



Los cristianos hacemos parte de la comunidad de todos los bautizados que es la Iglesia y nos comprometemos a seguir a Cristo. Todos nosotros que formamos la Iglesia tenemos la tarea de anunciar el Evangelio, comprometerse con Jesucristo a ser testigos de Él y de su Reino.
¿CUÁL ES EL TRABAJO DE LA IGLESIA?
El trabajo propio de la Iglesia es la evangelización. Evangelizar es anunciar a los hombres que Jesucristo murió y resucitó por nuestra salvación, siendo una respuesta clara para el mundo de hoy.

En todos los ambientes y circunstancias debemos estar presentes, como Iglesia que somos, poniendo en práctica el Evangelio, viviendo la fe.
Donde no se respete al hombre y sus derechos, allí la Iglesia alza su voz profética para denunciar esas situaciones y exigir la valoración de la persona a imagen de Dios. Es una misión que, inspirada por Jesucristo, requiere de la colaboración y las comuniones de todos nosotros, laicos, religiosos, sacerdotes y obispos. LA IGLESIA ANUNCIA, DENUNCIA Y SE COMPROMETE A FAVOR DEL HOMBRE.
Nosotros como pueblo de Dios que trabaja (evangeliza) debemos ser voz de los que no tienen voz, testimonio del amor de predilección del
Señor por los pobres. Por eso, nuestra labor en el campo de la promoción humana, el desarrollo y crecimiento integral de nuestras comunidades no es extraña al Evangelio ni a la misión de la Iglesia.
La evangelización, la misión propia de la Iglesia, posee tres dimensiones o vertientes inseparables y fundamentales:
Dimensión Profética: Es el anuncio del Evangelio
Dimensión Litúrgica: Es la celebración del Evangelio
Dimensión Social: Es el testimonio, la vivencia del Evangelio; la Palabra anunciada y celebrada debe estar unidad y expresada en las relaciones humanas.
Si excluimos una de estas tres dimensiones de nuestra acción evangelizadora estaríamos realizando nuestra misión de una manera incompleta y distorsionada. Al evangelizar tenemos que anunciar, celebrar y vivir el Evangelio; son estas tres partes integrantes de la única misión de la Iglesia. "La Nueva Evangelización tiene su punto de partida en la Iglesia, en la fuerza del Espíritu, en continuo proceso de conversión...Solo una Iglesia evangelizada es capaz de evangelizar" (S.D.23).
Tenemos que ser conscientes que la evangelización, "la formación de la conciencia social cristiana y la promoción de las personas resultan insuficientes e ineficaces si no se enmarcan en un proceso que incluye la conformación y funcionamiento de grupos que le den continuidad, permitan el desarrollo de las capacidades de las personas e influyan en las circunstancias para dinamizarlas o cambiarlas" (Directorio Nacional de Pastoral Parroquial, No. 641).
RESUMAMOS
Nosotros como cristianos también estamos llamados a comprometernos en la obra evangelizadora mediante el testimonio de
vida y mediante la participación en organizaciones y grupos capaces de abrir camino hacia un tipo de sociedad más humana.
COMPROMETÁMONOS
Vayamos a la parroquia, descubramos cómo está organizada, averigüemos cuáles frentes pastorales tiene y cuál es su actividad en el área social. Además, pongámonos en contacto con el párroco para que integrados a la parroquia nos convirtamos en presencia de Iglesia en el mundo de las relaciones sociales.
NOS DICE LA DOCTRINA
SOCIAL DE LA IGLESIA
“En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf. Gn 12,1-3).

Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo: «Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitanlaluzdelEvangelio.”
(Exhortación apostólica Evangelii Gaudium N. 20)
E
l trabajo propio de la Iglesia es evangelizar, es decir, comunicar el Evangelio a todos los hombres en sus circunstancias concretas. Este es un trabajo que nos corresponde realizar con responsabilidad a todos los bautizados siguiendo el mandato de Jesucristo: "Vayan y hagan discípulos míos en toda la tierra"(Mateo 28,19).
A los cristianos, especialmente, nos toca llevar con dinamismo y creatividad el Evangelio al medio en el cual nos desenvolvemos y con él la promoción humana con sus aspectos de desarrollo y liberación, parte integrante de la Evangelización" (Puebla 355).
Por pastoral entendemos el conjunto de acciones, estrategias, principios orientadores e iniciativas que emprende la Iglesia no olvidemos que Iglesia somos todos nosotros- con el fin de hacer más efectiva la Evangelización.
Si como bien lo hemos dicho la Evangelización es obra de todos igualmente la pastoral es un compromiso de todos: "Bajo la guía de vuestros Pastores, sois también responsables de la misión que Jesús mismo tiene encomendada a su Iglesia y que es intrínsecamente propia de todo bautizado" (Juan Pablo II. Homilía: Los Jóvenes en el Presente y Futuro de la Iglesia. Bogotá. 02.07.86).
Miremos ahora una definición de qué es la Pastoral Social, entre las tantas que existen, y retomemos la explicación que da sobre ella el Padre Jorge Andrés Marín, en su documento "Hacia una Nueva Evangelización de lo Social", del año 1992: "La Pastoral Social es la actitud de servicio por la cual la Iglesia se hace presente en la sociedad, en sus personas y en sus estructuras, para orientar y promover el desarrollo integral del hombre, de acuerdo a los principios
evangélicos". (La Iglesia ante el Cambio. Conferencia Episcopal de Colombia. n. 43)
Ahora, veamos por partes:
La Actitud. No se trata de un simple activismo, no es la simple sumatoria de acciones aisladas o incluso coordinadas y científicamente calculadas. Es ante todo una actitud, un situarse cara a cara frente al otro, un ingrediente existencial. De Servicio. El servicio desinteresado y amoroso es la actitud reveladora en Jesús del amor misericordioso del Padre y tiene que ser la actitud permanente, la carta de identificación de quien trabaja en Pastoral Social: A la manera de Jesús, que se pasó la vida haciendo el bien' y que vino para servir, no para ser servido.
Por la cual la Iglesia. No es una cuestión puramente personal ni de caprichos individuales. Es una tarea confiada a la Iglesia, un quehacer comunitario, es decir, de la comunidad y para la comunidad. Esto exige una dosis de humildad similar a la de Juan Bautista, para que sea Él quien aparezca y no nosotros: “Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz” (Juan 1,8).
Presente en la Sociedad. La Pastoral tiene que ser presencia en medio del rebaño para ser en él testimonio creíble; somos testigos de lo que nos consta, y nos consta que el Señor verdaderamente resucitó y es nuestro salvador porque sentimos viva su presencia entre nosotros. De ello damos testimonio con la vida común, la fraternidad y el trabajo por la dignidad humana en la justicia.
En sus personas y en sus estructuras. Es claro que la evangelización va dirigida a las personas, pero son estas quienes levantan y soportan las estructuras y la conversión personal debe reflejarse en los cambios positivos de las
estructuras sociales. La vivencia de la fe no es aislada de la vida social de las personas, de la comunidad humana. Si las estructuras de injusticia no cambian, eso es signo de que tampoco hemos logrado un cambio real en las personas.
Para orientar. La lglesia cumple una misión magisterial. Es maestra y guía. La misión de la Pastoral Social no es distinta ni está al margen de la misión de la Iglesia, sino que es parte de ésta. La Pastoral Social tiene, entonces, como fundamento inmediato la Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia, para orientar la existencia humana al encuentro pleno con Dios.
Y promover el desarrollo integral. No hay auténtica evangelización donde no hay esfuerzo por el desarrollo humano-social integral del hombre. “El desarrollo del hombre viene de Dios, del modelo de Jesús Dios y Hombre, y debe llevar a Dios. He aquí por qué entre el anuncio evangélico y la promoción del hombre hay una estrecha conexión” (Redentoris Missio No.59).
Del Hombre. 'El hombre es el camino de la Iglesia'. La humanidad del hombre en todas sus dimensiones es el objeto de nuestro quehacer pastoral. No sólo de nuestra visión de Dios, sino también de nuestra concepción del hombre depende el rumbo que le demos a nuestra acción pastoral... De acuerdo a los principios evangélicos. El Evangelio es el contenido de nuestro anuncio y es el faro que ilumina todo nuestro quehacer pastoral. Sin la luz del Evangelio hacemos cualquier cosa, menos lo que nos corresponde: evangelizar. No podemos ideologizarla pastoral. Tantas veces nos orientamos más fácilmente por lo que dicen las ideologías de derecha o de izquierda no importa, que por el Evangelio", (Hacia una Nueva Evangelización de lo Social. Jorge Andrés Marín. Documento. p. 31-33).
RESUMAMOS
La Pastoral Social es una dimensión constitutiva de acción pastoral de la Iglesia, que busca que el Evangelio anunciado y celebrado sea vivido en las relaciones sociales.
COMPROMETÁMONOS
Reflexionemos y discutamos en grupo si la labor que se ha realizado en la parroquia, en el campo de lo social, sí responde a los criterios dados en este tema sobre lo que es la Pastoral Social.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"El mundo no puede sentirse tranquilo o satisfecho ante la situación caótica o desconcertante que se presenta ante nuestros ojos: naciones, sectores de población, familias e individuos cada vez más ricos y privilegiados frente a pueblos, familias y multitud de personas sumidas en la pobreza, víctimas del hambre y las enfermedades, carentes de vivienda digna, de servicios sanitarios, de acceso a la cultura. Todo ello es testimonio elocuente de un desorden real y de una injusticia institucionalizada, a lo cual se suman a veces el retraso en tomar medidas necesarias, la pasividad e imprudencia, cuando no la transgresión de los principios éticos en el ejercicio de las funciones administrativas, como es el caso de la corrupción. Ante todo esto, se impone un cambio de mentalidad de comportamiento o de estructuras (C.A. No. 60), en orden a superar el abismo existente entre los países ricos y los países pobres (Cfr. L.E. No. 16; C.A. No. 14), así como las profundas diferencias existentes entre ciudadanos de un mismo país. En una palabra hay que hacer valer el nuevo ideal de solidaridad frente alacaducavoluntaddedominio”.
(Santo Domingo. Discurso Inaugural del Santo Padre No. 15)
LA SOLIDARIDAD NACE DEL HECHO DE SER HOMBRE
Todo hombre es un ser único e irrepetible. Cada hombre posee una unicidad tal, que nunca se ha repetido ningún hombre, ni se repetirá. Pero igualmente, el hombre es un ser relacional: un ser social, abierto a los otros y al Otro (Dios).

