Matones y Cuadrilleros: Origen y Evolución de la Violencia en el Occidente Colombiano

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MATONES Y CUADRILLEROS Origen y evolución de la violencia en el occidente colombiano DARIO BETANCOURT MARTHA L. GARCIA

TERCER /VkJNOO EDITORES

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INSTITUTO DE ESTUDIOS P0UT1C0S Y RELACIONES INTERNACIONALES


D arío B e ta n co u rt se h a esem p eñ a d o c o m o ca terá tico d e H isto ria d e C o ­ lom bia en las u n iv ersid a ­ des d e S a n to T o m á s , J a v eriana, D istrita l y N a cion a l n B o g o tá ; en la actu aliad es p ro fe so r a so cia d o e la U n iv ersid a d P e d a g ó ica N acion al. E n 1987 se in culó, c o m o in v e s tig a ­ dor a d ju n to , al Ih s titu to E stu d io s P o lítico s y lacion es In tern a cion a ­ les de la U n iv ersid a d N a ­ tion a l d e C o lo m b ia en el p ro y e cto “ A c to r e s y r e g io ­ nes de la violen cia en C o ­ lo m b ia ” , d irig id o p o r G o n ­ zalo S ánchez y A le ja n d ro Ijteyea y fin a n cia d o p o r C olcien cias. tylartha L u z G a rcía es ase­ sara p e d a g ó g ic a d e la E scu ela J u d icia l “ R o d rig o .ara B on illa ” y form a arte tam b ién d el e q u ip o e asesores d e la S u b d ireción d e P olítica S ocia l dél E N A . P a rticip ó a ctiva íente, c o m o co in v e s tig a ora a d ju n ta , en el p r o y e c ­ té “ A c to r e s y reg ion es d e la violen cia en C o lo m b ia ” .

J Í t Í


sociología y política

coediciones u n iv e rs id a d n a cio n a l de C olom bia ( in s t it u t o de e stu d io s p o lític o s y relaciones in te rn a c io n a le s ) te rc e r m u n d o e d itores


M ATONES Y C U A D R IL L E R O S Origen y evolución de la violencia en el occidente colombiano

1946-1965

por D A R IO B E T A N C O U R T E. M A R T H A L. G A R C IA B.

INSTUTUTO DE ESTUDIOS POLITICOS Y RELACIONES INTERNACIONALES

TERCER /H U N D O EDITORES


TERCER /MUNDO EDITORES Calle 69 No. 6-46 - Tele.: 2176766 - 2499824 - Bogotá - Colombia

portada: felipe valencia segunda edición: febrero de 1991 © darlo betancourt • m artha garcía © universidad nacional de Colombia - in s titu to de estudios políticos y relaciones internacionales © tercer mundo editores IS B N 958-601-280-8 preparación litográfica, impresión y encuadernación: tercer mundo editores impreso y hecho en Colombia printed and made in Colombia


A la memoria de Benjamín Moneada..., amigo entrañable nuestro.

Para Paula Emilia y Catalina María


IN D IC E

PROLOGO

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PRESENTACION

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CAPITULO 1. Gamonales, colonos y la violencia de los años treintas y cincuentas

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CAPITULO 2. Conflictos agrarios y violencia en el Valle (1910-1946)

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CAPITULO 3. Los “ pájaros” y la conservatización del Valle

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CAPITULO 4. Los “pájaros” : prototipo de la violencia en el occidente colombiano

105

CAPITULO 5. Cuadrillas liberales y algunas manifestaciones del bandolerismo

137

CONCLUSIONES

177

ANEXOS

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CUADROS

191

IU B L IO G R A F IA

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PROLOGO

l'odos sabemos que tanto la producción intelectual como lu vida social y política de Colombia en el decenio de los ochentas estuvo dominada por el tema de la violencia. I)e la presente y de la pasada. El libro de Betancourt Hcheverry y García Bustos tiene en este contexto un doble interés ya que es no sólo continuación de las ten­ dencias investigativas precedentes, sino, además, anuncio ile un desplazamiento que responde a cambios identifi­ ca bles en el proceso real y en la sensibilidad de las capas intelectuales del país. Se puede observar, en efecto, cómo ile la centralidad de la problemática guerrillera a co­ mienzos de los años ochentas se ha pasado hoy al eje Hicurios-narcos-paramilitares; del énfasis en los procesos de cualificación se está pasando al contrapeso de las fuerzas de degradación del conflicto armado; de la cu­ riosidad por las peripecias del combate se pasará al im­ pacto de la masacre sobre el subconsciente colectivo. En suma, lo que está comenzando a hacerse patente non los límites de una idealizada visión de las armas, fenómeno que se manifiesta en los cuestionamientos de iliverso orden a la eficacia o validez de éstas en las actuales circunstancias y muy especialmente en el recono«omento de las fuerzas contrapuestas como hecho social V como objeto de análisis. Y este cambio de panorama fto deja de tener su impacto sobre las representaciones que en el futuro inmediato vuelvan a hacerse sobre la violencia de los años cincuentas y en general sobre todo vi itusado nacional reciente. El cambio de perspectiva va incluso más lejos. Los ma­ tones y cuadrilleros del occidente colombiano en los años i incuentas, estudiados aquí por Betancourt Echeverry [11]


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y García Bustos, remiten a una reconsideración del pa­ sado visto ahora ya no como fuente de inspiración para el porvenir sino como barrera infranqueable que está ahí, y que hay que asumir como tal. No se trata, por su­ puesto, de negar la posibilidad de otras miradas sino de subrayar la fuerza con que los autores nos revelan dimensiones del conflicto sistemáticamente omitidas hasta hoy. Así, por ejemplo, en la primera parte llaman nuestra atención sobre el hecho de que a diferencia de otras regiones ya muy conocidas, como Sumapaz, Tequendama y sur del Tolima, la colonización y la lucha por la tierra del occidente, que sirven de dato previo al adveni­ miento de los antihéroes de este libro, no son colectivas, ni organizadas, ni autónomas, sino profundamente in­ dividualistas, marcadas por la dependencia bipartidista y convertidas en recurso coyuntural de movilización electoral. Tierra estéril para las ideologías contestatarias, el entorno rural del occidente en los años veintes y treintas será, en cambio, campo fértil para los “pájaros”, ca­ ciques y gamonales. Más aún, frente a una historiografía que nos ha acostumbrado a visualizar el conflicto agrario sólo en los espacios abiertos y exteriores al bipartidismo, resulta incitante la invitación a descubrir la superpo­ sición entre la geografía de la violencia partidista de los años treintas y la de las luchas agrarias del mismo pe­ ríodo. Por contraste también con la experiencia de ligas cam­ pesinas o sindicatos agrarios de otras regiones en los primeros decenios del siglo, tenemos aquí un pasado in­ mediato de “guardias cívicas” al servicio de empresas fanáticas de homogeneización política, encubiertas en declarados propósitos de mantenimiento del orden pú­ blico. Ahora bien, con la misma validez con que se ha invocado en el pasado una línea de continuidad entre las “guardias rojas ” del Tequendama en los años treintas y las autodefensas campesinas y guerrillas comunistas de los cincuentas-sesentas, los autores señalan otra que iría de las “guardias cívicas” de las regiones estu­


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diadas a los protagonistas de este libro, los “pájaros”. Expresión particular de diversas y reiteradas experiencias de privatización de ciertas funciones del Estado, los “pájaros” son verdaderos profesionales de la muerte para quienes la vida es un bien económicamente tasable, al igual que cualquier objeto disponible en el mercado. Los “pájaros ” —brazo armado del partido de gobierno en la época de la violencia y tema central de la segunda parte de este libro — derivan su capacidad de acción no sólo del calculado efecto del terror y del apoyo o tole­ rancia institucionales, que desempeñan ciertamente un papel decisivo, sino también (lo que los acerca a los bandoleros del período) de la complicidad colectiva de sus copartidarios, complicidad que no reclamaba justifi­ caciones para expresarse. Dicho en palabras del “ Vam­ piro” : “era como una misión, todos colaboraban sin saber muy bien por qué”. Y puesto que no se trataba de orga­ nizaciones estables sino de asociaciones operativas para la realización de “ trabajitos ”, no representaban una carga adicional para sus vecindarios. De hecho su relación or­ gánica es más con el partido que con la comunidad local. Frecuentemente son incluso forasteros en su teatro de operaciones. Reclutados casi en cualquiera de los oficios de la vida pueblerina y la administración local, gozaban de una vxtrema movilidad que les permitía circular no sólo entre los municipios de un departamento, sino muchas veces de un departamento a otro, lo que por sí mismo sugiere, además, la presencia de una mínima coordinación desde otras instancias superiores, más estables y de mayor cobertura geográfica, como los directorios políticos es­ pecialmente. Como lo demuestran los autores de ma­ nera contundente, estos matones constituyen la punta de lanza de los procesos de conservatización y de reor­ denamiento del poder y la propiedad que se inician a partir de 1946 y que se agudizan con posterioridad al 9 de abril de 1948.


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Proceso de conservatización ante todo. Este no se limita a la simple sustitución de unos determinados cri­ terios de gobierno por otros. Como lo relatan los autores con lujo de detalle y apoyados en una gran variedad de fuentes escritas y testimonios orales, dicho proceso está acompañado de la utilización de innumerables re­ cursos y estrategias de violencia que conviene recordar: fraude sistemático; sospechoso “ arrepentimiento po­ lítico” de centenares y centenares de ciudadanos a los cuales se obligaba a punto, de pistola a hacer renegación pública de su partido; truculentas procesiones y romerías de la Virgen de Fátima, conocidas también en regiones como Antioquia, que camuflaban el transporte de armas y explosivos para el cotidiano mercado de la muerte; delegación del control del “orden público”, desde la propia gobernación del departamento del Valle, a policías privadas que operaban siguiendo instrucciones directas de los directorios políticos o de los propietarios que con­ tribuían a su financiación; programada exclusión de los adversarios de las pequeñas burocracias locales, que de­ jaban en dificultades de subsistencia y en estado de re­ belión latente a jueces, maestros, policías liberales y a toda la gama de empleados de los servicios públicos; y finalmente, cuando todo esto se revelaba insuficiente para imponer los designios de homogeneización parti­ dista, se apelaba al mecanismo de más bárbara eficacia, a la simple eliminación física del otro. El “ trabajito” era efectuado por el “pájaro”, que frecuentemente exhibía como comprobante para el cobro de la tarea cumplida alguna de las extremidades de la víctima. Se trataba, en suma, de una verdadera administración del terror en la cual nada parecía quedar al juego del azar. Uno no puede dejar de sorprenderse al redescubrir hoy con los autores cómo no podía haber de parte de estos matones sensación alguna de transgresión de una ley o precepto moral cualquiera. Si su creación y razón política habían sido públicamente anunciadas desde la go­ bernación del departamento, si tenían la bendición del


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clero y si hacían parte integrante del partido de gobierno, no se les podía considerar como sujetos al-margen-de, como fueras-de-la ley. No. Ellos eran la ley y por eso no se les capturaba, no se les juzgaba, no se les condenaba. Los transgresores del orden eran los otros, los que debían morir. Con todo, sería erróneo dejar una imagen de acep­ tación resignada o de impotencia insuperable frente al cuadro descrito. Los autores son plenamente conscientes de ello y por eso dedican la tercera y última parte del libro a los intentos de resistencia. En efecto, en las pá­ ginas finales del libro analizan, clasifican y caracterizan las cuadrillas y bandas de la región, así como sus dife­ rentes grados de arraigo en la población o de compro­ miso con el poder local y regional. Pero la que nos des­ cubren es una resistencia hecha pedazos, que surge tar­ díamente y que hereda sus estructuras no de la guerrilla, inexistente en la zona, sino del modelo g a n g ste ril de las bandas de “ pájaros” que combate. De ahí también la predominancia en las cuadrillas de esta zona, de la re­ lación económica sobre la relación política que las lleva a una temprana descomposición, a un rápido aislamiento y a una eliminación desde todo punto de vista menos costosa que la de los bandoleros propiamente políticos de otras regiones. Finalmente, es posible que se acuse a los autores de llevar demasiado lejos los paralelismos con fenó­ menos actuales de violencia contratada, como el sicariato. Pero miradas de cerca las cosas, tampoco carecen los autores de razones para sugerir interrogantes en esa dirección. Es ésto incluso lo que le agrega palpitante actualidad al texto. Piénsese en relaciones como las si­ guientes: el dinero como elemento mediador de las rela­ ciones entre autores intelectuales y ejecutores; la es­ tructura cuasi-empresarial que hace que los matones de los años cincuentas realicen “ trabajitos” para su patrón, así como los de hoy los realizan para la “ empresa”, que


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es el nombre con el cual los adolescentes de ciertos barrios de Medellín se refieren a las anónimas entidades fman­ dadoras del crimen; el ensañamiento contra la adminis­ tración de justicia y su paralización como prerrequisito para la libre reproducción del delito; la religiosidad arcaica que cobija desde el más renombrado de los “pá­ jaros”, “El Cóndor”, hasta el último sicario de Medellín que encomienda el éxito de sus acciones mortíferas a la Virgen; piénsese, finalmente, en la importancia opera­ tiva de la motorización, la volqueta y el campero ayer, la motocicleta de alto cilindraje hoy, que dan cuenta del encuadramiento urbano de estas organizaciones, a pesar de su cercano pasado campesino en ambos casos. Nótese igualmente cómo se trata de expresiones de vio­ lencia asociadas no al atraso sino probablemente a las modalidades mismas de expansión de la economía en las respectivas regiones: el Valle, epicentro de este estudio, es el departamento de más avanzado desarrollo agrícola en los años cincuentas y Antioquia, en especial Medellín, es a su vez el polo pionero de la industria colombiana. Difícil, pues, resistirse a las comparaciones. Vuelvo al punto de partida. E ste libro nos descubre un nuevo rostro de la violencia. Durante el decenio pasa­ do, en efecto, por razones seguramente explicables, se procedió abrumadoramente en el análisis histórico-social del siglo X X colombiano como si las preguntas por los objetivos, formas organizativas, fuentes ideológicas, concernieran exclusivamente a los actores que han dis­ currido por el carril izquierdo de la historia nacional. Fue necesario rescatarlos del olvido y ello respondía de algún modo al espíritu de nuestro tiempo. Pero, sin nece­ sidad de renunciar a ninguna causa, ha llegado también el momento de multiplicar los actores interrogados y de penetrar al territorio de los que en términos muy ge­ nerales podríamos denominar “ los c o n tra s” del proceso social. Por lo demás, en función de cualquier proyecto renovador de la sociedad tal vez resulte más eficaz tener en cuenta al contra que pretender ignorarlo.


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En conclusión, los autores no sólo han colmado una importante laguna en los estudios sobre la violencia, sino que nos invitan con su ejemplo a ensanchar nuestra mirada sobre todas las partes del conflicto y en especial sobre aquellas que están justamente más distantes de nuestras afinidades. Gonzalo Sánchez Gómez París, junio de 1990


PRESENTACION

Como una necesidad imperante en los actuales momentos cuando tanto el sicariato como el paramilitarismo es­ parcen su manto de muerte y desolación por múltiples regiones del país, se publica el presente trabajo con el que pretendemos recuperar para las nuevas generaciones de colombianos parte de la memoria olvidada sobre las violencias de los años cincuentas: los asesinatos partidistas y selectivos de los “pájaros” , y las acciones económicas y vengativas de las cuadrillas bandoleras en el occidente colombiano durante el período compren­ dido entre 1946 y 1965. En su orden, este estudio comprende tres grandes problemas a saber: la colonización y el conflicto agrario (1910-1946), la violencia conservadora de los “pájaros” (1946-1957) y las acciones de las cuadrillas bandoleras y el bandidismo (1955-1965). El proceso de colonización y ocupación de la Cordi­ llera Occidental (1910-1946) generó un agudo conflicto ngrario en el que hacendados, comerciantes y funcio­ narios públicos se enfrentaron con colonos que ocupaban baldíos o terrenos que eran entendidos como tales; pero en el conflicto agrario en el Valle, a diferencia del preaentado en regiones como el Tolima o Cundinamarca en donde la lucha fue colectiva e influenciada por el Par(Ido Comunista, la UNIR o el Partido Agrario Nacional, «e generó un movimiento mucho más individual que posibilitó la influencia bipartidista y que hizo de la ma­ nipulación electoral del conflicto agrario una constante. Particularmente acentuada durante la República überal, dicha manipulación electoral en la medida en que permitió al Partido Liberal acrecentar su influencia [19J


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electoral en vastos sectores del campo considerados hasta entonces bastiones del conservatismo, se cons­ tituyó en acelerador del desencadenamiento de la vio­ lencia del cincuenta. La violencia conservadora de los “pájaros” (19461957), es decir los asesinatos contra víctimas liberales efectuados por matones a sueldo, por grupos de dos o tres hombres que operaban como policía política y que hacían sus “trabajitos” con el visto bueno y la cola­ boración de las autoridades, es analizada aquí como una violencia partidista conservadora por arriba, es decir del dominio de la superestructura, violencia que en su génesis auncuando no contempló aspectos económicos ni lucha por la tierra, posteriormente pudo haberlos involucrado. Catalogamos entonces como “pájaro” a aquel matón movido de fuera, aquella fuerza oscura y tenebrosa que era movilizada para amedrentar, presionar y asesinar, que luego de actuar desaparecía bajo el espeso manto ' de humo tendido por Directorios Conservadores, auto­ ridades y funcionarios públicos. En la etapa inicial de la violencia (1947-1949) las guardias cívicas, grupos armados de choque perte­ necientes a los directorios conservadores de los pueblos de la Cordillera Occidental, se fueron transformando paulatinamente en matones que prestaban servicio al Partido Conservador presionando y amedrentando pobla­ ciones de tradición radical que seguían teniendo mayorías electorales liberales. Posteriormente y bajo la dirección y coordinación que desde Tuluá ejerció León María Lozano “El Cóndor” , quien había recibido de una fracción del Partido Con­ servador la “sagrada misión” de convertir a la Cordi­ llera Occidental (desde Mediacanoa hasta El Aguila en la Cordillera Azul), estos “pájaros” de pueblos y vere­ das de la cordillera se irían profesionalizando y centra­ lizando sus acciones.


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Pero para llevar adelante su labor partidista, "El Cóndor” contó con el apoyo de la trilogía local — Direc­ torios Conservadores, alcaldes, policías— que fue puesta a su servicio, con el visto bueno o la indiferencia de gober­ nadores, jefes de brigada y demás funcionarios públicos. Esta segunda etapa de la violencia, centralizada en Tuluá y contundente entre 1949 y 1955, fue caracteri­ zada por las acciones de los “ pájaros profesionales” (a propósito bien distintas de las de los primeros “ pájaros” de pueblos y veredas), es decir, aquéllos surgidos de las Guardias Cívicas que ahora se hallaban transformados en verdaderos profesionales, en asesinos a sueldo. Hacia 1956 los "pájaros” de esta segunda fase, los "pájaros” profesionales, los "pájaros” urbanos, los si­ carios de este período, entraron en un proceso de desban­ dada y descomposición generado, por una parte, por la crisis de la dictadura de Rojas, pero por sobre todo, por la pérdida de la autoridad, influencia y control que sobre ellos ejercía León María Lozano "El Cóndor” . Aunque León María tuvo que salir de Tuluá, el personaje del "pájaro” nunca desapareció por completo pues de ma­ nera sutil y selectiva continuó realizando sus "trabajitos” para fracciones conservadoras de los pueblos y veredas de la Cordillera Occidental. Más aún, la moda­ lidad pajaril fue implantada en los departamentos de Caldas, Tolima, Cauca, Caquetá y Putumayo, y en la costa. Recordemos que en la década de los 70 este tipo de violencia prestó gran utilidad a los terratenientes y hacendados quienes la utilizaron para eliminar, por ejemplo, a líderes campesinos de la ANUC que presio­ naban por la recuperación de tierras. Aproximadamente entre los años 1955-1957 se fue consolidando la resistencia liberal en el Norte del Valle; igualmente y con el apoyo de los grupos de resistencia del Tolima y el Quindío se fueron conformando cua­ drillas bandoleras que en sus inicios recibieron apoyo por parte de hacendados, finqueros y jefes veredales que pretendían oponerlas a las cuadrillas conservadoras


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a las que ahora se habían integrado muchos de los an­ tiguos “pájaros” . En 1957 se dio inicio a la última fase de las violencias del cincuenta, aquélla que se extendió hasta 1965 y que hemos dado en señalar como violencia por abajo, del dominio de la infraestructura, por la tierra, por el café, por el lucro personal, la violencia de las cuadrillas con fi­ liación partidista bien liberal, bien conservadora. Cua­ drillas tanto liberales como conservadoras tuvieron como origen cuadrillas matrices, grupos en los que en la medida en que sus jefes iban siendo eliminados eran remplazados, se iban recomponiendo y fraccionando sucesivamente en otros. Por su parte, la cuadrilla bandolera fue la base de un complejo proceso de rupturas y recomposiciones ideoló­ gicas que partiendo de una sujeción partidista inicial y pasando por el bandolerismo social, o bien llegó a la guerrilla con ideología alternativa y proyecto político propio, o bien degeneró en vulgar bandidismo. Así como los primeros grupos de resistencia y la cuadrilla bandolera constituyen los parientes más le­ janos de la actual guerrilla, el “ pájaro” matón de los cin­ cuentas, es el precursor de los actuales y sofisticados sicarios. Unas y otros restablecen un puente, un hilo conductor entre un pasado campesino, ingenuo y le­ jano, y un presente urbano, complejo y sin porvenir. Los autores


