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profesa para acabar con un grito al cielo que levantó los primeros aplausos.
Sería esta la tónica de su pregón, pues el público supo reconocer la calidad de un texto escrito desde el interior, con toda la experiencia que atesora, como si estuviera curtido a base de años, de vivencias, de un sentimiento que espera aflorar algún día y que un 26 de marzo de 2023 al fin vio la luz.
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Era no solo su pregón deseado, sino también el de Guadalcanal. El de un pueblo que se vio reflejado en cada palabra, en cada calle. Y para calle, la de D. Antonio Porras cuando la Virgen de la Paz, de la que es costalero José Ángel pasa cada Miércoles Santo en su trayecto de vuelta a la parroquia. Una calle por la que suena siempre La Madrugá, de Abel Moreno y que sonó también este domingo mientras disertaba sobre esta hermandad y sobre esta imagen en concreto. Lo hizo con la banda de fondo sin que ni el pregonero ni la propia banda se estorbasen para nada. Como si dos joyas brillaran al unísono, sin restarse calidad, todo lo contrario, no hacen más que sumar.
Música como protagonista

Palabras hubo. Muchas, durante todo el pregón. Todas sentidas, medidas y puestas en su preciso lugar. Pero a las palabras las acompañó la música. Una música de la que el propio pregonero no quiso olvidarse en su discurso, ni tampoco es sus sones. La música, la puso en directo la Banda de Música Ntra. Sra. de Guaditoca, que a las ya mencionadas Virgen del Valle y La Madrugá, sumó obras del calado de Sevilla Cofradiera o Corpus Christi entre otras. La música también la puso
Marcos a la guitarra, quien interpretó la marcha Amarguras, en el pasaje que el pregonero dedicó a la titular de su hermandad, de la Hermandad de Ntro. Padre Jesús. Un hecho insólito en la historia de nuestros pregones que puso de manifiesto, una vez más, lo bien planteado que estuvo un pregón al que no le faltó un detalle.
Junto a esta importancia de la música, la perfecta entonación, el hecho de no olvidar ninguna ima- gen de las que procesionan estos días, hubo otros detalles que hicieron de este un pregón grande, como la referencia a las madres, al referirse a Ntra. Sra. de la Soledad. Un pregón, en definitiva, que ha supuesto uno de los más bellos ejercicios cofrades de cuantos se recuerdan en la historia de nuestros pregones. Un pregón a la altura de nuestra Semana Santa. Hermoso, sentido, mimado y lleno de sabiduría.