Como si de dos mundos distintos se tratase, compagino mi vida rural y urbana a ratos ,como un acróbata saltando de un lugar a otro ...y en medio ,ya el otoño, con su lluvia... hasta las rodillas de barro...Los días van oscureciendo más temprano y casi siempre llego de noche. Tras el recuento de perros me lanzo al sofá con el firme propósito de descansar mi cabeza y mis piernas.