Declaraciones de poder para 365 dias del año Tomo 2

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VENCIENDO EL DESÁNIMO JUNIO 9 “Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres” (1 Reyes 19:4). La oración de Elías a Dios me impacta. Aquel que dijo: “Manda tu fuego, que la gente sepa que eres Dios” (1 Reyes 18.37), estaba diciendo: “Quítame la vida, no puedo más”. ¿Venía del espíritu esta oración o de sus sentimientos, o era su reacción ante la situación? Elías no es el único que se sintió así, esto también le ha sucedido a líderes, a hombres y a mujeres de Dios que al sentirse intimidados caen en depresión. Y lo único que puede levantarles es un toque sobrenatural de Dios. Pero a veces, un sólo toque no es suficiente. El ángel tocó a Elías dos veces. El profeta se había deprimido y necesitaba un toque más poderoso que los que ya había experimentado. Dios lo bendijo y lo fortaleció; recibió la palabra, pero se durmió. Y así fue como quedó en el mismo lugar. ¿Cuántas veces nos sucede lo mismo? Oímos la Palabra dada por Dios, la recibimos, pero nos dormimos como Elías. No avanzamos, sino que permanecemos en ese lugar del desasosiego y la angustia.


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