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Es evidente pues que el 15M se ha lanzado de lleno, casi sin darse cuenta en una gran aventura de corte espiritual, como si sacara de si misma la esencia de una gran herencia de la historia, que la hay, y este es el motivo de la reflexión del Vagabundo que os escribe. “Hubo un tiempo en que unos cuantos hombres y mujeres de un pequeño lugar de Palestina, sintieron la necesidad imperiosa de compartir un sueño junto a un Vagabundo del Espíritu llamado Jesús de Nazareth; un sueño que alguien acabó definiendo con el paso del tiempo de “el sueño de los justos”. De boca en boca y de casa en casa, ese sueño, que estaba impregnado de cuantos valores internos se podían concebir, fue arraigando en el corazón de los seres humanos más pobres del lugar. Pero la presión religiosa era poderosa y muchos, cargados de temor, no se atrevieron a contar su sueño, hasta que un día, un sencillo chapucero de la madera, llamado Yeschu, indignado por tal represión, empezó a convocar a las gentes en asamblea para hablar libremente sobre ese tema. Era en un pequeño monte cuando más de un centenar de personas se reunieron pacíficamente junto a Jesús en lo que se puede denominar la primera asamblea de indignados, y allí, observados de lejos por los romanos, por algún que otro sacerdote y gente rica, el carpintero empezó a compartir con los “suyos” sus sueños y su estímulo interno. “Bienaventurados los pobres…., los que sufren…, los que lloran…, los que tienen hambre y sed de justicia…, los pacíficos…, los de puro corazón…, los misericordiosos… etc.” Toda una auténtica declaración de intenciones que hoy sale a la luz con más fuerza que nunca. Quien tengo ojos vea y lea.