro-topografías para limpiar y contener la contaminación y microtopografías para controlar erosión, manejar el escurrimiento de aguas, definir zonas de vegetación y pensar futuros accesos y usos no-militares para el área. Fácil. Estos ejercicios no son simplemente conceptuales. La mayoría de proyectos “paisajísticos” que están sucediendo en este país están relacionados con la limpieza de zonas industriales en desuso. Estos proyectos están determinados mayormente por ingenieros, y cuando finalmente se llama a un diseñador, los grandes desplazamientos de tierra ya están hechos y la oportunidad, perdida. El eje pedagógico que proponemos a los alumnos es pensar la oportunidad de diseño latente en estos proyectos de infraestructura paisajística. Como diseñadores tenemos que participar desde el inicio de estos procesos, para sintetizarlos desde el punto de vista de la planificación y proponer futuros modos de urbanización, acordes con las realidades ecológicas. En estos últimos 15 años, la industria relacionada con la descontaminación de grandes predios ha madurado muchísimo, hoy es una industria que mueve miles de millones de dólares al año, con técnicas, metodologías y maquinarias específicas. Todo esto empezó en los 70, en base a la presión de activistas preocupados por la contaminación de los ríos (el Cuyahoga en Ohio se prendió fuego) y de las tierras donde estaban construidas sus casas. Primero Kennedy y sobretodo Nixon después, crearon leyes que formaron la EPA (Environmental Protection Agency), la agencia federal que controla todo lo relacionado con el medio ambiente. Con este marco legal se creó la figura del Brownfield, que es la denominación que se le da a los terrenos industriales en desuso, a los cuales se los infiere contaminados y se les prohíbe el cambio de uso, a comercial o residencial, hasta que no se pruebe que la contaminación ha sido tratada. (Con estas leyes, Fórum o Ciudad Ribera en Rosario, por ejemplo, no se podrían haber hecho sin tratar la contaminación que seguramente existe aún en el terreno). En los casos donde la contaminación es un riesgo para la salud humana, se entra dentro de la categoría Superfund, que como dice el nombre es un fondo federal, unos cuantos billones de dólares, que se usan en forma inmediata para atacar el tema. El gobierno tiene después un mandato para hacer un juicio y rastrear retroactivamente (hasta 150 años) al creador de la contaminación y cobrarle la plata. En los 70 se atacó la contaminación puntual; es decir, los momentos donde los predios industriales tiraban contaminación directamente al agua o al aire. Por presión de la regulación, y por la desindustrialización inherente al paso a la economía de servicios (básicamente las fabricas pesadas y contaminantes se fueron a China), los ríos están limpios otra vez (se pesca en Manhattan) y algunas ciudades redujeron el smog considerablemente. Desde finales de los 80 en adelante, el proceso de limpieza ha pasado a los focos de contaminación difusa. Es decir, a la contaminación ya dispersa en el suelo o en las napas. Esta contaminación es más difícil de detectar porque casi nunca aflora en la superficie. Es un trabajo de investigación que usa GIS, información geográfica satelital, combinada con pozos de prueba para finalmente construir una maqueta digital del PLUME, (alias EL BICHO), el área subterránea de suelo saturado con agua contaminada. Ahí les mando una foto, un verdadero BLOB. Y este bicho se mueve, a veces rápido, a veces lento, dependiendo de la conformación del substrato y las corrientes de las napas involucradas. Al bicho a veces hay que pararlo, a veces hay que sacarlo. Hay que limpiar el agua, a veces se la saca con bombas, se la pasa por filtros y se la vuelve a meter ahí abajo, hasta diluir al bicharraco; otras veces se construyen filtros subterráneos con columnas que se clavan a muchos metros de profundidad. Obviamente, también hay que limpiar la tierra, que es el foco de la contaminación; esto se hace con distintos tratamientos. A veces calientan el suelo con picanas eléctricas gigantes que desarman por temperatura las moléculas (casi de ciencia ficción, pero cierto), el resultado de este proceso son gases que después se enfrían y se colecta el residuo. A veces sacan la tierra, la meten en grandes tanques y la lavan con agua y “detergentes”, simplificación extrema de lo que pasa en galpones que miden 500 metros de largo. A veces le meten oxigeno a presión para acelerar el proceso de decantación natural, etc. Se desplaza mucha tierra y a veces no se la vuelve a poner donde se la sacó. Además, de estos procesos siempre quedan residuos tóxicos (ahora solos y no mezclados con tierra) que hay que contener. Con todo esto se crean nuevas topografías, los paisajes de la contaminación. Se gasta mucha plata en esto. A los alumnos le damos toda esta información y le pedimos que investiguen aún mas. La idea no es que se conviertan en especialistas, sino que puedan inventar posibilidades de diseño dentro de estas tecnologías. En fin, que hagan un proyecto. En Argentina, y toda Latinoamérica, no hemos empezado a tratar la contaminación directa. Las fábricas siguen 107


tirando cosas directamente a los arroyos y ríos (Rio Tigre, Cuenca Matanza y Riachuelo, Saladillo, Ludueña). Pensemos en la gente que vive en la Isla Maciel, el Dock Sud no sólo es una bomba de tiempo que si explota se lleva media zona sur de Buenos Aires, es además el cáncer que se respiró toda esa gente. Además, tenemos poca idea de la contaminación difusa. Imaginan la contaminación en la isla que quieren convertir en polo audiovisual? Yo que Gastón Pauls no me acerco. Ayer me invitaron por primera vez a una review de Arquitectura. Es raro, pero me emocionó. Arquitectura siempre es la niña bonita de la escuela y los otros dos programas (diseño urbano y paisajismo) tienen un complejo de inferioridad del que me había contagiado. La clase a la que fui es el primer estudio del master de 3 años, clase que coordina Preston Scott Cohen, director del programa. El primer ejercicio es el más importante y es su ejercicio de cabecera: The Hidden Room, que en español funciona mejor: “El Cuarto Escondido”. La consigna consiste en diseñar 5 cuartos, uno de los cuales tiene que estar escondido de los otros 4. Una genialidad que pienso copiar en cuanto tenga oportunidad, pedí permiso. Una manera increíble de abrirle la cabeza a los alumnos. Dos lecturas obligatorias para arrancar el ejercicio: el texto de Robin Evans sobre la invención del pasillo y el cuento de Poe aquel en que la carta buscada por estar tan a la vista queda oculta. Algunos parámetros para ocultar/revelar, algunas reglas, que incluyen por supuesto que el cuarto no debe estar oculto del todo, porque si no se puede entrar, para que ocultarlo? Y total libertad al alumno. En realidad todo el ejercicio es un mind-fucking, un problema abstracto de resolución casi imposible, un “Mac-Guffin”, que elimina las preconcepciones de lo que consideramos arquitectura, y nos obliga a pensar en lo esencial: que es un pasillo, que es una puerta, que es una entrada, como se ilumina un espacio, como se lo recorre, como se lo oculta o revela, etc. Nos la pasamos hablando de geometría, de organización, de secuencias y de lo que generalmente dejamos pasar para hablar del programa y otras cosas importantes. Miramos 24 proyectos en 6 horas, una maratón. Pero un placer enorme.

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Semana 5

Mis alumnos tuvieron un workshop intensivo con Phillippe Coignet, de OLM (Office of Landscape Morphology) [www.o-l-m.net]. El workshop se basó en la construcción de una maqueta física derivada de una zona ejemplar del proyecto, modelada digitalmente en Rhino y construida con la CNC Milling Machine en un bloque de poliestireno expandido. Trabajar con la fresadora digital interesa desde el punto de vista pedagógico, el método substractivo, donde el material es eliminado capa por capa, funciona análogo a los procesos de construcción del paisaje. La fresadora va de grueso a fino como hacen los bulldozers; excavando, aterrazando y nivelando en el terreno real. Por otro lado, la maqueta se trató como un momento abstracto, sin escala ni sitio particular, lo que permitió estudiar el diagrama de cada proyecto en distintas circunstancias, y le permitió al alumno concentrarse en los procesos: escurrimientos, control de erosión, sedimentación, etc. En la primer fase la demarcación de bombas sin explotar fue la motivación de los movimientos topográficos; en la segunda fase la contaminación del suelo, el acuífero y los procesos de descontaminación fueron la guía para las operaciones. Con este workshop los alumnos empiezan a entender las consecuencias de estos desplazamientos. Lentamente, los alumnos comprenden que la conformación de la topografía es un factor determinante en el comportamiento del paisaje y que su manipulación es crucial para el escurrimiento de aguas y el condicionamiento de micro-climas. Es decir, los alumnos entienden la manipulación de los procesos ecológicos desde el punto de vista del diseño; procesos que pueden ser guiados, acelerados o lentificados. En la fase que iniciamos hoy empezamos con las estrategias de vegetación. Por mi parte, ya quiero llegar al urbanismo. El énfasis en lo topográfico da la impresión que sólo se trata de eso. Prefiero pensar en las superposiciones de capas que permiten estas manipulaciones: de la vegetación a los recorridos y los usos. Es decir, lo que se acerca al diseño urbano y ala rquitectura y se aleja de lo ingenieril o infraestructural. Pero entiendo la ambición, el énfasis en la gran escala en este estudio es parte del intento de fortalecer al paisajismo como disciplina, presentándolo como alternativa de planeamiento de territorios metropolitanos. Por supuesto que esto genera muchas resistencias, incluso dentro de este mismo edificio. Si bien los planners están en su mundo (más cercano a las finanzas, la política y el mercado inmobiliario), los arquitectos y diseñadores urbanos de la escuela miran con desconfianza este intento de potenciar el programa de paisajismo. Los diseñadores urbanos creen que los paisajistas no tienen idea sobre lo urbano, que cuando terminan de plantear los sistemas ecológicos y llegan a la ciudad, ya no saben que hacer. Y los paisajistas responden a esa desconfianza denunciando que los urbanistas y planificadores entienden todo mal y no comprenden las complejidades inherentes a los territorios metropolitanos. En este año esta postura es sólida, los seminarios teóricos paralelos al estudio refuerzan esta idea. En la clase de Teoría “El Paisajismo como Urbanismo” Pierre Belanger propone una lectura alternativa de la historia del regionalismo americano, rescatando figuras como Howard Odum, ecólogo que estudió sistemas abiertos de estuarios para organizar desde ahí una teoría regionalista. Este neo-regionalismo que aparece en la escuela hoy le debe mucho a Ian McHarg y propone a las cuencas hidrológicas como elementos demarcadores. Las cuencas son realidades incontrastables: el agua va para un lado, los regímenes hidrológicos pueden ser modelados digitalmente en forma científica. Los ríos o arroyos, que suelen dividir regiones y demarcar fronteras políticas, son en realidad espinas centrales de los ecosistemas que organizan (aunque a veces atraviesan varias ecologías). Entender estas regiones permite imaginar nuevos mecanismos de planificación. Pensemos en nuestras cuencas cercanas, el Alto Delta del Paraná, los ríos pamperos olvidados (Carcaraña), nuestros arroyos (Ludueña-Saladillo); esto nos permitiría pensar entidades supra-provinciales, departamentales o municipales que ayuden a destrabar inercias para un futuro sustentable para la región. Históricamente nos ha importado poco donde escurren las aguas. El Pago de los Arroyos borró los arroyos, los entubó y ahora nos quejamos cuando los arroyos se rebelan. Kengo Kuma dio su charla ayer. A los arquitectos japoneses les vino muy bien la crisis de los 90; se concentraron en formas simples, materiales baratos y técnicas tradicionales. Lo mejor que hace Kuma es eso, concentrarse en tradiciones artesanales japonesas, agarrar un material y repetirlo para conformar sus tectónicas y espacios. Le preguntaron si se sentía un neo-metabolista. Le sorprendió un poco la pregunta, dijo que la principal diferencia es la escala, no solo de las operaciones, si no del grano, del tamaño de las piezas. Los metabolistas agarraban vigas de hormigón enormes y te armaban un barrio entero, este arranca con unos palitos de la ropa y te arma un Starbucks. Por lo demás, muy japonesa su presentación. Sin proponer estereotipos, que practican, síntesis o literalidad? Mostraba una puerta y decía: esta es una puerta. Mostraba una ventana y decía: esta es una ventana. Un embole. 109


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Semana 6

La cosa en el estudio se está complicando. En esta fase incorporamos la zona vegetal en el proceso de diseño. Le hemos dado tanta información a los alumnos que mi trabajo es guiarlos en la tormenta para que no pierdan las intenciones de proyecto. Es difícil hacerles entender que el proyecto puede ser la vara desde donde mirar la nueva información, que las capas pueden agregarse aumentando la consistencia de la operación. Para esto hay que sostener el proyecto cómo diagrama que acepta nuevas condiciones. De esta forma, uno se sumerge en la información buscando la evidencia que necesita para solidificar argumentos. Siguiendo la idea central del estudio de trabajar activamente con los procesos ecológicos, no pensamos la vegetación desde el punto de vista de la conservación, para proteger o restaurar especies (en boga en el discurso ecologista); la capa vegetal la usamos como un elemento programático activo, factor urbanizador, generador de recursos económicos, agente de descontaminación y configurador de espacios exteriores. En la fase anterior que trató la contaminación, los alumnos usaron estrategias de vegetación a nivel diagramático, simplemente demarcando zonas. En aquel momento, tomando en cuenta la ubicación y velocidad de la mancha de contaminación subterránea, usaron especies vegetales como barrera, filtro, como elementos activos en la descontaminación (phyto-remediación) y como centinelas (arboles y plantas que cambian de color avisando niveles de contaminación, como los canarios en las minas). En esta fase le pedimos, entre otras cosas, que incorporen otros programas y que articulen densidades, especies, detalles, patrones de plantación, implementación, mantenimiento, sucesión, maduración. El lunes fuimos a visitar el sitio. 72 alumnos de Harvard y dos profesores a cargo, uno de ellos, un argentino. Entramos a la base militar, nos recibieron los encargados del programa de descontaminación, uno por parte de la Fuerza Aérea, otro por parte del Ejercito; nos explicaron el proceso técnico en marcha desde 1996 en el que han gastado ya mil millones de dólares, sólo en esa base. Todo empezó por presión de los vecinos, se sumaron los políticos y la EPA, que básicamente les ha obligado a limpiar la tierra y bombear y filtrar el acuífero. Hay 16 plantas de filtrado que bombean millones de litros de agua para depositarla una vez limpiada otra vez en el acuífero. También fuimos a ver las zonas de bosques (la base es en realidad la reserva forestal más grande de Cape Cod, debido a las áreas sin acceso por peligro de practicas bélicas), el área de impacto central, las áreas de práctica de los drones y los campos de tiro y entrenamiento. Durante la segunda guerra mundial esta fue una base de entrenamiento bastante grande, con una ciudad de más de 15.000 personas, quedan algunos edificios abandonados y mucho espacio vacio donde estaban las barracas. De toda esa actividad de hace 50 años viene la contaminación: por derrames, prácticas de incendios y artillería pesada. Demás está decir que todo fue muy raro. Fue como estar en una película. A los alumnos les sirvió para entender la escala territorial del proyecto y que el sitio no es la maqueta de Rhino (un desierto plateado), si no bosques de pino y robles, llenos de especies animales en peligro de extinción. Uno de los ingenieros que nos recibió presentó la necesidad de mantener la base militar en actividad como estrategia de preservación ambiental. Roger Duffy, de SOM (Skidmore Owings and Merrill) Nueva York dio su charla el jueves pasado. Duffy es un Partner, es decir, dirige un estudio dentro de la firma (así le dicen ellos: The Firm). Su estudio ganó premios, le publicaron obras, le dio prestigio a SOM. Es la línea joven, la que peleó para borrar los restos del posmodernismo que hizo estragos en la oficina. Armó una revista (SOM Journal) con concurso interno y jurado que generó un debate cruel dentro de la oficina y levantó el nivel de la discusión. Si yo les creyera a estos tipos que ganan medio millón de dólares al año, me darían algo de ternura, tratando de demostrar que todavía dan la pelea contra la corpo, desde la corpo. Ternura porque, incluso los mejores proyectos que tienen para mostrar después todo ese esfuerzo, siguen siendo malos. Cualquier idea murió en la tercera reunión con el cliente, después vinieron los consultores y sin darte cuenta terminaste con un Frankenstein que a lo mejor con suerte se parece un poco al proyecto de Toyo Ito que quisiste copiar (Burr Street Elementary School). El jueves, Roger cumplió sus funciones de partner, vendió su producto, vino a buscar nuevos empleados para la firma, sin desmarcarse de la línea editorial. (En un desliz Freudiano, cuando quiso decir que en su estudio hay MANY graduados de Harvard, dijo, WE HAVE MONEY) Un cazador de talentos buscando en las inferiores, Roger dejó bien en claro sus requerimientos: “Espero que estén aprendiendo BIM”. SOM marcándole la chancha a Harvard. Para seducir a la próxima generación de esclavos, explicó que en SOM siempre hubo lugar para la imaginación. Buscó en los archivos y mostró un Goldsmith (Telescopio Solar en Arizona), un Bunshaft (Yale Beineke Rare Books Library) y la Capilla de la Academia de la Fuerza Aérea en Colorado, que Walter Netsch diseñó a los 26 años (!). En las preguntas se sinceró y dijo que es muy bueno para descubrir talentos. Es un manager para la corporación, te agarra joven y con ganas, te exprime hasta que no te queda sangre en las venas, y si no escapaste a tiempo, te atrapa con un buen plan de salud y retiro. Al final quedás como en esa canción: How did I get here? This is not my beautiful life!!! Todo esto me hizo acordar mis tiempos en SOM. Buenas épocas. 110


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Semana 7

A las 9.00am estoy ya en la escuela para el pro-seminar de Charles Waldheim. Hoy es su propio invitado y presenta en hora y media su relectura de 250 años de historia para recuperar la identidad urbana del paisajismo, disparando conceptos con anécdotas de la vida de Olsmted (Frederick recibió la comisión de superintendente de la construcción del Central Park cuando estaba totalmente fundido cuando, medio borracho en un bar, un amigo le ofreció el trabajo). Salgo rápido para llegar a tiempo a la primer clase de la serie de Joan Busquets sobre la historia urbana de Barcelona. Además de hablar de los 2000 años de historia de Barcelona, Busquets prefiere además dar una clase maestra sobre las herramientas básicas del diseño urbano. Con apenas un rato para comer un sándwich, llego a la midterm review de mis alumnos, 5 horas para 12 proyectos, una conversación con jurados invitados sobre cada uno. Me pongo nervioso por la falta de claridad de mis alumnos y me frustro de no haberme dado cuenta de como guiarlos antes. Termina la review, queda tiempo para conversar entre el equipo docente y empieza la charla de Jack Dangermond, creador del GIS, cuando era alumno del GSD en 1968, en un laboratorio de computación, acá cruzando la calle. Un hombre mayor (millonario además, su empresa tiene 350.000 clientes institucionales) que nos da una clase sobre el futuro de todas las disciplinas relacionadas con la planificación del territorio. Dice que desde la invención del mainframe computer el no ve una revolución así, y que esto recién empieza; todo girará entorno a información geográfica digitalizada, disponible abiertamente, todo el tiempo, en todos lados: una nueva web, el Facebook geográfico. Son las 9.00pm y estoy todavía en mi oficina. Un típico día en el GSD. La droga GSD. El martes tuvimos la Midterm Review, punto medio del trabajo del cuatrimestre. Es la primera vez que tenemos invitados por fuera del equipo docente para conversar sobre los trabajos. Hasta este punto los alumnos han trabajado en tres secciones de dos semanas (topografía, contaminación y vegetación) mas un workshop intensivo de una semana en Rhino/Milling. Inundados cada dos semanas con información, los alumnos se han tomado muy en serio el resolver problemas, entender las cuestiones técnicas, responder con responsabilidad. Todo esto no ayuda a presentar una estrategia de proyecto consistente y mis frustraciones surgen de ahí: los alumnos cuentan todo desde lo técnico y eso derrumba cualquier interés. Es como empezar a contar una historia desde las notas al pie de página. Les dije enfrente de los invitados: todos estos proyectos son presentados como reportes técnicos de 500 páginas, pero no hay ningún dibujo que pueda ganar un concurso. Uno de los grupos está interesado en apropiarse del sistema de descontaminación de agua subterránea de la base militar para un futuro uso civil. Las instalaciones incluyen pozos de extracción, grandes tuberías y centros de filtrado, que a un costo de mil millones de dólares en 15 años terminará su función. La reprogramación de esta infraestructura resolverá el problema del derrame de nitrógeno desde los pozos ciegos residenciales de la suburbanización periférica a la base, que ya está llegando a los estuarios marinos, afectando el normal crecimiento de ostras y langostas, la base económica de la región. Esto se complementará con piletas de producción de algas (que consumen el nitrógeno en el agua, limpiando el agua), que luego son cultivadas para producción de bio-combustible para electricidad/calefacción residencial. De esta manera una iniciativa defensiva e interna del ejercito se reconvierte en una programa de acción civil. Estrategias paisajísticas entendidas como urbanismo. En toda esta primera mitad del semestre, en la galería central (el pasillo ancho que está bajo las plataformas escalonadas de los estudios) hubo una muestra del metabolista japonés Kiyonori Kikutake. Todos sus proyectos de los 60, su casa elevada, un concurso de un centro de convenciones en Kyoto -un templo japonés tradicional en esteroides-, su proyecto utópico de la ciudad marina. Desde el libro Project Japan de Koolhaas, el metabolismo ha vuelto con fuerza. La idea original era que Kikutake mismo inaugurara la muestra, pero se murió el año pasado. Para cerrar la muestra dio una charla Toyo Ito. Discípulo de Kikutake, Ito trabajó con él a principios de los 60. En la charla estaba la viuda y Toyo Ito hizo un homenaje muy sentido a su maestro. Fue todo muy japonés, Moshen Mostafavi (decano de Harvard) fue todo Ito-san, Kikutake-san, con reverencias de acá para allá. Estuvo emocionante y divertido. Toyo Ito arrancó mostrando fotos de archivo donde se lo veía muy flaquito de 20 años (parecía de 13) trabajando en la oficina. Después de una demostración del linaje corbuseriano de la tradición moderna japonesa, Ito explicó las diferencias entre Kikutake y Tange. Si Kenzo Tange miró la sofisticación de los palacios imperiales (sofisticación que para Ito termina en el minimalismo contemporáneo de SANAA), Kikutake tomó las referencias de las casas rurales. Buscando lo elemental, Kikutake creaba espacios en torno a columnas gruesas (derivado de templos antiguos) y losas claramente definidas (derivadas de los establos rurales elevados). Ito mostró la influencia de esta idea primordial en su propia arquitectura, usando la Mediateca de Sendai como ejemplo. Está claro que a los Japoneses no los hemos entendido. Los seguimos mirando con nuestros ojos occidentales, pero ellos -incluso los más modernos, nun 111


ca han dejado de mirar a su tradición, sus mitos fundacionales, sus fiestas populares y sus ceremonias religiosas, de las que no tenemos ni idea. Es evidente que el desastre del Sunami ha permitido a los arquitectos japoneses revalorar sus tradiciones. Kengo Kuma está trabajando con artesanos de la zona rural afectada, el otro día nos mostró imágenes de una viejita de 90 años que hace unas cosas increíbles con papel de arroz. Para responder al pedido de un grupo de afectados por el sunami, Ito juntó a un grupo de arquitectos jóvenes, entre ellos Sou Fujimoto y en formato de workshop proyectaron una casa comunitaria. La hicieron con unos troncos altísimos de 16 arboles afectados por las aguas. La casa está clavada ahí arriba, como una casa para chicos, juguetona y alegre, pensando en los gigantes de las procesiones tradicionales de las fiestas de la región. El pabellón de Japón en la bienal de Venecia fue sobre este proyecto. Toyo Ito hizo mucho hincapié en la necesidad de reconectarse con las raíces de las prácticas tradicionales. El más contemporáneo de los contemporáneos, el robot nómade y urbano Toyo Ito está mirando las casas rurales, los troncos de arboles, los gigantes de feria, en busca de lo primitivo y los afectos. Se humanizó y se volvió súper-querible y tierno. Eso sí, habló en Japonés. No le entendimos un carajo.

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Monterrey Files

En el medio de todo, me fui a Monterrey. A Diseño Puntomx. Monterrey está entre la Sierra Madre y el desierto. Me sorprendió al llegar una ciudad de 5 millones de habitantes, extendida en el territorio entre valles, con una infraestructura urbana basada en el automóvil; grandes autopistas (puentes, túneles, cruces) y barrios periféricos sobre las sierras que bordean la ciudad. Con mucho calor la mayor parte del año, la urbanización y la calidad de vida se basa en el aire acondicionado. El Tecnológico se fundó en 1956 en las afueras de la ciudad (hoy completamente rodeada por urbanización), por un grupo de industriales de la región. El primer “campus” de Latinoamérica. Basado en el MIT, empezó muy fuerte en ingeniería y hoy conforma un conjunto educativo con más de 30 campus en todo México (el sistema) que incluye educación secundaria (la prepa). El campus de Monterrey impresiona con un núcleo central donde los edificios se relacionan en base a una serie de jardines con verde, sombra y galerías abiertas, un oasis con venados, patos y pavos reales (aunque con uno de los invitados, el italiano, decíamos que los venados eran un mito urbano, porque no los vimos). Las instalaciones son de una escala impactante, nada que envidiarle a las universidades norteamericanas. La organización del congreso fue impecable, cada invitado tuvo una persona dedicada full-time, no tuve ni que cambiar dinero mexicano. El congreso fue organizado por alumnos de las tres carreras: arquitectura, diseño gráfico y animación; los invitados reflejaron esa variedad y eso fue lo más lindo del congreso; mezclás diseñadores industriales, animadores y arquitectos con un poco de tequila y sale algo divertido. Concepto, logística, marketing, etc., estuvo a cargo de los alumnos. Si bien eran alumnos de varios cursos, la mayoría eran de segundo y tercer año. Apenas llegué, del aeropuerto a una charla sobre construcción sustentable, algo que en realidad no formaba parte del congreso. El arquitecto español Florencio Manteca, de un centro de investigación y del equipo que proyectó el Pabellón del Agua con Patxi Mangado para la expo en Zaragoza. Finalmente entendí como funcionaban térmicamente esas columnas. Cuando se lo escuché contar a Mangado, no entendí. Funcionan como un vasija de cerámica, que mantiene al agua fría por evaporación superficial; aquí se acelera el proceso forzando circulación de aire dentro de las columnas y pulverizando agua adentro. Ya con Diego Rodríguez, nos escapamos por unas cervezas. Gran tradición cervecera en Monterrey. Mi primer día fue intenso. A la mañana, corregir trabajos del taller de Diego Rodríguez. Después de pensar en abandonar el campus por la violencia urbana, finalmente la dirección del Tecnológico ha decidido invertir replanteando la relación con su entorno inmediato. Este es el trabajo que llevan adelante los alumnos, preparando un master plan ambicioso pero factible. Las ideas incluyen la demolición del 75% de un estadio, la demolición total de un edificio de estacionamientos, el soterramiento de 5 cuadras de una avenida principal de la ciudad. A la tarde di mi workshop, tuve alumnos plegando papel y cortando cartón pluma. Ya a la noche, la presentación de los mejores portfolios de las 3 carreras donde los invitados al congreso dimos feedback. Organizado en un bar, los comentarios los hicimos entre copas de vino. Como mis únicos momentos de trabajo tranquilo eran de 7am a 9am, escapé de la trasnoche, pero el resto de los invitados seguía el ritmo fuerte de los mejicanos. Otra de las noches fuimos a cenar a la casa de uno de los alumnos, en un barrio cerrado en un valle al otro lado de la montaña. Yendo parecía Los Ángeles, Mulholland Drive. El neozelandés estaba muy impresionado por los contrastes latinoamericanos, me preguntó “Dónde estamos, en Arabia Saudita?” La casa impresionaba. Mi charla estuvo bien, creo. El tema del congreso era la UNIDAD, elegí mi discurso de trinchera sobre la relación entre arquitectura, paisajismo y urbanismo. Mostré, organizados por escala, los concursos de paisaje, pero elegí terminar con arquitectura, mostrando la Biblioteca del Bicentenario. Las conferencias se hicieron en el Centro Estudiantil, la sala tenía tres pantallas, unos carteles iluminados con LED de colores, me pusieron un micrófono inalámbrico, el atril era como los de la tele, te presentaban, apagaban las luces y ponían música tecno cuando salías al “escenario”, al que tenías que subir dando unos saltitos por los escalones. Muy raro. Los invitados yanquis se prendían al Rock&Roll y subían como rock stars. De las charlas interesantes rescato dos. 1/ Phillippe Rahm (www.philipperahm.com) me sorprendió mucho. Sean Lally (www.weathers.cc) trabaja con ideas similares pero a escalas institucionales, Rahm por el contrario está interesado en las condiciones climáticas interiores que definen el uso de los espacios domésticos. Su pagina web está organizada en tipologías como radiación, convección, evaporación, etc. Una casa que hizo para un escritor en París tiene la bañera flo113


tando en el aire, cerca del cielorraso para aprovechar el calor de ahí arriba; a la bañera tenés que subir con una escalerita marinera. No son renders, un cliente realmente le pagó a Rahm para organizar el corte de la casa en relación a las alturas climáticas interiores. Hace unos años Rahm ganó un parque en Taiwán que es directamente un delirio, controlando los microclimas exteriores usando técnicas artificiales y naturales. Charles Waldheim fue jurado de ese concurso. 2/ Shohei Shigematsu hizo todo lo posible por demostrar su individualidad dentro de la maquinaria OMA, contando la relación de la recesión económica de Japón con su biografía personal. Demostrando que la economía está creciendo en lugares con pocas credenciales democráticas, plantea el dilema del arquitecto: ahí es donde está el trabajo. Con esto, y de la manera cínica a las que nos tiene acostumbrados el star system justificó su interés en trabajar en China, mostrando la CCTV (sede central del aparato de TV y propaganda del partido comunista chino) y la Bolsa de Comercio de Shenzen (la zona de experimentación económica hípercapitalista-estatista del partido comunista chino). Pueden ser increíbles edificios, pero dejan ese gusto raro en la boca. Las cosas más divertidas que mostró no hicieron más que demostrar la superficialidad contemporánea: los show de modas para Prada, la carpa en Cannes para un capricho de Kayne West. Arquitectura para los aparatos de poder central y para el capricho y entretenimiento de los ricos; nada nuevo bajo el sol. Nuevamente con Diego Rodríguez nos escapamos y nos perdimos el cierre de música y proyecciones de Laszlo Bordos, el húngaro que esa mañana, después de los mezcales que se tomó a la noche, me había dicho a las 7:00am en el hotel: “I’m dead”. Menos mas que nos escapamos, finalmente pude ver Monterrey. Fuimos a una verdadera cantina mejicana, ingreso prohibido para mujeres, tacos de cerdo, tomamos cervezas y hablamos de amigos en común. Después de la visita al Parque de la Fundidora (un parque como sólo las grandes ciudades pueden permitirse) paseamos por el centro histórico, golpeado por las violencia, pero con una estructura urbana en algunos momentos intacta. Algunos rincones me recordaban nuestras ciudades del norte; algunas áreas, las plazas de Barcelona del Rabal; todo esto como si la Peatonal Córdoba de Rosario estuviera clavada en el medio del Caballito Porteño. Esa es la impresión que tuve del centro de Monterrey, simpatía y familiaridad surreal. A cenar fuimos al barrio de Diego, cerca de las montañas. En el camino, compré un tequila añejo y un mezcal reposado; ya podía volver a Boston.

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Semana 8

La cosa está áspera en el estudio. Los alumnos tienen que definir y se ponen nerviosos. Mi manera de encarar esto, con los pies sobre la tierra y respondiendo a problemas reales del sitio, resultará en proyectos sin la fantasía a las que acostumbran estos alumnos. Con episodios cuasi-narrativos y ninguna planta, lo que tenés puede quedar muy lindo en los paneles, pero no es un proyecto. El semestre está estructurado en segmentos temáticos de dos semanas. Cada instructor presenta la teoría que enmarca el tema. El jueves pasado tocó mi turno; para el idioma complicado de mi coordinador se trataba de Hidrologic Ecologies, para mi se trataba de Circulación. Me pareció que la charla podía ser una oportunidad para proponer una polémica. Está muy bien pensar en los procesos medioambientales, pero si no proponemos una estructura clara de circulación como momento inaugural de urbanización, difícilmente podamos presentar las estrategias paisajísticas como urbanismo. Se ofendieron. Está muy bien estudiar los procesos ecológicos y los mapas estudiando flujos migratorios de aves, pero con eso no hacemos ciudad. Entiendo perfectamente las quejas de Felipe Correa, director del programa de Urban Design; a estos chicos les hacen creer que son los urbanistas del futuro y no pueden trazar unas calles con sentido ni entender de códigos, parcelamiento, etc. En mi charla, 270 imágenes en 1 hora, busqué ejemplos en la historia que sirvieran a mi argumento, relacionando las escuelas paisajísticas (inglesa, francesa, americana) con sus respectivas disciplinas urbanísticas. De los proyectos contemporáneos presenté los que inauguran la lógica de superposición de sistemas (La Villette/ OMA-Tschumi) y los más recientes que utilizan modificaciones topográficas mínimas para controlar el escurrimiento de agua transformando territorios (Field Operations: Downsview Park y Fresh Kills). Como sub-tema presenté la simplicidad gráfica de estos proyectos para demostrar la necesidad de clarificar la agenda visual de las presentaciones. Ahí se ofendieron más todavía. Es un error común de la gente inteligente creer que lo simple carece de sofisticación. Un error aún mas común es confundir lo complejo con lo meramente complicado. A la simplicidad se llega después de mucho trabajo de síntesis. Estos chicos creen que sus axonometrías explotadas con 15 capas que no se entienden son mejores que las axonometrías de 3 capas de Tschumi y Corner, (punto-línea-plano) que no solo se entienden perfectamente, si no que además ganan concursos e inauguran géneros enteros de práctica. Tres charlas muy lindas esta semana. El Miércoles escuché a Iñaki Abalos. Una charla organizada por los alumnos del programa de energía sustentable, lo que hizo que mostrara su obra reciente con énfasis en la cuestión energética, que es además lo que está enseñando aquí. Su último libro es la recopilación de trabajos de alumnos, Thermodinamics bla-bla-bla. Desde lejos se lo ve lindo al libro. La obra reciente construida de su nuevo estudio recupera la claridad de las primeras obras de Abalos/Herreros, especialmente un centro social en las afueras de Madrid. Hizo mucho hincapié en las soluciones estructurales simples, en la selección de materiales apropiados, en mantener el presupuesto, en las respuestas al clima-orientación; en suma, a nuestras responsabilidades profesionales. Me da la impresión que la crisis en España ha hecho recalcular la dirección. Veo una vuelta a una simplicidad de la arquitectura española de principios de los 90, esa que tanto nos sedujo por sus posibilidades de implementación en Latinoamérica. Volvemos a estar cerca, de alguna manera. El Jueves estuvo Bill Baker, ingeniero de SOM Chicago, responsable del edificio mas alto del mundo: Burj Dubai (un proyecto en el que trabajé cuando estuve en la oficina). Me hizo muy bien escucharlo, me dio pena tener que irme antes sin poder decirle el orgullo que tengo de haber trabajado con él alguna vez. Todo lo contrario al corporacionismo avergonzado del neoyorquino Roger Duffy, Bill Baker dio una charla tierna, con gran simplicidad didáctica para explicar sus innovaciones estructurales, fundamentales para poder pasar por 300 metros al segundo edificio más alto del mundo (830m BURJ vs 500m TAIPEI 101) también calculado por él. Básicamente inventó una nueva especie, una nueva tipología, aprovechando las nuevas tecnologías del hormigón armado, pensando con claridad geométrica y estructural. No es que me importen mucho las súpertorres, lo que me encantó fue la simplicidad para explicar los conceptos, explicando los comportamientos a la gravedad y el viento de sus edificios, a veces con gestos de su cuerpo. Sugiriendo una continuación de la tradición de practicas inclusivas en Chicago, (Adller, socio de Sullivan, era ingeniero), dijo que la mejor estructura para un edificio es su arquitectura. Todo sin arrogancia, con la bonhomía del mid-west americano, su preocupación por resolver problemas y por encontrar la eficacia de la respuesta. Remarcó la influencia de Mies en SOM Chicago: explicó que Myron Goldsmith antes de ser partner en la oficina, fue alumno de Mies, que trabajó con él varios años en su estudio e hizo su tesis en IIT sobre las mejores respuestas estructurales para torres de gran escala. Además recordó que el Hanckok de Bruce Graham/Fazlur Kahn (un tubo estructural 115


reforzado), fue primero una tesis de los dos en IIT. Ayer Bill me hizo acordar las historias que tengo en SOM, cuatro de ellas con él, y me reconcilió con la oficina. (1/ En SOM Chicago había una voz muy dulce, la de la secretaria del ingreso a la oficina, era la voz más escuchada en la oficina: “Bill Baker, phonecall in line number two” era el mensaje más repetido. Cuando finalmente conocí a Bill Baker fue un acontecimiento. 2/ Trabajando en Chem-Sunny, el primer edificio en Pekín de SOM, me tocó pasar por varias fases de proyecto, una de las últimas, la definición de la piel exterior; estábamos en eso, pensando una esquina que dejaba vistas las columnas y generaba terrazas, cuando hicimos algunos cambios. A Bill Baker hasta entonces me lo había cruzado dos o tres veces en el ascensor, nada más. Estoy sentado en la computadora trabajando, me tocan el hombro. Me doy vuelta. Bill Baker, en persona, me dice, recién borraste una columna en el séptimo piso? Si, le digo. Ah, porque yo todavía la tengo, desde el ocho hasta el quince. Me sonríe, se da media vuelta y se va. Al instante devolví la columna a su lugar. 3/ Ya trabajando en Burj Dubai, Bill se acercó a nuestro estudio y frente a una de las tantas maquetas nos dio, a los “nuevos”, una clase maestra de sus lógicas estructurales; no tenía porqué hacerlo y fue tan generoso que hasta el dia de hoy se lo agradezco. 4/ Burj Dubai crecía cada semana. Literalmente. Ya estaba en obra y nosotros en cada entrega de avance a la constructora le agregábamos diez pisos al edificio. Era increíble. El rumor decía que en cada reunión con el Sheik, el Sheik pedía más altura. Adrian Smith, el diseñador, ponía la mano sobre la última maqueta de estudio y levantaba la mano, alejándola de la maqueta, mirando de reojo a Bill Baker. Cuándo Adrian se daba cuenta que Bill ya estaba por desmayarse, le decía al Sheik, la podemos alargar hasta acá.) Ayer dio su chara Nathalie deVries, la dV de MVRdV. Me encantó. Acostumbrado al histrionismo de Winy Maas esperaba otra “estrella” de la arquitectura. Por el contrario, vino una mujer muy tranquila, sin apuro, a contar los proyectos desde el punto de vista de los usuarios: las historias de vida y de uso permitidas por sus proyectos de vivienda, con fotos de los departamentos reales como están apropiados hoy, con citas de entrevistas a sus ocupantes, con historias súper divertidas de los consorcios. Mostrando cómo con los presupuestos acotados de vivienda pública se las arreglaron para darle a los ocupantes espacios mas allá de lo requerido por las agencias públicas. O los intentos de subvertir las ambiciones de maximización de metros cuadrados vendibles de los desarrolladores privados para entregar espacios comunitarios a los habitantes. Incluso mostró proyectos de reformas de oficinas con presupuestos mínimos. Me encantó ver que no sólo aceptan esta clase de trabajos, si no que además se los toman con mucho humor y con la ambición de derrotar al monstruo sin esquivarlo. Entre las tres charlas, un baño de sinceridad refrescante.

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Semana 8 1/2

No se si fue por diseño del coordinador, pero a mí particularmente me tocó una colección de nacionalidades. El Chipriota se alió equivocadamente con la China -que no entiende nada; y tuvo que retroceder y hacer alianza con la Coreana -que aunque no le importe mucho nada, es mejor diseñadora que él. Ya cambiaron cuatro veces de proyecto y espero que esta vez se queden con lo que tienen, lo mejorcito que han propuesto hasta ahora. Los dos Coreanos (chico y chica) del otro grupo se la pasan hablando entre ellos en coreano y la hicieron venir llorando a mi oficina a la Pakistaní, que ya no los aguanta más. Le dije a los coreanos que dejaran de hablar en coreano, que yo sabía Taekwondo, se rieron. Ahora por lo menos tienen una planta que les hace hablar a los tres el idioma gráfico de la arquitectura, que es el esperanto universal de esta escuela. El grupo más difícil es el de la Yanqui, que me tira atrás a la China y a la Española. La China dibuja, la Valenciana piensa y la Yanqui habla. Desgraciadamente es el típico mal alumno que no se da cuenta que es mal alumno. Se pelea conmigo, descree lo que digo. De más está decir lo mal que esto le hace al trabajo. El mejor grupo que tengo es el del Japonés, el Mexicano y la otra Yanqui, del sur. Un lujo este grupo, se puede hablar. De 12 alumnos, cuatro buenos; tres de ellos juntos, lo que me deja un solo buen alumno para el resto de los grupos. Cuesta arriba va la piedra sobre el hombro. (Viernes 2 de Noviembre) Hoy fue uno de esos días en el GSD. Open House: los programas (los distintos masters de la escuela, arquitectura, paisajismo, diseño urbano, planeamiento, teoría y doctorado) reciben a los aspirantes. Después de una bienvenida de Moshen Mostafavi, los programas se muestran a través del trabajo de sus alumnos. 2 por cada programa, 10 presentaciones. Ejemplo, los del master en design sciences: uno tecnológico con ladrillos cerámicos paramétricos (todos con una ligera deformación distinta) cortados por robot; el otro, un proyecto de reconstrucción urbana postterremoto en Haití, presentado a Bill Clinton. Aprendí bastante. Una tesis doctoral trabajó sobre el relleno sanitario más grande del imperio romano, donde se tiraban las vasijas que transportaban aceite de oliva desde Iberia, tantas que crearon una montaña en Roma. Queda claro que acá podes concentrarte en cualquier cosa que te interese. Después, cada programa separa a los interesados directos. Para Paisajismo, Charles Waldheim, explicó la posición del programa en relación a las consideraciones ambientales en los procesos de urbanización y explicó la organización secuencial del programa a través de los Core Studios. Arrancando con un proyecto de escala arquitectónica -una plaza urbana en el Campus de Harvard, el segundo semestre encara la reforma de una plaza central en Boston y de un parque metropolitano de Olmsted, el tercer semestre (donde estoy yo) utiliza un programa regional y finalmente el cuarto semestre incorpora nociones de diseño urbano. Me queda en claro que el programa debería llamarse Landscape Urbanism, o sin más, directamente Urbanism. Se ahorrarían muchas confusiones respecto a lo que esperan encontrar los alumnos que vienen buscando una escuela de paisajismo, o de Landscape Architecture. Waldheim llegó incluso a decir: no se preocupen, también van a tener todos los vegetales que necesitamos enseñarles para que acrediten el programa. Entiendo y comparto la ambición intelectual del posicionamiento y su intento de recuperar el compromiso con lo urbano y con el diseño, dos áreas perdidas para el paisajismo de este país en los últimos 50 años, pero me preocupa la velocidad del volantazo y las resistencias que pueda generar, especialmente cuando los alumnos que egresen del programa encuentren un mercado inexistente para estos nuevos genios ecológico-territoriales. Quién los contratará? Que proyectos harán? Lo bueno del día fue que cuando Charles explicó los Option Studios mostró un proyecto de mi estudio de Rosario del año pasado, una imágenes muy lindas de Amy Whitesides, con sus vacas fantasmales en su propuesta de la reserva ecológica del Ludueña con borde infraestructural en trinchera ha-ha para la producción tambera y con la ruta 33 elevada. Después de esto, los aspirantes recorren la escuela y charlan con alumnos. Yo tuve que recibir a algunos en mi oficina. A la noche la conferencia de Natalie deVries y para cerrar, Beers and Dogs, la fiesta que organizan todos los viernes los alumnos en el bar de la escuela. Para este día con invitados, un grupo de alumnos coreanos organizó una coreografía pop que nos hizo cagar de risa a todos. Un día largo. (Miércoles 31 de Octubre) fui jurado en la review del segundo ejercicio del core studio del master de arquitectura, que coordina Scott Cohen. “Perimeter Plan”, juego de palabras entre Planta Perimetral y Proyecto Perimetral. Está muy bien el ejercicio, conceptual y arquitectónico como el primero, “The Hidden Room”. En este caso se ejercita la relación entre planta, envolvente y circulación interior. Todos los alumnos empiezan con la misma información: metros cuadrados, fachada de longitud fija que debe ser plegada o curvada para producir una figura cerrada en planta 117


y unas escaleras a elegir, de una serie limitada de opciones. El perímetro es demasiado largo en relación a los metros cuadrados, cerrar simplemente (en cuadrado o en círculo) produciría una planta demasiado profunda, sin iluminación ni ventilación, lo que obliga a los alumnos a atenuar la planta o introducir agujeros interiores (cuando estos agujeros interiores se producen con el mismo perímetro exterior es donde aparecen los mejores proyectos, a veces los alumnos son más inteligentes que sus profesores, Scott decía: no me imaginaba que con estas instrucciones se podían producir estos resultados). Las escaleras establecen puntos de presión desde el interior. Durante el desarrollo del ejercicio, la forma de la planta, sus elementos interiores y el largo total de la fachada se ponen en tensión unos a otros. El programa es un dormitorio estudiantil de 270 camas, habitaciones simples y dobles –todas con requerimientos de luz natural, más tres áreas comunes y baños. El largo, altura y proporción de la fachada se tienen que mantener. Las fachadas tienen que ser a plomo. Las ventanas se pueden mover para arriba o para bajo, pero no para los costados. Los alumnos pueden hacer cortes horizontales, pero nunca cortando una ventana. Las superficies arriba o abajo del corte se pueden desplazar hacia atrás o hacia adelante, pero cómo la fachada tiene que ser a plomo, los ejes de los pliegues donde arrancan estos cortes tienen que ser verticales. Lo más divertido de todo es que las ventanitas de la fachada son de lo peor! Aldo Rossi revisited. En la review vi un montón de edificios excelentes. Todos distintos.

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Semana 9 y 10

Algunos encontronazos en el estudio me hicieron pensar sobre diferencias disciplinares entre paisajismo y arquitectura. La predisposición del proyecto de paisaje a su implementación a largo plazo, su insistencia en los regímenes de mantenimiento lo diferencian del proyecto de arquitectura, que se piensa implementado una única vez en su totalidad (construcción). Por otro lado, el arquitecto controla el todo, un edificio de alguna manera requiere una intervención unitaria. El paisajista, por otro lado es más episódico, tal vez una derivación de la tradición pintoresquista. Esto se traslada a una interpretación de las escalas mucho más dispersa. Para el arquitecto, las escalas representan aproximaciones al mismo objeto desde miradas cada vez más precisas, las escalas están imbricadas unas en otras como capas de una cebolla. Para el paisajista esto no es así, cada escala puede contar una historia distinta. La intensidad de lo proyectado es distinta también. En arquitectura no tenemos ningún problema con lo artificial, es más, celebramos la construcción de lo abstracto, el artefacto. El paisajista sostiene un mito romántico de acercamiento a lo natural, mientras menos se formalice, mejor. Lo que se entiende por proyecto también es distinto, el paisajista planta un par de arboles y se queda tranquilo. O una plantación entera, si cambia de escala, eso está mas cerca de la forestación que de un proyecto, a mi entender. En el momento contemporáneo, esta insistencia en el proceso (ecológico o técnico) tiende a la eliminación de la figura en los proyectos, en pos de una representación de la implementación o de la entropía misma. Esta demora en determinar la figura es un malentendido que imposibilita la organización formal. No hay proyecto sin organización formal. Por otro lado, este desentendimiento de la designación formal permite un escape narrativo: como no hay plantas, la gráfica es episódica y desconectada entre escalas, sin continuidad de sitio o tiempo, se usa para sostener un argumento más literario que proyectual. La gráfica impresiona, es verdad, pero cuando uno mira en profundidad, no hay nada. En relación al ejercicio que estamos haciendo en el estudio, creo que la insistencia en la manipulación topográfica como fundamento del proyecto no le hace nada bien al argumento del paisajismo como práctica urbana. Por otro lado, la insistencia en el manejo de los flujos hidrológicos en un área que es prácticamente un colador –una duna, suelo arenoso, gota que toca el suelo se va derecho para abajo- le da poco margen de maniobra al alumno que quiere proponer una solución sensible al sitio. Si se suman estas dos presiones a una instrumentación pedagógica que reinventa el proyecto cada dos semanas, el escape a la fantasía está a la vuelta de la esquina. La organización de la pedagogía en segmentos temáticos de dos semanas hace que el alumno arranque de cero cada vez, lo que deriva en dos opciones. En el mejor escenario, el proyecto acumula una serie de episodios desconectados que sólo en base a una reinterpretación retroactiva llegan a tener coherencia. En el peor de los casos, elementos que costaron mucho conseguir son tirados por la borda sin más. Es difícil enseñar y sostener un proyecto así. Por otro lado, la insistencia en la presentación del proyecto en forma pública y constante coloca los esfuerzos del alumno en la retórica y no en el proceso de diseño, el proyecto se convierte en una actividad teatral. Siendo brutal en el diagnóstico, el Paisajismo atrasa 20 años. No tiene teoría propia y deriva su discurso de los restos del discurso de la arquitectura. Toda esta fascinación con el proceso, que algunos creen arrancó con James Corner, lo inventó Peter Eisenman hace 40 años. Además, hace poco descubrieron que Rhino es bueno para topografías (porque en realidad es bueno para modelar olas y corrientes) y descubrieron las fresadoras digitales: le estamos haciendo hacer a los alumnos maquetas que se hacían en Columbia en la época de Bernard Tschumi, a mediados de los noventa. Maquetas que en realidad no tienen nada que ver con los proyectos. Es un formalismo reprimido, que necesita de razones ecológicas para sostener su fascinación por las geometrías permitidas por lo digital. La sublimación de lo formal en un fetichismo del proceso ecológico. Cambio de tema. Un lindo momento ayer, Martes 13 de Noviembre. Una conversación entre Joan Ockman y Michael Hays. El motivo: el libro sobre los 300 años de enseñanza de arquitectura en Norteamérica. Editado por Ockman, el libro primero relata en forma cronológica y luego temática, el desarrollo de las instituciones de enseñanza. Empezando por la relación discípulo/maestro de la tradición medieval inglesa, una tradición itinerante de la que derivan las escuelas informales basadas en el culto al maestro, como la de Richard Neutra en Los Ángeles y los Taliesins de Wright. Las primeras escuelas propiamente dichas en Estados Unidos (University of Illinois en Urbana/Champaign, la primera en 1867) siguieron la tradición del Politécnico Alemán, que establece a la arquitectura claramente dentro de las ciencias, con énfasis en matemáticas y física. Este modelo fue reemplazado paulatinamente por la École de Beaux Arts, que trae el 119


atelier, los concursos, los jurados, el artista individual y por supuesto, las formas clásicas de composición. Los primeros estudiantes fueron a París y a su vuelta ahí armaron las escuelas y los programas aquí; Louis Kahn fue educado académicamente en UPenn. Esta historia sigue con la influencia de la Bauhaus en los Estados Unidos. En realidad, de las muchas Bauhaus: la de Albers en la Black Mountain College (1933), la de Gropuis en Harvard (1937) y la de la de Mies en el IIT (1938) con la imposibilidad de mantener el modelo pedagógico politizado europeo en la realidad pragmática americana. Se habló menos de las escuelas con relación directa con la construcción. La conversación anduvo por estas tres tradiciones, Politécnico, Ecóle y Construcción y sus derivaciones contemporáneas: Politécnico en los research studios y digital fabrication labs, la École en la tradición del estudio-taller y la geometría digital, y la Construcción en escuelas como el Rural Studio o en la primer SCIArch. Como muchos de los presentes (Hays, Scott Cohen, Mostafavi, Kwinter) están imbricados en la historia reciente, la reseña se mantuvo diplomática y llegó sólo hasta los años 40. No hubo mención de los Texas Rangers (Rowe-Hejduk) y sus derivaciones posteriores en la Cooper Union o Columbia, hasta los Paper-Less Studios de los 90. Alguien de la audiencia osó nombrar a Peter Eisenman y su Instituto de Estudios Urbanos y casi derrapa la conversación. Alguien más se atrevió a plantear el exceso de teoría en las escuelas americanas, lo que dio pie a Joan Ockman a explicar la tradición crítica en el discurso arquitectónico como algo bastante reciente, gracioso teniéndolo al lado a Michael Hays, uno de sus inventores. Hays defendió la posición de la teoría en la enseñanza de la arquitectura y su influencia en la pedagogía con su precisión habitual. Fue el que mejor estuvo, guiando la discusión desde lo que presentó como la ansiedad que detecta en la pedagogía contemporánea, con las herramientas digitales poniendo en tela de juicio la tradición perspectívica, que inventó y sostuvo la disciplina arquitectónica todo este tiempo. Los momentos de crisis de la arquitectura son los que ponen en tela de juicio el aparato perspectívico, dijo, y estamos en uno de esos momentos. Entre otras cosas, defendió la “fuzziness” (lo borroso, lo impreciso) de lo analógico en contra del exceso de determinación de lo digital. Lo borroso deja más lugar a la imaginación. Este animo revisionista , casi nostálgico, se explica porque la escuela cumplió 75 años el año pasado. Además, el decano, Moshen Mostafavi está por presentar su último libro “Instigations”, que es una historia de esos 75 años del GSD. La gente acá tiene muy presente la historia de la institución y entiende su influencia desde un punto de vista casi narcisista y arrogante. No tienen problema en llamarse en público la mejor escuela del mundo y se ven como la continuación de una tradición. Acá no hay fantasmas, en Arquitectura Gropuis y Sert siguen vivos por los pasillos; en Paisajismo, Olmsted todavía le susurra a Waldheim al oído.

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Semana 12

Al final, este es un semestre normal. Tengo un proyecto excelente, uno bastante bueno, uno malo y otro bastante malo. 25% de cada uno, una curva plana. De menos a más: El más flojo, “Perímetros Permeables”, propone una alternativa a la desafectación total para bases militares programada por el Departamento de Defensa prefiriendo la reconfiguración de sus bordes con programas productivos y ecológicos como alternativa flexible y sustentable. Un poco más interesante es “Campos de Prueba de Energía”, que re-utiliza la infraestructura existente en la base de tratamiento de aguas contaminadas subterráneas -un sistema de bombeo y filtrado que ha costado 1 billón de dólares hasta el momento- como parte de un sistema de producción de bio-combustible basado en algas, (Ya hay F-16s que vuelan usando este tipo de combustible) todo esto aprovechando el plan del Army Corp of Engineers para tener al 25% del ejercito americano andando con energía renovable en 2025, un plan de trabajo de 7 billones de dólares. El proyecto más cercano al paisajismo puro y duro “Moviendo los Límites” implementa un sistema lineal de producción de bio-masa (pastos y árboles) para generar la energía eléctrica necesaria para desconectar la base militar de la red. El corredor limpia el agua y suelo contaminado y, junto a una nueva ruta, reconfigura el borde de la base y protege un corredor ecológico importante en Cape Cod. Todo este nuevo sistema va a ser implementado por el Army Forestry, los que se encargan del trillón y medio de acres en todo Estados Unidos que usan las tropas para entrenarse en bosques. El mejor proyecto es “Morfologías Metabólicas” que expande el programa de remediación existente y extiende la misión de la base militar a la protección del acceso al agua fresca en la región. El proyecto propone una serie de sistemas ecológicos para asegurar agua potable, proteger los ecosistemas costeros y proveer hábitat para especies en peligro, al tiempo que propone un sistema infraestructural de conexión metropolitana y provee de áreas de recreación naturales contiguas a las zonas de entrenamiento militar. Básicamente, plantas potabilizadoras y de tratamiento de agua séptica lineales y descentralizadas basadas en bañados a cielo abierto (una “súper-zanja regional”). Esta semana es la última, estamos en “Fashion Emergency” (reality show donde un especialista visita a alguien con falta de criterio estético y le cambia el guardarropa para hacerlo más elegante) con los paneles de los alumnos. Les cuesta mucho organizar la información, no saben como mostrar sus proyectos. Lanzan dibujos sin relación narrativa entre si. Les cuesta mucho también hablar. Ya voy por el segundo ensayo de paneles y presentación. Estos son proyectos complejos, es necesario tener un guión claro sobre qué decir en la presentación final. No se puede improvisar. En la presentación final, tanto narrativa gráfica como verbal tienen que trabajar al unísono. Solo así puede uno controlar la conversación. Le digo a los alumnos, corré esto para acá, agrandá esto, bajá aquello otro. Ese es mi trabajo. El resto de la clase, los otros estudios, han producido una trasformación radical de los proyectos. Después de haberles casi prohibido la producción de imágenes durante todo el semestre para concentrarlos en axonometrías, diagramas, cortes, plantas, el último segmento de 2 semanas fue sobre ocupación y se basó en la producción de imágenes. Ahora no hay proyecto que no sufra de sobreabundancia de atmosferas etéreas y romanticismo gráfico. Los dibujos, han sido reducidos a anotaciones a los márgenes de la sobreproducción de Photoshop. Esto fue Pimp My Board. Cada vez más difícil entender de que tratan los proyectos, y si los hay debajo de tanto maquillaje. El miércoles pasado, el auditorio se llenó por última vez para la última actividad pública del semestre. La inauguración de la muestra “Terrenos Cartográficos: Proyectando el imaginario del Paisaje”. Una muestra bastante importante de mapas de todo tipo, con cortes a través del tiempo, técnicas, escalas y regiones. Una muestra con la ambición de reconciliar la precisión e instrumentalidad del plano con las implicancias geográficas y territoriales del mapa y reposicionar al dibujo y la línea como herramientas de gran poder y flexibilidad para representar territorios sobre papel. Dirigida por Charles Waldheim, la muestra tiene en realidad un carácter polémico hacia la escuela y las disciplinas que la componen. En la introducción, Mostafavi propuso recuperar para los dibujos proyectivos de nuestras disciplinas de diseño las técnicas de representación de la cartografía, en su capacidad analítica de sintetizar y representar la complejidad, tanto arquitectónica como urbana, paisajística o territorial. Revalorizó la operación abstracta de la representación por sobre el naturalismo al que nos llevan las capacidades de simulación de lo digital. Hay algo de pensamiento e imaginación que hemos dejado escapar. Waldheim fue mucho más explicito; habló de la compulsión por visualizar información que, tanto en arquitectura como en paisajismo, nos obsesiona con “mapear” denotando gráficamente cualquier flujo y fuerza abstracta. Esta pulsión paradójicamente nos hace estar cada vez más lejos del territorio, imposibilitándonos actuar en su trasformación real. Elogió la precisión de la representación cartográfica como herramienta de acción proyectiva, contraponiéndola a la falta de compromiso material que inunda ciertas posturas fundamentalistas del proceso ecológico, que sólo llevan a una indefinición paralizante. Voy a extrañar este lugar. 121



Teoría


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Que cada cuál juegue su propio Fútbol (1997) En: Juan Manuel Rois (ed.), 2018. Cátedra Rois TEXTOS [en línea]. pp. 132-135 Disponible en: https://issuu.com/juanmanuelrois/docs/c_tedra_textos Seminario “Lógicas Proyectuales. Relaciones entre pensamiento contemporáneo y procedimientos Proyectuales” Universidad Nacional de Rosario. Dictado por Dr. Arq. Roberto Fernández, 1997

Que cada cuál juegue su propio Fútbol

Este escrito se estructura a partir de una colección de citas. La técnica del collage fue usada para apropiar pensamientos ajenos. Toda lectura es en realidad una traducción, es por esto que estas citas se leen desde la arquitectura. La intención es situar al arquitecto como productor cultural y al proyecto de arquitectura como un proceso de diseño en el que confluyen múltiples influencias, de las cuales solo algunas pertenecen al campo disciplinar. Es una visión limitada la que intenta pensar arquitectura solo desde la arquitectura. “Ha llegado el tiempo de admitir que en este momento histórico los acercamientos tipológicos o morfológicos no pueden constituir ya una base conceptual seria. El arquitecto debe aprender a usar las herramientas indispensables de su profesión, debe comprender y dirigir. Debe convertirse en una persona con responsabilidad social. La adquisición de conocimiento general, información permanente y actualizada son las condiciones necesarias para un actor social. El arquitecto no puede economizar en su visión del mundo. Debe penetrar en el dominio del conocimiento, aún en aquel del conocimiento del conocimiento; debe ingresar en el mundo de las ideas.” (1) Los proyectos de arquitectura forman parte de una trama de influencias. El concepto de rizoma propuesto por Deleuze y Guattari ayuda a entender el lugar que ocupan los proyectos de arquitectura dentro de la trama de productos culturales. El principio rizomático de conexión concibe que cualquier punto del rizoma puede y debe ser conectado con cualquier otro. “Multiplicidad: en un rizoma no hay puntos o posiciones como en un árbol, sino únicamente líneas. Cartografía: un rizoma no es asimilable a ningún modelo estructural o generativo, a cualquier idea de línea genética o estructura profunda. No sigue la lógica arborescente, orientada a la reproducción y al establecimiento de competencias, sino la lógica rizomática, dirigida a la experimentación y a la acción. Posee múltiples entradas en lugar de un único punto de vista.” (2) El método de acción propuesto es el de desmantelar las articulaciones entre las diferentes parcelas de la realidad material (categorizaciones abstractas impuestas sobre una realidad única, fluida y cambiante), para lograr recombinaciones o densificaciones. La ‘desterritorialización’ como línea de fuga y la ‘reterritorialización’ para retornar a la disciplina, trabajando el proyecto desde fuera y desde dentro de la arquitectura. El arquitecto está siempre ávido de material; en su búsqueda se sumerge por mundos inesperados. Nuestra condición contemporánea se define por la “incredulidad con respecto a los metarrelatos. La función narrativa ha perdido al gran héroe. Los grandes peligros y el gran propósito se dispersan en nubes narrativas. Cada uno de nosotros vive en una encrucijada de muchas de ellas.” (3) “Estamos al final de la época de las ciencias que comenzó con Galileo y Copérnico. Época gloriosa, pero que nos conducía a una visión simplista del mundo. La ciencia clásica insistía sobre el equilibrio, el orden, la estabilidad. Hoy vemos en todas partes fluctuaciones, inestabilidad. Nos hemos vuelto conscientes de la complejidad. Para los padres fundadores de la ciencia occidental, se trataba de alcanzar la certeza a través de una teoría unificada, de la descripción geométrica del universo. Mientras más exploramos el universo, más consternados quedamos por el elemento narrativo que encontramos en todos sus niveles. Vemos la emergencia de novedades, de lo inesperado. La visión clásica asociaba ciencia y certeza; la gloria de la razón humana parecía estar ligada con la certeza. Por el contrario, la idea de certeza conduce a contradicciones, a un cisma irreconciliable en nuestra visión del mundo. Karl Popper consideraba el determinismo como algo que conduce a las dificultades mas serias, en contra del reconocimiento de la libertad del hombre, de su creatividad y su sentido de la responsabilidad.” (4) “Desde la física del no-equilibrio y la teoría del caos, la experimentación con sistemas no-lineales o desarrollos determinados por una multiplicidad de procesos interrelacionados, el conocimiento científico contemporáneo se ha convertido en un instrumento de producción de indeterminación mas que de certidumbre. La integración del transcurso del tiempo en las ciencias duras implica entender a la realidad como un proceso en curso, regido por leyes complejas repletas de interacciones, bloqueos, influencias, azar. Nuestra comprensión de estos fenómenos está siempre determinada por nuestro lugar y nuestro momento de observación. El estudio de creación de forma (morfogénesis) en el mundo biológico desarrollado por René Thom se aproxima a la forma en su estado fluido, mas que en su estado eterno o ideal. La forma como configuración temporalmente estable dentro de un proceso entrópico, mas que como inmanente o sólido ideal. La realidad como un compuesto inestable de flujos, mas que un conjunto de objetos.” (5) 1. Jean Nouvel, ‘Sobre el proyecto’, Rev. Domus n. 742, p.17 2. Gilles Deleuze y Félix Guatari, ‘Rizoma. Introducción’, Ed. Coyoacán, México, p.12 3. Jean-François Lyotard, ‘La condición postmoderna’, Ed. Teorema, p.10 4. Ilya Prigogine, ‘Un universo inventivo y creador’, World Media/Universo 5. Alejandro Zaera Polo, ‘Notas para un relevamiento topográfico’, Rev. El Croquis n. xx, p.49

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La precisión se define casi como utopía. “Cualquier óptico le diría que la división claro-oscuro no es distinta más que en circunstancias excepcionales y con precisión cuando no hay atmósfera, cuando no hay fluidos turbulentos. En la luna reina lo claro y la negrura es absoluta. Porque? Por ausencia de refracción, por ausencia total de bifurcación. En la atmósfera, nunca homogénea, nunca isótropa, los medios locales están distribuidos de forma múltiple, de suerte que los rayos buscan fortuna por el mundo. Se quiebran por doquier y ejecutan un recorrido caprichoso. Contornean los obstáculos y producen un claro-oscuro, un confuso-difuso. La luz se difunde. Si el ver es un modelo del saber, el conocimiento es, casi siempre, difuso. En absoluto oscuro ni confuso, sino multiplicado por franjas y difracciones.” (6) Como operar en esta realidad? “Por supuesto que toda clasificación está abocada a la ruina, pero una de las formas de producir conocimiento es precisamente la posibilidad de nombrar los fenómenos. Una cartografía no es sino un instrumento de polémica, siempre un panorama personal, nunca una descripción de una verdad absoluta. Y en este sentido, hacer mapas es la única manera de llegar a operar sobre un territorio.” (7) Ahora bien, los mapas no hablan siempre de lo mismo. “Lo que define al pensamiento, las tres grandes formas del pensamiento, el arte, la ciencia y la filosofía es afrontar siempre el caos. La filosofía pretende salvar lo infinito dándole consistencia: traza un plano de inmanencia. La ciencia, por el contrario, renuncia a lo infinito para conquistar la referencia. El arte se propone crear un finito que devuelva lo infinito. No hay que pensar sin embargo que el arte es una síntesis de la ciencia y la filosofía, de la vía finita y la infinita. Las tres son vías específicas, tan directas unas como otras, y se diferencian por la naturaleza de lo que se ocupan. Pensar es pensar mediante conceptos, mediante funciones o bien mediante sensaciones y uno de estos pensamientos no es mejor que otros. Los tres pensamientos se cruzan, se entrelazan, sin síntesis ni identificación. La filosofía hace surgir acontecimientos con sus conceptos, el arte erige monumentos con sus sensaciones, la ciencia construye estados de cosas con sus funciones. Una tupida red de correspondencias puede establecerse entre los planos. Cada elemento creado en un plano exige otros elementos heterogéneos, que están por crearse en los otros planos: el pensamiento como heterogénesis.” (8) Volvamos al proyecto de arquitectura, conscientes de los riegos que encierran los intentos clasificatorios. Cuando por preocupaciones pedagógicas se posiciona al proyecto de arquitectura dentro de un esquema prefijado, el proyecto se nos escapa. Al dar una interpretación dejamos fuera otras. “No existen los conceptos simples. Todo concepto tiene componentes indefinidos, es una multiplicidad. Cada concepto es una historia. Todo concepto debe ser considerado como el punto de coincidencia y condensación de sus propios componentes.” (9) “El hecho que lo que decimos y pensamos tenga muy poco de verdad en términos absolutos, no quiere decir que no podamos hablar ni pensar. Irónicamente, la mayoría de las cosas que nos tomamos en serio en esta vida serían indecibles si fuésemos absurdamente estrictos, porque nunca pueden afirmarse o negarse del todo. Esto tiene tres consecuencias tan interesantes como bellas: nuestra apreciación de la realidad es esencialmente dialéctica, metafísica y mística. La esencia de la existencia es estética, ética y política, y por lo tanto, artística. El artista poetiza con los objetos y con el paisaje del que estos forman parte, dejándose llevar por su intuición y por el proceso de formalización de las imágenes y la materia, a partir de una inquietud inicial no necesariamente muy articulada. No se trata de un conjunto de acciones reflejo, pero puede decirse que el artista piensa con los ojos, con las manos, con el cuerpo. A partir de ahí hay desengaños y encuentros felices o casualidades gloriosas. La creación es un proceso en curso que se autoalimenta y si es genuina, es habitualmente inexpresable; podemos hablar sobre ella, pero difícilmente captaremos su esencia lingüísticamente. La obra artística puede apreciarse y no comprenderse, y si se llega a comprender, difícilmente pueda expresarse. Intuición, reflexión y configuración forman un todo entremezclado de imposible dislocación.” (10) Kant ubica al hecho estético como un hecho individual, para el cual ningún concepto es adecuado. Solo se puede sentir. El hecho estético induce mucho pensamiento, pero ninguno definitivo. La síntesis solo puede ser expresada desde un único punto de vista: el ‘yo creo’. “El ‘yo creo’ significa que todas las ideas que llegan desde el pensa-miento deben expresarse desde el único punto de vista desde el que el paisaje puede apreciarse: el ‘yo”. Cuando la pregunta deja de ser individual pasamos de lo ético a lo político, se nos presenta el problema del nosotros; aparece un propósito, una aspiración colectiva. Esto establece necesidades, obligaciones, leyes. Aparece una presencia trascendental que Kant denomina ‘respeto’. “Esta presencia se da negativamente en forma de coerción, trae consigo el sufrimiento en cuanto que no tiene consideración alguna 6. Michel Serres, ‘El paso del noroeste’, Ed. Debate, p.48 7. Alejandro Zaera Polo, ‘Un mundo lleno de agujeros’, Rev. El Croquis, n. Xx, p.308 8. 9. Gilles Deleuze y Félix Guatari, ‘Qué es la filosofía?’, Ed. Anagrama, p.199, p.201 10. Gloria Moure, ‘Jannis Koenellis: La configuración como resistencia”, Museo Nacional Reina Sofía

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por el amor a uno mismo, la amabilidad hacia el yo, la autosatisfacción o la arrogancia. La universalidad que requiere el gusto puro no se puede ganar por medio de un concepto que se ocupe de los contenidos del juicio del gusto. Debería buscarse solo en forma de una exigencia.” (11) En este punto, la deriva nos lleva a la posibilidad de una construcción colectiva. La posibilidad de la unificación, aunque sea transitoria, del juicio estético a partir de construcciones conceptuales y técnicas institucionalizadas. “La ideología ha constituido la forma de legitimación y validación de la acción dentro de los procesos productivos, constituyendo una especie de cemento social capaz de dotar a los procesos de producción y reproducción social de una serie de normas y valores. Es bastante cuestionable que el sistema productivo post-capitalista precise de consenso ideológico para ser capaz de reproducirse. La apertura del diafragma ideológico permite la exposición a toda una serie de fenómenos contemporáneos que solo pueden ser afrontados desde una posición exterior a las ideologías tradicionales. Dicha aproximación implica la renuncia a la coherencia lingüística.” (12) La mirada debería concentrarse en los proyectos, sin juzgarlos en referencia a modelos formales o tipológicos. El proyecto de arquitectura debe ser leído en su propuesta material y espacial, en exactitud y adecuación. La referencia crítica al proyecto debe crear nuevos mapas, nuevos proyectos, en vez de clasificar lo ya conocido. “El arte contemporáneo requiere un número infinito de comentarios, cada uno de los cuales debe recibirse como una obra en sí misma, es decir ha de sentirse y ser objeto de comentario. La red formada por todas estas frases, para las que no existe ningún código común, se vuelve frágil en proporción a su complejidad en aumento.” (13) “El mapa se opone al calco porque está dirigido hacia una experimentación derivada de la realidad. El mapa es abierto, conectable en todas sus dimensiones, desmontable, reversible, susceptible de recibir constantes modificaciones. Un mapa tiene entradas múltiples. Un mapa es cuestión de ejecución, mientras que el calco remite siempre a una presunta competencia. El calco traduce el mapa en imagen, transforma el rizoma en raíces; organiza, estabiliza, neutraliza multiplicidades, según ejes de significancias y de subjetivación, que son sus propios ejes. El calco estructura el rizoma, y sólo se reproduce a sí mismo cuando cree reproducir otra cosa. Por esto es tan nocivo, inyecta redundancias y las propaga. Lo que el calco reproduce del mapa o el rizoma son solamente los atolladeros, los bloqueos, los puntos de estructuración. El árbol o la raíz inspiran una triste imagen del pensamiento que no cesa de imitar lo múltiple a partir de una unidad superior. Sistemas jerárquicos que comprenden centros de significación y subjetivación, autómatas centrales como memorias organizadas. Admitir la primacía de las estructuras jerárquicas implica privilegiar las estructuras arborescentes. En un sistema jerárquico, un individuo solo admite a un vecino activo: su superior. Los canales de transmisión están pre-establecidos: preexisten al individuo que se integra en ellos en un lugar preciso.” (14) Como organizar una pedagogía que permita al alumno construir su propia manera de hacer a través de la experimentación proyectual? Como proteger el momento de proposición? “Hoy día, la innovación sobreviene en todas partes. Lo nuevo es cuantioso y la transformación espacial tiene varias dimensiones. Lo que se congela, se repite y se bloquea es la historia, las instituciones, sociales, políticas o culturales y su dinámica reproductiva; enormes fuerzas de inercia frente a la profusión ardiente de innovaciones paradigmáticas y contra ellas. Condicionados y condicionantes girando parcialmente en un lugar dado, como en círculo, la repetición automática y angustiada regresa a la producción, la frena y la hace trabajar para la institución. Su juego es acabar por tener razón y vencer. Las políticas, en particular las de la ciencia, viven en parásito sobre la novedad, la recuperan para la repetición.” (15) Busquemos una pedagogía que se acerque al proyecto de arquitectura para defender su frágil construcción. Acerquémonos al proyecto para comprenderlo, no para clasificarlo. “El punto de ataque del análisis no está constituido por unas ‘instituciones’, ni tampoco por unas ‘teorías’ o una ‘ideología’, sino por unas prácticas. La hipótesis es que los tipos de práctica no son solamente dirigidos por la institución, prescritos por la ideología o guiados por las circunstancias, sino que hasta cierto punto poseen su regularidad propia, su lógica, su estrategia, su evidencia, su razón. Las prácticas son el lugar de encadenamiento de lo que se dice y lo que se hace, de las reglas que se imponen y de las razones que se dan, de los proyectos y las evidencias. La estrategia consiste en reencontrar las conexiones, los encuentros, los apoyos, los bloqueos, los juegos de fuerza, que en un momento dado han formado lo que luego va a funcionar como evidencia.” (16) 11. Jean-François Lyotard, ‘Peregrinaciones’, Ed. Teorema, p.53 12. John B. Thompson, ‘Estudios sobre teoría de la ideología’ 13. Jean-François Lyotard, ‘La condición postmoderna’, Ed. Teorema, p.13 14. Gilles Deleuze y Félix Guatari, ‘Rizoma. Introducción’, Ed. Coyoacán, México, p.22 15. 17. Michel Serres, ‘Estima’ en ‘Políticas de la filosofía’, Fondo de Cultura Económica, p.123 16. Michel Foucault, ‘El discurso del poder’, Folios Ediciones, p.218

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Acercarnos al proyecto de arquitectura en marcha, paralelo a su proceso de formalización. “Para mostrar que se puede salir fácilmente del sistema de lenguas, basta levantarse, caminar, sentir, tener hambre, simplemente ser en el espacio, ser espacio. Lo intuitivo bordea lo discursivo, el recorrido produce el discurso y las formalidades; por lo general son lugares singulares, excepcionales, sobre la variedad. El discurso conecta lo ya desgarrado o desgarra lo ya conectado. Las cosas están en un espacio y se transforman unas a otras aún cuando no estuviéramos allí para escribir o hablar de ello. Si no hubiera en todo y por todo más que palabras, discursos, signos, escritos, ningún trabajo tendría lugar nunca. El idealismo troca: cambia cosas por palabras y cree que así cambia a éstas en aquellas. La lengua es un robo. Un intercambio leonino. Parasita las cosas, sobrevive por desvío parasitario.“ (17) Josep Quetglas fue más específico: “Escribo en contra de la critica y de los críticos de arquitectura. Para promover la deseable desaparición de ese género literario y de esa ocupación. Todo crítico de arquitectura es, estrictamente, independientemente de su simpatía, calidad o conocimientos, un impostor que nos da gato por liebre, que se da a sí mismo a cambio del otro, que suplanta al auténtico objeto de nuestro interés. Cualquier juicio es siempre un acto injusto. Dar un juicio es acentuar desde fuera unos aspectos de la obra, apartar otros. No hay un juicio que no manipule la obra juzgada, que no la presente alterada. Contra la injusticia del juicio, no está la renuncia juzgar, sino la renuncia de llegar a veredicto. Hay que saber preferir un juzgar interminable, que nuca acabe de ir considerando aspectos de la obra, de ir añadiendo referencias. Un juicio es un análisis, donde el objeto analizado queda considerado desde los valores e intenciones propios del analista. El analista hace ver que tiene determinado cuerpo, opinión, criterio. El resultado del juicio es mas poner en relieve el cuerpo, opinión y criterio del juez que identificar lo juzgado.” (18) Darle protagonismo al proyecto. “Si no hay obra de arte moderna que no incorpore entre sus materiales la descon-fianza respecto de sí misma, acaso no puede el discurso acerca del arte moderno no registrar en sí mismo algo de esa condición desapacible? Cuando el habla se acerque a la obra, como no recibir de ella un cierto grado de dispersión? Un lenguaje constituido aplasta el objeto sobre el que habla. Lo enmarca y lo encierra en categorías previas y su discurso nunca reconocerá en el cuerpo del objeto sino la marca de sus propios golpes. Solo un lenguaje tenue puede registrar en su propia superficie el temblor, la ansiedad del objeto moderno. Pero lo contrario de un lenguaje fuerte, constituido, acabado, no son palabras de cera, no es un hablar y pensar débil, no es un hablar en dispersión, sino que es un lenguaje en proceso de constitución.” (19) “Se trata del modelo que no cesa de erigirse y desmoronarse, y del proceso que no cesa de alargarse, romperse y recomenzar. Problema de escritura: se necesitan expresiones inexactas para designar algo exactamente. La inexactitud no es una aproximación, sino al contrario, es el paso exacto de lo que se hace.” (20) “Nada es tan ineficaz como abordar una obra de arte con las palabras de la crítica: de ello siempre resultan equívocos. Las cosas no son tan comprensibles y descriptibles como generalmente se nos quiere hacer creer. La mayor parte de los acontecimientos son indecibles. Se consuman en un ámbito en el que jamás ha penetrado palabra alguna, y más indecibles que todo son las obras de arte, existencia misteriosa cuya vida perdura, al contrario de la nuestra, que pasa.” (21) Se termina la colección de citas. Una colección ya es un acto creativo: de las cosas del mundo, selecciono las que me interesan. La tarea de salir a recolectar es imprescindible. “Alguien dijo que la creación es memoria. Mis propias experiencias y las diferentes cosas que he leído permanecen en mi memoria y se convierten en la base sobre la cual creo algo nuevo. No podría crear sobre la nada.” (22) La mirada sobre la cual construir una colección debe ser una mirada preocupada. “Creo que el primer principio de toda teoría consiste en la obstinación sobre algunos temas, y que es propio de los artistas, de los arquitectos especialmente, el hecho de concentrarse sobre un tema a desarrollar, de efectuar una opción en el interior de la arquitectura y de querer volver siempre a resolver un mismo problema.” (23)

18. Josep Quetglas, ‘Lo que no he leído’, Panel critico de la IV IBAE. 19. Josep Quetglas, ‘Hacia una arquitectura insustancial’, Rev. El Croquis n. 20. Gilles Deleuze y Félix Guatari, ‘Rizoma. Introducción’, Ed. Coyoacán, México 21. Reiner Maria Rilke, ‘Cartas a un poeta’ 22. Akira Kurosawa, ‘Something like an autobiography’ en Radar Cultura Página/12 23. Aldo Rossi, citado en ‘Imágenes del pabellón de Alemania’, Section B, Canada, p.55

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“El interés se ha desplazado desde el dibujo hasta la mano que dibuja. La mano que dibuja, prueba, corrige, tantea, repite, abandona, copia, insiste, duda, dibuja. Quien haya conocido alguna vez la maleabilidad de la forma y la indeterminación de asociaciones que siempre hay en ese momento del proyectar, en el que el proyecto es capaz de atravesar y cruzar cualquier forma, llevándose algo de ella en su viaje, difícilmente se contente con almidonar y fijar una etapa del proyecto. Se entendería si dijéramos que solo los malos arquitectos terminan sus proyectos? (24) “La arquitectura puede hacerse de otro modo, que podríamos llamar insustancial. En que consiste esta arquitectura? En un obrar a través del cual quien hace no puede quedar entregado, enganchado, delegado a una maquina universal, a un proyecto, sino que quien hace afirma en ello su radical ‘diferencia’. Una arquitectura sin proyecto, libre de ser valorada desde afuera de su propia constitución, desde otra medida que no sea ella misma. Un arquitecturar que produce una arquitectura cualquiera, cuya forma no esté nunca acabada, ni apuntada, cuya forma solo exista como inagotable capacidad de encontrar sentido. Como ‘origen continuamente originante’. Un arquitecturar que constituya en norma lo que clamaban los profetas en el Cabaret Voltaire, o en los salones situacionistas: que cada cual haga su propio futbol, que cada cual haga su propio lenguaje, que cada cual haga su propia arquitectura.” (25) ROSARIO, 1997 Escrito en el marco del Seminario de Postgrado “Lógicas Proyectuales” Dictado por Arq. Roberto Fernández, en FAPyD, UNR.

24. Josep Quetglas, ‘Escrito a tientas’ en ‘Escritos colegiales’, Actar, Barcelona, p.212. 25. Josep Quetglas, ‘Hacia una arquitectura insustancial’, Rev. El Croquis n.

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La Arquitectura es… A&P Continuidad, Publicación Temática de Arquitectura Facultad de Arquitectura Planeamiento y Diseño (Año 2 No 2): 88-99, Rosario, Junio, 2015. ISSN 2362-6089

La Arquitectura es...

La Arquitectura es un misterio para mi. Será por eso que paso tanto tiempo en sus alrededores, persiguiendo aquello que no logro nombrar. Fue hace muy poco que empecé a entender aquello que pensó Goethe, la arquitectura como música congelada. Me bastó una clase sobre las relaciones entre notas musicales y proporciones matemáticas para ubicar la precisión de aquella frase. Geometrías, medidas, ritmos, temas, contrapuntos, acentos; aquello que en la música se desarrolla en el tiempo y en el espacio, en arquitectura se desarrolla en simultaneidad acogedora, inmersiva. Hegel, otro gran alemán, ubicó a la arquitectura en el pináculo de las artes, la única que incluye a todas las demás. Más allá de este idealismo narcisista (para nosotros), me interesa una interpretación posterior, la marxista -materialista histórica-, que ubica a la arquitectura dentro del entramado de las transformaciones del territorio, evidencia de los procesos económicos, cada vez mas turbulentos, de la economía capitalista. Esta interpretación, la última gran interpelación a la historia, da a lo construido espesores culturales profundos.. Viví muchos años inmerso en la arquitectura sin saberlo. Recién en la facultad (y ya en cuarto año, tal vez), desarrollé una mirada crítica sobre mi entorno. Fue gracias a otras lecturas que entendí la forma insidiosa con la que la arquitectura trabaja sobre los cuerpos y los hábitos. Walter Benjamin alerta sobre nuestro estado de distracción permanente respecto de la arquitectura; la habitamos, la caminamos, la usamos sin que ella se nos presente en primer plano; retrocede para enmarcar aquello que nos sucede. Michel Foulcault nos avisa lo peligroso de esta distracción, porque la arquitectura nos confina, nos disciplina; establece rutinas, hábitos, comportamientos. El poder de las instituciones se manifiesta en edificios, algunos nos excluyen demostrándonos su inaccesibilidad, otros nos seducen con encantos para convertirnos en sus prisioneros voluntarios. La ciudad es tal vez nuestra construcción mas inteligente; la estamos dando tan por sentada que se nos va a terminar de escapar. Nuestra pretensión megalomaníaca de ser los que estamos en condiciones de controlarla, nos ubica del lado de la inoperancia mas absurda. A la ciudad la han construido otros, la estudian otros y la transforman otros. La ciudad no es una colección de arquitecturas, es la construcción de nuestro entendimiento profundo del paisaje. Nos hacemos en un paisaje (es decir, en una mirada cultural a un territorio) y construimos infraestructuras para transformarlo. La arquitectura manifiesta un entendimiento trans-escalar en un continuo que empieza en el territorio y pasa por el paisaje para terminar en la ciudad y sus espacios públicos y domésticos. La manera en la que estamos enseñando urbanismo está profundamente equivocada; pagaremos un costo muy alto por ignorar los problemas de nuestro tiempo. La enseñanza y la profesión de la arquitectura llenan mis días, es mi forma política de encajar en este momento contemporáneo tan complicado. Si bien a veces bromeo que el cine o la música me interesan más que la arquitectura, lo que en definitiva reúne mis pensamientos son proyectos y ejercicios de arquitectura. El momento público de la arquitectura, su puesta en escena, es lo que más me atrae; el momento de pensamiento y transmisión, compartido con clientes, constructores o alumnos, en conversaciones francas y honestas. Es un momento profundamente positivo que me salva de mi nihilismo; la arquitectura es el lugar donde deposito mi optimismo de la voluntad. La arquitectura es también mi recuerdo más doméstico y la sensación más sublime. De mi infancia viene la casa de mi abuelo, estoy sentado en la silla de chapa perforada blanca, en el rincón del patio con tapial bajo al norte de la casa chorizo, con las manchas de luz y sombra de la parra en el piso de baldosas rojas y amarillas, mirando siempre aquella pieza que rompía el dibujo, escondiendo un tesoro secreto imaginado. Las lecturas de Poe y Salgari no eran en vano, la incomodidad de la baldosa al revés era demasiado evidente para ser sólo azar. Mucho tiempo después, en una tarde de invierno en Plano, Illinois, encerrados en el silencio absorto en el que tres personas contemplábamos, desde el interior abstracto de la casa Farnsworth el río corriendo detrás de las ramas de los árboles, descubrir de cerca una vaquita de San Antonio trepar el alma interior de la viga doble T de la carpintería me estremeció de una manera que sólo una sinfonía de Mahler haría años después.

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Reflexiones Disciplinares En: Juan Manuel Rois (ed.), 2018. Cátedra Rois TEXTOS [en línea]. pp. 6-9 Disponible en: https://issuu.com/juanmanuelrois/docs/c_tedra_textos

Reflexiones Disciplinares

La educación arquitectónica no imita a la profesión; tiene una obligación con la disciplina de la Arquitectura, se compromete críticamente con la práctica de la profesión para comprenderla en relación al contexto cultural (social, político, económico) donde se desarrolla. Más allá de las Intenciones Pedagógicas y del Programa Académico de nuestra Cátedra, la intención de este escrito es proponer algunas reflexiones disciplinares. Definir a la disciplina arquitectónica para identificar sus bordes es un proyecto complejo. En principio podríamos decir que tanto el marco legal de la profesión como el titulo profesional habilitante han contribuido a conformar una definición: el arquitecto hace edificios. Pero dentro de esta definición han habido inflexiones y corrimientos, algo que evidentemente tiene que ver con la evolución histórica de las condiciones económicas, las normas de procedimiento de la profesión, los cambios tecnológicos y el desarrollo de la industria de la construcción. Como toda disciplina, la Arquitectura debe ser entendida como una forma de conocimiento particular, con aplicaciones creativas y potencial de cambio y revisión; pero en particular, como una forma de conocimiento limitada por estándares, protocolos y responsabilidades. La educación (enseñanza, pedagogía) y la profesión han contribuido cada una desde su lugar en esta dinámica histórica. Así como la profesión del arquitecto ha ido cambiando de acuerdo a presiones externas, también ha ido cambiando la enseñanza de la Arquitectura. Lo que distingue la educación arquitectónica de otros tipos de formación profesional es su naturaleza sincrética. Las escuelas de Arquitectura imparten una amplia cantidad de conocimientos, negociando las múltiples personalidades del arquitecto. Enfocada a producir profesionales calificados, la educación arquitectónica combina técnica y estética, ciencias y humanidades. La centralidad del “Taller” en la currícula de Arquitectura hace única a la educación arquitectónica; en la FAPyD estos talleres toman hoy curiosos nombres: Introducción a la Arquitectura, Análisis Proyectual, Proyecto Arquitectónico. Esta cultura de Taller, con todas sus convencionalidades y prácticas especializadas –el proyecto, las correcciones de tablero, las enchinchadas, las criticas finales- tiene también su propia historia. En nuestra Facultad sigue siendo profunda la influencia de dos modelos fundacionales de la educación arquitectónica institucionalizada: la Escuela Politécnica Alemana y la Escuela de Bellas Artes Francesa. Ambas resultado del nacimiento de la educación pública Europea a mediados del siglo XIX; una hunde sus raíces en la ciencia y la otra en las artes. Podríamos decir que estas dos grandes escuelas plantean dos concepciones distintas de lo universitario: una privilegia lo científico como preparación práctica para la profesión (para el modelo Politécnico, una sólida formación en matemática y mecánica triunfa sobre cualquier inclinación estética o vocacional) y la otra entiende la misión universitaria como la elevación de la cultura pública y la difusión de una visión humanista. Ambos modelos operan bajo la concepción del arquitecto como un profesional de elite, encargado de responder a los requerimientos resultantes del proceso de modernización. Que nuestra Facultad de Arquitectura haya nacido en 1927 como una Carrera de Arquitecto en la Facultad de Ciencias Matemáticas, Físico Químicas y Naturales Aplicadas a la Industria habla de la influencia de la Escuela Politécnica Alemana; que esa misma carrera se haya organizado en base a los “Ateliers” de la Escuela de Bellas Artes Francesa habla de una tensión interna no saldada. Hoy mismo, la preponderancia en los dos primeros años de la currícula de materias como Física, Matemática y el dibujo entendido como acto técnico, demuestran la influencia del modelo Alemán, ya que así estaba organizada la currícula en la Polytechnische Hochschule en Karlsruhe, la escuela Politécnica original, donde el “Diseño Arquitectónico” se introducía muy lentamente, al punto que únicamente el último de los cinco año se dedicaba exclusivamente al diseño arquitectónico. Esto contrasta con el modelo de la École de Beaux Arts, que introducía la instrucción del diseño arquitectónico desde un principio, siguiendo el modelo del trabajo en Taller, o “Ateliers”, donde los alumnos realizaban proyectos propios rodeados de sus colegas, siempre bajo la guía de un tutor. Podríamos decir que sin realizar unas síntesis, hemos mantenido estas dos “personalidades” dentro de nuestra Facultad, institucionalizándola en Áreas internas a la currícula, fomentando aún más la separación entre las materias “Técnicas” y las “Proyectuales”. Esta difícil reconciliación de imposibles se complejiza con la influencia de un tercer modelo educacional europeo, la Escuela de Artes Aplicada, que formada a finales del siglo XIX como resultado del movimiento Arts and Craft Inglés, llega a nuestra Facultad desde la pedagogía experimental aplicada en la Bauhaus Dessau de la Alemania Social-Demócrata de la década del 20. Una verdadera rebelión, en contra tanto de las Bellas Artes como de los Politécnicos, su espíritu anti-académico buscaba acercar el proceso creativo del diseño (en todas sus escalas) a las necesidades de la naciente industria moderna. Esta escuela y sus derivados estético-arquitectónicos (Arquitectura Moderna, Estilo Internacional) tuvo terreno fértil en los estudiantes de 131


arquitectura rosarinos de principios de los años 50, que luego del profundo giro político nacional producido por la Revolución Libertadora de 1955 pudieron imponer, a través de la “Escuela Porteña” (profesores que vinieron desde Buenos Aires a reemplazar a los maestros locales) grandes cambios en la currícula academicista imperante hasta entonces. Paradójicamente, los profesores reemplazados por los “modernos” porteños fueron Angel Guido, Carlos Della Paolera, Ermete De Lorenzi y José Micheletti, los grandes precursores de la modernidad arquitectónica local y tal vez sus pensadores más profundos. Las décadas del sesenta y setenta estuvieron marcadas, en todo el mundo y en este país, por turbulencias sociales y políticas que sacudieron la enseñanza de la arquitectura desde su raíz. La integración de las ciencias sociales y la influencia de pensamientos críticos y filosóficos desafiaron la estabilidad asumida de lo disciplinar y cuestionaron el rol del arquitecto en la sociedad. En este período conflictivo, en nuestra facultad tuvo lugar un experimento pedagógico radical, el “Taller Vertical”, donde un equipo docente llevaba adelante la educación integral del alumno en todas las materias, desde primero a sexto año. Esta historia “reciente” debe aún ser contada, no sólo la experiencia de la pedagogía alternativa, sino la reacción conservadora que la reemplazó en la última dictadura militar. Los que pusieron en marcha el plan de estudios del retorno democrático fueron formados en la experiencia radical del taller vertical y dieron sus primeros pasos en la enseñanza en la facultad de la dictadura. Tanto el período de intervención militar como el Plan del 85 intenta establecer la “racionalidad” de lo proyectual. El espíritu de la época era de centralización de lo disciplinar arquitectónico, es decir, una vuelta a los sistemas de representación y producción propios, luego de las aperturas interdisciplinares hacia lo social y lo político de las décadas anteriores. El Plan Académico del 85 (base del aún vigente) fue fuertemente influenciado por la escuela neo-racionalista Italiana Tendenza, y sobre-escribió preceptos de esta escuela (autonomía disciplinar, énfasis en lo urbano y tipológico) en la tradición moderna profesionalista de nuestra Facultad. Es decir, el cambio pedagógico propuesto por el Plan Académico del 85 llega en un contexto político de profundas transformaciones permitidas por el retorno a la democracia, pero esconden la continuidad de un proceso de des-ideologización de lo disciplinar arraigado en la historia de nuestra Facultad. De estas continuidades interesa remarcar el entendimiento del proceso creativo como un sistema analítico (objetivo, cuantificable) basado en criterios racionales. Interesa remarcar aquí una curiosa constante en todos estos cambios pedagógicos sucedidos en nuestra Facultad: desde su instalación como resultado del cambio profundo del 56 hasta el último plan aún vigente, la doctrina de la arquitectura moderna nunca ha sido puesta en duda. La matriz técnica instrumental de nuestra facultad (establecidas desde su inicio Politécnico) fundó una apropiación inicial de los criterios funcionalistas de la Arquitetura Moderna desde un punto de vista meramente operativo. Es por esto que las profundas críticas ideológicas, políticas y estéticas (amalgamadas bajo el concepto Posmodernidad) que socavaron los fundamentos modernos no llegaron a influir en las pedagogías proyectuales de la Facultad. Las Cátedras Proyectuales formadas como resultado de la puesta en marcha del Plan 85 tuvieron identidades marcadas. El registro de época posmoderno quedó signado sólo al inicio de la carrera, en el Ciclo Básico de formación instrumental, donde la pedagogía del neo-racionalismo italiano se utilizó teniendo como guía visual los primeros trabajos posmodernos norteamericanos, especialmente el neo-corbusianismo simplificado y elitista de Richard Meier. Este “sistema” pedagógico con el tiempo actualizará sus “referentes”, marcando épocas: primero Mario Botta, luego Tadao Ando, finalmente Alberto Campo Baeza. En el Ciclo Superior en aquellas épocas iniciales del Plan 85, el alumno tenía para elegir un gradiente de Cátedras de Proyecto que incluía un racionalismo tipológico derivado de la “Escuelita Porteña” con el partido como diagrama operativo (De Luco); un funcionalismo moderno derivado de los sistemas abiertos con el módulo como base procedimental (Moliné) y finalmente un expresionismo formal derivado de la interpretación de la deconstrucción con la cita posmoderna como lógica de exploración (Galli). A pesar de esta rica variedad, todas las cátedras naturalizaban sus prácticas pedagógicas sin explicitar su construcción intelectual y sin dialogar con las otras para ponerse en cuestión o debate. La falta de Teoría, justo en el momento de su explosión en el mundo académico, desconectaba a la Facultad de los fundamentos de sus propias pedagogías. Nuestra actualidad es resultado inercial de aquellas transformaciones sucedidas hace 35 años; con aquel posicionamiento inicial tan desdibujado que ya nadie sabe bien hoy porque hace lo que hace.

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El Plan Académico vigente sigue anclado en posturas académicas agotadas. Tenemos que repensar fundamentos, empezando por el modelo de Arquitecto que queremos formar desde la Universidad Pública. El modelo de arquitecto prefigurado por el Plan es el de un técnico profesional acrítico, proveedor de servicios al mercado inmobiliario y a la industria de la construcción. En ese sentido, fallamos en nuestra obligación de formar intelectuales críticos y comprometidos con su realidad y su disciplina. Debemos transformar la educación arquitectónica para ampliar las ambiciones técnicas, sociales y estéticas de la disciplina, para esto hay que cuestionar los marcos de referencia y los hábitos establecidos a favor de nuevas formas de investigación y práctica profesional más relevantes y comprometidas. Es innegable que un Plan escrito hace 35 años no puede dar cuenta de las profundas transformaciones tecnológicas y sociales que en las últimas décadas han propuesto grandes desafíos, tanto a la práctica como a la enseñanza de la arquitectura, en especial el impacto de las tecnología digitales (de representación, producción y construcción). Hay un sentido de nueva urgencia: los problemas ambientales y la desigualdad se espacia lizan en la ciudad contemporánea de una manera en la que los arquitectos estamos singularmente capacitados para mapear y entender; la ciudad contemporánea debería ser el objeto de estudio de nuestra disciplina, y sin embargo, estamos cada vez más lejos de los Estudios Urbanos. Es imposible dar cuenta de los procesos que moldean a nuestras ciudades sin tomar en cuenta la economía, las políticas públicas, la sociología; pero mientras cada una de estas disciplinas ve su propio fragmento, la arquitectura puede ofrecer un panorama sintético de estas transformaciones, visualizándolas y dándoles sentido espacial. Revitalizar nuestra forma de entender lo urbano implica la necesidad de actualizar nuestra forma de enseñar urbanismo y sus prácticas de análisis e intervención. Al cambiar la escala de la mirada, de lo arquitectónico a lo urbano, es necesario cambiar la estrategia analítica y propositiva, el proyecto tiene que dar cuenta de las complejidades de lo regulatorio, de lo político y de lo económico. Los pro-blemas de nuestras ciudades se juegan en las suburbanizaciones dispersas de las expansiones periféricas, es ahí donde se desarrollan hoy los procesos de urbanización. Para actuar en estos nuevos territorios es necesaria una mirada sintética, orientada más a los procesos que a los objetos, que opere con horizontes de implementación de largo plazo, en prácticas colaborativas entre la arquitectura, el urbanismo, el paisaje y la ecología. El paisajismo es una disciplina en sí misma, sus conexiones con los temas ecológicos y ambientales la colocan en el punto de confluencia y síntesis de los varios conocimientos necesarios para trabajar en la gran escala: arquitectura, infraestructura, urbanismo, hidrología, ingeniería civil. En el Plan Académico vigente, la hegemonía de lo arquitectónico devuelve proyectos con nula articulación con su contexto social y geográfico; la desconexión de la definición arquitectónica con la estrategia urbanística y la sensibilidad paisajística es patente. Si los Proyectos Finales de Carrera son la demostración de nuestra aspiración como Facultad, tendríamos que preguntarnos si el fin de la educación arquitectónica de la Universidad Pública Argentina es la de crear a los nuevos ideólogos de la explotación de renta inmobiliaria. Cuando el PFC trata el problema de la vivienda, privilegia la vivienda para la clase media-alta y la imaginación de los alumnos se pone al servicio de la maximización del retorno de la inversión inmobiliaria. No conformados con crear a los nuevos empleados de las empresas de arquitectura y construcción, formamos a sus nuevos ideólogos, a los que extenderán aún más la lógica del mercado. Con proyectos apenas por encima del mínimo común de la oferta de vivienda demostramos nuestra conformidad con lo propuesto por los actores del sector. Por otro lado, los intentos de acercamiento del PFC al problema de la institución pública se da en base a programas escapistas que liberan una articulación formal que monumentaliza programas en artefactos fuera de escala y compromiso, quitándonos la oportunidad de enseñar la implicancia de la arquitectura en la transformación del contexto. El miedo al titulo habilitante, sumado a una acotada y des-ideologizada versión de profesionalismo, nos devuelve una educación conformista, con nulo sentido crítico y con menos poder propositivo para cambiar las condiciones de pensamiento y producción de la arquitectura en el medio local. La ausencia de propuestas de vivienda colectiva o social, la ausencia de exploraciones tipológicas experimentales, de preguntas sobre el futuro sustentable de nuestra región, es problemática. Si nuestra obligación como centro de altos estudios de la Universidad Pública es formar al intelectual comprometido con su realidad, aquel que sea capaz de transformarla; hoy no lo estamos logrando.