CAPITULO 1. GAMONALES, COLONOS Y LA VIOLENCIA DE LOS AÑOS TREIN TAS Y CINCUENTAS

La violencia de los años treintas, al igual que la de los cincuentas, se desarrolló en el marco de un cambio de hegemonía, aun cuando no fue tan moderada y tan local (Santander y Boyacá), como hasta ahora se ha creído (1); por el contrario, su complejidad está dada, no sólo por la presión armada ejercida por los liberales sobre sectores conservadores, sino porque ésta se presentó íntimamente ligada a los pleitos con colonos, en auge a partir de 1925, pero sobre todo, debido al control y manejo electoral del conflicto agrario por parte del liberalismo. De ahí su relación, para el caso que nos ocupa, con las bandas de “pájaros” , pues éstas, en la violencia de los cincuentas, se desarrollaron, no sólo en las mismas zonas del con­ flicto agrario y de la violencia liberal de los treintas, sino que se ocuparon fundamentalmente de presionar, mediante las acciones armadas, el cambio de filiación política, ahora en beneficio del Partido Conservador. Esta situación se configuró como una especie de “re­ vancha conservadora” , que perseguía, no tanto la re­ cuperación de la tierra, como el manejo y control del electorado campesino de las regiones cordilleranas del ■ Valle. La conexión de estos fenómenos con la violencia de los años cincuentas encuentra así puntos más claros; mientras que en regiones como Cundinamarca y Tolima en los años veintes y treintas tuvo mucho más peso la

1. M a lc o m D e a s ,“ A lg u n o s in te rro g a n te s sobre la re la c ió n g uerras c iv ile s y v io le n c ia ’’ , en Pasado y presente de la violencia en Co­ lombia, B o g o tá , Cerec, 1986, p. 41. [23]


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lucha abierta y de masas por la tierra (lucha de clases), en otras regiones, como el Valle, hubo lucha por la tierra, pero más individual y mediada por la acción de gamonales y caciques liberales que respaldaban a los colonos a cambio de votos. En el primer caso pesó la influencia ideo­ lógica de numerosas fuerzas distintas al liberalismo y al conservatismo sobre los colonos y parceleros de las haciendas cafeteras, mientras que en el caso del Valle, la acción de socialistas, comunistas, gaitanistas y otros sectores progresistas del .liberalismo se concentró mucho más en los habitantes de las ciudades y en los jornaleros agrícolas del plan, dejando el campo libre a los partidos tradicionales para manipular electoralmente los con­ flictos de la cordillera; prueba de ello fue la casi nula reivindicación (colectiva y armada) por la tierra en estas regiones durante los treintas y los cincuentas, a dife­ rencia de los conflictos desarrollados en Cundinamarca y Tolima (2). En las cordilleras del Valle los conflictos agrarios que se prolongaron hasta los albores de la violencia de los cincuentas se caracterizaron por: 1) la dispersión y la individualidad; 2) el manejo y control por parte de los partidos tra­ dicionales; 2. E n el V a lle no h u b o c o n flic to s a g ra rio s c o le c tiv o s con in flu e n c ia de agru p a cio n e s p o lític a s d ife re n te s a los p a rtid o s tra d ic io n a le s ; la m a y o ría de los p le ito s fu e ro n in d iv id u a le s , o en g ru p o s que no re iv in d ic a ro n acciones p o lític a s d is tin ta s a l b ip a rtid is m o (excep­ ción de la zona n o rte , cerca a l Q u in d ío d onde h u b o la ra d ic a l lucha de colonos o rg a n iza d o s c o n tra la C o m p a ñ ía P a rce la d ora B u rila ), no se d ie ro n a llí c o n flic to s a rm a d o s de colonos, com o en el T o lim a o en C u n d in a m a rc a , d e s c rito s p o r D a río F a ja rd o , en V io le n c ia y D e sa rro llo , B o g o tá , S u ra m é rica , 1979. S obre este p u n to puede verse ta m b ié n : E ls y M a ru la n d a , C o lo n iz a c ió n , c o n flic to s a g ra rio s y o rg a n iz a c ió n cam pesina en el S u m a paz, 1870-1936, Ponencia V I C ongreso de H is to ria de C o lo m b ia , Ib a g u é , n o v ie m b re de 1987; de ig u a l m a n e ra en Ig n a c io T o rre s G ira ld o , L o s in co n fo rm e s, T . 3, pp. 794-796. Véanse ta m b ié n los to m o s c ita d o s d el F o ndo O rden P ú b lic o del A H N .


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3) el privilegio de la lucha partidista, subordinando la lucha por la tierra (lucha de clases); 4) la manipulación electoral del conflicto agrario, in­ cluyendo la presión armada. Hay una conexión de este proceso con la violencia de los cincuentas, conexión que tiene mucha importancia para nuestro estudio. A la manipulación del conflicto agrario se sumó el reformismo de la “Revolución en Marcha” de López Pumarejo, que logró arrastrar a gran­ des sectores obreros y de las clases medias, incluso a los comunistas, al proyecto burgués-terrateniente (3), acrecentándose, de esta manera, la influencia ideológica del liberalismo y su electorado en ciudades y poblaciones del Valle. Esta situación alarmó hasta tal punto a los conservadores, que al retomar éstos el poder en 1946, se propusieron equilibrar su electorado; para tal efecto combinaron varias estrategias, que se fueron consoli­ dando según el peso de las contradicciones entre ospinistas y laureanistas. Estas medidas se radicalizaron mucho más en 1949, antes de las elecciones que llevaron al poder a Laureano Gómez, ya que éste y sus seguidores, al igual que la Falange española, consideraban que debían consolidar hu apoyo en las zonas rurales, pues en ellas se encontraba la auténtica tradición conservadora (4). Además, la preHencia liberal en las grandes y medianas ciudades era demasiado sólida. Consideramos pertinente hacer un recuento histó­ rico, desde las primeras décadas del presente siglo, del proceso que estamos analizando: El factor común en las guerras civiles, la violencia (lo los treintas y la violencia de los cincuentas, no está constituido por la descomposición campesina, sino por el il, D a n ie l P e ca u t, Política y sindicalismo en Colombia, B o g o tá , L a C a rre ta , 1973, pp. 49-51 y 152-155. 4, Sheelagh E llw o o d , Prietas las filas, historia de la Falange española 1933-1983, B a rce lo n a , C rític a , 1984, p. 47.


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manejo electoral, gamonal y caciquil de las luchas de colonos y arrendatarios, es decir, la manipulación par­ tidista del conflicto agrario. En el Valle, al igual que en otras regiones del país, el electorado fue manejado por caciques y gamonales tanto liberales como conservadores, sobre todo a partir de 1902, cuando los dos partidos entraron a disputarse el favor de las urnas y no el de los fusiles. En las dos primeras décadas del presente siglo los núcleos de poder los encontramos dispersos, ya que en su mayoría fueron producto de las anteriores guerras civiles, y se confor­ maron en torno a antiguos generales convertidos en prósperos hacendados. Si durante las guerras civiles del siglo XIX, los generales-terratenientes dirigieron el conflicto político armado, en la confrontación política de los años veintes y treintas encontramos a generaleshacendados haciendo gamonalismo. En los grandes conflictos agrarios que se presentaron en el Valle durante este período, están involucrados numerosos generaleshacendados; en otros conflictos vemos a fundadores de pueblos, abogados, funcionarios públicos y comer­ ciantes. El factor común entre gamonales y caciques es que unos y otros son agentes políticos, manipuladores de votos y elecciones, dispensadores de favores, y jueces de pleitos rurales (5). Cacique y gamonal en las comarcas, gobernador en las provincias y políticos en la capital, constituyeron el enlace jerárquico mediante el cual los dos partidos manipularon a amplios sectores rurales para consolidarse en el poder (6). Alcaldes, jueces y 5. M a n u e l T u ñ o n , M e d io s ig lo de c u ltu ra española 1885-1936, B a r­ celona, B ru g u e ra , 1982, pp. 195-216. 6. A H N (A rc h iv o H is tó ric o N a cio n a l), M in is te rio de G obierno, T . 976, p. 66, año 1929. E n 1929 el g o b e rn a d o r T u lio R a ffo , ante las d enun cia s c o n tra el c o m is a rio de p o lic ía , R a fa e l N a v ia , lo tra s ­ lada com o alca ld e de B o lív a r, y en te le g ra m a a l m in is tro de G o­ b ie rn o in fo rm a que es u n fu n c io n a rio ú t i l p a ra se rv icio s p o lític o s , en b ie n d e l e le cto ra d o c o n se rva d o r.


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policías quedaron a las órdenes de estos agentes locales del poder central, y en los conflictos agrarios fue co­ mún la utilización, por parte de terratenientes y ha­ cendados, de los policías departamentales, de los guar­ dias rurales y de los policías municipales, en alianza con sus capataces y con el visto bueno de las autoridades, para la solución de los pleitos suscitados con colonos y ocupantes de terrenos baldíos que limitaban con sus haciendas. Otros factores favorecieron la manipulación elec­ toral de los conflictos agrarios; varias leyes (la Ley 71 de 1917 modificada por la Ley 47 de 1926 que legalizó y facilitó los trámites para el denuncio y adquisición de baldíos) y decretos habían estimulado la colonización y la adjudicación de baldíos por parte de los municipios dentro del marco de la construcción de caminos, ferro­ carriles y obras de fomento. En el caso del Valle del Cauca, la Ley 32 de 1917 cedía a los municipios de Pavas y Jamundí 2.500 hectáreas. El Decreto 1110 de 1928 reser­ vaba terrenos en Calima y San Juan, dando posibilidad a los alcaldes y a los concejos municipales de manipular electoralmente estas adjudicaciones (7). Pero los colonos y parceleros desalojados fueron una fuerza electoral sobre la que pusieron sus ojos no pocos caciques, gamonales y empleados públicos ansiosos de ascenso político y de promoción ante los entes depar­ tamentales y nacionales. Esta situación se hizo más evidente a partir de 1925, cuando hubo un auge en la — , A H N , M in is te rio de G o b ie rn o , T . 987, p. 654, a ñ o 1930, y T . 1005, año 1931. E n 1930 y 1931, e n co n tra m o s a u n in s p e c to r de p o lic ía e in v e s tig a d o r especial de la G o b e rn a ció n , de a p e llid o M u n é v a r, fa vo re c ie n d o la o cu p a ció n de tie rra s p o r p a rte de co­ lonos para q u e v o te n en fa v o r d e l P a rtid o L ib e ra l. 7. E n los in fo rm e s de los se cre ta rio s de G o b ie rn o d e l D e p a rta m e n to y en las Leye s de tie rra s de 1917 y 1926, se re se rva n tie rra s para el lo te o p o r p a rte de los m u n ic ip io s . E s ta s tie rra s de in te ré s p ú ­ b lic o se a d ju d ic a ro n a colonos, pero con la c o n tra p re s ta c ió n de v o ta r p o r el p a rtid o del a lca ld e o el c o n ce ja l de tu rn o .


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ocupación de baldíos y de haciendas en conflicto, y más aún después del triunfo liberal de 1930. Durante la Re­ pública Liberal alcaldes, concejales y otros funcionarios públicos entraron a respaldar abiertamente la ocupación de baldíos, tierras de deslinde y haciendas en pleito por colonos muchas veces desalojados de otros terrenos, a cambio de fidelidad política para el gamonal de tur­ no (8). (Véase Anexo 1).

C O N F L IC T O A G R A R IO Y V I O L E N C I A L I B E R A L D E L O S T R E IN T A S . C O N E X IO N E S C O N L A V I O L E N C I A D E L O S C IN C U E N T A S

La llamada “Violencia liberal de los años treintas” se inició con acciones aisladas desde 1928, pero se gene­ ralizó sobre todo en 1930 y 1931, para mantenerse in­ termitente durante toda la República Liberal; vista así, esta violencia fue mucho más nacional y compleja.

8. A N H , M in is te rio de G o b ie rn o , T . 964, 1928, pp. 660-665. L a fa ­ m ilia V élez M e n d o za de A n s e rm a n u e v o , qu e tie n e v a ria s fin c a s in v a d id a s p o r colonos, d e n u n c ia la c o m p lic id a d d e l a lcalde, qu ie n p ro te g e a los o c u p a n te s p o r s im p a tía s y fa v o re s p a rtid is ta s . — A H N , M in is te rio de G o b ie rn o , T . 962, 1928, p p . 239-242. José V ic e n te O so rio , d u e ñ o d e l fu n d o “ L a S e lv a ” , en A lc a lá , d e n uncia la in v a s ió n de 200 colonos, q ue son c u o ta p o lític a d e l a lc a ld e y del g o b e rn a d o r. D esde a n te s de las elecciones q u e lle v a ro n a l p o d e r a O la y a H e­ rre ra , y d u ra n te la R e p ú b lic a L ib e ra l, h a y n u m e ro sa s denuncias c o n tra a lca ld e s y co n ce ja le s lib e ra le s en B u g a , D a g u a y C a rta g o , p o r m a n ip u la r a los c o lo n o s o c u p a n te s de p re d io s en c o n flic to p a ra sacar b e n e fic io s e le cto ra le s. E n 1932 la d e n u n c ia m ás a b ie rta la h iz o E m ilio Q u in te ro D o­ m ín g u e z, p ro p ie ta rio de la h a cie n d a “ L a M e rc e d ” , en R o ld a n illo , ocu p a d a p o r co lo n o s con el a m p a ro d e l g o b e rn a d o r, el s e c re ta rio de G o b ie rn o y el a lc a ld e de L a U n ió n . V éase ta m b ié n C o rre o d e l C auca, C a li, o c tu b re 12 de 1923 y no­ v ie m b re 26 de 1923. V é a n se In fo rm e s d e l s e c re ta rio d e G o b ie rn o d e l V a lle , años d e 1930 a 1936.


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En el solo departamento del Valle involucró a más de veinte municipios, sobre todo del norte y el centro. En el Valle los liberales fueron hábiles en el manejo electoral del conflicto agrario (como lo habían sido los conservadores durante casi cuarenta años) desde mucho antes de las elecciones que llevaron al poder a Olaya Herrera. Pero un nuevo ingrediente se sumaba ahora al manejo electoral del conflicto agrario: la presión ar­ mada sobre sectores conservadores (9). Esta violencia estuvo inicialmente ligada al cambio de hegemonía, es decir, asociada a conflictos electorales, pero posterior­ mente se presentó como presión armada liberal sobre sectores rurales de influencia y electorado conservadores (véase Anexo 2). Si observamos detenidamente los municipios en donde se presentaron los conflictos agrarios ligados a la acción partidista (véase Anexo 1), y los comparamos con los de la violencia liberal (véase Anexo 2), encon­ tramos varios puntos a tener en cuenta para reforzar nuestra tesis: primero, tanto el conflicto agrario como la violencia liberal se localizaron en los municipios de las laderas montañosas (10), o en los centros de mercadeo y abastecimiento aledaños a éstas; segundo, los pueblos y veredas con conflictos agrarios fueron los mismos donde hubo manipulación electoral y donde se presentó violencia (11) y, por último, en estas mismas zonas fue I). C. L e g ra n d , “ L o s anteceden tes a g ra rio s de la v io le n c ia : el c o n flic to social en la fro n te ra co lo m b ia n a , 1850-1936” , en Pasado y pre­ sente de la v io le n c ia en C o lo m b ia , B o g o tá , Cerec, G. Sánchez y R. P eñaranda, co m p ila d o re s, 1986. Véase ta m b ié n C. L e g ra n d , “ D e las tie rra s p ú b lic a s a las p ro p ie ­ dades p riv a d a s : a c a p a ra m ie n to de tie rra s y c o n flic to s a g ra rio s en C o lo m b ia . 1870-1930” , en L e c tu ra s de E co n o m ía , U n iv e rs id a d de A n tio q u ia . N o. 13, e n e ro -a b ril de 1984. 10. E n el C a p ítu lo 2, se c a ra c te riz a n los tip o s de c o n flic to s a g ra rio s , ta n to en la zona plana, com o en la re g ió n c o rd ille ra n a del V a lle . 11. Véase C o rre o d e l C auca, C a li, años de 1923 a 1940. L ib e ra c ió n , T u lu á 1938 a 1940.


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donde el Partido Liberal obtuvo mayorías en las elec­ ciones de 1931 (12) (véase Cuadro 33). La violencia liberal de los treintas estuvo íntima­ mente ligada al cambio de hegemonía, y sobre todo, al control burocrático de los cargos públicos garantes del manejo del electorado. A esta confrontación se sumó, no sólo el conflicto agrario, sino el “incendio de las pa­ siones políticas” , que llevó inclusive al uso corriente de las armas. La situación fue descrita en la carta que el Comité Conservador del* barrio Santander de Cali en­ viara a la Dirección Nacional Conservadora en febrero de 1931 con motivo de la pérdida de las elecciones y del ascenso del liberalismo al poder con Olaya Herrera: D ire c to rio N a c io n a l C o n s e rv a d o r B o g o tá C on p ro fu n d o desengaño la m e n ta m o s , es ve rd a d , el tr iu n fo del p a rtid o lib e ra l en el V a lle del C auca, d e b id o a la desvergonzada coacción d e l G o b e rn a d o r y de su se cta ria p o lic ía , el p rim e ro v io ­ la n d o su decreto, a u to riz a n d o el pase de ve h ícu lo s con vecinos de J a m u n d í, O rtig a l, C a n d e la ria , P a lm ira y adm írense... de P u e rto T e ja d a del d e p a rta m e n to d e l C auca; la segunda fa c ilitá n d o le a los v o ta n te s lib e ra le s la e n tra d a a los ju ra d o s en locales esco­ g id o s exp ro fe sa m e n te p o r el A lc a ld e , y o b s ta c u liz a n d o a los con­ servadores, en in te rm in a b le s fila s . E l recuerdo de n u e s tro s sa­ c rific io s , la sangre d e rra m a d a , los hogares ince n d ia d os, las p ro ­ mesas de saqueo, que los d irig e n te s lib e ra le s les h ic ie ro n a esas tu rb a s ig n o ra n te s , son m o tiv o s de e s tím u lo p a ra re d o b la r nu e stro s esfuerzos en las jo rn a d a s que a ú n fa lta n . Q uedan d e m o stra d o s los in co n v e n ie n te s de n u e s tro pésim o siste m a e le cto ra l. E n un a elec­ ción ta n im p o rta n te com o la de d ip u ta d o s a las A s a m b le a s D e­ p a rta m e n ta le s , no debe dársele p a rtic ip a c ió n a las m asas igno-

D ia rio del P a cífico , C a li, años de 1923 a 1940. In fo rm e s de los se cre ta rio s de G o b ie rn o d e l V a lle , años 1930-1936. Véase ta m b ié n U rb a n o C am po, U rb a n iz a c ió n y v io le n c ia en el V a lle , B o g o tá , A rm a d illo , 1980. 12. A l c o n flic to a g ra rio y a su m a n ip u la c ió n e le c to ra l se sum ó la v io le n cia de los años tre in ta s , que com o se puede v e r en el A n e xo 2, abarcó n um erosas pob la cio n e s del V a lle .


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ra n te s; sólo la elección de C onsejeros (s ic ) M u n ic ip a le s debe ser p o p u la r (...) A y e r no m ás, con a so m b ro o b se rvá bam os una tu rb a de niñ o s y m u je re s d e l p u e b lo m ezclados con el A lc a ld e y sus agentes, p o rta n d o en los b o ls illo s y en los senos las arm as para el c o d icia d o co m b a te (...) E s te fue, p o r desgracia, el t r is t í ­ sim o e p ita fio del p a rtid o co n s e rv a d o r en 1930. O tra causa de de­ s a lie n to y de d is g u s to , y que a ú n puede e v ita rs e , es la de haberle c o n fia d o la em presa m ás im p o rta n te qu e tie n e la N a ció n , el Fe­ rro c a rril d e l P a cífico , a u n M o s q u e ra , a u n P acho U rib e , a u n B a rrio s , a u n C h a u x y m ás e x tra ñ o , a u n v e rd u g o com o C o n tre ra s , con el p e lig ro de la paz p ú b lic a . ¿A d ó nde está esa p re v is o ra ju n ta a d m in is tra tiv a , que p e rm ite q ue se liq u id e n n u e s tro s obreros y que m añ a n a nos so rp re n d a n con in tro d u c c ió n de a rm as, que en m anos de la n egrad a d e l V a lle , c o n s titu y e u n a p e lig ro s a am e­ naza, que nos costará preciosas v id a s , ig n o ra p o r v e n tu ra , la ju n ta , lo que son las m a n ig u a s? E n el solo g ru p o de freneros del 120, h a y sólo diez co n servadores (...) E s te C o m ité confía en que re c ib irá u na vo z de a lie n to para tra s ­ m itir la al p u e b lo en estas horas de a n g u s tio s a desesperación. C on s e n tim ie n to de la m ás a lta c o n sid e ra ció n y re sp e to nos sus­ c rib im o s A tto s S e rvid o re s y C o p a rtid a rio s . F irm a s de M . E s c o b a r y G . T ria n a (13).

En algunas poblaciones del Valle el triunfo liberal revistió características de verdadera guerra, ya que con anterioridad a las elecciones, durante el asalto e incendio a casas conservadoras, se escribió con carbón sobre ta­ blas de madera y cañas de guadua, leyendas como la «¡guíente: G odos h ifu e p u ta s (sic), d e l s ie te de a g o sto en a d e la n te las casas que te n g a n con techo de p a ja las quem are m o s y las que te n g a n techo de te ja de b a rro , les m ete re m o s d in a m ita (14).

La violencia liberal de los años treintas presentó características bien complejas, reflejo de las contradic-

l!l, A H N , M in is te rio de G o b ie rn o , T . 1005, año 1931, pp. 74-75. 14. A H N , M in is te rio de G o b ie rn o , T . 987, ju n io de 1930, pp. 728729. “ G o d o ” es el m o te p e y o ra tiv o de c o n se rva d o r.


