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“sueños y pesadillas" GRUPO LITERARIO

“OTRAS YERBAS” Adriana Grossi / Anabel Burgos Mathis / Cecilia López Gustavo Allegri / Gustavo Contreras Bazán Jimena Vera Psaró / Martín Yoma

Abril 2014


Adriana Grossi 2

Gustavo Allegri 1 Los sueños del General

Sueño

Se despierta sobresaltado en la mitad de la noche. Su pulso es veloz, el aire escaso, /la respiración agitada. Las sabanas mojadas de transpiración /se le pegan al cuerpo. No puede con la gordura, el calor y la conciencia Los restos de lo soñado lo persiguen en la /oscuridad de la pieza.

Sueño que me despierto y no es nadar entre /dos mundos. A veces con cosquillas. Con estirarse y el roce /crujiente de las sábanas. Mis pies fríos en los tuyos. Acomodo la almohada y es domingo a la mañana. Ya no me asomo al cuadro de Monet como si fuera /mi ventana, en cambio tengo una grande y sin vidrios /por la que veo el cielo. Ahí el sol siempre es rojo. Camino por la puerta. Estoy cansada. Estoy al otro / lado de la pared, empujo muebles y cambio escenarios. Me voy y ya no vuelvo. Tropiezo. Me levanto. Te llevo de la mano. Soy eterna e irrompible. Sueño que es un sueño estar inmóvil, en la cama.

Intenta sacudírselos pero son pegajosos, insistentes, /como la humedad del techo. Algunas caras se repiten más que otras y sus nombres /las acompañan. Las recuerda a todas, los conoce a todos. Esa es su maldición. Las imágenes persisten, y sus pensamientos se /amotinan detrás de ellas. Se dice que solo fue un sueño, anhelando la calma Pero sabe que el sueño le devuelve su pasado, /sus actos, su verdad. Como en una extraña película Las imágenes van formando un collage Y las palabras, sentencias. Sus voces lo nombran, son miles Y vuelven todas las noches Y se lo van llevando de a uno, De a dos.

Cecilia López

Martin Yoma Expectativa

Mi cabeza late. Duele. Como el filo de una espada Como la picadura de un alacrán Arrastro los pies Voy a un lugar q desconozco Un sonido gutural Un túnel oscuro Un camino sin regreso.

Soñame bueno, cerca, tuyo. Soñame honesto, sincero, entero. Soñame padre, hombre, fiel. Soñame mientras apago el infierno. Mientras entierro el pasado presente que me asfixia. Demonios huérfanos se disfrazan de mí; quieren ser yo, no me dejan morir (solo por placer). Soñame virtuoso, tierno, azul (si querés). Soñame mano, boca, risa. Soñame… así despierto.


Cecilia López 3 Afuera zumban la lluvia y el viento. Los relámpagos son una furia en la noche Suena el teléfono. Una voz No entiendo Me habla de ella, de ese lugar recóndito. De abrazos, de encuentro Despierto. Las luces son sombras, ya no zumba la lluvia

Gustavo Allegri

Ausencia Se pierde en las horas, a través del tiempo En el silencio de su voz, En su mirada cegada En sus manos frías Se pierde para siempre, En los años pasados En las conversaciones diarias En sus gestos gastados. Se pierde y no lo encuentro En las fotos en sepia En las cartas escritas En los lugares vacíos Se pierde y no quiero Porque en los sueños lo llamo Porque el llanto es mudo Porque quiero otro abrazo.

Anabel Burgos Mathis 4 Vos y yo uniendo paraísos transgrediendo los planes desconociendo planos coqueteando por el cielo y por la tierra Es cuestión de esperar tal vez aquí sea el allá y el allí no esté tan lejos Tal vez, sólo tal vez, sean la misma cosa y dependa de cómo uno juega ese juego

Cecilia López Sueño con mi padre Parado en el umbral de la puerta. En dirección a mi cama. Le hablo, permanece inmutable. /Habitando un tiempo que solo él conoce Que me ayudes! Que las noches se hacen eternas Que oscurece y siento que se va la vida /esperando el día Que es difícil vivir Que esto no me está saliendo bien Que siempre hay un poema que se atraganta, /y cuando lo escupo da asco Que tengo miedo y los sueños son con barro Y los cadáveres se apilan Y todos van al mismo pozo Y entonces la madre nunca encontrara a su hijo Y el hijo no encontrara a su padre Y todos callan Y despierto pero nada cambia


Jimena Vera Psaró 5 En el final de una profecía… En el final de una profecía… ¿Cómo atar las palabras? ¿Qué final será una historia? ¿Quién registrará el último gesto? ¿Con qué calendario se medirá la eternidad? ¿Quién verá como se hunde el último país? ¿Qué alimento desatará el hambre? ¿Qué sentido tendrá en la nada saber /de ausencias y de distancias? ¿Quién desunirá nuestras almas? ¿A dónde despertarán los despojos?