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Una pedagogía contemporánea debe ubicar en los proceso de diseño el encuentro entre conocimientos supradisciplinares (economía, sociología, ecología) y sub-disciplinares (planificación, representación, tipología). La metodología de investigación debe explorar la realidad urbana para encontrar problemas disciplinares y establecer los programas a trabajar, especialmente aquellos que la sociedad todavía no ha articulado claramente. Esta especulación actualiza la agenda de la arquitectura y el urbanismo y anticipa los desafíos por venir. El proyecto debe guiar investigaciones concretas, con los materiales y herramientas propios de lo arquitectónico: el relevamiento y la representación de la realidad, el estudio de casos y las abstracciones que lo representan: tejidos, tipologías, trazados, geometrías. Tenemos que recrear un entorno de optimismo para la arquitectura, porque nunca ha habido una necesidad tan grande de arquitectura. Necesitamos conocimientos disciplinares y conocimientos prácticos que nos devuelvan autoridad; hay grandes problemas que demandan soluciones y capacidad teórica. La investigación operativa y el conocimiento proyectual surge del compromiso directo con el entorno construido, de la atención a sus procesos culturales determinantes. El Taller de Proyecto Arquitectónico debe entenderse como un verdadero laboratorio de experimentación proyectual. Imaginamos propuestas metodológico-pedagógicas que propongan la alteración de lo cotidiano, de lo naturalizado, para imaginar entornos con los que nos podamos relacionar de otra manera. Ficción como prefiguración intermedia, colocando en este presente desangelado, fragmentos de imaginación urbana de la ciudad futura. Podríamos pensar a la práctica de la imaginación arquitectónica como mascarón de proa para la construcción de otras formas de vida, de otras ciudades que construyan un sujeto colectivo más comprometido; para esto proponemos pedagogías de diseño arquitectónico que permitan imaginar estrategias para dar forma a la ciudad de nuestros sueños.

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Qué es la tendencia? Atypica, Revista de Cultura, Diseño y Tendencias (39): 25, Noviembre/Diciembre, Rosario, 2010.

Qué es la tendencia?

1) Qué es la tendencia? Las ideas forman ecologías o redes. Las innovaciones, sean tecnológicas, formales o culturales suceden cuando grupos conectados y apasionados crean las condiciones para que las ideas puedan conectarse unas a otras. Las ideas que avanzan demasiado nunca llegan a implementarse, las ideas avanzan paso a paso. Los cambios suceden cuando uno toma una configuración existente y la re-acomoda de otra manera. En todo momento de los sistemas culturales existe un espacio de posibilidad que rodea la configuración de las cosas. Ese borde es el “adyacente posible”. La tendencia es la dirección que uno elige hacia ese borde. 2) Nombre y explique una tendencia En Arquitectura, se está pasando de una tendencia critica a una tendencia diagramática: el simbolismo formal es reemplazado por el interés por los sistemas de organización. La arquitectura ya no es más un texto a ser descifrado, es ahora la conformación de espacios a ser activados. Rem Koolhaas es el máximo exponente de esta tendencia. 3) Seguís las tendencias? Es inevitable. Pero uno quisiera creer que no, que uno va por la vida inventándose el camino.

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El Tango del Mapping [en línea] PILLS Architecture, Píldoras de Arquitectura, Vol. 2 Núm. 2 (2012). Disponible en <http://cargocollective.com/archipielago/P-I-L-L-S >

El Tango del Mapping

Estoy un poco cansado del mapping. Estamos llegando al límite del mal uso de la herramienta. Hemos estetizado tanto el instrumento que ya hemos hecho del despliegue gráfico de la información otro de los fetiches sumados a nuestro arsenal disciplinar. Como hicimos con el pliegue hace unos 15 años, o con los algoritmos biogenéticos hace 10; nuevamente un concepto tomado en serio por otras disciplinas es secuestrado por los arquitectos sin tener noción real de sus posibilidades instrumentales. El mapping es el medio que preferimos para demostrar nuestras preocupaciones sobre la crisis de lo urbano o lo ambiental. Tanto en concursos como en proyectos de universidad, llenamos dos o tres paneles de cada presentación con estadísticas y datos cuantitativos superpuestos sin criterio sobre mapas o fotos aéreas. Una vez establecida la seriedad del problema, pasamos a los próximos 4 o 5 paneles para mostrar un edificio o intervención urbana que no hubiera necesitado de ninguno de los datos anteriores, porque en realidad, no los hemos tenido en cuenta para la conformación espacial de la propuesta. No estoy en contra de los mapas hermosos, estoy en contra de los mapas hermosos desperdiciados. Mientras otras disciplinas utilizan cada vez más los instrumentos disponibles por la información satelital y digital (GIS/ GPS) para tomar decisiones con implicancias reales en la transformación de nuestros territorios (geólogos trabajando para la industria minera y petrolera, ingenieros trabajando para empresas de infraestructura, geógrafos trabajando en investigaciónes de lectura crítica marxista, etc), los arquitectos todavía no entendimos las posibilidades ofrecidas por esta multiplicidad de capas de información y su interacción en escala y tiempo. En Paisajismo y Diseño Urbano nos han sacado un par de cuerpos de ventaja, el beneficio de una base instrumental más ligada a lo científico de ambas disciplinas. Tal vez si entendiéramos estos mapas como instrucciones, podríamos achicar la distancia entre la información y el proyecto. Como en el grabado de Warhol, donde las líneas de fuerza se convierten en direcciones reales, nuestro tango se demostraría en el territorio. Los mapas sirven para entender el territorio. Buscamos entender para poder transformar. Si pensáramos nuestras intervenciones como una capa más de las múltiples que desplegamos para entender la complejidad de lo real, ganaríamos por partida doble: ocuparíamos el lugar abstracto del mapa y transformaríamos el territorio. Inventariamos así nuestro propio tango y, al tiempo que explicamos sus reglas, lo bailaríamos. Imagen: Andy Warhol. Dance Diagram, c.1962 (Tango). Litografía

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Acá experimentamos: Producción arquitectónica latinoamericana reciente Atypica, Revista de Cultura, Diseño y Tendencias (41): 64-66, Rosario, Agosto-Octubre, 2011.

Experimentación Latinoamericana

¿Será cierto que esta vez nos toca a nosotros? No se si habrá llegado el tiempo en que nos copien, pero en arquitectura, aquel en el que nos envidian llegó hace rato; porque por más que quieran los países centrales, nuestras condiciones son particulares y no pueden replicarse en contextos “desarrollados”. Las sociedades latinoamericanas han sido siempre culturas de apropiación. Nuestra modernidad, incompleta o marginal, continúa siendo un laboratorio de innovación por hibridación. La arquitectura latinoamericana se ha visto siempre definida por la tensión entre tendencias globales y tradiciones locales. Hemos generado una producción arquitectónica condicionada y adaptada. Para entender las estrategias adaptativas utilizadas por los arquitectos latinoamericanos tenemos que empezar a hablar del valor positivo de la apropiación. Tenemos que despegarnos de los conceptos impuestos sobre centro y periferia, donde siempre estaremos atrás esperando que alguien nos tire un hueso. En los impulsos de asimilación podemos distinguir formas particulares de apropiación definidas por especificidades locales: procesos localizados que generan material cultural diferenciado, archipiélagos locales en el mar global. La arquitectura moderna latinoamericana históricamente inyectó sangre en las venas estancadas de la modernidad. En la época heróica, México con sus masas precolombinas y sus murales revolucionarios propuso arquitecturas de vanguardia absoluta, Venezuela traerá su hormigón en voladizo, y Colombia su montaña de ladrillos, después llegaría Brasilia desde el futuro con su edificios y planeamiento; O’Gorman, Villanueva, Salmona, Niemeyer, Costa, Bo Bardi son alguno de los nombres históricos. Argentina aportó con Clorindo Testa una imaginación joven de los 60. Para esta generación, la arquitectura era un agente modernizador, el programa simbólico era representar la promesa de la modernidad. Considerando los procesos incompletos y fragmentarios de modernización, esta era una tarea épica: a Latinoamérica la estética llegó antes que la técnica. Hoy los signos de vanguardia de la arquitectura latinoamericana son los inversos. La dualidad modernización/modernidad incluye otras dicotomías: elite/popular, urbano/rural, innovativo/arcaico. En Latinoamérica, la arquitectura se ha presentado como opción por los polos “progresivos” de estas dualidades: fue elitista, urbana e innovadora. Pero hoy interesan mucho más las estrategias estéticas que transforman los polos aparentemente regresivos de estas dualidades (lo popular, lo rural, lo arcaico) en el material sobre el cual producir diferenciación e identidad en el mercado global de arquitectura contemporánea. Es decir, la retaguardia como vanguardia. Lo que ya no se puede hacer en economías de escala con su estandarización dictaminada por los códigos y la industria de la construcción y su especialización que separa cada vez más al arquitecto de la obra, los materiales e incluso del diseño; aquí nos sale gratis! Acá experimentamos! Que vengan y nos envidien: las maderas simplemente apiladas de Rafael Iglesia (Argentina), las grandes piedras como columnas de Smiljan Radic (Chile), las casas de hormigón agujeradas de Pezo-von Ellrichsausen (Chile), las cajas en equilibrio de Angelo Bucci (Brasil), las pantallas de ladrillos volando de Solano Benítez (Paraguay), las bóvedas con pallets usados de Javier Corvalán (Paraguay), los pabellones experimentales en la Orquideorama de Plan-B arquitectos, (Colombia), las casas abiertas de Carla Juacaba (Brasil). Al mismo tiempo una nueva generación asoma ya, utilizando las redes sociales como plataformas de comunicación y generación de trabajo colectivos. Hoy arquitectos uruguayos diseñan en Buenos Aires urbanizaciones en las playas de Perú para inversores brasileros. Vean a supersucada.org. Y si quieren modernidad, miren otra vez a Colombia: www.paisajesemergentes.com, publicados ya en todo el mundo. Nacieron en 1982. El futuro está en Latinoamérica.

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Conversación sobre el Diagrama. 2016 A&P Continuidad, Publicación Temática de Arquitectura FAPyD Agosto, Año 3, N.4, págs 66-77

Conversación sobre el Diagrama

Santiago Pistone: Como disparador y ya que ambos fueron estudiantes formados y graduados en la FAPyD y también tuvieron una etapa de formación posterior en el exterior, cuales fueron los aspectos en cuanto a la representación gráfica que destacan de su formación y si es que advirtieron carencias con el tiempo? Juan Manuel Rois: Hace algunas semanas estuvimos trabajando en la Cátedra alrededor del diagrama como herramienta gráfica del proceso de diseño arquitectónico. Esto me hizo pensar cuándo había arrancado mi interés por el diagrama. Creo que en realidad fue un acto de defensa frente a lo que veía como un exceso de subjetividad en la conversación sobre el proyecto en la facultad. Había una subjetividad oculta, donde nunca se sabía porqué algo estaba bien o mal y no se encontraba justificación para la creación de forma. Teniendo una formación funcionalista, en la Cátedra Moliné, cuando se hablaba del programa, se acomodaban las cosas en relación a eso y estaba todo bien, pero cuando tomabas una decisión que partía de lo formal era como estar en falta; nunca terminabas de justificar funcionalmente esa decisión formal. Esa es la trampa del sistema funcionalista, siempre queda esa “caja negra”. Es una deuda que tiene el funcionalismo; los mismos docentes que emplean esa metodología parecieran no encontrar justificación sobre los temas formales que trabajan. Personalmente encontré una salida a esa contradicción en el diagrama. Leyendo el libro S,M,L,XL de Rem Koolhaas y analizando el proyecto que propone OMA para la Biblioteca Nacional de Francia en 1989, la Très Grande Bibliothèque (TGB), me encontré con el momento de su proceso de diseño en el que Koolhaas explica como se libera de la tiranía de la forma a través del diagrama. Ahí entendí que era una herramienta operativa y formal que no necesitaba de otra explicación: el diagrama da un camino y habilita sacarse de encima la tiranía de la “idea arquitectónica”. Porque en la Facultad te decían eso: “Traigan una idea arquitectónica”, pero nunca te decían que era una idea arquitectónica. Entender al diagrama como una herramienta gráfica generativa que construye lógicas de relación formal, me vino bien porque yo “no tenía mano”, no “se me ocurrían cosas”, no “hacía dibujos lindos”. Un diagrama no tiene porque ser un dibujo lindo, tiene que ser una herramienta. Yo arranqué por ahí. Diego Arraigada: Yo la formación que tuve en el taller de Galli con el Japo Shiira fue con más libertad de búsqueda formal; muy desde el “concepto”, trabajando con ideas muy poco funcionalistas, dentro de la parte “misteriosa” de la arquitectura que era lo que nos motivaba: encontrar razones, conceptos e ideas de aspectos que son bastante difíciles de definir, y siempre buscando arquitecturas –si bien falibles- propias y auténticas. Personalmente ahora entiendo que tenía ciertas carencia en cuanto a los conceptos funcionalistas pero tenía una buena capacidad para elaborar tipologías que ni sabía que existían, simplemente desarrollaba un concepto y no tenía prejuicios formales para ver si realmente era “eficiente” o si pertenecía a una tipología existente. No tenía mayores conflictos más allá de enfrentarme con el programa o hacer una planta que funcione. Todo eso lo aprendí después trabajando con Nicolás Campodonico y Sebastián Guerrico en el estudio que com- partíamos en nuestros comienzos como profesionales. Sí noté una falencia en cuanto a mi formación teórica. Cuando cursé la materia Teoría con Silvia Lavin en la Maestría de la Universidad de California, en Los Ángeles (UCLA), me di cuenta que en la Facultad nunca habíamos hablado de teoría, o habíamos hablado de un modo tangencial. Esa materia con Lavin fue maravillosa, nadie nos había hablado de una manera tan clara, que te habilitaba a interpretar cosas existentes y, de pronto también, a elaborar nuevas teorías. Lavin explicaba las maneras de trabajar de un arquitecto, y allí entendí como siempre la forma está, es ineludible, es un hecho físico; luego hay ideas, hay conceptos, cuestiones textuales, literarias en cierto modo y entendí como los diagramas eran una herramienta que nos permitían, en un solo elemento juntar todas esas variables. El diagrama es una idea con forma. Se pueden tener implícitas cuestiones formales en un diagrama a la vez que cuestiones conceptuales, y personalmente entendí que era una herramienta que podía nombrar una manera natural que tenía de dibujar (porque yo tampoco era buen dibujante). Uno quiere hacer croquis al principio, pero no siempre salen. Yo no tengo una libreta que guarde, a los dibujos los tiro; hago los dibujos, los uso y los tiro. Son exploraciones imprescindibles pero a las que no les doy valor sacralizado. Por eso me sentí muy cómodo con esa definición de diagrama, me sirvió para reubicarme y decirme: -es esto! Y a partir de allí, poder empezar a ver, desde este punto de vista, cuestiones que me interesaban; por ejemplo la arquitectura de Rafael Iglesia. El diagrama es una herramienta para entender cosas, todas las obras que nos interesan pueden ser analizadas desde un pensamiento diagramático subyacente. En esos momentos descubrí el aspecto teórico de la arquitectura y el aspecto creativo del diagrama. Justo en el momento en el que empiezo a trabajar, que es cuando vuelvo a Rosario.

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J.M.R. Los concursos de proyectos de paisaje que hicimos con Diego en esos momentos fueron para mí una oportunidad de unir dos cosas, de alguna manera diferentes: por un lado mi maestría de paisaje y por el otro el diagrama sintético. Llegué a Estados Unidos con prejuicios rosarinos, y costó sacármelos. No tuve la suerte de ir a una escuela donde directamente te enfrentás a las grandes ligas, fui a una escuela más humilde y fui entendiendo de a poco el sistema académico americano. Después empecé a dar clases en la Universidad de Michigan y ya en mi último trabajo antes de volver a Rosario, en la Universidad de Illinois en Chicago, el director era Robert Somol, crítico y teórico del grupo que ha puesto en valor la herramienta diagrama desde su lado más gráfico, más simple, más cercano al cómic de alguna manera. Somol demostró una inteligencia en el uso de los recursos muy estratégica. Al asumir en una escuela que no tenía los recursos para equiparse con computadoras para estar a la altura de las escuelas que apuestan por lo algorítmico en el mercado de la complejidad formal, nos propone usar al diagrama como herramienta fundacional de toda su estructura pedagógica y contrata para dar clases a gente que estaba usando esta herramienta desde el lado más sintético. Llegan a la escuela, entre otros, Alexander Lhenerer -muy irónico en el uso de los diagramas, un Kevin Lynch con sus pequeños diagramitas analíticos de códigos urbanos- y Jimenez Lai -que recién arrancaba su carrera, con un trabajo gráfico de manga japonés. Me pareció una estrategia extraordinaria para poner en funcionamiento una escuela a muy bajo costo y con un alto rédito de imaginación espacial y proyectual. Ahí estuve unos tres años y medio antes de volver a Argentina. Revaloricé mucho al diagrama; aunque nunca había dejado de valorar a Rem Koolhaas y de envidiar a Bjarke Ingels (BIG) y a todos los hijos de Koolhaas (NRA Architects, MVRdV, NL Architects). Con esta experiencia, cuando tuve que armar la propuesta pedagógica de la Cátedra, armé un programa que tiene al diagrama como una herramienta esencial a explorar, incluso en primer año, ya desde Introducción a la Arquitectura. Me parecía una operación pedagógica importante. Debo decir que también hay mucha influencia en ese programa inicial que presenté del primer año de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH) de Zúrich, sobretodo del curso que dirigía Marc Angélil. Por todo esto, lo que hacemos en la cátedra tiene varias vertientes que sitúan el uso del diagrama como una herramienta del pensamiento del proyecto. S.P. Los dos hablaron de la importancia del diagrama y de cómo lo incorporaron a su formación desde la teoría de la Arquitectura. No les llegó desde el área digital por la adquisición de un conocimiento de una herramienta instrumental como un software. Les llegó a partir de la teoría de la arquitectura, justamente la materia que no tenemos en la Facultad. Entonces, para incorporar al diagrama como propuesta pedagógica se incorporaría desde la teoría o desde una materia como Expresión Gráfica? J.M.R. Para mí, es desde el área de Proyecto. Si hay una materia que todavía se llama Análisis Proyectual, la herramienta para el pensamiento analítico proyectual es el diagrama. D.A. Es la herramienta de interpretación y proyectual por excelencia. Por lo menos en mi caso es la que más uso; pero de una manera que no está ni asociada a un software ni a una búsqueda de “dibujos lindos”, los uso como una manera de pensar. Busco una arquitectura que tenga fundamentos que sean naturalmente resultado de trabajar con diagramas. En proyecto y en análisis proyectual es una herramienta muy poderosa. Yo lo empecé a pensar desde un punto de vista teórico, pero la instrumentación es netamente proyectual. Cuando estudiaba lo veíamos desde el punto de vista de Robert Somol, Greg Lynn, Sylvia Lavin, Mark Lee, todos hablaban del diagrama pero desde distintas operatorias. No es que tenga que ver sólo con la computadora, es resultado de un pensamiento que subyace, un pensamiento diagramático. J.M.R. El diagrama que más me interesó es un dibujo mal trazado hecho en tinta, aquel dibujo por el cual Koolhaas explica las operaciones de substracción que organizarían su Gran Biblioteca. Ese dibujo es lo que nosotros llamaríamos un croquis o un sketch. Un croquis puede ser un diagrama. S.P. Ahí me quiero detener, ya que hay una suerte de asociación, mala diría yo, que piensa al diagrama asociado a lo digital. No concuerdo con esa asociación, porque la primera vez que escuché la palabra diagrama, en una clase de historia de la arquitectura, fue a través de los diagramas de los Smithson, los clusters de fines de los cincuenta. Yo no entendí lo que era hasta que fui a Toulouse Le Mireille. Allí me resultó evidente la asociación entre diagrama y forma construida a escala de una ciudad. Pero lo que quiero remarcar es que hay una mala interpretación que asocia al diagrama con la gráfica digital.

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J.M.R. No es una mala interpretación. Hay una línea que empieza con Christopher Alexander y culmina con lo paramétrico y que tiene que ver con lo digital, ya que el mismo Alexander basaba sus patrones formales en las primeras lógicas computacionales. Pero me interesa más otra genealogía de lo diagramático, la que podríamos trazar desde Collin Rowe y sus gráficos sintéticos analizando cuestiones proporcionales entre Le Corbusier y Palladio o su trabajo de fondo y figura para comparar la trama de la ciudad moderna con la ciudad tradicional. Esta trayectoria conceptual pasa por Peter Eisenman en su trabajo de organización de la forma y finalmente arriba a un trabajo de dibujo simplificado, casi gráfico de comic, de Rem Koolhaas. Al diagrama, si se quiere, se lo hace en computadora; pero en realidad la herramienta presenta relaciones de organización formal sin necesidad de un soporte específico. El diagrama es una lógica de pensamiento y de interpretación que puede trasponerse en distintos medios. D.A. Al ser una herramienta que trabaja con información, es natural que las computadoras tomen las lógicas diagramáticas y las lleven a un estado más elaborado, porque los diagramas trabajan con información. Siempre muestro a los alumnos una imagen de una pintura de una nube donde el artista pinta lo que ve, con los colores que ve, con su subjetividad en un momento determinado del día a partir de una visión fugaz, y luego, al lado, un diagrama de esa misma nube hecha por un científico que muestra la nube desde la información: con una flecha en la dirección del aire, indica donde el aire está caliente, donde está el aire frío, donde se produce granizo, cuando se transforma en tornado, mostrando como funciona la nube como fenómeno meteorológico, un mapa en el cual uno ve información y si extrapolás esa dinámica de relaciones a otro contexto, la nube adquiere otra forma pero vos te llevas la manera de funcionamiento de ese fenómeno. Por eso, en líneas generales puede resultar natural que cuando se trabaja con computadoras se produzca un alejamiento del lado subjetivo o artístico y se vaya para un lado mucho más objetivo. No obstante, esto no es excluyente: Frank Gehry, por ejemplo, puede emplearlas maravillosamente para llevar adelante proyectos escultóricos. J.M.R. Cuando en la cátedra decimos diagrama, decimos que es un dibujo, por lo tanto una herramienta gráfica, que informa. Muestro siempre un diagrama del siglo XIX, un mapa de Londres donde un medico sanitarista, John Snow, en medio de la última gran epidemia de cólera, traza una rayita por cada muerto, cada uno en su dirección. Snow hace eso para informarse, y al hacerlo entiende que hay una mayor cantidad de muertos en el radio de una cisterna de agua y determina que la epidemia de cólera -que no se sabía de dónde venía- tenía que ver con el agua y con esa cisterna en particular, y que allí es donde habría que comenzar la prevención. Snow uso ese gráfico para informarse, y usó parámetros muy simples, su insumo informativo era la dirección de los muertos. Por eso digo que todo diagrama es paramétrico. Pero hay algo más que libera el potencial creativo del diagrama: como el diagrama depende de una interpretación, yo puedo convertir cualquier dibujo en un diagrama si hago un “exceso” interpretativo; o puedo cambiar los parámetros interpretativos de un diagrama, o puedo trasponer sus lógicas de organización a otros contextos materiales o informativos. El diagrama ofrece parámetros que permiten ser transformados; el diagrama permite variaciones, cambios, operaciones. Cuando opero sobre un diagrama hago variaciones sobre lógicas de organización formal. Eso es lo interesante del diagrama, la libertad para producir variaciones, siempre trabajando dentro de un campo establecido, algo así como familias de variaciones; hasta llegar al punto donde se consigue otro diagrama. D.A. Es una herramienta que permite generar forma arquitectónica. En mi proyecto de la Casa en el Balneario Buenos Aires en Uruguay, el diagrama proyectual está planteado de tal modo que si cambia el ángulo de visión generado por las obstrucciones de los vecinos, cambia el ángulo que organiza la casa, cambia el proyecto, cambia su forma física. Lo que me seduce del diagrama es que genera una arquitectura finalmente inesperada. Se pone en manos del diagrama el resultado. Me gusta que mis proyectos sean hasta cierto punto literales a los diagramas que le dan razón de ser. Me parece que lo más interesante es que permite hacer arquitectura. Es evidente que da resultados que funcionan y que por el otro lado permite innovar; es una herramienta que permite descubrir cosas. Y eso es más interesante que la cuestión representativa. S.P. En términos operativos, en sus obras profesionales, ¿admiten diferencias entre el diagrama y la obra construida o priorizan que sea el diagrama construido? D.A. La obra admite ambigüedades. No creo en la literalidad, puede haber muchos diagramas o sensibilidades formales, estratos de interpretación. Ciertas ambigüedades son buenas también en tanto den cuenta de la complejidad de la realidad. Lo que suele buscarse en los proyectos es una coherencia estructural interna y una cohe-rencia en relación con el contexto. O el diagrama del contexto si queremos pensarlo de ese modo. 140


J.M.R. Encarar el problema desde la constatación de la fidelidad entre un diagrama inicial y la obra construida desdibuja la potencia de la herramienta. Hablábamos hace unos días con los alumnos que la literalidad, es decir, el tomar la forma literal del diagrama para convertirlo en una planta arquitectónica, es sólo una de las actitudes posibles con el diagrama. Kazuyo Sejima hace eso en el Museo del Vidrio en Toledo, por ejemplo. Lo que era un diagrama funcional de burbujas de programa [bubble diagram] se convierte exactamente en la planta del edificio. Esto es lo que Toyo Ito llama Arquitectura Diagramática. Esa es una de las operaciones posibles y es válida. En Universidad de Illinois en Chicago (UIC) dábamos, con Penélope Dean, una materia en el Máster de Arquitectura en la que explorábamos la literalidad del diagrama como procedimiento proyectual. Lo hacíamos para acelerar el proceso de diseño (y por ende de aprendizaje) de nuestros alumnos, todos ingresantes al posgrado sin experiencia en arquitectura. Los alumnos hacían maquetas de manipulaciones volumétricas sin escala y nosotros llegábamos y les decíamos: -esto ahora es arquitectura. Literalizábamos lo que estaban trabajando diciéndoles que ahora eran maquetas escala 1:200 de un edificio de tantos metros por tantos metros. Esa es una de las actitudes posibles, en este caso útil por su carácter pedagógico exploratorio, pero claramente no es la única! La posibilidad de la literalidad tiene que ver con entender el código de representación subyacente al diagrama arquitectónico, que es un dibujo que tiene consecuencias, que acarrea indicaciones materiales directas. Había algo que me molestaba de aquella “idea arquitectónica” predicada por alguno de mis docentes en la facultad. Pensaba: “¡Estoy tratando de hacer un proyecto de arquitectura! ¿Por qué no me dejan hacer el proyecto en lugar de hacerme pensar otra cosa para que después mi proyecto sea una representación de esa otra cosa?” Encontré en el diagrama una herramienta con la que podía trabajar desde lo intelectual, porque era un acto de interpretación. La herramienta inventaba el proyecto. Y finalmente, lo más importante, no era esotérico. El diagrama es una herramienta gráfica abstracta que necesita de información, y como estamos hablando de diagramas arquitectónicos, la información que incorporás es muy precisa: indicaciones materiales y espaciales. Trabajás con un nivel de información que te permite ir rápido, pero la arquitectura está ya ahí. Esto es lo otro que me pasaba con los famosos “dibujos conceptuales”. Estábamos dos meses haciendo dibujos conceptuales y después todavía tenías que hacer un proyecto! Con el diagrama estás en el proyecto desde el primer momento, en la arquitectura. Esto lo verificamos en el Taller por la velocidad con la que trabajan los alumnos. D.A. A mí lo que me atrae también es que no tiene valor de verdad absoluta. No es que hay un sólo diagrama para cada problema, uno que resuelve todo mágicamente. No hay un sólo camino. El proyecto toma consistencia cuando hay un diagrama que interpreta algo y eso se transforma en arquitectura. No tiene el aura del dibujo de un “maestro”. Pone en crisis esa dinámica del arquitecto que hace un dibujo y el resto del equipo lo pasa en limpio. Al diagrama pueden intervenirlo y modificarlo muchos actores, de ahí la despersonalización. J.M.R. El diagrama construye al autor, liberándolo al mismo tiempo de la tiranía de la forma y del paradigma funcionalista que maneja una sola respuesta, aquella que está bien, la mejor. El diagrama permite un campo de variaciones. El mismo diagrama permite múltiples variaciones de implementación sin desmerecer a ninguna, cada una tendrá su propia potencialidad arquitectónica. Un mismo diagrama, distintos autores, múltiples implementaciones, de ahí la potencia de la herramienta. Por eso pedagógicamente es muy interesante, porque hay un momento en el que cada grupo en el taller tiene una serie de diagramas que en sí tienen múltiples interpretaciones: hay un infinito de posibilidades! S.P. Y se puede corregir sobre parámetros objetivos y no sobre subjetividades. J.M.R. La lógica del diagrama es comunicable. Hay una inteligencia en la organización, se puede hablar de eso. D.A. La riqueza a nivel pedagógico es que marca una suerte de timón, de derrotero de proyecto. Hay un diagrama y todas las decisiones paulatinas que el proyecto va adquiriendo en su proceso de diseño refieren a ese diagrama. Para el alumno ese timón proyectual es muy bueno ya que adquiere autonomía con el desarrollo del proyecto. Y ciertas opiniones que uno puede tener como docente, el mismo proyecto las va respondiendo. J.M.R. Si bien es distinta de la aproximación funcionalista, también es distinta de la aproximación tipológica. En el tipo, el proyecto ya está terminado, ya está hecho, funciona como un modelo al que acercarse; más cercano al tipo, más exitoso. El diagrama es todo lo contrario, va construyendo el proyecto. Se puede construir dentro de variaciones tipológicas, pero también se puede arribar a tipologías novedosas. La Biblioteca 141


de Seattle de OMA, por ejemplo, inventa una tipología. No existía, antes de ese edificio, un edifico así. Para investigaciones tipológicas, el diagrama es una herramienta increíble, porque crea familias de variaciones. A Diego le interesa hacer variaciones hacia adentro de la investigación tipológica, yo soy más salvaje y me interesa lograr “quimeras tipológicas”, trabajar en el borde del diagrama, donde está a punto de convertirse en otra cosa. El diagrama es una herramienta que nos permite que cada proyecto del taller trabaje por separado, ya que no genera homogeneidad estilística, permite libertades metodológicas. Así es como Deleuze usa el concepto diagrama; el diagrama en Deleuze, su máquina abstracta, es pura potencia y construye realidad. S.P. Qué es lo que puede aportar la gráfica digital en la incorporación de esto? Diego, en tu exploración de los campos paramétricos ¿considerás que la Casa de Ladrillos se podría haber hecho de la manera que se hizo sin el software específico? D.A. Sí, todo se podría haber hecho igual. Lo que sucede es que la computadora agiliza ciertas cosas, en el pensamiento y en la ejecución. Al poder incorporar más información y más facilidad de ejecución gracias a las tecnologías digitales todo se lleva a otro nivel. Vas dejando atrás el paradigma de lo serial repetitivo, que era definido por una cuestión de economía. Primero por una cuestión de economía de ideación de las cosas y luego por una cuestión de economía de su fabricación. La cultura digital rompe con ese paradigma que viene desde la industrialización: de tener una idea matriz que se repite masivamente, a tener algo más potente: masividad, variación y economía al mismo tiempo. Es lo más interesante de lo digital para mí y lo que más impacta en la cultura, en la economía y en la sociedad. S.P. Juan, vos hablaste de la línea paramétrica. Cual es la virtud de los programas paramétricos? J.M.R. No estoy en contra de lo paramétrico. El diagrama es una herramienta conceptual más profunda que permite tener control de lo paramétrico. Lo que critico de algunas versiones de lo paramétrico es que generan una población de mil variaciones, y después el autor, elige uno. Por un lado, aparentemente se ha eliminado al autor, que no está en la genera-ción, pero después el autor vuelve a elegir la mejor de las iteraciones? Hay hipocresía en el supuesto cientificismo de lo paramétrico; hay primero una delegación a la lógica de populación del software y luego ya no. Personalmente no me gusta perder el control, delegar el proyecto en una técnica exterior. Lo que me interesa del diagrama es que permite un proceso interpretativo: el que trabaja el diagrama controla decisiones racionales y no delega. Lo que sí permite la relación CAD-CAM es que todas estas variaciones que se generan se podrían construir, supuestamente, a un mínimo costo. D.A. El proceso de prueba y error es mucho más veloz. Porque lo hace una computadora y lo vas viendo en tiempo real. La construcción es más factible con múltiples variaciones; los proyectos empiezan a ser más sistemáticos, porque dependiendo de los parámetros podes tener esta u otra variación. Es natural que un diagrama se asocie con cuestiones digitales, porque tiene la lógica de trabajo de las computadoras. Lo que me interesa ahora en los cursos es parametrizar los diagramas. Directamente modelándolos en una computadora. Hay un potencial interesante ahí. Esa idea de parametrizar un diagrama es un territorio a explorar. J.M.R. El diagrama tiene parámetros, los parámetros son los insumos de su información. El diagrama arquitectónico espacializa, es información, forma y espacio. S.P. Estás operando con elementos básicos de la arquitectura entonces. J.M.R. Es una herramienta del proyecto arquitectónico. S.P. Para la práctica pedagógica en un taller masivo es más fácil transmitir un método que explicarle a un alumno que gra-fique un concepto. Instrumenta un pensamiento a nivel gráfico. J.M.R. Una discusión que tenemos es hasta que punto las metodologías pedagógicas del taller generan al buen alumno. Nosotros tenemos una media muy alta, una producción muy comparable en cuanto a calidad. Creo que nuestra tarea es construir al alumno. El alumno entra sin conocimiento y le acercamos herramientas que le dan velocidad a su aprendizaje. Es muy interesante lo que hicieron este primer mes en tercer año en variaciones diagramáticas respecto de precedentes de vivienda. Lo interesante es que la metodología pedagógica, al tiempo que levanta la calidad de la producción, construye la voz individual del alumno. Es un proceso 142


plástico; el alumno viene a construir un saber, el diagrama es una herramienta para construir ese saber, y lo construye en conjunto. El diagrama es interpretación, siempre hay diálogo, discusión sobre posibilidades y el taller es el espacio de trabajo compartido donde se da esa conversación. Siempre di clases en universidades públicas masivas, tanto acá en la UNR como en Estados Unidos. En Michigan y en la Universidad de Illinois en Chicago teníamos talleres de 100 alumnos, divididos en comisiones de 20; esto te obliga a una metodología pedagógica, no podés seguir con la lógica del Atelier de Bellas Artes donde hay un maestro que tiene un saber oculto y vos estás cuatro años cerca creyendo que por osmosis vas a aprender algo. No es así! Nunca fue así tampoco! Y en la Ecóle de Beaux Arts había solo siete alumnos por cada maestro! Por eso en lo metodológico, la pedagogía basada en lo diagramático es buena en contextos de masividad, porque no es una lógica homogeneizante. S.P. El alumno cuando entra a la universidad cree que hay una red que lo contiene, que el profesor “sabe” la respuesta. Cuando éramos estudiantes, el profesor que nos daba el programa ya sabía la propuesta a la que teníamos que llegar. El hecho de partir del diagrama, le saca esa red al alumno, al no tener la “contención” de la tipología. El alumno empieza con un parámetro objetivo que desencadena múltiples variaciones y eso dispara un montón de posibilidades ¿Cómo se resuelve eso? J.M.R. El diagrama organiza la conversación. La conversación no se da sobre supuestos, sobre metáforas, sobre sentimientos, se da sobre criterios de información que están sobre el tablero. Luego cada uno tendrá sus maneras de trabajar. Diego es más sistemático, yo soy más exploratorio. Evidentemente, hacemos esto para mantener el interés de la primera vez, a mí particularmente no me gusta repetir cosas. El taller es una maquina exploratoria. Es un gran acto creativo colectivo. Y eso es proyectar. Cuando arrancamos un proyecto en la profesión realmente no sabemos donde vamos a terminar. Hay que tomar muchas decisiones. Esta metodología entrena a los alumnos en la toma de decisiones en un campo determinado. D.A. La sensación de exploración al comenzar cada trabajo es muy buena. Permite salirse de ciertos corsés y mantener el control sin saber que cosas van a aparecer. Transmitir eso a un alumno en formación en los primeros años es muy valioso. S.P. Tienen contacto con lo que pasa en el ciclo superior? La forma de generar formas y espacios se mantiene en los estudiantes del ciclo superior? J.M.R. Creo que no debería haber una separación entre ciclos. Preferiría que las proyectuales se llamen Proyecto 1, 2, 3, 4, 5 y Proyecto Final de Carrera (si queremos seguir teniendo un proyecto final de carrera). Hoy hay una división artificial, el alumno que termina tercer año y el alumno que comienza cuarto es la misma persona. La separación de los ciclos ha creado una inercia institucional muy mala, en la que el docente de Proyecto 1 espera que el alumno llegue formado. Hay que recordarle a ese docente que está en cuarto año, que el alumno no está formado, que tiene tres años más para seguir aprendiendo. El ciclo “superior” no es una Maestría. Hay una secuencia pedagógica que deberíamos coordinar. Hay una potencia increíble en los tres años que siguen. D.A. A mí la variedad siempre me enriqueció. Me parece que la mejor actitud es la de los que no se casan demasiado con una receta. No comparto la visión de tener un hilo conductor de principio a fin. No me preocupa demasiado. Yo estoy en los primeros años donde se intenta dar lo mejor, las mejores herramientas que se conocen. Y el éxito o fracaso dependerá de cómo los alumnos luego se sigan enriqueciendo y se desenvuelvan finalmente por sus propios medios. El compromiso es con uno mismo.

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Posicionamiento Crítico En: Juan Manuel Rois (ed.), 2018. Cátedra Rois TEXTOS [en línea]. pp. 11-14 Disponible en: https://issuu.com/juanmanuelrois/docs/c_tedra_textos

Posmodernismo PostDigital Lo Digital en Arquitectura supera ampliamente al uso de computadoras para la realización de dibujos técnicos o la representación tridimensional hiperrealista; lo digital refiere a un entramado de sistemas de producción CAD/CAM, el Computer Aided Design (diseño asistido por computadora) y el Computer Aided Manufacturing (construcción asistida por computadora). Un entramado que incluye definiciones paramétricas (sistemas de medición estandarizadas y modificables según determinaciones estructurales, materiales y/o programáticas) y que a pesar de la casi imposibilidad del salto de escala hacia lo efectivamente arquitectónico, ha impactado, a través del uso de una serie de artefactos semi-robóticos (moladoras, cortadoras, impresoras digitales) en la producción edilicia gracias a la fabricación de componentes materiales cada vez más sofisticados, tanto en su complejidad geométrica como en su aceptación de variabilidad dimensional, sin demasiados costos de fabricación agregados. Lo Digital se manifiesta principalmente en la producción de los grandes estudios -con clientes que permiten el costo agregado de estas tecnologías-, y en las experimentaciones formales en las escuelas de elite, que han aumentado el arsenal tecnológico de sus talleres de fabricación incluyendo los sistemas de fabricación industrial computadorizados. Los alumnos de estas escuelas pueden realizar allí simulaciones de la práctica profesional de aquellos estudios de alta gama en los que aspiran a ser reclutados una vez graduados. El efecto de la Revolución Digital en la práctica arquitectónica refleja el que ha producido en otros ámbitos productivos: automatización y estandarización global en los procedimientos de diseño y fabricación. En esto, las escuelas mas importantes del mundo y los grandes estudios de arquitectura se han alineado con claridad con las grandes corporaciones digitales (Auto-Desk, Adobe) y los pool de inversores internacionales para producir el acercamiento final de la profesión a los requerimientos de la globalización financiera: responder a la fluidez de las inversiones inmobiliarias en cualquier parte del mundo con sistemas operativos de diseño y construcción eficientes, globales y coordinados. En nuestro medio, si bien hay algunos ejemplos específicos (nacionales y locales) de este claro alineamiento profesión/globalización, afortunadamente para todos nosotros, poco de este entramado productivo ha afectado el mundo de la construcción con más impacto en la conformación del medio ambiente urbano local; que sigue siendo dominado por pequeños estudios de arquitectura (cuando participan arquitectos de este proceso, cada vez menos, en realidad); por desarrolladores inmobiliarios locales interesados en el ahorro material y espacial extremo; por pequeñas compañías de construcción generalmente de escala familiar, que construyen la ciudad, por acumulación lote a lote, utilizando materiales de baja tecnificación agregada y en base a lógicas constructivas locales. Existe una inercia económica de escala que imposibilita que estos sistemas productivos globales impacten en nuestro cotidiano local. Anterior al impacto de Lo Digital, y preparando el terreno para este alineamiento arquitectura/mercado, encontramos el claro paralelo entre la historia del Posmodernismo Arquitectónico y el auge del Pensamiento Neo-Liberal. Comenzando a final de la década del 50, luego de un desarrollo paralelo, en los 90’ triunfan ambos hegemónicamente, con la proclamación de la alianza final de las democracias occidentales y el mercado global en lo que se dio en llamar el Fin de la Historia (Francis Fukuyama). El punto culmine del paralelo arquitectónico de esta historia de auge del Neoliberalismo es el Museo Guggenheim de Bilbao de Frank Ghery (1992/97). Gracias a esta obra, los Arquitectos Estrella Globales, se presentan como los máximos exponentes de una Arquitectura Líquida des-localizada, que actúa en cualquier lugar del mundo, al servicio de grandes corporaciones internacionales ligadas al poder político local en necesidad de demostrar su alineamiento final frente a las lógicas mercantiles. Es sabido que el Museo Guggenheim fue posible gracias a la tecnología digital utilizada en su construcción: un software desarrollado por la industria aeronáutica bélica fue utilizado para la simulación de las complejas dobles curvaturas de la estructura y el ceramiento del edificio. Es aquí, luego de un inicio tentativo ligado a los software de animación computada de Hollywood, cuando la lógica digital del CAD-CAM entra con fuerza en las Escuelas de Arquitectura. Estas lógicas de amplificación y aceleración de la producción de la novedad se enmarcan en la mercantilización fetichista de la arquitectura y su entramado en las lógicas de la circulación de la imagen: la arquitectura será la creadora de plusvalía ampliando el margen de ganancia de la inversión inmobiliaria a través del “gesto” de autoría del arquitecto famoso. Para consolidar el entramado conceptual entre lo Neoliberal, lo Posmoderno y lo Digital, a principios de este nuevo siglo nace desde la academia arquitectónica norte-americana el proyecto Post-Crítico, aquel que vio en los sistemas experimentales de rápida creación de prototipos y en la experimentación formal digital la salida al “discurso negativo” de la crítica intelectual de izquierda. El Fin de la Historia era también el Fin de la Crítica, a la arquitectura le cabía una resignación operativa, aceptando y asimilando los estándares de producción requeridos por el mercado. Las computadoras nos iban a ayudar en la tarea de servir acríticamente al 144


mercado. Luego del ataque terrorista a las Torres Gemelas del 2001, de la crisis financiera/inmobiliaria global del 2008 y los triunfos electorales de la extrema derecha (proteccionista y xenófoba) en los centros de poder mundial, podemos decir hoy que el Fin de la Historia fue efímero y el triunfo Neoliberal pírrico. Nuevamente el paralelo con la arquitectura es claro: el proyecto (aún inconcluso) de la Ciudad de la Cultura de Galicia en Santiago de Compostela, proyecto del arquitecto americano Peter Eisenman, envuelvo en derroches presupuestarios, retrasos monumentales y acusaciones de corrupción política, es la demostración del alineamiento de la Arquitectura a este sistema global y una muestra de su fracaso conjunto. Neo-Posmodernismo El autor de este texto formó parte (2006-2010) de la puesta en marcha en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Illinois en Chicago (UIC) de la pedagogía experimental bajo los lineamientos del director Robert Somol. Con un bagaje teórico de escritos polémicos (“Efecto Doppler”, “12 Razones para recuperar la figura”, “Puntos Verdes 101”) Somol reclamaba el poder proyectivo de la Arquitectura a través de gráficas sintéticas y expeditivas. Llegado a una institución chica, con pocos recursos económicos a mano, Somol toma dos o tres decisiones estratégicas para reposicionar a la escuela dentro del paisaje académico norte-americano: abandona toda pretensión de competir con las grandes escuelas, a las que deja que luchen entre si por tener el robot más grande, usa su prestigio para atraer a profesores jóvenes (Jimenez Lai, Alexander Lehrener, Sean Lally, Sam Jacobs, sumados a los invitados casi permanentes Andrew Zago, Ron Witte, Sarah Witting, Silvia Lavin); y cambia la currícula de la escuela buscando en los archivos de la institución para re-imaginar su futuro. Somol se conecta con el pasado polémico de UIC para desplazar la inercia profesionalista que desdibujaba las aristas más interesantes de su historia reciente: el programa de Landscape Urbanism dirigido por Charles Waldheim a finales de los noventa; la exposición sobre lo que después será llamado Deconstructivismo a finales de los ochenta (con una joven Zaha Hadid en el equipo docente); el activismo político y conceptual de Alvin Boyarski en los sesenta antes de irse a dirigir por veinte años la Architectural Association en Londres. Somol sobrevuela esa historia y recupera un episodio ya olvidado: los Chicago Seven: el grupo de choque del Posmodernismo de Chicago. El momento no podía ser más oportuno: al incipiente cansancio por la regurgitación infinita de lo paramétrico digital se asociaba la estrategia oportunista del low-tech y un cuerpo docente inspirado, interesado en gráficas sintéticas alternativas (atraídos por el buen momento del cómic contemporáneo de Chicago, con autores como Ivan Brunetti y Chris Ware). El resultado fue la aparición de nuevas estrategias gráficas que privilegiaban el color, la figuración, la frontalidad, el blanco y negro, el dibujo 2D, las tramas gráficas y la axonometría. Sumado a un humor sin ironía y a una especulación programática narrativa llena de imaginación espacial, se re-imaginaba la tradición estructural del edificio en altura (la tipología por excelencia de Chicago) en cortes a gran escala impresos a toda extensión de pared expositiva explorando la figura, el poché, la curva, el fillet. Se robustecía el interés por los programas metropolitanos de asociación colectiva en espacialidades interiores socavadas en edificios públicos de planta profunda, donde programas diversos se rozaban en contraposiciones inesperadas para generar Urbanismos Interiores. Se trabajaba el proyecto paisajístico desde la artificialidad compleja de las ecologías sintéticas, buscando el signo pedagógico reconocible de la intervención ambiental, más allá del camuflaje naturalista. Y poco a poco empieza a aparecer el amarillo patito y el celeste chicle. Aquella historia local de re-imaginación de una escuela con pocos recursos se ha convertido en un movimiento disciplinar internacional: el Neo-Posmodernismo. Axonometrías de trazo claro, figuras rotundas y colores pasteles: podría estar hablando de cualquier tumblr de cualquier estudiante de arquitectura, esto es lo que está “de moda” en las escuelas. El problema surge cuando se desconoce el origen extremadamente local de aquel movimiento original recuperado en UIC: el posmodernismo particular de Chicago, con su exponente estético en el joven Helmut Jahn y su polemista de acero, Stanley Tigerman. En aquel entonces, mediados del sesenta, estos arquitectos jóvenes libraban una pelea contra los herederos locales de Mies van der Rohe, en una batalla entre la nueva escuela pública recientemente creada (UIC) contra la vieja escuela privada y elitista (IIT) y la corporación arquitectónica moderna local. Y aquellos jóvenes ganaron. UIC propuso la pedagogía y los posmodernos locales conquistaron la corporación (SOM, HOK) que, dudando de si misma, renegó de lo Moderno para tener en los ochenta su década perdida (un pésimo posmodernismo contextualista). Esta vuelta triunfal del Posmodernismo de Chicago asusta por lo descontextualizado. En aquel entonces, Colin Rowe hablando de los Five (posmodernos de Nueva York liderados por Richard Meirer) avisaba que cuando el Modernismo Europeo cruzó el océano para llegar a América había perdido su ideología por el camino: a Estados Unidos llegó sólo 145


como un estilo formal, dispuesto con vocación profesional para servir al cliente corporativo. Hace cuarenta años, los que en Chicago inventaban el “Posmodernismo” sabían contra quién peleaban (el modernismo corporativo); incluso su recuperación local treinta años después por parte de Somol perseguía también un objetivo claro (ganarle al último coletazo de lo indéxico-critico, el pretendido cientificismo de lo paramétrico). El triunfo global del Neo-Posmodernismo olvida demasiados contextos culturales. Podemos decir, parafraseando a Rowe, que al cruzar el Lago Michigan, el Neo-Posmodernismo perdió su ideología; al resto del mundo llegó sólo como dibujitos simpáticos en tiernos y coloridos posteos de Instagram. Post-Digital Ahora que nuestra relación con la producción digital ha evolucionado, deberíamos re-imaginar los propósitos del dibujo arquitectónico. Las técnicas digitales que tenemos a disposición han cambiado nuestra relación con las imágenes –tanto en como las consumimos cuanto en como las fabricamos. Al mismo tiempo, estas herramientas nos permiten relacionar- nos con la historia disciplinar de la representación arquitectónica, nos permiten combinar temas, técnicas y a veces orígenes. En un reciente artículo Sam Jacobs propone lo Post-Digital, un proyecto que hibrida modos de representación aparentemente caducos con experimentos con las posibilidades que brindan las técnicas contemporáneas digitales. Las herramientas digitales permiten procesar, alterar y crear; permiten intervenir en la información y reformularla. En otras palabras, la cultura del collage; pero un collage ahora liso, de bajo contraste y costuras ocultas. Hoy un “dibujo” puede derivar de muchas fuentes y formas de representación, algo que pone en crisis la idea del autor individual. Esto quiere decir que el dibujo puede ser un acto de curación, de edición y ensamblaje. Lo Post-Digital se propone en oposición al render (que siempre estará atado a la ficción de presentar la realidad), reafirmando al dibujo como un acto arquitectónico en sí mismo: formas de construir otros mundos. Trabajando desde el dibujo, el proyectista no delega en un software decisiones que puede tomar con la simple coordinación entre mano y cerebro, entre imaginación y representación. El modelo digital es lento, las plantas y cortes son rápidos! Más flexibles, más eficien-tes, más poderosos. Lo Post-digital no es una reacción nostálgica, no implica una renuncia al uso de las herramientas; por el contrario, lo Post-Digital busca multiplicar el potencial de cálculo de la computadora para, usando incluso todas las instancias paramétricas, construir los dibujos más hermosos jamás hechos, liberados ya por completo de nociones de “mano del autor”, llenos de elucubraciones espaciales y geométricas mas allá de las capacidades o limitaciones propias de la ejecución a mano. Trabajando en esta búsqueda conceptual, proponemos a nuestros alumnos ejercitaciones como Secuencia e Ilustración, todos bajo el concepto de la “Nueva Gráfica”. El objetivo es trabajar con experimentaciones que usen al modelo digital (3D) sólo como insumo inicial para una serie de técnicas de representación que combinen distintas plataformas (software) para recuperar la noción del dibujo (ya sea en proyección paralela o en convergencia perspectívica) como operación de construcción sistematizada. A estas experimentaciones no las pensamos como operaciones de “renderización” final, las realizamos desde el centro de la práctica de taller, como herramientas de pensamiento espacial que recuperan al dibujo arquitectónico como lugar de proyecto. Lo Post-Digital es la recuperación de la magia del dibujo en su re-encarnación digital. Si antes afiliábamos lápices o preparábamos acuarelas, ahora tendremos que imaginar secuencias de protocolos entre softwares. Qué otra cosa es la instrumentalización que la desaparición final de la herramienta? Tal vez lo Post-Digital sea lo verdaderamente digital. Tal vez lo paramétrico no haya sido si no el encantamiento juvenil inicial, tal vez ya hemos madurado y, en vez de hacer proyectos para demostrar lo que puede hacer el software, empecemos a pensar en configuraciones espaciales que devuelvan algo de sentido a nuestro quehacer en el mundo. Estamos demasiado rodeados de problemas como para seguir jugando jueguitos digitales. Realismo Especulativo Reiniciando un interés por el componente propositivo de la Arquitectura, el desafío hoy es alejarnos de los clichés (digitales) que dificultan el potencial transformador de la Arquitectura. Debemos revisar nuestras posiciones conservadoras desde lo contextual, lo programático o lo tipológico, que demoran el valor plástico de la Arquitectura, que niegan su capacidad, en tensión con lo existente, para crear mundos antes no imaginados. El mayor desafío es defender el valor de la exploración programática de la Arquitectura, su capacidad de crear nuevos usos, de proponer nuevos patrones de sociabilidad. Esto abrirá las puertas a una exploración tipológica, para descubrir nuevas lógicas de organización social, delimitando problemas de forma, proporción y dimensión dentro de un repertorio de modalidades culturales innovadoras. Sin abandonar la distancia crítica necesaria a toda actividad intelectual comprometida con su medio, buscamos un proyectar fresco, con actitud optimista que explore el potencial de lo gráfico sin desestimar el poder de la invención formal y espacial arquitectónica para crear nuevos escenarios de agrupación colectiva. 146


NeoPosmodernismo Neoliberal [en línea]. Ejercicios Doctorales. 5 de Junio de 2019 Disponible en: https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/06/posmodernismo-neoliberal.html

Posmodernismo Neoliberal

Los textos “Modernidad: Un Proyecto Incompleto” (Habermas 1981) y “Posmodernismo y Sociedad de Consumo” (Jameson 1982) indagan sobre cambios culturales acontecidos en la segunda mitad de la década del setenta, época de crisis del modelo Keynesiano del Estado de Bienestar. Etapa anterior al inicio del proceso de adopción de estrategias neoliberales, cuyos principales exponentes a nivel mundial serán los gobiernos de Ronald Reagan (1981-1989) en los Estados Unidos y de Margaret Tatcher (1979-1990) en Inglaterra. Interesa entonces reflexionar sobre que nuevas reflexiones despiertan estos textos, a 40 años de su escritura, leídos desde un presente ubicado en la crisis cultural y económica propiciada por el neoliberalismo. Empezamos por apropiarnos de la estrategia discursiva de Jürgen Habermas (aquella que extiende hacia atrás el inicio de la modernidad para poder así extenderla hacia adelante y argumentar que no ha terminado, que simplemente está incompleta) para dudar de la rapidez con la que se adopta, en aquel clima cultural, el prefijo post para indicar los cambios que se discutían en aquel entonces. Luego de la aceleración del proceso de globalización tras la caída del muro de Berlín, quedó en evidencia el veloz agotamiento del prefijo adoptado: sobrevinieron entonces la hipermodernidad, la sobremodernidad, el supermodernismo y el post-postmodernismo, todas categorías válidas para reflexionar sobre el clima cultural sobreviviente a aquel pregonado “fin de la historia”. Las nociones dan vueltas sobre el borde de lo actual, siempre en constante expansión desde aquel el centro que lo propulsa, esa catástrofe civilizatoria que aún llamamos “progreso”. Seguimos inmersos en los procesos de modernización, hoy en fase neoliberal y es tan global su hegemonía, que ya no podemos pensar al neoliberalismo sólo como proyecto económico, lo vemos hoy como un proyecto cultural con profundas implicancias para nuestras sociedades. Habermas decía que la pregunta que los neoconservadores se hacían a principios de los 80 era qué normas frenarían la nivelación producida por el estado de bienestar, para que volvieran a ser dominantes las virtudes de la competencia individual. El neoliberalismo ha respondido a esa pregunta con creces: las consecutivas crisis económicas han horadado tanto la herencia del estado de bienestar (estado que además ha entregado al mercado casi todos los servicios que prestaba a la sociedad) que el individuo precarizado se encuentra hoy sólo en la multitud. Siguiendo el relato ofrecido, tiene sólo su esfuerzo “emprendedor” como única alternativa para triunfar en esta sociedad “meritocrática”. El neoliberalismo ha respondido las preguntas del neoconservador. Aquellos post-modernos neoconservadores, aquellos que saludaban el desarrollo de las ciencias (siempre y cuando aceleraran el crecimiento capitalista) mientras diluían el contenido explosivo de la modernidad cultural e implementaban políticas desligadas de cualquier justificación moral (Habermas 1981) verían con buenos ojos las transformaciones culturales que nos dominan hoy en día. Si adoptáramos el mismo interés por encontrar conceptos periodizadores para correlacionar la emergencia de los nuevos rasgos formales de la cultura con la emergencia de nuevos tipos de vida social y un nuevo orden económico (Jameson 1982), en el momento actual de la arquitectura podríamos enunciar la incipiente emergencia del Neo-Posmodernismo, un pastiche de los diversos estilos del posmodernismo, con un interés particular por los dibujos del Posmodernismo Clasicista, complementado con un paradójico rechazo a los postulados semióticos de Charles Jenks. El NeoPosmodernismo es un Posmodernismo sin signos, sin estructuralismo, que no entiende a la arquitectura como lenguaje o texto. Luego del fracaso del último intento de innovación estilística (aquel que va desde la deconstrucción al parametricismo) una nueva generación de arquitectos encuentra claves de diferenciación en la última innovación exitosa (el posmodernismo arquitectónico tuvo en su apogeo tanto prestigio intelectual como éxito comercial y acogida popular). El NeoPosmodernismo es el pastiche neoliberal, toma clichés estéticos del posmodernismo y los hibridiza (digitalmente) con citas des-historizadas de otros períodos y estilos. El Neo-Posmodernismo es la versión arquitectónica del meta-eclecticismo millenial, irónico de su propia ironía. Referencias

Jameson, Fredric (1982) “Posmodernismo y Sociedad de Consumo” en La Posmodernidad, Foster H (ed.), 165-186

Habermas Jürgen (1981) “Modernidad: Un Proyecto Incompleto” en Punto de Vista, 21, Agosto de 1984, Buenos Aires

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La ideología del tipo y su problemática universalización [en línea]. Ejercicios Doctorales. 21 de Junio de 2019 Disponible en: https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/06/la-ideologia-del-tipo-y-su-problematica.html

La Ideología del Tipo

En su libro “La Arquitectura de la Ciudad”, Aldo Rossi realiza sugestivas afirmaciones, de grandes implicancias teóricas para la historia y la práctica de la arquitectura y el urbanismo. Afirmaciones que, si bien seducen por la seguridad del lenguaje erudito con la que se realizan, carecen de sustentos conceptuales que las “justifiquen”. Las posiciones se presentan al lector como opiniones (fundadas o no, no lo sabemos) del autor, que usando sus propias palabras, “asumen un claro carácter ideológico”. Esto no sería preocupante, de no ser por el impacto que estas posiciones han tenido de “teoría” fundante en escuelas y prácticas pedagógicas y profesionales alrededor del mundo (por lo menos hispano-parlante). Esta universalización pudo realizarse gracias al ocultamiento operativo del preciso contexto histórico y político al que reaccionaba Aldo Rossi con su paradójico “conservadurismo progresista”. En su libro, para exponer su concepto de “Parte de Ciudad”; Rossi nos habla de una visita a un palacio renacentista. Difícilmente se preste esto para la universalización de su aplicabilidad para explicar la ciudad latinoamericana, tal como sucedió en la mayoría de las escuelas de nuestro continente. Efectivamente, mucho debe ser soslayado para que el concepto tenga pregnancia en contextos tan radicalmente distintos a los de las milenarias ciudades italianas. Más que crítica, la teoría de Rossi podría denominarse como “reactiva”. Rossi reaccionaba al contexto particular de los procesos de modernización italianos, que tuvo dos instancias diferenciadas del resto de las dinámicas europeas: el momento fascista de entreguerras y el momento pro-norteamericano de posguerra. Rossi reaccionaba a su “educación moderna”, y en Italia esa modernidad había sido fascista. La Casa del Fascio de Guiseppe Terragni funciona como emblema para esa arquitectura llena de modernidad monumental, puesta con tanto fervor al servicio del Duce y su estado autoritario. Los maestros de Rossi, Rogers, Zevi y Argan, libraron la batalla contra ese modernismo y pasaron la épica resistente a la próxima generación. En la década de 60, el Partido Comunista Italiano, habiendo ganado ya la batalla al fascismo, se encontraba en su segunda “guerra de resistencia”, contraponiendo la heterodoxia marxista a la norteamericanización consumista de la cultura italiana de aquel entonces. La película “La Dolce Vita” de Federico Fellini demuestra esa deriva. Es aquí donde el conservadurismo historicista de Rossi se entiende como una resistencia culta y elitista a la cultura popular pasatista que inundaba la urbanización (cada vez más periférica) de las ciudades italianas. Será el centro de la ciudad, con todo su peso histórico, con todas sus “Partes de Ciudad” diferenciadas con identidad, memoria y densidad, la trinchera de resistencia a la ciudad genérica. Rossi necesita de la historia, de los lugares con cualidad, para contrarrestar el presente perpetuo de la comodificación del espacio urbano. Su reacción es paradójicamente excesiva: paradójica porque para alejarse todo lo posible de la posición criticada, termina haciendo lo que critica, aunque desde un lugar ideológicamente más “puro”. Tomemos como ejemplo el problema de la forma y la función. Su furibunda crítica al funcionalismo termina proponiendo un formalismo. Si bien es claro que la forma no sigue a la función (al menos en arquitectura) un formalismo que no tenga en cuenta la función propone una forma de cáscara vacía, tan falto de profundidad intelectual como el funcionalismo más utilitarista. Cuando desde una crítica arquitectónica al funcionalismo Rossi se desplaza a una crítica urbanística al entendimiento de la función como elemento estructurante de lo urbano, se aleja incuso de sus fundamentos materialistas históricos: si lo único que tenemos para estructurar la ciudad es la forma (además, de los monumentos!) se nos escapan todos los procesos de urbanización; nos quedamos con los resultados y no con sus causas. Al olvidarnos de los procesos de producción, volvemos a ser los comentaristas de la realidad y dejamos de operar en su posible transformación, dejamos de ser marxistas. Rossi criticó al funcionalismo por la comodidad que ofrecía para las clasificaciones, por su reduccionismo elemental, utilitarista y operativo. Paradójicamente, su propuesta tipológica, aparentemente crítica, erudita y compleja, se explicaba con claridad pedagógica; en esto radicaba la seducción de su propuesta. Rossi nos ofrecía el Tipo como solución a todos los problemas, nos regalaba una receta instrumental y operativa; y finalmente, conservadora. Rossi, Aldo (1966) “Estructura de los hechos urbanos” en La Arquitectura de la Ciudad

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El Detalle no es una Palabra (y la Pared no explica el Mundo) [en línea]. Ejercicios Doctorales. 21 de Junio de 2019 Disponible en: https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/06/la-ideologia-del-tipo-y-su-problematica.html

El Detalle no es una Palabra

En su artículo de 1981 “The Tale-the-tale Detail” (ya de por sí un juego de palabras: el detalle “parlante” que cuenta el cuento, y una triple repetición del sonido de la palabra detalle en inglés), Marco Frascari nos propone una lectura estructuralista del detalle arquitectónico. En ese esquema, el detalle es presentado como unidad mínima de producción de sentido en arquitectura, la palabra que articula el lenguaje arquitectónico. Comenzando con un juego de palabras (casi deconstructivo) entre la “techné del logos” y el “logos de la techné” -que el autor explica como la diferencia entre la concepción (la primera) y la construcción (la segunda)-, Frascari se embarca en la historiografía del concepto “detalle” en arquitectura. El problema de este recuento histórico es que la palabra “detalle” ha tenido los más variados significados en relación a múltiples contextos disciplinares, y sin embargo, el autor los unifica dentro de su lectura, presentando una continuidad desde la “arquitectura parlante” de la Academia de Bellas Artes hasta las posturas estructuralistas en boga al momento de la escritura del artículo. Frascari combina explicitaciones eruditas y fundadas historiográficamente con saltos interpretativos que descontextualizan las referencias para justificar sus propias posturas (ideológicas). Lo interesante de los saltos es que dejan en evidencia las suturas. De una presentación del entendimiento académico decimonónico del edificio como texto y de los detalles como las unidades de significación que determinarán el carácter del texto, el autor se ve en la necesidad de recurrir a la fenomenología para complejizar su lectura y poder así acercarse a su objeto de estudio, Carlo Scarpa. Este forzamiento retórico del texto de Frascari convierte al detalle prácticamente en una “palabra” del “texto” arquitectura. Su insistencia en una lectura (demasiado básica, tal vez?) del estructuralismo hace recordar la advertencia que realizara Robin Evans en 1995 en la introducción de su libro The Projective Cast:

“No debemos asumir que un cierto parecido nos permita tratar las dos situaciones como idénticas; tomando la terminología, los argumentos y las conclusiones de la teoría literaria, y adhiriéndoselas acríticamente a la arquitectura, calificando el resultado como una teoría sobre nuestro tema. La semejanza no es identidad; la proyección ortográfica no es ortografía; el dibujo no es escritura y la arquitectura no habla. Se puede aprender mucho de la teoría literaria, al menos circunspección, además de una confianza suficiente de que el objeto para el cual se busca una teoría sea digno al menos para realizar alguna modesta consulta sobre el asunto. En arquitectura, el problema ha sido que un paradigma superior derivado de las matemáticas, las ciencias naturales, la pintura o la literatura siempre ha estado a mano. Nos han proporcionado nuestras necesidades a algún costo. Pedimos nuestras teorías de estas regiones altamente desarrolladas sólo para encontrar a la arquitectura anexada como un tema secundario. ¿Por qué no es posible derivar una teoría de la arquitectura a partir de una consideración de la arquitectura?” (Evans 1995, xxxvi) Más extraña aún resulta la contradicción de Kenneth Frampton en su introducción a su libro “Estudios sobre la Cultura Tectónica”. Frampton invoca algo similar a lo que reclama Evans (una teoría de la arquitectura que mire a la arquitectura) cuando indica al inicio del capítulo que “lo construido es en primer lugar una construcción”, pero dicho esto se embarca en un zigzagueante camino por la historia de la filosofía para fundamentar posiciones que luego verificará en casos arquitectónicos. Resulta curioso que un estudio sobre la cultura tectónica dedique tanto espacio a explicar palabras y se olvide tanto de las cosas. Al final de un exhaustivo (y erudito) recuento filológico por los distintos significados de la palabra tectónica, Frampton arriba (luego de pasar por su relanzamiento en el siglo XIX por la teoría estética alemana), a la definición que propone, en 1973, Edward Sekler. Lo hace tergiversando las palabras de ese autor para proyectar en él sus propias predilecciones ideológicas. Parafraseando a Sekler, introduce una lectura “moralista” ausente en la interpretación del historiador: Sekler nos habla de una “intención plástica” del arquitecto en la conformación del juego de fuerzas entre estructura y construcción y no de una “expresividad producida por la resistencia estática de la forma construida”, tal como nos dice Frampton. De manera muy sutil, con una palabra clave, Frampton se “apropia” de una definición paradigmática del concepto y la acerca al panorama de la Teoría Crítica. Más problemático aún es el uso del concepto “a-tectónico” del mismo autor, al que presenta como “contrario” al primero, lo que introduce una escala de valores morales inexistente en la apreciación inicial. Luego de arribar a este “nudo” conceptual, Frampton se embarca en una de sus características recopilaciones de casos heterogéneos (tanto de términos filosóficos como de casos arquitectónicos) a los que fuerza en categorías de análisis para brindar una aparente coherencia conceptual. Saltos geográficos, temporales y/o disciplinares son ignorados en función del interés de su argumentación. Aceptando sin más las teorías que ayudan a su argumento (las de Semper, por ejemplo), Frampton pasa rápidamente a presentarnos una serie de edificios (de diversos autores, lugares y épocas) que “demostrarían” su postura: una maniquea división moralista entre la estructura verdadera y el ornamento falso; entre la tectónica como fundamento profundo 149


de la arquitectura y lo a-tectónico como su falsa superficialidad. En un nivel más profundo, Frampton contrapone el lugar al espacio y el tiempo a la forma, en pares dialécticos donde lo primero tiene primacía sobre lo segundo. Causa extrañeza que esta postura crítica, que proviene de una lectura crítica marxista -materialista histórica- tenga que recurrir a la fenomenología más anti-moderna para justificarse. Todo esto termina en una contradicción conceptual irresoluble entre un conservadurismo estético y un progresismo político, que nos ubica en el punto muerto de su paradójica “innovación tradicional”. Que la tarea de nuestro tiempo sea, según el autor, combinar “la calma con la vitalidad” nos deja en un estado de tal perplejidad, que nos hace preguntar: y la revolución? Puntualizo una de las estrategias retóricas de Frampton: para justificar su postura y su aceptación de la lectura etnográfica de los inicios de la arquitectura de Gottfried Semper, Frampton recurre a Pierre Bordieu y su análisis de la casa Bereber como elemento verificador. Frampton acepta sin más la demostración de Bordieu y la utiliza para su propio argumento, lo que le permite agregar dos ejemplos (que no tienen nada en común entre sí) y de esa manera todos (Semper, Bordieu y Frampton) quedan validados. Frampton utiliza además la misma metodología de Bordieu. Para explicarla, introducimos una nueva extensa cita: Albena Yaneva, en “Mapping Controversies” produce una incisiva argumentación en contra de las posturas de la ”teoría crítica” en Arquitectura:

“Bourdieu nos advierte que una explicación estrictamente técnica nos daría una comprensión inadecuada de la casa Bereber. En su lugar, intenta descifrar los signos inscritos en la estructura y sus significados y prácticas ocultos. Siguiendo este marco analítico interpretativo, Bourdieu rechaza los aspectos puramente técnicos de la casa y se dedica a la búsqueda de oposiciones homólogas. Existe una notable negativa a considerar que los aspectos técnicos y materiales compartan un mundo con los simbólicos. Al explorar los significados ocultos de la arquitectura y revelar las fuerzas detrás de la arquitectura, el enfoque crítico de Bourdieu asume la existencia de un “contexto social mítico-simbólico” en el que tienen lugar las actividades arquitectónicas. Lo “social” es un dominio separado de la realidad que explica la arquitectura. En este juego de homología y oposición, la brecha entre la arquitectura (contenido) y el mundo fuera de la arquitectura (contexto) se mantiene y se amplía. ¿Cómo se puede obtener una explicación simplemente insertando a la arquitectura dentro de marcos más grandes? Describir los contenidos de la casa con referencia al contexto social, mítico y simbólico no nos ayuda a entender su arquitectura; solo mueve la flecha de un lado de la mesa al otro; de lo interno a lo externo; de microcósmico a macrocósmico; y de una entidad a la otra. (Yaneva 2012, 25-29) Yaneva entiende que la estructura retórica de este tipo de trabajo crítico busca una explicación para la arquitectura en base a la causación. Es decir que si tuviéramos una tabla con dos lados, dónde A es la Sociedad (necesidades sociales; factores económicos, sociales, políticos o culturales; formas de organización económica, distribución de recursos) y dónde B es la Arquitectura (formas, estilos, escala, apariencia); el lado B comprende un inventario de los elementos a explicar y el lado A consiste en un repertorio de elementos que pueden proporcionar la explicación de B. Yaneva nos indica que el peligro de explicar la arquitectura usando las ciencias sociales es que se las use para agregar adornos filosóficos a las hazañas técnicas. Lo que Yaneva encuentra especialmente problemático es el papel implícito que se le asigna a las ciencias sociales en las argumentaciones “críticas”: se espera que proporcionen las soluciones. Estas posiciones críticas asumen que lo social es explicativo y ocupa la posición de una causa. Por el contrario, la arquitectura sería el significado a ser explicado, quedando así reducida al papel de efecto. Sin embargo, (y como bien lo demuestra la colección de citas y autores con los que Kenneth Frampton compone su capítulo) las explicaciones de los “críticos” consisten en catálogos (de aparente coherencia conceptual) de una desproporcionada cantidad de elementos heterogéneos, históricos y contingentes. Además, como ya lo ha señalado Bruno Latour, las ciencias sociales son parte de las actividades que queremos estudiar; son parte del problema, no de la solución. Yaneva quiere decirnos que los elementos de la lista A requieren igualmente de una explicación; no se pueden incluir en la historia como explicaciones fijas. Si luego de producidas las “explicaciones”, todavía es necesario explicar los factores y las influencias sociales, entonces la “sociedad” no alcanza para explicar a la arquitectura. Como argumenta Yaneva: “Si lo que queda por explicar es “todo”, la explicación no puede ser una meta realista ni deseable.”

Frascari, Marco (1981) “The –Tell the tell- Detail” en Architectural Theory 1965-1995 Nesbitt, K (ed.) (1996) NY: Princeton Arch Press Frampton, Keneth (1999) “Reflexión sobre el campo de aplicación de la tectónica” en Estudios sobre la Cultura Tectónica Yaneva, Albena (2012) Mapping Controversies in Architecture Surrey: Ashgate Publishing Evans, Robin (1995) The Projective Cast Cambridge: MIT Press

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Heidegger en Frampton Problemas Actuales de la Arquitectura y los Estudios Urbanos. 2019 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

Heidegger en Frampton

El artículo “On Reading Heidegger” publicado en 1974 demuestra a un joven y militante Kenneth Frampton, exponiendo con prosa densa e inspirada los temas que trabajará una y otra vez, con renovada obsesión, en su fructífera carrera académica. Tal vez por eso (su juventud?, su militancia?) nunca haya quedado tan expuesto su paradójico conservadurismo crítico, su idealizado materialismo. Su llamado de atención hacia la pérdida del valor de uso (profundo, histórico) y su reemplazo por el valor de cambio (superficial, contingente) en todo lo que concierne a nuestra cotidianidad queda claramente expuesto gracias a la utilización de la diferenciación Heideggeriana entre espacio y lugar. (Extraña recuperación de Heidegger por parte de un intelectual crítico. Influencia tal vez de Christian Norberg-Schulzy y su “Existence, Space and Architecture” de 1971?) Escrito a mediados de la década del setenta, el artículo se posiciona en la conversación de la intelectualidad norteamericana que va desde El Fin de la Ideología (1960) y el Inicio de la Sociedad Post-Industrial (1973) a Las Contradicciones Culturales del Capitalismo (1976) -si pudiéramos caracterizar la época con los títulos de tres libros de Daniel Bell, autor que desde la sociología definirá la discusión del momento. Para hablar de la disyuntiva donde sentía encontrarse, Frampton nos dice que “si decidiéramos, a través de un desajuste interno o un extendido sentido de la responsabilidad, evitar el arte autónomo o la promesa liberadora del intelecto poético, entonces, con demasiada frecuencia, nos encontraríamos confundiendo, en nombre del populismo, el objeto del encanto elitista con elaboradas racionalizaciones del entorno, tal y como lo encontramos.” (Frampton 1974) Atrapado en el laberinto entre el elitismo de la estética abstracta de la modernidad tardía y el realismo pop(ular) de la incipiente reacción posmoderna, ambos considerados profundamente conservadores, ¿qué puede hacer el intelectual de formación marxista preocupado por lo que llama la “apoteosis del capitalismo liberal tardío” (o lo que hoy llamaríamos neoliberalismo)? Se concentra en nuestra incapacidad para habitar “lugares” y nos propone su producción consciente como ética resistente. En un uso muy temprano del concepto, Frampton nos ubica en los ubicuos “no-lugares” (muchos antes que Marc Augé hiciera mundialmente conocido el concepto en su libro de 1992 “Non-Lieux, Introduction à une anthropologie de la surmodernité”). Frampton critica a sus lectores (la sociedad norteamericana de entonces, en la que, como reciente emigrado inglés, suponemos no se incluye) por encontrarlos felicitándose regularmente por su “patológica capacidad para la abstracción”, por su esclavitud a los procesos transaccionales de mercantilización. Ese es el tono de rechazo que propone el texto. Frampton, perdido en la Norteamérica de los años setenta, advierte a los norteamericanos que al aceptar el Stripmall, han eliminado, de una vez y para siempre, la posibilidad de poder estar alguna vez en algún lugar. Canalizando poéticamente conceptos de “La Sociedad del Espectáculo” (Guy Debord, 1967), Frampton ve, en clave Philip K. Dick, como “intercambiamos alegremente nuestro tenue control sobre la esfera pública por la distracción electrónica del futuro privado. El sonambulismo, masivamente ingenierizado de la televisión, nos complace con la proliferación del kitsch de carretera, con el fabricado espejismo de ‘algún lugar’ hecho de fachadas de cartelera de parafernalia teatral, la fantasía de una cláusula de escape de nuestro paisaje de alienación.” Una referencia sarcástica, en clave distópica del, en aquel entonces recientemente publicado “Learning from Las Vegas” de Robert Venturi, Denise Scott Brown y Steven Izenour (1972). Nos dice Frampton (en una frase de hermosa construcción Heideggeriana en su inglés original) que todo este echarse a perder sólo puede encontrar su fin último en nosotros mismos. Es aquí dónde Frampton delinea su proyecto académico: salir del acoso universal del “no-lugar” a través un profundo conocimiento de la historia y de un riguroso análisis sociopolítico del presente, visto ya como continuidad y cumplimiento del pasado. Lo impulsa un imperativo ético: “No tenemos más remedio que reformular la dialéctica constituyente del mundo, para determinar, de la manera más acertada, los vínculos necesarios entre el lugar y la producción, entre el qué y el cómo.” Frampton hará teoría de la arquitectura desde un enfoque materialista histórico. Escrito con las consecuencias de la primer Crisis del Petróleo (1973) en pleno desarrollo, no sorprende el tono ambientalista de su preocupación: la pérdida del lugar es la pérdida de la relación con la naturaleza del hombre, que dominado por el capitalismo desenfrenado se encamina a su destrucción. Aquí también hay tonos de épica Heideggeriana, resignada y admonitoria; pero sorprende el uso de un concepto que desplaza la discusión a otros contextos intelectuales: la idea del “límite del crecimiento”, noción contemporánea a la escritura del artículo, proveniente del informe del Club de Roma de 1972 (liderado por Dennis Meadows del Instituto de Tecnología de Massachusetts) que describió el deseable “estado de equilibrio global” diciendo 151


“estamos buscando un sistema mundial que sea sostenible sin colapso repentino e incontrolado y que sea capaz de satisfacer los requisitos materiales básicos de toda su gente.” Frampton propone entonces la producción de lugar (impuesta por aquellos límites ambientales) como un problema de prioridades y decisiones, es decir como un problema ético y político. No podemos dejar de notar que “La Producción del Espacio” es el titulo del influyente libro de 1974 de Henri Lefebvre, que publicado en París como La production de l’espace, será traducido al inglés recién en 1991. Si bien sabemos que Lefebvre no fue un autor muy leído en los ambientes intelectuales norteamericanos de aquel entonces, Frampton era inglés, de formación marxista y con incipientes inclinaciones fenomenológicas; no podía ignorar la producción intelectual de uno de los más grandes pensadores marxistas heterodoxos de su tiempo, embarcado él mismo en una deriva fenomenológica. La coincidencia excede el juego de palabras sobre los conceptos Heideggerianos de espacio y lugar: todo el libro de Lefebvre es un llamado a liberarnos de la mercantilización del espacio a la que nos somete el capitalismo avanzado. Adaptando el reclamo Marxiano de convertir la filosofía en una herramienta para trasformar el mundo, Frampton escribirá teoría para transformar la arquitectura. La oposición dialéctica Heideggeriana entre lugar –cualitativo, estático y concreto- y producción -cuantitativo, dinámico y abstracto- lo acompañará el resto de su carrera en sus intentos por prescribir una “práctica resistente”: su Regionalismo Crítico (1983), su Llamado al Orden (1990), sus Estudios de la Cultura Tectónica (1995). Con este armazón conceptual, Frampton se abocará a re-escribir la Historia, esta vez Crítica, de la Arquitectura Moderna; publicada por primera vez en 1983, con cuatro re-ediciones, constantemente revisadas. Al final de este intenso artículo de 1974 encontramos el nudo del paradójico conservadurismo crítico de Frampton. En su visión (todavía ingenua?) de la Arquitectura, mantiene la esperanza de la agencia del diseño (de elite) como herramienta de resistencia crítica; para él, la experiencia estética de calidad será un medio para la transformación del sujeto. Según Frampton, la creación de una arquitectura diferenciada generará lugares y nos liberará de la homogeneización a la que nos condena la forma construida desde la perspectiva de la producción moderna. Error de diagnóstico comprensible, realizado en plena crisis de la industrialización Fordista; pero las cosas no resultaron como él las imaginaba. Cito algo que escribí en otra ocasión: “Hasta no hace mucho se le pedía a la arquitectura que significara, que se distanciara críticamente, que resistiera tentaciones. Las cosas han cambiado. Hoy la arquitectura se expande, disipándose por los bordes del diseño. Se le pide que ocupe todos los rincones y que nos envuelva. Conectándose directamente con nuestra sensibilidad, en atmósferas de diseño total, la arquitectura define el carácter de la experiencia. Pero no es la experiencia fenomenológica del habitar, no hay esfuerzo. Branding, Lifestyling y Marketing son las operaciones que definen este paradigma. La arquitectura, desde el diseño, brinda la innovación formal que diferencia y posiciona productos para establecerlos con identidad en un mercado saturado. Se nos dice que nuestro derecho es elegir los estilos de vida con los que construir nuestras identidades de pertenencia. Somos consumidores antes que ciudadanos.

Hace un tiempo, no hace mucho, la resistencia de la arquitectura posicionaba a la disciplina en el camino de la búsqueda de la verdad; la identidad de un lugar se establecia gracias al tiempo y los acontecimientos de la cultura, y a eso lo llamábamos historia. Hoy ya no tenemos tiempo; fabricamos verdades, compramos identidades y nos arropamos con ellas.” (Rois 2014) Rois, Juan Manuel (2014) “Cairo Soho: Diseñando Atmósferas” en Demasiado Rosarino [en línea] 4/2/2014 Frampton, Kenneth (1974) “On Reading Heidegger” en Oppositions, 4 (Octubre de 1974)

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La función de la crítica: ubicar las relaciones, desnudar las representaciones [en línea]. Ejercicios Doctorales. 11 de Junio de 2019 Disponible en: https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/06/la-funcion-de-la-critica.html

La Función de la Crítica

Manfredo Tafuri entiende al trabajo histórico como un trabajo de interpretación. Para él, las representaciones son modos colectivos de entender la realidad “ocultos” dentro de las prácticas. La tarea de la crítica, como movimiento capaz de alterar las representaciones, será la de desnudar a la representación, hasta encontrar los códigos intersubjetivos subyacentes. Dos frases de Walter Benjamin le ayudan a Tafuri a localizar la tarea “destructiva” de la crítica. La primera: “Cuando el espíritu destructivo mira al rededor no ve nada positivo en torno a él. Pero justamente porque no ve nada positivo, en todos lados ve caminos.” La segunda enmarca aún más la labor de la crítica: “Es necesario talar el bosque con el hacha afilada de la razón.” Tafuri hace historia como crítica del fundamento. Crítica que asume los límites de la arbitrariedad, haciendo entrar en juego la objetividad del trabajo histórico. Nos avisa que en torno a los objetos de estudio es necesario trazar redes cada vez más cercanas mediante datos ciertos, con la idea de llevar hasta el límite la idea de objetivación. Hay que dar a la interpretación una base firme basada en datos objetivos. Paradójicamente, este acotamiento produce libertad; la interpretación de una obra se apoya y se confronta con la multiplicidad de relaciones hacia adelante y hacia atrás. Las obras forman parte de una red, a tal punto que el análisis de la obra se diluye en la red de relaciones: “Una red tan múltiple que se constituye en realidad en el verdadero sujeto de investigación.” (Tafuri 1981) Michel Foucault nos habla de esas redes, nos dice que la tarea del estructuralismo es el esfuerzo por establecer las relaciones entre elementos que aparentan estar desperdigados. La tarea de la crítica es ubicar las relaciones que los hagan aparecer como una configuración. Esa configuración, “desnudada” por el análisis, es el resultado de la interpretación. Foucault nos habla de los espacios que habitamos, espacios heterogéneos que no son lisos ni vacíos. Vivimos al interior de un conjunto de relaciones que determinan ubicaciones mutuamente irreductibles y en modo alguno superponibles. Vivimos inmersos en las relaciones y prestamos poca atención a su carácter artificial, construido. Esa es la función de la ideología: ubicarnos en un lugar y desaparecer. Foucault habla del poder. La tarea de la crítica será entonces la de emprender la descripción de estas distintas ubicaciones, investigando el conjunto de relaciones que permiten definir esa ubicación. (Foucault 1967) Para demostrar el carácter destructivo (de las representaciones) y liberador (del sujeto) de esta forma de hacer historia, basta con revisar el objetivo del ensayo de Manfredo Tafuri “Para una Crítica a la Ideología Arquitectónica”, cuyo capítulo “Dialéctica de la Vanguardia” se propone “desnudar” en las vanguardias artísticas de principios de siglo XX la formación de la ideología de la arquitectura moderna como sublimación de los conflictos de la modernización. Sublimación que al esconder las estructuras subyacentes, las confirman y las convalidan. El más crítico de los críticos, un Tafuri implacable nos muestra aquí a un Benjamin y un Simmel funcionales a la interiorización de la actitud blassé y el shock por parte de las vanguardias y a su posterior instrumentalización por parte de la Arquitectura Moderna. Según Tafuri, la función de la vanguardia fue enseñar no sólo a “padecer” el shock, sino a absolverlo, asimilarlo como condición inevitable de la existencia (y cuando no, a disfrutarlo). La función del diseño y la arquitectura moderna será el golpe de gracia: la organización de la producción (antes que la configuración de los objetos) eliminando los últimos residuos utópicos de las poéticas vanguardistas. El diseño como utopía funcional es ideología consumada al interior mismo de los ciclos de producción. (Tafuri 1972) Tafuri, Manfredo (1981) “Entrevista”, Materiales Tafuri, Manfredo (1972) “Para una Crítica a la Ideología Arquitectónica”, en De La Vanguardia a la Metrópolis, Crítica radical a la Arquitectura Editorial, Gustavo Gilli, Barcelona Foucault, Michel (1967) “Los Espacios Otros” en Architecture, Mouvement, Continuité, 5, (octubre 1984), 46-49

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El Proyecto Arquitectónico como Red Híbrida Problemas Actuales de la Arquitectura y los Estudios Urbanos. 2019 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

El Proyecto Arquitectónico como Red Híbrida

Bruno Latour, en “Nunca Fuimos Modernos” (1991) sugiere la idea de considerar al proyecto arquitectónico como un híbrido que “bosqueja enredos de ciencia, política, economía, tecnología y ficción.” Albena Yaneva, siguiendo la propuesta de Latour, considera al proceso de diseño arquitectónico como un foro híbrido, acción colectiva que moviliza elementos variables. Para Yaneva, y desde la perspectiva de la Teoría del Actor-Red ANT (Actor-Network Theory), los procesos de diseño involucran todo tipo de actores: no solo seres y grupos humanos, también naturales y técnicos. Los actores aparecen en red; lo social y lo cultural se encuentran a medida que se desarrolla la práctica arquitectónica, a medida que avanza el diseño; no están fuera de los objetos y procesos arquitectónicos. El proceso de diseño arquitectónico funciona así como un foro híbrido, espacio de conflicto y negociación entre actores. Foro como lugar físico en el que varios grupos pueden reunirse y debatir problemas y opciones. Híbrido porque las personas involucradas son heterogéneas: expertos, políticos, clientes, arquitectos, técnicos y laicos; porque las preguntas que deben abordarse son de naturaleza diferente: desde preocupaciones políticas y éticas hasta la ingeniería mecánica y la estética. (Yaneva 2012) Estas nociones derivan de los Estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad, propuesta conceptual que busca zanjar la brecha que separa el conocimiento exacto y el ejercicio del poder; en palabras de Latour, la brecha en nuestro entendimiento que separa la naturaleza de la cultura. Para conectar ambos campos y seguir el rastro de sus historias entretejidas, Latour propone el concepto de red, porque lo considera más flexible que la noción de sistema, más histórica que la noción de estructura y más empírica que la noción de complejidad. Latour propone además el concepto de red colectiva para describir la asociación de humanos y no-humanos, para dejar al concepto “sociedad” designando sólo a una parte de nuestros colectivos, aquella división inventada por las ciencias sociales. (Latour 1991) Los críticos han desarrollado tres enfoques distintos para hablar de nuestro mundo: naturalización, socialización y deconstrucción; con esto las redes son separadas en conjuntos distintivos: hechos, poder y discurso. Pero Latour nos recuerda que las redes, a pesar de ser reales, colectivas y discursivas; no son ni simplemente objetivas, ni simplemente sociales, ni simplemente efectos del discurso. Los hechos científicos son construidos, pero no pueden reducirse a la dimensión social porque esta dimensión está poblada por objetos movilizados para construirla; y esos objetos son reales, pero se parecen tanto a los actores sociales que no pueden reducirse a una realidad “allá afuera”. Las redes son simultáneamente reales, como la naturaleza; narradas, como el discurso, y colectivas, como la sociedad. Para resolver el dilema en la que este división tripartita a puesto a la ciencias sociales, Bruno Latour propone una aproximación etnográfica, dado que el etnógrafo es capaz de reunir, en un solo discurso, los mitos, genealogías, formas políticas, técnicas, episodios y ritos de las personas que estudia; entrelazando en una sola narrativa los rasgos simultáneamente reales, sociales y narrados. (Latour 1991) Para dar lugar a estos cruces entre ciencia y tecnología, Latour propone la práctica de la traducción, aquella que crea mixturas entre tipos de seres completamente nuevos, híbridos entre naturaleza y cultura: las redes híbridas. Esto nos permite proponer al proceso de diseño arquitectónico como una red dinámica de relaciones, definidas en base a numerosas situaciones de coexistencia, en base a muchas decisiones. Un proyecto arquitectónico podrá entenderse así sobre la base de su originalidad y diversidad; resultado de un proceso de conexiones polivalentes, una composición de muchas composiciones, una pluralidad de pluralidades. (Yaneva 2012, 108) Yaneva, Albena (2012) Mapping Controversies in Architecture Londres: Routledge

Latour, Bruno (1991) We Have Never Been Modern Cambridge: Harvard University Press

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Ética Pragmática del Proyecto de Arquitectura Ética y Ciudad. 2020 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

Ética Pragmática del Proyecto de Arquitectura

Introducción Las siguientes páginas se nutren del reciente “giro pragmático” en los estudios del diseño1 y la teoría de la arquitectura influenciado por los estudios sociológicos de etnografía del diseño (Latour 1999; Yaneva 2012; Farías y Wilkie 2016). Bajo la forma de relatos etnográficos, esta aproximación adopta la metodología de la Teoría del Actor-Red (ANT) 2 de los Estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (STS) para producir descripciones de arquitectos inmersos en el trabajo proyectual que ofrecen ejemplos de instancias concretas y perspectivas realistas de las dinámicas del proceso de diseño arquitectónico y sus dimensiones materiales, cognitivas y culturales. Indagaremos algunos aspectos éticos pertinentes a esta novedosa conceptualización del proyecto arquitectónico. Si el pragmatismo es un método para clasificar las proposiciones de acuerdo a sus consecuencias, entonces, en un enfoque pragmático del proceso de diseño, el arquitecto deberá investigar las consecuencias de sus elecciones de diseño, preguntándose principalmente para quiénes se desplegarán. Si el valor de un diseño queda contenido en sus efectos prácticos, que aspectos éticos involucran estas ponderaciones? El principal problema al que nos enfrentamos al hacer esta pregunta es que los arquitectos han tendido históricamente a confundir la ética con la estética. Es decir, los arquitectos han tratado los problemas éticos directamente a través de las dimensiones estéticas de sus obras, asimilando la “buena estética” con la moral, atribuyendo virtudes a determinadas configuraciones favorecidas por los contextos ideológico-disciplinares de cada momento histórico. En “Architecture Depends” (2009), Jeremy Till entiende que esto sucede porque “la ética se desprende de su condición esencial de ser resuelta mediante una negociación compartida y se sitúa en cambio en un entorno controlado que posiciona al arquitecto como árbitro.” (Till 2009, 176) El autor niega que propiedades éticas puedan ser atribuidas a materiales, objetos o configuraciones, señalando que la fusión de la estética y ética solo puede ocurrir “en un universo paralelo donde la moral se aplique a los objetos.” (Ibíd., 174) Una convención que cree peligrosa, ya que absuelve a los arquitectos de una parte de sus responsabilidades con respecto a otras personas (por el solo hecho de haber sido “fieles a las propiedades tectónicas del ladrillo”, por ejemplo.) Till remarca: “Para decirlo simplemente, un ladrillo no tiene moral.” (Ibíd., 177) La pregunta ética discute el acercamiento hacia los objetos arquitectónicos considerados aislados de su entorno social y de sus consecuencias sobre los seres humanos afectados. En ese sentido, Jeremy Till llama a las elecciones del proceso de diseño arquitectónico, “elecciones contingentes”, es decir, inciertas, parciales y condicionales; pero no por ellos menos necesarias, decisivas o definitivas. Y advierte: “Debido a que las elecciones contingentes se basan en realidades concretas, debemos ser conscientes del efecto de cualquier decisión que tomemos, y esto significa que nos será imposible ignorar los aspectos políticos y sociales de los resultados futuros.” (Ibíd., 60) Situación En la primer década del siglo XXI se editan dos libros que invocan al “pragmatismo” para inaugurar una nueva dirección en la teoría de la arquitectura: “The Pragmatist Imagination” (2000), editado por Joan Ockman, y “The New Architectural Pragmatism” (2007), editado por William Saunders, abogan por la necesidad de acercar la abstracción de la teoría a la realidad de la práctica arquitectónica. Si bien Saunders usa el término pragmatismo sin referirse a la tradición filosófica, toma conceptos de su tradición: eficiencia, realismo, experimentación. (Saunders 2007, xviii) La reticencia de Saunders en transparentar el uso de conceptos pragmáticos deriva de su limitada versión del pragmatismo, que le hace pensar que al perder el marco reflexivo asegurado por la teoría crítica “resistente”, la arquitectura se vería “comprometida moral y políticamente”. (Saunders 2007, vii) Sin espacio aquí para exponer el impacto de la teoría crítica en la arquitectura, simplemente apuntaremos la 1. Nigel Cross (2006, 97) Distingue entre el diseño científico [scientific design] que refiere al “diseño moderno e industrializado basado en el conocimiento científico”, la ciencia del diseño [design science] que refiere a un “enfoque del diseño explícitamente organizado, racional y sistematizado” y los estudios del diseño [sciences of design] que refiere a ese “cuerpo de conocimientos que intenta mejorar nuestra comprensión del diseño a través de métodos científicos de investigación (es decir, sistemáticos, confiables).” 2. La Teoría del Actor Red (ANT) supone que existe una incertidumbre básica con respecto a la naturaleza misma de las acciones, los grupos, los objetos y los hechos, y en la medida en que para producir una ‘explicación’ el investigador no puede confiar en definiciones preestablecidas (Latour 2005), su metodología requiere el seguimiento de los actores en sus prácticas rutinarias y la contabilidad atenta de sus acciones y transacciones en entornos espaciales complejos, la materialización de las operaciones sucesivas que realizan a diario, y los efectos previstos o imprevistos que desencadenan. (Yaneva 2009b, 25)

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extendida creencia en la criticalidad como condición para el compromiso político y el comportamiento ético de los arquitectos. El postulado indica que la crítica asegura la distancia y el desapego necesario hacia las condiciones políticas, sociales y económicas y proporciona la autonomía de estas contingencias que posibilita la resistencia y la oposición al estado de cosas. Los preceptos de la criticalidad se basan en una declamada voluntad transformadora que asegura reflexividad, combinada con intencionalidad, para evitar que la arquitectura reaccione pasivamente a las múltiples y contradictorias demandas del entorno. La crítica es vista así como un medio para desentrañar y denunciar las estructuras económicas, sociales y políticas ocultas e inscritas en las instituciones y producciones sociales. Ahora bien, los debates de principios del siglo XXI de la teoría arquitectónica evidencian el fracaso de estos preceptos. Tal es así que Joan Ockman invoca explícitamente al pragmatismo clásico de Charles Sanders Peirce (1839-1914), William James (1842-1910) y John Dewey (1859-1952) 3 como solución para el “ampliamente reconocido cisma entre la teoría y la práctica de la arquitectura actual.” (Ockman 2000, 16) Pasados casi veinte años de aquellas discusiones, un nuevo intento de acercamiento al pragmatismo desde la teoría de la arquitectura (Macarthur 2017, Lefebvre 2017) deja de entenderlo contrario a la crítica, para entenderlo como un “nuevo método crítico” cercano a la práctica de la arquitectura, despojado de preconcepciones e imposiciones ideológicas. El primero en articular explícitamente la teoría de la arquitectura con el pragmatismo fue el filósofo John Rajchman, quién en la conferencia ANY celebrada en Rotterdam en 1997, en una ponencia titulada “¿Un nuevo pragmatismo?” dirá: “Quizás el pragmatismo ayude a transformar el sentido de lo “crítico” en nuestro pensamiento y trabajo. Se ayudaría así a ir más allá de los callejones sin salida de las antiguas imágenes de teología negativa, transgresión o pureza abstracta para introducir un nuevo problema: el de cuestionar las simplificaciones y generalizaciones de nuestros modos de ser, re-singularizando los entornos para vivir una ‘complejidad’ indefinida, anterior a las determinaciones pre-establecidas.” (Rajchman 1998, 217) Si Rajchman habla de “un nuevo pragmatismo” es porque, centrándose en la noción de diagrama, intenta conectar las ideas de Gilles Deleuze, Félix Guattari y Michael Foucault con las de Peirce, James y Dewey.4 En su escrito de 1997, Rajchman presenta la noción de William James de las “cosas en construcción” [things in the making] que luego será el tema central de la conferencia “The Pragmatist Imagination” (curada por él y Joan Ockman) en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, en el año 2000. En “What Difference Could Pragmatism Have Made?” (2017), Pauline Lefebvre indica que lo buscado entonces por la teoría arquitectónica eran herramientas conceptuales que fueran capaces de acompañar la compleja práctica del arquitecto. “La expectativa principal con el pragmatismo era ver cómo la arquitectura podía volver a ser significativa: no produciendo un ‘mensaje’ significativo sino actuando en y sobre el mundo, induciendo efectos más allá del lenguaje. La teoría arquitectónica debía cambiar sus preguntas: no qué es o significa la arquitectura, sino qué hace, qué implica.” (Lefebvre 2017, 27) Aspectos éticos del problema El reciente artículo “The Shelves that Won’t Hold: Material Politics and Social Inequality in Spatial Design Practice” (2019) de Mona Sloane presenta las conclusiones de su estudio de observación etnográfica de un proceso de diseño de vi-vienda social en uno de los más importantes estudios de arquitectura y diseño urbano en Inglaterra. El titulo refiere a una decisión concreta de ese proceso de diseño: contrario a los deseos del grupo de teatro comunitario, las paredes de la sala de ensayo serán de estructura metálica liviana y no podrán sostener los estantes necesarios. Para la autora, estas decisiones de “política material” juegan un rol central en la perpetuación y aumento de la desigualdad social. “La materialidad se convierte en el lugar del desacuerdo público y las luchas de poder. Las políticas materiales exponen como los marcos de valoración y las prácticas de cálculo que sustentan el diseño arquitectónico se arraigan en estructuras de poder desiguales.” (Sloane 2019, 66) Este acontecimiento (narrado con gran detalle en el artículo) revela un patrón que desvaloriza las necesidades materiales de las comunidades vulnerables para legitimar una forma de diseño que privilegia a los actores de élite (desarrolladores e inversores) sobre el interés público, a pesar de la resistencia activa y la 3. El inicio del pragmatismo clásico norteamericano, conformado por Peirce, James y Dewey, podría ser fechado en la publicación de 1907 de William James (basado en Peirce): “Pragmatismo, un nuevo nombre para algunas viejas formas de pensar” 4. Rajchman había propuesto el mismo linaje en su primera intervención en la serie de conferencias ANY, en 1990, dónde presentó a Deleuze estableciendo una conexión con Nietzsche y Peirce. (Rajchman, 1991)