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dones dé las nuevas fuerzas sodales que hacían sus pri­ meras irrupciones políticas. Al cambio de hegemonía, al conflicto agrario, al control burocrático, a la presión armada y, en general, al auge del movimiento de masas, se sumaba también un agudo debate ideológico entre las nuevas fuerzas sociales y los sectores más retarda­ tarios de los dos partidos. Las fracciones conservadoras y la Iglesia veían comunismo por todas partes y hacían llamados en defensa de la religión y la tradición ame­ nazadas. En sentido parecido a la declaración de la Asociación Vallecaucana de Institutores (15) se pronunciaron nu­ merosas agremiaciones, juntas conservadoras y de los sectores tradicionales de la sociedad vallecaucana, lo que refleja, no sólo la intensidad del debate ideológico dentro del cual se iba a llevar a cabo el cambio de gobierno, sino la resistencia que desataba la irrupción del movi­ miento socialista y de corte liberal, expresión de las nuevas fuerzas sociales, pues los grupos tradicionales reclamaban la defensa de la sociedad recurriendo, in­ cluso, al uso abierto de la acción armada. En abril 30 de 1928 la Junta de Defensa Social de Cali se dirigía en extenso telegrama al presidente de la Re­ pública, a los ministros del Despacho y al Congreso, anunciando su constitución y sus propósitos de respaldar el orden establecido aun mediante la acción armada. Veamos algunos de sus apartes: N os hon ra m o s c o m u n ic a r a V . E . hase c o n s titu id o esta ciudad in te g ra d a to d a clase de elem entos a n tic o m u n is ta s a g ru p a ció n d e n o m in a d a J u n ta de D efensa S o cia l que en p rim e ra sesión ha­ b id a P a la cio E p is c o p a l, día 9 de los c o rrie n te s p re s id id a Itm o Sr. O b is p o n o m b ró C o m is ió n e je c u tiv a in te g ra d a s u s c rito s aceptó e n tre o tro s los sig u ie n te s p u n to s c a p ita le s de p ro g ra m a de ac­ ció n (...)

15. A H N , M in is te rio de G o b ie rn o , T . 973, a ño 1928, pp. 17 y 18.


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1. J u n ta anhela aprovenchese p ró x im a s sesiones e x tra o rd in a ria s C ongreso N a c io n a l para que el E je c u tiv o recabe de é l m edidas hagan e fe c tiv a s las sanciones penales c o n tra prensa y pro p a g a n d a d e lic tu o s a s y a n tis o c ia le s c o n tra in d iv id u o s n acionales o e x tra n ­ je ro s p e rn icio so s para sociedad cuales son los aq u í p rin c ip a lm e n te c o n s titu y e n a g ru p a cio n e s co m u n is m o , aq u í d o nde re c rim in a c io n e s so c ia lis m o e x tre m o re s u lta n a b s o lu ta m e n te in ju s tific a b le s . 2. E s p ro p ó s ito de la J u n ta lle v a r a d e la n te defensa social p o r to d o s los m edios líc ito s a su alcance a g o ta n d o m e d idas conci­ lia d o ra s no o b s ta n te h ab e r in ic ia d o y a o rg a n iz a c ió n defensa a r­ m ada p o r sí y p a ra cu a n d o fu e re necesario (...) Id e a s a n im a n esta J u n ta h á lla n se co n sig n a d a s en m a n ifie s to social d o c u m e n to q ue hase p u b lic a d o a q u í to d o s los órgano s de la prensa lo ca l y lle va ya s u s c rita s n u m e ro s ís im a s firm a s de personas a u to riz a d a s , sin d is tin g o s de clases n i o p in io n e s (...) S e rvid o re s y c o m p a trio ta s afm os. José M a n u e l S a ave dra G a lin d o , M a ria n o C ó rd o b a , F ra y T om ás B ecerra, M a n u e l J. G u tié rre z (16).

Quedan todavía otros elementos que nos ayudarán a entender la relación entre conflictos agrarios, violencia liberal de los treintas y violencia de los cincuentas, ele­ mentos que retomaremos en los capítulos siguientes, pero que dejaremos esbozados aquí para no perder su hilo conductor; por una parte, la presión conservadora armada a través de las bandas de “pájaros” en los cin­ cuentas se llevó a cabo en los mismos municipios y ve­ redas ya mencionados y, por otra parte, esta presión se hizo a partir de los municipios en los que el Partido Conservador fue mayoritario en las elecciones de 1931 (17) (véase Cuadro 3).

16. A H N , M in is te rio de G o b ie rn o , T . 973, añ o 1928, pp. 49 y 50. 17. E n 1931 h u b o tre s elecciones: D ip u ta d o s a la A s a m b le a lo . de fe b re ro de 1931. R epre­ sentantes al C o ngreso N a c io n a l »10 d e .m a y o de 193L, C oncejos M u n ic ip a le s , 4 de o c tu b re de l w P ^ ^ l ^ A L v ~ K l‘ v

ÍBa u ü E


CAPITULO 2. CONFLICTOS AGRARIOS Y VIOLENCIA EN EL V ALLE (1910-1946)

Hoy por hoy ya no se puede hablar de la Violencia a secas; cada vez más se hace necesario su estudio bajo la óptica de las regiones, el Estado, las clases sociales y las etnias. Aún más, el Estado mismo no puede enten­ derse sin comprender la diversidad regional de un país como Colombia, en donde, entre sus muchas peculiari­ dades, está la compleja distribución de su población. En contraste con el resto de países latinoamericanos, como lo anota el historiador Alvaro Tirado Mejía, en Colombia hay más de veinte ciudades con más de cien mil habitantes, y cuatro con más de un millón. No existen pues, como en otros países, las marcadas diferencias entre la cordillera y el llano, la costa y la sierra; la ma­ yoría de las regiones cuentan con ciudades de relativa importancia económica, cultural y demográfica. Es necesario no perder de vista en los estudios sobre la violencia los procesos de apropiación territorial y mes­ tizaje, ambos de gran significación histórica, económica y cultural, ya que condicionaron, no sólo el desarrollo de regiones especializadas y con cierta autonomía, sino el surgimiento de las diferentes etnias, proyectando sus contradicciones y conflictos al siglo XX. Hay una re­ lación, aún no plenamente establecida entre etnias, re­ giones, guerras civiles, conflictos agrarios, violencia liberal de los treintas, violencia de los cincuentas y mu­ chas de las actuales manifestaciones de violencia. No es frecuente encontrar en los diferentes trabajos Mobre el Valle del Cauca, una diferenciación entre el valle geográfico del río, conocido como “plan del Valle” y la región montañosa de las cordilleras Central y Occidental, llamada comúnmente “zona cafetera” . En ambas zonas [35]


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son distintas las formas y los períodos de ocupación, las configuraciones étnicas, las unidades productivas, las relaciones de trabajo y, en consecuencia, los conflictos agrarios y la violencia. Auncuando una de las pretensiones del Capítulo 2 de este libro es seguir de cerca los conflictos agrarios de los años veintes, treintas y cuarentas en las vertientes cafeteras del Valle, ya que fue en la cordillera donde sur­ gieron y se desarrollaron las bandas de “pájaros", es bueno no perder de vista la violencia que enmarcó el desarrollo capitalista de la zona plana del Valle, en cuanto entra en contradicción con las transformaciones pos­ teriores de las regiones montañosas.

ZONA P LA N A

Como se puede apreciar en los relatos de Eder (1), las ha­ ciendas ganaderas y paneleras de los terratenientes del Gran Cauca entraron en una profunda crisis de mano de obra a partir de la segunda mitad del siglo XIX, cuyas causas fundamentales fueron: 1) deterioro y decadencia del sistema de trabajo es­ clavo ; 2) violentas guerras civiles que reclutaban a los es­ clavos y peones para los ejércitos de los generales-te­ rratenientes ; 3) desarrollo al margen de la hacienda de pequeños parceleros y medianos propietarios. Estas circunstancias permitieron que pequeños co­ merciantes y otras personas con capital disponible, en­ traran a comprar partes de la hacienda; pero, lo que más contribuyó a la decadencia total de la antigua hacienda terrateniente fue la presencia en la región de numerosos comerciantes extranjeros radicados en el Valle (Eder, 1. Jam es E d e r, E l F u n d a d o r, B o g o tá , 1959.


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Simmonds, Barney, etc.) (2), quienes poseían líneas de crédito y conexiones con el mercado mundial. Ellos en­ traron en alianzas con el sector terrateniente tradicional, inyectándole una mentalidad liberal-burguesa, la que permitiría, a través del comercio exportador-importador con base en la producción agrícola, un proceso de acu­ mulación de capitales que posteriormente se invertirían en propiedades territoriales en forma capitalista, dando origen a los ingenios azucareros. No obstante, esta trans­ formación fue lenta (con excepción de los Eder); recorrió una larga etapa de transición entre 1900 y 1930 aproxi­ madamente, en la que la hacienda de concertados desa­ pareció paulatinamente, generando un campesinado minifundista que se articuló de múltiples formas al sis­ tema de producción capitalista. Las transformaciones acaecidas en el valle geográfico del río Cauca entre mediados del siglo XIX y las primeras décadas del XX, y que explican la transición de la ha­ cienda al ingenio industrializado, giran sobre tres ele­ mentos principales: a) Cambios en la estructura de la posesión y tenencia de la tierra ocasionados por el avance de las variadas formas de colonato que separaron cada vez más la fuerza de trabajo de la hacienda; b) Modificaciones en la relación entre la fuerza de trabajo y los medios de producción; la creciente demanda de artesanos, de empleados de tiendas y comercios, y de peones (personal no dependiente de la hacienda), for­ taleció el desarrollo de rancheríos y centros urbanos, es decir, de mercados de fuerza de trabajo; c) Finalmente, modificación de las relaciones sociales de producción, puesto que el impulso de la mediana propiedad permitió la ampliación de la frontera agrícola, de la que finalmente se beneficiarían las grandes ha-

2. M a te o M in a , E s c la v itu d y lib e rta d en el V a lle d e l río C auca, B o ­ go tá , L a Rosca, 1975, pp. 76-79.


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ciendas mediante la readquisición (recuperación) de tierras (3). Después de la Guerra de los Mil Días, con la conso­ lidación del capital extranjero y con la construcción del ferrocarril a Buenaventura, se abrieron los mercados exteriores; los nacientes agroindustriales se constituyeron en una clase sólida con capacidad para adueñarse de la tierra perteneciente a los pequeños propietarios, obli­ gándolos a trabajar como peones o asalariados. El éxito de “ La Mairuelita” movió a otros hacendados a dedicar su capital a la industria azucarera: Hernando Caicedo con la hacienda “La Paila” en 1918 y más tarde (en la década de 1940) con la hacienda “Castilla” , y los Cabal de Buga, con “ La Providencia” en 1928, pronto organizaron empresas que son hoy tan importantes como “La Manuelita” ; hacia la década del sesenta había 18 ingenios azucareros grandes en el Valle del Cauca. De igual manera otros capitalistas pronto siguieron el ejemplo, algunos tomando antiguas haciendas en arriendo y dedicándolas a empresas agrícolas intensivas y mecani­ zadas. Los Castro Borrero y José Otoya, al algodón y la soya; Carlos Durán Castro y Miguel López, al arroz y luego ala soya; y el inmigrante austríaco Leo Feldsberg a las frutas y hortalizas en la década del cincuenta, dando origen a la Fruco (4). En la década del cuarenta un experto japonés en maquinaria agrícola, de nombre Nakamura, hizo arreglos en Palmira para que 40 o 50 familias campesinas de su país vinieran al Valle como inmigrantes. Estas llegaron con un mínimo de capital, pero con nuevos conocimientos técnicos sobre varios cultivos, especialmente de arroz, fríjoles y soya; poco a poco fueron arrendando parcelas 3. A rm a n d o M o n c a y o y E d u a rd o M e jía , E le m e n to s de a n á lis is para la tra n s ic ió n de hacienda a in g e n io azucarero, te sis de g rado, U n i­ v e rs id a d del V a lle , 1984. 4. A n to n io Posada y Jeanne de Posada, C V C : u n re to a l subdesa­ rro llo y a l tra d ic io n a lis m o , B o g o tá , T e rc e r M u n d o , 1966, pp. 60-65.


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más y más grandes cerca a Palmira y en breve tiempo se hicieron ricos capitalistas (5). La retención de tierras por unas pocas familias en la zona plana, a partir de la alianza entre capitalistas y antiguos hacendados, establecida para el afianzamiento de la explotación de caña, algodón y cacao, implicó un proceso de agudos enfrentamientos con los antiguos colonos negros, mestizos y mulatos, en los que se com­ binaron diversos métodos para la expropiación; éstos iban desde la compra a bajo precio mediante el ejercicio de presión, hasta la violencia física y abierta: cercado con alambre de antiguas tierras de comuneros, entradas de ganado a las sementeras de los pequeños propietarios, incendio de cultivos y chozas, inundación de terrenos, cortes de agua, etc., fueron prácticas comúnmente usadas para conseguir el abandono de las tierras. Veamos un caso representativo de este proceso en las haciendas “Tierradura” y “ García Abajo” , al sur del Valle: un gran número de comuneros negros explo­ taba estas tierras desde el siglo XIX, pero en 1915 los terratenientes, para presionar el abandono de las mis­ mas, elevaron los arrendamientos, originándose en la base de los colonos una reacción armada dirigida por Cemecio Mina y Martín Balanta. En 1948 cuatro fuerzas se disputaban las tres mil hectáreas de la hacienda: 1) La Compañía Agrícola Caucana de propiedad de los Eder (6); 2) los descendientes de los terratenientes que ale­ gaban posesión de títulos; 3) los pequeños parceleros negros; 4) numerosas familias de la cordillera desplazadas por la violencia, que habían invadido la hacienda. Como el conflicto amenazaba peligrosamente con desbordarse, el Gobierno decidió ensayar allí el recién 5. C arlos C h a rd o n , Reconocimiento agropecuario del Valle del Cauca, San J u a n , P u e rto R ico, 1930. 6. M . M in a , op. c it., pp. 90-105.


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creado Instituto Nacional de Parcelaciones, que compró las tierras por 1.200.000 pesos a la Compañía de los Eder, mientras los comuneros invasores las pagarían con créditos supervisados por la Caja Agraria. El proceso de expansión del cultivo de la caña fue po­ sible por la incorporación de grandes extensiones de tierra dedicadas inicialmente a otros cultivos, ló cual implicó la subordinación del área cultivable a la pro­ ducción cañera (véanse Cuadros 4 y 5). La consolidación de la agroindustria azucarera significó, entonces, el de­ terioro de la agricultura para el consumo directo, pro­ ducida en parcelas campesinas y fincas medianas. Las posibilidades del mantenimiento de éstas en el área cultivable se hicieron cada vez menores, hasta que la desaparición de las parcelas campesinas y de las fincas medianas en la zona plana del Valle fue una realidad (7). E l proceso de p ro d u c c ió n de a zú ca r es u n a a c tiv id a d que requiere la v in c u la c ió n de u n a m p lio n ú m e ro de a sa la ria d o s p a ra que la ­ b o re n en las faenas de cam po y de fá b ric a . P a ra lo g ra r la fo r­ m ación de esos tra b a ja d o re s a sa la ria d o s se p resupone su des­ v in c u la c ió n com o p ro p ie ta rio s de to d o m e d io de p ro d u c c ió n capaz de gene ra r riqueza. E s te hecho se cu m p le in d e fe c tib le m e n te , en la m e d id a en que el ca m p e sin a d o p a rc e la rio p ie rd e el c o n tro l ju ríd ic o y económ ico sobre la parcela. L a parcela se s u b d iv id e , se vende, se a lq u ila , se enajena, pasando el c o n tro l a m anos de grande s p ro p ie ta rio s c a ñ ic u lto re s en la re g ió n lo que ‘ lib e ra ’ al cam pesinado de la p ro p ie d a d y lo o b lig a , p a ra p o d e r s o b re v iv ir, a ve n d e r d ia ria m e n te su fuerza de tra b a jo a las em presas. L a parcela cam pesina e n cla va d a en u n a re g ió n p la n a y a lta m e n te fé r til queda en la m ira de unos agentes sociales nuevos, los em ­ p resarios c a p ita lis ta s d isp u e sto s a in v e r tir en la tie rra . E ste nue vo agente, el e m p re sa rio a g ríco la , p re sio n a sobre los p ro p ie ­ ta rio s pequeños y m ed ia n o s p a ra a d q u irir el c o n tro l económ ico sobre la tie rra . T a m b ié n las tie rra s de las haciendas, especial­ m e n te las ganade ras pasan a los nuevos e m p re sa rios agrícolas

7. M a ría B o n illa , L o s tra b a ja d o re s de c o n tra tis ta s de caña en la re g ió n n o rte caucana, C a li, Cidese, U n iv e rs id a d d e l V a lle , 1982, pp. 24-25.


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que las d e s tin a rá n a l c u ltiv o de la caña de azúcar. E s te es el caso señalado p o r M in a M a te o en E s c la v itu d y lib e rta d en el V a lle del Cauca, acerca de la acción lle va d a a cabo p o r los dueños de los in g e n io s L a C abaña y E l N a ra n jo , m e d ia n te la c u a l a d q u irie ro n en el tra n s c u rs o de diez y n u e ve años (1950-1969) cerca de dos­ c ie n to s se te n ta lo te s de parcelas cam pesinas en los m u n ic ip io s de P u e rto T e ja d a y S a n ta n d e r de Q u ilic h a o , adem ás de m uchos m ás lo te s en el re s to de m u n ic ip io s de la re g ió n nortecaucana , com o en C a lo to y P a d illa , p o r e je m p lo (8).

Tenencia de la tierra en la década del cincuenta En síntesis, el proceso de ocupación de tierras en las zonas plana y montañosa del Valle a lo largo de su his­ toria reciente y la posterior transformación de sus formas de apropiación, implicó tres etapas: 1) La transformación de las antiguas haciendas en empresas capitalistas a partir de los ingenios se llevó a cabo en tres fases: primera (1863-1915) construcción de obras de infraestructura, ferrocarriles, bancos, etc.; segunda (1925-1960) consolidación y expansión de los ingenios a partir de tierras de pequeños propietarios y fincas ganaderas; tercera (1960-1986) desconcentración de las tierras cultivadas con caña en los ingenios, debido n la presencia de proveedores independientes (9). 2) Ocupación de la zona cafetera por colonos antioqueños, tolimenses, caucanos y nariñenses, entre 1900 y 1940 (colonización tardía) (10). 3) Presión sobre colonos y pequeños fin queros cafe­ teros de la cordillera a través de tres formas: a) empresas parceladoras como Cuancua, Burila y Barragán (véase Mapa 1); b) hacendados y terratenientes del plan; c) co­ merciantes, tenderos y funcionarios (11). H. Id e m ., pp. 41-42. D. Jum es E d e r, op. c it., M . M in a , op. c it., pp. 98-100, M a ría B o n illa , op. c it., pp. 24-25. 10. A H N , B a ld ío s y C o rre sp o n d e n cia , T . 29, 33, 49 y 63. 11. Véase “ Zona M o n ta ñ e ra ” m ás a d e la n te , en el C a p ítu lo 2.


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Según la muestra adelantada en 1954 por la Direc­ ción Nacional de Estadística, de un total de 59.000 fincas, el 68% — que incluía el 10% de la tierra cultivable— eran menores de 10 hectáreas, mientras el 4% que abarcaba el 60% de la tierra cultivable, era mayor de 100 hectáreas; lo más grave era que las explotaciones agrí­ colas mayores de 1.000 hectáreas, comprendían el 11% de la tierra cultivable (véase Cuadro 7). El desarrollo capitalista del Plan del Valle se dio mucho más temprano que el de la zona montañosa; la transformación del campesinado implicó procesos bien diferenciados con posteriores y profundas repercusiones en las modalidades de violencia. En el plan la descom­ posición campesina fue mucho más directa: por el pro­ ceso de industrialización del cultivo de la caña, el pe­ queño propietario y parcelero pasó a ser obrero agrícola, que poseía un espíritu de lucha colectiva y exigía reivin­ dicaciones mucho más urbanas. En la zona montañosa, como se precisará más adelante, el colono y ocupante de supuestos baldíos fue convertido — contando en esta región con un desarrollo más tardío del capitalismo — en agregado, lungo o peón de fincas cafeteras y lecheras, con relaciones mediadas y desarrollos individuales que, a la vez que facilitaron su manipulación electoral por los partidos tradicionales, imposibilitaron una lucha colec­ tiva y favorecieron el posterior surgimiento del “pájaro” a partir de 1946, en su forma más temprana, como guar­ dias cívicas del Partido Conservador. En la zona plana del Valle el desarrollo capitalista iniciado tempranamente (segunda mitad del siglo XIX), se apoyó básicamente en el agro, particularmente en los ingenios, desencadenando la descomposición del campe­ sinado, el cual no se integró directamente a la industria urbana sino a la agroindustria, ya que en la región un grupo de capitalistas innovadores, conformado por in­ migrantes terratenientes, hacendados antioqueños y técnicos extranjeros, sentaron las bases del desarrollo capitalista vallecaucano a expensas de la pequeña pro-


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piedad y aun de la gran hacienda ganadera del sur y norte del departamento. A gran número de pequeños propietarios desplazados por este proceso los veremos involucrados en conflictos de terrenos baldíos, reclamados por hacendados de las dos laderas montañosas en los años veintes, treintas y aun en los cuarentas; proceso que analizaremos en la segunda parte de este Capítulo. En las ciudades del plan del Valle como Cali, Palmira, Buga, Tuluá y Cartago, centros receptores de los migrantes que huían de la zona cafetera por la perse­ cución de los “pájaros” , la violencia de los años cincuen­ tas tuvo un efecto mucho más marcado, ya que cada una de estas poblaciones mantenía estrechos vínculos con las regiones montañosas, operando como centros polí­ tico-administrativos y como lugares de acopio y abas­ tecimiento. El auge migratorio campo-ciudad que produjo la violencia y que desbordó el crecimiento de numerosas ciudades del país, tuvo en el Valle un impacto menos conflictivo, pues la existencia de por lo menos cinco ciu­ dades estratégicamente ubicadas, con pueblos y ve­ redas de su influencia, posibilitó una distribución poblacional más equilibrada, sobre todo a partir de 1951 (véase Cuadro 6).

