Trabajando el sistema de patrullas ee reynolds

Page 1

TRABAJANDO

EL SISTEMA DE PATRULLAS

Por

E.E. Reynolds

Ilustrado por Kenneth Brookes Traducción del inglés de Juan José Pérez- “Gato Legendario” Reimpresión tomada de la revista “El Scouter” Sept. 1943

THE BOY SCOUTS ASSOCIATION 25 BUCKINGHAM PALACE ROAD LONDON, S.W.I

1


TRABAJANDO EL SISTEMA DE PATRULLAS Introducción El Sistema de Patrullas es el principal factor diferenciador del escultismo y sin embargo aún existen muchos responsables que no saben aplicarlo adecuadamente. El presente trabajo es la traducción al castellano de un artículo publicado por E.E.Reynolds en la revista “The Scouter” y que tuvo tanto éxito por su claridad y exposición amena que se decidió publicarlo en forma de librito. Me pareció tan interesante que me decidí a traducirlo para hacerlo llegar a todos los interesados en el método. Juan José Pérez- “Gato Legendario” --------------------------------------B.P. dijo: “Dividir a los chicos en patrullas permanentes de seis a ocho y tratarlos como a unidades separadas, cada una bajo su propio líder responsable, es la llave del éxito con una Tropa. A través de la imitación y la competición entre patrullas consigues un espíritu de Patrulla muy satisfactorio, ya que eleva el tono de todos los muchachos y desarrolla un mayor grado de eficiencia en el conjunto El Sistema de Patrullas es la única característica esencial en la que nuestra formación difiere de la de cualquier otra organización, y allí donde se aplica apropiadamente conlleva un éxito seguro. Es inevitable. La Patrulla es la unidad del escultismo, bien sea para trabajar o para jugar, en la disciplina y en las obligaciones. Otorgar responsabilidad a los individuos es un paso en la formación del carácter que no tiene precio. Ello se consigue de forma inmediata al nombrar a un Guía de Patrulla como responsable al mando de su patrulla. A él corresponde su manejo y el desarrollo de las cualidades de cada muchacho. Suena como una tarea muy grande pero en la práctica funciona. Con la apropiada imitación que se establece entre las diferentes patrullas se desarrolla en cada chico el “espíritu de grupo”, de patrulla, por el que se percata que él mismo es una unidad responsable y que el honor de su grupo depende en cierto grado de su propia eficiencia a la hora de jugar el juego. Esperad mucho de vuestros guías y nueve de cada diez veces cumplirán vuestras expectativas con creces. Pero si estáis siempre pendientes de ellos y no confiáis en que hagan las cosas bien, no conseguiréis nunca que hagan nada por iniciativa propia.” “Escultismo para muchachos” 2


TRABAJANDO EL SISTEMA DE PATRULLAS I. ORIGEN Y NATURALEZA DEL SISTEMA DE PATRULLAS El Sistema de Patrullas es el signo diferenciador del sistema de formación del escultismo. No es algo que se haya añadido confines decorativos, como los adornos de un pastel de bodas, ni algo para usarse en caso de emergencia, como la brigada de bomberos. Es la manera scout de hacer las cosas. Si una Tropa no trabaja el Sistema de Patrullas no es una tropa scout. Puede ser excelente en muchos aspectos, tener un montón de scouts que hayan conseguido su Primera Clase, y ser un modelo en camping o pionerismo. Aún así, sin el Sistema de Patrullas como fuerza motriz, NO ES UNA TROPA SCOUT. Esto puede parecer una afirmación sorprendente, pero la experiencia nos muestra que ningún otro aspecto del escultismo es tan difícil de entender o aplicar en la práctica. Esto quizá pueda explicarse por el hecho de que no es la forma convencional de hacer las cosas. Cuando pensamos en formar a un grupo de chicos asumimos con naturalidad que los métodos tradicionales, como la educación mediante una larga exposición, prácticas en grupo, etc…son la mejor manera de hacerlo. Incluso tras más de una generación de escultismo, este método convencional tiene tal implantación que estamos dispuestos a utilizarlo sin darnos cuenta de que dejamos de lado al genuino medio de desarrollo del carácter que proporciona el escultismo. Antes que nada el Escultismo es un método de formación del carácter. ¿Pero qué tipo de carácter? ¿Qué cualidades pretende desarrollar? ¿Cómo lo hace? La concepción del carácter de BP se basaba en su profunda creencia en la importancia del individuo como personalidad única. Por lo tanto puso la auto-confianza y a la autodisciplina al frente de esas cualidades deseables. Esta independencia la combinó con los ideales de honor personal y desinterés o falta de egoísmo. Todas estas virtudes las consideró esenciales para la buena ciudadanía. En el lado negativo el fundador se oponía a los métodos de instrucción de masas, ya que pensaba que éstas paralizaban la iniciativa y el desarrollo de la capacidad individual. BP se enfrentó a este asunto de la formación individual en los primeros años de su carrera militar, cuando tomó el escultismo como su ámbito especial del mismo modo que un pato se enfrenta al agua. Al entrenar a los jóvenes soldados (que en aquel periodo eran en su mayoría analfabetos y sin formación) tuvo que desarrollar nuevos métodos. El típico escuadrón de instrucción de la época despreciaba la individualidad y se pensaba más en escupir y sacar brillo, o en la precisión a la hora de los movimientos de masas, que en desarrollar las cualidades del carácter. Mediante un proceso de ensayo y error, BP se dio cuenta de que podía conseguir lo que quería utilizando pequeñas unidades, cada una de ellas compuesta por seis hombres, con un Sub-oficial al mando con plena responsabilidad en el entrenamiento de su patrulla.

