















Mi nombre es Amelia y te contaré mi historia.
Tenía 17 años cuando todo empezó, yo acababa de ingresar a la universidad, todo fue perfecto hasta que unas chicas que estudiaban conmigo se empezaron a burlar de mi aspecto físico.








Las burlas de mis compañeras me recordaron a cuando era pequeña y tenía sobrepeso, en ese tiempo recibía burlas e insultos constantes, mis padres al ver por lo que estaba pasando me llevaron donde un nutricionista.
Esto fue de gran ayuda para mi, de esta manera pude volver a ser yo misma, pero no sabía que aun quedaban heridas.














Ese día fue el detonante de mis enfermedades, todos los recuerdos volvieron a mi, así que para agradarles mis compañeras decidí seguir un plan durante un tiempo, el cual consistía comer lo menos posible para alcanzar la perfección.
Así que todos los días al despertar debía tomar un vaso de agua y tomar mis medidas para ver si había disminuido tallas, esto era frustrante para mi porque no llegaba a la talla que deseaba.














Para lograr mi meta de disminuir tallas debía mantenerlo en secreto de mis padres, yo en ese momento no sabía el daño que me estaba haciendo, ya que al momento de desayunar solía ir al comedor y acabarme todo lo que me habían preparado para no levantar sospecha, sin embargo momentos después solía juzgarme frente al espejo e iba al baño a vomitar.










Al realizar
todos los días, no tenía la energía para atender a clases debido a esto solía estar muy cansada.


esto






Cuando era momento del lunch solía ver a mis amigas comer pero yo les decía que ya había desayunado y no tenía hambre. De esta manera evitaba que cualquier alimento entrara a mí cuerpo.










Cuando regresaba a casa a la hora del almuerzo solía evitar comer así que le decía a mi familia que ya había comido en la universidad, de esta manera evitaba ingerir alimentos.














A media tarde comía alguna fruta y masticaba hielo para calmar el hambre.








Después ingerir alguna fruta me dirigía
hacer ejercicio.










Después de hacer ejercicio solía hidratarme y comer algún alimento que fuese bajo en grasa, azúcar y sal, esto claramente no me daba energía suficiente, así que el resto del día pasaba agotada e irritada, no tenía ganas de hacer absolutamente nada por lo que mis calificaciones en ese ciclo fueron bajas.








Un día que me encontraba en clases, mi cabeza me empezó a doler y sentí mi cuerpo sumamente débil hasta que ...








...
me desvanecí en el suelo, mi compañero me llevo
urgentemente al dispensario medico
para que pudieran

revisarme.