Z O N A M O N T A Ñ O S A : C O L O N IZ A C IO N Y C O N F L IC T O S A G R A R IO S (1910-1940)

lia mayor radicalidad de la violencia en el Valle en los años cincuentas, se dio en la zona montañosa; allí se concentraron las condiciones para el surgimiento de la violencia (12). Nos proponemos reseñar los conflictos

12. E l “ p á ja ro ” se o rig in ó en las tie rra s a lta s ; a llí h a b ía relaciones m ediadas, c o n flic to s a g ra rio s , g a m o n a lis m o y lu c h a ideo ló g ica en los té rm in o s de g u e rra sa n ta , com o lu ch a e n tre fuerzas d e l bie n y del m al.


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agrarios más significativos de las laderas montañosas del Valle, como quiera que la explicación a la violencia de los años cincuentas, y a su modalidad de bandas ar­ madas que ejercieron presión sobre campesinos y po­ blaciones cordilleranas no tanto por la tierra, sino por el cambio de filiación política para ganar electorado en beneficio del conservatismo, está íntimamente ligada con las luchas de los colonos y campesinos. Las cordilleras Central y Occidental permanecieron prácticamente deshabitadas durante gran parte del siglo XIX, sólo vinieron a ser ocupadas en las primeras de­ cadas del siglo XX, cuando se asentaron en sus lade­ ras colonos antioqueños, tolimenses, caldenses y caucanos refugiados de la Guerra de los Mil Días; parceleros desplazados del plan; y, más tarde, boyacenses y nariñenses desplazados por la violencia liberal de los treintas (véase Mapa 1).

Colonización y fundación de pueblos Los puntos de partida para la posterior colonización y fundación de poblaciones en los departamentos del Quindío y el Valle, fueron los desplazamientos de antio­ queños hacia el sur, que dieron como resultado las fun­ daciones de Manizales (1848), Armenia y Circasia (1889) y Montenegro (1892). La situación favorable después de la Guerra de los Mil Días y el empeño de los pequeños colonos por sembrar café en las tierras altas, dejadas hasta ahora al margen de la apropiación por parte de las empresas coloniza­ doras, fue lo que motivó las grandes migraciones hacia el Quindío y hacia el norte y occidente del Valle en las primeras décadas del presente siglo. El fin de la guerra, además de garantizar una relativa paz —tan necesaria para las empresas colonizadoras y para los colonos independientes— facilitó la vincula-


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DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA CONFLICTOS AGRARIOS (1920-1960)

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ción de numerosos brazos, otrora ocupados en el manejo de las armas, al descuaje de montes (13). Pero un nuevo hecho facilitó la vinculación de estos colonos al cultivo del café, independizándolos de la ha­ cienda en lo relativo al despulpe del grano: la difusión y popularización de la pequeña despulpadora de manu­ brio, fabricada en fundiciones rudimentarias de Antioquia, Caldas y Cundinamarca (14). La fundación de pueblos, ligada a la valorización de los terrenos de ladera, parece ser la constante en la colonización del Valle, contraria a las tesis que ven en la colonización antioqueña exageradas y románticas acciones heroicas. En la colonización de los ríos Calima y Bravo, que tuvieron como preludio la fundación de Darién y de Res­ trepo (1913), se repiten dos factores: liberales refugiados de la Guerra de los Mil Días, y valorización de terrenos pertenecientes a Manuel Escobar, Liborio Vergara y Julio Fernández Medina. Este último, al tener noticia de las intenciones de un grupo de refugiados, encabe­ zados por Anselmo Rendón, acordó una reunión con­ junta con éstos; en ella les ofreció los terrenos más que­ brados (los de más difícil acceso), ubicados en el sitio denominado El Tránsito, donde finalmente se efectuó la fundación de Conto (hoy Restrepo) en 1913. En el norte la fundación de Sevilla (1903) también núcleo a refugiados liberales de la guerra, colonos que pleitearon con la Sociedad Burila y que contribuyeron con las mejoras hechas a la valorización de los terrenos de propiedad de Heraclio Uribe, Cenón García, Antonio Carmona y Francisco Albarán. Al igual que en el Quindío (15), en la fundación y posterior progreso de Restrepo, Darién, Riofrío y Tru-

13. C a rlo s E c h e v e rry , M o n o g ra fía de R e s tre p o , m im e o . 14. M a rc o P a la c io s , E l café en C o lo m b ia , B o g o tá , E d it o r ia l P resencia, 1979, p. 221. 15. C a rlo s E c h e v e rry , op. c it.


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jillo, también jugaron papel relevante los guaqueros o buscadores de oro de las sepulturas calimas; con el oro acumulado muchos de estos buscadores compraron me­ joras a colonos y se establecieron como finqueros (16). Lucha por la tierra, manipulación política y violencia

La lucha por el control de las tierras cordilleranas cobró plena fuerza entre 1910 y 1940, cuando a la manipulación del conflicto agrario, se sumó la escasez de terrenos en el plan del Valle debido al desarrollo de la industria azu­ carera. Tenderos, comerciantes y propietarios de ha­ ciendas entraron a disputarse estos terrenos utilizando diferentes recursos: alegando antiguos títulos, creando empresas explotadoras de baldíos, pleiteando a través de una cadena de abogados inescrupulosos, comprando a precios irrisorios por el pago de deudas, y, en fin, uti­ lizando influencias políticas e incluso violencia física (véase Anexo 1). En el proceso de manipulación electoral de colonos y parceleros es indudable que hubo apropiación y concen­ tración de tierras recién roturadas en la zona montañosa del Valle; estos fenómenos tuvieron las siguientes va­ riantes: 1) Pleitos entre colonos, que desde tiempo atrás ha bían parcelado y trabajado baldíos, y abogados, ten­ deros, comerciantes y extranjeros localizados en los mu­ nicipios del plan, que observaban en la montaña el humo de las cabañas y advertían la presencia de colonos; aqué­ llos, aprovechando sus vinculaciones políticas, su poder económico y sus conocimientos, y a sabiendas del des­ monte y de las mejoras realizadas, solicitaban la adjudi­ cación de aquellas tierras como baldías ante el Ministerio do Obras Públicas. I»l. C arlos O rtiz , “ F u n d a d o re s y n e g o cia n te s en la co lo n iza ció n del Q u in d ío ” , en L e c tu ra s de E co n o m ía , N o. 13, M e d e llín , U n iv e r­ s idad de A n tio q u ia , 1984.


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En 1907 Porfirio Gómez comunicaba al señor mi­ nistro de Obras Públicas una petición de defensa de los derechos de numerosos colonos que: ‘‘...han reclamado por la adjudicación que se ha hecho a yamar (sic) del señor Guillermo Saavedra en el punto Calima de esta juris­ dicción. Yotoco. Enero 14 de 1907" (17). En 1908 colonos de Sevilla se dirigen al Ministerio de Obras Públicas reclamando una actuación en defensa de sus derechos contra supuestos adjudicatarios de los baldíos por ellos laborados. Numerosos vecinos de Roldanillo dirigen un memorial de protesta por la pretensión de particulares sobre los terrenos “ Ojeda", que ellos “cultivaban desde tiempos anteriores". El caso más elocuente de este tipo de apro­ piación lo relató el colono Abel Ceballos en carta dirigida al alcalde de Buga en 1910: S e ñor A lc a ld e M u n ic ip a l Y o , A b e l C e b a llo s, co lo n o hace a lg ú n tie m p o en la c o rd ille ra del río G ra n d e , so b re cu y o s b a ld ío s q u ie re echarse el se ñ o r d o c to r J o rg e W a lte r de n a c io n a lid a d a le m a n a , p o r c u y o m o tiv o te n g o e s ta b le c id a q u e re lla de p o lic ía a n te y o la qu e está p e n d ie n te (sic) ru e g o a te n ta m e n te p a ra fin e s qu e m e in te re s a n q u e a m i costo m e dé c o p ia de la s d e c la ra c io n e s de C ifiria n o G onza les, A n to n io José L o a iz a y M ig u e l R o ja s . M e in te re s a n estos te s tim o n io s para la m a y o r a le g a c ió n de m is d e rechos (...) S e ñ o r M in is tr o de O b ra s P ú b lic a s B o g o tá O s ru e g o m u y re s p e tu o s a m e n te , S e ñ o r M in is tr o , q u e no re s o lv á is el e x p e d ie n te so b re b a ld ío s qu e os ha e le v a d o e l S e ñ o r d o n J o rg e W a lte r h a s ta q u e os p ueda e le v a r m ás d e c la ra c io n e s que m e han d a d o en Y o to c o y q u e p u e d o c o n s e g u ir en la p re fe c tu ra de B u g a . S o y co lo n o d e n tro d e l p re d io q u e q u ie re co g e r el S e ñ o r W a lte r, y te n g o a llí c a s ita , a lb e rg u e de m i esposa y de m is h ijo s y sería

17. Baldíos y Correspondencia, T. 28, Año 1907, No. 130.


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in ju s tic ia echarlos de a llí para d a rle 14 plazas m ás a q u ie n tiene centenares y q u ie re a lz a r con to d a la m o n ta ñ a . S e ñor M in is tro : E s tim o de ju s tic ia m i e xig e n cia de q ue no firm é is v u e s tra reso­ lu c ió n ha sta d e n tro de u n mes que pueda e n v ia ro s m ás pruebas para que no consum e con m is h ijo s u n despojo. B u g a , n o v ie m b re 12 de 1910. A b e l C ebados A . (18).

2) Pleitos entre colonos que laboraban baldíos colin­ dantes con haciendas, y los propietarios de éstas que, aprovechando la existencia de terrenos desmontados y cultivados y la presencia de mano de obra, incluían dentro de sus propiedades los baldíos laborados por los colonos, reclamando su adjudicación en los llamados juicios de deslinde. Esta modalidad de deslinde entre terrenos particulares y baldíos nacionales facilitó la ocupación de miles de hectáreas de terrenos nacionales por parte de hacendados y empresas parceladoras, en especial, mediante el so­ borno a peritos y funcionarios públicos. En 1922 numerosos colonos de Pavas y La Cumbre enviaron memorial al procurador de la Nación buscando defensa de sus derechos: desde tiempo atrás laboraban en baldíos ahora reclamados como propios por la hacienda Tapias. En la misma Cordillera Occidental, en el muni­ cipio de Pavas, en 1925, los propietarios de la hacienda "Salento” , poseedores de tierras que se extendían desde Yumbo, intentaron adueñarse mediante el deslinde de f > 0 0 hectáreas de montaña que venían siendo laboradas |>or veinte colonos. Aprovechando sus influencias polí­ ticas, los herederos de José María Sierra y dueños de "Salento” , lograron detener los memoriales enviados por los colonos a la Gobernación, obstaculizando así, © 1 trámite de éstos ante el ministro de Industrias. He aquí un aparte de uno de los memoriales enviados por los colonos: “...pues no creemos razonable que por el

IH. Idem., T. 29, Año 1988, No. 143.


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hecho de ser colindante nuestra propiedad, con la de los herederos del Señor Sierra, éstos se llamen dueños en un terreno que como es de dominio público no les ha perte­ necido nunca” (19). 3) Pleitos entre colonos y empresas colonizadoras parceladoras como Burila, Barragán y Cuancua, crea­ das habilidosamente a partir de terrenos con supuestos títulos sobre tierras baldías, con el fin de “lotiar” (par­ celar) para luego vender a los mismos colonos las mejoras trabajadas por ellos. Jaime Buitrago en su novela Hombres transplantados, presenta una clara información acerca del pleito sur­ gido por las intenciones de dominio que sobre más de 200.000 fanegadas poseía la Compañía Burila, y que ori­ ginó el enfrentamiento con miles de colonos que labo­ raban desde tiempo atrás. En la región de Riofrío fue destacada la actuación del ya mencionado Leocadio Salazar; con la creación de la sociedad parceladora del Cuancua (Bogotá, 1938) este sujeto se fue apropiando de baldíos nacionales que habían sido laborados por colonos; posteriormente, so pretexto de legalizarles las escrituras, les vendía los lotes. Esta empresa, confabulada con jueces, peritos y alcaldes, se apoderó de más de 30.000 hectáreas, com­ prendidas entre los municipios de Riofrío y Trujillo; más tarde, cuando 100 colonos, que laboraban los mismos baldíos reclamados por la sociedad, alegaban su antigua posesión y presentaban a la gobernación declaraciones fundamentadas como prueba contundente de su pro­ piedad, el alcalde de Riofrío, viejo amigo de Leocadio Salazar, expresó que: “ Se abstenía de certificar sobre la buena reputación de los declarantes y sobre su vecindad, lo mismo que sobre si dichos lotes son o no baldíos, por cuanto se están practicando deslindes cuya línea no se conoce todavía” (20). 19. Id e m , T . 49, A ñ o 1922. 20. Id e m ., T . 65, A ñ o 1926, N o. 41.


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Seguidamente, la hacienda “Barragán” adelantó un juicio de deslinde que “mordió” miles de hectáreas pertenecientes a baldíos nacionales (21); junto con To­ más Jaramillo y Leocadio Salazar, los propietarios de la hacienda ganaron el juicio de partición de la misma ante el Tribunal de Buga. La complicidad de autoridades de policía, jueces y peritos, favoreció a los empresarios y hacendados en estos pleitos de tierras, como lo ratifica la denuncia hecha por el abogado Ernesto Saravia Mateus desde Buga, en 1929 (22). Las influencias políticas, el clientelismo y el gamonalismo fueron utilizados por los hacen­ dados y comerciantes para apoderarse de los “baldíos” . En el Valle del Cauca el conflicto agrario se mantuvo al orden del día hasta bien entrados los años cincuentas, estableciéndose una línea de continuidad entre los con­ flictos de los años veintes y treintas, la violencia liberal y la violencia de los cincuentas. En 1932, según el informe del secretario de Gobierno del Valle, Guillermo Borrero Olano, los conflictos agrarios de las laderas montañosas se clasificaban en dos tipos: 1) Pleitos entre colonos y hacendados que habían es­ tirado sus linderos “mordiendo” los baldíos nacionales mejorados por los primeros. 2) Ocupación de latifundios incultos e inexplotados por parte de colonos que tenían respaldo de grupos polí­ ticos, alcaldes, concejales y otros funcionarios públi­ cos (23). En 1933 el secretario de Industrias y Agricultura del Valle, Demetrio García Vásquez, explicaba así el con­ flicto agrario en el departamento:

III. A H N , B a ld ío s y C o rre sp o n d e n cia , T . 21, F o lio 43. U2. A H N ., op. c it., T . 21, A ñ o 1929, fo lio s 348-349. XI. In fo rm e s del s e cre ta rio de G o b ie rn o , Im p re n ta D e p a rta m e n ta l, C ali, 1932, pp. 4-6.


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E n m i c a rá c te r de S e cre ta rio de In d u s tria s y A g r ic u ltu r a no he v a c ila d o en p la n te a r de m a n e ra concreta, la in m e d ia ta so lu ció n de este tre m e n d o p ro b le m a que e x is te en el V a lle d e l C auca, e n tre el p ro p ie ta rio y el colono o a g re g a d o a g ríco la . D ic h o c o n flic to tie n e m ú ltip le s fases, que es necesario e s tu d ia r y re s o lv e r coh u n a lto c rite rio de ju s tic ia so cia l y de s e n tid o h u m a n ita rio para am bas parte s. N o se tra ta de e rig ir el siste m a de e x p o lia c ió n p o r el p ro p ie ta rio n i la in v a s ió n a rb itra ria p o r el colono. N o es la fuerza in tim id a n te de los fu sile s la que debe d ir im ir esta clase de choques y a n ta g o n is m o s , que son fá c ilm e n te so lu cio n a b le s con los recursos legales (...) L a p arce la ció n de tierras* en el V a lle d e l C auca, com o en el resto d el país, com p re n d e la trip le fo rm a de las zonas de ba ld ío s, los la tifu n d io s in c u ltiv a d o s e in e x p lo ta d o s , y los lo te s m ás o m enos extensos, d e lim ita d o s y puestos en p ro d u c c ió n p o r sus respectivos p ro p ie ta rio s , en c o n flic to s y litig io s con g ru p o s de c u ltiv a d o re s e sta blecid o s desde tie m p o a trá s en pequeñas p a rcelas fu ndada s y elaborada s con su p ro p io esfuerzo. L a c o lo n iza ció n de b a ld ío s que a tra e la p re fe re n cia de quienes q u ie re n que la p a rce la ció n e m p re n d id a p o r el E s ta d o , se lim ite a esta clase de zonas, ofrece en la m a y o r p a rte , el in co n v e n ie n te de te rrito rio s m u y a lejados de los c e n tro s de co n su m o y sobre todo d e s p ro v is to s de vías de c o n e xió n con los fe rro c a rrile s y carre­ te ra s (...) E n n u e s tro conce p to la in te rv e n c ió n d e l d e p a rta m e n to debe p rin ­ c ip ia r p o r s o lu c io n a r los a g u d o s c o n flic to s que h o y e x is te n , p la n ­ teados con los caracteres de u n a a la rm a n te p e rtu rb a c ió n social en las zonas ru ra le s d e slin d a d a s le g a lm e n te . E l a rre g lo a m ig a b le y de recíproca conveniencia, a base de u n a e q u ita tiv a in de m n iza ció n , ha de ser el m e d io sensato p a ra d ir im ir la p u g n a e n tre el p ro p ie ­ ta rio y los colonos fu n d a d o re s de p re d io s en c u ltiv o y co m p re n ­ d id o s en el área d is c u tid a (24).

El aumento en la cantidad de titulaciones de baldíos fue muy significativo a partir de 1941 en las partes más altas de la Cordillera Occidental, en las jurisdicciones délos municipios de El Aguila, El Cairo, Trujillo, Riofrío, Darién, Restrepo, Dagua y La Cumbre, pues el Decreto No. 1415 del 18 de julio de 1940, suprimió el levanta­ miento del plano topográfico del baldío a titular (cuando 24. In fo rm e del se cre ta rio de In d u s tria s y A g r ic u ltu ra , Im p re n ta D e p a rta m e n ta l, C a li, 1933, pp. 10 y 11.


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DEPARTAMENTO DEL VALLE DEL CAUCA COLONIZACION TARDIA (1900-1955)

RISARALDA CONVENCION r

J Zonas de c o lo n iz a c ió n ia r d iu

CHOCO

V . — .

M APA 2


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no excediera de 200 hectáreas), erogación costosa que debia asumir el colono y que frenó por muchos años la legalización de terrenos, facilitando la manipulación de los colonos, no sólo por los gamonales y los politiqueros, sino por abogados, tinterillos y comerciantes (25). El aumento en el número de adjudicaciones y titu­ laciones de baldios a partir de 1940 se explica no sólo por la expedición del Decreto No. 1415 de 1940, sino por la apertura de numerosas vías, como la carretera al mar. Como se puede apreciar en los informes (26), el con­ flicto agrario y la lucha partidista seguían latentes en las mismas regiones que sufrieron la presión liberal en los años veintes y treintas; las zonas más altas de los mis­ mos municipios vieron un gran avance en la colonización y en la titulación a partir de los años cuarentas; había allí, pues, una herida abierta, había allí un hilo que ligaba el presente con el pasado cercano, por lo que no es gratuito que a partir de 1946 surgiera la violencia de los “pájaros” en estas mismas regiones, violencia con un profundo contenido partidista y electoral, en favor ahora del Partido Conservador (Cuadro 1). La violencia en la cordillera del Valle entre 1946 y 1965 tuvo un carácter más partidista que de confrontación de clase, dándose así una lucha “por arriba” (27) que desbordó en múltiples confrontaciones “por abajo” . No

25. In fo rm e del s e cre ta rio de G o b ie rn o , Im p re n ta D e p a rta m e n ta l, C a li, 1942, p. 42. 26. In fo rm e de lo s se cre ta rio s de G o b ie rn o en los años c itados. 27. “ P o r a rrib a ” , se to m a a q u i com o procesos del d o m in io de la s u p e re s tru c tu ra , ta l es el caso de las acciones p a rtid is ta s conser­ v a d o ra s que desencadenaron la v io le n c ia de los “ p á ja ro s ” , accio nes que com o se m o s tra rá m ás ade la n te , no fu e ro n en u n comienzo m a n ife sta cio n e s a b ie rta s de lu ch a de clases en su s e n tid o clásico. N o o b s ta n te , este proceso en sus in ic io s p a rtid is ta , “ a rra s tró ’ fenóm enos económ icos y sociales (lu c h a de clases), y en este sen­ tid o d e n o m in a d o s com o acciones “ p o r a b a jo ” , es d e c ir d e l do­ m in io de la in fra e s tru c tu ra . D e to d a s m aneras estos conceptos se a m p lia rá n en el C a p ítu lo 5


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hubo allí lugar para conformar grandes grupos armados con apoyo de los hacendados, como en el Tolima, Cundinamarca o en los Llanos, sino pequeñas bandas en los pueblos y veredas cafeteras, que después fueron profesio­ nalizadas desde Tuluá por “El Cóndor” , para cumplir el encargo de un sector del conservatismo: convertir la Cordillera Occidental entre Media Canoa y El Aguila, en la “Cordillera Azul” .


