Mi experiencia...

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MI EXPERIENCIA


Published : 2013-01-22 License : CC-BY


TABLE OF CONTENTS 1. 2. 3. 4. 5. 6.

¿Cuál escuela? La " Antonio" ... Los de primero... Los de cuarto... Yo vs. Ellos... La semana... esa semana...



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1. ¿CUÁL ESCUELA? Aún recuerdo ese día, llegamos todos a la escuela esperando saber qué escuela nos sería asignada para ir de visita de observación, ayudantía y práctica. Por fín, después de más de año y medio de estar en la Normal iríamos a "trabajar" a las escuelas. Claro que seguiríamos el proceso común, primero observar, luego planear, aplicar y por último retroalimentar. Varios de nosotros estábamos ansiosos por concer las escuelas, la mayoría se localizan por el rumbo de donde vivo: Tlalmanalco y Amecameca. La Escuela Primaria "Dr. Maximiliano Ruiz Castañeda" estaba dentro de las opciones. Yo ahí estudie toda mi primaria. En un principio no quería que me tocara esa escuela, ya que se encontraba muy cercana a mi casa, y he de confesar que me daría miedo que después de estar en una escuela tan cercana no pudiera después salir a la calle con la libertar de llevar puesto pijama. El momento había llegado, y aunque

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poco tiempo atrás había comenzado a ver las posibles ventajas de estar en esa escuela, la principal el horario. Desafotunadamente no fui muy suertudo, pues me correspondío en una escuela que la maestra llamó "La Antonio". Yo la desconocía por completo. El lado positivo era que me había tocado 4° (creo que soy mejor maestro de grados superiores). Lo primero que pensé fue: ojalá me vaya bien.

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2. LA "ANTONIO"...

El primero día de observación llegamos t emprano, ent rando a la escuela nos present amos con el Direct or y le agradecimos que nos permit iera est ar en su escuela. La verdad nos t rat ó muy bien, siempre muy dispuest o al t rabajo. La escuela era muy grande, t enía una cancha de fút bol casi t an grande como la de un est adio. Cont aba con diversos servicios, como sala de cómput o, sala audiovisual, audit orio, 4 módulos de baños, una t ienda de consumo escolar, ent re ot ros. La dist ribución de los salones est aba de acuerdo a los grados, de t al forma que los 5 edificios cont enían

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3. LOS DE PRIMERO...

Recuerdo que en las primeras visit as de observación las realizamos en t res días:miércoles, jueves y viernes. El primer día est uvimos en primer grado, en específico, a mí y a mi compañera Lizbet h nos t ocó el 1° "C", un grupo pequeño pero con gran act ividad. Me agradó est ar en ese grupo, los niños eran muy agradables y a pesar de necesit ar mucha especificidad en sus t rabajos, no t enían mayor inconvenient e con nosot ros. Vienen ahora a mi memoria los nombres de algunos alumnos míos de aquel día como Zoe o Carlos Ant onio. La verdad aquellos niños me hicieron sent ir muy bien, e incluso logré llegar a jugar con ellos en el recreo divirt iéndome.

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En clase, algunos t enían varios problemas para leer y escribir, pero eso lo sabían resolver muy bien pidiendo ayuda a sus compañeros. Algunos incluso desconocían de los números. Pocas veces pudimos est ar en cont act o con ellos en cuest ión de la conducción, pero simplement e puedo describir a aquellos niños como agradables.

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4. LOS DE CUARTO... Llegó el día mart es, y t odos en general est ábamos más que nerviosos, ansiosos, ya que hoy conoceríamos por fin el grupo en el que t rabajaríamos dent ro de casi 3 meses !Qué nervios! A mí me t ocó el grupo de 4° "B", a cargo de la Profesora Paula Villamar Tijera. No sabía yo ni cuál sería mi salón hast a que al ent rar a la escuela, el Direct or y la Subdirect ora nos present aron a cada uno de nosot ros, en mi caso me present ó la segunda, y de nuevo ¡Qué nervios!

