POESÍA ROMÁNTICA

Page 1

POESÍA ROMÁNTICA

de Colombia

Santiago de Cali,1837- Ibagué, 1895

Su única novela, María (1867) es considerada una de las obras más destacadas de la literatura hispanoamericana del siglo xix.

La novela narra la historia de los amores trágicos de María y su primo Efraín, en el departamento del Valle del Cauca.

Jorge Isaacs

Si publico yo letrillas que aunque tengan siete pelos en latas de bizcochuelos andarán por las hornillas; si tres Marisabidillas,

porque eróticas no son las ponen de discusión creyendo que me hacen daño, tal día hará un año.

Ved qué pulcro y relamido sale don Rufo a paseo. ¿Quién dirale chocho y feo si vive tan persuadido? Se cree brillante partido, y si no ha pedido a Inés, porque esta muy niña es; si se la dan, no es extraño, tal día hará un año.

¡Pobre Paula! ¿Quién creyera que los seis lustros mortales la hallarán en sus cabales sin que esposo le lloviera? Si no obstante persevera, si aguarda por otros dos en vez de servir a Dios y la mata un desengaño, tal día hará un año.

Tal día hará un año

Siempre dice don Perico cuando el dos pagar no quiero «mi negocio es el dinero» le matara y no replico; mas si luego saca el pico por cuenta del interés que había de ganar al mes, y trago y sudo el engaño, tal día hará un año

Al ver con su anciana esposa al rozagante Camilo al instante me horripilo como si viera otra cosa: ella tísica y celosa y él tan sin Eva que Adán... Si algún escándalo dan en el tranquilo rebaño tal día hará un año.

Viendo al fin que se rendía tanto amante al matrimonio quiso unirse pobre Antonio a la espléndida María. Por papá ya se tenía, mas si luego resultó que nones le disparó de hiperbólico tamaño, tal día hará un año

Si Cervantes ver pudiera ¡cómo le plagian los hombres! Diferencias en los nombres, don Quijotes por doquiera,

sin duda le produjera deliciosa hilaridad; y si por esta verdad me llaman gólgota hogaño, tal día hará un año.

Si jugando lotería sentado junto a Francisca al descuido me pellizca por alguna bobería, callo el ambo3 que tenía y apunto por once al diez; si se incomoda otra vez cuando el liso es el escaño, tal día hará un año.

Me pondera Carolina aquel pasaje más tierno de la «Boca del infierno» que se ha leído la indina. Si luego a Pepe alucina con ese aire de pudor que en su rostro encantador que en juego pone a su amaño, tal día hará un año.

Si a Marceliano el tronera4 que parece una ascua de oro fiole tienda don Teodoro para ponerle en carrera; si en el monte el calavera apunta sin ley ni Dios veinte cóndores5 a uno como si fueran de estaño, tal día hará un año

Un lustro, ¡suerte tirana! Cuento de dulce himeneo6; sin embargo, cuando veo pasar de taco a Mariana aún me hiere la inhumana si por verle no sé qué entre encajes, meto un pie hasta el tobillo en el caño «Tal día hará un año».

La tumba del soldado

El vencedor ejército la cumbre salvó de la montaña, y en el ya solitario campamento que de lívida luz la tarde baña, del negro terranova20, compañero jovial del regimiento, resuenan los aullidos por los ecos del valle repetidos.

Llora sobre la tumba del soldado, y bajo aquella cruz de tosco leño lame el césped aún ensangrentado y aguarda el fin de tan profundo sueño.

Meses después, los buitres de la sierra rondaban todavía el valle, campo de batalla un día; las cruces de las tumbas ya por tierra Ni un recuerdo, ni un nombre... ¡Oh!, no: sobre la tumba del soldado, del negro terranova cesaron los aullidos, mas del noble animal allí han quedado los huesos sobre el césped esparcidos.

Julio Arboleda

(Timbiquí, 1817-Sierra de Berruecos, 1862)

Conocido como "El Poeta soldado", fue un escritor, abogado, periodista, empresario, esclavista y político colombiano, miembro del Partido Conservador Colombiano.

Inició su incursión en el mundo de las letras con la creación del periódico El Independiente, que fundó durante su época de universitario en Popayán.

Infeliz del que busca

El infeliz del que busca en la apariencia la dicha y en la efímera alabanza, y muda de opinión con la mudanza de la versátil pública conciencia!

El presente es su sola providencia; cede al soplo del viento que le lanza al bien sin fe y al mal sin esperanza; que en errar con el mundo está su ciencia

¡Y feliz el varón independiente que, libre de mundana servidumbre, aspira entre dolor y pesadumbre

A la eterna verdad, no a la presente, conociendo que el mundo y sus verdades son sólo vanidad de vanidades!

A la mudanza de la fortuna

Yo vi del rojo sol la luz serena turbarse y que en un punto desparece su alegre faz, y en torno se oscurece el cielo, con tiniebla de horror llena.

El Austro proceloso airado suena, crece su furia, y la tormenta crece,

y en los hombros d e Atlante se estremece el alto Olimpo, y con espanto truena.