3


La eficiencia y el interés se incrementaron mediante la competición de una patrulla con otra. Cuando BP tomó el mando del 5º de la Guardia de Dragones en la India, en 1897, tuvo la oportunidad de ensayar ese método de patrullas a mayor escala. Formó un cuerpo de Exploradores de Regimiento, una innovación en sí misma, y además desarrolló su método con la introducción de un esquema de insignias para estimular a los individuos a hacerse eficientes por sí mismos. Uno de los resultados de esta experiencia fue su libro “Ayudas para la Exploración”. En él encontramos muchas de las ideas que más tarde adoptó para la formación de los muchachos, incluyendo juegos entre patrullas como el de “la araña y la mosca”, o “el robo de la bandera, o la linterna”. Años después resumió sus experimentos en el ejército con las siguientes palabras: “1. Dar responsabilidad a los Sub-oficiales. 2. Hacer el entrenamiento divertido para los hombres. 3. Mantener a los hombres en unidades pequeñas y permanentes, y a dichas unidades en competición entre ellas, bien sea en el campo o en los barracones, incrementando su interés y elevando el nivel de eficiencia en todos los aspectos” Las palabras clave aquí son RESPONSABILIDAD, DISFRUTE, Y PEQUEÑAS UNIDADES, y todas estas fueron las que más tarde darían las ideas clave del método de formación de los scouts a través de su Sistema de Patrullas. Este breve apunte sobre el origen de este método nos muestra un importante hecho: el Sistema de Patrullas se aplicó a la formación de los muchachos porque ya había demostrado su valor en la experiencia práctica. No era una teoría nacida del cerebro de un profesor mientras estaba sentado en su estudio pensando acerca de los problemas de formar a hombres o a muchachos desde una distancia segura. Era un sistema desarrollado en el campo por un hombre muy práctico y sobre el sujeto más duro posible: el joven soldado del último cuarto del siglo diecinueve. Cuando BP pasó a extender sus ideas a la formación de los chicos no se dio cuenta de la dificultad que tendrían los Scouters a la hora de percibir las posibilidades del Sistema de Patrullas. Para él resultaba algo natural después de haberlo usado durante tantos años. En “Escultismo para muchachos” el sistema se describe con las siguientes palabras: “Cada Tropa se divide en Patrullas de entre seis y ocho muchachos, y la finalidad principal del Sistema de Patrullas es el de proporcionar una responsabilidad real a tantos chicos como sea posible, en vistas a desarrollar su carácter. Si el Scouter da a su Guía de Patrulla un poder real, espera mucho de él y le da libertad para llevar a cabo su tarea, habrá hecho más para el crecimiento del carácter de dicho muchacho que la que pueda hacer cualquier cantidad de formación académica ordinaria.” Pero a pesar de posteriores sugerencias e indicaciones, pocos se dieron cuenta de que ahí yacía la clave del éxito. Por supuesto que se agrupaba a los chicos en patrullas, pero

4


muchos Scouters se contentaban con quedarse ahí. Por ello, en mayo de 1914, BP escribía en “The Scouter”: “Muchos Scouters y también muchos otros, no reconocieron al principio el extraordinario beneficio que podía obtenerse del Sistema de Patrullas si quisieran utilizarlo, pero creo que la mayoría de ellos se están dando cuenta de ello cada vez más. Al fin y al cabo el Sistema de Patrullas consiste simplemente en ubicar a los muchachos en pandillas permanentes bajo el liderazgo de uno de ellos mismos, lo cual es la manera normal de organizarse, bien sea para hacer travesuras o para divertirse. Pero para conseguir resultados de primera con este sistema, debéis dar al Guía una responsabilidad y libertad de maniobra real. Si sólo le dais una responsabilidad parcial los resultados sólo serán parciales. El principal objetivo no es tanto ahorrarle trabajo al Scouter como dar responsabilidad al chico, ya que éste es el mejor medio para desarrollar su carácter. Generalmente el chico con más carácter es el que llega a ser el líder de la pandilla de traviesos. Si aplicas este esquema natural a tus propias necesidades conseguirás los mejores resultados. La misión del Scouter será proporcionar los objetivos, y las distintas Patrullas de la Tropa compiten para conseguirlo, y de ese modo se aumenta el nivel de interés y del trabajo en todos los aspectos.” Incluso hoy día los Scouters a veces fallan a la hora de hacer un uso completo del Sistema de patrullas. Pueden sugerirse varias razones para ello. Algunas personas no gustan de compartir la autoridad y quieren ser la única cabeza saliente, otros dudan si sus chicos serán realmente capaces de utilizar la responsabilidad. Algunos no han pensado en las implicaciones de la idea y otros pueden haber efectuado experimentos a medias para después recular tímidamente. Y puede que unos pocos, por su propia personalidad, no sean apropiados para establecer este tipo de formación y debieran estar más felices realizando tareas que no impliquen utilizar el Sistema de Patrullas. Pero debemos enfatizar de nuevo que EL ESCULTISMO NO ES ESCULTISMO SIN EL SISTEMA DE PATRULLAS. En los capítulos que siguen haremos un intento para mostrar cómo se puede poner en práctica este método en la Tropa. No es aplicable en manada pues, citando el Manual del Lobato, “un seisenero no es un Guía pequeño y no debería vérsele como capaz de hacerse cargo o de formar a su seisena”. Ni tampoco es un método vital para el desarrollo de un Clan Rover, donde la unidad natural es “El equipo para un trabajo específico”.

5


II. EMPEZANDO DEL MODO ADECUADO La aproximación más sencilla a una exposición del Sistema de Patrullas es seguir el progreso de una Tropa imaginaria desde su infancia hasta su madurez, y conforme avanzamos describir y explicar el funcionamiento de este método fundamental. Debe quedar claro que esta historia de la Tropa nº5 de Noeyewash no establece un patrón en el que deben encajar en detalle todas las tropas y en todas las circunstancias. Los principios que ilustraremos se aplican a todos, pero la aplicación práctica debe variar con las condiciones. Aún más, debe hacerse notar que esta explicación del desarrollo de la Tropa nº5 de Noeyewash está limitada a un aspecto: el uso del Sistema de Patrullas. Por motivos de simplicidad y una brevedad razonables todos los demás aspectos serán ignorados o se tocarán sólo de pasada. George Clarke, de 26 años, decidió que le gustaría hacerse cargo de una Tropa Scout en la villa de Noeyewash (15.000 habitantes). No nos ocuparemos de cómo o por qué llegó a tener dicha idea, ni necesitamos entrar en los detalles de sus negociaciones con el Comisario de Distrito y la Asociación Local, ni de sus visitas a las Tropas o las toneladas de consejos que vertieron sobre él. El caso es que se encontró confiando más y más en el consejo del Jefe de Distrito, quien en sus años dorados había sido un gran Scouter pero que llegó a la etapa en la que sintió que sería mejor pasar el relevo a hombres más jóvenes y que habían adquirido el hábito de pedirle consejo en todo tipo de dificultades.

