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Del 98 por Isabel Llaneras

Antonio Machado

La obra de Antonio Machado (Sevilla, 1875-Cotlliure, 1939) es expresión lírica del ideario de la Generación del 98.

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Se formó en la Institución Libre de Enseñanza, amigo de Rubén Darío, frecuentó los ambientes literarios donde conoció a Unamuno, Juan Ramón Jiménez y Valle Inclán.

De carácter contemplativo, soñador, retraído, afligido por el paso inexorable del tiempo y preocupado por el destino de España; de él dice Unamuno que era “el hombre más descuidado de cuerpo y más limpio de alma de cuántos conozco”.

Admirador de Bécquer, al que llamó poeta lírico sin retórica. Su romanticismo está imbuido de un cierto escepticismo. Sus fuentes de inspiración son el amor, el dolor, la guerra, la fugacidad de la existencia y la preocupación por España.

Sus primeros poemas se publicaron en Elektra, Helios y otras revistas modernistas, movimiento con el que Machado se sentía identificado cuando comenzó su labor literaria.

Su obra Soledades (1907) revela esa influencia modernista aunque se fue distanciando para ir profundizando en la manifestación de emociones auténticas plasmadas a través de un simbolismo sobrio.

Campos de Castilla (1912) enfatizó su reflexión sobre lo pasajero y lo eterno dirigiendo la mirada hacia el exterior y observó el paisaje castellano y los hombres que lo habitaban.

Entre su obra poética destacan “A un olmo seco”, “Caminante no hay camino” y “Anoche cuando dormía”.

En un interesante estudio sobre la presencia de Cervantes en la obra machadiana, Alicia Correa señala que Machado cita constantemente a Cervantes en sus textos en prosa. Insiste, por otra parte, en la calidad del arte literario de los Siglos de Oro y la necesidad de rescatar el ímpetu vital del pueblo español. Por boca de su personaje Juan de Mairena reitera que la grandeza de Cervantes no ha sido igualada: “Nuestro Cervantes no porque ya estaban muertos los libros de caballería, sino que lo resucitó… con esos mismos libros de caballerías… creó la novela moderna”.

También como característica de la Generación del 98 en esa presencia constante del paisaje castellano tan querido por Machado se dibujan las sombras de Don Quijote y la identificación con el paisaje de Cervantes en el poema “Horizonte” del libro Soledades:

“en una tarde clara y amplia como el hastío, cuando su lanza blanda el tórrido verano copiaba el fantasma de un grave sueño mío”.

Varios elementos del poema son ampliamente sugerentes de la figura de Don Quijote; hastío, lanza, blandir, fantasma. El https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Malenguaje de Machado, chado#/media/Archivo:Antonio_Machacomo el de Don Quijo- do,_por_Joaqu%C3%ADn_Sorolla.jpg te, es un lenguaje que al usarse se reproduce y se vuelve otro.

En el poema “La mujer manchega” del libro Campos de Castilla donde al enlazar las cualidades de las mujeres especifican la realidad de Dulcinea.

“La Mancha y sus mujeres… Argamasilla, Infantes

Esquivias, Valdepeñas. La novia de Cervantes y del manchego heroico, el alma y la sobrina […] ¿no tuvo en esta mancha su cuna Dulcinea? ¿No es el Toboso patria de la mujer idea del corazón, engendro e imán de corazones?”.

Uno de los elementos cervantinos más importantes que Antonio Machado logra exponer con gran fuerza expresiva es la compenetración en ese recordar constante la ausencia de la amada (Dulcinea para el Quijote) y la muerte temprana de su esposa, tema recurrente en su poesía.

Es la ausencia de sus amadas lo que provocan los hermosos textos de Cervantes y Machado.

En Cervantes “…yo nací para ser Dulcinea del Toboso y los hados, si los hubiera, me dedicaron a ella…”.

En Machado a través de Juan de Mairena,

“Todo amor es fantasía: él inventa el año y el día, la hora y su melodía, inventa el amante y, más la amada… Contra el amor no prueba nada, el que la amada no haya existido jamás.”.

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