Ent ré al salón y la profesora ni siquiera me saludó, ella simplement e se sent ó en su escrit orio y los niños permanecieron callados por complet o. Eso me sorprendió y a la vez me espant ó.

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Tomé asient o al final del salón, sent ándome con un niño desconocido para mí. La clase se llevó a cabo con los niños sent ados en sus lugares sin hacer ni un sólo ruido, y la profesora sent ada en su escrit orio. Fue sorprendent e para mí, jamás había vist o un grupo que est uviera callado y sent ado. Lo más impresionant e fue que la profesora no t enía que grit ar para que los niños permanecieran así. Algunas clases cambiaban de dinámica, ya sea t rabajando con el libro o pegando hojas en el pizarrón para que los niños buscaran los concept os, pero pocas veces ví a los niños de pie o escribiendo en el pizarrón. Algunos niños de hecho se refugiaban en el silencio, sin hacer ninguna expresión respect o a la clase. Con el t iempo me di cuent a que la profesora no era de las que les gust a plat icar y salir a "chismear". Por el cont rario, era muy int rovert ida, pues en una reunión que t uvimos para analizar un acuerdo, se sent ó hast a at rás y jamás hizo coment ario alguno.

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En los demás días pude ver que los niños no eran callados ni "bien port ados" (¿quién es bien port ado?), ya que cuando la maest ra se ausent aba los niños no le t omaban import ancia a absolut ament e nada. En una ocasión, aproveché para realizar con ellos una especie de "diagnóst ico" de su sit uación. Hicieron un mapa ment al con 4 ramificaciones principales sobre ellos, su familia, su ent orno y su comunidad. Tuve ent onces un gran ret o, pues me percat é que yo no t enía el mismo est ilo de la profesora y por el cont rario, yo no lograba que est uvieran quiet os t rabajando t odo el t iempo. He de confesar que al principio no me agradaba mucho el grupo ni mi profesora, pero los niños supieron ganarse ese afect o, que poco a poco llegó a convencerme de est ar en ese grupo.

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5. YO VS. ELLOS... Después de haber ya observado a nuest ro grupo en varias ocasiones, los profesores t uvieron que ir a la Normal para poder explicarles la forma de t rabajo con nosot ros. En est e día, a nosot ros nos correspondió ir a cubrir el grupo de nuest ros profesores. Est o sólo podía significar una sola cosa: sería nuest ro primer día con los niños solos, podríamos hacer cualquier act ividad o t rabajo que quisiéramos, conoceríamos a fondo a los niños, comenzaríamos a creernos profesores.

¿Qué podía salir mal? En realidad, muchas cosas, que los niños no nos hicieran caso, que se salieran de cont rol, que nos at acaran o nos lincharan (exagero un poco). Yo

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pensé que los niños no me harían caso en ningún moment o. Tuve que idear act ividades que me permit irían el t ener cont act o con ellos y mant ener su at ención. Llegó el día indicado y la cosa est aba ext raña, los niños no sabían que la maest ra no asist iría, varios se sorprendieron. Inició la act ividad física y no hubo mayor problema. Sin embargo cuando ingresamos al salón, el ambient e cambió de t ono, iniciamos "hablando como robot " para t rabajar la división silábica. Pocos me ent endieron, y algunos no lograron dividir bien las sílabas. Result ado de la primera clase: un desast re. En esa act ividad me llevé t oda la mañana, y en varias ocasiones t uve que levant ar la voz, a t al grado que para el recreo yo ya est aba afónico. Durant e el recreo algunos niños me invit aron a jugar, lo que hacían regularment e, y accedí. Ese moment o me permit ió conocerlos de una forma dist int a, no como su maest ro, sino como un amigo: conocí que Jesús es muy apegado a mí, que Úrsula es muy llevada con t odos, que Bryan es muy act ivo, que Mariana es t ímida pero muy part icipat iva, que César es muy alegre y amable y que Aldair es muy posit ivo.