CAPITULO 3. LOS PAJAROS" Y LA CONSERVATIZACION DEL VALLE

No hay que perder de vista las observaciones de Pecaut «obre los partidos tradicionales en Colombia, partidos que, en lo fundamental y por lo menos hasta él Frente Nacional, no presentan diferencias en el manejo eco­ nómico del Estado, pero sí concepciones muy distintas del manejo político y de la manera como las amplias capas sociales debían entrar a participar en el aparato de Estado. El ascenso del liberalismo al poder con Olaya He­ rrera, a la vez que reactivó la lucha ideológica entre las fracciones de los dos partidos, acentuó peligrosamente al sectarismo político. En la base de estos conflictos se encontraban el desplazamiento de los conservadores de los cargos públicos, la manipulación electoral de las luchas agrarias por parte de los liberales interesados en consolidar su electorado, y, finalmente, la presión nrmada (violencia liberal), que persistió intermitente­ mente durante la República Liberal, agudizándose a finales de la misma. Si se tienen en cuenta estos hechos, no entenderá por qué durante el primer gobierno de López Pumarejo se maduraron las condiciones que desencade­ narían la posterior presión armada de los conservadores en los cincuentas, es decir, la violencia. El fortalecimiento de la República Liberal se dio «<n el marco del desarrollo del movimiento obrero sur­ gido en los años veintes, el auge del movimiento cam|H»sino e indígena y su lucha por la tierra, y el surgi­ miento de agrupaciones políticas nuevas, como el Par­ tido Socialista Revolucionario, el Partido Comunista, y posteriormente la UNIR de Gaitán, movimientos que [5 7 ]


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no sólo respondían a los intereses de los nuevos sectores de clase recién surgidos, sino que intentaban disputarle la hegemonía política a liberales y conservadores (1). Pero los dos partidos tradicionales no escapaban a la presión que generaban las nuevas fuerzas sociales, en­ trando en un agudo debate ideológico y en la diferencia­ ción de fracciones, sobre todo en las décadas del 30 y del 40. En el liberalismo se podían observar tres fracciones: la derecha, liderada inicialmente por Olaya Herrera y posteriormente por Santos; una fracción reformista liderada por López Pumarejo; y por último, y más tarde, la fracción populista y democrática de Gaitán. Entre tanto, desde el gobierno de Abadía Méndez, en el conservatismo se perfilaron dos tendencias: la ultraderecha, que aunque más tarde se desintegró, poseía rasgos fas­ cistas y se hallaba inspirada en la Falange española; ella tenía por cabeza a Laureano Gómez. La otra ten­ dencia conformaba un sector moderado dirigido por el cafetero Mariano Ospina Pérez. A la “Concertación Nacional” de Olaya, que poco se diferenció de los anteriores gobiernos conservadores en la capacidad de represión al movimiento popular, le siguió la “Revolución en Marcha” de López; su go­ bierno logró, al menos en parte, adecuar el aparato del Estado a las exigencias de los nuevos sectores de clase, vinculando al joven movimiento obrero y popular, in­ cluyendo a los comunistas, al proyecto burgués-terra­ teniente. La “pequeña revolución burguesa” , que readecuó las relaciones laborales agrarias, que se ocupó de la pro-

1. U n a buena sín te sis de este proceso debe verse en G onzalo Sán­ chez y D o n n y M e e rte n s, Bandoleros, gamonales y cam pesinos, | B o g o tá , E l A n c o ra E d ito re s , 1983. T a m b ié n en D . P e cau t, P o lítica y s in d ic a lis m o en C o lo m b ia , B o g o tá , E d ic io n e s In te rn a cio n a le s, 1975.


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piedad del campo, del desarrollo industrial, del movi­ miento sindical, de las relaciones Iglesia-Estado, de la intervención estatal, y de las finanzas, generó diversas reacciones al interior de las diferentes fracciones de los partidos, no tanto por los alcances mismos del proyecto reformista, como por la sobrevaloración de las acciones emprendidas por el lopismo, si se tiene en cuenta que, tanto a liberales como a conservadores preocupaba te­ rriblemente la agitación social agraria y el auge del sin­ dicalismo organizado, desencadenados ambos al amparo del proyecto reformista de López. La ultraderecha conservadora centró sus ataques en el gobierno de López, pues veía en sus acciones un desbordado crecimiento del influjo liberal, tanto a nivel urbano, en los sectores de empleados y obreros, como en el campo (con la Ley 200), tradicionalmente influen­ ciados por el Partido Conservador. Por ello, algunas fracciones conservadoras propusieron desde los años treintas intensificar la presión partidista sobre los grupos agrarios, como mecanismo para entrar a disputar al liberalismo sus mayorías electorales. Silvio Villegas, joven exponente de las ideas de de­ recha, manifestaba entonces: E n C o lo m b ia e x is te un a m a y o ría aldeana y cam pesina o p rim id a p o r una de m a g o g ia u rb a n a . E n esta fo rm a no es p o s ib le re c u rrir eficazm en te a las u rn a s. P o r eso es p re ciso m o d ific a r la tá c tic a . H a y que d a rle s in c re m e n to a los e quipos de a ta q u e de los p a r­ tid o s conservadores, p a ra ro m p e r el m ás fu e rte y poderoso s ilo ­ g is m o de las izq u ie rd a s : el te rro r en las calles, en los ta lle re s, en las salas donde se celebran los m ítin e s . S ó lo m e d ia n te este c o n tra -te rro r — lo ha e xp resado y d e m o s tra d o m a g is tra lm e n te I l i t l e r — , enm udecería la e te rn a am enaza de los pu ñ o s de l p ro le ­ ta ria d o y el d o m in io de las calles. S ó lo con sus p ro p ia s a rm as puede ser d e rro ta d a la d ic ta d u ra ro ja (2).

U. S ilv io V ille g a s , No hay enemigo a la derecha, Manizales, Ediciones Zapata , 1937, pp. 215-216.


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De igual manera para Laureano Gómez, jefe del Par­ tido Conservador en la década del treinta, el liberalismo era el que había roto la paz y la tranquilidad que la Re­ pública mantuvo entre 1902 y 1930 (hegemonía conser­ vadora). Explicaba Gómez que los orígenes de la vio­ lencia y la agitación social eran producto de la filosofía liberal, que había caído en una ‘‘materialización y me­ canización de la existencia” . Sus ataques contra el liberalismo a través de la prensa —mostrándolo como comunista, masón y enemigo de la Iglesia y de la tradición— buscaban convencer por efecto de la repetición, a los integrantes de la población con­ servadora, quienes, en efecto, terminaron persuadidos de la veracidad de las denuncias hechas y se sintieron en capacidad de encaminarse a reconquistar la tradición perdida (3). Este debate ideológico, generado ‘‘por arriba” entre liberales y conservadores, cobijaba a mandos medios de la población vinculados al proyecto reformista de la “Revolución en Marcha” , pero dejaba por fuera a muchos sectores rurales que, aunque continuaban bajo el dominio gamonal y caciquil de los dos partidos, por la naturaleza de su ideología “inherente” (4) producto del ancestro y la costumbre, eran más vulnerables a la prédica sectaria de la “Guerra Santa” . Esto se agravó con la violencia desatada a finales de la hegemonía liberal en los departamentos de Boyacá, Santanderes, Cundinamarca, Tolima, Nariño y Valle.

3. A este respecto véase J. H e n d e rso n , C ó m o leyó la historia Laureano G óm ez. P o nencia V C ongreso H is to ria de C o lo m b ia , A rm e n ia , 1985. Se generó en los sectores co nservadores u n a conciencia de “ g u e rra s a n ta ” , de “ sa n ta c ru z a d a ” que tra n s fo rm a b a en fuerza de acción a u n se cto r m in o rita rio e le cto ra lm e n te , que se lanzaba a vencer a su a d v e rs a rio con la p re te n s ió n de s a lv a rlo y salvarse. 4. E n té rm in o s de R udé, id e o lo g ía in h e re n te es la id e o logía tr a d i­ c io n a l p ro d u c to d e l a n ce stro y la co stu m b re . Véase G eorge Rudé, Revuelta popular y conciencia de clase, B a rce lo n a , C rític a G rija lb o , 1981.


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El reformismo de López consiguió entonces acelerar Ins condiciones para que, con el acceso del conservatismo al poder, es decir con Ospina, se iniciara la acción conservadora armada sobre sectores rurales. Pero si en términos generales el panorama nacional era como se ha resumido, a nivel regional entraron a jugar una serie de particularidades que hicieron mucho más complejo el proceso de recrudecimiento de la vio­ lencia como mecanismo para consolidar una nueva he­ gemonía conservadora.

C O N S E R V A T IZ A C IO N D E L V A L L E

El liberalismo ha intentado mostrar la violencia de los cincuentas como una violencia conservadora, hasta el punto que sectores democráticos, núcleos de intelectuales y la izquierda, muestran en muchos casos una visión "liberalizante” de la violencia. Lo que aquí se plantea es que en los cincuentas, más fortalecidos y haciendo uso de otras modalidades, los conservadores reanudaron la violencia, iniciada por los liberales, logrando llevarla hasta límites nunca imaginados ni puestos en práctica por éstos. No puede perderse de vista la diferenciación hecha en los Capítulos 1 y 2 de este libro acerca del de­ sarrollo del conflicto agrario y la lucha partidista en las zonas plana y montañosa del Valle, respectivamente, fenómenos ligados a la consolidación desigual de la eco­ nomía capitalista en esos territorios, en especial si se tiene en cuenta que el debate liberal-conservador pre­ sentaba niveles distintos de percepción en la provincia, y más aún, en una y otra región del Departamento. Hacia los años cuarentas el Partido Liberal en el poder y el conservatismo en la oposición, se disputaron el control de los puestos públicos: los conservadores re­ currieron a la resistencia civil, con la que entorpecían desde los Concejos municipales la administración liberal


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en los municipios, bien impidiendo el nombramiento de funcionarios, o bien manipulándolos a su favor (5). En el caso concreto del Valle la resistencia civil se vio favorecida por la división liberal, y aunque el intento fracasado de golpe contra López pareció mostrar un Partido Liberal unido, la realidad regional era otra, pues la candidatura de Turbay había fracturado profundamen­ te al liberalismo vallecaucano en oficialistas y gaitanistas. La Convención departamental, celebrada el 4 de marzo de 1945, en realidad había sido un verdadero golpe del oficialismo, ya que a pesar del retiro de 33 delegados de los 38 asistentes (20 de los 37 municipios del Valle eran de mayoría gaitanista) las planchas fueron aprobadas (6). Como parte de la táctica conservadora, la prédica sectaria del clero acentuaba la división liberal. Tal es el caso del manipulador de colonos y cura párroco de Versalles (fortín conservador de la Cordillera Occidental), Nicolás Nieto, quien desde el pulpito incitaba al descono­ cimiento del Gobierno, manifestando abiertamente: E l país necesita sangre p a ra p u rific a rs e y y o e s to y d is p u e s to a d a r la m ía, p o rq u e en este g o b ie rn o se asesina a la v u e lta de la e s q uina... S o y enem igo de L ó p e z p o rq u e nos está e n tre g a n d o a l c o m u n is m o y desafío sus ira s, p o rq u e a q u í está m i p u e b lo que m e acom paña... S i h a y que in c e n d ia r, a llá ire m o s pero no nos dejem os b u rla r de las a u to rid a d e s , el que no te n g a asegurada su casa y su p e lle jo que las asegure... (7).

5. E l caso de los F e rro c a rrile s d e l P a cífic o es b ie n n o to rio : los con­ servadores d o m in a b a n la em presa, con lo c u a l lo g ra ro n en­ to rp e c e r la a d m in is tra c ió n lib e ra l. O tro caso es el de los m aestros, fo rtín b u ro c rá tic o del P a rtid o C o n s e rv a d o r en el V a lle , que aún se m a n tie n e casi in ta c to . E n el m is m o se n tid o , en C e rrito se d e s ti­ tu y ó al o p e ra rio de la p la n ta e lé c tric a m u n ic ip a l con el fin de to r ­ pedear la a d m in is tra c ió n lib e ra l. L ib e ra le s y co n servadores u t i­ liz a ro n in d is tin ta m e n te este m e ca n ism o de re siste n cia c iv il. N u e v o día, C a li, enero 27 y 28, fe b re ro 2, fe b re ro 24, m a rzo 17, 1943. 6. E l R e la to r, C a li, m a rzo 5, 1945. 7. E s te cu ra fu e e m p re sario de v a ria s coloniza ciones; e n tre otras, “ L a s P eñas’ ’, en V e rsa lle s, cerca d e l río G a rra p a ta s y el Chocó,


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Los datos de las elecciones presidenciales del 5 de mayo de 1946, en las que el candidato de la “Unión Na­ cional” , Mariano Ospina Pérez, resultó elegido por una minoría conservadora, reflejan muy bien los desenlaces del proceso en cuestión (véase Cuadro 8). Los conservadores estaban en el poder gracias a la división liberal, y las amplias mayorías electorales fa­ vorecían a este último partido, ya que la hegemonía liberal de 16 años, y sobre todo el reformismo de López, le habían permitido consolidarse en el poder y acrecentar el número de sus electores, principalmente a nivel urbano, pero también en el campo mediante la manipulación electoral del conflicto agrario. La posterior presión conservadora armada ejercida a través de los “pájaros” , se efectuó o sobre aquellas poblaciones cordilleranas de mayoría gaitanista, o, sobre aquellas que por pequeñas cifras liberales superaban la votación conservadora. El gobierno de Ospina se movía en medio de una situación difícil; intentando continuar el espíritu bipar­ tidista de Lleras Camargo, nombró un gabinete con participación liberal, pero de la fracción santista y aris­ tocrática del partido, ya que tanto los sectores liberales oficialistas como el laureanismo se oponían al gaitanismo (8). Es indudable que a la posterior agudización de la violencia contribuyó la dificultad de entendimiento entre Ospina y los liberales, pues a la pugna liberal entre gaitanistas y oficialistas se sumaban las presiones laureanistas contra el Gobierno, que se impusieron a partir de mayo de 1949; la Unión Nacional de Ospina tuvo tres

zona en que había m uchos peones que fu e ro n a n tig u a m e n te p ro ­ p ie ta rio s de tie rra s . Véase Liberación, T u lu á , d ic ie m b re 2, 1944, p. 6. 8. C a ta lin a Reyes, Tres rupturas de la Unión Nacional 1946-1950. P o­ nencia V C on g re so H is to ria de C o lo m b ia , A rm e n ia , 1985. Véase R ussell R a m se y, Guerrilleros y soldados, B o g o tá , T e rc e r M u n d o , 1981, pp. 108-109.


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rupturas: en noviembre de 1946, en marzo de 1948 y en mayo de 1949. Los conservadores bien pronto se dieron cuenta de la precariedad de su victoria y empezaron a planear el con­ trol de los cargos públicos para consolidarse en los próxi­ mos comicios para Asambleas y Congreso; las fracciones ospinista y laureanista del Partido Conservador (aun cuando diferían en los mecanismos), tenían claro que había que acrecentar el electorado conservador y pre­ sionar a las poblaciones *de mayoría liberal para conso­ lidarse en el poder; este proceso se inició paulatina­ mente desde 1946 y se acrecentó mucho más en 1947 y 1948 después del 9 de abril, radicalizándose a partir de 1949 por la presión laureanista sobre el presidente Ospina. Incluso el campo, tradicional bastión conservador, había sido trabajado electoralmente por el reformismo liberal que controlaba la clase obrera y las ciudades; los conservadores en el poder centraron su política en cuatro puntos: 1) manipulación de los cargos públicos (hasta ese momento en manos de los liberales) con miras a reforzar sus posiciones electorales; 2) fraude electoral y nombramiento de alcaldes mi­ litares; 3) desarme del campesinado y de la población en general; 4) presión armada sobre sectores rurales en donde el liberalismo había manipulado el conflicto agrario desde los años treintas, o en donde podía incrementarse el electorado conservador mediante la presión de sectores liberales (véase Cuadro 3). A nivel nacional se presentaron, en octubre de 1946, choques entre conservadores y liberales en Nariño; y a finales de año y comienzos de 1947, se inició la conservatización de la policía en Boyacá y la conversión de esta región en un bastión conservador con la compli­


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cidad del ejército, como se haría posteriormente en el Valle (9). Un intento somero de reconstruir la geografía de la violencia para 1947 nos lo muestra el Cuadro 2 (10). En primer término los conservadores arremetieron contra los cargos públicos en manos de funcionarios liberales. En el Valle del Cauca este control se. efectuó sobre policías, carcelarios, maestros, cobradores de im­ puestos, inspectores de policía, empleados de servicios públicos municipales y jueces (11); si la policía para Boyacá fue reclutada en las regiones de violencia liberal de los treintas, para el Valle se reclutó en regiones ultraconservadoras de Nariño. Un caso típico de la manipulación conservadora de los puestos públicos lo encontramos en la población de Dagua, fortín radical y gaitanista. Allí el alcalde con­ servador, Gilberto Santamaría, no contento con las giras permanentes por campos y veredas pronunciando en­ cendidos discursos contra el liberalismo, montó una bien armada maquinaria basada en el nepotismo, para bien y grandeza del conservatismo, fuerza minoritaria en la región: como secretario nombró a su primo Carlos 9. E l caso de B o ya cá es b a s ta n te p a re cid o a l del V a lle en su conserv a tiz a c ió n . P a ra B o ya cá véase: A n ó n im o S a ngre y fra u d e , tes­ tim o n io de la tra g e d ia boyacense, B o g o tá , K e lly , 1949. E s te es u n buen d o c u m e n to que m u e s tra la c o n s e rv a tiz a c ió n de B o yacá (sobre to d o en las págs. 11 a 17) m e d ia n te la p o lic ía y los alcaldes; es el m is m o p la n lle v a d o a cabo en el V a lle . T a m b ié n h a y in fo rm a c ió n al respecto en: R u sse ll R am sey, op. c it., pp. 111-112. 10. R esum en c o n s tru id o con base en: S a n g re y fra u d e ... op. c it., R u ss e ll R am sey, op. c it., pp. 113-114; A . M o la n o , L o s años del tro p e l; L u is A . T o ro , A lm a n a q u e p o lític o ; E l T ie m p o , E l E spec­ ta d o r, E l R e la to r, J o rn a d a , del año de 1947. 11. E n u n m u e stre o e fe ctu a d o en los n o m b ra m ie n to s de m aestros, in sp e cto re s de p o lic ía y em pleados m u n ic ip a le s en el V a lle para este períod o, son n o to ria s la m o v ilid a d y el a u m e n to de personal en épocas pre-e lectora les. N o debe o lv id a rs e que en C o lo m b ia se p ra c tic a el fra u d e en los c o rre g im ie n to s y veredas. Véase A r c h i­ v o de la S e cre ta ría de G o b ie rn o , C a li, g o b e rn a ció n d e l V a lle .


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Millán Santamaría, como inspector local de educación despachaba su cuñado Delio González, como escribiente del jurado electoral se desempeñaba su primo hermano, como maestras de escuela trabajaban sus primas her­ manas Alcira y Melba González; presionó también para que el nombramiento del delegado municipal a la Con­ vención conservadora recayera en su primo Carlos Millán. En segundo término, el conservatismo entendió, entonces, que había que presionar mucho más a la militancia liberal si quería mantenerse en el poder. En enero de 1948 el Ejecutivo sancionaba el Decreto No. 164, mediante el cual se prohibía la venta y porte de armas y explosivos en todo el territorio nacional (12). En el Valle se creó una comisión con el fin de reprimir el trá­ fico y porte de armas, la cual se desplazó hasta Cartago, Caicedonia y Sevilla, por donde se sospechaba eran in­ troducidas las armas de contrabando (13). Los decomisos se acentuaron, sin embargo, en pueblos y veredas de manera generalizada y sin la mediación de comisiones oficiales: miembros de la policía departamental y ci­ viles de los directorios conservadores se dieron a la tarea de recorrer fincas, pueblos y veredas quitando escopetas de fisto y de perdigones, machetes y herramientas: ‘‘...en primera medida, los conservadores se dieron a la tarea de desarmar al liberalismo...” (14). En tercer lugar, en mayo de 1946, antes de las elec­ ciones presidenciales, se habían nombrado 202 alcaldes militares en todo el país (15): 12. E l R e la to r, enero 23, 1948. 13. P o r el a e ro p u e rto de A rm e n ia , p o r p is ta s cla n d e s tin a s d el norte, y p o r el Chocó, parece q ue se in tro d u jo a rm a m e n to , p ero en m a y o r c a n tid a d p a ra los “ p á ja ro s ” y conservadores, q u e para los li­ berales. 14. R elatos orales de N . L u n e r. 15. E n A n tio q u ia 18, en A tlá n tic o 2, en B o lív a r 23, en B o yacá 46, en C auca 1, en C u n d in a m a rc a 18, en H u ila 18, en M a g d a le n a 8, en N a riñ o 19, en N . de S a n ta n d e r 13, en S a n ta n d e r 18, en T o lim a 10 y en el V a lle 8.


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Esta situación continuó bajo el gobierno conservador, el cual combinó alcaldes civiles con militares, pero, a diferencia de los liberales que nombraban oficiales del ejército, los conservadores nombraron a policías fieles n su causa o a fanáticos conservadores (16). Alcaldes y funcionarios conservadores favorecían el fraude elec­ toral, practicado también por los liberales cuando es­ taban en el poder; entre 1947 y 1949 se presentaron nu­ merosas denuncias de fraude, doble cedulación y pre­ gones de los registradores civiles municipales en los municipios de La Unión, Roldanillo, Cerrito, Alcalá, Versalles, Argelia y Sevilla. En octubre de 1949, un mes antes de las elecciones presidenciales, el registrador nacional encargado, Eduar­ do Caballero Calderón, dirigió al presidente Ospina un mensaje en el que denunciaba casos concretos de fraude, manipulación de los registros y doble cedulación en Boyacá, Antioquia, Santander, Valle del Cauca y otras regiones; la misma carta denunciaba 129 casos de fraude presentado en las pasadas elecciones para Asambleas del 5 de junio, pese a lo cual no se había ini­ ciado hasta la fecha una sola investigación (17). La confrontación entre liberales y conservadores hizo postergar las elecciones en numerosas poblaciones y ve­ redas, a la vez que los Concejos municipales, según su composición política, cambiaban, suspendían o creaban corregimientos, con el fin de favorecer los resultados electorales para uno u otro partido. Por último, mientras los grupos de conservadores nrmados ejercían labores de policía e impartían justicia con el apoyo y complacencia de caciques y gamonales locales, que asumían cada vez más los asuntos que com­ petían al Estado, Ja dirigencia liberal, enfrascada en sus

16. V éase In fo rm e del m in is tr o de G o b ie rn o a l C ongreso, Im p re n ta N a c io n a l, B o g o tá , 1946. 17. V e r E l R e la to r, C a li, o c tu b re 24 de 1949.


