&VieneOTRA ambulancia&Leah Montgomery no le dedic243 una mirada a su colega enfermera mientras quitaba las s225banas usadas de la cama. &Dimealgo que no sepa ya& dijo ir243nica. &Laluna estaba llena cuando vinimos a trabajar esta ma241ana&Aunque no era un hecho cient237fico, el personal hospitalario de todo el mundo reconoc237a y aceptaba que los turnos de luna llena eran los proverbiales turnos del infierno. Hasta ahora, 233ste estaba siendo uno de ellos. En este caluroso d237a de agosto, las urgencias de Spring Valley se hab237an visto inundadas por todo tipo de urgencias, desde accidentes de tr225fico hasta infartos, pasando por accidentes con cortadoras de c233sped y simples dolores de garganta.Aunque muchos de sus empleados se lamentaban de la carga de trabajo adicional, a ella no le importaba en absoluto el aumento de ritmo. Estar ocupada le permit237a olvidarse de cosas en las que no quer237a pensar, como el accidente de avi243n de su marido en la selva mexicana hace hoy un mes. O el informe que dec237a que no hab237a supervivientes, lo que significaba que Gabe estaba muerto.161Muerto!Despu233s de cuatro semanas dolorosamente largas, segu237a pareci233ndole surrealista, como si fuera a despertarse alguna ma241ana y descubrir que simplemente hab237a tenido una horrible pesadilla. Para su decepci243n, cada d237a era como el anterior: los hechos no hab237an cambiado de la noche a la ma241ana. Tampoco cambiaban cuando trabajaba hasta quedar demasiado agotada para reflexionar sobre las p233rdidas de su vida.Si su jefe se lo permit237a, cubrir237a m225s turnos de los que le permit237a su condici243n de PRN para mantener a raya a sus demonios. Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para mantenerse ocupada hasta que el tiempo se llevara la angustia por su 250ltima conversaci243n con Gabe, aquella en la que le hab237a pedido que su separaci243n fuera definitiva con el divorcio.Algunos la llamar237an loca, otros dir237an que estaba siendo tonta y sentimental, pero la verdad era que estaba de luto por Gabe a muchos niveles. Lamentaba que su vibrante vida se hubiera truncado a los treinta y ocho a241os lamentaba que su matrimonio hubiera llegado a un punto muerto lamentaba la p233rdida de sus sue241os y de las oportunidades perdidas. 191Acaso era de extra241ar que necesitara el ritmo acelerado del hospital, el flujo constante de nuevos pacientes y el drama como una balsa salvavidas a la que subirse?&Heo237do que Maternidad est225 a tope& dijo Jane, sin darse cuenta de la falta de atenci243n de Leah. &Est225ntan llenos de nuevas mam225s que desbordan la unidad de cirug237a& Despleg243 una s225bana nueva y empez243 a meter las esquinas bajo el colch243n.Leah se imaginaba una guarder237a llena de mois233s con beb233s dormidos que llevaban gorros rosas o azules, el pasillo abarrotado de padres radiantes y abuelos orgullosos mientras las madres primerizas,