Media docena de muchachos Y aquí tenemos a George con el permiso para seguir hacia delante. Ha encontrado un establo abandonado que podría servir como local, con un pequeño terreno detrás repleto de maleza y madera. Y, lo más importante de todo, ha conseguido reunir media docena de chavales deseosos de darle una oportunidad al escultismo. Los reúne a todos por primera vez una tarde de finales de primavera, y mientras permanecen de pie frente al establo, George se dio cuenta de que el plan que tenía para esa primera reunión de Tropa estaba totalmente equivocado. Había trabajado en él cuidadosamente. Primero les explicaría algo sobre el escultismo, cómo empezó y el tipo de cosas que significa. Luego realizarían un juego, y tras algo de instrucción sobre los nudos de Pie Tierno harían otro juego, seguido por una charla y algunas oraciones. En realidad sólo lo último tuvo lugar, para sorpresa de los chicos, ya que en cuanto los vio 6


juntos se percató instintivamente de que su programa no funcionaría, así que sabiamente lo desechó. Para comenzar tomó los nombres, direcciones y otras informaciones. He aquí los detalles principales que recogió: Arthur Newton. 11 años y medio. Padre conductor de camiones. Harry Petts. 12 años. Padre dependiente. Ted Wootton. 11 años (sospechas de no llegar a los 11). Padre policía. Fred Jones. 12 años y medio. Padre carpintero. Bert Selby. 13 años. Padre médico. Dick Saunders. 12 años. Padre verdulero. Arthur y Fred eran amigos y también lo eran Harry y Bert. Dick y Ted eran conocidos ocasionales de los otros. De repente George se dio cuenta de que estaba equivocado. Esos seis chicos no formaban una pandilla, y aquello le dio su primera idea. Tenían que hacer algo inmediatamente. Así que sugirió que deberían hacer una hoguera con toda la basura combustible que hubiese allí. El efecto fue mágico. Pronto se quitaron los abrigos y las lenguas se soltaron mientras la madera era apilada en un pedazo de suelo limpio. ¿Quién iba a encender el fuego? ¡George se moría de ganas de enseñarles cómo hacerlo! Pero fue lo suficientemente sabio como para dejar a los chavales que lo intentasen por sí mismos. Los observó para ver quien surgía como el líder natural. Bert Selby tomó la iniciativa al principio, pero su "mandato” sólo produjo un poco de humo y nada más. Entonces todos se arremolinaron con cerillas, papeles y trozos de madera, y por un momento pareció que iban a tener éxito pero el fuego se apagó. En ese instante Fred dijo “no es bueno intentar poner todo eso a la vez. Vamos a empezar con un pequeño fuego y a añadirle el resto”. Fred apenas había soltado una palabra en toda la tarde, y George se sorprendió de ver cómo los demás, con la excepción de Bert, siguieron su indicación. Al final consiguieron un buen fuego. Mientras ardía exploraron el establo. La puerta estaba bastante bien, pero la escalera que subía al entresuelo había desaparecido. George se encontró diciéndoles: “hagamos esto y aquello” y los chavales lanzaron unas pocas sugerencias. Para cuando la hoguera se hubo apagado, la timidez inicial había desaparecido. Mientras permanecían de pie rodeando las brasas incandescentes, dijo: “Digamos una oración y luego recojamos. La semana que viene a la misma hora”. Se percató de la mirada de sorpresa que pusieron cuando dijo la palabra “oración”, pero no podía haber elegido mejor ocasión. Cuando los chicos estuvieron listos para marcharse les dijo: “estaré aquí la mayoría de las tardes arreglando cosas. Si alguien no tiene nada mejor que hacer puede venir y echarme una mano”. George tuvo mucho en qué pensar aquella noche. La realidad había sido bastante diferente de su sueño. Una cosa estaba clara, no se había dado cuenta de que un puñado de muchachos escogido más o menos al azar no hacen una patrulla automáticamente. El espíritu de Patrulla es algo que sólo llegaría gradualmente a través de las actividades y los ideales scouts. Él debía proporcionarles liderazgo, y por el momento ser el Guía de la Patrulla. Conforme daba vueltas a su idea se dio cuenta de que de ese modo estaría estableciendo un ejemplo de liderazgo de patrulla que podría continuar conforme la Tropa creciese. Así que en su mente empezó a llamarse desde ese mismo momento el

7


Guía de Patrulla de la Patrulla “cualquiera”. Dejaría a los chicos (¡en el Consejo de Patrulla, claro!) elegir el nombre. Aquella noche empezó la práctica, que debería continuar durante años, de tomar notas de las reuniones. Y pensó que esto también sería una idea que deberían seguir los Guías de Patrulla futuros, ya que ayudaba a controlar el progreso de cada scout y a enfatizar la necesidad de hacer algo definido en cada reunión. La semana siguiente fue una semana atareada. George visitó a los padres de los chicos, y además cada tarde se pasó por el local para poner el sitio en condiciones. Sólo Dick volvió al local la primera tarde, pero al día siguiente vinieron otros dos y antes de la siguiente reunión todos habían echado una mano a excepción de Bert Selby. Aquella reunión siguió vagamente las líneas que George había planeado para el primer encuentro porque para ese momento todos se conocían mejor. Después tuvieron el Consejo de Patrulla y decidieron llamarse la Patrulla Sabueso, y cuando todos comenzaron a aullar George se alegró de que no hubiesen casas demasiado cerca del establo. Podía oír aullar a los chicos conforme se dispersaban por la calle, y se percató de que esta vez iban en grupo. No hay necesidad aquí de seguir en detalle el progreso de la Patrulla Sabueso conforme superaban sus pruebas, hacían juegos rudos, salían los sábados por la tarde para sus aventuras y gradualmente llegaban a entender lo que significa el escultismo en la práctica. George se llevaba a los muchachos por separado de cuando en cuando para explicarles la Ley de modo que cuando llegase el gran día de su investidura como Boy Scouts los conociese lo suficientemente bien y se sintiese seguro de que eran conscientes de la seriedad que supone hacer la Promesa. Decidió que la Investidura debería tener lugar en el primer fin de semana de acampada. Con un par de tiendas de campaña prestadas y un carro de transporte manual partieron, sintiéndose todos un poco cohibidos con sus nuevos uniformes. Aquel campamento sería una referencia en la historia de la Tropa. No sólo vería la primera Investidura, alrededor del fuego de campamento, sino que George anunció que había elegido a los Guías de las dos primeras Patrullas. Eran Fred Jones y Harry Petts. Se dio cuenta de que Bert Selby parecía un poco decepcionado. Había demostrado ser el más complicado del grupo, pero cuando los nuevos Guías eligieron a sus segundos, Harry eligió a Bert y Fred escogió a Dick. George tuvo una larga charla con los Guías el Domingo después del Propio Scout. Les enseñó los registros que había estado llevando sobre la asistencia y las actividades (pero no sus registros personales sobre cada chico). Después les dio a cada Patrulla el Libro de Registros de Patrulla y un pequeño bloc de notas. Cada lunes quería que vinieran al local para compartir con él cómo iban cada uno de sus scouts, y sugiriesen qué es lo próximo que iban a hacer. Les explicó que ese era el inicio de la Corte de Honor y más adelante, cuando hubiesen más Guías y supiesen más sobre el escultismo, se reunirían sin su presencia.