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movilización de recursos públicos. La autora concluye que la política material dentro de la práctica del diseño espacial juega un papel central en la legitimación del tratamiento desigual dentro de la planificación material del espacio. (ibid., 68) Que prioridades se valoran y de qué manera, es decir, quién merece una calidad material adecuada y quién no, son preguntas que inician una indagación ética pragmática del proyecto de arquitectura. Las primeras definiciones de pragmatismo de Peirce, James y Dewey establecen un espectro que va desde los efectos a las consecuencias: de la noción de Peirce sobre la orientación práctica de las ideas a la preocupación de James por sus consecuencias particulares y las ideas de Dewey sobre la transformación del ambiente social. (Lefebvre 2017, 30) En lugar de dar explicaciones causales o esenciales, el pragmatismo centra el razonamiento en los efectos; para los pragmáticos los conceptos, los valores, las ideas, se manifiestan en consecuencias concretas. Este método filosófico se caracteriza por dos cambios correlacionados: el paso de lo abstracto a lo práctico (de los principios a las “cosas en proceso”), y el paso de los fundamentos a las consecuencias, tal como describiera William James: “Es sorprendente ver cuántas disputas filosóficas colapsan en insignificancia en el momento en que se las somete a la simple prueba de trazar una consecuencia concreta. No puede haber diferencia en alguna parte que no haga diferencia en otra parte, diferencia en una verdad abstracta que no exprese una diferencia en un hecho concreto y en una conducta consecuente con ese hecho, impuesta a alguien, de alguna manera, en algún lugar, alguna vez. Toda la función de la filosofía debería ser descubrir qué diferencia definitiva nos haría a usted y a mí, en los instantes definitivos de nuestras vidas.” (James 1907, 20) Ahora bien, el pragmatismo ha sido calificado de utilitarista. Para esta crítica, es inaceptable que la verdad o el bien no sean considerados fundamentos inalienables, anteriores a la experiencia. ¿Este abandono de estos “principios”, a favor de sus consecuencias, conduce a una pérdida ética? Isabelle Stengers niega esta posibilidad, al contestar que el pragmatismo simplemente desplaza la responsabilidad de la obediencia a los principios hacia el requisito de realizar una investi-gación sobre las consecuencias y tomar decisiones de acuerdo con ellas. Esta responsabilidad ética es muy exigente, ya que cualquier elección debe realizarse “en presencia de” sus consecuencias y de todas las alternativas que descarta. Por lo tanto, los requisitos morales se modifican: no se basan en compromisos con convicciones previas e independientes de la situación, dependen de un compromiso con la situación. (Stengers 2007) C. S. Peirce es el punto de partida del movimiento pragmático en el campo de la filosofía teórica. En un artículo publicado en 1878 en Popular Science Monthly titulado “How to Make Our Ideas Clear”, Peirce establece en su “máxima pragmática” su compromiso con el criterio empirista del significado: “Considera qué efectos, que pudieran tener orientaciones prácticas, imaginamos tener al objeto de nuestra concepción. Nuestra concepción de estos efectos será la totalidad de nuestra concepción del objeto.” Para el pragmatismo toda concepción es una concepción de efectos prácticos concebibles y el significado es una cuestión de verificación de condiciones, públicas, compartibles y de consecuencias prácticas. (Macarthur 2017, 117) Bernstein (2010) afirma que las criticas de Peirce al cartesianismo anticipan las criticas de Heidegger o Wittgenstein y sugiere que sus propuestas son más fructíferas. (Bernstein 2010, 21) Peirce propició el giro lingüístico-pragmático de la filosofía, su teoría del signo supera la brecha entre la mente y el mundo y ha vuelto a ser un referente central de este problema filosófico. En Peirce, el acto de pensamiento está siempre conectado a experimentaciones y externalizaciones, sin separación entre lo mental y lo técnico, lo que permite describir una teoría semiótica funcional que no diferencia entre material teórico y práctico. Para Peirce, el objetivo de cualquier investigación es la fijación de una creencia: las dudas deben atenuarse, ya que interrumpen el curso de las acciones. El objetivo del pensamiento es asegurar la realización de una acción, el establecimiento de hábitos. “El significado de una idea, por lo tanto, depende de los hábitos que produce, de las acciones que conlleva, de sus efectos sensibles.” (Lefebvre 2017, 30) Cuando William James define el pragmatismo en 1907, adopta el método de Peirce. Para James, las ideas cuentan en la medida que produzcan una diferencia en nuestras existencias particulares, en la medida en que resulten en diferentes comportamientos y experiencias para cada uno de nosotros. No se trata simplemente de que las ideas tienen efectos prácticos en general, sino que tienen “consecuencias particulares”. El pluralismo pragmático de James, su empirismo radical, considera las ideas como cuestiones de preferencias basadas en el temperamento personal, ”la actitud propia que mejor funcione”. (James 1909, 15) Esto parece 157


un utilitarismo relativista, dado que elegimos libremente la hipótesis que nos conviene; pero al analizar los mundos producidos por las alternativas conceptuales (teísmo vs materialismo, por ejemplo), James opta siempre por el escenario más inclusivo. El universo pluralista de James es abierto, con posibilidades y contingencias reales, en el que nuestras acciones pueden hacer la diferencia, para mejor o para peor. (Bernstein 2010, 67) James nos agrega la tarea de dar cuenta de las consecuencias acarreadas por nuestras ideas, por remotas o abstractas que puedan ser. Al insistir en sus consecuencias prácticas, James reafirma la importancia de las teorías, mostrando los diferentes mundos posibles implicados en diferentes ideas o acontecimientos. John Dewey criticará el “reformismo” de James, al afirmar que el pragmatismo no debe ser solo una herramienta para elegir entre diferentes opciones, debe también proponer nuevas opciones: “James deseaba obligar al público a darse cuenta de que ciertos problemas, ciertos debates filosóficos tienen una importancia real para la humanidad, porque las creencias que ponen en juego conducen a modos de conducta muy diferentes. Tal afirmación implica que las fórmulas ya están hechas, y que el trabajo necesario para producirlas ya ha terminado.” (Dewey 1925, 5) En el “constructivismo” de Dewey, que el pragmatismo nos obligue a tener en cuenta las consecuencias futuras nos lleva a una concepción de un universo sin terminar, hecho de “cosas en construcción”. John Dewey será el filósofo político del pragmatismo y se abocará a pensar los problemas sociales desde un punto de vista radicalmente democrático. Sus ideas sobre la igualdad, la libertad, la educación, la cooperación y el conflicto entienden a la democracia no solo como sistema político, sino como una forma ética de vida inclusiva, abierta a la autocrítica y la experimentación colectiva para el aprendizaje social y político. (Bernstein 2010, 81) En Dewey, lo político no es una formación preexistente, ni puede reducirse a su organización institucionalizada; la política es el resultado de la aparición de un público que se organiza para enfrentar acontecimientos que les preocupan. Un asunto es público tan pronto como las consecuencias de las acciones de los individuos van más allá de los individuos directamente involucrados en la tran-sacción. Por lo tanto, lo político está definido por la necesidad de analizar las consecuencias cuando aún son inciertas. Así como lo político nunca se estabiliza, la ética no puede fijarse en códigos morales o valores abstractos, la ética está en juego en cualquier reunión en torno a una preocupación. Los valores no son preocupaciones abstractas, se manifiestan en comportamientos consecuentes; se manifiestan en la forma en la que “nos preocupamos por las cosas”. (Dewey 1939; cita en Lefebvre 2012, 4) El “instrumentalismo” de Dewey entiende las ideas como herramientas, instrumentos de adaptación, ajuste o transformación. La agencia de una idea dependerá de su capacidad para cumplir con las condiciones involucradas en una si-tuación específica. Dewey insiste así, como Peirce y James, en la continuidad entre las ideas y los hechos. Las ideas nunca deben considerarse por separado de su papel en una experiencia particular; las abstracciones serán problemáticas solo en la medida en que las desconectemos de la situación de la que emergieron. Dewey alienta la adopción de un método por el cual “el pensamiento esté relacionado con la posibilidad de acción y cada acción sea revisada en relación con los hábitos desde los que surgió.” (Dewey 1935, 45) El pragmatismo rompe la dicotomía entre los hechos y los valores, argumentación con consecuencias tanto para la filosofía moral, como para las ciencias sociales. La normatividad inherente a las actividades humanas nos permite contar con criterios, susceptibles de revisión y mejora, para la evaluación de las prácticas, garantizando la objetividad de las discusiones en torno a normas, valores y hechos, sin recurrir a postulados metafísicos. --El constructivismo instrumental de Dewey y la lógica semiótica de Peirce permiten conceptualizar al proceso de diseño arquitectónico como un proceso dialógico involucrando diversos agentes e instancias materiales en el que las ideas se van inscribiendo, mediante diferentes técnicas de representación, en diversas materialidades. El proceso de diseño se constituye de actos de selección, integración e interpretación de diferentes tipos de conocimiento en operaciones de formalización que exigen procesos activos de experimentación. Sucesivas encarnaciones de estas conceptualizaciones movilizan el proceso de diseño a través de actos comunicativos de traducción e interpretación de contenidos a nuevos contextos. (Silva 2018, 39) Este análisis pragmático del proceso de diseño entiende a sus productos intermedios como signos de actos comunicacionales no verbales. Central al modelo de la dinámica del discurso de la teoría lingüística de Roman 158


Jakobson (1896-1982), el acto comunicacional incluye un emisor enviando un mensaje a un receptor, por un canal físico en un contexto comprensible, con un código común a ambos. Cuando el acto de comunicación privilegia al mensaje, la articulación del mensaje implica otras significaciones y desencadena, por operaciones de similitud, un juego lúdico que permite adquirir múltiples capas de significaciones. Concluye Jakobson que “las características poéticas no pertenecen solo al lenguaje sino a toda la teoría de los signos, es decir, a la semiótica general.5 Esta declaración es válida no solo para el arte verbal, sino para todas las variedades de lenguajes no verbales, ya que el lenguaje comparte propiedades con otros sistemas de signos.” (Jakobson 1960, 351) Jakobson respondía así a la amplitud de la “arquitectura” del proyecto filosófico de C.S. Peirce: “En su sentido amplio, la lógica es la ciencia de las leyes necesarias del pensamiento. La lógica es semiótica general, trata con las leyes de la evolución del pensamiento, con el estudio de las condiciones necesarias para la transmisión de significados por signos.” (Peirce CP 1, 444) 6 El proceso de diseño es un proceso complejo donde “hay más variables -tipos de movimientos, normas e interrelaciones- de las que pueden ser representadas en un modelo finito.” (Schön 1983, 79) El diseño es una forma elusiva de resolución de problemas: “La situación es compleja e incierta y existe un problema para definir al problema.” (Ibíd., 129) Las decisiones proyectuales son impredecibles y acarrean consecuencias sorprendentes para el diseñador, que se ve obligado a evaluar constantemente los hallazgos. Un diseñador trata con incertidumbres, con situaciones complejas, incoherentes y desordenadas y las convierte a formas determinadas “construyendo e imponiendo una coherencia propia”. (Schön 1987, 42) El proceso de diseño transforma las resistencias de la materialidad en puntos de partida fértiles donde predominan el descubrimiento y la invención. El diseñador descubre lo que está haciendo al hacerlo. Nunca está solo en el proceso creativo; es constantemente interrogado, guiado y dirigido al explorar los caminos determinados por la presencia concreta de los productos intermedios de diseño. No podemos separar la acción del diseñador del surgimiento de una forma, ni sus pensamientos y asociaciones de su experiencia visual y táctil. La forma deriva de una experiencia concreta. “La realidad del diseño consiste en seguir el asunto a medida que se desarrolla, aceptando sus sorpresas, movimientos y resistencias.” (Yaneva 2009a, 58) Luigi Pareyson (1954) propone la inseparabilidad de la producción y la invención: “La fuerza productiva y la capacidad inventiva son requeridas por el pensamiento y la acción, ya que las operaciones especulativas y prácticas están constituidas por una actividad formativa, que ejecuta y produce, al tiempo que inventa las formas en las que se llevan a cabo las obras.” (Pareyson 2007, 37) Esto exige un entrenamiento que no es ni exclusivamente mental ni exclusivamente práctico. Existe una relación recíproca entre el tipo de acción mental que conduce a la invención y los modos prácticos de producción, una conexión de naturaleza pragmática. En el proceso de diseño participan agentes con capacidad de interacción, dialogo y predisposición para abstraer generalizaciones y aprendizajes operando en “intersticios epistemológicos”, en el umbral entre el conocimiento establecido y el orden desconocido: espacios de libertad intelectual, donde se llevan a cabo experimentos mentales (puesta a prueba de concepciones, fusión de partes o ideas, separación en elementos para analizar particularidades y matices); para trazar luego cursos de acción para su realización material en soportes mediadores. La invención juega un papel en cada uno de los pasos. La secuencia que ubica un proceso de pensamiento inicial (analítico y racional) seguido de una acción automática es errónea, la simultaneidad del proceso de invención y fabricación es intrínseca a la acción proyectual. (Hauser 2013, 364) A través de los productos intermedios de diseño, el conocimiento parece ser observable en el mismo sentido en el que las cosas son conocidas, no hay algo “aparte” de las características y aspectos que se estén identificando. La observación exhaustiva identifica los resultados de los experimentos y desencadena nuevas direcciones, con condiciones variables. Esta interacción con los productos intermedios de diseño es una forma de pensamiento empírico. Para Albena Yaneva (2009b), los diseñadores “en acción” no son completamente conscientes de lo que están haciendo, experimentan cada efecto particular del hacer en relación con el todo que debe producirse. “Los arquitectos descubren que están haciendo al hacerlo.” (Yaneva 2009b, 141) 5. En este sentido, es necesario recordar lo que manifestara Umberto Eco en su “Tratado de la Semiología General” (1976): “La semiótica se preocupa por todo lo que puede ser tomado como un signo. Un signo es todo lo que puede tomarse como un sustituto significativo de otra cosa. Esta otra cosa no necesariamente tiene que existir o estar realmente en algún lugar al momento en que un signo lo representa.” (2014: 7) 6. CP Collected Papers Número de Volumen: Número de Párrafo. Ejemplo: CP 1, 444

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Cada paso del proceso de diseño (cada dibujo, cada discusión, cada estudio técnico) despliega nuevas consecuencias, nuevas demandas que deben ser respondidas. Si aplicamos un marco teórico pragmático, el proceso de diseño puede considerarse entonces como una investigación práctica sobre las consecuencias. Con esta noción de indagación, el pragmatismo invita a realizar experimentos concretos, a reenfocarse en la práctica, en las cosas en proceso, en los dispositivos que permiten el despliegue y visualización de consecuencias. Una descripción realista de lo que realmente sucede en el proceso de diseño nos presenta una negociación desordenada con múltiples actores, una imagen que se acerca bastante al concepto de democracia en Dewey: una empresa activa donde los ciudadanos discuten problemas con otros ciudadanos. Para Dewey “el conflicto es el artilugio del pensamiento” y la clave es la comunicación y el “papel de la consulta, la conferencia, la persuasión, la discusión, en la formación de la opinión pública” (Dewey LW 14, 227) 7 La teoría de la deliberación en Dewey disuelve la dicotomía entre lo racional y lo afectivo en un ideal de acción social, práctica democrática guiada por hábitos inteligentes y respuestas emocionales. (Ralston 2014, 101) Pensar al proceso de diseño arquitectónico como una práctica deliberativa pueda quizás hacernos entender las responsabilidades democráticas de la arquitectura. Las definiciones contemporáneas de la democracia deliberativa la indican como una asociación para coordinar la acción a través de una discusión regida por normas. (Cunningham 2000) Un proceso comunicativo para resolver problemas colectivos que depende de convertir fines y preferencias individuales en objetivos y valores compartidos; una deliberación pública destinada a transformar las perspectivas y objetivos individuales en ideales compartidos y valores públicos. (Ralston 2014, 105) Nuevamente Dewey puede iluminarnos, ya que él conecta los conceptos de comunicación y comunidad: “Aprender a ser humano es desarrollar, a través de la comunicación, un sentido efectivo de ser un miembro individual distintivo de una comunidad; alguien que entiende y aprecia sus creencias, deseos y métodos, y que contribuye a una mayor conversión de poderes orgánicos en recursos y valores humanos.” (Dewey LW 2, 232) El pragmatismo indica que el rol ético del arquitecto radica en su capacidad para lidiar con las consecuencias de sus acciones y en embarcarse en la discusión política con todos los actores involucrados en ellas. Una marco ético pragmático del proceso de diseño arquitectónico impulsa obligaciones adicionales a los arquitectos, para incluir agentes en el proceso y compartir agencia con ellos. “El requisito que el pragmatismo impone a la arquitectura sostiene la idea de la responsabilidad como la capacidad de dar respuesta a las demandas éticas y el compromiso de la composición de un mundo común capaz de mantenerlas reunidas.” (Lefebvre 2012, 6) Marco Ético del Problema En “Making the Social Hold: Towards an Actor-Network Theory of Design” (2009c), Albena Yaneva realiza un alegato sobre el potencial de analizar el proceso de diseño desde la teoría del actor-red (ANT, según sus siglas en inglés, Actor Network Theory)). “El enfoque ANT no limita su análisis a la estructura de los objetos. Basándose en las formas en la que los objetos técnicos participan en la creación de la cultura, es decir, en la antropología de la tecnología, la teoría del actor-red muestra cómo la característica técnica de un objeto representa un mundo social, psicológico y económico.” (Yaneva 2009, 276) El análisis socio-técnico de los objetos disuelve la dicotomía sujeto-objeto, explorando la génesis simultánea de los objetos y sus entornos. Los objetos moldean nuestras decisiones, sus efectos influyen en nuestras acciones, juegan un papel de mediación de las relaciones humanas. (Latour 1991) Lo “social” no es sinónimo de “sociedad” 8 sino una forma de conectar actores y entornos; algo compuesto, construido, establecido, mantenido y ensamblado. Un enfoque ANT para el diseño consiste en investigar la cultura y las prácticas de los diseñadores, es decir, seguir lo que los diseñadores hacen en sus acciones diarias y rutinarias. Para decirlo de otra manera, el contenido pragmático de sus acciones. Enfocando en el “diseño en proceso”, Yaneva propone “capturar los movimientos de artefactos y diseñadores en el estudio de diseño”, para estudiar, no solo la materialización de las operaciones sucesivas realizadas a diario, sino los efectos previstos e imprevistos que estas podrían desencadenar. (Yaneva 2009, 283) En “Mapping Controversies in Architecture” (2012) aboga por la realización de análisis empíricos que entiendan al proceso de diseño arquitectónico como una densa malla de interrelaciones. 7. LW Later Works Número de Volumen: Número de párrafo. Ejemplo: LW 14, 227 8. La sociedad es entendida generalmente como una fuente ultima de causalidad explicando la existencia y estabilidad de diferentes tipos de acción o comportamiento.

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El método de mapeo de controversias fue desarrollado por Bruno Latour para documentar y mapear controversias científicas para aprender sobre las dinámicas subyacentes de la ciencia y sus relaciones con la sociedad. Llevado al campo de la arquitectura, el método permite presenciar, analizar y “mapear” 9 la variedad de elementos que constituyen los procesos de diseño, junto a la amplia gama de situaciones dadas entre diferentes actores.10 Desde esta visión, el proceso de diseño es complejo y colectivo; su investigación deberá ser un mapeo lento y minucioso que permita rastrear sus meandros. “En el proceso de diseño, lo diseñado “va apareciendo” lenta y tentativamente, resultado inesperado e improbable de una larga secuencia de decisiones, comparaciones e interpretaciones vacilantes; de experimentos y ensayos, audaces y a veces, arbitrarios. Muchos actores contribuyen y las decisiones iniciales se modifican debido a una amplia variedad de situaciones. Es así como un proceso de diseño logra resultados impredecibles y accidentales.” (Yaneva 2012, 4) Si un proceso de diseño arquitectónico es un ensamblaje, una red de relaciones y coexistencias, construida en base a decisiones que se desenvuelven en el tiempo, entrevemos el potencial de la teoría del actor-red para analizar su dinámicas, ampliando el rol de las notaciones que formalizan sus productos intermedios (aquella evidencia concreta de las decisiones proyectuales) al papel de actores en una trama. El proceso de diseño arquitectónico implica decisiones, movilizadas por medio de múltiples transformaciones; a cada una de las cuales corresponderá un curso de acción seguido por una multiplicidad de posibles consecuencias; cada una de ellos podrá modificar la visión inicial e incluso el objetivo del proyecto. Estas capas sucesivas componen la acción colectiva que implica el proceso de diseño arquitectónico. Los procesos de diseño funcionan como foros híbridos, espacios de conflicto y negociación entre actores. Foro como espacio particular en el que varios grupos pueden reunirse y debatir problemas y opciones. Híbrido, porque las personas involucradas son heterogéneas y las preguntas abordadas son de naturaleza diferente. Hay una epistemología experimentalista democrática en el pragmatismo. “Una epistemología re-imaginada como una teoría antiautoritaria de la investigación colectiva, basada en la experimentación empírica, animada por los ideales democráticos de respeto, apertura a la crítica sin temor ni favor, y tolerancia de enfoques alternativos y opiniones disidentes.” (Macarthur 2017, 107) El principio rector del pragmatismo es que todo se pone a prueba en la experiencia. Desarrollamos nuestro sistema de creencias influidos por nuevos hechos y experiencias, mientras conservamos la mayor cantidad posible en el proceso. El pragmatismo es una “orientación” al pensamiento y acción, una actividad socialmente informada que aboga por ciertos métodos experimentales y críticos de investigación, un experimentalismo falible, basado en el ensayo y error y la apertura a la crítica. Entendido como método, la actitud del pragmatismo hacia la resolución de problemas es pluralista: no supone que haya una única respuesta, pero no nos libera de la responsabilidad de pensar y decidir. (ibíd., 108) Como explicaba Dewey: “Si los problemas básicos pueden resolverse solo donde surgen, es decir, en las condiciones culturales de nuestra vida asociada; si la filosofía es fundamentalmente una crítica que saca a la luz estos problemas y les da la claridad que surge de la formulación definitiva; y si después de la formulación la filosofía de no puede hacer más que señalar el camino que debe tomar la acción inteligente, entonces el mayor servicio que cualquier teoría filosófica particular puede prestar es agudizar y profundizar el sentido de estos problemas.” (Dewey LW 16, 89) William James argumenta que el impacto de la razón o el poder de un argumento para hacernos cambiar de opinión depende de su “temperamento intelectual”, que incluye el gusto y la sensibilidad personal, así como la imaginación y las pasiones. (James 1907, 11) Muy lejos de concluir que el pensamiento abierto e informado sobre un problema difícil deba llevar a todos los que participan en él a una única conclusión acordada, el pragmatismo es una forma de anti-dogmatismo que celebra una pluralidad abierta de métodos, perspectivas y actitudes. (Macarthur 2017, 110) Su objetivo es “dejar florecer muchas flores” al no reclamar ninguna autoridad especial o acceso a priori a la verdad, más allá de la experiencia, como explica Dewey: “La principal preocupación de la filosofía es aclarar, liberar y extender los bienes inherentes a las funciones naturales de la experiencia. Su tarea es aceptar y utilizar con un propósito el mejor conocimiento disponible de su propio tiempo y lugar. Y este propósito es la crítica de creencias, instituciones, costumbres y políticas con respecto a su relación con el bien común. Esto no significa su relación con el bien como algo formulado y alcanzado 9. ”Mapear” se refiere al “arte de describir” objetos, procesos y prácticas. (Latour, 2005) 10. El término “actor” designa a todo lo inscrito en la controversia, humano y no-humano. Son entidades autónomas que juegan un papel importante en la creación de la arquitectura, pueden incluir individuos (un arquitecto, un ingeniero, un contratista, etc.), colectivos (el público, la nación, etc.), representaciones visuales (una planta, un dibujo, una maqueta, etc.) o representaciones no figurativas. “Everyone and everything can be an actor as long as it makes a difference.” (Yaneva y Heaphy, 2012)

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dentro de la filosofía. Como la filosofía no tiene una reserva privada de conocimiento o métodos para alcanzar la verdad, tampoco tiene acceso propio al bien. Al aceptar el conocimiento de los hechos y principios de aquellos competentes en ciencia e investigación, acepta los bienes que se difunden en la experiencia humana. No tiene ninguna autoridad de revelación que se le haya confiado. Pero tiene la autoridad de la inteligencia, de la crítica de estos bienes comunes y naturales.” (Dewey LW 1, 305) Conclusiones Contrariamente al sentido común establecido, el pragmatismo no rechaza el conocimiento teórico en favor de la práctica. Invita en cambio, a considerar las concepciones abstractas a la luz de las diferencias prácticas que conllevan. El pragmatismo propone un continuo instrumental entre la teoría y la práctica; propone un nuevo tipo de empirismo, una epistemología experimentalista, “un retorno a la experiencia.” Con esta noción de investigación, el pragmatismo invita a reenfocarnos en la práctica, en las cosas en proceso (Macarthur 2017, 107) “Los problemas no se resuelven mediante una “teoría” abstracta, sino mediante la aplicación, en circunstancias del mundo real, de lo que Dewey llamó inteligencia, que implica el gusto personal, la elección y la capacidad de buen juicio; así como el asumir la responsabilidad de las acciones que realizan esta inteligencia.” (ibíd., 109) En “Reflections on Pragmatism as a Philosophy of Architecture” (2017), David Macarthur señala que una filosofía pragmática del proceso de diseño arquitectónico debiera enfocarse en: 1/ mantener una receptividad alerta atenta a las múltiples demandas, restricciones y dinámicas de la práctica proyectual en sus circunstancias complejas, condición para el acto crítico de la descripción del problema, 2/ en la particularidad del problema considerándolo en su momento y lugar determinado, teniendo en cuenta su particular red de condiciones y relaciones y 3/ en la improvisación, entendiendo que dado que el problema es único (al menos en cierta medida), el proceso de diseño se nutrirá inevitablemente de algún grado de improvisación. (Macarthur 2017, 115) Pauline Lefebvre (2017) aboga por una posición pragmática para redefinir el rol de la teoría y su relación con la práctica. “El pragmatismo invita a considerar las concepciones abstractas a la luz de las diferencias prácticas que generan. El pragmatismo restaura el papel de la teoría y la práctica. Sin descartar la teoría, la producción del discurso o la práctica de investigación, nos anima a interrogar lo que producen y a juzgarlas por sus consecuencias.” (Lefebvre 2017, 33) En esto coincide Joan Ockman, quién escribió: “Las complejidades de la práctica contemporánea exigen no solo realismo estratégico, sino también discernimiento crítico y conciencia. De hecho, si bien los arquitectos tienen una responsabilidad mínima de no hacer daño, también podrían aspirar a hacer el bien”. (Ockman 2009, 27) Aunque habría que hacer notar el problema de este último comentario: aspirar a hacer el bien no puede ser “adicional”. Una ética pragmática del proyecto arquitectónico constituye una exigente postura que requiere que nos preguntemos constantemente: ¿cuál es el mundo que crean nuestras elecciones de diseño y cómo este puede ser mejor que el que tenemos ahora?

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Crítica



Cuatro Columnas sobre Perec Enfoques Interdisciplinarios sobre el Concepto Espacio 2019 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

Cuatro Columnas sobre Perec

La Página Solía escribir a mano, en cuadernos. Sin importar el tamaño, la escritura se amoldaba al espacio de la página. No sé bien por qué misterios de la adecuación al lugar disponible, a medida que se acercaba el final de la página, los textos encontraban, milagrosamente, un cierre adecuado coincidente con la esquina inferior derecha. Alguna vez escribí sobre el fenómeno mientras sucedía. (En setenta palabras, empiezo a medir el nuevo formato y entender dimensiones del texto.) En otros momentos escribí a máquina, Olivetti portátil y eléctrica; aquí, el compromiso con la palabra tecleada obligaba a un pensamiento previo de la estructura, una planificación casi inmediatamente anterior a la escritura, que se convertía en estrategia de anticipación sobre cuantas sílabas animarse a escribir al final de cada renglón o en alegría por el riesgo tomado con la palabra completa hasta el final. A veces contaba los espacios restantes, las líneas anteriores ayudaban. (Ciento cincuenta palabras marcan aquí un punto medio.) En formatos de escritura digital parece ya no haber límites, más allá de la nostálgica rendición de un espacio blanco en la pantalla a la manera de papel de base. Las correcciones instantáneas y gratuitas permiten un discurrir sin resistencias, un volcado beatnik de la conciencia que además permite deconstrucciones y reconstrucciones de edición. La escritura digital en realidad ya no es escritura, es más bien un proceso de edición incesante y recurrente. (Doscientas cincuenta palabras marcan un acercamiento al final.) Con un formato de cuatrocientas páginas de cuarenta renglones, cada uno de ellos con ochenta letras, Jorge Luis Borges imagina una biblioteca de arquitectura precisamente definida, que contendría volúmenes con todas las combinaciones posibles de estos símbolos. Infinita para el hombre que la recorre, la biblioteca tiene más libros que átomos el universo. (Trescientas palabras marcan ya el final.) La Habitación Más allá de autorías discutibles (Walter Gropius o Ernesto Natan Rogers?) el lema “diseñar de la cuchara a la ciudad” será el programa que organizará el cuerpo disciplinar de la arquitectura y el urbanismo moderno bajo la utopía del diseño total. Aunque como lo demuestra tanto el diagrama del “Alcance Total de la Arquitectura” de Walter Gropuis de 1927, como el diagrama de la “Existencia Mínima” de Alexander Klein de 1928, el lema resultaría más pertinente si propusiera “diseñar de la cama a la ciudad”, ya que sería desde aquel elemento mobiliario que surgiría la fuerza centrífuga que lo rediseñaría todo en entornos urbanos masivos y económicos. La búsqueda por el espacio racional e industrializado fue la piedra basal del sueño incumplido de la vivienda mínima. Los intentos fueron científicos, se midieron cuerpos y movimientos, se coreografiaron actividades, se diagramaron recorridos de la noche y del día. Se buscaba el espacio mínimo de eficiencia total; el ahorro, la rapidez, eran de vital importancia. Un dormitorio de tres por tres metros de área libre permitía, dada una colocación inteligente tanto de una puerta como de una ventana, tres posiciones posibles de dos camas simples. Dos o tres dormitorios establecerían la crujía estructural de la placa de departamentos, que se articulará en distancias acordes a alturas de masa edilicia e inclinación del ángulo solar. Esta será la única fórmula, que aunque variando en combinaciones y articulaciones formales menores, nunca se desviará de la racionalidad propuesta para lo urbano desde lo doméstico. La fuerza centrífuga normalizadora será para la nosotros; para Le Corbusier, uno de los articuladores del urbanismo racionalizado, una fuerza centrípeta llegará hasta un catre, después de haber organizado la habitación mínima y despojada dónde descansará en sus últimos días mirando el mar.

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El Edificio El juego de escalas propuestos por Georges Perec en “Especies de Espacios”, a pesar de su aparente multiplicidad y polivalencia, se encuentra claramente localizado: el autor escribe en su libreta de notas, desde su cama, en un departamento de un edificio de rentas en algún barrio central de París, ciudad capital de Francia, país Europeo. Esto hace que su posicionamiento sea profundamente urbano: nos habla de cuartos densamente organizados en horizontal, apilados económicamente unos arriba de otros. Hay un claro juego de direcciones. El capítulo “El Apartamento” habla de lógicas de organización horizontal, planteamientos de secuencias funcionales, el dibujo en planta controlando relaciones geométricas y posibilidades de uso. El capítulo “El Inmueble” habla de lógicas de organización vertical, planteamiento de simultaneidad funcional, el dibujo en corte permitiendo acumulaciones volumétricas y multiplicidad de historias. Perec parece trasladar las posibilidades de comunicación de habitación a habitación permitida por la circulación de los habitantes sobre el plano horizontal continuo del suelo a una posibilidad narrativa de continuidad de historias relacionas por el narrador en desplazamientos conceptuales sobre el plano vertical: de esto se trata su Proyecto de Novela, realizado años después con el título “La Vida, Instrucciones de Uso”. Temas similares, historias reguladas por el uso permitido por las configuraciones del espacio doméstico, fueron tratados por Robin Evans en su ensayo “Figuras, Puertas y Pasillos”, que con extraordinaria lucidez y erudición narra el nacimiento del pasillo como estrategia Victoriana de independencia y separación de cuartos y cuerpos antes demasiado renacentista y sensualmente cercanos. La multiplicidad de historias y cruces permitidos por el desplazamiento horizontal libre en la matriz de cuartos palaciegos interconectados reivindicada por Evans se asemeja al entrecruzamiento narrativo matemáticamente organizado en la entremezclada verticalidad conceptual de la novela de Perec. El Barrio En “Especies de Espacios”, Georges Perec dedica un capitulo a describir minuciosamente a la calle. Refiriéndose tal vez a una en concreto consigue, en catorce páginas llenas de certezas, enumerar toda sus características universales y prototípicas. Leyéndolas no quedan dudas acerca de qué son, cómo están hechas o para qué sirven las calles. Las apenas tres páginas referidas al barrio, sin embargo, están llenas de preguntas, la más importante de todas aquella sobre que será en definitiva un barrio. Se acerca a una respuesta cuando nos dice que el barrio es aquella parte de la ciudad a la que no tenemos que trasladarnos porque ya estamos ahí. Perec parece querer decirnos que si bien uno nunca duda cuando uno está en una calle, uno nunca termina de saber cuando se está en un barrio. Algunos años antes, Kevin Lynch, en su famoso libro “La Imagen de la Ciudad”, teorizó de manera similar sobre estos elementos urbanos. Tanto la calle como el barrio forman parte del catálogo de elementos visuales que organizan nuestra experiencia de los espacios urbanos. Las calles o sendas, elemento urbano predominante, son los conductos que seguimos normalmente, observando la ciudad mientras vamos a través de ellos. Los barrios son secciones de ciudad de un alcance en los que como observadores “entramos” mentalmente. Y si bien los reconocemos por un carácter que los identifica (las características son físicas; texturas, tipos constructivos), los barrios son siempre identificables desde su interior. Y que es un barrio si no sus calles? Ningún elemento urbano existe aisladamente; los barrios están estructurados por nodos, definidos por bordes, atravesados por sendas y regados de hitos. Observadores y habitantes de lo urbano, agrupamos elementos en organizaciones complejas cuyas partes dependen entre sí, en conjuntos de imágenes superpuestas e interrelacionadas.

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Hitchcock como Arquitecto: Configuración del Espacio en Rear Window Architecture and Cinema UIC University of Illinois at Chicago Spring 2003 Traducción María Carolina Galli 2017

Hitchcock Arquitecto

Para su película “Rear Window” (La Ventana Indiscreta) de 1953, Alfred Hitchcock construyó el set más grande de Paramount Studios hasta entonces. El director diseñó con cuidado la planta del departamento en el cual James Stewart se encuentra recluido con una pierna quebrada. También diseñó lo que parece ser un patio interno hacia el centro de manzana y el edificio frente al mismo, la única vista para este fotoperiodista, que hastiado por su encierro, pasa su tiempo “mirando” a través de su ventana a sus diversos vecinos. El espacio arquitectónico está diseñado para realzar el misterio y la eficacia de la trama de suspenso. La escenografía es un mecanismo tridimensional complejo, proyectado cuidadosamente para producir manipulaciones espaciales dentro del aparato cinematográfico, con el propósito principal de borrar los límites entre ilusión y realidad, entre la pantalla y el espacio físico ocupado por el espectador; su silla en la sala del cine. Mediante múltiples mecanismos de identificación con el personaje principal (que está siempre sentado, por ejemplo), mediante diferentes mecanismos de referencias a la actividad cinematográfica (el personaje principal mirando una pantalla a través de un marco) y mediente mecanismos precisos y extraordinarios de manipulación espacial, el director consigue ubicar al espectador no sólo en la posición del protagonista, consigue liberar al homicida del espacio de la pantalla. En el clímax del film, (spoiler alert) el homicida nos atacará desde atrás -desde detrás de nuestra butaca en la sala de cine. Sinopsis La acción ocurre durante cuatro días, durante una ola de calor, de miércoles a sábado. Los acontecimientos son filmados desde la ventana de un departamento de Greenwich Village, más que nada a través de los ojos de una persona, el fotógrafo gráfico L. B. Jefferies (James Stewart), confinado a una silla de ruedas con su pierna enyesada. Cada día, desde su ventana trasera, da un vistazo a las actividades de sus vecinos de los departamentos circundantes. Los visitantes principales de Jeff son su prometida Lisa Freemont (Grace Kelly), modelo de alta costura, y Stella (Thelma Ritter), enfermera de la compañía de seguros. Inevitablemente, observar se convierte en obsesión. Jeff se imagina que ha descubierto un asesinato en un departamento cruzando el patio. Los ocupantes de frente al patio son: un compositor de canciones, una bailarina joven “Miss Torso”, una escultora, una mujer de mediana edad solitaria “Miss Lonely-heart” que anhela compañía masculina, una pareja de recién casados apasionados, una pareja sin hijos que adora a su perrito y finalmente un vendedor de joyas, Lars Thorwald y su esposa. Debido a la ola de calor todos dejan sus ventanas abiertas. Y aunque los inquilinos tienen amigos externos, permanecen extraños entre sí. Sólo en dos momentos del film interactúan entre ellos, pero es principalmente Jeff quien tiene conocimiento de todas sus historias. Nosotros, como espectadores, estamos ceñidos al punto de vista de Jeff; él es el “narrador visual” de la historia –Jeff como el escritor de la historia, pero también como director de la película. “A pesar de ser tan artificial y reducido, el bloque de departamentos en el film es una rica excavación de vida urbana en la que las diversas capas son expuestas gradualmente. Los inquilinos de una comunidad cerrada para quienes el mundo exterior aparece distante; sólo visto en el film como una silueta pintada y una vista angosta de la calle. ‘Lo que ves al otro lado del camino es un grupo de historias chicas que… reflejan un universo pequeño’, según dijo Hitchcock sobre el mundo en su película.” (1) Debajo de los créditos / títulos, música de jazz suena mientras las persianas de bambú se levantan lentamente sobre cuatro ventanas rectangulares verticales en un pequeño departamento de Greenwich Village. La cámara se aleja a través de las ventanas, mostrando los edificios de departamentos de Lower East Side alrededor, el patio inferior y el jardín. Un giro de cámara sigue a un gato por una escalinata ancha en el primer plano del patio y continúa subiendo hasta una panorámica de casi todo el complejo. Se acerca de vuelta hacia la ventana abierta del departamento, el ocupante dormido, transpirando profusamente. El termómetro marca 34 y ½ grados. La cámara comienza a moverse panorámicamente. Al otro lado, una pareja mayor duerme fuera, en la escalera de incendios, para espacar al calor intenso. Debajo de ellos, una rubia se pone un top rosa y se ejercita mientras hace sus labores. La cámara regresa al departamento donde revela lentamente que el hombre se encuentra inmovilizado. Está solo y confinado a una silla de ruedas. Su pierna izquierda, con un yeso escrito: Aquí yacen los huesos quebrados de L. B. Jefferies.

1. Juhanni Pallashmaa, The geometry of terror- Space, look and narrative in Alfred Hitchcock’s Rear Window,

Valedictory lecture at The Helsinki University of Technology, 20.01.1997. On www.safa.fi/ark/ark4_97/hitchcoche1.html (March 2003)

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Guión El guión está basado en el cuento de Cornell Wooldrich “It had to be murder”. El cuento de Wooldrich se lee, por momentos, como un guión cinematográfico. “La historia está comprendida casi por completo por las observaciones, por parte del personaje, de sus vecinos a través de las ventanas en el edificio al otro lado del patio, por lo que la limitación del punto del punto de vista de los observadores es simplemente una traducción de la historia escrita a términos visuales.” (2) Como una de las muchas diferencias entre el cuento y la película, mientras la película tiene las subtramas de las otras ventanas, la historia menciona sólo una, la viuda solitaria con un hijo. Es como si Hitchcock sintiera la necesidad de historias paralelas para construir un sentimiento de suspenso visual. Sin embargo, el film mantiene el marco estructural del cuento: un hombre enyesado mirando por su ventana trasera y resolviendo un homicidio misterioso. Partiendo de esta base, las dos historias divergen mucho por momentos, convergiendo de nuevo en otros. Ambos Jeffs se encuentran inhabilitados a actuar, puesto que están confinados a una silla. “El texto describe la situación: ‘No había un arma en el lugar conmigo. Había libros en la pared, en la oscuridad, al alcance de la mano’. En la película, las fotos de Jeff que vemos a su alrededor reemplazan a los libros. Ambos son igualmente inútiles en proveer protección contra un ataque físico.“ (3) En la adaptación visual de la historia, Hitchcock remplaza libros por fotos. Nada debe distraernos de la construcción del suspenso y cada detalle menor tiene que sustentar el todo. Condensación, síntesis y precisión, elementos necesarios en toda obra de arte maestra. En el texto, Jeff toma el busto de un filósofo famoso para protegerse del ataque mortal de Thorwald; el Jeff de la película utiliza el flash de su cámara. En el texto, es el flash del arma del homicida lo que ilumina la habitación: “Era el momento. El flash del disparo iluminó la habitación por un segundo. O al menos sus rincones, con iluminación parpadeante y débil. El busto rebotó sobre my hombro y se desintegró en pedazos”, describe Jeff. Durante el montaje de la confrontación final, en la película, Jeff literalmente quema el cuadro (y nuestros ojos en el cine) así como también los ojos de Thorwald con golpes de flash de lámpara. La imagen proyectada es primero la de Jeff tapando sus ojos y luego del flash, corte a media toma de Thorwald cerrando sus ojos, levantando sus anteojos para frotar sus ojos, luego corte a perspectiva invertida desde los ojos de Thorwald, coloreada en rojo con una bola roja central que saca de vista a Jeff. El montaje repite esta secuencia para cada golpe de flash. En el texto, Jeff describe el segundo disparo de Thorwald “como mirar un amanecer de frente”. El film entrega esta imagen en forma vívida y efectiva.” (3) Las imágenes visuales en un texto escrito son transformadas en imágenes sobrecogedoras en la pantalla. Toda forma de arte tiene sus propios modos; las traducciones literales de una a otra no son posibles. En otra serie de cambios, Hitchcock agregó material auténtico de dos crímenes macabros famosos de la época: el caso Patrick Mahon, que asesinó a una mujer, descuartizó su cuerpo y tiró sus partes una por una desde una ventana de tren, salvo la cabeza que quemó; y el caso Dr. Crippen, que asesinó a su esposa y también descuartizó su cuerpo. (1) Otras tres influencias literarias importantes: “The Sandman” de E. T. A. Hoffman; el cuento de 1894 de H. G. Wells “Through a Window” y el cuento de Aldous Huxley de 1922 basado en el aquel entonces actual caso de homicidio Armstrong, “The Gioconda Smile”. En el de Hoffman, un estudiante se obsesiona con una casa frente a la suya habitada por el Profesor Spallanzani y su hermosa “hija” Olympia. Vigilando la casa con binoculares, el estudiante va perdiendo interés por su amiga habitual, Klara. Más tarde, se da cuenta que la hija del profesor era nada más que un maniquí. “Through a Window” de Wells comienza: “Después de que le enyesaron las piernas, llevaron a Bayley al estudio y lo pusieron sobre un sofá frente a una ventana abierta”. El relato termina con un extraño irrumpiendo en el departamento para atacar al héroe. “The Gioconda Smile” de Huxley es la historia de un hombre sospechado de asesinar a su esposa quejosa. (4) Como en toda obra maestra, varias influencias de fuentes diferentes, condensadas y transformadas, convergen para integrar material de una nueva obra de arte. El guión de John Michael Hayes sigue la fórmula estándar para el desarrollo de una trama. Transcurren 45 minutos para establecer la trama, divididos en 16 minutos para establecer la condición de Jeffrey y 29 minutos para desarrollar su relación con Lisa. El primer nudo ocurre cuando Lisa comienza a tomar en serio la teoría 2. John Fawell, Hitchcock’s Rear Window The well-made Film (Edwardville; Southern Illinois University Press, 2001) p. 2. 3. Joshua Bers, Flashes on paper and film in Rear Window. www.geocities.com/Hollywood/Studio/6419/book.html (April 2003) 4. Ken Mogg, Notes on Rear Window, The MacGuffin Web Page. www.labyrinth.net.au/~muffin/rear_window_c.html (April 2003)

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de Jeff sobre el homicidio. La secuencia del desarrollo lleva 52 minutos. El segundo nudo ocurre cuando Lisa trepa por la escalera de incendio hacia el departamento. Después de esto, toma 14 minutos terminar el film: siete minutos para liberar a Lisa y siete minutos después de que Thorwald aparece en el departamento de Jeff. La forma tripartita se lee 45 / 52 / 14. “El cierre del film tiene lugar a través de dos gestos sucesivos, la toma de grúa y la caída de las persianas de bambú, que responden a la apertura del film y le dan la estructura de un quiasmo (a-b-b-a).” (5) Set Hitchcock diseñó la escenografía con la ayuda de Mac Johnson y Robert Burks. En el estudio más grande de la Paramount, Escenario 18, se construyó una escenografía de US$ 100.000 – de 11,6 m de ancho, 56,4 m de largo y 12,2 m de alto. El set más grande que se hubiera construido en Paramount para esa época incluyó 31 departamentos, de los cuales 12 estaban completamente amueblados. Hitchcock supervisó la construcción, que llevó seis semanas. El set combina la sala de estar de Jeff, la única parte de su departamento que vemos, con el patio hacia el que mira. El set entero tenía por fondo un ciclorama, siempre cambiante: una línea de cielo de Manhattan, jardines, árboles, chimeneas humeantes y un callejón que conducía a una calle completa con peatones y tránsito circulando; recorte breve de vereda entre dos edificios; y cruzando la calle, un bar, visible solamente cuando Jeff usa su teleobjetivo para seguir a Miss Lonely Hearts cuando sale de su departamento. El film se grabó entero en esta escenografía gigante. No hay espacio más allá de los parámetros del set. La excepción que prueba la regla es el corte angosto del mundo exterior, que se ve a través de un callejón al lado del departamento de la escultora. Se requirió que el área entera estuviera iluminada, tanto para escenas de día y de noche, y para poder resistir la tormenta de lluvia profusa (creada por ”pájaros de lluvia” especiales instalados sobre la escenografía). Simular el día requirió todos los equipos de iluminación de la Paramount: mil arcos de luz voltaica. El cambio de día a noche se realizaba en menos de cuarenta y cinco minutos. Todos los departamentos en el edificio de Thorwald tenían electricidad y agua corriente, y se podían habitar. Hitchcock prestó atención al color poniendo en clave las paredes del fondo de cada departamento y el vestuario de los personajes, para que los espectadores pudieran distinguirlos fácilmente entre ellos. Todo el sonido en el film es diegético, es decir que toda la música, diálogo y sonidos provienen desde dentro del mundo del film. El tamaño del set necesitó de una excavación, el departamento de Jeff estaba a nivel de calle, por lo que el nivel más bajo del patio se construyó debajo del piso del estudio. En la filmación, Hitchcock trabajó sólo en el “departamento” de Jeff. Cada departamento fue cableado individualmente para poder se iluminado separadamente, el tablero de iluminación, con sus interruptores de control, se encontraba en el departamento de Jeff, detrás de cámara, posibilitándole a Hitchcock dirigir la iluminación desde un sitio centralizado. Hitchcock dirigió los movimientos de los actores al otro lado del patio desde detrás de cámara- usando radios de onda corta y equipando a los actores con audífonos color piel para escuchar sus indicaciones. “Esto refuerza la noción de que el espacio del film se centra alrededor del departamento de su personaje principal.” (5) “Todo ocurre en un bloque de departamentos en el 125 de West 9th Street, Greenwich Village, en la zona sur de Manhattan, o más precisamente dentro de los edificios que rodean el patio. El domicilio es inventado ya que realmente esa parte de la calle no tiene ese número porque cambia su nombre a Christopher Street antes de alcanzar el 125. El domicilio de ficción se debe a una Ley estadounidense que requiere que un homicidio de película no tenga lugar en una dirección real. No obstante, 125W Christopher Street fue la dirección del asesino del film antes de que el nombre fuera cambiado; el edificio de departamentos de la película es copiado de un edificio real ubicado en ese domicilio”. (1) Cuando a Thorwald lo envían en una persecución para que Lisa pueda registrar su departamento en busca de evidencia, Jeff arregla un encuentro ficticio con él en el Albert Hotel, un punto de referencia del Village –dejando en claro que el relato ha sido dispuesto en un lugar específico. (6)

5. John Belton, The space of Rear Window, Hitchcock’s Rereleased Films: From Rope to Vertigo. Ed. Walter Raubicheck and Walter Srebnick. (Detroit: Wayne State UP, 1991)

6. Jonathan Rosenbaum, Rear Window, The Chicago Reader February 25, 2000.

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“La mayoría de los edificios alrededor del patio son viviendas típicas construidas en el lúgubre estilo “Ladrillo Federal”. En el extremo derecho se encuentra un edificio revocado de varios pisos, al lado una casa de ladrillo de cuatro pisos, directamente enfrente, un edificio pequeño de dos pisos, a la izquierda del cual está el callejón que conduce a la calle y en el extremo izquierdo, otro edificio de ladrillo rojo, tan alto que los pisos superiores no aparecen nunca en el film. El patio, parcialmente pavimentado y con plantas, tiene distintos niveles y en la parte trasera hacia la derecha hay un sector en el que sobresale una terraza unida a un departamento con frente de vidrio. La casa de L. B. Jefferies es un departamento de dos ambientes, uno de los cuales no vemos nunca. El film transcurre en la sala de estar que tiene una kitchenette separada por alacenas, un bay-window que mira al patio, un hogar, una puerta al dormitorio y una puerta de ingreso tres peldaños más alta que el piso (detalle que cobrará mucha importancia al final). La puerta del dormitorio se abre solo una vez, cuando la novia del protagonista, Lisa, entra para ponerse su camisón. Esta habitación misteriosa que nunca se muestra al público es un tema psicológico repetido en Hitchcock –hay una habitación con llave en el film Rebecca, por ejemplo, cuya puerta nunca se abre. Durante el período de convalecencia de Jeff, una cama fue trasladada junto al bay-window, y el resto del mobiliario fue movido debido a su inmovilidad y para el tratamiento.” (1) El set es extremadamente improbable. Los departamentos son escenarios apilados uno sobre otro, sin acceso, en la anatomía normal de un edificio de departamentos, a escaleras y corredores. Tampoco son “reales” las plantas de los departamentos, que han sido aplanados contra sus fachadas para que todo pueda verse a través de la cámara en la sala de Jeff. Los departamentos en apariencia carecen de otro lado, a pesar del hecho de que al público se le muestra la vista de la calle gracias a la abertura entre los edificios. La escenografía se diseñó para satisfacer la demanda narrativa. Los departamentos se construyeron con un leve forzamiento de la perspectiva, con la intención de realzar, mediante cambios de escala, la ilusión de profundidad. Cada departamento es diferente de acuerdo a las actividades de los personajes: a Miss Torso, por ejemplo, se le procura un espacio abierto porque es bailarina; la forma de sus ventanas nos permite verla bailar. Las ventanas al otro lado del patio son mucho más largas de lo que serían en la vida real. El callejón que conduce hacia fuera es utilizado para tantos momentos dramáticos que este sitio representará todo lo que podría ocurrir en el mundo exterior. “El set de Rear Window no tiene sentido en espacio y tiempo real, pero adquiere credibilidad en la pantalla.” (7) “Hitchcock dominó las coordenadas de comportamiento espacial de este universo diseñado, pulgada por pulgada.” (6) El set es perfecto como proyección arquitectónica del relato. Tanto como la narrativa misma, la estructura del film se compone de las relaciones espaciales y la geometría de los departamentos de los inquilinos, el patio, el callejón, la calle misma con el restaurante enfrente y la silueta de la ciudad. “El bloque de departamentos es una máquina escénica que produce narrativa.” (1) La escenografía es la máquina espacial que posibilita el desarrollo del relato y fue diseñada por el director en una relación extremadamente íntima con la historia. Desde el comienzo, el espacio arquitectónico interactúa con el relato, permitiendo al director jugar con las posibilidades del set. Los límites espaciales son oportunidad de concentración y coherencia para construir suspenso. La cámara explora el espacio arquitectónico y el montaje lo reconstruye como espacio cinematográfico. El tiempo y espacio en el cine son construcciones. El cine no reproduce el tiempo y el espacio de la realidad fenoménica, los construye activamente. “En el teatro, tiempo y espacio son más o menos naturalistas, pero el tiempo y espacio cinematográfico son construidos mediante montaje, movimiento de cámara y otros dispositivos específicos del medio.” (8) La cámara procede a explorar el departamento de segundo piso de L. B. (“Jeff”) Jefferies, dando pistas silentes de su ocupación. Sobre la pared hay fotografías ampliadas – él es fotógrafo profesional de revistas y viajero del mundo, documentando guerras, deportes peligrosos, acostumbrado al comportamiento estilo paparazzi. Equipo de cámara 8x10 destrozado. Fotografía espectacular de accidente de un auto de carrera. Más equipo de cámara.

1. Juhanni Pallashmaa, The geometry of terror- Space, look and narrative in Alfred Hitchcock’s Rear Window. 7. Fawell, The well made Film, p. 7. 8. Boris Eikhenbaum, Problems of Film Stylistic, Screen 15, No 3 (1974), Pp. 24,25. (Quoted in Belton, The space of Rear Window)

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Espacio Uno de los primeros análisis de Rear Window como objeto artístico más que como film comercial, fue el de Claude Chabrol en “Cahiers du Cinema”. Fue el primero en describir cómo en Rear Window, el otro lado del patio debía considerarse como una pantalla de proyección múltiple: en ella están descriptas todas las relaciones posibles con el sexo opuesto, desde la ausencia de contacto emocional hasta la furia homicida final, pasando por la fiebre sexual de los primeros días. Para Chabrol, hay dos temas principales en Rear Window, cada uno definido por un espacio particular. El primero está dispuesto en el departamento de Jeff y es una intriga sentimental que separa y une a James Stewart y Grace Kelly. El segundo tema es la intriga criminal, situada al otro lado del patio. Este tema final se combina con el tema de la indiscreción. Las persianas de bambú se levantan lentamente durante los títulos y esto puede ser una referencia al despertar gradual del fotógrafo a la realidad del homicidio (Pallashmaa), pero seguramente es una metáfora del telón. A medida que las persianas se levantan, revelan el patio, la escena del drama se despliega. El film termina con un efecto teatral similar, el bajar sucesivo de estas mismas cortinas. “Más allá de las ventanas cortinadas yace el espacio que sirve tanto como escenario y como pantalla, un espacio controlado por la presencia autoritaria de Alfred Hitchcock (el arquitecto del suspenso), quien invisiblemente eleva y baja las cortinas para abrir y cerrar la narrativa del film. Frente a las cortinas yace otro espacio que, aunque segregado arquitectónicamente respecto al del patio, no es un espacio pasivo, sirve como espacio para llevar a cabo otro drama.” (5) Hasta ahora podemos argumentar que lo que ocurre al otro lado de la ventana (pantalla) es un film y que lo que ocurre dentro del departamento (escenario) es teatro. Podemos entender claramente la referencia de la ventana como pantalla de film, una pantalla que contiene múltiples pantallas más pequeñas. Las ventanas individuales de los inquilinos con sus historias puramente visuales (en 35% de la película no hay diálogo!) se asemejan a los momentos tempranos de los films mudos. La posibilidad de integrar los relatos individuales en un panorama más grande y completo reside en el poder de observación. Es el trabajo del observador, en este caso Jeff, el fotógrafo. Rear Window puede verse como explicación de cómo contar una historia puramente en términos visuales. Las vidas de los inquilinos en Rear Window pueden observarse en las habitaciones iluminadas detrás de las ventanas abiertas y sin cortinas (¡por la ola de calor!), una referencia a la estructura cinematográfica del relato. La narrativa del film se construye alrededor de un patrón de alternancia de relato-espacio a relato-espacio, desde escenas en el departamento de Jeff hasta escenas que se suceden enfrente, pasando de Jeff como ‘actor‘ a Jeff como ‘espectador‘. “Al final del film, con la entrada de Lisa en el espacio de Thorwald y la de Thorwald al espacio de Jeff, los espacios del film se han revelado contínuos más que segregados y sus relatos, entrecruzados más que opuestos.” (5) Las restricciones espaciales extremas de Rear Window –el film se ve desde la perspectiva de una persona atada a un sitio y todo tiene lugar dentro de un set enorme- fueron un desafío estimulante para Hitchcock: “Fue la posibilidad de hacer un film puramente cinematográfico. Tienes un hombre inmovilizado mirando hacia fuera. Esa es una parte del film. La segunda parte muestra lo que ve y la tercera parte muestra cómo reacciona. Esta es realmente la expresión más pura de una idea cinematográfica.” (9) Más tarde esa noche, señales de trueno y tormenta de lluvia acercándose mientras Jeff dormita junto a su ventana. Observando a sus vecinos de nuevo: La pareja que duerme en la escalera de incendio entra debido a la lluvia. Thorwald abandona su departamento bajo la lluvia a cántaros con su maleta pesada de muestras de productos a la 1.55 am. A las 2.35 am, vuelve con su maleta (más liviana y probablemente vacía). En el estudio del compositor, el músico alcohólico se tambalea –ebrio. Thorwald sale de nuevo con su maleta de muestras pesada. Jeff se duerme. ‘Miss Torso‘ entra a su departamento, mientras rechaza los avances de su cita. Thorwald regresa con su maleta de muestras, otra vez quizás vacía. Jeff se duerme Temprano por la mañana mientras Jeff duerme; Thorwald deja su departamento con una mujer de mediana edad no identificada vestida de negro. Durante el día siguiente, el escultor trabaja sobre una figura sin cabeza en la planta baja. ‘Miss Torso‘ baila mientras hace sus quehaceres diarios y una mujer baja a su perro en una canasta pendiendo de una soga desde la escalera de incendio al jardín de Thorwald. 5. John Belton, The space of Rear Window, Hitchcock’s Rereleased Films: From Rope to Vertigo. 9. Françoise Truffaut, Hitchcock (London: Paladin Grafton Books, 1984) Pp. 319-320.

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Panóptico El efecto voyeurístico se genera con la unilateralidad de la vigilancia y porque los objetos de observación no son conscientes de ser observados. El hecho de que los objetos de interés del Jeff/espectador nunca devuelvan la mirada crean una experiencia voyeurista. Una diferencia interesante (y esta es una observación de Juhani Pallashmaa) en el tratamiento de la experiencia voyeurista es la dualidad de la mirada voyeur: espectáculo y vigilancia simultáneos. Para Foucault “nuestra sociedad no es una de espectáculo sino de vigilancia… No estamos ni en el anfiteatro ni sobre el escenario sino en la máquina panóptica”. (10) Foucault usa el panóptico de Bentham como medio teórico para explicar cómo el hombre se ha convertido en objeto de vigilancia para el control institucional, la investigación científica y los experimentos de comportamiento de la sociedad moderna. Sin embargo, para Hitchcock la vigilancia también es espectáculo. La geometría del set es también la geometría de la vigilancia y la dominación, de acuerdo al análisis de Michel Foucault. El dibujo de las celdas de la prisión-panóptica ideal se corresponde exactamente con el panóptico cinematográfico de Hitchcock: “Son como jaulas, teatros pequeños en los que cada actor está solo, perfectamente individualizado y constantemente visible… Cada individuo, en su lugar, está confinado a una celda desde donde puede ser visto por el supervisor, pero las paredes laterales le impiden entrar en contacto con sus compañeros. Es visto, pero no ve; es objeto de información, nunca sujeto en comunicación.” (10) La distribución física de los departamentos captura la desconexión de los habitantes, cada departamento se mantiene aislado de los otros. “Jeff puede ver dentro de los departamentos de sus vecinos desde su posición privilegiada del otro lado, pero ellos no pueden verse entre sí. No hay área común, el patio simplemente separa el contrafrente de sus edificios del de Jeff.” (11) El set del film eleva el voyeurismo a tercera potencia: 1) la cámara observa, 2) el fotógrafo observa y 3) el público observa mediante la ilusión proyectada sobre la pantalla. Rear Window es un film de perspectiva central. “El punto de proyección de la perspectiva central, Jeff, es simultáneamente miembro del público en el cine y narrador en primera persona del relato.” (1) Algunos teóricos conectan el espacio cinematográfico con los códigos de la perspectiva del Renacimiento; Rear Window puede verse como una instancia superior de las propiedades “centrantes” del espacio cinematográfico en general: debido a la restricción espacial del set y por la insistencia de Hitchcock en la perspectiva de una sola cámara fija, “podría decirse que Jeff ocupa un punto dentro del espacio del film que lo identifica, de modo puramente espacial, con el espectador de cine tradicional. La escenografía se ha construido para la cámara y para el espectador de cine, ubicándolos en su sitio central”. (5) Jeff está inmovilizado, mirando a través de una pantalla (ventana) lo que ocurre en un espacio que no es el espacio que él ocupa. La relación con los objetos observados es de un solo sentido. Jeff es sólo un observador pasivo, porque no puede controlar lo que ve. Estamos sentados en una butaca del cine, viendo lo que Jeff ve, de un modo pasivo. SOMOS JEFF. En la construcción del suspenso cinematográfico, estamos cada vez más en la posición de Jeff. En el clímax del film (terror), nos atacan, como a Jeff. “El héroe de “Rear Window” de Alfred Hitchcock se encuentra atrapado en una silla de ruedas y nosotros estamos atrapados también –atrapados dentro de su punto de vista, dentro de su falta de libertad y sus opciones limitadas. Este es un film acerca de un hombre que hace en la pantalla lo que hacemos nosotros como público –mirar a través de un lente la vida privada de extraños. Pocas veces un film ha presentado tan osadamente sus métodos a simple vista. Jeff está sentado en su silla de ruedas, sosteniendo una cámara con lente teleobjetivo, y mira primero aquí y luego allí, como lo haría una cámara de cine. Lo que ve, vemos. Las conclusiones a las que llega, llegamos –todo sin palabras, porque las imágenes suman al montaje de la sospecha.” (12) Comencemos desde el comienzo de nuevo, Jeff. Dime todo lo que viste… y lo que… piensas que signifique.

10. Michel Foucault, Discipline and Punish: The Birth of the Prison (New York: Vintage, 1979) P. 200. 11.Mary Nichols and Denise Schaeffer, Art and liberalism in Hitchcock’s Rear Window, Perspective on Political Sciences v28, N3 (Summer, 1999) On www.cod.edu/people/faculty/pruter/english/rearwindow.htm (March 2003)

12. Roger Ebbert, Rear Window, The Chicago Sun Times February 20, 2000. www.suntimes.com/ebbert/greatmovies/rearwindow.html

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Voyeurismo En “Rear Window”, Jeff es un hombre al que le gusta observar. Pero no sólo eso, hay momentos cruciales en el film donde requiere actuar y se demora, porque olvida que puede ser un participante activo; está absorbido por su rol pasivo. (Jeff casi permite que maten a Lisa mientras observa, actuando como un hombre mirando una película, en vez de una persona con el poder de evitar un homicidio). François Truffaut advierte: “Todos somos voyeurs en cierta medida, aunque sea sólo cuando miramos un film íntimo. Y James Stewart está exactamente en la posición de un espectador mirando una película.” (13) Sin embargo, el voyeurismo de Jeff no es una perversión sexual sino más bien la curiosidad profesional de un fotógrafo. Está confinado a una silla de ruedas sin nada más que hacer, hay una ola de calor y las ventanas están abiertas. Como Hitchcock le dijo a Truffaut: “Te apuesto que nueve de diez personas, si ven a una mujer desvistiéndose para dormir al otro lado del patio… se quedarán y mirarán; nadie da media vuelta y dice: no es de mi incumbencia. Podrían bajar sus persianas, pero jamás lo hacen, permanecen mirando hacia fuera.” (14) De acuerdo a Sigmund Freud: “El voyeurismo tiene sus orígenes en la pulsión escopofílica… el voyeurismo funciona no sólo en la perversión sino también en el comportamiento normal de ver y ser visto, en varios modos de la vida cotidiana.” A lo largo del film, la cámara –el ojo voyeur- está atada a la silla de ruedas en la habitación del fotógrafo. “El protagonista en Rear Window y el espectador son igualmente observadores incorpóreos. La inmovilidad de Jeff elimina lo físico de la experiencia y lo transforma en algo puramente visual; el ojo sojuzga los otros sentidos. Su completo apoyo sobre el sentido de la visión representa al espectador, sólo y atado a su butaca en la oscuridad del cine. Justamente, es la inmovilidad del espectador la que lo adormece hacia un estado regresivo y de sueños.” (1) Un público que posee información crucial de la que los personajes carecen está desesperado por hacer algo y es a la vez atrozmente consciente de su incapacidad para hacer algo al respecto -esto es lo que Hitchcock llama suspenso. En Rear Window, Hitchcock presenta un héroe que está en la misma posición que el público: un observador que ve (o cree ver) algo que se encuentra imposibilitado de detener. “Hitchcock emplea su método tradicional de proveer al público información que sus personajes no poseen, con un giro: los retazos de información parecerían sugerir que ningún delito ha tenido lugar.” (15) Metrópolis Si este film se interesa en el voyeurismo, se funda a su vez en la idea de la metrópolis como espectáculo, aquella “peculiar mezcla de aislamiento y estimulación excesiva que brinda la ciudad”. (16) “El cine de Hitchcock es un sostenido intento de asombrar al público mediante la representación de la modernidad y de administrar los shocks terapéuticos y las excitaciones nerviosas apropiadas a la banalidad y enervación de la existencia contemporánea.” (17) Esto funciona en paralelo con su interés por las tecnologías y el impacto visual de la modernidad y su uso del característico efecto moderno del shock. Hitchcock sabe que tiene que conmocionar a un espectador ya estimulado en exceso. Mediante montaje y dispositivos cinemáticos, la construcción del suspenso sostendrá cierto estado de ánimo; el shock llegará al espectador gracias al terror. “La comprensión de Hitchcock de la modernidad es que esta se experimenta primeramente a través de la visión –visión que no deja sin tocar a los otros sentidos- y de que el cine es el arte de contar historias mediante imágenes móviles.” (17) Tom: No viste ni el asesinato ni el cuerpo. ¿Cómo sabes que hubo un homicidio? Jeff: Porque todo lo que este tipo ha hecho es sospechoso. Viajes de noche bajo la lluvia y cuchillos y sierras y baúles con soga y ahora su esposa que no está más allí.

13. Truffaut, Hitchcock, P. 321 14. Truffaut, Hitchcock, P. 159 15. Charles Taylor, Rear Window, Salon.com Movies Review. h

http://dir.salon.com/ent/movies/review/2000/01/21/rear_window/index.html?sid=578004 (March 2003)

16. J. Hoberman, Out of sight, The Village Voice January 19-25, 2000. On www.villagevoice.com/issues/0003/hoberman.php (April 2003) 17. Peter J. Hutchings, Modernity, a film by Alfred Hitchcock. On www.senseofcinema.com/contents/00/6/modernity.htm (March 2003)

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Montaje Rear Window es el film más unificado de Hitchcock. Limitado no solamente a un set sino también a una única perspectiva fija en un punto. El experimento más radical dentro de las restricciones autoimpuestas en las películas de Hitchcock. El resultado del experimento es lo que Hitchcock llama el film más cinematográfico de su carrera. Hitchcock mismo, para explicar este concepto, parafraseó el famoso experimento de montaje soviético conocido como el Efecto Kuleshov: “El Sr. Stewart está mirando afuera, hacia el patio y –digamos- ve a una mujer con un niño en sus brazos. Bien, el primer corte es el Sr. Stewart, luego lo que ve y luego su reacción. Lo veremos sonreír. Ahora si quitaran la parte central de film y sustituyeran –diremos- con una toma de la chica Miss Torso en bikini, en vez de ser un caballero benevolente, ahora será un viejo lascivo. Y sólo han cambiado un pedazo de film, no han cambiado su apariencia ni su reacción.” En las secuencias que intercalan tomas del departamento al otro lado del patio con tomas de reacción de Jeff, Hitchcock usa a Jeff de modo que Jeff mediante sus reacciones puede ayudarnos a nosotros, los espectadores, a entender qué hemos visto y qué significa. “Cuando se dificulta demasiado o cuando Hitchcock tiene alguna duda de que entendemos, usa a Jeff para aclararnos las cosas, el montaje viene a nuestro rescate.” (17) Al discutir la idea de Rear Window con Truffaut, Hitchcock dijo: “T: Imagino que la historia te atrajo primero porque representaba un desafío técnico: un film entero desde el punto de vista de un sólo hombre inmerso en un único set. H: Absolutamente. Fue una posibilidad de hacer un film puramente cinematográfico. Tienes a un hombre inmovilizado mirando fuera. Esa es una parte del film. La segunda parte muestra cómo reacciona él. Esta es realmente la expresión más pura de una idea cinematográfica. Pudovkin trabajó con esto, sabes. En uno de sus libros sobre el arte del montaje describe un experimento de su maestro, Kuleshov.” (18) EFECTO KULESHOV: Nombre dado a la tendencia mental de los espectadores de intentar resolver cómo encajan las tomas filmadas, aún si las tomas son totalmente inconexas. Este efecto fue observado y articulado por el director y teórico del cine soviético Lev (Leo) Kuleshov. Alrededor de 1919, Kuleshov comenzó una serie de experimentos de edición que condujeron a un descubrimiento sorprendente (en lo que se volvió conocido como el “Experimento Mozhukhin”). En secuencias separadas, tomas de objetos varios -un tazón de sopa, un niño sonriente y un cadáver- fueron yuxtapuestos a tomas de archivo idénticas de un actor famoso (Ivan Mozhukhin). El público leyó un significado diferente en la expresión de Mozhukhin con cada combinación. Este descubrimiento demostró el poder de la edición para alterar la percepción del sujeto, en este caso, las emociones y pensamientos del actor. En otro experimento, Kuleshov empalma otra serie de tomas que habían sido filmadas enteramente fuera de secuencia y en tiempos y lugares diferentes: un hombre esperando, una mujer caminando, una puerta, una escalera y una mansión. El público lee “sentido” espacial y temporal en la secuencia, decidiendo que vieron al hombre y la mujer encontrándose frente a la puerta al mismo tiempo. Esto demostraba el rol esencial del espectador al crear la continuidad de un film y anticipó la noción que un cineasta crea un “espacio ficticio”, con la libertad de filmar fuera de secuencia y reunir tomas inconexas. Kuleshov utilizó estos descubrimientos para anticipar la teoría del montaje como dispositivo central del cine, más tarde adaptado por Sergei Eisenstein. (Wikipedia) Rear Window de Hitchcock sólo puede funcionar si el efecto Kuleshov funciona. Cuando James Stewart mira fuera de la ventana de su departamento y hay un corte a una vista de otro edificio, automáticamente asumimos que lo que estamos viendo es el edificio al otro lado del patio. Nosotros, como público, hemos situado las escenas juntas. En realidad, estos edificios podrían estar a kilómetros de distancia o en el mismo lado de la calle, sin embargo sabemos de inmediato la relación espacial que mantienen en el mundo filmado. El montaje les dio significado. “Hitchcock es el maestro del cine sugestivo, de llevar al público a pensar que vieron algo que no vieron. Sus films involucran la presentación de las percepciones y sus acciones consecuentes mientras las afecciones –la brecha entre percepción y acción- son parte del proceso del público.” (17) “Rear Window es una demostración completa del principio Kuleshov, las tomas reunidas en la cabeza de Jeff lo hacen llegar a la conclusión de un homicidio cometido”. (12) Jeff parece crear la historia del film en su cabeza, a medida que interpreta los significados de los acontecimientos inconexos que observa. “La historia entera podría ser un sueño o una ilusión provocada por su inmovilidad. Jeff arma el film en montajes al transferir su visión (visión de la cámara / visión del espectador) de una ventana y episodio al siguiente y al seleccionar los cuadros de imagen y las distancias con sus propios ojos a través de las ópticas de la cámara teleobjetivo y los binoculares. Jeff es por lo tanto simultáneamente el espectador y el director del film y Rear Window es una metáfora y un estudio del hacer y ver un film.” (1) 176


Lenguaje Cinematográfico “La narración fílmica tiene lugar en tres niveles –la organización y escenificación del acontecimiento fílmico, la lectura que la cámara hace de dicho acontecimiento (encuadre, distancia, ángulo, movimiento) y la reconstrucción final de este metraje generado por la cámara en la edición.” (19) El arte del cine transforma el “espejo de la realidad” fotográfico en “realidad del cine” al introducir ritmo y textura. El cinematográfico es un mundo más denso y vibrante que el mundo común que nos rodea. “En ningún caso el arte del cine puede ser una colección azarosa de formas seleccionadas intuitivamente; por necesidad se convierten en un sistema de arreglos gramaticales de estructuras cinestéticas, estructuras que forman parte del ámbito de la magia experimentada por todos quienes son expuestos al mirar películas. ¿Qué genera esa magia? Pedazos de film empalmados en concierto, secuencias de significado. Sólo pedazos de film, como Hitchcock lo describió en una entrevista con François Truffaut.” (20) “Los films de Hitchcock son artefactos altamente elaborados, finalmente “manchas Rorschach”. Es decir, los públicos pueden responder de muchas maneras diferentes, en muchos niveles diferentes. No hay un solo sentido de lectura de esos films. Por otro lado, hay una estructura y contenido rastreables en los films y es aquí donde reside mucho del arte cinematográfico.” (4) Imágenes Hitchcock comenzó su carrera como escritor de intertítulos, pasando luego a dirección de arte y dirección. Los intertítulos en sus primeros films mudos son notables por su compacidad e ingenio; no obstante Der Letzte Mann de F. W. Murnau (The Last Laugh, 1924) lo había inspirado con la idea del cine mudo sin intertítulos, cine que produciría significación mediante medios puramente visuales. (17) La búsqueda del cineasta de “cine puro”, en contraste radical con el drama, la literatura, significó para Hitchcock la aventura creativa de construir la arquitectura de una película –cuadro por cuadro- como la intención de producir la respuesta emocional deseada por parte del público. Su objetivo era producir significado cinematográfico mediante lo puramente visual, más que mediante lo literario. “Al momento de llegar al set, Hitchcock tenía su película dibujada en soryboards y visualizada meticulosamente. La dirección del film se volvía automática para él. Tenía una noción orgánica sobre hacer cine que se apoyaba en que los elementos visuales y literarios de una película fueran diseñados como un sistema interactivo dinámico total.” (21) Hitchcock remarca la importancia de la expresión pictórica y material, a la que sujeta el diálogo narrativo por completo: “El diálogo debería ser simplemente un sonido entre sonidos, sólo algo que sale de la boca de gente cuyos ojos cuentan la historia en términos visuales.” (22) El interés de Hitchcock no está tanto en las historias de sus films sino “en el modo en que son contadas”. “El impacto de la imagen es de suma importancia en un medio que dirige la concentración del ojo para que no se extravíe. En el teatro, el ojo deambula, mientras la palabra manda. En el cine, el público es llevado hacia donde el director desea.” (Hitchcock) (23) Objetos Hitchcock utiliza objetos en sus films asignándoles significación para hacerlos parte de la trama. Consideremos la profesión de Jeff como fotógrafo y los muchos usos que Jeff encuentra para su cámara a lo largo del film. Mirar furtivamente el departamento Thorwald (el voyeurismo como extensión de su carrera profesional), ayudar a resolver el caso comparando el jardín de abajo con cómo se encontraba en una foto que había tomado semanas antes (la fotografía como evidencia de delito), alertar a Lisa con el flash y finalmente defenderse cuando Thorwald viene a matarlo. Hitchcock utiliza los mismos patrones visuales reiteradamente, así como reutiliza los objetos en el set. Consideremos esto: cuando al principio del film Lisa llega al departamento de Jeff da una vuelta por el departamento, encendiendo las tres lámparas, deteniéndose en cada una y diciendo sus tres nombres “Lisa” “Carol” “Freemont”. Más adelante en el film repetirá el mismo patrón al encender las tres lámparas, pero ponderando el misterio del homicidio, deteniéndose en cada lámpara para considerar la evidencia. Stefan Sharff se refiere a estas escenas en que Hitchcock repite construcciones y movimientos previos como “recuerdos/memorias”. De este modo, Hitchcock confiere a su film peso y gravedad, al profundizar nuestra familiaridad con el material y los patrones del film. (24) 18. Truffaut, Hitchcock, P. 265. 19. Thomas Gunning, D. W. Griffith and the narrator system, Doctoral Dissertation, New York University, 1986, P. 36,37 20. Stefan Sharff, The art of looking in Hitchcock’s Rear Window, (New York: Limelight Editions, 1997) P. 3. 21. John Conomos, The vertigo of time, Alfred Hitchcock conference For the Love of Fear, Museum of Contemporary Art Sydney, 31 March 2 April 2000. On www.sensesofcinema.com/contents/00/6/time.html

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Sonidos Hitchcock limita drásticamente su material de modo que mucho del significado del film se enfoca en unos pocos objetos materiales. Es un maestro trabajando: concentración y precisión. Todo el sonido en el film, incluyendo toda la música, encuentra su fuente dentro del mundo ficcional del film. Con esto, Hitchcock intensifica la unidad del film, no permitiendo nunca que entren sonidos desde fuera del mundo descripto en él. Al usar sonidos del complejo de departamentos, Hitchcock intensifica la relación entre todos en el patio. “Los personajes están agudamente conscientes e involucadros el uno con el otro. La banda de sonido teje sus vidas juntos. La música y el ruido, ambos, ayudan a integrar el sentido del espacio en el patio. Esta integración contrarresta el efecto de la edición y la puesta en escena del film, ya que ambas tienden a aislar a los vecinos entre sí.” (25) “Es esencial separar claramente el diálogo de los elementos visuales”. (Hitchcock) Para incitar completamente a los espectadores, Hitchcock entrega la visión de una cosa y el sonido de otra. Esto demuestra una verdadera economía de expresión y un demanda el uso completo de los sentidos del espectador. “Hitchcock casi nunca usa el sonido de modo redundante sino más bien como fuente adicional, apelando a tu ojo en un lugar y a tu oído en otro, utilizando completamente su set y nuestros sentidos y poder imaginativo.” (26) Continuidades Una técnica favorita de Hitchcock consiste en resumir a la vez una escena e introducir otra utilizando música para superponer escenas y ocultar al espectador la costura que las enlaza. (Escuchamos “Verte es amarte”, y estamos en el departamento de Jeff; aparentemente la música resume el ánimo melancólico de Lisa, Lisa abandona la habitación y la cámara gira hacia Lonelyheart, que está escuchando en la radio la canción y comienza a gesticular la letra). A Hitchcock le gusta superponer el comienzo de una escena con el final de otra. (La escena con Lonelyheart en el café al otro lado de la calle mientras Thorwald está en camino de vuelta hacia su departamento). “Lleva tanto tiempo y tanto trabajo lograr la simplicidad”. (Hitchcock) “Habría sido más fácil completar la transición de Lonelyheart a Thorwald mediante un fundido, pero al hacerlo así la elegancia del lenguaje se resentiría y el juego de destino, la insinuación de una conexión íntima se limitaría.” (28) Conectar las actividades del departamento de Jeff con aquellas en los departamentos al otro lado del patio ha sido un lugar común de la crítica. El departamento de los Thorwald está justo enfrente al de Jeff y es una presencia frecuente en el fondo de las escenas que tienen lugar en el departamento de Jeff, algo que colorea sutilmente nuestra lectura de esas escenas. Pero el espejamiento que ocurre es bastante complejo. “Hitchcock puede hacer que su diseño de set funcione con la narrativa significativamente. Pero para poder lograrlo, Hitchcock necesita articular una relación entre los espacios del set real. Hitchcock reconstruye el espacio en general utilizando los movimientos de cámara y la edición.” (5) La estrategia de dirección con planificación y orquestación de elementos diversos se asemeja al trabajo del arquitecto. “Todos las tensiones deben ser planeadas con anticipación, luego serán armonizadas con correlaciones, sin perder el control de la idea estética general. Las estrategias de Hitchcock rememoran la composición musical, con sus ritmos y armonías. Hitchcock pobló el film con una colección de simetrías y subsimetrías, arreglos en contrapunto, detonadores, develamientos lentos, imágenes familiares y transiciones por medio de fundidos; cada escena es urdida desde estos elementos y su presencia es detectable en diferentes combinaciones –son la poética de su cine.” (29) El film es una especie de sueño consciente. (Juhani Pallashmaa) 22. Jane E. Sloan, Alfred Hitchcock: a filmography and bibliography, (Los Angeles: University of California Press, 1993) P. 20. 23. Alfred Hitchcock, “Film Production” (1965), Hitchcock on Hitchcock (Sidney Gottlieb, ed.), (Los Angeles: University of California Press). 24. Fawell, The well made Film, P. 8.. 25. Elisabeth Weis, The silent scream- Alfred Hitchcock’s Soundtrack, (Rutherford, N.J.: Fairleigh Dickinson University Press, 1982) 26. Weis, The silent scream, P. 111. 27. Fawell, The well made Film, P. 35 28. Sharff, The art of looking, P. 60. 29. Sharff, The art of looking, P. 180.

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Suspenso “Existe una diferencia distintiva entre “suspenso” y “sorpresa” y sin embargo muchas películas confunden a los dos continuamente. Explicaré lo que quiero decir. Ahora estamos teniendo una charlita muy inocente. Supongamos que hay una bomba bajo esta mesa entre nosotros. La bomba estalla y el público se sorprende. Pero previa a la sorpresa, ha visto una escena absolutamente común, con ninguna consecuencia especial. Ahora tomemos una situación de suspenso. La bomba está bajo la mesa y el público lo sabe, probablemente porque han visto al anarquista colocarla allí. El público es conciente de que la bomba va a explotar a la una en punto y hay un reloj en el decorado. El público puede ver que es la una menos cuarto. En estas condiciones, esta misma conversación inocua se vuelve fascinante porque el público está participando de la escena. Los espectadores están anhelando advertir a los personajes en la pantalla: “No deberían estar hablando de semejantes trivialidades. ¡Hay una bomba debajo de ustedes y está por explotar!” En el primer caso dimos al público quince segundos de sorpresa en el momento de la explosión. En el segundo caso, les hemos brindado quince minutos de suspenso. La conclusión es que cuando sea posible, el público debe estar informado. Salvo cuando la sorpresa es un giro, es decir, cuando el final inesperado es en sí mismo el punto culminante del relato.” (Hitchcock) (30) El proyecto de Hitchcock es construir un mundo onírico desorientador dentro de sus films, no sólo mediante secuencias de sueños o efectos especiales sino mediante “la anti-lógica de la narración cinematográfica” (Wollen). El surrealismo de la ambigüedad, miedo y humor del director pivotea en su pulsión de posicionar al espectador para que vea sólo fragmentos, oscilando dialécticamente entre lo visto y lo no visto. (21) Gilles Deleuze describe la introducción de esta relación visual como el comienzo de la modernidad cinematográfica: “En la historia del cine, Hitchcock aparece como alguien que no se imagina más la constitución de un film como función de dos términos –director y film- sino como función de tres: director, film y público, cuyas reacciones deben formar parte integral del film (esto es el sentido del suspenso, puesto que es el espectador el primero en “conocer” las relaciones).” (31) “El tratamiento del espectador que hace Hitchcock –más precisamente, de ese espectador colectivo llamado ‘el público’- implanta una autoconciencia dentro de sus films y motiva su estilo. Todo aparece así porque el film admite a su audiencia.” (17) Rear Window es una demostración que el espectador se identifica con la cámara y que la máquina cinematográfica radica en lo que los psicólogos llaman pulsión escópica. Como los soviéticos, Hitchcock entendía las películas como una máquina para provocar respuestas condicionadas. El suspenso es el principio por el cual Hitchcock materializa la visión, vinculando a su audiencia en una experiencia cinematográfica sinestésica. “Estoy para dar al público sacudones mentales, buenos y sanos. La civilización se ha vuelto tan cómoda que ya no experimentamos emociones. Por lo tanto, para prevenir volvernos inactivos y gelificados tenemos que experimentarlas artificialmente y la pantalla es el mejor medio para esto”. (Hitchcock) (32) “El cuerpo inmóvil que produce y a la vez experimenta la mirada requiere estímulo, un sustituto para la cinética que el cine paradójicamente niega. Mediante la visión cinemática –aliada a la producción de suspenso- Hitchcock forma un circuito que encarna la visión, poniéndola en relación con lo somático.” (17) El suspenso en el film se basa en la lógica del terror. Hitchcock lentamente despierta en la audiencia una corriente de suspenso que contiene hasta la liberación final. “Como es usual con una obra de arte maestra, Rear Window urde innumerables detalles en un tejido inmaculado en el que las alusiones e indicios se entrecruzan interminablemente en todas direcciones. Cada episodio o línea parece contener significados y alusiones. Aún las palabras de las canciones escuchadas en el fondo siempre se relacionan ambiguamente con la escena. El color también contiene significados.” (1) Pero las grandes obras siempre contienen un gran número de redundancias y niveles. “La lógica narrativa del film, sus mensajes arquitectónicos, caracterizaciones de rol, atmósferas e indicios secretos, ángulos de cámara y composiciones de toma, detalles de espacio e imagen y palabras y música constituyen un mosaico que crea el suspenso con la infalibilidad de un geómetra.” (1)

30. Truffaut, Hitchcock, P. 79–80 31. Gilles Deleuze, Cinema 1 The movement image, (Minneapolis: University of Minnesota Press,1997) P. 202 32. Alfred Hitchcock, Close Your Eyes and Visualize!, P. 249.

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“Claridad, claridad, claridad, no puede haber indefiniciones en el planteamiento del suspenso.” (Hitchcock) “Una historia logra el aura de la vida real cuando no procede demasiado lineal y obviamente; la voluntad individual del narrador y del director controlando los acontecimientos parecen someterse simultáneamente al poder invalidante del destino.” (1) Rear Window tiene lugar durante una ola de calor en New York. No sólo un dispositivo de la trama para explicar por qué todos tienes sus ventanas abiertas, el calor también intensifica una crisis para la que sirve como metáfora: agrega a la vez realismo y “tono”. Los acontecimientos en las vidas de los inquilinos se desarrollan independientemente respecto de la historia principal, pero ocasionalmente los clímax de estos relatos separados se conectan, por ejemplo las preparaciones de Miss Lonelyhearts para el suicidio al mismo tiempo que Lisa enfrenta un momento peligroso en el departamento del homicida.

“Debe parecer real pero nunca debe ser real. La realidad es algo que ninguno de nosotros puede soportar, en ningún momento.” (Hitchcock) “En el film de Hitchcock el público está tan preso del suspenso que la obvia irrealidad teatral o la incredibilidad arquitectónica de los edificios no modera la realidad del terror. La arquitectura ha perdido su significado normal y se ha sometido al terror.” (1) De repente, un grito desesperado en el patio destroza el aire nocturno. Cuándo todos se mueven hacia las ventanas de sus departamentos (y Lisa abre su persiana del medio), vemos a la propietaria del perro gritando desde su escalera de incendio –su perro muerto yace sobre el cemento enfrente del jardín de Thorwald –asesinado con malicia con su cuello roto. El cuerpo del perro estrangulado es subido con la roldana. La mujer afligida, gritando y acusando a los otros habitantes anónimos e indiferentes –que aparecen en primeros planos individuales: “No conocen el significado de la palabra “vecino””: ¿Quién de ustedes lo hizo? ¿Quién de ustedes mató a mi perro? No saben el significado de la palabra “vecino”. Los vecinos se agradan, hablan entre sí, se preocupan si alguien vive o muere, pero ninguno de ustedes lo hace. No podría imaginar a ninguno de ustedes ser tan bajo como para matar a un perrito amigable e indefenso –el único en este vecindario que le agradaba cualquiera. ¿Lo mataron porque ustedes le agradaban a él? ¿Sólo porque le agradaban a él?”

Terror Hay varios dispositivos de escena y trama utilizados por Hitchcock para producir un sentido de terror creciente en el espectador de Rear Window. Las rutas que utilizan los personajes en Rear Window están completamente ocultas, en el detrás de escena desconocido. La salida del departamento de Jeff a la calle está en alguna parte a la izquierda detrás del público (literalmente: detrás de la butaca del cine). “El asesino arrastrándose por las escaleras hacia el departamento de Jeff trae el desconocido contrafrente del edificio a la imaginación del público y es justamente lo desconocido del contrafrente lo que maximiza la amenaza: en esta etapa la amenaza no es sólo el patético Sr. Thorwald sino la laberíntica extrañeza del edificio mismo.” (1) La amenaza no está contenida en lo expuesto sino en lo oculto. El terror no está en la escena proyectada sobre la pantalla sino en la cabeza del público. Lo desconocido arquitectónico es la verdadera fuente del terror. Los acontecimientos que el público imagina y sus sentimientos acerca de los mismos son más influenciables. Hitchcock expresa su principio de minimalismo cinematográfico: “Siempre he sentido que uno debería hacer lo mínimo en la pantalla para conseguir el máximo efecto del público.” (34) Durante el film, espectadores y actores intercambian lugares en dos ocasiones: Lisa se mueve desde el auditorio a la escena (el departamento del asesino) y el asesino al departamento de Jeff (el auditorio). Pero el asesino entra también en el dominio del público: la llegada de Thorwald ocurre bastante claramente detrás de la espalda desprotegida y vulnerable del público. “La convención teatral tradicional es que el espectador es inviolable, pero cuando al final del film es violentamente atacado, la seguridad psicológica creada por la ilusión del teatro es destrozada.” (1) Desde el principio de la película sabemos que la puerta de entrada del departamento de Jeff debe quedar aberta, ya que los tres escalones le impiden su llegada en silla de ruadas hasta ella. Es inevitable que al oir los pasos del asesino cada vez más cerca no recordemos este dato, acrecentando nuestro sentido del terror. 33. Sloan, Alfred Hitchcock: a filmography, P. 20. 34. Alfred Hitchcock, A Redbook Dialogue (1963) on Selected Writings (Sidney Gottlieb, ed.)

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Para Bresson, la vista y el oído en el cine tienen efectos diferentes en la mente de los espectadores. Los sonidos producen la impresión más profunda, la vista es superficial: “Cuando un sonido puede remplazar a una imagen, corta la imagen o neutralízala. El oído va hacia adentro, el ojo hacia afuera.” (35) Cuando Lars Thorwald entra al departamento de Jeff, viene en incrementos auditivos: el clic en el teléfono, la alarma desafinada de las puertas del ascensor, los pasos en el corredor, el sonido amplificado de la puerta al abrirse. “Los sonidos penetran más profundamente y en consecuencia son el medio más eficiente de transmitir terror.” (36) Hitchcock dice sobre su especialiad cinematográfica: “El miedo es mi campo especial, el cual he dividido en dos categorías –terror y suspenso… El terror es inducido por la sorpresa, el suspenso por la advertencia”. (37) Definió la diferencia entre ambos: “El suspenso es más divertido que el terror, de hecho porque es una experiencia continua y logra crescendo alto; mientras el terror, para ser verdaderamente efectivo, debe venir de una vez, como un relámpago, y por lo tanto es más difícil de saborear.” (38) Mientras escucha los pasos fuera del departamento, Jeff se empuja para tomar su equipo de flash y una caja larga de lamparitas de flash para protegerse. Entonces, se posiciona frente a su ventana trasera de modo que su silueta se recorta oscuramente. Finalmente, la figura oscura de Thorwald abre lentamente la puerta y entra. Jeff ha insertado una lamparita en el mecanismo del flash de la cámara. En cada uno de los escalones que baja Thorwald para alcanzar a su víctima, y para cegarlo momentáneamente mientras se mueve hacia delante amenazante para atacar, Jeff sigue cargando nuevas lamparitas y disparando el flash para mantener al asesino a distancia. –Una, dos, tres veces y luego una cuarta vez. Cada flash blancoazulado es seguido por un resplandor rojo que llena el cuadro completo, desde la perspectiva aturdida de Thorwald.

Final La toma final del film parece invalidar todas las demás voces narrativas. La toma de grúa inspecciona el patio una vez más, pero esta vez el cierre está sobre-determinado, caracterizado por un simultaneidad en la resolución de las diversas sub-tramas del film. Tenemos “finales felices” simultáneos: el compositor y Lonelyheart escuchando juntos la grabación de “Lisa”; la pareja tiene un nuevo perro; Miss Torso tiene novio y el departamento de Thorwald está siendo repintado (de blanco) preparando el espacio para una nueva historia por venir. Y entonces volvemos a Jeff y encontramos la broma final del director: ahora tiene ambas piernas enyesadas. La película comienza y finaliza con una metáfora teatral –el subir y bajar de las persianas de la ventana en el departamento de Jeff como si fueran un telón de escenario. “Significativamente, el subir y el bajar de las persianas de Jeff son imágenes de fantasía de intervención divina. El está dormido durante ambos acontecimientos y está solo en su departamento cuando las persianas se levantan; cuando se bajan Lisa está cerca, pero está ojeando una revista, no tirando de las cuerdas de la cortina. Las persianas suben y bajan, una por vez, sin intervención humana y es claramente Hitchcock mismo, más deidad que director, quien nos invita a entrar a su mundo y luego nos acompaña a la salida.” (6) En el epílogo de la escena final la temperatura dice ahora 22 grados y la ola de calor ha cedido. La cámara hace una panorámica amplia una última vez: “Miss Lonelyhearts” visita al compositor en su estudio, él pone la última grabación de éxito en el fonógrafo. Pintores con rodillos están ocupados repintando el departamento de Thorwald. La pareja sin hijos que duerme en la escalera de incendio tiene un nuevo cachorro. “Miss Torso” abre su puerta a Stanley, un novio soldado uniformado del ejército, regordete y con anteojos. La escultora toma una siesta en su silla de jardín luego de terminar su escultura “Ansia”. Los recién casados pelean por primera vez –porque el esposo renuncia a su trabajo. Jeff estornuda con su espalda vuelta hacia su ventana trasera, mirando hacia dentro. Tiene una sonrisa en la cara. La cámara encuentra a Lisa, la heroína protectora, temerariamente valiente, al lado de su prometido defectuoso. Las piernas de ella están sobre el sofá al lado de él –no está solo esta vez. (Todas las escenas del film de Tim Dirkit en www.filmsite.org) 35. Robert Bresson, Notes on the Cinematographer (London: Quarter Books, 1986) 36. Fawell, The well made Film, P. 28. 37. Sloan, Alfred Hitchcock: a filmography, P. 19. 38. Alfred Hitchcock, The enjoyment of Fear (1949) on Selected Writings (Sidney Gottlieb, ed.) P. 120

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Danza Revista Inquieta (Año 7 No 12): 28-29, Rosario, Noviembre, 2016. ISSN 1853-676X

Danza

En 1979, tres artistas del minimalismo americano colaboran para desplegar sus estrategias de repetición y variación en una combinación en la que música, espacio y danza se interrelacionan con potencia hipnótica. La pieza se llamó simplemente Danza, y podría haberse llamado Música o Espacio. En esta pieza colaborativa, la coreógrafa Lucinda Childs trabaja con la delicadeza de los más simples movimientos corporales en patrones repetitivos al ritmo de la acumulación matemática de la partitura de Phillip Glass, ambos despliegues ocupando estratégicamente el espacio seriado de Sol Lewitt. En el año 2009, al cumplirse treinta años de la primer puesta de esta obra, el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago organizó su reposición limitada. Seducido por la capacidad narrativa abstracta de la danza contemporánea (mi fascinación había comenzado con Kiss de Susan Marshall: en un simple escenario oscuro, sogas y arneses a la vista producen la maravilla del vuelo lento de una pareja que se desintegra y reconstruye en círculos en el aire bajo la letanía sonora de Arvo Pärt), me intrigaba la participación de Sol Lewitt en la colaboración. Intuía que el escenario dejaría de ser ese espacio abstracto sin delimitación clara, que con un astuto manejo de la iluminación se abre al despliegue de los cuerpos. Imaginaba que Lewitt serializaría la espacialidad del escenario; no imaginaba que la serialidad sería precisamente el instrumento liberador de todas las resistencias espaciales conocidas. Sol Lewitt propone tenues haces de luz blanca sobre el escenario negro. Los bailarines se desplazan por esas oscuras zonas de luz, uno detrás del otro, en línea, reproduciendo sus movimientos con pequeños desfasajes temporales, siguiendo los ecos y duplicaciones de una música maravillosa y etérea. Una proyección reproduce la misma danza realizada en una sala de ensayo de piso blanco con grilla ortogonal negra. La proyección reproduce el punto de vista del espectador, duplicando los bailarines (hombre y mujeres vestidos de blanco) que bailan ahora unos con otros. Los cuerpos proyectados crecen paulatinamente con acercamientos de cámara y finalmente los cuerpos reales entran en los proyectados. Los cuerpos giran todo el tiempo, pocas veces se detienen, el movimiento es continuo, entran y salen del escenario, se acercan y alejan entre sí. La proyección ahora pasa arriba de los movimientos del escenario, reproduciendo en vista frontal lo que sucede adelante en tres dimensiones. La cámara toma vuelo y la proyección ocupa todo el escenario, el piso grillado de la sala de ensayo se convierte en el piso del escenario, las figuras geométricas creadas por los movimientos de los bailarines giratorios se hacen mas evidentes: círculos, cuadrados, que ahora vemos en dos puntos de vista, el nuestro y el aéreo de la cámara, sutiles deformaciones geométricas juegan perspectívicamente entre lo proyectado y lo bailado. La proyección cambia nuevamente y ahora los cuerpos habitan una axonometría; atrás y adelante es ahora arriba y abajo. Las proyecciones finalmente se multiplican: ahora son dos o tres, mostrando movimientos seriados desde proyecciones paralelas en ordenamiento desplegado Monge. Los cuerpos viajan entre sistemas de representación arquitectónicos y yo habito un delirio que no me dejará más.

