Expiracion 73

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Expiraciรณn 2019 setentaytres

Expiraciรณn

Expiraciรณn dosmildiecinueve setentaytres

PRESIDENTE Pedro J. Fernández Marín Hermano Mayor de la Cofradía DIRECTOR Antonio Jesús Morago Gómez EDITA_Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Stmo. Cristo de la Expiración, María Stma. de las Siete Palabras y San Juan Evangelista de Jaén.

Apdo. de correos: 564 e-mail: cofradia@expiracionjaen.net http://www.expiracionjaen.net/

DISEÑA e IMPRIME_Blanca Impresores Pol. Ind. Llanos del Valle Calle A-Nave 35 - 23009 JAÉN Tel 953 19 11 02. www.imprentablanca.com J-652-1984 ISSN 2255-209X

EXPIRACIÓN no se responsabiliza de las opiniones vertidas en esta publicación por sus colaboradores. Queda expresamente prohibida la reproducción total o parcial de textos, fotografías e ilustraciones, sin citar su procedencia. El Consejo de Redacción de este Boletín se reserva el derecho de publicar las colaboraciones recibidas, así como de resumirlas o extractarlas cuando lo considere oportuno.

73 AGNUS XXXVIII

abrildosmildiecinueve

Consejo de redacción Antonio Vera Quesada Rosario de la Chica Moreno José María Mesbailer Vázquez Encarnación de la Chica Moreno Juan Manuel Galisteo Lorite Eugenio Morago Campos Luis Vera Bernal Pedro Martínez Moreno Colaboradores Literarios Manuel López Pérez Amadeo Rodríguez Magro Sergio Ramírez Pareja Ramón Guixá Tobar José M. Mesbailer Vázquez Rafael Ortega y Sagrista M.ª del Rosario de la Chica Encarnación M. de la Chica Antonio J. Morago Gómez Antonio Arias Ramiro Pedro Palenciano Pedro Martínez Manuel Ayora Gómez Juan Manuel Galisteo Lorite Eduardo López Aranda Colaboradores GRÁFICOS Luis Jódar Montiel Esteban Espinilla Ortiz Javier Mesbailer Antonio Arenas Castillo Jesús Cobos Castillo M.ª del Carmen de la Chica Moreno Rosario de la Chica Moreno Joaquín Sánchez Estrella Jesús Valdés Pérez Manuel J. Quesada Titos Juan M. Galisteo Lorite Antonio Jesús Morago Gómez Pako Cabrera Jesús Argudo García Francisco Carrillo Garrido Pedro Oya Chica Felipe Utrera

sumario

EDITORIAL Tiempo de Misión 4

Reglamento de Ministros Menores José María Mesbáiler Vázquez 52

RETROSPECTIVA Reales Cofradías Manuel López Pérez 8

Rito Hispano Mozárabe M.ª del Rosario de la Chica 56

COLABORACIONES Las imágenes son una provocación amorosa de Dios Amadeo Rodríguez Magro 13

LA BRUJULA

HERMANDAD Nomenclátor 76 Vida de Hermandad 78 Itinerario XXV Aniversario Antonio J. Morago Gómez 88 Nuestros ojos se vuelven a encontrar Antonio Arias Ramiro 100 Eterna Gloria Antonio Arias Ramiro 102 Intervenciones sobre Patrimonio Pedro Palenciano 105 Morenito de Jaén Pedro Martínez 108 Vivencias Cofrades Manuel Ayora Gómez 116 FOTOGRAFÍA COFRADE Tratamiento digital III Juan Manuel galisteo Lorite 122 Historia Fotografía Cofrade José M. Mesbailer Vázquez 128 CUADERNO MORADO

La Guardia Civil en su 175º Aniversario Sergio Ramírez Pareja 17 El tiempo en sus manos Ramón Guixá Tobar 30 Curiosidades Cofrades José M. Mesbailer Vázquez 44 Cenizas Rafael Ortega y Sagrista 48

La brújula cofrade Encarnación M.a de la Chica 60 Oración en Familia Encarnación M.a de la Chica 67 Recomendamos M.ª del Rosario de la Chica 70 Rezando con los mayores 72

COLUMNATA El influjo luterano M.ª del Rosario de la Chica 146

D. Santiago García Aracil Eduardo López Aranda 150

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Estamos en tiempo de Misión, tiempo de evangelización. La Iglesia nos pide, con urgencia, una obligación que es inherente a nuestra condición cristiana, pero que se encuentra ausente, cuando no olvidada, en nuestras prácticas religiosas: enseñar y propagar la doctrina cristiana a quienes la desconocen o no la practican.

Para realizarlo con éxito, tenemos que tener claro algo fundamental: qué significa Dios para nosotros. Porque en la medida en la que Él sea importante, o no, en nuestras vidas, sentiremos la necesidad vehemente, o no, de dar a conocer el verdadero rostro de Dios.

Hoy la Iglesia nos pide que nos mostremos, nos manifestemos, tomemos la iniciativa, salgamos a la calle y enseñemos a un mundo descreído, que no sabe, ni acepta a Dios, cuyo rostro es perfectamente reconocible en el Cristo de la Expiración. Ese Cristo que eleva su mirada al Padre para pedir por nosotros.

Mostrarnos… pero, ¿no es eso lo que hacemos sus cofrades cada vez que con Él salimos por la puerta ojival de San Bartolomé? ¿No exhibimos al inicio del cortejo el signo que nos relaciona con el Nazareno, la cruz, para identificar el suceso de la crucifixión en toda su realidad? ¿No alzamos su figura imponente sobre un monte de lirios, imagen estos, en palabras del propio Cristo, del abandonarse a los designios de Dios? ¡Qué mejor muestra de fe en Cristo que la que ofrecen los cofrades que, año tras año, acuden a la cita con el Señor de la Expiración y se suman al cortejo que esta cofradía viene poniendo en la calle desde hace más de dos siglos y medio para recordar al mundo que Dios está con nosotros, que es nuestro aliado, nuestro defensor, la fuente y el origen de nuestra felicidad! ¿Quién puede pensar algo distinto a esto, cuando ve transcurrir la cofradía por las calles? ¿Quién puede quedar indiferente ante la imagen de Cristo crucificado expirante? ¿Quién no se enternece y conmueve al verle? ¿Quién no reflexiona delante del que pende de la cruz?

Su sola figura fijada al madero, ha removido las conciencias de generaciones de hombres que han sabido ver

la verdad que encierra la fe católica en ese cuerpo enjuto, traspasado y doliente. La contemplación de su figura, su imagen, puede detener las ansias de poder y de opresión irrefrenables que el hombre alberga en su corazón y mirar al otro como a un hermano. Alguien distinto, no igual -como dicen por ahí-, distinto, pero que tiene el mismo valor, la sangre de Cristo.

Hace siglos que la Iglesia comprendió esto y llenó el orbe entero de crucificados, nazarenos, vírgenes y santos, y ese mundo caminó de la mano de Dios, humanizando sociedades enteras que acogieron las virtudes evangélicas como sus valores máximos, dignos de atesorar, a los que había que aspirar.

No en vano, como símbolo de esta Misión se ha utilizado la cruz, el crucificado, el Gólgota, -con la Madre y el discípulo amado-, extremo paralelismo con la imagen que ofrece nuestra capilla -salvando las estéticas- ¿Qué imagen, sino ésta, capta mejor el misterio de la Redención? En arte se denomina “déesis” que significa plegaria, ya que María y San Juan, mirando al crucificado, ruegan por toda la humanidad. ¡Lástima que no se hallan “usado” las imágenes antiguas que tan bien cumplieron su función, por su unción, en tiempos pretéritos y, en lugar de acudir tan sólo a los fieles que aún conservamos en las parroquias, se hubiera atraído a aquellos que han olvidado el camino que les conduce a los templos… Sólo Dios puede saber cuántos hubieran retornado, fascinados por la bondad y belleza de las acciones de Dios que representan las imágenes de culto de nuestras cofradías.

De nuevo la Hermandad afronta la recta final del actual mandato. Todos los hermanos estamos convocados a las urnas el día 9 de junio. Lo hacemos inmersos en la preparación de los actos conmemorativos del XXV aniversario de la bendición de María Santísima de las Siete Palabras. El Cristo pondrá su espíritu para que la labor misionera de los cofrades se siga extendiendo por los siglos, de la mano de sus cofrades como herramientas de evangelización. setentaytres Expiración

Editorial

Tiempo de Misión

Retrospectiva

Manuel López Pérez

Retrospectiva

Publicado en ALTO GUADALQUIR 1980 Manuel López Pérez

Reales Cofradías

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os hechos recientes, la visita de S. M. don Juan Carlos I a Jaén y el traslado de los restos de don Alfonso XIII, han motivado el que se estudien desde diversos ángulos las relaciones de Jaén y la Casa Real Española.

Varias son las cofradías de nuestra Semana Santa que ostentan el privilegiado título de "REAL COFRADÍA", título adquirido por especial deferencia y protección de nuestros monarcas hacia ellas.

Por ero, consideramos interesante el relacionar brevemente las cofradías giennenses que gozan de tan honroso calificativo.

La primera cofradía que gozó de tal distinción fue la CONGREGACIÓN DEL SANTO SEPULCRO Y SIERVOS DE N.ª S.ª DE LOS DOLORES, que consiguió el título de Real, cuando en 12 de agosto de 1756, el rey don Fernando VI, aprobaba sus constituciones.

La COFRADÍA DE N. P. JESÚS NAZARENO obtuvo el título de Real, cuando en 22 de mayo de 1852, una Real Cédula aprobaba sus estatutos. El rey-consorte don Francisco de Asís, le concedió el título de Real y un donativo de 8.000 reales. En el mes de mayo de 1878, la popular infanta Isabel, que entonces era Princesa de Asturias, aceptó el título de cofrade de honor. Y en 1904, al hilo de su visita a Jaén, S. M. don Alfonso XIII aceptaba el título de gobernador perpetuo de la cofradía.

8 Expiración setentaytres

La COFRADÍA DE LA VERA-CRUZ obtienen el título de Real cuando en 30 de octubre de 1862, S. M. D.ª Isabel II, aprueba sus nuevos estatutos.

La COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO OYACENTE Y SIERVOS DE N.ª S.ª DE LA SOLEDAD obtiene también el título de Real en la misma ocasión que la Vera-Cruz, con la que por entonces estaba unida. Posteriormente, en marzo de 1976, era nombrado Hermano Mayor honorario S. M. don Juan Carlos I. La COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN consiguió el título de Real gracias a las gestiones del ilustre giennense don Alonso Coello de Portugal, distinción otorgada por S. M. don Alfonso XIII en 10 de abril de 1917. También la popular Infanta Isabel distinguió repetidamente a esta cofradía, pues en los años 1916 y 1917 regaló una onza de oro y un hermoso crucifijo, para que se sortearan con el fin de obtener fondos.

Modernamente, en 1971, se designó Hermano Mayor honorario a don Juan Carlos de Borbón, entonces Príncipe de España y actualmente Rey. La COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA BUENA MUERTE obtuvo el título de Real por concesión de don Alfonso XIII, en abril de 1927.

Recientemente, la COFRADÍA DE LA ENTRADA DE JESÚS EN JERUSALÉN, en 27 de febrero de 1976, designó Hermano Mayor honorario a S.A.R. el Príncipe de Asturias don Felipe de Borbón.

La COFRADÍA DEL SANTÍSIMO CRISTO DE LA EXPIRACIÓN consiguió el título de Real gracias a las gestiones del ilustre giennense don Alonso Coello de Portugal, distinción otorgada por S. M. don Alfonso XIII en 10 de abril de 1917.

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Editorial

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Colaboraciones 11 setentaytres Expiraciรณn

Colaboraciones

ORACIÓN POR LA MISIÓN Señor Jesús, Maestro bueno, queremos ser tus discípulos misioneros.

Por eso te pedimos que renueves en nosotros la gracia del Bautismo y fortalezcas nuestra fe y caridad en la Eucaristía.

Muéstranos el rostro misericordioso del Padre, y haz crecer en nuestros corazones la alegría del Evangelio.

Haznos, por tu Espíritu, activos animadores de la Misión Diocesana, en la que nos proponemos ofrecer a todos el mensaje gozoso del Evangelio, el amor entrañable del Padre y la certeza salvífica de tu presencia.

Realiza en nuestra Diócesis de Jaén un nuevo Pentecostés, en el que, unidos en la oración con María tu madre, se repitan en cada una de nuestras comunidades, las maravillas de los comienzos de la predicación apostólica.

Amén.

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Las imágenes son una provocación amorosa de Dios

+ Amadeo Rodríguez Magro Obispo de Jaén

PARA REFLEXIONAR EN UNA SEMANA SANTA MISIONERA

1. Hace un año escribí una larga carta pastoral, con motivo de las procesiones de Semana Santa, que llevaba por título: Las imágenes que contemplarán vuestros ojos. Con lo que en ella os decía -espero que la hayáis leído- intentaba ayudaros a un encuentro personal con Jesucristo y, por tanto, a fortalecer la fe desde la mirada a las queridas imágenes con las que, de un modo u otro, os encontraréis en los días santos en los que ellas desfilarán por nuestras calles. Como sabéis, muy bien, en nuestra Diócesis de Jaén afortunadamente las imágenes siempre desfilan, como se suele decir, “en olor de multitud”; siempre se encuentran con niños, jóvenes, adultos y ancianos que las miran con ojos de respeto y estoy seguro de que muchos también con ojos de fe. Cada procesión reúne en torno a sus imágenes muchos que rezan. En realidad, rezar es nuestra forma de relación con Jesús y, como sabéis muy bien, las imágenes son vehículo para la oración y la imitación.

2. Si hay oración, hay una relación entre quien habla y quien escucha y, sobre todo, hay una provocación de quien tiene mucho que decir y ofrecer a todos los seres humanos. Si no fuera por ese más que posible encuentro entre el misterio y las almas que sienten que Alguien les toca con su gracia, no merecería la pena nada de lo que hacemos, por muy bello y estético que fuera cuanto hacemos. Si no llevamos en el corazón la profunda convicción de que las procesiones están al servicio de la fe, perdonadme que os diga, pero serían solamente un puro teatro, aunque fuera bello y digno.

3. Toda manifestación pública de lo religioso expone, representa y embellece por la fe la vida del hombre. Las imágenes, como decía Pablo VI, recogen lo que los artistas que las concibieron y esculpieron o pintaron “recibieron del cielo como un tesoro y lo revistieron de palabras, de colores, de formas para hacerlo accesibles a todos”. Como escribió el Cardenal Joseph Ratzinger: “Los artissetentaytres Expiración

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Colaboraciones Editorial

tas de cada tiempo han ofrecido a la contemplación y el asombro de los fieles los hechos salientes del misterio de la salvación, presentándolos en el esplendor del color y en la perfección de la belleza”.

4. Por eso las imágenes salen a evangelizar, salen a acercarnos, a decirnos la buena noticia del cielo, salen a provocar la alegría del encuentro con Jesucristo. Y eso, antes de salir a la calle, tiene que suceder en la vida cotidiana de la Iglesia, en la que celebran y viven las comunidades cristianas, a las que pertenecen aquellos que fomentan en ellas la devoción a esas veneradísimas imágenes.

5. Las imágenes son transparencia del Evangelio y, sobre todo, de un Evangelio vivido. Como yo mismo os decía en la carta pastoral a la que he comenzado aludiendo: Las imágenes están, por tanto, al servicio de la Palabra revelada de Dios, que siempre es cercana y familiar, como también lo es por las imágenes que la muestran. Palabra de Dios e imagen se iluminan mutuamente. Por eso, puede decirse que en la piedad popular «el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo». La piedad popular es una verdadera expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de Dios. Se trata de una realidad en permanente desarrollo. No dudemos nunca de que en esas multitudes que se mueven en torno a nuestras imágenes cuando salen en procesión “aparece el alma de los pueblos”.

Ese es su verdadero valor y tesoro. Las imágenes son, por tanto, una forma de predicación evangélica.

6. En este año, hemos de saber situar nuestra Semana Santa en la Misión Diocesana en la que todos estamos implicados. Nada de lo que hagamos, ni el más mínimo detalle, ha de estar al margen de cuanto queremos hacer y decir para anunciar a todos la alegría del encuentro con Jesucristo.

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Por eso, en cada una de las parroquias, tanto en los ritos celebrativos como en los desfiles procesionales, se ha de saber recoger y manifestar, con algún signo, que estamos en Misión. Yo recomendaría que cada procesión llevara alguna reproducción de la Cruz de la Misión o algún otro detalle que manifieste que Jaén está en Misión. La piedad popular, tal y como se vive en Jaén, representa muy bien, como dice el Papa Francisco, el proyecto de una Iglesia en salida. La piedad popular conlleva “la gracia de la gracia de ser misioneros, de salir de sí y de peregrinar” (EG 124).

7. Las Hermandades y Cofradías tenéis, por tanto, en este año un precioso reto en la Iglesia Diocesana, en la que nacéis y vivís: el de expresar de corazón que sois discípulos misioneros. De ahí que sea necesario que os recuerde que las imágenes evangelizan, sobre todo por el testimonio explícito de quienes tienen la misión eclesial de cuidarlas y exponerlas. No se evangeliza sólo por cuidar imágenes, hay que evangelizar por “atracción”. Sólo nuestra fe y nuestra vida cristiana le pueden dar fuerza y verdad a las imágenes que acompañamos por nuestras calles y plazas. En este Año Misionero el Obispo recomienda a todos los cofrades hacer el cumplimiento pascual, ese será nuestro mejor modo de caminar hacia la Pascua.

Preparados así os animo también a todos a que participéis en la bella y rica liturgia de Semana Santa y, en especial, en la Vigilia Pascual. Os invito, por tanto, a participar sacramentalmente en la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Como recuerda el Santo Padre: “cada año, a través de la Madre Iglesia, Dios «concede a sus hijos anhelar, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que [...] por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a

Las imágenes son transparencia del Evangelio y, sobre todo, de un Evangelio vivido. Como yo mismo os decía en la carta pastoral a la que he comenzado aludiendo: Las imágenes están, por tanto, al servicio de la Palabra revelada de Dios, que siempre es cercana y familiar, como también lo es por las imágenes que la muestran. Palabra de Dios e imagen se iluminan mutuamente. Por eso, puede decirse que en la piedad popular «el pueblo se evangeliza continuamente a sí mismo». La piedad popular es una verdadera expresión de la acción misionera espontánea del Pueblo de Dios. Se trata de una realidad en permanente desarrollo. No dudemos nunca de que en esas multitudes que se mueven en torno a nuestras imágenes cuando salen en procesión “aparece el alma de los pueblos”. Ese es su verdadero valor y tesoro. Las imágenes son, por tanto, una forma de predicación evangélica.

ser con plenitud hijos de Dios» (Prefacio I de Cuaresma).

8. Para hacer explícito en cada cofrade que se siente en misión recomiendo a las Juntas de Gobierno de nuestras Hermandades, Cofradías y Grupos parroquiales que al comenzar los desfiles procesionales en todas las parroquias de la Diócesis se rece la oración por la misión. Como seguramente no habrá ejemplares para todos, animo a que hagáis una estampa con vuestra imagen más representativa y, por detrás pongáis la oración por la misión. Me gustaría tenerlas todas, así que os pido el detalle de enviármelas.

9. No quiero dejar de incluir en esta reflexión la conclusión del mensaje que el Santo Padre nos ha dirigido para esta Cuaresma de 2019: “No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable. Pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión. Abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales. Así ́, acogiendo en lo concreto de nuestra vida la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, atraeremos su fuerza transformadora también sobre la creación. “

9. Sería también una grave omisión si no os recordara que la Diócesis del Santo Reino, en su Catedral de Jaén, que fue diseñada y construida como su bello relicario, guarda un precioso tesoro de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, el Santo Rostro que se plasmó en el gesto de amor y misericordia que La Verónica hizo en nombre de todos cuanto le amamos y le damos gracias por su Redención, para aliviarle con una paño suave y solidario el sudor del sufrimiento. Por eso, como un gesto misionero también os animo a acercaros al Santo Rostro de Cristo a hacer una oración de conversión, fe y compromiso misionero. Cuando miramos el Santo Rostro de Cristo, reconocemos que Dios tiene rostro, que se vuelve hacia nosotros como persona. Por eso, desde lo más hondo de nuestro corazón digámosle a Jesús en esa bendita imagen, que es para el bien de nuestra fe un precioso legado: “Déjame ver tu rostro”.

Queridos todos: “Que el Señor os bendiga y os guarde, el Señor haga brillar su rostro sobre vosotros y os conceda su favor. El Señor os muestre su rostro y os dé la paz” (Nm 6, 23-26).

Con mi afecto y bendición.

Jaén, Año de la Misión, 2019

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Editorial

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Colaboraciones Sergio Ramírez Pareja Académico de Número de la Bibliográfica-Mariana Virgen de la Capilla

La Guardia Civil en su 175º aniversario: fiel escolta del Crucificado de la Expiración

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on motivo del 175º aniversario de fundación de la Guardia Civil Española, hemos creído oportuno realizar un somero estudio de su relación con la Real Cofradía de la Expiración. Comenzaremos por el origen de la Benemérita y su entrada en nuestra ciudad, para seguir por su participación en el cortejo expiracionista a lo largo de los años y concluir con aquel General de División extremeño, que profesó especial devoción al crucificado de la Expiración. Sirva este artículo como sencillo homenaje a los guardias civiles cuyo deber diario es velar por nuestra seguridad.

La fundación de la Guardia Civil y su llegada a Jaén Analizar el contexto histórico en el que se creó la Guardia Civil Española, nos sitúa en la España de 1844. Isabel II era la reina, sucediendo a su padre Fernando VII fallecido en 1833.

La menor tan sólo contaba con tres años, por lo que hubo que designar como regente a su madre Doña María Cristina, hasta que la niña cumpliese la mayoría de edad. La regencia se interrumpió siete años después, al nombrar regente al General Baldomero Espartero, tras la aprobación por las Cortes en 1841. Fugaz fue su paso por la regencia, pues en 1843 ante la hostilidad de las Cortes y el pronunciamiento militar de los generales Narváez y Serrano, abandonó Madrid camino de Londres.

Ante las eventualidades surgidas con las regencias, el Gobierno determinó plantear a las Cortes declarar la mayoría de edad de Isabel II. Tras varias sesiones las Cortes aprobaron con amplia mayoría de votos, que fuese declarada mayor de edad, el 8 de noviembre de 1843. La reina, de trece años, juró la Constitución el 10 de noviembre de 1843 y encargó la

Escolta de la Guardia Civil con tricornio de etiqueta, 1920

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Editorial Duque de Ahumada, fundador de la Guardia Civil, 1892

formación de Gobierno primero a Don Salustiano Olozaga y tras ser derrocado designó a González Bravo.1 En enero de 1844, González Bravo propuso la creación de una fuerza de orden público. Por Real Decreto de 26 de enero de 1844, anunció la organización de un servicio de protección y seguridad pública a cargo del Ministerio de la Gobernación de la Península. El día 28 de marzo apareció un Real Decreto en el cual se hacía referencia a ese cuerpo especial de infantería y caballería, que dependería del Ministerio anteriormente referido, y que tendría la denominación de Guardias Civiles.

Entre ambos decretos fundacionales debemos hacer especial mención al decreto de 12 de abril de 1844, por el que se nombra al Mariscal de Campo Don Francisco Javier Girón y Ezpeleta de las Casas y Enrile, V Marques de las Amarillas y II Duque de Ahumada, como organizador de la Institución, otorgándole las facultades de poder proponer cuantas medidas y sugerencias fuesen oportunas para la más rápida creación del Cuerpo.