Mas luego vi romperse el negro velo deshecho en agua, y a su luz primera restituirse alegre el claro día.

Y de nuevo esplendor ornado el cielo miré, y dije: ¿Quién sabe si le espera igual mudanza a la fortuna mía?

José Eusebio Caro

(Ocaña, 5 -Santa Marta, 1853)

Fue un filósofo, poeta y escritor neogranadino. También fue ideólogo y fundador del Partido Conservador Colombiano, junto con Mariano Ospina Rodríguez.

Infeliz del que busca

El infeliz del que busca en la apariencia la dicha y en la efímera alabanza, y muda de opinión con la mudanza de la versátil pública conciencia!

El presente es su sola providencia; cede al soplo del viento que le lanza al bien sin fe y al mal sin esperanza; que en errar con el mundo está su ciencia

¡Y feliz el varón independiente que, libre de mundana servidumbre, aspira entre dolor y pesadumbre

A la eterna verdad, no a la presente, conociendo que el mundo y sus verdades son sólo vanidad de vanidades!

A la mudanza de la fortuna

Yo vi del rojo sol la luz serena turbarse y que en un punto desparece su alegre faz, y en torno se oscurece el cielo, con tiniebla de horror llena.

El Austro proceloso airado suena, crece su furia, y la tormenta crece,

¡Quien recordó quizá después querrá! ¡Oh! ya lo veo ¡Oh! ya en tus ojos leo Que a replicarme vas ceñuda:

¡Quien recordó tal vez odiando está! ¡Ah! si el deseo También orgullo feo No te parece, cual la duda, Deja que al menos vuelva un ojalá.

Estar contigo

¡Oh, ya de orgullo estoy cansado, ya estoy cansado de razón; déjame, en fin, hable a tu lado cual habla sólo el corazón!

No te hablaré ce grandes cosas; quiero más bien verte y callar; no contar las horas odiosas y reír oyéndote hablar

Quiero una vez estar contigo, cual Dios el alma te formo; tratarte como a un viejo amigo que en nuestra infancia no amó.

Volver a mi vida pasada, olvidar todo cuanto sé, extasiarme en una nada y llorar sin saber por qué.

¡Ah!, para amar Dios hizo al hombre. ¿Quién un hado no da feliz por esos instantes sin nombre de la vida del infeliz,

Cuando, con la amarga desgracia de amor doblado su poder, toda su alma ardiendo vacía en el alma de una mujer?

¡Oh, padre Adán! ¡Qué error tan triste cometió en ti la humanidad, cuando a la dicha preferiste de la ciencia la vanidad!

¿Qué es lo que dicha aquí se llama, sino no conocer temor, y con la Eva que se ama, vivir de ignorancia y de amor?

¡Ay!, más con todo así nos pasa: con la patria y la juventud, con nuestro hogar y antigua casa, con la inocencia y la virtud.

Mientras tenemos despreciamos, sentimos después de perder, y entonces aquel bien lloramos que se fue para no volver.

Rufino José Cuervo

(Bogotá,1844 -París, 1911)

Fue un destacado filólogo, lexicógrafo, humanista y erudito colombiano. Fue el iniciador del Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, un estudio lexicográfico de grandes proporciones, que sigue exhaustivamente el origen y la modificación del significado de las palabras del idioma español.

Julio Florez

(Chiquinquirá, Boyacá, 1867-Usiacurí, Atlántico, 1923)

En compañía de seis amigos, fundó la Gruta Simbólica, tertulia literaria de 70 miembros. La tensión sostenida entre las fuerzas políticas, religiosas y socioeconómicas del país, valió para que los artistitas de la época, a semejanza de los poetas malditos franceses de fines del siglo XIX, frecuentaran la bohemia.

¿en qué piensas?

Dime: cuando en la noche taciturna, la frente escondes en tu mano blanca, y oyes la triste voz de la nocturna brisa que el polen de la flor arranca;

cuando se fijan tus brillantes ojos en la plomiza clámide del cielo... y mustia asoma entre tus labios rojos una sonrisa fría como el hielo;

cuando en el marco gris de tu ventana lánguida apoyas tu cabeza rubia... y miras con tristeza en la cercana calle, rodar las gotas de la lluvia;

dime: cuando en la noche te despiertas y hundes el codo en la almohada y lloras y abres entre las sombras las inciertas pupilas como el sol abrasadoras;

¿en qué piensas? ¿en qué? ¡pobre ángel mío! Piensas en nuestro amor despedazado ya, como el junco al ímpetu bravío del torrente que salta desbordado?

¿Piensas tal vez en las azules tardes en que a la luz de tu mirada ardiente, mis ojos indecisos y cobardes posáronse en el mármol de tu frente?

¿O piensas en la hojosa enredadera bajo la cual un tiempo te veía peinar tu ensortijada cabellera, al abrirse los párpados del día?

¡Quién sabe!... no lo sé, pero imagino que en esas horas de aparente calma, percibes mucha sombra en tu camino, ¡sientes muchas tristezas en el alma!

Mas otro amante extinguirá tu frío, yo sé que tu pesar no será eterno; mañana vivirás en pleno estío... y yo, con mi dolor ¡en pleno invierno!