No podemos realizarnos aisladamente; la realización humana exige trascender el propio yo para abrirse al tú que lo espera y necesita; seremos pues, personas auténticas cuando salgamos de nosotros mismos y nos abramos al tú.
Es esta realidad social del hombre la que crea una interdependencia del hombre con respecto a todos los hombres. En otras palabras, existe una solidaridad natural que hace que la vida del hombre esté ligada a la de los demás. Es, también, esta dimensión comunitaria del hombre la que lo empuja a crear toda una serie de redes de comunicación con los demás que posibilitan la convivencia y la realización personal y social.
La solidaridad nace del mismo hecho de ser hombre, pero como toda virtud es necesario ejercitarla para desarrollarla.
JESÚS, MODELO DE SOLIDARIDAD
Jesús es modelo de solidaridad porque:
Compartió nuestra condición humana, menos en el pecado: "Y la Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros y hemos contemplado su gloria" (Jn 1,14).
"En Cristo y por Cristo Dios Padre se une a los hombres. El Hijo del Dios asume lo humano y lo creado restablece la comunión entre su Padre y los hombres. El hombre adquiere una altísima dignidad y Dios irrumpe en la historia humana, va a decir, en el peregrinar de los hombres hacia la libertad y la fraternidad, que aparecen ahora como camino hacia la plenitud del encuentro con Él" (Puebla 188).
Fue pobre entre los pobres y anunció con palabras y obras al Reino de Dios, reino de justicia, paz, amor, libertad y vida, (Cf. Lc 4,18-19; Mt 5, 1-12).
Entregó su vida en la cruz para liberarnos de la esclavitud del pecado.
Nos dejó un camino a seguir, que es la base de toda relación solidaria: el mandamiento del amor "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" (Jn. 15.12).
¿QUE ES, ENTONCES, LA SOLIDARIDAD?
La solidaridad es una virtud cristiana que surge de la conciencia de la interdependencia de todos los hombres entre sí; conciencia que nos lleva a empeñarnos en trabajar por el bien común, "es decir, por el bien de todos y cada uno para que todos seamos responsable de todos" (SRS.No.38).
La solidaridad nos lleva a renunciar al afán egoísta de buscar satisfacer siempre nuestros intereses personales sin preocuparnos de la situación de los demás, o lo que es peor, pasando sobre los demás. La solidaridad se expresa, pues, en el servicio a los hermanos, especialmente a los más débiles y necesitados.
¿QUE NO ES LA SOLIDARIDAD?
La solidaridad no la podemos confundir con una acción eventual realizada en momentos de tragedias o emergencias, sino que ha de ser una actitud permanente que anime nuestro actuar personal y comunitario.
LA SOLIDARIDAD: UNA ACTITUD PERMANENTE
La experiencia y vivencia de la primera comunidad cristiana es un vigoroso mensaje sobre la solidaridad como actitud de vida.
"Todos los creyentes vivían unidos y tenían todo en común, vendían sus posesiones y sus bienes o repartían el precio entre todos según las necesidades de cada uno" (Hechos 2,14).
También la parábola del Buen Samaritano (Lucas 10, 29-37) es un ejemplo elocuente acerca de la solidaridad como una práctica que tiene que hacerse evidente en el reconocimiento del otro como persona, imagen y semejanza de Dios y en el consecuente compromiso que nos lleva a superar toda clase de opresiones, discriminaciones e injusticias.