El informe que presentó el Duque de Ahumada al General Narváez fue determinante para la derogación de los decretos de 26 de enero y 28 de marzo. Por ello, se promulgó un nuevo Real Decreto con fecha 13 de mayo que consistió en el verdadero y definitivo decreto fundacional del nuevo cuerpo de la Guardia Civil. Dicho Cuerpo quedó constituido en su fase inicial por 14 jefes, 232 oficiales y 5.769 guardias, distribuidos en 14 tercios.2 El Gobierno premió el celo e inteligencia del Duque de Ahumada en la organización del cuerpo, y el 1 de septiembre de 1844, lo nombra Inspec1 Serrano Medina, A. (2011), Apuntes para la historia de la Guardia Civil de Jaén (1844-2011), Jaén, Literalia, pp. 11-14.

2 Martínez Viqueira, E. (2010), Atlas ilustrado de la Guardia Civil, Madrid, Susaeta, pp. 14-19.

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tor General del Cuerpo de Guardias Civiles. El 1 de septiembre de ese año, tuvo lugar en la capital de España el primer desfile de la Guardia Civil en el que participaron 1500 guardias de Infantería y 370 de Caballería, siendo revistados por Narváez y las jerarquías más altas de nuestra milicia.

La distribución comienza en el Tercio de Madrid por la R.O. de 20 de octubre de 1844, siguiendo de forma progresiva los restantes, destinando al Tercio Nº7 Granada, un jefe, catorce oficiales, y doscientos sesenta y siete hombres, plantilla inicial del mismo. El 13 de octubre salieron de Leganés y Vicálvaro para encontrarse el día 30 en la Zubia (Granada), donde permanecieron hasta el 12 de diciembre, fecha en que pasan a Granada, al cuartel de la Victoria. El 7º Tercio estaba formado por tres compañías de infantería y un escuadrón para prestar el servicio en las provincias de Málaga, Almería, Granada y Jaén.

El 21 de diciembre el capitán Juan Correa y Burgos y el Teniente José Morales, se dirigieron a Jaén con dos secciones de infantería y una sección de caballería. La fuerza del Tercio no prestó servicio durante lo que quedaba de 1844, pues su distribución total no se llevó a efecto hasta el año siguiente.

En 1844 la única fuerza militar que se encontraba establecida en la ciudad, era la unidad de infantería que tenía como cuartel, el extinto convento de San Agustín, sito entre las plazas de San Antonio y la de su propio nombre. No se sabe con certeza si este cuartel fue utilizado en los inicios de la Guardia Civil en Jaén.

Sobre los acuartelamientos de la Benemérita en la ciudad de Jaén hay que reseñar que, en el año 1862 se instala la Guardia Civil en el desaparecido Convento de San José de las PP. Carmelitas Descal-

zos3, hasta que en 1924, se trasladaron a otro emplazamiento.

En 1919, se presentó una moción en el pleno del Ayuntamiento sobre el cuartel para la Guardia Civil de Caballería, siendo aprobada. La fuerza integrada, por cuarenta guardias, fueron hospedados eventualmente entre el edificio del Pósito y los bajos del Ayuntamiento.

En 1920, el Ayuntamiento decidió poner a disposición de la Guardia Civil el Cuartel de la Remonta, ubicado en la calle Roldán y Marín, para establecer la Comandancia de Caballería del Cuerpo.

En 1925 se adquiere a instancias del Ayuntamiento la casa que habían habitado las Hermanitas de los Pobres, en la calle Pilar de la Imprenta, para cuartel de la Guardia Civil de Infantería del 23 Tercio. Igualmente en este año se acuerda solucionar el problema de los acuartelamientos de forma definitiva, aprobando para ello las reformas y ampliación del Cuartel de la Remonta, con la finalidad de unificar a todos guardias que residían en la ciudad.

En 1926, la Guardia Civil ya se encontraba establecida únicamente en el edificio de Roldán y Marín nº9. Este edificio fue abandonado por los guardias civiles al poco tiempo de iniciarse la contienda civil.4 Finalizada la guerra, el edificio es de nuevo ocupado hasta que en 1950, comienzan las obras del nuevo cuartel. El 28 de abril de 1958, se celebró un homenaje a la Guardia Civil, en la Plaza de Santa María, promovido por la Agrupación de Cofradías.

El acto consistió en la entrega de forma solemne de una bandera de España, precediendo a dicha 3 AA.VV. (2005): Nuestro Padre Jesús Nazareno, Leyenda, historia y realidad de la imagen y su Cofradía, Jaén, Diario Jaén, S.A., p.42.

4 Serrano Medina, A. (2011), Apuntes para la historia de la Guardia Civil de Jaén (1844-2011), Jaén, Literalia, pp. 83-86. setentaytres Expiración

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Editorial

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Piquete de la Guardia Civil escoltando el trono, años 60

ofrenda una Eucaristía en un bello altar-plataforma construido con motivo del homenaje castrense.

La plaza se encontraba flanqueada por una escuadra de gastadores, banda de música y una compañía de fusiles del Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro (Madrid), así como una compañía de veteranos de la 205 Comandancia. La máxima representación militar fue ostentada por el Teniente General Eduardo Sáenz de Buruaga y Polanco, Director General del Cuerpo. Al término del acto militar se procedió a la bendición e inauguración oficial del nuevo Cuartel de la Avenida del Ejército Español nº12.5 La Guardia Civil en la procesión del Cristo de la Expiración El 26 de marzo de 1893 los Congregados Romanos comunicaron que habían determinado no acudir a la procesión del Cristo de la Expiración por la coincidencia con otras cofradías, y tener escasa diferencia de tiempo entre el desfile procesional de la parroquia de San Bartolomé y la procesión oficial del Santo Entierro. La Cofradía de la Expiración expresó su malestar y decidió suprimirlos de la misma como tales cofrades, por el mero hecho de ser soldados romanos. Pero antes de este problema con los romanos, el gobierno de la Expiración ya decidió en 1891 pedir consentimiento para que en la procesión participara un piquete de la Guardia Civil de Caballería y de Infantería, con el fin de impedir que por carencia de esta fuerza pudiera acaecer algún suceso desagradable. La participación de la Guardia Civil en la procesión incomodó a los Soldados Romanos, que se valoraban autosuficientes para mantener el orden durante el 5 López Pérez M. (2016), “Beneméritos y Cofrades. La Guardia Civil y las Cofradías de Jaén”, Revista Pasión y Gloria nº 33, Agrupación de Cofradías y Hermandades de la ciudad de Jaén, pp.140-145.

itinerario, los cuales sugestionaron al gobierno de la Cofradía para que no solicitara la participación de la Guardia Civil en la procesión.

Durante 1920-1921 la Real Cofradía acudía de nuevo a la Guardia Civil para que un piquete de caballería abriese marcha en el cortejo y otros números diesen fiel escolta al Santísimo Cristo y a la Virgen de los Dolores.

En 1927 se decidió que la procesión se celebrase el 14 de abril, Jueves Santo, a las cinco de la tarde, y que recorriese la calle de los Coches haciendo estación en la Catedral, y desde allí, por la calle Maestra y Coches, a su iglesia, con lo que se eliminó el tránsito por la calle Madre de Dios y Maestra Alta a la Cárcel, retornando por Martínez Molina.

Participaron en ella los Soldados Romanos de caballería e infantería, escoltas de la Guardia Civil y el acompañamiento castrense que había solicitado la Hermandad del Stmo. Cristo de la Buena Muerte para su primera salida procesional. Esta nueva Hermandad cedió todo el acompañamiento de forma gratuita y fueron:6 la banda del Regimiento de Infantería León 38, de guarnición en Madrid, la Banda de cornetas y tambores del 23º Tercio de la Guardia Civil con sede en Jaén, la del Regimiento de Artillería de Córdoba y un piquete del Regimiento de Caballería “Lanceros de María Cristina” número 27, cuerpo creado en 17 de enero de 1885, que a la sazón se encontraba de guarnición en Aranjuez.7 El esplendor alcanzado por la Cofradía del Stmo. Cristo de la Buena Muerte, y los elementos y músicas militares que participaban en su proce6 Ortega Sagrista, R. (1988): Expiración, Cien años de una Cofradía, Jaén, Real Cofradía del Cristo de la Expiración, pp. 53-54; 74 y 90.

7 AA.VV. (2006): Buena Muerte: Una historia de Gloria y Pasión (17262006), Jaén, Real Hermandad Sacramental del Santísimo Cristo de la Buena Muerte…, pp. 132-134. setentaytres Expiración

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Colaboraciones

sión, influyeron también en beneficio de la del Cristo de la Expiración debido a la buena camaradería que mantenían los gobernadores de ambas corporaciones, Don Ildefonso Quesada y Don Manuel Cañones. El Gobernador de la Hermandad de la Buena Muerte posibilitó desde 1928 que el acompañamiento militar que asistía a Jaén para desfilar el Miércoles Santo, se quedara para participar el Jueves Santo en la procesión del Cristo de la Expiración. En 1928 se unieron a esta última Batidores y cornetas de la Guardia Civil; soldados Romanos de caballería, Batidores y clarines de Húsares de la Princesa; Romanos de Infantería; Cornetas, tambores y patrulla de los Exploradores de España; cornetas, tambores y banda militar del Regimiento de León; cornetas y piquete de la Guardia Civil de Infantería.

En 1929 participó en la procesión el siguiente acompañamiento:8 Abrían marcha batidores y trompetas de la Guardia Civil de Madrid; los clarines a caballo de la Congregación de Soldados Romanos; Batidores y trompetas del regimiento de Caballería Húsares de la Princesa, número 19. Detrás del trono de San Juan, Banda de cornetas y tambores de la Guardia Civil. A continuación del paso del Stmo. Cristo, los Soldados Romanos de infantería con su banda de cornetas. Y cerrando la procesión, la Banda y Música del Regimiento de Infantería León 38, de Madrid. Las fuerzas de la Guardia Civil pertenecían a los Tercios 14º y 27º y al Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro.9 En 1930, el orden de formación fue similar: Batidores de la Guardia Civil; Batidores y trompetas 8 Ortega Sagrista, R. (1988): Expiración, Cien años de una Cofradía, Jaén, Real Cofradía del Cristo de la Expiración, p. 101.

9 AA.VV. (2006): Buena Muerte: Una historia de Gloria y Pasión (17262006), Jaén, Real Hdad. Sacramental del Stmo. Cristo de la Buena Muerte…, pp. 170-172.

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del Regimiento de Cazadores de Caballería de María Cristina. Detrás del Cristo la Banda de Cornetas y tambores y Sección de infantería de los Soldados Romanos. Al final de la procesión, la Escuadra, banda de cornetas y tambores y Compañía de Infantería del Regimiento de la Reina.

Como agradecimiento por las facilidades que dio siempre don Manuel Cañones Quesada para que la Cofradía de la Expiración pudiese beneficiarse de los elementos y bandas de música que contrataba la del Cristo de la Buena Muerte, fue nombrado Cofrade de Honor por acuerdo del cabildo de 24 de febrero de 1929.

Con la llegada de la II República no acudían fuerzas de orden público a la puerta de la iglesia.

El Jueves Santo, 10 de abril de 1941, salió la procesión a las seis y media de la tarde con escoltas de la Guardia Civil en el trono del crucificado y de cadetes para el trono de la Virgen. Durante el franquismo, con mucha frecuencia los pasos eran escoltados por números de la Benemérita, en concreto de 1948 a 1960. En 1948, al pasar el Cristo por San Ildefonso dio frente a la Guardia Civil, que iba a salir con la Vera Cruz, la cual le rindió honores.

Siguió la tradición de formar una presidencia de autoridades y personas distinguidas delante del trono del Santísimo Cristo, como eran los Gobernadores Honorarios; el coronel Nogueras y otros Jefes de la Guardia Civil y del Ejército representando al Gobernador Militar. En el periodo de los años sesenta disminuyó el acompañamiento castrense, aunque perduró durante la década de los setenta para finalmente desaparecer como tal la escolta de la Guardia Civil allá por los ochenta.10 10 Ortega Sagrista, R. (1988): Expiración, Cien años de una Cofradía, Jaén, Real Cofradía del Cristo de la Expiración, p. 102; p.106; p.120; p.149; p. 166.

Escolta de la Guardia Civil con armas a la funerala, anĚƒos 40

Recorte del Diario Jaén, 30 de marzo de 1956

Un General de la Guardia Civil, devoto del Crucificado de la Expiración Luis Marzal Albarrán nació en Extremadura el 13 de agosto de 1897, siendo hijo de Juan Marzal Martínez y Carmen Albarrán Ramos-Izquierdo.

Decidido vocacional y familiarmente por la carrera de las armas, ingresó en la Academia de Infantería (Toledo) el 28 de agosto de 1912 permaneciendo en la misma hasta diciembre de 1915. En 1916 se inicia su fructífera carrera militar que transcurrió precisamente en su tierra natal, concretamente en el Regimiento de Castilla nº16 donde ascendió al puesto de 1º Teniente en 1917, y un año después Teniente de Infantería. En 1919 ingresa en el Cuerpo de la Guardia Civil, estando destinado en la Comandancia de Ciudad Real y en la de Caballería de Badajoz. El 24 de septiembre de 1920 contrajo matrimonio con Dª María de las Mercedes Albarrán Pérez. En 1928 es destinado a la 5º Compañía de Villacarrillo, de la Comandancia de Jaén, del 23º Tercio, y permanece tan solo unos meses. En 1931 se hace constar por decreto de 22 de abril D.O. nº 90, la promesa de adhesión y fidelidad que el capitán Marzal prestó a la II República Española.

El 27 de junio de 1934 el diario oficial de la República, la Gaceta de Madrid (ejemplar que se encuentra intacto en los fondos de la Academia Bibliográfica-Mariana Virgen de la Capilla) hace mención de la concesión de la Cruz del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo rojo sin pensión (cruz donada al Cristo de la Expiración en 1956), por los méritos contraídos por su brillante actuación durante los sucesos desarrollados en Villanueva de la Serena (Badajoz), durante los días 10 y 11 de diciembre de 1933.11 En la citada localidad, se instauró el comunismo libertario durante escasas 24 Expiración setentaytres

11 Serrano Medina, A. (2014), Jefes de Comandancia de la Guardia Civil de Jaén, Jaén, Diputación Provincial de Jaén, pp. 180-187.

Escolta de la Guardia Civil con uniforme rural en la procesión del Cristo de la Expiración, años 40

veinticuatro horas, siendo la rebelión comandada por el sargento Pío Sopena acompañado por un grupo de militares. La guerra civil le sorprendió como Plana Mayor de la Comandancia de Cáceres.

Los últimos días de julio de 1936 protagonizó una audaz intervención, pasando con sus fuerzas al campo nacionalista en Cáceres. En 1937 asciende a Comandante. Durante la guerra civil es destinado a Badajoz y Huelva.

El 11 de abril 1941 llegó a Jaén, para incorporarse como Teniente Coronel de la 218 Comandancia de la Guardia Civil. Desde 1943 estuvo íntimamente unido a la Congregación de la Vera Cruz, por el nombramiento como Hermano Mayor Honorario de la Santísima Virgen de los Dolores al Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil.12 El 17 de julio de 1952 ascendió a Coronel, dejando la 205 Comandancia de Jaén y pasando a mandar el 5º Tercio, que tenía su cabecera en Córdoba. Después, en 18 de marzo de 1955 ascendió a General de Brigada y pasó a mandar la 3º Zona del Cuerpo (Zaragoza).

Tras conocerse el ascenso a General de Don Luis, reunida la junta de gobierno de la Real Cofradía bajo la presidencia del Sr. Gobernador D. Cándido de Nogales, se propuso constara en acta la satisfacción de todos por el ascenso a general y se decidió ofrecerle un obsequio, encargando la gestión del mismo al Sr. Gobernador.13 La cofradía le tributó un afectuoso homenaje en la mañana del 7 de abril de 1955 haciéndole entrega de unas espuelas doradas y un precioso cuadro del Cristo de la Expiración, que en 1949 había pintado Rufino Martos. El acto tuvo lugar en la sacristía de San Bartolomé en 12 Ruiz Torres, M.R. (2010), La Vera Cruz de Jaén: Cuatrocientos sesenta y nueve años de una cofradía, Primitiva, Pontificia y Real Congregación del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz…, p.117.

13 Archivo de la Real Cofradía del Cristo de la Expiración. Libro de actas, 1955. setentaytres Expiración

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El General Marzal pasando revista en el patio de la Comandancia de JaeĚ n, 1958.

Entrega de espuelas al General Marzal, 7 de abril de 1955.

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Estampa de la Virgen del Pilar con motivo de su XIX Centenario

presencia de la Junta de Gobierno y del coadjutor Don Rafael Serrano Pardo. Un año más tarde pasó a la 5º Zona en Valencia. Las inclemencias del tiempo del Jueves Santo, 29 de marzo de 1956, impidieron que desfilara el Cristo de la Expiración, aunque finalmente lo hizo en Sábado Santo. El día del amor fraterno, a las once de la mañana, se congregaron en la parroquia de San Bartolomé muchos cofrades y devotos del Cristo, así como amistades y representaciones distinguidas para asistir al ofrecimiento y entrega del Excmo. Señor D. Luis Marzal Albarrán, general de la Guardia Civil, de la Cruz del Mérito Militar, con distintivo rojo, al Santísimo Cristo de la Expiración. El General dedicó palabras afervoradas, hondas y sencillas al Cristo de la Expiración; imagen por la que sintió profunda devoción, junto a la Santísima Virgen de los Dolores, de la Congregación de la Vera-Cruz, y a Nuestra Señora de la Cabeza, Patrona de Andújar y de la Diócesis, a la que ofrendó su bastón de mando. En 1958 se le promovió al empleo de General de División y Subdirecsetentaytres Expiración

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Escolta de la Guardia Civil en la procesión de la Buena Muerte, años 40.

tor General de la Guardia Civil, cargo que desempeñó del 19 de diciembre de 1958 al 23 de septiembre de 1961. Falleció en Madrid el 27 de mayo de 1973.14 A modo de conclusión he de reseñar un detalle más entre la relación de la Guardia Civil y el crucificado de la Expiración, que en este caso tiene que ver con la sede canónica. La Patrona de la Benemérita desde el 8 de febrero de 1913, Nuestra Señora del Pilar, se veneraba en la iglesia de San Bartolomé y en un altar situado en la nave de la Epístola.

Tras las reformas emprendidas por el Concilio Vaticano II fue retirada y guardada en la sacristía sin que en la actualidad se conozca su paradero. Des-

tacables son la crónica de 1940 en la que nos narra la celebración del XIX Centenario del Pilar en Jaén.

En la iglesia de San Bartolomé se celebró con ocasión de tan magna efeméride, un solemne triduo con misa de comunión general y otros cultos.15 En el 175º aniversario de la Guardia Civil, oremos para que el Stmo. Cristo de la Expiración proteja por siempre al Benemérito Cuerpo, en gratitud de su fiel escolta iniciada en 1891 y de manera particular bendiga en su labor como guardia civil, a aquel cofrade expiracionista que en septiembre del pasado año, antes de decidirse su futuro militar en Valdemoro, oró ante las divinas plantas de “su” Cristo en la capilla de San Bartolomé. Deo gratias.

14 López Pérez, M. (2000), “D. Luis Marzal Albarrán (1897-1973)” Boletín Expiración nº65, Jáen, Real Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima de las Siete Palabras y San Juan Evangelista, pp. 20-21.

15 Gutiérrez Lasanta, F. (1981), Historia de la Virgen del Pilar: La Virgen del Pilar en las diócesis españolas, Tomo IX, Zaragoza, Grafistudio, pp. 740-743.

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Piquete de la Guardia Civil con tricornio de etiqueta, años 60.

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Ramón Guixá Tobar

El tiempo en sus manos Eternas pasiones “Todo lo que se llama estudiar, conocer y aprender no es otra cosa que recordar”, dijo Platón —en boca de un Sócrates que aguardaba la muerte—, en su diálogo Fedón, o sobre el alma. Y recordar es volver a vivir. Por eso al recibir, de manos digitales de Antonio Jesús Morago, unas fotografías antiguas de la cofradía, he indagado sus perfiles con ansiosa calma, para aprender recordando; he dotado de certeza a lo no vivido, y, quizá también, y sobre todo, he soñado. Son de épocas diversas, pero todas ellas rebosan sabor jaenero y patente enjundia. En estas imágenes existe una realidad tan evanescente y mistérica que llega a ser más real que la propia realidad. Tienen vida propia.

Aunque, como decía Carl Jung: “Todo depende de cómo veamos las cosas y no de como sean en realidad”. Además, no me canso de revisarlas, una y otra vez, porque representan distintas formas expresivas de la fe popular expiracionista.

Demuestran, una vez más, que la Semana Santa es siempre igual, pero siempre distinta, pues en sus manifestaciones callejeras laten múltiples universos, y la fotografía atrapa la magia inexpresable del momento; por tanto, surge cada año una chispa nueva cuyo brillo nos hace pensar que se trata de un instante distinto e irrepetible. De ahí su fuerza.

En todas las imágenes yace la impronta personalísima de esta corporación cofrade con ciento treinta un años de existencia como cofradía de pasión. Las fotografías, aunque alguna de ellas no posean demasiada calidad, tienen el regusto de lo auténtico, de lo ya vivido. De ellas trasciende la religiosidad de una ciudad en torno a los acontecimientos de la pasión de Cristo en su misterio de muerte de cruz, o del dolor de la madre testigo principal de los acontecimientos.

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La primera de la serie —las he ordenado por épocas en sentido temporal creciente—, habla de devociones de un pueblo sobrio, de un sol justiciero, de un trayecto adoquinado que, la verdad, cuesta trabajo reconocer — quizá el principio de la calle Ancha, pues creo adivinar, al fondo, el palacio de los Cobaleda Nicuesa—, cuya estrechez apenas acoge al delicado crucifijo. Puede ser la más antigua de la miscelánea de imágenes comentadas. Podría tratarse de la primera decena del siglo XX, cuando la procesión se unía, en los años pares, a la Congregación del Santo Sepulcro para hacer un recorrido común. Lo creo así por la propia antigüedad de la instantánea, además de la presencia de un nazareno sanjuanista en el cortejo, que no parece sea un miembro de representación de la citada corporación, sino más bien un fiscal de orden de la comitiva. Los fieles se arraciman en los balcones y muchos nazarenos llevan arremangado sobre la frente el caperuz, supongo que para protegerse del calor, o como expresión de un uso consuetudinario que tanto trabajo ha costado erradicar de nuestra Semana Santa. setentaytres Expiración

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En la segunda de esta fotografías puede verse el paso del Cristo girando hacia la calle Colón, el Viernes Santo, dos de abril de 1920. Tras salir años atrás el Jueves Santo, la Junta de Gobierno decidió volver a procesionar el día de la muerte del Señor. El Cristo va todav í a s o b r e e l “c a r r o ” —como se llamaron en Jaén a los pasos procesionales en los viejos tiempos— fundacional. Se abate desde las alturas un sol inclemente, lo que habla de una hora temprana, casi de luz cenital.

En aquellos años la procesión salía a las tres de la tarde, pero muchos años lo hizo a las dos y media, e incluso a la una, poco después del mediodía. Alumbran las jaeneras tras el paso vestidas de negro, con velos como toquillas sobre la cabeza pese a los rigores solares.

Se trata del pueblo humilde unido al cortejo expirante. Copa la multitud ese tránsito tan sabroso y tradicional del itinerario de nuestra hermandad, en un giro que cada año hace florecer lirios de 32 Expiración setentaytres pasión, en el jardín de las entrañas, a cofrades y espectadores.

Altero el orden cronológico al presentar esta nueva fotografía, para conseguir una mejor maquetación de este artículo. Esta curiosa instantánea está tomada en un enclave de la Plaza de san Ildefonso. Se observa la joyería de J.J. Ramírez que hacía esquina con Ignacio Figueroa, y Tejidos de la Casa, establecimiento de la citada calle. Un grupo de carialegres nazarenos posa para el fotógrafo.

