L e o n a r d o Turriano en Portugal
idéntica a la de Caparica), con tres pisos de terraza abierta en cañoneras, con funciones de residencia y comandancia; una dependencia rectangular abovedada, con funciones de almacén y dormitorio para la guarnición, con una base en talud que prolonga las paredes del foso; y una plataforma excavada en la roca, rodeada por un muro bajo con bombarderas, de veinte metros frente al mar En luga" Rafael MOREIRA, «Andrea Sansovino au Portugal, 1492-1501 ». Revue de l'Art, n° 133,2001, pp. 33-8, que sistematiza y amplia los datos pioneros presentados en Ibidem, A Arquitectura do Renascimento no Sul de Portugata encomenda règia entre o «moderno» e o «romono».Tesis Doctoral en Historia del Arte, Universidade Nova de Lisboa, 1991. " En la regencia del cardenalinfante D. Henrique ( 1562-68), durante la miñona de edad del rey D Sebastián, se construyó anexo a la torre un edificio con un vestíbulo abovedado al estilo de Diego de Torralva, y una larga escalera hasta la terraza, lo que demuestra que en torno a 1565, todavía se la consideraba funcional.
res específicos del edificio, aparecen trozos con sillares almohadillados con un sutil toque de clasicismo romano, que pone de manifiesto el genio del famoso escultor florentino Andrea Sansovino, residente en Lisboa por invitación de D. joào 11 desde finales de 1492'^ Por lo tanto, la torre de Cascaes fue concebida en su totalidad para el uso intensivo de artillería de fuego (su guarnición incluía un «condestabre» y cinco bombarderos) en la defensa contra la aproximación por mar al litoral del país, en un punto clave de las rutas oceánicas de acceso a Lisboa, como vigía de alerta y fuerza disuasoria contra cualquier peligro venido de fuera y, al mismo tiempo, como protección de la bahía contigua. Dos planos complementarios e independientes, pero en el que destacaba el apoyo táctico dirigido a la vigilancia de la desembocadura del Tajo y de acceso a la capital. Un siglo más tarde, cuando los cañones podían destruir un blanco a más de un kilómetro de distancia, sólo sería una reliquia histórica: imponente, pero obsoleta". Lo entendió bien el duque de Alba, que, en su campaña de pacificación 131
FUNDACION JUANELO TURRIANO