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propias contradicciones, dejaba a su militancia sin nin­ guna protección y a la deriva, centrando su lucha en acciones burocráticas, con base en memoriales de agravios en los que fundaba gran parte de sus esperanzas para contrarrestar la violencia. El asesinato de Gaitán dio más argumentos al conservatismo para perseguir a la población liberal en de; fensa de la nacionalidad y de la religión contra el co­ munismo. Entre abril de 1948 y noviembre de 1949 hubo una marcada radicalización y generalización de la vio­ lencia en el Valle. La fracción gaitanista, que habia sido mayoritaria en el Departamento, entró en un proceso de desbandada y sus dirigentes no asumieron una actitud radical, como lo exigían las circunstancias (18). El Gobierno había declarado turbado el orden público; el laureanismo atentaba contra los altos dirigentes li­ berales; sus acciones llegaron hasta el recinto del Senado, en donde dejó un saldo de dos parlamentarios liberales muertos (19). Esta fuerte acción conservadora se había enfatizado desde los primeros meses de 1947, pues las elecciones para Concejos municipales del 5 de octubre del mismo año, y para Parlamento y Asamblea del 5 de junio de 1949

18. A pesar de qu e e l g a ita n is m o era u n a fu e rz a m a y o rita ria en el V a lle , se e n c o n tra b a m u y fra c c io n a d o en su d irig e n c ia . E l g a ita ­ n is m o d io p ro te c c ió n a los re fu g ia d o s lib e ra le s que lle g a b a n a C a li h u y e n d o de la v io le n c ia , p e ro no fu e capaz de d a r sa lid a a las asp ira cio n e s d e l p u e b lo lib e ra l d e l V a lle . E l “ p á ja ro ” se de­ s a rro lló y fo rta le c ió , e n tre o tra s , p o rq u e el lib e ra lis m o estuvo a la d e sb a n d a d a h a s ta los años 1952 o 1953, fecha a p a r tir de la c u a l se o rg a n iz a ro n a lg u n a s c u a d rilla s , u n in te n to de g u e rrilla en la C o rd ille ra O c c id e n ta l, re g ió n d e l río P e p ita s, D a g u a y Z e­ la n d ia . H a c ia 1952 fra ca só com o g u e rrilla y e s tu v o aú n má* in flu id o p o r e l lib e ra lis m o o fic ia lis ta , p o r los p ro te s ta n te s y el P a rtid o C o m u n is ta an te s q ue p o r e l g a ita n is m o . V éase sum ario p o r m ú ltip le h o m ic id io y a s o cia ció n p a ra d e lin q u ir, Juzgado P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R a d . 16257. 19. J o rg e V illa v e c e s , op. cit., p. 33.


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(véanse Cuadros 10 y 11) mostraban que, auncuando los conservadores habían avanzado con respecto a las elecciones de octubre de 1945 y a las presidenciales de 1946 gracias a las intimidaciones y presiones, los libe­ rales seguían siendo mayoría. Si se efectúa un somero análisis de los resultados electorales presentados en los Cuadros 9 y 10 para ver el avance del proceso de conservatización, se tiene que: de los 37 municipios en donde se realizaron elecciones para Concejos municipales en octubre de 1945, sólo en 3 ganó el Partido Conservador, es decir, que el liberalismo fue mayoría en 34 municipios (el Partido Liberal deten­ taba todavía un poder real después de 16 años de go­ bierno). En 1947, en cambio, se muestra ya un avance connervador, pues de los 37 municipios en los que se dieron alecciones, 7 tuvieron mayoría conservadora, y 4, en los que las diferencias entre las fracciones liberales fueron relativamente escasas, sufrieron posteriormente el peso de la primera presión conservadora. Las elecciones para Asamblea y Cámara que se lle­ varon a cabo el 5 de junio de 1949 mostraron que, pese a las presiones, los liberales aún seguían siendo mayoría y continuaban acudiendo a votación. Precisamente a partir de este momento fue que se desató la más vio­ lenta arremetida armada contra los liberales, la cual, al decir de algunos conservadores, buscaba amedrentar a los liberales para evitar que acudieran a las urnas. Y a la fuerza lo lograron, ya que las elecciones presiden­ ciales adelantadas para el 27 de noviembre, que tuvieron romo único participante al conservatismo, mostraron el arrollador avance alcanzado por el mismo (20). Las BO. La p re sió n a rm a d a sobre los p u e b lo s lib e ra le s y sobre to d o la con­ v e rs ió n de lib e ra le s a co nservadores fu e lo que h iz o que el elec­ to ra d o creciera en fa v o r d e l c o n s e rv a tis m o , y q ue la p ro p o rc ió n se to rn a ra en lo c o n tra rio : 32 p u e b lo s de m a y o ría co nservadora y unos 5 de m a y o ría s liberales.


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diferencias resultantes de la comparación de los Cuadros 9 y 10 son indicativos del grado de conservatización en el Valle. Ante la presión armada, ante el divorcio entre la di­ rigencia y las amplias mayorías que sufrían en carne propia la violencia, y, sobre todo, en vista de la des­ trucción de su maquinaria electoral en los diferentes departamentos, el liberalismo retiró la candidatura de Echandía, y confiado en las mayorías parlamentarias alcanzadas en las elecciones de junio, decidió acusar a Ospina ante el Senado. Seguros de que su juicio al pre­ sidente prosperaría, los liberales habían rechazado la propuesta de Ospina de alternarse el poder a partir de 1950, mediante un Consejo de Gobierno integrado por cuatro miembros escogidos paritariamente entre los dos partidos; la propuesta fue leída por Ospina el 24 de octubre de 1949; los liberales contestaron con una contrapropuesta: A p a r tir del 7 de a g o sto de 1950 y p o r el té rm in o de c u a tro años las fa c u lta d e s que h o y co rre sp o n d e n a l P re sid e n te de la R e p ú b lica serán e je rcid a s p o r una ju n ta de g o b ie rn o , in te g ra d a p o r 4 m ie m ­ bros, que serán elegidos p o r el C on g re so N a cio n a l, en re u n ió n c o n ju n ta del Senado y de la C á m a ra de R ep re se n ta ntes. L a s de­ cisiones de la ju n ta de g o b ie rn o deberá n ser a d o p ta d a s p o r lo m enos, p o r tre s v o to s de los m ie m b ro s que la in te g ra n (...). P ro rró g a s e h a s ta el 20 de ju lio de 1954 el perío d o d e l a c tu a l C on­ greso N a cio n a l, de las A s a m b le a s D e p a rta m e n ta le s y de los C on­ cejos M u n ic ip a le s (...) (21).

Pero el golpe de Estado presidencial que Ospina dio el 9 de noviembre de 1949, le impidió actuar al Par­ tido Liberal pues aquél suspendió los organismos de

21. T a n to la p ro p u e s ta de once p u n to s del p re sid e n te O sp in a , como la c o n tra p ro p u e s ta lib e ra l de n u e ve p u n to s pueden verse en E l R e la to r, C a li, 26 de o c tu b re de 1949. L a d e cisió n d el lib e ra lism o de no a c u d ir a las elecciones p re sid e n cia le s d e l 27 de noviem bre, puede e n co n tra rse , con a m p lio s c o m e n ta rio s, en la prensa na­ c io n a l a p a r tir del 8 de n o v ie m b re de 1949.


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representación popular, declaró turbado el orden público y censuró la prensa. Este acto aseguró, tanto el triunfo de Laureano Gómez, como la continuidad del conservatismo en el poder. No viendo otra salida, los liberales centraron su táctica en dos puntos: en las guerrillas li­ berales, en las que la participación y apoyo de los diri­ gentes fue sólo formal, y, en la acción de masas, en la huelga general, la cual no se concretó por la destrucción y persecución de las organizaciones sindicales y popu­ lares, y por las vacilaciones de la dirigencia liberal (22). Veamos más en detalle cómo se construyó y consolidó el aparato de presión armada de los conservadores. L A P O L IC IA P O L IT IC A , P R E C U R S O R A D E L “ P A J A R O ”

La manipulación de la policía por parte de los partidos tradicionales en Colombia ha sido una vieja práctica. El ascenso del liberalismo al poder en 1930 inaugura una liberalización de la policía, en un intento de con­ trarrestar el control ejercido por los conservadores. Hacia 1930 las fuerzas de la Policía Nacional eran escasas y estaban conformadas por un indisciplinado cuerpo de policías departamentales, municipales, fiscales y guardias rurales (23), en la mayoría de los casos nombradas por los alcaldes municipales y sometidas a los intereses y presiones de los políticos locales y regionales. La Ley 2 de 1930 prohibió el voto a los miembros de la policía, en la perspectiva de restar fuerza electoral a los conserva­ dores, ya que la policía departamental continuaba siendo marcadamente conservadora. Con la Ley 9 de 1935, las Intendencias y Comisarías fueron asignadas a la Policía Nacional, con el ánimo de lograr un control presidencial de este cuerpo; posterior­ mente el Decreto 1715 de julio de 1936 puso a las policías 22. J o rg e V illa v e c e s , op. c it., p. 40. 23. Idem, p. 90. Ja m e s H e n d e rso n , op. c it., p. 108.


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municipales y departamentales bajo la dependencia directa del Ministerio de Gobierno, organismo que hasta ahora únicamente tenía bajo su cargo la Policía Nacional. Estas medidas encontraron fuerte oposición en el Partido Conservador, el cual, conocedor de la manipulación de la policía en sus anteriores administraciones, vio en este acto de los liberales una politización y no una na­ cionalización (24). Hacia la década del cuarenta la situación de la po­ licía era tan grave, que su director general, Alfredo Azuero Arenas, presentaba un desalentador informe al Ministerio de Gobierno (25). Para 1943 fueron muy frecuentes las quejas en varios pueblos y ciudades del Valle; en Buga, por ejemplo, las actuaciones de la Policía Nacional no encontraron respaldo de parte de los inspectores y agentes de la Policía Departamental (26). La liberalización de la policía fue muy intensa du­ rante el segundo gobierno de López, especialmente en las provincias en las que coexistían los dos cuerpos (policías departamental y nacional). En el Valle era frecuente que el Partido Liberal saliera en defensa de suboficiales y agentes que habían cometido atropellos. En 1943 nu­ merosos liberales de Buga expresaron sus temores por la pretendida remoción del jefe de la policía local, sar­ gento Hincapié (27). Las actuaciones de la policía departamental del Valle en favor del Partido Liberal debieron ser muy abiertas cuando motivaron el que un grupo de ciudadanos liberales dirigiera al procurador general de la Nación el siguiente telegrama:

24. J u a n M a n u e l S a ld a rria g a , E l ré g im e n de te rro r o diez años en el in fie rn o , M e d e llín , Im p re n ta D e p a rta m e n ta l 1951, pp. 23-35. 25. R usse ll R am sey, op. c it., p. 98. 26. N u e v o D ía , C a li, enero 14, 1943. 27. Id e m , fe b re ro 14, 1943.


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C a li, F e b re ro 3 de 1943 P ro c u ra d o r G e neral de la N a ció n . M in g o b ie m o B o g o tá R esp etuosa m e n te p e rm itím o n o s d e n u n c ia r su señoría, escandaloso caso señor M ig u e l C alda s L u n a , a c tu a l in s p e c to r te rc e ro de p o licía ésta, v io la n d o cla ro s p receptos legales y elem entales p rin c ip io s é tic a p o lític a , in te rv ie n e a c tiv a , de sca ra d a m e n te cam paña pre­ ele cto ra l, p re s id ie n d o c e n tro ju v e n il lib e ra l a g ra v a n d o s itu a c ió n p o lític a y c o n trib u y e n d o a fo rta le c e r c rític a c o a lic io n is ta hácesela g o b ie rn o d e p a rta m e n ta l y m u n ic ip a l. Q uienes com o n o s o tro s defendem os a c tu a l ré g im e n , n u e s tro ca­ rá c te r lib e ra le s h o n ra d o s vém onos precisados e le v a r q u ejas ante su señoría, que ha da d o p ru e b a p ú b lic a de su d e sve la do em peño a d m in is tra c ió n , se n ta n d o precedentes de o rd e n y m o ra lid a d p ú ­ b lica . A te n to s se rvid o re s: A r is tó b u lo C asta ño, A n to n io C u a d ro s, H . M a rm o le jo , L u is C ua­ dros, A lfo n s o G u e rre ro , P o lo n io A n g e l, G e ra rd o T e n o rio , P a b lo C o rté s T ascón, Is id ro B o la ñ o s (28).

En 1943 se promovió una discusión en el Congreso con miras a fortalecer la Policía Nacional, integrando a ésta las policías locales de Antioquia, Valle, Santander y Boyacá. Las policías locales junto con la nacional, presentaban problemas de competencia y jurisdicción (29) Una buena radiografía de la policía del Valle en esta época la ofrece el editorialista de un periódico liberal de Cali: E l m o v im ie n to y los s e rvicio s de las p o licía s n a c io n a l y d e p a r­ ta m e n ta l en los m u n ic ip io s , están s u je to s a dire ccio n e s e x tra ñ a s y g e n e ra lm e n te d is ta n te s , y los a lcaldes no pueden c o n ta r en c u a l­ q u ie r m o m e n to d a d o con los s e rv icio s que pue d a n p re s ta rle estos

28. Id e m , fe b re ro 3, 1943. 29. E n 1943, L a U n ió n (V a lle ) era u n fo rtín co n s e rv a d o r en donde se v e ta b a n n o m b ra m ie n to s de fu n c io n a rio s lib e ra le s ; para el m is m o año, la s itu a c ió n era ig u a l en D a rié n . E n las d is p u ta s en los C oncejos M u n ic ip a le s era c o m ú n la presencia de g u a rd ia s de re n ta s a rm ados, y de p o licía s, con el fin de sacar o a m e d re n ta r p a rtid a rio s de u n o u o tro b a ndo. N u e v o D ía , C a li, fe b re ro 1, 4, 9, 1943.


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agentes... L a p o lic ía n a c io n a l ha a d q u irid o ú ltim a m e n te u n ele­ v a d o g ra d o de c u ltu ra y de efica cia , que d is ta in fin ita m e n te de lo que sobre el p a rtic u la r ofrece la p o lic ía m u n ic ip a l, in te g ra d a a veces con ele m e n to s de escasa o n in g u n a c u ltu ra g enera l y des­ p ro v is to s de las m ás e lem entales nociones técnicas. N o se les som ete a n in g ú n e n tre n a m ie n to p re v io , n o se les da in s tru c c ió n de n in g u n a clase d u ra n te el tie m p o qu e d u ra n a l fre n te de su ca rg o y no a p o rta n m ás qu e las fuerzas física s com o c u a lq u ie r peón de b rie g a . S o b re to d o o p rin c ip a lm e n te en los m u n ic ip io s de in fe rio r ca te g o ría (30).

Con el ascenso del conservatismo al poder, la policía en el Valle comenzó un proceso de transformación ten­ diente a convertirse en un cuerpo fiel a las políticas de este partido (31). Desde 1947 ya se encontraban nume­ rosos policías actuando bajo los caprichos del alcalde municipal y de los Directorios conservadores, que ponían a civiles al servicio de la policía, en los lugares donde ésta era escasa (32). La manipulación de la policía se aceleró todavía más a partir del 9 de abril, fecha en la que se hizo evidente la simpatía de algunos policías por el Partido Liberal y especialmente, por la resistencia civil practicada por los Concejos de los municipios del Valle de mayoría li­ beral, consistente en el torpedeo de la administración, la suspensión de funcionarios y hasta la suspensión de la policía (33).

30. " P o lic ía n a c io n a liz a d a ” , en e d ito ria l d e l Nuevo D ía , C a li, fe­ b re ro 4, 1943. 31. L a p o lic ía d e l V a lle fu e re c lu ta d a en p o b la cio n e s d e l d e p a rta ­ m e n to de N a riñ o , p o b la cio n e s qu e n o só lo s u frie ro n la vio le n cia lib e ra l de los años tre in ta s , s in o q u e e ra n s e c ta ria m e n te conser­ v a d o ra s , re lig io s a s y m in ifu n d is ta s . A H N , O rd e n P ú b lic o , T . 1018. 32. R e la to s o rales de N . L u n e r. El Relator, C a li, fe b re ro , 1947, sep­ tie m b re 26, 1949. 33. D ia r io d e l P a cífic o , C a li, o c tu b re 11, 1949.


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Esta táctica del liberalismo contribuyó, en gran me­ dida, al surgimiento de las bandas de “pájaros” (34), ya que al quedar los pueblos sin policías, los alcaldes convocaron a grupos de conservadores como guardias cívicas para hacer labores de policía (35). La resistencia civil se inició en Buenaventura y bien pronto se extendió a La María, Naranjal, Bolívar, Guacarí, Palmira, Yumbo, Vijes, Restrepo, Trujillo, Ríofrío, Palmira, Roldanillo, Toro y Buga (36). La oficialización de la policía privada y las bandas de “pájaros” en el Valle la hizo el gobernador Nicolás Borrero Olano (37), quien convocó a una reunión en su despacho a los gremios, a los ganaderos y hacendados, para proponerles la creación de un cuerpo de policía privado. El 28 de octubre de 1949 se reunieron los invi­ tados en la Gobernación del Valle, en donde el gober­ nador planteó la urgente necesidad de crear un cuerpo propio de policía “con unas trescientas unidades, pa­ gadas y dotadas con fondos de los propietarios... esta policía dependería de una junta que presidiría el gober­ nador y que estaría integrada por varios ganaderos y agricultores del departamento” (38). La junta quedó

34. L o s lib e ra le s en los p rim e ro s tre s años (1946-1949) no se o rg a ­ n iz a ro n en autodefensa, pues fin c a ro n to d a s sus esperanzas en la re siste n cia c iv il y en la tá c tic a de la D ire c c ió n L ib e ra l de e n ju ic ia r a l g o b ie rn o ; m ie n tra s ta n to el c o n s e rv a tis m o a rm aba c iv ile s y fo m e n ta b a la a cción g ru p a l de los “ p á ja ro s ". 35. R elatos orales de N . L u n e r y N . A lfo n s ito . Diario del Pacífico, o c tu b re 11, 1949. E l Relator, C a li, m a rz o 12, 1949. 36. Id e m , ju lio 12, 27, a g o sto 5, 1949. E n los lu g a re s en los que fue m ás fu e rte la re siste n cia c iv il p o r las m a y o ría s lib e ra le s , m ás in te n sa fue la vio le n cia . 37. B o rre ro O la n o fue a m ig o p e rso n a l de “ p á ja ro s " y b a ndolero s conservadores; “ L a m p a rilla " y “ P á ja ro V e rd e " te n ía n lib re acceso a la G o b e rn a ció n . N . G ra n a d a , je fe de los “ p á ja ro s " en S e v illa , donde era fam oso, era su p ro te g id o . 38. D ia rio del P a cífico , o c tu b re 29, 1949. Véase c o n v o c a to ria con nom bre s en d ia rio d e l 28 d e l m is m o mes.


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conformada por Bernardo Henao Mejía, Alfonso Garcés Valencia y José Abel Peláez (39). En esta reunión quedó evidenciada la oficialización de los “pájaros” , pues en lo que trascendió a la prensa, el gobernador llegó al ex­ tremo de ofrecer ...a los hacendados y a g ric u lto re s qu e lo n e c e s ita ra n y lo desearan, la fa c ilid a d de c re a r u n cu e rp o de v ig ila n c ia de sus re sp e c tiv a s p ro piedad e s, el c u a l te n d ría to d o el re sp a ld o de la a u to rid a d y p o d ría a c tu a r en n o m b re de ella (40). •

Legalizada y oficializada la policía privada, se le­ galizaba también la “pajaramenta” ; no es gratuito que numerosos "pájaros” hubieran surgido como “protec­ tores” de fincas y haciendas y que gran número de los mismos fueran ex-policías (41). Borrero Olano, laureanista y con posiciones de derecha, fue el que impuso el poder civil, logrando la "neutralidad” del ejército en las zonas de actuación de los “pájaros” (42). Una oleada de acciones violentas se desencadenó contra poblaciones de mayorías liberales después de este acto del gobernador. En las acciones de los “pájaros” en Restrepo, civiles armados pertenecientes al Partido Conservador y que

39. Id e m . E l p re te x to era la lu c h a c o n tra la in s e g u rid a d y el cuatreris m o qu e h a b ía c o b ra d o auge d u ra n te la v io le n c ia ; u n E s ta d o d ilu id o fa c ilita b a la c o m p lic id a d de p o lic ía s , d e te c tiv e s y “ pá­ ja r o s ” en el ro b o de gana d o . 40. D ia r io del P a cífic o , C a li, o c tu b re 29, 1949. 41. “ E l V a m p iro ” , fa m o s o “ p á ja ro ” de T u lu á y lu g a rte n ie n te de “ E l C ó n d o r” , fu e a n tig u o in s p e c to r de p o lic ía en u n a vereda (B o lív a r, V a lle ). J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r, T u lu á , R ad. 1771. E l R e la to r, C a li, m a rz o 7, 1952. L u is C a rlo s N . ( “ p á ja ro ” en B u ga, P a lm ita s y P re s id e n te ) era e x -s a rg e n to de la p o lic ía . E l R e la to r, m a y o 26, 1951. N . N . m o v iliz a d o desde R e s tre p o p a ra m a ta r a dos lib e ra le s de S e v illa fu e a n tig u o in s p e c to r de p o lic ía de lla m a . V éase s u m a rio , J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r, B u g a , R ad. 1668. M u c h o s h acendado s y fin q u e ro s co n s e rv a d o re s c o n tra ta ro n per­ sonas en el á n im o de d e fe n d e r sus p ro p ie d a d e s, y m u c h a s veces a rm a ro n a sus peones. 42. E l R e la to r, C a li, s e p tie m b re 26, 1949.