Caperuz en las alturas, lucen su túnica con escu-

do y cordón, nazareno y oro, rematado en borla, además de la mejor de sus sonrisas. Es una imagen para el recuerdo en un tiempo en que esto era habitual en nuestro mundo cofrade, como una seña de identidad propia. Buen trabajo ha costado erradicar estos hábitos de la Semana Santa jaenera. Pese a todo es entrañable la imagen, reflejo de unos usos y costumbres muy nuestros. Eran los primeros años cincuenta…

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Nuestra hermandad salía de madrugada para incorporarse a dicho cortejo, para volver a su templo —al recluirse en La Merced la cofradía de Jesús de los Descalzos—, por Madre de Dios y Martínez Molina.

Pero es tan solo una intuición que no puedo confirmar. El trono del crucificado, escoltado por guardia civiles vestidos de gala —lo hicieron en esos dos años, lo que resulta otra prueba más de mi pálpito—, es el “carro” que se hizo para procesionar la imagen desde la fundación de la Cofradía

En esta fotografía vemos regresar al Cristo expirante, por una empedrada calle Martínez Molina, para enfilar la angostura de la calleja de los Coches hasta su sede. Pudieran ser los años veinte, cuando se realizaba la salida a las tres de la tarde. Aunque creo adivinar, por la gran luminosidad —que entra del este y puede apreciarse en último plano—, que parece una hora más bien matutina. Si estuviera en lo cierto, se trataría de la vuelta del Señor de la Expiración, en 1921 o 1922, tras haber formado parte, en dichos años, de la comitiva de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Nuestra hermandad salía de madrugada para incorporarse a dicho cortejo, para volver a su templo —al recluirse en La Merced la cofradía de Jesús de los Descalzos—, por Madre de Dios y Martínez Molina. Pero es tan solo una intuición que no puedo confirmar. El trono del crucificado, escoltado por guardia civiles vestidos de gala —lo hicieron en esos dos años, lo que resulta otra prueba más de mi pálpito—, es el “carro” que se hizo para procesionar la imagen desde la fundación de la Cofradía; sencillo rectángulo pintado de blanco, con molduras doradas, muy parecido a los que poseían otras cofradías de la ciudad. Candelabros en las esquinas con cuatro tulipas blancas cada uno. Una niña cruza la calzada, de la mano paterna, con su elegante traje de marinerita y un coqueto lazo blanco en el pelo.

Marcha descalzo el limosnero agitando su bolsa petitoria. Los balcones están ocupados por un

abigarrado gentío que no quiere perderse ni un solo detalle de la comitiva. Eran tiempos en que esa zona de la ciudad resultaba un hervidero humano, pues se trataba de calles muy céntricas habitada cada una de sus casas por varias familias. Nazarenos añosos de digno porte y perfecta uniformidad, sostienen con sus manos enguantadas pequeñas velas de desigual tamaño y estado de consunción, ajustadas en el porta cirios. Siento un deseo profundo de unirme a sus filas al contemplar tan intenso pasaje procesional. Por eso recuerdo a Emilio Lara, el gran escritor jaenero, cuando en uno de sus deliciosos textos se pregunta: “…y las fotos de cofradías al ser esa perpetuación del instante hacen que los de ahora vivamos sensaciones de los de antes. ¿Cómo explicar si no que nos emocionemos viendo el paso de un Cristo, de nuestro Cristo, por la calle Maestra cuando aún faltaban cuarenta años para que naciésemos?...”

Un estremecimiento recorre mi cuerpo al contemplar esta estampa primorosa del Cristo expirante, al que nos parece haber acompañado en tan añeja ocasión. Podríamos ser cualquier penitente que observa al fotógrafo. Remirando la simpar escena, fijada en el tiempo, me parece que iba a su lado, iluminando su último suspiro, con el corazón ardiente de amor, por aquel Jaén entrañable, ya perdido, pero renacido en el recuerdo. setentaytres Expiración

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Llegamos a la década de los años cuarenta, tras la enorme desgracia histórica de nuestra guerra civil, en la que todos fuimos derrotados, y la pérdida de cofrades y enseres que sufrió la hermandad en aquel conflicto cruel, que ha dejado tan amargo poso en nuestra sociedad, del que algunos parece que no deseen liberarse jamás. Nos embarga la emoción ante tres nítidas instantáneas plenas de detalles. Observamos las dos primeras, obra de un fotógrafo de leyenda, el urgavonense José Ortega Sánchez. Nacido en 1917, hijo de Joaquín Ortega Jiménez, también fotógrafo que tenía estudio, tras la guerra civil, en la Carrera de Je36 Expiración setentaytres sús, posteriormente, en la calle Bernabé Soriano.

Recaló a Jaén en esa fecha para ayudar a su padre

en sus tareas profesionales. Pepe Ortega es una institución en la historia de nuestro Jaén desde el mismo día de su llegada. Contemplamos con emoción contenida su primera y espléndida fotografía.

El paso del Cristo lleva cuatro tulipas en las esquinas. Son los primeros años cuarenta, pues el trono es todavía, el del año 26. No es hasta 1947 cuando se estrena el nuevo, tallado en madera con dorados bruñidos y hornacinas para el apostolado que hiciera Prados López en Granada. Creo que es la procesión de 1942, año en que la Junta de Gobierno decidió salir a las tres y media, y cumplir el itinerario corto. Es decir, tras bajar la calle Ancha doblaría la comitiva por Ignacio Figueroa — la antigua Puentezuela—, suprimiendo el tra-

yecto de Arroyo y Tablerón. Si así no hubiera sido no podría haber llegado la comitiva al punto fotografiado, aunque el ritmo del cortejo en estos tiempos era vivo. De esta forma la vemos pasar a una hora temprana por la arteria central de la ciudad. Lo marca el reloj de la relojería La Hora.

Las sombras de los retratados indican un sol decadente despeñado hacia el suroeste en ese momento.

Son las cinco y veintidós horas cuando el gallardete del Cristo está a la altura del joven fotógrafo. Filas de alumbrantes, prietas, heterogéneas: adultos, jóvenes y hasta niños de ambos sexos, preceden a un escaso grupo de nazarenos acompañando el paso, sobre cuyo monte procesional se puede divisar una de las cuatro coro-

nas florales que circundaban su perímetro, costumbre ornamental, de los años veinte, que conforma una estética de pompas fúnebres, en palabras del recordado investigador de nuestra historia local, Isidoro Lara Martín-Portugués; tétrico ornato que todavía perduraba en estas fechas.

Las aceras son un latido jaenero. Un curioso y elegante espectador, con una pequeña cámara fotográfica entre sus manos, cruzadas en la espalda, contempla la llegada del séquito del Cristo expirante. Junto al gallardete del mismo, el encargado del cajón de las velas mira al fotógrafo. Es el día dos de abril, Jueves Santo, fecha entrañasetentaytres Expiración ble, fiesta religiosa compartida, masiva y cordialmente, por los jaeneros.

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En la fotografía compañera, el reloj marca las seis menos veinte de la tarde — podemos estimar, por tanto, la notable rapidez que lleva la comitiva blanquimorada—.

Vemos acercarse a la virgen que mira las alturas, imagen de escuela sevillana donada por la familia Domínguez.

Ardió accidentalmente la imagen, en su capilla, dos años antes, por una vela mal apagada, pero procesiona aún algunos jueves santos restañadas, con poca pericia, sus heridas. Es otro detalle que me hace reafirmar mi convencimiento de que se trata del citado año —la nueva dolorosa de Jacinto Higueras no cierra el cortejo hasta 1944, y el Jueves Santo de 1943 fue lluvioso—. La Señora marcha precedida por sus camareras vestidas de luto riguroso: rezan, piensan, hablan, sonríen, recuerdan…, mientras el fotógrafo que antes veíamos plantado en el centro de la calzada dispara ahora su cámara para obtener un plano corto del gesto espantado, aunque dulce, de la dolorosa que cruza frente a la “casa del estorbo”, posteriormente derruida para dar amplitud a la calle que conducía al mercado municipal. Un menudo y flamenco monaguillo, usando la castiza expresión jaenera, posa delante del paso, mientras el personaje, de caperuz levantado, mira hacia adelante con rostro ceñudo. Algo que no le gusta ronda su cabeza. Es propio de fabricanos que cierran la procesión siempre pendientes de ¿qué pasa más arriba…? El ambiente es inenarrable. Aceras repletas, banderas nacionales en muchos balcones, tiempo soleado y caluroso — “… y una nube de mosquitos acompañó el cortejo, los cuales se posaban sobre todo en las puntas de los caperuces…”—, como escribiría, donosa y literalmente, el insigne cronista Rafael Ortega y Sagrista comentando esa procesión de Jueves Santo de nuestro Jaén.

Confieso mi exaltación escribiendo los tres últimos párrafos. Lo he hecho oyendo, machaconamente, la marcha “Mater Mea”, de Ricardo Dorado, pues aun siendo de composición posterior al momento, su hondo patetismo cuadra admirablemente con estampa tan jaenera y emotiva. setentaytres Expiración

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Ante mí, la siguiente fotografía. Avanzan los años cuarenta, el señor expirante procesiona sobre el lindo trono que hiciera en Valencia en 1926, el escultor Francisco de Pablo.

No ha estrenado aún el de 1947, por tanto está tomada con anterioridad a esa fecha. La comitiva se abre camino entre la multitud congregada en la “Plaza Vieja”, nombre tradicional de nuestra plaza de san Francisco. Se observa un gentío engalanado, vestido de fiesta, pese a las estrecheces de tiempos difíciles, olvidando las dramáticas condiciones económicas que sufría el país tras la contienda. Pero el Jueves Santo en la ciudad era un día señalado, reluciente como el sol, como el Corpus Christi y el día de la Ascensión. La tarde es un hervidero de emociones. Niños escalando, como enredaderas humanas, las verjas del jardín de la Diputación, sede primera de nuestro Señor expirante, cuando en su solar se levantaba el viejo convento de san Francisco. Jaeneros sentados en los veladores del Bar Principal. Ondean en último plano los cascos metálicos de la Congregación de Soldados Romanos, fieles acompañantes de nuestro Cristo desde su fundación. Ambiente de día grande, hondo, en una sociedad todavía cristiana. Presidencia de la Hermandad con la autoridad religiosa, política y militar, amén de las representaciones de otras cofradías jaeneras — se observan la de Nuestro Padre Jesús, la Congregación del Santo Sepulcro o la Hermandad de la Buena Muerte, con la que tan buenas relaciones se han mantenido a lo largo de la historia—. Ya estaban estrenados los nuevos remates de la cruz, así como el INRI que lucieron por vez primera en 1942. El paso luce cuatro cirios delgados en las esquinas, lo que imposibilita que sea el año 1942 como en las anteriores. Por otra parte, tanto el 43, como el 44, las condiciones atmosféricas fueron muy duras hecho que no se refleja en esta fotografía, por lo que quedamos reducidos a 1945 o 1946. Marchan airosos los fieles nazarenos, con las velas a la cintura —al cuadril—, volviendo la vista atrás para que no pudiera borrarse de la memoria, ni un solo instante, la imagen prodigiosa que les robaba el alma: el Cristo expirante en torno a cuya devoción estaban congregados. Preceden sus pasos muy cercanos a Él, pues esta hermandad siempre ha otorgado a sus cofra40 Expiración setentaytres des más antiguos el inmenso honor de procesionar muy cerca de su cruz.

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La última de las instantáneas Editorial es la más reciente del conjunto. Fue a partir de 1965 cuando la cofradía comenzó a transitar por la calle Maestra. Nuestra Señora de las Siete Palabras, la talla de Jacinto Higueras, ya restaurada en esa época por Juan Abascal — trabajo que resultó fuertemente contestado—, entronizada sobre su paso procesional, de madera plateada, con la corona de plata recién estrenada, acaba de girar hacia la plaza catedralicia y enfila la calle Campanas. La escoltan sus mantillas ordenadas en filas — ¡cómo me gusta esa disposición!, que resulta, por otra parte, similar al resto de cofrades participantes—.

Marchan serias, elegantes, correctamente vestidas. Posee un revelador hálito esta fotografía que nos habla de los últimos esplendores, pues aún no habían llegado aquellos

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años de decadencia lastimosa de nuestra procesión a lo largo de los años setenta y primeros ochenta. Por eso fecho la imagen a finales de los sesenta, quizá el año 69, pues creo adivinar el armonioso pecherín de encaje de estilo sevillano, que lucía la Virgen, ideado ese mismo año según sugerencia del escultor Abascal. No creo que procesionara ese año en nuestra Semana Santa una dolorosa mejor vestida que la de las Siete Palabras. Soldados del Regimiento de Alcántara escoltan un paso dirigido por fabricanos destocados, mientras dos jóvenes fotógrafos comentan las peculiaridades de sus modernas cámaras.

Una primavera incipiente comienza a vestir las ramas de los árboles, en ese día dos de abril.

El tiempo en sus manos Eternas pasiones

He disfrutado mucho escribiendo este artículo, analizando minuciosamente cada detalle atisbado en las fotografías, soñando despierto con otras épocas de esta Hermandad centenaria, una de las más selectas y valiosas, por antigüedad, buen gusto, singular y fiel devoción de sus cofrades, cariño del pueblo de Jaén, y patrimonio imaginero, de nuestras cofradías pasionistas. He trabajado con ilusión, calados los auriculares delante del ordenador, oyendo música de pasión, bebiendo sorbos de café mientras floreaba el alba, con terneza inaudita, a través de la ventana. A veces me he desesperado por no reconocer, en un primer golpe de vista, alguna esquina del pretérito callejero yaiyánico. Otras, me he devanado la sesera intentando fijar el año de la cáfila penitente recurriendo a lecturas variadas, consultas de diversas fotografías, historia de la ciudad, conversaciones con amigos de edad aún más provecta que la mía, o estableciendo correlaciones insospechadas. Y en varias ocasiones he visto cómo alguna lágrima rodaba por mis mejillas —debe ser la edad— al imaginar que era un participante más de las filas nazarenas en aquellos tiempos antiguos, caminando, con el corazón arrítmico de amor, junto al Señor de la Expiración por las calles estrechas, pinas y empedradas, de esta ciudad en la que quisiéramos morir un día apasionado, en uno de esos instantes reveladores en que los cofrades comprendemos que no existe un altar más elevado que el de su monte de clavel o lirio, ni bandera más sagrada y eterna que la de esa gloriosa cruz sobre la que derramó hasta la última gota de su sangre para eternizarnos. Regnavit a ligno Deus. Y lo hizo en Jaén, de cara a su cielo incomparable, enamorando a cada jaenero que contemplaba su rostro, un Jueves Santo, en esta Jerusalén olivarera, patria natal, tierra de promisión, bendito y sagrado solar por su presencia continua entre nosotros a través de los siglos. setentaytres Expiración

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Colaboraciones

José María Mesbailer Vázquez

Curiosidades cofrades Honras fúnebres por Doña Margarita de Borbón 1893

L

a Iglesia de San Bartolomé es una de las más antiguas de la ciudad, y a pesar de las numerosas reformas que ha tenido a lo largo del tiempo, no ha desaparecido su sabor medieval. Ya en la crónica del Condestable Iranzo, esta Iglesia era una a las que don Miguel Lucas acudía rotatoriamente a participar en la misa. Es lógico que a lo largo de tan dilatada historia, hayan sido muchos los acontecimientos que ha albergado este templo.

Tras la extinción del Real Convento de San Francisco y su fugaz paso por la iglesia de San Ildefonso, la imagen del Cristo de la Expiración ha estado en la parroquia de San Bartolomé desde 1836 hasta 1888, expuesto solo al culto de sus devotos, y posteriormente, tras la fundación de la Cofradía de la Expiración, saliendo al encuentro de los fieles de Jaén en nuestra Semana Santa; es por esto que toda noticia referente a nuestra sede tiene interés para el cofrade Expiracionista.

Quiero hacer referencia a una publicación del diario tradicionalista el Correo Español, fechada el viernes 10 de febrero de 1893, con motivo de la muerte de la princesa Margarita de Borbón Parma acaecida el 28 de enero de 1893, esta noticia publi-

cada hacía referencia a las honras fúnebres celebradas por toda España, y que en Jaén tuvieron lugar en la iglesia de San Bartolomé. Dicha noticia literalmente dice así: EI lunes, según anunciaba un telegrama de la capital andaluza publicado por nosotros, tuvieron lugar en Jaén solemnísimos funerales por el alma de nuestra llorada augusta Doña Margarita (q. e. p. d.), costeados por los numerosos é importantes elementos tradicionalistas de aquella población.

El templo (la parroquial de San Bartolomé) estaba severamente adornado con negras colgaduras, y sobre velo, también negro, que cubría todo el altar mayor, destacábase la notabilísima efigie del Santísimo Cristo de la Expiración bajo precioso dosel morado. El catafalco que se alzaba en el centro de la iglesia estaba artísticamente adornado por la mano hábil de un respetable sacerdote y rodeado de preciosos, pedestales negros, sobre los que lucían magníficos candelabros. Rodeaban el túmulo 12 buenos blandones con grandes cirios, y del techo pendían ocho arañas preciosas. El total de luces, contando las de los altares eran más de 300.

Bartolomé Romero Gago

La capilla de música de la catedral (orquesta completa) interpretó magistralmente una hermosa vigilia de difunto y Misa de Réquiem. La concurrencia fue numerosísima. Asistieron todos los carlistas de Jaén, muchos buenos cristianos que en la actualidad no profesan las buenas doctrinas católico-políticas, é infinidad de señoras.

De Torredelcampo y alguna otra localidad cercana á la capital vinieron comisiones de respetables tradicionalistas. Como si de la inmensa desgracia que aflige a los tradicionalistas españoles surgiera un lazo de unión y un motivo de inexplicable entusiasmo, los carlistas de Jaén que lloran la muerte de su Reina y Señora se levantan con fuerzas de gigante sobre su transitoria postración, y se prometen aliento para inmediatas y venturosas empresas de propaganda y organización, dándose la mano que forme compacta cadena con los leales de Granada por un extremo, y de Ciudad Real por otro.

El Correo Español fue un periódico fundado en 1888, por don Luis María de LLauder, con ideolo-

Margarita de Borbon Parma

Luis Maria LLauder fundador y director Correo Español

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E

Editorial

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Jaén 1893 autor Laurent

gía Carlista, y tuvo publicación hasta 1922. El carlismo nació en la primera mitad del siglo XIX. Pretendía una rama alternativa a dinastía de los borbones, lo que dio lugar a varias insurrecciones contra los gobiernos, hasta el punto de que hubo tres guerras denominadas carlistas, siendo la mas violenta la ocurrida entre 1833 y 1840 con más de 200.000 muertos.

De esta noticia llama la atención la detallada narración del adorno del templo, el dosel morado del cristo, el catafalco, pedestales negros con candelabros, 12 blandones con grandes cirios, 8 arañas que pendían del techo, más de 300 luces. Imaginemos por unos momentos la solemnidad con todos estos preparativos para estas pompas fúnebres de una princesa de España, con el Cristo de la Expiración expuesto, un templo abarrotado de gente llegada de toda la provincia. Hay que considerar que los tradicionalistas carlistas consideraban a doña Margarita su auténtica reina.

Imaginamos que la mano hábil del respetado sacerdote al que se refiere la publicación, será la de don Bartolomé Romero Gago, en aquellas fechas párroco de San Bartolomé, donde permaneció durante cinco años. Había llegado a Jaén con tan solo 22 años, de la mano de don Pedro Espinosa, integrándose rápidamente en el mundo cultural de Jaén, nombrado posteriormente canónigo de Sevilla, a quien recordó don Manuel López Pérez en el número 54 de esta publicación.

Recordar que en aquellos años era gobernador de la Cofradía, don Lucas Rubio Campos, que la procesión salió el Viernes Santo a las una de la tarde, y que como el año anterior, se pidió la Virgen de los Dolores a San Ildefonso a través de don Bernardo Santamaría párroco de dicha Iglesia, y el carro para la Virgen a la congregación del Santo Sepulcro, para acompañar a la imagen del Señor de la Expiración.

El cuarteto que cantó en el Septenario acompañó a la procesión y se cantaron las siete Palabras por este orden en las calles siguientes: esquina calle los Álamos, Muñoz Garnica, Carrera, puerta Palacio Episcopal, Maestra Alta, Maestra Baja y antes de entrar en la calle los Coches. Este año los Congregados Romanos mandaron un oficio, donde indicaban que no podían acompañar a la procesión del Cristo por el poco tiempo que tenían para asistir al Santo Entierro, y no poder resistir sus congregados tres procesiones sin descanso. Este mismo año, en cabildo general celebrado el 21 de mayo, salió elegido como gobernador de la cofradía, don Federico Soria y Ávila.

Bibliografía: Expiración cien años de una cofradía de Jaén Granada Jaén Málaga Almería (Francisco Pi Margall) Correo Español, Diario Tradicionalista Archivo Instituto Estudios Giennenses

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Colaboraciones

Juan de Dios Castillo Lara

Rafael Ortega y Sagrista 1918-1988 Es difícil encontrar una descripción tan exacta de cómo se vivía y celebraba la Cuaresma de antaño, tal y como la expresa en el siguiente relato don Rafael Ortega y Sagrista. En algunos de sus escritos, suele referirse a que “el paso del tiempo todo lo cambia”, y es cierto, si nos detenemos por un momento a reflexionar, podemos observar que ahora la celebración de la Cuaresma, no es tan íntima, tan recogida como antes y, quizá, no se viva con la misma intensidad de años atrás.

En “Cenizas”, su autor hace un retrato de la Cuaresma y su significado, celebración del Miércoles de Ceniza, cultos de las cofradías, la paz y recogimiento cuaresmal de los templos, en resumen, nos habla de un tiempo que debe dedicarse a la oración y el ayuno y en el que debemos reforzar nuestra fe, para acercarnos a Jesús a través de la realización de actos de penitencia y reflexión.

A modo de apéndice, Ortega y Sagrista relata en “Cenizas” los Viacrucis que protagonizó el Cristo de la Expiración, desde el año 1952. Estos Viacrucis difieren bastante, en la forma, de cómo se realizan actualmente, aunque su significado siga inalterable con el paso de los años.

Cenizas Iniciamos con éste una serie de breves relatos dedicados a la cuaresma en Jaén, este tiempo penitencial, pleno de encanto y de misterio que nos introduce en la Pasión del Señor. Será como una colección de estampas situadas más en el recuerdo, que en estos tiempos de indiferencia.

En ellas pasaremos revista a unas costumbres que caminan veloces hacia el olvido. Y sólo intentamos airearlas circunstancialmente para añoranza de generaciones que van de vuelta, en las que me encuentro, y a las que se las dedico. *** La cuaresma, ese santo tiempo de reflexión y penitencia, pasa desapercibido en las grandes ciudades. Esa ignorancia se ha extendido ahora a otras más pequeñas. ¿Quién tiene tiempo para pensar en eso? En todo caso, se guarda la abstinencia de los viernes, y ya está.

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Es quizá en los pueblos, en algunas localidades provincianas, donde todavía se puede vivir la cuaresma, la preparación dispuesta por la Iglesia para conmemorar la Pasión y celebrar, luego, su gloriosa Resurrección. ¡Vivir la cuaresma! He aquí un placer espiritual un tanto olvidado.

Coincide la cuaresma con un tiempo de despertar. Diríamos que empieza con los jacintos y las violetas y termina con los lirios morados del Sepulcro. Es como un revivir lento y perezoso que avanza y retrocede y vuelve a seguir en los días indecisos de febrero y marzo, y se afianza los años en que se prolonga hasta el mes de abril, esos días desbordantes de luz abrileña que preceden en nuestra tierra al drama de Jesús.