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Matta-Clark, “placeholder” de la teoría ausente (de la estrategia del vacío) Problemas Actuales de la Arquitectura y los Estudios Urbanos. 2019 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

Teoría Ausente (Estrategia del Vacío)

En su texto “Gordon Matta-Clark y los límites de la Arquitectura”, Phillip Ursprung rastrea los nexos compartidos entre la producción artística de Gordon Matta-Clark y las búsquedas de la “vanguardia” neoyorquina de los años setenta, con la figura de Peter Eisenman y su Instituto para la Arquitectura y los Estudios Urbanos (IAUS en Ingles) al centro, y la Universidad de Cornell y la influencia de Colin Rowe y su Transparencia Fenomenal como fundamento compartido por ambos. Según Ursprung, las intervenciones an-arquitectónicas de MattaClark asomaban como un límite de la disciplina, un espejo que demostraría, desde sus bordes, el vacío existente al centro de la producción arquitectónica de aquel entonces (años setenta, inicios de la globalización y sus consecuencias urbanas). Gordon Matta-Clark personificaría así la posibilidad de una teoría unitaria, el potencial de una síntesis que brindaría coherencia a la práctica arquitectónica, delineando sus contornos. Curiosa afirmación la de Ursprung. Hay una evidente contradicción sincrónica en su hipótesis y una ignorada anacronía en su propuesta. Empecemos por la contradicción sincrónica: Gordon Matta-Clark no dejó por escrito fundamentos que puedan dar cuerpo a una “teoría” de sus acciones; cada vez que se le preguntó por la arquitectura, negó directamente tener objetivos de cercanía o refundación: Gordon había abandonado a la arquitectura, la había dejado atrás. Y si Matta-Clark no tenía teoría, podríamos decir, por el contrario, que eso era lo “único” que tenía Peter Eisenman en aquellos momentos: su revista Oppositions, cuyo gran objetivo fue fundar la “Crítica” desde una lectura estructuralista de la arquitectura. La anacronía la propongo como provocación: la teoría que le faltaba a Gordon, la “Estrategia del Vacío”, la escribirá “retroactivamente” un admirador insospechado: Rem Koolhaas. En una entrevista realizada por John Rackman para la revista Art Forum a finales del año 1994, Rem Koolhaas reacciona ante una inesperada (e inspirada) relación realizada por el filosofo del arte:

John Rajchman: “Para tratar esta incontrolable y todavía abierta (“rizomática”) Gran Dimensión, uno debe ir, tengo entendido, más allá de los tipos de orden y de desorden que has denominado “meramente visibles”, falsos, “decorativos”. ¿Qué pasa con los cortes arquitectónicos y urbanos de Gordon Matta-Clark? ¿Cómo reaccionaste ante ellos?” Rem Koolhaas: “Yo estaba fascinado con Matta-Clark. Pensaba que él estaba haciendo con el mundo real lo que Lucio Fontana hizo con el lienzo. Por aquel entonces, el aspecto más impactante y excitante de su trabajo era tal vez el glamour de la violación. Ahora, también pienso que su trabajo era un prematuro y riguroso ejemplo de una especie de poder de la ausencia, del vacío, de la eliminación, es decir, de adición y creación. Realmente nunca había pensado en ello pero tal vez algunos de los conceptos del proyecto TGB, donde se perforan túneles fuera del volumen del edificio, supondrían una vuelta a sus operaciones.” Si bien puede ser cierto que Rem Koolhaas no tuviera tan presente a Matta-Clark antes de formulada la pregunta (“realmente nunca había pensado en ello”) es evidente que a partir de esta entrevista si lo tendrá en cuenta. En 1995, S,M,L,XL; Rem Koolhaas publica con el título “La Estrategia del Vacío” un recuento, en formato de Diario Personal (apócrifo?), del proceso proyectual de la propuesta presentada en 1989 por OMA (Office for Metropolitan Architecture) al concurso de la Biblioteca Nacional de Francia, bautizada por la oficina como Trés Grande Biblioteque (TGB). Luego de demostrar su insatisfacción con las búsquedas iniciales del proceso proyectual. La entrada del 15 de mayo de 1989, muestra un diagrama y nos dice: “Un viejo croquis para el ZKM vuelve de repente a ser productivo. Imaginen un edificio que consista de espacios regulares e irregulares: donde las partes más importantes del edificio consistan en ausencia de edificio. Lo regular aquí es el archivo; lo irregular, las salas de lectura, no diseñadas, simplemente excavadas. Podría esta formulación liberarnos del triste modo de simular invención?”. La entrada del 19 de mayo muestra una maqueta de estudio y nos dice: “La TGB es un cubo. Es un archivo sólido con salas de lectura -vacíos- excavadas dónde sea eficiente. Oscuridad en el centro, luz del día en el perímetro. Las multitudes abajo, recintos vacíos arriba para la reflexión.” Finalmente, la entrada del 20 de mayo muestra un bosquejo diagramático de una posible planta arquitectónica y nos dice: “Un cubo atravesado por nueve ejes verticales de movimiento. Siempre y cuando los vacíos rodeen uno de los elevadores, serán accesibles.” A partir de ese momento, (y siguiendo el “relato” ofrecido), el proceso proyectual se desenreda, gana velocidad, las ideas fluyen sobre el mismo carril, produciendo complejidades coherentes con el esquema en definición. La entrada del 23 de mayo es exultante: “Querido diario: la creación de diferencia, esa tarea insoportable, se convierte en placer. Y fácil, además! Las formas sólo tiene que ser “sacadas” no construidas”. 183


Nueve años después, en el año 2004, Rem Koolhaas publica su tercer libro, Content. Dentro de este libro/ revista dedicado a su producción más reciente, Rem Koolhaas incorpora pequeños facsímiles de patentes apócrifas que recapitulan algunas de las “innovaciones” proyectuales desarrolladas por su oficina en años anteriores. Entre esas patentes se encuentra la explicación conceptual de la Trés Grande Biblioteque, nuevamente denominada “La Estrategia del Vacío”. En su folio, además del “diagrama” obligatorio de toda patente, incluye la siguiente definición: “Método para definir un edificio a través de manipular ausencias de edificio” y la siguiente descripción: “En vez de crear laboriosamente diferencias y jerarquías en un edificio que consista de elementos repetitivos y espacios públicos, los espacios comunales pueden crearse más fácilmente. Porque es más difícil construir que sustraer, los espacios más importantes de un edifico pueden ser creados por eliminación más que por adición- extrayendo formas de un bloque sólido, como en un helado.” (Koolhaas: 2004) Ursprung, Phillip (2008) “Gordon Matta Clark and the Limit to Architecture”, en Gordon Matta Clark Moment to Moment: Space Berlin: Berlín Akademie der Künste, 28-45 Rajchman, John (1994) “Thinking Big. Dutch Architect Rem Koolhaas. Interview” en Artforum. Diciembre 1994 Koolhaas, Rem (1995) S,M,L,XL. New York: Monacelli Press Koolhaas, Rem (2004) Content: Triumph of Realization Colonia: Taschen

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Manifiesto Retroactivo, Razonamiento Diagramático y Actividad Paranoica Crítica Problemas Actuales de la Arquitectura y los Estudios Urbanos. 2019 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

Método Paranoico Diagramático

En 1978, Rem Koolhaas publica “Delirious New York”. Resultado de varios años de investigación, el libro se propone como Manifiesto Retroactivo para el Manhattanismo o la Teoría de la Congestión. Retroactivo en el sentido que los hechos históricos estudiados son de alguna manera “forzados” a presentar argumentos que en su momento no fueron elucidados por sus protagonistas. Rem Koolhaas funciona como un “investigador conceptual” que descubre la teoría de una práctica que no tuvo demasiado tiempo para pensarse a sí misma. El libro presenta una teoría para actores que ya no podrán usarla (o rebatirla) y funcionará como plataforma para la práctica arquitectónica de su autor. Delirious Nueva York anticipa la práctica proyectual que desarrollará su oficina OMA; porque como explicará su fundador algunos años más tarde: Si “la ardua tarea del final de este siglo es abordar abiertamente los reclamos, ambiciones y posibilidades extravagantes de la Metrópolis”, OMA liderará el retorno del Manhattanismo. (Koolhaas 1995) “Si la esencia del Manhattanismo era ‘vivir dentro de la fantasía’, OMA será una ‘máquina para fabricar fantasía’.” En Delirious New York, Rem Koolhaas evoca el Método Paranoico Crítico (MPC) de Salvador Dalí, una forma de lectura surrealista en la que un solo motivo se ve de múltiples maneras en un “delirio de interpretación”. Según Koolhaas “Dalí propone una segunda fase surrealista, la explotación consciente del inconsciente a través del MPC, definido por Dalí mediante tentadoras fórmulas: “método espontáneo de conocimiento irracional basado en la objetivación crítica y sistemática de asociaciones e interpretaciones delirantes”. El MPC promete que “a través del reciclaje conceptual, contenidos desgastados y consumidos del mundo puedan ser recargados o enriquecidos como el uranio.” (Koolhaas 1978, 238) Koolhaas adaptará esta reprogramación paranoica como fórmula para su propio trabajo: Delirious New York será una “sobreestimación sistemática de lo que existe”. Koolhaas aplica la receta ofrecida por Dalí para “investigar” Nueva York, y en un juego de muñecas rusas y aprovechando la visita de Dalí a Nueva York, en el capítulo que trata ese acontecimiento explica el Método Paranoico Crítico, explicando así, sin hacerlo explícito, el método seguido para la escritura de su propio libro. “El paranoico transforma el mundo entero en un campo magnético de hechos que apuntan todos en la misma dirección: la que él está siguiendo. La esencia de la paranoia radica en esa relación intensa, aunque distorsionada, con el mundo real. La realidad del mundo se usa como ilustración y prueba para servir a la realidad de nuestra mente.” (Ibíd., 239) “El Método Paranoico Crítico es una secuencia de dos operaciones consecutivas y diferenciadas: a/ La reproducción sintética del modo que tienen os paranoicos de ver el mundo con otros ojos, y su abundante cosecha de correspondencias, analogías y pautas insospechadas; y b/ La comprensión de estas especulaciones hasta un punto crítico en el que alcancen la densidad del hecho: la parte central del método consiste en la invención de “recuerdos” que objetiven el turismo paranoico y en la aportación de “pruebas concretas” que ofrezcan los “descubrimientos” de esas excursiones al resto de la humanidad; idealmente de manera tan obvia e irrefutable como las fotografías instantáneas.” (Ibíd., 239) Es a través del MPC que Koolhaas identifica, dentro de la historia del desarrollo urbano de Manhattan y las yuxtaposiciones espaciales proto-surrealistas de sus rascacielos, el “proyecto” del Manhattanismo: según él un modo delirante de producción urbana, cultura de la congestión y “tecnología de lo fantástico” que informará su propia y posterior “arquitectura metropolitana”. (Spencer 2016) El Método Paranoico Crítico es además la clave que permite entender el innovador uso del diagrama en la práctica proyectual de OMA. En un artículo de 1998, “Diagramming the contemporary. OMA’s little helper in the quest for the new”, publicado en el número 48 de la revista holandesa OASE dedicada monográficamente al Diagrama, Wouter Deen y Udo Garritzmann describen su paso por OMA y el uso que la oficina hace del diagrama en el proceso de diseño arquitectónico. Así inician el relato: “En ‘OMA made easy, an inventory of concepts’, se describe al diagrama como un ‘dibujo mínimo utilizado para explicar un concepto’. El diagrama juega un papel importante en OMA como medio de comunicación, pero su importancia no termina ahí. Más que ser solo una fórmula visual práctica que encapsula el concepto de diseño, los diagramas se utilizan desde el principio para generar conceptos. A OMA le interesa el diagrama como instrumento en el proceso de diseño. Al comienzo de cada proyecto, se realiza un inventario de varios aspectos, como el programa, las restricciones, las regulaciones, la ubicación, etc. Una comprensión completa de la tarea, hasta el último detalle, es el punto de partida y una condición previa para el proceso de diseño. OMA a menudo emplea un método gráfico para lograr esto; a través de la representación gráfica, los datos abstractos se vuelven concretos y las características generales pueden registrarse y describirse. A veces, solo la visualización de los datos revela ya la clave de un concepto.” (Deen y Garritzmann 1998)

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Esto nos recuerda los pasos del razonamiento diagramático referido por Charles Sanders Peirce, ya que la selección, reducción y simplificación de datos para su representación “esquelética” en diagramas iniciales son mecanismos activos en el proceso de OMA; la visualización de las relaciones racionales entre datos abstractos generan diagramas que sirven como estímulo para nuevas interpretaciones. Nos dicen los autores que las primeras búsquedas involucran la exploración más amplia posible de las opciones: “Los estudios de programa, volumen, densidades y tipologías se establecen en forma abstracta en variantes y modelos, sin que estos den como resultado un diseño directo, y tienen, en ese sentido, un carácter diagramático. La representación gráfica hace que los datos sean manipulables como material para modelos de pensamiento.” Este razonamiento diagramático tiene el efecto de difuminar el borde entre análisis de datos y concepción de proyecto. Los autores nos recuerdan que esto es precisamente lo que Rem Koolhaas valoraba del Método Paranoico Crítico: “un método racional que no pretende ser objetivo, a través del cual el análisis se vuelve idéntico a la creación.” (Deen y Garritzmann 1998) Esta vertiente acerca la práctica proyectual en OMA a otro de los ingredientes del razonamiento diagramático prescripto por Charles S. Peirce: la metáfora. Recordemos que la metáfora, así como la imagen y el diagrama son para Peirce, iconos y comparten una característica común: son signos que se refieren a su objeto en virtud de la similitud. Los signos en Peirce son: 1) el icono, que se asemeja a su objeto, 2) el índice, que está afectado por su objeto y 3) el símbolo, que depende de una convención aprendida. Todos los signos son mezclas compuestas de grados variables de las tres clases básicas, de modo que un diagrama es solo un ícono predominantemente; el diagrama también recibe ayuda de convenciones simbólicas y utiliza efectos indexados reales. Es por eso que el predominantemente icónico diagrama puede tener la creatividad del signo convencional y la conexión con lo real del signo indexado. Los diagramas no trabajan sólo por semejanza, aunque la similitud sensual no está descartada (después de todo, todos los signos se mezclan para que los diagramas también puedan tener imágenes), en cambio son verídicamente análogos a lo representado, lo que da a los diagramas la capacidad de revelar verdades inesperadas acerca de sus objetos. Peirce llama a esto el “razonamiento diagramático”, mediante el cual realizamos experimentos con lo real al realizar operaciones sobre los diagramas que capturan las relaciones involucradas: el razonamiento diagramático es simultáneamente un experimento con el pensamiento y con la materia. (Peirce 1933 citado en Adams 2000) Nos dicen Deen y Garritzmann que Rem Koolhaas utiliza a menudo expresiones metafóricas para transmitir conceptos a los equipos de diseño. Pero nos aclaran que las metáforas de Koolhaas no refieren a analogías de forma sino más bien a analogías de mecanismos operativos, a principios de organización. Descritos de manera metafórica se desarrollan principios organizativos, cargados conceptualmente mediante analogías. En OMA, diagrama y metáfora son instrumentales en la organización de los componentes de un proyecto. O al decir de los autores: “el potencial de organización hace de la metáfora un diagrama.” (Deen y Garritzmann, 1998) Spencer, Douglas (2016) The Architecture of Neoliberalism: How Contemporary Architecture Became an Instrument of Control and Compliance Londres: Bloomsbury Adams, Tim (2000) “Diagrams of Interface, or, Deleuze and Gauttari’s Legacy to Architects” en Der Architekt, 9 (September 2000) Garritzmann, U. y Deen, W. (1998) “Diagramming the contemporary. OMA’s little helper” en Diagrams OASE, 48: 83–92 Koolhaas, Rem (1995) S,M,L,XL New York: Monacelli Press Koolhaas, Rem (1978) Delirious New York: a retroactive manifesto for Manhattan New York: Monacelli Press

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Re–construcción. Homenaje a Amancio Williams 041 Revista de Arquitectura y Urbanismo (4): 66-69, Rosario Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, 2000

Reconstruyendo a Amancio Williams

Genealogía de las Bóvedas Amancio Williams imagina las bóvedas cáscara a partir de un proyecto de techo de mínimo espesor de 1939, proyecto de facultad realizado a los 26 años. Buscaba articular al hormigón en una forma única para llevarlo a tensiones puras de compresión, una bóveda de planta cuadrada y columna central hueca que trabajara por forma para lograr el menor espesor posible: lámina. Cómo síntesis extrema de la idea corbusierana de terraza plana con desagüe hacia el interior, Amancio materializa el recorrido del agua y resuelve al mismo tiempo cubierta y sustentación. En 1951 desarrolla la idea en forma exhaustiva para los hospitales en Corrientes, bóvedas de 13 metros de lado que por repetición cubrirán grandes superficies permitiendo desarrollos libres por debajo. La lógica del sistema genera autonomía funcional, las propondrá luego para supermercados, escuelas, casas, museos y santuarios. En 1962, con dos de ellas proyectará el Monumento a Alberto Williams, su padre. Concebido para ser construido en un parque de césped horizontal en la ciudad de Buenos Aires, las bóvedas colocadas en tensión diagonal sobre un piso de mármol tienden a tocarse por una punta. La medida que las separa se reconstruye en el piso como cavidad cuadrada, en el medio una flor emergiendo desde un fino tubo metálico, una segunda cavidad menor contiene 2cm de agua, bajo su superficie una placa de acero inoxidable con la inscripción recordatoria y un llamado a renovar la flor. Las bóvedas reaparecerán en 1966 con otras dimensiones (9 metros de lado) en el Pabellón de Bunge y Born en la Exposición Rural. Emplazadas en un acotado terreno triangular, bajo ellas un pabellón formado por dos semicilindros dará lugar al espacio de exhibición. A pesar de todos los esfuerzos por impedirlo, fueron demolidas luego de cerrada la exposición. Nueva obra de Amancio En un trabajo arqueológico se logra esta reconstrucción. Sosteniendo un diálogo mediado por el proyectar, Claudio Vekstein descubre un nuevo proyecto entre dos proyectos de Amancio. Lo descubre cuando realiza ajustes dimensionales (medidas de Pabellón en planta de Monumento), cuando recalcula la estructura debido a nuevas solicitaciones (mayor sección en columna, nuevo basamento), cuando reemplaza variables materiales (piso de mármol en Monumento por césped natural), cuando modifica recorridos y puntos de vista (caminos extendidos en planta de Monumento por suelo y bancos de hormigón), cuando imagina estrategias constructivas para ser fiel a la imagen material de la obra (las bóvedas no son superficies de revolución, ni paraboloides hiperbólicos, no hay generatriz, se controla constructivamente la forma con directrices), y finalmente cuando proyecta una nueva escenografía lumínica que reinterpreta el sistema ideado para la iluminación del Monumento. Todo esto se hace con valentía. Se utiliza el material, se lo reinterpreta y transforma, no para superponerse, sino para diluirse, desaparecer para dejar lugar al Amancio en los dibujos, para que proyecte por nosotros. Respondiendo al movimiento realizado por Amancio en sus collages fotográficos, este nuevo proyecto se relaciona con el horizonte ansiado para encontrar resonancias inauditas. Visita iniciática Marca inaugural en el paisaje, esta obra fija un punto. Se planta frente a la dimensión del horizonte y responde con la creación de un paisaje abstracto. Las bóvedas son dos, al llegar por la calle arbolada las vemos volar en danza en el espacio. En su llegada al suelo, la obra une cielo, río y pampa: horizonte y costa. Al acercarnos se mueven, se superponen, giran. Definen bajo su influjo un territorio de serenidad, una atmósfera de reflexión. Bajo las bóvedas, nos vemos frente al paisaje, en el paisaje. Con un perceptible efecto acústico, las bóvedas acercan el ruido del oleaje hacia el estanque y de esta manera lo resignifican: el estanque es río y cielo a la vez, materializa el horizonte y al asomarnos nos sitúa en él. Nuestra mirada repite el recorrido pero esta vez ya no en horizontal, sino en vertical entre dimensiones sublimes. Aquí Amancio Williams atrapa la inmensidad del paisaje y en un punto concentra la potencia de su obra: al momento de asomarnos nos ubicamos entre las dos puntas en tensión, en el centro de la diagonal, y al hacerlo nos reconocemos. En el espacio entre la mano del hombre y la del Dios en Miguel Angel reside la tensión de la obra de arte, tensión de reconciliación, de unión imposible. Amancio Williams (1913-1989) Partiendo de un enjuiciamiento crítico de la realidad y una valoración positiva de la técnica, se embarcará en una gigantesca empresa donde la arquitectura será vista como un medio capaz de corregir las contradicciones de la sociedad, una fuerza progresista que instaurará un orden armónico en el mundo. Siempre desde su taller del barrio de Belgrano, con un riguroso compromiso ético llevará adelante una meditación para ir al origen de las cosas, para inventar y recrear la arquitectura en cada obra. Amancio fundará sus propuestas en nuestra sociedad, la argentina; pero será en la tríada pampa-río-horizonte donde encontrará el “locus” ideal para sus creaciones; una paisaje metafísico que traducirá en sus obras con una expresión esencial, propia y verdadera. Este es el lugar desde donde su indagación se convierte en universal. 187


Josep Ferrando: Mass and Void FERRANDO Josep (Ed.). Josep Ferrando Architecture, Matter & Light Rio de Janeiro, Catálogo Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro, 2016, pp. 135-137 ISBN 9-788460-861980.37

Josep Ferrando: Masa y Vacío

Las obras y proyectos del estudio Josep Ferrando trabajan temas de la arquitectura contemporánea enmarcardos dentro de la gran dialéctica disciplinar, aquella de lo lleno y lo vacío. Dialéctica apasionante por lo paradojal, cuando más creemos entenderla como relación entre lo construido y lo habitado, más se nos muestra entramada en relaciones ambiguas y cambiantes. Quisiera proponer tres apuntes entrelazados: a/ La dialéctica entre lo lleno y lo vacío, desde el punto de vista de la configuración de la masa y el espacio.

En el proyecto para el Nuevo Crematorio del Cementerio Hörnli en Basel, encontramos esta primera opción aparentemente clara entre lo configurante y lo configurado. Pero cuál es cuál? A qué se la ha dado el carácter volumétrico preponderante? No es acaso aquí el vacío el que ha definido a la masa arquitectónica? Esta es la verdadera agencia del espacio arquitectónico: no es ausencia o vacío, es presencia volumétrica palpable. Lo único necesario para su aparición es la voluntad de forma del arquitecto. b/ El problema del contorno en la definición plástica de fondo y figura, ambiguo y polivalente en el caso de la masa y el espacio arquitectónico.

En el proyecto para el Estudio de Diseño Multidisciplinar en Barcelona encontramos al agente paradojal de estas relaciones ambiguas: el contorno. En este proyecto, el contundente uso gráfico del contorno (tanto en alzado como en plantas) no reafirma la primacía del lleno (figura) sobre el fondo (espacio), si no todo lo contrario: diluye sus aparentes límites. La relación entre fondo y figura se nos presenta compleja, abierta e irresuelta y el nivel de complejidad de estas relaciones se multiplica cuando pasamos al problema del espacio. c/ El uso contemporáneo (y conceptual) del Poché como herramienta para la reconquista de la definición volumétrica de la espacialidad arquitectónica. En ambos proyectos vemos entonces una posible síntesis entre lo espacial y lo gráfico. Muestra del resurgimiento contemporáneo de esta herramienta fundamental de nuestra disciplina, en ambos proyectos se hace uso del Poché para establecer claridades de relación geométrica y proporcional entre masa arquitectónica y espacio vivencial, tanto exterior como interior. Pero esta claridad no renuncia a la ambigüedad: vemos y entendemos lo lleno ocupando vacíos tan conformados volumétricamente, que disfrutamos ser parte misma de esta ambigüedad espacial.

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Dan Wheeler La Gaceta de los Arquitectos (87): 34-35, Rosario Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe Distrito 2, Septiembre, 2009

Dan Wheeler

Para mí, fue un gran placer poder invitar y recibir a Dan Wheeler en Rosario. La intención es siempre la misma: construir puentes y aprender. De las diferencias y de lo que nos une. Como colegas de una misma disciplina, es más lo que nos une: ésta es la verdadera universalidad de la arquitectura. Un croquis de Marcelo Villafañe destruye cualquier barrera idiomática, el espacio bajo la Biblioteca Nacional de Testa nos emociona por igual. En su charla, Dan nos contó de la casa de sus padres y nos invitó a su living. Y nos mostró que su primer cliente de hace más 20 años, vuelve hoy a su estudio para que le diseñe la pequeña cabaña de madera donde piensa pasar sus últimos años. Dan Wheeler es Profesor de Arquitectura en la Universidad de Illinois en Chicago UIC, escuela de la que ha sido director interino y en la que enseña desde hace más de 15 años. Recibió su bachiller en Arquitectura en Rhode Island School of Design, una escuela de larga tradición disciplinar. Cursando la facultad ganó una beca para estudiar en Roma. Sus años en esa ciudad influenciaron su visión de la arquitectura: parado en el centro de la disciplina, Dan Wheeler construye arquitectura entramada en una larga historia compartida con sus pares. Más que un moderno, Dan es un clásico. Está orgulloso de ser arquitecto, con humildad se maravilla ante las obras de calidad y con rigor se esfuerza por alcanzar sus estándares. Durante sus años de estudiante, al volver de Roma, Dan trabajó en el estudio de Machado-Silvetti, contribuyendo en muchos proyectos. Talvez de aquí surga la sensualidad para los materiales y la calidez de las proporciones. En 1981, se establece en Chicago. Como arquitecto joven americano se foguea en la corporación: trabaja en SOM Skidmore, Owings & Merrill, donde fue promovido a Jefe de Estudio en 1985. De SOM, toma la eficiencia de la respuesta profesional; el rigor del modulo constructivo; la vocación de servicio a disposición del cliente; la precisión y la rapidéz. Pero más que nada la comprensión de la arquitectura como trabajo de equipo, de negociación y consenso. En sus años en SOM, por sobre las responsabilidades del gran estudio de arquitectura, Dan trabaja después de hora y participa en concursos para lanzar su práctica independiente. Tras recibir premios como Joven Arquitecto en Excelencia de Diseño, establece el estudio Wheeler Kearns Architectcs WKA en 1990, con su socio Larry Kearns. Como gran aprendíz, Dan toma lo mejor de los lugares que visita y trabaja, para organizar una manera propia, una estética y una ética que destila una síntesis positiva de todas sus influencias. Su estudio del gran ventanal de primer piso con vista al Monadnock es uno de los puestos de trabajo más codiciados por los egresados de la escuela en Chicago. Es tan codiciado como difícil de conseguir. Desde hace unos años que el estudio son 12 personas, y mas allá de la rotación constante de pasantes extranjero, muchos de ellos están desde hace tiempo trabajando juntos. Desde que el estudio se fundó, Dan no ha despedido a nadie. La poca gente que se fue yendo, se fue porque la vida los llevó a otros lugares. Además, el estudio no crece. Contrario a la ley del mercado que parece indicar que mientras más grande mejor, Dan decide no crecer, mantener un equipo humano y una relación cercana al proyecto y al cliente. Decisión arriesgada en cualquier lugar, en la ciudad que vio nacer a la corporación arquitectónica, una declaración de prncipios. Digamos más: cada arquitecto del estudio lleva adelante los proyectos de principio a fin, con momentos de discusión y debate con los otros miembros del estudio: una practica colaborativa. No sólo son todos proyectistas: más de la mitad ya son socios del estudio. Sin tener una noción de cómo es el paisaje de la práctica profesional en Estados Unidos, es difícil comprender cuan radicalmente romántica es esta manera de organizar un estudio. Simplemente déjenme agregar que el estudio organiza un viaje de estudio por año para todos los miembros del estudio y sus conyugues. Eligen una ciudad del mundo y visitan obras por dos o tres días. El estudio paga la cuenta. Viendo esto uno imaginaría que el estudio debería estar pasándolo mal económicamente. Con este plan de negocios, ya nos hubiéramos fundido hace rato, no? Todo lo contrario. Por años, el estudio tuvo lista de espera. De clientes. En 1996 el estudio recibe el premio AIA Firm Award, resultando el estudio más chico y más joven en ganar este premio hasta la fecha. En 1998 Dan Wheeler fue nominado y elegido en el College of Fellows del American Institute of Architects, el titulo profesional más prestigioso en arquitectura en Estados Unidos. El trabajo de WKA ha recibido numerosos premios, es publicado y exhibido regularmente, y forma parte de la colección permanente del Art Institute de Chicago. Recientemente, el Chicago Tribune nombró a WKA Estudio del Año en el 2008. Fuí su alumno. Que hoy Dan me considere un colega, me llena de orgullo.

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PLY Arquitectura: Acerca del trabajo Revista Bio Revista de Arquitectura y Construcción (315): 14-15, Rosario, Agosto, 2008

PLY en Rosario

El Martes 29 de Julio se realizó en el Túnel del Colegio de Arquitectos, con gran concurrencia de público, la conferencia de los arquitectos Craig Borum y Karl Daubmann, fundadores del estudio PLY Arquitectura, con base en Ann Arbor, Michigan, Estados Unidos. La oportunidad que brindan estos cruces culturales es repensar la práctica profesional usando el punto de vista externo como referencia. Desde nuestra posición en el hemisferio sur, con nuestras aproximaciones cercanas a lo tectónico y material, con espacios construidos en base a masa y gravedad, la mirada crítica a otras formas de práctica profesional abre caminos de contemporaneidad propia. Los procesos productivos y constructivos al que los arquitectos norteamericanos deben restringirse, junto a los sistemas tecnológicos de diseño y fabricación digital a su disposición, hablan de una practica profesional muy distinta de la nuestra. Con materiales livianos y estandarizados, la arquitectura reduce su espesor material hasta puntos límites. La practica de PLY Arquitectura se concentra en la capacidad de las superficies materiales en determinar cualidades espaciales, tanto interiores como exteriores. La búsqueda se concentra en generar un espesor, conceptual y material, desde donde construir un espacio de resistencia a la mediocridad imperante en el mercado de la construcción americana. Desde su pagina web (Plyarch.com) PLY nos introduce en su obra: “PLY opera entre la academia y la profesión, dos mundos que parecen no entenderse mutuamente. La academia critica a la profesión por ser demasiado pasiva, simple proveedor de servicios. La profesión argumenta que la academia está en las nubes, sin capacidad para entender los requerimientos de la realidad. PLY equilibra lo mejor de estos mundos. Los potenciales inherentes a los encargos generados por clientes privados son descubiertos al ser reformulados desde criterios disciplinares. El trabajo de PLY es reconocido por su capacidad de crear puentes entre la profesión y la academia. Esto se ha logrado particularmente gracias a una agenda de investigación que atraviesa todo el proceso de diseño, explorando las lógicas materiales y constructivas.” Desde 1999 el trabajo del estudio PLY ha incluido desde proyectos para escuelas públicas hasta instalaciones en galerías de arte, desde proyectos particulares hasta concursos públicos. Los proyectos han sido reconocidos tanto por la academia como por la profesión, tanto a nivel regional como nacional en Estados Unidos. Los trabajos han sido incluidos en numerosas publicaciones internacionales, incluyendo: Architectural Record, Metropolis, ID, L’Architecture d’Aujourd’hui, Ottagono, Azure, entre otras. Han sido seleccionados como uno de los 6 participantes en la Liga de Arquitectura de New York para el Foro de Arquitectos Jóvenes (2006) y como uno de los “101 Nuevos Estudios de Arquitectura más Excitantes del Mundo” por la revista Wallpaper* (2007).

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Cuatro experiencias personales: Notas sobre los Premios Arquitectónica A&P Arquitectura y Planeamiento (16): 69, Rosario, Facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño, 2002

Experiencias Arquitectónicas (del fin del mundo)

En una vieja historia, tres maestros chinos jugaban un partido de majong. Les avisan que el fin del mundo es inminente. El primero rompe a llorar y corre a ver a su familia. El segundo abandona el lugar en busca de alcohol y mujeres. El tercero se queda tranquilo sin moverse de su lugar. Cuando le preguntan por qué se queda si el mundo está por llegar a su fin, contesta: “Tengo que terminar mi partido de Majong.” Febrero, 2002. Corralito, devaluación, cacerolazos. Suipacha y Paraguay. ¿Qué hacen esas personas encerradas en ese estudio, un sábado a las 10 de la noche? Lo mismo que vienen haciendo desde hace casi dos meses: el concurso para la restauración del ex-mercado del pescado de Buenos Aires, en el barrio de Barracas. Ocho personas pensando arquitectura. ¿Acto de amor o de desesperación? Pensar una arquitectura posible en este contexto obliga a extremar los cuidados. Todo parece indicar que estos no son tiempos de arquitectura. Juguemos este juego, pero juguémoslo en serio; en tiempos de desintegración, aboquémonos a la construcción. Aunque sepamos que cae en balde roto. La inutilidad es el riego de cualquier ilusión. Afuera, la calle arde. Adentro, buena música, un 2H afilado, té y amigos concentrados en algo que tenemos entre manos. De todo se aprende: maneras de encarar un problema, formas de organización, los mojitos del Claridge, x-refs y nunca explotar un hatch. Todo se va levantando al mismo tiempo. A veces manda la planta, a veces manda el corte y a veces las respuestas de los asesores mandan todo al carajo. Hay momentos en que todo es más horizontal, como aquel de todos alrededor de la maqueta, discutiendo estrategias y moviendo las cajitas, así o así. El proyecto va tomando forma y con un simple movimiento en el techo, entra luz y aire desde arriba y desde el sur. Para un programa que incluye mayoritariamente áreas de exposición, pareció adecuado. Sabíamos que era una jugada fuerte, no sabíamos que nos ganábamos la descalificación. ¿Porqué seguir haciendo concursos de arquitectura? Porque son droga pesada. El síndrome de abstinencia es jodido. Pero mientras estás ahí, como el burro tras la zanahoria sin ver el palo, movido por el deseo, en plena fermentación creativa, en pleno goce, ¿quién te para? Somos baratos y lo sabemos, ¿pero que otra cosa podemos hacer? (Gracias a la revista El Amante Cine por el cuento chino, y gracias, también, a la fundación.)

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Estudios Urbanos



Argentina, a product of Buenos Aires Technology and the Organziation of the City UIC University of Illinois at Chicago Fall 2002

Argentina, Invención Porteña

Si concebimos a la ciudad colonial dentro del marco del sistema de producción capitalista, todas las ciudades podrían ser descriptas como coloniales: a nivel local, los poderes que la conforman organizan su área de influencia (su periferia, su “interior”) para vivir de la plusvalía producida por las zonas no-urbanas. A nivel global, las ciudades organizan la plusvalía, tanto de sus sociedades como de otras. (King, 8). El estudio de la ciudad colonial implica entender los procesos a escala global, no tanto la historia de una ciudad en particular, si no la historia de los sistemas de ciudades. (King, 10)

La actual configuración territorial de la región pampeana Argentina (estructura jerárquica de ciudades bajo la fuerte influencia de Buenos Aires) es el resultado de dos procesos históricos de subdivisión del territorio: la Colonización del “Nuevo Mundo” por parte de la Corona Española y la Conquista del Desierto por parte del Estado Argentino. Para describir la configuración regional contemporánea de la región pampeana, se hará foco en dos procesos de apropiación económica del territorio: Colonización Hispánica del Nuevo Mundo Proceso de urbanización impulsado por motivos económicos, culturales y religiosos complementarios: la cristianización de los “territorios salvajes” para el capitalismo mercantil Español. Múltiples operadores coexistieron e interactuaron en este proceso histórico: Lugar Central Construcción jerárquica que tiende a crear una pirámide de centros urbanos. (De Landa, 40) En 1492, la finalización de la acción política y militar de expulsión del Islam culmina con éxito la cruzada religiosa con el objetivo de la repoblación y organización de la Península Ibérica dentro de un nuevo poder central: el Reino de Castilla.

Comando de Alto Rango Acto de discurso institucional. (De Landa, 233) En 1494, el papa Alejandro VI estableció la línea de demarcación entre las zonas reservadas para la colonización española y portuguesa: el meridiano que se encuentra a 270 leguas al oeste de las Azores.

Protocolos Organizacionales Replicadores culturales que operan mediante repeticiones forzadas y variaciones. (De Landa, 145) En 1681, siguiendo las instrucciones del rey Carlos II, legislaciones parciales y códigos militares se unifican finalmente en un sólo documento: “El Código de Indias”. Conjunto de Instituciones Disciplinarias Instituciones de estandarización que operan mediante la imposición de normas de homogeneización. Para la Administración Real las funciones las ejercía el “Consejo de Indias” (Casa de la Contratación), para la Iglesia, los mecanismos coercitivos de “La Santa Inquisición”.

Comodines Practicantes que operan como “puntas de lanza” por prueba y error. (Easterling / De Landa) La iniciativa conquistadora fue privada. El Rey ofrecía licencias (“Capitulaciones”) para descubrir, conquistar y poblar los nuevos territorios. Una actividad Mercantil: contrato entre institución e individuo, con obligaciones y derechos de contraparte. Conquista del Desierto Para la construcción del estado moderno de Argentina, Buenos Aires como “Lugar Central” desencadenó un nuevo proceso de urbanización: un ecosistema urbano neo-europeo como región de suministro crucial para las ciudades europeas. (De Landa, 155) Múltiples factores coexisten e interactúan en este proceso histórico: Sistema en Red Trama de centros comerciales de larga distancia que opera como sistema de funciones económicas complementarias entrelazadas. (De Landa, 39) Desde 1700, Buenos Aires crece como puerta ilegal a circuitos comerciales lejanos, en contra de la jerarquía impuesta por el Lugar Central (Lima era el puerto oficial del Imperio Español). Industrialización acelerada de ciudades europeas Las ciudades son sistemas abiertos: necesitan flujos de ingreso de alimentos y materias primas, y flujos de salida de sus residuos y productos manufacturados. (De Landa, 76)

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“La creciente producción de las ciudades industriales, sus continuos flujos de productos manufacturados necesitaban mercados nacionales y extranjeros de escala suficiente para absorberlos. Estos mercados no fueron producto de las ciudades industriales, sino de las ciudades que los estados nacionales habían absorbido como capitales políticas y puertas de acceso a la red de intercambio, ahora globalizada. ” (De Landa, 79) Construcción de Estado a Nación Cuando varias instituciones centralizadas (y centralizadoras) reclaman legitimidad para justificar la digestión de sus minorías: lógica y racionalidad son criterios de estandarización. (De Landa, 248) Una serie de Comandos de Alto Rango (Ley de 1878 para la Transferencia de la Frontera desde el Río Negro al Río de Neuquén), más una serie de Protocolos Organizacionales (1879 Ley de Inmigrantes) provocó un flujo continuo de Inmigrantes Europeos. Se lanzó un conjunto de instituciones de estandarización (escuelas públicas, servicio militar) como elementos clave del proceso de construcción de la nación. Red de innovaciones tecnológicas entrelazadas El ferrocarril, el telégrafo y los frigoríficos, tuvieron profundos efectos en la sistema urbano naciente, cambiando la importancia relativa de las ciudades históricas y de la nueva metrópoli en crecimiento. La intensa expansión del sistema de transporte del nuevo Estado-Nación Argentina involucró no sólo Redes (compañías ferroviarias privadas extranjeras asociadas con grandes terratenientes) sino también Jerarquías de Comando (la conquista del desierto fue una campaña militar estatal), es decir, una clara ejemplificación de “la antigua relación entre las instituciones militares y capitalistas”. (De Landa, 83)

Fuentes La tesis central de “Mil años de Historia no Lineal” de Manuel De Landa indica que todas las estructuras que nos rodean y conforman nuestra realidad (montañas, animales, ciudades, instituciones sociales) son productos de procesos históricos específicos. (De Landa, 11) Las estructuras “no son más que acumulaciones de materiales, moldeados y endurecidos por la historia”. (De Landa, 25) De Landa utiliza este enfoque para explicar ciertos procesos que informan el desarrollo histórico de Europa y EE.UU. Este enfoque podría utilizarse para mostrar las condiciones particulares de la configuración regional de las ciudades de la Pampa Argentina. No es la intención de este escrito referirse a estas condiciones como periféricas o subordinadas a los procesos centrales. Por el contrario, estas condiciones posibilitan concretizaciones distintas a los procesos que informan las áreas centrales. Este escrito considera a Argentina como un espejo pervertido que subvierte el reflejo. Algunos procesos serán acelerados; algunos serán ralentizados. En “Espacios de Organización: Paisajes, Autopistas y Casas en América”, Keller Easterling se interesa por “las expresiones organizativas de los arreglos espaciales, así como los sitios o agentes de cambio dentro de las organizaciones”. (Easterling, 1). Este escrito se centra en dos procesos de urbanización en los que la fundación de ciudades fue estrategia central para la colonización económica de vastas superficies “improductivas” de territorio (Colonización y Conquista); la pregunta sobre los protocolos de organización que determinan las configuraciones espaciales estará siempre presente. La ciudad de Buenos Aires juega un papel importante en ambos procesos de urbanización. La Buenos Aires de la Colonia del Virreinato del Perú, era una ciudad periférica, pequeña y aburrida que, mediante la perversión constante de las jerarquías impuestas por el lugar central, comenzó a crecer y acumular poder, el suficiente para producir un cambio en la jerarquía para convertirse en un nuevo Lugar Central, como capital del Virreinato del Rio de la Plata, y a partir de ahí, en la cabeza de toda una nueva constelación de ciudades. En “Muerte y Vida de las grandes ciudades estadounidenses”, Jane Jacobs propone tres hábitos de pensamiento para comprender las ciudades: “1. Pensar en procesos; 2. Trabajar de forma inductiva, razonando de lo particular a lo general, en lugar de lo contrario; 3. Buscar pistas inusuales que involucren cantidades muy pequeñas que revelen la forma en la que operan las cantidades grandes y promedio. (Jacobs, 440) Investigación Sobre la Colonización Hispánica:

1. Para una perspectiva general sobre las ciudades y el colonialismo, la serie de ensayos editados en el libro “Ciudades Coloniales, ensayos sobre el urbanismo en un contexto colonial” (King) fueron útiles para comprender relaciones entre ciudades coloniales y procesos a escala global. Para información sobre la colonización 196


hispánica del Nuevo Mundo, el libro “La Historia de la Ciudad” de Leonardo Benévolo fue muy útil: presenta una mirada sintética sobre el proceso urbanizador y su relación con la historia política y económica occidental.

2. En tesis realizadas en la Universidad de Guadalajara se encontró información y datos históricos sobre documentos y normas hispanas para las colonias occidentales. 3. Las “pistas inusuales”, incluyendo los ritos fundacionales españoles y los diagramas de fundación, fueron el resultado de varias búsquedas en la web. Sobre la Conquista del Desierto:

1. Para el proceso general de expansión de los límites externos argentinos se investigaron dos puntos de vista: los conquistados y los conquistadores. El Museo de la Patagonia para los pueblos originarios (Mapuches y Tehuelches) y el Ejército Nacional Argentino para la historia oficial.

2. Para la historia de los ferrocarriles argentinos y su expansión, la investigación se basó en el libro “Historia de los Ferrocarriles Argentinos” de Raúl Scalabrini Ortiz, y en varios sitios web de fanáticos de los ferrocarriles. 3. Para las “pistas inusuales” de las extrañas historias de la estación de Ituizangó, la subasta en la fiesta de fundación de Marcos Paz y la historia del Fuerte de Tapalqué, los sitios web oficiales de estos pueblos (escritos por sus habitantes) fueron extremadamente útiles. “Esos pueblos parecen aerolitos, cuerpos celestes caídos en el campo” (Estrada, 114) Citas de “Radiografía de la Pampa” de Ezequiel Martínez Estrada irrumpirán la continuidad del escrito, como si otra voz, con otro ritmo, interrumpiera continuamente nuestro relato.

Diagrama “Con el advenimiento de la independencia, Buenos Aires reemplaza a la madre patria. Una vez que el Virreinato se separó del Rey, Buenos Aires reemplazó al monarca en la defensa de los privilegios hispanos, en la administración, en el ejército y en la arquidiócesis.” (Estrada, 226) “Buenos Aires se mantuvo como el centro de un círculo formado por los puntos establecidos y cultivados del interior. Todos estos puntos están a la misma distancia; son la periferia, y la capital es el centro. Europa se convirtió en el punto más cercano a Buenos Aires, aunque la ciudad no era más que un lugar apartado para Europa.” (Estrada, 227) Colonización Hispánica Protocolos de Organización “La inmensidad del horizonte, que siempre se ve igual mientras avanzamos, como si toda la llanura se moviera junto a nosotros, da la impresión de algo ilusorio en esta realidad ruda del campo abierto. (...) La pampa es una ilusión: es tierra de aventuras desordenadas en la fantasía de un hombre superficial. (...) Este fue el reino quimérico de Trapalanda, del cual el padre Guevara dijo: “Su descubrimiento nunca se logró; consumió recursos que no fructificaron… la ciudad imaginaria de oro sólido que casi destruyó las expediciones de Francisco de Aguirre y Diego Abreu, y que llevó a la fundación de La Rioja y Jujuy, sólo para descubrir Trapalanda y apoderarse de sus recursos“. (Estrada, 7) (Trapalanda, El Dorado, nombres diferentes del mismo mito. “Aguirre, La ira de Dios” de Werner Herzog se basa en los escritos del padre Guevara.) La colonización hispánica del Nuevo Mundo tuvo un fundamento urbano. La apropiación económica del territorio y la organización del corpus social se realizó desde las ciudades, una acción política y militar previamente desarrollada en la “Reconquista” de la península ibérica. La “reconquista” fue una cruzada con el objetivo de la repoblación y reorganización de la península ibérica luego de su dominio por el Islam, la acción militar se basó en la fundación y consolidación de numerosos campamentos y aldeas militares basadas en las costumbres militares de los romanos, referidas por Vitrubio como “castros”: diseño ortogonal con calles rectas y espacios abiertos (plazas). (Pérez)

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El trazado español de ciudades tiene una gran tradición de codificación y normativas. Ya Alfonso X “El Sabio” da indicaciones por escrito para la organización de campamentos y villas. En 1454, el obispo Rodrigo Sánchez, secretario de Juan II de Castilla en su “Suma Política” indica cómo deben fundarse y construirse las nuevas ciudades y pueblos. En 1529, Carlos V publicó disposiciones para ciudades que se encuentran en América, y más tarde, en las Nuevas Leyes (1542), envió sus “Instrucciones y Reglas para poblar. Código para todas las Colonias”. Finalmente, todas estas leyes parciales fueron codificadas más tarde como parte del Código de Indias, por Felipe II con el título oficial de “El orden que uno debe tener para descubrir y poblar”, considerada la primera ley de urbanismo de la era moderna. (13 de julio de 1573, Archivo General de Indias, Sevilla “Órdenes de Poblaciones”). (Blanco Barros) La conquista de una provincia le daba a la Corona el control del territorio, la fundación de una población significaba la posesión de la tierra. El rey tenía el título de “propietario real” de la nueva cristiandad: podía erigir iglesias, autorizar parroquias y diócesis. Este patrocinio real fue uno de los privilegios que el Papa Alejandro VI había ofrecido a los Reyes Católicos debido al descubrimiento de América. (Blanco Barros). Pero la iniciativa de la Conquista era privada: el descubrimiento, la conquista y la colonización de los territorios americanos iba precedida de la firma de un contrato llamado “Capitulación”, establecido entre el rey y el líder de la expedición conquistadora (“El Adelantado”). Una de sus obligaciones del adelantado (además del pago de todos los costos de la expedición) consistía en fundar una o dos ciudades que debían establecerse “con buen orden y policía”, con iglesias, plazas, calles y despachos para la Real Administración. Situado en Sevilla, el poderoso Consejo de Indias (Primero “Casa de la Contratación” y más tarde “Consejo de Indias”) controlaba el cumplimiento de los requisitos del contrato e imponía severos castigos en caso de negligencia. Una vez establecidos en el Nuevo Mundo, los adelantados recibían “Encomiendas”, es decir, tierras y comunidades indígenas que pasaban a estar a su servicio como tributarios (sólo en los documentos, en la vida real, mano de obra esclava) y que se convertían en su principal fuente de beneficios. (Blanco Barros) “Por medio de la tierra, uno gana dominio sobre el futuro. Él (el conquistador) estaba conquistando el espacio, y el espacio era poder; dominaba miles de leguas atravesadas por fugitivos salvajes, y calculaba la cantidad de tierra vacía como si se tratara de onzas de oro.” (Estrada, 11) Aspectos destacados del Código de Indias:

Al llegar al lugar donde se fundará el nuevo asentamiento, se deberá verificar lo siguiente: que esta debe ser una localidad de tierra elevada, con salud, fortaleza y fertilidad; con acceso a agua natural y con facilidad de acceso para diligencias.

El lugar para la plaza principal se debe elegir primero; desde ella, las calles deben correr hacia las entradas y las carreteras principales a través del país. Se debe dejar suficiente espacio abierto para que la ciudad, en el caso de crecimiento, pueda extenderse continuamente de la misma manera. Se debe hacer un plano: plazas, calles y lotes deben delinearse en el suelo mediante cordones y clavijas.

La plaza central debe tener forma alargada, con la longitud al menos una vez y media el ancho. Ya que esta es la mejor proporción para festivales en los que se utilicen caballos. El tamaño de la plaza no debe ser inferior a 200 pies de ancho y 300 pies de largo, ni más ancho que 500 pies o más largo que 800 pies. Una plaza proporcionada de tamaño mediano tendrá 600 pies de largo y 400 pies de ancho.

Si la ciudad está en la costa, la plaza deberá estar cerca del puerto. Si la ciudad está ubicada en un lugar mediterráneo, la plaza deberá estar en el centro de la población. Las calles principales salen de la plaza, una desde el punto medio de cada lado y dos desde cada esquina. Las cuatro esquinas deben mirar hacia los cuatro vientos principales, porque de esta manera, en el caso de salir de la plaza, existirá protección en las calles, si no fuera así, habría muchos inconvenientes.

Las calles serán anchas en zonas frías, estrechas en zonas cálidas; pero a los efectos de la defensa, donde se utilicen caballos, se acordará que deberán ser amplias. Cerca de la Iglesia y la Plaza de Armas deberán construirse las Casas Reales, el Consejo, el Ayuntamiento y los Edificios de Aduanas, no para disminuir su fuerza, sino para una mayor comodidad para resolver los negocios en medio día. (Benevolo, Pérez)

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“Las nuevas ciudades siguieron un solo plan: una retícula de calles rectilíneas, que contenían series de cuadras aisladas, casi invariablemente cuadradas. En el centro de la ciudad, ya sea cancelando o reduciendo el tamaño de unas pocas cuadras, estaba la plaza principal, a la que daban frente los principales edificios de la ciudad: la iglesia, el ayuntamiento y las casas de los comerciantes y colonos más ricos.” (Benevolo, 624) Siguiendo estas instrucciones precisas, se fundó un nuevo tipo de ciudad. Una ciudad en la que lo primero que se establecía no era un organismo tridimensional sino un trazado. Las parcelas eran dadas a los propietarios, a los que se les permitía construir cómo y cuándo lo desearan. Esta era una ciudad que podía crecer sin posibilidades de saber qué tan grande sería, porque la retícula podía expandirse en todas las direcciones. El límite externo de este tipo de ciudad será siempre temporal. Finalmente, la uniformidad de la retícula urbana, decidida en papel por burócratas en España, impedía que la ciudad se adaptara a su entorno natural. “En el siglo XVI y XVII, en América, técnicos de tercer nivel tuvieron la oportunidad de planificar y completar ciudades enteras.” (Benevolo, 639) Rito Fundacional Un testimonio directo nos da la idea del método de prueba y error utilizado en la fundación de estas nuevas ciudades: “La fundación de la ciudad comenzó con la toma de posesión del territorio, y esto se hizo en nombre de las más altas autoridades: Dios y el Rey. Más tarde, el capitán [Jorge Robledo] ordenó a algunos jóvenes que montaran con él y fue a un lugar llano, y allí ordenó cortar ciertos árboles, y ordenó hacer un pozo. Algunos hombres trajeron un tronco y lo instalaron en el pozo. El capitán ordenó al escriba [Pedro Sarmiento] que declarara que estaba fundando, en nombre de la Majestad y del Gobernador, una ciudad que se llamaba “San Juan y la Santa Iglesia de María”. Luego, el capitán tomó la espada y, en señal de posesión, hizo ciertos cortes en el tronco. (...) A cuatro leguas de esta Ciudad se encontró otro lugar mejor, la ciudad se fundó nuevamente en este nuevo sitio. Algunos de los presentes trasladaron el registro (tronco) de justicia al nuevo lugar y lo instalaron en el centro del pedazo de tierra destinada a la plaza principal de la nueva fundación.” El acto fundacional culminaba con una acción de gracias a Dios, generalmente con la celebración de la misa. (Pérez) Buenos Aires: Doble Fundación El 21 de Mayo de 1534, Pedro de Mendoza firmó su contrato (o “Capitulación”), y fue nombrado “Gobernador y Capitán General del Río de la Plata y de las doscientas leguas de costa del mar del sur, para conquistar y poblar”. La expedición partió de España el 24 de Agosto de 1535. En Febrero de 1536 los pequeños barcos ingresaron en el “Río de los Barcos” (Riachuelo) y fundaron una ciudad llamada “Puerto de Santa María de los Buenos Aires”. Construyeron una iglesia, una casa para el capitán y numerosas chozas. También desembarcaron los setenta y dos caballos y vacas que habían traído de Europa. En batalla con los nativos, murieron Diego Mendoza y treinta españoles. La ciudad fue fortificada y sin acceso a alimentos, sus habitantes comenzaron a morir de hambre. En Junio de 1541, con solo 6 años de precaria existencia, Buenos Aires fue abandonada e incendiada por sus habitantes, que se embarcaron en dirección a Asunción (Paraguay), una ciudad en medio de la selva. “Decepcionado, Irala se fue a Paraguay y de los restos abandonados, de esos animales abandonados, brotaría el oro inexistente hasta entones. El ganado será nuestro metal precioso. (...) Los que vinieron con Garay encontraron riquezas en forma de ganado; y aunque no tan prestigiosas como los metales preciosos, sin embargo, estas también eran riquezas”. (Estrada, 17) Pero las “Provincias del Plata” eran de gran importancia geopolítica y en 1573 se encargó a Juan de Garay fundar una población en estas regiones. Viniendo desde el norte (la ciudad de Asunción), el 11 de junio de 1580, Garay, junto con nueve españoles y setenta y cinco indios llevaron a cabo la segunda fundación de Buenos Aires. En una típica ceremonia de fundación, Garay distribuyó las tierras, los indios, reservó el lugar para la iglesia y nombró el primer consejo de gobierno de la ciudad. “De todos esos itinerarios, Buenos Aires fue punto de llegada y de salida. Las líneas de comunicación se establecieron entre Buenos Aires y Europa mucho antes que existieran con el interior. (...) El puerto primero se unió a Europa; luego tuvo que unirse con el interior. Y para ese propósito se trazaron rutas.” (Estrada, 61)

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La Conquista del Desierto Pedro de Mendoza y Juan de Garay trajeron los primeros caballos y vacas de España al Río de la Plata en el siglo XVI. En un corto período de tiempo, los animales sueltos se reproducirían y originarían la extraordinaria abundancia de ganado que se convirtió en el principal recurso económico de Buenos Aires. La producción y exportación de cuero y grasa aumentó gradualmente el valor del ganado y los campos. Los animales se marcaban a fuego y la tierra se repartía a propietarios rurales en forma de “encomiendas” y “lonjas” otorgadas por el rey de España. A fines del siglo XVIII, la cría de ganado era la actividad económica más importante en el Virreinato del Río de la Plata. El caballo fue rápidamente adoptado por los pueblos originarios de la región, los Tehuelches del Norte, quienes recorrían largas distancias en busca de animales sueltos para su propio suministro de carne y para el trueque. (Museo de la Patagonia) “El ganado estaba en manos del salvaje. Los salvajes y los animales formaban una curiosa entidad de resistencia y defensa mutua. La captura de ganado salvaje y la cosecha de la tierra requieren métodos diferentes a los de la extracción de oro de las minas. Los rebaños eran tesoros, y eran de los indios. Sacarle el ganado a los indios era una empresa más fácil que criarlos y atenderlos.” (Estrada, 18) A mediados del siglo dieciocho, las incipientes estancias cercanas a la ciudad de Buenos Aires se asentaron en lo que en ese momento era un territorio vacío y natural, ocupando progresivamente los campos que los pueblos originarios usaban como zona de suministro de ganado silvestre. Para proteger sus propiedades, los habitantes de Buenos Aires comenzaron a levantar los primeros “fortines”: pequeñas construcciones de barro con muros de protección que dibujaban la primera línea de frontera defensiva de la ciudad. Estos fuertes tenían su propia milicia: el “Cuerpo de Blandengues”: una especie de policía fronteriza formada por “criollos” mal equipados y mal pagados. (Escudé) A mediados del siglo, las Congregaciones Indias dominaban grandes porciones de territorio y controlaban los caminos internacionales a través de las montañas; con un flujo anual estimado de 20,000 vacas. (Museo de la Patagonia) A principios del siglo XIX, la industria de carne salada comenzó en el Río de la Plata, permitiendo su conservación. Las exportaciones de carne salada para esclavos a Brasil y Cuba originaron asesinatos indiscriminados de ganado que pronto terminaron con los animales sueltos en las praderas. La disputa por la tierra y el ganado entre las sociedades blancas e indias se hizo más violenta. (Museo de la Patagonia) Primera expansión de límites En 1783, uno de los últimos gobernadores españoles determinó el primer plan de “Defensa y Población”, se establecieron pequeños “fortines” con cuerpo de milicias para proteger la frontera india. Pequeñas poblaciones (Chascomús, Rojas, Salto) comenzaron a crecer en población y en producción económica. Más tarde, una serie de expediciones militares, extendieron, año a año, los límites internos. Cada expedición fundaba uno o dos fortines, una estrategia de defensa militar, basada construcciones elementales de adobe, rodeadas de zanjas y precarias paredes defensivas de madera. El sistema era costoso e ineficaz y los indios se burlaban permanentemente de él. (Ejército Argentino) “Las ciudades nacieron de los fortines y los pueblos nacieron de los puestos de avanzada. La unidad de medida entre un puesto de avanzada y otro, como entre un campamento indio y otro, fue la capacidad de resistencia de un caballo durante un viaje de un día sin prisa desde el amanecer hasta el atardecer. (...) Esa distancia da la medida del salvaje en combate; es el perímetro de las maniobras de caballería militar. (...) Aunque hoy en día puede parecer una modulación sin sentido, existe una relación de pueblo a pueblo como la de blanco a indio y de indio a paisaje.” (Estrada, 67) De Fuerte a Ciudad: Olavarría A mediados del siglo XVIII, la población total de la provincia de Buenos Aires, incluida la ciudad de Buenos Aires, era de 10.000 habitantes. En 1741, una primera expedición al sur cerca del sitio de Olavarría terminó con la firma de un Acuerdo con la población india. Una campaña militar llegó al sitio en 1855, y levantó un pequeño fuerte en los bordes del arroyo Tapalqué. En 1864, un decreto nacional transfirió al comando militar ese pequeño fuerte. En ese momento, el sitio era un “desierto triste” y la ciudad de Olavarría se reducía al propio campamento militar, rodeado por la propiedad de Eulagio Aguilar, quién en noviembre de 1867 subdividió sus tierras y distribuyó los primeros lotes. En 1869, Olavarría era una pequeña ciudad con 10 manzanas y 20 casas. 200


“El verdadero problema y escándalo fue la tierra. El Congreso de 1826, que necesitaba consolidar su crédito externo, ratificó la ley de la Emphyteusis. Después de 1822 se vio que sólo la tierra podía ofrecer garantías inequívocas para los préstamos en libras esterlinas. (...) En 1853, el gobierno contrató a Brougnes para transportar a 40.000 trabajadores en un período de 6 años, y en 1854 desembarcaron las primeras familias reclutadas en Burdeos. En combinación con las firmas Vanderest y Company of Dunkirk, Textor de Frankfurt y Beck and Herzog de Basilea, Aaron Castellanos sistematizó la colonización de la provincia de Corrientes. (...) Se organizaron grandes compañías que especulaban con la contratación de trabajadores, cuyo único motivo era obtener enormes extensiones de tierra. Una vez que las familias desembarcaban en puerto y eran llevadas al campo, eran abandonadas. (...) No se había preparado nada para la recepción de los trabajadores, quienes terminaron por apoderarse de las armas y dedicarse al robo de ganado. (...) Lo único que tenía forma era la Constitución. El campo no tenía forma, tampoco el gobierno, ni la nación.” (Estrada, 64) Proyecto Alsina: Trinchera Abierta En 1870, la creciente industria de exportación de carne a los mercados europeos promovió la idea de dedicar las estancias pampeanas para la producción de ganado y las estancias patagónicas para la producción de lana. Era indispensable defender los campos de los ataques indios y expandir el territorio productivo. (Museo de la Patagonia) En 1876, Adolfo Alsina, Ministro de Guerra, presentó al Congreso Nacional su plan para el avance gradual de la frontera, mediante la construcción de líneas sucesivas de “Fortines”. El sistema defensivo se complementaba con el establecimiento de poblaciones, plantaciones y estancias. Alsina propuso la construcción de dos líneas de fuertes, comunicadas por telégrafo y separadas por 20 o 30 leguas. La línea exterior estaría unida por una trinchera continua, un mecanismo para retrasar el escape de los indios en caso de ataques, permitiendo derrotarlos y recuperar el botín. Como línea fronteriza, la trinchera prohibiría a los indios avanzar sobre el territorio nacional, sin la autorización del gobierno argentino. (Ejército Argentino). Formadas en cinco divisiones, las tropas avanzaron a principios de 1876 sobre “campo abierto”. El principal resultado de la campaña fue la construcción de pueblos Carhué, Guaminí, Puán, Trenque Lauquen e Italó, fortalezas, y una trinchera de 374 km entre Carhué y Laguna del Monte. (Escudé) “En la parte sur de la provincia de Buenos Aires, cerca de la gran trinchera que se prolonga desde Melincué hasta el río Colorado, todavía pueden verse ruinas de casas construidas por inmigrantes; la mitad de la vivienda hundida en la tierra para resistir los repentinos ataques de los indios. Las pequeñas ventanas se ubicaban al nivel del suelo, desde donde se podría observar el tumulto del ganado y los indios.” (Estrada, 296) Proyecto Roca: Genocidio “A mi juicio, el mejor sistema para concluir con el Problema Indio es el de la guerra ofensiva.” Esto fue parte del mensaje que el nuevo Ministro de Guerra General Augusto Roca presentó al Congreso Nacional el 14 de Agosto de 1878. La ley para la transferir la frontera del Río Negro al Río Neuquén se firmó y se destinaron $1.600.000. Roca suprimió la artillería pesada, ineficaz contra un enemigo disperso y extremadamente móvil, y en su lugar, se proporcionaron rifles y municiones Remington en cantidad suficiente. Dos armas importantes apoyaron la estrategia: el telégrafo y el ferrocarril. Hacia la década de 1870, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires avanzó hacia el sur con la construcción de ferrocarriles en dirección a la frontera india. Los trenes se usaron para el transporte de tropas y las líneas telegráficas se usaron para la comunicación militar. Entre Abril y Mayo de 1879 se llevó a cabo la acción. Cerca de 6.000 soldados, en 5 divisiones equipadas con el mejor armamento de la época, avanzaron decididos a barrer la llanura. El General Roca ordenó a sus tropas avanzar “en esta cruzada inspirada en el patriotismo más puro, contra la barbarie” (26 de abril de 1879). (Escudé) En síntesis, el saldo de la campaña fue de 15.000 indios prisioneros, 1.313 muertos y 15.000 leguas cuadradas incorporadas al territorio argentino. (Ejército Argentino) La campaña militar, con su dosis de exterminio y desintegración cultural, permitió la expansión de la economía agroexportadora. La construcción de ferrocarriles, el telégrafo y el fomento de la inmigración europea permitieron establecer una nueva organización territorial. (Museo de la Patagonia) “El ferrocarril vendría a consagrar la desunión, a ordenar pueblos y carreteras, proporcionando una estructura de hierro permanente para recordar la ruta de escape del Indio. El ingeniero de planificación fue el jefe Indio, cuyo campamento había provocado la ubicación de la ciudad. El ingeniero del ferrocarril cumplió con el veredicto irrevocable del cacique y trajo los rieles de hierro a las ciudades levantadas por el choque.” (Estrada, 72) 201


El Ferrocarril En 1855, seis empresas ferroviarias británicas comenzaron a operar en Argentina, de acuerdo con acuerdos con el Gobierno Nacional. El 29 de agosto de 1857, con 9,8 km, se realizó el viaje inaugural del primer servicio, desde el centro de la ciudad de Buenos Aires, a lo que en ese momento era campo abierto: “Camino de Hierro hacia el Oeste”. Los inversores privados hicieron fortunas. “Es famoso el caso de Central Argentino, en el que la compañía recibió terrenos a ambos lados del ferrocarril como ‘donación’ del gobierno argentino: la compañía de trenes se convirtió en el terrateniente más grande del país.” (Scalabrini Ortiz) La construcción de esta línea de ferrocarril provocó la expropiación de 10 kilómetros a ambos lados de las vías, lo que en una extensión de 333 kilómetros significó la expropiación de 346.700 hectáreas. La configuración regional de los pueblos de la Pampa fue resultado de la acción conjunta de terratenientes, ejército y compañías ferroviarias. En 1890 la red ferroviaria tenía una extensión de 9.397 kilómetros y transportaba más de 3 millones de pasajeros y un millón de toneladas de carga al año. Un congresista en 1885 decía: “Los ferrocarriles han poblado la República, han fertilizado nuestros campos, han duplicado nuestras producciones y en cualquier lugar donde un ferrocarril ha llegado, los campos han florecido, por el trabajo de manos de los inmigrantes europeos. Los ferrocarriles han hecho más por la unidad de este país que la Constitución y las leyes.” “Corolario de la disolución del interior en la distancia económica, el ferrocarril consolidó el destino umbilical de Buenos Aires. Las vías de hierro eran un sueño de la metrópolis, y extendían sus tentáculos depredadores a través de la pampa. Para entender el destino de Argentina es suficiente mirar el mapa de los ferrocarriles. A pesar de su ubicación marginal, Buenos Aires forma el centro de un círculo.” (Estrada, 76) De Estación a Ciudad: Marcos Paz La ciudad nació el 24 de diciembre de 1870, cuando el primer tren del ramal Merlo llegó a la estación Coronel Marcos Paz. Ese día los vecinos, las autoridades y la Banda de Música recibieron el “progreso” que llegaba a través del ferrocarril. Ese mismo día, cuando terminó la fiesta, el terrateniente Juan M. Feijoó organizó una subasta de lotes en las manzanas que resultaron de la subdivisión de su propiedad. La subasta fue un éxito. En 1873, los terratenientes Cornelio Villar y Belisario Hueyo subdividieron sus propiedades, donando al mismo tiempo el terreno para la plaza principal y el terreno y el dinero para la construcción de la Iglesia. “En muchos casos, son ciudades anónimas, no bautizadas, con sólo un apodo. (...) Los nombres de esos pueblos son como números abstractos. (...) Nuestro padre conocía las personas que ahora evocan los carteles en las plataformas de las estaciones de ferrocarril que mencionan las guías. (...) El propietario de las parcelas donde se estaba iniciando una aldea donaba una hectárea para la plaza, mil varas cuadradas para la Iglesia, un terreno de dimensión adecuada para el cementerio y el tramo desde semáforo a semáforo para el ferrocarril. Con esto adquiriría la inmortalidad tipográfica a un precio modesto.” (Estrada, 138) El negocio de fundar ciudades: Ituizangó En 1872, el directorio de la compañía ferroviaria Ferrocarril del Oeste autorizó la construcción de una estación llamada Ituizangó en un lugar donde no había ni gente, ni pasajeros, ni carga. En enero de 1874, los dos principales diarios de Argentina (La Nación y La Prensa) anunciaron la primer subasta de terrenos en la nueva estación de Ituizangó. Los verdaderos beneficiarios de la subdivisión en lotes fue la sociedad comercial formada por el doctor Teodoro Dwells y Palermo Huergo, presidente de la junta del directorio de la compañía ferroviaria. “El alma de todas estas ciudades es idéntica. España permanece como si se tratara de un artículo doméstico abandonado. Su presencia se puede sentir en la abundancia de Iglesias y en los sitios ocupados por las plazas, el municipio y el episcopado.” (Estrada, 118) “El campo fluye hacia las ciudades a través de estas avenidas infinitamente rectas; a través de estos canales las ciudades fluyen hacia Buenos Aires y, finalmente, siguiendo la dirección de los ríos y los ferrocarriles, todas desembocan en el Atlántico.” (Estrada, 232)

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Territorios Ampliados [en línea] En: FAVERO Marcos, DUARTE Gabriel, (Eds.) Linhas expandidas – Urbanismos de fronteira: Brasil, Uruguai e Argentina Rio de Janeiro. Editora PUC-Rio, 2016, pp. 100-107

Territorios Ampliados

Punto en el Mapa Un punto une tres países. Una abstracción de representación resuelve un problema político. En el lugar, tres ríos unen sub-cuencas hidrográficas y traen aguas de otros paisajes. Culturas territoriales, ancladas en sistemas medio-ambientales diferenciados demuestran sus sedimentos en aguas que no quieren mezclarse; es posible navegar las fronteras de su independencia, hasta su inevitable integración por entropía. Un mojón de ladrillo y cemento, perdido en un monte costero de una pequeña isla aluvional, pierde sus revoques y ensucia sus pinturas en el olvido de disputas diplomáticas de ambiciones imperiales. Una boya flota en medio del río, trayendo las fronteras a su unión imposible; tres países confluyen en correntadas de arreglo inestable, en constante negociación. Desde este punto tri-nacional imposible y real se hace seductor imaginar una condición de frontera que recentre la discusión sobre las condiciones de nuestra región, que vigorice el proyecto de integración de nuestros paisajes. Para que finalmente el territorio le gane al mapa. Líneas Políticas Las líneas de frontera se entrecruzan. Literalmente, un país entra en el otro, para pasar nuevamente sobre su vecino. Líneas de infraestructura atraviesan este entrecruzamiento, tejiendo líneas que atan territorios: dos “puentes” separan tres países (aunque un puente sea un cruce de barcazas). La condición de frontera enciende la imaginación de los habitantes de esta región. Vivir aguas que traen otros paisajes, sentir vientos que arrastran otros climas, mirar costas a las que llegan (cansados, ya sin fuerzas) otros países, construye cotidianamente otro sentir del territorio. Uno que une lo separado por la política. Uno que crea diplomacias circunstanciales. Uno que refuerza alianzas y cooperaciones de lo propio. El vecino tras-nacional está más cerca que la capital de la que dependen las localidades. Las capitales nacionales definen, desde la lejanía, líneas políticas y económicas que llegan aquí debilitadas, enfrentadas con un dispositivo cotidiano que maneja otros códigos. Planos de Confluencia Los planos, los campos, los territorios, los paisajes, confluyen aquí con un potencial ajeno a la debilidad de las políticas centrales. Son pura potencia de integración por sobre la miopía que las ubica lejos de sus “centros”. Que puede reclamar Buenos Aires sobre Monte Caseros? Que puede reclamar Montevideo sobre Bella Unión? Que puede reclamar Brasilia sobre Barra de Quarai? Al contrario, todo lo pueden reclamar estos puestos de “frontera” al entender su potencial como región. La búsqueda es la de inaugurar una imaginación que tomando las claves del paisaje y activando proyectos infraestructurales, reclame la región como un nuevo centro de potencia territorial. Integrada. Latinoamericana. Ampliación del Territorio Es innegable que profundas transformaciones tecnológicas, económicas y sociales, han definido procesos de urbanización en relación cada vez más conflictiva con el medio ambiente. Encontramos un sentido de nueva urgencia: la multiplicación de los problemas ambientales, de inequidad social, de infraestructura, se espacializan en el territorio. Es imposible dar cuenta de los procesos que moldean hoy a nuestros territorios sin tomar en cuenta la economía, la política pública, la ingeniería; pero mientras cada una de las disciplinas enfrentadas a la transformación del territorio vea su propio fragmento de esta historia, tendremos fragmentos de proyectos imposibles. La imaginación de proyectos de integración territorial impone trabajar con enfoques transdisciplinares que ofrezcan panoramas sintéticos de las transformaciones posibles, visualizándolas y dándoles sentido espacial. Revitalizar nuestra forma de entender lo territorial implica la necesidad de actualizar nuestra forma de enseñar Urbanismo y sus prácticas de análisis e intervención. Las urgencias de lo medio-ambiental vuelve escandalosa la ausencia del discurso sobre el paisaje en las discusiones sobre problemas políticogeográficos. La tradición disciplinar en temas ecológicos y ambientales coloca al Paisajismo en el punto de confluencia de los varios conocimientos específicos necesarios para trabajar en esta gran escala: arquitectura, infraestructura, urbanismo, hidrología, ingeniería civil, etc. Al cambiar la escala de la mirada, de lo urbano a lo territorial, es necesario cambiar la estrategia analítica y propositiva. El proyecto tiene debe dar cuenta de las complejidades de lo regulatorio, de lo político y de lo económico. Para analizar y actuar en estas nuevas escalas es necesaria una mirada sintética, orientada a los procesos, que opere con horizontes de implementación de largo plazo, en prácticas colaborativas entre la arquitectura, urbanismo, paisaje y ecología. Dispersión de la Ciudad Del estudio del paisaje podríamos aprender una nueva denominación de lo metropolitano. Tal vez debamos implementar categorías innovadoras, lo metropolitano disperso de baja densidad, por ejemplo. Y es que las estructuras urbanas ya no son simplemente ciudades. En las formas de producción contemporánea, la concen203


tración de actividades produce una urbanización del territorio cada vez más entrelazada con lo no-urbanizado. Esta agregación no es continua, se extiende siguiendo jerarquías fragmentadas, entre vacíos y llenos en un espacio que es ahora universal. Esto no quiere decir que lo territorial no pueda ser sometido a crítica, el proyecto sigue siendo el instrumento para recuperar la forma de lo urbano, pero ahora a otra escala y de otra manera, para encontrar nuevas categoría y relaciones. Si lo metropolitano es resultado de un proceso de montaje de elementos diversos, si para reconocerlo es necesario la observación directa y sincrónica, y el análisis diacrónico de sus permanencias, cambios y superposiciones; tal vez debamos pensar lo metropolitano como sistema ecológico. Las consideraciones a tener en cuenta en los análisis de sistemas metropolitanos se superponen como un calco con los necesarios para entender “la biología de los ecosistemas”, el hermoso nombre de la ciencia ecológica, el estudio preciso de las interrelaciones de los seres vivos entre sí y con su entorno. Si la metrópolis es un conjunto de asociaciones complejas que arrastran diversas re-organizaciones a través del tiempo, el estudio de sus configuraciones deberá dar cuenta de como sus interacciones (entre organismos y ambiente) han afectado propiedades de distribución o abundancia; si esto es así, aprender de los estudios ecológicos es imperioso. La metrópolis no es el desarrollo lineal de un cierto “progreso” histórico, es el resultado de resistencias y conflictos que se manifiestan en la transformación del territorio. Imaginación Pedagógica Debemos aprender a trabajar en lugares que nunca hemos considerado. Los límites de lo hecho y lo por hacer son expresiones de la confrontación política en el sentido más generoso del término. La metrópolis es lugar de expresión de conflictos a escala territorial. El paisaje resultante es la expresión directa de estos conflictos. Las formas, todas las formas son políticas. Las intervenciones a gran escala juegan un rol decisivo en la definición de lo colectivo, tienen una importancia física y política que les permite transformase en puntos de referencia. Imaginamos propuestas metodológico-pedagógicas que propongan la alteración de lo cotidiano, de lo naturalizado, para imaginar/soñar/ficcionar otro modelo de territorio, creando entornos con los que podamos relacionarnos de otra manera, pensando procesos, políticos incluso, que nos movilicen desde lo disciplinar. La ficción como prefiguración, ya no anterior sino intermedia; el estado alterado, colocando en este presente desangelado, fragmentos de imaginación infraestructural del paisaje futuro. Invención de Paisajes Pocas veces ha sido tan necesario este llamado a la imaginación de otros modelos territoriales. El neoliberalismo, con el eufemismo del mercado, nos acorrala la imaginación de otros escenarios. Nos vende el presente como realidad cerrada, de la que observamos sus consecuencias y nos oculta su condición de construcción colectiva, en la que nos comprometemos en su transformación. Saliendo de fracasos propios (los modernos), el urbanismo entregó el territorio al mercado. Dejó que la conversación sobre las regiones fuera sobre zonas empresariales, sobre negocios público-privados, sobre booms inmobiliarios. El neoliberalismo no es sólo una macro-estructura ideológica, su principal fortaleza radica en su implicancia operativa en multiplicidad de micro-estrategias. Los gobiernos (municipales, provinciales y nacionales) se ajustan naturalizadamente al cortoplacismo de la ganancia empresarial, a la desregulación y a la exacerbación de los conflictos territoriales para “atraer inversiones”. Desde este lugar es imprescindible el llamado a la alteración del lugar común del Urbanismo. Debemos pensar prácticas de la imaginación como mascarones de proa para la construcción de otras formas de vida, de otros paisajes, de otras ciudades que construyan un sujeto colectivo potente, comprometido. Formas de Resistencia Lo que está en juego es el modelo de territorio desde donde pensar y transformar la realidad. El modelo del mercado tiene claro su forma de intervención: entregar cada vez más fragmentos de desarrollo a los capitales concentrados. Entendido así, nuestra imaginación disciplinar estará entonces al servicio de maximizar la rentabilidad y el discurso se tomará del marketing y las finanzas. El territorio es hoy un espacio liberado por las instituciones de gobierno y planificación para que las corporaciones materialicen sus proyectos de mercantilización competitiva, alejándonos cada vez más de cualquier valor que reivindique lo público, lo común, lo colectivo. Es este el Urbanismo que queremos enseñar? NO! Hay que resistir. Hay que proponer pedagogías de Taller que establezcan prácticas pre-figurativas de otros modelos de paisaje, que imaginen ecologías sociales igualitarias, que amplíen la esfera pública para imaginar otras formas de ocupación del territorio, que implementen estrategias que ayuden a dar forma al territorio de nuestros sueños.

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Recuperar el Carcaraña Atypica, Revista de Cultura, Diseño y Tendencias (42): 12-14, Rosario, 2012.

Recuperar el Carcaraña

El fin del mundo siempre pasa en las películas Yanquis. Lo que se destruye es casi siempre Nueva York, a veces hace mucho ya, la antorcha de la estatua de la libertad asomando en una playa desierta. Cuando la pelicula es post-apocalíptica, los sobrevivientes deambulan a pie o en extraños vehículos por desérticos paisajes de lo que antes fue el vergel verde del midwest. No hay ninguna peli del fin del mundo sudaca. Como será? Deambularán sobrevivientes por una pampa post-glifosato entregada al sorgo de alepo? Caminarán por profundos cañadones de tierra árida de lo que antes fue el glorioso Paraná, ya seco o finalmente detenido en el ultimo bastión de la civilización universal: las planicies altas del Brasil, meca a la que se dirigen los sobrevivientes para franquear los imposibles muros fortaleza que detienen las aguas? Quién será nuestro Denzel Washington? Nuestro Viggo Mortenssen? No exageremos. El final no será tan apocalíptico ni cinematográfico. Ya lo dijo el poeta, el mundo no se terminará con una explosión, sino con una exhalación. Será a cámara lenta. Gota a gota y polvo a polvo. En realidad ya hamos comenzado (aunque queda bastante por arruinar). No miremos tan lejos. Por casa como andamos? Rosarinos: ciudadanos de la capital mundial de la soja transgénica, que no han visto nunca una plantita, ni entienden de Round-Up, cuando despierten no habrá más Pampa, ni Río Carcarañá! La Pampa es uno de los pocos ecosistemas en peligro de extinción en el mundo! Miren que era grande la pampa. Déjenme contarles una historia: Contrario a la percepción del conquistador español y el colono europeo, la pampa no era plana ni estaba vacía. Las imperceptibles variaciones topográficas permitían la aparición de micro climas y ecologías, integrales a las complejas interacciones entre asentamiento humano y medio ambiente. El colonizador arribó a estas tierras sin el necesario entrenamiento emocional para absorber la vastedad del paisaje. Se perdió en un mar verde y lo llamó desierto. Irrumpiendo en este vacío percibido, cañadas y ríos escondidos sorprendían al viajero y guiaban al poblador. La propiedad rural y los caminos reales se trazaban siguiendo su curso, las líneas de defensa contra el indio se aseguraban gracias a ellos. Los campos militares se convirtieron lentamente en postas coloniales, las batallas de nuestras guerras internas se pelearon en sus márgenes y llevan sus nombres. Sin embargo, hoy podemos atravesar toda la región sin notarlos. Hoy creemos que nuestro único río es el Paraná. Que la pampa está seca. A donde creemos que va el agua de lluvia que cae en Arequito? Va al Carcaraña, sus 240 kilómetros recorriendo nuestras pampas onduladas. En su desembocadura, en 1527, Sebastián Gaboto fundó Sancti Spiritu, el primer poblado español en lo que ahora es Argentina. Nuestros ríos pamperos son invisibles al ojo del viajero, porque están tallados hacia adentro y para abajo con cañones por momentos de hasta casi 10 metros, al fondo de nuestros sutiles valles de la pampa ondulada. Son nuestros ríos ocultos. Cuando llegamos a ellos, indefectiblemente por caminos de tierra olvidados, nos sorprenden con su paisaje mágico, brillando plateados al sol, protegiéndonos de los vientos y el horizonte. La larga historia de ignorancia a la que han sido sometidos estos ríos olvidados comienza con las vías del ferrocarril. Las empresas privadas que las construyeron tenían la concesión de kilómetros a cada lado del trazado, el ingeniero buscó los puntos altos y secos, a distancias considerables de estos ríos bajos, caprichosos e inundadores. Nuestros pueblos y subdivisiones rurales fueron trazados siguiendo esa lógica económica. Reforzada luego por caminos y autopistas, atravesamos hoy el territorio desconectados de sus realidades ecológicas. Oscurecidos por 150 años de industrialización, la reinvención cultural y ecológica de estos ríos ocultos nos ayudará a entender los desafíos que enfrenta nuestra pampa: erosión, degradación de suelos, desertificación y contaminación de aguas debido a insecticidas y fertilizantes. Si queremos encontrar un balance entre los procesos industriales de la agricultura bio-ingenierizada y el medio ambiente que los sostiene, tenemos que ser capaces de restaurarle a estos ríos sus funciones ecológicas. Esta es la clave para el desarrollo sustentable de nuestra región. Y si no, que Denzel nos llleve a donde estén guardados los últimos libros.

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Chcago: Laboratorio Abierto En: SOTOCA, Adolf, AQUILÉ, Inés, PORTILLO, Cristina (Ed.). El Carmel, after the city = El Carmel, després de la ciutat. Ediciones ETSAB, Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, 2010, pp. 26-27 ISBN 978-84-608-1039-1.

Chicago: Laboratorio Abierto

Alimentada por la destrucción creativa de la expansión del capitalismo, la ciudad estadounidense es un laboratorio abierto para la innovación urbana que no se adapta a la dicotomía entre desarrollo formal e informal: la retícula lo acepta todo. La retícula de Jefferson, creada por la Ley de Ordenanza de Tierras de 1785, es el primer sistema abstracto de organización territorial aplicado en escala masiva y universal. El principio organizador de la expansión hacia el oeste especificaba cómo se venderían, poseerían y explotarían las tierras: se dividía el territorio estadounidense al oeste del río Ohio en secciones de 1 milla cuadrada. Chicago está profundamente embebida en este patrón ortogonal: la estructura urbana de la ciudad es la continuación lógica de la subdivisión del territorio; su ubicación, la consecuencia de un permiso de suddivisión de tierras relacionado con la construcción de un canal que conectara el lago Michigan con el río Mississippi. Chicago, en esos años de capitalismo desatado, provocó un frenesí inmobiliario y se convirtió en la ciudad de más rápido crecimiento en el mundo entre los años 1850 y 1870. Fue aquí donde se inventó el Balloon Frame: el sistema de construcción de madera ligera que conquistó el oeste. Esta antigua ciudad salvaje de madera se destruiría hasta las cenizas en el Gran Incendio de 1871. Los esfuerzos de reconstrucción, la industrialización, los nuevos códigos contra incendio y la presión del mercado inmobiliario crearon el Chicago Frame, una solución patentada por el mercado de la industria de la construcción para un sistema estructural de acero a prueba de incendios, revestido de hormigón y piezas cerámicas. Adoptado por los pragmáticos arquitectos locales (Louis Sullivan entre ellos), el sistema dio luz a la Escuela de Chicago y, en consecuencia, a la Arquitectura Moderna. Cuándo la industrialización posterior a la Segunda Guerra Mundial lleva el acero y el vidrio a niveles de produción masiva, la síntesis refinada de Mies van der Rohe y luego SOM propondrán la nueva y elegante imagen del capitalismo corporativo estadounidense. La Chicago de hoy, cuna de los Chicago Boys y del Mercado a Futuro, ha pasado de la producción a los servicios financieros. Reinventándose a sí misma como economía “post-industrial”, Chicago eludió el destino de decadencia e irrelevancia económica de otras ciudades estadounidenses del Midwest. Si bien el término “desindustrialización” se acuñó para describir este proceso de cambio, no deberíamos inferir solamente connotaciones negativas. La ciudad que generó la fantasía del Garden City y creó el primer suburbio propiamente dicho (Riverside, diseñado y construido en 1868 por Frederick Law Olmsted), controla ahora un área metropolitana en crecimiento. La rápida urbanización horizontal de la expansión suburbana acomoda los requisitos infraestructurales de la economía de servicios que la densa trama urbana no puede ajustar. Después de todos estos años, todavía un laboratorio válido para la innovación urbana, este es el Chicago Way.

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Territories of Disinvestment: Towards a New Urban Fabric En: LYSTER, Clare (Ed.). Envisioning the Bloomingdale: 5 Concepts. Chicago Architectural Club Journal Volume 11, 2010, pp. 113-114, ISBN 978-0-9819-9182-5.

Chicago: Nueva trama urbana

Al haber sido capaz de evolucionar de la economía de manufacturas primarias a la producción de servicios, al reinventarse como una economía “pos-industrial”, Chicago eludió el destino de decadencia e irrelevancia económica que azota a otras ciudades del mid-west americano. El término desindustrialización se usa para describir este proceso de cambio. Luego de unos duros años 70, Chicago es ahora una ciudad estable, comandando una región metropolitana en crecimiento. Los problemas de Chicago no son los problemas de una ciudad en estancamiento, son los de una ciudad en expansión. Chicago no sufre de redundancia de infraestructura, sino de la acuciante necesidad de aumentar su infraestructura para funcionar mejor. El proceso urbano de desindustrialización implica la desinversión sistemática de la capacidad productiva de una ciudad. La línea ferroviaria abandonada Bloomingdale (zona de ubicación de los proyectos publicados en esta revista) es un ejemplo perfecto de este proceso. El capitalismo nunca ha pretendido permanencia, toda inversión incluye su amortización en el tiempo. Como ha explicado David Harvey, “Bajo el capitalismo, hay una lucha permanente en la que el capital construye un paisaje físico apropiado para unas condiciones particulares de un momento de producción, solo para destruirlo en un momento posterior, usualmente durante el transcurso de una crisis.” La historia del capitalismo es la de inversiones en constante movimiento a través de sectores económicos y regiones. Para poder explicar los momentos de crecimiento o estancamiento de las regiones urbanas, tenemos que entender como opera el despliegue del capital en el tiempo. La realocación de las inversiones se presenta generalmente como un modo eficiente de management, y paisajes previamente productivos son dejados de lado para perseguir ganancias en otro lado. La desinversión –el abandono de tierras e infraestructura luego que el régimen económico de producción que los hizo posibles se ha movido a lugares más eficientes- no es un signo de crisis, es signo de éxito del capital. La desinversión inicia un proceso de declive, transformando paisajes alguna vez viables en abandonados e inviables. La ironía es que será el nivel de desinversión lo que determinará el rebote de estas áreas en el futuro, en tanto que la devaluación severa del valor de la tierra es lo que crea las condiciones necesarias para incentivar nuevas rondas de inversión. Dos procesos que se realimentan mutuamente han creado los inevitables sitios abandonados dentro de las regiones urbanas de Estados Unidos: la rápida urbanización horizontal y las estrategias económicas de desinversión. En el caso de la expansión suburbana, el crecimiento hacia la suburbia tensiona y diluye la trama urbana hasta su punto de ruptura, la trama se fisura dejando múltiples áreas intersticiales. A pesar de su necesario rol en la evolución urbana, estas áreas intermedias son generalmente subvaloradas por el urbanismo. Muchos de estos paisajes en transición son áreas desinvertidas asociadas a regímenes de producción pasados, encontrándose ahora entre ciclos de inversión terminados y por venir. Líneas ferroviarias desafectadas, corredores industriales abandonados, lotes vacantes, edificios en ruinas, estacionamientos a cielo abierto: estos son los paisajes cruciales para una reinvención de una trama urbana con un mejor balance entre medio ambiente y urbanización. Como aquel ángel de la historia de Walter Benjamin y Paul Klee, con sus alas desplegadas a la tormenta en frente de la pila de escombros, mientras mas progrese una ciudad, mas desperdicios creará. Las ciudades están definidas por continuas transformaciones de flujos de energía, de las que los paisajes y los edificios son solo manifestaciones transitorias. El paisaje urbanizado es un sistema abierto, cuya complejidad siempre incluirá desperdicio sin planificación, es por esto que el desafío de los diseñadores no es llegar a una urbanización sin desperdicios (un imposible) sino como integrar estos inevitables sitios desperdiciados por medio de estrategias y estéticas más flexibles. Podremos encontrar una masa critica? A que densidad de agregación se convierten estas constelaciones de espacios intersticiales en una nueva condición estructural? Podremos encontrar una estrategia amplia que escape del lote a lote y transforme estos sitios abandonados en nuevas formas de estructura urbana? El rol del diseñador es formular preguntas interesantes e inventar nuevos problemas. Para abrir nuevas posibilidades, un diseñador reúne cosas que antes estaban separadas. Y crea después una imagen que nos permite visualizar futuros posibles. Defiendo fuertemente el rol del arquitecto como el último generalista. Los arquitectos no tenemos que ser especialistas en remediación de suelos, no tenemos que saber sobre agricultura hidropónica (para hablar sólo de dos de los procesos mencionados en esta publicación). Mientras menos sepamos sobre estos procesos, mejor; más libres estaremos para determinar sus consecuencias espaciales y su influencia en la organización de las relaciones sociales. Los arquitectos tenemos que mantenernos ingenuos y optimistas. 207


Los arquitectos tenemos que recuperar una escala para la arquitectura: la gran idea urbana. Pero tenemos que hacerlo desde el centro mismo de la disciplina, solo desde aquí podremos ir a otras áreas. Si nuestro equipaje arquitectónico no puede llevarnos tan lejos, deberemos colaborar con paisajistas, diseñadores urbanos y urbanistas, o al menos, deberemos invadir con impunidad sus fronteras disciplinares. Haremos esto llevando con nosotros lo que está al centro de nuestra disciplina: el conocimiento y las técnicas para organizar el espacio a través del despliegue material y patrones de organización. En la escala urbana, haremos esto para reinventar las áreas desinvertidas de nuestras regiones metropolitanas, para abrirlas a nuevos usos públicos. Tenemos la responsabilidad de recuperar el tono épico que alguna vez permeaba el discurso arquitectónico. Hubo un tiempo en que la arquitectura imaginaba sistemas de organización territorial y tomaba decisiones infraestructurales que influían en las conformaciones sociales. En las áreas intersticiales desinvertidas de Chicago tenemos territorios lleno de posibilidades. Si abandonamos las nociones nostálgicas de lo que la ciudad solía ser, podremos imaginar las posibilidades latentes de estos espacios no reclamados. Tendremos que mirar a través del velo de las imágenes desalentadoras de decadencia y abandono para imaginar formas alternativas de concebir el espacio público. La relación entre el medio ambiente y los procesos de urbanización es uno de los temas contemporáneos a resolver, estos territorios son laboratorios para integrar procesos naturales y desarrollo urbano creando ecologías artificiales sustentables. Lo natural ya no es tan natural, tenemos que escapar las viejas oposiciones dialécticas entre naturaleza y ciudad. Al hacer esto, entenderemos nuestra condición metropolitana donde arquitectura, infraestructura y paisaje se interrelacionan y transforman en un nuevo híbrido en donde todo es relacional. Al evitar oposiciones entre sistemas ambientales e infraestructurales, abrimos nuevas perspectivas y tomamos una mayor responsabilidad en la transformación de la realidad. Hay nuevas tipologías urbanas por explorar.

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El proceso de hipsterización y la ciudad dividida [en línea]. Michigan Papers. 29 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/

Chicago Dividida: la Hipsterización

Algo pasó en Chicago: se ha arribado al punto crítico de saturación del proceso de hipsterización. Se siente como una estampida, como una invasión zombie acelerada. Después de una caminata verificando la incipiente gentrificación de Humboldt Park -con algunas evidencias de arquitectura nueva y residentes claramente recién arribados- llegamos a Milwaukee Avenue a la altura de Damen, en esa esquina tripartita que comparten con North Ave, pleno epicentro de Wicker Park, el barrio que vió nacer a la última especie de laboratorio del capitalismo híper-consumista global: los hipsters. Milwaukee está irreconocible de lo que era un año atrás, lo verificamos con alguien local. La avenida pasó de ser un centro comercial barrial, especializado en tiendas de muebles y carpinterías a ser un centro de consumo vintage exclusivo. Caminar por esta avenida es volver a 1889. Carteles con tipografías antiguas, tiendas de ropa indiferentes a la modernidad con jeans cosidos como en el siglo antepasado y camperas con telas gruesas y pesadas; heladerías artesanales y por supuesto, la dos tiendas anclas de lo hipsterizado: barberías y salones de tatuajes. Los restoranes tienen que ser de un chef joven con propuesta conceptual definida o especializada (comidas sólo en base a cartílago de oreja de cerdo) o híbridos de dos culturas culinarias lo más separadas culturalmente posibles (comida típica rural finlandesa mezclada con comida callejera mejicana). Y si no se llega a eso: la búsqueda de la híper autenticidad via lo ultra-específico: cervezas hechas en el patio del bar con agua recogida del techo y fermentada con yuyos que crecen en el cordón de la vereda. Allá los hipsters con sus caprichos, pero lo que pasa es que su número atenta contra la civilidad del espacio urbano. Intentamos ir a desayunar a un lugar cubano por Milwaukee, un poco más arriba, ya en Logan Square. Buscando lugar para estacionar -otro imposible en zonas gentrificadas, stickers o pagar un montón de plata, no lo encontramos. Nos dimos cuenta que el local de Intelligentsia Café estaba en el mismo lugar de aquel bar cubano dónde desayunábamos con Mike un café con leche con mucha azúcar y la tostada con manteca derretida! Fucking hipsters, lo arruinan todo. Lo van arruinando todo de a poco y no te das cuenta, como el cuento de la rana nadando en agua caliente; cuando te das cuenta, la olla está hirviendo y ya es tarde; cuando te das cuenta, de tu barrio ya no queda nada. La librería de al lado de Intelligentsia también está tan hermosa como Intelligentsia, y Lula Café sigue siento tan lindo como antes, sólo que ahora todos estos locales están juntos, atiborrados de gente con jeans ajustados, todo reemplazando a lo que antes estaba allí. La autenticidad ficticia y chic reemplaza a la verdadera autenticidad, nunca tan prolija como la que necesita el hiper-consumo hipsterizado; que viene a ser algo así como la histerización del consumo auténtico. Esta es la nueva urbanidad para el hombre blanco y rico, el suburbanita que vuelve a la ciudad porque el mercado ya la convirtió en ese escenario esterilizado que vio en Friends o en Sex and the City. Mientras tanto, la ciudad real queda lejos, al sur. En barrios cada vez más carenciados, cada vez más pobres, cada vez más vacíos. Ahí están los muertos. Nunca hubo antes tantos muertos en tiroteos callejeros en Chicago. Este urbanismo dictado por el mercado como único agente transformador cambia la distribución racial de la población: el porcentaje de población negra disminuye -huyen de sus barrios cada vez mas violentos y van a los suburbios o directamente a otros estados- y el porcentaje de la población blanca sube por primera vez en medio siglo. Entrando a Chicago por el sur, desde el tren pudimos ver el otro lado de la película. Territorios tan abandonados como Detroit en su peor momento. Caminando por Milwaukee Avenue, todos disfrutan a crédito del lado lindo de la oferta diabólica, mientras al otro lado de la ciudad, alguien paga lo que otros deben.

