Un artista completo
E
n charla previa al concierto Luis Eduardo Aute habló de su relación con las nuevas generaciones, resaltó que su trabajo lo sigue todo tipo de personas, pero muy esencialmente universitarios, le da gusto que a la fecha aún existe el mismo interés en su propuesta. “El reto más complejo ha sido que el material que he hecho a lo largo de los años sea coherente con las ideas propias, en relación a los demás y en relación a mi propio trabajo”. En síntesis a esto aseguró que lo llena de satisfacción que a sus 66 años sus canciones se siguen escuchando. Consideró que sus temas antiguos gustan tanto a los jóvenes porque tienen claves que son muy particulares. “Son claves que no pertenecen a la generación de hoy pero sin embargo las entienden y eso me produce satisfacción”. A pregunta directa de si porque no ha habido una generación como la suya con grandes intérpretes y cantautores, respondió de inmediato que sí la hay, pero que no tienen la plataforma para darse a conocer, que lamentablemente no los tocan en la radio porque su música no es tan comercial y que sí influye que ahora hay más opciones.
“Me parece una indignidad llamar trabajo a lo que yo hago, porque disfruto haciéndolo”
Aute A
ntes que su figura los asistentes escucharon su voz, el concierto comenzó como el nombre de la primera canción que interpretó, con un Luis Eduardo Aute “Invisible”, avanzada la letra apareció en el escenario en el que por tres horas se entregó por completo.
“Si pensara eso no haría nada” En su faceta de compositor Aute dijo que al escribir canciones no lo hace con la conciencia del impacto que éstas pueden tener en quienes las escuchan, pero hay gente que sí le ha hecho comentarios acerca de que se enamoró o vivió alguna experiencia al oír un tema suyo. Añadió que nada de lo que él hace a través de sus diferentes expresiones artísticas como pintar, crear poemas, o dirigir una película es con el fin de ser una alternativa o tener impacto social. Comentó que desde muy pequeño comenzó a pintar, que en el colegio los suspendían en todo menos en dibujo, entonces se percató que las vías que tenía que seguir iban por ese camino. Asimismo se dio cuenta de que le gustaba el cine y decidió incursionar pero no delante de la cámara, sino como director. Luego se le cruzó la guitarra de por medio y como cualquier otro comenzó a juguetear con ella para luego crear sus propias canciones. “No establezco una frontera entre vida y trabajo, para mí vivir es ponerme a pintar a dibujar o agarrar una guitarra y ver lo que sale, o agarrar la cámara y hacer fotos, o la de video. “Cualquier tipo de situación, me gusta montar, son actividades que hago todos los días que son mi manera de vivir, no lo considero trabajo, me parece que es una indignidad llamar trabajo a lo que yo hago, porque disfruto haciéndolo, yo creo que trabajo es esa cosa que se hace en donde se sufre, donde uno no tiene ganas de hacer una actividad y no le queda más que hacerla porque tiene que vivir de ese trabajo”, contó Luis Eduardo.
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RESUMEN 2009
Noche
Dos horas antes, a las 18:30, comenzó la verbena en el edificio principal, como ya es tradición se colocaron puestos de comida, y había un amplio programa artístico preparado para la celebración del 67 aniversario de la alma máter.
El español interpretó 32 de sus más conocidos éxitos musicales, una pequeña selección –dijo- de la serie “Aute retratos”, como “Yesterday”, “Me va la vida en ello”, “De paso”, “De la luz y la sombra”, “Pasaba por aquí”, “Hafa café”, “Te quiero”, “400 golpes”, “Aleluya 1°” y “Mojándolo todo”.
La heterogeneidad de los casi cuatro mil asistentes en el estadio Miguel Castro Servín se conjugó con el cielo medio nublado y una noche fresca donde el compositor y cantante fue el invitado especial de la celebración de la Universidad de Sonora.
La Banda de Música de la alma máter, dirigida por Horacio Lagarda, abrió el programa con música nacional e internacional, con la interpretación de piezas de los Beatles, Queen y Michael Jackson, que arrancaron el aplauso de niños, jóvenes y adultos.
Poco a poco la gente fue llenando las sillas frente al templete, otras personas se iban directo a buscar el alimento preferido para consumir, las opciones eran muy variadas, había cenas formales y antojos tales como cocteles de elote, “pepihuates” y postres.
El concierto continuaba con un público animado por la divertida interpretación de “Una de dos”, misma que el artista bailó y aplaudió; luego dio pie para que su tecladista Igor Tukalo, de origen ucraniano, quien además es cantante de ópera, hiciera gala de su destreza musical.
La más ovacionada "Sin tu latido"
Especial