8


Partieron con el carrito de mano de un constructor En aquel campamento George estableció también una idea que había estado desarrollando, que cada scout debía tener una tarea definida además de su preparación ordinaria. Durante algunas semanas la tarea de mejorar y cuidar del local se había compartido entre todos. Durante el campamento, de modo similar, cada uno tenía su pequeña parcela de responsabilidad: recoger leña, recoger la basura, cuidar del fuego, cocinar, mantener las tiendas en buenas condiciones, etc. Planteó este aspecto claramente a sus Guías: cada scout debe tener su función, sin importar lo pequeña que pueda parecer, en su Patrulla. Incluso si no es demasiado bueno en ella debe perseverar y los demás deben apoyarle y ayudarle para que aprenda cómo hacerla de manera adecuada. Así que Fred pasó a ser el Guía de los “Sabuesos” y Harry eligió el nombre de “Lobos” para su patrulla. Arthur se quedó en los Sabuesos con Fred y Ted se convirtió en un Lobo. “Vuestra próxima tarea”, dijo George, “será completar vuestras Patrullas. Si cada uno de vosotros puede traer a un amigo el trabajo estará hecho”. Tras regresar del campamento, George tuvo una larga charla con el Jefe de Distrito, quien escuchó con interés todo lo que había pasado hasta entonces con la Tropa nº5 de Noeyewash. “Eso está muy bien”, dijo, “ahora que has adquirido un poco de experiencia empezarás a vislumbrar los problemas. No esperes resultados demasiado pronto. Toma por ejemplo el modo de hacer las cosas con el Sistema de Patrullas. Existen dos peligros en ello: uno es que puedas llegar a pensar que te hace más sencillo el trabajo. No es así. Es bastante más duro que dar una formación a un grupo. Tendrás que vigilar cómo hacen su trabajo los Guías, y por supuesto que durante algún tiempo tendrás que formarlos a ellos del modo oportuno. Recuerda que son sólo muchachos y si son del tipo “mandón” pueden llegar a convertirse en pequeños tiranos. Y no puedes esperar que sepan demasiado sobre cómo entrenar a los demás. El segundo peligro es que puedes llegar a concentrarte demasiado en los Guías. El objetivo del Sistema de Patrullas es formar a todos los scouts en responsabilidad. Por supuesto que no todos son capaces de ser Guías de Patrulla. Algunos son buenos Subguías, pero todos se benefician de tener su propia tarea dentro del grupo. La responsabilidad no es simplemente cuestión de mandar sobre otras personas. Queremos que cada uno de estos jóvenes comprenda que tiene una 9


responsabilidad personal en el éxito y progreso de su Patrulla, lo cual es un buen paso hacia la buena ciudadanía. Es evidente que sientes cómo se está desarrollando el espíritu de patrulla entre los Sabuesos” “Sí”, dijo George. “Y me parece una pena tener que romper la patrulla”. “Eso no se puede evitar. De hecho tiene sus ventajas. Existe el riesgo de que una Patrulla se convierta en una pandilla demasiado cerrada. Un Guía tiene dos obligaciones al menos (al igual que todo scout): una para con su Patrulla y la otra para con la Tropa, y si es para bien de la Tropa en su conjunto el sacar a un scout de su Patrulla para que sea el Guía de otra…eso es parte del show”. “Puedo darme cuenta de eso”, respondió George. “Es gracioso, pero casi lamento que yo no pueda ser, como me he visto a mí mismo, el Guía de los Sabuesos.” “Pero siempre serás el Guía de tus Guías de Patrulla”, dijo el Jefe de Distrito. III. CONSTRUYENDO Cuando se hubieron constituido las dos Patrullas, se hizo factible otro uso del Sistema de Patrullas. Podía haber competición en los juegos y en el progreso, así como en diligencia y eficiencia en general. Los Sabuesos se habían concentrado necesariamente en el aprendizaje de las cosas que hacían falta para superar las pruebas de Pie Tierno. Ahora los Sabuesos podrían competir con los Lobos en todo tipo de juegos de relevos, en ejecución de nudos, señalización, encendido de fuegos, etc. George hubo de pensar en nuevos problemas. 1. ¿Cómo se iba a preparar a los nuevos para las pruebas de Pie Tierno? 2. ¿Cómo iban a prepararse los Pie Tiernos (lo que incluía todavía a los Guías de Patrulla) para la obtención de las Segundas Clases? Tendría que tener en mente todo el tiempo la necesidad de formar a los Guías de Patrulla para su labor, y además supervisar el desarrollo de cada scout e intentar conocer sus necesidades específicas. Se sentía como un prestidigitador lanzando al aire media docena de bolas al mismo tiempo. Afortunadamente consiguió un ayudante, pero eso no le fue de mucha ayuda al principio porque… ¡tenía que formarlo a él también! El primer problema se solucionó del siguiente modo: el Guía sería responsable de la preparación de los novatos con la excepción de la Ley Scout, lo cual era cosa del Jefe de Tropa. El Guía no tenía, ni nunca debería, que intentar proporcionar toda la formación él mismo. En este aspecto de nuevo debería compartirse la responsabilidad con el Subguía y el resto de scouts capaces. El segundo problema, por el momento, tenía que ser labor del propio George. Cuando los Guías obtuviesen su Segunda Clase, podrían continuar como con las pruebas para Pie Tierno. Se dio cuenta de lo importante que era utilizar un método adecuado de formación ya que este sería el que más adelante seguirían los propios Guías.