¿tú no sabes amar?

Tú no sabes amar; ¿acaso intentas darme calor con tu mirada triste? El amor nada vale sin tormentas, ¡sin tempestades el amor no existe!

Y sin embargo, ¿dices que me amas? No, no es el amor lo que hacia mí te mueve: el Amor es un sol hecho de llamas, y en los soles jamás cuaja la nieve

¡El amor es volcán, es rayo, es lumbre, y debe ser devorador, intenso, debe ser huracán, debe ser cumbre... debe alzarse hasta Dios como el incienso!

¿Pero tú piensas que el amor es frío? ¿Que ha de asomar en ojos siempre yertos?

¡Con tu anémico amor... anda, bien mío, anda al osario a enamorar los muertos!

Todo nos llega tarde

Todo nos llega tarde ¡hasta la muerte! Nunca se satisface ni alcanza la dulce posesión de una esperanza cuando el deseo acósanos más fuerte

Todo puede llegar: pero se advierte que todo llega tarde: la bonanza, después de la tragedia: la alabanza cuando ya está la inspiración inerte.

La justicia nos muestra su balanza cuando sus siglos en la Historia vierte el Tiempo mudo que en el orbe avanza;

Y la gloria, esa ninfa de la suerte, solo en las sepulturas danza.

Todo nos llega tarde... ¡hasta la muerte!

Rafael Pombo

Aunque es más conocido por sus textos infantiles, en los que le dio rienda suelta a su fascinación por lo fabuloso y lo mágico, no hay que desconocer que también escribió poemas para adultos.

Era un hombre aficionado a la música y a las artes plásticas, además de ser un incansable lector y crítico

(Bogotá, 1833 - 1912)

Súplica

Va entre sombras y luz mi pensamiento, va entre amor y dolor mi corazón: verte, es mi bien; no verte, mi tormento; y el verte es, ¡ay!, par decirte ¡adiós! ¡Ser feliz lo que dura una mirada! Ser nuestro amor secreto de los dos, ¡y no poder el alma enamorada ir a ti en alas de mi triste adiós!

¡Ser mío tu corazón, y amando tanto darme sólo un relámpago de amor! De ese incesante enamorado canto ¡sólo escuchar la nota del adiós!

Mi bien, si me amas tú, si me adivinas responde a las tinieblas a mi voz: ciñe me así de flores o de espinas, ¡pero dame algo mas que un triste adiós!

Mi tipo

La belleza en la mujer no es cuestión del Padre Astete, y en que el tal molde la mete muy bobos nos quiere hacer.

Tal vez querrá colocar, dos o tres hijas tarascas, o de amorosas borrascas a un hijo alegrón salvar.

Mas yo entiendo la cuestión como estrictamente estética, y no ha de tachar de herética ni un Santo mi solución:

Que la norma en la belleza es variable y contingente, porque cada cual la siente según su naturaleza

La insípida el tonto adora, el sabio la intelectual, y cada hombre su ideal halla en donde se enamora

Yo, por hoy libre y vacante, diera el voto a una morena, forma esbelta pero llena, con faz correcta y picante. Ingenua expresión de niña con ojos de horno que quemen, y labios de esos que tremen como provocando a riña

Belleza meridional de alma y línea decidida: no esa inerte y desabrida de corderito pascual.

Acaramelada tez más bien que batido blanco tipo ardiente, activo y franco no de angélica insulsez.

. Candor de cielo en el rostro con un infierno inconsciente, algo que encante y que tiente, querub con visos de monstruo

De monstruo que me devore y que a la vez me arrebate, que adorándome me mate e insultándome me adore.

Quiero una beldad dramática no una sílfide de idilio, una Dido de Virgilio mas que una Ofelia linfática.

No una lánguida pasiva, igual, pintada hermosura, sino agridulce en ternura y gratamente agresiva.

Y sin jugar del vocablo, diré que mi musa, en fin, ha de ser una serafín salpicadito de diablo

Candelario Obeso

(Santa Cruz de Mompox, 1849-Bogotá, 1884)

Aunque no es un poeta romántico, es contemporáneo a este movimiento. Se le conoce como el precursor de la "Poesía Negra y oscura" en Colombia, narrando la cotidianidad de los hombres negros de la época en el lenguaje coloquial de las comunidades afrocolombianas de su época.78

Canción del boga ausente

Qué trite que etá la noche, La noche qué trite etá; No hay en er cielo una etrella Remá, remá

La negra re mi arma mía, Mientra yo brego en la má, Bañao en suró por ella, ¿Qué hará? ¿Qué hará?

Tar vé por su zambo amao Doriente sujpirará, O tar vé ni me recuerda… ¡Llorá! ¡Llorá!

La jembras son como toro Lo r’eta tierra ejgraciá; Con acte se saca er peje Der má, der má

Con acte se abranda er jierro, Se roma la mapaná… Cojtante y ficme? laj pena! No hay má, no hay má!…

Qué ejcura que etá la noche, La noche quéejcura etá; Asina ejcura é la ausencia Bogá, bogá!

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.