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Alcolea - Guadalcanal
4-1 El Infantil cae por primera vez en la temporada en casa del Alcolea y luchando contra los elementos

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Redacción
Algún día tenía que llegar la primera derrota, pero siempre pensamos que lo haría con justicia, y no de la forma en que lo hizo.
Para empezar, el resultado no reflejó la igualdad que se vio sobre el terreno de juego. El Guadalcanal no fue nunca inferior al Alcolea como para llevarse cuatro goles en contra. Pero es que, además, hubo condicionantes que de no haberse sucedido tal vez estuviéramos hablando de un resultado bien distinto. Uno de estos condicionantes fue el del arbitraje. Al filo del descanso el Guadalcanal ganaba por cero a uno merced a un gol de Jorge Gallego cuando el balón,
en nuestro campo, da en el colegiado. La norma, inserta hace ya un par de años pero no por ello menos absurda e ilógica, obliga a parar el juego y a dar el balón a quien lo llevara. El árbitro, aplicando criterio propio, dio el esférico al Alcolea en plena área nuestra propiciando, en un gesto antideportivo por parte del equipo local el uno a uno. Ya en el comienzo del segundo tiempo un riguroso penalti, por una supuesta mano pegada al cuerpo permitió al Alcolea adelantarse en el marcador. La afición local hizo el resto para que su equipo caminara hacia la victoria. Y entre ese resto destacó la profusión de insultos a nuestros jugadores y la incitación a los suyos para practicar algo que no merece la pena llamar fútbol. Hoy que propugnamos por el juego limpio, por el deporte sano y por los valores que deben imponerse en el fútbol acciones como estas deberían estar descartadas de todos los terrenos de juego e incluso sancionadas. Una vez más se están sembrando vientos que mañana pueden ser tempestades. Y entonces ya será tarde para detenerlas.
En lo que respecta a nuestros chicos, cabeza alta y a pensar en el próximo encuentro. Llegó la primera derrota, no es ninguna deshonra, seguimos primeros.