Ser solidario es tener una clara conciencia de que se es comunidad. "Dios creó al hombre no para vivir aisladamente, sino para vivir en sociedad. De la misma manera, Dios ha querido santificar y salvar al hombre no aisladamente, sin conexión algunas de unos con otros sino constituyéndolo un pueblo" (G.S.32).
La solidaridad es, pues, apertura al
otro, donación desinteresada de sí mismo y servicio a los demás, porque sólo se podrá alcanzar la plenitud y realización individual y social a través de la relación fraternal y constructiva con los demás y con el mundo.
LAS SEÑALES DEL INDIVIDUALISMO
Y DE LA SOLIDARIDAD
Son señales de individualismo o egoísmo:
El desinterés por los demás y sus necesidades.
La falta de tiempo para todo lo que no implique un beneficio personal.
El derroche y el consumismo.
La acumulación de bienes y poder con el afán de dominar a los demás.
La incapacidad de compartir lo que se es y lo que se tiene.
El exigir siempre los propios derechos y no cumplir con los deberes.
La intolerancia y la violencia como mecanismo para el logro de fines egoístas.
El compararse siempre con los que tienen más y no con los que tienen menos.
Valorar a las personas por lo que tienen y no por lo que son.
Son señales de solidaridad:
El tener conciencia de mi responsabilidad respecto al otro.
El conocer y defender los derechos, pero cumplir igualmente con los deberes.
El tener una actitud de ayuda y colaboración y no de competitividad.
El fortalecer la comunicación el diálogo.
El adquirir capacidad de trabajo, austeridad y esfuerzo.
El participar en los distintos ámbitos de la vida social.
RESUMAMOS
La solidaridad es el camino que nos propone el Evangelio para expresar y hacer efectivo el mandamiento del amor.
COMPROMETÁMONOS
Leamos Lucas 10,29-37 y preguntémonos:
¿Cuáles son las actitudes de los personajes de la parábola?
¿Qué significa ser prójimo de los demás?
¿Por qué el Evangelio es un mensaje de solidaridad?
¿Qué hechos concretos en nuestra comunidad son expresiones de solidaridad o insolidaridad?
Qué estamos haciendo para que la solidaridad sea el valor que prime en nuestras relaciones sociales?
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"A causa de su dignidad personal, el ser humano es siempre un valor en sí mismo y por sí mismo y como tal exige ser considerado y tratado. Y al contrario, jamás puede ser tratado y considerado como un objeto utilizable, un instrumento, una cosa...Fundamento de la igualdad de todos los hombres, la dignidad personal es también el fundamento de la participación y la solidaridad de los hombres entre sí: el diálogo y la comunión radican, en última instancia, en lo que los hombres "son", antes y mucho más que en lo que ellos "tienen"
(Exhortación sobre los Fieles Laicos No. 37)
Muchos colombianos viven hoy con bajos recursos y llenos de necesidades y carencias. Y no sólo eso, algunos no tienen de qué vivir y se cuentan entre aquellos que están sin empleo aumentando en sus hogares la angustia por la falta de estabilidad económica. De igual forma, cada vez es menor nuestra capacidad de compra por el alto costo de la vida porque cuando suben los salarios, entonces automáticamente sube el precio de los artículos de primera necesidad; hay menos oportunidades. Existen otros que sufren diversas marginaciones por causa de la edad, la enfermedad, el sexo, el color de la piel, etc.
Lo que tenemos que hacer es caer en la cuenta de nuestra condición y tomar conciencia de la necesidad de mejorar nuestro nivel de vida; es decir, debemos buscar que nuestra vida sea cada vez más digna; todo esfuerzo realizado en este sentido es abrir nuevas posibilidades de crecimiento para nuestras comunidades y para nosotros mismos. Pero hay que decir también que esto necesita de organización. Nada se logra si no nos organizamos y trazamos líneas claras de acción. Así, entonces, ¿qué podemos alcanzar si nos unimos y organizamos en torno a unas metas comunes?
Podemos ayudar a nuestras familias y a otros tantos a tomar conciencia de la situación en la que nos encontramos, recalcando la necesidad de asociarnos, ayudados por un líder de entre nosotros mismos que anime la organización de la comunidad en torno a tareas comunitarias buenas y concretas. Nos motiva a que estemos atentos a las labores que realice en nuestro sector la comunidad organizada, ayudando al desarrollo del barrio o la vereda. Nos lleva a pensar que
grupos y organizaciones son necesarios en el momento por el cual el país está pasando.
En nuestros barrios y veredas es muy necesario que muchos líderes de las mismas comunidades promuevan planes y proyectos de desarrollo integral; para ello es importante contar con la asesoría y el respaldo del Párroco y el conocimiento y apoyo del Secretariado Diocesano de Pastoral Social.
RESUMAMOS
Nuestra organización en torno a unas metas y objetivos claros y definidos, es una condición indispensable para conseguir la realización de nuestras justas aspiraciones, y la solución de los problemas que afectan a la comunidad.
ORGANICEMONOS; SEAMOS SOLIDARIOS. SOLOS ES IMPOSIBLE; JUNTOS PODEMOS LOGRARLO; TRABAJANDO UNIDOS HACEMOS IGLESIA.
COMPROMETÁMONOS
Con esta pequeña investigación evitaremos el peligro de hacer cosas que otros ya están haciendo y podremos coordinar nuestras acciones con las asociaciones que ya existen en nuestro localidad.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"Signos positivos del mundo contemporáneo son la creciente conciencia de la solidaridad de los pobres entre sí, así como también sus iniciativas de mutuo apoyo y su afirmación pública en el escenario social, no recurriendo a la violencia, sino presentando sus carencias y sus derechos frente a la ineficiencia o corrupción de los poderes públicos. La Iglesia, en virtud de su compromiso evangélico, se siente llamada a estar junto a esas multitudes de pobres, a discernir la justicia
de sus reclamaciones o a hacerlas realidad sin perder de vista el bien de los grupos en función del bien común".
Su finalidad es contribuir, junto con las otras ramas de la pastoral, a la edificación de la comunidad cristiana, y específicamente a hacer que los valores evangélicos de la solidaridad, el amor y la fraternidad sean una vivencia y una realidad.
(Sollicitudo Rei Socialis No. 39)
Es el grupo encargado de la animación, coordinación e impulso de la Pastoral Social en la parroquia. Integra todas las fuerzas que trabajamos en la comunidad en las labores de la formación, promoción comunitaria y asistencia social, con el fin de lograr una mayor eficacia y comunión pastoral, dando una verdadera participación a todos los miembros de nuestra vereda, población o barrio.
Se caracteriza el Comité por:
Su eclesialidad: es decir, por su íntima unión con los otros sectores de la pastoral litúrgica y profética) y por su inseparable conexión con el Plan Global Diocesano. No podemos olvidar que la Evangelización y la Pastoral son una, pero con tres dimensiones.
Su eficacia: no es el Comité una estructura más dentro de la Parroquia, sino que es un organismo vivo y operante que trabaja por hacer más eficaz la evangelización de lo social.
Su mediación: El Comité es sólo un instrumento al servicio de la pastoral parroquial para impulsar el desarrollo integral de toda la comunidad y no es un fin en sí mismo. Su capacidad de aglutinar todos los sectores de la parroquia en la búsqueda del bien común, de la justicia integral, de la paz y la solidaridad.
La dimensión social de la evangelización y de la pastoral requiere, pues, un equipo dinámico y comprometido de personas, que, con la orientación y apoyo del Párroco, haga realidad las exigencias que brotan del Evangelio.
El grupo está conformado por personas de distintas edades; en él hay sindicalistas, desempleados, amas de casa, estudiantes, obreros, subempleados, profesionales y campesinos.
Se reúnen en el nombre del Señor, que los invita a hacer del Evangelio una realidad en la comunidad; nos une el trabajo y el deseo de trabajar, por eso construyen algo", "hacen algo”, “trabajan" aunque no sean remunerados formalmente, aferrados al valor de la justicia, basados en la solidaridad y la libertad. (Ver ejemplo del Anexo N.2).
Los valores, pues, que guían su trabajo son los que propone el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.
A continuación, un miembro de un COPPAS hace una breve descripción de su grupo:
"Somos un grupo de personas que vivimos en una parroquia, tenemos necesidades similares, de pronto con características políticas, religiosas, históricas y sociales cercanas. Estas igualdades entre nosotros son el camino para llegar al descubrimiento y a la valoración social del prójimo, sensibilizarnos socialmente por el otro y por los problemas de todos.
Cuando logremos a nivel grupal un clima de más plena libertad y participación, entonces veremos crecer nuestra creatividad productiva señalando maneras de proceder en las actividades que se programen y motivando el buen uso de los medios para esas actividades, a la vez que elevaremos la calidad de nuestra mano de obra habilitándonos para el trabajo y educándonos para un mejor desempeño en cualquier otra labor".
Teniendo como base lo anterior podemos concluir que el Comité Parroquial de Pastoral Social (COPPAS) busca que en la parroquia el desarrollo integral sea una realidad cada vez más evidente.
RESUMAMOS
EI COPPAS es el grupo que dentro de la comunidad parroquial anima, coordina e impulsa la Pastoral Social, haciendo que el amor, la solidaridad y fraternidad se hagan realidad en las relaciones sociales cotidianas.
COMPROMETÁMONOS
Sobre la base del conocimiento de la realidad, del análisis de nuestros problemas a la luz del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia, ¿qué alternativas de solución concretas podemos sugerir para mejorar nuestra realidad?
Presentamos propuestas claras, realizables y que comprometan a todos los miembros de la comunidad. Escojamos luego la que creamos más adecuada y viable para llevar a cabo.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"La parroquia ofrece un ejemplo luminoso de apostolado comunitario, fundiendo en la unidad todas las diferencias humanas que allí se dan e insertándolas en la universalidad de la Iglesia. Los laicos han de habituarse a trabajar en la parroquia en íntima unión con sus sacerdotes, a exponer a la comunidad eclesial sus problemas y los del mundo y las cuestiones que se refieren a la salvación de los hombres para que sean resueltos y examinados con la colaboración de todos; a dar, según sus propias posibilidades, su personal contribución en las iniciativas apostólicas y misioneras de su propia familia eclesiástica".
(Apostolicam Actuositatem 10)
N
uestro COPPAS no es una rueda suelta dentro de la parroquia; hace parte de ella. Por eso, nuestros planes y acciones hacen parte del conjunto de la pastoral parroquial. La parroquia, a su vez, ha de estar insertada en los criterios, líneas de acción y objetivos trazados por la diócesis en su plan global de pastoral. En otras palabras, la acción pastoral debe ser coordinada. Esto no solamente se traduce en mayor eficiencia pastoral si no que, sobre todo, es signo evidente de comunión eclesial.
Teniendo en cuenta lo anterior, debemos precisar cuáles son las tareas imprescindibles de nuestra acción pastoral del Comité:
ÁREA DE FORMACION:
El objetivo del área de formación es la concientización y educación de la comunidad para asumir desde nuestra identidad cristiana las responsabilidades que genera la fe, tanto a nivel personal como social. Como este aspecto de la formación se desarrollará más ampliamente, sólo expondremos algunas de las posibles acciones concretas que se pueden desarrollar en este campo:
Análisis permanente de la realidad, iluminado por el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.
Cursos y talleres de estudio de la Doctrina Social de la Iglesia. Grupos de estudio y reflexión sobre los problemas de la comunidad.
Publicaciones (revistas, folletos, plegables o volantes) sobre las Encíclicas, el análisis de la realidad o la acción pastoral de la parroquia y del COPPAS.
Realización de la Semana Social parroquial.
Capacitación de los líderes comunitarios en las áreas específicas de la pastoral social como la pastoral de la salud, penitenciaria, del trabajo, de la paz, de la infancia, por ejemplo. Motivar y realizar las distintas jornadas y campañas que hay durante el año: Jornada de la Paz, Jornada Mundial del Enfermo, Campaña de Comunicación Cristiana de Bienes, Día
de la Mujer, Día del Recluso, Jornada del Migrante, Jornada Mundial para la prevención del VIH/Sida, etc.
ÁREA DE PROMOCION COMUNITARIA:
El objeto de esta área es lograr que nuestra comunidad logre su pleno desarrollo en todos los campos (individual y social, humano y cristiano, material y espiritual).
No basta con denunciar las situaciones de injusticia, es preciso actuar creando lazos de solidaridad, experiencias y procesos comunitarios que contribuyan al bien de todos.
En esta área las acciones que podemos y debemos realizar son las siguientes:
Animación, coordinación y asesoría de los grupos existentes en la parroquia.
En la parroquia existen muchos grupos que actúan en el área social: Las madres Comunitarias, Comité de Deportes, Acción Comunal, Clubes Cívicos y sociales , Cooperativas, Empresas Comunitarias cercanas , Microempresas, presencia de ONGs, etc. También hay personas que actúan en representación de organismos gubernamentales: el inspector, el promotor de desarrollo comunitario, las comisarías de familia, etc.
Con todas estas personas debemos establecer un Comité Interinstitucional que se reúna periódicamente con el fin de no realizar acciones aisladas y protagonismos que en nada benefician la comunidad, sino lograr la coordinación de todas las fuerzas vivas de la comunidad para lograr el desarrollo de la misma.
Impulsar la organización de la comunidad en pequeñas comunidades y asociaciones.
El desarrollo integral que promueve nuestro COPPAS no es posible si estamos asfixiados por una mentalidad egoísta; este será posible si en la parroquia nos organizamos en pequeñas comunidades (como por ejemplo las Comunidades Eclesiales de Base) y asociaciones, que
coordinando esfuerzos y responsabilidades trabajemos mancomunadamente por el bienestar de todos. Se trata de conformar una red de solidaridad, animados por los valores del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia
Promover la autogestión mediante el desarrollo de diversos proyectos comunitarios. Son muchas las necesidades existentes en nuestras comunidades. La organización, el estudio de la realidad y el trabajo solidario, nos deben llevar a buscar alternativas, propuestas y mecanismos para resolver nuestros problemas más urgentes.
Nuestro COPPAS anima, pues, la realización de proyectos que mejoren las condiciones de vida de la comunidad (Véase el anexo 2).
Desarrollar determinadas áreas específicas de la Pastoral Social, de acuerdo con las urgencias detectadas en la comunidad.
Por ejemplo: La pastoral de la Infancia, de la Salud, de la Paz, Penitenciaria, de la Movilidad, etc.
ÁREA DE ASISTENCIA:
Aunque dentro de nuestras acciones el énfasis no está puesto en esta área sino en las dos anteriores, no podemos olvidarnos de los hermanos que sufren diversas necesidades materiales que reclaman una ayuda urgente.
"La Comunicación Cristiana de Bienes, consiste en compartir con los hermanos los bienes espirituales y materiales (Hechos 4,32), para vivir unidos, teniendo en cuenta las necesidades de cada uno (Hechos 2, 44-45) ... En este sentido la asistencia es una exigencia de la caridad (Hebreos 13, 1-3). Asistir es reconocer en el otro al hermano en necesidad a quien es preciso socorrer de manera inmediata y eficaz, tanto en lo material como en lo espiritual (Lucas 10,29-37).
(Directorio Nacional de Pastoral Parroquial No. 654-655).
Miremos algunas de las posibles acciones que se pueden desarrollar en esta área:
Comité de Emergencias
Fondo de Solidaridad para la atención de casos urgentes
Comedor Infantil
Mercado para familias pobres
Botiquín Comunitario
Ropero
Centro Médico Asistencial
RESUMAMOS
Las acciones propias del Comité se ubican en tres áreas: la formación de la conciencia social cristiana, la promoción comunitaria y la asistencia.
COMPROMETÁMONOS
Hagamos un listado de las acciones que realiza la Pastoral Social en la parroquia y agrupémosla, en alguna de las tres áreas de acción pastoral.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
La caridad es la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia. Todas las responsabilidades y compromisos trazados por esta doctrina provienen de la caridad que, según la enseñanza de Jesús, es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40). Ella da verdadera sustancia a la relación personal con Dios y con el prójimo; no es sólo el principio de las micro-relaciones, como en las amistades, la familia, el pequeño grupo, sino también de las macro-relaciones, como las relaciones sociales, económicas y políticas. Para la Iglesia aleccionada por el Evangelio—, la caridad es todo porque, como enseña San Juan (cf. 1 Jn 4,8.16) y como he recordado en mi primera Carta encíclica «Dios es caridad» (Deus caritas est): todo proviene de la caridad de Dios, todo adquiere forma por ella, y a ella tiende todo. La caridad es el don más grande que Dios ha dado a los hombres, es su promesa y nuestra esperanza. (Carta encíclica Caritas in Veritate)
El Comité Parroquial de Pastoral Social (COPPAS), surge a partir de la reflexión de un caso concreto de la realidad que nos afecte a todos. Se parte, pues, de los intereses de la comunidad para la creación del grupo.