Adivinamos que hay algo en el ambiente, algo que está suspenso en el aire, que nos inclina a me-

Rafael Ortega y Sagrista (Extraído del libro Escenas y Costumbres de Jaén)

ditar, al silencio. Hay más vida en los cuerpos y una ansiedad en el espíritu. La luz es más densa.

Crecen los días, pese a la inconstancia de febrero y a los vientos de marzo. Se mueve el campo, con sus brotes y la nueva hierba que lo tapiza de un verde jugoso. Hay olor a tierra llovida y a flores diversas. Perfumes amargos en los almendros y en las caléndulas. Finas esencias de alhelíes, de rosas tempranas y lilas. Habares en flor, florecillas silvestres, humildes. Airazos violentos que limpian las calles de humos y el cielo de blancos vellones.

O tardes misteriosas y sencillas, tardes paradas de largos crepúsculos en que sentimos el primer aliento tibio de la primavera. *** Siempre nos hemos preguntado: ¿qué tiene la cuaresma de Jaén?, ¿de dónde su irresistible atracción? Para mí, considero que es uno de los tiempos más sentidos del año, más bellos y entrañables y de mayor hondura espiritual. Quizá, por eso de coincidir con la entrada de una primavera en la que siempre, una vez más se percibe la renovación de la savia que vivifica. Parece que sentimos como un soplo estremecedor que viene del oriente, de Palestina, y nos conmueve, nos subyuga, cuando pasa sobre nuestros bíblicos olivares. Es que las almas despiertan fervientes en el silencio íntimo de los retiros, de los ejercicios espirituales. Es que llegó el tiempo adecuado de adentrarnos, de nuevo en la meditación pasionista.

La liturgia concedía a los fieles cierta relajación o alivio antes de emprender la penitencia cuaresmal impuesta a todos. Lo que no impide ignorar que la Iglesia condena los excesos. Por tal motivo, y para frenar la liviandad de las carnestolendas, idearon los Jesuitas de Loreto, los tres días de Jubileo de las cuarentas horas, en conmemoración de

las cuarenta horas que pasó Jesús en el sepulcro.

En la catedral de Jaén se celebraba el domingo quincuagésima y el lunes y martes siguientes, el triduo de carnaval, presidido de solemne repique de campanas. No obstante, la gente acudía al paseo de coches, a las mascaradas callejeras y a los bailes de disfraces que se prolongaban hasta altas horas de la madrugada. El triduo quedaba para los capitulares y algunas devotas retiradas del mundanal ruido.

Por eso, el contraste de carnaval y cuaresma era rotundo y se echaba más de ver que hoy. Al regresar de los alegres bailes del martes de carnaval, amanecía el miércoles con su oficio de cenizas.

"Memento, homo, quía pulvis es, et in pulverem reverteris". Recuerda hombre que polvo eres, y en polvo te convertirás Había comenzado la cuaresma. En las iglesias se quemaba ramón bendito, y los sacerdotes imponían las cenizas a los fieles que acudían un poco sobrecogidos. No es para menos el recordarle a uno la muerte después de tres días de tanto placer.

Ayunos y abstinencia; rito morado; silencio en los órganos y supresión de las dalmáticas, símbolos de alegría. Y al final de las misas, la oración por el pueblo: “humillad vuestras cabezas delante de Dios”.

En todo el oficio de cenizas está vivo el recuerdo de los ninivitas que hicieron penitencia cubiertos de cilicios, de cenizas, para humillar su orgullo.

El primer domingo de cuaresma, también conocido por "domingo de piñata", había como una despedida del carnaval con el entierro de la sardina y bailes en los que se abría la piñata de la que salían palomas y llovían confites. Pero muchas familias setentaytres Expiración

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Colaboraciones El trascurso del tiempo ha hecho tradicional este vía crucis, y ya es todo un símbolo en el pórtico de la cuaresma giennense. Vía crucis que resultó más piadoso todavía al incorporar al mismo la suprema reliquia de la Pasión de Cristo que es orgullo de nuestra ciudad y de su provincia: el Santo Rostro. El Santo Rostro que se expone a la veneración de los fieles en el presbiterio de la catedral, y con él se bendice al pueblo que acude, en estas tardes frías, desapacibles, de color ceniza, a iniciar el santo tiempo de Cuaresma: “Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo…” se abstenían ya de acudir a tales fiestas por ser contrarias al espíritu cuaresmal. De hecho se empezaba a vivir la cuaresma, tiempo de retiro y de meditación, de ejercicios espirituales y cultos de Pasión, cuando no de misiones.

La ceremonia de cenizas impresionaba tanto, quizá, como el oficio de tinieblas del miércoles santo en la catedral. En la de Toledo espanta el sobrecogedor enterramiento del cardenal don Luis Fernández Portocarrero, en cuya tumba mandó grabar estas terribles palabras, que tanto se repiten en la liturgia del primer día de cuaresma: “Pulvis. Cinis. Nihil”. Polvo. Ceniza. Nada. *** El 26 de febrero de 1952, se convocó junta urgente y extraordinaria de la cofradía de la Expiración. El gobernador, don Cándido Nogales, expuso a los asistentes que el motivo de la apresurada reunión era darles cuenta de un memorial que había recibido de la agrupación de cofradías. De acuerdo con el señor obispo, don Rafael García y García de Castro, se había organizado un vía crucis para dar comienzo a los cultos cuaresmales. Y se requería la asistencia de la devota imagen del Cristo de la Expiración, que ya había presidido solemnidades misionales.

Conforme la hermandad con la petición, el día siguiente 27, se celebró el primer vía crucis del Miércoles de Ceniza, fecha que coincidió con la de

este año de 1974. A las ocho de la noche salió el Cristo de la parroquia de San Bartolomé, en la cruz de nogal que le regaló antaño doña Ángela Aranda, llevado por sus cofrades, precedido de su gallardete. Trasladado a San Ildefonso, donde le esperaban el señor Obispo, autoridades y enorme gentío, salió el vía crucis con todos los estandartes de las hermandades. Subió la Carrera, rezando las estaciones don Francisco Álamo, y en la catedral habló el prelado que encomió la piedad y el orden de tan numerosa asistencia. Después, el Cristo de la Expiración volvió a su Santa Casa.

Desde entonces se ha celebrado todos los años el vía crucis del miércoles de ceniza con el Cristo de la Expiración hasta 1956. Después, con el Santo Cristo de la Misericordia.

El trascurso del tiempo ha hecho tradicional este vía crucis, y ya es todo un símbolo en el pórtico de la cuaresma giennense. Vía crucis que resultó más piadoso todavía al incorporar al mismo la suprema reliquia de la Pasión de Cristo que es orgullo de nuestra ciudad y de su provincia: el Santo Rostro. El Santo Rostro que se expone a la veneración de los fieles en el presbiterio de la catedral, y con él se bendice al pueblo que acude, en estas tardes frías, desapacibles, de color ceniza, a iniciar el santo tiempo de Cuaresma: “Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz redimiste al mundo…”

Rafael Ortega y S 50 Expiración setentaytres

Sagrista

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Santa Iglesia Catedral de Jaén Reglamento de Ministros Menores

La Santa Iglesia Catedral de Jaén, dedicada a la Asunción de la Virgen desde la consagración en 1246 de la antigua Mezquita, tras la conquista por el rey Fernando III, tiene para nosotros un interés especial. Los estatutos capitulares de 1902 no desarrollan las funciones de Beneficiados y Ministros Menores, sino que están recogidos en sendos reglamentos al margen de los referidos estatutos desde diciembre de 1901. Era obispo de la diócesis don Salvador Castellote Pinazo.

Hoy nos ocupa el referente a los Ministros Menores, fechado en 1902 y realizado en la imprenta de don Tomás Rubio y Campos, impresor de la Real Casa, funciones, dependencia, sanciones, están aquí recogidos, creo que merece la pena dedicar unos minutos a su lectura.

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Colaboraciones José María Mesbailer Vázquez

SACRISTÁN MAYOR

SACRISTÁN MENOR

Habrá un Sacristán mayor que deberá ser Presbítero, o al menos ordenado in sacris. A él se le entregarán por inventario los objetos pertenecientes al culto, de los cuales responderá mediante garantía a juicio del Cabildo.

Será de su incumbencia cuidar de la limpieza y ornato de los Altares, ropas, vasos Sagrados, y demás objetos del culto; ayudará a vestir al Preste, conservará las llaves de Coro y Sacristía, y permanecerá en la Iglesia todo el tiempo necesario para cumplir su deberes.

También será su obligación exponer al culto y veneración las reliquias en los días que es costumbre en esta Santa Iglesia. En su ausencia deberá dejar un sustituto, que sea Sacerdote, que merezca la confianza de los Fabrícanos.

Cuando no cumpla debidamente las anteriores disposiciones se le impondrá por el Presidente o Fabrícanos la multa que estimen equitativa, en función de la falta que haya cometido.

Este nombramiento, como el de todos los ministros menores, es de las atribuciones del Cabildo.

Las obligaciones de este ministro son cuidar de las lámparas y auxiliar al Sacristán mayor, como jefe inmediato, al que respetará y obedecerá en la limpieza y ornato de los Altares.

CAPILLER

Será de su cargo asistir al Coro y al Altar, según practica de esta Santa Iglesia, como también a todas las funciones que se celebren fuera de ella, y a las cuales asista la corporación. Así mismo hará todas las citaciones que se le encomienden, y cuando se celebre Cabildo, quedará en la puerta hasta que termine. Por último dará los avisos oportunos cuando hayan de variarse las horas de Coro y el hábito, o haya de llevarse cola.

Cuando el Pertiguero faltase en el cumplimiento de sus deberes, queda a la discreción del Presidente el imponerle la multa o correctivo.

Es obligación del Capiller preparar todo lo necesario para que se celebre el Santo Sacrificio en las Capillas de Capitulares y beneficiados, a cuyo fin vigilará a los acólitos para que el celebrante no halle entorpecimientos.

Turnará con el Sacristán mayor en el rezo diario del Santo Rosario, oirá en confesión a los Capitulares y Beneficiados, ministros y dependientes de esta Santa Iglesia. Asistirá a Vísperas, y acompañará con el Sacristán mayor a la ceremonia del Magníficat todos los días, y a la del Benedictus en los Laudes solemnes.

SALMISTAS

Las obligaciones de los Salmistas se hallan marcadas en el Reglamento de Cantores de Coro, y a él se ajustarán para cumplirlas con fidelidad y exactitud, incurriendo en caso contrario en las penas allí establecidas.

No podrán faltar a Coro fuera de los días de Recle que se les tiene concedidos. Cuando lo hiciesen con licencia del Cabildo, deberán dejar un sustituto, aceptado por la Corporación Capitular, si se ausentaren sin autorización, el Cabildo acordará conforme a la gravedad de la falta.

PERTIGUERO

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Colaboraciones

HOJEROS

Las obligaciones de los Hojeros quedan consignadas en el Reglamento de Cantores de Coro, a el habrán de atenerse, en todo, y cuando falten sin causa justificada perderán toda la renta correspondiente a la ausencia.

COLEGIALES

Los Colegiales del Santísimo Sacramento, que están al servicio del altar de esta Santa Iglesia, cumplirán todas y cada una de las obligaciones que se consignan en el Ceremonial de la misma y en el Reglamento del Colegio. Las faltas que cometieren serán corregidas por el Maestro de Ceremonias y el Sacristán mayor, quienes darán parte al Rector del Colegio en caso de desobediencia.

SEISES

Los Seises o infantes de coro se atemperarán en el cumplimento de sus deberes al Reglamento de su colegio de San Eufrasio. En el Coro, y según los actos que hayan de ejecutar, dependerán del Sochantre o del Maestro de Capilla, quienes podrán corregirlos y, en caso necesario, poner en conocimiento del Rector o Superintendente del Colegio, las faltas que cometieren.

ACÓLITOS

Estos estarán inmediatamente a las órdenes del Capiller, quien cuidará de que cumplan con sus respectivas obligaciones, siendo una de ellas el que asistan a las Comuniones generales. El expresado Capiller los instruirá convenientemente en los principales misterios de nuestra Sacrosanta Religión.

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CELADORES

Habrá dos celadores en esta Santa Iglesia, quienes, como su mismo nombre indica, vigilaran por la seguridad del templo y harán que se guarde en él la debida compostura. Está a su cargo la limpieza de la Iglesia y ejecutarán las órdenes del Presidente y Fabrícanos en todo lo que se refiere al cumplimiento de sus deberes, según prácticas de esta Santa Iglesia, las faltas que cometieren serán corregidas y multadas, si fuere necesario, por los Fabricanos.

CAMPANERO

Desempeñará su oficio con toda exactitud, teniendo presente la solemnidad del culto, la variación de horas y las prácticas de esta Iglesia. Fuera de los casos ordinarios, en ningún otro tocará las campanas sin autorización del Presidente del Cabildo, cuyas órdenes, como la de Fabrícanos y Maestro de Ceremonias, acatará y respetará.

RELOJERO

Como las Horas Canónicas se regulan por el Reloj de esta Santa Iglesia, será exacto el Relojero en el cumplimiento de su oficio, estando bajo las inmediatas órdenes del Deán o Presidente y de los Fabricanos.

Este reglamento de Ministros Menores se mantuvo hasta los Estatutos de 1985, donde se unificarán todas las disposiciones relativas al personal de la catedral y, posteriormente, serán objeto de una reglamentación laboral como trabajadores de la Catedral.

Bibliografía: Archivo Instituto Estudios Giennenses: Reglamento Ministros Menores de la Catedral de Jaén Tesis doctoral: El Cabildo de la Catedral de Jaén durante el Siglo XX Don Juan Jesús Melgares López

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Rito Hispano Mozárabe Alfonso VI Rey de Castilla y León (Nació en 1040 y muere en Toledo en 1109) Rey de Castilla y León. Tras la muerte de su padre, Fernando I de Castilla y León.

Al reconquistar Toledo a los musulmanes (1805), prohibió el Rito Mozárabe y concedió una serie de privilegios a los mozárabes, entre ellos la posibilidad de seguir celebrando en sus comunidades según las fórmulas de los antiguos visigodos.

Cardenal Cisneros (Nació en Torrelaguna en 1436 y murió en Roa en1517), es una de las figuras más destacadas de la historia de España. Llegó a ser arzobispo de Toledo, cardenal y confesor de la reina Isabel la Católica, además de regente de la Corona de Castilla en dos ocasiones.

En el siglo XVI publica el Misal y el Breviario mozárabe.

Papa Gregorio VII (Nació en Sovana hacia 1020 y murió en Salerno el 25 de mayo de 1085), fue el papa número 157 de la iglesia católica entre 1073 y 1085.

Unificó el Rito en todo occidente.

Cardenal Lorenzana (Nació en León el 22 de septiembre de 1722 y murió en Roma el 17 de abril de 1804) fue historiador, liturgista y humanista ilustrado español. Arzobispo de Toledo desde 1772 a 1800 y recibió la proclamación cardenalicia el 30 de marzo de 1789 por Pio VI. Reeditó el Misal y el Breviario mozárabe en 1804.

Cardenal Marcelo González Martín (Nació en Villanubla, Valladolid, el 16 de enero de 1918 y murió en Fuentes de Nava, Palencia, el 25 de agosto de 2004) Fue cardenal y Primado de España entre 1971 y 1995.

Adaptó el Misal a la reforma propuesta por el Concilio Vaticano II, purificándolo de todo añadido de otros ritos.

San Juan Pablo II, Papa (Nació en Wadowice, Polonia, el 18 de mayo de 1920 y murió en la Ciudad del Vaticano el 2 de abril de 2005) Fue el papa 264 de la Iglesia católica.​Fue canonizado en 2014, durante el pontificado de Francisco.

El jueves 28 de mayo de 1992, Solemnidad de la Ascensión del Señor, el Papa Juan Pablo II celebra la Sagrada Liturgia en Rito Hispano Mozárabe.

María del Rosario de la Chica Moreno

P

oco o nada sabemos los católicos españoles acerca del antiguo rito hispánico con el que las comunidades cristianas medievales celebraban los misterios de la fe, en la liturgia.

Este rito ha sido llamado de diferentes modos, como rito hispánico, porque surgió y se desarrolló en la península ibérica-; visigótico -porque se enriqueció en el reino visigodo-; mozárabe -porque lo mantuvieron vivo los cristianos en territorio musulmán-.

Su origen lo encontramos en las antiguas comunidades que surgieron en los primeros siglos.

Aunque abarcaba todo tipo de celebraciones, en este trabajo solo nos referiremos, brevemente, a la Santa Misa.

Partiendo del núcleo común que fue la Santa Cena, se elaboró un rito extremadamente rico aportado por santos de la talla de San Isidoro, San Leandro, San Julián, San Braulio y San Alfonso, hasta alcanzar una madurez comparable al rito romano.

Fue Alfonso VI -aconsejado por los monjes benedictinos y presionado por Roma (el Papa Gregorio VII que deseaba unificar el rito en todo occidente)quien lo prohibió. Al conquistar este rey la ciudad de Toledo y ante la fuerte oposición de los mozárabes, se llegó a una solución consensuada: se mantendría el rito en seis parroquias (Sta. Justa y Rufina), S. Marcos, S. Lucas, Sta. Eulalia, S. Sebastián y S. Torcuato) y las de nueva creación en la ciudad y los nuevos territorios conquistados, se impondría el romano.

Esas parroquias custodiaron este rico legado espiritual y teológico que hizo posible ya en el siglo XVI que el cardenal Cisneros publicara el Misal y el Breviario mozárabe. Más tarde el cardenal Lorenzana lo reeditó en 1804 y, tras el Concilio Vaticano II, el cardenal Marcelo González Martín adaptó el Misal a la reforma propuesta por el concilio, purificándolo de todo añadido de otros ritos.

Para entender bien en qué consiste este rito en la liturgia Eucarística y las diferencias que podría-

mos hallar con respecto al actual rito romano, hemos de indicar que nos llamaría la atención el dinamismo de la acción y la respuesta casi constante de la asamblea.

Las partes que componen la celebración son prácticamente idénticas al rito romano: Liturgia de la Palabra, Ofertorio-Dípticos-Signos de Paz, Plegaria Eucarística y Rito de Comunión. Se inicia con un canto de entrada, Gloria y el Trisagio (Santo Dios, Santo Fuerte y Santo Inmortal). En la liturgia de la Palabra, es llamativo que el canto aleluyático se produce tras la homilía y no antes del Evangelio o las sustituciones en Cuaresma de los salmos por textos de las lamentaciones, Job o Isaías.

En el Ofertorio comienza una larga serie de oraciones, siete en total, que concluyen en el santo.

Tras éstas, y antes del rito de comunión, se proclama el Credo nicenoconstatinopolitano. Otra curiosidad de este rito es la fracción del pan en siete o nueve partes colocadas en la patena evocando en cada una de ellas los misterios de Cristo (vertical: corporativo, Natividad, circuncisiones, Aparicio, pasión; horizontal: mors y Resurrectio; y dos situadas a la derecha “gloria” y “regnum”). El Padrenuestro era recitado por el celebrante y, a cada una de las siete peticiones, la asamblea contestaba: Amén. El sacerdote se situaba tras los velos del santuarium y tras la consagración se volvía a la asamblea para mostrar el sacramento proclamando “Sancta Sanctis” (lo santo para Los Santos).

Con la bendición al pueblo congregado, como preparación a la comunión, se distribuía el sacramento en las dos especies, mientras el coro cantaba el salmo 33 (“Gustad y ved que bueno es el Señor” o el cántico del Apocalipsis “Venció el león de la tribu de Judá”).

Este rito puede ser celebrado siempre que se obtenga permiso del Arzobispado de Toledo. setentaytres Expiración

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B La BrĂşjula

Encarnación Mª de la Chica Moreno

La

Brújula

La Brújula Cofrade

60 Expiración setentaytres

HISTORIA DE LA HERMANDAD La cruz perdida y hallada en el Templo Cuando el Santísimo Cristo de la Expiración llegó a la iglesia de San Bartolomé, después de la desamortización de Mendizábal, se situó en el lateral de la nave del evangelio, en el mismo altar que hoy alberga la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, sobre una cruz antigua que se utilizaba para la capilla, pero nunca en la procesión.

Esta cruz según consta en los archivos de la cofradía fue costeada por una cofrade, doña Ángela Aranda para la imagen del Cristo. Dicha cruz es de nogal y tiene los maderos cuadrados con remates plateados.

Estos remates constan de un pequeño blasón liso y sobre él una corona abierta con cuatro picos.

Por la marca de platería que tienen sabemos que fueron realizados por el platero D. Miguel de Quesada, domiciliado en la calle Maestra Baja hacia finales del siglo XVII. La discrepancia entre la fecha de realización de la imagen del Cristo y el sello de los remates de esta cruz, nos lleva a pensar si estos remates no existieran anteriormente en alguna otra cruz y se reutilizaran en ésta, dado su alto valor artístico.

Al reformarse la capilla para dedicarla al Santísimo Cristo de la Expiración hacia 1894, se cambia de cruz a la imagen, quedando la de nogal en el olvido hasta que en mayo de 1914, al hacer inventario de los enseres de la cofradía, el señor fabricano hace mención de “la cruz de nogal que el Cristo tenía en su altar”, sin que nadie conozca su paradero. Alguien comenta que había quedado en custodia en la parroquia, por lo que se acuerda que el fabricano recabe información al señor prior.

No será hasta mayo de 1924 cuando se vuelva a hacer mención de esta cruz para acordar la restauración de los remates de plata, lo que nos lleva a pensar que durante el tiempo en que estuvo perdida sufriera algún desperfecto, y que no debía haber pasado mucho tiempo entre este acuerdo y su “hallazgo”.

HISTORIA DE LA IGLESIA En el revuelto mundo en que vivimos hoy, donde imperan la individualidad, la independencia y la separación, parece oportuno recordar a dos santos que colaboraron a formar el sentimiento de unidad europeo. Son los santos del siglo IX Metodio y Cirilo, conocidos como apóstoles de los eslavos. Nacieron en Tesalónica. Eran hermanos pertenecientes a una familia numerosa, de padre bizantino y madre eslava.

A la muerte del padre, Cirilo marchó a Constantinopla, donde fue bibliotecario en la basílica de Santa Sofía y profesor de filosofía. Metodio, en cambio, se dedicó a la administración política llegando a ser gobernador de una provincia bizantina. Pero se retiró a un monasterio en Bitinia, Asia Menor, donde coincidió con su hermano Cirilo. De allí, el patriarca de Constantinopla les envió a predicar a los jázaros, un pueblo eslavo del nordeste del mar Negro. Será el inicio de su predicación.

Después partieron para Gran Moravia y Hungría, invitados por los príncipes de los países.

San Cirilo creó el alfabeto glagolítico, la forma más antigua de escritura eslava, para traducir las Sagradas Escrituras. De este alfabeto saldrá el cirílico, llamado así en honor a San Cirilo su creador.

De este modo el mundo eslavo tomó conciencia de unidad lingüística, cultural, religiosa y moral. setentaytres Expiración

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Ambos hermanos predicaron hasta su muerte: Cirilo en 869 y Metodio en 885.

Por su profundo sentido histórico-religioso fueron nombrados por San Juan Pablo II copatronos de Europa junto con San Benito.

al Maestro, de ahí la necesidad de la presencia del traidor.

Además hacía falta una señal, una contraseña: “Al que yo bese, es él: prendedlo y conducidlo bien sujeto” (Mc 14, 44)

SAGRADA ESCRITURA

LITURGIA

El beso de Judas El beso de Judas, es la señal con la que el apóstol traidor indica a los soldados del sumo sacerdote, quien es la persona a la que deben detener.

Para llevar a cabo la detención con éxito hay que salvar los obstáculos: Había que saber el lugar donde se encontraba.

Judas conocía sus costumbres y sabía que habitualmente oraba al Padre en Jetsemaní.

La detención se produce en un lugar sin iluminación, el monte de los olivos, en la noche de la Pascua judía. A pesar de ir provistos de antorchas, ésta no es una iluminación nítida.