10


Eso en cuanto a la progresión. Pero parecía existir un motón de asuntos varios con los que lidiar. Por ejemplo la cuestión de la buena presencia y la puntualidad. George estaba decidido a que ambas cualidades fuesen evidentes en su Tropa. Tan pronto como las dos Patrullas empezaron a funcionar tuvo una larga charla con Fred y Harry. En el futuro habría una inspección al comienzo de la reunión de Tropa, y les dijo que debían vigilar que sus Patrullas estuviesen correctamente vestidas, puntuales y preparadas. Desarrollaron juntos un esquema de puntuación para una competición entre patrullas. George les insistió en que deberían dejar claro a sus scouts que cada uno de ellos era responsable de dar la talla y no devaluar a su Patrulla. Fue sorprendente lo rápido que los juegos y las competiciones elevaron el entusiasmo. Cada scout aprendió que era una persona importante en su Patrulla, y que su buena presencia y su eficiencia contaban para algo. Los Guías naturalmente siguieron los métodos que George había utilizado con la patrulla Sabuesos original. Llevaban libros de registros en los que se reflejaba la asistencia, las cuotas, etc. Además se asignó un rincón del local a cada Patrulla como su guarida. George sólo hizo una sugerencia referente a la decoración: cada Patrulla tendría un tablón en el que mostrar la progresión de sus miembros en cada prueba. Había una actividad de Patrulla que había preocupado a George incluso desde que visitó a otras Tropas antes de comenzar la suya propia. Muchas de las reuniones que había observado incluían diez minutos, más o menos, para “Rincón de Patrulla”. Se acercó para ver lo que hacían. En general este tiempo parecía verse como un “descanso” y nadie hacía nada en particular. Ocasionalmente aparecía un trocito de cuerda, o una bandera de señalización ondeaba por el lugar. En conjunto George tenía claro que era una pérdida de tiempo, aunque sin embargo se tratase de una buena idea: la Patrulla a su aire, trabajando a las órdenes de su Guía. George le comentó esto a su Jefe de Distrito, quien estuvo de acuerdo en que se estaba sembrando una buena idea. “Quizá has tenido mala suerte”, le dijo, “en las reuniones a las que has asistido, pero sé que mucho de ese tiempo de ‘Rincón de patrulla’ está siendo mal gestionado. Yo iría aún más lejos y diría que este tipo de desidia es peligrosa porque los chavales adquieren la idea de que la parte más aburrida de la reunión es justo cuando se reúnen en su corrillo de Patrulla” “¿Realmente es necesario tener ‘Rincones de patrulla’?”, preguntó George. “Claro que no. Imagino que la idea nació con buena intención, como ocurre con tantas cosas, como un sustituto de una verdadera Reunión de Patrulla cuando resultaba impracticable el tener dicha reunión durante otra tarde. Después todo el asunto acabó deformándose hasta llegar a ser una parte convencional de la reunión. Si tus Guías pueden reunir a sus Patrullas una vez a la semana para su formación, no necesitarás los ‘Rincones de patrulla’, pues el mismo nombre habrá perdido su significado”. Con esta conversación en mente, George decidió que las reuniones de su Tropa no incluirían un tiempo especial para los “Rincones de patrulla”, sino que cada Patrulla acudiría a su rincón sólo con algún propósito determinado como decidir cómo enfrentarse a una competición. Pero sí podrían reunirse por separado una vez a la semana para trabajar en la progresión. Durante un mes, más o menos, preparó a Fred y a 11


Harry en cómo dirigir sus Patrullas, qué hacer en las reuniones de patrulla y cómo llevar a cabo la formación.

La primera Corte de Honor Luego estaba la cuestión de la Corte de Honor. La idea resultaba bastante extraña para Fred y Harry, de manera que también hubo de enfrentarse a ello con práctica real. George les dijo que más adelante él no estaría presente en las verdaderas reuniones de Corte de Honor, una vez que hubiesen captado el propósito y el método. Esto alarmó a los dos Guías al principio, pero conforme ganaron experiencia comenzaron a tener más confianza. Cuando la Tropa creció hasta tener cuatro Patrullas, lo que ocurrió rápidamente tras aquel primer año, las Cortes de Honor se desarrollaron del modo que George les había enseñado. Por ejemplo, cada Guía daba su informe, primero sobre lo que se había hecho en la última reunión de Patrulla, y segundo sobre cómo iba cada scout. Esto conducía a un periodo de sugerencias sobre lo que sería más útil para la siguiente reunión de Patrulla. Además, gradualmente y conforme aumentaba su propio conocimiento, los Guías aprendieron cómo planificar completamente las Reuniones de Tropa, aunque George siempre reservaba un tiempo para alguna sorpresa que él mismo había ideado. Con gran placer, y un punto de orgullo, George contemplaba el funcionamiento del Sistema de Patrullas. Se encontró con que no siempre era sencillo entregar la responsabilidad a los Guías. Algunas veces las tareas no se hacían todo lo bien que él hubiese esperado, pero fue lo suficientemente sensato como para entender que los chicos probablemente aprendían mucho más de esa manera que si todo hubiese ido como la seda. La experiencia pronto sobrepasó sus primeras dudas acerca de la sensatez de permitir que los chicos tuviesen auténtica responsabilidad. Parecían prosperar con ella, y pudo percibir un marcado fortalecimiento de carácter en Fred y Harry. Vigiló el progreso cuidadosamente, y no paso mucho tiempo antes de ver luces de peligro.