Los casos posibles de análisis, pueden ser referentes al trabajo (salario, contrato de trabajo y diversas reivindicaciones laborales, etc.), o al barrio o población (luz, agua potable, salud, pavimentación, basuras, etc.). El COPPAS surge, además, y sobre todo, como consecuencia de la reflexión y vivencia del Evangelio. (Ver el ejemplo dado en el Anexo 1).
"El Reino de los cielos es semejante a la levadura que toma una mujer y la mezcla con tres medidas de harina hasta que toda la masa fermenta"(Mt. 13,33).
Este texto nos ilumina acerca de cuál debe ser el papel del COPPAS: ser fermento de cambio dentro de la comunidad y de la sociedad en general, y para ello se necesita de pequeños grupos donde se promuevan y proyecten los valores de la justicia, la paz, la solidaridad, el amor. En los pequeños grupos hay posibilidad de que todos sean escuchados, participen, tengan una responsabilidad, sean más personas.
En nuestra comunidad encontramos varias personas que, aunque vivimos en un mismo sector y tenemos necesidades similares, nos conocemos muchas veces superficialmente, no existiendo entre nosotros vínculos realmente fuertes que nos unan; el COPPAS es una manera de acercarnos, pues al reunirnos una y otra vez comienza a darse entre nosotros un proceso de cohesión y fraternidad, donde
cada quien tiene un nombre y unas características nicas que deben ser respetadas, valoradas, y puestas al servicio de todos, donde el problema del otro no es "su problema" sino "nuestro problema".
Pero no basta reunirnos varias veces para que el Comité marche y la comunidad se solidarice en torno a una meta. Es indispensable trazar unos objetivos (generales y específicos) claros y realizables con los que todos los miembros estén de acuerdo; también se requiere tener una metodología adecuada que nos lleve a alcanzar esos objetivos. Y, finalmente, se exige cierta disciplina y organización.
El proceso del grupo es lento, no nos podemos desesperar; hay que saber caminar con el grupo. Iniciada la marcha es necesario ayudar al grupo a crecer comunitariamente; no existen recetas para ello, la experiencia nos brinda algunas pistas para lograr esto:
Tener unos objetivos y una planeación clara y definida. Reunirse con relativa frecuencia teniendo disciplina en las reuniones. Tener un método de formación (en nuestro caso el de Formación en la Acción).
Brindar la oportunidad de que todos participen, dialoguen y pongan al servicio de los demás sus valores. Evaluar todas las actividades y encuentros.
RESUMAMOS
Somos muchas las personas que vivimos en el mismo sector, vereda, localidad o barrio, con necesidades y problemas similares, pero entre nosotros no existe un vínculo real que nos una. El Comité Parroquial de Pastoral Social (COPPAS) es una magnífica oportunidad de integrarnos con quienes viven en nuestra comunidad, de compartir nuestras dificultades, nuestros valores y nuestra fe. En el grupo podemos vivir de una manera más evidente la experiencia cristiana de la eclesialidad.
COMPROMETÁMONOS
Elaboremos un cronograma de actividades; definamos los responsables de las mismas y démosle una participación activa a la comunidad.
Cada actividad debe contar, además con un objetivo (qué es lo que se quiere lograr), saber el lugar donde se va a realizar, los recursos necesarios y disponibles y los pasos previos que se darán para el éxito de lo propuesto.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
La fraternidad no es sólo resultado de condiciones de respeto a las libertades individuales, ni siquiera de cierta equidad administrada. Si bien son condiciones de posibilidad no bastan para que ella surja como resultado necesario. La fraternidad tiene algo positivo que ofrecer a la libertad y a la igualdad. ¿Qué ocurre sin la fraternidad cultivada conscientemente, sin una voluntad política de fraternidad, traducida en una educación para la fraternidad, para el diálogo, para el descubrimiento de la reciprocidad y el enriquecimiento mutuo como valores? Lo que sucede es que la libertad enflaquece, resultando así más una condición de soledad, de pura autonomía para pertenecer a alguien o a algo, o sólo para poseer y disfrutar. Esto no agota en absoluto la riqueza de la libertad que está orientada sobre todo al amor. (Fratelli Tutti n.103)
Los criterios que orientan nuestra acción son:
El amor que se expresa en la solidaridad concreta y efectiva a todos los miembros de la comunidad.
El compromiso preferencial, no excluyente ni exclusivo, por los más pobres y necesitados.
La prioridad de las personas sobre las cosas; de la ética sobre la materia; y del espíritu sobre lo material.
La búsqueda del bien común por encima de cualquier interés personal.
Las enseñanzas del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.
Nuestro Comité de Pastoral Social se caracteriza por lo siguiente:
Las personas que lo conformamos tenemos intereses y motivaciones similares, por eso nos unimos para dar solución a algunos de nuestros problemas más inmediatos. Nos reunimos con cierta frecuencia, bien sea cada ocho o quince días, a compartir acerca de nuestras inquietudes, a recibir temas de formación, a reflexionar la Palabra de Dios, a trazarnos unas tareas y compromisos.
Cada miembro, cada uno de nosotros, es responsable de la buena marcha del grupo. Existe una meta que todos queremos alcanzar para lo cual nos trazamos unos objetivos y tareas concretas.
Se trata de propiciar un clima de amistad entre quienes integramos el COPPAS. El Comité no se acaba cuando se finalizan las reuniones, sino que tratamos fuera de ellas de estar en contacto con los compañeros, de profundizar sobre lo tratado o, simplemente, compartir nuestra vida ordinaria.
Los intereses individuales se hacen depender de los intereses colectivos.
RESUMAMOS
La solidaridad y la ayuda mutua son nuestra bandera para lograr cuanto nos proponemos. Nos comprometemos, de este modo, en la transformación de cada uno de nosotros y del mundo, ayudados por la luz del Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia.
COMPROMETÁMONOS
Elaboremos entre todos unas consignas con las cuales el grupo y la comunidad se identifique y hagamos unos carteles fijándolos en un lugar visible, para tenerlos siempre presentes durante nuestros encuentros y trabajos.
NOS DICE LA DOCTRINA
SOCIAL DE LA IGLESIA
"La solidaridad es una exigencia directa de la fraternidad humana y sobrenatural. Los graves problemas que hoy se plantean no pueden ser resueltos sino se crean nuevos frentes de solidaridad: Solidaridad de los pobres entre ellos, solidaridad con los pobres, a la que los ricos son llamados y solidaridad de los trabajadores entre sí".

(Instrucción sobre Libertad Cristiana y Liberación. Congregación para la Doctrina de la Fe N.89).
El Comité es un grupo abierto, amplio, interdisciplinario, pero para pertenecer a él no basta con la buena voluntad pues es necesario reunir unos mínimos requisitos.
Veamos, entonces, cuáles el perfil de los líderes que conforman el COPPAS:
Son unos cristianos convencidos, que no solo predican y celebran su fe sino también que la viven.
Sus vidas están animadas por la fuerza del Evangelio y por eso comunican con alegría y esperanza Jesucristo, como la buena noticia para toda la comunidad.
Son humildes, porque no buscan su propio prestigio ni buscan aparecer sino con su labor quieren dar gloria a Dios y posibilitar la promoción integral de todos.
Viven con sencillez y alegría, sin ostentaciones ni lujos, para así tener la libertad interior de denunciar toda actitud de injusticia y tener una mayor cercanía a los pobres, por quienes han optado de manera preferencial.
Son sensibles a las angustias y dolores de los que sufren. Saben descubrir en los otros la imagen de Jesús.
Están vivamente comprometidos con su comunidad, pues no se puede servir a distancia ni desde un escritorio. Son abiertos y disponibles a recibir una formación permanente, que les permita detectar, analizar y acompañar los problemas de su comunidad.
Tal vez quienes integramos o queramos formar parte del COPPAS no tengamos todas estas características aquí señaladas, lo importante es estar disponibles y trabajar por alcanzar este perfil; tengamos en cuenta que la vida cristiana personal y comunitaria es un proceso que nunca acaba.
RESUMAMOS
El agente parroquial de la Pastoral Social, es una persona de fe comprometida con el hombre, con su comunidad, a los cuales entrega y sirve al estilo de Jesús, quien no vino a ser servido sino a servir.
COMPROMETÁMONOS
Realicemos un encuentro o convivencia para integrarnos aún más como grupo, para evaluar lo que llevamos hasta el momento y para presentar el plan que nos hemos propuesto. Invitemos y pidamos la asesoría del párroco; contemos también con la presencia de los líderes de las organizaciones que trabajan en nuestro barrio en un mismo nivel para que conozcan y apoyen la labor que vamos a realizar.
No olvidemos que para que la convivencia sea un éxito es necesario prepararla muy bien y hacer una buena motivación para la misma.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
La caridad es amor recibido y ofrecido. Es «gracia» (cháris). Su origen es el amor que brota del Padre por el Hijo, en el Espíritu Santo. Es amor que desde el Hijo desciende sobre nosotros. Es amor creador, por el que nosotros somos; es amor redentor, por el cual somos recreados. Es el Amor revelado, puesto en práctica por Cristo (cf. Jn 13,1) y «derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo» (Rm 5,5). Los hombres, destinatarios del amor de Dios, se convierten en sujetos de caridad, llamados a hacerse ellos mismos instrumentos de la gracia para difundir la caridad de Dios y para tejer redes de caridad. (Caritas in Veritate)

El reconocimiento de la dignidad y de los derechos del indígena y del negro no hubiera sido posible sin líderes de la talla de un Bartolomé de las Casas y de un Martin Luther King; así mismo la independencia de la India y la vocación pacifista del mundo actual no se hubiera logrado sin un líder como Gandhi. De igual forma en las comunidades con las cuales trabajamos conocemos muchas personas que, aunque desconocidas para el mundo, con su trabajo, su alegría, su creatividad, su dinamismo y su esfuerzo por seguir el camino de Jesús, han contribuido al desarrollo y progreso de poblados, veredas y barrios. Muchos grupos han fracasado no por carecer de unos objetivos y planeación, de un método de formación, de un compromiso y tareas concretas, sino por no tener unos animadores capaces de sacar adelante el grupo. UN BUEN ANIMADOR ES ELEMENTO INDISPENSABLE PARA EL ADECUADO FUNCIONAMIENTO DE CUALQUIER GRUPO.
Vamos a continuación a ver los distintos tipos de animadores que existen:
Animador paternalista: piensa por todos, hace todo, determina todo. Crea dependencia y no posibilita el surgimiento de nuevos animadores.
Animador dictatorial: impone sus ideas, sus órdenes se tienen que cumplir al pie de la letra. Crea un ambiente tenso y propicia la agresividad en los miembros del grupo.
Animador anárquico: deja que el grupo marche a la deriva puesto que no tiene en cuenta los objetivos y líneas de acción que se han establecido de antemano. Es así como el grupo no sabe para dónde
va, creando un ambiente de incertidumbre e inseguridad en los miembros por esta razón.
¿Entonces, cuál es el auténtico animador? Es el ANIMADOR PARTICIPATIVO, Miremos cuál es la característica esencial de este animador según la palabra del mismo Jesús:
"Los reyes de las naciones se portan como dueños de ellas, y en el momento en que las oprimen, se hacen llamar bienhechores. Ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes se portará como si fuera el último, y el que manda como el que sirve" (Lc. 22,25-26).
El animador participativo es, pues, aquel que se da sin reservas al grupo, mantiene cohesionados a todos los integrantes y da una justa participación en las tareas y compromisos que se asumen. No presume de su liderazgo, sino que está en el grupo como el que sirve; no hace nada por si solo sino que siempre tiene en cuenta a los demás.
En el grupo todos estamos llamados a convertirnos en animadores. El objetivo de todo animador en su trabajo es propiciar la vida comunitaria; para ello es necesario que contribuya a crear y consolidar las asociaciones populares dentro de la comunidad.
El animador cristiano asume su compromiso social desde el horizonte del Evangelio, luchando por lograr el desarrollo de las personas y de la comunidad. El animador cristiano surge de la misma comunidad y, encarnado en ella, la mueve hacia la acción transformadora.
RESUMAMOS
Las tareas de un animador cristiano son: Estar en continuo proceso de autoformación. Ser agente del cambio en la comunidad. Fomentar y promover nuevos liderazgos. Ser hombre de oración y dar testimonio de vida cristiana con hechos y palabras.
COMPROMETÁMONOS
Todos los miembros del COPPAS tenemos una responsabilidad como animadores que somos frente al grupo mismo, la comunidad y el proyecto que nos hemos propuesto; establezcamos, pues, unos compromisos personales frente al trabajo que realizamos o vamos a iniciar en favor de nuestra comunidad.
¡Qué nadie sea ajeno ni extraño dentro del grupo al plan de trabajo al que todos nos comprometimos!
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"Que cada uno se examine para ver lo que él ha hecho hasta aquí y lo que debería hacer. No basta recordar los principios, afirmar las intenciones, subrayar las injusticias clamorosas y proferir denuncias proféticas; estas palabras no tendrán peso real, sino van acompañadas en cada uno por una toma de conciencia más viva de su propia responsabilidad y de una acción efectiva. Resulta demasiado fácil echar sobre los demás las responsabilidades de las injusticias, si al mismo tiempo uno no se da cuenta de cómo está participando él mismo y cómo la conversión personal es necesaria en primer lugar".
(Octogésima Adveniens N. 48)
EL PRESIDENTE
E
l Presidente del COPPAS es el párroco. Él, como pastor de la comunidad, tiene el encargo de presidir toda la acción evangelizadora de la parroquia, aunque sabemos que la evangelización es responsabilidad de todos.
El párroco es la persona que anima, acompaña y orienta al grupo en su proceso de crecimiento en la fe y compromiso comunitario. Vela para que la Pastoral Social no sea una acción aislada dentro del conjunto de la labor evangelizadora de la parroquia.
Papel del presidente del COPPAS:

