~ ~
Los Conocimientos útiles.
19 1
CONOCIMIENTOS DE l\llTOLOGIA. TÁNTALO.- SÍSI FO .- LAS DANAIDAS.
Sufrir el suplicio tle Tántalo es una locucion muy comunmente repetida que nuestros lectores habrán oído y leido en muchas ocasiones. Y no solo la habrán oido y leido, sino que en más de una ocasion tambien se habrá Eodido aplicar á cada cual. Porque , á qmén no habrá de vorado a i<Vuna vez la sed sin poderla satisfacer , ~pesar de tener el agua cerca de sus lábios"? Y si no ha sido la sed, habrá sido el hambre, y si no ha sido la sed ni el hambre, otro apetito ó deseo de manjares ó de cosas que, á pesar de estar al alcance de su mano , no habrá podido disfrutar, sufl'iendo más ó ménos intensamente con su privacion. Si un hambriento contempla los ricos manjares colocados en un escaparate, separados de su boca por un endeble cristal ; si un gastrónomo, servilleta en botan y preparado á gozar de exquisitos platos, se vé privado del apetito necesario; si un avaro devora con la vista y acaso lleg-a á tocar el oro que no ha de poseer; s1 el libertino ..... pero á qué más ejemplos~ Todos saben que en tales casos y otros muchos semejantes, el sufrimiento del hambriento y del gastrónomo, del avaro y del libertino, se comparan al suplicio de Tántalo. Lo que alguno puede Ignorar ó haber olvidado , es la historia de Tántalo y su suplicio tan frecuentemente citado. Recordemos, pues , la fábula en algunas palabras. En el averno ó infierno mitológico había, entr e otr os departamentos de categorias diversas, el destinado á los inmorta1es 6 á sus descendientes. Este departamento era el Tártaro. Tántalo , hijo de Júpiter y dePlota, tenia ya enojados á los dioses por haberles robado á Ganimedes, jóven maravHlosamente bello, que tenia en el olimpo el destino de escanciador de la ambrosia, cuando un crímen atroz determinó su merecida suerte. E l hecho fué el siguiente. En una de las expediciones que por la tierra hacían , se hospedar on en su casa J úpiter, Céres y Mercurio , y el bárbaro de Tántalo dióles á comer el cuerpo de un hijo suyo por ver si adivinaban lo que comían . Céres fué la única que comió una costilla. Júpiter resucitó al niño, y, justamente ir-
ritado, lanzó á Tántalo en el infierno, condenándole á estar sediento y con el agua junto á los lábios, á estar hambriento y no poder coger los frutos que tocaban en sus manos, desesperado y luchando con esfuerzos impotentes para satisfacer sus deseos. Esta es la fáb ula que ha dado ori· gen á la frase antes citada, y ya ven nues· t ros lectores como en grados diversos pueden los mortales de ahora sufrir en más de una ocasion un suplicio parecido. Antes de salir del Tártaro-metáfora por supuesto-di&"amos algunas palabras de otros condenaaos célebres que allí se ven expiando sus crímenes. Entre ellos está Sisifo, condenado eternamente á subir una larga cuesta, llevando una gran piedra, que se le cae y despe ~ ña nuevamente cada vez que llega. á. la cumbre , castigo impuesto por haoet• sido sacrilego, libertino, blasfemo contra el poder de 1os dioses. Están las Danaidas, condenadas á llenar con cántaros de agua un tonel sin fondo, castigo pequeño ciertamente para su gran crimen. Eran cincuenta, hijas de Danao, rey de Egipto, que se vió obligado á casarlas con otros tantos hijos de un hermano suyo, y para vengarse mandó á sus hijas que en una misma noche, la de las bodas, asesinaran á sus maridos. Obedecieron todas ménos Hipermnestra , que, prendada de su esposo :Cinceo, le salvó la vida. Algunos pesimistas , y muchos que niegan el pro~reso , comparan el trabajo de la humamdad al de Sísifo y al de las Danaidas. Creemos que se equivocan. No es posible negar los descubrimientos de las ciencias y de las artes , el progreso de las ideas de justicia y de libertad, la vida y la dignidad humana respetadas, el trabajo ennoblecido, la esclavitud abolida, el ódio de casta extinguido, y muchos otros progresos sociales que distinguen á los pueblos modernos . . . . . Aun podríamos , recorriendo el Tártaro, encontrar algunos otros condenados que citar ; pero, aunque mentalmente nada más, parece que no se está bien en tales lugares, y hacemos punto.
D.
~
~----------------
fL'NDACIÓ~ JL'A~ELO TIJRRIA~O