Aunque Cristo no se ocultó nunca, le hemos visto en el evangelio asistir al Templo de Jerusalén. La guardia del templo encargada de su detención ¿le conocía?, ¿se había fijado en él? o ¿le había visto de refilón, como uno más de los que acudían a un lugar tan concurrido?

Además, existía la posibilidad de equivocarse con algún apóstol, pues entre ellos había familiares con los que sería fácil confundirse. En concreto, uno de ellos llamado Santiago el Menor, según cuenta la tradición, era un familiar cercano que guardaba un gran parecido físico, lo que hizo que se le conociera con el sobrenombre de “el hermano del Señor”.

Todo ello, hacía necesario que alguien que le conociese bien y estuviera del lado de los que habían ordenado su detención les indicara con precisión

Para rezar por los sacerdotes Durante la Semana Santa se oficia una misa que pasa desapercibida para la mayoría de los fieles. Es la Misa Crismal.

Generalmente se oficia en la mañana del Jueves Santo, aunque puede cambiarse para facilitar una mayor afluencia de sacerdotes y fieles. En esta misa el obispo pide a los fieles que oren por los sacerdotes.

Se celebra en la catedral y la preside el señor obispo y tiene dos hechos fundamentales: Renovación de las promesas de ordenación de todos los sacerdotes de la diócesis. Por eso se celebra generalmente en la mañana del Jueves Santo, por que éste es el día en que Cristo confirió su sacerdocio a los apóstoles.

Bendición de los Santos Óleos o ungüentos (chrisma en latín, de ahí el nombre de la celebración).

Los Santos Óleos son tres; el de los catecúmenos, el de los enfermos y el Santo Crisma.

Cada uno de ellos tiene una función: El de los catecúmenos fortalece contra el pecado y para profesar en la Iglesia. Antiguamente también se utilizaba en la consagración de los reyes.

El de los enfermos remedia los males del alma y el cuerpo, perdona los pecados y ayuda a vencer y soportar los sufrimientos.

El Santo Crisma es el óleo más noble. Todo lo que se unge con este óleo pasa a ser “instrumento de Dios”.

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Se utiliza este óleo en la consagración de nuevos templos y en los altares y sobre todo en los sacramentos que imprimen carácter. Estos son: bautismo, confirmación y orden sacerdotal.

Debemos recordar que la utilización de este óleo en el bautismo nos está diciendo que todos los bautizados somos instrumento de Dios.

El hecho de que la bendición de los santos óleos se realice en la catedral por el obispo y se reparta a todas las parroquias de la diócesis simboliza la unidad de la Iglesia.

VOCABULARIO Penitente: Habitualmente la palabra penitente la asociamos al pecado; sin embargo, esta palabra tiene su origen en la latina paenitens que significa arrepentimiento. Luego, podemos definir al penitente como el pecador arrepentido que implora la misericordia de Dios.

En la primitiva Iglesia, cuando un bautizado cometía una falta grave no podía participar en la eucaristía. Para poder hacerlo tenía que hacer penitencia pública. La única persona que podía perdonar al pecador era el obispo al comienzo de la Cuaresma y le daba la absolución antes de la Pascua.

Actualmente la palabra penitente se utiliza para designar a los cofrades que procesionan vestidos con el traje de estatutos en las procesiones de Semana Santa. La mayoría lo hace portando velas o cirios; son los llamados hermanos de luz, aunque también pueden portar otros elementos procesionales tales como estandartes, insignias, faroles, etc.

Caminan delante de los pasos.

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Otros penitentes, llamados hermanos de sangre -últimamente en número muy reducido- procesionan portando cruces tras los pasos de la imagen de su devoción. Van vestidos también con el traje de estatutos, pero en esta ocasión llevan el antifaz caído hacia atrás sin capirote que lo sustente.

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n Familia

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Oración Encarnación María de la Chica Moreno

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Oración en Familia La Cuaresma

A

los padres: Es conveniente que los pequeños conozcan las distintas ceremonias a las que van a asistir durante la Cuaresma. Bastará una breve explicación, invitándoles a que participen, en la medida de sus posibilidades en los cultos de San Bartolomé. Los más representativos de la Cuaresma son: la Imposición de la ceniza, el Septenario, el Viacrucis y, después, durante la Semana Santa, para los cofrades de la Expiración, es importante participar en todos los actos y cultos del Jueves Santo: Exposición de pasos, Misa de la Cena del Señor y procesión con el Santísimo Cristo de la Expiración y María Santísima de las Siete Palabras. Por último, la adoración de la Cruz -Viernes Santo- y la Vigilia Pascua -Sábado Santo-.

¿Qué es la Cuaresma?

Se llama cuaresma porque son cuarenta días los que van desde el miércoles de ceniza al Domingo de Resurrección, y es un tiempo de preparación para la Pascua, que es cuando Jesús, después de dar su vida para salvarnos del pecado, resucitó. La vida eterna, que vamos a vivir cuando resucitemos, es el regalo más grande que Jesús nos ha dado. Por eso, durante la cuaresma pedimos perdón a Dios por todo lo malo que hemos hecho. Por eso la cuaresma es un poco triste, porque recono-

cemos que no somos lo bastante buenos para merecer todo el bien que recibimos de Jesús.

Durante la cuaresma hay muchas celebraciones en las que podemos participar sin aburrirnos, pues todas tienen algo distinto a las demás.

¿Qué es el miércoles de ceniza?

El primer día de la cuaresma se llama miércoles de ceniza. ¿Qué día es el miércoles de ceniza?

No todos los años cae en el mismo día del calendario. Para saber cuándo cae tenemos que contar hacia atrás desde el Domingo de Resurrección cuarenta días. ¡Ojo! No vale contar los domingos, pues el domingo es un día alegre, es el día del Señor, por eso no lo tenemos en cuenta en este tiempo triste.

Así, si este año el Domingo de Resurrección es 21 de abril, el miércoles de ceniza es el 6 de marzo.

¿Sabes por qué al miércoles de ceniza le llamamos así?

El miércoles de ceniza, se llama así porque ese día los cristianos vamos a la iglesia para imponernos la ceniza. El sacerdote toma un poquito de ceniza y nos hace con ella una cruz en la frente, diciendo: “Polvo eres y en polvo te convertirás”. Es que la ceniza simboliza nuestro paso efímero por setentaytres Expiración

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la Tierra, es también símbolo de humildad y arrepentimiento por nuestros pecados.

¿De dónde sale la ceniza que nos impone el sacerdote?

La ceniza que el sacerdote pone sobre nuestra frente se obtiene de los ramos de olivo que utilizamos el Domingo de Ramos anterior en la Procesión de Ramos y que fueron quemados en la Vigilia Pascual del año anterior. Desde entonces se ha guardado para este día.

Septenario al Santísimo Cristo de la Expiración El Septenario al Santísimo Cristo de la Expiración es la celebración más importante de nuestra cofradía. Se llama septenario, por que son siete días, una semana, en la que los cofrades vamos a nuestra parroquia y oímos una misa en la que recordamos cada una de las Palabras que Cristo pronunció en la cruz. Nuestra cofradía celebra su septenario la primera semana de cuaresma.

Viacrucis En el viacrucis recordamos todo lo que Jesús sufrió desde el momento en que lo detuvieron en el monte de los Olivos hasta su muerte en la cruz.

Nuestra cofradía hace un viacrucis por las calles de nuestro barrio con la imagen de nuestro Santísimo Cristo. Puedes participar formando parte del cortejo alumbrando, o acompañándolo rezando detrás de la imagen.

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La Semana Santa

Es la última semana que Jesús pasó con sus discípulos en Jerusalén.

¿Cuándo se celebra la Semana Santa?

Algunos ya os habréis dado cuenta que la Semana Santa no se celebra siempre en la misma fecha, varía. Puede ser en cualquier día de los meses marzo o abril. ¿Y esto por qué? Pues, porque los meses judíos no son iguales que los nuestros. Los meses de los judíos tienen 28 días y los nuestros tienen 30 ó 31, por eso no coinciden. Sabemos que Jesús murió cuando los judíos celebraban la pascua, esto es la liberación de Egipto. Porque hace mucho tiempo los judíos vivieron en Egipto siendo esclavos, hasta que Moisés los liberó. Esto fue en el mes de Nissan, el primer mes de la primavera, una noche de luna llena. Como la luna les iluminaba no necesitaron encender antorchas, así los egipcios no se dieron cuenta de que huían. Por eso la Semana Santa se celebra siempre en la semana de la primera luna llena de la primavera.

La Semana Santa comienza con la entrada de Jesús en Jerusalén a lomos de una mula. Entonces todo el pueblo salió a recibirlo cantando y llevando en las manos ramos de olivo y palmas.

La misa del Domingo de Ramos comienza con una procesión especial, el pueblo cristiano, en recuerdo de esta entrada de Jesús en Jerusalén, toma ramos de olivo y palmas que han sido bendecidas por el sacerdote y entra en procesión en la iglesia. En esta misa en la lectura del evangelio se lee toda la pasión de Jesús.

La Misa de la Cena del Señor

El Jueves Santo se celebra la Misa de la Cena del Señor. Esta misa, es especialmente importante pues es la misa que se celebra justo antes de que nuestra cofradía salga a la calle. En esta misa hay dos lecturas muy importantes. En la primera se cuenta cómo se prepararon los judíos la noche que huyeron de Egipto cenando cordero y pan ácimo.

En la segunda se narra la última cena de Jesús con sus apóstoles.

Lo más llamativo de esta misa es cuando el sacerdote, a imitación de Cristo, lava los pies a doce cofrades que simbolizan a los doce apóstoles. Al finalizar la misa, las formas consagradas se guardan en el sagrario, que está adornado de una forma especial para que los fieles lo adoren. Es lo que llamamos el monumento eucarístico.

La adoración de la Cruz El Viernes Santo se celebra un oficio que no es una misa porque el sacerdote no consagra las especies del pan y del vino. ¿Es que ese día no se comulga? Sí, pero con las sagradas formas que el sacerdote tiene guardadas del Jueves Santo, las que quedaron en el monumento eucarístico. ¿Por qué en este oficio no hay consagración? Porque el Viernes Santo es el día más triste de la Iglesia, porque en él recordamos la muerte de Jesús.

En el oficio del Viernes Santo hay una parte dedicada a la adoración de la cruz, que suele hacerse con la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración. ¿Por qué se adora a la cruz? Porque en ella murió Cristo y así nos redimió del pecado.

Al finalizar el oficio, la imagen queda en el centro de la iglesia para que todo aquel que quiera adorarle pueda hacerlo.

Vigilia Pascual La Vigilia Pascual es la celebración más importante de la Iglesia, porque en ella celebramos la Resurrección de Cristo.

Se celebra la noche del Sábado Santo. Comienza encendiendo una hoguera hecha con las ramas de olivo bendecidas de la procesión del Domingo de Ramos. Alrededor de este fuego, se bendice el Cirio Pascual que representa a Cristo. El Cirio se enciende con este fuego y de este Cirio se encienden las pequeñas velas que llevan los fieles. Con esto simbolizamos que Cristo es nuestra Luz. Parte de la ceniza de esta hoguera se guarda para usarla el próximo miércoles de ceniza.

Cuando la Vigilia Pascual acaba, es ya Pascua de Resurrección.

Estas son las principales celebraciones religiosas, además de la procesión, que se celebran en Cuaresma y Semana Santa. Os propongo hacer un pequeño cuaderno cofrade en el que podéis contar vuestra participación en alguno de los actos que hemos señalado, haciendo dibujos y comentando vuestra experiencia, lo que os ha gustado, lo que pensáis que puede mejorarse, etc. Esto os servirá para recordar vuestra vida de cofrade y seguro que os recordará momentos felices.

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La Guerra de Dios

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a Iglesia católica ha enseñado siempre el modo en que un católico debe afrontar el mundo en el que vivimos, con sus contradicciones y, sobre todo, sus pesares. Hay películas que muestran ese modo en el que algunos hombres se enfrentan a situaciones claramente duras e injustas en las que vencen a las adversidades. Ése es el escenario que muestra la película que recomendamos en este número del boletín de nuestra Hermandad. El film presenta a un sacerdote recién ordenado, nuestro protagonista, enviado a un retirado lugar, muy lejos del porvenir que le auguraba su madre -encandilada con las virtudes de su joven hijo- y en el que éste revelará la fuerza de su espíritu.

El lugar al que es destinado es un pueblo minero de aquellos que tanto pululaban por el paisaje de nuestro país, hasta que las leyes del mercado imposibilitaron la explotación de las riquezas de albergaba.

En ese lugar el joven sacerdote encuentra la hostilidad tanto de los terratenientes, acostumbrados a abusar de los asalariados y aplastar a aquellos que se opongan a sus ambiciones; y de los mineros, habituados a encontrar en los hombres de iglesia cierta connivencia con los patronos, cuando no, una débil oposición ante la palpable injusticia social.

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“Os envío como corderos en medio de lobos” había dicho Jesucristo cuando envió a sus discípulos a evangelizar por las aldeas de tierra santa, y esa parece ser la situación en la que se encuentra el joven sacerdote al llegar a su primera misión, su primera parroquia. La fuerza de espíritu que lleva oculta, como un hermoso tesoro el sacerdote, nacida de la verdad evangélica, romperá los fuertes muros de la sospecha y la incomprensión de todo el pueblo.

Es una película de 1953 dirigida magistralmente por Rafael Gil, guion de Vicente Escrivá y música del célebre autor del concierto de Aranjuez, Joaquín Rodrigo. A la magnífica interpretación de los actores, Francisco Rabal, Fernando Sancho o Julia Caba Alba, hemos de añadir una fotografía espléndida de Alfredo Fraile. Fue galardonada en el Festival de San Sebastián, a la mejor película y dirección, obteniendo galardón en el Festival de Venecia.

Es un lujo de nuestro cine. Del final, ¿qué decir?

Alegra el alma contemplar el triunfo de Cristo en un mundo anhelante de la bondad y belleza divina, cuando ves correr al cura hacia el destino que le depara su obispo y hace sonreír por la hermosa lección que nos da a un mundo excesivamente acomodaticio y confortable.

V

ivimos tiempos convulsos. Parece que mostrar una tendencia a expresar ideas católicas, nos relega al trastero de la historia; a ese rincón sucio y oscuro en el que arrinconamos las cosas que ya no sirven. Percibimos constantemente un menosprecio más que evidente, cuando no, una mirada condescendiente que intenta disimular, más mal que bien, un rechazo a una actitud supuestamente calificada de ingenua, que nos descalifica automáticamente ante los demás y en algunos casos extremadamente hostil.

La laicidad lo invade todo. Y todo lo católico es perfectamente rechazable; por tanto, rechazables son también nuestra historia, nuestra cultura, nuestro arte… ¿Quién no se ha sorprendido al escuchar alguna expresión de crítica, cuando no de despareció hacia nuestro pasado? ¿Quién ha mostrado interés por nuestros escritores del pasado -abrumadoramente católicos en el siglo de oro?

Esta es la realidad en la que vivimos.

Por ello, un escritor de éxito y uno de nuestros mejores historiadores como es Fernando García de Cortázar ha editado un libro titulado “Católicos en tiempos de confusión”. En él el autor, haciendo

gala de un gran acervo cultural, analiza la situación actual de nuestro país. Critica el laicismo imperante en una sociedad, en muchos casos, ignorante de las causas y las razones de la historia de la Iglesia católica en nuestro país.

Este libro es una oportunidad para desvanecer las dudas acerca del catolicismo y nuestra historia y relegar esa incorrecta lección que imponen aquellos que se creen adalides del progresismo ateo, imponiendo sus ideas y conclusiones acerca de instituciones que no conocen ni valoran.

Al final, a modo de epílogo, un compromiso, los católicos debemos pasar a la acción para reflejar el mandato de Cristo: “A nosotros nos corresponde proclamar que nuestra idea de la dignidad del hombre nos exige denunciar el escándalo de la pobreza.” // “Nos corresponde regresar al espacio público, a la arena política, al conflicto social, a la tierra en la que el cristianismo, durante veinte siglos, no ha dejado de dar la voz de alarma justa, la palabra adecuada de consuelo, el grito de escándalo ante el atropello y la promesa de felicidad que se le oculta al hombre de nuestro tiempo.”

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María del Rosario de la Chica Moreno Vocal de Formación

Católicos en tiempos de confusión

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Editorial

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Rezando con los mayores Jesús Clavado En el tiempo de Cuaresma y Semana Santa reflexionamos acerca de los acontecimientos ocurridos en la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, por ello traemos a esta página de oraciones antiguas, una hermosa oración poética transmitida por generaciones de fieles que detuvieron su mirada en el crucificado y de ese modo acercarse al misterio del Dios Salvador.

De amor sediento lloras, suspiras, y al hombre miras pidiendo amor; pero hoy el hombre se aleja frío de ti, bien mío, no oye tu voz.

Así mismo, reproducimos una oración con ribetes de añoranza de las tardes en las que los mayores enseñaban a sus hijos dulces plegarias al Niño Jesús.

Di Jesús mío, Jesús hermoso, por qué lloroso tu rostro está.

Lloras de frío, mi dulce encanto, ¿quién de tu llanto la causa fue?

¡Bendíceme Divino Niño Jesús!

Y ruega por mí sin cesar.

Aleja de mí el pecado hoy y en todo momento.

Si tropiezo, tiende tu mano hacia mí.

Si cien veces caigo, cien veces levántame.

Si yo te olvido, tú no te olvides de mí.

Si me dejas Divino Niño, ¿Qué será de mí?

En los peligros del mundo, asísteme.

Quiero siempre vivir y morir bajo tu mano.

Quiero que mi vida te haga sonreír.

Mírame con compasión, ¡No me dejes Jesús mío!

Y al final recíbeme y llévame junto a Ti, Divino Niños Jesús, que tu bendición nos acompañe siempre. Amén.

¿No es tuyo el cielo con sus primores?, ¿tuyas las flores no son también?; ¿no es tuya el ave que en la enramada alborada trina su amor; el mar no es tuyo con sus corales? pues, ¿quién tus males ocasionó?

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Hermandad

Nomenclátor

Incidencias entre el 9 de marzo de 2018 y el 5 de marzo de 2019

Nuevos Hermanos

Han sido dados de alta los siguientes hermanos: AGUILAR GONZÁLEZ, CLAUDIA ALCÁNTARA GARCÍA, ÁNGEL ANTONIO ANGUITA CANO, DAVID ASTORGA MORALES, LEYRE BERMÚDEZ CASTRO, IRENE BUITRAGO FERNÁNDEZ, MARÍA CABALLERO BARBERO, ISABEL CABALLERO BARBERO, SOFÍA CAMPOS COLMENERO, MANUEL CARRASCOSA MOLINA, ABEL CARRETERO TOLEDANO, LUCÍA CRESPO LÓPEZ, ESTRELLA CRESPO LÓPEZ, LEONOR FIDALGO NAVARRO, MARÍA DE LOS ÁNGELES FIDALGO NAVARRO, VICENTE ÁNGEL FRANCÉS CANTERO, SERGIO FUENTES PALOMINO, ANAHÍ FUENTES ZORRILLA, ALICIA GARCÍA DELGADO, CRISTINA GARCÍA ESLAVA, SOFÍA GARRIDO RUIZ, BENJAMÍN GÓMEZ DEL CASTILLO, ALEJANDRA GONZÁLEZ MIRALLES, ISABEL GRAUS GARCÍA, VIRGINIA GUTIÉRREZ TORO, CARLOTA HINOJOSA BARRACHINA, CRISTINA HOZ AGUILAR, INÉS DE LA HOZ AGUILAR, MARCOS DE LA

JIMÉNEZ FERNÁNDEZ DE MOYA, CELIA JIMÉNEZ FERNÁNDEZ DE MOYA, IRENE JIMÉNEZ UREÑA, CARMEN LÓPEZ LENDÍNEZ, RAMÓN TOMÁS LÓPEZ SANZ, MAURO LOZANO GARCÍA, PABLO LOZANO QUESADA, PABLO LUNA ESTEBAN, CARLOS MÁRMOL FERNÁNDEZ, AXEL MARTíNEZ BUITRAGO, JESÚS MARTÍNEZ MARTÍNEZ, ELENA MARTÍNEZ PELEGRINA, JESÚS MEDINA GONZÁLEZ, CLAUDIA MEDINA MERINO, ALEJANDRO MERLO RUIZ, ANTONIO MONTIJANO CANDEL, JUAN ANTONIO MORAL COLLADO, MARÍA LOURDES DEL MORALES CARAMES, MIGUEL ÁNGEL MORENA CALABRÚS, MARÍA DEL CARMEN DE LA NAVARRO CALABRÚS, DAMIÁN PALACIOS JAÉN, JOSÉ PEREA ESPINOSA, FRAN PÉREZ JIMÉNEZ, FRANCISCO JAVIER PÉREZ JIMÉNEZ, MERCEDES RIVAS ALAMINOS, PAULA SALINERO SORIANO, ANA VIEDMA RODRÍGUEZ, IVÁN

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Nomenclátor Cofrade Nomenclátor Cofrade

XXV Aniversario RELACIÓN DE COFRADES QUE CUMPLEN 25 AÑOS DE ANTIGÜEDAD EN LA HERMANDAD: ACEITUNO LÓPEZ, PEDRO JESÚS

LIÉBANA MORENO, MARÍA DOLORES

ALARCÓN VENA, RAFAEL

MEDINA DE LA CHICA, MANUEL

AGUDO LINARES, JUAN

MARTÍNEZ SACRISTÁN, CRISTINA

APONTE HERRERA, CARLOS ALBERTO

ARMENTEROS DEL MORAL, EVA MARÍA CARRILLO MOLINA, ANTONIO CASAÑAS ÁVILA, RAFAEL

CRUZ GÓMEZ, MARÍA GUADALUPE DÍAZ HOYOFRÍO, JUAN DE DIOS

GARCÍA BERMÚDEZ, MARÍA DOLORES GUZMÁN LORITE, FRANCISCO JAVIER JARA LUQUE, ANDRÉS DE LA

MIRALLES GONZÁLEZ, ANTONIO

MORALES CASTRO, INMACULADA ROA AMADOR, MARIA DOLORES ROJAS DURO, ROGELIO

SÁNCHEZ DE LA FUENTE, ANA MARÍA SÁNCHEZ GÓMEZ, JOSÉ DANIEL SÁNCHEZ GÓMEZ, SALVADOR

TELLO JIMÉNEZ, JUAN ANTONIO

Necrológica

Hemos tenido conocimiento del fallecimiento de nuestros hermanos: ROBLES LUQUE, JOSÉ LUIS PULIDO CARRASCOSA, MIGUEL ÁNGEL Rogamos una oración por sus almas a la vez que expresamos el más sentido pésame a sus familiares. setentaytres Expiración

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e Nomenclátor Cofrade Nomenclátor Cofrad

Vida de Hermandad 1

1 Bendición Nacimiento El Grupo Joven de la Hermandad instaló, un año más, el Nacimiento de la parroquia de San Bartolomé a los78pies del Presbiterio. Fue bendecido por D. Carmelo Zamora, párroco, tras la finalización de la celebración Expiración setentaytres de la Eucaristía del sábado 22 de diciembre de 2019.

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2-3-4 Pregón de la Navidad El día 22 de diciembre supuso una jornada intensa en actos, tras la Eucaristía y bendición del Nacimiento, tuvo lugar la celebración del Pregón de Navidad a cargo del sacerdote adscrito a la parroquia de San Bartolomé Rvdo.

D. Ramón López Pozas. Pronunció un pregón ahondando en la centralidad de la celebración del Misterio del Nacimiento de Jesús, cargado de emociones y sentimientos que fueron realzados con el cántico de villancicos. El Grupo Joven obsequió a D. Ramón con un recuerdo del acto celebrado que, como no podía ser de otra manera, tenía como motivo central un Misterio del Nacimiento de Jesús.