Convocar y reunirse cada seis meses con todos los miembros del Comité para programar las actividades específicas del área de evangelización de lo social, de acuerdo con la planeación diocesana y parroquial de conjunto. También es esta la oportunidad de evaluar el trabajo realizado.
Convocar a reunión extraordinaria con él a todos los miembros del COPPAS, cuando las circunstancias lo ameriten.
Reunirse periódicamente, al menos cada mes, con el coordinador, el secretario y el tesorero del grupo con el fin de estar enterado del funcionamiento del mismo y hacer una asesoría y seguimiento continuo.
Propiciar el encuentro, la coordinación y la amistad con los grupos y personas comprometidas con las otras áreas de la pastoral (litúrgica y profética)
Acompañar al grupo, de una manera especial, en su proceso de crecimiento en la fe.
EL COORDINADOR
En sentido amplio todos estamos llamados a ser animadores del Comité Parroquial de Pastoral Social, pues el buen funcionamiento de este no depende exclusivamente de una persona sino de todos sus miembros.
Pero debe existir alguien que motive a las personas para que se reúnan, discutan sus problemas y traten de darles solución. Esta persona es el Coordinador.
El Coordinador debe surgir del grupo a la manera de un verdadero animador: es detectado por el grupo y designado por el mismo grupo para este cargo, lo cual es manifestación de que es aceptado por todos y que se le da una autoridad que debe ser puesta al servicio de los demás.
Papel del Coordinador del COPPAS
Abrir caminos y tomar iniciativas. Compartir las responsabilidades; saber valorar el esfuerzo del otro y corregir a tiempo.
No desanimarse con los fracasos sino luchar por levantarse y salir adelante.
Estar identificado con los más necesitados, con sus problemas e intereses.
Caminar al ritmo del grupo sin saltarse etapas que aún no han sido quemadas o recorridas.
Colocar al servicio de los demás su capacidad de liderazgo.
Conocer a las personas del grupo y buscar dar respuesta a sus inquietudes.
Tener claros los objetivos que se ha trazado el Comité.
Saber gular la reunión, haciendo que todos participen, guarden disciplina, conserven el interés y no se desvíen del tema.
Dar responsabilidades y tareas a los miembros del grupo; él no hace
todo porque trabaja en equipo.
Arrastrar e influir en el grupo más por su testimonio de vida evangélica que por sus palabras. Contagiar con su entusiasmo y dinamismo.
EL SECRETARIO
Es alguien escogido por el grupo, con el objetivo de elaborar y consignar en el libro de actas los principales asuntos tratados en las reuniones; llevar el archivo de los documentos que es necesario conservar; preparar con el Coordinador la agenda de las reuniones y citar a los miembros del Comité para las mismas.
EL TESORERO
Es el encargado de administrar honestamente los fondos y los recursos, según se lo ordene el Comité, llevando un registro (contabilidad) de ingresos y de egresos. Presenta, cuando se lo soliciten, el estado financiero del COPPAS.
Muchas organizaciones han fracasado por la poca claridad o mal manejo de los fondos. Por eso, para esta labor se requiere una persona muy honesta, organizada y transparente.
RESUMAMOS
En el Comité todos somos importantes pues su buen funcionamiento es tarea de todos y cada uno. Pero existen unos que en razón del liderazgo que desempeñan tienen un papel de gran importancia: son el Presidente, el Coordinador, el Secretario y el Tesorero.
Recuerda: TODO CRISTIANO DEBE SER UN ANIMADOR DENTRO DE LA COMUNIDAD.
COMPROMETÁMONOS
Por el bien de la comunidad, asumamos con responsabilidad y eficiencia las tareas que nos sean encomendadas.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"Los laicos, como todos los miembros de la Iglesia, participan de la triple función profética, sacerdotal y real de Cristo, en vista al cumplimiento de su misión eclesial. Pero realizan específicamente esta misión en el ámbito de lo temporal, en orden a la construcción de la historia, gestionando los asuntos temporales u ordenándolos según Dios'
Lo típicamente laical está constituido, en efecto, por el compromiso en el mundo, entendido este como marco de solidaridades humanas, como trama de acontecimientos y hechos significativos, en una palabra, como historia.
Ahora bien, comprometerse es ratificar activamente la solidaridad en que todo hombre se halla inmerso, asumiendo tareas de promoción humana en la línea de un determinado proyecto social".
(Medellín, Conclusiones, N. 10, 8-9)
En este capítulo expondremos las características de la planeación pastoral participativa, retomando los aportes dados sobre el tema en el libro 2 de la Colección Formación Pastoral del CELAM. Pero no nos detendremos a desarrollar cada una de las fases o momentos del proceso de la planeación porque esto daría lugar a otro folleto. Invitamos, eso sí, a que cada grupo investigue, estudie y se asesore para comprender, analizar, asimilar y aplicar este proceso tanto en la parroquia como en el COPPAS.
PRINCIPIOS Y CRITERIOS DE LA PLANEACIÓN
PASTORAL PARTICIPATIVA
1. Como Planeación
Es un proceso que busca establecer las respuestas más oportunas, eficaces y apropiadas a las necesidades detectadas en la realidad. Es un proceso educativo tanto de las personas y grupos como de las comunidades para prepararlas a resolver sus problemas, a trabajar en equipo, aprovechando el potencial humano tanto individual como comunitario.

Es un proceso de cambio dirigido que busca transformar, renovar la situación actual hacia una situación considerada como ideal, más humana, más digna, más justa.
Es un proceso de ejercicio del poder como servicio, reconociendo el potencial de la comunidad, sus posibilidades y canalizándolas hacia el servicio común.
2. Como Pastoral
Es un acto de fe en la presencia de Dios, por su Encarnación, en la historia que ha de ser interpretada, discernida, para descubrir su voluntad.
Es una acción comunitaria de ejercicio de nuestra corresponsabilidad de anunciar el Evangelio a todo el hombre, y a todos los hombres, en la diversidad de situaciones y de culturas.
Es una práctica de la riqueza de dones y carismas con que el Espíritu nos ha regalado y que en la diversidad y complementariedad de ministerios construye la Iglesia-comunión.
Es un servicio al hombre, para su encuentro con el hermano, con la naturaleza y con Dios para que logre realizar su vocación a la perfección, a la santidad, a la cual todos estamos llamados. Es un testimonio del amor de Dios al hombre, que tiene un amor preferencial por los más pobres y necesitados.
Es una respuesta específica, consciente e intencional a los problemas profundos del hombre de hoy, a las necesidades de la evangelización.
3. Como Participativa
Es un proceso educativo que pretende hacer, especialmente de los laicos, protagonistas responsables de su historia y de la historia como construcción del Reino de Dios.
Es un proceso gradual que parte de la situación real, actual, de cada persona, grupo y comunidad y que progresivamente va trazando nuevas metas de crecimiento en la fraternidad, comunidad como en el compromiso.
Es un proceso global que invita a todos los bautizados; que integra las diferentes acciones, organizaciones y movimientos; que toma en cuenta toda la realidad, todo el hombre.
Es un proceso de conversión, de cambio personal para pasar del individualismo a lo comunitario, de la separación fe-vida a la vivencia auténtica de los valores del Evangelio.
La Planeación Pastoral Participativa es más que un método, es un conjunto de actitudes y comportamientos orientados por los principios de la evangelización y la construcción del Reino de Dios.
Tiene una profunda convicción, una certeza, en la presencia activa del Señor en la historia, en nuestra historia. La historia, la realidad son así un lugar de reflexión, de búsqueda, de acción comprometida.
Es un instrumento privilegiado para lograr la comunión eclesial como anuncio y signo de una comunión más profunda con todos los hombres y con el mismo Señor.
Es un aporte a la tarea de Nueva Evangelización en que está empeñada la Iglesia latinoamericana, como método que contribuye a responder alas necesidades de la evangelización de la cultura, como oportunidad de suscitar y encauzar el nuevo ardor de los evangelizadores y como posibilidad de generar nuevas expresiones de una fe adulta, inculturada'.
RESUMAMOS
La Planeación Pastoral es un proceso que busca establecer, a la luz del Evangelio y de la Doctrina Social de la Iglesia, las respuestas oportunas, eficaces y orgánicas a las necesidades detectadas en la realidad.
COMPROMETÁMONOS
Revisemos el plan pastoral de la parroquia y nuestra programación específica y renovemos nuestro compromiso de desarrollarlo.
Si no existe, encarguémonos de motivar al párroco, los grupos y la comunidad toda para que nos empeñemos en la elaboración del plan pastoral parroquial.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"La acción pastoral planificada es la respuesta específica, consciente e intencional a las necesidades de la evangelización. Deberá realizarse en un proceso de participación en todos los niveles de las comunidades y personas interesadas, educándolas en la metodología de análisis de la realidad, para la reflexión sobre dicha realidad a partir del evangelio; la opción por los objetivos y los medios más aptos y su uso más racional para la acción evangelizadora" (Puebla 1307).
La evaluación es esencial dentro de nuestro proceso grupal porque nos permite mirar objetivamente el crecimiento del grupo en todo sentido.
Sin embargo, a pesar de la importancia de la evaluación, normalmente se le considera como si estuviera desconectada del proceso del grupo, como algo aislado y sin valor y como un requisito que hay que cumplir. Por eso luego de estar hecha se archiva y no se le toma en cuenta. No podemos esperar que nuestro Comité cometa errores, tenga conflictos para convencernos de la necesidad de evaluar: la evaluación debe ser permanente, es decir, debe hacerse periódicamente para poder así constatar la situación del grupo, de sus objetivos, sus proyectos y sus miembros.
¿QUÉ ES EVALUAR?
Es detenernos sobre lo que somos y hemos hecho para descubrir objetiva y críticamente cómo están las cosas: nos preguntamos que estamos haciendo, cómo lo estamos haciendo, por qué dejamos de hacer algo ya programado, como podemos corregir los errores, cuáles son nuestras motivaciones, si tenemos claro el objetivo, que está faltando dentro del proceso para caminar mejor como grupo, etc.