12


Fred, por ejemplo, tenía tendencia a ser un jefe bastante duro, una especie de sargento mayor, mientras que Harry tendía más bien a ir en la dirección contraria y dejar que su Patrulla le gobernase. Una conversación con Harry le ayudó a ver la necesidad de tomar el cargo con mayor firmeza y distinguir entre los verdaderos deseos de sus scouts y las falsas señales que gustaban de maquinar simplemente por diversión. La idea de la Patrulla en Consejo puso a prueba la autoridad de Fred. Esto, le explicó George, era una especie de Corte de Honor de la Patrulla. No tenía por qué durar mucho, pero si los scouts tenían la posibilidad de ayudar a la hora de hacer planes y tomar decisiones, cada uno de ellos se sentiría responsable de los éxitos. Él tomó la idea del Consejo de Patrulla de una sugerencia de BP: “He recibido informes interesantes, provenientes de diferentes fuentes, acerca de los magníficos resultados del desarrollo del Sistema de Patrullas. El conjunto de todos ellos podría resumirse en que todos los individuos de la Patrulla deben ser responsables, tanto en el local como en campamento, de una parte definida dentro del trabajo exitoso del conjunto. Esto realza la posición y las responsabilidades del Guía de manera secundaria, y desarrolla el interés individual y la capacidad cívica de cada miembro, mientras que a la vez ayuda a construir un “espíritu de cuerpo” más fuerte en el grupo. La Patrulla constituye en sí misma un Consejo: El Guía responsable como Presidente. El Subguía como Vicepresidente e Intendente al cargo de las compras, etc. El scout nº1 responsable como Escribano o Secretario. El scout nº2 como responsable de las cuentas o Tesorero. El scout nº3 como responsable de mantenimiento o Guardián de su Rincón. El scout nº4 como responsable de la Gestión de los Juegos. El scout nº5 como responsable de los libros o Bibliotecario. El Consejo considerará asuntos como, por ejemplo, que insignias de especialidades deberían potenciarse en la Patrulla, dónde acampar o excursionar, partidos de fútbol o cricket, competiciones de atletismo y otras demostraciones, y sugerir cuestiones a considerar y regular en la Corte de Honor de la Tropa. El Secretario o Escribano lleva las actas de este Consejo a modo de registro, las cuales se leerán de modo habitual en la siguiente reunión para ser corregidas previamente a la firma del Presidente (el Guía de Patrulla). El secretario también tiene el deber de llevar el Libro de Patrulla, en el cual se registrarán cada semana, y de modo breve, las actividades de la Patrulla en el local o en el campo. La existencia de estos Consejos de Patrulla, cuando se conducen del modo adecuado, elevan enseguida el estatus de la Corte de Honor. Si se llevan a cabo con la rutina correcta y la ceremonia de un encuentro de negocios, la Corte de Honor viene a ser una especie de Cámara Alta de una considerable importancia a los ojos de los chicos, 13


conforme adquieren un profundo interés en sus veredictos, y todo el conjunto se convierte en una valiosa y práctica educación en valores cívicos para ellos.” “Sabes”, le dijo George al Jefe de Distrito, “tenía la idea de que conforme la Tropa avanzase debería ser capaz de tomarme las cosas con más tranquilidad. Pero he tenido que estar pendiente de cada scout para comprobar que está recibiendo la formación adecuada y cómo evoluciona. Esto parece llevarme tanto tiempo como cuando preparé al primer grupo”. “Puedes considerarlo de este modo”, replicó el Jefe de Distrito, “la Organización es siempre más sencilla que la observación. Comenzaste las cosas siguiendo las directrices correctas, pero tendrás que vigilar con cuidado para comprobar que no se salen de las mismas. Eso precisa de mucho tacto. Si te entrometes demasiado, los chavales como Fred se molestarán, mientras que los más relajados como Harry estarán muy contentos de dejarte hacer su labor. Pero no te desanimes, has tenido un gran comienzo. No olvides que sólo son chicos y tienen que aprender”. IV. DESARROLLO POSTERIOR Antes del primer campamento de las cuatro Patrullas, George se llevó previamente a cada patrulla durante un fin de semana. No pensaba que los Guías tuviesen la suficiente experiencia como para conducir sus propios campamentos. “El año que viene podrán”, se dijo a sí mismo. Quería, claro está, asegurarse de tener unos cimientos firmes en cuanto a la tradición de acampada en su Tropa. Como guía de organización general, George tenía siempre presente el consejo de BP: “Ahora que llega la temporada de acampadas, puedo decir que uno o dos de los campamentos que ya he visitado se desarrollaron bajo ideas equivocadas, aunque otros fueron muy satisfactorios. Aconsejo encarecidamente campamentos pequeños, de media docena de Patrullas. Cada una de ellas en una tienda propia y en un terreno separado, de modo que los scouts no sientan que forman parte de un gran rebaño, sino que son miembros de unidades independientes y responsables. Los campamentos grandes no permiten las labores scouts y precisan de una dirección militar, y uno que visité el otro día, aunque sumamente bien llevado desde el punto de vista de una organización militar, me impresionó bien poco, porque no sólo se desarrollaba bajo patrones castrenses sino que las Patrullas, la esencia de nuestro método, fueron divididas para encajar los miembros en las tiendas. Las patrullas deben permanecer intactas bajo toda circunstancia. Si hay más de seis o siete Patrullas al mismo tiempo, deberían dividirse preferiblemente en dos campamentos ubicados, digamos, a tres kilómetros de distancia o más. Particularmente destacó las frases “unidades responsables independientes” y “mantener intactas las Patrullas”. También se dio cuenta de la sugerencia de BP de que cada scout debía tener una función definida. Él había hecho esto en el campamento de los Sabuesos y cambiando las tareas de modo rotatorio (excepto la del Guía) había conseguido una variedad en la experiencia. La lista de BP, que por supuesto sólo tenía la intención de servir de simple guía y no de sistema rígido, era la siguiente: 14


“El Guía, en el cargo principal, responsable de asignar las tareas y vigilar que se llevan a cabo” “El Subguía, el intendente a cargo de los suministros de alimentos, equipación y primeros auxilios. “El scout nº1, Cocinero, prepara las comidas. “El scout nº2, Escribano o Secretario, lleva la cuenta de dinero y provisiones, así como el registro de acampadas y salidas. “El scout nº3, Pionero, encargado de los escurridores, los puentes o las letrinas. “El scout nº4, Sanitario, encargado de mantener la limpieza del campamento y el incinerador”. “El scout nº5, Leñador, encargado del suministro de leña. Bombero y Aguador, a cargo de preparar el fuego para la cocina y el de campamento, y del suministro de agua.” No hay necesidad aquí de continuar con una relación completa de los preparativos para el campamento, ni de los acontecimientos reales del día a día. Cada patrulla acampó separada como una unidad independiente, y el lugar les permitió estar ubicados a una buena distancia unos de otros. Las cosas fueron mal en ocasiones, pero para entonces George tenía la suficiente sabiduría como para no tomar el mando y poner las cosas en orden él mismo. Unas pocas palabras a sus Guías, o un consejo ofrecido a un Guía sobre alguna debilidad en particular, pronto obraron maravillas.