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Territories of Disinvestment: Case Detroit. 2007 Dimensions 20, Escuela Taubman de Arquitectura y Planeamiento Urbano, págs. 92-99 Universidad de Michigan, Ann Arbor

Detroit: Territorios de la Desinversión

En Detroit, hay una ciudad dentro de la ciudad. Catálogo de paisajes creados por la desinversión, una parte de Detroit ha sido abandonada a la decadencia y la entropía. Si Detroit tiene futuro, será decidido en estas zonas. La serie de mapas publicados aquí pretenden iniciar un catalogo de estos territorios. La investigación fue hecha bajo la sospecha de la existencia de un plan en marcha que espera por la desaparición final de la ciudad para transformarla en un paisaje suburbano indiferenciado. Las fuerzas del mercado están esperando el punto de inflexión de la curva de desinversión para retornar a toda velocidad a reclamar el territorio que antes abandonaron a su suerte. Esta investigación propone un contra-argumento a la noción de la Shrinking City, una metáfora visual torpemente elegida que dificulta la comprensión del verdadero proceso en desarrollo en las regiones metropolitanas de Estados Unidos. Bajo la presión del crecimiento suburbano, la rápida expansión de la urbanización horizontal crea un tejido sobre-expandido de baja densidad que al ceder crea una multiplicidad de áreas intersticiales. La creación de mapas para mostrar la consolidación de estas áreas intersticiales en Detroit busca encontrar la masa critica del proceso: a qué punto de agregación estas constelaciones de espacios intersticiales empiezan a funcionar como una nueva condición infraestructural? Si es así, talvez una estrategia que escape el lote a lote pueda convertir estos espacios abandonados en herramientas validas para imaginar un nuevo tipo de estructura urbana. Definiendo los espacios del abandono En su ultimo libro “Drosscape: Desperdiciando Tierra en la America Urbana”, Alan Berger define con el término drosscape a los sitos desperdiciados dentro de las regiones urbanas. Estos sitios aparecen debido a dos procesos primarios: la rápida expansión horizontal y el abandono de tierras e infraestructura luego que los regímenes económicos y de producción han terminado. A pesar de su necesario rol en la evolución urbana, los urbanistas desestiman estos paisajes intermedios: lo intersticial disuade inspección. Son paisajes en transición: vías ferroviarias abandonadas, corredores de fabricas cerradas, lotes vacantes, edificios en ruinas, estacionamientos. Muchas son áreas urbanas asociadas a un estatus económico o industrial pasado, áreas en suspensión entre ciclos de inversión. Berger nos notifica de un creciente interés inmobiliario por estos terrenos vagos. Para él, esto implica un cambio en la manera en que la sociedad americana evalúa estos paisajes intersticiales, vistos ahora como candidatos a la reconversión y el desarrollo. Para entender los procesos de crecimiento y estancamiento urbano y regional tenemos que entender que el capital opera en ciclos fluctuantes en tiempo y escalas. La desinversión inicia la decadencia que incrementalmente destruye los paisajes urbanos. El realojamiento de inversiones se presenta como un método en busca de mayor eficiencia y libre de consecuencias, mientras que paisajes enteros son abandonados mientras se persiguen ganancias en otros lados. La ironía es que será el nivel de desinversión lo que determinará la manera en que una región pueda recuperarse en el futuro, es la devaluación del valor de la tierra lo que atrae nuevas rondas de inversión. La nueva ola de inversión en Detroit será de suburbanización y des-densificación. En la suburbia Jerry Herron propone a Detroit como la ciudad más relevante de Estados Unidos. Nombrando a Detroit como la más moderna de las ciudades americanas, nos muestra como tanta gente ha usado a la ciudad para llegar a donde quería, que era otro lado. No todo el mundo se sumó al viaje, y una población entera excluida de los beneficios de la modernidad habita lo que queda del aparato infraestructural abandonado. Todo el mundo manejó en las autopistas alejándose de Detroit y algo fue dejado atrás. La prosperidad de la región metropolitana se basa en un ignorante desperdicio sin responsables aparentes. La ciudad ya no es problema de nadie. Todos estamos en la suburbia ahora. En la suburbia, la arquitectura siempre llega tarde a la escena como para dar instrucciones sobre como debería ser el mundo. Es como aquel viejo búho filosófico, levantando vuelo sólo al atardecer. En la suburbia, la arquitectura siempre será complaciente (deliciosamente, a veces), o se verá reducida a fabricar explicaciones post-facto. En la suburbia, la arquitectura persigue al dinero, desde atrás. No hay solución para la suburbia, nada nuevo puede decirse sobre ella. Debemos abandonar a la suburbia como objeto de critica intelectual. Tenemos la responsabilidad de recuperar el tono épico que alguna vez permeaba el discurso arquitectónico. Hubo un tiempo en que la arquitectura tenia como objeto de su imaginación sistemas de organización territorial e infraestructural que impactaban en la conformación de grupos sociales. Tenemos que volver a la ciudad. Imágenes Como resultado de un agresivo proceso de desurbanización, algunos vecindarios de Detroit hacen visible una ciudad abandonada. Un sentido de espacio abierto vacío refuerza la condición de baja densidad y permite largas vistas diagonales a través de lo que solía ser una de los stocks de vivienda más cohesivos de Estados 210


Unidos. La evidencia física de la trama urbana ya no está. Las calles que solían unificar la comunidad, al proporcionar la red de distribución necesaria, permanecen hoy como infraestructura obsoleta y redundante, dividiendo lo que es ya un espacio abierto único. Si esta es la verdadera identidad urbana de Detroit, ¿podremos resignificarla como áreas de oportunidad? Si dejamos de lado nociones nostálgicas de lo que solía ser la ciudad, ¿podremos imaginar posibilidades latentes en esos espacios no reclamados? ¿Podremos imaginar formas alternativas de visualizar el espacio público? La arquitectura generalmente se destruye para configurar una ausencia, para transmitir la sensación de que nunca estuvo allí en primer lugar, para olvidar, para no saber qué es lo que ya no tenemos. Detroit se está borrando a sí mismo a un ritmo sin precedentes para una ciudad en tiempos de paz. Cuando la reconstrucción tiene lugar, se hace como un negocio más; como si estuviéramos en los límites de la región metropolitana, se reemplaza lo que solían ser barrios urbanos funcionales a cuadras del centro de la ciudad, por desarrollos de apariencia suburbana. ¿Es su completo borrado el precio a pagar para salvar a Detroit? En Detroit, hay una ciudad dentro de la ciudad. Una ciudad que nadie quiere ver, probablemente porque la imagen en el espejo es demasiado fuerte. Acomodando la vida en los restantes espacios funcionales de la ciudad, sus habitantes cruzan múltiples territorios degradados todos los días. A pesar de algunos desgarradores actos heroicos de resistencia, las ingenuas intervenciones lote a lote no abordan la condición infraestructural prevalente. ¿Qué pasa si la arquitectura ya no es suficiente? ¿Qué pasa si la planificación urbana ya no es suficiente? ¿Qué pasa si, en lugar de concentrar nuestros esfuerzos en el entorno construido, nos centramos en lo no construido, lo abandonado y lo ignorado? Sin las presiones del mercado, utilizaríamos estos territorios de desinversión como laboratorios para experimentos de organización territorial y para el cambio social. La inversión de la figura, en la que lo abandonado se muestra con toda su fuerza, es un acto de protesta y esperanza. Ya no más ignorada, regresa como imagen para una reinvención infraestructural de la ciudad. Al consolidar los corredores de trenes no utilizados con las áreas industriales abandonadas, el derecho de vías de rutas sin mantenimiento con franjas comerciales desinvertidas y la gran cantidad de lotes de viviendas vacías con la red de calles redundantes, la figura resultante se convierte en un sustrato infraestructural. ¿Podrá ser esto la columna vertebral de un nuevo urbanismo? ¿Podremos imaginar aquí formas innovadoras de moverse a través de este paisaje recién definido? ¿Podremos ver aquí límites porosos entre lo abierto y lo construido, lo colectivo y lo individual? Las fuerzas del mercado reclamarán estos territorios tarde o temprano, privatizando posibilidades; podremos usar el tiempo que tenemos hasta entonces para imaginar alternativas sostenibles para nuestras regiones metropolitanas? Deberíamos hacer una distinción: un proceso de desdensificación no debe equipararse automáticamente a un proceso de desurbanización. La suburbanización no debe ser la imagen predeterminada que proyectemos como solución. Una articulación menos densa de los espacios puede ser una poderosa oportunidad para repensar el paisaje urbano. Al desmantelar estratégicamente infraestructuras viales redundantes, se crean racimos consolidados de espacio abierto. Esta acción definiría terrenos comunes intersticiales alrededor de los cuales se podrán concebir estrategias de reurbanización participativas. Hay nuevas tipologías urbanas por explorar. De vuelta en Detroit En las áreas intersticiales desinvertidas de Detroit encontramos un territorio lleno de posibilidades. Tenemos que mirar a través del velo de las imágenes desalentadoras de decadencia y abandono, solo así podremos imaginar alternativas posibles. La relación entre medio ambiente y los procesos de urbanización es uno de los temas más importantes a enfrentar, estos territorios son laboratorios potenciales para integrar los procesos naturales y el desarrollo urbano creando ecologías artificiales sustentables. Lo natural ya no es tan natural, tenemos que escapar las viejas oposiciones dialécticas entre naturaleza y ciudad. Al hacer esto, entenderemos nuestra condición metropolitana donde arquitectura, infraestructura y paisaje se interrelacionan y transforman en un nuevo híbrido en donde todo es relacional. Una mirada despojada de prejuicios puede tener consecuencias de largo alcance. Al evitar oposiciones entre sistemas ambientales e infraestructurales, abrimos nuevas perspectivas y tomamos una mayor responsabilidad en la transformación de la realidad. Nuestro equipaje arquitectónico puede llevarnos sólo tan lejos; tenemos que unir fuerzas con paisajistas, diseñadores urbanos y urbanistas, o al menos, invadir con impunidad sus barreras disciplinares. Dentro de unos años, cuando el mercado haya decidido abandonar la suburbia y vuelva a reclamar la ciudad, estaremos listos, con planes sobre la mesa. Ahí empezará una discusión interesante. 211


Detroit Hoy [en línea]. Michigan Papers. 15 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/detroit-hoy.html

Detroit Hoy

Detroit hoy es un archipiélago de territorios organizados. Separados todavía por mucho espacio vacío y degradado; pero con límites precisos y en expansión que indican que la resistencia ya no es más defensiva, ya ha alcanzado el mínimo de agregación que permite augurar un cambio en la marea de desinversión y abandono. Debo decir que hace diez años me equivoqué por mucho en mis observaciones sobre la vuelta del “mercado”. Pensé que volvería de la mano de especuladores inmobiliarios guiados aún por lógicas suburbanas; pensé que volvería con una nueva colección de enclaves “verdes” reemplazando a la urbanidad dura y seca. No pude prever la marea de apreciación por lo urbano: la ciudad está de moda en Estados Unidos. Primero Friends, luego Seinfeld, después el empuje de la diversidad y los Gay-Friendly Zones, junto a los Starbucks abriendo paso a la gentrificación y finalmente los Hipsters (tribu urbana) son los momentos culturales que fueron (cada uno a su manera) cambiando la percepción de lo que era y podía ser vivir en la ciudad. Las revueltas raciales quedan cada vez mas atrás en el tiempo, perdidas en la memoria de los abuelos de los hipsters de hoy (aquellos que originalmente escaparon de la ciudad). Los suburbios finalmente cayeron en desgracia (en la sociología hace mucho, en el grueso de la población hace menos), especialmente porque la segunda generación que se crió ahí quiso escapar de ellos a toda costa. Mas que una vuelta a la ciudad, este es un nuevo escape, esta vez de los suburbios. La ciudad abandonada se reconquista pedazo a pedazo, en cada cuidad de Estados Unidos. Lo que hoy se quiere es volver a la cuidad, a cualquier ciudad, aunque sea a cualquier fragmento de ciudad, cualquier cosa es mejor que los suburbios. Porque en los suburbios no hay nada más que malls, y en los malls hay sólo café malo, y de lo que se trata hoy es de tomar buen café, de comer buena comida, de ver buenos shows y sobre todo, de estar en la calle. La calle ha vuelto. Caminar está de moda. Andar en bicicleta está de moda. Los mercados de verduras orgánicas los jueves a la mañana están de moda. Y obviamente, el mercado se dio cuenta. Y que te frece el mercado ahora? Te ofrece urbanidad. La llama Walkable Urbanity y te la vende más cara. Incluso se inventaron un Walk Score, porque acá a todo te lo ponen en listas que cuantifican puntos y enseguida te arman el top ten de cualquier cosa. Me cuentan que no hay desarrollador que no hable hoy del Walk Score. El puntaje cuantifica cuantas cosas podés hacer caminando desde la unidad de vivienda que te están ofreciendo. Lo interesante es que todo esto está pasando ahora mismo en Detroit y que nadie ha terminado de ganar la apuesta por la reconquista de lo urbano. En Detroit está la comunidad afro-americana que se quedó en las ruinas de la ciudad y que se auto-organizó para defenderse, están los nietos de los que se escaparon a la suburbia que vuelven primero a estudiar y luego a vivir en esa Ciudad de la que tan mal le hablaron durante toda su vida, están los que nunca se fueron, están los inmigrantes mejicanos, los inmigrantes de medio oriente, están los inversores, los emprendedores, los start-ups, están los pequeños artesanos de cualquier cosa tratando de reconstruir la mitología de la ciudad en donde se hacían cosas, están los chefs que llegan de Nueva York a poner su restorán de vanguardia por mucho menos de lo que podrían hacer en NY, están los tycoons que se compran casi todos los edificios del downtown por monedas y monetizan exponencialmente su inversión. Este es un territorio en disputa. Su sentido se construye en el día a día febril de la reconstrucción y en múltiples laboratorios urbanos que juegan su juego: desde el ultra-neoliberal hasta el radical autoorganizado. El campo de juego está abierto, hagan sus apuestas. En algo no me equivoqué en lo que escribí hace diez años: finalmente se tocó el fondo de la curva de desinversión y el suelo urbano volvió a ser negocio: permite comprar barato y experimentar salvajemente, para hacer más plata o para pelearla para vivir más dignamente. Lo que más interesa de esta vuelta de Detroit es la reconquista de su carácter de territorio de frontera. Esto era el Far-West, es decir, más allá no había nada. El carácter de frontera en el que te inventabas algo, te juntabas con alguien y te las arreglabas como podías. El juego está abierto, entre las 80 iglesias abandonadas, los 50 edificios de escuelas abandonas en venta, las casas señoriales cayéndose a pedazos; hay momentos de urbanidad en recuperación: veredas recién arregladas, luces, parques cuidados. La reconstrucción se hace desde un sentido de pertenencia que no se veía hace diez años. Detroit antes se decía con vergüenza. Hoy se dice con orgullo. Made in Detroit es una marca de resistencia. Esta es una ciudad que se sacó de encima el estigma de un gobierno municipal corrupto y tomó los procesos de reconstrucción en sus manos. Ha sido muy inteligente en el uso de los recursos que el gobierno federal destinó a esta cuidad luego de su bancarrota: se recuperó la infraestructura urbana. Se arreglaron calles, se repararon veredas, se cortó el pasto, se cambiaron las luminarias. (Se pasó de sólo un 65% de luces funcionando a cerca de un 95%). Se avanzó en estrategias de transporte público integrado, están terminando un tranvía liviano que va a andar por la arteria central histórica de la ciudad. 212


Incluso en los intentos por salvar la ciudad desde el poder hay un cambio enorme. Antes todo lo que se hizo para “salvar” a la ciudad en realidad la sepultó mas. Porque lo que se quería era salvar a la ciudad de sí misma. Se quería transformar a Detroit en otra cosa. Detroit era obrera, negra e inmigrante. Y eso no podía durar. La burguesía industrial que se mudó al suburbio volvió para “invertir” en la ciudad con grandes piezas de equipamiento “público” que perseguían borrar más y más áreas urbanas. Mientras se tecnificaba la industria automotriz en bancarrota, mientras la ciudad perdía más y más puestos de trabajos asociados a la economía de fabricación de partes, se invertía en grandes autopistas que, al tiempo que hacían mas rápido el escape a la suburbia, destruían los dos centros urbanos populares más culturalmente activos de la ciudad: Black Bottom y Mexican Town. Literalmente los cortaron por la mitad. Los borraron del mapa. Y en la costa derribaron la trama urbana compuesta de comercios de mediana y pequeña escala para construir un mega-centro de convenciones, tan grande como interiorizado, separado en paredones de varios niveles de las veredas, cada vez más abandonadas, cada vez más residuales. Y después del mega centro de convenciones, John Portman trae un pedazo de su futuro apocalíptico anti-urbano y replica el Bonaventura Hotel con anabólicos, un coso brillante de aluminio, un socrotroco redondo simétrico fortificado que ni siquiera le hizo un guiño al río que tenía al lado. Y rodeando las ultimas construcciones en pie de la ciudad, la infamia: el People Mover: un tren eléctrico elevado sin conductor que te lleva de uno de esos cosos a otro sin tocar la ciudad, ya completamente abandonada, a sus pies. Intentos de atacar a la ciudad que surtieron efecto: la destruyeron. Una vez destruida, con el valor del suelo por el piso, el paso siguiente fue su erradicación final. Consolidación de pequeños lotes urbanos en mega lotes que se llevan puesto hasta las calles. Para construir los grandes estadios que harán “volver” a los suburbanitas, se borran manzanas enteras, y se llevan puestos casi un cuarto del Downtown. El resto del espacio urbano se dedica a estacionamientos. Y como con estadios no alcanza, más entretenimiento para los suburbanitas! Casinos! Tres! Gigantes! Comiendo cada vez más tierra. Y en el resto de los barrios: se abandonan fábricas sólidas, hermosas, dignas, históricas, urbanas (con puertas a la vereda, con negocios en la esquina, imaginás a la gente saliendo del trabajo y comprando cosas para cocinar camino a casa) y se construyen galpones en territorios enormes, rodeados con más verde suburbano, con más estacionamiento. (y además se pasa de 25000 obreros a 3500.) Por eso quedo tan contento con mi visita del sábado. Porque es un milagro que todavía quede algo! Y lo que es más interesante aún: incuso los intentos desde el estado o el mercado para “salvar” a Detroit están bien. El tranvía va por la calle y para en las esquinas. El nuevo estadio de Hockey se construye con estacionamiento subterráneo y se pega a la vereda con negocios. Lo que se está construyendo es ciudad, con intención de reconstruir el espacio urbano. Tyree Guyton ha anunciado que el Heidelberg Project cierra este año, esto da cuenta del cambio de clima: ya no es mas el Ruin Porn lo que mueve la Estética de la Resistencia: ya no más regurgitarse en la decadencia, en lotes vacíos que recuerdan casas que ya no están. Ahora hay que reconstruir, y reconstruir experimentando radicalmente. Apenas salimos de las calles tomadas por Tyree, entramos en una zona de huertas urbanas. Una organización, Earthworks Urban Farm, toma lotes vacío y planta todo lo que pueda crecer. Y para lo que no puede crecer, invernaderos. Y con la producción, arma una cocina popular. Y un banco de comida. Y recupera los sobrantes de los supermercados y los redistribuye a los sin-techo y a las familias bajo el nivel de indigencia. Y apenas salimos de esa zona, pasamos por el barrio en el que alguien compró 300 terrenos dispersos a la municipalidad y plantó árboles. Lo presenta como una operación comercial de forestación. Quiero volver a ver como cambia el barrio dentro de 10 años cuando hayan crecido los árboles, plantados muy cerca uno del otro. Bloques verdes, mini-bosques geométricos en medio de la ciudad. Y me emociono por que me doy cuenta que este es mi proyecto de tesis. Hace diez años propuse estos dos programas verdes para recuperar Garfield Park en Chicago. Y en Detroit lo están haciendo. Y después de algunas vueltas pasamos por el Dequindre Cut un terreno que usé en uno de mis estudios en Michigan, y lo que era un bosque lineal tupido crecido en una línea de tren en trinchera abandonada ahora es un parque lineal muy bonito que la gente usa para ir de una punta a otra desde el rio al Eastern Market en bicicleta y que se que mi amigo Christian lo usa todos los días para ir a trabajar. E incluso en esa aérea industrial donde había sólo abandono, veo trabajos de restauración muy buenos, mezclados con nuevos desarrollos de vivienda que no desentonan y puedo imaginar el futuro urbano y denso de ese barrio a dos cuadras del parque costero. Llegamos a Downtown y no me parece aquella ciudad abandonada de entonces. Edificios que antes tenían ventanas tapadas con fenólico ahora están andando. Visitamos algunos de estos hermosos edificios y caminando por alguna que otra vereda vemos gente, plazas, locales comerciales. Lo que es normal en otras ciudades, pero que acá es extraordinario. Que estén. Que haya gente. Seguimos por el barrio mexicano y no paran de marcarnos cada restoran o café a los que hay que volver. Te despierta algo esta ciudad ahora: Just buy something and start building some shit.

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La Corporación [en línea]. Michigan Papers. 4 de Octubre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/10/monterrey-bibles-la-corporacion.html

La Corporación

Mi primer día en el TEC coincide con la realización del Foro Momento Metropolitano, organizado por la Academia Nacional de Arquitectura; hacia allá fuimos. La charlas no eran en el campus central, se realizaban en el municipio de San Pedro (el municipio más rico de todo México), en el edificio de la escuela de Maestría de Administración de Negocios (MBA) del TEC, diseñado por Ricardo Legorreta. La primer charla es de un representante de Sasaki Architects, una oficina corporativa de Boston bastante grande que incluye una división de Diseño Urbano, a la que pertenece el conferencista. Las divisiones de Diseño Urbano dentro de estas corporaciones son entendidas como divisiones generadoras de negocios. Los trabajos de desarrollo urbano son a largo plazo, generalmente con clientes institucionales o estatales de gran porte y con alto manejo de recursos. Una de las obligaciones de los planificadores y diseñadores urbanos dentro de estas grandes oficinas de diseño que publicitan su capacidad “multi-escalar” es la de preparar el terreno para los edificios o piezas especiales dentro del máster plan y proponer que sea la misma firma la que los desarrolle. Y una vez diseñado el edificio, proponer que sea la división de diseño interior la que los equipe. Y si llega a haber espacios públicos exteriores, que sea la división de paisajismo la que los diseñe. Estrategia que Sasaki ha realizado con éxito en su nuevo master pan del campus del TEC: están construyendo la nueva biblioteca. La charla está bien armada, temáticamente organizada, primero bajo el lema Small Cost – High Impact, para después pasar por el más obvio y corporativo High Cost – High Impact. Después de escuchar por hora y algo, con tono monótono, nombrar como estrategias guíando el accionar de su oficina a casi todas las innovaciones críticas que se han desarrollado en la academia desde los campos del urbanismo y del paisajismo en los últimos veinte años, reflexiono sobre la capacidad fagocitadora del capitalismo: todo lo incorpora y monetiza. Tactical Urbanism? Claro que si! Nos encanta pintar con amarillo algunas cositas en el piso y traer unos Food Carts y llamarlo a eso plaza! Si le sale dos pesos al cliente y con eso puede sacar más beneficios al gobierno de turno con el que toque negociar! Y nosotros como oficina además le podemos cobrar a nuestros clientes un montón de plata por esta idea tan revolucionaria, hipster y chic! Landscape Urbanism? Claro que sí, que venga en todas sus facetas! En la faceta Ecological Management? Como no! Programemos todos los espacios creados por los desarrolladores privados, sólo que no los llamemos amenities y pongámoslos en la calle para generar más negocios todavía! Que lindo el espacio público cuando se llena de “Comunidad”! Sobretodo porque queda tan linda la gente en los renders sosteniendo vasos térmicos de Starbucks mientras andan en bicicleta o skate! Comunidades Autogestionadas y Ecológicas? Por supuesto! Presentemos la idea de un fideicomiso donde los desarrolladores no solo organizarán las viviendas para clase media alta, si no que destinarán un poco de tierra para que los locales sigan plantando ananás para poder venderlos en esos mercados orgánicos que tanto necesitamos ahora que Whole-Foods está tan caro! Por supuesto que exagero. No fue tan así. La corporación recuerda algo de su ambición ética moderna, se muestra como buen ciudadano y pide a sus clientes presentar una cara más urbana. También trabaja cuando los contratan agencias públicas. Sólo que las agencias públicas se comportan cada vez más cómo apoyo infraestructural de los grandes jugadores del mercados inmobiliario: aquello que deba hacerse para aumentar el valor del suelo y que el desarrollador no quiera hacer porque es mucho gasto, lo hará el estado, faltaba más. Sin importar el lugar o la cultura (mostró proyectos de todo el mundo), todo tenía la lustrosa pátina del capitalismo global contemporáneo. Lo público que sucede en esos espacios urbanos se limita al entretenimiento ligero y el consumo despreocupado. Es una delicia ver los renders que presentan estas empresas al momento de publicitar sus proyectos: cuanta gente feliz. El Diseño Urbano es hoy simple instrumentalización del excedente financiero global. Ideología pura en acción (en el sentido materialista histórico del término). La segunda charla fue de Freddy Garay. Y habló de La Corporación. Su Corporación. La Corporación Puerto Madero. Que él inventó, gestionó, perdió y recuperó, en varias oportunidades. Paradoja de las paradojas, Garay hoy pregunta sobre el rol del Estado en estas grandes operaciones urbanas. Lástima que piense que la forma de actuar del Estado en estas operaciones sea operar con las reglas mercantiles inmobiliarias. No hace falta que yo diga nada más de Puerto Madero, sólo decir que Garay intenta contestarse a sí mismo la pregunta sobre si fue una operación exitosa o no explicando cuánta plata ganó el estado con la venta de tierras: 35 millones de dólares. En treinta años. 95 lucas por mes. El tipo como empresario se funde. La Corporación Puerto Madero no habrá ganado mucha plata, pero todos los que negociaron con ella si que ganaron! El viejo y querido Estado Bobo! El tipo tiró números sin sonrojarse y mostró gente tirada en el césped como la máxima ganancia pública de esta operación de “construcción de ciudad” -para ricos. No mostró ninguna escuela. No mostró ningún hospital. No mostró ninguna vivienda social. Mostró torres. Se lo ve orgulloso de su tarea urbanística. 214


Dos Conferencias [en línea]. Papeles Regios. 20 de Febrero de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/02/dos-conferencias.html

Ciudad e Imaginación

Una buena Universidad debe ser una plataforma efervescente de ideas, un epicentro problematizador de la realidad, un laboratorio alquímico de autonomías. Con dos conferencias contrastantes en dos días, el TEC lo fue, al menos para mí, con intensidad intelectual como hace rato deseaba. Como el agua y el aceite. Uno, autor de un brillante best-seller mundial, otro autor de libros profundos y oscuros. Uno, un representante de la intelectualidad preferida por la academia norteamericana, es decir, un economista; el otro, un fiel representante de la tradición del pensamiento europeo, es decir, un filósofo. Uno, un pragmático lo suficientemente optimista como para presentar un panorama objetivamente critico al tiempo que ofrecer soluciones alcanzables al corto plazo. El otro, un feroz observador de las condiciones contemporáneas, con visiones pesimistas sobre nuestras circunstancias y un llamado a re-imaginar los fundamentos de nuestras capacidades técnicas y poéticas. Uno, desplegando un arsenal de datos, tendencias, cuadros, estadísticas, en 15 minutos de acelerada exposición, presentó el caso y las soluciones para mejorar la condición urbana contemporánea. El otro, en una hora de parlamento apasionado, sin ninguna imagen más que las creadas por sus palabras, llena de espacio para el pensamiento, abriendo cada vez más preguntas, hasta la síntesis final, que pide re-imaginar el mundo. Uno, motivacional: “el futuro son ustedes”; el otro instigador, “la idea misma de futuro depende de ustedes”. Con ambos, auditorios enredados en el acto de pensar. Al final de ambas presentaciones, preguntas puntuales, específicas, informadas, terminan de redondear las ponencias. Edward Glaeser, economista urbano de Harvard, autor del libro El Triunfo de las Ciudades, presentó la inevitabilidad de lo metropolitano, las lógicas que potenciarán su eficacia como laboratorios de innovación y de asociación colectiva, las dinámicas que equilibrarán sus desigualdades. Regulación donde sea necesario, para cobrar por el uso de infraestructura cuando sea social económica y ecológicamente insustentable -el uso del automóvil particular en autopistas, impuestos por GPS); incentivos donde sea necesario -para aumentar las posibilidades de la economía popular, por ejemplo; y transporte público conectándolo todo. El contexto de su exposición, la reunión de la Junta Directiva del TEC, a los 75 años de su fundación en este campus en Monterrey (en lo que era tierra rural, hoy rodeada de una metrópolis de 5 millones de habitantes), hoy un sistema de educación superior con presencia nacional, en más de 15 ciudades en todo México. Glaeser vino invitado por el proyecto estratégico Distrito Tec, que ha pasado de ser una idea nacida en la universidad a ser un distrito especial del código urbano buscando la regeneración de todo el sector circundante al campus. La idea que flota en el aire, un Distrito Tec para cada campus, en cada una de las ciudades, con la pregunta implícita sobre su influencia para direccionar futuros y responsabilidad ciudadana. Luego de su presentación pública, Glasser dirigió su segunda ponencia al público directivo (board of trustees) para ubicar el lugar de las universidades en el desarrollo de las ciudades. Una cita que usó: ¿quieren tener una ciudad de nivel mundial? Construyan una buena universidad y esperen 200 años, con un mensaje latente: dejen a las universidades hacer su trabajo. Franco “Bifo” Berardi, filósofo autonomista italiano, interesado en los efectos en la subjetividad del capitalismo financiero 2.0 que nos domina, habló de la virtualización financiera y del malestar que nos genera. Enfocándose en un libro del 2012 (hace ya una eternidad, nos dijo) “La Revuelta: Poesía y Finanza” nos habló en principio de las revueltas del 2011, Ocuppy Wall Street, las plazas de los indignados españoles, la revolución de la plaza Tahrir en Cairo, en vistas de su rotundo fracaso. ¿Qué fue lo que ocuparon esos revoltosos? Espacios vacíos. Espacios que el poder ya no ocupaba. En 1917, ocupar significaba desplazar al poder, tomarlo, reemplazarlo, revolucionarlo. En el 2011 ocupar no significó más que juntarse. Pero eso, nos dice, ya fue mucho: la clave fue la poética erotización del espacio público. Más que una revolución fue una problematización de la abstracción última a la que nos somete el poder financiero, global y desterritorializado, la ocupación fue un clamor de territorialidad. Porque en esta faceta final, el capital ha desplazado a la mercancía de la producción de plusvalía, ya no la necesita. El dinero genera más dinero desde la misma dinámica financiera. Ya no hay mercancía, ni territorios que transformar o gestionar para su producción. ¿Y cómo se genera plusvalía sin mercancía ni producción? Con destrucción. Los gobiernos neoliberales que hoy nos dominan (desde una supuesta “democracia”) utilizan lo que Harvey (que no fue citado) llama acumulación por despojo. Y este proceso deja a la intemperie el trabajador, que pierde cada vez más. Hablando de Europa, su realidad, “Bifo” ubica la revanchista reacción fascista, violenta, chauvinista y machista, en el malestar que siente el trabajador que ha perdido el 50% del valor de su salario en menos de 10 años (especialmente en Italia). ¿Y qué haremos con todo esto? Tendremos que trabajar desde ese malestar. Al trabajador (al desocupado, al desplazado, al marginal) ya no se lo interpelará desde partidos políticos, desde sindicatos; se lo interpelará desde su soledad, desde su depresión, desde su angustia. Construyendo asociaciones de cuerpos en conjunto, ayudando a 215


construir autonomías libertarias. Erotizando los espacios públicos, llenándolos de vitalidad creadora, lo que en Argentina algunos llaman la feminización de la política. “Bifo” nos hace un llamado final: el de re-imaginar la ligazón entre técnica e imaginación, entre el ingeniero y el poeta. Necesitamos esa asociación para, no sólo hackear el sistema -a lo Manning/Assange-, sino sobre todo para re-escribirlo, para hacerlo funcionar en otra dirección, para reprogramar la máquina. Y en este posible neo-futurismo de épocas sin futuro, deberemos reinventar el significado de la palabra felicidad. Si ya no podemos “progresar” (porque significaría el fin ecológico del mundo), la felicidad no será ya más, será mejor. No tendremos que vivir con más, tendremos que vivir mejor. Todo esto dicho en una Universidad técnica que mantiene una Facultad de Letras desde hace 60 años, y que pronto contará con un laboratorio de ciudades. Me voy pensando en eso.

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Hacia una Práctica Urbana Crítica? [en línea]. Ejercicios Doctorales. 13 de abril de 2019 https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/04/hacia-una-practica-urbana-critica.html

Hacia una Práctica Crítica Urbana?

La caracterización de la Teoría Crítica Urbana que propone Neil Brenner en su artículo “What is Critical Urban Theory?” (2009) hace foco en su entendimiento del carácter políticamente mediado y socialmente disputado del espacio urbano. La insistencia del autor en la búsqueda de otras formas de urbanización (más democráticas, justas y sostenibles) nos recuerda aquella distinción entre teoría y práctica propuesta por Louis Althusser (teoría como distancia tomada y mantenida respecto de lo real inmediato, práctica como relación activa con lo real). Esta primacía conceptual de la práctica por sobre la teoría –dónde la práctica determina el conocimiento teórico- nos hace preguntar cuáles serán las prácticas urbanas contemporáneas que validen estas teorías, o si por el contrario, estas teorías se nos presentan como fundamentos para posibles futuras Prácticas Urbanas Críticas. La distinción entre teoría y práctica recuerda la separación entre lo posible y lo real (en su artículo Brenner usa el término “actual” en idioma inglés que puede ser traducido al español tanto a lo actual como a lo real, este ensayo prefiere la segunda acepción); distancia que enfatiza el carácter proyectivo de las herramientas propuestas, en contraposición a los procesos de urbanización determinados por la financiarización neoliberal global. Por un lado el Proyecto (una búsqueda de alternativas emancipatorias para una ciudad justa y sostenible) y por el otro el Capital (en el sentido Marxista del término -proceso que emplea tecnologías, suelo, dinero y trabajo humano para generar plusvalía). Si la producción del espacio, como nos recuerdan tanto Lefebvre como Harvey, es ya un modo de acumulación de capital (segundo circuito del capital) y si los flujos financieros globales carecen hoy de cualquier control espacial; cómo articular una posible Práctica Crítica Urbana? Si bien las ciudades son el componente geográfico esencial del capitalismo avanzado (cumpliendo un rol crucial como sitios de distribución de hegemonía cultural y consumo de masas), son además el lugar del conflicto social y del activismo político de base: ahí radica el potencial emancipador de la sociedad urbana. Interesa rescatar la noción de Espacio Social, a contraposición del Espacio Abstracto (Lefebvre 1972): si el Capital produce Espacio Abstracto (determinado por cualidades de dimensión –tamaño y ubicación- y beneficio) es en la producción de Espacio Social (donde se vive lo cotidiano) dónde una Practica Crítica Urbana podrá ubicarse en contextos de crisis neoliberal. Si los procesos de urbanización han demostrado su carácter reproductor y multiplicador de las posibilidades de acumulación del capital, una Práctica Crítica Urbana podrá, desde una lógica de Estado revisada, proponer la multiplicación de Espacios Diferenciales (Lefebvre 1972), que liberen el potencial de transformación inherente del espacio urbano bien vivido, del espacio en común. El derecho a la ciudad es el derecho a otra ciudad, a una ciudad futura y posible, lugar de encuentro y organización social. Brenner, Neil (2009) “What is critical urban theory?” City, 13 (2-3): 198-207 Lefebvre, Henri (1972) La Revolución Urbana Madrid: Alianza Editorial
 Merrifield, Andy (2002) Metromarxism: A Marxist Tale of the City Londres: Routledge Rossi, Ugo (2019) “Critical Urban Theory” en The Wiley-Blackwell Encyclopedia of Urban and Regional Studies Orum, Anthony (ed.) Hoboken: Wiley-Blackwell

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Geografías Neoliberales [en línea]. Ejercicios Doctorales. 19 de abril de 2019 https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/04/geografias-neoliberales.html

Geografías Neoliberales

El artículo “The Neoliberal City” (Pinson/Morel 2016), luego de analizar la validez del interés de la academia por los procesos de neoliberalización acontecidos en los últimos cuarenta años, presenta una crítica sobre alguno de los puntos débiles de las propuestas que lo conceptualizan desde la Geografía Crítica: por un lado su ambición de definir procesos complejos con instrumentos de análisis universales, dialécticos y materialistas, y por otro lado el posible anglo etnocentrismo de algunos de los más conocidos Geógrafos Radicales. Sin embargo, lo expuesto tanto por Brenner/Theodore (2002) como por Peck/Tickell (2002) resuena con gran validez en las experiencias urbanas de los últimos treinta años en las grandes ciudades latinoamericanas. Esto no quiere decir que la experiencia empírica latinoamericana sea más importante que la intuición intelectual de los autores del texto citado, simplemente es una contra-argumentación a lo que en principio aparece como un eurocentrismo propio de los mencionados Pinson/Morel, ya que los argumentos expuestos para demostrar el denunciado anglo-centrismo tienen todos que ver con la ciudad europea. Más aún, al momento de citar una amplia colección de estudios de diversos autores sobre casos europeos específicos -que demostrarían una definitiva diferencia con los procesos neoliberales expuestos por los autores norteamericanos-, el lector se encuentra ante simples variantes de los procesos neoliberalizadores conceptualizados por los autores criticados. Precisamente de eso se trata la especificidad (path dependency) y la hibridez de los procesos a analizar. Desde este punto de vista, esto no hace más que validar la propuesta de una herramienta de análisis universal para entender estos procesos, todos ellos con mucho en común pero diferentes uno de otros. Las premisas metodológicas y las conceptualizaciones propuestas por Brenner/Theodore (2002) en “Cities and the Geographies of ‘Actually Existing Neoliberalism’” son cruciales para demostrar la falsedad del fundamentalismo ideológico que defiende el “credo” neoliberal en nuestras realidades políticas latinoamericanas, que sigue hablándonos de un ideal de libertad de mercado que nunca termina de brindar sus frutos, debido a “impurezas de implementación”, a “pesadas herencias” o simplemente, a nuestro carácter. Indagar las geografías urbanas construidas por el neoliberalismo realmente existente nos demuestra la desigualdad y violencia creciente de nuestras ciudades y da cuenta del único espacio urbano visibilizado por esta práctica: el dedicado a las políticas de libre mercado y al consumo de alta gama. Interesa también indicar el doble proceso de asimilación entre lo urbano y lo neoliberal. Por un lado la neoliberalización del urbanismo, en la que las disciplinas proyectivas y regulatorias de la ciudad se abren cada vez más a las lógicas de actuación neoliberal, y por el otro lado la urbanización del neoliberalismo, la financiarización de la economía que convierte a la plusvalía urbana en un aspecto central de las formas de acumulación del capital trasnacional. Es importante destacar el rol del Estado en esta doble articulación. Contrario al mito de la desaparición del Estado pregonado por sus ideólogos más reconocidos, el proceso de neoliberalización depende del Estado; el neoliberalismo necesita de un estado fuerte que proteja al juego del “libre” mercado y a las grandes corporaciones de sus propias contradicciones, de sus crisis autogeneradas y de la furia de la población marginada por su accionar. Ante la implementación de este autoritarismo urbano neoliberal, David Harvey reflexionó hace ya 30 años sobre la necesidad de proponer futuros urbanos alternativos, basados en la democracia radical, la justicia social y los movimientos ciudadanos. En los municipalismos de hoy en día se encuentra el sentido geopolítico global que reclamaba Harvey -que denominó entonces “corporativismo urbano progresista”- para construir alianzas globales que contesten las dinámicas hegemónicas de la acumulación del capital para dominar la historia geográfica de la vida social. (Harvey 1989) Brenner, N. y Theodore, N. (2002) “Cities and the geographies of ‘actually existng Neoliberalism’” en Antipode, 34(3), 349-379 Pinson, G. y Morel Journel, C. (2016) “The Neoliberal City Theory, Evidence, Debates” en Territory, Politics, Governance, 4:2, 137-153 Harvey, David (1989) “From managerialism to entrepreneuralism” en Geografiska Annaler, 71B: 3-17

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Qué pasó con la Teoría Urbana? [en línea]. Ejercicios Doctorales. 3 de mayo de 2019 https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/05/en-1995-en-sulibro-smlxl-rem-koolhaas.htmla.html

Qué pasó con la Teoría Urbana?

En 1995, en su libro S,M,L,XL, Rem Koolhaas se preguntaba, en un incendiario manifiesto, sobre qué había pasado con el urbanismo. Comenzaba preguntando “¿Cómo explicar la paradoja que el urbanismo, como profesión, ha desaparecido en el momento en que la urbanización, después de décadas de aceleración constante, está en camino de establecer un “triunfo” global y definitivo de la condición urbana?” Para Koolhaas, los profesionales de la ciudad eran en ese entonces jugadores de ajedrez perdiendo ante computadoras. Nos decía:

“Un piloto automático perverso se burla constantemente de todos los intentos por capturar la ciudad, agota todas las ambiciones de su definición, ridiculiza las afirmaciones más apasionadas sobre su presente fracaso y su futura imposibilidad, las conduce implacablemente, cada vez más lejos, en su escape hacia adelante. Cada desastre anunciado es absorbido por la cobertura infinita de lo urbano.” (Koolhaas 1995) Hoy, con el Urbanismo ya como reliquia arqueológica del pasado, frente a la contemporánea dispersión que presentan los Estudios Urbanos, nos preguntamos, que ha pasado con la Teoría Urbana? Lo primero que podríamos decir es que se ha pasado de una Teoría Urbana a una serie de Tesis sobre lo Urbano. Al decir de Jayne y Ward en “A Twenty-First Century Introduction to Urban Theory” (2017), la Teoría Urbana se ha movido desde “meta-teorías” que ofrecían explicaciones unificadas sobre lo urbano a una proliferación de teorías que ofrecen distintas perspectivas sobre la diversidad y complejidad de la vida urbana; con el riesgo implícito (como bien indica Neil Brenner) de perder el “contexto de contextos” y fracasar en el entendimiento de cómo el capitalismo conforma la urbanización contemporánea. Vale preguntarse, junto a Harding y Blokland (2014), si esta dispersión de narrativas urbanas es la demostración de una crisis paradigmática de la disciplina, o si por el contrario es una muestra de su vigor intelectual. Se consuma la paradoja marcada por Koolhaas en su escrito sobre el urbanismo. En un mundo cada vez más urbanizado, dónde las demandas para los recursos asociados con la urbanización se convierten en factores de cambio en áreas antes denominadas “rurales”, la Teoría Urbana ha perdido a la “ciudad” como objeto de estudio. Será la dispersión de narrativas sobre lo urbano un paralelo de la dispersión geográfica de los procesos contemporáneos de urbanización? Será la universalidad de los procesos de urbanización lo que paradójicamente impide encontrar universalidad en los análisis de sus procesos? O serán lógicas internas a la disciplina (las lógicas papers, lineamientos institucionales, formas de financiación, metodologías de análisis) las que impiden la formulación de nuevas teorías urbanas que reclamen universalidad en sus presupuestos? La dispersión de la Teoría Urbana en múltiples Estudios Urbanos nos devuelve una proliferación de escritos sobre temas cada vez más específicos (el uso de la iluminación urbana nocturna o las excursiones culinarias de la clase media urbana) (Hannigan y Richards 2017) que diluyen cada vez más el discurso crítico sobre la ciudad, mientras que al mismo tiempo se consolida, cada vez más hegemónicamente, la visión de la ciudad como empresa (que debe posicionar su “marca” frente a otras ciudades en el mercado global de inversiones); visión que ve al espacio urbano como mercancía y al urbanismo como su gestión empresarial. Koolhaas, Rem (1995) “Whatever Happened to Urbanism?” en S,M,L,XL New York: The Monicelli Press, 959-971 Jayne, M. y Ward, K. (2017) Urban Theory: New Critical Perspectives Nueva York: Routledge Harding, A. y Blokland, T. (2014) Urban Theory: A Critical Introduction to Power, Cities and Urbanism Londres: SAGE Hannigan, J. y Richards, G. (2017) The SAGE Handbook of New Urban Studies Londres: SAGE

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El uso ideológico de la naturaleza: la socio-ecología de la urbanización neoliberal [en línea]. Ejercicios Doctorales. 13 de mayo de 2019 https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/05/el-uso-ideologico-de-la-naturaleza-la.html

La Socio-ecología de la Urbanización Neoliberal

Entender a la urbanización como un proceso socio-ecológico, nos permite conceptualizar aquella interacción entre entorno urbano y medio ambiente ya visualizada por Karl Marx al describir cómo el trabajo y el capital producen y transforman el paisaje socio-natural (en sus palabras: “el hombre, a través de sus propias acciones, media, regula y controla el metabolismo entre él mismo y la naturaleza”) (Kaika y Swyngedouw 2013). Estos procesos socio-ecológicos producen profundas transformaciones, no sólo en las condiciones ambientales de la ciudad, si no en sus condiciones socio-culturales y político-económicas. Bajo las condiciones actuales del capitalismo, la comodificación total del espacio produce procesos socio-ambientales que conllevan implicancias en el entorno inmediato de las ciudades y repercusiones globales al otro lado del planeta. Por otro lado, teorizar a la ciudad como una unidad ecológica abre nuevas posibilidades para entender los inputs medioambientales necesarios para su desarrollo. (Short 2006) De esta forma, se hace difícil continuar con la dicotomía naturaleza/sociedad -presente en el análisis materialista histórico marxista. La separación conceptual entre ciudad y naturaleza es un mito caduco. Al proceso de urbanización hay que estudiarlo como un proceso socio-natural. (Kaika y Swyngedouw 2013) Las ciudades son sistemas ecológicos, mediados por el complejo prisma de las relaciones sociales y económicas. La aproximación socio-ecológica de los procesos de urbanización estudia las complejas interacciones entre los problemas ambientales y urbanos; entre el entramado social y los flujos ecológicos. Los procesos socio-ecológicos son intensamente políticos. (Short 2006) Todo lo cual nos lleva a analizar el concepto de “desarrollo sostenible”, predicado desde los informes oficiales como la forma de promover el desarrollo social y económico de las comunidades más necesitadas junto a la preservación de su medio ambiente físico y natural. El concepto choca rápidamente con la incompatibilidad entre los términos desarrollo (sobretodo si está basado en el modelo capitalista híper-consumista actual) y sostenibilidad. (Parker 2015) La forma de resolver esta dicotomía por parte del mercado ha sido instrumentalizar la “conciencia ecológica” a través del marketing tecnocrático de lo ecológico, el greenwashing neoliberal. Las políticas recientes de neoliberalización han extendido la comodificación del espacio a lugares e infraestructuras antes entendidas como públicas o comunes. La manera de resolver la tragedia de los comunes será privatizarlo; la manera de resolver los problemas ecológicos será contabilizar las externalidades, comodificándolo ya casi todo. “Este reordenamiento político-ecológico radical es facilitado por la institución de un nuevo marco de políticas urbanas, que inserta la cuestión ambiental en las políticas urbanas a través de la lógica de la modernización ecológica y a través de la retórica de la ‘sostenibilidad’.” (Kaika y Swyngedouw 2013) El desarrollo sostenible se convierte así en una nueva lógica del mercado, que abre innovadoras oportunidades para la acumulación capitalista, con la difusión de sensibilidades ecológicas a través del discurso urbano, “el ímpetu a la “modernización ecológica” y los variados intentos de subsumir a las ciudades dentro de los parámetros del utilitarismo ecológico.” (Gandy 2013) Más allá de la retórica gatopardista de la tecnocracia ecológica neoliberal (cambiar para que nada cambie), y de las dificultades conceptuales que al decir de Fredric Jameson nos hacen más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo, es imperiosa la actualización de la noción Lefebvriana del derecho a la ciudad a todas sus implicancias medioambientales. Si la utopía socio-ecológica neoliberal nos promete una urbanización capitalista tecnocrática post-carbono, a esto la práctica crítica urbana deberá responder con imaginarios urbanos de una ciudad post-capitalista, plena en autonomías socio-ambientales. Gandy, M. (2013) “Landscape and Infrastructure in the Late-Modern Metrópolis” en The New Blackwell Companion to the City Bridge G. y Watson, S. (ed.), 57-65 Oxford: Wiley-Blackwell Kaika, M. y Swyngedouw, E. (2013) “The urbanization of Nature” en The New Blackwell Companion to the City Bridge G. y Watson S. (ed.), 96-107 Oxford: Wiley-Blackwell Parker, S. (2015) Urban Theory and the Urban Experience. Encountering the City Nueva York: Routeldge Short, J. (2006) Urban Theory: A critical Assestment Nueva York: Palgrave Macmilan

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La “des-politización” de las políticas urbanas [en línea]. Ejercicios Doctorales. 20 de mayo de 2019 https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/05/la-des-politizacion-de-las-politicas.html

“Des-politización” de las Políticas Urbanas

El encomillado del título es irónico: la despolitización de la política urbana es en realidad un profundo acto político. La transformación de la administración de los asuntos comunes en simples actos técnicos, en mera gestión urbana, es un cambio cultural propugnado por el neoliberalismo, que nos presenta los dictados del mercado como una “realidad” inalterable. Al decir de una de sus principales propulsoras, Margaret Thatcher: “La economía es el método, el objetivo es cambiar el alma.” El mercado ha conquistado tanto nuestro sentido común que un amplio campo de los estudios urbanos naturaliza la visión de la ciudad como empresa; con la obligación de competir en el mercado de ciudades, ofreciendo cada vez más incentivos para las posibles inversiones. El foco en la “vitalidad” urbana para atraer a los “analistas simbólicos” (Reich) o a la “clase creativa” (Florida) no es más que la instrumentalización en políticas urbanas del relato neoliberal que posiciona a las ciudades como motor del crecimiento de la economía pos-industrial. La realidad es que estas estrategias solo resultan en ciudades mas desiguales. (Clarke 2012) Una de las formas más insidiosas de la des-politización es la caracterización de la pobreza urbana como un problema de exclusión social y no como un problema de distribución de ingresos. Es claro que la definición de un problema direcciona las políticas para su abordaje, una visión despolitizada de la pobreza oculta la estructura económica que la genera. Afortunadamente el poder sigue siendo foco de los estudios de política urbana: su producción, su distribución su ejercicio y su impacto. (Davies e Imbroscio 2009) Estudiar el poder permite localizar las intersecciones entre políticas urbanas locales y dinámicas políticas globales. El poder local se desenvuelve en procesos de decisión que transforman territorios, las preguntas entonces son: ¿Quién está incluido y quien está excluido en estos procesos? ¿Quién toma las decisiones y quién se beneficia? Lo que se despolitiza en el discurso neoliberal es el problema de la desigualdad. Al hablar de pobreza, el neoliberalismo enfatiza la elección individual, la “falta” de oportunidad o las deficiencias del sistema; lo que implica que las soluciones vendrán por una “mejor” competencia del libre-mercado, por el emprendimiento y la meritocracia. Es claro que este marco conceptual invisibiliza los patrones de redistribución propiciados por las políticas urbanas (Campbell y Fainstein 2012). Antítesis de la “Marca Ciudad”, de la “Ciudad Competitiva” que nos ofrece el neoliberalismo, una Ciudad Justa tenderá hacia la justicia urbana y espacial, hacia la justa distribución de los servicios colectivos, hacia el derecho de todos a disfrutar de la ciudad en común. Si la globalización toca suelo en los territorios urbanos, eso quiere decir que los gobiernos locales mantienen agencia para coordinar las acciones de los actores públicos y privados que actúan en su transformación; es en la escala urbana donde el estado mantiene poder de mediación entre ciudadanos y mercado. Los gobiernos locales permiten mayores niveles de participación ciudadana que otras escalas de gobierno; es en la ciudad donde la desigualdad se encarna cercana y palpable en la calidad de vida; deja de ser una abstracción cuantitativa. Las políticas urbanas pueden convertirse en laboratorios para nuevas formas de participación ciudadana, que aprovechen el potencial de interacción que brinda la pequeña escala. (Mossberger, Clarke y John 2009) Esa es la apuesta de los Municipalismos, que reaccionan a la despolitización que limita la gestión urbana a meros actos administrativos afines al capital concentrado, con una profunda y ambiciosa re-politización de las prácticas de gobernanza democrática urbana. El Municipalismo no es otra cosa más que el capital social de los Movimientos Sociales Urbanos transformado, por oportunidad política democrática, en gobiernos y políticas de estado locales. Quedará por ver la capacidad de organización de estos gobiernos para producir alianzas que movilicen globalmente las “mejores prácticas” de esta nueva modalidad de gobernanza para reforzar el poder del estado y disputar el sentido común des-politizador de las prácticas urbanas neoliberales. Clarke, S. (2012) “Emerging Research Agendas” en The Oxford Handbook of Urban Politics Mossberger, K. Clarke S. (Eds.), 642-660. Oxford: Oxford University Press Davies, J. e Imbroscio, D. (2009) Theories of Urban Politics Londres: SAGE Lukas, M. (2019) “Urban Governance” en The New Wiley-Blackwell Encyclopedia of Urban and Regional Studies Orum A. (ed.) Hoboken: Wiley-Blackwell

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Desigualdad, Motor de Crecimiento Urbano [en línea]. Ejercicios Doctorales. 30 de mayo de 2019 https://ejerciciosdoctorales.blogspot.com/2019/05/la-desigualdad-motor-de-crecimiento.html

Desigualdad, Motor de Crecimiento Urbano

No es de extrañar que las recetas a las que, desde hace treinta años, apela el Banco Mundial para resolver el problema de la vivienda no hagan más que acelerar el proceso de urbanización de la vivienda informal. Su ultima encarnación, la entrega de títulos de dominio a los habitantes de los barrios populares, apenas camufla una posición netamente conservadora que acepta que, dado que el crecimiento de la población urbana es un fenómeno concentrado en aquella parte del mundo llamada “en vías de desarrollo”, la mayoría de los nuevos ciudadanos del mundo serán pobres residiendo en condiciones de precariedad, en vivienda informal, en alguna de las mega-ciudades del Sur Global. Abogando por la desarticulación de toda la política pública que entienda al Estado como garante del derecho a una vivienda digna, la ortodoxia neoliberal ha producido un consenso hegemónico (paradójicamente aceptado tanto por la izquierda como por la derecha) que propone la reforma (vía Mercado), más que la erradicación (vía Estado), como “solución” a los problemas de la informalidad urbana de las grandes ciudades del sur global. La propuesta inicial del Banco Mundial para atacar el problema de la informalidad urbana (en la década del 70’) indicaba limitar la acción de aquel Estado Benefactor a la mera provisión básica de “lotes con servicios” (agua potable y alcantarillados), para ayudar a “racionalizar y mejorar” la auto-construcción de la vivienda. Esta propuesta de retiro del Estado (para beneficiar y multiplicar los impulsos individuales) se ha reemplazado en tiempos recientes por la insistencia en la privatización total del mercado de la vivienda informal, principalmente a través de la entrega de títulos de propiedad a sus residentes. Es aquí donde el populismo neoliberal se acerca paradójicamente a reivindicaciones históricas de la izquierda más dura. Pero se ha visto, en demasiadas ocasiones ya, que estos derechos de propiedad, más que empoderar a los residentes, habilitan la monetización y aceleran la consolidación de un mercado (legal o ilegal) dentro de la informalidad. Se convierte la vivienda en un bien de consumo, se elevan los precios y se crean capas de mayor precariedad dentro de la precariedad. Al tiempo que se abre la puerta a la especulación inmobiliaria, ya que similar a la matemática agregativa del micro-crédito, el flujo de recursos que produce este nuevo mercado es cuantioso si se logra acumular en pocas manos. La aceptación de la pobreza urbana viene acompañada de las dinámicas económicas que sacan provecho de la situación. Está comprobado que la mercantilización de la vivienda en ciudades demográficamente dinámicas, pero en estancamiento económico, produce un círculo vicioso de aumento de precios de propiedades, alquileres y tierra que alimenta la especulación y las burbujas inmobiliarias. En “Planeta de Ciudades Miseria”, Mike Davis enumera un amplio espectro de situaciones que dan cuenta de los beneficios económicos y políticos que para algunos miembros de los sectores económicos medios y altos produce el mercado de la vivienda informal para el segmento menos favorecido de la población. El latifundismo urbano, la mercantilización y el uso político del desarrollo de las fronteras urbanas, junto al consenso de aceptación de la informalidad acelera la expansión desordenada de las ciudades del sur global, cuya población en condiciones de informalidad en ocasiones supera a los habitantes de la ciudad “formal”. La invisibilización y la exclusión de los habitantes de la informalidad impide la integración de la ciudad; la Ciudad Desigual se convierte en una Ciudad Divida. Dividida por barreras que aquellos que disfrutan de los beneficios de la participación plena en la vida de la ciudad se ocupan de mantener. (Parker 2015) La aceptación de la informalidad en las políticas públicas se ha visto acompañado de un proceso de despolitización de la pobreza, principalmente a través de la explosión de las Organizaciones No-Gubernamentales, que profesionalizan y burocratizan las acciones que antes eran llevadas a cabo por los movimientos sociales urbanos. Esta individualización de lo que antes era colectivo acompaña el ocultamiento de las razones estructurales de la desigualdad, alejando cada vez más las posibilidades de su resolución. Al mismo tiempo que la cantidad de la población urbana del mundo aumenta, la desigualdad impide a las mayorías el derecho a disfrutar de los beneficios culturales y sociales de la ciudad. Nos será difícil encontrar una solución a la desigualdad urbana, mientras ella siga siendo el principal motor de crecimiento de nuestras ciudades. Davis, Mike (2007) Planeta de Ciudades Miseria Madrid: Ediciones Akal Parker, Simon (2015) Urban Theory and the Urban Experience: Encountering the City Nueva York: Routledge

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Vivienda



Casa propia y producción arquitectónica intensa (entrevista por Constanza Chiozza) Revista SUMMA+ (154): 102-103, Argentina, Diciembre, 2016.

Plan ProCreAr: Inventario

El plan Pro.Cre.Ar. posibilitó la construcción de un gran número de nuevas casas en todo el territorio argentino. En una entrevista con Juan Manuel Rois, conversamos sobre lo que el plan significó en el ejercicio profesional de la disciplina arquitectónica. El Programa del Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar (Pro.Cre.Ar.) se lanzó en junio de 2012, en el marco de un impulso del anterior gobierno para reactivar el desarrollo de la industria de la construcción y el mercado interno y atender el déficit de vivienda. Apuntando a familias de clase media, el plan permitió que, dependiendo del ingreso económico, se pudieran adquirir créditos a baja tasa para la construcción de la vivienda propia. Ya concluido el primer ciclo del crédito, y de cara a una nueva etapa con importantes modificaciones en su implementación, Juan Manuel Rois reflexiona sobre ambas operaciones desde su rol como miembro fundador de Arquitctxs Sindicadxs. Constanza Chiozza: ¿Qué es la Movida Independiente de Arquitectxs y Urbanistas?

Juan Manuel Rois: Somos un grupo auto organizado que empezó siendo un grupo abierto de Facebook, Arquitectxs Sindicadxs, donde nos hacemos y nos contestamos preguntas sobre la práctica profesional independiente, que en ese momento estaba casi centrada en el Pro.Cre.Ar. Y nos empezamos a reunir cada quince días en asambleas. Y en esas conversaciones surgió la idea de hacer un congreso, paralelo a lo que en ese momento se estaba organizando en Rosario, que era la BIAU (Bienal Internacional de Arquitectura y Urbanismo). Entonces pensamos la MIAU, Movida Independiente de Arquitectos Sindicados, como respuesta a la BIAU. Porque nos parecía que estaba pasando algo en la disciplina arquitectónica con los Pro.Cre.Ar. que no estaba siendo visto ni por los estamentos de la profesión ni por los estamentos académicos. Entonces pensamos la muestra, hicimos un llamado en las redes sociales con un formato de panel, pidiendo que nos mandaran los pdfs. Y nos sorprendió que nos llegaron paneles de todo el país. Organizamos una fiesta para tener los fondos para imprimir los paneles. El día que organizamos los tres conversatorios, también se inauguraba la muestra del Pro.Cre.Ar., que es la que quedó resumida en el catálogo. CCH: ¿Qué dinámicas arquitectónicas y urbanas generó el plan Pro.Cre.Ar.? ¿Qué implicancias urbanas pensás que tuvo y qué tipo de arquitectura promovió?

JMR: Primero, hay que hablar de estrategias arquitectónicas o proyectuales. Nosotros veníamos hablando con algunos amigos de una categoría que llamamos “presupuesto cero”, sobre cómo se practica la arquitectura en nuestro medio profesional independiente, cómo hacer más con menos y cómo maximizar los recursos. Empezar con un monto de dinero claro (y que tiene a su vez una temporalidad muy específica en relación con el avance de obra) te hace repensar estrategias proyectuales a partir de condiciones materiales y técnicas. Creo que esa fue una de las modalidades más interesantes de la operatoria. Se empezó a pensar una lógica de estructura de procedimiento y material muy austera pero imaginativa. Porque el arquitecto sabe qué puede hacer con un determinado presupuesto, pero el cliente no. Esa es la distancia entre el deseo del cliente y la realidad económica de lo disponible. Y en esa distancia aparecieron un montón de innovaciones muy interesantes en el sentido de lo pragmático y lo inmediato de la operación. Incluso en la velocidad que te proponía la operatoria, había que tener una estrategia de acción muy clara porque tampoco tenías mucho espacio para improvisar. Desde el punto de vista proyectual, sobre todo en lo que fue la vivienda para clase media, se produjeron innovaciones que más que técnicas fueron tectónicas. En mi estudio particular hicimos una casa con una modalidad crediticia anterior, aquellos créditos del Banco Hipotecario que fueron la base de la modalidad Pro.Cre.Ar.. Sucedió que a nuestros clientes les regalaban el techo, porque el padre tenía una empresa que hacía techos, entonces eso nos liberaba una cantidad de plata del crédito para usarla en otro lado. Esas estrategias en el uso de los recursos las vi multiplicadas en todos los procreares que vi después como observador y crítico. Con respecto a lo urbano, siempre mantuvimos muchas críticas. Si había procesos de dispersión geográfica en marcha, el plan Pro.Cre.Ar arrojó más leña al fuego. Y con todo lo que eso trae aparejado, con el recalentamiento de los procesos de suburbanización, subieron los precios de la tierra. Y no hubo un pensamiento urbano estructural que organizara esa multiplicidad de nueva obra. El Estado encontró una modalidad para resolver un problema, que era acelerar un proceso de economía popular que estaba ralentizándose y eso funcionó perfecto. Pero también se puso énfasis en la demanda, lo que hizo que la oferta fuera cada vez más cara. Y por otro lado, se dejó al individuo demasiado solo. El crédito se lo daban a una persona que después tenía que contratar al arquitecto, y el arquitecto después tenía que contratar a los constructores. En ese sentido la movida multiplicó problemas que ya existían.

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CCH: Fue entonces mucho más eficiente en cuanto a construcción individual del hogar que en cuanto a construcción urbana... JMR: Exacto. En la disciplina arquitectónica se produjeron innovaciones importantes, pero en términos urbanísticos asentuó problemas, como la falta de infraestructura y de transporte público en las áreas periféricas, entre otros. CCH: ¿Qué cuestiones hicieron posible que gran parte de las casas construidas fueran hechas por estudios jóvenes? JMR: Justamente, esa fue una de las mayores particularidades del Pro.Cre.Ar. anterior. Fue una vía para los primeros trabajos de mucha gente recién recibida o recibida en los últimos cinco o diez años. Fue una gran apuesta colectiva, porque de muchas maneras no cerraban los números. Y entonces, en ese gran deseo de crecer, había un gran entusiasmo. En medio de la vorágine, los estudios tenían que recorrer zonas metropolitanas de punta a punta. Todo aquello movilizó, por parte de los clientes y de los arquitectos, un optimismo muy lindo en la construcción de vivienda. Creo que fue una estrategia muy clara de redistribución. No se apuntó a la concentración, a las medianas o grandes empresas, se movilizó lo chico, tanto al estudio chico o joven como a la pequeña empresa constructora. Incluso solidificó relaciones que generalmente demoran años en construirse, entre las cuadrillas que construyen para un arquitecto y las relaciones con los gremios de la construcción: redes muy específicas, el mismo equipo pasaba de una casa a otra casa y se mantenía. Creo que esa es la particularidad principal, algo así como una redistribución del optimismo para construir. También fortificó la colaboración entre los arquitectos. Porque era mucho trabajo con poco rédito económico. Entonces apuntalaba la lógica colaborativa de estudios jóvenes que creaban su práctica. Y había que distribuir la inteligencia también, porque había que presentar planos y llenar planillas de una determinada manera. Se colaboró mucho en la construcción de un conocimiento colectivo, y eso fue el inicio de nuestro grupo, Arquitectxs Sindicadxs. CCH: ¿Hubo variaciones y diferencias dependiendo de la zona del país en la que se construyeron las casas Pro.Cre.Ar.? JMR: Fue muy interesante lo de las tipologías propuestas. Si te acordás, había dos modalidades distintas: la modalidad con terreno y la modalidad sin terreno. Si tenías el terreno tenías más libertad para hacer la casa que quisieras o que tu arquitecto te propusiera, dentro de las lógicas del plan. Pero si el banco te daba los fondos para comprar tu terreno, tu elección estaba dentro de una serie de prototipos ya pensados (que en su momento habían sido pensados por zonas). Después esos prototipos no variaron, o sea que eran los mismos para todo el país. Entonces, es súper interesante ver cómo esos prototipos, que en realidad eran unos dibujos muy iniciales, fueron adoptados pasado el tiempo, incluso para adecuarlos a la realidad económica, porque los costos habían cambiado muchísimo. Hubo cambios constructivos, cambios de detalles, pero también cambios por lógicas culturales y climáticas. Creo que ese sería un estudio muy interesante para hacer: qué pasó con esos prototipos en las distintas zonas del país, cuáles fueron las inteligencias locales y cómo empezaron a trabajar desde la diferenciación de lo que al principio pensaba ser algo más homogéneo. CCH: Hay una cierta tendencia en las modificaciones que el nuevo gobierno introduce al Pro.Cre.Ar. a dejar de lado el rol del arquitecto, apuntando más a la compra de inmuebles ya construidos. Pareciera que el plan se desplaza a una cuestión más inmobiliaria. JMR: Sí, supongo que así va a ser. Esas redes ya están establecidas. Es muy difícil para el arquitecto joven ingresar a ellas. La innovación demora mucho más, porque el mercado tiene una inercia cultural productiva y económica bastante alta. Y creo que en aquello otro de dejarte librado a tus propios recursos, tanto al cliente como al arquitecto, había un llamado a la imaginación y a la innovación. Y el arquitecto joven respondió. CCH: ¿Qué expectativas tenés respecto al futuro del plan? JMR: Muy pocas. La modalidad macrista me hace replantear las fuertes críticas que le hice a la modalidad anterior. Yo fui crítico con esta idea de dejar a la intemperie tanto al que recibía el crédito como al arquitecto. Creía que era una modalidad neoliberal, porque trabajaba desde la lógica del empresario de sí mismo que tiene que construirse y negociar en un mercado que determina lógicas evidentemente superiores al individuo. Me parecía que era dura esa modalidad y que tampoco había una instancia de pensamiento sobre las lógicas de urbanización. Pero creo que, vistos los cambios, tengo que modificar mis críticas y decir que es preferible la redistribución a la concentración.

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Entrevista sobre la Vivienda En: Juan Manuel Rois (ed.), 2018. Cátedra Rois TEXTOS [en línea]. p. 154 Disponible en: https://issuu.com/juanmanuelrois/docs/c_tedra_textos

Entrevista sobre la Vivienda

¿Qué es para vos la vivienda? La vivienda es el hábitat doméstico. El arreglo espacial para la vida cotidiana. ¿Qué implica hacer vivienda? Implica pensar en todo lo que tiene que ver con estar en casa. ¿Qué significa estar en casa? La casa es el lugar desde el cual ordenás tus cosas para salir al mundo. Cuando estás en tu casa no estás en el mundo, estás en tu lugar, donde las palabras te salen simples. Estás en tu casa cuando no tenés que explicarte. Pensar una casa es pensar la parte del vivir que implica la intimidad. ¿Qué implica hacer vivienda en Rosario? Lo mismo, sólo que pensando y entendiendo la situación cultural de aquellos que somos “rosarinos”. ¿Por qué hacer vivienda colectiva en Rosario? La vivienda colectiva en Rosario en este momento no existe. Entonces, habría que hacerla simplemente porque no está, para que vuelva a estar. Primero habría que pensar que significa hoy lo colectivo. Si lo colectivo implica lo común, lo comunitario, habría que preguntarse qué es lo común en lo doméstico, qué es lo que se comparte en la domesticidad. Si lo doméstico es lo íntimo, dónde está la división entre lo individual y lo comunitario? Qué grado de comunidad puede llegarse a construir desde lo doméstico? Todo da a pensar que las condiciones actuales no lo permiten. ¿En qué lugar de la ciudad llevarías a cabo un proyecto de vivienda colectiva? En el centro de la ciudad. El problema es económico, cómo todo lo que tiene que ver con los modos de producción. Lo que viene sucediendo, es que se ha abandonado el proyecto urbano como proyecto democrático. Se ha pensado, con un criterio realmente lamentable, que la vivienda colectiva es la vivienda para el pobre y que para el pobre hay que buscar la tierra más barata disponible en la periferia. Al abandonar el proyecto urbano como proyecto democrático, al abandonar el proyecto de vivienda, el Estado dejó al consumidor (así como el “pueblo” ahora es simplemente “la gente”, el “ciudadano” hoy es simplemente un “consumidor”) al desamparo de las mínimas ofertas del mercado, que son cada vez más individualizadas, atomizadas. Por todo esto yo haría la vivienda colectiva, pensada desde lo común, en el centro de la ciudad. ¿Cómo pensás que está abordado el tema de la vivienda colectiva en nuestra ciudad? No está abordado. Se sigue simplemente la inercia de las condiciones de producción que han hecho, desde hace rato, que el Estado se corra de la discusión sobre la vivienda. El Estado ha dejado que el mercado decida, y el mercado decide que no haya vivienda colectiva. El Plan Pro.Cre.Ar, el último intento del Estado de ocuparse de la vivienda, fue una modalidad individual que pensaba al ciudadano como consumidor, nuevamente, individual. Te daban un crédito y tenías que salir a buscar, en las condiciones del mercado, la mejor oferta posible y eso generalmente era en la periferia y sin infraestructura; así urbanizamos incluso tierras inundables, porque el mercado sin regulaciones vende terrenos inundables. Sólo nos quedan entonces las condiciones impuestas por el mercado, que ya no está construyendo viviendas para vivir. El mercado sólo piensa en el valor de cambio, el mercado construye vivienda como valor de cambio financiero. En la especulación financiera lo que importa es la liquidez prometida de los bienes inmueble. Lo más rápido que pueda liquidar el bien inmueble y convertirlo en dinero, mejor. Para un inversor es mucho mejor hacer siete unidades mínimas de vivienda que dos o tres decentes. Entonces, el mercado no piensa en los modos de vida, piensa en los modos financieros y en la flexibilidad de inversión en la ecuación soja-departamentos. Un inversor te va a pedir que hagas la mayor cantidad de departamentos posibles, sin pensar en cómo se va a vivir en ellos. Ahí está el salto de modalidad de valor de uso a valor de cambio. ¿Qué proyecto (construido o no, en cualquier lugar) considerás que responde correctamente a este tema? En Buenos Aires, el Barrio Los Andes. Una utopía construida, alta densidad en baja altura, en entorno barrial respetando la trama urbana, imaginando modos de vida colectivos en modalidad cooperativa, en el centro de manzana. Esto se abandonó pronto, demasiado comunista, tal vez. Lo que vino después fue un paradigma de vivienda colectiva que equivocó todos los términos, lo que llamamos Urbanismo Moderno. Fue un gran fracaso, una tragedia disciplinar que monumentalizó la vivienda y la separó del tejido, rechazando la ciudad existente, en otro gran error, un pecado de soberbia. El Urbanismo Moderno buscó resolver el problema de la vivienda colectiva con altura y baja densidad, lo cual demostró ser una gran idiotez sociológica. El Barrio Los Andes se acerca mucho más a lo que busca ahora la vivienda contemporánea, alta densidad en altura baja y 227


una relación cercana con los espacios abiertos exteriores. Una modalidad con gradientes entre lo público y lo privado. ¿Qué opinión tenés de los “amenities” en los edificios multifamiliares? Los “amenities” es la manera con la que el mercado vende aquello que era gratis. Una apropiación de cosas que antes pasaban por fuera de las lógicas del mercado y que ahora están mercantilizadas. Ya no podemos imaginar una forma de vida que no esté mercantilizada, en la que no paguemos por todo. El modelo neoliberal te vende que sos sujeto siempre y cuando consumas. Desde los productos que ofrece el mercado, elijo y construyo mi subjetividad. Soy un empresario de mí mismo; pago, compro y soy. Antes, las cosas sucedían en la vereda, sucedían en las terrazas, sucedían en los espacios intermedios y nadie les ponía ni nombre ni precio. Y ahora le ponemos nombre y precio, le decimos “amenities”. ¿Cómo pensás que la vivienda debería responder a la heterogeneidad? Hay un error muy difundido al pensar la flexibilidad en la vivienda, una confusión que ha generado muchos problemas. La modernidad respondió a la masividad desde un proyecto único, Ford hacía un auto y era el mismo para todos. El Movimiento Moderno diseñaba una vivienda y era la misma para todos. Se apuntaba a un “ciudadano” promedio. Ahora el mercado, gracias a las nuevas tecnologías de fabricación, ha organizado en forma eficiente la diversidad, esto con un anglicismo lo llamamos “customización”: la individualización del producto a los deseos del consumidor. El problema es creer que también hay que responder de esa manera con la vivienda. Seria nuevamente dejar que el mercado dictamine el discurso sobre la vivienda. Hay que tener cuidado con eso.

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Disquisiciones sobre lo Pequeño En: Juan Manuel Rois (ed.), 2018. Cátedra Rois TEXTOS [en línea]. p. 155 Disponible en: https://issuu.com/juanmanuelrois/docs/c_tedra_textos

Disquisiciones sobre lo Pequeño

Hay una relación histórica de la arquitectura con el poder. ¿Cómo influye esto en los cuerpos, en los recorridos urbanos, en nuestras vidas cotidianas? Podés dar algunos ejemplos? Uno de los arquitectos mas lúcidos del momento, Rem Koolhaas, explica que mientras que el urbanismo crea oportunidades, la arquitectura crea limitaciones. Un muro corta un camino; lo que antes era posible, después del muro ya no lo es. La arquitectura recorta posibilidades, enmarca miradas, define recorridos. En definitiva, nos ubica de manera precisa en el mundo, de ahí su poder. ¿Cuáles han sido las rupturas más fuertes en la historia de la arquitectura acerca del tratamiento de los espacios? No creo en las rupturas en la historia. Incluso las acciones mas revolucionarias incluyen en sus impulsos aquello que quisieron deponer. La historia de la arquitectura es la historia de la cultura, una lenta sedimentación de inteligencias cons-tructivas y materiales que organizan el mundo. Cada cultura, con sus tiempos, definió sus arquitecturas y sus espacios. Incluso hoy, que la tecnología global nos acelera, la arquitectura continua con su inercia. Es por eso que ya no hay casi arquitectura: los arquitectos somos irrelevantes porque en este escenario de inversiones globales somos demasiado lentos. Un edificio demora mucho tiempo. Que un espacio sea pequeño no quiere decir que sea inhabitable. Hay espacios pequeños con buena arquitectura y espacios enormes con arquitectura de mala calidad. ¿Cómo sería un buena arquitectura de lo pequeño? Una buena arquitectura de lo pequeño es aquella que hace mucho con poco. Con poco quiero decir, pocos recursos, pocos materiales, poco presupuesto. Con mucho quiero decir, espacios luminosos y acogedores, frescos en verano, cálidos en invierno, que protejan de la lluvia o el sol, que nos dejen mirar a través de ventanas paisajes que queremos ver. Es decir, aquel lugar en el mundo que llamamos casa. La arquitectura de lo pequeño es siempre doméstica. Para la arquitectura ¿qué es un lugar mínimo? ¿qué lo define? ¿qué lo delimita? Un lugar mínimo es aquel que se relaciona con el cuerpo de manera intima. Un cuarto es un lugar mínimo. Cuatro paredes, un piso y un techo lo delimitan. Necesita de una puerta y de por lo menos una ventana. Si está bien proporcionado nos dará calma, nos quedaremos en él un rato. Si la ventana enmarca un paisaje querido por nosotros, pasaremos en él una vida. Con una colección de cuartos hacemos una casa. Con una colección de casas, una ciudad. ¿Qué trabajos hay sobre los espacios mínimos? ¿Se puede hacer algún tipo de historización? La búsqueda por el espacio mínimo, racional e industrializado es la piedra basal del proyecto moderno en arquitectura. Nuestros FONAVIS son quizá el hijo bastardo de aquel sueño incumplido: la vivienda mínima, popular y digna. Los intentos fueron científicos, se midieron cuerpos y movimientos, se coreografiaron actividades domésticas, se diagramaron recorridos de la noche y del día. Se buscaba encontrar el espacio mínimo de eficiencia total. El ahorro, la rapidez, eran de vital importancia. Luego vinieron los excesos. Las sociedades industrializadas alcanzaron los niveles mínimos aceptables rápidamente, quizás a mitad de los 50, y a partir de ahí la arquitectura empezó un camino de excesos formales, materiales y simbólicos que acompañó la inflación de precios y metros cuadrados, hasta alcanzar el despilfarro final de las Mc Mansions de la cocheras para 4 autos y 8 habitaciones con baño de la suburbia americana. Por supuesto que este es un modelo insustentable, y estamos viviendo hoy su implosión. Lo pequeño volverá a ser importante.

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Semblanzas

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Alabama Songs [en línea] Revista Astrágalo. Cultura de la Arquitectura y la Ciudad (UAI-CAEAU) Vol. 22, Julio 2017, pp. 39-59. Disponible en: https://outarquias.wordpress.com/2017/10/10/publicado-numero-22-de-la-revista-astragalo/

Alabama Songs: Visita al Rural Studio La misión de una buena escuela de Arquitectura es cambiar el mundo. Pero uno empieza a cambiar el mundo por casa.

En este ultimo siglo han existido grandes experiencias pedagógicas en Arquitectura, la Bauhaus en la Alemania de entre-guerras intentó construir una comunidad educativa autosuficiente con programas interdisciplinarios entre artes plásticas, arquitectura y diseño industrial para crear al diseñador que respondiera a las nuevas condiciones de producción del capitalismo moderno. Unos años después, en los Estados Unidos de la temprana posguerra, aunque no estrictamente una escuela de arquitectura si no de artes liberales, el Black Mountain College, insistió en las características de comunidad educativa autosuficiente en entorno rural y en la interdisciplinariedad de las instancias de diseño; el aislamiento geográfico respondía al intento de apartarse de las condiciones políticas y sociales del contexto, para conseguir la modernidad radical de la abstracción plástica buscada. Más recientemente, han existido intentos por activar una aproximación directa del alumno de arquitectura a la construcción de sus proyectos; los intentos van desde experimentaciones materiales abstractas (Ciudad Abierta) hasta viviendas prefabricadas de calidad de mercado (Studio 804). Por otro lado, tanto el compromiso social como los intentos participativos con la comunidad han creado experiencias, tal vez interesantes desde lo pedagógico y formativo, pero no tanto desde sus propuestas de diseño. Ya fuera de las escuelas de arquitectura, hay muchas organizaciones sin fines de lucro, que desde la arquitectura intentan dar respuesta a los problemas relacionados con el hábitat, pero siempre con un gran déficit desde lo disciplinar o arquitectónico. Cuesta mucho encontrar algún otro ejemplo en la historia de las escuelas de arquitectura de un balance tan preciso entre compromiso social, design-built (construir lo proyectado) y calidad arquitectónica como la que ha conseguido en sus más de veinte años de historia el Rural Studio en Hale County, Alabama. Alabama es el segundo estado más pobre de Estados Unidos, y Hale County es el condado más pobre de Alabama. Con más de treinta por ciento de la población bajo los niveles de pobreza y altos niveles de desocupación, lo que fuera parte del Black Belt (por la capa superficial de rica tierra negra) y uno de los condados más ricos del país antes que la explotación monocultivo intensiva del algodón destruyera la riqueza del suelo, hoy piletones artificiales criaderos de CatFish perforan los bosques que rodean las poblaciones más o menos dispersas de la región. Sam Mockbee conocía muy bien el territorio que eligió para fundar su proyecto educativo, su interés era hacerles conocer a sus alumnos las circunstancias del entorno para encender en ellos la inquietud de su transformación. Algo que él llamó la formación de ciudadanos arquitectos. Vaya si lo logró. Hace dos días que recorremos alguna de las más de 150 obras construidas por los alumnos del Rural Studio aquí en Hale County y alrededores. Un fin de semana intenso de recorridas. Intento hacer un balance de lo visto: más de la mitad de las veinte Casas 20K, la guardería de perros, las intervenciones en el parque Perry Lakes (baños públicos, un puente, una torre de observación), edificios públicos en Newbern (la estación de bomberos, la biblioteca, la municipalidad), centros de apoyo infantil en Akron y Greensboro, el parque Lions Park y sus proyectos: el Playground, el Skatepark, la sede de los Boy-Scouts, el patio del Hospital de Greensboro y el memorial a Mockbee, el hermoso SubRose Pantheon. De estos edificios e intervenciones construidas sorprende no sólo su calidad arquitectónica y su rigor disciplinar, sorprende además su calidad constructiva. Algo que se vuelve mas sorprendente aún al saber que estas obras han sido construidas por grupos de trabajo conformados por sólo cuatro alumnos. El compromiso de los arquitectos ciudadanos incluye el quedarse después de finalizar sus estudios curriculares a construir lo diseñado durante el cursado. Cuatro personas, trabajando colectivamente, desde los primeros intentos de diseño conceptual hasta el día de la inauguración de la obra; en algunos casos casi tres años después del inicio del proyecto. El Sábado que viene se inaugura la última obra construida, las zonas de pérgolas en el Lions Park, las herramientas todavía en el lugar y un equipo de trabajo ausente, todos en la boda de uno de sus compañeros. Como es fin de semana, aún no hemos visto a la escuela en movimiento, pero ya visitamos la Casa Morrisett (entreviendo la vida comunitaria de los alumnos, que almuerzan y cenan juntos, comidas preparadas mayoritariamente con ingredientes locales y de su granja) y pasamos furtivamente por el Red Barn, el edificio al costado de la ruta en Newbern donde se dan las clases y trabajan los alumnos. Lunes y Martes dejaremos el auto de lado y nos concentraremos en la escuela. La recorrida de este increíble fin de semana la hicimos guiados por Xavier Vendrell, hoy Acting Director del Rural Studio, ya con mas de diez años de involucramiento directo en más de cincuenta de sus proyectos. El lujo es tener su relato, con conocimiento íntimo de los procesos de cada proyecto y de la evolución de la escuela. 233


Xavier conoce el nombre de cada cliente, de cada alumno, de cada vecino, de cada organización involucrada, cada anécdota. Charlamos de la historia del Rural Studio, de sus cambios, del conocimiento territorial alcanzado en más de veinte años de trabajo, de las relaciones con los más variados colectivos locales, de las formas de financiación de los proyectos, del seguimiento del funcionamiento de las instituciones creadas por los proyectos. De todos los proyectos que vistamos, tal vez la Torre de Observación en el Perry Lakes Park sea la más impresionante. Si fuera sólo la torre! Para llegar hay que cruzar el puente que construyeron los alumnos del año anterior! Y seguir un camino zigzagueante que te hace caminar en el aire por sobre el pantano, hasta que llegás a la torre y empezás a subir, entre las copas de los árboles, y más allá. Terminás por sobre las copas de los árboles, entendiendo el territorio. Mientras subís, o mejor, mientras bajás mirando al vértigo imaginás que esto fue armado por sólo cuatro alumnos y no lo podés creer. La torre es una torre de observación de incendios forestales en desuso que fue comprada por un dólar. Fue desarmada por los alumnos, trasladada al sitio, re-armada y re-acondicionada con una nueva escalera para que podamos subir nosotros, los mortales. El puente cubierto también es hermoso! Y está diseñado para pescar en la sombra. Y todo es así. Hermoso. Hale County Llegamos a Birmingham, Alabama, un viernes a las 11:30 de la noche, Xavier está viniendo desde Greensboro a buscarnos. A las 12 ya estamos en la autopista, saliendo de la ciudad. Nos sorprende la vegetación, abundante, tupida, verde. De a poco la autopista se convierte en ruta, la ruta se parece cada vez más a la imagen de las rutas americanas de las películas. De repente estamos en una bifurcación de caminos con una estación de servicio y un bar, como si fuera un cuadro de Hooper, o un grabado de Ruscha. Hay una serie de Robert Crumb sobre la evolución histórica de una esquina rural americana y es como si estuviéramos yendo atrás en el tiempo en esa secuencia. Lo cual hace todo muy hermoso, porque lo de Crumb es una elegía a un Estados Unidos perdido, y parece que acá, algo de ese Estados Unidos sigue en pie. Xavier nos lleva en estos paisajes cada vez más profundos escuchando a un héroe del rock/blues/folk de Mississippi, Tony Joe White. A la 1:30am llegamos a Greensboro, pasamos por su Main Street de dos cuadras sacada de una película del Far West, pasamos por la Iglesia, Xavier dobla y llegamos a la hermosa casa victoriana donde vive. A la mañana nos despertaríamos a recoger los pecans que caen de uno de los siete arboles gigantes de su jardín. El Sábado arrancamos temprano. Salimos a la ruta. Veremos las casas 20K. Xavier nos explica la modalidad de esta línea de investigación en viviendas accesibles para comunidades en necesidad que el Rural Studio lleva más de quince años explorando. Empezamos en orden cronológico. Visitamos las primeras. Para eso tenemos ir a las afueras de Greensboro, de sólo dos mil habitantes, y recorrer las áreas rurales aledañas. Aquí las casas están dispersas, en lotes rurales, terrenos al costado de la ruta; las poblaciones, simple acumulación mínima de estos lotes dispersos. La tierra es ya improductiva, por la destrucción ecológica de su capa rica en nutrientes; en el paisaje hay grupos de bosques plantados (reemplazando al algodón que ya no crece), piletones de criaderos de CatFish, y algún que otro lote ganadero (algo que es nuevo en esta región); en el medio, naturaleza de bosques nativos, grandes árboles y colinas. Las casas se acomodan siguiendo la posición de los arboles o la orientación, privilegiando la posición del porche de ingreso, el lugar más usado de las viviendas. Muchas de las viviendas que vemos en el camino no son casas propiamente dichas, son Mobil Homes, la forma más barata de habitación, algunas con sus porches agregados al costado. Estas son las casa que las 20K del Rural Studio quiere reemplazar. Ese Sábado a la mañana, Xavier nos cuenta cada uno de los pasos de los diez años de estudio sistemático de costos, detalles, modos de uso, calidad de vida ofrecida. Visitar las casas 20K es entrar a estas agrupaciones de viviendas perdidas en medio de este entramado de rutas (la imagen que tendríamos al final del día es de haber manejado siempre en las mismas rutas entrecruzadas permanentemente); es pasar por Mobil Homes agrupadas, autos viejos, chatarra acumulada al costado. Xavier sabe donde están las 20K, se mete en calles sin salida, saluda a la gente por la ventana del auto. Union Town, Alabama es nuestro primer pueblo visitado: comunidades negras al costado de todo, donde la pobreza es palpable y la desconexión con el entramado económico muy visible. Entramos y salimos. Y ya el paisaje tiene otro significado. La guerra civil, la esclavitud, están a la vuelta de cualquier curva del camino. Luego de un recorrido por alguna de las casas llegamos a Faunsdale, un pueblo de 100 personas, donde un grupo de cuatro alumnos de quinto año del Rural Estudio están trabajando con una fundación local para renovar un edificio abandonado para crear su primer centro comunitario. Hoy los alumnos limpiaban, con los vecinos, la vegetación que tapaba el edificio por atrás y recibían a la comunidad para charlar sobre las posibilidades del proyecto. Cuando llegamos la reunión había terminado (todos se fueron rápido a ver el partido de futbol americano que estaba por empezar). A la reunión fueron unas 25 personas. Todo un éxito, conside 234


rando que es casi un cuarto de la población. La emoción de los alumnos por empezar es palpable. El grupo de edificios que arman el posible germen de urbanidad de esta localidad se compone de un bar/cantina/restorán y tres edificios abandonados, uno de los cuales será el centro cultural; los cuatro juntos en una misma cuadra, la única, sobre la ruta. Caminamos los dos lotes que nos separan y nos tomamos una cerveza en el saloon sacado de una película del far west, mirando el partido que juega Auburn (la Universidad estatal que sostiene el programa del Rural Studio) en esos momentos. A la noche, después de muchas vueltas por los tres condados, volveríamos a esta cantina para cenar con uno de los profesores del Rural Studio. Visita al patio posterior con la dueña del local incluida para definir si la entrada de servicio al escenario de verano se vería interrumpido por la obra del centro comunitario o no. Dejamos la mesa de alumnos y padres mirando el partido y vamos al Perry Lakes Park a ver las intervenciones del Rural Studio. De paso al parque paramos en Marion, una ciudad de 3500 habitantes, con hermosos edificios de antes de la guerra civil y estructuras comerciales e industriales de principios de siglo. Salimos a la ruta nuevamente y en un cruce, entramos a un camino de tierra, el ingreso al parque, entre arboles. Bajamos del auto y cruzamos el puente cubierto construido por los alumnos y de a poco empezamos a caminar al lado del pantano. El camino se convierte de a poco en una pasarela que te lleva a caminar por sobre el pequeño acantilado que te separa del pantano y te acercás a la torre de observación. Llevábamos el aerosol para matar a las avispas que nos avisaron nos esperaban en el ultimo descanso ahí arriba. Luego de la torre de observación, bajamos al pantano y esperamos al cocodrilo que realmente podía aparecer en cualquier momento. Los otros dos proyectos de alumnos en el parque son los baños públicos y el gran techo en la zona de picnics. Cada proyecto (entre diseño y construcción) duró dos años y medio; lo que vimos fue un trabajo escalonado de muchos años en este parque. En el 2002 el Pabellón, en el 2003 los Baños Públicos, en el 2004 el Puente Cubierto y en el 2005 la Torre. Todos trabajos de gran escala y compromiso estructural importante, en medio de la naturaleza salvaje, llevados a cabo por grupos de sólo cuatro alumnos. Nos vamos del parque con un respeto enorme por el esfuerzo realizado. No son ni las cinco de la tarde y seguimos camino viendo Casas 20Ks antes que se nos haga de noche. Luego pasaremos furtivamente por Newbern y veremos de paso los edificios públicos sobre la ruta, el RedBarn y la Morisett House; volveríamos a las afueras de Newbern a pasar a buscar al amigo de Xavier y finalmente volveríamos a Faunsdale a cenar a aquel lugar increíble de la mañana. Y así, mareados de ruta ya ni sabemos donde estamos al volver a Greensboro, lugar del que ya nos habíamos casi olvidado. Akron El domingo nos levantamos temprano, desayuno en la amplia cocina y salimos al jardín a buscar pecans nuevamente. Subimos al auto en el jardín de atrás y antes de arrancar el recorrido por las obras de Rural Studio en Greensboro, damos vuelta por las hermosas calles arboladas del barrio, mirando las casonas victorianas, algunas Antebellum (es decir, de antes de la guerra civil): gigantes palacios de madera, en las que el porche normal se ha convertido en un frontis monumental de columnas blancas, algunas con volutas, algunas con estrías, algunas simplemente hermosas. Las casas todas son de techos a cuatro aguas, hermosos cubos bancos de escala señorial en grandes parques y jardines con magnolias enormes, canteros con flores arregladas, y pequeñas casas de esclavos al costado. Greensboro es la capital del condado, aquí está el correo, las escuelas, el hospital, los tribunales. Es un pueblo de 2500 personas, muchas de las cuales van a trabajar a Tuscaloosa, la ciudad mas grande de esta parte de Alabama. El Rural Studio está en Newbern, una agrupación de 100 personas, a 10 minutos de camino rural de aquí, pero profesores y alumnos de quinto año viven en Greensboro y van todos los días hasta Newbern. En Grensboro hay una calle principal (Main Street) de unas tres cuadras, lo más parecido a una película del Far West posible, con un café, una peluquería, un gimnasio y varias tiendas de muebles y ferreterías. Esta relación de escalas entre localidades recién la empezaríamos a entender el Lunes, el Sábado teníamos todo mezclado en una ruta que se entrecruzaba en nuestras mentes como un nudo tridimensional. A poco de recorrer el barrio, ya estamos en la ruta nuevamente, en las afueras de Greensboro. Atrás de la cárcel del condado, los alumnos del Rural Studio construyeron la guardería para perros. Xavier nos explica que el Rural Studio es una institución activa en la comunidad; la municipalidad y diversos actores se acercan a ellos con necesidades. La guardería, un proyecto de ya 10 años atrás, fue un pensamiento surgido desde los alumnos, pero hoy en día es una institución independiente, una fundación que se encarga de proteger a los perros abandonados y conseguirles hogares en todo Estados Unidos. El edificio es un tubo gigante construido con pequeñas piezas de madera. Los proyectos del Rural Studio son cada vez más grandes y ambiciosos en escala y complejidad, el programa va aprendiendo de sí mismo, la historia institucional 235


agranda la experiencia colectiva. Pero los grupos de trabajo se mantienen siempre en cuatro alumnos. Es decir, las estructuras tienen que pensarse para poder ser construidas por cuatro personas, sin demasiado equipamiento profesional. Vaya si lo logran! Con pequeñas piezas ensambladas y mucho trabajo se pueden hacer grandes cosas! Nos saludan los perros, mientras nos asombramos cada vez más de la calidad arquitectónica de lo que vemos. Nuevamente al auto y nuevamente la ruta, porque Xavier tiene un plan organizado. Ayer fueron los condados vecinos, el parque y las casas 20K, hoy los pueblos cercanos y los edificios públicos. Y vamos a Akron a visitar el primer Club de Chicos y Chicas, que es un edificio tubular construido con casi la misma tecnología que la Guardería que acabamos de visitar. En estos pueblos lejos de todo (Akron está lejos de todo) no hay ningún club, ninguna biblioteca, ningún café, ningún cine, nada. En estos pueblos, los problemas de drogas y desocupación son rampantes. Los padres trabajan hasta las cinco de la tarde en otras localidades, a veces a más de una hora de auto. Los chicos van a la escuela a la mañana, los pasa a buscar el autobús amarillo y a las tres de la tarde los devuelve a casa. Es decir, los chicos tienen cuatro horas sin supervisión de nadie, cada día. Y en esas cuatro horas puede pasar de todo. El Club de Chicos y Chicas es una organización a nivel nacional que genera lugares de contención para estos chicos que no tienen dónde ir. Es literalmente un club, podés jugar a juegos de mesa, ping pong, podés jugar al fútbol, o podés sentarte a hacer la tarea. Esto es el hermoso edificio que estamos viendo, construido por cuatro alumnos. Desde este edificio, Xavier nos muestra el primer club de chicos y chicas construido por los alumnos del Rural Studio, hace más de quince años, en la otra esquina. Y me cuenta que nunca se pudo usar. Por qué? En los primeros años del Rural Studio, tanto profesores como alumnos estaban ansiosos por construir instituciones y sin mucho contacto territorial con los vecinos, construían los edificios, como este que vemos semi abandonado, en terrenos privados. El dueño de este en particular se quedó con el edificio y nunca activó la institución que supuestamente debía albergar. Desde experiencias como esta, el Rural Studio trabaja ahora con estos preceptos: todos los edificios públicos que construyan deberán estar en tierras públicas, con el aval y participación de los estamentos estatales correspondientes; cada proyecto deberá contar con una institución vecinal/social detrás que llevará adelante el trabajo cotidiano y la puesta en marcha de los programas sociales propuestos. Los juguetes que vemos por la ventana (es domingo, no podemos entrar) nos dicen que este club de chicos y chicas que visitamos hoy está muy bien usado, mantenido, cuidado y querido. Todo es trabajo voluntario; aunque conectado a programas federales que sostienen económicamente las actividades, todo esto que vemos es fruto de la gestión social a nivel local. Cruzamos las vías abandonadas del tren ya descontinuado y vamos al otro proyecto de Rural Studio en Akron, el Club de la Tercera Edad. Un edificio comercial de ladrillos abandonado al costado de la via, restaurado y ampliado para dar lugar a esta institución que da de almorzar a jubilados sin recursos, tanto blancos como negros, de esta ciudad abandonada y dividida racialmente. Xavier pensaba que ya no funcionaba, pero un cartel y la limpieza del lugar nos indica que si, que de lunes a viernes, de 10 a 12 los mayores pueden venir a comer, leer y ver una película en su centro de día. Se enoja porque sus alumnos trabajando en el centro comunitario de Faunsdale no han venido a visitar esta institución como él les había pedido. En busca de uno de los primeros trabajos del Rural Studio, un pabellón a cielo abierto en un terreno rural, nos adentramos por zonas cada vez mas rurales, cada vez mas extrañas. Esto es lo que comentaba Xavier, antes hacían proyectos sin mucho trabajo territorial y pasaban cosas como esta: un techo hermoso, sin demasiado programa, ahora queda en el medio de un bosque en un terreno rural privado al que no se puede acceder. Nos asomamos un poco pero no nos animamos mucho; estamos lo suficientemente lejos para salir corriendo si nos ataca un perro y lo suficientemente cubiertos por la vegetación para que el tiro de arma de fuego no pegue tan limpio. Al final del camino rural por el que íbamos, llegamos a la entrada de un parque. En el parque, un lugar de camping se ha convertido en una agrupación de Mobil-Homes permanentes. Mientras alguien baja una lancha de pantano al agua, nos adentramos por un camino de tierra al costado. Las Mobil-Homes que se acomodan al costado de la ruta flotan en el aire, sobre estructuras de madera o metálicas; nos damos cuenta que es una zona inundable. El camino serpentea entre casas acomodadas más o menos así, más o menos de otra forma. De un lado un bosque denso, del otro lado un espejo de agua quieta baja y serpenteante. El camino pasa entre autos estacionados, chatarra, buzones. Imaginamos asesinos escapando de la policía viniendo a vivir a este 236


lugar olvidado. Estamos en White-Trash profundo y nos costará unos kilómetros acomodarnos. Recordando la comunidad negra de UnionTown que habíamos visitado ayer, y la Plantación de Algodón de antes de la guerra civil con sus construcciones para los esclavos al costado de la ruta entre Faunsdale y Greensboro, entendemos la fuerza de estas instituciones sociales construidas por el Rural Studio en estas comunidades tan pobres, tan abandonadas y tan divididas. Greensboro Después de Akron, volvemos a Greensboro a ver alguna de las casas 20K que nos faltaban ver. Vemos la tercera, la cuarta, la quinta y la sexta en sucesión rápida, todas realizadas para Hero, una agencia de desarrollo local. Nos quedan algunas horas de luz y salimos a pasear por el Lions Park. Hacemos algunas cuadras y ya estamos nuevamente en las afueras de Greensboro, en lo que quiso ser un Parque Industrial periférico. Hace unos 10 años, luego del fracaso del área industrial, un grupo de activistas locales, el Club de Leones, se acercó al Rural Studio con la idea de armar cuatro canchas de beisbol para las ligas infantiles de Greensboro (el Rural Studio había trabajado ya con las ligas infantiles de Akron). Ese trabajo se convirtió en un desarrollo paisajístico integral de un parque urbano que ya lleva unos 10 años en implementación, y que el próximo domingo tiene la inauguración del ultimo proyecto realizado. Xavier nos cuenta la historia de 10 años de trabajo en forma cronológica y recorremos el parque entrando por la obra aún inconclusa, con indicios del trabajo reciente de los alumnos, ausentes hoy por boda de un compañero. La liga de Beisbol infantil es importante, es una de las únicas actividades que nuclea en un mismo lugar y hora tanto a blancos como a negros. El proyecto de las canchas crea un espacio central único, con un único puesto de ventas de panchos, desde donde los padres pueden ver las cuatro canchas al mismo tiempo. Un punto de encuentro multi-racial en medio del parque. Durante un tiempo este fue el único equipamiento del parque; alentado por el éxito, el Club de Leones se entusiasma, el Rural Studio se entusiasma y de a poco van sucediendo más proyectos (cada uno de los proyectos realizados, como de costumbre, por grupos de cuatro alumnos, diseñados durante todo un ciclo lectivo y construidos en el año y medio posterior): las puertas de ingreso y el master plan de todo el recorrido interno; los nuevos baños y el rediseño de un edificio industrial como superficie deportiva cubierta; el PlayScape (mezcla de nave espacial, instrumento musical, laberinto y área de juegos); el centro base de los Boy Scouts, una de las explanadas de Skate más grandes de Estados Unidos (algo que a precio de mercado costaría millones de dólares, construida por los alumnos con una beca de sólo 25.000 después de demostrar a la fundación que dio los fondos suficiente conocimiento técnico de las superficies planas, inclinadas y curvas de hormigón, como para ser aceptados como constructores de su propio proyecto); el área de ejercicio bajos los árboles y finalmente; las pérgolas todavía sin inaugurar. Pero el proyecto que más impresiona es el que todavía no se ve. Un grupo de alumnos se dio cuenta que si se seguía agregando piezas sin plan paisajístico, el parque nunca dejaría de ser una colección inconexa de momentos. Este grupo se puso la tarea de organizar espacialmente tanto los recorridos como las áreas intermedias. Hizo un trabajo de infraestructura paisajística. Movió tierra para crear topografías y manejar el escurrimiento de aguas superficiales dentro del parque, creó zonas de vegetación controlada, humedales y pastizales, plantó árboles para crear el fondo que tapizará las instalaciones industriales que afean la vista hacia el campo de futbol, se contactó con Piet Oudolf para crear una serie de planteros naturales con hierbas altas autóctonas para organizar el espacio entre canchas de beisbol; en fin: este grupo eligió desaparecer para dar lugar al desarrollo de un parque en el tiempo. Un trabajo de una madurez profesional que asombra. Asombra también el esfuerzo físico puesto en este trabajo que no deja marcas visibles: cuatro personas movieron grandes cantidades de suelo y plantaron grandes cantidades de árboles. Xavier me dice, Juan que no es nada, tenemos unas máquinas para mover tierra y plantar un árbol es hacer un agujero y nada más. No importa lo que diga Xavier, seguimos asombrados que cuatro personas hayan hecho todo esto que vemos y que esperamos visitar en unos años para ver su maduración en el tiempo. Ya con el sol bajando, hacemos unas cuadras más y llegamos el proyecto más lindo que hemos visto hasta ahora: el Club de Chicos y Chicas de Greensboro (ese lugar de acogida a chicos de sectores carenciados que no tienen donde quedarse después de la escuela hasta que sus padres lleguen a casa de trabajar). Y nuevamente el asombro ante el tamaño del edificio, ante la ambición de proyecto de los alumnos. Lo que vemos es un muy buen edificio, de más de 70 metros de largo, de unos siete metros de alto, de estructura de madera, cubierto en chapa metálica azul en el exterior, con un interior generoso y precisamente detallado en fenólico de calidad, con grandes lucernarios con entrada cenital de luz, para dar un ambiente acogedor y al mismo tiempo generoso. El edificio tiene además un gran espacio exterior, cancha de básquet, parrillero y demás, 237


que con una simple diagonal en uno de los lados se abre en deformación geométrica precisa al gran parque verde que se expande hasta el bosque cercano. El espacio exterior es más impresionante en escala que el edificio mismo. No puedo dejar de maravillarme por el hecho que cuatro personas hayan proyectado y construido todo esto, desde la primera reunión con el cliente hasta el último tornillo puesto en obra. Antes de volver a casa a esperar la hora de la cena, pasamos por el patio del hospital, otro proyecto de paisaje de hace unos años. De a poco empiezo a entender la influencia de Xavier en el desarrollo de la maduración arquitectónica de los proyectos del Rural Studio. Veo su mano en cada decisión, intuyo la pasión y el esfuerzo puesto en estos años. Todos los que entran en el influjo del Rural Studio terminan dando todo por el proyecto. Porque es hermoso y porque hay que hacerlo. Newbern El Lunes Xavier sale temprano a la reunión de coordinación semanal con los equipos de alumnos en obra, y nos deja desayunando. Vuelve Xavier en el auto oficial del Rural Studio y ya viene acelerado por un par de situaciones. Después de la primer sorpresa de ver a Xavier acelerado nos damos cuenta que el fin de semana ha terminado y que sus jornadas laborales son todas tan intensas como lo será la de este día: el trabajo del director del Rural Studio se parece al trabajo de un dueño de empresa constructora de escala familiar, al capataz de cada una de las obras de esa empresa constructora, al encargado de dirección de obra de cada una de esas obras, al proyectista de cada uno de los proyectos realizados por esa empresa constructora, y a veces, al trabajo del obrero. Durante el día, Xavier tendrá varias reuniones, en varios lugares geográficos separados millas uno de otro, reuniones necesarias para solucionar crisis en varias de las obras que se llevan adelante al mismo tiempo: el sábado se inauguran dos, un techo (enorme!) en la sede central de la escuela (Casa Morrisette) y las pérgolas del Lions Park. La reunión de las ocho de la mañana fue para “apretar las tuercas” de los dos equipos de Exta Left Overs (más de eso adelante) que ya están agotados y no ven la hora de terminar los trabajos, inaugurar e irse a casa. Los equipos arrastran bastantes errores de obra y Xavier también anda cansado; el domingo vimos todas las herramientas tiradas en el parque, dejadas al aire libre y en la obra del techo hay alguien que no deja de romper las pistolas clava-clavos (que salen 400 dólares cada una). Me dice Xavier que en esas reuniones dos de las alumnas lloraron, acusándo al equipo docente de estar torturándolos. Subimos al auto y nos dirigimos a Newbern, el pueblo donde están todas las instalaciones del Rural Studio, donde pasaremos todo el día. Llegamos directo al almuerzo en el Merchantile, la tienda de ramos generales que junto con el correo y la vieja municipalidad armaban el Main Street de esta localidad rural de 100 habitantes, antes que llegara el Rural Studio y su Red Barn. Nos espera Steve, el profesor que da clases con Xavier y almorzamos en una de las mesas escondidas detrás de las dos estanterías de esta tienda de ramos generales que podría estar tranquilamente en Beravebú o en María Teresa. Después del almuerzo Xavier tiene que ir a otro lado (nunca sabremos bien a donde tiene que ir) y nos deja para que caminemos un poco por Newbern. Vamos hacia el Subrosa, el hermoso memorial que construyó para Mockbee su hija cuando estuvo aquí un año como alumna del programa out-reach. Nos sentamos en el césped cerca del anfiteatro construido por los alumnos, donde hacen la fiesta de fin de año, el famoso Pig Roast. Dejamos pasar el tiempo tirados en el césped y el clima rural es más tranquilo aún que en Greensboro. Recién ahora entendemos las relaciones de escala entre estas localidades dispersas en este pedazo rural de Alabama. El Red Barn (sede de los talleres donde trabajan –a toda hora- los alumnos) está a distancia visual, en realidad hemos caminado menos de una cuadra, pero estamos en el medio de la nada, o en el verdadero centro de todo. Decidimos volver a la zona “urbana”, llegamos a la ruta y pasamos por la Biblioteca, el edificio comercial abandonado y ya estamos enfrente del Red Barn. Al lado del Red Barn está la oficina de correos y al lado, el Merchantile donde almorzamos. Cada edificio tiene un porche y eso es lo que arma la urbanidad de este tramo minúsculo de ruta rural perdida en el medio de la nada. Del otro lado hay una casa vaciada (que el Rural Studio usa como taller), la nueva estación de bomberos y la nueva municipalidad. Y eso es todo. Eso es el Main Sreet de Newbern. Nos sentamos en el porche del Red Barn y vemos pasar camionetas gigantes y enormes camiones llenos de troncos–la plantación forestal es una de las economías fuertes de la región. Hoy no estamos en la ruta, si no al costado de la ruta. El tiempo pasa distinto y está bien experimentarlo de esta manera. Entendemos el lugar. Estamos en el lugar. Xavier llega, tiene que reunirse con alumnos en el Red Barn, nos deja las llaves de la estación de bomberos y sigue camino. Cruzamos la ruta y entramos al edificio que ya recorrimos varias veces por fuera. Una estruc238