Al evaluar reconocemos nuevamente que la acción debe ser transformadora: es decir, es revisar los objetivos, programas y responsabilidades para descubrir si están siendo eficaces en pro del desarrollo integral de la comunidad. Muchas veces las metas que nos trazamos son demasiado ideales, o a muy largo
plazo o se proyectan sin tener en cuenta las posibilidades que tenemos y por eso vienen los fracasos. Es necesario contar con los recursos reales que posee la comunidad.
Planeación y evaluación están unidas porque sobre lo que se planea se evalúa: y de la evaluación depende una correcta planeación para el futuro próximo.
La evaluación estimula acciones nuevas porque nos lleva a ser creativos, a buscar nuevas posibilidades de compromiso que estén realmente de acuerdo con los objetivos trazados y con las necesidades de la comunidad.
La evaluación nos lleva a aprender de los errores. Algunos grupos luego de evaluar y de descubrir sus múltiples desaciertos caen en el desánimo y pierden las motivaciones para seguir trabajando; lo cual es un peligro en el que no debemos caer. Las fallas que tengamos en el camino nos deben ayudar a perfeccionar nuestra manera de proceder y a superar las dificultades futuras.
La evaluación nos conduce a hacer una revisión o examen acerca de las acciones que se han hecho tanto al interior como al exterior del grupo.
La evaluación une al grupo porque permite que haya claridad y efectividad en el trabajo personal y grupal, se limen asperezas y conflictos entre los miembros, y nos coloque a todos en función del objetivo propuesto.
CARACTERISTICAS DE NUESTRA EVALUACION: Cuando evaluamos nos basamos en unas preguntas dirigidas a todos los miembros del grupo, las que se caracterizan por lo siguiente:
Están referidas a los objetivos y planes trazados desde el principio para evitar especulaciones. Utilizan un lenguaje claro, formulando preguntas directas para que así no se den demasiadas vueltas sobre un mismo asunto. Son cortas, puesto que las preguntas largas sólo contribuyen a confundirnos sobre lo que se quiere interrogar. Utilizan términos positivos ya que un lenguaje negativo predispone agresivamente a los miembros del grupo.
El papel del Coordinador es propiciar un clima de confianza donde se pueda exponer con respeto y sinceridad lo que cada uno inteligentemente opina acerca del proceso comunitario.
RESUMAMOS
La evaluación es importante porque se tiene en cuenta lo que hemos hecho hasta el presente y se planea lo que realizaremos en el futuro, superando los errores cometidos y haciendo crecer los aspectos positivos encontrados.
COMPROMETÁMONOS
Realicemos una evaluación concienzuda y seria de nuestro proceso y de las actividades que realizamos teniendo en cuenta los puntos que anotábamos en el presente tema.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"Una acción planificada exige:
a) Estudio de la realidad del ambiente con la colaboración técnica de organismos y personas especializadas:
b) Reflexión teológica sobre la realidad detectada;
c) Censo y ordenamiento de los elementos humanos disponibles y de los materiales de trabajo (...);
d) Determinación de las prioridades de acción;
e) Elaboración del plan pastoral. Se deben seguir para esto los principios técnicos y serios de una auténtica planificación, dentro de una integración.
f) Evaluación periódica de las realizaciones".
(Medellín, Conclusiones. N. 15,36)
E
l grupo nos debe llevar a sentirnos identificados y miembros de la comunidad en que vivimos y trabajamos para que conociendo y sintiendo sus angustias y esperanzas nos comprometamos en la construcción de una sociedad más humana. Por eso, las acciones, proyectos y actividades que realizamos se deben enmarcar en un proceso de formación que tiene las siguientes características:
Se inspira en el Evangelio. Debemos tener presente que nuestra labor con la comunidad surge de ser artífices del amor, la justicia, la paz y la liberación integral en todos los ambientes y lugares donde nos encontremos, conectados estrechamente con el Evangelio.
La Pastoral Social la entendemos como consecuencia de la vocación evangelizadora de la Iglesia que inunda con la fuerza transformadora de Jesucristo todas las realidades donde el hombre opera; nada es extraño a la acción del Evangelio. Por eso, como líderes cristianos nuestro deber es llevar el Evangelio al mundo de lo social, en el medio en que nos encontremos.

La formación debe dar unas orientaciones doctrinales y criterios para la acción. Estas orientaciones doctrinales y criterios para la acción están contenidos en el Evangelio y en la Doctrina Social de la Iglesia. Por eso el Papa Juan Pablo II nos hace el siguiente llamado:
"Invito a todos, trabajadores y responsables políticos, profesionales y sindicalistas, a prestar renovada atención a esas enseñanzas. Nadie va a encontrar en ella soluciones dispuestas, pero podrá encontrar esclarecimientos y estímulos para la propia reflexión y la práctica. (Brasil, 3 de junio de 1980).
Es así como PARA EL COMITE
PARROQUIAL DE PASTORAL SOCIAL MÁS QUE UN DEBER, ES UNA EXIGENCIA FORMARSE EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA.
La formación es concientizadora: es decir, tiene que contribuir a que superemos la pasividad, y nos convirtamos en sujetos y protagonistas de nuestra propia historia, reconociendo la dignidad de hijos de Dios que poseemos y luchando, por tanto, para que sean respetados nuestros derechos.
La formación concientizadora es también dejar de ver la realidad de una manera ingenua, para analizar profundamente todos los acontecimientos y problemas que nos afectan, descubriendo sus raíces más profundas.
La formación es transformadora: en otras palabras, debe ayudarnos para que asumamos compromisos concretos dentro de la comunidad que nos lleven a promovernos individual y comunitariamente.
RESUMAMOS
Nuestro grupo debe tener unos principios claros, unos criterios de acción definidos, saber conocer y analizar la realidad que vivimos, amar profundamente a Jesucristo y su Palabra, para lo cual es necesario formarnos integralmente. Sin una adecuada formación es imposible comprometernos en la promoción de un mundo mejor.
COMPROMETÁMONOS
Elaboremos un plan de formación, si no lo tenemos, que se inspire en el Evangelio, que brinde unas orientaciones y criterios para la acción, que concientice y nos lleve a transformar positivamente nuestra realidad.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"En la medida en que crece la participación de los laicos en la vida de la Iglesia y en la misión de ésta en el mundo, se hace también más urgente la necesidad de su sólida formación humana en general, formación doctrinal, social, apostólica. Los laicos tienen el derecho a
recibirla primordialmente en sus mismos movimientos y asociaciones, pero también en institutos adecuados y en contacto con sus Pastores" (Puebla N. 199).
¿QUÉ ES LA FORMACIÓN EN LA ACCIÓN?
No podemos esperar, pues, en un proceso de Formación en la Acción, recibir una gran cantidad de conocimientos teóricos para proyectarnos; ni tampoco podemos hacer muchas cosas sin unos principios, criterios y valores muy claros y sin un estudio e iluminación de la realidad desde el Evangelio y la Doctrina Social.
Por eso, la formación en la acción es un proceso de capacitación comunitaria en el que se conjuga la parte teórica y la acción; o dicho de otra forma, la parte doctrinal, reflexiva y el compromiso. Lo uno y lo otro no lo podemos separar en este proceso de formación; ambas cosas están íntimamente interrelacionadas.
La doctrina nos lleva a la acción y la acción nos lleva a la reflexión y al enriquecimiento de nuestros conocimientos gracias a las experiencias adquiridas.
Retomemos lo que al respecto nos dice Jorge Boran: "Sólo tenemos la verdad cuando estamos en contacto con la práctica. Un grupo sólo puede confirmar sus ideas, su teoría, con la práctica, para verificar si es cierta o errada. Los dos elementos en este nivel del conocimiento, son la acción (o la práctica) y la reflexión.
La reflexión refuerza la acción, y la acción refuerza la reflexión, y ambas desarrollan una conciencia crítica en vista de una acción transformadora.
La reflexión-acción es lo que llamamos PRÁCTICA. Cuando Cristo resumió todo su mensaje en el amor a Dios y al prójimo definió el cristianismo, ante todo como una práctica, no como teoría. La práctica, por tanto, no es una simple acción, sino una acción reflexionada y evaluada.

No aprendemos solo con la experiencia, sino con la experiencia reflexionada e interiorizada.
Por medio de la práctica (reflexión-acción) surge la cultura y la conciencia crítica. El verdadero sentido de la cultura es la capacidad de la persona para reflexionar sobre su realidad y sobre sí misma". (Apartes tomados del libro "Juventud, gran desafío". Ediciones Paulinas. p. 122-124).
Existe en esto una estructura fundamental de la formación en la acción; enunciémosla:
1. CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD: Los agentes de la Pastoral Social deben ejercitarse en el conocimiento y análisis de la realidad que viven.
2. ILUMINACION DE LA REALIDAD: El conocimiento de la realidad social debe ser continuamente iluminado con la Palabra de Dios y la Doctrina Social de la Iglesia.
3. COMPROMISO POR LA EVANGELIZACION DE LA REALIDAD: EI conocimiento de la realidad iluminado por la Palabra de Dios y el Magisterio Social de la Iglesia lleva al compromiso de vivir como auténticos cristianos comprometidos con la Justicia y la fraternidad entre los hombres.
Por eso asumimos el método de la Formación en la Acción tanto para el procedimiento normal de las reuniones como también para el proceso general del grupo.
¿QUÉ RESULTADOS NOS TRAE EL MÉTODO DE LA FORMACIÓN EN LA ACCIÓN?
Nos lleva a tomar una posición cristiana frente a las situaciones, estructuras y sistemas sociales. Sus orientaciones nos permiten superar tanto el pecado individual como el pecado social que impide que se lleve a cabo la realización de la dignidad humana personal y comunitaria.
Nos muestra la necesidad de profundizar en el estudio de los temas que se han desarrollado en torno del trabajo, especialmente lo contenido en la Doctrina Social de la Iglesia, al respecto.
Nos conduce a descubrir la presencia de Dios en medio de nuestra historia, de nuestra comunidad. Posibilita que cada uno de los miembros de la comunidad asuma su papel en la Iglesia, sintiéndose miembro activo en la construcción de una sociedad más justa y humana.
RESUMAMOS
Sin formación la acción es ciega; sin acción la formación es vacía. Es necesario, pues, integrar en un mismo proceso la formación y la acción para lograr así una verdadera transformación personal y comunitaria.
COMPROMETÁMONOS
Dialoguemos en grupo:
¿Cómo ha sido nuestra formación?
¿Hemos caímos en el activismo o en la teorización?
¿Qué nos hace falta para tener una adecuada e integral formación en la acción.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"No basta por cierto reflexionar, lograr mayor clarividencia y hablar: es menester obrar. No ha dejado de ser esta la hora de la palabra, pero se ha tornado, con dramática urgencia, la hora de la acción. Es el momento de inventar con imaginación creadora la acción que corresponde realizar, que habrá de ser llevada a término con la audacia del Espíritu y el equilibrio de Dios".
(Medellín; Conclusiones. Introducción. N.3)
El agente de Pastoral Social no es un activista social sino un miembro de la Iglesia que hace realidad en el servicio a los demás, el mandamiento del amor. Su compromiso se fundamenta, pues, en la escucha de la Palabra y en el encuentro constante con Jesús, quien es el que da sentido a su vida y orienta todo su ser y su actuar.
Por eso, el agente de Pastoral Social tiene una espiritualidad propia, que es lo que desarrollaremos en este capítulo, retomando el aporte que sobre el tema nos da el libro Pastoral Social, una Elaboración Latinoamericana, del Secretariado Latinoamericano de Caritas.
TESTIGOS EN EL MUNDO
Cuando el agente de pastoral se ve urgido a concretar respuestas a las múltiples necesidades de la gente corre el peligro de "hacerse el salvador desde fuera" y de fundamentar su espiritualidad sólo en lo intencional: "hacerlo todo en favor de los pobres por Dios". Esto es necesario; pero es preciso también "hacerlo con Dios" y con los pobres, desde la pobreza. Lo que supone asumir el estilo del Hijo de Dios que viene a este mundo", al mundo de sufrimiento y pobreza, haciendo de esta inmersión un "acontecimiento espiritual".