Parecía no encajar

Sin embargo George explotó una vez. Fue en relación al asunto de la pulcritud general. Sus fuertes palabras sobre la materia fueron aún más efectivas debido a lo inusual, y los sorprendidos Guías pronto se pusieron a la obra y colocaron las cosas en orden. La competición entre patrullas en el campamento también ayudó considerablemente a la hora de afinar las cosas y sacar lo mejor de cada scout. Un incidente del campamento dio mucho que pensar a George. John Petts era uno de los scouts más nuevos. Parecía no encajar, y Fred era su Guía. John era desaliñado y descuidado. Siempre extraviando cosas. A menudo impuntual. Aun así era alegre y parecía disfrutar del escultismo. 15


Fred se presentó una tarde y le pidió que se hiciese cargo del asunto de John Petts. Según él, John debería ser expulsado. George se sintió un poco culpable: realmente no había tenido tiempo de conocer a John, quien había llegado con un montón de chicos nuevos durante el verano. Así que calmó a Fred y aprovechó la primera oportunidad que tuvo para charlar con John. Quería averiguar lo que de verdad le gustaba al chico, y al final John admitió con bastante timidez que le gustaban los pájaros, los árboles “y ese tipo de cosas”. Aquello dio a George una idea. En la Corte de Honor que mantuvo con los Guías aquella tarde, les lanzó la sugerencia de organizar una competición entre patrullas los siguientes tres días para realizar el mejor diario y colección naturales. Ninguno pareció entusiasmado con la idea pero fue aceptada. John al final encontró algo con lo que podría contribuir con su Patrulla. Cuando los Sabuesos progresaron hasta lo más alto, incluso Fred tuvo que admitir que John no era tan inútil después de todo. George usó este ejemplo para explicarles a los Guías cómo debían intentar averiguar los intereses de los scouts y después emplearlos en las tareas de la patrulla mientras vigilaban que la formación general siguiese la dirección adecuada. Se dio cuenta con más claridad de la importancia de su propio estudio de cada scout. Se podía confiar en que los Guías llevaran a cabo sus tareas, pero después de todo eran muchachos y no podía esperar que fuesen capaces de sopesar y valorar los detalles más finos del carácter. Aquello siempre sería su principal labor como Jefe de Tropa. Su juicio general era sensato. George lo descubrió cuando se llegó al punto en el que la Corte de Honor señaló a los nuevos Guías de Patrulla. Una o dos veces tuvo alguna duda sobre la sensatez de la elección, pero una y otra vez la nueva responsabilidad sacaba todo tipo de cualidades insospechadas en los nuevos Guías. Para cuando hubo cuatro Guías de Patrulla, George estaba razonablemente satisfecho de que pudiesen encargarse de la preparación de las pruebas de Pie Tierno, y mucha de las de Segunda Clase. Pero quería ver a aquellos Guías conseguir las insignias de Primera Clase. Todas las reuniones de Tropa incluían ahora preparación para las pruebas de Segunda y Primera Clases, pero aquella instrucción bastante intermitente precisaba de aunar esfuerzos. De modo que George decidió tomar a los Guías como a su patrulla y formarlos en Primera Clase. En realidad estaba también ansioso por volver a aquellos primeros días en los que actuaba realmente como Guía de Patrulla. Había otras ventajas en este esquema de la “Patrulla de Guías”. Todo el tiempo dedicado a trabajar con ella serviría como modelo para los Guías en su propia labor, y además George adquiriría más y más conocimiento sobre cada uno de ellos. Debido a la demanda de tiempo del resto de actividades, esta Patrulla de Guías sólo podría reunirse una vez cada quince días. También realizarían su propio campamento de fin de semana al comienzo de la temporada de acampada, y ocasionalmente realizarían una excursión el sábado por la tarde.

16


El valor de este nuevo esquema fue evidente a los pocos meses. Los Guías ganaron un prestigio adicional a los ojos de sus scouts (¿qué eran aquellas misteriosas reuniones y acampadas especiales del Jefe de Tropa y los Guías?). Además empezaron a sentirse interesados en conseguir su Primera Clase, y esa mejora de conocimientos y eficiencia pronto se hizo sentir en sus Patrullas. No siempre era fácil encontrar el tiempo para todas estas actividades, pero George estaba convencido de que el esfuerzo bien valía la pena. Su mayor satisfacción era ver cómo los Guías, a pesar de algunos contratiempos y decepciones, confirmaron el dicho de BP: “Espera mucho de tus Guías y nueve de cada diez veces responderán a tus expectativas”.

V. MIRANDO AL FUTURO Tras tres años de funcionamiento de la Tropa, George se enfrentó a una nueva serie de problemas. Descubrió que uno de los aspectos más interesantes del escultismo era su imprevisibilidad, pues siempre surgía algo nuevo. Esto era bien aceptado tanto por él como por su Ayudante, pues evitaba que cayeran en la rutina y el aburrimiento, pero George sentía que había algo en la Tropa (o en él) que no funcionaba bien. Sentía tanta ilusión como siempre, pero aquello no podía ocultar el hecho de que algunos de los scouts estaban empezando a desinflarse. Habló de ello con el Jefe de Distrito. “No sé muy bien qué es lo que falla”, dijo George. “Los Guías desempeñan su labor adecuadamente, los scouts superan sus pruebas con continuidad, pero algunas veces parece que estamos un poco quemados” “¿Alguno lo ha dejado últimamente?”, preguntó el Jefe de Distrito. “¿Cómo lo has adivinado? De hecho se han marchado dos, dos de los del grupo original, por desgracia. Y además muy buenos compañeros ambos. Los dos han dejado la escuela y se han puesto a trabajar. Quizá sea esa la razón”. “Puede ser. Creo que se trata de un viejo problema…simplemente están creciendo. ¿No has perdido ningún Guía?” “No, gracias a Dios. No sé lo qué haríamos sin ellos”. “Ese es precisamente el problema, George. Los chicos que se marcharon probablemente se cansaron de hacer siempre lo mismo y sabían que había poca posibilidad de convertirse en Guías. No, no voy a decirte lo que debes hacer. Tendrás que descubrir el remedio por ti mismo.

