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LA CALIDAD LA LLEVAMOS EN NUESTRAS VENAS

Roberto Vélez Vallejo Gerente General Federación Nacional de Cafeteros de Colombia.

LA CALIDAD

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la llevamos en nuestras venas

Cuando las primeras plantas de café, hace cerca de 300 años, ocuparon parte del suelo colombiano, los demás representantes de nuestro reino vegetal no se sorprendieron por la presencia de tan ilustres visitantes. Y no hubo sorpresa, porque observaron como unas plantas de hojas verdes y frutos rojos, se adaptaron tan cómodamente a una oferta ambiental existente, que rápidamente los nuevos habitantes se sintieron como en casa. Corría el año de 1723 y los Jesuitas nos trajeron ese grano de oro para Colombia que se fue dispersando por toda la nación.

Y los productores desde aquellas épocas, nos han dejado un legado cafetero de trabajo, disciplina, compromiso, reciedumbre y fe. Ellos fueron los que acompañaron la construcción de una cultura cafetera que vieron germinar y que sus generaciones hemos cosechado.

Hoy 540.000 cafcultores en Colombia producen 14 millones de sacos de una calidad inigualable, con una cafcultura que le brinda un aporte fundamental a la estabilidad socioeconómica del país, un aporte del café al PIB nacional del 0.6% y una generación de 730.000 empleos directos.

En Colombia estamos incrementando el consumo interno de nuestro café de alta calidad. Es una deliciosa bebida que no nos desvela, sino que nos hace soñar despiertos. Por ello la invitación a todos los colombianos, para que nos aseguremos que consumimos café 100% colombiano y así generar bienestar para todos.

Y hoy uno mira a 604 municipios cafeteros colombianos en 23 departamentos y en donde se cultiva, en 840.000 hectáreas un café de origen arábigo y de una excelsa calidad. Hoy con la seguridad de la historia y de las vivencias, se afrma con orgullo que profesamos principios y valores, tenemos una sólida organización, una expresión de identidad y una actividad con más futuro que pasado.

En los meses que llevamos de esta pandemia nuestra solidaridad volvió a renacer, pero también se comprobó una vez más la resiliencia de los cafeteros. Los cafcultores, fruto de una organización de más de 94 años, se acompañaron y se acompañan ante esta situación. La Federación de Cafeteros es un modelo de integración, de ayuda mutua, de participación y democracia, es un modelo de paz, pero así mismo un cumplimiento de deberes y un ejercicio de los derechos. Esos deberes hicieron que entre todos construyéramos un protocolo de bioseguridad que nos permitiera afrontar la pandemia del Coronavirus y que nuestra actividad económica se pudiera realizar. Dicho protocolo, fue avalado por nuestras autoridades de la salud, pero también fue ejemplo para muchos países productores de café que nosotros compartimos con nuestros hermanos cafeteros en el mundo.

Esos deberes nos han hecho una vez más, cumplir con nuestros compromisos de producir para la exportación un café de Colombia de una calidad inigualable, que nos hace sentir un inmenso orgullo y un especial agradecimiento a las familias que con esfuerzo y compromiso lo producen y que se merecen un salario perenne de prosperidad. El país lo necesita, los cafcultores también. El café la esperanza de Colombia.