La frase patrística: "no se salva lo que no se asume" vale para todo el tiempo en la Iglesia, La Pastoral Social exige la asunción del mundo de los pobres, la inmersión en el mismo, en sus niveles, geografías y culturas. El Dios "que tanto amo al mundo, que entregó a su propio Hijo para salvarlo" (Jn. 3,16) continúa amándolo en la entrega salvadora de la Iglesia. El mundo no fue para Jesús algo lejano -el bajo mundo al que se echa una mirada de horror y compasión-, sino algo
que se ama: "tanto amó Dios al mundo". En esta entrega -y no en el rechazo y la huida- tiene la Pastoral Social que fundamentar su espiritualidad.
TESTIGOS ESPERANZADOS
Realismo: La inmersión en los problemas de la pobreza puede crear en los agentes de la Pastoral Social, actitudes fatalistas o resignadas (¡” las cosas no pueden cambiar”!), desesperanzas ante la magnitud de los problemas sociales y dureza de los corazones frente a las exigencias del Evangelio. El realismo en la percepción de los problemas (existe el pecado individual y social) no pueden bloquear la seguridad de la esperanza que abre la posibilidad de un mundo distinto y mejor. La identificación progresiva con la voluntad del Padre, mediante la oración personal, comunitaria y la vida eucarística ha de ir forjando en el agente de Pastoral Social el deseo ardiente de que esa voluntad se cumpla y que el Reinorealidad de fraternidad y comunión-llegue.
Futuro siempre esperado: La esperanza es también actitud interior ante la salvación, vivida como don; tensión sostenida entre esfuerzo y gratuidad. Tanto las renuncias a las propias responsabilidades como el olvido práctico del don gratuito serían infidelidad grave. Desde la gratuidad de la salvación se entiende también la necesidad de la oración. Quizás más que nadie en la Iglesia, el agente de Pastoral Social necesita ser orante. Su acción, para ser realmente pastoral y no puro activismo, necesita estar impregnada de contemplación. Será el modo de sacar no solamente fuerzas, sino inspiración y motivación originarias. Es verdad que para su acción habrá de servirse de los análisis y de los datos de las ciencias sociales; pero, si no llega a vivir plenamente según el Espíritu, su actividad perderá originalidad. Ser "contemplativo en la acción" es su tarea prioritaria.
Experiencia de ser perdonado: Expresión de su vivencia de la gratuidad será también la celebración de los sacramentos,
especialmente de la Penitencia y de la Eucaristía. En el perdón incondicional, recibido y aceptado, encontrará la fuerza, para comenzar siempre de nuevo; la experiencia del perdón gratuito del Padre le irá enseñando que solo perdonando podrá alcanzar la misericordia.
En la medida en que la Pastoral Social lanza a sus agentes a vivir desde dentro del mundo de la pobreza, será inevitable la vivencia del conflicto. Para resolverla con espíritu cristiano habrá de encontrar el equilibrio entre la protesta, la rabia y la denuncia, por una parte; y el perdón, que es capaz de arrancar actitudes nuevas, por otra. Sólo quien se siente perdonado gratuitamente podrá perdonar con misericordia y con aquella exigencia que procede del mayor amor de quien ha experimentado el perdón.
Eucaristía, máxima expresión de solidaridad: En la Eucaristía tiene el agente de Pastoral Social otra fuente inagotable de espiritualidad. Celebrar el único sacrificio de Jesús es hacer presente la máxima intensidad de su relación con el Padre Dios, y el extremo de su solidaridad con los hombres; intensidad y extremo de amor acaecidos en su muerte y resurrección. Unirse místicamente a la mediación sacerdotal de Jesús supone introducirse en plenitud, en la corriente de su especialísima relación con Dios y con todos los hombres, a los que El "tuvo que asemejarse en todo para ser el sacerdote de la nueva alianza (Flp. 2,7).
Crear-personal y comunitariamente las condiciones necesarias para que la celebración eucarística sea auténtica, es un desafío a la espiritualidad de la Pastoral Social. Una sociedad que, a la vez, es cristiana e injusta, religiosa y desigual, adoradora de Dios Padre y creadora de pobres y marginados, en una contradicción tal con el Evangelio que exige cambios audaces y profundos para que los hombres puedan sentarse a la mesa del Señor" (1Co. 10,10). La espiritualidad eucarística se convierte así en exigencia de conversión personal y
compromiso social con vistas a la creación de una sociedad solidaria y justa.
TESTIGOS DE LA MISERICORDIA ENTRAÑABLE
La cercanía amorosa a los pobres
En su espiritualidad, el agente de Pastoral Social debe asumir y significar la cercanía amorosa de Dios a los pobres. El punto de referencia será siempre Jesús, en quien el Padre reveló lo que quiere decir "ser Amor". Esta cercanía es imposible realizarla sin el Espíritu que unge; sin El se realizará todo de manera no "espiritual". Todos los que en el encuentro con Jesús -pobres, marginados y pecadores experimentan la cercanía salvadora de Dios, deben continuar experimentándola en el encuentro con la Iglesia y con los creyentes. Revelar el amor de Dios es la tarea más importante de la Iglesia. Al servicio de esta revelación se pone incondicionalmente la Pastoral Social. Sólo así su acción será significativa y se traducirá en estilos nuevos de presencia.
En esta cercanía se realiza el camino de la bienaventuranza de los pobres, porque no se trata solamente de 'estar con los pobres, sino de "hacerse pobre como fruto de una opción testimonial. Lo hemos dicho ya: el gran peligro de la Pastoral Social es el de "hacer cosas para los pobres' desde el poder, la riqueza y la distancia; y terminar siendo una agencia de beneficencia, de servicios sociales o de ayuda al desarrollo, sin mística, sin inspiración, sin motivación. Solamente desde el testimonio de la misericordia entrañable que hace de cada agente de pastoral un signo del amor eficaz de Dios hacia los pobres podrá haber una Pastoral Social con mística, inspirada y motivada.
"Ir a los pobres" es un camino espiritual, porque es una respuesta al envío de Dios que los ama tan entrañablemente, que suscita constantemente en su historia signos visibles de su presencia, Inalcanzable en sí misma; y si no tiene mediaciones humanas concretas, no será revelado y percibido como real por aquellos a los que anunciamos la Buena Nueva de ser sus preferidos. Dar contenido histórico y concreto a la misericordia entrañable de Dios: esa es la
vocación de todo creyente, al servicio de la cual la Pastoral Social se organiza, se profundiza y constantemente se renueva.
UNA COMUNIDAD DE TESTIGOS
Contra la tendencia a ser héroes en solitario, la espiritualidad de la Pastoral Social debe estimular a la creación de una comunidad de testigos. Que toda la comunidad sea testigo. No por idealizada es menos estimulante la imagen de la comunidad cristiana reflejada en los Hechos de los Apóstoles. Oración, eucaristía, catequesis y comunión fraterna, componen el cuadro de una comunidad cuya credibilidad constituye ya su primer servicio: "mirad como se aman".
Consciente de la riqueza y de la complejidad de la vida comunitaria, el agente de Pastoral Social sabe que son múltiples los servicios y carismas en la construcción del único cuerpo de Cristo y que es sólo en la interrelación de los mismos como se realiza la unidad del testimonio. La aceptación de los demás, el diálogo fraterno, la coordinación con otros ministerios en la vida de la comunidad, no sólo es cuestión de estrategia, sino expresión de la complementariedad en la vivencia plena del misterio de Cristo y de la Iglesia.
RESUMAMOS
En este ministerio eclesial será buen agente de Pastoral Social quien, desde su vivencia del Espíritu, fomente actitudes interiores que le lleven a tener:
Sensibilidad ante los problemas sociales del hombre de hoy. Su alta indica que no es este el campo de trabajo en que este agente se encontrará bien.
Actitud crítica para descubrir y hacer descubrir, en un proceso educativo, los mecanismos de injusticia que están en la base de los problemas.
Libertad interior grande para denunciar lo que en la sociedad no está conforme con el plan de Dios. El testimonio personal es el mejor aval para para la credibilidad de esa denuncia.
Capacidad de animar a personas y grupos para que den algún tipo de respuesta. Capacidad de inquietar la conciencia eclesial en este sentido.
Apertura dialogante hacia todos los grupos que trabajan en el mismo campo. Los responsables y agentes de los organismos de animación y coordinación pastoral deben tener una apertura grande para afirmar los valores eclesiales, pero sin intentar llevar el agua al molino de sus preferencias personales, haciendo de ellas el principio de coordinación. Visión no fatalista de la realidad. La realidad puede cambiar. La realidad debe cambiar.
Interés activo por las demás acciones y ministerios de la Iglesia.
(Pastoral Social: Una Elaboración Latinoamericana. Secretariado Latinoamericano de Caritas. Quito, SELAC, 1990. P. 218-223).
COMPROMETÁMONOS
Busquemos momentos fuertes de oración y de encuentro personal con Dios. Propongámonos participar en algún retiro o jornada espiritual organizado con los integrantes de los grupos de nuestra parroquia.
NOS DICE LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
"La Nueva Evangelización exige una renovada espiritualidad que, iluminada por la fe que se proclama, anime, con la sabiduría de Dios, la auténtica promoción humana y sea el fermento de una cultura cristiana. Pensamos que es preciso continuar y acentuar la formación doctrinal y espiritual de los fieles cristianos, y en primer lugar del clero, religiosos y religiosas, catequistas y agentes pastorales, destacando claramente la primacía de la gracia de Dios que salva por Jesucristo en la Iglesia, por medio de la caridad vivida y a través de la eficacia de los sacramentos".
(Santo Domingo, 46).
GUÍA PARA LA ELABORACIÓN DE PROYECTOS
Nuestro grupo lo une el interés, entre otras cosas, de trabajar por el bienestar de la comunidad. Por esta razón, se preocupa de lo siguiente:
1. Analizar la realidad (historia, principales problemas y logros) de la comunidad. Este análisis lo hacemos entre todos los miembros del grupo y a ella vinculamos todos los miembros del barrio.
2. Luego de detectar cuales son las principales necesidades, escogemos la que creamos más importante y le buscamos entre todos alternativas de solución.
3. Finalmente, nos trazamos un proyecto que será ejecutado por toda la comunidad con la responsabilidad del grupo de Pastoral de los Trabajadores) y para el beneficio de la misma. En este proceso debemos contar con las sugerencias y apoyo del Asesor.