Adriana Grossi 6 El agua está fría, pero el sol es un abrazo tibio. / Te miro desde la orilla. “¡Vení!” Pero en cambio sólo te quedás viendo cómo /me desnudo y camino hacia las olas y yo te miro /a través del pelo revuelto y te hago esa sonrisa /que tanto te gusta. “¡Vení!”. Y te acercás y dejás tu ropa junto a la mía y pasás /corriendo muy cerca. “¿A ver quién es más valiente?”, preguntás y me /salpicás y me mirás y corrés y te miro. Te zambullís debajo de la primera ola. Y te busco. /Y te llamo. “¡Vení!”. Y siento frío. No paro de temblar. Yo no soy valiente. Estoy empapada, el sudor helado está todas las /mañanas, como hoy, cuando me despierto y te llamo /y no estás.

Anabel Burgos Mathis Los noticieros leen cuentos y pasan /buena música a pedido y es excepcional la mala nueva la gente se ocupa de cuidar el orden y denunciarlo los conflictos son resueltos por las fuerzas de la ley los delincuentes van a prisión y se los rehabilita con el esfuerzo de todos. La justicia se hace eco y es ejecutiva parte con rigor y con escucha. Los hijos que se encuentran vuelven a sus madres la sociedad celebra los reencuentros y hay fiestas populares cada día, conquistas comunitarias, pertenencia… Trabaja o estudia el que quiere como quiere satisfecho, por hacer lo que le gusta. Sobran las flores, sobran gratitudes sobran los espacios… El sobresalto es un viejo peldaño en el que se hizo pedazos la soberbia La corrupción no existe porque ya se la tabuló como inconveniente y el paraíso es posible y natural vivirlo, hasta que uno se despierta.

Martín Yoma Mi perra ladra y dice que está frio, que me abrigue. /La gata mira pensando que no está nublado /(aunque no sabe qué son las nubes). No tengo gallo que le grite al sol porque no hay sol. /El ultimo se suicidó, el gallo…y el sol. El techo se cae. Mi techo se cae y mi dios del cielo /raso no lo impide (deberá ser así). Igual no tengo /café para invitarle, para devolverle la gentileza /de enseñarme a respirar. Me levanto, de golpe me levanto. Dejo el corazón /y me pongo el traje negro. No se puede trabajar con corazón. Es molesto. /Pesado. ¿La conciencia? Se la calla con una línea, /o dos botellas. O una línea y más botellas. Sé que estoy soñando pero es igual que estar /despierto, sólo que los animales no hablan.


Gustavo Contreras Bazán 7 Celda Si dejás algo te cago a trompadas, me decías, /amenazante y más de una vez tuve que limpiar /la mugrosa comida, sacando pelos, algún pedazo /de pan, cascaras y alguna cucaracha. No podía /dejar nada en el plato. Por eso tampoco quería olvidarme. No quería /olvidar tu cara, tu boca mal cuidada, tu mal aliento. /No quería perdonarte. Necesitaba recordarte. /Recordar que hasta allí me llevaste vivo. Y desde /que salí no volví a ser el mismo. Hoy ya no estamos /en ese hueco inmundo y todos los días me cuido /de derramar la sopa. En mis manos la ficha me confirma tus datos. /¿Sabés? Pienso en las noches que voy a tener /que cuidarte. Aunque no te enteres. Aunque no /me recuerdes. En cada inyección vas a tener que /hacer memoria. Aunque no te des cuenta, ni /derrames nada, a mi manera también voy a cagarte /a trompadas.