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actuaban bajo el mando del jefe ilegal del partido (jefe de “pájaros” ), iban muchas veces acompañados de dos 0 tres policías; en otras ocasiones, los civiles se vestían de policía con trajes confeccionados por un conocido sastre y con el consentimiento de las autoridades; sa­ queos, robos, incendios y asesinatos eran cometidos por estos grupos, los cuales junto con los “cabos" y "sargentos” quitaban cédulas y dinamitaban casas liberales; uno de ellos recibió en pago de sus servicios 01 posterior nombramiento como alcalde (43). En los hechos violentos perpetrados en Toro el 20 de octubre de 1949, Evangelista Hernández actuó en «socio de agentes de policía y del alcalde Luis Etiel Obonaga; hubo un saldo de más de siete campesinos asesi­ nados en el corregimiento de Ventaquemada, al grito de “¡Abajo los rojos!” (44). En octubre de 1949 más de cien liberales llegaron a la Casa Liberal de Cali huyendo de la violencia desa­ tada en Vijes; allí cincuenta agentes de policía, junto con varios civiles, realizaron requisas, decomisaron cédulas y robaron dineros, aves y animales. Al ciudadano liberal Julio Galarza, a quien le encontraron un taco de dinamita, lo azotaron y luego lo pasearon amarrado por todo el pueblo para escarmiento público (45). En una de las más sangrientas y feroces matanzas de las que se tenga noticia y en la que haya actuado la

<3. R elatos de N . L u n e r. E l R e la to r, C a li, o c tu b re 22, 1949. E n R es­ tre p o a c tu a ro n v a rio s c iv ile s qu e p o s te rio rm e n te serían fam osos " p á ja r o s ” conservadores: “ M o jo jo y ” , " L a lo ” , " N a n o ” , en asocio de los po licía s "C o n to ” y " V e n ta r r ó n ” . N . N . je fe de "p á ja r o s ” , era je fe en " la s o m b ra ” d e l c o n s e rv a tis m o en el p u e b lo ; d is tr i­ buía las a rm a s y c o n tra ta b a a los " p á ja r o s ” , "c a b o s ” y " s a r ­ g e n to s ” p a ra que d irig ie ra n acciones a rm adas. " L a lo ” , fam oso " p á ja r o ” , era a d m in is tra d o r de re n ta s en el pueblo. 44. E l R e la to r, o c tu b re 21, 1949. " R o jo ” : p e y o ra tiv o de lib e ra l. 4ft. Idem , o c tu b re 22. Q u ita r cédulas, o b lig a r a fir m a r p ro te s ta s en las que se d e sistía de ser lib e ra l, fu e ro n p rá c tic a s com unes de estos g ru p o s.


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policía conservadora, la masacre de San Rafael, perpe­ trada el domingo 23 de octubre de 1949 (jurisdicción de la ciudad de Tuluá a orillas del río Bugalagrande) (46), el inspector de policía de Frazadas (sitio cercano) orde­ nó requisas en numerosas casas de liberales. Estos se aglomeraron para prevenir a sus vecinos y defenderse; después de un enfrentamiento entre civiles y policías, llegó un piquete de refuerzo de Trujillo y Tuluá, el cual, después de ingerir licor, penetró en varias casas y fondas de liberales a los que asesinó brutalmente; más de cua­ renta personas aparecieron con la lengua cortada, sin ojos, o arrojadas al Bugalagrande con el vientre abierto para que no flotaran (47). La denuncia más elocuente y valerosa de esta ma­ sacre la hizo Luis Santacoloma en la carta que se pre­ senta a continuación: Señor J u e z P e n a l d e l M u n ic ip io E . S. D . Y o , L u is C a rlo s S a n ta c o lo m a m a y o r de edad, v e c in o de este lugar y p o rta d o r de la cé d u la de c iu d a d a n ía n ú m e ro 742696 expedida en esta c iu d a d , en m i c a rá c te r de A g e n te d e l M in is te r io P ú b lic o en e ste C irc u ito , p a ra e fe cto s q u e in te re s a n a la ju s tic ia , atenta m e n te le p id o h a c e r c o m p a re c e r a su D e sp a ch o a lo s señores Ro g e lio A c e v e d o , E s q u iv e l G u e v a ra , Is id r o C a rd o n a , E rn e s to Bo la ñ o s, P e d ro S u á re z, E s te b a n G ó m e z y R u b é n E s c o b a r, mayore» y v e c in o s b a jo la g ra v e d a d d e l ju r a m e n to les re c ib a declaración a l te n o r d e l s ig u ie n te in te rro g a to rio :

46. E s ta m a s a c re es p o s ib le q u e e s tu v ie ra a so cia d a a n u m e ro s a p le ito s de tie rra s e n tre c o lo n o s y h a ce n d a d o s, a l ig u a l q u e a pleito» co n e m p re s a s v e n d e d o ra s de lo te s m e jo ra d o s p o r los colono* c o m o la s de L e o c a d io S a la z a r o la s de T o b ó n . 47. E n to d o s e sto s hechos h u b o p a rtic ip a c ió n de p o lic ía s c iv ile s \ a rm a d o s ; a r r o ja r c a d á v e re s a lo s río s fu e c o m ú n d u ra n te la vio le n c ia en e l V a lle : en D a rié n y en R e s tre p o lo s “ p á ja ro s ” llevaba* a sus v íc tim a s a l río C a lim a y a l C a u ca . M u c h a s veces intro d u je ro n p ie d ra s en e l e s tó m a g o de la s v íc tim a s . E l R e la to r, <m tu b r e 26, 1949. R e la to s de N . L u n e r y A lfo n s ito . B u g a , 1983.


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P rim e ro . Su edad, v e c in d a d y generales de la ley. S egundo. Si es v e rd a d y les co n sta h a b e rlo prese n ciado que el d o m in g o 23 del c u rsa n te , cerca de las cinco de la ta rd e , se pre­ sentó a la vereda de San R afael, ju ris d ic c ió n de este m u n ic ip io u n p iq u e te de la p o lic ía n a cio n a l, p rim e ro com o de doce u nidades y desde esa m is m a h o ra se d ie ro n a la tarea, s in fo rm a lid a d de n in g u n a clase a re q u is a r d o m ic ilio s y c iu d a d a n o s, a m uchos de los cuales d e co m isa ro n cédulas de ciu d a d a n ía y d in e ro s, in tim i­ dándolos con sus arm a s, h a sta el p u n to de hacer a rro d illa r y o b lig a r a v a rio s ciu d a d a n o s a ju r a r que p ro te s ta b a n de ser lib e ­ rales, d icié n d o le s q ue ellos ib a n con la c o n sig n a de m a ta r a to d o lib e ra l y que si a a lg u n o s les p e rd o n a b a n la v id a era p o rq u e que­ rían. Tercero . S i es v e rd a d , que este p iq u e te de la p o lic ía na cio n a l, re forzad o m ás ta rd e , com o a las siete de la noche, con o tro n ú m e ro de agentes de la m is m a p o lic ía que lle g ó a esa h o ra y co m e tie ro n im p u n id a d de a tro p e llo s en d o m ic ilio s p a rtic u la re s a a lta s horas de la noche, h a sta el p u n to de u ltim a r a m uchos ciu d a d a n o s a los que asesinaron v illa n a m e n te , a rro ja n d o sus cadáveres a l río. C u a rto . C ada d e c la ra n te re la te lo qu e presenció y le aconteció perso n a lm e n te en los a tro p e llo s y crím enes co m e tid o s p o r la po­ licía n a c io n a l en la vereda de San R a fa e l, en la ta rd e y noche del D o m in g o 23 del m es que cursa. R ecibidas las a n te rio re s declaraciones, p id o a l Sr. Juez, m e sean entreg ad o s o rig in a le s p a ra hacer de ellos el uso q ue les te n g o d e stinado s. R e n u n cio n o tific a c ió n fa v o ra b le . T u lu á , o c tu b re 25 de 1949. L u is E . S a n ta c o lo m a (48).

En octubre de 1947 fue asaltada, incendiada y arra­ nada la población de Ceilán; desde Tuluá salieron seis rumiones con policías y civiles cubiertos con ruanas. MI número de víctimas fue superior a veintisiete; los aseñiños se identificaban como “sargentos” y “cabos” (49). U)s asaltantes regresaron en los mismos camiones y se tomaron Puerto Frazadas antes de irrumpir en tiroteo 4M, E l R e la to r, C a li, o c tu b re 26, 1949. N o en v a n o “ E l C ó n d o r” m andó a num ero so s “ p á ja ro s ” h a s ta e lim in a r a la fa m ilia S a n ta co lo m a en T u lu á . Véase s u m a rio J u z g a d o T e rce ro S u p e rio r, T u lu á , Rad. 31529, y J u z g a d o S e gundo S u p e rio r, T u lu á , R ad. 23831. 4U, E sta id e n tific a c ió n a d o p ta d a p o r los c iv ile s co n servadores y las bandas de “ p á ja ro s ” s u rg ió de las com unes andanzas con la policía.


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en el barrio Las Olas, de Tuluá (50). Hacia la Cordillera Occidental, en Huasanó, la banda de “Lamparilla” montó una oficina para cobrar cuotas y efectuar desistimientos en la inspección de policía; también arrasó la población de Robledo sacrificando hasta el ganado: C a rta g o O c tu b re 29 de 1949 Señores D ire c to re s d e l R e la to r C a li A p re c ia d o s Señores: A c a b o de lle g a r a esta c iu d a d después de v iv ir h o ra s de a n g u stia en H u a s a n ó (...) T o d a v ía n o se conoce lo qu e ha o c u rrid o en Bo lív a r, T o ro y R io frío con to d o s los d e ta lle s . L a b a n d a de L a m p a ­ rilla , p o r u n la d o , y la de M ig u e l H e rn á n d e z , secundados por B e n ja m ín G a rc ía (a lia s E l P a ja r ito ) , E l P o llo , P á ja ro V e rd e y otros m ás (...) R o b le d o , u n caserío lib e ra l en las v e c in d a d e s de H uasanó qu e d ó c o n v e rtid o en u n p e dazo de tie rra s in h a b ita n te s y s in agri c u ltu ra . L a s ha cie n d a s h a n s id o b a rrid a s , pues h a n a lia d o con sus ga na d o s, sus c a b a lle ría s , con sus ape ro s, y to d o lo q u e n o pudieron lle v a rs e c o n s ig o lo d e s tru y e ro n co n d in a m ita , la s reses e ra n fu s ila d a s de m a n e ra b á rb a ra y le n ta m e n te , e n tre g rito s s a lv a je s (...) E n H u a s a n ó , la c u a d rilla de L a m p a rilla , m o n tó u n a o fic in a parn c o b ra r la c u o ta de g u e rra , y cada re c ib o lle v a b a la fir m a d e l ins p e c to r de p o lic ía , no sab e m o s s i p o rq u e in tim id a r o n a este em p le a d o , o p o rq u e re s o lv ió c o la b o ra r en esa la b o r (...) L a o fic in a de L a m p a rilla fu n c io n ó p rim e ro en la in s p e c c ió n y luegn la in s ta la ro n en la casa de M ig u e l D o m ín g u e z . E l e s ta n q u e n d e l m is m o lu g a r, c u a n d o lle g ó la c u a d rilla a ese caserío, le expresó a los b a n d o le ro s q u e la m a y o ría de la s casas en d o n d e h a b ía ban d e ra s azules e ra n de lib e ra le s y q u e h a b ía q u e a c a b a r con la» v ie ja s esposas o m a m á s de esos ro jo s (...)

50. Es sospechosa la presencia de varios secretarios de la Gobci nación en Tuluá, desde el miércoles anterior al asalto y hasti el día del regreso de los camiones a la misma. Entre ellos, el abo gado tulueño Gustavo Salazar, secretario de Hacienda del Depnf tamento, conservador sectario, asesor jurídico y amigo persom de “ El Cóndor” . Relatos de testigos. N. Luner y Alfonsito, Bug» 1983.


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Les re p ito , señores d ire c to re s , qu e he sa lid o m ila g ro s a m e n te de ese in fie rn o y que me e n c u e n tro en C a rta g o , en d o nde m e a lo jo en casa de buenos a m ig o s, p e ro les s u p lico o m ita n m i n om bre p o rque sería u n condenado a m u e rte a l p u b lic a rlo . D e los señores d ire c to re s d e l R e la to r, a te n to s e rv id o r X .X . (51)

En el mismo mes de octubre fueron atacadas con di­ namita varias casas de liberales residentes en Andalucía; al guardia de rentas fue el señalador que acompañaba a la policía (52). También en este mes la policía de Tuluá asaltó el almacén de la carretera a Frazadas y robó 2.183 libras de dinamita, 6.300 pies de mecha y 1.600 fulmi­ nantes (53). La más violenta arremetida contra los liberales se realizó desde el mes de octubre; en casi todas las acciones se empleó dinamita y, en su mayoría, tuvieron lugar en cercanías de Tuluá. En noviembre de 1949, en Ginebra, la policía en compañía de civiles asesinó e hirió a varios liberales; el Inspector de policía apresó gran cantidad de liberales V después de golpearlos y quitarles la cédula, los obligó n firmar una protesta del partido para poder vivir en el pueblo (54).

H O JA S P I N I L L A , IN S T R U M E N T O D E L A M A N IP U L A C IO N CONSERVADORA

til hecho que aceleró y radicalizó la presión armada conHervadora sobre los sectores liberales fue el 9 de abril;

DI, E l R e la to r, C a li, o c tu b re 31, 1949. MI, Idem.

M

M

D enuncia hecha p o r A lb e r to O rju e la O choa, co n ta d o r-a lm a ce ­ n ista q u ie n acababa de in v e n ta ria r el alm acén después de haber renunciado. E l R e la to r, C a li, n o v ie m b re 5, 1949.


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las acciones de masas, el estallido popular, los ataques a los sectores clericales y conservadores, acentuaron la concepción conservadora de que el liberalismo era masón, disociador, comunista y enemigo del orden y de la religión, es decir “nueve-abrileño” , calificativo común para justificar los ataques contra los liberales en las tomas de poblaciones y en las acciones armadas de los “pájaros” . Coincidencialmente Rojas se encontraba en el Valle del Cauca desde mucho antes del 9 de abril y sus grandes servicios a la causa conservadora, su parcialidad frente a las actuaciones de la policía, sus órdenes de retirar al ejército de las zonas donde presionaban los “pájaros” , sus relaciones con León María Lozano, “El Cóndor” , se dieron en el marco del 9 de abril y de la masacre de la Casa Liberal de Cali. Veamos un poco el desarrollo de estos hechos, y la actuación del comandante de la Ter­ cera Brigada favoreciendo la presión conservadora ar­ mada. En 1923 hubo en la ciudad de Cali una serie de dis­ turbios, revueltas de carácter eminentemente urbano, en las que los manifestantes apedrearon la gobernación e hirieron al gobernador José Ignacio Vernaza. Dichas protestas se prolongaron hasta diciembre, cuando las masas enfurecidas atacaron el Club Colombia, sitio en el que lo más granado de la sociedad caleña celebraba la Nochebuena; allí los amotinados quemaron los muebles y destruyeron las instalaciones. Precisamente en estas acciones ya observamos al teniente Gustavo Rojas Pinilla actuando en el Valle como posteriormente lo haría el 9 de abril de 1948 y el 22 de octubre de 1949 en el ataque de los “pájaros” a la Casa Liberal de Cali. Rojas no era, pues, un oscuro militar como lo catalogan algunos, ya había participado en labores de organización y orden público en las más diversas regiones del país desde 1920; igualmente, era conocedor de la manipulación política de que eran objeto tanto la policía como el ejército por parte de los dirigentes de los dos partidos.


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En enero de 1930 se dieron violentas manifestaciones y pedreas de desempleados que protestaban frente al Palacio de la Gobernación; de igual manera en 1931 se presentaron graves conflictos entre usuarios del servicio de energía de Cali, y la Compañía Colombiana de Elec­ tricidad, hechos que obligaron a la movilización de tropas a cargo del teniente Rojas Pinilla desde Manizales. El 9 de abril en Cali y en el Valle En Cali el 9 de abril revistió características dramáticas: la plaza de Caicedo fue colmada por los manifestantes, quienes esperaban noticias de la Junta de Bogotá; la ira popular llegó hasta la propia gobernación, y el servicio de trenes y el transporte por carretera fueron bloqueados, a la vez que la multitud se armaba con herramientas, machetes y aun con dinamita. El primer blanco de los revolucionarios fueron las ferreterías Metro, Arciniegas y Torres, cuyas rejas ce­ dieron a golpes de barra y pica dejando paso para que los alzados cargaran con sus existencias. De igual ma­ nera, el Almacén Ospina Pérez y Cía., la Casa Everfít, la Casa J. M. Ocampo, la Casa Kodak, el Almacén Nader, la Joyería Sandoval, el Almacén Real, el Almacén Triunfo, el Almacén Henry y la Lonchería del Alférez Real, fueron asaltados y destruidos por los sublevados (55) (véase Cuadro 12). Las gentes amotinadas corrían por las calles blan­ diendo machetes, barras, picas, serruchos, alambres de púa y palos, armas con las que fueron tomadas la estación central del ferrocarril y la Voz del Valle, a través tío esta emisora se impartieron instrucciones y consignas, ha central de teléfonos también fue ocupada y se blo­ quearon las comunicaciones de larga distancia. Un puente

M . Id e m , a b ril 1 0 -2 5 d e 1 9 4 8 . E l C r is o l, C a li, abril 10-15 de 1 9 4 8 .


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de la vía férrea fue volado y el transporte por tren sólo se normalizó el día 15 o 16 de abril; de igual manera fueron bloqueadas la carretera al mar y la carretera central del Valle. A las siete de la noche los amotinados iniciaron el ataque al periódico derechista Diario del Pacífico, utili­ zando tacos de dinamita y bombas fabricadas con tubos de agua; el enfrentamiento entre la policía, el ejército y los empleados que defendían el Diario de la arremetida de los rebeldes, dejó numerosos heridos y un saldo cre­ cido de muertos (56). Según las informaciones contro­ ladas por la Brigada, en sólo Cali hubo más de 25 muertos y más de 100 heridos; estas víctimas se produjeron tanto durante los asaltos, como en la posterior represión llevada a cabo por el ejército. Los gaitanistas del Concejo municipal se proclamaron en Junta Revolucionaria presidida por el per sonero de Cali, Humberto Jordán Mazuera, funcionario que, en compañía de Luciano Wallis López, Hernán Ibarra, Luis Angel Tofiño, Juan Julián Donneys y otros, se dirigió a la gobernación del Valle para exigir la renuncia al go­ bernador Oscar Colmenares, quien desde tempranas horas se había refugiado en el batallón Pichincha. Allí, junto con el comandante de la Tercera Brigada, coronel Gustavo Rojas Pinilla, planeaba las acciones represivas para contrarrestar la insurrección popular. Jordán Mazuera y los restantes miembros que con­ formaban la Junta Revolucionaria penetraron en el Palacio de San Francisco sin hallar resistencia por parte de la guardia, ya que ésta suponía que el grupo de ciu­ dadanos quería ofrecer respaldo al gobernador. Pero éstos, una vez adentro, se dieron a la tarea de despachar como autoridades departamentales, al tiempo que lan­ zaron una proclama a todos los vallecaucanos. Alcanzó

56.

E l E s p e c t a d o r , B o g o t á , a b r il 2 2 , 10 y 11, 1948.

1948.

E l R e la t o r , C a li,

abril


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a ser escrito en papel membreteado de la Gobernación del Valle el siguiente llamamiento: C iu d a d a n o s del V a lle d e l C auca: C on m o tiv o del v illa n o a te n ta d o c o m e tid o h o y p o r las a rm a s o fi­ ciales en la c a p ita l de la R e p ú b lic a , y en el que cayó in m o la d o el je fe m á x im o de la d e m o cra cia C o lo m b ia n a , el C o n cejo M u n i­ c ip a l de C a li, re p re se n ta n d o a l p u e b lo d e l V a lle del C auca, se cons­ titu y ó en J u n ta R e v o lu c io n a ria de g o b ie rn o y m e d e signó g o b e r­ n a d o r del d e p a rta m e n to . L a m is m a J u n ta n o m b ró a l d o c to r L u is A n g e l T o fiñ o , alca ld e de la c iu d a d de C a li. E n n o m b re de la J u n ta R e v o lu c io n a ria d e l g o b ie rn o in s ta la d a en B o g o tá y que p re sid e el d o c to r D a río E c h a n d ía , y en m i ca­ lid a d de g o b e rn a d o r d e sig n a d o p o r la J u n ta R e v o lu c io n a ria de C a li hago u n lla m a d o fe rv o ro s o a l p u e b lo d e l V a lle del Cauca para p e d irle que com o h o m e n a je p ó s tu m o a l d o c to r J o rg e E lié c e r G a itá n , se apre ste a d e fe n d e r con sus v id a s la d e m ocracia c olom ­ b ia n a y hacer fre n te con d e cisió n y co ra je a las b a n dad as ase­ sinas que en u n a cto que e n lu ta a C o lo m b ia , s a c rific a ro n a l cau­ d illo d el pueblo. P id o a l pue b lo e s ta r a te n to a las voces de los je fe s d e l lib e ra lis m o . Q ue no se deje d e s c o n c e rta r p o r las n o tic ia s falsas p ro p a la d a s p o r los co nservadores desde B o g o tá , y que te n g a n la conciencia plena de que el m o v im ie n to re v o lu c io n a rio está triu n fa n te en to d o el país. L a J u n ta R e vo lu c io n a ria de g o b ie rn o c o n tro la to d o s los siste m as de la a d m in is tra c ió n , las vía s férrea s, las carreteras, las com un ica cio n e s to d a s y los o rg a n is m o s de los g o b ie rn o s de­ p a rta m e n ta l y m u n ic ip a l. E l e jé rc ito y la p o licía se h an su m a d o to ta lm e n te a la causa. L a dem ocracia está en p e lig ro , p ero el p u e b lo sabrá d e fe n d e rla con el s a c rific io su yo para e je m p lo de la h u m a n id a d y de la h is to ria . H u m b e rto J o rd á n (57).

Humberto Jordán Mazuera y los demás miembros do la Junta Revolucionaria de Cali fueron puestos pre­ sos hacia la media noche, cuando un pelotón de soldados lomó por asalto el Palacio de la Gobernación; luego, fueron deportados en aviones militares hacia Pasto y puestos a órdenes de la Tercera Brigada.

r*7. E l R e la to r , C a li, a b ril 10, 1 9 4 8 .


