MAYOLO LÓPEZ PERIÓDICO REFORMA 'No le puedo dar la mano'
Por Mayolo López (12-Feb-2010).Enviado CIUDAD JUÁREZ.- La señora Luz María Dávila encarna el dolor del pueblo. Su garganta escupe la rabia contenida: dos de los 15 muchachos asesinados a mansalva aquí hace dos semanas eran sus hijos. Marco, de 19 años, y José Luis, de 16. "¡A mí me mataron a mis dos hijos...! Yo no le puedo dar la bienvenida. Yo no le puedo dar la mano". Doña Luz vomita su rabia a escasos dos metros del templete que ocupa el Presidente de la República. La menuda mujer concentra la atención de los 500 invitados al acto de presentación de la enésima estrategia anticrimen federal. Calderón guarda silencio. Se lleva las manos a la barbilla. Su rostro enrojece. Con el dolor a cuestas, una mujer acorrala al Presidente y al Gobierno federal: el Procurador General de la República y siete secretarios de Estado están en ascuas. Y ahora, ¿qué hacemos? ¿Qué decimos? ¿Cómo remediamos esto? Incluso, un elemento del Estado Mayor intentó retirarla del lugar, pero el Presidente dio la orden de que la dejaran hablar. Genaro García Luna, Secretario de Seguridad Pública, se hunde en el asiento. El doctor José Ángel Córdova, de Salud, se conduele. Alonso Lujambio, Secretario de Educación mira de reojo. Gómez Mont se acomoda. Margarita Zavala sufre al lado de su esposo. Por su crudeza y espontaneidad, el de la señora Dávila es el cuestionamiento más severo a la política anticrimen del Gobierno federal. A la par, tal vez, del "Si no pueden renuncien" del empresario Alejandro Martí en Palacio Nacional. Pero ya no hay nada que hacer: Calderón aguanta. Y la señora desgrana su coraje. "¡Juárez está de luto...! ¡Quiero que usted se retracte. No puede ser que