tura de columnas ensambladas de madera, con estructura metálica para arrostramiento, con un techo alto, enorme, de cabriadas muy elegantes de madera, recubierto en el exterior por policarbonato traslúcido protegido por persianas de madera. La primera vez que vimos este edificio el sábado, casi de noche, lo vimos brillando, iluminado al pasar por la ruta; un flash de contemporaneidad. El único cometido de este edificio es proteger que en invierno no se congele el agua de los camiones hidrantes (el agua está acá siempre en el camión, no hay caños), la piel exterior recibe el calor del sol en invierno, y está lo suficientemente protegida en verano. El edificio es hermoso. No puedo dejar de sorprenderme que sea obra de cuatro personas. Xavier dirá: Juan, pero si son sólo algunas columnas y un techo! Los bomberos tienen decoradas las instalaciones con fotos de los alumnos en cada una de las instancias de obra: Colgados de grúas, volando en el aire para ensamblar las vigas en las columnas. Héroes. Cruzamos nuevamente al porche del Red Barn sobre la ruta y llegan Steve y Jake, los otros profesores. Charlamos de los problemas que encontraron en las obras: los alumnos de tercero cavando los cimientos de la casa que empiezan hoy rompieron dos caños de agua, los del techo no dibujaron por dónde pasa la instalación eléctrica y Johny Parker detuvo todo antes que la topadora electrocutara a todos. Nadie sabe dónde está Xavier. Nuestro trabajo ahora es esperar al director. Se asoma Xavier y nos dice, ya se lo que podemos hacer, vayan caminando hasta el Morrisset House y nos encontramos ahí, yo tengo que hacer un par de cosas, los paso a buscar por ahí. Steve y Jake se van a cavar pozos de fundación en la obra que empezó hoy (la de los chicos de tercer año) antes que se haga de noche y nosotros seguimos las claras indicaciones del director y empezamos a caminar por la vereda al costado de la ruta en dirección a Morriset. Dejamos la “zona urbana” de Newbern y empezamos a estar en sus afueras. Cruzamos los jardines de las tres iglesias, una luterana, otra presbiterana y la otra evangélica, la más nueva de 1855, la más vieja de 1831, todas de madera blanca, una más hermosa que la otra. El sol del atardecer hace que el blanco de las paredes se contraste con el verde del césped y los colores otoñales de los árboles. Una postal tras otra. Increíble. Llegamos a Morriset con la puesta del sol y damos unas vueltas por el gran terreno (más de Morriset luego). Esperamos a Xavier sentados en el nuevo portal con vista al gran techo que se inaugura el sábado -en el que trabajan contra reloj los alumnos poniendo las ultimas maderas del cielorraso y terminando la instalación eléctrica, mientras al rededor grandes máquinas tiran grava para definir la nueva entrada al estacionamiento. Llega Xavier, con las llaves de la biblioteca y el ayuntamiento, nos subimos al auto y volvemos por el camino que hicimos caminando hace una hora. El sol está ya muy bajo cuando entramos a la Biblioteca de Newbern, el edificio de ladrillo pintado de blanco fue el banco del pueblo, al que los alumnos le hicieron una ampliación de madera extruyendo el bloque hacia atrás. Desde adentro una caja con paredes-estanterías de fenólico construye una continuidad espacial que unifica el espacio; esta caja, descentrada del eje del edificio protege, hacia uno de sus lados, espacios semi-secretos entre estanterías de libros: salas de lectura, mesas de estudio, espacios para que los chicos lean acostados. Cada uno de estos salones tiene una ventana hacia el patio/jardín exterior, también diseñado con mucho amor por los alumnos. Salimos de la biblioteca y ya es de noche. Cruzamos la ruta y vamos al Ayuntamiento. Un edificio construido con bloques de madera maciza simplemente apilados, con grandes ventanas fijas suspendidas mas allá del filo exterior (“No son las de Lewerentz, pero bueno…”, dice Xavier como pidiendo disculpas). Las maderas que definen la gruesa pared exterior protegen climáticamente el interior, el voladizo del techo protege los grandes ventanales. El espacio interior se divide en una gran sala pública (donde está preparada toda la parafernalia de votación, porque mañana se vota aquí mismo) y la sala de reuniones del intendente, hacia el lado de la ruta, con una gran ventana que mira (sin marco ni parantes) hacia la colección de edificios que arman el espacio publico de Newbern; un cuadro hermoso, una pintura de pueblo del far-west. Cuando salimos llega el intendente, que nos mira con cara de malo y nos dice “Trespassing!”. Se vota mañana y están todos los votos apilados en unas cajas, no deberíamos haber entrado. Le digo que tiene un hermoso edificio (y es verdad, podría ser un proyecto de Herzog & de Meuron); bromeamos un poco más con ir presos, la cárcel y eso y nos despedimos con buena onda. Desde el porche del Red Barn, ya listos para irnos, volvemos a mirar el gran ventanal de la sala del intendente y lo vemos trabajando en su mesa. El servidor público en plena noche de Newbern, demostrando su compromiso cívico a la comunidad que lo eligió. Quisiera repasar la secuencia que crea este momento actual de Newbern. El Rural Studio se establece en la Red Barn luego de unos años en Morrisette (la casona rural de las afueras). Los alumnos empiezan a ser parte de esta localidad mínima, usan el correo, compran en la granja. Estando en la comunidad se dan cuenta que no 239


hay estación de bomberos y que eso hace que las primas de seguros de la localidad sean muy altas (las casas son de madera). Logran convencer a la comunidad de conformar un grupo de bomberos voluntarios. Profesores y alumnos conforman ese grupo inicial, se entrenan. Consiguen que otras ciudades donen dos camiones hidrantes, recaudan 150.000 dólares en la misma comunidad, construyen el edificio para proteger los camiones hidrantes. Este edificio es el primer edificio público construido en Newbern en 100 años. Al tener este edificio, al tener un cuerpo de bomberos voluntarios, la comunidad empieza a reunirse más. En ese proceso, se dan cuenta que necesitan un lugar para las reuniones, que se hacen cada vez más habituales. El ayuntamiento se construye paralelo al edificio de Bomberos, creando un parque/jardín arbolado entre ellos, con un asador comunitario bajo los árboles, un espacio de una intensa urbanidad. Al mudar el ayuntamiento desde el viejo banco, los alumnos proponen crear una biblioteca, investigan los trámites necesarios para asociarse al sistema de bibliotecas rurales de Alabama, proyectan y construyen el edificio que acabamos de visitar, el último de los proyectos públicos construidos en Newbern por el Rural Studio, en este proceso colectivo de construcción de esta frágil comunidad rural al costado de la ruta. Morrisette El Martes Xavier sale temprano nuevamente y nosotros descansamos un poco más. Xavier vuelve a buscarnos con el auto del Rural Studio y nuevamente estamos en la ruta a Newbern (al final del viaje habremos hecho 1000 kilómetros). Llegamos directamente a Morriset, donde está todo listo para el almuerzo colectivo. Los Martes, Miércoles y Jueves, alumnos, docentes y staff almuerzan y cenan juntos, comidas preparadas por el equipo de cocina con ingredientes locales y de la huerta a cargo de Tim, el jardinero oficial del Rural Studio Farm. Explico que es Morrisett. El Rural Studio comienza sus actividades hace mas de veinte años en esta propiedad rural donada a la Universidad, en las afueras de Newbern, sobre la Highway 61. Una casona de madera en un lote rural generoso, de unos 100 metros de frente por unos 200 de fondo, más o menos. Antes todo pasaba acá, ahora las clases se imparten en el Red Barn, en el Main Street de Newbern. Aquí están las oficinas de administración, la cocina colectiva, la cocina profesional, la huerta, la granja, y las viviendas temporales de los alumnos de tercero. Hoy Martes todo está en movimiento, porque los contratistas están moviendo tierra y grava para dejar lista la primer fase del proyecto de renovación de las lógicas de ingreso al predio que se inaugura el próximo Sábado, junto con el gran techo que están tratando de terminar contra-reloj alguno de los alumnos que almuerzan (tan tranquilamente!) hoy con nosotros. En Morrisett se puede apreciar la maduración arquitectónica del proyecto educativo, como un palimpsesto de las posturas pedagógicas y disciplinares de las tres etapas del proyecto (no es casualidad que hayan salido tres libros del Rural Studio): la etapa inicial Mockbee, la etapa de transición y la etapa madura. De la etapa inicial quedan como registro las casas habitación de los alumnos (las llaman Pods). En el rincón derecho al fondo, bajo un gran techo porche (de carácter agreste y vernáculo, madera cruda, troncos torcidos) que funciona como un boulevard urbano-rural, se acomodan, todas juntas y cada una como puede, estas casitas individuales, cada una construida con un estilo hippie-freak ad-hoc. Experimentaciones libres, tanto en forma como en materialidad, que toman todas las licencias posibles, en cuanto a gustos, calidades constructiva, lógicas de terminación (en realidad no parecen terminadas). Esta es la arquitectura que hizo famoso al Rural Studio en un primer momento, algo que los emparentó (en algunas mentes para siempre) con las lógicas de experimentación (de autogestión-poética-libre-constructiva) de experiencias como Paolo Soleri o Ciudad Abierta de Ritoque. La escala individual quedaba determinada por el corto tiempo de realización, (cuatro meses entre pensamiento y construcción) y los extremadamente bajos recursos disponibles en aquellos primeros momentos. La filosofía del do-it-yourself por arriba de cualquier coordinación entre los esfuerzos, lo colectivo una simple suma por acumulación cronológica de los esfuerzos de cada grupo de trabajo. El momento de transición lo entiendo cuando Xavier nos cuenta el verdadero significado de las extensiones que vemos en la parte trasera de la casa original. Lo que había sido una suma de agregados construidos a lo largo del tiempo ha sido homogeneizado por una estrategia de piel de madera continua realizada como proyecto de tercer año por una sola alumna, que luego de clasificar los restos de madera acumuladas en los depósitos, utilizó los distintos tipos en franjas alternadas en esta nueva piel. Es claro que en la etapa de transición el elemento de continuidad que intentó organizar los esfuerzos colectivos fue el equipo docente. Entendiendo la continuidad de los proyectos en el tiempo, las estrategias proyectuales propuestas por los docentes intentaron mantener una línea de actuación que dotara de coherencia a las intervenciones. (Esto 240


también sucedió en el proyecto de las casas 20K). En Morrisette, las intervenciones intersticiales y la nueva piel homogeneiza varias intervenciones: lo que fue la primer extensión de la cocina (hoy la cocina de los alumnos), el porche que se extiende comunicando con la cocina industrial, a la que se acopla ortogonalmente un bloque de servicios bastante extenso, el refrigerador industrial (construido por los alumnos a muy bajo costo, comprando sólo la puerta y trabajando con muy buena aislación), los baños (con diseño interior con los restos de la madera de la biblioteca de Newbern), el depósito fresco (con refrigeración natural de captación subterránea), todo esto articulado con el gran techo/porche donde comemos este mediodía, al fresco y con vistas a los puntos cardinales del sitio y del proyecto educativo. Completando esta piel de madera, unos escalones arman la continuidad con el jardín, dando vuelta el frente de la casa, respondiendo al nuevo master plan de Morrisett. Caminado ayer a la tarde recorriendo el jardín, pudimos ver desde atrás como esta nueva continuidad material y este nuevo bloque de líneas largas dan la escala arquitectónica necesaria en este gran lote rural. Xavier me confirma que todo esto ha sido construido por los alumnos de tercer año, sus alumnos. Se ve claramente su visión arquitectónica unificando estéticamente los esfuerzos individuales. El momento actual, el momento de maduración del proyecto educativo está marcado por los dos grandes proyectos en marcha: el enorme invernadero a un costado del terreno y el enorme techo de la superficie de trabajo para mock-ups al otro costado. Proyectos edilicios de gran escala que no pueden ser llevados adelante por un solo equipo de cuatro alumnos (ni aún con el esfuerzo desmesurado que hicieron los que construyeron este techo gigante!) y que necesitan de un plan maestro que articule su desarrollo en el tiempo. Ese plan maestro también es un esfuerzo colectivo, construido en base a la participación activa de todos los miembros de la comunidad del Rural Studio: el ambicioso proyecto de Rural Studio Farm, tal vez el más radical y ambicioso de todos los proyectos a la fecha. Al darse cuenta que los alumnos de tercer año viviendo en Morrisett (aún hoy en los pods hippies) no tenían demasiadas ofertas para comer y que fatalmente terminaban comprando en el Mac Donald’s de Greensboro, el Rural Studio Farm comienza como un intento de ofrecer comida sana a los alumnos. Ese primer impulso termina en un master-plan ambicioso que utilizará toda la parte delantera del terreno (a la vista de la comunidad y con mejor sol) para una enorme huerta (el proyecto triplicará el espacio utilizado en estos momentos), seguirá por detrás de la casa en un bosque de árboles frutales en permacultura y terminará en el enorme invernadero trabando con agua de lluvia recogida en los mismos tanques donados para el PlayScape del Lions Park, reciclada y circulada en base a energía eléctrica generada por paneles fotovoltaicos (el edificio, hoy ya con sus vidrios puestos). El Rural Studio Farm producirá comida que llegará a la comunidad rural adyacente y educará sobre las posibilidades de volver a cultivar la comida propia. (En esta zona rural se da la paradoja de la inexistencia de huertas y del uso del supermercado como única alternativa para acceder comida procesada; un food-desert, en medio del campo). Resultado de este ambicioso proyecto, los cambios de ingreso en plena construcción para la inauguración del Sábado. En un próximo viaje, en algún año cercano a una sociedad nueva, visitaremos la Casa Morrisette del Rural Studio, rodeada de la gran huerta orgánica, franqueada por el gran techo del taller de maquetas escala 1:1 y el gran invernadero lleno de plantas verdes, en plena reconstrucción colectiva de la fábrica social, edilicia y ecológica de lo destruido por la ignorancia, la codicia y la discriminación. Red Barn Después del almuerzo comunitario en Morrisette nos vamos al Red Barn en Main Street Newbern, donde nos esperan los alumnos de quinto año para la critica de sus proyectos en marcha. El Red Barn es el edificio al costado de la Highway 61 donde trabajan los alumnos y donde se imparten las clases del Rural Studio. El Sábado a la noche habíamos ingresado subrepticiamente para recorrer esta instalación que desde afuera parece caerse a pedazos. Una vez dentro, el interior y la escalera torcida refuerzan esta impresión: este edificio puede caerse en cualquier momento! El edificio, que tuvo algún pasado comercial o industrial, tiene una planta rectangular alargada, con su lado más corto dando frente a la ruta. La planta baja está dividida en dos, organizando dos espacios finos y largos a cada lado del edificio. En un lado está el estudio de los alumnos de tercero, que el sábado a la noche habían dejado sus dibujos de estudios de fachada de edificios históricos del sur sobre los tableros, los primeros intentos de acuarela apenas empezados. El Lunes, esperando a Xavier en el porche, no quisimos interrumpir la presentación de estos dibujos, ejercicio de su clase de historia. El Sábado a la noche visitábamos el Red Barn porque Xavier quería explicarnos la secuencia de desarrollo de las veinte casas 20K. Para eso fuimos al otro espacio rectangular fino y largo de planta baja donde están siempre enchinchadas las fotos, cortes y plantas de las todas las casas 20K construidas hasta hoy. La idea que tiene Xavier es la de un proceso de optimización y crítica constante de las variables del proyecto; tener siempre pre241


sente los casos anteriores en el ámbito de trabajo ayuda a la pregunta constante sobre cómo mejorar en las próximas ediciones. El Sábado también subimos al estudio de planta alta. Ahí no hay pared divisoria, el espacio único reúne a grandes tableros, sobre los tableros, cantidades enormes de papeles demuestran que se realiza un trabajo febril. No hay nadie y todos parecen haber salido en un instante, dejando todo en pausa hasta volver a trabajar. Vemos los planos del edificio que habíamos visitado a la mañana donde se ubicará el centro comunitario de Faunsdale, los mismos planos que estaban colgados ahí a la mañana en la reunión con la comunidad. Vemos pizarrones donde se anota el cronograma de actividades semanal y los responsables de llevar a cabo cada tarea, más y más papeles; un híbrido perfecto entre taller de proyecto de cualquier escuela americana (donde cada tablero es de un alumno durante todo el cuatrimestre) y una verdadera oficina profesional con varios proyectos en marcha al mismo tiempo. Xavier nos señala un mapa de Estados Unidos colgado en la pared con algún que otro chinche marcando pueblos aquí y allá. Este mapa está colgado en la pared hace años y nadie se atreve a bajarlo. Ya nadie sabe porque se marcaron las ciudades. Los alumnos que llegan cada cuatrimestre aceptan cada una de las cosas de este Red Barn con respeto mítico. Capas y más capas de historias se acumulan aquí. Aquel Sábado a la noche daban ganas de quedarse a seguir husmeando, pero es tarde y ya pronto volverán a trabajar los alumnos, trasnochar un poco y avanzar para la crítica del Martes. El programa del Rural Studio forma parte del cursado de la carrera de Arquitectura de Auburn University. A diferencia de muchas universidades que ya han dividido la educación de arquitectura en dos programas separados y correlativos: Bachelor y Máster, Auburn todavía usa el formato Profesional de cinco años, una currícula bastante parecida a lo que podríamos tener en cualquier facultad Argentina. Un alumno de Auburn, al terminar los cinco años de educación arquitectónica ya está capacitado para acumular las horas necesarias (firmadas por un arquitecto que certifique la experiencia profesional realizada) para rendir los exámenes de acreditación profesional. En los Estados Unidos, los títulos universitarios en arquitectura no son títulos habilitantes, el título de arquitecto se gana después de aprobar ocho exámenes cuya responsabilidad recae en el Instituto de Arquitectos de cada estado, nuestros Colegios de Arquitectos). Los alumnos de Auburn pueden venir a estudiar al Rural Studio en dos oportunidades en su carrera: en alguno de los semestres de tercer año y en todo el último año de tesis, el quinto. En tercero la selección se hace por simple sorteo, en quinto la selección se hace por curriculum académico y portfolio de proyectos. En tercer año, al ser más corta la estadía, los trabajos de diseño y construcción son más chicos, continuaciones de trabajos anteriores, o realizados en grupos mayores. Los trabajos de tesis de quinto año llevan más tiempo, un año de trabajo en grupos de cuatro alumnos, sólo para la fase de diseño y planificación. Al final del ciclo lectivo, el equipo docente decide si el trabajo de diseño está lo suficientemente desarrollado como para pasar a la fase de construcción. Para esto, una vez recibidos, los alumnos se quedan un año mas (Left-Overs) y como la mayoría no llega a terminar en un año, algunos meses más de otro año más (los Extra Left-Overs), como los que inauguraron tanto las pérgolas en el Lions Park como el gran techo en Morrisette el Sábado pasado. Entiendo su cansancio! Hace dos años y medio que andan por acá, trabajando sin parar. Los alumnos que se quedan a construir los proyectos reciben apoyo de los docentes con algún que otro trabajo en el Rural Studio y si bien no son más alumnos, siguen recibiendo apoyo del seguro de salud de la universidad, pero en realidad están donando su tiempo y trabajo. Volviendo al Martes, después de almorzar fuimos al Red Barn para participar como jurados invitados en la critica de los dos trabajos en marcha: la casa número 21 del sistema de vivienda 20K y el centro comunitario de Faunsdale. Es la primera vez que me toca criticar proyectos a alumnos que van a construir lo que están mostrando. La conversación es otra. Sigue siendo de diseño (y bastante conceptual, porque estamos recién al principio del proceso) pero con un énfasis y compromiso distinto. Los alumnos saben que están metidos en una aventura larga e intensa y así escuchan: con atención e intensidad. Se están jugando dos años y medio de sus vidas, el momento final de su educación arquitectónica y el primero de sus trabajos profesionales construidos. Los alumnos presentan primero el trabajo conjunto realizado al arranque del cuatrimestre, una serie de nueve workshops de dos días cada uno dictado por una lista de docentes invitados, cada uno enfocado a puntos específicos de los proyectos, donde todos trabajaron en todos lados, dando tiempo a conocerse entre ellos y a definir en cuál de los proyectos les gustaría trabajar. En una presentación muy concisa, nos explicaron las conclusiones de cada workshop para cada uno de los proyectos. Luego de esta presentación general, siguió el turno del equipo de la Casa 20K, ya trabajando en grupo desde hace tres semanas. Arrancan su presentación con un recuento muy preciso de los preceptos iniciales de la primer casa 20K y con un análisis de costos y extrapolaciones al momento actual plantean el costo económico posible de la casa que van a diseñar, para seguir dentro de los parámetros de accesibilidad económica del proyecto. El proyecto de casas 20K ha 242


elegido a tres de sus prototipos como Model Studies, para ofrecerlos como productos en el mercado de vivienda local y reemplazar como opción más barata de vivienda a los Mobil Homes. Estos alumnos plantean que entonces su propuesta será una posible cuarta Casa Modelo, esta vez accesible universalmente (rampas y baños para discapacitados) y de dos dormitorios. Analizan cómo los casos anteriores de Casas 20K de dos dormitorios ampliaron excesivamente la superficie y multiplicaron los costos e intentan establecer los parámetros para mantener los porcentajes de metros cuadrados equivalentes. Nos explican todo esto con una serie de estudios precisos de casos de estudio, donde con gráfica diagramática muestran el espacio mínimo permitido por los muebles y el espacio en “exceso”. Aprendemos mucho. Nos muestran también un estudio de amueblamiento y post-ocupación de las 20 casas anteriores, junto a estudios muy claros sobre recorridos y visuales, estudiando los preconceptos y el verdadero uso de los espacios. Nos explican el estudio sobre los porches que recién empiezan a llevar adelante y terminan la presentación mostrándonos los siete esquemas trabajados para hoy. Se los ve ansiosos, es claro que quieren que le digamos cuál de los siete esquemas son los mejores. Nuestro aporte ese día fue pedirles que trataran a los esquemas que han propuesto con la misma rigurosidad con la que analizaron los casos de estudio, aplicando las mismas lógicas, tanto en análisis de superficies como en recorridos y visuales. Y que usaran la gráfica diagramática no como herramienta analítica posterior, si no como herramienta propositiva con potencial plástico. Les pedimos que vuelvan a analizar los casos de estudio incluyendo al Porche como un ámbito funcional de la casa, que incluyan su mobiliario, las escaleras de ingreso y la puerta, estudiando las relaciones de contigüidad programática que ofrecen entre exterior e interior. (El Porche es el cuarto más usado de estas casa del sur americano) Y que luego de ese análisis lo incorporen a sus esquemas, como una pieza más del juego. Les pedimos que sean mas lúdicos con los esquemas, rotando piezas, cambiando de lugar el porche, etc, pero que al mismo tiempo sean rigurosos con la jerarquización de prioridades, para que puedan evaluar las posibilidades y ser capaces ellos mismos de determinar cuales son los mejores esquemas. Y finalmente agregamos que tal vez estudiar todo desde la planta no sea lo suficientemente determinante, que a veces combinar estos estudios con alguna intuición formal de la figura exterior de la casa (alargada con porche adelante vs gorda con porche al costado, por ejemplo) puede ayudar a imaginar soluciones que en planta son difíciles de visualizar. El próximo turno fue para el equipo del Centro Comunitario de Faunsdale. Nos cuentan la historia urbana de Faunsdale, nos cuentan el estado arquitectónico del edificio que tienen que renovar (el techo no sirve, la pared de atrás tampoco), sus posibilidades de reforma (protección térmica al interior para mantener el registro histórico de la pared exterior), nos cuentan que han recorrido Alabama visitando Centros Comunitarios en localidades cercanas, que algunas de sus autoridades les han dado consejos sobre el tipo de ayuda económica a pedir al gobierno federal y estatal, nos cuentan de sus primeros intentos por acercarse a la comunidad para entender sus necesidades e imaginar que tipo de actividad puede suceder en el edificio, nos cuentan de la experiencia del Sábado (a la que nosotros llegamos un poco tarde) donde 25 personas visitaron el edificio y charlaron con los chicos sobre el proyecto y charlamos de dos cosas que sucedieron ese día mientras limpiaban la maleza que rodeaba al edificio: el pozo ciego encontrado y el conflicto con el portón de ingreso del escenario posterior del restorán de Jennifer. Se decidieron varias cosas en nuestra conversación: uno, que hay que pedir un certificado de amojonamiento lo antes posible para saber si la vecina Jennifer tiene razón en tapar el posible uso público exterior del patio de atrás del edificio; y dos, que el espacio interior es lo suficientemente amplio y flexible como para acomodar todos los posibles usos comunitarios para este pequeño pueblo de menos de 100 personas y que no hace falta extender el edificio. Un plano con los espacios de reunión de los que ya disponen hoy (iglesias, municipalidad, bar, restauran) servirá para mostrar a los vecinos que no es necesario ampliar. Una maqueta a gran escala será la herramienta necesaria en estos momentos para pensar espacialmente las estrategias de actuación en el espacio interior. A lo que agrego que el trabajo puede ser todavía conceptual y formal: espacios dentro de espacios vs objetos dentro de objetos, cosas colgando del techo vs cosas saliendo del piso, etc. Les digo que una vez aclarado el panorama formal, la cosa se encaminará más fácil. Dejamos a estos chicos entusiasmados con sus proyectos, y la verdad que más que nunca esperamos haber hecho nuestro trabajo! De la crítica nos vamos a cenar y a la casa Steve (uno de los profesores), para esperar los resultados del escrutinio de la elección y empezar a presenciar la hecatombe que nos atraganta hasta hoy. La presidencia Trump. Epílogo Dejamos al equipo docente en estado de shock la noche del recuento de la elección de Trump, nuestro retorno 243


al aeropuerto el miércoles a la mañana se hizo en silencio. Xavier volvía a la reunión de docentes de cada semana y después habrán almorzado juntos (docentes, alumnos y staff), la comida preparada con los productos de la huerta, y seguro Xavier seguirá recorriendo las obras que inauguran el Sábado. Porque Sam Mockbee empezó este programa hace veinte años bajo el auspicio de las políticas progresistas del mejor Clinton, pero después, Rural Studio sobrevivió los ocho años de Bush. El Rural Studio ha sobrevivido crisis económicas y la gran crisis social desatada después de la caída de la torres. Ha sobrevivido la muerte temprana de su fundador, justo en el momento de la consolidación de su idea inicial. Por supuesto que, resultado de los cambios políticos que se vienen, las condiciones económicas de la zona se deterioran, todo el proyecto se resentirá; pero las condiciones para resistir están dadas por la madurez autónoma del proyecto. El Rural Studio ha construido suficiente autonomía para sobrevivir a Trump y a mucho más. No dejo de pensar en lo transformador de la experiencia vivida. Puedo hacer grandes esfuerzos para transcribir lo visto, pero no le haré justicia. Estar ahí es entender, lentamente, la profundidad de lo alcanzado. Una conjunción precisa entre claridad pedagógica, rigor disciplinar, conciencia social y construcción colectiva. Luego de recorrer durante cuatro días el esfuerzo titánico del Rural Studio en la zona rural más pobre del estado más pobre del país más rico del mundo, llegamos a la conclusión que sólo la participación activa de colectivos cívicos organizados podrá sacarnos del atolladero en el que nos encontramos y que la única escala posible para estos colectivos es la local. Desde territorios propios, íntimamente conocidos, donde nuestra participación sea natural, desde el trabajo cotidiano. No será fácil, pero esta gran construcción colectiva de lo nuevo deberá empezar desde el trabajo territorial propio.

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Chicago: Territorio de Inmigrantes [en línea]. Michigan Papers. 25 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/chicago-files-territorios-inmigrantes.html

Chicago, Territorio de Inmigrantes

Chicago siempre ha sido una ciudad de inmigrantes. En realidad, primero fue de migrantes: la zona donde se encuentran los ríos que vienen del sur con los lagos que conectan con el norte fue tierra propicia para el intercambio comercial entre pueblos originarios distantes. El comercio se realizaba en verano, y después, cada uno volvía a su sitio. El mito fundacional de Chicago es que su primer residente estable a finales del 1700 (el primero que se animó a quedarse en invierno en esta tierra inhóspita), fue un tal Jean Baptiste du Sable; un negro francés, esclavo liberado del Caribe, casado con una Potawatomi. Chicago fue desde siempre una ciudad de frontera, de inmigrantes. Y es historia reciente, arrancando como ciudad recién en 1837. En 1871, como ciudad de madera de 350.000 habitantes se prende fuego casi totalmente. En 1880 ya tiene medio millón de habitantes, ya reconstruida como ciudad moderna, y ahí comienza la expansión de la que fue la ciudad de mayor crecimiento en el mundo en esos años: 1890: 1.000.000; 1900: 1.700.000; 1910: 2.100.000; 1920: 2.700.000; 1930: 3.370.000. La mayor parte de los barrios de la ciudad como los conocemos hoy se construyeron en esos cincuenta años. A esa ciudad, la quemada y la reconstruida, la hicieron los inmigrantes, por el simple hecho de que antes ahí no había nadie. Esos tres millones de personas eran irlandeses, alemanes, judíos rusos, italianos, a la que se sumaron la migración interna pos-guerra civil de los negros del sur (Illinois peleó del lado abolicionista, mientras que Saint Louis por el esclavista). Los barrios históricos se fueron construyendo coagulando estos flujos migratorios, cada comunidad de organizaba construyendo sus lazos territoriales: su iglesia, sus restoranes, sus mercados, sus tiendas, sus lazos comerciales, sus redes profesionales, sus micro-economías locales: los barrios italianos, los barrios irlandeses, los barrios alemanes, los barrios polacos; luego los barrios negros, los barrios latinos, los barrios chinos. Todo esto hace que Chicago sea una ciudad profundamente multi-cultural al tiempo que espacialmente segregada. Si bien la población urbana (dentro de los límites de la ciudad) se ha estabilizado en unos casi 3 millones, la zona metropolitana, hoy con 10 millones de habitantes, recibe desde los sesenta y hasta el día de hoy, una larga historia de migraciones desde México, Centro América y Asia, con la ola más reciente de Europa del Este después de la caída del muro. Que la inmigración estaba viva en Chicago yo lo veía en el tren al trabajo en mi primer año: la línea roja atraviesa barrios claramente diferenciados por procesos migratorios recientes: vietnamitas, jamaiquinos, etiopíes. Con mis amigos íbamos a comer a un montón de restoranes étnicos evidentemente manejados por sus dueños, con habitués claramente conectados con sus tierras de origen. Te tomabas un taxi y el que manejaba era iraní o iraquí. Mi supermercado era croata, a tres cuadras la zona hindú se cruzaba con la pakistaní. Cuando empecé a trabajar en SOM, más de la mitad de mis compañeros de trabajo eran extranjeros, la mayoría con claras intenciones de quedarse. Cuando volví a dar clases en UIC, universidad estatal de Illinois y con muchas becas y ayudas económicas para residentes locales, casi un tercio de mis alumnos era extranjeros o de primera generación: latinos hijos de inmigrantes ilegales, bosnios y croatas de familias que escaparon la guerra civil de la Ex-Yugoslavia; ucranianos, estonios, polacos, el amplio abanico de la diáspora post-soviética. Vivir en Chicago me hizo dar cuanta de lo parecidos que somos todos en Rosario. En Chicago, la coexistencia urbana implica necesariamente la aceptación de la diferencia; todos somos profundamente distintos, conviviendo en aceptación. En los mejores momentos esto se vive como una celebración: en las fiestas en los barrios, en los festivales culturales, en las calles del verano. Hay tensiones, pero esas vienen de otro lado. Lincoln Square, el barrio de Mike, donde nos estuvimos quedando en este ultimo viaje, era el barrio alemán. La Oktober Fest se celebra en su calle comercial, que sigue teniendo carteles con las típicas letras góticas. Mike le compró su casa a un alemán que vivió siempre en ella, desde que llegó de Alemania con su mujer escapando de la guerra. Las casas de barrio en Chicago, las de ladrillo y techo plano, se llaman Two-Flats, que quiere decir dos apartamentos. El inmigrante se compraba o construía (con crédito) la casa, y vivía en la unidad de arriba y alquilaba la unidad de abajo. Se iban a vivir en barrios todos más o menos juntos, dependiendo de las redes de ayuda que hubieran construido, se constituían en comunidad, se organizaban en sus iglesias, y armaban sus calles comerciales propias. Yendo a la playa el domingo pasamos por Andreson Ville, un barrio de inmigración Sueca, con un restorán famoso, Svea, para “desayunar como un vikingo”. Y así por toda la ciudad, rincones donde la gente se fue juntando y armando su lugar. Después de la playa Mike nos dejó para que camináramos un rato por The 606, el nuevo parque lineal que han hecho aprovechando una vía de tren abandonada hace mucho y, ya que estamos, tratar de copiar el éxito (inmobiliario?) de la High Line de Nueva York. Esto no es Chelsea y me interesaba mucho ver como se estaba desarrollando la posible gentrificación (si es que la hubiera) a su alrededor. Así que encaramos para la parte más alejada del recorrido, la que se mete en pleno barrio mejicano de Humboldt Park. En los lotes cercanos al 245


parque elevado y en las calles que dan a las subidas, pude ver construcciones nuevas, casas especulativas para alquilar, condominos para vender y casas contemporáneas individuales diseñadas por arquitectos. No mucho, pero se veía movimiento. Quiere decir que en menos de un año el parque ya puso en el mapa (del mercado) a esta parte de la ciudad. Con Agus nos animamos a caminar bajo el sol alejándonos un poco del parque: ahí empezaba un Chicago más real. Barrios de casas que claramente tuvieron un pasado mejor, con un presente igualmente digno. Autos estacionados en la vereda de unos veinte años promedio, signos de un verdadero barrio humilde. Era domingo a la tarde, la gente todavía estaba en sus pic-nis de barbacoas, pibes corriendo por todos lados. Gritos en español, gente que volvía del servicio o de las reuniones en la iglesia, música mexicana, alegría popular. Sabrán lo que se viene? Porque a esta ciudad la salvaron los inmigrantes, sobretodo los mexicanos y centroamericanos que la sostuvieron en los 70, 80 y 90 mientras la ciudad perdía población; pero ahora los ricos la están reclamando de nuevo. Se nos hacía tarde y después de una vuelta por el infierno hipster llegamos a Ashland Avenue para encontrar el restorán donde habíamos quedado con Mike: Mariscos Veneno, una maravilla que encontramos hace un tiempo. A dada cuadra que pasaba desde la esquina de Milwaukee que no lo encontraba me ponía más nervioso. Cuando llegué a la esquina que reconocía, no ver el cartel me preocupó: gentrificaron Mariscos Veneno! Yo ya estaba que trinaba. Falsa alarma. Simplemente cambió de nombre: se llama ahora Mariscos Alegría (me gustaba más veneno), pintaron de azul la fachada y arriba hicieron un salón de fiesta. Todo está en orden: Alegría Mariscos sigue siendo un rincón Nayarit tan auténtico como sus cangrejos en salsa picante. Ah! Y el picante que te traen para las tortillas: es picante a morir! Cenar en Mariscos Alegría es un espectáculo, ver a la gente (tan humilde!) disfrutar esos manjares del mar, tan bien preparados que seguramente los hacen sentir en casa, es hermoso. Sentarnos con Mike a enfrentar a esos cangrejos a pura mano “limpia” es tradición. Ojalá este rincón de autenticidad popular aguante el empujón hipster.

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Chicago, Los Paisajes del Transporte [en línea]. Michigan Papers. 24 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/chicago-files-los-paisajes-del.html

Chicago, Los Paisajes del Transporte

La cuidad en tren Mi primer año en Chicago, cuando vine a estudiar, vivía lo más al norte que se podía estar sin salir de la ciudad, al final de la línea roja, en Edgewater, un lindo barrio cerca del lago. Todo ese año estuve tan falto de plata que el pase gratis que me dio la escuela para usar el transporte público me salvó la vida; eran 75 dólares al mes que no tenía. La CTA (Chicago Transit Authority) es municipal y maneja todos los metros (The L) y los buses. El sistema urbano funciona bien, con los buses alimentando las líneas troncales del metro, que cruzan la ciudad de norte a sur y de este a oeste. Complementando todo este sistema está el Metra, el sistema de trenes suburbanos, manejado por el estado provincial (Illinois). Sistemas estatales, altamente subsidiados, lo más eficientes posibles de acuerdo a las circunstancias de presupuestos públicos cada vez más ajustados. Ese primer año vivía tan al norte que tenía 45 minutos de viaje en la línea roja hasta llegar al centro a las dos estaciones posibles para la transferencia via túnel (subterráneos de una cuadra de largo cada uno) a la línea azul, que en otros 7 minutos, me dejaba a la escuela. El principio del recorrido en la roja era por arriba (de ahí el sobrenombre, The L, The Elevated Train), y era muy lindo ver despertar la ciudad desde el tren. Un particular paisaje de fondos de lote y contra fachadas se desarrollaba en este tramo. Y miradas de reojo a las calles que cruzaban las vías, comerciales en las cercanías de las estaciones, domésticas y arboladas en los tramos intermedios. En verano muy verdes, en invierno muy blancas. Me daban ganas de parar en cada estación y recorrer los barrios. Nunca tuve tiempo de hacer eso y recién en este viaje pude conocer algunos de los barrios que crucé sin detenerme ese primer año. Mi primer taza de café con leche la tomaba en casa, y la segunda en el tren, con mi vaso térmico con tapa. Leía el diario gratis o la lectura atrasada para las clases teóricas o seminarios y compartía el tren con toda la gente que iba a trabajar o estudiar y hacía lo mismo que yo: aprovechar la hora de tren para leer (imagino que ahora estarán todos con sus I-Phones). Llegar a la estación a unas diez cuadras de casa en pleno invierno era todo un desafío y esperar el tren en la intemperie ahí arriba, mucho más. Corrías desesperado para llegar al calentador del kiosquito de espera, que te calentaba el marote atravesando el gorrito. Entrar al tren calefaccionado era un alivio muy grande. En verano la simetría era perfecta, escapabas del calor metiéndote en los trenes con aire acondicionado. La gente iba subiendo de a poco, yo subía en un tren casi vacío (sólo dos estaciones anteriores a la mía) y de a poco se llenaba. En algún momento la cosa estaba tan atiborrada que el tren ya no paraba. Llegar a las estaciones de transferencia era salir con una marea de gente y cruzarse con otra marea que hacía al revés que uno, en vez de la roja a la azul, de la azul a la roja. La ciudad en bondi Cuando estás en una ciudad todavía desconocida, el subte te ofrece una claridad muy bienvenida: sabés más o menos por dónde vas, tenés pocas opciones para bajarte y las opciones están claramente marcadas en casi todos los mapas. Los colectivos son cosa distinta: nunca sabés bien por dónde vas y las opciones de perderte se multiplican exponencialmente, cada cuadra es una oportunidad para salir a una trama urbana desconocida. Al final de mi primer año en Chicago, me mudé al centro. Las distancias eran más cortas, el colectivo se presentaba como la mejor opción. El 151 venía por Lake Shore Drive y yo me lo tomaba cuando entraba a Michigan Avenue, y de ahí, menos de 20 cuadras, al trabajo. La misma rutina del tren, pero mucho más corta. Si salía con tiempo, podía ir caminando. Los colectivos en Chicago sirven tramos cortos, casi siempre para o como transferencia con el subte. Los tramos extensos por avenidas se hacen muy largos por el tránsito o los semáforos. Hay que tener mucho tiempo o paciencia si vas en bondi en estas ciudades. Al momento en que te metés en el tráfico urbano, empezás a entender la necesidad de las autopistas, de no tener que parar a cada cuadra (porque acá cuando hay un cartel de Stop, significa parar del todo, y están en casi todas las esquinas). Me fui tres años a vivir a otro lado y cuando volví a Chicago, volví casi a la misma cuadra. Mi trabajo quedaba ya en otro lado y el subte volvió a ser opción, roja y azul, transferencia en el túnel, sólo que un tramo mucho más corto. Para entonces ya había descubierto muchas más rutas de colectivos interesantes, sobretodo las que iban por las poces diagonales de la ciudad: Milwaukee o Lincoln Ave. O las transversales a los momentos en diagonal de las líneas de subte: el 8 en Halsted Street, por ejemplo. Y negocié ansiedad por perder el sentido de la orientación por el placer de descubrirme cada día más local conociendo esquinas nuevas. Igualmente tu Chicago en colectivo se reduce a las grandes avenidas, distribuidores urbanos anchos y sectores comerciales de cada barrio, no siempre las calles más lindas de la ciudad, simplemente las más eficientes. La ciudad en Autopista Muchas autopistas llegan a Chicago, pero hay dos que estructuran su sistema metropolitano: la dupla I-90/I94 que corren norte-sur y la I-290 que va al oeste, porque al este se termina todo, está el lago. (La I viene de Inter-estatal, si seguís al oeste llegás en algún momento al Océano Pacífico, si seguís al norte llegás a Canadá, si seguís al sur y doblás al este llegás a Nueva York, si seguís al sur sin doblar llegás a México.) Por unos 247


cortos meses en mi primera vida en Chicago experimenté la vida del suburbanita. Despertabas en la suburbia, te tomabas el café rápido, te subías al auto, si te quedaba tiempo, pasabas por Starbucks y te comprabas otro café y encarabas la entrada más cercana a tu autopista. Yo salía de Oak Park, que no era tan lejos. El resto de a gente hace más o menos lo mismo, pero el auto lo usa para llegar a la estación de su pueblo, ciudad o suburbio y de ahí tomar el tren, el Metra, hasta alguna de las cinco estaciones en el centro; la vuelta de esta gente es peor: tiene que salir rajando a tomar los trenes de vuelta, que tipo 9 de la noche dejan de correr. Acercarse a Union Station a las seis de la tarde es ver a manadas de gente desesperada. Siendo cerca, desde Oak Park convenía tomar la I-290. Lo lindo de esa autopista es que tenés la vista completa del Skyline de Chicago a la distancia, haciéndose cada vez más cercano. Lo malo es que te podía agarrar un embotellamiento y te quedabas atrapado viendo como la línea Azul del CTA que corría en el medio iba lo más campante a su velocidad acostumbrada. No hay conmute que se precie si no vas escuchando la radio, te pasan alguna canción copada, te informan del tráfico, te dan alguna noticia local, te avisan del clima. Llegando a Chicago la I-290 termina directamente en la Buckingham Fountain frente al lago, pero antes te da la opción de tomar la 90 hacia el sur o el norte. Pensé que mi experiencia urbana de autopistas había terminado con mi fugaz paso por Oak Park, pero mi último semestre en UIC, cansado de los turistas que paseaban por Michigan Avenue, me mudé al barrio. Alquilé un departamento a mi amigo Xavier y como vivíamos uno arriba del otro, íbamos juntos al trabajo. Logan Square es un barrio urbano, conectado por la línea Azul directo al centro después de sólo cinco estaciones. El temas es que la escuela queda después del centro y la azul hace una V corta: se mete desde el noroeste en diagonal al centro y sale hacia el suroeste en diagonal del centro: llegar a la escuela en subte no implicaba transferencia de línea, pero implicaba atravesar todo el centro: unos 35 minutos de tren y unos 10 minutos para llegar a la estación. Cuando iba sólo a la escuela hacía eso, cuando iba con Xavier, la rutina era otra. Porque a Xavier le encantan las autopistas! Salíamos de casa, hacíamos un pequeño rodeo y subíamos a la I-90. La 90 hace un recorrido parecido a la línea azul, sólo que en vez de V corta hace una C. La autopista se acerca a Downtown y lo bordea por el oeste, es su límite y más que una autopista en ese tramo es un boulevard urbano: en el momento en que el gobierno federal estaba destruyendo el centro de ciudades enteras por todo Estados Unidos, el intendente de Chicago de entonces, Mayor Daley Padre, negoció para que las autopistas se detuvieran justo al inicio del centro, y sobretodo, presionó para que todas las calles del centro que la cruzan tuvieran puentes, con esto logró repetir lo que la ciudad había hecho el siglo anterior con el rio: cada calle lo atraviesa con puentes. Chicago ha privilegiado la continuidad urbana de su sistema de calles. Para ir de barrio en barrio, mucha gente (como Xavier), usa las autopistas, acortan la distancia fenomenalmente. El campus de nuestra escuela, UIC, se llamaba Circle Center, el último campus universitario construido en Estados Unidos, a principio de los sesenta. Y se llamaba así porque lo ubicaron en el cruce de las dos autopistas: donde la I-90 se cruza con la I-290 en un gran circulo de rampas: el gran nudo metropolitano de Chicago. En sus inicios, UIC fue una universidad organizada para los soldados que vueltos de la segunda guerra mundial, mudados a los suburbios, reconstruían sus vidas yendo a la universidad. El nuevo campus se hizo para sus hijos, para el Baby Boom: familia, casa propia, auto propio, autopista nueva. Así que a nosotros, desde Logan Square, llegar de casa en autopista a la escuela nos llevaba sólo cinco minutos. Demorábamos más tiempo en estacionar que en llegar. Meterse en la autopista era todo un tema, estabas en un barrio normal y de repente, estabas fuera de la ciudad. Al instante te encontrabas con una marea de autos que venían a toda velocidad, seguramente viniendo de distancias mayores, algunos horas en la autopista. Nosotros entrábamos y salíamos de este sistema, pero la mayoría tenía muchas más millas que recorrer. Te daba algo así como una electricidad intensa participar de este sistema por un momento. Veías a la ciudad desde afuera, en este caso no ahí enfrente tuyo, más bien al costado, a estribor. Ir de noche por la I-290 es un espectáculo de luces impagables. El año pasado, en taxi a lo de Xavier desde Union Station, la visión de ese perfil nocturno me emocionó hasta las lagrimas. La ciudad en auto En este último viaje nos quedamos en lo de Mike. Mike tiene auto, pero no le gustan las autopistas. Andando en coche con él este ultimo fin de semana descubrí lugares que nunca antes había visto. Primero porque nunca había estado tanto tiempo en estos barrios al noroeste, Lincoln Square, Anderson Ville, etc. Segundo, porque a Mike le gusta navegar por las calles internas. Aunque a veces usa las calles comerciales, aquellas que yo recorría en colectivos, Mike prefiere meterse por las calles residenciales, calles que nunca recorrés de otra manera. Muchos giros en esquinas, mucho cambio de calle, otra velocidad, muchas casas hermosas, muchos arboles. Descubrís el verdadero tejido residencial, ese que hace de Chicago una de las ciudades más hermosas del mundo. De a poco vas pasando de barrio a barrio, descubriendo las pequeñas diferencias que los hacen característicos. Me encantó dejarme llevar por la destreza urbana de Mike, un verdadero navegante de las calles de Chicago. 248


Dos o tres Mies [en línea]. Michigan Papers. 19 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/chicago-files-dos-o-tres-mies.html

Dos o tres Mies

Vinimos a Chicago a la fiesta de inicio del año para docentes y staff de la Escuela de Arquitectura de UIC, mi vieja escuela. Una fiesta especial, la despedida, luego de 20 años en la escuela, de un gran profesor, amigo y colega, Xavier Vendrell, ahora Acting Director del Rural Studio de la Auburn University en Alabama. La secretaria de la escuela, una buena amiga, sabiendo que estábamos en Ann Arbor nos mandó la invitación en secreto y llegamos a la fiesta a tiempo para sorprender a todos. Muy lindo re-encontrarse con amigos y colegas. La reunión fue en el Lake Shore Drive de Mies van der Rohe, en el 840, es decir “el bueno”, el original de 1948, de estructura metálica, con los famosos perfiles T “falsos” que funcionan como signo del “verdadero” perfil estructural interior recubierto en hormigón por requerimientos del código de incendio. Siempre miré a este edificio desde afuera, comparándolo con el de enfrente, donde yo vivía, el que llamo “el trucho” de 1954, el que no sale en los libros de historia, de estructura de hormigón armado y carpintería de chapa doblada, ya un verdadero “courtain wall” industrial. Siempre me llamó la atención que en “mi edificio”, el mullion de la carpintería exterior es una simple extrusión de chapa, y podría haber tomado cualquier forma, pero Mies no pudo hacerlo de ninguna otra manera que con forma de perfil. Un signo de una ausencia, ya que ahora con estructura de hormigón, ni siquiera adentro de las columnas está aquel perfil denotado. La recurrencia del signo. Cada vez que llegaba a casa miraba el edificio y pensaba cosas. Algo que te hace hacer la buena arquitectura. El de enfrente, el bueno, está a ras, con una precisión sin espacio para ajustes, la carpintería de aluminio anodizado mínima ocupando el espacio entre las luces estructurales de las columnas recubiertas en metal pintado de negro. En cambio, mi edificio daba la impresión de estar todo inflado, lleno de aire: la carpintería claramente cuelga por fuera y llega a un cielorraso de yeso suspendido, que para más infamia, tiene un reborde para dar espacio a tuberías y ventilaciones. Infamia aún mayor, las columnas de hormigón armado se recubren de chapas conformadas. En mi edificio, tocás con los puños y suena hueco; cruzás la calle, tocás el otro edificio y todo es macizo. Lleno. Real. En los ocho años entre un edifico y otro, Mies dejó atrás la experimentación artesanal; dejó de estar delante de la industria, que se acercó y ofreció soluciones a sus problemas. Cuando la cosa estuvo clara, el estudio de Mies creció y se convirtió en una práctica corporativa: en Chicago hay unos veinte edificios cortados casi todos con el mismo cuchillo: el de la oficina de Mies, que ya para entonces tenía unos cuantos empleados. No había entrado nunca al edifico “bueno” y fue todo un flash. Subimos al departamento de esquina en el piso 19, mirás todo y sólo podés ver las fotos famosas de ese mismo lugar. Pero hay cosas distintas: el piso negro, la alfombra negra, los muebles de diseño, desdibujan un poco la austeridad del espacio miesiano; la casa donde estamos es de unos profesores de la escuela, y Bob Somol, el director, se ve obligado a anunciar en su discurso a los docentes que no se crean que esto sea estándar habitual, que los sueldos son mucho más austeros. Este departamento además son dos; la mitad de la planta del edificio. Al juntar dos unidades el living es largo, con un ventanal con dos esquinas, una hacia el lago, otra hacia la ciudad. Volviendo semi-dormido en el tren, pienso que no me gustaría vivir en un museo. Ni siquiera en la cocina, dónde estaba la comida, me sentí en un espacio doméstico. Del espacio interior de Mies no quedaba nada. A la noche siguiente nos encontramos con Xavier a cenar en casa de amigos, en otro Mies, uno muy posterior, casi entrados los 60, de estructura de hormigón y cerramiento de aluminio. Aquí las paredes son blancas, las bibliotecas, los muebles, la cocina, dan tranquilidad de espacio doméstico, habitado por gente normal. Llegamos de noche y no podemos disfrutar la vista al lago y el perfil de la ciudad desde el norte del Lincoln Park; pero la ciudad es un espectáculo de luces a distancia. Finalmente los edificios de Mies son la vista que te permiten. Con los dueños de casa charlamos del sistema de calefacción y aire acondicionado central, con caños que corren en el espacio técnico vertical encontrado entre el fin de la losa y la carpintería exterior; miramos los artefactos originales, exactos a los del departamento donde viví tres años; reconozco mis muebles metálicos de cocina “Republic Steel”; hablamos de abrir ventanas y que se te vuele todo (yo vivía en el piso 27, este es el 29); hablamos de las constelaciones que arma el hielo cuando se junta en los vidrios (del lado de adentro). La gran diferencia es el tamaño, mi departamento entraría cinco veces en este. Yo tenía la puerta del fondo de pasillo, sólo cuatro ventanas, el espacio entre columna y columna. Las proporciones de estas ventanas son cuadradas, las “mías” eran verticales. Este edifico es blanco, de aluminio anodizado con vidrios claros. Mi edificio era negro: carpinterías negras, columnas negras, vidrio negro. De noche desaparecía. Noto que en el edificio blanco los vidrios blancos de la planta baja iluminados desde atrás no contrastan tanto; ese mismo sistema lumínico en mi edifico negro creaba una linterna urbana con la potencia de una obra conceptual abstracta. En el sistema Mies, las diferencias son de este tipo: mínimas variaciones en proporciones, sutiles cambios en texturas materiales, que con pequeñas acumulaciones van llevando todo a lugares estéticos opuestos a los iniciales. 249


En tren a Chicago [en línea]. Michigan Papers. 17 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/en-tren-chicago.html

En tren a Chicago

Escuchando la maravilla de 1973 que es Paris 1919 de John Cale, cruzamos la pradera americana en AmTrak en el Wolverine 351. Algo así como El Rosarino, pero entre Ann Arbor y Chicago. Cuando asumió Obama se hablaba de cerrar todo y dejar sólo las líneas mas rentables. El tren sigue siendo más o menos el mismo, el café sigue siendo malo, pero el viaje es lindo y hoy tenemos un tren lleno. Nos levantamos temprano, antes del amanecer, para caminar las tres cuadras a la estación, todavía de noche. La estación es un antro que reemplaza a la enorme y hermosa estación de piedra a dos cuadras, ahora un club o restorán malo, al que nunca hemos ido. El tren llega puntual, nos acomodamos y al salir empieza a aclarar. La bruma sostenida a ras del Huron River agrega algo raro a la atmósfera del parque. El paisaje entre Ann Arbor y Jackson, próxima parada, es de bosques, reservorios de aguas, el río que serpentea una y otra vez de lado a lado de la vía, colinas, árboles, y más bosques. Llegando a Jackson el paisaje cambia un poco, se alejan los arboles, no está más el río y ahora estamos en el campo de Michigan, el que le dio Kellog’s al mundo. Agus dice, los graneros existen! Campos de maíz, de pastura, redondean ahora las colinas, la topografía son suaves ondulaciones, el sol empieza a iluminar los graneros rojos. En esta primer hora del día, el sol a ras del pasto tiñe todo de dorado. Algunos árboles se preparan para cambiar de color. Este viaje, dentro de unas semanas, en el arranque del otoño, será espectacular. En invierno es también muy lindo atravesar todo este paisaje, ahora tan verde, en monotono blanco (mucho, mucho banco) y negro. Próxima parada: Albion. Pueblito universitario, más chico que Ann Arbor. Me intrigan estos pueblos que cruzo sin conocer. Lindas casas, lindos árboles, pasamos cerca del centro histórico. Me imagino un viaje en el que alquilamos un auto y seguimos los caminos al lado del tren y paramos en estos lugares. Veo que la calle de al lado de la vía se llama Michigan Ave. Ese es el otro viaje que se me ocurre: tomar Michigan Ave desde Detroit hasta Chicago, seguir la vieja ruta. En Albion, las dos líneas coinciden. Lo lindo del tren es eso: cruzás territorios del pasado; cuando no había autopistas, cuando las rutas se metían en los pueblos. Alguien vio Cars? Eso. El discurso de la camioneta vieja al auto nuevo, mirando el pasaje desde arriba: mirá que lindo que era todo antes, como las rutas aceptaban el paisaje, y señalando los terraplenes y cortes topográficos de la autopista: y mirá ahora, pura eficiencia de velocidad que rompe todo. Ahora: Battle Creek. Cuartel central de Kellogg’s. Edificios industriales, planchadas de camiones y vías de tren, puentes de autopista. Nuevamente, a la hermosa vieja estación ahora la usan para otra cosa, la pasamos, paramos en otro lado. El estadio cubierto se llama Kellogg’s Arena. Varios edificios viejos y lindos en el centro, de esos que tienen cuerpos y techos a cuatro aguas arriba, los de los años veinte. Se ve que Kellogg’s está hace bastante dando vueltas, el emporio del Corn Flake! Enormes banderas norteamericanas en medio de gigantes parking lots. Después de Kalamazoo (me encanta ese nombre!), la metrópolis del Rural Michigan, exactamente a mitad de camino entre Detroit y Chicago, empiezo a escuchar a Ritual Howls de Detroit (los acabo de conocer gracias a Spotify). El paisaje se abre y se achata; dejamos las colinas arboladas de Michigan y entramos lentamente en la gran planicie del mid-west, la pradera: the prairies. Ya cruzamos todo el estado de Michigan y en la punta de arriba de Indiana empezamos a bordear el lago Michigan. Luego de algunos bosques tupidos entramos en la zona de las dunas, uno de los parques nacionales de Estados Unidos, un paraíso ecológico de humedales con ecosistemas muy delicados en equilibrio inestable entre lo seco y lo húmedo, que además de estar protegido, tiene unas playas hermosas. Y apenas cruzamos eso, en medio de este santuario ambiental, aparecer los verdaderos mounstros prehistóricos de la región: las grandes instalaciones de la industria pesada, los remanentes del borde oeste de lo que fue, alguna vez, el centro de la producción industrial de este país: el Rust Belt. Ya empiezo a ver las centrales nucleares, las llamas de las refinerías, los hornos de las metalurgias, las enormes montañas de polvos extraños de todos colores; territorios apocalípticos de la era industrial, fósiles vivientes de otros tiempos económicos. El tren ahora pasa literalmente entre caños, tubos, tanques, llamas, rampas, mas caños, ciudades enteras de caños y tubos cruzando, algunos oxidados y rotos, otros nuevos y relucientes. No quiero saber que líquidos infernales llenan estas tuberías, solo se que es un paisaje fascinante y árido. Antes US Steel Gary Works ahora Acerlor Mittal (India). De acá salía (en tren y en barco) el metal para los autos que se hacían en Detroit. Ahora los japoneses venden los autos y los hindúes compran las metalurgias. Y aunque no lo parezca, ya estamos en Chicago, en la zona urbana de Chicago. Llegando a Lake Calumet, uno de los territorios más contaminados del mundo, todavía rodeado de todo este óxido, voy cerrando la computadora y espero el momento en el que la vía se acerque a la costa del lago y se pueda ver el perfil del downtown, todavía en la lejanía. Esta ciudad es grande.

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The Game [en línea]. Michigan Papers. 4 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/el-juego.html

The Game

Este país funciona con ritos que marcan el calendario. Sin estas fechas precisas, el paso del tiempo (de otra manera definido sólo por el continuo de producción capitalista) se haría tan homogéneo como imposible de soportar. Una de las fechas que definen temporadas es Labor Day; primer lunes de Septiembre, feriado que marca el fin del verano y el inicio del calendario escolar. En Ann Arbor significa además el fin de semana de llegada de padres que acompañan a sus hijos que arrancan College, el fin de semana largo de re-encuentro de los que vuelven para seguir sus carreras y más importante: el primer partido de la temporada de Fútbol Americano. Ayer a la noche la ciudad estallaba de gente. Viví tres años en esta ciudad y lo que ocurría los sábados de partido fue siempre un misterio para mi. Sentía los efectos: se llenaba la ciudad de gente con remeras amarillas, Zingerman’s tenía colas más largas que de costumbre, se escuchaba un rumor constante viniendo del sur y mis alumnos tenían, el lunes, mucho menos para mostrar que de costumbre. Pero siempre me mantuve displicentemente al margen de toda actividad relacionada con este deporte. De forma extraña me encontré hoy en un palco preferencial, quinto piso, comida gratis, vista privilegiada, mirando algo que no terminaba de entender del todo. Una amiga había recibido una invitación especial (de esas a las que uno no puede negarse) y para hacerle el aguante, la acompañé. Finalmente conocí el estadio de la Universidad, The Big House, el estadio más grande de Estados Unidos, y según Wikipedia, el segundo estadio más grande del mundo. (Hoy 110.222 personas estuvimos ahí. Bromeábamos con mi amiga, 110.220 y nosotros dos.) Aquí el deporte universitario no es simple diversión, es un gran generador de recursos. La Universidad de Michigan tiene tres motores económicos: primero, el sistema de salud (con uno de los hospitales más grandes del país); luego, el sistema de deportes (fútbol americano, básquet, hockey, etc) y solo después lo académico, con todas sus investigaciones asociadas. Y no hablamos de monedas! Tanto ingresos como gastos de la Universidad anduvieron cerca de los 7.500 millones de dólares el año pasado, 2.500 millones más que el presupuesto de la Provincia de Santa Fe. Decidimos ir caminando al estadio. De a poco los grupos dispersos de remeras amarillas se van juntando, ya a 10 cuadras del estadio todo era una marea de remeras amarillas. A medida que te acercás al estadio empezás a ver grupos de gente en sillas desplegadas en los jardines delanteros de las casas, con mesas de comida y cervezas en heladeritas de camping, gente que no tiene entradas al estadio, pero que igual piensa pasar todo el día afuera, en pic-nic futbolero familar. El vecindario ha sido tomado por la locura colectiva. Cerca del estadio se desarrolla una modalidad de espera/festejo diferente: Tailgating. El nombre viene de esa actitud de manejar demasiado cerca del auto que tenés adelante, de pegarle la trompa al baúl del otro; porque acá de lo que se trata es de abrir el baúl de tu auto estacionado en el parking para disponerlo en forma de mostrador/ despensa de la que sacás todas las cervezas que quieras mientras jugás una versión muy rara del sapito, a esta altura ya sin saber si se juega un partido de Fútbol o no. Imagino que hay gente que vino muy temprano para pelear por los mejores lugares de los estacionamientos. A veces esta acción es colectiva, los baúles se juntan de a cuatro o cinco, multiplicando los jugadores de este sapito raro jugado con bolsas de tela llenas de arena que tenés que meter por los agujeros de unas placas de madera inclinadas. Esta tradición empezó porque en los estadios universitarios no se puede tomar alcohol; esto es como la previa de los chicos en Argentina: chupás en la casa de tus amigos, en el maxi-quiosco o en la vereda, antes de entrar al boliche. Sólo que acá la previa se comió al boliche. Hay gente que cruza todo el Estado, solamente para quedarse en una playa de estacionamiento de hormigón, tomando cerveza todo el día. Las entradas al estadio son muy caras (cientos de dólares) y difíciles de conseguir. Las que tenía mi amiga nos llevaron mágicamente a un ascensor que nos llevó derecho al quinto piso. Lo que sucede dentro del estadio es fácil de explicar: es una fiesta, que es a su vez un gran entretenimiento de masas: Cheerleaders; Marching Bands (esta es famosa al parecer), coreografías; celebraciones de distinto tipo; música de rock; gente cantado wo woh woh woh woh wooooooh woh cuando suenan los White Stripes (banda local!); gente haciendo ruido cuando desde las pantallas piden Make Noise; gente haciendo la ola, primero normal, después en cámara lenta (efecto hipnótico!) y después rápida y loca. En fin. Todo lo que pueden hacer 100.000 personas juntas. Lo que pasa en el campo de juego en cambio es otra cosa: es un misterio indescifrable. No entiendo nada. Cuatro tiempos de 15 minutos que duran mucho más, con un reloj que se para o se dispara de acuerdo a reglas insondables. Ráfagas de juego furioso (en los que no veo la pelota cuando está en el aire ni adivino quién la tiene cuando ya no lo está) salpicadas con grandes espacios de inacción (en los que los jugadores están, adentro o afuera del campo, sin hacer nada). Cuando se jugó, se jugó muy bien, Michigan aplastó a Ha251


wai 63 a 3. Disfruté cuando entendí que había una jugada en curso y me sorprendí entendiendo la calidad de la jugada que estaba viendo desarrollar. Esto sucedió generalmente cuando la jugada se parecía bastante a una de Rugby, con la sola diferencia que la pelota en el pase iba para adelante. Empiezo a entender de a poco que el manejo del reloj forma parte de la estrategia de juego: lo hacés correr a tu favor cuando vas ganando o lo detenés para pensar y usar los segundos que quedan para dar vuelta el partido. Acá no jugás solo con la posesión de la pelota: la posesión de la pelota te da el control del manejo del tiempo. Cuando veo que el reloj del cuarto cuarto avisa que faltan cinco minutos para el final, imploro a mi amiga que nos vayamos yendo. Saludamos a la gente y nos escabullimos. Lo que sé es que en dos días de caminar la ciudad vi predominantemente a gente muy blanca, aparentemente de muy buen pasar económico, salpicadas con alguna que otra persona de color aquí y allá, también aparentemente de buen pasar económico. Esa fue la gente que llenaba las gradas del estadio hoy. En el campo de juego, en cambio, la cosa se invertía: en el equipo de Michigan son casi todos de color, con alguna excepción caucásica. Esto me recuerda que a pesar de ser Detroit una ciudad predominantemente afro-americana, (con grandes poblaciones de Centro America y de Medio Oriente), en mis tres años de dar clases aquí tuve sólo dos alumnos negros (y sólo en undergraduate; en graduate, es decir en máster, ninguno). Me pregunto si alguien ve lo evidente. Si alguien se pregunta por estas barreras estructurales que separan razas, pero fundamentalmente, clases sociales. O si esta sociedad dividida ya no se mira al espejo.

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La Isla [en línea]. Papeles Regios. 8 de Enero de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/01/isla.html

La Isla

Salí a caminar, a explorar los confines. No llegué muy lejos, estoy en una isla. Me explico, estoy en lo que parece ser un pozo excavado en la montaña. Estoy en el piso 8 de un edificio y atrás mío hay una pared de roca más alta que dónde estoy ahora y arriba de esa pared hay una calle, veo las luces de la vereda y los autos pasar (es la pared de un hueco de obra también, ahí muy abajo hay máquinas, terraplenes, taludes; cuándo me asomé hace un rato –al final del día, vi a un obrero con bolso al hombro encarar la parte de arriba del terraplén caminando la rampa central para máquinas, y cuando llegó a la pared vertical, lo ví agarrarse de una soga y a trepar la pared, llegar a un pequeño pasaje “montañoso”, volver a pasar por sobre escombros y encarar a la salida/entrada de obra que da a la calle que está a mi altura del 8º piso, atrás en la montaña; hizo todo esto con total normalidad; no pude parar de reírme mirando esa locura, pero evidentemente este hombre se salva de caminar varias cuadras a la redonda para salir de esta cárcel urbana en la que estamos. La isla es una isla de privilegio. Estoy rodeado de edificios corporativos de última generación (oficinas de Microsoft uno de ellos) en el Distrito Santa Fe, en la zona montañosa de Ciudad de México. La isla, que tiene forma alargada elipsiode, parece tener sólo dos puntos de ingreso vehiculares, uno desde arriba en una vía que baja en zigzag el paredón montañoso que aparenta subir paulatinamente detrás de los edificios y otro desde el valle o costa, a la que da la gran avenida/autopista que conecta este fragmento con el resto de la ciudad. Para mi, humilde peatón, me fue imposible cruzar esta autopista, es decir, salir. Estoy atrapado. Dentro de la isla, un loop muy corto en un solo sentido organiza la circulación vehicular, loop que hace posible entrar por el ingreso “costero” y salir por el mismo lugar sin cambiar de calle, es decir, estoy dentro de un lazo. Mi hotel (el edificio más humilde de este grupo), está al final del cul-de-sac, casi una rotonda dentro del loop. Para el lado de “afuera” del lazo, los grandes lotes que ocupan los edificios corporativos, cada uno con enormes lobbies y entradas con locales comerciales y restoranes de gran tamaño (y precio). Para el lado de “adentro” del lazo, una plaza, de 50 metros de ancho por 200 metros de largo, el “corazón” de la isla, el “claro interno”. Dentro de este valle, dos pozos circulares profundos, con cubiertas de vidrio que caen hacia su centro, tres pisos abajo: un shopping comercial enterrado. Entro al shopping y están los locales comerciales de siempre, pero hay rarezas: escuelas de karate-do, academias de gimnasia para chicos, salones de juego y aprendizaje; curiosos centros de actividad social que se mezclan con sucursales de bancos, tintorerías y tiendas de alto nivel. La vida urbana ha sido succionada por estos huecos vidriados tres pisos más abajo del nivel del “suelo” y aún así la gente sale de más abajo: del estacionamiento subterráneo del shopping subterráneo. En un borde de esta isla, la rotonda que ocupa al final el hotel dónde estoy (contra la pared de la montaña); en el otro borde, el distrito urbano más pequeño que he visto en mi vida: cuatro mini-cuadras que dan vida a la única esquina que tiene toda esta locura, atravesado por una “peatonal” hacia donde dan los ingresos de los edificios corporativos de este sector, y lo que entendí es la “salida” de los que no llegan con sus coches (a los subsuelos de cada edificio) y necesitan tomar el transporte público que les espera en la avenida/autopista (evidentemente no los ejecutivos de Microsoft, sus interns, o el staff de limpieza o restoranes.) Descubro el único edificio de viviendas del sector (Legorreta con plazas, ocupando un cuarto del mini distrito urbano); lo relaciono con el campus universitario de la Ibero, que intuí tiene su ingreso cruzando la autopista a la salida de la “peatonal” y entiendo entonces que puede ser residencia estudiantil, los locales comerciales de comida rápida que vi (y los tres Starbucks) tienen ahora más sentido. Más allá de los confines de la isla, por sobre las paredes de atrás de mi ventana, y más allá de la autopista/avenida de la “costa” sigo viendo torres, muy altas algunas, de oficinas evidentemente, pero también de vivienda; de alguna de estas torres vendrán los chicos que hacían Karate o saltaban en las camas elásticas en la academia del shopping. Por frente alguna de ellas pasé hoy temprano al salir de la isla en la mini-van que nos llevó al campus del Tec en Santa Fe; en todo esto hay topografía montañosa y las autopistas/avenidas se acomodan en los valles o en las crestas, subiendo y bajando; en los agujeros que deja este entrecruzamiento sinuoso hay lotes de gran tamaño con torres o edificios corporativos. Algún que otro fragmento de “montaña” queda, con algún que otro pino, aquí y allá. Vi dos pájaros negros que parecían cuervos. El Campus que visité esta mañana puede estar en el “valle” natural del otro lado de la cresta, pero imposible saberlo desde aquí. La isla (que imagino tendrá nombre, pero desconozco), es el sueño perfecto del “nuevo urbanista”, todo es “pedestrian friendly”, hay mucha “wakable urbanity” (con complejo Legorreteano que abusa de veredas, esquinas y plazas incluído). Lo que si, esta es gente que camina dos cuadras para ir a comer al mediodía y después sube al coche que lo trajo a la mañana y listo, porque acá no vive nadie. Esta es la Isla de la Fantasía Neo-liberal, que destruyó la ciudad pero la extraña lo suficiente como para reconstruirla como artificio para disfrute de los ejecutivos internacionales. Lo que si me extrañó muchísimo es que ayer sólo necesité decirle el nombre del hotel al taxista que me trajo del aeropuerto. Cruzó toda la ciudad, tomó varias autopistas y me dejó en la puerta, como si esto fuera todavía algo reconocible. 253


Seguridad y espacio Público [en línea]. Papeles Regios. 17 de Enero de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/01/seguridad-y-espacio-publico.html

Seguridad y Espacio Público

La primera vez que visté Monterrey, hace unos cinco años, la ciudad apenas se recuperaba de su crisis de seguridad. Vine a dar una charla en una conferencia organizada por estudiantes; conversé mucho con los alumnos en ese viaje, me quedó claro que el tema les preocupaba, a ellos y a sus padres, que controlaban por teléfono cuando salían y cuando volvían de cada lugar, aún cuando fueran en sus propios autos. La chica que me fue a buscar al aeropuerto lo hizo acompañada por una amiga, no manejaba sola. Recuerdo una recorrida por el Centro Histórico de Monterrey -también en auto porque no recuerdo haber caminado nunca en ese viaje, dónde Diego me mostraba lugares que habían sido populares y que ahora estaban cerrados, se hablaba de dónde se habían producido tiroteos y cosas más macabras aún. También me comentaban que el punto álgido de la crisis ya había pasado y que la ciudad se estaba recuperando, lentamente. En algún momento el auto de Diego se puso detrás de una camioneta GIGANTE, en la que iban trepados cuatro o seis soldados pertrechados con chalecos anti-balas, casco protector, empuñando cada uno una ametralladora de gran tamaño, además de lo que me pareció una batería de tanque sobre la camioneta. Diego me dijo: esa es la nueva policía privada. Es decir, me explica, es la policía, pero es un nuevo cuerpo de seguridad solventado con dinero de los grandes empresarios locales. Recuerdo también pasar por fuera de un enorme parque público: Parque Fundidora, pero sin entrar por falta de tiempo en el cronograma apretado del Congreso, aunque también me quedó claro que el parque había sido posible gracias al impulso del sector empresarial de Monterrey. El mismo TEC que me estaba invitando a dar la charla había sido fundado por empresarios industriales locales unos cincuenta años atrás. Mi segunda vivista a Monterrey, hace tres años, estuvo motivada por la invitación de la Cátedra de Urbanismo Ciudadano, enfocada a colaborar con el Proyecto Distrito TEC, apurtando un punto de vista crítico-propositivo enfocado en la preservación de espacios y edificios con memoria histórica y con fuerte foco en la participación y extensión ciudadana hacia las colonias vecinas. El Proyecto Distrito TEC fue resultado de una decisión al más alto nivel directivo del TEC en el punto más álgido de la crisis: quedarse, apostar a la ciudad. Estuvieron a punto de irse. Estuvieron a punto de abandonar el Campus que vio nacer a esta Universidad (Campus que es anterior al de la UNAM en Ciudad de México) para mudarse a un sector más alejado sobre carretara Nacional o a San pedro, zona vecina a Monterrey, el municipio con más alto PBI de México y uno de los más ricos de Latinoamérica. Sucede que en los momentos más duros de la crisis, dos alumnos del TEC fueron asesinados en una de sus esquinas. El Campus inmediatamente multiplicó su seguridad y se cerró aún más a su entorno urbano. El Master plan vigente intenta reabrir el Campus para conectarlo con los barrios circundantes y regenerarlos (con gran peligro de gentrificación), realizado por una consultora-estudio de urbanismo y arquitectura de Boston, privilegia una postura corporativa e incluye proyectos de demolición del estadio histórico (hoy en demolición) y su reemplazo por grandes complejos deportivos y comerciales, la demolición d ela biblioteca histótica y su reemplaxzo en el mismo lugar por una nueva biblioteca (ya construida) y enlaces con desarrolladores privados para grandes inversiones en los alrededores (Nuevo Sur). El coordinador del Proyecto Distrito TEC nos habló una vez de casi mil millones de dólares comprometidos en total, entre TEC e inversores. Lo lindo de participar de la Cátedra de Urbanismo Ciudadano fue ver como los alumnos trabajaban críticamente en los márgenes de estas propuestas, analizando las colonias (barrios) circundantes y los corredores (calles principales) sus flujos y usos, con énfasis en la recuperación del tejido social y del espacio público barrial. Coincidí en esa segunda visita con Mike Lyndon, que empezaba a tomar velocidad con sus Guías para el Urbanismo Táctico, y mientras yo hablaba de recuperar para un parque la cañada (Arroyo Seco) canalizada con hormigón armado, el se iba a pintar plazas en el piso con los alumnos en tácticas de urbanismo guerrilla, casi al mismo tiempo que esa táctica se empezaba a usar en Broadway. Recuerdo haber caminado bastante en esa visita. Al principio, y después de todas estas historias, salir del Camus a tomar un café a Café Limón me parecía un riesgo innecesario! Salí con aprehensión, solamente para encontrar un barrio muy tranquilo (Colonia Altavista), con calles con casas de barrio (clave rosarina: La Florida) y lindos bulevares (con gran potencial todavía para su mejora!). Mi tercer visita, el año pasado, fue para entrar en contacto con casi toda la escuela, paseando en críticas por varias Cátedras, agregando presentaciones en la Vía Ambiental a la visita a Urbanismo Ciudadano, ambos talleres involucrados en ese momento en trabajos de segunda fase del Distrito TEC, con proyectos muy relacionados con el futuro de la escuela, con énfasis en los corredores viales más cercanos y su esquina propiamente dicha: ya la idea de abrir el Campus se materializaba en Pocket Parks, parques miniatura que se inaugurarían pronto, estaba en obra la Biblioteca y la nueva rotonda en la entrada principal que abriría (al menos visualmente en estilo ha-ha) el acceso público al hermoso mural insignia del Campus, etc, mucha vitalidad de transformación. Ese viaje, de una semana, fue un derrotero de cantina en cantina, de restorán en 254


restorán, de recorrida de complejos comerciales recién inaugurados en pleno centro, de lindas caminatas por Parque Fundidora, de paseos por el Centro Histórico ya recuperado en vitalidad nocturna, en fin, de un disfrute urbano pleno. Una ciudad recuperada. Tanta habrá sido la buena impresión que me dejó ese tercer viaje que le causamos un shock cultural a la agente de real state que nos propuso el TEC para ayudarnos a conseguir donde vivir en este año que pasaremos en Monterrey: nuestro requerimiento fue vivir cerca del Campus para poder ir caminado al trabajo. Luego del shock inicial, Gabriela nos ayudó bastante y conseguimos lo que buscábamos: aunque en la periferia del Distrito TEC -cruzando ya el Arroyo Seco por Garza Sada hacia Carretera Nacional, viviremos alto en una torre que nos hará ser más observadores que partícipes, pero con todas las ganas de integrarnos a la vida de estas colonias de este sector urbano de Monterrey.

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Learning from Garza Sada [en línea]. Papeles Regios. 29 de Enero de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/01/learning-from-garza-sada.html

Learning from Garza Sada

Después de un período de nomadismo que duró más de un mes, y que incluyó, en distintas circunstancias, seis ciudades, tres países, tres hoteles y cuatro casas prestadas/tomadas, finalmente terminamos la transición y nos mudamos a nuestra nueva casa. Viviremos, al menos por un año, en el complejo Micrópolis sobre la Avenida Eugenio Garza Sada en la Colonia Contry en la Ciudad de Monterrey. Llegamos hasta aquí gracias a la ayuda de Gabriela de ANCHOR, la oficina que nos facilitó el TEC para guiarnos en la transición. Durante una semana nos comunicamos con Gabriela, explicándole lo que queríamos: vivir lo más cerca posible del Distrito TEC (el proyecto de regeneración urbana coordinado por el Tecnológico de Monterrey, con énfasis en la recuperación del espacio cívico de los barrios -Colonias- circundantes al Campus) con el objetivo de máxima de poder caminar al trabajo. Esto le produjo una crisis a Gabriela; lo requerido salía tanto de lo acostumbrado que inicialmente nos respondió con advertencias de que lo que buscábamos era imposible. Los barrios que rodean al TEC son de clase media, (con algunos sectores carenciados) con viviendas de planta baja o dos pisos en terrenos urbanos compactos, lo que genera un tejido residencial de baja densidad con calles interesantes, arboladas, con parques lineales y bulevares cruzando y conectando con avenidas comerciales. Las Colonias son micro-barrios con identidad y nombre propio: Colonia Tecnológico (con parque lineal y nombres de calles como Arquitectos, Ingenieros, etc); Colonia Roma (con parque central y Súper Roma), Colonia Altavista, Colonia Ladrillera, Colonia Contry, y otras. El trazado no es regular, a veces los parques cortan las calles, a veces las canalizaciones de las antiguas quebradas, a veces la topografía. Los microaccidentes de la trama fracturada y discontínua ayudan a mantener la independencia de cada comunidad; todas interconectadas al magma metropolitano por las grandes vías comerciales, en este caso Avenida Garza Sada, espina dorsal de este Valle Urbano. Valle en el sentido geográfico del término: Garza Sada corre en el punto más bajo entre el conjunto del Cerro de la Silla y la cercana Sierra Madre, dos hermosas formaciones montañosas de gran altura y valor paisajístico y ambiental (ahora mismo escribo en la Biblioteca del TEC bajo el influjo del Cerro de la Silla, al que miro de reojo cada tanto). En medio de este tejido bajo destacan algunos edificios de mediana altura, de cuatro a seis pisos, y descollan algunas torres, de 15 a 30 pisos. Micrópolis es, lejos, la más alta y la más solitaria: las vistas territoriales a su alrededor no tienen rival ni obstrucción. El código urbano permite estas operaciones, y el Distrito TEC apunta a ordenar alguna de ellas en Corredores Urbanos con intenciones de recrear la vida comercial y cultural de las calles que bordean y estructuran las zonas residenciales de baja altura. Buscando departamentos visitamos una de estas operaciones de desarrolladores privados, Nuevo Sur, casi al borde del Distrito TEC. Ocupando los terrenos de una ex Ladrillera, Nuevo Sur es una operación realizada por un estudio de diseño urbano y planificación norteamericano, como inversión de largo plazo de fondos (especulativos) de pensiones de retirados del Estado de Colorado. Básicamente un GRAN edificio (continuidades claras de masa arquitectónica, modulación estructural, estacionamiento sobre nivel de piso y calle elevada) con intenciones de Pieza Urbana, que recrea la ciudad que intenta reemplazar. No nos mudamos a esta Disneyficación del espacio público (con restoranes dando a su “calle comercial” elevada separada de la calle por escaleras mecánicas, todo controlado por seguridad privada) simplemente porque los departamentos estaban carísimos: la operación ha tenido mucho éxito y los edificios que la componen son reconocidos por sus usuarios por los nombres de los arquitectos que los diseñaron, Legorreta entre algunos otros famosos de Ciudad de México. La región metropolitana de Monterrey es cara, la más cara de México, con el distrito urbano más rico: San Pedro, lo que la hará seguramente una de las más desiguales. Además, está atravesando un boom inmobiliario muy parecido a una burbuja, con inversiones especulativas de valorización de capital, sin intención de ocupación o renta. Los alquileres son una locura. Departamentos de 60m2 en Nuevo Sur estaban cerca de los 1.500 dólares por mes, y nos han contado de departamentos en San Pedro que van por 2.000 o más por mes. Cuándo el TEC fundó su Campus, esta era zona rural, de extramuros, se cruzaba el río Santa Catarina y se andaba hacia la Carretera Nacional hacia Villa Santiago (y más allá Ciudad de México -por eso lo Nacional de la carretera) y se llegaba a la entrada principal del Campus dando hacia esa ruta. La ciudad creció al rededor del Campus, y la Carretera se transformó en Avenida Garza Sada (aunque manteniendo su naturaleza de tránsito rápido). Lo que alguna vez fue Carretera, fue complicando su tránsito con cruces y semáforos, para luego, poco a poco ir “solucionando” los conflictos que detenían el tránsito con puentes y túneles que esquivaban demoras, haciendo el flujo una constante en velocidad. Podríamos decir que primero fue la ruta, luego la ciudad y finalmente la autopista. Hoy es posible andar por esta autopista a 100 km/h sin interrupciones. 256


Es más, creería que por la dinámica del tránsito de esta loca ciudad, no podrías ir a menos velocidad, aun si quisieras. Si Ciudad de México es la locura de grandes avenidas atoradas de tránsito a paso de hombre, Monterrey es una ciudad cruzada por autopistas a 100 kilómetros por hora. El ruido de Garza Sada es constante, si fuera más bajo lo caracterizaría como murmullo, pero no lo es, el sonido es punzante, cortante, fshhhhh, fshhh, fshhhhh, el tipo de ruido que avisa de un peligro de muerte. Nuestro departamento en la Torre Micrópolis mira hacia el otro lado y podemos disfrutar del silencio, pero apenas abrimos la puerta al pasillo abierto a la intemperie del piso 20, el sonido envuelve tus sentidos como advertencia de lo que está por venir. Es que esta no es una autopista diseñada, no fue concebida como tal, es simplemente una ruta (ancha) a la que le creció una ciudad al lado. No hay la separación de una I-90 con los barrios de Chicago, ni aún de Panamericana con el tejido conurbano circundante; esto es como si en Calle Corrientes de Buenos Aires o en Avenida Pellegrini de Rosario TODOS los autos, TODO el tiempo, fueran a 100 kilómetros por hora, agregando además la ausencia de veredas. (Banquetas por aquí). Los americanos definieron el peor tipo de calle que han conseguido implementar a lo largo y ancho de sus territorios suburbanos como Stroads, una mezcla de Streets (calles) y Roads (rutas), que no son ni lo uno ni lo otro y que traen lo peor de las dos (hay un buen video en YouTube sobre esto). Pero Avenida Garza Sada, nuestra nueva “calle”, si bien tiene alguno de los componentes del Stroad, desciende directamente de otra tipología urbana americana: la deformación suburbana del Main Street: el MAIN STRIP. Caminar al trabajo, algo que hice hoy en 25 minutos de zozobra, es una experiencia extrema, parkour urbano. El STRIP no está hecho para caminar, está hecho para ser vivido desde el auto, a gran velocidad. La arquitectura se resuelve con la banalidad del galpón decorado y se ubica atrás de los estacionamientos (algunos enormes planchadas, otros ocupando el espacio de la vereda), los carteles se abalanzan sobre el tránsito en constante puja por prominencia; de noche Garza Sada se impone con fulgor eléctrico resplandeciente, el futuro de Las vegas es Blade Runner. Disfrutamos entonces de los encantos de la suburbia motorizada, pero a pie: enfrente y cerca tenemos cuatro complejos de cine, un casino, un shopping (Plazas por aquí), tres hipermercados, varios fast foods y cadenas (Burger King, Mc Donalds), hoteles, sucursales de restoranes locales, etc; todo en su versión monumental suburbano, con grandes explanadas de estacionamientos enfrente o a los costados. Sólo a un argentino perdido en estas tierras se le ocurre caminar por aquí, entre permanentes obstáculos (subiendo y bajando canteros atravesados), desfilando el metro, metro y medio que lo separa del flujo infernal, para satisfacer la demanda de la urbanidad a pie. Utiliza, eso sí, estrategias del caminante de rutas: siempre caminar en contra del tránsito, para por lo menos ver venir al auto que finalmente lo llevará puesto.

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Elegía de Monterrey en Auto [en línea]. Papeles Regios. 11 de Febrero de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/02/elegia-de-monterrey-en-auto.html

Elegía de Monterrey en Auto

Alquilamos un auto y vivimos Garza Sada (la autopista/avenida sobre la que vivimos) desde su punto de vista más normal: la velocidad. Es una cinta transportadora múltiple con varias velocidades inherentes. Desde la exterior a la interior: la primera es para los autos que quieren entrar o salir de cocheras o estacionamientos a mitad de cuadra o doblar en las pocas esquinas en las que se puede salir o entrar, para salir hay que frenar embocando (sea cochera, sea calle), para entrar hay que pasar de 0 a 80 en segundos; la segunda cinta es para los autos que tienen que doblar hacia adentro bajo puentes o para el retorno en U para volver sobre tus pasos cuando tu destino toca estar del otro lado de la calle y te pasaste un kilómetro; el tercer carril es ya para los que están por pasar al segundo carril, pero todavía no, es decir que podés ir a 100; el carril bien al medio, autopista plena, sin interrupciones, a 120. Todo esto se detiene a paso de hombre cuando se atasca. En estas avenidas, sea Garza Sada o cualquier otra de Monterrey, el GPS puede decirte, “para ir a la izquierda, seguir por la derecha”. Las indicaciones son tan enrevesadas que necesitás un manual decodificador, algo imposible cuando vas a 100 por hora para que no te pasen por encima; equivocarte en una salida es volver sobre tus pasos tres quilómetros. Y mientras vas, lo que presencias, y de lo que formas parte, es de un ballet de autos (y camiones! y colectivos!) pasando de carril en carril de acuerdo a sus necesidades inmediatas, porque no es cuestión de planear, acá todo es cuestión de actuar en lo inmediato: pasar de carril sólo a último momento, al momento preciso, para no perder ni un milímetro. Todo esto se hace en automático, sin avisar. Vos sabés, el otro sabe; ya está. Lo que para el que mira desde el asiento del acompañante es un constante estrés, para el que maneja es un estado zen de comunicación trascendental con el congénere (manejero). Todas mis quejas por este Urbanismo Automovilístico se rinden ante la evidencia de que esto es lo más eficiente que he visto en mi vida. Había poco tránsito el fin de semana que alquilamos el auto, es cierto, pero llegamos a todos lados en cinco minutos, sin interrupción; la ciudad, una autopista infinita. Las únicas demoras fueron por errores de principiantes, que si sabíamos a donde íbamos y no nos confundíamos con el GPS, más fácil era todo. Al final, esta ciudad se resume en algunas arterias principales, dos a cada lado del río, el resto al centro de los valles que la articulan, las otras cruzando de valle a valle cuando se puede por la topografía, y cuando no: túnel o puente. Todos los autos, todos los días, van por ahí; ninguno va por la trama entrecortada, sólo se sale de este sistema principal cuando se ha llegado muy cerca del destino; solo ahí salís y entrás en los micro-barrios que son las colonias, bajás la velocidad y encontrás tu calle, generalmente escondida después de dos o tres calles entrecortadas a su vez. En este urbanismo todo es interior, nada es exterior. Es decir, no existe el espacio publico, no existe la ciudad. No existen las fachadas, ni hablar de las veredas. De tu casa entrás y salís por el estacionamiento. Los estacionamientos están por todos lados y cortan toda posibilidad de continuidad de vereda. Los estacionamientos de los lugares comerciales a dónde vas generalmente están atrás o directamente debajo, salís de tu auto y entrás siempre por abajo o por atrás a los lugares adonde vas, y además, llegás y ya estás adentro, no hay afuera. Y así te la pasás todo el día, dentro del coche, para llegar a lugares que son puro interior (pocas, muy pocas ventanas); con suerte te toca algún lugar con terraza para volver a pensar por dónde viniste. Las fachadas son solamente un lugar nostálgico para la imaginación formal de arquitecto y carteles urbanos vistos a gran velocidad por el resto de los mortales. En esta cuidad, el desarrollador privado y el decorador interior desdibujan la profesión del arquitecto hasta volverla insignificante. Garza Sada tiene, todavía, rastros de urbanidad. Será su pasado de ruta que permea; primero camino a Ciudad de México, luego vía de acceso a colonias, en aquel momento suburbanas, hoy ya incorporadas al magma urbano. Hay un tamaño de lote que permite que coexistan locales familiares (Beto Ferretería) con cadenas multinacionales (Holyday Inn) y que incluso todavía alguna casa unifamiliar sufra en su frente urbano. Pero San Pedro! San Pedro! Más exactamente el “Garza Sada” de San Pedro: la Avenida Lázaro Cárdenas! Geográficamente, el valle de al lado a Garza Sada, por sobre las colinas ya tomadas por urbanización. Ambas avenidas corren en paralelo, pero por Lázaro Cárdenas, a medida que nos acercamos a San Pedro, la urbanización es cada vez más reciente, los 2000’. Esto ya es la pos-ciudad, la ciudad a imagen del neoliberalismo, es decir, la anti-ciudad. Inmensos lotes para grandes conglomerados comerciales, conjuntos de torres de oficinas corporativas, hoteles, bancos, torres de departamento con basamentos comerciales, los mejores abiertos con terrazas abiertas a la Sierra Madre, todos, con estacionamientos subterráneos. Equivocarte con el GPS, equivale a equivocarte tres kilómetros. Aquí ya ni un argentino loco y cabeza dura podría caminar por la vereda, primero porque no la hay, segundo porque no podría cruzar las autopistas. Valle Oriente de San Pedro, la ciudad que el capital global ha podido construir a su imagen y semejanza: inhumana. Devolvimos el auto. Nos habíamos encariñado. Era un Ford chiquito, Beat. Lo extrañaremos. 258


Valles, Ríos y Manantiales [en línea]. Papeles Regios. 5 de Febrero de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/02/montanas-valles-rios-y-manantiales.html

Valles, Ríos y Manantiales

La ciudad de Monterrey se fundó a la vera de un río, el Santa Catarina. Río de montaña, que, aunque tiene un lecho marcado, sólo a veces trae agua. Lo que zigzaguea en su curso, a veces aquí, a veces allá, es comúnmente un fino hilo de agua que viene de las montañas y las quebradas de los valles cercanos. Hasta que trae agua. Un poco más en la temporada de lluvia y en forma catastrófica en las colas de huracán que a veces llegan hasta estas tierras desérticas y montañosas. El río, en la parte central urbana de la ciudad, es un territorio inaccesible, rodeado de dos autopistas urbanas, una a cada vera del cauce, una yendo en cada dirección; el rio funciona como separador de autopista. La inaccesibilidad le vino bien al cauce, que en los siete años desde el ultimo huracán, reconstruyó su flora y de a poco su pequeña fauna asociada. Los episodios de crecida son catastróficos, porque el agua baja a mucha velocidad (aún más hoy después de tramos canalizados demasiado rectos) trayendo piedra y todo lo que encuentre en su paso por las montañas. El agua se calmará luego, y morirá mansa en el golfo, pero en estos terrenos altos, todavía llega con fuerza de montaña. Empezamos nuestro reconocimiento del territorio que nos rodea, a la vera de este río, en uno de los puntos más anchos de este valle, ya casi abriéndose hacia el desierto que se convierte lentamente en Texas, en el Barrio Antiguo de Monterrey, a la vera de la Macro Plaza y los grandes edificios institucionales conseguidos en más de 200 años de historia urbana, en las 15 semi-protegidas manzanas de trama urbana colonial, con alguna casa vieja de patios aquí y allá, siempre amenazadas por las torres que proponen los salvadores de la ciudad por densificación. Los primeros barrios coloniales urbanos crecieron a la vista de la colina del Obispado y a la vera de dos manantiales míticos: creaban oasis de vegetación y fauna acuática; increíblemente en sus transparentes aguas, multitud de camarones, que los españoles de la conquista encontraban más ricos que los de su tierra. Hoy el recorrido del manantial ha sido recreado por un curso de agua artificializado, el Paseo Santa Lucía, un Parque Lineal que todavía necesita tiempo para conectarse con la ciudad que cruza. Pero la historia de Monterrey es industrial. Hasta aquí llegó el ferrocarril y con él, grandes flujos migratorios y grandes emprendimientos comerciales e industriales. Y no hablamos de cosas chicas, nada es chico en México, acá todo se hace a lo grande, y si hablamos de canteras para extraer cemento, hablamos de esquilar una montaña en todo su pendiente hasta dejarla irreconocible. Hoy grandes torres de edificios se acomodan delante de estos inmensos paredones tallados capa a capa en la montaña. Parte del cemento que construyó al México de hoy salió (y aún sale) de aquí, también mucho de su hierro. Parque Fundidora (el hermoso final del recorrido del Santa Catalina) es un grandioso parque metropolitano en los terrenos de lo que fuera una gran fundidora. Los grandes hornos son hoy un hermoso museo, orgulloso del trabajo obrero realizado a altas temperaturas (en una ciudad que puede ser un horno ella sola, sin ayuda). En un punto mirador del Parque Fundidora, sobre ve el fondo del valle del río Santa Catarina y su vegetación vemos los grandes paredones de la Huasteca, y en primer plano glorioso el Cerro de la Silla, una montaña que impresiona por su soledad y prestancia. Los terrenos planos del valle asoman en pendiente suave de erosión milenaria, hasta que los taludes verdes se encuentran con los paredones en fuerte diagonal que llevan a su cumbre bifurcada. Por suerte, lo escabroso de las pendientes ha protegido a esta maravilla de su conquista por el magma urbano que ya la rodea en todos sus bordes. El magma metropolitano (el área de Monterrey son ya varias ciudades amalgamadas) va acomodándose en cada posible valle, conquistando ya por completo las colinas suaves (el cerro del Obispado resiste minimamente, por ser territorio federal; en su cumbre, una enorme bandera Mexicana flamea identificando el lugar de una batalla ganada en su cercanía contra fuerzas de Estados Unidos). Surcando los valles con autopistas urbanas que estructuran su vialidad aparentemente caótica pero (a veces) particularmente eficiente, saltando brechas entre valles con conexiones viales o túneles, pasando por sobre el rio al fondo del valle con cuánto puente sea posible, todo a 100 kilómetros por hora. Todo esto a una velocidad que impide ver el paisaje. Velocidad no sólo de autos, sino de desarrollo inmobiliario, que trepa ya cada pendiente posible, desafiando la lógica y la mayor de las veces, simplemente, el sentido común. Las lógicas del broker inmobiliario son otras que las paisajísticas. Por fotos (no tan) antiguas he visto que Monterrey (y San Pedro) disfrutaban de una relación cotidiana con las hermosas montañas que la rodean. Hoy, hay que descubrir la topografía agujereada y tapizada por urbanización; se manifiesta primero como un manto de vivienda de clase baja, tapiz multicolor gracias a un programa de dignificación, por el tamiz ya permeado por vegetación, arbolado urbano y plazas verdes de las colonias de clase media y finalmente por las torres y los grandes complejos comerciales en los distritos de alta gama.

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Pero el magma metropolitano tiene que terminar en algún lado, y después de las torres de más alta gama, pasando la gran estructura suspendida de la autopista a Saltillo entrás al Parque de la Huasteca. Y todo es otro planeta. Uno que tiene millones de años. Y que aún estará después de que nos extingamos. Llegamos aquí siguiendo aguas arriba al río Santa Catarina, tratando de entender de dónde viene su fuerza destructora latente. Entrando al valle, restos de la vieja carretera aquí y allá, pilares de puentes que ya no están, y la nueva ruta por la que vamos, decididamente temporal, siguiendo el cauce, a veces cruzándolo, esperando ser llevada en el próximo evento huracanado. A la vera de la ruta, paredes verticales, espinas de piedra, costillas de millones de años, y en el lecho mismo de este río que hoy no está, nuevamente intentos de urbanización, ranchos aquí y allá y aún intentos de barrios cerrados (hay disputa entre los intereses públicos y los desarrolladores inmobiliarios que aún no se ha resuelto). Creíamos haber entrado a un Parque Ecológico! Pero aún estos intentos de urbanización terminan a los pocos kilómetros, y ya queda sólo valle desértico de montaña, y una brecha que se bifurca hacia un valle más vegetado, que se nos escapa y una quebrada bastante apretada a la que entramos hasta toparnos de frente con una estructura claramente humana: la presa Rompe Picos. He visto fotos de esta presa desbordada por el agua y en las paredes de la montaña vemos registros de líneas de pelos de agua, pero hoy, nada. Roca y tierra. Un pasadizo nos lleva al otro lado de la represa, a su fin: polvo y más polvo. Y la infantilidad humana que usa esos territorios para andar en cuatriciclo. El Parque de la Huasteca espera aún por la infraestructura que lo convierta en una de las experiencias más impresionantes que se pueda. El Parque de la Huasteca queda en el valle al otro lado de las montañas más altas que vemos desde el balcón de nuestro departamento, visitarlo es entender lo que pasa exactamente más allá de lo que miramos todos los días. Parque Ecológico Chipinque es el parque en la ladera que mira a nuestro lado, es decir, las montañas mismas que miramos, sus cumbres, sus quebradas y sus laderas. Para entender todo ese territorio enfrente nuestro no hubo nada más lindo que visitar estos dos parques uno después del otro. El ying y el yang: Uno desértico, arisco, agresivo. El otro, húmedo, vegetado, amable. Ambos impactantes. Si la Huasteca se siente como el final (o el principio) del territorio metropolitano, Chipinque se siente claramente como su costado: la visión desde varios puntos estratégicos de su recorrido ascendente es a toda la región metropolitana, expandiéndose incluso más allá del horizonte de la planicie desértica. Un Parque con una riqueza ecológica inconfundible, con una infraestructura a nivel de los grandes parques nacionales del mundo. La sensación de hermosura de cada cosa que encontrás se relaciona con el cariño y cuidado que ves en cada pequeña instalación. Si bien nosotros decidimos subir por los senderos montañosos que te van llevado entre bosques y quebradas, este parque es en realidad en un parque metropolitano: es posible subir en auto hasta dos de las instalaciones más cercanas a las cumbres, plazas equipadas. Llegamos arriba (después de caminar por la montaña casi hora y media para subir unos 700 metros) y había familias festejando cumpleaños, rodeados de coaties. Una maravilla. Todo a la vista cercana de las cumbres, que esperan que las visites por senderos un poco más peligrosos y restringidos. Ya tenemos pensado entrenar y anotarnos en las excursiones que llevan a esos picos rocosos que vemos desde la ventana.