Anabel Burgos Mathis 8 Hay una cola larga de caritas en la puerta que espera que estén listos los manteles vulgares las sillas desiguales las canastas con pan las tazas plásticas de olores sospechosos el té excesivamente azucarado los humos tibios y prestados un buenos días fulano la caricia en la cabeza al pasar, sólo si sucede… Es una cola larga quo no suma cien años Es un coro de tripas que tienen poco espacio y entrenada la espera. Es un coro que aúlla cada día sin suerte sin sabores nuevos sin padres y sin ecos.

Jimena Vera Psaró Polvo serás, ciudad. Te cubrirás de tierras que taparán tus luces. En tus grietas se urdirá la historia. Desde las sombras levantarás vuelos bajos. Jinetes a dos ruedas mantendrán a filo el asfalto, transitándote, marcando terreno, invadirán espacios estrechos y a veces pagarán con su vida la osadía de transitar caminos imposibles. Tus héroes colosales, fríos, ciegos. Plantados, erguidos, arriba nuestro… Distantes, blancos, bronces… Acallan historias y cementan pasiones. El yeso de tus santos Sufrirá lágrimas de barniz que se pegarán al carmín de las mejillas. Puntadas devotas confeccionarán minúsculas ropitas. El bronce impone: Próceres desproporcionados Mantendrán firmes sus enormes cabezas. El cemento encierra: Altivos jueces aquietarán a las piadosas masas. La brisa se envolverá a las personas y les robará las palabras. Su objeto será la sombra, el silencio y el olvido.

Martin Yoma Miedo, mugre, maldad, muerte, Pesadilla en mí. Mí miedo, Mí mugre, Mí maldad, Mí muerte. Sueño en vos. Tú valor, Tú pureza, Tú paz, Tú vida. La magia redime la genética.


Anabel Burgos Mathis 10

Jimena Vera Psaró 9 Celeste Cielo Pocos metros cuadrados de un parquet oscuro, la alfombra de goma limpia, del camión de la mudanza, El fondo de las cajas. Las paredes sin un cuadro. Nada en los armarios, ni en la cajonera. Tierra removida en los jardines. Sillas frías. Y el giro de la última vuelta de llave, llevándose la imagen de los espejos.

Le sonrieron los ojos durante todo el tiempo que duró la espera iba y venía del trabajo caminando, mientras que con su celular seguía el minuto a minuto de la vida en el vientre de ella y en el sueño de los dos. Un día comentó que ya tenían el nombre y el decreto de la pasión futbolera que lo enamoraría Fuimos a verlo a poco de nacer, todos juntos, desde la oficina con unas cuantas flores. Ahí estaba Facundo, ceñido de encajes con un gorro celeste de duende perfumado y tibiecito en un cajoncito blanco, como dormido. Gustavo Allegri

Gustavo Contreras Bazán Pesadilla Aunque la luna quede demasiado lejos Aunque el camino ya no sea el mismo Aunque la silla resulte incómoda y las suelas se vean gastadas Tengo los ojos puestos en tu frente, con tus manos frías en mi espalda. Afuera ya es de noche y todo empieza en un cansancio que no puedo disimular Hay caricias que los años fueron apurando, porque hay que volver pronto al trabajo y los hijos ya están grandes. Ya no se detienen las veredas y los días se repiten en retazos de almanaques. y se amontonan en un puñado de miedos metidos en la cama. Es que a veces el futuro se hace espeso, se confunde en el sueño y se detiene con un nudo en la garganta. Es que el cielo ya no tiene lunas es apenas un techo que sobrevive a cada lluvia y a veces a algún tango.

Hay algunos que en densas brumas acechan /en los silencios. Vienen con sus caras de felinos gigantes y dientes /afilados, capaces de tragarte de un mordisco. Su cuello es tan ancho que es inútil rodearlo con /las manos. También esconden lobos hambrientos que me /persiguen, soy su presa. Una caída desde el piso 38, o desde la casa de /al lado Sus sombras se doblan sobre nuestras cabezas /trayendo extensas nubes de oscuridad. Una corrida detenida. Parálisis en el momento /menos oportuno. La casa vacía al llegar. Y otro monstruo saliendo /de alguna habitación. Bolsas en la cabeza, gargantas que se cierran. Ni un solo agujero por donde entre el aire. Boca seca y transpiración es el saldo de esas noches. Y luego, antes o después, nada, un sueño sin sueño. Una extensa pausa negra. Algo parecido a la muerte. Sin recuerdos, sin nada para contar por la mañana.


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