Génesis - Expresión de los Nuevos Valores - Edición 28

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UNIVERSIDAD

DE

SONORA

HELDER ARIEL GARCÍA CENICEROS.

T

odos le llaman Jessica, aunque haya sido bautizada con otro nombre, el de un varón. Y es que ella es él, sólo que no se siente como tal. Flaca, morena, facciones y forma de expresarse afeminadas; de vestimenta humilde, un suéter negro, pantalón blanco y una diadema apenas visible que le sujeta su corta cabellera negra. Sentados en la mesa del comedor de la "Casita", uno frente al otro, empezó a hablarme de su vida algo preocupada por lo que pudiera preguntarle y pidiéndome de favor no revelar su verdadero nombre, el de varón. "Jessy", como le dicen sus más allegados, es originaria del estado de Chiapas, donde nació hace 45 años un 7 de Diciembre en la ciudad de Tapachula. A tan sólo unos días del nacimiento de Jessica, falleció su padre por razones que ella misma desconoce, dejando a su madre viuda y con cinco hijos. Es muy poco lo que Jessica sabe de su padre: "Me platicaba mi mamá que mi papá era un militar originario de Nayarit, y decía que él la raptó y se la llevó a muchos lugares de la república, hasta que llegaron a Chiapas, donde yo nací", comenta. Desde niño supo que es homosexual, y desde entonces ha sido víctima de la discriminación y el rechazo. "En esos tiempos era muy recriminado el que uno fuera gay, mi mamá, a pesar de que, siento yo, sí me quería, siempre me recriminaba el que yo fuera

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como soy", recuerda de una forma algo nostálgica. Así vivió hasta los 14 años, "Me salí de mi casa, porque ya no soportaba como me trataban mi mamá y mis hermanos", fue entonces cuando empezó a prostituirse.

te tranquila, "Tenía novios, lo normal", menciona entre risas, "pero ya no me dediqué a la prostitución, trabajaba de agente de ventas". Vivió en varias ciudades de la república, como Lázaro Cárdenas en Michoacán e incluso en Hermosillo, donde

'Mujer' de la vida galante, agente de ventas, señora de casa… "Me fui a una cantina donde me prostituía, pero por necesidad, no porque me gustara. De ahí me salí porque había muchos

hombres que me embriagaban y cuando me despertaba me daba cuenta que se habían ido sin pagar", menciona. "De ahí me fui a un burdel con una señora de la que no recuerdo su nombre, donde me dedicaba a las labores de la cocina, y pues también, cuando había la oportunidad también 'fichaba', pero lo hacía por necesidad", comenta algo seria. Durante cinco años "Jessy" se ganó la vida prostituyéndose, hasta que supo que su familia se marchó a vivir a Colima y se fue de nuevo con ella. En Colima terminó la secundaria y la preparatoria nocturnas, también estudió para ser secretario comercial. Durante 14 años, Jessica vivió una vida aparentemen-

HERMOSILLO, SONORA. FEBRERO

DE

2005.

conoció a uno de sus novios, de quien no quiso decir o quizás recordar, su nombre. "Viví un tiempo con él aquí en Hermosillo, pero después nos fuimos a Mexicali. Con él yo no trabajaba, era la señora de casa", menciona en forma de broma, "pero me peleé con él y me fui a vivir con unos amigos jotitos", fue con ellos que se enteró de la noticia que le cambió la vida.

"Yo no sentí ni coraje, ni nada" "Ellos decidieron hacerse los exámenes del SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), y pues, yo fui también" -se ríe- "ahí fue cuando caí". "Ahí me detectaron que yo tenía el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), fue hace 10 años. La psicóloga o trabajadora social, ni me acuerdo que era, me dijo que tenía el virus, y que tenía que tomar medicamentos, jamás me dijo como debía cuidarme ni

como me contagié, nada. En esa época todavía era muy poca la información al respecto", menciona en forma más seria. Recordando cuál fue su reacción en aquel momento, Jessica comenta: "Yo no sentí ni coraje, ni nada"hace una pequeña pausa- "yo no lloré ni nada, me quedé tranquila, pues si me contagié fue por mi culpa, por no cuidarme, tenía que aceptar mi realidad. Acepté mi responsabilidad porque yo sabía que yo no me había cuidado". "Jessy" estuvo un tiempo más en Mexicali después de haberse enterado que era seropositiva, en lo que se

decidía a irse a Colima a darle la noticia de su familia. Noticia que para ellos no fue muy bien recibida al principio. "Todos se quedaron espantados, medio traumados, no lo creyeron. Sin embargo, al paso de los años, mi relación con mis hermanos ha cambiado, y ya me aceptan. Mi hermana Amara siempre ha sido muy buena conmigo, es un amor", recuerda. Jessica, estuvo viviendo en Colima con su hermana, hasta que se fue a vivir a Nogales, donde estuvo alrededor de 5 años. Pero hubo una época en que la enfermedad avanzó de tal forma que la llevó al borde de la muerte, época en la que también sufrió otro duro golpe en su vida: la muerte de su madre, y tuvo que regresarse a Colima. "Me puse muy mala, me tuve que regresar a Colima a que me dieran tratamiento, además de que acababa de morir mi madre y quería estar con mi familia. "Desgraciadamente, a mí no me gusta Colima, así que no duré mucho allá y me devolví a Nogales, que sí me gusta mucho". Regresó a Nogales en el año 2002 sin haberse recuperado totalmente, sin embargo encontró ayuda en el Centro de Información para la Salud (Cisal) de Nogales, de donde la mandaron al de Hermosillo para que le dieran tratamiento. CONTINÚA EN

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Trabajo ganador del Tercer lugar en la categoría de Entrevista de Semblanza del II Concurso Estudiantil de Periodismo "Norma Alicia Pimienta".


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