17


Habló de ello con el Jefe de Distrito Sólo te daré una pista: el Sistema de Patrullas no se diseñó sólo para la formación de cuatro Guías”. Al principio George se negó a afrontar los hechos. Simplemente no podía imaginarse a su Tropa sin los Guías actuales, especialmente sin Fred y sus Sabuesos o Harry y sus Lobos. ¡No sería lo mismo! Y aun así había una gran verdad en las palabras del Jefe de Distrito. Era cuestión de dos o tres años que se precisara un nuevo Guía para los Sabuesos, y habían algunos buenos chicos que tendrían que ser Guías o Subguías. Si no asumían el reto podían desanimarse y marcharse. Quizá el Jefe de Distrito estaba en lo cierto. Sólo había una cosa por hacer: hablarlo con los Guías y ver cuál eran sus sugerencias. Tras plantearles abiertamente la situación, Harry dijo que él estaría dispuesto a dejar paso a algún otro. Después de todo él había disfrutado de la oportunidad y, aunque detestaba dejarlo, era capaz de ver la conveniencia de ello. Fred estuvo de acuerdo pero con mayor reticencia: quería saber lo que pasaría con Harry y con él. ¿Cuál sería ahora su papel? Eran demasiado jóvenes para ser Rovers, aunque se suponía que más adelante debería haber un Clan Rover. Este aspecto ya se le había ocurrido a George y había jugado con la idea de formar una Patrulla especial con los scouts más mayores, que precisaran de actividades scouts más avanzadas y que sostuviesen sus propias reuniones. Cuando lanzó esto a modo de sugerencia, enseguida fue bienvenida. “Justo como los viejos Sabuesos”, dijeron Fred y Harry. “No del todo”, dijo George. “La nueva Patrulla precisará de su propio Guía y Subguía, y más adelante quizá tengamos que formar otra”. George se sorprendió del entusiasmo que se había despertado. Su preocupación más inmediata era saber quién iba a controlar esa nueva Patrulla. Él mismo quería hacerlo pero simplemente no podía dedicar más tiempo al escultismo. Su Ayudante estaba lo suficientemente capacitado como para hacerse cargo de la Tropa, pero entonces necesitaría otro ayudante. Entonces podría dejarles la Tropa prácticamente a ellos mientras que él se encargaría de la supervisión general y dedicaría la mayor parte de su energía a los scouts más mayores. 18


Encontrar otro Ayudante para el Jefe de Tropa llevó un poco de tiempo, pero se consiguió, y de este modo se constituyó la nueva organización de la Tropa. Varios de los scouts más mayores decidieron unirse a la nueva Patrulla y casi inmediatamente la Tropa pareció rejuvenecer. Se eligieron dos nuevos Guías de Patrulla, y esto hizo sentir a todo el mundo que las cosas estaban cambiando y que habría más oportunidades de llegar a ser Guía o Subguía. Y así, la Tropa nº5 de Noeyewash constituyó su primera Patrulla de Senior Scouts. En ese punto debemos dejarlos.

VI. LO QUE HEMOS CONSEGUIDO Al seguir el progreso de una Tropa hemos podido mostrar cómo se fue extrayendo gradualmente todo el valor del Sistema de Patrullas. Debemos enfatizar los siguientes puntos en particular: 1. La clave del Sistema de Patrullas es el desarrollo del sentido de la responsabilidad en todos y cada uno de los scouts. 2. El Guía de Patrulla, y en un menor grado el Subguía, ocupan cargos evidentes de responsabilidad, y a condición de que el Jefe de Tropa les de libertad de actuación, podrán desarrollar la mayor parte de sus capacidades. 3. El Sistema de Patrullas no es sólo el Sistema de los Guías de Patrulla. No todos los scouts pueden, por la propia naturaleza de las cosas, llegar a ser Guías, ni tampoco todos están capacitados para ello. Ellos adquieren su responsabilidad en la labor individual de intentar promover el bienestar de la Patrulla en su conjunto, y en las tareas específicas que se les puedan asignar. 4. El Jefe de Tropa tiene que estar siempre atento a: (i) que los Guías proporcionen la formación adecuada a todos los miembros de su Patrulla, y (ii) a que cada scout realmente reciba su parcela de responsabilidad en función de sus capacidades.

Y con los Guías de Patrulla 5. El Sistema de Patrullas es fundamentalmente una formación en ciudadanía ya que proporciona las oportunidades para planificar las actividades y el entrenamiento, la elección de los Guías de Patrulla, y para el desarrollo de la Patrulla como tal y como parte de la Tropa. De este modo los scouts, mediante ensayo y error, aprenden cómo manejar sus asuntos en espíritu de buena 19


voluntad donde cada uno, para beneficio del grupo, puede tener que dejar de lado su satisfacción personal.

Un escultismo más avanzado 6. Todas las Tropas llegan al punto en el que los Guías, habiendo disfrutado de una valiosa experiencia de responsabilidad, tienden a bloquear la promoción y de ese modo desaniman a otros scouts que precisan de la misma experiencia. Por tanto es importante que dejen el camino libre para otros scouts más jóvenes mientras ellos mismos continúan avanzando hacia un escultismo más avanzado y audaz. Es muy fácil que un Scouter, tras pasar algunos años dirigiendo una Tropa, olvide las etapas iniciales por las que se debe pasar si se quiere que los scouts se desarrollen dentro de los cauces adecuados. También puede sentir que sus Guías de patrulla actuales son tan buenos que sería desastroso reemplazarles. Esta actitud es la negación del Sistema de Patrulla el cual forma líderes. Los cambios no son siempre bienvenidos, pero la experiencia ha demostrado, más allá de toda duda, que la oportunidad de disfrutar de responsabilidad sacará a la luz cualidades insospechadas en los chicos, y que los nuevos Guías de Patrulla pueden muy bien demostrar que son tan buenos, o posiblemente mejores, como los anteriores. Como dijo BP: “Donde se aplica correctamente el Sistema de Patrullas el éxito está garantizado. ¡No se puede evitar!”.

20


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.