5 Rincón navideño en San Bartolomé San Bartolomé lució un rincón Navideño conformado por el Niño Jesús que presidió el Presbiterio, Nacimiento setentaytresel Expiración parroquial junto al ambón y la Capilla del Cristo que lucía a la Virgen de las Siete Palabras con la imagen del Niño Jesús en sus brazos.

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6 Función Solemne a San Juan Evangelista El 27 de diciembre la Hermandad, cumpliendo con sus cultos estatutarios celebró una solemne Eucaristía con motivo de la onomástica de San Juan Evangelista.

El Grupo Joven de la Hermandad participó activamente en la organización de este culto que fue presidido por el director espiritual de la Hermandad D. Carmelo Zamora.

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7 Misión diocesana El lunes 21 de enero se recibió en la Parroquia de San Bartolomé la Cruz de la Misión sobre las 10 de la mañana, procedente de la Parroquia de Santa Isabel. A primera hora de la tarde se celebró una oración para después partir, con la Cruz, hacia la Parroquia de San Juan y San Pedro que la recibió de nuestra comunidad.

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8-9 Ensayos de costaleros Durante los últimos días de enero y los meses de febrero y marzo se programaron diversos ensayos de costaleros de los pasos del Cristo y de la Virgen, preparatorios de la procesión del próximo Jueves Santo. Cabe destacar el ensayo conjunto de los costaleros del Cristo y de la Virgen que se celebró en la mañana del domingo 17 de febrero con el fin de conocer la técnica del costal, utilizada en el palio, por parte de los costaleros y fabricanos del Cristo.

10 Misa de Hermandad El día 2 de marzo, la Hermandad celebró la habitual Misa de Hermandad de los primeros de mes.

Vida de Hermandad

11 Junta de Gobierno preparatoria de la Cuaresma El 5 de marzo, víspera del Miércoles de Ceniza, se celebró una nueva sesión de la Junta de Gobierno de la Hermandad con el fin de ultimar los detalles referentes a los cultos y actos a celebrar durante el tiempo cuaresmal. Se cerró la sesión, como es habitual rezando a los titulares ante la capilla de la Hermandad..

12 Nueva Saya para María Santísima de las Siete Palabras El 24 de narzo, se firmó el contrato para realizar una saya bordada en hilo de oro para la imagen de María Santísima de las Siete Palabras, el acto tuvo lugar ante la Capilla de las Imágenes titulares. La saya será donada por un grupo de cofrades con 86 Expiración setentaytres motivo de la celebración del XXV aniversario de la bendición de la talla que realizara el escultor Luis Álvarez Duarte. Ha sido diseñada y será bordada por el taller iliturgitano de Pedro Palenciano y se prevé su presentación para el mes de enero de 2020.

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Itinerario para el XXV Aniversario Editorial

de María Santísima de las Siete Palabras (III)

Avanzamos un paso más en este imaginario itinerario que nos lleva a una celebración cada vez más cercana –ya estamos a menos de un año de comenzar la conmemoración- y nos detenemos en los altares de culto en los que ha participado, formando parte del Calvario o como Imagen 88 Expiración setentaytres a la que iba dirigido el culto o acto devocional.

La Hermandad de la Expiración, desde su fundación con carácter penitencial -1888-, ha celebrado cultos en honor a su Imagen titular, concretamente desde la Cuaresma de este mismo año se ha venido celebrando el Septenario ya más que centenario.

Antonio Jesús Morago Gómez

Paralela a la consolidación económica de las cofradías evolucionaban unos cultos anuales que, a partir de la mitad del siglo XX, comienzan a contar con unos altares que presidían los titulares de la Cofradía y exhibían una serie de enseres que, poco a poco, incrementaban su patrimonio. Gracias al legado del gran fotógrafo Jaime Roselló contamos con instantáneas que testimonian estos grandes montajes con un doble logro, el artístico por el gran valor estético de sus fotografías, y el documental y testimonial que nos legan estampas desconocidas por la mayoría de los cofrades. Entre ellas cabe destacar una fotografía del altar de Septenario al Cristo de la Expiración del año 1951, en el que se aprecian elementos del nuevo paso del Cristo de la Expiración y un dosel de seda natural adamascada que regaló doña Mercedes Ortega Nieto.

En la década de los cincuenta, este altar experimenta una visible evolución. Pero, el Septenario, que se había celebrado desde 1888 ininterrumpidamente, salvo en los años de la guerra civil, fue sustituido en 1960 por un “triduo de ejercicios espirituales para matrimonios y cofrades en general”, a instancia del Párroco, reanudándose en 1967, con la llegada del nuevo párroco, D. Emilio López Ruiz.

Ciñéndonos a los cultos dedicados a María Santísima de las Siete Palabras, estos se remontan a los primeros años de la década de los ochenta del pasado siglo XX, coincidiendo con su estancia en la iglesia parroquial de la Merced, regida por la Orden de los Claretianos, con especial recuerdo al rector del templo D. Emeterio Ruiz Recio, que allanó los pasos dados para que esta nueva realidad fuera posible. Se comenzó celebrando un triduo en el mes de noviembre con motivo de la onomástica del Patrocinio de María, durante algunos años éste se sustituyó por una

fiesta principal, retomándose de nuevo el triduo una vez que la Imagen volvió al templo de San Bartolomé.

El culto y la devoción a la Virgen de las Siete Palabras ha ido evolucionando hasta nuestros días con la incorporación de actos devocionales que han llevado paralelos la instalación de las estructuras requeridas para la celebración de los mismos y los altares de cultos han experimentado una evolución que ha corrido de la mano del incremento y enriquecimiento de los enseres de la Hermandad.

Al inicial triduo le han seguidos dos besamanos, en la onomástica de los Dolores de María, y en Cuaresma, en la inminencia de su subida al paso; un rosario vespertino en el mes de octubre y su incorporación al altar del Septenario formando la escena del Calvario junto con las imágenes del Cristo y San Juan; de forma extraordinaria se han instalado altares con motivo de momentos o celebraciones especiales como fueron la bendición de la nueva imagen de Luis Álvarez Duarte o la celebración del XX aniversario de esta bendición.

De nuevo, y siguiendo el esquema utilizado el pasado número dedicado a las vestimentas, utilizamos la imagen, que describe de forma exacta y concreta esta evolución, como soporte necesario de la palabra que siempre se quedará corta e inexacta.

Son muchas hora de diseño, preparación e instalación de unas estructuras efímeras que ayudan al cofrade a ascender al Misterio representado y sobre el que se pretende meditar. Un elemento que se ha demostrado necesario a través del tiempo, hasta el punto de ser motor revitalizador de estas prácticas cultuales que, por diversas circunstancias cayeron en desuso y que tan beneficiosas se demuestran año tras año para afrontar movimientos, de carácter misional, tan necesarios hoy en día en la nueva realidad de la Iglesia.

Si miramos estos altares con los ojos del espíritu y no con una actitud banal que reduce todo a una crítica mordaz y sin sentido, podremos disfrutar de este regalo para los sentidos que nos permitirá elevar el espíritu en estos días de Cuaresma en los que nos prepararemos, de nuevo, a contemplar a un Dios que, otra vez, se humaniza hasta el límite de recorrer los mismos escenarios que nos son cotidianos el resto del año.

Considero que debemos valorar esta realidad, en constante evolución, como lo que es para mí, un arte más en el entorno del barroco cofrade, el Arte de lo Efímero al serviciosetentaytres de Dios.Expiración

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Hermandad

Antonio Arias Ramiro

Nuestros ojos se vuelven a encontrar

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ervio y ansia... Son aproximadamente las 5 de la tarde de un jueves, pero no de un jueves cualquiera. Es la enésima vez que miro la hora esperando a que el reloj marque la hora señalada para prepararme y, por fin, ha llegado el momento. Apenas he podido comer (como viene siendo habitual este día) ya que cualquier cosa que entra en el estómago me baila a tempo presto. Con los años he aprendido a resignarme y ya apenas miro a través de la ventana con el temor de ver alguna nube “sospechosa”, pero aunque aún faltan algo más de dos horas para volver a encontrarnos y tras años repitiendo el mismo proceso sigo sin poder controlar esos nervios previos al ritual de vestirme.

Hoy es Jueves Santo, Jueves de Lirio y Azahar y ponerse nuestro uniforme cobra un sentido diferente. Todo está preparado sobre la cama, guerrera, pantalón, corneta etc. todo ordenado y revisado para que no falte nada pero con la sensación de que algo se olvida, llega el momento de vestirse, el orgullo de ser de la Expiración, el honor de ser Expirante te “engorda” hasta apenas dejarte entrar en cada una de las prendas. Todo tiene que estar perfecto y mientras te vistes es inevitable hacer un recorrido por todo lo que nos queda por vivir esa tarde/noche y los nervios aumentan, nervios que se irán solamente cuando nuestros ojos se encuentren y deje de verlos para estar a la estela de su espalda.

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Compruebo que pantalón y tirantes están bien ajustados para estar lo más cómodo posible. Me coloco la guerrera y me aseguro de que las palas están en su sitio justo, hoy todo se hace al milímetro, sobre el pecho luce la medalla de la Hermandad y cómo no, el lazo morado y blanco que por la mañana me ha puesto Mari Carmen Bernal a la entrada de San Bartolomé para el acto que, como ya es tradición, realiza la Banda en la exposición de pasos. Para acabar coloco y ajusto el cinturón de la guerrera y echo el último vistazo al espejo para terminar de comprobar que todo está correcto. La corneta vestida desde el Domingo de Ramos con su mantolín reposa sobre el gancho colocado en la cintura, solo falta coger la gorra y un pequeño libro de partituras.

Todo está preparado, si Dios quiere, en unas horas se invertirá el proceso y llegaré a casa para desvestirme con la satisfacción de haber cumplido otro año más el sueño que se repite cada Jueves Santo. Llega el esperado momento de apagar luces e irse y de encontrarse con el resto de compañeros en la plaza de Santa María, deseando escuchar esa frase de ¡¡VAMOS A FORMAR!!...

Solo falta disfrutar tras un año de trabajo duro, hoy encontramos nuestra recompensa a tantos días de ensayo… y ya mañana empezaremos la cuenta atrás para otro Jueves, pero no un jueves cualquiera sino para un Jueves de NERVIO Y ANSIA.

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Hermandad

Antonio Arias Ramiro

Eterna Gloria “Eterna Gloria” nace de la necesidad de un componente de recordar momentos junto a su madre. Nuestra banda pasó por unos duros momentos tras la pérdida de dos madres de nuestros compañeros. Tras esta iniciativa me puse a recaudar información sobre momentos vividos, recuerdos, etc.

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sta marcha está divida en varias partes. El inicio plasma un carácter de nerviosismo que rompe con fuerza, donde se representa la explosión de sentimientos al recibir una noticia desagradable, que es suavizada después para representar la aceptación mediante una melodía acompañada realizada por bombardinos y trombones con un contrapunto de trompeta que sigue implicando el nerviosismo. Es una melodía dulce donde se hace saber que ha asumido su destino, pero sintiendo en el fondo esa incertidumbre de qué habrá después. Tras esta parte vuelve a repetir el mismo motivo pero con la introducción de la corneta en piano que a modo de lloro nos muestra la angustia de la familia, que es rota por un silencio representando el final de una vida, pero que nos lleva a una parte gloriosa. Ella se encuentra en el reino de

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los cielos y nos hace saber que se encuentra en un lugar mejor, que nos está protegiendo y lo hará para la eternidad. Con esta parte he querido representar el amor de nuestras madres, estén presentes o no. Ellas siempre nos protegerán, lo hacen desde el momento en el que nacemos y nunca dejarán de hacerlo. Tras esta parte vuelve el motivo principal y recurro a la superposición de las melodías y armonías utilizadas sobre toda la obra cuya función es ser el recuerdo de todo lo vivido. Ellas no están con nosotros, nos protegen desde el mejor sitio desde el cielo, con la ayuda de Dios, pero nos han dejado algo que nunca se olvidará… su amor, un amor incondicional como el de la Virgen María.

Por ello, la marcha está dedicada a María Stma.

De las Siete Palabras en honor a todas las madres que se encuentran en el reino de los cielos.

Sones Ex

¿Quieres saber lo que se siente un Jueves Santo tras el Cristo de Expiración?

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trompeta o tuba?

¿Tocas la corneta, el trombón, bombardino, trompa, trompeta o tuba?

Ven con nosotros, es una banda de viento metal donde podrás disfrutar

Ven con nosotros, es una banda de viento metal donde podrás disfrutar

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Dirección: Polígono Quiebracantaros bajo (Ctra. del colesterol), acceso Rotonda “El Chato” sentido descendente, primera calle a la derecha, primera nave a la izquierda.

Hermandad

Intervenciones sobre Patrimonio de la Hermandad

Quisiera resaltar el cariño y la afinidad que me une a esta Corporación por la gran obra que tuve la suerte de realizar, el palio de Ntra. Sra. de las Siete Palabras y este trabajo supone para mí una continuidad de este estilo tan personal del que me siento tan orgulloso de haber podido participar, por lo tanto, me gustaría que la Hdad. supiera la ilusión y atención que le vamos a prestar a este trabajo.

Pedro Palenciano

En el año 2020 se cumple el XXV aniversario de la bendición de María Santísima de las Siete Palabras, con este motivo se han previsto dos acciones concretas sobre el ajuar de la Imagen. Un importante grupo de hermanos vienen haciendo donativos periódicos para la adquisición de una saya, bordada en hilo de oro, que estrenará en la procesión de este importante año de celebración de la efeméride. Solicitaron varios diseños al taller de bordado de Pedro Palenciano –autor del palio- que se presentaron a la Junta de Gobierno que aprobó el más adecuado; tras varias transformaciones siguiendo las sugerencias de los cofrades que estimaron hacerlas, se aprobó el definitivo para presentarlo a los hermanos en el Cabildo celebrado en mayo de 2018. Publicamos este diseño junto a la descripción realizada por el autor del proyecto.

La segunda actuación se centra en la recuperación de una joya que posee la Hermandad como es el manto corto bordado de María Santísima, que ha cumplido ya un generoso siglo y sobre el que se intervendrá con dos finalidades, restaurar los elementos deteriorados y adaptarlo a los usos actuales, ampliando los bordados, siempre respetando el diseño original y la forma de cola tan propia de los mantos de las dolorosas jiennenses del siglo XX. Igualmente publicamos el diseño de la intervención y la descripción de los trabajos previstos. setentaytres Expiración

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Descripción de la Saya El trabajo consiste en una saya bordada en oro a realce en terciopelo morado basada en la estética de los bordados del palio y manto de Ntra. Sra. de las Siete Palabras. El terno consistiría en saya, cinturilla y mangas.

Después de estudiar varios dibujos, se opta por la opción que contiene una cinturilla que se forma por un lazo bordado, al estilo del que aparece en el centro del manto de salida de la cofradía y enmarca una gran piña con dos flores que también son motivos muy reconocibles del manto.

Se repite la combinación de formas geométricas y en la parte inferior aparece una cenefa que le da un toque más personal que incluye partes de malla que quieren hacer referencia al borde del manto, sobre esta cenefa es donde situamos un gran festón o buhardilla con formas sinuosas y flores grandes con una cartela central conteniendo malla. Aparecen también en este diseño las hojas grandes y carnosas característica del estilo que buscamos y el enredado de cintas y roleos que hacen referencia al centro de las bambalinas.

La intención es continuar con el estilo tan particular de la Hdad. que surge del manto pero que, poco a poco, con las distintas piezas que se han dibujado se desarrolla cada vez más.

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Descripción de la intervención del manto

Pedro Palenciano Bordador

El trabajo consiste en el pasado a nuevo terciopelo, restauración de los bordados y aumento de los mismos en varias zonas, para ampliarlo.

El manto está bordado en terciopelo de seda azul oscuro y los motivos en la técnica de la cartulina casi en su totalidad, con tallos de zetillo con dibujo de acantos, flores y roleos, probablemente de estilo conventual. El manto presenta en el centro un salpicado de estrellas no muy profuso, unas golondrinas y una paloma con rayos encima de un pequeño anagrama de Ave María coronada. Estos elementos, de poca calidad, se superponen en el manto de manera inapropiada posteriormente a la realización del mismo. Según las indicaciones de la Hdad. serían suprimidos.

El estado del bordado es bastante bueno (según el primer examen previo) y solo habría que reponer un tanto porciento muy pequeño del oro de las cartulinas. Sin embargo, los tallos de zetillo habría que sustituirlos todos porque el hilo de sujeción del oro está totalmente podrido y en algunas partes se ha descosido.

Las medidas del manto son de boca 3,10 m. y de cola 3,20 m, al pasar los motivos se ampliarían estas medidas en la boca del manto a 4,20 m; por lo tanto, habría que reproducir los bordados al mismo estilo de cartulinas para adaptar la obra a las medidas de la imagen actual.

Las piezas se perfilarían con entorchado, respetando el diseño original y se bordarían las piezas nuevas en oro fino de primera calidad siguiendo las mismas técnicas, calidades y relieves que las originales.

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Hermandad

Pedro Martínez

Morenito de Jaén El torero cofrade y costalero

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ace algunos años, se publicó en este boletín un interesante artículo de Manuel López Pérez que, en homenaje a Rafael Ortega Sagrista, explicaba la antigua relación del mundo taurino con el crucificado expiracionista.

Corría el año 1923 cuando, el día de la Asunción de la feria de Agosto, se anunciaba en Jaén una novillada para los diestros Ojeda, Manolé y El Señorito, un humilde torero sevillano que tan solo un mes antes se hizo famoso por lanzarse al ruedo como espontáneo en la madrileña plaza de Las Ventas. Consiguió administrar al toro varias "verónicas", un "farol" y soberbios capotazos con mucho valor, arrancando los aplausos del respetable y la admiración de la crítica taurina de la época, lo que le valió para obtener las oportunidades que reclamaba.

A las cinco de la tarde, se abría la puerta de chiqueros de la vieja plaza de "La Alameda", llena hasta la bandera. El primer novillo de la tarde hizo su aparición, mostrándose, El Señorito, grande en la faena, quiso dar un pase por alto y el novillo lo enganchó, sufriendo una grave cornada. Quedó sumido en una persistente fiebre hasta que, finalmente, falleció a las diez de la noche del día 22 de septiembre.

El doctor D. Ricardo Ortega Nieto, padre de Rafael Ortega Sagrista, fue uno de los galenos que

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atendió al malogrado novillero y, como dirigente de la Cofradía, hizo las gestiones necesarias para que el sepelio tuviera lugar en San Bartolomé. Algunos cofrades encendieron lamparillas al Stmo.

Cristo de la Expiración para pedir por el alma del difunto y más tarde acompañaron el humilde féretro del torero hasta el viejo Cementerio del Calvario.

Por otro lado, D. Luis Escalona Cobo contaba cómo su padre, quien fuera durante muchos años fabricano de la Hermandad, cada vez que había corrida en la ciudad pasaba por la capilla del Cristo de la Expiración para encender una vela al Señor y pedir protección para los toreros.

En los años sesenta, el Gobernador Don Francisco Marín Rincón, veterinario con cierto protagonismo en el ambiente taurino, hizo hincapié en afianzar esta advocación con la ayuda de Rafael Ortega Sagrista. Así, en el Cabildo celebrado en marzo de 1964 se propuso que el Santísimo Cristo de la Expiración acogiera bajo su protección a los diestros que actuaran en el coso de la Alameda y, los días que se celebraban festejos en la ciudad de Jaén, se encendía un hachón de cera en la capilla de la Hermandad para que el Stmo. Cristo les diera su divina protección.

La cofradía atrajo a varias personas de renombre dentro del ambiente taurino como el apodera-

do Santiago Martínez López "el manco" o los matadores Juan Tirado Moya o nuestro protagonista de hoy, Morenito de Jaén.

Cuando concertamos con Manuel Cruz Martínez una charla para que contara a los cofrades de la Expiración sus vivencias dentro de la Hermandad, el brillo en sus ojos delató una gran emoción e inmediatamente comenzaron a aflorar en él recuerdos nostálgicos de una bonita época. Finalmente, nos encontramos una luminosa mañana de domingo en uno de los bares cofrades por excelencia del viejo Jaén para tomar un café y charlar un rato de lo que más nos gusta a los cofrades, de nuestro Cristo de la Expiración.

Manuel se presentó en el Manila a la hora convenida, elegante -su figura torera se mantiene por el tiempo- y nos sentamos en la terraza del bar para poder disfrutar juntos de los ensayos costaleros que en esa primaveral mañana tenían como destino inexorable la Plaza de Santa María que se hacía eco de marchas enlatadas o digitalizadas que nos ofrecían una agradable y oportuna banda sonora de fondo. Comenzó recordando al añorado cofrade D. Rafael Ortega Sagrista, a quien conoció en su etapa como directivo de la Hermandad. "Fue un gran aficionado taurino, lo que le llevó a idear que el Stmo. Cristo de la Expiración, se convirtiera en Jaén en El Cristo de los Toreros". Un repaso por la historia de la Hermandad, como hemos visto, sustentaba esta pretensión.

Manuel Cruz nació en San Sebastián el 15 de mayo de 1956 y llegó en su adolescencia a la ciudad del Santo Reino, que lo acogió como si fuera un jiennense más. Su afición por los toros le viene de pequeño, ya que su hermano mayor quiso ser torero, aunque su primer trabajo en nuestra tierra fue como camarero del mítico bar 33 del Paseo de setentaytres Expiración

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la Estación, donde recuerda cariñosamente el éxito del suculento "Sol y Sombra" –tomate de Jaén con tacos de atúnentre las parejas de jóvenes que lo frecuentaban.

En sus primeros contactos con el mundo de los toros, conoció a Santiago Martínez López, una de las personas más importantes de su carrera, ya que se convirtió en su apoderado. Santiago, trabajaba como archivero en el Excmo.

Ayuntamiento de Jaén y durante muchos años fue secretario de la Real Cofradía del Stmo. Cristo de la Expiración.

Morenito recuerda cómo acompañado de Rosa, que era su novia por aquel entonces, y de Santiago, visitó por primera vez al Cristo de la Expiración en su Capilla y se quedó prendado para siempre del crucificado. Si Santiago no me hubiera llevado hasta Él, afirma, con el tiempo me hubiera encontrado con el Cristo. Para su familia lo es todo.

Rosa, su entrañable mujer y la persona más importante de su vida lo acompaña desde aquella época y nos recuerda con cariño al bueno de Santiago. -En los años en que Manuel se abría paso en el difícil mundo de los toros, Santiago se portó muy bien con nosotros, nos ayudó siempre en todo lo que pudo. Era muy devoto del Cristo de la Expiración. Aún recuerdo cómo se emocionó cuando, en los últimos años de su vida, le dedicaron una levantá del Cristo al subir por Roldán y Marín, donde le acompañamos para ver la procesión.Manuel se inscribió como cofrade en el año 1975, bajo el mandato de Melchor

Cobo Orta, en un periodo difícil en el que nadie podía imaginar el resurgir que la Semana Santa de Jaén viviría poco después. Enseguida comenzó a colaborar en todo lo que pudo con ilusión; limpiaba enseres, sacaba brillo a los tronos, preparaba las flores de la procesión o recogía donativos para llevar a cabo los humildes proyectos que albergaba la Cofradía. Algunos cofrades aún recuerdan cómo en las mañanas del Jueves Santo, su imagen se recortaba ante las encaladas paredes de San Bartolomé, ultimando detalles en torno al paso de San Juan, en un rincón del templo, junto a la Pila Bautismal.

Rosa, con nostalgia, nos explica cómo el Stmo.