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La Libre a Xilitla [en línea]. Papeles Regios. 27 de Febrero de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/02/la-libre-xilitla.html

La Libre a Xilitla

El GPS nos indica la ruta más directa, México 85 hacia el sur. A las tres y media de la tarde, dos horas y media después de lo pensado (por problemas de alquiler del coche), salimos. Lo único que tenemos que hacer es salir de la cochera y doblar a la derecha: México 85 es en realidad Garza Sada, nuestra avenida, nuestra autopista, la vereda que camino para ir al trabajo. Carretera Nacional, llega derecho (es un decir) a Ciudad de México, aunque lo único que mantiene México 85 en su continuidad es el nombre. Esto es un cordón umbilical, corredor vial que va cambiando de personalidad kilómetro a kilómetro, estado a estado, pueblo a pueblo. Sale de Monterrey con tres o cuatro carriles por lado, puentes, pasos bajo nivel, barrios privados, shoppings al rededor. Paulatinamente pierde uno que otro carril y se convierte en una linda autopista de dos carriles por lado, con viveros a cada lado, estamos transitando el valle lateral a la Sierra, del lado del mar, el lado húmedo. Pasando la zona urbana se abren valles verdes, la neblina y la llovizna no nos dejan ver las sierras y montañas que a veces se acercan más a la ruta, intuimos que es muy lindo el paisaje. Pasado ya Montemorelos, la influencia de Monterrey se desdibuja lentamente, entramos al territorio rural de Nuevo León. Zonas de obra que nos detienen a paso de hombre y ahora la ruta es ruta, un carril por lado. Pero notamos algo extraño. La ruta es ancha. Es decir tiene una banquina extremadamente generosa. Pero además, la banquina no es banquina, es ruta. Es decir, no pega el escalón para abajo, no tiene inclinación, es simplemente una continuidad de la cinta asfáltica, que se hizo simplemente más ancha que de costumbre. Da la sensación de ruta segura. Ahora notamos algo más raro aún, los coches que cruzamos viniendo del otro lado manejan con mitad del coche en la banquina. Los camiones que nos detienen la marcha andan con casi todo el camión en la banquina, cuando los pasamos, pasamos tranquilos, ocupando nuestro carril, casi sin mirar quién viene del otro lado. Hasta que nos damos cuenta que los que vienen del otro lado hacen lo mismo. Y ahí cambia la cosa. Imagino que la secuencia de eventos fue así: las rutas estaban muy peligrosas, las hicieron más anchas, se empezaron a pasar peligrosamente, la gente empezó a manejar por las banquinas para no chocar de frente. Lo que ha pasado efectivamente es que los mexicanos han transformado una ruta ancha de dos carriles en una ruta angosta de tres carriles, donde el carril del medio es de dirección aleatoria. Por eso hay que estar muy atentos, porque el choque de frente es inevitable si dos conductores deciden, al mismo tiempo, darle direcciones opuestas al carril del medio -que en realidad es medio y medio carril, mitad carril de tu lado y mitad carril del otro, ya que vos vas manejando por la mitad de tu carril y la mitad de tu banquina. Han divido en tres algo que era cuatro: pasaron de banquina-carril-carril-banquina a banquina/carril-carril/carril–carrilbanquina. Se entiende la apuesta que se ha hecho? Se rifa la vida en cada paso, porque de tan cómodo que es pasar camiones, en un instante se vuelve mortal. Se hace ya de noche y paramos para recargar energías, en un Súper Siete (Seven Eleven). También para el camión del ejercito, con cuatro soldado fajinados y pertrechados con ametralladoras, que se cuadran al lado del camión mientras el compañero entra a comprar Coca Cola. Este país está en guerra. Salimos de la ciudad y entramos a territorio en disputa, de un lado los carteles en guerra entre sí; del otro lado, el ejercito mexicano. En el viaje pasaremos por varios puestos militares, campamentos al lado de la ruta, puestos de control. Salimos del estado de Nuevo León, entramos a Tamaulipas; el estado nos recibe con un cambio en la ruta, que vuelve a ser autopista… por un par de kilómetros. Entrando a San Luis Potosí nos pasará lo mismo, pero ya no le creeremos mucho, entendemos cuál es la estrategia: te hacen celebrar entrar al estado y a los tres kilómetros, la ruta vuelve a su estado normal. Ya a oscuras, nos guía el GPS. Vamos a ciegas, noche cerrada, con luces bajas vemos las líneas de la ruta (cuando están), con luces altas vemos la vegetación circundante. En algún punto de la 85, el GPS nos hace salir, entendemos que estamos esquivando Ciudad Victoria, cruzarla con la 85 significaría entrar a la ciudad, nos agregaría hora y media al viaje, pasamos a la 83, y la sensación es la de estar atravesando un desierto; se ve poco al rededor, alguna que otra estación de servicio, mucha oscuridad, luces en el cielo nublado (Ciudad Victoria) y pasamos cerca de su aeropuerto, lo último que veremos de urbanización en un rato. Después de 100 kilómetros, para ir a encontrar la 85, el GPS nos hace meter en un camino rural, muy angosto, sin marcas, al lado de lo que parece ser un canal. De vez en cuando atravesamos poblaciones mínimas, ya con nombres en náhuatl, la ruta llena de una hojarasca que no terminamos de identificar. Por momentos eso es lo único que vemos, algunos camiones transportando madera, ramas en realidad, nos hacen entender que eso es lo que se ha caído a la ruta. Cruzamos puestos de comida vacíos, ya se han ido todos, algún perro flaco husmeando los restos. Ahora si que no hay nadie al rededor, oscuridad total. No contento con eso, para llegar definitivamente a la 85, el GPS nos mete en una calle de periferia de pueblo. Son las 9 de la noche y cruzamos a gente volviendo a sus casa en motos, camionetas que demuestran que esta 261


mos en zona rural. En algún momento recuerdo las historias de inseguridad en rutas mexicanas y me pongo nervioso, no le comento nada de esto a Agus. Llegamos a la 85, sanos y salvos, sin saber bien dónde estamos, y por supuesto, sin tener idea de qué es lo que acabamos de cruzar (tal vez sea mejor no saber). Pronto estamos en las cercanías de Cuidad Valles. Supermercados, cines, restoranes, luces! Semáforos! Después de seis horas de ruta, tres de oscuridad total, nos sorprende la urbanización. Después de una rotonda urbana, nuevamente estamos en un rulo de cruce de autopistas y volvemos con gloria a la 85. Lo que no entendemos bien es que, faltando sólo 120 kilómetros, el GPS nos marque que aún nos falten dos horas; horario de llegada estimada a Xilitla, 11:30pm. En algún momento, las sombras montañosas que ya nos están acompañando hace un tiempo, se acercan peligrosamente a la ruta, y empezamos a subir. Ahora entendemos, en estas rutas de montaña, ahora si de sólo dos carriles, no podemos ir a más de 60 kilómetros por hora. El GPS lo sabe. Subimos y bajamos, ahora la 85 recorre un valle, que parece muy fértil, árboles y plantas se asoman por sobre la ruta, puestos de comida y venta de artesanías se juntan cada 10 kilómetros, las luces altas del auto iluminan el túnel verde por donde nos movemos, es hermoso. En realidad, debe ser hermoso, nosotros no vemos mucho mas allá de lo que ilumina el auto. Los 60 kilómetros por hora se vuelven paso de hombre cada 10 kilómetros, porque cada población, cada concentración de puestos de comida, ha conseguido la colocación de una secuencia de lomos de burro de lo más variados en cantidad y calidad. Los hay finitos y puntiagudos, los hay enormes y gentiles, los hay repetidos en cercanía, los hay lo suficientemente separados entre sí como para hacerte creer que ya se terminan. Y después están los vibradores, puntitos en la ruta que te desarman el auto si los agarrás a mas de 30 kilómetros por hora. El GPS sabe todo esto. Esta ruta es interminable. Ahora nuestra actividad principal es estar atentos a los carteles que te avisan que a 200 metros viene otro lomo de burro. Y siempre está al acecho el lomo de burro que no está señalizado! En estos tres días manejando por esta zona, aprenderemos a odiar fuertemente estos artefactos del demonio. El GPS nos pide una última maniobra, salir de la 85 rumbo al destino final, Xilitla. Ahora si, ruta de montaña, libre de lomos de burro, una línea amarilla continua separando los dos carriles, de un lado, paredes de piedra, del otro, una oscuridad profunda que intuimos un abismo sin fin. Curvas y contracurvas, siempre subiendo. Las paredes de la montaña cada vez más cerca del auto. Finalmente el GPS nos indica salir de esta ruta, para tomar un camino lateral de piedra, más empinado aún. Subimos unos metros y llegamos al complejo. Nos recibe muy amablemente el chico que nos estaba esperando, nos da las toallas y nos indica el camino de entrada. El ingreso a las cabañas es un camino que baja abruptamente, un pozo oscuro; estacionamos a lado de la cabaña de madera, acomodada contra la pared de la montaña, rodeada de vegetación salvaje, en medio de la llovizna, la humedad y la neblina. Ya acostados escuchamos ruidos de insectos, presentimos la jungla alrededor.

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Oda al Campus [en línea]. Papeles Regios. 14 de Marzo de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/03/

Oda al Campus

Tengo la suerte de trabajar en uno de los lugares más lindos de Monterrey, el Campus del Tecnológico de Monterrey. Un oasis con historia épica, futuro pujante y presente angelado. Las historias de los Campus Universitarios son siempre entreveradas, comienzan con grandes planes que nunca terminan de completarse, los fragmentos de las ambiciones iniciales van sumando paulatinas adiciones, hasta que se llega a un momento inentendible, caos espacial y distributivo, los agregados nunca completando totalidades coherentes. Por el contrario, el Campus del Tec en Monterrey ha logrado estar ahora mejor que antes, y gracias a un máster plan, polémico pero premiado, puede pensarse en un futuro mejor que su presente. Olvidado por los libros de historia, este Campus fue, en su fundación en 1943, el primer campus diseñado siguiendo los lineamientos de la arquitectura moderna en Latinoamérica. Diseñado por Enrique de la Mora, tal vez por no estar en una ciudad capital, talvez por su falta de espectacularidad, no se lo ha reconocido como corresponde. Los primeros edificios inauguraron este sector de la ciudad, en aquel entonces sus afueras, sobre la carretera nacional rumbo a Ciudad de México. Las fotos que muestran los primeros edificios en terrenos huérfanos y con vistas inmediatas al Cerro de la Silla parecen increíbles caminando por la densa trama urbana que rodea al campus hoy. Tras una época reciente de repliegue (con edificios que mostraban sus espaldas al borde para abrirse hacia adentro) las operaciones de apertura en marcha permiten pensar nuevas relaciones entre vecinos, ahora consolidados en el Distrito Tec. Pero por más abierto que lo hagan, el Campus siempre protegerá este silencioso interior arbolado, lleno de plantas, árboles y animales, con el clima atemperado, amable, siempre protegido de los calores y urgencias metropolitanas que lo rodean. Mi camino por Garza Sada comienza cada mañana muy temprano (a veces a las 7am, a veces a las 8:30, dependiendo de las clases), un camino de obstáculos y obstrucciones, pasos bajo puentes, cruces de avenidas, veredas mínimas interrumpidas (cuando no inexistentes), todo bordeando un tránsito imparable a 100 kilómetros por hora. Llegar a la esquina del Campus (la más dura con la ciudad, además) es un alivio inmenso, ya entrando, dando la vuelta al que tal vez sea su peor edificio ya formo parte del sistema de veredas internas, con sus juegos mínimos de niveles y su vegetación cuidada y protegida. Llego a las 7am, tarde para mi primera clase y ya las veredas están limpias, a veces me cruzo con los trabajadores en pleno esfuerzo soplando con máquinas las hojas caídas, despejando el terreno para las escobas que terminarán la labor. Los edificios son barras colocadas en juegos de desplazamiento generando patios, plazas entre sí, el sistema de caminos internos corre paralelo y perpendicular a los edificios; los caminos paralelos articulando galereias y veredas, los perpendiculares atravesando las plantas bajas, ambos conformando la grilla de recorridos internos del campus. Los edificios tienen ligeras semejanzas y ligeras diferencias entre sí, ninguno idéntico a otro, lo que ayuda al usuario habitual de sus lógicas programáticas siempre cambiantes, pasan cosas todo el tiempo, en cualquier lugar del campus. Tanto egalerías de planta baja como escaleras y pasillos de pisos superiores son exteriores, comunicando visualmente a todos los que recorremos el campus, permitiendo la brisa cruzada, ya fresca por los árboles. Amplias, las escaleras devienen terrazas que cruzan la planta de los edificios, en correspondencia con las perforaciones en planta baja. Hay sutilezas de niveles de suelo aquí y allá; a veces hay que subir dos escalones, a veces hay que bajar tres. A veces el césped está más alto que la vereda (ayudado por vegetación rastrera tupida), a veces el césped está más bajo. Los cambios de nivel se acentúan con cambios de tipo y color de piso; los que están bajo los edificios tienen pisos de mosaico granítico pulido, los que atraviesan el verde tienen terminación rugosa. Hay veredas corriendo bajo los edificios y bajo el nivel general del suelo, en relación con patios ingleses longitudinales, hay veredas bajo los edificios elevadas del nivel del suelo corriendo como plataformas o podios, hay veredas bajo los edificios corriendo al mismo nivel del suelo, todas corriendo enmarcadas por columnas de hormigón, en cada edificio ligeramente distintas en proporciones, formas y terminaciones. Confieso que prefiero el núcleo central, los edificios del 50 y 60, talvez los del 70 y alguno temprano de los 80, más al borde vas, más recientes son y más desconectados de este hermoso sistema paisajístico (aunque los dos edificios más recientes son los más centrales, polémicamente reemplazando a piezas históricas: la nueva Carreta y la nueva Biblioteca). Los árboles no fueron planeados, es decir, no hubo máster plan general de paisaje, lo cual indica que plantar árboles nunca puede salir mal. Se siguieron criterios básicos; ni demasiado cerca entre ellos, ni demasiado lejos, tomando en cuenta sus posibles tamaños una vez maduros. En Centrales (el comedor central) los árboles, plantados en grilla, arman un hermoso jardín en sombra, donde comer al aire libre, en las mesas y sillas ubicadas enmarcando el camino central es un picnic al fresco y al acecho de los patos y pavos reales que miran con cariño tu sándwich, con tanto cariño como para arrancártelo de las manos. Porque eso es lo otro que hay que decir de este campus, este es un espacio de trabajo y vida compartido. Con los más de 40 pavos reales, con el número indeterminado de patos mexicanos, y con estas 263


gallinas extrañas que parecen pavos, pero no lo son, todos pavoneándose por ahí, caminando tranquilos, o corriendo desaforados (¡últimamente, la primavera!), largando alaridos más de mamífero que de ave, aterrizando estrepitosamente enfrente tuyo. Una noche que me quedé hasta tarde, en un rincón oscuro bajos los árboles vi a cuatro patos disponiéndose a dormir, en proximidad de familia junto a tres gatos, que acurrucados parecían el mismo tipo de animal. Grupo extraño que tiene antecedentes en una historia de amor mítica entre un pato y un gato. Hay dos tipos de pájaros, uno mediano de color marrón y otro más grande de color negro brillante, casi azulado. Los dos tienen ojos color amarillo y cara de malos. Los tordos (los negros grandes) son casi urracas y andan bastante altaneros demostrando su inteligencia acá y allá. De ellos uno también tiene que cuidar su sándwich. Hay dos venados, uno grande y una muy chiquita tipo Bambi, las dos caminando siempre con una tranquildad envidiable por cualquier lugar del Campus.Todo esto pasa todos los días, como si fuera normal. Una convivencia urbana así entre hombre y animales la viví en un parque en Barcelona diseñado por Miralles; me pareció Arcadia, una hermosa utopía de coexistencia de especies animales. Algo de eso hay acá. Me encanta trabajar en esta densa trama de espacios exteriores e interiores, entrelazados entre vegetación y animales, veredas y galerías, mesas y sillas por doquier. El voladizo intenso de la biblioteca enmarca recorridos y portales cruzando barras de edificios de aulas; los días que llego a las 9:30 para mi clase de las 10, cuando lo atravieso, cada espacio exterior está ya ocupado con gente leyendo o trabajando en grupos alrededor de laptops y libros. Monterrey no tendrá muchos espacios urbanos y quedarán cada vez menos, pero nadie que haya pasado un tiempo en este campus podrá olvidar de que se trata la urbanidad, en definitiva, de que se tratan los espacios de humanidad compartida. Ojalá podamos construir la ciudad del futuro, y que nos salga así como este campus.

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Cholula y Tlachiualtepetl [en línea]. Papeles Regios. 6 de Abril de 2018 Disponible en: http://papelesregios.blogspot.com/2018/04/cholula-y-tlachiualtepetl.html

Cholula y Tlachiualtepetl

Hoy atravesé una pirámide. Entrando por túneles de exploración arqueológica, moviéndonos miles de años en minutos, tocando las capas exteriores de algunas de las más de siete pirámides tapadas unas a otras en miles de años de proceso constructivo. Lo hice guiado por un guía de lujo que me comprimió una clase de cinco horas en unos intensos minutos de asombro (y un workshop de una semana del complejo eclesiástico en la base de la pirámide comprimido en una hora de admiración). Gracias Alvaro! En Monterrey tengo un amigo que me dice, casi todos los días, olvídate del norte, ve al centro. Estoy en el centro, en el mero centro del centro, estoy en Puebla, y hoy, después de la visita a Cholula, entiendo un poco mejor este experimento cultural en sincretismo, el mayor de la historia de la humanidad, tal vez, que es México. Como la pirámide que vi hoy, como la colina vegetada conformada por siete (¿) pirámides construidas una sobre otra (la última inconclusa), el México de hoy es una superposición inmensa, heroica, de culturas que se definen unas a otras, en asimilación, en contraposición, en aniquilación, en complementariedad, en superposición. Capas y capas de historia. Un vértigo maravilloso lleno de festejos y violencias ancestrales. Estoy en Puebla, (6.000.000 de habitantes) invitado al Campus del TEC de esta ciudad, hoy acompañando en las críticas en sus talleres a Toshi Kawai, mi colega PEV (Profesor Extranjero Visitante) llegado de Kyoto, y entre clase y clase tengo unas cuatro horas y Álvaro Argaiz, director de carrera aquí, me dice, vamos entonces a la pirámide? Recordando la conversación sobre México, Puebla, música, cultura, que tuvimos mientras almorzábamos ayer, me preparo para un festín. En su auto vamos a Cholula, y antes de bajarnos ya hemos hablado de la condición urbana post-urbana (concepto que deberé desarrollar en otra oportunidad), las lógicas de expansión de las ciudades mexicanas, sus administraciones corruptas, y tantas otras cosas! Álvaro es una fuerza de la naturaleza, arquitecto, escultor, cinturón marrón de Karate-Do (aunque debería ser segundo dan ya, según su maestro), que propone temas de conversación en simultaneidad y multiplicidad, a la misma velocidad en la que me muestra todo, a mil por hora. El campus del TEC está en una zona de nueva urbanización, en las afueras de Puebla, llegando ya casi a Cholula. Hace menos de 15 años esto era campo y ahora hay Museos (Toyo Ito), hoteles de lujo (como en el que estoy), torres de vivienda de alta gama, otros campus de otras universidades, shopping malls, parques lineales, desarrollos de Infonavit que ahora son alquilados por clase media con aspiraciones, autopistas de siete carriles por lado, etc; el delirio típico de estas zonas. Esto es Santa Fe (México) sin la topografía y/o San Pedro (Monterrey) con algunos vestigios de urbanidad (banquetas –veredas-, cruces peatonales acá y allá). Después de un día atrapado aquí (y después de una aventura cinéfila de aquellas, atravesando para llegar al cine interminables planchas de estacionamiento en la oscuridad, cruzando puentes, etc) quiero ver urbanidad! Quiero ver veredas! Esquinas! Casas! Llegamos a Cholula y saliendo del periférico entramos a la zona urbana (120.000 habitantes) y Álvaro me va explicando, mientras las vamos viendo, las últimas capas de urbanización (los 80’, los 90’, los 2000’) de esta población que ya tiene 2500 años de historia. Calles recién inauguradas, en lo que hace poco era zona de producción rural, se respira todavía al ambiente de pueblo tranquilo. En poco más estamos en la zona central, y las casas ahora son coloniales, coloridas, completando maravillosos muros urbanos continuos, una calle más linda que la otra. Dejamos el auto en un centro de manzana convertido en estacionamiento y entramos por atrás a un lote típico de complejo de patios y salimos a metros de la plaza principal, que me sorprende con la recova más larga de Latinoamérica, una hermosura de arcos continuos protegiendo un espacio público sombreado y proporcionado (leyendo wikipedia me enteraré además que los portales son del 1573). Al final de la recova, una de las tantas iglesias barrocas que veré hoy, con sus pináculos neoclásicos/neocoloniales adheridos posteriormente apilados en orden en el suelo porque el terremoto de hace unos meses los derribó. (La mayoría de las iglesias de Cholula están cerradas por los destrozos que recibieron en el terremoto, las fisuras evidentes, incluso de lejos). Álvaro me dice que hay 365 iglesias en Cholula (y las que vi, una más hermosa que la otra), una para cada santo, es que esta es una ciudad de fiestas, una por día. Arriba de cada templo pre-hispánico se construyó una iglesia en su reemplazo. Desde sus inicios Cholula fue una ciudad religiosa, fue el vaticano de la antigüedad, ninguna cultura destruyó la ciudad, ni en el período pre-clásico, ni en el clásico ni en el post-clásico. Cada pueblo enviaba aquí a sus emisarios, que construirán sus templos, en la pirámide, o sus alrededores. Volviendo al sicretismo actual, enfrente de la Iglesia, al fondo del portal, la Casa de Cortés. En camino a Tenochtitlan, antes de llegar allí, Cortés pasó por acá, matando, literalmente, a todos; en una matanza terrible, la Matanza de Cholula.

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Luego de la plaza de armas -zócalo, vamos hacia lo que intuyo será una maravilla: el Convento Franciscano de San Gabriel Arcángel. Entramos cruzando el muro que protege el patio de las capillas pozas, capillas abiertas donde se daba misa a los indios (nombre dado por las leyas coloniales a aquellos de cultura originaria bautizados a la fé católica, con derechos “especiales”, que no tenían libre ingreso ni a las ciudades de los “españoles” ni a sus templos). La iglesia, terminada en 1552 tiene un portal austero y un interior de estructura y espacialidad gótica de una sola nave, pero es Barrroco en sus decoraciones. (¿Cómo hacés barroca una bóveda gótica? Pintás de dorado fosforescente sus nervaduras!) Una hermosura. Las lápidas en su entrada y a su alrededor van remontando los siglos hasta llegar las últimas al Art Nouveau. Sincretismo excéntrico y aquí con Álvaro hablamos de Juárez, de Porfirio Díaz, de la Reforma, de México. Dicen las malas lenguas que la Capilla Real a la que entramos fue construida como una mezquita camuflada por los marranos ocultos en la población, pero la realidad histórica es que a esta iglesia se le cayó el techo dos veces y la solución cosntructiva final de sus maravillosas 49 cúpulas interiores ya ha resistido varios terremotos desde entonces. No he estado en la mezquita de Córdoba, pero ahora entiendo la sugestión de su espacio interior. Luego de atravesar las capas exteriores de la cebolla, podemos acercarnos a su centro: nos dirigimos a la colina que veo por detrás de las cúpulas, el lugar al que Álvaro sigue refiriéndose como “la pirámide”. Es que Tlachiualtepetl es una pirámide inconclusa. La traducción de su nombre del náhuatl es “cerro hecho a mano”, lo que vemos hoy es la obra de la última pirámide (sobre las otras seis anteriores) abandonada a mitad de camino. Sobre las capas de arcilla acumulada han crecido árboles, es decir, ha crecido una montaña. Llegando a la Zona arqueológica de Cholula, entramos en una pequeña casilla de cobro y sin más preaviso sigo a Álvaro por la boca de un túnel de no más de altura y ancho que su cuerpo, directo a las entrañas de esta montana hecha por el hombre. Es que cómo se construye una pirámide? Terraplén a terraplén, capa a capa de tierra traída de las cercanías, tanta tierra se sacó para traer acá que Cholula estaba rodeada de pantanos hasta hace muy poco, porque se llegó hasta la capa impermeable de tanta tierra buena que se sacó para la pirámide. Cuando decidían “reemplazar” una pirámide, le empezaban a tirar tierra encima, en un proceso que podía durar un siglo. (Hablame de tiempos de obra!) Las excavaciones arqueológicas han sacado al aire sólo las últimas tres capas, solidificadas con terraplenes de piedra, en talud, plataforma o escalera. Dentro de los túneles, los arqueólogos en paralelo a las paredes exteriores de esas capas ahora interiores y podemos imaginarnos caminando en una de las plataformas mirando al antiguo paisaje del altiplano; en otras ocasiones han cavado subiendo en diagonal las escaleras, permitiendo imaginarnos la subida, algunas veces más empinada, otras menos. Porque la idea de las pirámides era subirlas, no sólo para llegar al cielo, si no para ofrendar el sudor. El esfuerzo físico era parte de la ofrenda a los dioses. De las pirámides no bajaba sólo la sangre de los sacrificios, también bajaba el agua. Las pirámides estaban creadas sobre el agua: para crear una primero había que encontrar un manantial, la pirámide protege esa fuente de agua, la vuelve sagrada, una pirámide en realidad es un útero, del cuál salimos a la vida, fuerza femenina, madre ancestral; vagina dentata, te muerde al nacer, de ahí la sangre y los sacrificios y lo que todos sabemos. Y Tlachiualtepetl está sobre un manantial, un río subterráneo y un viejo río que solía correr cerca: triplemente sagrada, pirámide de pirámides. Todo eso me cuenta Álvaro, mientras trato de entender los miles de años que se desarrollan frente a mis ojos: templos en sus plataformas, casa de sacerdotes sobre sus terrazas, plazas de ceremonias, lugares de ecos, ofrendas y juegos, más pirámides al rededor, más montañas sagradas enfrente, más ritos, el mural de los bebedores, porque acá se venía a tomar pulque y a agarrarte un viaje de peyote de semanas, y a veces a no volver, a quedar por siempre en contacto con los dioses, en esta vida o ya en la otra. Hoy, arriba de esta montaña hecha por el hombre, en la cima de la Gran Pirámide de Cholula, hay una iglesia barroca muy hermosa, a la que los fieles suben todos los días (y en grandes días de fiesta) sin saber que al mismo tiempo ofrecen sus cansancio y su sudor a otros dioses; que los miran desde sus otros lugares, todavía agarrándose la cabeza por lo que hemos hecho con sus creaciones.

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El Desborde (Anotado) Ecologías, tecnologías y prácticas urbanas: aproximaciones desde los Estudios de Ciencia y Tecnología (STS) 2019 Doctorado en Arquitectura y Estudios Urbanos PUC Chile

El Estallido

2019/10/18 VIERNES (19:00) Literalmente, la esquina de casa. Al grito de “evadir, no pagar, otra forma de viajar”, “el que no salta es un paco” y “el pueblo unido jamás será vencido”, entre otras. Línea 1 del Metro, espina dorsal de Santiago cerrada, y ahora, cortes en esquinas principales. Protestas en todo Santiago. 2019/10/19 SÁBADO (13:00) Nuevos cacerolazos en Santiago. La protesta excede largamente un pedido puntual sobre el costo del transporte. En cada entrevista abierta las quejas incluyen el costo de la salud y la educación. Es un reclamo generalizado sobre el estado de cosas. El malestar urbano soterrado se escapa por todos lados. 2019/10/19 SÁBADO (20:00) Toque de Queda 2019/10/19 SÁBADO (24:00) Segunda noche de fuego y barricada en La Concepción y Providencia, toque de queda. Ayer viernes a la tarde me encontré con Agus y Camilo en la Plaza. Agus llegó muy asustada, habían quedado atrapados con Camilo en una turba en la entrada del metro, a la vuelta de casa. La modalidad había empezado hace algunos días, los estudiantes se congregan en las puertas del metro hasta que son suficientes para saltar molinetes. A esta forma de protesta la llaman Evasión, al grito de “Evadir, no pagar, otra forma de viajar”. Las protestas comenzaron luego del aumento del boleto del 3%, el cuarto aumento automático en menos de dos años. El metro, a precios de primer mundo, es caro para la clase media y muy caro para la clase trabajadora. Hace unos días, nuestra estación (Pedro de Valdivia, Línea 1) fue de las primeras en ser cerrada por disturbios, desde entonces hay carabineros apostados en su interior y mantiene las puertas exteriores entre-cerradas y controladas. Las protestas continuaron los siguientes días y algunas líneas fueron cortadas por algunas horas, con protestas produciéndose en cualquier estación, a cualquier hora, con una modalidad espontánea y difundida. Imposible de detectar de antemano. En Plaza Lethelier, al otro lado del Mapocho estaba todo muy tranquilo, y disfruté mi tiempo con el bebé. Agus se va con Camilo, yo vuelvo a la escuela a seguir mis lecturas. Por casualidad, el texto que me tocaba leer reseñaba las transformaciones económicas de Chile, con hincapié en la transformación en dictadura y su continuación en democracia. El autor trabaja las continuidades estructurales y explica la función del crédito (y el endeudamiento) como modalidad de dominación, trabajando primero con el hedonismo y luego con el ascetismo forzado: el “ciudadano crediticio” se porta bien para no perder ni el trabajo ni el crédito que necesita para poder pagar las deudas contraídas por su consumo expandido artificialmente. El texto es de 1997, y me hizo pensar que en los 20 años transcurridos todos han pasado la etapa hedonista, las tasas de endeudamiento en Chile son feroces, el crédito se usa ya para pagar alimentos. Todo aquí está al limite. En eso estaba cuando escucho que la universidad cancela toda actividad académica a partir de las seis de la tarde y desobliga a todo el personal. La Línea 1 del Metro, espina dorsal del transporte metropolitano de Santiago, está cerrada por disturbios. Mientras los compañeros deliberan como volver a sus casas, yo arranco caminando como todos los días. Cruzando el Mapocho veo un mar de gente caminando hacia el centro y entiendo que es gente que se quedó sin Metro y camina hasta Baquedano a hacer combinación con la Línea 5, la combinación más usada. Llego a casa y voy a hacer las compras para la cena, pero esta vez no llevo a Camilo porque imagino que Providencia va a estar complicada. El mar de gente caminando a Baquedano es potente. Todos tranquilos, pero no muy contentos. No es una vuelta fácil, menos pensando que es viernes y generalmente la gente trata de pasarla bien un viernes a la noche. Acá me pierdo un poco, han pasado tantas cosas que me confundo. Cuando llego a casa con las compras, empieza lentamente un cacerolazo. Se hace cada vez más fuerte. De a poco se junta gente en la esquina. Cada vez más. Prendemos la tele. En Baquedano se junta mucha gente. Es gente que no pudo subir al Metro, a esta hora TODO el metro de Santiago está suspendido, la gente no puede volver a sus casas. Ahora hay disturbios generalizados en varias estaciones, sobretodo en las terminales en los barrios alejados. A la protesta del Metro se suman cacerolazos en todo Santiago, Plaza Italia (Estación Baquedano) como punto central. A las 10 de la noche, la gente en mi esquina corta el tránsito y arma dos barricadas, empieza a quemar cosas, ahora hay dos fogatas en medio de la calle. Esto se repite en varios puntos en Santiago. Carabineros reprime en Plaza 267


Italia, donde se prenden fuego varios buses (y aparentemente un edificio) y en Plaza Maipú. Por la tele vemos varias estaciones de Metro incendiadas. Ya no se si fue anoche que Piñera declara el Estado de Emergencia o si fue esta mañana, pero me voy a dormir a la una y media de la mañana con gente todavía caceroleando en la barricada de la esquina de mi casa. La salida al campo que teníamos programada, organizada por Rectoría, ha sido finalmente suspendida después de varias ideas y vueltas. Solo la han suspendido después que el rector avisara en un mail a la una de la mañana, que todos los campus de la católica en Santiago estarán cerrados el Sábado y suspendidas todas sus actividades. Hoy nos despertamos con la ciudad tranquila, cuadrillas de limpieza acomodando los restos de la noche. Prendemos la tele en el desayuno, un general explicando la situación en calma luego de la declaración de emergencia, no hubo disturbios en Santiago después de las dos de la mañana. Se le pregunta por el partido de fútbol y alguna otra actividad y queda en confirmar si se suspenden o no. La gente se asoma a ver los restos de las estaciones incendiadas, en Plaza Maipú, la tele muestra un cabildo abierto, gente discutiendo en pleno espacio público, un pensionado explica su calvario, pasó el 18 con 100 pesos, cobra 120.000. Toda la gente entrevistada articula con mucha claridad sus problemas, sus quejas al gobierno, los costos de la salud, la educación. Es claro que la protesta de ayer excede largamente el precio del transporte. Justo el jueves, en clase, hablábamos del malestar urbano notablemente soterrado existente en partes de Santiago y lo comparábamos con Ecuador y alguno de mis compañeros expresaban admiración por como se reclamó en ese país, pensando que en Chile nunca pasaría. En eso estamos, en plena mañana tranquila (aunque con el plan cambiado) cuando empezamos a escuchar, sorprendentemente, caceloras nuevamente. Primero muy pocas, luego ensordecedoras. Vuelve la gente a la esquina, sin cerrar el tránsito, pero interactuando con los autos, que se suman con sus bocinas. Estarán ahí todo el día. En Plaza Italia ya hay gente, y ya se ve al Ejercito en la calle con sus tanques. Es la primera vez desde el regreso de la democracia que el ejercito sale a la calle por cuestiones de seguridad pública. La gente no acepta el Estado de Emergencia, los manifestantes se acercan a los soldados muy cerca para filmar sus caras con sus celulares. Los soldados y los carabineros se repliegan. Mientras Agus cocina algo con lo que tenemos en casa, saco a un desesperado Camilo del departamento a caminar por el hall del edificio. Salgo a nuestra calle (paralela una calle a Providencia) y está todo surrealmente tranquilo. Ni se escuchan las cacerolas de la esquina. Hago caminar a Camilo un rato, incluso cruzamos una de las calles transversales y vamos al vivero a mirar las flores que le encantan. Si no fuerza porque hay un poco menos de gente y algunos locales están cerrados, este sería un día más de nuestro tranquilo barrio, una linda fresca mañana, llena de arboles y pajaritos. Subo y me entero que en Plaza Maipú ya reprimieron y que en Baquedano hay cada vez más gente y gases lacrimógenos, pero la gente no se va, se repliega y vuelve. Plaza Nuñoa, cacerolazo, La Florida, cacerolazo, todo Santiago, cacerolazo. Noticias de saqueos en varios puntos de la ciudad. Ahora suspenden los micros. Santiago está ya sin medios de transporte público de ningún tipo. La gente volverá a sus casas como pueda y esta es una ciudad de siete millones de habitantes. La tele empieza a mostrar disturbios en otras ciudades, primero Concepción, luego Valparaíso, luego Talca. Saqueos, incendios, corte de rutas, en todo el país. En Baquedano hay varios buses incendiados. En alguna estación del Metro arden los trenes. Se rumorea que se decretará Toque de Queda. El rector nos avisa que el Lunes los campus seguirán cerrados y que no habrá actividades académicas. La clase que acabo de terminar, y en la que estuve trabajando todo el día, no será dada. Todos los Wallmart de Santiago cierran por saqueos, incluido nuestro pequeño Líder, lugar a donde vamos a comprar todos los días. Estamos sin comida y sin posibilidad de comprar cerca. Se despierta Camilo de su siesta. Decidimos salir de nuestro encierro. El plan es salir para el otro lado de la barricada, cruzar el Mapocho y encarar a Plaza Lethelier, a ver si el Supermercado Diez está abierto. Yo lo dudo, Agus confía. Caminamos rápido, tensión en el aire, los únicos que cruzamos son chicos que van para Baquedano, cruzando el parque costero sentimos el olor lacrimógenas, el aire está raro. Del otro lado, nadie cerca de la Clínica Indisa, todo cerrado. Vemos gente caminando con bolsas, le preguntamos, el Diez está abierto? Si, nos dicen. Llegamos y está cerrado, aunque por suerte el mini-market de al lado está abierto. Agus es la penúltima clienta, ya cierran después de trabajar a destajo todo el día. Compramos lo que imaginamos necesitaremos en los próximos días. Camilo juega un poco en la plaza, y volvemos. Ya baja el sol, hace frío, no queremos estar en la calle. Muy poca gente, muy pocos autos, sólo algunos 268


turistas. Prendemos la tele mientras Agus cocina, sectores liberados en Santiago, muy poca presencia de Carabineros, Alameda con saqueos en grandes tiendas, se confirma el Toque de Queda a parir de las 10, se necesitará un salvoconducto firmado por Carabineros para circular por la calle. La gente hace cola en comisarías para obtenerlo. Entre los entrevistados por la tele, un Hondureño que pide permiso para poder ir a la clínica donde está por nacer su hijo, al que le pondrá Santiago, en honor a la hermosa gente de esta ciudad que lucha por sus derechos, dice. El otro es alguien que tiene que ir a buscar a su tío que llega al aeropuerto y ya no funciona ni tran-svip. Ya no hay taxis, ya no hay Uber. Pero la gente sigue en la calle, las cacerolas de la esquina (y de todos lados) cada vez más fuertes. Noticias de disturbios en todo el país, estado de emergencia en Concepción, tanques en la calle ahí también (Toque de Queda en Valparaíso también). Se acercan las 10 y no hay novedad. La sensación es de anarquía, ausencia total de las fuerzas de seguridad. Luego de la pizza casera, intentamos que Camilo se duerma por segunda noche consecutiva al compás de las cacerolas, que no hemos dejado de escuchar (y mirar en primera fila desde la ventana) durante todo el día. Ya es noche cerrada y hace rato que han vuelto a prender dos fogatas, barricadas. Pasa un helicóptero muy bajo, la gente chifla al helicóptero, grita Piñera Renuncia, el que no salta es un paco. En Ñuñoa prendieron fuego una concesionaria de autos, los bomberos llegan a los minutos, pero ya se incendió todo. Es Toque de Queda y aún hay gente en la calle. Camilo finalmente se duerme y miro por la ventana la llegada de los primeros gases a la esquina. La situación durará una hora, la gente se va, vuelve, le vuelven a tirar, los más aguerridos regresan a tirar cosas a la barricada para que siga ardiendo. No se de donde sacan las grandes piezas que tiran a quemar y no veo donde están los carabineros. Finalmente llegan las camionetas, cada vez más carabineros, algunos corren, la gente está replegada detrás de los edificios y no los vemos. Cacerolazos fuertes en protesta de su llegada, corridas, gritos, disparos. A la medianoche no hay mas cacerolas. De vez en cuando escucho gritos aislados. Los helicópteros siguen pasando. Nadie, nada en las calles. Solo pasa algún patrullero. Abro la ventana y hay un silencio absoluto, aunque en los oídos siento todavía, aunque más soterrados, las cacerolas que he escuchado todo el día. No he vuelto a ver la tele, imagino que todo Santiago está tranquilo ahora. Piñera anuncia una ley anulando el aumento del boleto. Mañana domingo será otro día. 2019/10/20 DOMINGO Nuevas protestas todo el día en Santiago, familiares en la esquina de casa, masivas en Plaza Ñuñoa, violentas en Plaza Italia, incansables todas. Noticias esporádicas de saqueos e incendios en todo el país, los medios de comunicación concentrados en los efectos violentos de los acontecimientos, muy poca reflexión sobre las causas. Reuniones entre los presidentes de los tres poderes, al final de las cuales el presidente asume en su discurso la desigualdad imperante en el país y la oposición le pide directamente un cambio de modelo en su cara y en su casa. El congreso se apresta a tratar la ley que elimina el aumento de boleto, aunque todos saben que ya no se trata de eso. Se adelanta el Toque de Queda de hoy para las siete de la tarde. 2019/10/21 LUNES Cuarto día de furia, ahora mismo represión en Plaza Baquedano (desde aquí viendo los helicópteros militares y escuchando tiros y gritos). A poco de comenzar la tercera noche de Toque de Queda en Santiago, se suma el estado de emergencia en la mayoría de las regiones del país y toque de queda en las principales ciudades. Nuestra cotidianidad totalmente alterada por los acontecimientos, encerrados en el departamento con el bebé, literalmente rodeados de manifestaciones a las que no podemos concurrir, porque por la ley de residencia temporaria somos sujeto a deportación si participamos de actividades de política interior. Todo se le ha ido de las manos al gobierno, cuesta entender como van a volver de esto. Ayer a la noche, luego del toque de queda, los mensajes de los medios y del gobierno era de empezar el Lunes una semana de trabajo normal. Nada más alejado de la realidad: hoy sigue siendo un día de batalla urbana en todo el país. Las manifestaciones cada vez más masivas, el caceroleo disperso e incesante en todas las ciudades, los cantos piden la renuncia del presidente. Piñera agregó más leña al fuego en una conferencia de prensa ayer al decir, literalmente “estamos en guerra”, y hablando de un enemigo organizado. Más cerca de los acontecimientos, un senador de derecha explican las razones: un malestar muy profundo y extendido frente a un modelo económico que ya no se sostiene, con pensiones miserables y con gente que se muere de cáncer por estar en listas de espera. Palabras textuales. Las declaraciones del gobierno han sido muy desafortunadas. Todo empezó cuando uno de los ministros dijo que ante el aumento del precio la gente debía “levantarse más 269


temprano” para acceder al descuento horario. Funcionarios que en su vida han subido a un Metro manejan, sin empatía alguna, el transporte público de una ciudad de siete millones de habitantes. El aumento del boleto, dado automáticamente por ley, es resultado de un “panel de expertos”, típica legalidad contractual neoliberal, el mercado dictaminando la racionalidad económica de las decisiones. Aunque estamos justo en el borde de Providencia, en la parte más cercana al centro, este sigue siendo un barrio de clase media alta. Ayer domingo, en nuestra esquina se mantuvo un caceroleo constante, desde el mediodía hasta bien entrado el toque de queda. Ayer salimos una sola vez de casa, al mediodía nos aventuramos con Agus y Camilo por las calles tranquilas de atrás hasta el mercado, que encontramos con las persiana bajas. Entrando por el estacionamiento encontramos la pescadería todavía abierta y llegamos a comprar unos camarones, lo último que quedaba (después un vecino me contará que a la mañana estuvo atestado de gente comprando todo y que el mercado se quedó sin nada muy rápido, todos los supermercados de cadena de la zona están cerrados). Volviendo por el lado de Providencia, encontramos un domingo bastante tranquilo, y vemos que PapiPollo, a pesar de tener la persiana baja, está abierto, con gente haciendo cola en la vereda al sol. Agus se queda haciendo la fila y me voy a pasear con Camilo al parque interior del complejo de viviendas detrás de las Torres Escalímetros. Es un parque lleno de árboles, muy tranquilo, con pajaritos que le gustan mucho a Camilo. Ahí estuvimos un rato charlando y jugando con una vecina que nos prestó algunos juguetes. Volvemos con Camilo a la fila del pollo, que apenas se había movido y reemplazo a Agus que se va a casa con el bebé a ver si puede dormirse un poco. Casi media hora después llego a comprar el penúltimo pollo que queda y una porción de papas fritas, el hombre tuvo que avisarle a la gente de la cola cuál ya no alcanzaba a comprar. Mientras compro el pollo ya la cosa se pone espesa, chicos en skate pasan a contramano por Avenida Nueva Providencia en camino a Plaza Italia. Durante toda la tarde se reprimirá los intentos de la gente por juntarse ahí, con el ejercito a cargo de esa “contención”. Será todo muy violento en Plaza Italia durante todo el día y mucho más cuando se acerque el inicio del Toque de Queda, llamado para MUY temprano, las seis de la tarde. Cuando vuelvo con la bolsa de pollo en la mano, paso por la esquina de casa, donde ya funciona el semáforo y no hay rastros de la batalla de ayer. Intento ver donde sacaba la gente las cosas que quemaba y no puedo darme cuenta, pensaba que eran los carteles comerciales, pero siguen estando ahí. Mientras almorzamos (ya a las tres de la tarde) vemos por la tele que en Ñuñoa, en la plaza se empieza a congregar gente. A las cinco de la tarde la manifestación llegará a ser de 10.000 personas. Fue una fiesta popular, carnaval de bailes y consignas. Esa manifestación no fue reprimida y se dispersó pacíficamente muy dentro del toque de queda, entrada la noche cerrada. Algo que no pasó acá en la esquina. La gente caceroleando se mantiene firme pasado el Toque de Queda. Media hora después del límite, a las seis y media, pasa un carro que tira gas lacrimógeno. La gente grita, se dispersa un primer contingente. Vuelven los más aguerridos. Llega el ejercito. Algunos les cacerolean en la cara. Vemos como un loco en bicicleta se pone cerca del grupo de militares. Literalmente dentro del grupo. Unos diez segundos que parecen una eternidad. Algo pasa, lo agarran del cuello, lo tiran al piso, se lo llevan arrastrado, le tiran la bicicleta al medio de la calle, la gente grita. Carabineros bajan de más carros, arman filas, se parapetan detrás de la esquina del edificio de enfrente, tiran gases. La gente cacerolea desde las ventanas, gritan. En eso estamos cuando Agus logra hacer dormir a Camilo. Ya baja el sol. Salgo al balcón. Lo que veo es una batalla campal por el control de la esquina, con la gente haciéndole frente a los carabineros. Mas atrás por la calle del barrio parecen haber prendido una barricada. Los carabineros avanzan y retroceden varias veces, pero ya tienen el control de la avenida principal. Estarán así por varias horas, muy entrada la noche. Pasa una cosa graciosa, uno de los móviles de la tele que estamos mirando pasa por la esquina de casa, Agus se levanta a verlo, el periodista se baja, dice que en los caceroleos que se escuchan la gente le grita a los de la barricada que se vayan, que dejen de hacer ruido porque mañana hay que trabajar. Pero los gritos son claros: pacos asesinos. A las once de la noche, cinco horas en Toque de Queda, todo Santiago parece finalmente en silencio. A pesar del silencio absoluto, creo escuchar cacerolas y gritos todavía. Hoy me despertaré con los gritos aún en la cabeza. Hoy a la mañana, ya con las clases suspendidas, nos despertamos tarde. Nuestro barrio parece tener una normalidad de día laboral. Mucha gente trabaja en este barrio y es un hormiguero de gente todos los días. El Metro Línea 1 aparentemente funciona en forma normal. Una capa de normalidad se posa sobretodo. En el desayuno me pongo al día con todo lo que tengo atrasado en le teléfono y prendo la computadora para intentar avanzar con mi trabajo. Imposible. Como poder concentrarse con esta situación? El chat con mis compañeros de doctorado es constante, leemos cartas escritas por la escuela de arquitectura, por el rector, por la universidad, todos consternados por la situación, por la magnitud del malestar demostrado por la población, 270


y muy preocupados por la inadecuada respuesta del gobierno, pidiendo se levante el estado de excepción y se retome el dialogo para proponer soluciones de fondo. Muy temprano Agus sale al mercado a comprar cosas. Todo el barrio hizo lo mismo, me cuenta que el mercado estaba a pleno, que la gente de la verdulería saluda a Camilo y le pregunta si anduvo caceroleando por ahí, le dan frutillas y palta. La imagen es la de proveerse de cosas frente a un estado de guerra. Voy al mercado una hora después a comprar lo que nos faltó, pasando por la farmacia por pasta de dientes y pañales. En la calle, gente con bolsas repletas de mercaderías, recibiendo preguntas sobre dónde las habían conseguido, la respuesta, el Santa Isabel de más arriba (unas diez cuadras), único supermercado abierto en esta zona de Providencia. Farmacia repleta, muchos turnos de espera, voy y vuelvo al mercado y aún no pasó mi turno. Casi no me puedo volver a entrar, mi número fue el salvoconducto. Una clienta habla con la empleada. La clienta dice, pero esto solo pasa en otros países! (clave, solo pasa en Venezuela), la empleada, que claramente entiende lo que pasa, le dice, esto es mucho peor que en otros países. En el mercado hay una señora de clase alta, que por las preguntas que hace demuestra que nunca ha venido a comprar acá, a los gritos por teléfono en estado de crisis nerviosa, empujando a todo el mundo y robándome las últimas papas del mostrador. Lo que noto en esta muy corta vuelta por el barrio es un estado de crisis nerviosa colectiva, la poca normalidad superficial ocultando el estado de shock, todas las conversaciones son sobre la situación. Si el gobierno pensaba que todo se reducía a un fin de semana de locura, se han equivocado, entrado el lunes, la cosa se va espesando en todo el país. Está llamada una huelga general de estudiantes y está convocada una gran manifestación en Plaza Baquedano. Un compañero vive cerca y manda fotos por el chat. Una compañera está yendo para allá y nos mantendrá informados mientras la cosa esté tranquila por ahí. Ya desde antes del mediodía la gente empieza a junarse, primero tímidamente con cacerolas, luego con columnas más organizadas, por todas las avenidas que confluyen ahí. En pocas horas hay más de 50.000 personas y ya es muy difícil de disuadir, los carabineros se repliegan y hasta entrada la tarde no molestarán. Aprovechamos que Camilo se despierta de una corta siesta e intentamos llevarlo a su plaza. Estamos llegando a Andrés Bello cuando una persona nos avisa que acaban de tirar gases lacrimógenos a unos cabros que venían subiendo tranquilos. Una chica nos dice que nos demos vuelta y que volvamos que la cosa está fea en el rio. Por la vereda de enfrente ya corre la gente. Nos volvemos, la salida del departamento se frustra, estaremos por tercer día consecutivo encerrados. Es claro que los carabineros intentan disuadir a la gente de llegar a Plaza Baquedano, algo que con el correr de la tarde se les volverá en contra, porque la gente se juntará en lados inesperados. Volvemos a casa y seguiremos todo por las redes. En el momento pico de la manifestación en Plaza Baquedano y alrededores llegarán a juntarse mas de 200.000 personas, algo pocas veces visto en esta época de Chile. En Plaza Ñuñoa otro tanto, mucha, mucha gente reunida. La televisión no tiene otra alternativa que mostrarlas y remarcar lo pacífica de las protestas. Mientras tanto, en otros lugares del país hay manifestaciones y represiones muy violentas. La gente se enterará de esto por las redes, generalmente videos caseros reproducidos en cuentas anónimas por Instagram. Los medios no muestran nada. No reprimen de entrada Baquedano porque es muy visible, ya hay mucha gente, y no se puede reprimir sin armar bardo muy grande. Aunque es solo cuestión de tiempo. A las seis de la tarde empiezan a reprimir en Baquedano. Ahora mismo, mientras escribo, lunes a las siete de la tarde, a una hora del tercer Toque de Queda hay manifestaciones por todos lados, en Baquedano hay represión fuerte, en Plaza Ñuñoa sigue la gente en forma pacífica; en Maipú, mucha violencia durante todo el día intentando controlar la plaza; en La Florida, manifestaciones cortando avenidas, y al final de la tarde una manifestación en pleno barrio alto, Las Condes y Vitacura. Ahora en este momento hay manifestaciones frente a Casa de la Moneda, fuertemente reprimida. Se ha generalizado tanto la protesta que el discurso de criminalización que propone gobierno cae en saco roto, los medios han mentido tanto que la gente los echa de las manifestaciones, los medios han intentado tapar mucha de la violencia ocurrida en todo el país, pero la gente se informa por Instagram. Ahora la televisión muestra que los gritos de la gente, en aquellas manifestaciones donde pueden acercarse “pacíficamente” a los milicos, los gritos son “Paco escucha, súmate a la lucha.” Termino estos párrafos a las siete y media, a media hora del toque de queda, las calles llenas de gente, las cacerolas más fuertes que nunca, algo muy parecido a una fiesta popular. Pero hay muertos, hay heridos.

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2019/10/22 MARTES Quinto día de furia. Anoche la represión fue muy violenta en Santiago y en casi todas las ciudades de Chile. Han circulado videos caseros con imágenes crudas, incluso algunas imágenes fuertes han sido transmitidas en vivo por la televisión abierta. Los gritos de Fuera Paco se escuchan hasta bien entrada la noche. Me despierto hoy con noticias de muertos, con compañeros de doctorado pidiendo sangre para amigos internados por herida de bala. Así arranca el día. Después de desayunar, Agus sale con Camilo a una plaza a las Condes, con una compañera del doctorado. Mucha gente hizo lo mismo, muchos chicos en la plaza, me cuenta. Yo voy al cerro a caminar, a despejarme. La ciudad parece normal, gente trabajando en diversas obras en construcción, aunque menos gente, solo turistas. Hermosa mañana en el cerro, camino por senderos alejados, paso bosques, llegó al mirador. Vuelvo a casa, llega Agus con Camilo dormido, voy al mercado a comprar empanadas. En el camino todo bastante normal, aunque solo los turistas son los que toman café en los bares. En el mercado ya no hay la locura de ayer, mucha menos gente, el puesto de empanadas está abierto. Noté todo tan tranquilo que apenas se levanta Camilo de la siesta lo llevo al parque del complejo de vivienda, jugamos un rato, están todos los chicos de siempre, las mamás de siempre, las cuidadoras de siempre. Cuando estamos con Camilo en la hamaca, de uno de los edificios salen dos chicos con su hijo, la chica lleva un parlante portátil grande, el chico lleva una guitarra. Al volver a casa los escucho cantar Violeta Parra en la esquina, ese será el tenor del resto de la jornada. Son las cuatro de la tarde y la ciudad es otra, los locales están ya cerrados y la gente camina toda para el mismo lugar, van todos a Plaza Italia, con cacerolas, carteles y botellas de agua, la música de los chicos en la esquina tiñendo todo de una lógica de fiesta popular. A las cinco, desde casa empezamos a escuchar una manifestación. Nos asomamos por el balcón y vemos que la gente ahora camina por la calzada de la avenida, interrumpiendo el tránsito, vienen bajando desde las Condes, donde el ejercito reprimió ayer (balearon y entraron a condominios) y van a Plaza Italia. La gente que viene desde ahí es clase media alta. Plaza Italia ya está llena, a las seis de la tarde, tal vez el momento de mayor concurrencia, habrá ahí casi medio millón de personas. La manifestación más masiva desde que comenzó toda esta revuelta. El ambiente es absolutamente festivo, la gente canta, baila, los carteles dicen “No Estamos en Guerra, Estamos Unidos.” Otros dicen “No somos alienígenas”, en respuesta a una nueva desafortunada declaración que encendió los ánimos: la primera dama diciendo que en el gobierno están sobrepasados, que todo parece una invasión extraterrestre y que deberán renunciar a algunos privilegios. En Plaza Ñuñoa hay gente desde el mediodía, ahí habrá al menos 50.000 y mucho baile de todo tipo, coreografías pop, cuecas, de todo. En otros lugares de Santiago habrá otras manifestaciones, más aguerridas, en los barrios populares, saqueos y un muerto por bala. Charlamos con Jaime, un amigo de Agus, sobre el ánimo de la gente, y le comento mi absoluta sorpresa por el carácter de desafío a la autoridad que todo el mundo demuestra, a pesar de los muertos. Se ríen en la cara del estado de emergencia y el toque de queda. Jaime es consciente de los peligros del desafío a la autoridad militar, los tres coincidimos que en definitiva este será un aprendizaje a gran velocidad para muchos que no han conocido la represión en dictadura. A la televisión no le queda otra que mostrar manifestaciones masivas, pacíficas y festivas en todo Chile. No hay ciudad que no las tenga. Tampoco hay ciudad que no tenga Toque de Queda, algunas tan temprano como a partir de las seis de la tarde, el desafío a la autoridad es masivo, nacional. En las marchas, manifestaciones y festividades participan familias enteras, desde el abuelo hasta bebés. No hay pancartas partidarias, solo carteles escritos a mano con las más variadas consignas, todas demostrando descontento. Esto es lo otro que los presentadores televisivos no pueden ocultar, durante las transmisiones deberán usar esa palabra: “descontento”, una y otra vez. Por supuesto que insisten con los saqueos, aquí y allá en todo Chile, pero aún así se ven obligados a preguntarse porque no está la policía custodiando esos lugares. Ya son las seis y media, falta solo hora y media para el Toque de Queda. La televisión entrevista a la gente esperando el transporte público que ya no funciona o subiendo a cualquier micro que los deje cerca, para estar en casa al inicio del toque de queda. La gente que avanzó hasta Plaza Italia ya empieza a volver, los veo subir por Providencia hacia las Condes. Los Carabineros aparecen alrededor de las siete de la tarde en Plaza Italia. Primero el carro lanza-gases, es en realizad un tanque urbano, camuflado y reforzado, los gases salen de varios cosos que lo tiran bastante profuso hacia cualquiera de sus lados. Van rápido, si la gente no se corre los choca con parachoques en punta. La gente pasa de bailar a correr. Me parece una locura lo que intentan 272


hacer, dispersar una manifestación de tanta gente, los arrean como ganado. Cuando se abre espacio, avanzan con los zorrillos, trabajando en círculos, van y vienen. Una vez que pasa esto entra el guanaco, del tamaño de un colectivo, reforzado, que desde arriba, y si que nadie se asome, tira un chorro de agua con mucha fuerza. Entre esas dos acciones, la gente en Plaza Italia se va para donde puede. Algunos en un puente prenden fuego algo. A las ocho, hora de inicio del toque de queda, ya no hay nadie. Durante una media hora llena de suspenso, la pantalla de la tele estará dividida en tres: Plaza Italia reprimida (nadie usa esta palabra en la televisión, siempre serán “disturbios” –aunque no los haya, aunque sean causados por los Carabineros, los periodistas expresan lamentos de que esto tenga que ocurrir, de que los carabineros “tengan” que actuar). Plaza Ñuñoa en plena fiesta, Temuco (al sur del país) con gente pacífica en su Plaza Central (a veces Talca, donde se reprime y a veces Concepción, donde la gente baila en la calle). Estamos en Toque de Queda y a nadie parece importarle. Sigo viendo gente caminando por la vereda y siguen pasando autos. Muy pronto en Temuco las imágenes cambian, ahora vemos a carabineros disparando en las esquinas. Hay un momento emocionante, ya han tirado gases en la plaza y la gente, familias, se paran frente al zorrillo estacionado. Hacen una barrera. Se mantiene esto por un tiempo. Aparece el guanaco y moja y dispersa a toda esta agente que estaba simplemente parada. En vivo y directo para todo el país seguimos viendo como Carabineros, parados en medio de la calle, disparan gases lacrimógenos a gente que no sabe para donde replegarse. Veo pasar a un señor mayor caminando con dificultad por detrás del carabinero más aguerrido, que no para de disparar con su lanza bomba, también pasan chicas jóvenes por su costado, todo es surreal. Ya cuarenta minutos de Toque de Queda, a la esquina de casa llegan los militares. Pero la gente sigue pasando, todos vuelven de Plaza Italia, algunos con cacerolas en la mano, los milicos no paran a nadie, no paran a ningún auto. La gente pasa por el medio, caceroleando. Por un corto tiempo habrá un grupo frente a los milicos caceroleandoles en la cara, en pleno Toque de Queda. Lo de Plaza Ñuñoa no puede durar mucho más, ya casi una hora de Toque de Queda y siguen en pleno carnaval. Llega de la nada, avanzando por Avenida Irarrázaval, un guanaco a toda velocidad, parte al medio a los que quedan, vuelve por el otro carril, dispersa al resto. Alguna gente no amedrenta, vuelve mojada, salta, baila, pero ya son los menos. De repente salen corriendo, desesperados. Escuchamos disparos, vemos a militares avanzar en estilo combate, disparando horizontalmente, apuntando a la gente. Nada de tiros al aire, apuntan. Ni el periodista que cubre esto, en vivo y en directo, puede ignorar la violencia de lo que estamos viendo. Bien entrado el Toque de Queda, Piñera habla al país y anuncia una serie de medias de alivio económico. No hace referencia alguna a la represión. No habla de los muertos. Presidente, esto ya no es una cuestión económica. El hombre sigue en su mundo empresarial, habla de aumentos del 20% en algunas pensiones y descuentos del 10% en la cuenta de luz. Le habla a su país de macroeconomía y de la salud de las finanzas y asegura que todo se hará con responsabilidad fiscal, que recalca es muy importante. Ningún pésame a ninguna madre chilena. Simplemente un cálculo de cuán poco se podrá aflojar la correa de la acumulación del sector económico concentrado, en “beneficio” de “los más postergados”. Hoy habrá mas muertos, tal vez no en Santiago; aunque seguimos escuchando gritos y acaba de pasar un helicóptero tan cerca que hizo temblar al edificio. 2019/10/23 MIERCOLES Difícil explicar lo surreal de esta situación. Se ha establecido una nueva normalidad: a la mañana se trabaja, a la tarde se protesta, a la noche se reprime (y se tortura y mata). La repartición de los roles es clara: el mercado produce, la sociedad protesta, el estado reprime. Hoy los roles están más marcados aún, hay huelga general y muchos actores civiles organizados, se pliegan a grandes marchas en todo el país, lo que deja al sector privado con el peso de mantener la normalidad comercial y productiva. Aunque sea hasta las tres de la tarde, momento en el cual se desobliga a los empleados para dejarlos volver a casa antes del toque de queda. Agotados de tanto encierro, salimos temprano para la Plaza de Camilo. En las horas de “normalidad”, todos los bebés hicieron lo mismo, asistencia prefecta en Plaza Lethelier. Camilo tuvo su momento de convivencia y juego exterior. Volvemos casi al mediodía y la actividad en Avenida Providencia es normal. Salgo después de leer algunos textos para el doctorado, a las tres de la tarde y la lógica es otra: éxodo masivo. La hora pico se adelanta cuatro horas, de las siete a las tres de la tarde. Se va todo el mundo. El toque de queda, que será informado mucho más tarde, empieza hoy a las 22 y terminará a las 4 de la mañana, el más corto hasta ahora en este experimento de represión de derechos y garantías individuales en plena democracia. Más temprano, para que la gente de la periferia pueda llegar a trabajar (equipos de limpieza y mantenimiento) a su horario 273


normal de 6 o 7 de la mañana, y más tarde para que los oficinistas puedan completar su jornada, y tal vez tomarse una cerveza antes de volver a casa. Algunas patronales empiezan a sacar cuentas del dinero que se está perdiendo por la abrupta caída del consumo masivo. Si el Toque de Queda se mantiene en ese horario, es probable que mañana intenten hacer trabajar a la gente su horario habitual. Por lo pronto, a nosotros nos avisan que todos los campus de la universidad permanecerán cerrados hasta el domingo. Imagino que esto entrará en la historia de las maniobras militares, el intento de contener a una región metropolitana de siete millones de habitantes por vía de edictos militares de Toque de Queda. Creo que todo esto es un gran absurdo. Vuelvo a salir en una hora y media, a hacer unas últimas compras que ya no puedo hacer, ya está todo cerrado. Se mezclan, en tercios proporcionales, tres tipos de gente: los oficinistas y trabajadores rezagados que esperan subirse a los últimos buses, la gente que vuelve de Plaza Italia de la manifestación y la gente que va a Plaza Italia a la manifestación. Las manifestaciones de ayer eran espontáneas y festivas, las de hoy, organizadas y políticas, ambas con una demanda que se cristaliza: Renuncia Piñera. La marcha en Santiago se llamó para temprano, a las 11 de la mañana ya estaba todo el mundo encolumnado. Esta manifestación ya es más parecida a una manifestación política, hay carteles y banderas, de organizaciones sociales y sindicales. La gente que veo volver ha estado protestando todo el día al sol, en un día de treinta grados. Vuelven eufóricos. Los que están yendo ahora, más jóvenes, sin pertenecer a ningún sector político organizado saben que están yendo a un lugar que ya empieza a ser reprimido. Los Carabineros quieren despejar todo temprano, ellos también han estado siguiendo a los manifestantes desde muy temprano e imagino que quieren terminar antes de que baje el sol. Ya a las cuatro de la tarde tiran gases y agua, con dinámicas mucho más agresivas que las de ayer. Ha habido mucha gente hoy en Plaza Italia y si esperan a la hora pico de ayer (casi las seis de la tarde) hoy serán demasiados, y demasiado evidentes. Al ir a buscar algo por Avenida Providencia, veo a los militares custodiando la entrada del Metro, con armas largas. Una madre con su nena en brazos los increpa, fuera militares de la calle, bajen sus armas, este es el pueblo. La gente no quiere a los militares en la calle. Hoy han habido manifestaciones multitudinarias en todo Chile. Las medidas económicas anunciadas por Piñera resultan maquillaje que además vuelve a dar plata del estado a los sectores concentrados de la economía. Todo el mundo se da cuenta. Igual, ya no se trata de eso ahora. Ahora se trata de Renuncia Piñera. Ni entregando a todos sus ministros calma a la gente, la gente quiere que se vaya él. Y que retire a los militares de la calle. Piñera sigue dos pasos atrás de todo: cuando ya no era por el boleto, aflojó con lo del boleto; cuando ya no era por la economía, aflojó sobre la economía. Hoy todo Chile habla de los muertos. Ni la televisión ha podido ocultar la violencia desatada desde los carabineros y militares. Hay un militar preso por asesinar a una persona y se están identificando los autores de otros dos asesinatos. Hay denuncias formalizadas en fiscalía de centros de tortura montados en estaciones del Metro, aquí a la vuelta de casa. Hay imágenes crudas circulando por las redes. Hay rumores de violaciones, hay denuncias de abusos. De esto se habla incluso en la televisión. Ya no se sostiene el discurso de los “violentistas”, de los grupos radicalizados. Hoy es todo Chile protestando y enterándose de los abusos, de los que responsabilizan a Piñera. Los periodistas siguen llamando a la represión, “incidentes”. Aunque se refieran al “descontento” de la población, ese descontento nunca se articula con claridad, al parecer los periodistas no saben bien porqué la gente está desde hace seis días protestando en la calle. Aunque enfoquen a pancartas que claramente dicen “Fuera Piñera”, sólo se animan a decir, “ahí está la gente con sus consignas”, aterrorizados de tener que leerlas al aire. Y aunque muestren en vivo la actuación violenta de los Carabineros y manifiesten sorpresa por su actuación contra gente que solo salta y baila, al instante enfocan a encapuchados, y corrigen, lástima este grupo de violentos que hace que no quede otra alternativa a carabineros que actuar. Lo más gracioso que veo hoy por la tele, un grupo de gente de Vitacura, barrio alto, el más caro de Santiago, se ha organizado y ha solicitado realizar una marcha (acá hay que pedir permiso para marchar, siempre) que terminará frente al Colegio Militar para protestar por la presencia de los militares en la calle. La televisión sigue la marcha que avanza sumando más gente, todos de Vitacura y Las Condes, aquí no hay más que gente de clase alta. Hay entrevistas. Me enternece el clasismo de la periodista, que señala lo pacíficos y poco agresivos que son estos manifestantes. Se acerca a una de ellas, la chica va con su guagua, le pregunta, por qué has venido? porque no he podido participar en los días anteriores y quero apoyar todo este movimiento de descontento. Su cartel dice: Fuera Piñera. La periodista insiste, pregunta por la violencia. La madre no la condena, dice con caridad: a veces la violencia es el último recurso para darnos cuenta de lo que está pasando. Al lado pasa uno bien cuico a los gritos: La Tele Miente! Fin de la entrevista.

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He visto que en Argentina y en el exterior las notas sobre lo que pasa en Chile comienzan con la sorpresa del estallido, se habla del milagro, del modelo, se buscan razones: Cómo pasa esto si Chile crece? Cómo para esto si Chile ha bajado la pobreza? Nada de esto se habla acá, porque acá está todo claro: la desigualdad del modelo es insostenible y la injusticia es manifiesta. Ya lo aceptan todos, hasta Piñera. Todos saben de que se trata el neoliberalismo y si no se pronuncia esa palabra, es porque sería como nombrar a los camellos en el Corán: es la realidad cotidiana de esta sociedad mercantilizada. La gente dijo basta, la consigan más repetida: Chile Despertó (de la pesadilla neoliberal?) De lo que si se habla hoy es de la represión, aunque los periodistas no puedan nombrarla de esa manera. El ministro del interior fue al congreso a explicar el Estado de Emergencia y se fue con pedidos de renuncia y denuncias formalizadas que lo responsabilizan de la sangre derramada. Hay pedidos de inconstitucionalidad de la declaración de emergencia y de Toque de Queda. La derecha sigue con su cinismo a flor de piel: a esta hora son 19 los muertos y no ha renunciado nadie. Faltan muchas horas para el toque de queda y sigo vendo a gente volver de Plaza Italia y escucho a alguien cantar por parlantes en la calle “Yo vengo a ofrecer mi corazón”. Aunque todo el mundo parece agotado de esta dinámica, el centro de Santiago es ahora mismo un campo de batalla, en La Alameda, en Plaza Italia, en Casa de la Moneda, gente haciéndole frente al agua y los gases de Carabineros. Plaza Ñuñoa empieza a recibir gente, que imagino se quedará bailando y festejando hasta bien entrada la noche. Vuelven a pasar los motoqueros rumbo a Plaza Italia. Esto está en repeat, pero a mayor volumen. 2019/10/24 JUEVES Aprovecho la siesta de Camilo para avanzar en algunas lecturas del doctorado y ordenar las ideas. Nuevo día en este ciclo de repetición, trabajo-protesta-represión con ligerísimas variaciones: a la mañana todo es normal; salvo las filas en los pocos supermercados abiertos (aunque con las persianas bajas), los dejan entrar en pequeños grupos y salen con las bolsas repletas. La normalidad se extiende un poco más cada día, la normalización del estado represivo. Escribo a las cuatro de la tarde y recién empieza a menguar la actividad. Habrá nuevo Toque de Queda hoy en muchas ciudades, y a partir de las 10 de la noche acá en Santiago. Hoy han habido manifestaciones multitudinarias y pacíficas en las principales ciudades y en estos momentos hay muchísima gente en Plaza Italia. La pequeña diferencia respecto de ayer es que los que van ya saben bien a que van: los veo preparados para resistir la represión. Alrededor de las cinco de la tarde prenderé la tele y nuevamente estarán los carros, los gases, las corridas y la tele mintiendo. El gobierno usa la mañana para correr los acontecimientos desde atrás. Piñera aprueba la ley que congela la tarifa de luz y anula el último aumento del 10%, el congreso aprueba la ley de reducción de la jornada de trabajo; pero ya nada de esto es sobre la economía. La discusión pública está en otra cosa: la violación a los derechos humanos, las denuncias de torturas (torturas en estaciones de metro, prisioneros crucificados en cuarteles y un muerto colgado), asesinados a tiros por los militares y carabineros, los que han perdido ojos, los niños heridos. El Ministro de Justicia y el de Defensa, juntos, a la defensiva, balbuceando frente a las preguntas sobre abusos de carabineros y militares, teniendo que recordarle a la población los “desmanes” y destrozos ocurridos inicialmente por los “violentistas”. El discurso de criminalización de la protesta ha fracasado rotundamente, ya nadie se acuerda de las estaciones de Metro quemadas (y cuando la gente se acuerda, será para culpar al gobierno por la desastrosa idea de cerrar el Metro en hora pico de Viernes). El Canciller, bien temprano a la mañana aceptando la posibilidad de llamar a veedores internacionales de Human Rights Watch. Al mediodía Piñera anuncia oficialmente el pedido a la Alta Comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidad solicitándole envíe una misión para estudiar en terreno las denuncias a violaciones de los derechos humanos presentadas. La derecha ha perdido el control de los acontecimientos. desbordada, no maneja más el relato. La crítica es al modelo. A todo el modelo. La televisión en sus “matutinos” discute la crisis. Hay pocos eufemismos y menos excusas, los invitados discuten el modelo económico neoliberal, poniéndole nombre a las cosas. El zócalo, mientras tanto, pregunta: “Las medidas de Piñera, reducirán la desigualdad?”. La respuesta implícita: NO. Ya todo el mundo sabe que esto es por el alto costo de la salud y la educación privatizadas, por las pensiones de 150 dólares, por el alto endeudamiento de la clase media. Lentamente el reclamo desordenado, desbordado de la calle empieza a encauzarse. Aunque está todo en ebullición, los ánimos caldeados; solo hace falta algún exceso más de carabineros para que el gobierno pierda por completo cualquier margen de maniobra. 275


Piñera habla hoy de empezar a considerar la posibilidad de ir levantando los Toque de Queda, pero el de esta noche ya está confirmado. Otra vez corre desde atrás! El cacerolazo de ayer a las 10 de la noche fue ensordecedor, cualquiera se daba cuenta que el gobierno no tiene margen para seguir con esta locura. La perdida de credibilidad de Piñera es muy grande; por más que no renuncie, por más que no le pida la renuncia a ningún ministro, su gobierno está terminado. 2019/10/25 VIERNES El malestar es ahora una emocionante fiesta popular. Veo pasar por Providencia columnas y columnas de gente yendo a Plaza Italia para la que será la manifestación más numerosa de la historia de este país. Más de medio millón y medio de personas. La dinámica de la discusión pública se movió esta mañana entre los intentos de normalización de la situación (de los medios, del gobierno) y la cabal comprensión de la gravedad de los acontecimientos. La ciudad intenta volver a la normalidad, pero temprano empiezan las movilizaciones contra los peajes en los accesos y autopistas de la ciudad, organizada por camioneros y taxistas, a las que se suman autos particulares, yendo a paso de hombre y armando unos trancones épicos; una muestra ya de temprano de que nada es normal. Los peajes de la región metropolitana están automatizados, medidores se conectan con un sensor en el auto y te suman un mini-peaje cada vez que cruza uno de los controles, cada kilómetro. Las cuentas se acumulan y luego se pagan en un rapi-pago o automáticamente desde una cuenta bancaria. La gente no solo reacciona contra el costo del peaje, reacciona contra este sistema automático de extracción de recursos que se llama TAG, la consiga hoy fue “Basta de TAG”. La normalidad llega a lo sumo hasta las tres de la tarde. A esa hora, Providencia tiene ya todos los locales comerciales cerrados. Los que resisten abiertos son los restoranes, que vienen perdiendo ya una semana entera de noches e intentan recuperar lo que puedan al mediodía. Los restoranes están llenos de turistas y el contraste con lo que pasa a su alrededor es notable. El gobierno intenta normalizar la situación, quiere salir del paso con medidas económicas. Piñera se reúne hoy un un grupo de pensionadas en una mesa de almuerzo y desde ahí pide al congreso que “deje de pelear y apruebe las medidas de reforma previsional”. Al momento de decir esto, el Congreso tiene que ser desalojado por incidentes con manifestantes que entran hasta sus puertas. Por otro lado, algunos actores políticos están despertando a las graves consecuencias de la Situación de Emergencia, los Toques de Queda, el cercenamiento a las libertades individuales, la represión constante al derecho a manifestarse, las detenciones arbitrarias, las denuncias de abusos, los desaparecidos, los asesinados. Que sea Bachelet la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU tal vez le haga perder a algunos la perspectiva: esto no se trata de una cuestión de política interna, se trata de las Naciones Unidas. Chile está por recibir dos grandes cumbres internacionales, una sobre comercio exterior, la otra sobre ecología, las dos están por caerse debido a las graves violaciones a los derechos humanos cometidas. La elite chilena, que se precia tanto de pertenecer al primer mundo, se está dando cuenta de que hay cosas que ya no pueden hacer: no se puede reprimir y decirse democrático. La comunidad internacional empieza a posicionarse frente a los acontecimientos y tal vez a la derecha chilena le duelan hoy dos cosas: la total perdida de credibilidad en el exterior del “modelo chileno” y la pérdida de dinero. Esta crisis tendrá un alto costo político para la derecha. “Chile Despertó” grita la marea de gente que va hacia Plaza Italia, los autos pasan tocando bocina en señal de apoyo. La sociedad está en estado de cabildo abierto permanente. Ayer Plaza Ñuñoa fue una fiesta popular todo el día, con asambleas de distintas entidades y de vecinos, con micrófonos abiertos, con música (Inti-Illimani). La represión con gases lacrimógenos a las 10 en punto de la noche por parte de Carabineros fue feroz. La respuesta hoy: todo el mundo yendo a Plaza Italia. Más reprimen, más la gente se junta en los espacios públicos a demostrar su descontento con lo que pasa. A expresar su “malestar”, como lo llaman los medios de comunicación. El chico que fue con la guitarra y el parlante hace unos días a la plaza de la esquina de las Torres Escalímetros, acá a la vuelta de casa, inauguró un punto de reunión. Ayer ya eran muchos escuchando a distintos artistas, el micrófono se abría entre canción y canción para que distintas personas se expresaran libremente. Un deseo de participación democrática que desborda. Desarticulado, pero urgente.

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La Universidad sigue cerrada, ayer intentamos juntarnos con los compañeros, pero no pudimos, porque el doctorado sigue cerrado. Algunos compañeros se sumaron entonces a la reunión en Plaza Ñuñoa de los estudiantes de doctorado de la toda la Católica y nos comentaron las conclusiones. Finalmente hoy nos volvimos a encontrar después de una semana, en la Plaza Lethelier (la Plaza de Camilo) y mientras el bebé jugaba, hicimos la asamblea sentados en el césped. Al lado nuestro, la asamblea ampliada de la Escuela de Diseño realizaba su segunda jornada de discusión. La Universidad cierra, nosotros nos reunimos afuera. La asamblea abierta de ayer de los estudiantes de doctorado UC entendió la explosión ciudadana y la crisis social y política como producto de treinta años de un sistema que ha perpetuado y profundizado la desigualdad. Y entre otros puntos declaró lo siguiente: Apoyamos el movimiento social y político y rechazamos categóricamente el estado de emergencia decretado para muchas ciudades de nuestro país. Exigimos el retiro inmediato de los militares de la calle. Condenamos la violencia de Estado perpetrada por las fuerzas policiales y militares bajo el estado de emergencia, violando los Derechos Humanos de la ciudadanía, que se manifiesta libre y democráticamente. Dentro de sus manifestaciones más graves hemos sido testigos de detenciones ilegales, violencia sexual, encubrimiento y anonimización de las personas desaparecidas y asesinadas. Condenamos el actuar sensacionalista de los medios masivos de comunicación, los cuales, por medio de mensajes manipuladores, tendenciosos y el levantamiento de un cerco comunicacional, ha fomentado una situación de terror e inseguridad entre las y los ciudadanos, apartándonos de los problemas de trasfondo y llevándonos a enfrentarnos entre nosotros. En este sentido, adherimos a las demandas sociales y políticas de la ciudadanía expresada en este movimiento social y exigimos la creación de una nueva Constitución, donde participemos todos y todas. Hoy en la Plaza Lethelier, los compañeros del Doctorado de Arquitectura y Estudios Urbanos de la Universidad Católica de Chile adherimos a ese comunicado y enfatizamos algunas cuestiones cercanas a nuestras disciplinas: Que la ciudad y el territorio son expresión de las desigualdades sociales y económicas, y que esto nos insta a repensar y defender el uso y disfrute de los espacios públicos en su rol de promoción del debate y espacio ciudadano. Que entender el rol estructurante del transporte lo comprende como derecho en los territorios urbanos y rurales. Finalizamos con un mensaje respecto del rol de la institución Pontificia Universidad Católica de Chile, exigiendo a las autoridades de la universidad tomar una posición clara frente a las violaciones de los derechos humanos, porque es deber pronunciarse y condenar enfáticamente estos hechos. 2019/10/26 SÁBADO Despertar después de la fiesta. La derecha trabaja tiempo completo para recuperar el control del relato. De a poco se direcciona el discurso público hacia la “fiesta popular” y el “Chile unido” y se lo aleja de los reclamos sociales o de las denuncias de abusos. La alegría y el carnaval de millones de personas festejando en la calles recorre el mundo y reemplaza las sórdidas imágenes de represión y violencia; pura ganancia para el gobierno. Ya durante la trasmisión en directo, al no poder insistir con los disturbios, los saqueos y los incidentes, el relato de periodistas y políticos invitados insiste en la masividad y pasividad de la protesta; se insiste en la ausencia de disturbios y de banderas políticas (de sindicatos, organizaciones sociales), proponiendo la siguiente conclusión implícita: pueblo unido, paz; partidos políticos (de izquierda), disturbios. Ya nadie habla de Piñera o del “malestar”, esto podría ser un festejo del 18 o de un campeonato de fútbol. La estrategia: despolitizar la protesta, ahogar en un millón y medio de personas los reclamos. El Chile Unido podrá salir de esta, todos juntos, trabajando. El manual de auto-ayuda neoliberal. Todos los políticos de derecha han “escuchado”; el gobierno manda leyes al parlamento y son los políticos los que traban todo; Piñera pide perdón y promete trabajar y solucionar los problemas de la gente. La derecha unifica su discurso para calmar los ánimos: hace falta escucha, hace falta reflexión, hace falta corregir. Habrá que ayudar a los pobres y habrá que entender a la clase media, que ha visto los beneficios del capitalismo y por supuesto, quiere más. El sistema no ha fracasado, esta crisis es demostración de su éxito: estamos tan bien que queremos estar mejor. El discurso anti-sistema pierde tracción ante la insistencia unánime del establishment: lo único que hay que hacer es mejorar la cosa, un poco nomás, incluso si hay que cambiar la constitución. La derecha vuelve a sus cabales y a su discurso más cómodo: ellos trabajan, la izquierda protesta (y organiza incidentes): la derecha se hará cargo (una vez más) de los reclamos “económicos” de la gente, la izquierda quedará asilada (una vez más) con sus reclamos sobre “derechos humanos”. El “neoliberalismo”, ahora que ha perdido la seducción del éxito, se diluye del debate público, es ahora un fantasma que nunca existió. Nada ha pasado por aquí, volvamos todos al trabajo, cada uno a su pega, (ustedes a romperse el lomo, nosotros a seguir ganando plata) nos dice la derecha. Y creo que esta vez, como siempre, vuelven a ganar. 277


2019/10/27 DOMINGO Es todo un montaje. Los Carabineros prenden fuego barricadas, edificios y metros. 10 de los muertos han aparecido calcinados y hay muchas dudas de si algunos no forman parte de algún montaje macabro para borrar pruebas. Hay 20 muertos, 20 desaparecidos, hay denuncias por tortura y abusos sexuales, hay muchos heridos de gravedad, mucha gente que perdió ojos porque disparan a la cara, apuntando. El sistema político Chileno no debería intentar normalizar la situación, dialogando en Casa de la Moneda, como si esto no hubiera ocurrido. Ocurrió y sigue ocurriendo; el responsable político de todo esto es el presidente que llamó al estado de emergencia y desplegó la represión de las fuerzas policiales y militares. Que haya condena internacional. 2019/10/27 DOMINGO Desde el inicio del desborde, el gobierno intenta mantener el control de la conversación y nunca lo ha logrado. Intentando llevar agua a su molino, insiste en imponer su agenda política, contra toda evidencia, y fracasa una y otra vez. Primero se dijo que las Evasiones Masivas no iban a prender. Luego que no tenían apoyo popular. Luego cerraron el Metro, el millón de personas varadas en la ciudad respondieron con protestas unánimes. Ese mismo primer viernes a la noche, zonas liberadas (mostradas por televisión!) para permitir saqueos entrada la noche y sugestivos incendios de gran escala habilitan la represión y el discurso del gobierno sobre los “violentistas”. El sábado se orquesta una gran estrategia de incendios intencionales de barricadas e incluso estaciones de metro (hay videos caseros que muestran a Carabineros en esas faenas) para alinear los acontecimientos con el discurso del “enemigo bien organizado”, de los “focos rebeldes” y del “estamos en guerra”. Nada de esto prende, multitudinarias marchas en todo el país al grito de “No estamos en Guerra”. Las marchas se reprimen con violencia, toque de queda y militares en la calle. Ese mismo día aumentan los muertos (los primeros aparecen calcinados y sin identificar) y empiezan las denuncias por desapariciones. La escalada de violencia buscada por el gobierno les cae en contra: ellos se muestran violentos frente a una sociedad que levanta los brazos haciendo frente a chorros de agua y gases lacrimógenos. Las marchas son cada vez más masivas, cada vez más pacíficas y cada vez más espontáneas. Los partidos políticos y las agrupaciones sociales bajan su banderas y se multiplican los carteles escritos a mano con todo tipo de reclamos. Las medidas que toma el gobierno se muestran desfasadas respecto del lugar donde se encuentra la sociedad: baja el precio del Metro cuando esto ya no es sobre el Metro, baja la luz cuando esto ya no es sobre los servicios, hace renunciar a todo el gabinete cuando esto ya no se trata del gabinete. Ayer mismo, en Santiago se realizaron Cabildos Abiertos, los más multitudinarios organizados en Plaza Nuñoa y Estación Central, con muchas mesas de debate, muchas conclusiones anotadas en afiches colectivos. Además de resúmenes de los reclamos generales de los últimos días (mayor presupuesto para salud y educación, cambio del sistema de pensiones, cambio del sistema de privatizaciones de rutas y servicios -con énfasis en la luz y el agua) hay dos nociones empiezan a tener cada vez más fuerza: asamblea constituyente y cambio de la constitución, que escrita al final de la dictadura enmarca todas las privatizaciones realizadas. Las lamentables declaraciones de la mayoría de los miembros del gobierno no solo llegan a destiempo, enardecen los ánimos. El oportunismo político del gobierno no descansa. Luego de intentar criminalizar la protesta y fracasar, luego de intentar responsabilizar a un pequeño grupo organizado y fracasar, el gobierno propone un paquete de medidas que lo único que hace es reforzar su agenda parlamentaria, un nuevo rotundo fracaso. El último intento ha sido de capitalizar incluso las movilizaciones masivas del viernes. Además de remarcar una y otra vez la ausencia de violencia, demostración latente de la derrota del discurso criminalizador, durante la transmisión televisiva se insistió en la despolitización de la movilización, tanto los periodistas como los invitados remarcaban la ausencia de banderas partidarias. Esto dio pie al discurso del Chile Unido. Con esta base, Piñera ayer envía un tuit festejando las movilizaciones, habla de esperanza, de unidad, subiéndose al carro de la alegría y la fiesta popular instalada por los medios. La primer respuesta a su tuit: “aweonao, que esto era en CONTRA tuyo! Avíspate!”. La aprobación de Piñera es hoy del 14%, la más baja para un Presidente. Funcionarios del gobierno aparecerán ayer una y otra vez en la televisión insistiendo con el discurso del Chile Unido. Los periodistas tienen que, avergonzadamente, avisarles que las movilizaciones son en CONTRA del gobierno. En muchas ciudades de Chile siguieron ayer las manifestaciones, algunas reprimidas con mucha violencia. En Santiago se juntará algo de gente en Plaza Italia, fuertemente reprimida a plena luz del día con gases y agua, en forma desproporcionada, parecía haber más carabineros que gente. La gente responde con un “esto no ha terminado” en las redes y llamados a cacerolazos nocturnos. La primer noche sin toque de queda se llenará de gente por las calles que mantendrán un cacerolazo firme desde las nueve de la noche hasta casi las 278


once. Mostrando el cacerolazo de La Reina, la televisión no tendrá otra opción que mostrar el cartel escrito a mano: “En Chile se tortura y se mata”. El periodista hará referencia a Peñalolén, barrio vecino, donde la comisaria ha sido denunciada por tortura a los detenidos. El periodista dice tortura como si dijera “llueve”. Nunca se hace mención a la responsabilidad política. Hay tortura, no hay ni “torturadores”, ni “torturados”. Las agrupaciones de derechos humanos, denuncian estos hechos y reclaman a las autoridades que los dejen acceder a los centros de detención para verificar el estado de los detenidos (no han podido hasta ahora), piden que se informe oficialmente las causas de las veinte muertes y que identifiquen con nombre y apellido a los desaparecidos. Es claro el intento de muchos actores políticos de minimizar estos hechos y canalizar el diálogo político como si acá no hubiera pasado nada. Piñera pide en comunicaciones oficiales “iniciar la próxima semana con plena normalidad institucional y ciudadana”. El rector de la Universidad Católica aparece en la televisión abierta de Sábado a la noche relatando una muy “productiva” reunión en Casa de la Moneda donde “muchos actores pudieron hablar y escucharse” y anuncia que la semana que viene la Católica realizará una serie de actividades en donde habrá “escucha” y se intentará arribar a “soluciones”. No hace mención a la grave denuncia por apremios ilegales y violación por parte de Carabineros a uno de sus estudiantes, denuncia realizada ante la justicia por sus familiares y remarcada en un comunicado por el Centro de Estudiantes de la Católica. El silencio respecto de los abusos a los derechos humanos cometidos por Carabineros y Ejercito por parte de la mayoría de los actores institucionales y políticos es ensordecedor. Hay 20 muertos, 20 desaparecidos, denuncias por tortura y abusos sexuales, muchos heridos de gravedad, mucha gente que perdió ojos porque disparan a la cara. El sistema político Chileno intenta normalizar la situación, dialogando en Casa de la Moneda, como si esto no hubiera ocurrido. Ocurrió y sigue ocurriendo; habrá responsables judiciales directos, pero el responsable político es el Presidente que llamó al Estado de Emergencia y Toque de Queda y desplegó la represión de las fuerzas policiales y militares. Sólo las redes, llenas de videos caseros, y algunos medios independientes insisten en el seguimiento de las denuncias. El gobierno minimiza los hechos; Piñera, en su último discurso, lamentó las muertes, “alguna de ellas, inocentes”. La condena internacional deberá ser fuerte. 2019/10/28 LUNES Caos en Santiago. Cómo cuando todo empezó hace una semana y media, Metros nuevamente cerrados, filas de gente intentando volver a sus casas, sólo que ahora el centro de Santiago es un campo de batalla con varios focos de enfrentamientos entre Carabineros y manifestantes, cada vez más aguerridos. 2019/10/29 MARTES Mientras en Santiago se multiplican los cabildos abiertos y las acciones de colectivos diversos intentando articular de muchas maneras simultáneas la multiplicidad de estallidos, la sensación de callejón sin salida se debe a la cabal consciencia de que para que algo cambie tenga que cambiar todo. Hay dos velocidades en desacople: el reclamo urgente y desbordado de la población y la respuesta inercial y reglamentaria de las instituciones. Comparando con el 2001 argentino (que es lo que conozco), nosotros tuvimos un fusible que descomprimió y destrabó la situación (el helicóptero), un nuevo actor que canalizó las demandas (los movimientos sociales) y un partido político polimorfo que logró encauzarlas -mal o bien y después de varios ensayos- dentro de las lógicas de la representación institucional (el peronismo). Nada de esto hay en Chile. Hay un gobierno conservador que resiste, hay un desborde sin canalizar, no hay partidos políticos que representen. Las discusiones abstractas sobre cambios o reemplazo de la constitución (cosas que llevarán años además) se realizan dentro de una rigidez reglamentaria como si esto no hubiera estallado, como si no hubiera muertos, torturados y desaparecidos. La insistencia a vuelta a la normalidad es desmentida por la movilización popular día tras día, pero casi todas las instituciones pretenden seguir como si nada hubiera pasado. 2019/10/30 MIERCOLES Unidad Social es un actor político Chileno de esta coyuntura dinámica, un conglomerado de movimientos sociales que ha convocado a los paros y a las marchas. Entre otras cosas están intentando canalizar las propuestas de los múltiples cabildos abiertos en todo el país y se proponen como interlocutor frente al congreso y el gobierno central. Ya han presentado reclamos puntuales y urgentes, además de proponer la agenda de reformas profundas que culminen en el cambio constitucional. “En el neoliberalismo extremo, cuando la esfera económica tiende a hacerse autónoma respecto al conflicto político, lo policial define en gran medida la función del Estado.” Análisis coyuntural y estructural del filósofo Sergio Rojas sobre lo que pasa en Chile. 279


2019/11/01 VIERNES Aún sin dejar de marchar y protestar todos los días, se multiplican por todo Chile los Cabildos Abiertos. Estas son las invitaciones que me han llegado desde mi núcleo más cercano de amistades, imagino que será así para todos, cada lugar se organiza, se reúne, discute y propone. Algo está pasando. [fotos de afiches de cabildos] 2019/11/04 LUNES Crónica del Súper Lunes. Hacía más de dos semanas que no tomaba el Metro, reflejo de la burbuja de privilegio en la que vivimos. Los tres días hábiles de la semana pasada (hubo fin de semana largo) los campus de la Católica abrieron media jornada, sin clases, para “jornadas de reflexión” que usamos para realizar asambleas. Sin clases no necesito ir a San Joaquín (el campus más alejado) y caminando llego a Lo Contador, el campus donde está el doctorado, apenas cruzando el Mapocho, en un barrio oasis de privilegio, paraíso de silencio y pajaritos, calles arboladas, jardines floridos, casas de un millón de dólares, campus de arquitectura con edificios famosos. Los días anteriores, los de “excepción”, todo lo que necesitábamos para nuestra vida cotidiana lo teníamos cerca, incluidas las dos plazas de Camilo y el Cerro San Cristóbal. Esta semana, en principio empezaban las actividades académicas por parte de la institución, pero los alumnos decretaron un paro, así que se desobligó a los profesores de dar clases y se los instó a generar instancias de conversación con sus alumnos (y también para coordinar como termina el semestre cada materia). Así que hoy, después de una productiva mañana en la biblioteca de Lo Contador, comencé la estrategia para llegar a San Joaquín en Metro, para la materia Sociología de las Grandes Ciudades, donde hago mi práctica académica como instructor ayudante. Un viaje que generalmente toma media hora, sabía que esta vez me iba a tomar hora, hora y media. A pesar de que ya hay 81 estaciones de Metro operativas, algunas de las más importantes siguen fuera de servicio. Entre ellas las dos claves en mi trayectoria, las dos en las que podía hacer combinaciones de líneas. Estación Baquedano, para pasar de la línea 1 a la 5, estación del campo de batalla central: Parque Italia, cerrada hasta nuevo aviso. Estación Ñuble, para pasar de la línea 8 a la 5, también cerrada. Y además, San Joaquín, la estación frente del campus, una de las estaciones incendiadas en su totalidad, también cerrada. Me fijo cuales de las estaciones operativas me permiten hacer conexión: puedo conectar en Ñuñoa desde la 8 a la 3 y en Irarrázaval de la 3 a la 5, y me puedo bajar en Camino Agrícola, una estación antes de San Joaquín. Bien, hacia allí voy! Al salir una compañera me dice que ya hay gente en Plaza Italia, yo le digo no se preocupe, que llego a San Joaquín por otro camino. Cruzo el Mapocho, llego a Leones y entro por la pequeña puerta entreabierta. Las líneas 8 y 3 son de las más nuevas, con túneles profundos excavados por tunelera, tenés que bajar varios niveles para llegar a los trenes, que son además automáticos, sin chofer. Las estaciones son amplias, limpias, iluminadas, primer mundo. Todo normal en esas profundidades intocadas por la turba insurrecta. Hago estas dos conexiones extrañas para esquivar el cierre de Ñuble y a través de la línea 3 llego a la 5 en estación Irarrázaval. Justo después de esta estación, la línea 5 sale a superficie en la estación Ñuble, donde el tren pasa sin detenerse, una estación fantasma. A partir de ahí, el Metro va elevado, al medio de Vicuña Mackenna. En la próxima estación el Metro para normalmente, faltan dos para completar mi recorrido. Al llegar a Valdovinos, justo antes de cerrar las puertas el chofer avisa que debido a “disturbios” en Camino Agrícola, la próxima detención será en Mirador, eso es pasando más de cinco estaciones de San Joaquín! Meto las manos en la puerta entrecerrada y me escapo del tren. Salgo a la calle en Baldovinos, cruzo a la vereda del lado de campus, me preparo para caminar los dos kilómetros que me faltan. Mucha gente del Instituto que tengo cerca se vuelve a sus casas, no son ni las tres de la tarde y ya se terminó el día. A lo lejos veo el tumulto del “disturbio”, justo debajo de la estación Camino Agrícola está el grupo de alumnos que protesta y corta el transito. Sopeso la situación, decido seguir adelante. Al instante llegan los Carabineros. Enseguida veo los gases lanzados, el humo y la gente corriendo abalanzándose hacia donde estoy. Me doy vuelta y vuelvo sobre mis pasos, hacia Baldovinos, a ver si sigue pasando el tren. Hago todas las conexiones raras de vuelta. Vuelvo a Leones, Providencia llena de gente, día normal, hora pico de salida, adelantada unas tres horas, la “nueva normalidad”. A las cuatro de la tarde, después de dos horas de túneles y escaleras mecánicas, llego a casa. Cuando llego a casa, el chat de la Asamblea Doctorado está que arde: hubo represión enfrente del campus San 280


Joaquín, los carabineros tiraron chorros de agua y gases lacrimógenos hacia adentro del campus, a las tres y cuarto de la tarde, exactamente el momento en el que yo intentaba llegar. El mismo contingente de Carabineros sirvió para reprimir en los dos lugares. Muchos videos muestran las acciones, policías gaseando estudiantes dentro de un campus universitario. Hasta el rector tuvo que salir a “lamentar los disturbios” (nunca se usa la palabra represión) y pedir “por la paz”. En el chat, rumores de cierre de Campus y de intentos de protesta enfrente del Costanera, el Shopping más reciente y lujoso de Santiago. A las cinco y media, una foto en el chat muestra la Plaza Italia repleta nuevamente, como el viernes pasado, repleta. Prendo la tele, igual que el viernes, nada. El intento por “volver a la normalidad” de los medios y el gobierno es muy fuerte. Una senadora diciendo que los manifestantes también violan los derechos humanos, el derecho a circular; la nueva vocera del presidente, diciendo que la mayoría de los heridos son Carabineros; el nuevo Ministro de Hacienda diciendo que no toda la desigualdad es injusta, que no toda la desigualdad es mala; El hermano mayor de Piñera, el que diseñó el programa de las AFP hace cuarenta años, dice que hay que salir más fuerte que nunca a defender el modelo. Lo único bueno de todo esto es que la derecha ya no intenta seducir, ya no oculta sus intenciones, se muestra como lo que es, la defensora de los privilegios generados por la desigualdad. Por supuesto que no toda desigualdad es mala! A ellos les fue muy bien! A las seis y media de la tarde RT (Russian Television) muestra la fuerte represión en Plaza Italia. Busco la televisión chilena, nada, dos personas hablando en forma muy tranquila sobre los “diálogos” de la oposición con el gobierno. Leo por las redes una tremenda carta abierta al Presidente de un padre de una chica que ha perdido un ojo por un disparo de carabinero a quemarropa a la cara. La carta te rompe el corazón, está escrita con clase y responsabiliza a Piñera. Mientras Camilo se prepara para el baño, empiezo a ver a la gene volver de la represión en la Plaza y tiembla Santiago. Literalmente digo. Terremoto de 5 puntos en escala Richter, el piso 18 se sacude lindo, empieza tenue, se sacude fuerte de arriba para abajo y luego se bambolea de un lado para el otro. Se mueve la cortina, suenan las puertas de vidrio del balcón. Se activa nuevamente el chat de los doctorandos: consenso: fue fuerte y largo, dicen los chilenos, así que fue en serio. Empieza a bajar el sol, se prenden fuego las montañas y de repente, la gente que vuelve de Plaza Italia ahora es una densa columna por el medio de la calle, contra el tránsito. Miles de personas, cantando y bailando. Empiezan a silbar y a gritar: Asesinos! Asesinos! Ahí veo las camionetas de Carabineros intentando pasar. Ahora me doy cuenta! Están yendo al Costanera Center (a dos kilómetros subiendo por Avenida Providencia) y caminar contra el transito todavía circulando impide a Carabineros reprimir o cortar el paso. Movida genial del pueblo insurrecto. Este juego del gato y el ratón no para, la gente contesta cada vez de manera más colectiva, más organizada. Estaban en Plaza Italia, los reprimen, y empiezan a ir todos a Costanera Center! (El Shopping estuvo estos dos semanas cerrado, perdiendo mucha plata, recién abrió el Sábado de vuelta). Nada de esto sale en la tele, ni la represión, ni la marcha, ni la protesta enfrente del Costanera. La tele habla de Bolivia y de lo poco democrático que es Evo Morales. Cenamos muy temprano viendo a la gente marchar, “Chile Despertó”, “El Pueblo Unido Jamás Será Vencido”. Los helicópteros pasan cada vez más cerca. Nuevamente, sensación de ciudad en guerra. Camilo no da más, se va a intentar dormir con la mamá. En eso estaban cuando llegan los carabineros a la esquina. Como hace quince días, un loop interminable. Nuevamente un cuerpo de carabineros desplegado en formación en la esquina. Empiezan los gases, avanzan. La gente grita “Asesinos”, “Paco Culiao”. Están intentando cortar la marcha de los que avanzan al Costanera. Lo logran. La gente se empieza a juntar en la plaza de la otra esquina, donde se vienen realizando los cabildos abiertos. Hay mucha gente, los veo entre los edificios, como puedo. Los Carabineros avanzan hacia el frente de las Torres Escalímetros, no sólo quieren cortar el avance, quieren dispersar a la gente en forma completa. Son ya casi dos horas de helicópteros, gritos, tiros, gases y la cosa sigue. La gente aplaude, cacerolea, resiste. Hoy salió la gente, pero también salieron los carabineros, más violentos, como para ir terminando con la cosa, como para que esta sea la última. No hay noticias en la tele, vacío informativo dictadura-style. Por el chat doctoral dan cuenta de saqueos en la Sede Central de la Católica (un edificio hermoso), sacaron muebles para prender barricadas; nuestro corresponsal en Parque Bustamante (vive ahí! se mudó hace sólo un mes y ya recibió gases lacrimógenos en el balcón) nos cuenta de un incendio frente a su casa; alguien nos dice que en las redes se muestra la manifestación frente al Costanera. Dos carabineros se prenden fuego por una molotov en Plaza Italia. Atropellaron a alguien por acá cerca. Siguen los bocinazos. Los carabineros se 281


repliegan de la esquina, escuchando el grito unísono: Asesinos! Más bombas lacrimógenas, más gritos. Algo explotó recién en la esquina y está prendido fuego, no llegamos a ver que es. Batalla urbana acá mismo en la esquina, mientras sigue caminando gente en la vereda, mientras siguen pasando autos, los pacos disparan desde Providencia, los chicos se protegen con los edificios, los perritos corren desorientados. Esta noche será larga. Camilo ya duerme. Dos correcciones. Tres alumnos de la UC heridos por balines en la represión de la tarde. Y el rector usó por primera vez la palabra represión para tipificar lo ocurrido, al menos a sus alumnos. 2019/11/06 MIÉRCOLES La Batalla de Providencia. En Chile se vive lo que ya parece ser un guerra civil de baja intensidad entre un gobierno “democrático” contra un amplio sector sublevado de su población. En esa confrontación, hoy se vivió la Batalla de Providencia. Avenida Providencia es un eje estratégico de Santiago, continuidad de La Alameda, corre desde Plaza Italia y Estación Baquedano, nodo histórico del tránsito de Santiago; hasta Estación Tobalaba, reciente nodo de tres líneas de Metro e inicio de Avenida Apoquindo, eje de los “Barrios Altos”, Las Condes y Vitacura. Nosotros estamos justo al medio de ese eje, casi frente a la Iglesia de la Divina Providencia, templo ubicado en el antiguo camino rural que ahora define el trazado del eje, en la esquina de La Concepción y (la Divina) Providencia. El Campus de Lo Contador, donde está el doctorado, está cruzando por La Concepción para el otro lado del Mapocho, cerca del Cerro San Cristóbal y funciona como vértice de un triangulo que tendría a Providencia como su base y a Baquedano y Tobalaba como sus otros vértices. Fue muy loco salir de casa ayer a la mañana. Tenía que pasar por el banco y pagar el alquiler en otro banco. El lugar de la batalla campal de la noche anterior, con bombas lacrimógenas, barricadas encendidas, gritos, tiros, no había dejado ningún rastro. Todo estaba limpio, una esquina comercial con total normalidad y alto flujo de tránsito. La Concepción, nuestra calle es además una de las principales salidas de la autopista que pasa por el Mapocho, salida que se usa para ir a Ñuñoa y otros barrios de Santiago. Si yo no viviera acá, si no hubiese visto lo que vi desde la ventana, creería lo que dice la Tele, que todo está “normal”. Es todo muy esquizofrénico. Después de la batalla nocturna que lo encerró en Casa Central (por Alameda pasando Baquedano, es decir, más al centro) hasta casi la medianoche, mientras le sacaban los muebles, le rompían ventanas y puertas para prender barricadas; y después de un día con disturbios en San Joaquín con tres alumnos heridos de perdigones, el rector decidió que todos los campus de la universidad permanecieran cerrados ayer. No había ninguna marcha masiva programada (los ciclistas hicieron una hermosa manifestación frente a Casa de la Moneda). Fue un día tranquilo y nos quedamos en casa y con Camilo fuimos a la tarde al Parque de los Escalímetros un rato. Sabiendo que las manifestaciones generalmente empiezan a la tarde, dificultando mucho el traslado de la gente, el rector decide abrir los campus miércoles, jueves y viernes, de 9 de la mañana a 2 de la tarde, sin clases de ningún tipo. Acepto la oferta porque necesito avanzar y decido que hoy miércoles es un buen día para ir a escribir a la Casa del Doctorado. Ya el martes a la noche se conocen rumores de que las redes están llamando a una manifestación enfrente del Costanera Center, para dar un descanso a los locatarios de Plaza Italia y para ir a hacer notar el descontento a los “dueños del país”. Llaman a manifestarse en “Sanhattan”, donde mucha de las grandes empresas tienen sedes centrales, empezando en ese sector comercial que después se desparrama por Las Condes. Trabajando tranquilo en mi espacio en la Casa del Doctorado llega el rumor que la manifestación en el Costanera Center se adelanta para las dos de la tarde. Ya se empiezan a escuchar los helicópteros, el Costanera Center está apenas cruzando el Mapocho, cerca de Tobalaba, el vértice del triangulo de este sector de Santiago en el que me desplazo, los limites mayores de “mi barrio”. Adelantándose a la estrategia de infiltración (entrar en grupos de no más de cuatro), el Shopping no abre sus puertas. A la una y media voy terminando lo que estoy haciendo y Agus me dice que vaya volviendo, que ya está viendo pasar a carabineros subiendo por la avenida en dirección a Tobalaba. Al paso me como un sándwich y cruzo el río, junto a mucha otra gente que está apurada como yo para llegar a algún lado pronto. Más allá de esa sensación de final del día a las dos de la tarde, todo parece normal. 282


