● REPORTAJE
Emprendimiento social El concepto de emprendimiento y de empresa social ha aterrizado con fuerza en Almería. Más allá de lo que ofrece la ya conocida Responsabilidad Social Corporativa, los distintos proyectos de emprendimiento social que están surgiendo en la provincia almeriense buscan un mayor compromiso activo con la sociedad y el medio ambiente, a través de entidades que cabalgan entre la empresa tradicional, la empresa pública y las organizaciones no gubernamentales. Iniciativas como El Tesoro de Creppi, Kame Ingenería Creativa o Sostenibilidad a Medida son un claro ejemplo de modelos de negocio que generan beneficios para impulsar sus objetivos sociales o medioambientales.
EMPRESAS CON VALORES ANUSKA BENÍTEZ FERNÁNDEZ FOTOS: LUIS RODRÍGUEZ / FOCO SUR
i el principal objetivo de una empresa hasta ahora había sido el ánimo de lucro y obtener beneficios, en los últimos tiempos están surgiendo nuevas formas de economía y emprendimiento social que están haciendo cambiar los patrones tradicionales de las empresas, y la mentalidad de sus socios. Con la llegada del cooperativismo llegó también el reparto equitativo de la riqueza; con la implantación de la Responsabilidad Social Corporativa y la Obra Social llegó la concienciación de que la empresa debe aportar algo más, revirtiendo de alguna forma sus ganancias en beneficio de la sociedad; pero con la llegada del emprendimiento social el compromiso es, si cabe, más fuerte: ahora el objetivo último de estos emprendedores es mirar por igual la generación de riqueza y la creación de valores, cuidando el impacto social y ambiental de su actividad, apostando por mejorar el bienestar de la gente y su entorno. Quien sabe mucho de esto es Juan José Amate, emprendedor social y director de la empresa Sostenibilidad a Medida, cuya filosofía es la de aportar ideas a otras empresas para, poco a poco, poder mejorar el mundo. «Sostenibilidad a Medida es un proyecto para fomentar la cultura de la sostenibilidad en todo tipo de organizaciones, de tal manera que sea una más de las tareas básicas de toda organización o empresa», asegura. Ambientólogo de formación, Amate ha pasado por la consultoría, por la administración pública y por la cooperación internacional antes de llegar a la empresa privada. «Me gusta definirme como un emprendedor raro, porque a la gente le cuesta entender que una empresa pueda ser rentable y al mismo tiempo comprometerse con la conservación de los recursos naturales y crear mayor cohesión social», explica. Es cierto que el maridaje entre el ánimo de lucro y las buenas intenciones filantrópicas aún es difícil de aceptar en una sociedad como la nuestra. «El concepto es que cambia el fin de la empresa, que no es sólo y exclusivamente un fin económico, de generación de empleo, sino que también pretende solucionar problemas que existen en la sociedad de tipo ambiental, social, inclusivo, de envejecimiento, etc», insiste Amate, «lo que cambia en la perspectiva social es que ya no importa tanto cómo se organiza la empresa, sino que qué quiere ofrecer la empresa. Ese es el matiz de emprendimiento social». En los mismos términos se pronuncia Carlos Delgado, socio de Kame Ingeniería Creativa, una empresa social que se ha decantado por facilitar la vida a los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y su entorno, tanto familiar como terapeuta, a través de una aplicación para tabletas. «El emprendimiento social es nuestra filosofía de trabajo, en su momento hablamos sobre poder aportar nuestro grano de arena con nuestros conocimientos», revela
S
Delgado, «sabemos desarrollar tanto componentes de software como de hardware, y queremos aplicar esos conocimientos para mejorar la sociedad y el entorno, aplicando soluciones tecnológicas a problemas que puedan surgir o necesidades que se puedan generar». Recientemente, la sede de la Asociación Cultural ‘La Guajira’ acogía la I Jornada de emprendedores sociales de Almería, en la que las empresas Sostenibilidad a Medida, Kame Ingeniería Creativa y El Tesoro de Creppi presentaron sus respectivos proyectos, compartiendo además su visión de las empresas sociales y las alternativas que existen para cambiar nuestro entorno. MEJORAR EL ENTORNO DE UN BARRIO DESDE LA EMPRESA ES POSIBLE La empresa social El Tesoro de Creppi es un notable ejemplo de esta nueva filosofía económica. Su objetivo es crear una conservera artesanal de pescado en el barrio almeriense de La chanca, en la que trabajarán mujeres en riesgo de exclusión social del barrio y cuyos beneficios pretenden que se reinviertan en sus vecinos, a modo de intervención social. Uno de sus responsables, Ángel González de las Heras, detalla a Foco Sur cómo se originó el proyecto. «El proyecto nació en el año 2008, pero se tuvo que guardar en un cajón porque en aquel momento no había posibilidades de ponerlo en marcha y teníamos mucho desconocimiento sobre algunas materias», explica. «En el año 2013 nos presentamos a un concurso de la plataforma Socialnest que nos permitió ser seleccionados entre los siete mejores proyectos de emprendimiento social de España, y que durante 2014 nos ha permitido formarnos en empresa social, dotándonos de una beca en la Escuela de Negocios de Valencia y poniendo a nuestra disposición seis mentores especialistas en nuestro sector, que nos han permitido organizar un plan de empresa que demuestre la viabilidad del proyecto». La idea de negocio que defienden los socios de El Tesoro de Creppi es muy sencilla. «Las mujeres que trabajansen en la conservera disfrutarían de un acompañamiento social que nos permitiría no solamente intervenir con ellas, sino también con sus familias, en cuestiones como el absentismo escolar o la conciliación familiar, con la colaboración de sus maridos, muchos de los cuales están en el paro, ya que podrían compaginar las labores del hogar». Según González, «en Valencia lo denominan un proyecto de innovación social, un concepto un poco raro, pero que lo que hace es poner un poco de cordura en una cuestión tan simple como que tenemos un barrio que es el origen de la ciudad de Almería, está vinculado al mar y al puerto desde su nacimiento, y poner en valor algo que saben hacer muy bien las mujeres: coger el mejor pescado de Andalucía, que es el de Almería, y tras pasar por sus manos, convertirlo en auténticos tesoros». De ahí el nombre que han escogido para su empresa,
FOCO SUR / 22