Con ello nos proponemos transformar nuestra realidad, no esperando que todo nos venga de afuera sino siendo artífices y gestores del desarrollo y promoción de nuestra propia comunidad. Un proyecto es el instrumento que ordena y racionaliza el trabajo, a través de una secuencia lógica en las acciones que buscan objetivos concretos; por ello se hace necesario "quemar" ciertas etapas para su elaboración y puesta en marcha.
CRITERIOS
ESPECÍFICOS
PARA LA SELECCIÓN Y ELABORACÓN DE PROYECTOS:
Los siguientes son los criterios que debemos tener en cuenta para comprometernos en un proyecto comunitario:
Los proyectos no deben ser fruto de la improvisación (generación espontánea) sino parte de un proceso que esté viviendo la comunidad hacia su desarrollo.
Los proyectos deben contar con el visto bueno del párroco, y si es un proyecto que requiere financiación externa, debe contar con el aval del Obispo de la Diócesis.
El ámbito que pueden cubrir los proyectos abarca todos los aspectos del normal desarrollo de nuestra comunidad, como, por ejemplo: salud, vivienda, economía solidaria, etc.
GUÍA PARA PRESENTACIÓN DE PROYECTOS
Un proyecto es un instrumento para ordenar y racionalizar el trabajo, dando una secuencia lógica a las acciones tendientes a alcanzar los objetivos con base en la utilización adecuada de recursos. El proyecto es la unidad mínima del proceso de planificación y su realización implica cuatro grandes etapas:
1. Detección y definición de la necesidad o problema a resolver.
Se trata de hacer un estudio de la realidad, con los beneficiarios potenciales del proyecto, para llegar al autodiagnóstico. Con base en éste, se definen una serie de alternativas o posibles soluciones, las cuales deben ser seleccionadas con la comunidad para estudiar su factibilidad, a fin de elegir aquella que tiene mayor eficacia y mayor posibilidad de llevarse a la práctica.
2. Formulación del Proyecto
A esta fase se llega luego de un estudio minucioso de los diversos medios, técnicas y posibilidades, para escoger la más adecuada a la situación que se quiere resolver. El planteamiento del proyecto debe contener para su presentación los siguientes aspectos:
Información General: Identificación de la jurisdicción Eclesiástica donde se realizará el proyecto, nombre del solicitante o responsable legal.
Información
Institucional: Identificación del grupo, movimiento o institución responsable del proyecto.
Identificación del Proyecto: Se trata de determinar con claridad la actividad central que se va a realizar, su ubicación geográfica, las características generales de la población directa o indirectamente beneficiaria y la participación de la comunidad en la gestión y realización del proyecto.
Descripción del Proyecto:
Antecedentes y justificación: un poco de historia del proyecto, y el por qué y para que del mismo.
Objetivos General y específicos, formulados de manera clara y precisa, en términos operacionales, para que orienten la acción y faciliten la evaluación. En el objetivo general se formulan los fines del proyecto. Los específicos definen cambios concretos que permitirán el logro del objetivo general.
Metodología: es importante describir las etapas en las cuales se realizará el proyecto, las metas y las actividades a desarrollar.
La forma en que la comunidad participará en el desarrollo del mismo, así como el papel de los agentes de pastoral. Es importante incluir, de acuerdo con los objetivos del proyecto, la formación y capacitación de la comunidad en los aspectos económico, cultural, político, religioso...
Los recursos con que se cuenta: recursos humanos, materiales, técnicos e institucionales necesarios para el proyecto.
Los mecanismos de animación, coordinación y seguimiento del proyecto.
Los mecanismos de control y evaluación del proyecto, donde se incluya la revisión tanto de los procesos como de los resultados.
Financiación del Proyecto:
Elaboración de un presupuesto real que incluya los aportes locales (mano de obra, materiales, terreno...) y los aportes solicitados con sus inversiones correspondientes.
Suministro de Información:
Compromiso de hacer una evaluación periódica donde se describa el avance en los aspectos económico, social, técnico, pastoral... al menos en tres momentos:
Al inicio, acusando recibo de la ayuda solicitada y comentando, la forma como ha comenzado la ejecución del proyecto (si es que ha habido financiación externa).
Durante el proceso, describiendo el avance del proyecto.
Al final, evaluando, por una parte, procesos y resultados; y por otra, presentando un informe financiero.
3. Ejecución del Proyecto
Una vez diseñado y aprobado el proyecto, se pasa a la ejecución, que es llevar a la práctica lo programado. El éxito de la ejecución depende de las etapas anteriores y conlleva una serie de elementos de carácter administrativo: organización, dirección y control, los cuales, según la metodología participativa propuesta, deberán ser asumidos progresivamente por la comunidad con miras a su verdadera autogestión.
4. Evaluación del Proyecto
La evaluación permite hacer un juicio de valor sobre el grado de éxito o fracaso en el logro de los objetivos propuestos. La evaluación debe hacerse ANTES DE (Diagnóstico), DURANTE (Formativa) y AL FINALIZAR (Sumativa y de impacto) el proceso.
ESQUEMA PARA PRESENTACION DE PROYECTOS
Información General
Jurisdicción Eclesiástica
Solicitante o responsable del proyecto
Cargo
Dirección y Teléfono
Información institucional
Nombre de la Entidad, Personería Jurídica
Objetivos de la Institución
Programas y actividades que desarrolla
Recursos humanos, materiales y financieros de la institución
Población beneficiada
Identificación del Proyecto
Actividad que se va a realizar: vivienda, cultivos, salud, capacitación, etc.
Ubicación geográfica precisa del proyecto
Características de la población beneficiada
Participación de la comunidad en la gestión y realización del proyecto
Descripción del Proyecto
Antecedentes y justificación (historia del proyecto, el por qué y para qué)
Objetivos generales y específicos del proyecto
Etapas del proyecto
Participación de la comunidad, incluidos los agentes de pastoral, en las diversas etapas del proyecto
Recursos humanos, materiales e institucionales necesarios para el proyecto
Mecanismos de animación, coordinación y seguimiento del Proyecto
Mecanismos de control y evaluación
4.8. Cronograma de actividades. Actividades y fecha
Financiación del proyecto
Aporte local y detalle de inversiones
Aporte solicitado y detalle de inversiones
Valor total del Proyecto (5.1 + 5.2)
Cronograma de inversiones
Periodicidad de la Información
Compromiso de enviar información de avance del proyecto
DOCUMENTOS DE APOYO
A continuación, damos una lista de libros, revistas y documentos que nos pueden servir de material de apoyo para profundizar lo tratado en este Manual o desarrollar un plan de formación.
CURSO DE DOCTRINA Y PASTORAL SOCIAL A DISTANCIA. Semestre 1 al 6. Bogotá, SNPS, 1986.
COLECCIÓN VERSIÓN POPULAR DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. 10 cartillas y una Introductoria. Bogotá, SNPS, 1998: Derechos y NASIOMOTO Deberes Humanos (1), Cultura de Paz (2), Propiedad Privada al Servicio de Todos (3), Justicia Social (4), Respeto a la Vida (5), El Trabajo (6), Protección a la Naturaleza (7) Participación Socio-Política (8), Persona y Sociedad (9), Civilización del Amor (10).
COLECCIÓN DE FORMACIÓN SOCIO-POLÍTICA CON ÉNFASIS EN DERECHOS HUMANOS. 5 cartillas. Bogotá, 1993: Hacia una Cultura de Vida (1), Hacia una Cultura Política (2), Hacia una Cultura de la Participación (3), Hacia una Cultura del Desarrollo (4), Hacia una Cultura de la Paz (5) COLECCIÓN SEAMOS SOLIDARIOS Y CONSTRUCTORES DE LA SOLIDARIDAD. 8 cartillas y un juego didáctico. Bogotá, SNPS, 1995: Información Básica (1), Guía para los animadores (2), La Solidaridad con las Personas (3), La Solidaridad con la Familia (4), La Solidaridad con nuestras Comunidades (5), La Solidaridad con nuestra Región (6), La Solidaridad con nuestra Patria (7), La Solidaridad con la Sociedad Internacional (8).
COLECCIÓN AYUDAS PARA LA PRAXIS PASTORAL. 14 cartillas. Bogotá, SNPS 1985-1996: Guía para la Formación de Líderes (1), Formación en la Acción (2) La Pastoral Social y la Parroquia (3), Derechos Humanos (4), Los Fieles Cristianos Laicos (5), El Anuncio del Evangelio Hoy (6), Caridad y Nueva Evangelización en América Latina (7), El Cristiano Frente al Sida (8), El Sentido Cristiano del Sufrimiento Humano (9), El Aborto (10), Para una Viva Pastoral Social de la Infancia (11), Manual de Formación Coppas (12), Acompañando a los que Sufren (13), Manual del Voluntariado Social Católico (14).
12 TRASCENDENTALES MENSAJES SOCIALES. Bogotá, SNPS, 1985. COMPROMISO SOCIO-POLITICO DEL CRISTIANO. Sexta Edición. Bogotá, SNPS, 1997
INSTRUCCIONES SOBRE ALGUNOS ASPECTOS DE TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN. Ciudad del Vaticano, 1984. COMPROMISO MORAL DEL CRISTIANO. Conferencia Episcopal de Colombia. Bogotá, SNPS, 1988.
JUSTICIA Y EXIGENCIAS CRISTIANAS. Bogotá, Conferencia Episcopal de Colombia, 1973
MEDELLÍN, PUEBLA Y SANTO DOMINGO. Bogotá, CELAM, 1997.
CUESTIONES ACTUALES DE CRISTOLOGÍA Y ECLESIOLOGÍA. Bogotá, Conferencia Episcopal de Colombia, 1990.
CURSO DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIAMEMORIAS. Bogotá, SNPS, 1991.
FE CRISTIANA Y COMPROMISO SOCIAL. Departamento de Acción Social. CELAM. Buenos Aires, CELAM, 1983.
MENSAJEROS DE VERDAD Y ESPERANZA, Mensajes Pontificios para la Jornada Mundial de la Paz 1968-1998. Bogotá, SNPS, 1998.
SEMILLAS DE PAZ, Bogotá, SNPS, 1997.
¿QUE HAY DETRÁS DEL MALTRATO INFANTIL? Bogotá, SNPS, 1999.
AGENDA SOCIAL, Colección de Textos del Magisterio. Bogotá, SNPS-CELAM, 2001.
ACTUALIZACIÓN DEL MANUAL DE FORMACIÓN PARA COPPAS
Coordinación Arquidiócesis de Barranquilla:
Anny María Tobón Argote
Beniott Alejandro Sanz Díaz
Eyleen Margarita Pacheco Rodríguez
Juliett Nadith Cuadros Martínez
Padre Johan Enrique Acendra de Oro
Katheryn Milena Chávez Borja
Laura Vanessa Mejía Castilla
Liz Yeneira Cuevas Angulo
Luis Carlos Páez Puerta
Manuela Victoria Pérez Pérez
María Auxiliadora Pulido Barrios
Marvel de Jesús Lascar Sarmiento

Secretariado Nacional de Pastoral Social
Cáritas Colombiana
Dirección: Carrera 58 # 80-87
Teléfono: (+571) 4377150
Fax: (+571) 4377171
e-mail: snpscol@cable.net.co www.pastoralsocialcolombia.org
Bogotá, D.C.