Me quedo con Camilo mientras Agus va a hacer un poco de gimnasia, comienzo de tarde tranquila. Camilo tiene mucho sueño, buscamos a la madre y el tipo encara su hora, hora y media acostumbrada de siesta. Para cuando se despierte ya tendremos incendios, carros hidrantes y gases lacrimógenos en la esquina. Ya estaremos en plena Batalla de Providencia. Los chats del doctorado (asamblea y generación) se empiezan a activar. El compañero que está haciendo un memorial con los nombres de los asesinados va mandando fotos de su armado en plena calle, la compañera que trabaja en otra universidad privada nos manda un video de la cadena humana que hicieron los profes para parar a los carabineros en su intento de reprimir a sus alumnos (lo logran), hay fotos de cómo se está armando en las cercanías del Costanera, sobretodo sobre Providencia, con barricadas prendidas cortando el tránsito; saquean la sede la UDI, partido político de derecha, miembro de la Coalición vamos Chile que gobierna con Piñera, le sacan la reja, le desarman todos los muebles, los prenden fuego en la calle, pintan en el frente: “Se lo Merecen Asesinos”. Empiezo a ver por la ventana que por la represión en el Costanera y empujados por los carabineros, la gente se distribuiye por Providencia. Se junta un núcleo importante en mi esquina, saltan, cortan el tránsito, intentan armar barricadas. Toda la tarde Carabineros intentará desarmar a este grupo de todas las maneras posibles, chorros de agua desde el Guanaco, gases lacrimógenos desde los Zorrilos, pero el tránsito sigue, la gente sigue caminando por la vereda, se arman trancones de autos, se atascan los colectivos, los Carabineros no pueden pasar, no tienen la vía libre, y están ocupados reprimiendo en cada esquina a lo largo del eje Providencia. En una pésima táctica, han distribuido en forma lineal a los manifestantes, en medio de un eje muy transitado de una densa área metropolitana. Durante cuatro largas horas, oleadas de represión causan repliegues tácticos por las calles que llegan al eje, seguidas por oleadas de reagrupamiento y vuelta a empezar. Toda la tarde hasta la puesta del sol mi esquina es una batalla campal. Camilo se despierta y ya hay gases. Y pasan dos cosas que no habían pasado nunca hasta ahora. En una notable escalada de violencia urbana, una densa columna de humo negro sale por entre los edificios de enfrente, imagino que están quemando una sede de banco por Providencia en la otra cuadra, pero no lo puedo ver. Llegan los bomberos y acto seguido, llega el Guanaco y el Zorrillo. El Guanaco es muy grande y le cuesta pasar entre los autos, está atascado como el resto, desde una posición incómoda tira chorros a la gente, que apenas se mueve y no desarma el corte. El Zorrillo tendrá que intervenir con muchos gases para despejar la bocacalle y abrir el tránsito. Con el tránsito abierto vuelven los más osados a interrumpir el paso nuevamente “el que no salta es paco”, enfervorizada está esta gente. Vuelve el Guanaco, con más espacio para maniobrar viene a terminar con esta gente. Y acá pasa algo extraordinario: un chico se sube al techo de este mamotreto, y como un superhéroe urbano agarra la pistola lanza agua y la da vuelta, la rompe! Con el guanaco en movimiento, maniobrando intentando hacerlo caer. El tipo lo doma como a un caballo salvaje! Al terminar su faena, se tira por el lado de atrás. Rogamos que no le haya pasado nada, vemos que la gente festeja y lo va a buscar al medio de la calle, está bien. Estos chilenos están todos locos. (Un compañero nos mandará increíblemente el video de la acción de este loco, desde el punto de vista de la calle que no podemos ver desde acá porque nos la tapa el edificio de enfrente). Ya estamos por bañar a Camilo cuando llegan los carabineros de a pié, hasta ahora todo había sido contra estos animales mecánicos. Cargando en formación militar avanzan en diagonal por la esquina, disparando bombas lacrimógenas, apuntando bajo, al cuerpo, y alto, a los edificios. Las cosas estas rebotan por todos lados, van dejando la estela, el olor llega hasta acá arriba, abro al ventana horas después y estornudo. La gente contesta, patea los cosos estos, los agarra con la mano y los devuelve, se parapeta detrás de los edificios. Resiste un poco más, más carabineros, más gases, y finalmente se despeja esta esquina. Aunque por los gritos que (aún ahora las nueve y media de la noche!) seguimos escuchando, la gente se corre para otros sectores y no abandona. Esta esquina favorece la resistencia. Primero, la avenida es muy ancha, si los Carabineros se ponen en una vereda, siguen estando lejos. La calle que cruza también es ancha, si se ponen en las dos esquinas, siguen estando lejos. Para controlar esto tienen que ser cuatro grupos, y nunca llegan tantos, cuando se dividen en dos ya quedan muy debilitados, cuando hay mucha gente tienen que replegarse y retroceder. Después, enfrente hay un edificio lineal largo, que sigue la vereda de cerca y llega hasta la esquina, la gente puede esconderse detrás de esta muralla. Más aún, La Concepción, mi calle, al cruzar Providencia empieza una curva 283


suave que la hace girar noventa grados, es decir la gente puede esconderse, ocultarse y escapar; los gases lacrimógenos todavía los Carabineros no pueden tirarlos en efecto curvo (por eso los hacen rebotar en los edificios). Por otro lado, la vereda de enfrente es la de la Plaza de los Escalímetros, edificios que tienen la forma de ese instrumento (antiguo) tan querido por los arquitectos. Estos edificios se plantan el forma diagonal y llegan al piso de manera muy franca, generando dos esquinas en punta y una protección; nuevamente, mucho espacio (que deja en evidencia a los carabineros) y bolsillos de protección para la gente. Además, por detrás de los Escalímetros, está el parque del conjunto de vivienda (al que vamos con Camilo) la gente trepa la reja y se escabulle entre los arboles y los Pacos, más pesados con sus equipos Robocop, no pueden pasar. Este es el escenario de esta batalla urbana, que finalmente es controlada al atardecer, por Carabineros que se quedarán algunas horas, mientras el transito sigue cortado y los delirantes de Tobalaba le pasan por al lado, bajando ya muy cansados, caminando por el medio de la calle. Casi las diez de la noche, gritos, aullidos, cacerolas a lo lejos, la barricada de Padre Mariano (la otra calle) ya apagada. Las redes llaman al Viernes, nuevamente a Plaza Italia, “La tercera es la Vencida”. Estos Chilenos están todos locos.   2019/11/07 JUEVES El día después. Salgo temprano para el campus Lo Contador y el camino al Mapocho es normal. Ya al llegar, veo en los portales digitales todo lo que vi ayer, la batalla de mi esquina está en las noticias, el chico que subió al guanaco, también. La Batalla de Providencia y Concepción. Me mandan videos de la alcaldesa de Providencia, hoy mismo a la mañana, muy nerviosa “dirigiendo el tránsito”, o haciendo ese show, todo los semáforos de la avenida están rotos, este barrio de clase media alta ayer fue Vietnam, y esto es mucho para esta señora, que no se sabe bien porque, ante una pregunta de un periodista se escapa corriendo. Literalmente corriendo, Forest Gum. Será el meme del día. Todos están nerviosos en este país, los políticos de derecha, los más nerviosos. Cuando la derecha se pone nerviosa, nada bueno puede pasar. Llego al doctorado y un mensaje de whatsup avisa las marchas programadas para hoy, más de 10. Yo pensé que hoy descansaban. Negativo. Una de las marchas es a mediodía y muy cerca, en el Parque de las Esculturas, le aviso a Agus que por eso, y por el calor y el sol, es mejor que Camilo no venga al almuerzo en el parque. Escribo algo de la tesis escuchando helicópteros. Al mediodía salgo a la asamblea con los compañeros en la Plaza Lethelier. Linda reunión a la sombra del árbol, conversamos de muchos temas, en especial del frente interno y la democratización, participación y transparencia de la toma de decisiones en el programa de doctorado. Me voy a casa con la sensación de que este estado asambleario debe estar repitiéndose en cada institución. Ya antes de llegar a casa, un mensaje de un cumpa pone las cosas en otro lugar: Piñera se volvió loco, dice. Y pone un link a las medidas anunciadas: Piñera endurece su política de seguridad. Propone una ley antisaqueos, que lo tipifica como delito de orden público y lo castiga fuertemente. Manda al parlamento un proyecto de ley anti-encapuchados, para prohibir la cara tapada en movilizaciones y penarlo fuertemente. Manda también una ley contra barricadas (el rejunte de cosas a las que le prenden fuego estos locos) o similares que entorpezcan la libre circulación. Propone crear un equipo especial de abogados del Ministerio del Interior para querellar a todos los que incurran en alguno de estos hechos. Pide además equipo especial de fiscalía, carabineros, y Policía de Investigaciones para (más) inteligencia policial; aunque ya hubo muchas denuncias de seguimientos ilegales a dirigentes sociales, esto lo haría legal. Pide por un aumento de la capacidad aérea de carabineros y Policía de Investigaciones, más helicópteros para dar vueltas arriba del barrio, más drones –hoy me puse a pensar cuanta plata sale todo este despliegue de fuerza represivas, debe ser bastante alto, en esto no ahorra la derecha, para esto siempre hay recursos fiscales, tan exiguos para otras cosas. Propone reforzar la capacidad de denuncias ciudadanas para persecución penal de vandalismo. Pide un estatuto de mayor protección para las fuerzas de orden y seguridad: Carabineros, PDI y Gendarmería, es decir, empoderamiento y más impunidad que la que tienen ahora, y eso que esta gente que ha reprimido disparando balines y bombas lacrimógenas a la cara, poniendo a Chile en el record mundial de personas con lesiones oculares. Y por si todo eso fuera poco, anuncia que hoy a la tarde llama al COSENA, el Consejo de Seguridad Nacional, un instrumento de la dictadura, que vuelve a sentar a los militares en la toma de decisiones sobre seguridad interior. Evidentemente, haber ido a manifestarse a Sanhattan tuvo consecuencias. Mientras los pobres le rompan cosas a otros pobres, no pasa nada; pero al momento que empiezan a romperle algo a los ricos, la derecha se organiza. Estas medidas son la respuesta a conversaciones que Piñera tuvo con su 284


coalición política, la derecha se despierta y rearma su curso de acción. Se dan cuenta que esta desigualdad no se soluciona con los parches propuestos y para defender sus privilegios se animan a intentar controlar esta sociedad segregada con más represión, para que los pobres vuelvan a la resignación de la que salieron hace dos semanas. Vuelvo a casa y cuando baja el sol (hoy hizo 33 grados y sol que rajó la tierra), casi a las cinco de la tarde, salimos con Camilo y Agus al Parque de los Escalímetros. Por Padre Mariano, ya vemos muy poca gente. En la ISAPRE en la recova del edifico de la esquina, hay gente tratando de terminar lo antes posible un cerramiento metálico, tapialando por completo la fachada. La farmacia de la esquina, con menos plata, placas fenólicas atornilladas. Al llegar a Providencia, me doy cuenta que poco queda ya de la imagen de normalidad. Le va a costar bastante a este sector recuperar su brillo neoliberal: está todo tapialado, la sede de Enel (empresa de servicio de electricidad) tiene los vidrios superiores rotos, y los de abajo tapados con metal. Uno de los locales tiene placas metálicas directamente soldadas a los marcos. Están tratando de terminar el nuevo cierre metálico del Líder, el supermercado, al que llego a ver la puerta de su cortina metálica rota, ayer lo saquearon. Al cruzar cada calle vemos restos en el asfalto de las fogatas de anoche. Agus sigue de largo a la verdulería (el súper estaba cerrado por saqueo) y yo doblo al parque. En la plaza de la esquina, muchos grupitos de gente en el césped. Esperando. Volvemos después de pasar un lindo rato jugando con los vecinos. Dejo a Camilo y Agus en casa y salgo a comprar cervezas. Vuelvo a Providencia y ya el clima es otro. Mucha gente en dirección a Plaza Italia. Pero nada es festivo. Todos van en silencio. Reconozco el que va a una manifestación: ropa ligera, mochila liviana (con agua y bicarbonato) y un pañuelo al cuello, preparado para ser desplegado ante el atisbo de gases. Apenas doblo, quedo al lado de un encapuchado. Muy fuerte. Esta gente está yendo a pelear. Casi desisto de ir por la cerveza, porque son seis cuadras hacia el centro y ya paso al lado de una barricada prendida fuego, pero me acuerdo que por Manuel Montt puedo volver haciendo un rodeo por Pérez Valenzuela y me animo. La botillería está abierta, me llevo algunas cervezas artesanales y vuelvo rodeando del ambiente tenso que ya se siente más y más. Llego a casa y ya vemos el fuego en la esquina. Escuchamos ruidos, son las chapas y los fenólicos de “protección”, que sirven para alimentar la fogata más grande que hayamos visto hasta hora. Camilo tiene hambre y mientras comemos palta, escuchamos los cantos, las batucadas, Chile Despertó. Todo Providencia hasta Plaza Italia debe estar así. El tránsito está cortado, al menos acá. No llego a mirar los mensajes, Vania quedó atrapada por gases, andaba por Lyon (algunas cuadras más arriba), no lleva bicarbonato y siente que los gases son más fuetes que lacrimógenos. Hernán dice que es gas pimienta. Llego tarde a ofrecerle refugio, ya encaró hacia arriba, escapando del lío. Le tengo que avisar que los carabineros están llegando para acá. Esta vez van dan vueltas, llegan en más de veinte móviles. Y los que vienen caminando, formando en grupo compacto, deben ser unos cien. Vinieron con todo. Aún así, las barricadas no los dejan pasar. Doblan por Pedro Antunes, hacia el conjunto de vivienda. Algunos pocos disparos, esta vez más ruidosos, están tirando otra cosa. No hay una batalla, la gente estaba saltando y cantando, pero no estaba pertrechada para una batalla, se dispersan rápido. Antes de que baje el sol, los carabineros han corrido las placas fenólicas aún prendidas y los autos ya pueden pasar entre el fuego. Al cenar, ya todo parece normal afuera. No vemos ningún carabinero. De vez en cuándo pasa la caravana de móviles, deben estar haciendo eso, manejando a baja velocidad por providencia, para arriba y para abajo. A las nueve empieza el caceroleo. Ahora vuelve la batucada, ya más lejos. Siguen los helicópteros, ahora con reflectores. Escuchamos el mensaje de Carlos, que yendo a visitar a su madre en la Florida, al salir del Metro tiene que pasar entre zorrillos y guanacos. 2019/11/08 VIERNES La ONU denunció este viernes que el uso arbitrario e indiscriminado de balines y perdigones para contener las protestas en Chile, constituye una violación “grave” de los derechos humanos y pidió a las fuerzas de seguridad del país que dejen de usar esos proyectiles de manera “inmediata”. “La utilización arbitraria e indiscriminada de este tipo de armas no letales constituye una violación grave de los derechos humanos y vulnera el principio de proporcionalidad”. La ONU mostró preocupación por “la gran cantidad de muertos y heridos” e hizo un llamado a “alinear las acciones de control de la violencia a los estándares internacionales existentes y que han sido ratificados por el Estado chileno”. 285


2019/11/08 VIERNES Ya no sabemos si el humo que parece entrar por la ventana es la bruma de hoy, las lacrimógenas de la tarde, o el asado del vecino. Una nueva rutina política se instala en Chile: Lunes a Jueves, paros, protestas y movilizaciones cada vez más audaces y con más despliegue territorial. Viernes, marchas masivas y grandes concentraciones de gente, la de hoy fue la segunda más numerosa hasta ahora en Plaza Italia, mucha, mucha gente, imágenes muy bonitas a la noche iluminando con los celulares y con la bandera de Chile armada con humo de bengala. Y el fin de semana, cabildos abiertos, conversatorios y asambleas, donde no sólo se discute, sino que se propone: todo el mundo habla ya de una nueva constitución, del llamado a asamblea constituyente, del Nuevo Chile y de todo lo que tendría que pasar en él. El gobierno y la derecha se aferran a su discurso, pero esto ya no lo para nadie. Esta semana se vieron las fisuras en cada institución, están los que están a la altura de las circunstancias (los menos) y los que no. Periodistas famosos renuncian a sus programas de televisión, Piñera se hace el sordo frente a preguntas de CNN sobre los abusos policiales, hasta el mismo jefe del INDH (Instituto Nacional de Derechos humanos) es fuertemente criticado por sus colegas por minimizar los abusos. La semana termina mal para Piñera, con la fuerte condena de la ONU a sus tácticas represivas, sólo un día después de anunciar el intento de aumentar la fuerza. Hoy a la mañana tuve que salir a recorrer un poco más allá que de costumbre para encontrar donde pagar un servicio, porque mis cuadras cercanas están todas detonadas. Caminar por Providencia fue recorrer un campo de batalla urbano. Todos los locales están tapiados. Algunos sueldan barras cruzadas a sus cortinas metálicas para reforzarlas; las sucursales de bancos o seguros de salud tapan los vidrios con chapa o fenólicos. Todos están con pintadas (rayados, acá en Chile), contra Piñera, contra los Pacos, contra los bancos, contra el sistema. Después de trabajar un poco en la biblioteca, hacemos almuerzo/descargo/asamblea con los compañeros; vienen Agus y Camilo, comemos pizza en un lindo lugar (con más tránsito que de costumbre, porque están desviando el de Providencia por acá) Ya a las cuatro, después de las compras en el super de este barrio (el de la burbuja), intocado todavía, después de una linda sobremesa, encaramos el cruce del Mapocho. Está llamada la “Tercera es la Vencida” para las cinco. Desde la ventana, todo muy tranquilo, salvo que mucha gente va caminando para Plaza Italia. Y los helicópteros. A las cinco y media, ya hay un grupo de gente saltando y cantando en la esquina, fiesta popular. Ya llegan los carabineros, fuerzas especiales, con todo, gases, se dispersa todo el mundo, vienen ahora los móviles, y la fuerza caminando en formación, más gases. Me parece que la táctica hoy es no dejar armar ninguna barricada, desde el inicio. A los dos minutos, todo vuelve a la normalidad, es decir, a las miles de personas caminando hacia Plaza Italia. Esa es la tensa tregua: los dejan caminar pero no juntarse. Durante dos horas seguirá pasando gente, ya al caer el sol, ya vemos gente volver. Vimos por mensajes de los compañeros el incendio de la casona, pero no vimos tele. Alguna gente que vuelve hace lo de siempre, pararse en las esquinas y cantar, juntarse y saltar, Chile Despertó. Al instante y tan rápido que me lo pierdo, pasan varios móviles de Carabineros, a gran velocidad, tirando muchos gases por cuadra. Es clara la táctica hoy: que no se junte gente en ninguna esquina. Un estado de sito sin declaración formal. Vania nos dice que no puede pasar de Manuel Montt, que aunque son muy pocos, los Pacos reprimen igual, va en busca de su bicicleta, pero el ambiente está muy denso y se vuelve en auto. Está todo cortado y tiene que llegar hasta Apoquindo. Se topa con una fila doble de Carabineros, pertrechados esperando la turba. Están ahí para defender el barrio de los ricos. La derecha llega a niveles de paranoia de revolución social, con miedo que los vengan a buscar. Mientras se quema el centro, no pasa nada, el centro es de los pobres, pero la turba se animó a llegar hasta el Costanera Center, eso es apenas unas cuadras debajo de sus casas. La chusma está cerca. Diego pide a los cumpas que todavía andan por la calle que se cuiden, que un amigo suyo recibió balines y está en el hospital. Después veré algunos videos de la marcha a Plaza Italia, mucha gente. No pudieron cortar las mareas de personas que llegaban, por más que intentaron reprimirlas antes de llegar. También me entero que hubo 286


trifulcas toda la tarde en las tres avenidas que confluyen a la plaza, unas cuadras antes. Los más aguerridos, la primera línea, le hacen frente a Carabineros, tapándoles la llegada como pueden. Es decir, hay organización estratégica de posicionamiento por el control de la calle, esto se juega con tácticas de guerrilla urbana. Ambos lados han acrecentado el nivel de violencia y enfrentamiento que están dispuestos a soportar. Mientras todo esto sucede, Piñera tiene una sesión de fotos en el patio de la Casa de la Moneda. La tele mostrará solo el incendio de la casona. En el grupo de WhatsUp nos aseguramos que todos estemos en casa y bien. 2019/11/09 SÁBADO La mutilación como forma de control público. El decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, Manuel Kukuljan, expresó su “rechazo unánime” a “la violencia ejercida por el Estado en la forma del uso sistemático de armas y procedimientos destinados a mutilar, como forma de control del orden público”. A través de una carta, el decano dice que “la evidencia de estos días muestra cifras de trauma ocular y ceguera derivada de ello extraordinariamente por sobre cualquier registro internacional al respecto”. 2019/11/13 MIÉRCOLES En Chile, el neoliberalismo desarticuló todo lo político, y ahora no sabe que hacer con un pueblo sublevado y desorganizado. 2019/11/14 JUEVES Habrá que ver si el cauce que propone esta negociación política de medianoche y a puertas cerradas alcanza para canalizar el descontento y la movilización popular. Es solamente un piso. 2019/11/15 VIERNES Luego del acuerdo entre partidos políticos, Carabineros reprime con más violencia la marcha en Plaza Italia (ahora Plaza de la Dignidad). Lo que quieren desarticular, por las buenas o por las malas, es la movilización popular.

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Música

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El Anfiteatro [en línea]. Demasiado Rosarino. 25 de Enero de 2014 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/01/el-anfi.html

El Anfiteatro

Vengo del anfiteatro. Tocaba Man Ray. Antes tocó Rubén Goldín (Sueño de Valeriana en Flor!). La verdad que Goldín estuvo mejor. Con 59 años se lo ve hecho un pibe, no así Man Ray, que ya están viejos. Yo sé por experiencia propia que significa envejecer, tengo cuarenta. Hay cosas que antes mi cuerpo hacía sin pensar, sin pedir permiso; ahora conscientemente nos ponemos de acuerdo mi cuerpo y yo antes de actuar. Por ejemplo, girar rápido, agacharse o levantarse de una, son cosas que ahora requieren de coordinación y sobretodo, de otra velocidad, mucho más lenta. Cuando eso le pasa a una banda o peor aún a una canción, es muy feo. Lo de hoy fue un karaoke de Lizarazu cantando sus propias canciones, sólo que más cuadradas, porque no llega la banda o porque no llega la onda. Arreglos más pesados, más genéricos, con sentido tipológico: esta canción ahora es un reggae, esta ahora es una ranchera hippie, etc. Hoy hubo muy poco de esa frescura pop que combinanba la melancolía de Tito y la alegría de Hilda. Ojo, ella sigue teniendo una voz hermosa, el sigue tocando bárbaro, pero falta algo. Por algo Bob Dylan no te canta una canción del 60 como la cantaba en los 60. Ni siquiera te una de los 80 como la cantaba en los 80! Empieza a tocar algo y recién a mitad de la canción te diste cuenta que carajo está cantando. Y eso, aunque algunos no entiendan, es lo increíble de ver a Dylan: siempre es distinto y siempre está tocando algo ahí, en el momento, de verdad, único. Consiguió mantener la chispa del instante. Por eso sigo buscando música nueva, hecha ahora. No porque esté enganchado en ninguna boludez del mercado que te impone lo nuevo todo el tiempo (aunque puede ser), más bien porque estoy buscando ese momento donde escuchás la ambición de la banda o del músico, ese hambre de crear un sonido, si no nuevo, por lo menos honesto. Esta semana descubrí dos bandas de chicas: Electrelane, inglesas y Warpaint, americanas, de Los Angeles. Nada nuevo bajo el sol, las primeras son una combinación perfecta de Yo La Tengo y Stereolab, con algo de medieval europeo en el medio (con coros de catedral!). Estoy hace una semanas sin poder salir de sus tres discos. No me importa que no sean geniales, son frescas, bastante cercanas a lo verdadero, como era Man Ray en los 80. Así que me volví a casa a escuchar sus discos, que son inoxidables. Son canciones hermosas, de lo mejor del pop argentino. En el Anfiteatro hay sólo dos modos: o te cagás de calor o te cagás de frío. Y hoy me estaba cagando de frío. Eso puede haber nublado mi entendimiento del momento. Cuando hace calor y hubo mucho sol durante el día, agarrate! El cemento del anfi es de los que toman todo el calor, lo almacenan y lo liberan en cuotas justo cuando estás sentado, aún sean ya las 12 de la noche. En serio: te pela. La estrategia es sentarte por lo menos en la parte a la que le empezó a dar sombra primero, la más cercana a la barranca. Deberíamos llamar a algún científico para que haga algo para aprovechar las capacidades de captación y transmitancia térmica de ese lugar para generar electricidad o algo así. La temporada del anfiteatro arranca en algún momento de noviembre y cierra en algún momento de abril, cuando ya a nadie se le ocurre hacer un recital al aire libre. La temporada “oficialista” es decir municipal, se concentra en Enero-Marzo, pero a algunas bandas todavía les gusta tocar en anfiteatros y la muni alquila el lugar. A Divididos le encanta tocar ahí y generalmente sus recitales son impresionantes. El último recital pago que fui ahí fue de ellos y fue increíble. En las temporadas “oficialistas”, en mis recuerdos, siempre socialistas, descubrí tarde a Jaime Roos, y confieso haber escuchado por primera vez en vivo a Kevin Johansen (sin Liniers todavía). Cualquier rosarino que se precie debería saber por qué se llama Humberto De Nito, quién lo hizo y cuándo. Pero yo no tengo ni idea. Lo que si me parece es que no aprovecharon ninguna topografía natural, más bien parece que hicieron un agujero tremendo, sacando toda la tierra que falta de la barranca para dejar lugar a las gradas. Si hicieron eso, siempre me pregunté, porque les quedó inclinado? No hubiera sido mejor estacionar un poco mejor el escenario? Misterios de la fauna local. (Ubicado en el Parque Urquiza, la obra se inició durante la intendencia del Dr. José Lo Valvo (1951-1952) y se continuó la excavación durante el gobierno de intendente Luis Cándido Carballo (1958-1962). Finalmente, se inauguró con la gestión de Pablo Benetti Aprosio, en 1971. El proyecto de obra fue realizado por los arquitectos Gimenez Rafuls y Solari Viglieno. Durante los primeros años fue denominado “Teatro Griego” hasta que, posteriormente, recibió el nombre de Humberto de Nito, en memoria del compositor rosarino.)

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Músicas Rosarinas [en línea]. Demasiado Rosarino. 14 de Febrero de 2014 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/02/musicas-rosarinas.html

Músicas Rosarinas

En El Diablito, todos los miércoles de Febrero, hay mini-recitales. Mini porque son acústicos (sólo guitarra), y mini porque el lugar es minúsculo. El primer Miércoles tocaba Juani y me hubiera encantado ir, pero algunos truenos, unos relámpagos y par de rayos me lo impidieron. Esa noche, empapado bajo una cornisa enfrente del Circulo, decidí que era mejor enfilar a casa. Ayer tocó Pol Nada y estuvo precioso, como siempre. Llegamos temprano, tan temprano que el bar estaba vacío y no nos animamos a entrar. Al rato, fuimos igual los primeros en entrar y ya me acomodaba cerca del micrófono (no hay escenario) cuando nos avisan que estaba todo reservado menos el rincón al otro lado del bar, contra la barra, a un costado. Ni el segundo Campari, ni la excelente acústica, ni la voz hipnótica de Pol nos hacían olvidar que no veíamos nada más que una barra de bar cuando de repente se prende una luz y en el reflejo de los espejos del cielorraso de la barra vemos una guitarra y una mano. En el cuadradito de abajo se veía, dada vuelta, una cabeza pelada cantando a un micrófono también dado vuelta. Nos acomodamos un poco siguiendo la geometría de los rayos de luz y cuando se acostumbró el cerebro a entender todo dado vuelta, nos vimos un hermoso recital que ni las voces de los borrachos contiguos aplacaron. La Hija del Fletero nunca sonó tan linda e infinita. Llegué a casa y como me había quedado con ganas, me escuché el disco Te Vamos a Salvar, tirado en el sillón tomándome un whisky. El disco es hermoso y raro, me dormí soñando cosas lindas y me desperté cuando terminó. Hay ruidos de fondo de jueguitos de compu, letras que hablan de animales, bosques, amigos, armas, plantas, instrumentación finísima, melodías sutiles, teclados, ecos, humor. Todo, menos Trova Rosarina. Un disco de hoy, del 2013, con otro de remixes más lindos todavía (recién salido! 2014!). De cualquier lugar de hoy (que se yo, de Oregon, por ejemplo) pero también de acá. El bosque del que habla para mi es el de la isla, los matorrales esos a los que llamamos bosque. Una de las cosas más lindas de volver a Rosario fue reconectarme con músicas que me gustan mucho. Soy fan de Coki desde hace mucho. Desde Cae lenta, pero sobretodo desde Indios, cuya primer versión es un recuerdo auditivo profundo, saliendo de la radio de la casa de mi tía, no la escuché nunca más, la tengo en la cabeza y la recuerdo a voluntad (o talvez me inventé que hay otra versión, un demo que escuché en la radio, no sé). Estar en Rosario me permite ver a los Killer Burritos cada vez que tocan y eso hago: los veo cada vez que tocan. El año calendario no cierra si no voy a su despedida. (Yo escuchaba El Show de Bárbara y Dick todos los días dibujando para la facultad, y ahora soy amigo de Fede. Esas cosas tiene Rosario.) Siempre pensé que si Coki hubiera sido de La Paternal o incluso un poco más lejos, de Lanús, se hubiera hecho amigo de Pergolini y ahora sería otra historia. Pero el loco es de acá. De Cañada. Hay una dignidad increíble en la actitud de mantenerse, en hacer la de uno. Es lo más rocanrol que hay. Y aparte, es un músico del carajo. El único disco (LP) de Punto G que tengo, el de las cosas tiradas en la tapa, el de la canción del turco derretido en ácido por el padre de mi compañera de secundaria, se lo compré a directamente a él, porque laburaba en MusicShop. Los Burritos ya habían empezado cuando todavía no me había ido (en la primer formación estaba Emiliana Arias en batería, pero no soy periodista de Rock, así que puedo equivocarme), los vi en un boliche en calle Rioja. Sonaban bárbaro. (Otro tema de Punto G que jamás volví a escuchar después de ese recital es Crucé la ciudad). Los discos salieron después haberme ido. En mis vueltas, con mis dólares frescos, pasaba siempre por MusicShop y me compraba lo que encontraba. Me compré dos veces Mi Parrillada, porque Coki vendía los discos con tapas artesanales, fotocopias láser, y se ve que las cambiaba. Me cagó! Igual, el millón de dólares falsos me hizo feliz. En serio, yo estaba en Ann Arbor, en el medio de la nada, cagado de frío y llegaba a casa y ponía Perdida, que discazo! Yo me hago el intelectual, compro Los Inrockuptibles. Y una vez, hace unos años, en las reseñas encontré un pequeño texto sobre un disco que decían era uno de los mejores discos del año, “Macromoléculas” de un rosarino, Juani. Yo creo que estaba en Buenos Aires cuando leí eso. Vivía afuera y estaba desconectado de todo, la movida Planeta X había arrancado después de mi huída, así que me había quedado con la generación anterior, Mortadela Rancia, sobretodo. Me intrigó. Llegué a Rosario y pasé por Music-shop. Me lo dieron, un CD con una carpetita de papel ilustración, súper-casero, con dibujos a mano (a lápiz) muy lindos. Cuando lo puse en casa no lo podía creer. Una musicalidad con mucho espacio, arreglos sutiles y folclóricos, música contemporánea pop argentina, llena de paisaje. Me fascinó. Todo lo que me compraba acá me lo llevaba a Chicago, era mi equipaje. Lo escuché muchísimo a ese disco y es uno de los que más quiero. Me acuerdo un día, en esas idas y vueltas que anticiparon mi vuelta definitiva, laburando en el estudio de Diego haciendo un concurso, entra a saludar un barbudo que conocía a los chicos, venía de grabar trompeta en el estudio de la vuelta (Planeta X) para el segundo disco de Juani. Que?! De Juani?! Es un genio ese pibe le digo! Claro, yo venía acostumbrado a la movida americana, donde los músicos son genios adorados y lejanos. Para mi era un flash 292


que este pibe tocara la trompeta con un tipo que yo admiraba. Ahora soy muy amigo de FranKo, lo quiero muchísimo! Eso es Rosario. Estamos todos cerca. Y FranKo es también Cabezudo y Piccini y y la Banda EnOrsai y los PazCiencia y Esperando Conexión Satelital. La Cátedra también es Pablo López y Los Canadienses, y es Fede y Septiembre y Juan y Zona 84. Pero una de las cosas más lindas de mi vuelta fue descubrir esta fraternidad musical de las nuevas camadas. Una fraternidad desde el cariño por la música y la profesionalidad del trabajo. Tienen editoras, salas de ensayo, salas de grabación, sacan unos discos que suenan bárbaro, hacen unos recitales muy cuidados, y son una muchos! Y cada vez son más jóvenes y cada vez hay más música, mas géneros. Planeta X puede haber sido precursor de la movida, pero ahora está Discos del Saladillo y un montón más. Ponen unos huevos que me encantaría los pusiéramos los arquitectos, por ejemplo. Nosotros no podemos compararnos con la pasión y el amor que pone esta gente en su arte. Bájense el disco de remixes de Pol Nada. ES BUENISIMO. El primer remix, La Era de la Emoción, por Matilda, es genial. Y después, escuchen Aguas Tónicas. Otra cosa.

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Tango Rosarino [en línea]. Demasiado Rosarino. 24 de Marzo de 2014 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/03/tango-rosarino.html

Tango Rosarino

El tango rosarino existe, lo sé porque acabo de escucharlo. Vengo del Teatro La Comedia, del concierto del Quintegaseto (así se llaman). Un quinteto ajustadísimo, con temas propios (Pichincha), arreglos y ejecución impecable. Me compré el CD (lo estoy escuchando mientras escribo), en el estudio son tan buenos como en vivo. La mayoría de los temas son de Sebastián Jarupkin, que además es un gran bandoneonista; hay temas del violinista Guillermo Copello (excelente!) y del pianista Lucas Querini (excepcional!). Salvados ya de los manierismos post-piazzollianos donde cada uno que había tocado con él tenía que demostrarlo, podemos recuperar la simpleza del tango, sin perder la calidad contemporánea de la música, dejando aflorar sentimientos en frases claras y melodías sensibles, sin enmarañarlas en abstracciones conceptuales “modernas”. Yo venía preparado para otra decepción más y estos pibes me pegaron una piña bárbara. El único grupo de tango rosarino que venía siguiendo hasta ahora era el San Telmo Loungue, que a pesar de su nombre, son de acá, tanto que siempre me cruzo por la calle al guitarrista, somos vecinos. El último recital que vi, el año pasado en el Berlín, estaban dejando atrás su época de tango electrónico para animarse a algunas canciones. Las letras y las canciones estaban muy bien. Fue un gran recital. Su CD lo tengo de antes, cuando vivía afuera. O los tenía en un compilado de “Tango-Loungue” (que por un tempo fue algo así como un género)? El tema es que los conocía y me sorprendió mucho que fueran rosarinos, y que acá nadie los escuchara. Tango Rosarino, peleándola, y en buena forma! Yo no soy tanguero, pero mi historia con el tango viene de largo. Yo tuve una infancia feliz. En Barranquilla vivía en un edificio donde tenía una barra de amigos, nos pasábamos el día afuera, explorando el entorno, todavía lleno de imágenes míticas y fantásticas (la imagen de mi infancia son Los Goonies, así siento que fue). A la tristeza, es decir, entender de que se trataba, la conocí gracias a un compilado de Piazzolla, un disco alemán que compró mi viejo en 1982. Yo tenía 8 años. Ese disco lo escuché mucho, muchísimo. Escuchando Invierno Porteño comprendí la nostalgia y la melancolía de mis viejos en su exilio, que si bien en el día a día no estaban tan presentes porque éramos una familia más o menos feliz, afloraba en ese final en donde queda tocando el bandoneón para que después lo siga el piano y el violín. Nunca dejo de llorar cada vez que lo escucho. En ese disco conocí además al Polaco. Yo entiendo a los puristas, en serio; pero para mí el tango son Piazzolla y Goyeneche, y si están cantando una letra de Horacio Ferrer, mejor. Chiquilín de Bachín resonaba en mi imaginación, porque sin saber que era un bachín, era un chiquilín y si bien no entendía mucho, identificaba algo de la pobreza que veía a mi alrededor. Balada para un Loco. Por favor. No se ha escrito nada más grande que eso. Sin saber que era, conocí el surrealismo con ese tango. A mi me gustaban las películas, también de chico, y esa canción era una película que giraba en mi cabeza. No sabía que era Callao, pero a la luna la veía rodando por ahí. Y el medio melón en la cabeza, y los semáforos que hacen tres luces celestes y la golondrina en el motor, y el escote, el abismo de tu escote hasta sentir que enloquecí tu corazón. Y la voz del Polaco, loco, todos locos! Loca ella y loco yo. Yo no sabía que era el amor, pero entendía que era una locura a la que había que entregarse. Así como se entregaba el Polaco. Gracias a Pino Solanas y dos de sus películas que me marcaron (El exilio de Gardel y Sur, un poco la historia de mis viejos y mi historia) seguí profundizando mi amor por Piazzolla y por el Polaco. De Sur, de la que me compré el vinilo del soundtrack, me acuerdo siempre una escena del Polaco, cantando tangos en la esquina de la estación de Barracas, cuando la mina se le acerca a decirle que lo deja y el Polaco le dice, pero Cora si yo te quiero turra mía! Y la mina le contesta, yéndose, y ahora me lo decís! Y es que el Polaco era un gran cómico! Y si no me creen, vean los sketchs con Porcel. En camiseta agujerada, pegada a los huesos, un esqueleto frágil y aniñado. Se cantaba unos tangos increíbles al final el Polaco. Si bien su época clásica es impecable (con Pichuco, Niebla del Riachuelo!), su final es épico. Nadie, nadie terminaba los tangos como el Polaco. Parecía que se desarmaba. Se caía. Dejaba su último aliento. Me tendría que fijar en algún archivo, pero seguramente Piazzolla tocó en Rosario los años primeros de nuestra vuelta, después del 85. Yo era muy chico como para reclamarle a mi viejo la estupidéz histórica de no ir a verlo tocar. Astor se nos murió a todos en el 92, nunca pude verlo en vivo. Mi viejos si vieron al Polaco, en Buenos Aires. De mis cumbres tangueras, quiero contar tres. 1/ En uno de los días mas fríos de mi vida, con Jose y Manu nos fuimos hasta el medio de la nada del oeste de Chicago, para escuchar un concierto de Pablo Ziegler. Teníamos la dirección y nos parecía medio lejos, pero fuimos. No llegábamos nunca. Al final era en un colegio secundario. Rarísimo. Dejamos el auto en un estacionamiento enorme, como de shopping americano y encaramos el edificio, anodino como todas las escuelas 294


yanquis. No se quién organizaba ese recital. Que productor borracho. Tuvimos que esperar un poco en unos pasillos como los de las películas de High School y entramos al auditorio. Ni Jose, ni Manu, (que no son muy tangueras), ni yo sabíamos quién era Ziegler. Un pianista impresionante que, después supe, tocó con Piazzolla muchos años. Verlo tocar el piano, adentro del piano! directamente de las cuerdas, el cuerpo metiéndose de cabeza en la tapa abierta, nunca vi hacer eso, ni antes ni después. 2/ En una de mis vueltas durante vacaciones, llevé a mis amigos Craig, Karl y Jen al Tasso. Siempre llevaba a amigos a ese lugar para hacerles conocer el tango de verdad, no el que arman para turistas. En el Tasso no hay turistas, nadie explica nada en inglés. Ese día estaba caminando por BsAs con los chicos y vi en carteles por la calle que tocaba Néstor Marconi con su quinteto. Llamé y todavía quedaban lugares, los subí a un taxi y nos fuimos. Les avisé que probablemente fuera a llorar en algún tema. Lo que no me imaginé fue lo que pasó cuando Marconi avisó que iban a tocar Adiós Nonino. Desde el público, que estaba entregado desde el principio, se sintió una toma de aire colectiva, un suspiro de preparación. Todos nos acomodamos distinto en las sillas. Y arrancaron, con el hijo de Marconi tocando el solo de piano del arreglo del quinteto original. No es que lloré, no pude contener el torrente de lágrimas de principio a fin. Al final del tema ya no podía ni respirar. Ese día decidí que volvía a Argentina. 3/ Hace dos años, en el Teatro del Parque España: Rodolfo Mederos y Juan Gelman. El bandoneón de Mederos y la voz de Gelman recitando sus poemas. Nunca he visto cosa más maravillosa en mi vida. Si alguien me pregunta que es la poesía, eso, eso es la poesía. Un viejo golpeado por la vida, de las formas más miserables posibles, cantando sus poemas de amor, a los 80 años, como si tuviera 15. Cuando se terminó todo, vi que un locutor oficial se preparaba a dar discursos y entregarle un premio municipal a Gelman. Salté de la silla y huí lo más rápido posible, no quería contaminar el momento con burocracias estúpidas, y menos que menos, dejar que otra voz tapara el recuerdo de la de Gelman. Quería que me quedara su gusto en el paladar. Tenemos una gran capacidad para arruinar la belleza. Nuestros políticos y los encargados de nuestras instituciones, sobre todo. El Tasso es un gran lugar. Lo recomiendo. Enfrente del Parque Lezama, nada más tanguero que eso. Un galpón donde cada fin de semana toca lo mejor del tango argentino. He visto cosas muy lindas ahí. La última vez llevé a unos amigos de la India porque tocaba el Sexteto Mayor. Rahul (mi amigo) se escapó de una cena importante, es decir, lo secuestré y con Nondita (su mujer) nos vimos a estos cuatro pibes nuevos del sexteto tocando Tango como si fuera Rock and Roll y a los dos maravillosos originales (La delantera!) Mario Abramovich y Eduardo Walczak tocar el violín como si no hubiera tiempo que perder. Nada de boludeces, directo al solo, piiinnnnnn pinnnnnn, increíble. Verlos subir al escenario ya fue impresionante, moviéndose lentamente, casi cayéndose. Pero empiezan con el violín y agarrate. Me ha pasado con músicos del Jazz, sin el instrumento, se caen, agarran el instrumento y es como si les volviera la vida. Los mantiene joven tocar música, pero la magia pasa sólo al momento de tocar música. Por eso no paran. Me pasó en Chicago con Sonny Rollins, que entró al escenario casi sosteniéndose en su saxo y después tocó unos solos interminables que a cualquiera dejan tirado. En El Tasso descubrí a La Chicana. Los tangos de Acho Estol tiene letras que hablan de hoy. Dolores Solá los canta con una presencia que se las trae. El fin de semana que viene están en El Teatro La Comedia. Vayan.

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Lollapalooza para Rosarinos [en línea]. Demasiado Rosarino. 3 de Abril de 2014 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/04/lollapalooza-para-rosarinos.html

Lollapalooza para Rosarinos

No hay nada más Rosarino que hacer una escapada a Buenos Aires para ver un recital. En estos días en el Lollapalooza me encontré con más de 15 conocidos, y no es que yo conozca a mucha gente. Si en estos dos días hubo ahí 100 mil personas (y somos 1 de los 41 millones de la población nacional), siguiendo una correlación proporcional, al menos 2.500 de los que estábamos ahí eramos Rosarinos, todo un éxodo. Había muchos extranjeros en la multitud, eso puede cambiar mis números, pero bueno, acepten el esfuerzo estadístico. El tema es que nuevamente largamos todo y nos gastamos el triple o más que los porteños para ver el mismo show. Con el agregado que hacen los shows en lugares cada vez más raros y no tenemos idea de donde quedan, o como llegar. Llegada Paré en un hotel (barato) de Vicente López, de cuando era un destino de playa (lo fue, vi fotos), ahora atrapado entre las vías y la avenida. El primer día, temprano y sin apuro, encaré por Libertador al norte. Enganchado un poco todavía con las noticias y el trabajo, tratando de desenchufar, recordando los linchamientos que me persiguen, caminando por este corredor de los privilegiados, pensaba que este país está cada vez más dividido; marcadamente dos países, los que tienen y los que no tienen. Libertador se pone cada vez más linda, y Argentina no. Vicente López transformó su costa y ahora tiene torres muy Miami Beach, y las inversiones siguen, algo así como un Puerto Madero lineal entre Libertador y el río. La hicieron bien (o tuvieron mucha suerte) estos “urbanizadores” del corredor norte: Panamericana como la espina regional e industrial, Avenida Santa Fe (continuidad de Cabildo) para los corredores comerciales de cada localidad, después el tren (para llegar a “capital” rápido) y Libertador para restoranes y llegada directa en auto a puerto madero, y finalmente la costa del Río de la Plata (hasta Tigre) como gran atractivo. En el medio de esta configuración lineal paralela, se acomoda una de las zonas residenciales más lindas del planeta. Cruzando en San Isidro desde Libertador hasta el Hipódromo, queda claro que este oasis es otro país, el de los que deciden todo, para su máximo beneficio. Un país que empezó hace tiempo en Recoleta, se mudó después a Barrio Norte y Belgrano, para cruzar la Gral Paz hasta Martínez y San Isidro y últimamente refugiarse en Tigre o Pilar. De esta franja saldrá nuestro nuevo presidente, los tres que suenan son de acá. Provincia de Buenos Aires? Si, pero esta provincia. Día 1 En Argentina todavía no sabemos hacer festivales. La verdad que en el predio no había ni media onda. Esto a lo sumo son grandes recitales, uno al lado del otro, pero un festival no es. Los escenarios gigantes, demasiado cerca uno de otro, tienen que luchar entre ellos para ser escuchados, ponen al mango la música y nunca tenés un lugar para estar tranquilo. No podés tomarte ni una cerveza, (salvo los del vip, que la tienen atada), te gastás 50 pesos en una hamburguesa malísima, un desastre. Hay que comer antes y llegar hidratado. Inicio Llegué temprano, con la expectativa del día bien alta, el gran espacio verde bastante vacío, el cielo azul, el viento. A las tres de la tarde ya estaba insolado. El fixture previo me hizo rebotar de escenario en escenario medio perdido, porque no había ni mapas ni folletos. Rescato a Juana Molina, que está cada vez más loca, con una rave chacarera electrónica a las dos de la tarde con sus pelos al viento. Capital Cities, una banda de hipsters prolijos de Los Angeles, le pusieron un poco de onda a un funk liviano para chicos ricos; el trompetista se puso la banda al hombro. Mis amigos le habían puesto mucha ficha a Julián Casablanca y por eso se defraudaron tanto. Para mi este pibe hizo agua con una actitud punk rebelde no-me-importa-si-se-empastay-no-se-escucha-una-mierda. Eso mucho no me importa, a mi los Pixies me gustan, el tema es que la banda que trajo era malísima. Al final lo que hacíamos era directamente esquivar los escenarios, tan malas eran las bandas. Ya con una mala onda considerable pedíamos que por lo menos Phoenix no decepcionara. Mis amigos se preguntaban porqué venía todo tan bajón, mi respuesta fue simple: si traés buenas bandas, tenés un buen festival, si traés malas bandas, no. Igual, fue una postal de lo que está pasando con la música: toda una gran base de mediocridad que te quieren vender todo el tiempo, con pibes que la quieren hacer pero no les da. Afortunadamente, a las 7 de la tarde, todo cambió. Final Nos acercamos a Phoenix ya temiendo lo peor. Incluso al principio pensábamos, porqué no cantan en francés estos chabones, es medio falso. Igual le perdonamos esa superficialidad con guiño comercial porque estos pibes han encontrado un sonido muy personal. Una mezcla de Van Halen con Coldplay. No se si fueron las imágenes que mostraron de interiores de Versalles, de Notre Dâme o de los Boulevares de Hausmann, pero al final pensaba que esas capas de sonido que consiguen en base a sintetizadores construyen una espacialidad 296


gótica muy francesa. Y estos pibes tendrán letras pavas y cantarán en inglés, pero como la rockean! Un baterista que mete miedo, un bajo que sostiene todo, un guitarrista de primera; profesionales del rock, que cuando se ciñen a lo ensayado, lo ejecutan a la perfección. Igual, no les perdono el intento (fallido) de improvisar al final de Love like a Sunset, que fue de otro modo una conjunción épica de sonido, imágenes y luces. Una pieza sinfónica contemporánea y punto fuerte del día. Lo más rockero que he visto hasta ahora en mi vida fue el final de Phoenix, con el cantante literalmente caminando por arriba de la gente. Cuando ya había pasado el minuto aconsejable y los de seguridad lo trataban de rescatar tirando del cable, el pibe se escapaba y rodaba, nadaba y cantaba arriba de la gente, todo mientras la banda sostenía el clima. Al final, salió por adelante, hecho mierda, justo para terminar el tema. Todos delirábamos, los franceses arriba del escenario, más. Podría haber terminado muy mal, el rock es así de generoso. Después fue caminar hasta la comida para aguantar hasta el final; todos pensamos lo mismo! Eramos una manada buscando la carpa blanca. Mala idea. Por primera vez de noche, los mismos caminos eran otros, todo era distinto. Todavía flasheando un poco por el porrito fumado, en un momento estamos en medio del barro y sin saber por dónde agarrar, fue el momento más surreal. Cruzamos todo el predio y no se bien como, nos agenciamos de unos nachos y unas cocas. Ahí nos dividimos, los chicos prefirieron New Order, yo encaraba a Nine Inch Nails. Lo bien que hice. Llegué con los últimos rastros químicos a un show de luces y sonido impactante. Agradezco a la tecnología digital esta coordinación precisa y potente. Lo de Reznor no tiene nada que envidiarle al Berlioz que escuché el otro día, estos son los sonidos de hoy, nuestras grandes sinfonías. Rock Industrial, Post-Rock, como quieran llamarlo, una densidad casi líquida, sombría, indignada, con la seriedad que da el asco de un hombre sensible frente al vacío del mundo contemporáneo. Una rave oscura y bailable, nihilista y hermosa. El final silencioso, con un Hurt casi a capella fue una comunión. Reznor nos regalaba su imperio de mugre. Y yo ya estaba listo para el final. Arcade Fire arranca con los cabezones, aparece el cantante desde un costado: Stop! Stop! What the fuck is this bullshit! La música para, del cabezón sale Julián Casablanca, que se escapa del escenario saludando y sonriendo. Ese minuto fue mejor que todo su show de la tarde, que fue una mierda trash-core empastada. Para Arcade Fire tuve que acomodar la cabeza. Tanto Phoenix como NIN fueron shows de mucho despliegue, para ver de lejos y dejar que las proyecciones y las luces hicieran lo suyo, los músicos usando la tecnología justa para conseguir climas sostenidos. Pero estos canadienses tocan el violín! El saxo! Son como diez en el escenario, algunos teclados y algunas máquinas, si, pero se sostiene a pulmón. Me ubiqué en un lugar donde pudiera ver el escenario completo sin obstrucciones (soy petiso, es difícil, me ayudó el protector plástico que usan para los cables y me paré ahí). Si tratás que las luces no te distraigan mucho, te das cuenta lo buenos que son, como sostienen esas capas de sonidos, una a una, a pura garra. Toda la épica que quiere Phoenix, toda la oscuridad que busca Reznor, estos chicos la tienen, mezclados con baile, fiesta, y sobretodo, melancolía. Esa tristeza justa en el lugar justo que le da una emoción verdadera a lo que dicen (las letras son profundas) y lo que hacen. Los de arriba del escenario disfrutaron muchísimo de este show, se notó. Cuesta en la parafernalia del gran show del rock global encontrar momentos genuinos de música y sensibilidad. Para mi fue en No Cars Go, ese lugar entre el clik de la luz y el primer sueño, esa invitación a ir juntos a descansar de todo, incluso de los sueños. Y al mismo tiempo siguen siendo estrellas de rock, reflejos de reflejos de reflejos. Porque a fin de cuentas son fuegos de artificio de parque de diversiones barato de pueblo, chapa pintada y papel maché, incendios en Sacoa. Arcade Fire. Día 2 El segundo día encaré despacio siguiendo la vía. Caminé por barrios muy lindos, siguiendo las estaciones, Vicente López, Olivos, La Lucila, Martínez, Acasuso. Zonas residenciales, calles empedradas y arboladas, zonas comerciales barriales, todo con la tranquilidad de una mañana nublada de feriado. En algún restorán de barrio me comí el menú del día, $50 por una lasagna (casi el precio de los nachos en el Lolla). Me hidraté y me preparé para otra jornada. Mucha más gente en el segundo día, más policías custodiando las inmediaciones, que se vieron desbordadas completamente. Santa Fe, Libertador fueron un caos a la salida de las dos noches. Ya no corren más los trenes que trajeron a mucha gente y te queda caminar hasta encontrar un colectivo abarrotado, o simplemente, seguir caminando. 297


Como ya me di cuenta que esto no es un festival sino varios recitales grandes juntos, esta vez encaré con la estrategia de ver los tres shows que me importaban lo mejor posible. Después de años de campo en megarecitales reporto que he encontrado el lugar ideal. En estos mega conciertos, la gente de seguridad arma un corralito en forma de T invertida en relación al escenario: por el medio del escenario sale un pasillo que cruza hasta la torre de sonido y de ahí salen dos barras para cada costado. En el último recital de Pearl Jam, primer recital grande en Argentina para mi después de muchos años, no conocía esto del corralito y cometí el error de seguir a mis amigos hasta el espacio que “protegen” estos corralitos, entre las vallas y el escenario: grave error, casi muero. Se arma ahí una presión humana bastante parecida a Puerta 14. Luchando por mi vida, logré salir hasta un costado, para poder volver a respirar. Algún día va a suceder una catástrofe. Ahora encontré la posta: justo al lado de a torre, contra la valla, pero de este lado, del otro lado. No muy a la esquina, no muy al costado. Tenés la valla y el “corredor de seguridad” que te dan los tres metros para que la gente de adelante no te tape, los desaforados están apretándose entre sí adelante tuyo del otro lado de la valla, la gente que esta atrás es más tranquila y no empuja tanto. El sonido llega perfecto, ves todo el escenario, completo y sin obstrucciones y podés bailar. Un lujo. Tenés que tratar que no te distraigan los chicos de seguridad sacando del malón por arriba de la valla a los que no aguantan más. De las chicas te lo esperas, pero de vez en cuando sacan a unos grandotes que dan pena. Después de un primer día lleno de texturas sonoras en base a sintetizadores y electrónica, fue reconfortante la dosis de rocanrol del segundo día: guitarra, bajo y batería: tres instrumentos que todavía se la bancan. Para mí el día fue de Johny Fucking Marr. Si alguien me pregunta que es un rockero, este pibe es un rockero. Lindo ver que una guitarra y una actitud pueda sostener todo. La otra mitad de los Smiths (esa que no es Morrisey) tocó con una sutileza increíble. El final con There is a light that never goes out fue hermoso. Después de Johny me re-encontré con Frank Black, que con su mala onda acostumbrada se tocó todo. Lo más rocanrol de la noche fue Frank dándole a la criolla como si fuera una Fender Stratocaster. Estos chicos le metieron tanta distorsión que Joey Santiago hizo un solo de cable (en serio!). Ninguno de los que me rodeaban tenían la menor idea que significaron los Pixies. Igual, el olee olé olé olé Pixies, Pixies, no le sacó ni una sonrisa a Frank, que así como entró, se fue. Para ver bien a los Red Hot (un estreno para mi) decidí perderme a los Soundgarden, los escuché desde mi puesto defendido frente a la valla. Me acordé de canciones que no escuchaba hace 20 años! Que raro que el grunge sea ya un acto tan nostálgico. Sonaba bien, sobretodo Rusty Cage. Los Red Hot mezclaron una puesta muy cuidada (con luces y sonidos impactantes) con interludios desprolijos que desinflaron el show. Entre cada tema y tema, mechaban zapadas, una más mala que otra. No me decepcionaron, hicieron todo lo que esperaba de ellos, payasadas incluidas. El nuevo guitarrista tocó bien, pero cantó horrible y no dejo de tener una actitud desencajada en todo momento. Extrañé la melancolía de Frusciante, y la verdad, que trataran de tocar afinado y de pegarle a los temas, por lo menos. En el medio de mi triada rockera intenté darle una oportunidad a los chicos de Vampire Weekend; fui con ganas, pero no pude, me tuve que ir. Fue como ver a los chicos de Big Bang Theory armar una banda de rock para un proyecto de una feria de ciencias del High School. El cantante tiene menos carisma que Roger Federer. Este Lollapalooza ya es del rock global, capitalista y agigantado. Ahora me gustaría ir de verdad a un festival.

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Reveriês Musicales [en línea]. Demasiado Rosarino. 23 de Julio de 2015 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2015/07/reveries-musicales.html

Reveriês Musicales

Yo era un chico colombiano más que escuchaba al Puma Rodríguez (influencia de las muchachas que me cuidaban y las telenovelas venezolanas que miraba con ellas) y a Michael Jackson (había salido Thriller con ese video de los zombies) cuando descubrí a Charly García a través de Mercedes Sosa. Mis viejos, como buenos exiliados argentinos, tenían sus discos de Yupanqui, de Piazzolla y de Mercedes, y esos eran los discos que yo escuchaba (además de Canticuentos, Los Parchís y Menudo). Ese año, finales del 82, principios del 83, Mercedes Sosa fue a Barranquilla, con mi viejo la fuimos al buscar al aeropuerto y la llevamos al hotel. Después de la conferencia de prensa en la pileta con césped sintético, a Mercedes no le gustó la habitación y mi viejo la ayudó a conseguir una suite en otro hotel. Subimos con ella hasta la suite y nos quedamos (más bien mi viejo y ella se quedaron) charlando hasta bien entrada la noche, yo tenía 9 años. Ese año Mercedes había sacado un disco muy bueno, uno doble en vivo, que marcaba su retorno a Argentina después de su exilio. Mi memoria siempre me hizo pensar que ahí estaba esta versión de Inconsciente Colectivo, de un tal Charly García, pero no, YouTube me dice que era Cuando ya me empiece a quedar sólo. Un montón de diarios apilados! Y una flor cuidando mi pasado! Y un rumor de voces que me gritan! Yo tenía 9 años y el fantasma tuyo sobretodo cuando ya me empiece a quedar sólo, y ese piano que me encantaba. Si me acordaba de la tapa del disco de Mercedes, un dibujo en lápiz de su cara contra la ladera de una montaña y un sol o una luna, todo en tonos marrones. Pero Inconsciente Colectivo, la libertad siempre la llevarás dentro de tu corazón, te pueden corromper, te pueden atrapar, pero ella siempre está. Ayer soñé con los hambrientos, los locos, los que se fueron, los que están en prisión. Yo era hijo de exiliados, y ya sabía de que se trataba, los desaparecidos, Argentina. La vuelta a Argentina, para nuestra familia de 5, fue a finales del 84. Mi primer cassette comprado seguía mi investigación sobre ese Charly, (que seguramente no podía ser el mismo que sonaba en las radios con Estoy Verde!), la reedición de Vida, de Sui Generis. Mi sensibilidad de pre-adolescente encajaba perfecto con esa ansiedad e incomprensión hippie. Ahora el exilio era mío, un colombiano perdido en una cuidad desconocida del sur del continente, hubo un tiempo que fui hermoso y fui libre de verdad y ahora detrás de las paredes que ayer se han levantado, escucho que respiras todavía. Llegué en el momento justo para conocer el rock nacional: Virus, Los Abuelos, GIT, Los Twist, Los Violadores, SUMO. Esa era la música que pasaban por la radio, casi la única, además de algún que otro Durán-Durán y The Police. Es difícil entender esto desde estos tiempos de regetón y cumbia, pero esa era también la música que bailábamos en los boliches, en las fiestas. Mis primeras vacaciones de invierno (el frío también era nuevo para mi, yo venía del caribe) fueron a La Rioja. Me había comprado el último disco de Charly (en cassette), Parte de la Religión. Los discos de Charly se esperaban ansiosamente, eran un acontecimiento. Me acuerdo de Patricia Dibert presentando algunas canciones del disco en la FM97. Para mi, Adela en el Carrusel siempre va a estar enganchado a imágenes de montañas en el horizonte del desierto al costado de la ruta, mirando por la ventanilla de atrás del Peugeot 504, con asientos ya pintados de negro por mi viejo. Me convertí en un snob rápidamente, Como Conseguir Chicas ya me pareció un paso en falso. Preferí seguir descubriendo a Charly para atrás, Piano Bar, Modern Clics, Yendo de la Cama al Living, y sobretodo: Pubis Angelical, todos los pubis juntos. Y me fui al cine a ver Lo que Vendrá, con el enfermero original (minuto 2.34). La madurez musical la encontré gracias a La La La, pero llegué ahí de mano de Fito, no del Flaco. Al Flaco lo descubrí mucho, mucho más tarde. A Fito lo conocí en su fase más rockera, el primer recital de rock al que fui en mi vida fue el de la presentación de Ey! en el Circulo (fui sólo, a escondidas, con guita que mi vieja me había dado para comprarme ropa), Ambar Violeta y todas las luces del teatro se ponen violetas y Fito le canta a los tíos sentados en un palco. Después Fito saca Tercer Mundo y ahí Chico Buarque tenía puestos los anteojos que Fito dejó sobre un cuaderno con su rostro, calaveras nada. Yo, snob como ya era, fui de los decepcionados por El Amor después del Amor, salvo algunas hermosas excepciones. Sobretodo cuando tenía que aguantarme a todas las minitas en los recitales que ponían cara de asombro cuando Fito arrancaba con la cuidad de los pibes sin calma y no terminaba nunca con esta puta ciudad (con Coki y Carámbula), siempre más pesada, siempre más arriba. Después ya no le compré más un disco. Ni Circo Beat. Por suerte llegué a Rosario cuando ya había pasado la trova rosarina. No hubiera soportado tanta nostalgia, tanta angustia. Pero los ecos de la post-trova fueron más poperos. Gallardo, Goldín, Certamente Roma, Punto G. Ya al final de esta movida me acuerdo (o me invento?) de una fecha compartida (choque de titanes!) en el monumento entre Certamente y Punto G. Después Los Vándalos, los Abrepuertas, Mortadela Rancia y los primeros Killer Burritos metieron a Rosario en una movida más rockera, de la que ya no salió. Rosario es una ciudad rockera. Y después me fui. 10 años. Me perdí casi toda la movida de Planeta X. Es que antes de irme en el 2001 ya estaba retirado. Como dice Bob 299


Dylan, soy mucho más joven ahora de lo viejo que era entonces. Volvía cada año, algunos meses cada año y trataba de ponerme al día. En una Inrockuptibles encontré una recomendación a un disco de un rosarino: Macromoléculas, de Juani. Me lo compre en MusicShop, un CD con un sobrecito de papel, con unos dibujitos a mano muy bonitos. Me voló la cabeza, me emocionó muchísimo. Poder escuchar ese disco en Ann Arbor (junto a Perdida o Un Millón de Coki, o Segundo de Juana) me mantenía sano. Un día, en una de mis venidas, estaba en el estudio (de arquitectura) de un amigo y entra un barbudo que saluda a todos muy amablemente. Era Santángelo, que venía de alguna de la últimas casas de Planeta X de grabar algo con Juani. Dijo eso y fue un flash. El flaco ese que estaba ahí enfrente era la trompeta que yo escuchaba en Macromoléculas! Yo lo veía como un fan! Para mi era una cosa grandiosa, entendía toda la magnitud del hecho musical, estético, porque yo tenía la distancia crítica que me permitía reconocerlo. En cambio para Diego, Franko era un ex-alumno; para Juli, un amigo. Para el resto, un vecino más de Rosario. Ahí me di cuenta de lo bueno y lo malo de la escena rosarina: la cercanía a todo lo que pasa no nos deja dimensionar correctamente la enormidad de lo producido por nuestros amigos, ya sean pintores, fotógrafos o músicos. Otra anécdota que refuerza esto que digo: Tengo amigos en México que me han hecho parte de su Peña Melómana. Con ellos he compartido muchos de los discos rosarinos que estuve escuchando estos últimos 5 años. Mi amigo me viene a visitar desde Monterrey y en el avión llega escuchando a Mi Nave. Justo el fin de semana que el está acá, Mi Nave toca en McNamara. Vamos. Mi amigo está exultante. Cuando sale Mi Nave, alza los brazos, chifla. Cuando Mi Nave toca, mueve la cabeza, canta, golpea la mesa, me mira y grita “Estamos viendo a Mi Nave cabrón! Mi amigo no entiende porque el resto de la gente no comparte su entusiasmo, no entiende porque la gente está en cualquiera, con actitud de superados. Y mi amigo sabe de música, es un tipo que hace 20 años se dedica a escuchar TODO lo que está ahí afuera, un tipo que me arrastró a Austin a escuchar a Kurt Ville, este tipo sabe lo que dice. Y Mi Nave le vuela la cabeza. Porque Mi Nave es una GRAN banda de rock. Yo no escucho música rosarina porque es rosarina, la escucho porque es buena música. Todo este post es porque Mi Nave toca este fin de semana en Café de la Flor. Pienso ir. Hace rato que no los veo porque pararon un poco este año. Mi próximo posteo será de los últimos discos rosarinos (Grandes discos! Hermosos discos!) que estoy escuchando, ordenados por recitales concurridos. Hago eso mañana. O pasado mañana.

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Últimos Lanzamientos [en línea]. Demasiado Rosarino. 2 de Agosto de 2015 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2015/08/ultimos-lanzamientos.html

Últimos Lanzamientos

El otro día, en uno de los últimos recitales a los que fui, después de escuchar a Oscar Favre y esperando a Aguas Tónicas, charlábamos con un amigo sobre la potencia de este momento de la música rosarina, del rock rosarino. Mi amigo me decía que la clave estaba seguramente en la permanencia, en la perseverancia de muchos de estos músicos, de estos amigos. Alguno de estos grupos se juntaron a tocar en la secundaria, casi con las mismas formaciones que tienen hoy, alguno de los solistas que escuchamos hoy salieron de estos grupos. Hoy son médicos, arquitectos, laburantes, padres de familia. Y nunca dejaron de ensayar, de componer, de tocar en vivo; por eso son hoy mejores guitarristas, bajistas o bateristas de lo que eran al principio, la práctica hace al maestro. Pero sobretodo, nunca dejaron de grabar discos; y para eso armaron sus propias salas de ensayo, sus propios estudios de grabación, sus propios sellos discográficos. Todo acá, todo a pulmón. Y esa perseverancia despeja el camino para los más jóvenes, que se suman a un movimiento. Aún sabiendo que no es fácil. Este año fui a bastantes recitales, presentaciones en sociedad de los últimos discos de las bandas que “sigo”. No soy músico, y mucho menos crítico de música, simplemente voy a ver al algunas bandas que me gustan. Se que me pierdo varias, generalmente voy a escuchar a las mismas: Banda en Orsai, Mi Nave, Aguas Tónicas, Killer Burritos, El Río, Juani y la Paz Ciencia, Matilda, Pol Nada cuando toca con amigos y cuando toca sólo, Oscar Favre, a Maru. Ir a un recital acá es muy lindo, en el escenario hay amigos tocando, en el público hay músicos de otras bandas (se escuchan mutuamente), te saludás con gente, charlás un poco, te sentís parte de algo, te reconocés en el otro. Mis 10 años en los EEUU me cambiaron un poco. Algunos de mis lados mas feos tuvieron espacio para desarrollarse. Volvía cada año con prejuicios, pensaba que volvía a algo provinciano, a cosas enredadas en localismos. Ahora entiendo la potencia de lo local desde una mirada un poco más acertada: este es nuestro lugar en el mundo y desde acá tomamos un montón de cosas y las devolvemos a nuestra manera. Y esa manera es contemporánea y conectada con todo lo que pasa en todos lados, pero con el valor agregado de lo de acá, que no es ni mejor ni peor de lo de “allá”, simplemente está ahí cuando salís a la calle. Que se yo, así como las bandas de Minneapolis tienen lo que tienen, las bandas de acá tienen lo que tienen, y con eso hacen música. Si bien los recitales tienen esa cosa linda de escuchar en vivo, de encontrarte con gente, etc, los discos que están haciendo estas bandas están buenísimos, suenan bárbaro. Grabados acá a la vuelta, suenan como cualquier disco de cualquier lado, en calidad de sonido, en música, en gráfica, etc. Y los ponés en tu casa y le vuelan la cabeza. Estuve escuchando mucho estos últimos discos: Estela (2014) de Mi Nave; Saturno Swing (2015) de Aguas Tónicas; En las Afirmaciones y sus Efectos (2014) de Oscar Favre, El Mito del Origen (2014) de Maru; La Flor Salvaje (2015) de Juani, Chico Dinamita Amor (2015) de los Killer Burritos, y los remixes de Te vamos a Salvar (2014) de Pol Nada. Todos discazos. Me gustaría escribir algo de cada uno, algún día seguro lo hago. Además se preocupan por hacer buenos videos. Nombro dos: Planeador de Pol, La Prueba y el Error de Matilda. El fin de semana pasado, Mi Nave tocó canciones del último disco, Estela. Apretados en un escenario demasiado chico en Café de la Flor, con poco lugar para maniobrar, arrancaron con Remera de Dios, capas de sonidos, teclados creando un colchón para la repetición de guitarra que funciona como base rítmica para que batería y bajo paseen mientras los solos de la otra guitarra puntean acentos. En un show anterior, Franco Piccini metió unos toques de saxo invitado en este tema, pero este último recital fue mucho más rockero, con acoples varios, micrófono pateado al piso y todo. En el espacio casi luminoso construido en las canciones van asomando frases, fragmentos de sentido que agregan imágenes, brillan mis manos, wow! puedo con ellas iluminar. Y una de las mejores letras del rock mundial: Cada vez que entro a un lugar, hago una lista mental con todas las cosas que puedo usar para matar. (Gracias Matt Damon). Es shoegaze, es post-rock, podríamos escuchar un disco de Mi Nave y después escuchar uno de Godspeed you! Black Emperor y estaría bien. Pero en algunos momentos de las canciones de Mi Nave reconozco momentos de los mejores Redondos, la parte más psicodélica de ellos, cuando Skay metía más de lo que el Indio quería. Mi Nave vuelve a tocar este Jueves, 6 de agosto en Encuentros del Otro Río, en el Galpón 11 (ahora Galpón de la Música). Vayan y díganme si me equivoco.

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Cocina [en línea]. Discos del Saladillo. Bandcamp Disponible en: https://discosdelsaladillo.bandcamp.com/album/cocina

Cocina

Cocina es un disco que debe ser escuchado. Esta música va en busca de aquellas sensibilidades que más necesitamos construir y alimentar: las nuestras, las cercanas. Cocina es un disco pleno de sonidos propios del rock argentino; sonidos que van desde los argumentos sólidos y sinfónicos hasta las insinuaciones etéreas y melancólicas. Es además un disco que conecta con melodías que vienen de otros ritmos, algunos todavía descifrables, otros ya irreconocibles. Influencias trabajadas desde una mirada personal que reconstruye todo dentro de una honestidad estética interior. Esta es una construcción realizada desde el amor. Cocina es un disco sostenido en texturas de arreglos sutiles, momentos de calidez propia, con un amplio uso de instrumentos de cuerdas y viento, piano, coros, percusión, riff de guitarras eléctricas, construcciones rítmicas, bases sintéticas. Todos estos recursos utilizados con la justa precisión que cuida la fragilidad de los momentos creados. La totalidad sonora es tan natural que nunca llegamos a ver las costuras de la edición. El uso de sonidos claros y transparentes, donde lo acústico estructura lo eléctrico de los paisajes sostenidos por la poesía fresca y simple de las palabras bien usadas, genera canciones cortas, resueltas en minutos de compleja densidad musical llenos de historias diferenciadas, estructuradas en secuencias desarrolladas con organicidad. Pueblo Feliz, tal vez la más linda de todas, es una imaginación de una Rosario muy cercana. Himno íntimo de una ciudad mejor. Todos nosotros, arropémonos hoy con esta música hermosa. La necesitamos.

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Demasiada Tristeza [en línea]. Michigan Papers. 20 de Septiembre de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/09/chicago-files-demasiada-tristeza.html

Demasiada Tristeza

El Sábado entramos al Art Institute. Con sólo una hora y media para recorrerlo. En los muesos, empiezo por las salas del costado, las de fotografía, de nuevos medios, de dibujos, ahí hay cosas interesantes. En la sala de fotografía descubro una cajita con polvo dorado, lo que quedó de unas polaroids fritas: Photo Fry. En Diciembre de 1969, Gordon Matta-Clark envía como regalo de navidad a sus amigos del mundo del arte unas cajitas por correo con el polvo resultante de haber freído polaroids espolvoreadas con oro en polvo de arbolitos de navidad. Al lado de esta cajita, un libro abierto en una fotografía con texturas rojas. Bruce Nauman, en una muestra en 1970 presenta dos libros: CLEA RSKY -una colección de cielos azules y el libro que veo en esta muestra: LA AIR: una colección de fotografías de cielos con smog de Los Ángeles. Dos genios. De la palabra y de la imagen. Las polaroids se te pasaban, se te quemaban, si las ponías al sol antes del revelado, se “freían”. Los cielos rojos y mentirosos de Los Angeles, otra genialidad. Recorremos la nueva colección contemporánea, ampliada por una donación en la que se destacan unos Warhols muy lindos y a un costado encuentro dos grandes descubrimientos. Primero, la movida minimalista-conceptual Koreana de mediados de los setenta: el Movimiento Dansaekhwa, precisión oriental consumada con obsesión por técnicas proceduales; repetición mecánica, serialidad, operaciones automáticas; escritura, borrado y re-escritura. Todo con la calidéz del informalismo brutalista europeo: Sol Lewitt canalizado por Jean Dubuffet. El otro descubrimiento, una movida japonesa de mediados de los cincuenta, el movimiento Gutai: action painting performático corporal. Lo que Yves Klein hacía vestido de frac, dirigiendo a distancia a señoritas desnudas embadurradas en azul perfecto, acá es el propio cuerpo y con muchos colores. Como si Franz Kline, en vez de planear cada una de sus “pinceladas”, se tirara a nadar en la tela todo pintarrajeado. Esas cosas pasan en los museos: venís desconcentrado y de repente encontrás cosas que no viste nunca. Teníamos poco tiempo, sólo una hora y media. Poco tiempo para un museo tan completo. Hay que planear los minutos. Pasamos del piso contemporáneo al moderno. Estamos en la ampliación que hizo Renzo Piano, el tercer piso tiene lucernarios que tiñen las salas de una luminosidad casi azul, perfecta para los colores posimpresionistas, la sala de Matisse es siempre hermosa de visitar. Entro y me encuentro (nuevamente) con el Matta Echaurren de la última sala (siempre entro contra-corriente, de lo nuevo a lo viejo). Decido quedarme a darle el tiempo que merece este increíble cuadro, La Tierra es un Hombre. Quince minutos en los que descubro cada vez más cosas en este paisaje alucinado y fulgurante. Figuras, climas, brumas, fuegos, aguas, brillos, temperaturas. Por momentos el cuadro es caliente, por momentos helado, en algunos lugares es transparente, en otros opaco, en algunos momentos texturado, en otros liso. Matta ya me puso en clima y recién ahora absorbo cosas con la sensibilidad adecuada. Conozco esta colección, era socio de este museo y lo visitaba cada semana; descubro dos o tres cuadros nuevos, o porque los reemplazaron o porque les presto atención por primera vez. Al salir, me quedo mirando dos simpáticos Feinninger, que me encantan cada vez más. Empezamos a salir por Millenium Park, la idea es pasar por el Lurie Garden (una maravilla de pastos y flores silvestres creado por Kathryn Gustafson y Piet Oudolf). Estamos saliendo y veo un cartel raro: A lot of sorrow. Y un nombre que conozco mucho: The National. Abro la puerta y al empezar a leer la descripción me llega una música familiar: suena Sorrow, una de sus canciones más hermosas. Leo y no entiendo. Una colaboración entre un artista islandés Ragnar Kjartansson y The National. Un video que registra la performance del 5 de Mayo del 2013 en el PS1 del MoMA donde tocaron por seis horas y media su canción Sorrow, de tres minutos y medio. No entiendo. Entro. En el salón, en la pared contraria a la entrada, proyectado a toda pared, The National está tocando efectivamente Sorrow, efectivamente en vivo, vestidos con sus trajes negros acostumbrados, más tristes que de costumbre, mas quietos que de costumbre, la voz del cantante mas sombría que de costumbre, mejor filmados que de costumbre. Me tiro al piso. La canción termina, la banda empieza a tocarla de nuevo. La misma canción. Con la misma intensidad, con la misma precisión. No alargan nada. Terminan y empiezan de nuevo. Y ahí empiezo a darme cuenta porque están más tristes que de costumbre: llevan habitando esta canción horas y horas. Rodeados de demasiada tristeza, de demasiado cansancio. Tal vez lleven ya cuatro horas de tocarla. No lo sé porque en ningún momento el video avisa que numero de versión es. Ellos tocan. El baterista hace gestos de cansancio entre pausa y pausa, se hace masajes en las manos y en los antebrazos. Entiendo la enormidad de lo que está pasando: es un maratón de resistencia emocional. Sorrow found me when I was young; sorow waited, sorrow won. La letra es cada vez más triste, cada vez más dura. Todo cala hondo. Cada aullido del coro, cada sonido de la trompeta. Me gustaría quedarme por horas, para acompañar a estos gladiadores de la melancolía, para poder decir, yo también estuve horas sosteniendo tanta belleza, pero me tengo que ir. Escucho tal vez cinco versiones de esta hermosa canción y los dejo. Ellos se quedarán tocando unas horas más. Para cosas como estas están hechos los grandes museos del mundo. 303



Militancias

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Mi generación [en línea]. Demasiado Rosarino. 5 de Agosto de 2014 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/08/mi-generacion.html

Mi Generación

Estaba laburando en la compu y me fui a boludear un poco a facebook como hago últimamente cada cinco minutos que “termino” algo. Y leí la noticia. No le di mucha bola, estaba con ánimos de boludear, nada más. Seguí con lo mío, seguí “laburando”. Después del gimnasio, se me hacía tarde para el Cine Club y me tomé un taxi. Ahí por la radio un periodista deportivo que hablaba desde su cama porque estaba enfermo (¿?) charlaba del tema desde una perspectiva idiota: de cómo la mujer le caía mejor ahora, le había empezado a caer mal porque se había puesto una camiseta determinada. Gracias a la estupidez de este muchacho pude pensar, mirando el río, mientras el taxista comentaba sobre como se llevaría con la grúa al grupo de autos que siempre están mal estacionados en la isla de asfalto que se arma en el arranque de calle San Juan por el parque Urquiza, en la enormidad de la noticia. Me puse a llorar. Estela de Carlotto había encontrado a su nieto. (Y a mi no me engañan: Estela de Carlotto les caía bien antes de volverse “kirchnerista” porque daba señora bien de Barrio Norte, porque si no, no les hubiera caído). Cualquiera de mi generación, de 40, de 35, se ve reflejado en el espejo de la monstruosidad de lo que pasó en este país. Este es un país construido sobre la hipocresía y la mentira. La otra vez mi vieja se levantó de la mesa y se fue porque no entendió lo que yo quería decir: yo quería decir que mientras estas cosa pasaban, todo un país seguía funcionando. Lo que deberíamos tener todos es un baño de vergüenza colectiva que dure 100 años, eso es lo que deberíamos tener. En cambio tenemos a Tinelli. Tenemos todavía a la Legrand, que sentaba en sus almuerzos a esa gente, a la Giménez, que se los sentaba en otro lado. Cuando mi viejo se exilió a finales de 1975 yo todavía no tenía tres años, y mi vieja estaba embarazada de mi hermana. Mi vieja estaba acá sola, mientras mi viejo estaba buscando laburo en Caracas y no conseguía. Y mi vieja tuvo que salir a vender la pistola de mi viejo, y cruzó Rosario en colectivo, llevándome a mi, a mi hermana en la panza y a la pistola en el bolso, y en eso estábamos cuando paró el colectivo una requisa policial. Historias que me cuentan. Que me hacen muy cercano a ese chico, hoy de 35, que puede entender hoy su historia por primera vez. Porque mi generación somos todos esos chicos.

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Cosas que no se pueden subir a Facebook [en línea]. Demasiado Rosarino. 3 de Agosto de 2014 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/08/cosas-que-no-se-pueden-postear-en.html

Cosas que no se pueden subir a Facebook

Sabiendo lo de la Franja de Gaza, todo lo que me rodea se tiñe de una superficialidad insoportable. La música que me gusta, el cine que miro, los problemas rosarinos que me interesan, la enseñanza de la arquitectura que me entusiasma. Todo lo que miro se ve desde la fotografía de chicos bombardeados mientras jugaban al fútbol en la playa. Un texto de 1974 de Rodolfo Walsh explica con claridad implacable como la primer guerra mundial todavía no ha terminado. Un intento imposible del capitalismo global contemporáneo de acomodar los factores de desequilibrio insalvables del sistema, que seguimos disfrutando los que podemos, mientras tiramos hacia otros lados la explotación, la basura y las bombas. Porque no nos engañemos, los rosarinos también disfrutamos de este orden de cosas. Se de gente que se va de vacaciones a Indonesia, como si fuera ir a la esquina del barrio a comprar cigarros. Que seamos tan claramente testigos (y cómplices) de la desaparición de un pueblo y su cultura, ejemplificada en chicos bombardeados, para cumplir el designio del capitalismo transnacional que todavía necesita del estado-nación como detrito de sus procesos de globalización no hace más que recordar procesos más cercanos: la colonización de la pampa, lograda gracias al aniquilamientos de otros pueblos (y en el norte, el oeste americano). La narración del progreso necesita presentar esos “desiertos” como tierras despobladas listas para ser transformadas en productivas. Todos nos creemos esa historia para poder dormir y creernos descendientes del pionero criollo o el colono inmigrante, del primero que aró la tierra yerma. Pero no nos engañemos. Acá ya había otras historias, otra gente, otra cultura. Lo que no había era capitalismo.

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No somos pendejos [en línea]. Demasiado Rosarino. 14 de Septiembre de 2014 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2014/09/

No somos pendejos

La Sinfónica de Lucerna es la orquesta mas vieja de Suiza, tiene 200 años. El viernes dieron un gran concierto. Tocaron la sexta sinfonía de Dvorák -que es hermosa-, hermosamente. El director es un americano, James Gaffican, más joven que yo, nació en 1979. Antes de la sinfonía tocaron el concierto para Violín de Mendelsshon, el solista fue Renaud Capuçon, también más joven que yo, nació en 1976. Renaud toca un Guarneri del Gesú de 1737 que le compró el Swiss Bank, y suena precioso. Tanto Gaffigan como Capuçon encontraron en su carrera tutores y mentores (Isaac Stern, Claudio Abbado), pudieron demostrar sus capacidades en concursos pensados para el talento joven (Concurso Internacional de Dirección Georg Solti), recibieron premios, etc. Y ahora, con menos de 40 años están en posiciones de responsabilidad en grandes instituciones. Cuesta pensar lo que pasa en nuestro país con el talento joven -en todas las áreas excepto el fútbol-, lo que cuesta encontrar mentores, gente que abra puertas, instituciones que apoyen, que nutran. Acá todo es luchar contra la corriente, meter la pata antes que cierre la puerta el que ya está adentro y no te quiere dejar entrar. Yo tuve suerte. Hubo grandes profesores en la universidad pública que me abrieron la cabeza y me invitaron a enseñar cuando aún era muy chico. Luego ,hubo enormes arquitectos con los que pude trabajar, de los que aprendí muchísimo y que me ayudaron para que pudiera seguir mis estudios en el exterior. Me fui de Argentina en un momento en el que no veía ninguna posibilidad para mi carrera, llegué a otro país sin conocer a nadie, y ahí me dieron becas, premios, trabajo y responsabilidades sin preguntarme ni la edad ni de dónde venía. Después de casi 10 años (yendo y viniendo) decidí volver. Dejé algo muy cómodo y vine a pelearla. Mi vuelta fue un paso adelante en mi carrera, concursé un cargo de profesor titular en la universidad y lo gané, de paracaidista y sin apoyo “político” (algo que les costó demasiado entender a más de uno). Desde hace casi cuatro años, con una banda de gente hermosa, construimos una cátedra que nos da muchas satisfacciones. En estas dos semanas se hicieron públicas dos actividades en las que veníamos trabajando con otros grupos de forma sigilosa y organizada. Los dos colectivos (que se tocan sólo en sus tangentes) están formados por gente joven, mas joven que yo, preocupados por las instituciones y la disciplina de la que forman parte. Sabíamos que salir al aire implicaba que alguna gente se pusiera nerviosa. Las reacciones encontradas en los dos ámbitos me han ensañado mucho y me hacen pensar en el estado de este país. Primero es la pregunta “y de que partido son?”, o “que partido los apoya?”, y la sorpresa y el descreimiento sucede al responder que somos “sólo” nosotros. Que cada uno tiene sus afiliaciones, pero que lo que nos une son intereses comunes respecto a realidades profesionales (en un colectivo) y académicas (en el otro). Luego sigue la caracterización como “enemigo”: si no estás alineado con el “jefe” estás en contra de toda la institución. Se hace uso de un doble juego: alguna gente se apodera de las instituciones y las personaliza (la institución soy yo) pero cuando alguien critíca, vuelve a ser la institución la atacada. Es increíble ver como algunos pasan del personalismo a la institucionalidad en tan poco tiempo. Fue fuerte ver como algunos pasan de la sorpresa al ataque directo. Supieron que decir a quién para que la mayor cantidad de gente se enojara conmigo al mismo tiempo. Nunca pensé ser blanco de una campaña de difamación. Mucha gente que me quiere bien, preocupada por mi y escuchando lo que estos difamadores decían, me preguntaron en que andaba, como si yo hubiera hecho algo muy malo. Con consejos que se acercan demasiado a las amenazas (ojo con lo que hacés con tu trayectoria! con tu carrera!) me aconsejaron desvincularme, deslindar responsabilidades, no hacer enojar más al jefe, dejar de estar “en contra” de la institución. Pero yo voy con la mía, que es también la de mi viejo, seguir. Mientras más se enojen, más contento estaré. Y si me tengo que estrellar contra la pared, que sea a toda velocidad, así duele menos. Yo no encuentro más que alegría de juntarse y confianza en los proyectos cuando me junto con estos grupos que empiezo a conocer. Por eso me junto, por la alegría y la esperanza. Lo lindo es que estos dos colectivos se están formando con una facilidad enorme, como si los tiempos estuvieran maduros para algunos cambios. Y ambos grupos se ponen cada vez más serios en sus intenciones. Porque somos jóvenes, pero ya no somos pendejos.

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Conversaciones [en línea]. Demasiado Rosarino. 26 de Enero de 2015 Disponible en: http://demasiadorosarino.blogspot.com/2015/01/conversaciones.html

Conversaciones

Lo que viví este año, en mis intentos por participar en la vida democrática de la instancias que me tocan más de cerca, la facultad y el colegio de arquitectos, me hace pensar cuantos otros lugares de nuestras formas de organización civil, de participación aparentemente democrática, estarán tomadas por estas micro-estructuras pseudo-partidarias cristalizadas en tramas de relaciones y favores. En algún momento la gente que ahora se aferra a estos mínimos beneficios militó con algún grado de ternura (en los gloriosos 70?, en los románticos 80? en los cínicos 90?), pero lo que persiste ahora son reflejos automáticos que contestan, desde el recuerdo de aquellos lugares de militancia, ante cualquier “provocación” de la “oposición”, es decir, de los pocos que se animan a preguntar sobre la estabilidad del status quo. A los que asoman a observar sus estructuras de poder, les hablan desde sus atriles e intentan todo tipo de estrategias de asimilación y neutralización, y cuando no pueden, o cuando los sorprenden desde un supuesto “ataque”, se lanzan con todo, no hay nada que los detenga: campañas de difamación, zancadillas, mentiras, doble, triple faz, todo está a la orden del día para defender las “conquistas” conseguidas. Lo que no quieren, en definitiva, es que nos demos cuenta de lo endeble de sus conquistas: Está todo atado con alambre! La supuesta dificultad de la famosa ”gestión” no existe: se hace muy poco y lo que se hace, se hace mal! Hay pocas ideas, se genera muy poco. No es que no abran el juego, no se imaginan el juego! No pueden ver mas allá de sus pequeños intereses individuales. Como gestores, como “lideres”, dejan mucho que desear. Se han quedado con lugares de gestión porque ganaron por cansancio, el resto de la gente se fue a casa. Seamos honestos, son muy pocos los que se interesan por saber como funciona la cosa, a casi todos -pan y circo, sorteos de fin de año y arquifiesta- nos importa muy poco todo. Putear cuando nos cobran la matrícula o la jubilación, puteamos todos, pero reunirse, arremangarse y organizar, eso no, eso que lo hagan los “políticos”. La noticia para la gente que piensa así es que esos “políticos” no existen. No hay política. Estos lugares, las famosas “instituciones intermedias”, están a la buena de dios y se la han apropiaron dos o tres tipos. No hay nada más. No hay supra-estructuras partidarias cubriéndole las espaldas: están solos! Y tan solos están que se asustan de cualquiera que sale a discutir, sea en la facultad como en el colegio. Esto de arriba lo escribí en Diciembre, y terminaba con un llamado a la participación, a la militancia, a tomar esos lugares de poder y ponernos las pilas para mejorar las cosas. Una arenga a los compañeros! Pero hoy este país es definitivamente otro, más oscuro y con pocas perspectivas de aclarar. Releo lo que escribí pensando en las realidades micro-políticas que me rodearon y veo que se puede escalar para arriba y tener un panorama claro de la decadencia de este país. No hay un salto de calidad entre las instancias intermedias y los supuestos “profesionales” de la política. No son de otro planeta nuestros diputados, nuestros senadores, gobernadores o presidentes de Aerolíneas, o directores de la SIDE. Salen de este caldo de cultivo que son las instituciones intermedias. Y así seguimos, perpetuando sistemas de poder rotos desde el principio. Imagino que pasa lo mismo en la policía, en el sistema judicial, en cualquiera de nuestras instituciones. No creo que nuestra “juventud” nos salve, es que simplemente todavía no hemos tenido oportunidad de ocupar lugares, apenas nos la den, seguiremos el negocio tal cual venía antes. A los cuántos meses nos volveríamos lo que criticábamos desde el “llano”? El año pasado me dieron ganas de “militar”, es decir, salir de mi comodidad y ponerme a “pelearla”. Salí sin preparación, sin entrenamiento, me pegaron un par de piñas y me sacaron del ring. Me hicieron un favor. Por un rato me voy a concentrar en lo que me sale mejor. Hasta que no mejoren las condiciones, me quedaré haciendo lo mío, no con sentimiento de derrota, todo lo contrario: con todo el orgullo de no pertenecer. Hay conversaciones en las que es mejor no participar. Ya nos inventaremos conversaciones mejores. Y no vamos a estar hablando solos.

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Anotaciones de avión [en línea]. Michigan Papers. 31 de Agosto de 2016 Disponible en: http://michiganpapers.blogspot.com/2016/08/anotaciones-de-avion.html

Anotaciones de avión

Antes de subir, esperando en la puerta de embarque, leo un posteo de un amigo. Sobre la praxis de la autonomía. Nota mental: copiar y pegar en mail al equipo docente: esto es lo que hacemos en la Cátedra! Compartir a los alumnos? Posteo: “Llamamos praxis a ese hacer en el cual el otro, o los otros, son considerados como seres autónomos y como el agente esencial del desarrollo de su propia autonomía. La verdadera política, la verdadera pedagogía, la verdadera medicina, puesto que han existido alguna vez, pertenecen a la praxis. En la praxis hay un *por hacer*, pero este *por hacer* es específico: es precisamente el desarrollo de la autonomía del otro o de los otros. (...) Podría decirse que, para la praxis, la autonomía del otro, o de los otros, es a la vez el fin y el medio; la praxis es lo que apunta al desarrollo de la autonomía como fin y utiliza con este fin a la autonomía como medio.” (Cornelius Castoriadis. La institución imaginaria de la sociedad. 1965) Hojeo la revista de abordo. Hay propagandas de los mejores cirujanos plásticos de Estados Unidos. Hay propagandas de los mejores dentistas de Estados Unidos. Hay propagandas de servicios para encontrar parejas. Acá, en los Estados Unidos, el mercado ofrece todo: un nuevo cuerpo, una nueva sonrisa, un nuevo amor. Empiezo a releer “Estado Posnacional” de Pablo Hupert. Retomo un libro lleno de anotaciones. Me sorprende nuevamente un potente prologo de Ariel Pennisi y Adrián Cangi. Trabajan un cruce entre “Autonomía” y “Organicidad”, me doy cuenta que ese es el hermoso desafío que tiene Ciudad Futura por delante. Se preguntan: Es posible, de forma simultánea, una política comprometida orgánicamente con las transformaciones y éticamente autónoma? Quiero imaginar que Ciudad Futura es ese trabajo por la autonomía: un arte perceptivo de los lugares intermedios que se permite imaginar nuevas instituciones para la vida colectiva. Pienso en el desalojo del Tambo, en el 8 de Septiembre y leo que desde la autonomía instituyente la política no está dominada por la economía y la juridicidad como potencias ciegas, sino por la invención de redes de cooperación que amplían lo legítimo. Leo que esa autonomía se encuentra en el fervor de las prácticas, en el ensayo y error de la construcción de espacios comunes, y pienso en el D7, en la Ética, y sobretodo en la Universidad del Hacer, verdaderos “tanteos existenciales de las aperturas de la vida colectiva” (Prefiguración). Ciudad Futura, vértigo positivo, construcción de formas dinámicas de lo colectivo, que a pesar de los resquemores del hermoso prologo que leo a miles de metros de altura, en Rosario tiene la posibilidad de alcanzar estamentos estatales de consideración: la segunda (o tercera?) ciudad del país. Paso las primeras páginas el texto de Hupert. Leo sobre el 2001 y sobre lo que pasó después. Leo sobre cosas que vi a la distancia. Releo mis notas. Agrego otras. Escribo a lápiz, muy chico, a los costados y en los espacios en blanco a pie de página. Descifro un tono distinto al entrevisto en mi primer lectura: el sujeto que pidió que se vayan todos en el 2001 fue un sujeto configurado por el neoliberalismo: se pedía gestión y nada de política. Visto así, el PRO es un hijo del 2001. Un hijo deforme, pero hijo al fin. Lo anti-político del 2001 termina finalmente en el PRO, consumación marketinera de aquel anhelo de clase media urbana. Hubo un potencial que se entrevió en aquellas nuevas formas de agrupación colectiva (piquete, asamblea, toma), pero en el 2003 el relato de la Vuelta del Estado apagó el potencial. Provocadora la explicación del Kirchnerismo de Hupert. Si el neoliberalismo tomó otras formas para continuar por debajo del relato, construyendo lentamente la grieta que lo derribaría, entonces las continuidades K-PRO son mucho mas entendibles. El Estado Posnacional como un régimen políticomediático, con alianzas gestionarias estratégicas con lo social. (antes negociación K-Movimiento Evita, ahora negociación PRO-Movimiento Evita) Escribo, en la última página de “Estado Posnacional” a mis compañeros de la UH: Tiempos de cruces fructíferos. Dos lugares nuclean mis pensamientos: la Cátedra y Ciudad Futura. Conceptos como Autonomía, Diagrama, Dispositivo, Práctica y Proyecto, se potencian, se politizan y arquitecturizan, van y vienen, en una retroalimentación positiva de velocidad acelerada. Intento dormir después de leer y no puedo. En mi sueño sin dormir sigo pensando sobre el diagrama. Acomodo pensamientos de una manera que imagino (en semisueños) muy clara. Prendo la luz, busco el lápiz, anoto casi a oscuras algunas palabras, en un orden que creo podré descifrar luego. Tengo el papel acá, no lo entiendo. Cuando un avión aterriza, los argentinos aplauden. Esperaban otra cosa, esperaban morir. Descifro anotaciones anteriores: En el proceso proyectual arquitectónico, el diagrama es una herramienta prefigurativa (anterior a la determinación de la figura) que junto a otros procedimientos de formalización (saltos de escala, trasposiciones materiales, cambios de contexto) abre el campo a la interpretación estratégica, crea espacios de posibilidad. El pensamiento diagramático es pensamiento en potencial, es una práctica de la posibilitación: detecta posibles, los explora y los determina. Lo probable y lo improbable son posibles, confinar la práctica proyectual a lo probable es confinarla a los posibles ya dados (por la tipología, por el mercado, etc), es limitar los improbables a explorar. Habría que entender entonces al diagrama como la herramienta que sitúa al proceso proyectual arquitectónico en un sitio de experimentación desde la potencia de la invención. 311



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