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Italia por Elisabetta Bagli

Hace un año, el 6 de septiembre de 2020, desapareció uno de los poetas italianos más sensibles e interesantes de este nuevo milenio. Gabriele Galloni nació en 1995 en Roma, donde vivió y donde desapareció en 2020. Sus poemarios son: “Deslizamientos” (Alter Ego-Augh! Edizioni, 2017, nota introductoria de Antonio Veneziani), “En qué luz caerán” (RPlibri, 2018), “Criatura corta” (Ediciones Ensemble, 2018), “El verano del mundo” (Marco Saya, 2019). Autor y creador, para la revista “Pangea”, de la columna Cronache dalla Fine - doce conversaciones con otros tantos enfermos terminales. Sus poemas, además de estar traducidos al español y al rumano, han aparecido en las principales revistas italianas.

Me gusta recordarlo más que con mis palabras a través la lectura de sus intensos poemas.

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Cielo, no tengo nada que mostrarte. Aquí: sorpréndeme en Fiumicino, entre los Dioscuri y los suburbios; déjame recoger la última concha de verano, ojos claros; y guárdala durante años en un bolsillo tan profundo que me olvide de ella.

Ma non ho nulla, cielo, da mostrarti. Ecco: sorprendimi giù a Fiumicino, tra i Dioscuri e le case popolari; fa’ ch’io raccolga l’ultima conchiglia dell’estate, occhi chiari; e la conservi agli anni in una tasca così profonda da dimenticarmene.

´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´ La luna, esta noche, es la sombra de un insecto que va y viene, pasa por las habitaciones vacías de un chalet en Focene. Intentamos, en la oscuridad, rasparla.

La Luna, questa sera, è l’ombra di un insetto che avanti e indietro e avanti va per le stanze vuote di una villa a Focene. Tentiamo, al buio, di raschiarla via. En la noche pasaba que ibamos hurgando, niños, entre las rocas; buscando el Hilo que acercara las estrellas entre sí. Alcanzar el espacio desde la orilla del mar; mientras atrapábamos una luciérnaga desde la misma y, sorprendidos, saber que aún estaba viva.

Capitava la notte che si andasse a frugare, bambini, tra gli scogli; cercando il Filo che riavvicinasse le stelle l’una all’altra. Raggiungere lo spazio dalla riva del mare; intanto cogliere una lucciola dal bagnasciuga e saperla sorpresi ancora viva.

Gabriele Galloni

Gabriele Galloni

´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´ Esto es de nuevo verano. Estar en casas tan grandes como nuestro sueño. Reunir las piedras esparcidas por el jardín todas las noches; organizarlas en tres filas imitando a los pinos, la playa, la luna.

Di nuovo è questo, l’estate. Trovarsi in case grandi come il nostro sonno. Radunare ogni notte i sassi sparsi per il giardino; disporli in tre file mimando i pini la spiaggia la Luna.

Seré un niño para ti. Uno de esos sin historia que ya has encontrado en las playas de tu infancia, un veloz compañero de juego. El tiempo de un hoyo, de un sacrificio de agua; el tiempo de un castillo que el viento y una ola derriban. Nos acordaremos. No era nuestra hora. Qué importa: todavía tenemos manos para tejer briznas secas de hierba o para mendigar, borrachos, deja que el viento seque las estrellas una a una recién emergidas del mar; somos jóvenes y llevamos dos cuerpos que están todavía iguales.

Sarò per te un bambino. Uno di quelli senza storia che hai già incontrato sulle spiagge della tua infanzia, un veloce compagno di gioco. Il tempo di una buca, di un sacrificio d’acqua; il tempo di un castello che il vento e l’onda abbattono. Ricorderemo. Non è stato il nostro tempo. Che cosa importa: abbiamo ancora mani per intrecciare fili d’erba secchi o per implorare, da ubriachi, che il vento asciughi una ad una le stelle appena emerse dal mare; siamo giovani e due corpi portiamo ancora simili.

Ogni cosa ha il suo tempo sotto il cielo; sii giovane con me prima che un’altra corrente ci separi – o ci risvegli.

Todo tiene su tiempo bajo el cielo; sé joven conmigo antes de que otra corriente nos separe - o nos despierte.

Traducido por Elisabetta Bagli

Elisabetta BAGLI

Economista, profesora, traductora, poeta

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