Cristo de la Expiración ha sido testigo y parte de

algunos de los momentos más importantes de su familia, incluyendo alguna que otra reconciliación entre jóvenes enamorados; su boda el día de Santa Catalina, el 25 de noviembre de 1983 a las 12 del mediodía, en la que fueron acompañados por algunas de las personas más relevantes de la Hermandad; o años más tarde, el bautizo de su querida hija Rosa María en 1993. Su primer hijo Francisco Manuel, nació en 1984.

Con el tiempo, Manuel fue adquiriendo más responsabilidades y estuvo desempeñando el cargo de fiscal en la procesión hasta que en 1980, con la llegada de Joaquín Sánchez Estrella, fue nombrado fabricano de San Juan. Añora las juntas de gobierno que tesetentaytres Expiración

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nían lugar en la taberna de Manolé, del que guarda un gran recuerdo y que también fue aficionado a los toros. Emocionado, nos recuerda aquellos años. -Para mí fue una época maravillosa, en la que no había lujos, pero sí mucha humanidad y una gran devoción e ilusión. En la Cofradía éramos como una familia.- Al mismo tiempo, comenzó a destacar por su valor y entrega en las novilladas en las que toreaba, hasta llegar a ser uno de los novilleros punteros de su generación.

En la sesión de Junta de Gobierno de 31 de octubre de 1980, se acordó encender un hachón morado ante el Stmo. Cristo de la Expiración los días que torease Morenito, que estaba haciendo un gran papel en la temporada taurina. Meses más tarde, se decidió la supresión de las ruedas en los pasos procesionales de la Cofradía y Manuel fue testigo de los primeros pasos del Cuerpo de Costaleros, que fue fundamental en el resurgir de la Cofradía y en el de la Semana Santa de nuestra ciudad.

De alguna manera, históricamente ha existido una fuerte relación entre la pasión taurina y la devoción cofradiera y en el seno de la Hermandad, Manuel coincidía con grandes aficionados a los toros como Abelardo Méndez Calvo, Rafael Ortega Sagrista, Luis Escalona Cobo e incipientes aficionados como Nono Vera o Eugenio y Antonio Jesús Morago, entre otros.

Cuando por motivos profesionales dejó la Junta de Gobierno, pasó a formar parte del recientemente creado Cuerpo de Hermanos Costaleros; es de los pocos que no solo tiene el privilegio de haber sido costalero el mismo año del Stmo. Cristo de la Expiración y de María Santísima de las Siete Palabras -Cuando salías del paso del Cristo, ibas corriendo a coger el paso de la Virgen que por aquel entonces, en que estábamos empezando, necesitaba ayuda para completar los turnos. Debajo de un paso todo el mundo arrima el hombro, pero el torero… ese nunca se queda atrás.- sino que también es uno de los pocos toreros que puede contar sus vivencias como costalero -Tanto al torear como al portar las Sagradas 112 Expiración setentaytres

Imágenes se viven emociones tan fuertes que de alguna manera se pueden comparar, cuando vas rezando debajo de un paso, metes hombros y aprietas con todo tu esfuerzo para llevar con orgullo al Cristo en el que te apoyas a lo largo de tu vida, es como si te reclinaras sobre tu propio padre; cuando estás en mitad del ruedo en el que encomiendas a tu Cristo tu salvación y estás dándole pases a un buen toro, vives un sentimiento tan intenso, que no cambiarías ese momento por nada del mundo- el que vives debajo de la Imagen de tu devoción tampoco lo cambias por nada.

Tras años en la parte alta del escalafón como novillero, finalmente, como no podía ser de otra forma, tomó la alternativa en el coso de la Alameda de manos del malogrado Paquirri el 21 de abril de 1984, Sábado Santo.

Para la ocasión, no quiso olvidar a su Cristo

y Morenito de Jaén lució junto al traje de luces nazareno –morado- y oro, un precioso capote de paseo bordado en oro, en cuyo centro aparecía bordada la efigie del Stmo.

Cristo de la Expiración y del que no se separó a lo largo de su carrera como matador de toros. El magnífico capote de paseo morado fue un regalo que le ofrecieron sus amigos, y la Cofradía contribuyó a su confección con 5000 pesetas, pese a la delicada situación económica en la que se encontraba. En los tendidos, buena parte del cuerpo de Costaleros de la Hermandad apoyaron a Morenito con emoción y, desde entonces, siempre que pudieron, estuvieron presentes en las corridas que toreó. El maestro Cuadrado, que en su día compuso la apreciada marcha "Cristo de la Expiración", quiso dedicarle el pasodoble "Morenito de Jaén" que se comenzó a tocar en las faenas que toreaba. setentaytres Expiración

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Morenito, recuerda lo mal que lo pasa- mente, se ofreciĂł a la Junta de Gobierno para ba los aĂąos que no podĂ­a participar en la organizar un festival taurino con el fin de Capote de paseopor de “Morenito con la imagen del Stmo. de la ExpiraciĂłn.

Procesión torearde-JaÊn�, Por aquel entonces te-Cristo sufragar la costosa restauración del Cristo, nía un Simca 1000 y debía salir de viaje con por lo que la Hermandad se mostró agrademuchalaantelación, echabaque mucho de menos con el travÊs de una carta.que Fi-lo muerte tristeza de pensar los suyos morirån no de cida nio Postigo lo diestro recibirån a con gran júbilo por saber poder estar el Jueves Santo BartolomÊ.imagen delalStmo.

Cristo la hambre, que los destrozos que en en San su cuerpo hicieron los nalmente, que a ellos leslallegue es lo que morir les legĂł sude hijo.

cuernos toro. campaĂąas de ĂŠxito y llegĂł a ExpiraciĂłn Tuvodelvarias fue restaurada por el Instituto del ÂĄEl SeĂąorito ha muerto! los revisteros, HistĂłrico a los empresarios, una peseta, solo una torear en las plazas mĂĄs importantes de Patrimonio EspaĂąol.

MuriĂł jugĂĄndose la vida para conquistar vejez

Espaùa, como Las Ventas, aunque, una Êl recoCon el paso de los aùos tuvo que dejar de tranquila paralesus ancianos e imposibilitados padres. su vida se encuentran desamparados despuÊs de haber noce, que faltó apoyo y un poco de suer- participar cómo costalero y comenzó a vestir el soùadodeunestatutos momento para con una vejez tranquila‌� describir la pena,delatener desilusión de estos traje te¿Para para quÊ triunfar, a pesar una dedicaacompaùar al crucificaviejecitos que tenían sus esperanzas en elcrishijo doEl tuvoen Êxito el 27nazarenas. de septiembre ción absoluta a la puestas profesión.

Como buen dellamamiento San BartolomÊ las yfilas modelo de hijos buenos‌? se iniciaba una suscripción a la que respondió toda tiano, antes de torear se sumía en la oración En el mundo de los toros, tras pasar por Espaùa.

Algunos periĂłdicos como El Pueblo CĂĄnLlevemos un poco de consuelo a esa casa donde tan para brindarle su vida al SeĂąor y su Madre, algunas temporadas difĂ­ciles, en las que apegrande el dolor como miseria. tabro,tuvo de Santander, abrieron para suscripciones concluMarĂ­aesSantĂ­sima delalas Siete Palabras, de los nas oportunidades demostrar su Llevemos a esa casa un poco de pan, un poco de conyentes.

El popular Circo Americano, instalado en que siempre llevaba consigo una gran canti- valĂ­a, tuvo que cambiar el oro por la plata, la suelo, porque los viejecitos padres del malogrado AntoMadrid, dio una funciĂłn para engrosar la suscripdad de estampas. muleta por el capote y los rehiletes, hasta 32 ExpiraciĂłn sesentaydos A lo largo de la conversaciĂłn recuerda con que, finalmente, se despidiĂł de la aficiĂłn de tristeza el suceso en el que el brazo izquier- JaĂŠn colaborando en el festival benĂŠfico que do del Cristo se desprendiĂł del cuerpo de organiza la AsociaciĂłn EspaĂąola Contra el ĂŠste. Morenito, que ese aĂąo no formaba parte CĂĄncer en nuestra capital el 7 de marzo de del cortejo, subiĂł corriendo en su busca, en- 2015, consiguiendo cortar las dos orejas a un tre lĂĄgrimas de dolor e impotencia. RĂĄpida- gran novillo, a pesar de que sufriĂł una cogi114 ExpiraciĂłn setentaytres

da que le causó doble fractura costal y un fuerte traumatismo renal.

Pasa la vida lentamente, o no, pero, Rosa y Manuel, no pierden ni la fe ni la devoción, siendo habitual encontrarlos en Misa en San Bartolomé y siempre finalizan la Eu-

caristía rezando en la capilla de la Hermandad al Santísimo Cristo de la Expiración y a María Santísima de las Siete Palabras, a los que siempre se han encomendado.

Gracias por todo Maestro. setentaytres Expiración

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Manuel Ayora Gómez

¡Gracias, papá!

Vivencias Cofrades

Hermandad

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esde que tengo uso de razón, recuerdo cómo cada mañana de Jueves Santo me levantaba nervioso y corría hacia la ventana para ver cómo estaba el cielo y gritaba: “Papá, papá ¿saldremos?”. Mi padre, aparentando tranquilidad, siempre me decía que ante la menor duda era mejor quedarse en casa.

Acto seguido me ponía mis mejores galas ya que, como mi padre me recordaba, en San Bartolomé nuestros titulares nos esperaban también en todo su esplendor, en sus pasos.

Una vez allí, en San Bartolomé, mi hermano Pedro, mi padre y yo, comenzábamos nuestro ritual particular: donativo y lacito púrpura y blanco; a continuación, nos parábamos en el dintel de la puerta, haciendo una reverencia primero a nuestro Cristo y luego a la Virgen y, acto seguido, nuestro padre nos llevaba casi de la mano hasta la capilla, donde nos esperaba San Juan. Allí, rezábamos los tres juntos y, ahora sí, comenzaba nuestro Jueves Santo. Echábamos una mano aquí y allá en lo que cada uno podía, saludábamos a hermanos cofrades y amigos y, como colofón, escuchábamos a nuestra banda. La mañana tocaba a su fin y, tras comer todos juntos con la cuadrilla de mis padres, bajábamos a “descansar” hasta la estación de penitencia (¡cualquiera se dormía con esos nervios!).

Llegaban las siete de la tarde y, de vuelta en San Bartolomé, mi hermano, mis primos y yo siempre discutíamos sobre quién sería el que aguantaría más en la procesión ese año, éramos niños y hacerla entera nos sonaba a hazaña imposible. Yo, inocentemente, presumía de que mi padre era uno de esos nazarenos que salía con una vara en la presidencia. Al final, sin que nos diéramos cuenta, todo había acabado y estábamos de vuelta en nuestro templo y, una vez que nuestras imágenes descansaban ya en él, nos marchábamos a casa. Eso sí, mi padre y yo, por muy cansados que estuviéramos, nunca nos íbamos a la cama hasta ver a Jesús salir y, una vez estaba en la calle, nos íbamos juntos a descansar y dábamos por concluido, ahora sí, nuestro ritual particular hasta el próximo Jueves Santo.

Así era cómo vivía junto a mi padre los Jueves Santos cuando era pequeño, con la ilusión que él me enseñó y transmitió. He de decir que, por aquel entonces, no estaba muy involucrado en la cofradía y era algo que disfrutaba de Jueves Santo en Jueves Santo. Mi padre nunca nos insistió lo más mínimo, ni a mi hermano ni a mí, para que “subiéramos” a la cofradía y nos involucráramos. Tenía su particular forma de mostrarnos todo lo que a él le apasionaba y a lo que había dedicado tanto tiempo desde que tenía ocho años. Y digo “particular forma” porque no le hacía falta explicar cuál era el motivo por el cual él había invertido tanto tiempo allí, simplemente te lo enseñaba con un cariño especial y, al final, sin darme cuenta, me había transmitido todo “eso” y llevo ya más de 6 años en la Junta de Gobierno intentando estar a la altura de lo que mi setentaytres Expiración

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Así era cómo vivía junto a mi padre los Jueves Santos cuando era pequeño, con la ilusión que él me enseñó y transmitió. He de decir que, por aquel entonces, no estaba muy involucrado en la cofradía y era algo que disfrutaba de Jueves Santo en Jueves Santo. Mi padre nunca nos insistió lo más mínimo, ni a mi hermano ni a mí, para que “subiéramos” a la cofradía y nos involucráramos.

padre y mi hermano ya hicieron como miembros de la misma.

Cualquiera que conociese a mi padre sabía el fervor que levantaba en él la imagen de San Juan Evangelista. Defendió esta imagen hasta el último momento y, por ella, llegó a presentarse a hermano mayor, con el único fin de intentar que continuara procesionando. Con el paso del tiempo he entendido, gracias a lo que hizo mi padre, el significado de la palabra “hermandad”; ya que, después de perder una de las elecciones más reñidas que ha tenido nuestra cofradía, se ofreció a la junta electa, candidatura contra la cual había perdido, para ayudar en lo que hiciera falta. Una persona que creyó siempre en sus principios e ideas y que siempre tuvo claro que la palabra “hermandad”, “hermano” debía prevalecer sobre cualquiera de las diferencias que se presentaran en la cofradía.

Poco tiempo después de marcharse mi padre, me ofrecieron unirme a la priostía del Cristo y, gracias a ello, descubrí a los que ahora considero mi segunda familia. Gracias a todos ellos, sigo conociendo día a día más cosas sobre mi padre y no hay nada que más me enorgullezca que ver el cariño y aprecio con el que cada hermano cofrade se acerca a mí y me cuenta alguna anécdota vivida con él.

Y es que ahora, cuando llegan las siete de la tarde en San Bartolomé, ya sea bajo las trabajaderas del Cristo o bajo la túnica de mi padre, sé que él está junto a mí, acompañando al Cristo de la Expiración, y eso es lo que más feliz me hace en este mundo. Gracias papá, gracias por enseñarme lo setentaytres Expiración que es el Expiracionismo.

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Editorial

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Fotografía Cofrade

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Fotografía Cofrade

Juan M. Galisteo Lorite

Tratamiento Digital (IV) LA FOTOGRAFÍA HDR APLICADA A LA TOMA HDR (alto rango dinámico) La fotografía HDR es una técnica fotográfica que intenta simular la vista humana, permite ver muchísimos tonos desde el blanco hasta el negro.

El ojo humano podría ver un HDR que tendría un contraste 1/10.000 aproximadamente, lo que supondría 14 pasos en fotografía. No es lo mismo ver una imagen en un monitor que verla en papel.

En los programas de HDR es mejor mandar el archivo ya revelado, tiff, jpeg, etc. para que ellos no tengan que hacer el proceso de revelado.

La fotografía HDR – en inglés High Dinamic Range – es una técnica que aumenta el rango dinámico de una imagen y hace que la fotografía se parezca más a lo que ven nuestros ojos. Permite recuperar e incluso realzar información de la imagen que, de otra forma, sería prácticamente imposible.

Con la fotografía HDR se puede conseguir acercar la imagen que percibimos en la realidad a una fotografía.

Es lógico que la fotografía HDR esté muy de moda en la actualidad, incluso hay cámaras y smartphones de fotos que incluyen, mediante una aplicación o incluso de fábrica, la toma automática o semiautomática de este tipo de fotografías.

No existe una técnica universal y única.

Habitualmente se toman varias fotografías de la misma escena sin mover la cámara de sitio. El numero de fotografías a tomar varía en función de la luz. La idea es tomar una foto con la exposición correcta, otra subexpuesta y otra sobre expuesta. Así mediante un software específico y mediante una serie de algoritmos produciríamos produciríamos una imagen HDR.

Técnica para conseguir un HDR bueno:

Hacer tres tomas, la primera para las luces, la segunda para las sombras, y la tercera para los medios tonos. ¿Qué diferencia tomamos para cada tono?

En teoría habría que hacerlo con fotómetro midiendo luces, sombras, etc; los programas de HDR funcionan mejor cuanto mayor sea la distancia de una toma a otra.

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Como vemos en las mediciones buenas hay dos puntos de diafragma, mientras que en las mediciones malas hay un punto de diafragma de diferencia.

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Fotografía Editorial Cofrade

NORMAS PARA CONSEGUIR UN HDR DE CAPTURA:

Sería interesante medir con fotómetro las dos partes de la foto, luces y sombras.

Todo tiene que estar quieto, utilizar trípode y tener mucho cuidado con escenas donde pueda haber movimiento, viento en los árboles, playas (olas), etc.

Activar en cámara el bloqueo de espejo para evitar movimientos.

Evitar cualquier movimiento en la escena.

Trabajar siempre al menor ISO posible. ¿Cuál es este ISO? El que nos diga el fabricante que vendrá en el libro de instrucciones, por supuesto tomar las tres tomas al mismo ISO. El diafragma tiene que ser fijo, como vemos en los ejemplos, corregiremos siempre la velocidad.

El horquillado de tonos puede ir de 2 hasta 7, o sea desde dos tomas hasta siete.

Los horquillados tendrán que tener como mínimo un punto de diferencia; no vale que tengan 1/3.

No mezclar luces ejemplo: un flash de relleno.

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CÓMO HACER UN HDR CON PHOTOSHOP (automáticamente):

Primeramente revelamos los archivos en formato jpeg, como vemos en la foto.

Directamente desde bridgets seleccionamos los archivos y nos vamos a: Herramientas – photoshop – combinar para HDR pro, modificar a 32 bits y mover el histograma.

Nos aparecerá una ventana donde ajustaremos los tonos y detalle. El detalle tiene que ver con las zonas medias. Quedando una toma en photoshop que podremos ajustar para finalizar nuestra toma en HDR. Éste es uno de los ejemplos más rápidos y fáciles de realizar. Han surgido multitud de empresas que ofrecen un programa o aplicación de HDR, como Adobe Lightroom que, por cierto, ha mejorado muchísimo en sus últimas versiónes disponibles en Adobe Cloud y, además, es de los más rápidos y precisos que he visto; también está Photoshop, Aurora HDR o Photomatix, entre otros.

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Fotografía Editorial Cofrade

¿Se puede hacer HDR con una sola fotografía?

Sí. Se pueden forzar los tonos de la fotografía, para ello una cámara que tenga un sensor con un amplio rango dinámico – como los que usan Sony, Canon, Nikon, Hasselblad y Phase one, entre otros – tendrá ventajas sobre otra que no tenga un rango dinámico tan amplio.

Al realizar un mapeado de tonos se intenta conseguir el mismo efecto que con la toma de varias fotografías; sin embargo, los resultados son más limitados.

Un uso muy agresivo de la técnica HDR puede crear efectos irreales y exagerados, lo que podría denominarse como la típica imagen HDR, muchas veces con connotaciones negativas.

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Historia Fotografía Cofrade Editorial

Desde que la Exposición Universal de Paris en 1859 donde la fotografía se expuso junto a las artes clásicas (pintura, grabado, escultura) y la comercialización de la primera cámara Kodak de 1888, la fotografía empezó a ser accesible para la clase media. El siglo XX trajo consigo una auténtica explosión en la fotografía y, junto a los fotógrafos profesionales, proliferaron numerosos aficionados que han dejado huellas de la vida cotidiana de las ciudades, imágenes desaparecidas que gracias a ellos hoy podemos conocer detalles de aquellos años, costumbres, y las más diversas expresiones artísticas.

En esta sección, estamos repasando estos fotógrafos de la ciudad de Jaén. En esta ocasión se trata de don José Mediano Sáenz, otro de los componentes de la célebre tertulia del café España, propiedad de don Enrique Cañada, nacido en Jaén en 1889, con residencia en Bernabé Soriano 38, su afición a la fotografía le llevó a colaborar en la Revista don Lope de Sosa, acompañando reportajes fotográficos de los monumentos, paisajes, objetos artísticos de los lugares que visitaba el grupo excursionista compuesto por Enrique Cañada, Ramón Espantaleón, Cándido Medina, Manuel Alcázar y Eduardo Arroyo.

Hijo de Manuel y Brígida, su padre que nacido en Rasillo de Camero (Logroño) llegó a Jaén y trabajó en el establecimiento de don Sixto Santamaría, haciéndose cargo del mismo en 1871, dedicado a ferretería, papel, coloniales, quincalla, etc. Nego-

José María Mesbailer Vázquez

cio que continúo José Mediano Sáenz, situado en la calle León y Llerena, 5 (Cerón). Ejerció diferentes cargos en organizaciones locales, secretario del Tiro Nacional durante muchos años (su padre Manuel Mediano, fue uno de los fundadores), tesorero de la sociedad propietaria del Teatro Cervantes (también su padre fue uno de los socios accionistas que iniciaron la sociedad con 150.000 pesetas en 1905) hasta 1927, que fue vendida a don José Fernández Cuevas. En estas dos entidades coincidió con destacados miembros de la Cofradía de la Expiración, como Azpitarte, Cabezudo, y el gobernador Ildefonso Quesada González. Fue Concejal del ayuntamiento de Jaén siendo alcalde el independiente don Fermín Palma García, que dejó un grato recuerdo en la ciudad por la labor desarrollada.

Calles de Jaén, la Cruz del Castillo, Nuestro Padre Jesús, Santo Rostro, Tiro Nacional, son algunas de las fotografías que se han conservado. A los cofrades de la Expiración, nos ha llegado una fotografía del Cristo entrando a la calle Obispo Aguilar, de 1924 (Machín); fotografía recogida en Senda de los Huertos en su número 57-60, es una de las consideradas históricas dentro de la Hermandad, porque refleja numerosos detalles históricos de la Imagen, iluminación, balcones, ropas, empedrado de la calle; describe por sí misma un tiempo que ha quedado recogido en esta grandiosa fotografía. Falleció en Jaén en noviembre de 1974.

Bibliografía: Senda de los Huertos números 57-60 La fotografía estereoscópica en Jaén Memoria en Sepia (Isidoro Lara Martín-Portugués) Don Lope de Sosa, años 1917,1918 (Alfredo Cazabán) Historia del Comercio e Industrias Riojanas (Santi de Santos) Jaén 100 años de historia (1900-2000) (Fernando Lorite García) El Cervantes (Benito Rus Morales) Archivo Instituto Estudios Giennenses 128 Expiración setentaytres

Historia Fotografía Cofrade

José Mediano Sáenz

Espantaleón, José Mediano y Bonifacio de la Rosa.

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Armaos desfilando por la Carrera.

Editorial

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Historia FotografĂ­a Cofrade

Teatro Cervantes principio siglo.

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Editorial

Historia Fotografía Cofrade

Bendición Santo Rostro 1924.

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Cuaderno Morado

de Sangre

Espinas

María Amalia Fe y Olivares

Las espinas rompieron la tersura de su frente, remanso de pureza.

El poso de mi culpa y su vileza dejó en su boca un gesto de amargura.

Sangre, polvo, sudor, saliva impura velaron de su rostro la belleza.

Nada pudo quitarle su nobleza, su augusta majestad y su dulzura.

La sangre que brotó de cada espina cegó la lumbre de sus bellos ojos y curó de las almas la ceguera…

El Padre nos miró en su faz divina y olvidó nuestra culpa y sus enojos dando al hombre la gracia que perdiera.

El Madero

de la Cruz

José María Pemán

Vio venir el madero de la Cruz como un tallo de rosa.

Lo recibió en los brazos abiertos como se recibe una esposa.

Y el árbol seco va a dar su fruto sazonado.

Ya no habrá Cruz sin Dios crucificado.

No ha subido a la Cruz para decirnos una arenga.

Ha subido a humillarse y a tener Él sólo la razón por todo el que no la tenga.

Le hemos dado la madera por el pan, según profetizaba Jeremías. Él recibió la Cruz como nosotros sus Eucaristías.

Yo debiera decirle: Señor, espera, espera.

Yo llevaré por Ti la pesada madera…

Pero eso ha de decirlo Él mismo: si es su decreto soberano que yo, pobre gusano, llegue a saber de Amor de esa manera.