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De regreso al salón no t enía llaves, por lo que no pudimos ent rar, ent onces Aldair t uvo que ent rar por una vent ana y abrir el salón ¡qué bueno que nada salió mal! De nuevo fui "el maest ro" y t uve que comenzar a grit ar y regañar para poder hacer la act ividad ahora de Mat emát icas, se t rat aba de operaciones básicas, pero no lograban concent rarse, sólo querían y pedían salir a jugar. Pero soy el maest ro ¿cómo los voy a sacar a jugar cuando deben quedarse aquí para repasar? Ent onces conocí una part e de mi ser docent e que no conocía hast a ahora: creo que aún pienso como niño. En conclusión, accedí. Salimos a jugar y como ya no me quedaba voz, los niños se organizaron sólo. Al final del día t enía una cifra posit iva: cero lesionados.

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6. LA SEMANA... ESA SEMANA... Bien, ya había pasado casi 2 meses de que estuvimos cubriendo el grupo de los profesores, y ya habíamos hecho las planeaciones de todas las actividades a desarrollar en esta semana (y nos habíamos vuelto locos haciéndolo), y teníamos ya todo preparado (ahora me pregunto si enserio lo teníamos todo preparado). Lunes, 6:30 de la mañana, sonó mi despertador, me levanté y me vestí, me peiné, desayuné, tomé mis cosas y salí a la chamba. Mi última palabra fue "espero sobrevivir". Llegué a la escuela temprano, ví a mis compañeros y como era de esperarse todos estában nerviosos.

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Ingresamos y pude percatarme que los niños no nos esperaban, por el contrario, estaban más enfocados en platicar acerca de lo que hciieron en vacaiciones y en lo que Los Reyes Magos les habían traído. El tiempo pasó, al igual que el homenaje. Lo primero que pensé fue que esta semana sería un reto completo del cual tenía yo una meta: salir vivo, teniendo en cuenta que lo que tenía que hacer era simplemente lo que había esperado tiempo antes, dar clases. He de confesar ahora que en varias ocasiones tuve problemas y deficiencias en cuanto a mi actuar, pudo ser que la planeación que hice no fue lo suficientemente agradable para los niños y no lograba mantener el interés, tal vez fue que en algunos momentos no supe mantener su atención y lo heché a perder (me pasó en historia cuando todo iba tan bien), o tal vez, simplemente fue que estaba aprendiendo y me di cuenta de algo: tengo mucho por aprender.

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Había momentos en los que miraba a los niños y me preguntaba ¿realmente les servirá el saber qué es una entrevista? O aún más importante ¿les interesa saber qué es una entrevista? No pretendo justificarme, pero sí mostrar mis pensamientos. La verdad no culpo a los niños que se mostraron poco atentos y que preferían salir a jugar. Cadavez que decían eso simplemente me percataba de lo que son: niños. Durante la semana, reafirmé lo que ya me había dado cuenta, de que siendo maestro de los niños tenía yo una postura que en varias ocasiones no me gustaba. Durante la clase decía: siéntante, presta atención, no molestes al compañero, guarda silencio, trabaja. Pero cuando llegaba el recreo era otro, y los niños lo sabían, incluso me buscaban para jugar. Viene a mi mente ahora otra reflexión: ¿es correcto jugar dos

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roles?, ¿qué retienen los niños de eso? De algo estoy seguro: a los niños les agradaba más el maestro juguetón que el regañón. Sin embargo confieso que no era nada sencillo el estar pasando por los pasillos y no decir la frase: ¿qué pasó, y el trabajo? Los niños van a la escuela a aprender, y sin duda alguna aprenden varias cosas: a t rabajar bajo t iempo, a recibir sansiones, a t ener un jefe, a ser pasivos, a hacer filas, a esperar su t urno, a est ar en orden ¿Eso era lo que debían aprender? Seguro eso lo recordarán t oda su vida, pero ¿recordarán la ent revist a? Una pregunt a más ¿deben recordar la ent revist a?

Del inicio del párrafo anterior, me surge otra duda ¿de qué quieren "aprender" los niños? Mi programa me dijo que tenía que ver en esta fecha la entrevista (por mencionar el caso de español), pero es el programa el que pasa 5 horas y media dentro de un salón donde se realizan actividades que no propone el niño.

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