Este es sin duda uno de los proyectos más personales que he hecho, La Casa Tata es la oportunidad de hablar con arquitectura puramente sensible, narrativa y casi que ritualista, por eso en este proyecto no me voy a cohibir de nombrar arquitectos, artistas, intenciones ni recuerdos; voy a mostrar con transparencia todo lo que me haga mover dentro del diseño, y quizá nunca voy a darlo por terminado porque, así como Barragán nunca termino su casa, no sé si yo terminare la de la Tata.