Lágrimas perdidas Francisco de Quevedo

Después de tantos ratos mal gastados, tantas obscuras noches mal dormidas; después de tantas quejas repetidas, tantos suspiros tristes derramados; después de tantos gustos mal logrados y tantas justas penas merecidas; después de tantas lágrimas perdidas y tantos pasos sin concierto dados, sólo se queda entre las manos mías de un engaño tan vil conocimiento, acompañado de esperanzas frías.

Y vengo a conocer que en el contento del mundo, compra el Alma en tales días, con gran trabajo, su arrepentimiento.

Ante el Cristo de la Expiración

Luis Carpio Moraga

Expiras por salvarme que vil criatura soy, y a tus amores doy salida de mi ser, para ahuyentar recelos que mi egoísmo hielan, al par que me flagelan las alas del deber.

Quisiera, Padre mío, cumplir tus mandamientos, aunque, sin fin, tormentos llegase a padecer.

Mas conseguirlo dudo: mi carne tiene al suelo, y mi alma tiende al Cielo… ¿Quién llegará a vencer?...

Mas, torpe, no adivino que labro mi ruina, pues a mi pecho inclina la losa del dolor…; vagando o raudo, cruzo del monte la espesura y esquivo la luz pura que irradias de tu amor.

Da a mi alma victoria, al tiempo de mi muerte, para que llegue a verte ¡y goce de tu gloria!

Al Cristo de la

Expiración de Jaén Martín Lorenzo Paredes Aparicio ¡Ay Señor lenta se te va la vida!

Solo los lirios sostienen tus ojos.

Tu rostro alzado como los hinojos busca la voz del cielo que no olvida.

El naranjo en la noche triste llora.

Su quietud es la virtud de una tierra de amor jaenera. Fe que nunca entierra.

Creencia que invoca a la dorada aurora. ¡Cristo tu lamento en el aire vuela!

Y tu voz se desvanece en la agonía más profunda, llanto que nadie anhela.

Y cuando el alba temprano llega.

Expiras con dulzura y el trueno calla. ¡Y el cielo azul nuestras miradas ciega!

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Juan Manuel Galisteo Lorite

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Columnata

El influjo luterano

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MarĂ­a del Rosario de la Chica Moreno

Al final de su vida reconoció estar espantado de su obra: “Me veo obligado a confesarlo: mi doctrina ha producido muchos escándalos. Sí; no lo puedo negar; estas cosas frecuentemente me aterran.”

Destapó la caja de Pandora y vislumbró la división de la Iglesia que él decía haber reformado, “¿Cuántos maestros distintos surgirán en el siglo próximo? La confusión llegará al colmo.”

Nada más lejos de la realidad. Lutero fue un hombre capaz de volver lo derecho del revés, pues era un maestro de la confusión. Es cierto que la Iglesia le ha retirado la excomunión que pesaba sobre él y hay en ella un interés creciente de reconocimiento tras los pasos de los últimos Papas1.

Sin embargo, Lutero, con su conducta, ha separado de la verdadera Iglesia de Cristo a sus seguidores; muchos de los problemas sociales de nuestro mundo están ocasionados, en gran medida, por su afirmación de que los hombres deben oír más a su conciencia que a las enseñanzas de los Santos Padres, los concilios y los Papas; ha apartado a millones de personas de los Sacramentos -que él redujo a uno y medio-; despojó a las iglesias de todo ornato, no para disminuir la pobreza de los más desfavorecidos -como muchos piensan y justifican-, sino para hacer más ricos a los ricos -pues todas las riquezas de los templos, acabaron en manos de los potentados y señores. No hubo en ningún territorio disminución de la pobreza; fue suave y condescendiente con los príncipes -llegó a mentir para justificar la bigamia del duque de Hesse -uno de sus protectores-, y duro, extremadamente duro con los campesinos levantados en su época para mejorar la humillante situación de siervos de los señores feudales; no alzó la voz para denunciar los excesos de los clérigos romanos -puesto que en tierras germánicas existía la misma situación de degradación entre la jerarquía eclesial, y él lo toleraba sin problemas-, sino para contradecir la doctrina de la Iglesia, en materia como la 1 El papa Juan XXIII inició el movimiento ecuménico que puso en marcha el Concilio Vaticano II, en favor del acercamiento con otras confesiones cristianas. setentaytres Expiración

Columnata

V

ivimos en una sociedad en la que el hombre es cada vez más exigente con los demás, al tiempo que más condescendiente consigo mismo. Es una realidad incontestable que nuestra Iglesia y todos aquellos que la conformamos, somos el blanco de los ataques de los que se posicionan frente a nosotros -aunque ellos mismos pertenezcan también al pueblo de Dios- y nos reclamen un mayor compromiso y una mayor coherencia con lo que significa declararse cristiano.

Sin dejar de aceptar su parte de razón, y asumiendo el necesario esfuerzo por ser mejores de lo que somos, y que nuestra labor evangelizadora debe sostenerse más en los actos que en las palabras, nos damos cuenta de que esta sociedad sólo pretende, con sus ataques, justificarse a sí misma, en lugar de aspirar a una verdadera transformación del mundo.

Esto me recuerda todas esas falsas verdades con las que los medios de comunicación lanzan como órdagos, dardos de verdad, siendo las mentiras más abyectas. Tales hechos han hecho que muchos entre nosotros aceptemos lo falso como verdadero, que es como decir, lo malo por lo bueno.

Aún continúa emitiéndose en una cadena de televisión un programa que con la excusa de mostrar parte del territorio donde vivió Lutero, muestran a éste como un hombre extraordinario, impulsor de unos valores que se han convertido en la base de nuestra sociedad occidental. Presentan la libertad, la conciencia, la razón, como sus principales logros, frente a una Iglesia católica, la nuestra, a la que exponen como exigente, intolerante, retrógrada e inhumana…

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Columnata

Esta es la gran misión que tiene la Iglesia católica: acercar a los bautizados a su seno. Poner todo el empeño en desterrar la tan manida expresión “soy creyente, pero no practicante”.

Y en esto las cofradías tenemos también que contribuir, pues disponemos de un enorme potencial para atraer a los más jóvenes. Aprovechémoslo. veneración de la Madre de Dios, los Santos, el purgatorio -o como lo llaman hoy, el estado de purificación-, y aquella espantosa afirmación, -espantosa por sus consecuencias-, de que el hombre está justificado sólo por la fe y no necesita obras para salvarse. Declaración que a mi parecer, en muchos casos, es origen y causa de la injusticia social de nuestro mundo.

Todo esto no son suposiciones, pues a Lutero le gustaba escribir, así que manifestaba sobre el papel todos sus pensamientos y deseos. Tales como su reconocimiento antisemita. Escribió “Sobre los judíos y sus mentiras”, libro que le sirvió tristemente a los nazis para justificar el asesinato de seis millones aproximadamente de personas -nunca se podrá conocer la cifra exacta-. Así lo manifestaron los nazis juzgados en Nuremberg.

Era un enemigo de la razón. Solía decir que el hombre no era libre y por tanto negaba el libre albedrío. Eso sí, parece que la vanidad era uno de sus puntos débiles, pues se hacía llamar “doctor Martín Lutero”, y como colofón, desgraciadamente fue un gran hereje: Escribió “Yo soy quien lo afirmo, el doctor Martín Lutero, hablando en nombre del Espíritu Santo”. “No admito que mi doctrina pueda juzgarla nadie, ni aun los ángeles. Quien no escuche mi doctrina no puede salvarse”.

Al final de su vida reconoció estar espantado de su obra: “Me veo obligado a confesarlo: mi doctrina ha producido muchos escándalos. Sí; no lo puedo negar; estas cosas frecuentemente me aterran.”

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Destapó la caja de Pandora y vislumbró la división de la Iglesia que él decía haber reformado, “¿Cuántos maestros distintos surgirán en el siglo próximo? La confusión llegará al colmo.”

Y continúan las terribles consecuencias de su obra. Su mal se ha difundido en el mundo católico, ya hay quien habla de la gran apostasía de los creyentes católicos, al referirse al abandono de muchos católicos de sus prácticas religiosas; de no acercarse a recibir los sacramentos -pocos ven ya la necesidad de recibirlos-. Esta es “la gran obra” de un hombre que no se dejó la piel para denunciar a los malos seguidores de Cristo, sino para destruir todos los medios -los sacramentos- que Jesús instituyó para salvar a los hombres.

Pero cómo podemos revertir este abandono de la práctica del catolicismo, de los siete sacramentos, que corresponden a todas las etapas y momentos importantes de la vida del cristiano. Sacramentos de iniciación cristiana, Bautismo, Confirmación y Eucaristía; Sacramentos de curación, Penitencia y Reconciliación, y Unción de enfermos; Sacramentos al servicio de la comunidad, Orden sacerdotal y Matrimonio.

Esta es la gran misión que tiene la Iglesia católica: acercar a los bautizados a su seno. Poner todo el empeño en desterrar la tan manida expresión “soy creyente, pero no practicante”. Y en esto las cofradías tenemos también que contribuir, pues disponemos de un enorme potencial para atraer a los más jóvenes. Aprovechémoslo.

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Columnata

Eduardo López Aranda

D. Santiago García Aracil

y las Hermandades y Cofradías Su relación con la Expiración

L

a tarde del pasado veintiocho de diciembre daba comienzo con la noticia del fallecimiento del que fuera Obispo de la Diócesis, el Excmo. y Rvdmo. Sr. don Santiago García Aracil, por lo que creí conveniente que mi participación de este año en Expiración estuviera dirigida a intentar recordar a los que lo vivieron, poner de manifiesto a los que no lo conocieron y evocar la figura de este Pastor de nuestra Iglesia diocesana que tanto dio a Jaén, a las cofradías, sin pretender elaborar una semblanza biográfica sino centrarme -más bien- en su trabajo con las cofradías y en sus relaciones con la Expiración. Pero es conveniente comenzar resaltando -pues así tendremos algunas claves de su actuar- la enorme capacidad de trabajo de don Santiago, su fuerte vocación evangelizadora, su profundo sentido de la amistad, su cercanía y su gran sentido del humor, como así atestiguan diversas anécdotas en reuniones de todo tipo que no tienen cabida aquí.

El cuidado pastoral de don Santiago hacia nuestras cofradías me atrevería a decir que no tiene precedente alguno en la historia del episcopado giennense. Hasta el año de su llegada a la diócesis de san Eufrasio, era una constante entre los dirigentes cofrades la queja hacia nuestros pastores por su falta de dedicación a nuestras asociaciones, 150 Expiración setentaytres

limitándose, en las mejores de las ocasiones, a predicar los cultos (donde los había) o a participar en la procesión anual. Con don Santiago, por el contrario, se empiezan a poner los cimientos de un soporte doctrinal amplio, específico para las cofradías, aclaratorio y didáctico de la conciencia y misión del cofrade, variado, exhaustivo y completo que aportó el instrumento para impulsar definitivamente la tan ansiada y demandada formación cofrade a la que, con honrosas excepciones, se presta poca atención. Pero, en aquel momento, con la ya expuesta vitalidad evangelizadora de nuestro Obispo como respaldo, se pedía y se dio en abundancia.

No es cuestión -porque no es objeto de esta colaboración- ahondar en la abundante producción bibliográfica destinada a las cofradías durante los dieciséis años de episcopado de García Aracil. Dejando a un lado la ingente cantidad de cartas, saludos, artículos y colaboraciones en boletines, revistas, prensa y demás medios sobresalen -a mi entender- el volumen recopilatorio de las Exhortaciones Pastorales a las cofradías que recoge las anteriores desde diciembre de 1988 al mismo mes del año 2000, editado con motivo del Jubileo del III milenio de la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo. Una amplia variedad de temas imbricados

Lema episcopal del Obispo García Aracil

Spes mea in Deo 6 de enero de 2001. El Obispo se reviste en la Capilla de Hermandad para el inicio de la procesión, hasta la Catedral, de la misa de Clusura del Jubileo del año 2000.

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Columnata

íntimamente en la razón de ser cofrade, tratados con profundidad y dejando ver la preocupación del Pastor diocesano por sus cofradías manifestando él mismo -como un principio programático- en lo que sería su paso por el Jaén cofrade mi interés por vosotros y mi empeño en que caminemos juntos con ánimo de conversión y superación1.

Especial atención merece también el Manual del Cofrade editado en el año 2003 y en cuya redacción y confección tuve el honor de colaborar junto al entonces Vicario de Apostolado Seglar, don Eduardo Moya Calahorro. En el referido manual se intenta exponer con claridad qué es una cofradía y qué es un cofrade a lo largo de sus más de trescientas páginas. Aunque todo no quedó ahí pues, como ya se ha dicho, bajo el episcopado de don Santiago se elaboró un auténtico corpus doctrinal, jurídico y devocional específico para las cofradías y hermandades de imprescindible uso continuado para quien quiera responder con seriedad y rigor a las exigencias de la vida cofrade.

Mas no se centra exclusivamente la atención de don Santiago a las cofradías y hermandades en la elaboración de documentos y materiales formativos; junto a la lección, la acción. Si bien la Delegación Episcopal de Cofradías y Hermandades había nacido como Secretariado a raíz de la publicación de las normas para la reforma de Estatutos promovida por la Diócesis como consecuencia de la promulgación en 1983 del nuevo CIC, reforzado posteriormente por la Carta Pastoral de los Obispos del Sur de España para Hermandades y Cofradías, publicada por PPC en 1988, es a principio de la década de los años noventa del pasado siglo cuan1 GARCÍA ARACIL, S: Una llamada a la renovación. Exhortación Pastoral con motivo del I Encuentro con las Cofradías y Hermandades. Cofradías para el Tercer Milenio, p. 8. Departamento de Publicaciones, Obispado de Jaén. 2000 152 Expiración setentaytres

do tienen lugar diversos y trascendentales acontecimientos en la vida cofrade de la diócesis. Por un lado, se acomete la reestructuración de las Agrupaciones de Cofradías, hecho éste que comienza en 1993 unificándose las corporaciones de Pasión, Gloria y Sacramentales en un ámbito arciprestal.

También, se procede a una exhaustiva regularización jurídica de las casi cuatrocientas cofradías y hermandades existentes, época que me tocó vivir muy intensamente desde el puesto de Secretario de la mencionada Delegación en el que junto al recordado don León Suárez Palomares, a la sazón Delegado episcopal, tuve la oportunidad de sumergirme en una realidad ilusionante pero a la que había que llegar por un camino lleno de obstáculos y sinsabores en forma de afanes de protagonismo, intereses de todo tipo ajenos a los propios fines, deslealtades, traiciones y un largo etcétera que constituyeron una particular vía dolorosa por la que también tuvo que caminar don Santiago en múltiples circunstancias pues muy pocos son los que notaron que, con todos su defectos, quería a las cofradías y nunca, en foros ajenos, permitía que nadie cuestionara la identidad y la labor cofrade.

Fruto de esa preocupación surgían las incomprensiones y los ataques adornados muchas veces con el insulto hacia su persona tal y como en cierta ocasión me obligaron a abandonar una sesión de la Agrupación de Cofradías cuando parte de sus máximos órganos directivos se permitieron lanzar sus exabruptos contra nuestro Padre y Pastor por una simple sugerencia que había efectuado a una Agrupación cuya estructura él mismo había creado y mediante la que se facilitaba -entre otras cosas- que estuviese gobernada por aquellos que ahora se permitían insultarlo sin pudor ni respeto alguno.

Prueba del trabajo de la Delegación fue la ardua tarea de recorrer toda la geografía provincial conociendo la realidad una por una de las cofradías; la reforma de los Estatutos con sus continuas revisiones y estudio; las convocatorias de elecciones; la posibilidad de que aquellas cofradías para las que su status jurídico supusiera una carga se convirtieran en grupos parroquiales. Se solventaron incidentes, algunos de ellos de gravedad; se elaboró todo un repertorio normativo que aún sigue vigente casi en su totalidad. Mucho trabajo, en definitiva, para poner en orden a cofradías y hermandades como primer paso para que fueran objeto ad intra y ad extra de la tan necesaria nueva evangelización a la que insistentemente nos instaba San Juan Pablo II. Otro logro lo constituye el nacimiento de las Escuelas de Fundamentos Cristianos, algo que vio la luz con muchas expectativas pero que, a mi juicio, no se ejecutó como es debido para dar cabida a una formación integral y en caso necesario, específica, al cofrade convirtiéndose -por el contrario- en una escuela de aspirantes a Hermano Mayor. No obstante, también hay que ver el aspecto positivo de su recorrido y cómo a lo largo de estos años han sido muchos los que han acudido a su seno con la única pretensión de mejorar en la comprensión de su fe.

Don Santiago sintió un afecto especial hacia la Hermandad de la Expiración que, me atrevería a decir, tiene su origen en la visita pastoral que el Obispo realizó a la Parroquia de San Bartolomé los días 26 y 27 de noviembre de 1993. El día 27 tuvo ocasión de reunirse con la Cofradía en los salones parroquiales que tan gratos recuerdos me traen pues allí, don Antonio Ceballos nos complementó la catequesis de primera comunión que habíamos recibido en el Colegio Los Ángeles los alumnos de don

Manuel Moya en el año 1973. En esas dependencias don Santiago tuvo la ocasión de tomar el pulso -quizá por primera vez- a la Cofradía de la Expiración y estoy convencido de que, vistos los años posteriores, la opinión y el afecto de don Santiago por la corporación expiracionista fue de alta y más que justificada estima hacia quienes desde su responsabilidad y vida cofrade eran y son ejemplo en la vida cofrade giennense.

El día de la Virgen de la Capilla de 1994, tuvo lugar un hecho trascendental en la vida de la Cofradía de la Expiración. Cuando la Ciudad de Jaén celebraba con júbilo la fiesta de la Patrona, se autoriza por el Obispo a la Hermandad a adquirir la nueva imagen de la Santísima Virgen de las Siete Palabras, hecho éste que, pudiendo parecer algo normal, hay que entenderlo desde la escrupulosa actitud de nuestro Pastor a la hora de autorizar la adquisición de imágenes, pues solamente prestaba su firma a proyectos de contrastada calidad en todos sus aspectos y -sobre todo- a iniciativas de peso en las que mucho tenía que ver la seriedad de la Cofradía peticionaria. XXV aniversario, pues, este año, de la incorporación de la bellísima imagen salida de la prodigiosa gubia del maestro hispalense Luis Álvarez Duarte y en la que podemos contemplar la cautivadora belleza de la Madre convertida en relicario del último discurso de amor del Hijo sobre la tierra.

El Jueves Santo de 1999 don Santiago esperaba a la puerta del convento de San Antonio la llegada de la Cofradía para incorporarse a la misma y acompañarla en su recorrido procesional cuando le llega la noticia de que un brazo de la imagen del Santísimo Cristo de la Expiración se había soltado y la venerada imagen anda “mutilada” por las c a l l e s de Ja é n y, e s p e c i a l m e nt e, e n u n a setentaytres Expiración

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Columnata

Jueves Santo de 1999, presidido por D. Santiago García Aracil tras el incidente sufrido en el brazo del Cristo.

particularísima vía dolorosa en el corazón de sus cofrades. Una vez en San Bartolomé, don Santiago supo ver y sentir junto a la Expiración, sufrir con la Hermandad ese dolor de contemplar a su Cristo más roto que nunca y transmitir como Padre y Pastor la tremenda lección que ese día Jesús dio a Jaén, en una emotiva intervención ante la Junta de Gobierno de la Cofradía, d o n d e s u s p a l a b r a s d e á n i m o, comprensión, estímulo y reconocimiento a pesar de las circ unsta ncias, demostraron el profundo afecto que el Prelado profesaba a la Cofradía.

Prueba inequívoca de lo dicho anteriormente es la solícita atención del Obispo a la petición que la Cofradía efectuó el tres de marzo del año dos mil para que se otorgara a la Corporación el carácter de Hermandad Sacramental.

Esto no fue fruto de una petición aislada y sin sentido sino que, por un lado, fue fruto de un minucioso proceso de análisis en la Delegación episcopal y -me consta por vivirlo en primera persona- del interés e impulso del Obispo a la petición y, además de que era algo así como el reconocimiento expreso a la secular tradición cofrade de la Expiración que siempre consideró el culto eucarístico como un deber primero del cofrade y que en ese momento, cuando la Iglesia universal celebraba el inicio del segundo milenio de la Encarnación del Hijo de Dios, se convertiría en fin esencial del actuar y del ser de la Cofra154 Expiración setentaytres

día a partir del catorce de junio del año mencionado más arriba cuando, mediante Decreto del Obispo García Aracil, se otorgaba a la Cofradía dicho carácter Sacramental.

Sería interminable relatar las ocasiones en las que hubo una colaboración estrecha y cercana con don Santiago desde la Hermandad y que él supo valorar con paternal afecto y, en su caso, corregir también cuando era necesario.

En su despedida, una vez concluida la celebración eucarística en la que habíamos colaborado por enésima vez en la organización, Ramón Guixá y yo, junto al facistol de la Catedral, nos despedíamos un poco más íntimamente de don Santiago y recordábamos junto a nuestro Obispo aquellos momentos difíciles por los que había pasado en su trayectoria giennense y que, a pesar de ellos, Ramón profetizaba que se le echaría de menos y se recordaría con afecto su figura -como yo hago hoy aquí- a pesar de la mezquina injusticia con que muchas veces fue tratado por quienes, por su condición de cristianos comprometidos, debían haber mostrado su respeto más exquisito y su afecto filial a quien era su Padre y Pastor. Pero la autosuficiencia que le da a algunos ponerse una chaqueta con olor a incienso añejo, una corbata y una medalla, les permite cuestionar la autoridad de quien por naturaleza y derecho la tiene y que precisamente los ha colocado en un puesto para que ejerzan una labor pastoral encomendada, bien directamente al Hermano Mayor que ha nombrado o por delegación de éste a otros.

Cofrades que cambian la estación de penitencia de su hermandad por una silla en la carrera oficial cuando ya no están en la Junta de Gobierno ni les conviene el Hermano Mayor de turno; miembros de Junta que se quejan cuando a su hermandad se le encomienda colaborar en ciertas actividades pa-

rroquiales; cofrades que profesan ideologías y pensamientos radicalmente opuestos a la doctrina cristiana; visitadores de cultos y actos que son capaces de atacar el honor de las personas, mientras ponen caras, cuando los ven, que inspirarían al mismísimo Bernini…Por todo esto don Santiago sufría y oraba con la confianza puesta en que algún día el deseo o el hecho de pertenecer a una hermandad fuese fruto del compromiso cristiano y eclesial y no la cura de un complejo de inferioridad y el anhelo de protagonismos vacuos que para nada se corresponden con las palabras del Bautista en el evangelio de Juan: Él debe crecer y yo menguar (Jn 3,30). Porque en tanto en cuanto el cofrade no comprenda -y así se le haga ver desde los órganos responsables del gobierno de la hermandad– que la pertenencia a una hermandad supone la asunción del compromiso de vivir más intensamente su vida cristiana a través de unas determinadas advocaciones que han de llevarlo a la contemplación de los misterios en ellas representados y al convencimiento firme de progresar en su vida ascética y espiritual, no servirá para nada asistir a unos cultos, subirse a una tribuna, revestirse con una túnica o portar una imagen.

Don Santiago a quien hoy recordamos trabajó incansablemente desde su decidida vocación por la evangelización, como decía al principio, para que nuestras cofradías fueran verdaderos centros de difusión del evangelio y siempre lo hizo con la firme esperanza de que vais a tomar muy en serio, con todo esfuerzo, e inasequibles al desaliento, la empresa de actualizar y mejorar vuestras asociaciones, y la coherencia de vuestros miembros, de modo que toda la riqueza de vuestra expresión de fe, no quede oculta por las apariencias contrarias causadas por los defectos y perezas. 2 Requiem aeternam dona ei Domine.

2 GARCÍA ARACIL, S: Op. cit., p. 16.

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