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Como el arreglo de los daños de la Voz del Valle se dilató hasta el día 10 de abril, pues la noche anterior había sido volada una torre de energía, el comandante de la Tercera Brigada, coronel Gustavo Rojas Pinilla, y el gobernador Colmenares sólo pudieron dirigirse a la ciudadanía el día 10, cuando se fue normalizando paulatinamente la situación en la capital del Depar­ tamento. En ciudades como Cartago, Caicedonia y Buenaventura los motines duraron hasta el 15 de abril. El gobierno de la Junta “Revolucionaria había nombrado y confirmado, donde se proclamaron, alcaldes revolucio­ narios para los municipios, pues la revuelta se había generalizado a ciudades y poblaciones como Palmira, Cartago, Buga, Tuluá, Buenaventura, Guacarí, Caice­ donia, etc., (véase Anexo 3). La represión a la revuelta fue encabezada por Rojas Pinilla, quien daba los primeros pasos que lo convertirían en el consentido del gobierno conservador, y en pro­ tector y amigo de los “pájaros” (58). Ante la actitud del asustado gobernador, Oscar Colmenares, quien meses atrás había enfrentado una serie de protestas de cho­ feres caleños, Rojas quedó con el poder civil y militar. En el batallón Pichincha se concentraron el gober­ nador, dirigentes de los dos partidos y numerosos ciu­ dadanos de la sociedad caleña que aún no veían clara­ mente las actuaciones y alcances de la Junta Revolu­ cionaria, pues en ella se encontraban dirigentes liberales y funcionarios públicos, tales como el per sonero mu­ nicipal, Humberto Jordán Mazuera, y varios concejales. Rojas, según sus propias declaraciones, organizó la defensa de la ciudad con 90 soldados antiguos y 450 reclutas, a quienes se les enseñó a disparar en los en­ frentamientos mismos.

58. D a río B e ta n c o u rt, L o s “ p á ja ro s ” de “ E l C ó n d o r” , sica rio s de lo» rico s y del E s ta d o , P onencia I I S im p o s io N a c io n a l sobre Violencia, C h iq u in q u irá , s e p tie m b re de 1986.


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E l p ro b le m a era su m a m e n te g ra v e p a ra m í p o rq u e no te n ía , com o les he c o n ta d o señores senadores, sin o 90 soldados a n tig u o s . S in em bargo , los d is trib u í de la m e jo r fo rm a , los hice s a lir en v o l­ qu e te s y cam iones a fin de que lo g ra ra n c o n tro la r las m a n ife s ­ taciones qu e y a se e sta b a n p re s e n ta n d o en fo rm a a g re s iv a en d ife re n te s s itio s de la p o b la c ió n (...) P o r ahí a las 4 de la ta rd e regresó el p rim e r ca m ió n , con u n s o ld a d o lle n o de e sparadrapos, con la cabeza m u y in fla m a d a . L e p re g u n té : ‘¿Qué le pasó?’ D ijo : ‘ N o s o tro s tenem os o rden de no d is p a ra r’. ‘¿O rden de q u ié n ? ’ ‘ D e l C o m a n d a n te del B a ta lló n ’. D ije : ‘ E s to n o se puede co n te n e r sino em ple a n d o las arm a s, s i no acaban con la p o b la c ió n ’ (...) T ra ­ je ro n a u n te n ie n te , José M a ría R u iz, con u n feroz m achetazo que le cogía el ojo, la n a riz y el e x tre m o de la boca (...) Y o cogí a l te n ie n te y puse m i b ra zo p o r d e b a jo de los brazos de él, y pensé in m e d ia ta m e n te : E s ta es la ú n ic a m anera de le v a n ta rle s la m o ra l a estos re c lu ta s (...) R e u n í a la tro p a , la arengué m o s tra n d o a l o fic ia l, que no era u n te n ie n te s in o u n com p a ñ e ro de ellos, la tro p a reaccionó com o ve rd a d e ro s so ld a d o s: se p re s e n ta ro n grandes m a n ife sta cio n e s y g ra n d e s g rito s (...) In m e d ia ta m e n te , cuando v i la m anera com o h a b ía n re a ccio n a d o esos re c lu ta s , 450 soldados del d e p a rta m e n to de C alda s, ordené que les re p a rtie ra n fu sile s y les enseñaran a m a n e ja rlo s , y les decíam os: ‘ C om o ustedes no saben a p u n ta r to d a v ía , ustedes deben d ir ig ir la p u n te ría a l estóm ago, de m anera que si lle g a n a c a m b ia r la p u n te ría , pues in d u d a b le m e n te no se p ie rd e (...) P e ro re s u lta qu e los re c lu ta s , p recisam e n te p o rq u e n o te n ía n la e x p e rie n cia de los soldados, desde que s a lía n d e l c u a rte l ve ía n c u a lq u ie r in d iv id u o y le ib a n d is p a ra n d o . E n to n c e s el p u e b lo de C a li les c o g ió te rro r a los re­ c lu ta s (59).

Rojas concentró tropas de otras guarniciones en Cali, las que, distribuidas en cuatro columnas, dos por In margen derecha del río Cauca y dos por la izquierda, marcharon hacia el sur y norte respectivamente en una operación de rastrillo, tomándose las poblaciones que habían caído en manos de Juntas Revolucionarias. Dicha operación, que se desarrolló con el constante apo­ yo de la aviación, se hizo más difícil en la ciudad de Car-

l M). Senado de la R e p ú b lic a , E l proceso c o n tra G u s ta v o R o ja s P in illa a n te el C on g re so de C o lo m b ia , B o g o tá , Im p re n ta N a cio n a l, 1960, T . I I , pp . 514-519.


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tago y en la población caucana de Puerto Tejada, ínti­ mamente ligada a Cali y con gran tradición liberal gaitanista. Los miembros de las Juntas Revolucionarias fueron deportados a Pasto para contrarrestar su in­ fluencia y evitar las reacciones del pueblo sublevado. La experiencia de Rojas Pinilla en aplastar suble­ vaciones tanto civiles como militares, su conocimiento de las contradicciones entre policía y ejército, y su fi­ delidad al presidente Ospina, bajo cuyo gobierno ascen­ dería militar y políticamente, fueron puestos en práctica con los reclutas en Cali y en el Valle en general. Los di­ rigentes empresariales y políticos, en especial los conser­ vadores, vieron en Rojas un seguro puntal para su po­ lítica de sangre y fuego mediante las bandas de "pá­ jaros” , como quedaría evidenciado en la masacre de la Casa Liberal en 1949. En 1953, siendo presidente, Rojas se inquietó por la detención y el estado de salud de un ciu­ dadano, que no era otro que León María Lozano, "El Cóndor” , puesto a órdenes del juez 19 de Buga. Rojas ordenó ponerlo en libertad, permitiéndole su regreso a Tuluá, donde aquél continuó tranquilamente con sus acciones (60). A pesar de los limitados alcances de la Junta Revo­ lucionaria de Cali y del evidente divorcio existente entre las acciones espontáneas y vengativas de la multitud y las actuaciones burocráticas e ingenuas de los miem­ bros de la Junta, las manifestaciones del tumulto im­ primieron al 9 de abril unos rasgos totalmente diferentes: no puede desconocerse que en los saqueos, incendios y enfrentamientos, los alzados siempre tuvieron en la mira aquellos establecimientos identificados por ellos como ligados al poder, al Estado; tampoco puede pen­ sarse que los procederes de la multitud estuvieron ilu-

60. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra L e ó n M a ría L o zano, A driano A g u ile ra , R u p e rto G arcía y R o b e rto V ille g a s , in ic ia d o en el Juz gado 25 de T u lu á y c o n tin u a d o p o r ca m b io de ra d ic a c ió n en el J u z g a d o S e gundo S u p e rio r de T u n ja , R ad. N o. 2633, fo lio s 8 a 30


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minados por escasos elementos ideológicos, pues aun cuando la actuación era en masa, y cada individuo expre­ saba su sentir (según sus propias vivencias) sin obedecer a una orientación o plan previo, prevaleció la influencia de una “conciencia rebelde” producto del ancestro y la costumbre (61). En el lenguaje de Rudé, movimientos de este tipo muestran, no la acción de una “chusma insensata” , carente de ideología y presa del espontaneísmo, sino la expresión de una masa armada con una “ideología inherente” producto del ancestro y la cos­ tumbre, característica en todas las acciones tumultuarias de las revueltas campesinas y las revueltas urbanas en donde la fuerza principal es el pueblo (62). La actitud de los comerciantes e industriales, in­ cluso de pequeños propietarios, fue la de respaldo a las autoridades, ya que los primeros tenían mucho que perder frente a las violentas explosiones del pueblo anó­ nimo; los segundos, a pesar de sentir simpatías por el candidato asesinado y de identificarse con algunas rei­ vindicaciones populares, se veían afectados en sus in­ tereses inmediatos. Los grandes comerciantes enviaron vehículos al batallón para movilizar la tropa debido a que gran parte de la policía simpatizaba con la re­ vuelta. Este cuerpo armado había sido liberalizado desde el ascenso del liberalismo en 1930, y en particular du­ rante el gobierno de López Pumarejo, para contrarrestar de tal forma la influencia conservadora sobre el ejército. La policía liberal, reclutada en los estratos bajos, con sueldos mensuales de 100 pesos, con escasa prepa­ ración militar, indisciplinada y al capricho de los al­ caldes, inspectores de policía y secretarios de gobierno, Min unidad de mando — pues no había una policía ña­

dí. E . T h o m p s o n , Tradición, Revuelta y Conciencia de Clase, B a r­ celona, C rític a , 1979, pp. 42-50. (12. G eorge R udé, Revuelta popular y conciencia de clase, B a rce lo n a , C rític a , 1981, pp. 36-48. La multitud en la Historia, M a d rid , S ig lo X X I , 1979.


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cional sino agentes departamentales, municipales, guar­ dias fiscales y comandos rurales— , se puso al lado del pueblo: ante un quiebre institucional como el del 9 de abril, sin la presión de un mando efectivo, se mezcló con los que encarnaban la ideología inherente! con la “chusma” , con la multitud. A nuestro modo de ver los motines del 9 de abril en Cali y en el Valle, fueron una de las últimas expre­ siones “espontáneas” de la masa, típica de las socie­ dades preindustriales, que se manifestó tardíamente. Por el carácter de sus participantes, por sus reivindi­ caciones ancestrales y por sus consignas, estas acciones estuvieron íntimamente ligadas a los motines y revuel­ tas que se venían desarrollando desde finales del siglo XIX, pues en el gaitanismo se “refugiaba” un gran sector popular tradicional que reivindicaba su ancestro (cam­ pesino-artesanal) como mecanismo de resistencia ante la pauperización que le iba imponiendo la sociedad capi­ talista. Lo anterior se ve reflejado en los oficios de al­ gunos de los participantes: emboladores, peluqueros, sastres, venteros del mercado, choferes, loteros, etc. Numerosas acciones de masas, surgidas como reivin­ dicaciones sentidas y propias del pueblo, han sido cana­ lizadas ideológica y políticamente por los partidos tra­ dicionales, a pesar de que en sus consignas y en su ac­ cionar mismo, quienes las impulsaban lo que pretendían era precisamente romper la sujeción ideológica parti­ dista y reivindicar su ancestro y su costumbre como ideología popular, como forma “mágica” de luchar contra los partidos, contra el Gobierno, contra todo lo que a sus ojos generaba su condición de miseria, desempleo o explotación. L a “ n e u tra lid a d ” de R o jas

Ante la agudización de la violencia, sectores liberales y conservadores intentaron ganarse el ejército para que éste “salvara la democracia” ; tanto el oficialismo liberal


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como el gaitanismo hicieron velada y abiertamente lla­ mados a la intervención militar; pese a lo anterior fue el ospinismo el que obtuvo mayores ventajas del ejér­ cito, pues a nadie escapa que Rojas actuó como fiel re­ presentante de su "creador” y patrocinador: Ospina. Fin el caso del Valle, el coronel sirvió a los sectores laureanistas de Borrero Olano, que manipulaban a la policía yía los "pájaros” para conservatizar esta región; como ló veremos más adelante, la mayor ayuda porporcionada por Rojas a los organizadores y patrocinadores de los "pájaros” fue la aparente neutralidad del ejér­ cito sobre los lugares o poblaciones donde actuaban estos grupos armados. El motín del 9 de abril en el Valle comprobó varios hechos respecto al enfrentamiento entre liberales y con­ servadores, a la vez que marcó las posteriores relaciones entre policía y ejército; por un lado, ratificó el hecho que los liberales seguían siendo mayoría, como ya lo habían demostrado las elecciones parlamentarias en marzo de 1947 y las de Concejos Municipales en octubre del mismo año. También se demostró que tenían capa­ cidad de reacción urbana, ya que, si bien es cierto que ol 9 de abril tuvo para el caso del Valle repercusiones en casi todos los municipios, los más beligerantes fueron los del plan, ya que en ellos se concentraba gran parte de la población que había huido de los campos a partir de las acciones violentas iniciadas desde 1947. Se hacía necesario entonces, presionar mucho más en las zonas rurales para completar la obra de conservatización; In urgencia de dicha presión se reconfirmaría con las elecciones parlamentarias de junio de 1949, en las que, ii pesar del fraude y la presión armada conservadora, los liberales seguirían mostrando mayoría. En las pos­ teriores masacres de Ceilán, Frazadas, Betania y San Itafael, al igual que en la de la Casa Liberal de Cali, lo que se buscaba era amedrentar al liberalismo y mermar su concurrencia a las urnas, pues los conservadores pre­ tendían consolidarse en el poder.


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Las actuaciones del ejército al mando de Rojas des­ pués de los sucesos del 9 de abril en gran número de poblaciones del Valle confirmaron que la policía, libe­ ralizada durante los 16 años de República Liberal, no era una garantía para los intereses políticos y electo­ rales del conservatismo; aquélla, o se había puesto al lado de los rebeldes, o no había actuado. Era impera­ tivo dar un manejo distinto a este cuerpo sin chocar con el ejército, que dado su creciente profesionalismo, se mantenía relativamente .neutro frente a la lucha par­ tidista. En diciembre de 1948 hubo enfrentamientos entre soldados y policías en Cali, dejando un saldo de dos soldados muertos y varios heridos (63); los soldados del batallón Pichincha hostigaron numerosos retenes y puestos de policía, y la tensión fue tal, que se decretó el acuartelamiento de las tropas (64). El gobernador Vicente García Córdoba pidió al comandante de la Po­ licía Departamental, mayor Francisco Cortés Arana, acelerar la restructuración de dicho cuerpo; se enta­ blaron conversaciones entre el gobernador, el secretario de Gobierno, el comandante de la policía y el comandante de la Tercera Brigada, coronel Gustavo Rojas Pinilla, a fin de organizar una policía militar; Rojas se opuso, argumentando que era una decisión que le competía al Ministerio de Gobierno (65). A causa de los sucesos del 9 de abril, numerosos municipios del Valle contaron con un puesto militar que era atendido por tropas de los batallones Pichincha, Codazzi y Palacé; a más de reforzar la vigilancia, la presencia de las tropas impedía la generalización de

63. L o s e n fre n ta m ie n to s e n tre p o lic ía s y s o ld a d o s v e n ía n desde la im p la n ta c ió n de p u e s to s m ilita re s después d e l 9 de a b ril. 64. E l R e la to r, C a li, enero 4, 1949. 65. Se d e ja b a de esta m a n e ra lib re s la s m a n o s a l c o n se rva tism o p a ra qu e a c tu a ra en c o n tra de sectores lib e ra le s , de los pueblos y veredas.


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las acciones violentas por parte de la policía conservadora y de los grupos de civiles armados que la acompañaban en sus correrías. Esta circunstancia tranquilizó a los li­ berales, y llegó incluso a posibilitar que muchos no aban­ donaran sus comarcas; pero la situación empezó a cam­ biar cuando los Directorios Conservadores y los diri­ gentes del Valle se quejaron de la presencia del ejér­ cito, pues no les dejaba vía libre para sus actuaciones; el retiro de los puestos militares se llevó a cabo a partir de agosto de 1949 (66), inicialmente en los pueblos de la Cordillera Occidental al noroccidente del Departa­ mento, en los corregimientos de La Primavera, Naranjal, Betania, San Rafael, Frazadas, Potosí, etcétera. Dicho retiro coincidió con el nombramiento de Ni­ colás Borrero Olano como gobernador a partir de oc­ tubre de 1949, y no es casual que las grandes masacres de liberales en el Valle, tanto rurales como urbanas, se hayan efectuado precisamente entre octubre y no­ viembre de 1949. Borrero Olano, uno de los dueños del derechista Diario del Pacífico, proclive a las ideas fascis­ tas y furibundo laureanista, fue el que interpuso el poder civil en favor de la policía política y los “pájaros” , para nsí frenar y amarrar la intervención del ejército (67). Estaban dadas las condiciones para que la fracción laurea­ nista representada por la familia Borrero Olano, se lan­ zara al dominio electoral y al control político del depar­ tamento del Valle con sus bandas de “pájaros” , a pesar de la resistencia de sectores de la burguesía agroin'lustrial que se expresaba en los Lloreda, sector mucho (16. E l R e la to r, C a li, a g o sto 30, 1949. R o ja s fu e c ó m p lice de la m a­ sacre de la Casa L ib e ra l de C a li a l d e ja r lib re m o v im ie n to a los “ p á ja ro s ” ; con los re tiro s de tro p a y su a p a re n te n e u tra lid a d , fa c ilitó las m asacres de liberales. Véase R a m ó n M a n riq u e , Los días del te rro r, B o g o tá , E d ito r ia l A B C , 1955. Véanse declaraciones del “ C h im b ilá ” en A lfre d o M o la n o , Los años del tropel, B o g o tá , Cerec, 1985. R e la to s de N . L u n e r, B u g a , 1983. <17. E n este s e n tid o el e jé rc ito era re tira d o de u n p u eblo, c o rre g im ie n to o vereda d o nde ib a n a in c u rs io n a r los “ p á ja ro s ” .


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más cercano al ospinismo, quienes posteriormente con­ trolarían el diario E l País. Desde el día del recibimiento del nuevo gobernador, Nicolás Borrero Olano, en Cali se fue consolidando una modalidad de violencia que haría carrera en el Valle del Cauca. En la manifestación de recibimiento conservadores armados que se movilizaban en los llamados ‘‘carros fantasmas” hirieron a varios liberales en plena Plaza de Caicedo. En octubre y noviembre en Cali hubo nu­ merosos asesinatos a manos de sicarios, es decir, de “pájaros” , que se desplazaban en los mencionados ca­ rros casi siempre de color negro y sin placas; estos ata­ ques se efectuaron en bares, clubes, plazas y calles, du­ rante manifestaciones, y, generalmente, contra liberales, obreros del ferrocarril, algunos dirigentes sindicales gaitanistasy activistas liberales. El terrorismo y amedrenta­ miento selectivo buscaban, no sólo impedir la partici­ pación electoral del liberalismo, sino presionar a los sectores democráticos y sindicales; las violentas ac­ ciones de este tipo de pistoleros recuerdan a las mafias de Chicago en los años treintas (68).

M asacre de la C a sa L iberal de Cali

El 22 de octubre de 1949, en pleno centro de Cali, se perpetró una masacre en una casona situada en la calle 15 entre carreras tercera y cuarta, fortín gaitanista cono­ cido con el nombre de Casa Liberal; el lugar no sólo era sitio de agitación política, sino refugio de gentes que habían huido de la cordillera debido a la persecución desatada por los “pájaros” . Desde tempranas horas de la tarde del sábado 22 de octubre se habían concentrado allí numerosos libe-

68. E l R e la to r, C a li, meses de o c tu b re , n o v ie m b re y d ic ie m b re de 1949.


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rales para escuchar las intervenciones de los dirigen­ tes Francisco Eladio Ramírez, Demetrio García, Isaías Ibarra y Alfredo Jaramillo Uribe. Después de las 7 de la noche, cuando abandonaban la casona algunos de los oradores, se produjeron sobre la calle 15 los primeros disparos que dejaron un saldo de un muerto y varios heridos; el fuego fue disparado por policías, detectives y civiles que, provistos de antifaces, desde tempranas horas se habían localizado en edificios aledaños. Mientras los dirigentes liberales lograban escapar en sus vehícu­ los al calor de los primeros disparos, el grueso de los li­ berales corrió a refugiarse en la Casa. Los asaltantes los persiguieron y sitiaron la edificación, que sólo con­ taba con una puerta de acceso; entraron disparando pistolas, fusiles y ametralladoras contra todo lo que se moviera; las gentes indefensas pedían clemencia de rodillas, sin que se lograra detener esta orgía de san­ gre que duró casi tres horas (69). Uno de los sobrevi­ vientes, Carlos Micolta, declaró que los detectives y "pájaros” que disparaban, venían rabiosos y con los ojos brotados como si actuaran bajo el efecto de alguna ‘ dro­ ga” , y que cuando estaba escondido debajo de unas escaleras junto con tres compañeros, llegó un agente de la policía con uniforme y fusil y les dijo: ‘‘Ustedes también son rojos miserables. Tomen para que no digan que el Gobierno no da garantías y que este país lo man­ damos nosotros” . Esto, mientras apretaba el gatillo y disparaba dejando muertos en el acto a sus dos acom­ pañantes. Los declarantes coincidieron en señalar que junto con los policías y detectives, entraron hombres vestidos de blanco con los rostros cubiertos y portando ametralladoras. Entre gritos de terror y de dolor, y a la sombra de la traicionera noche, en pleno centro de Cali fueron masa­ cradas 26 personas, mientras que más de 50 quedaban

09. E l R e la to r, C a li, o c tu b re 24 de 1949.


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heridas. El ejército, en el que los liberales confiaban, sólo llegó hasta las diez de la noche, es decir, tres horas después de iniciado el “festín” . ¿Por qué actuó sólo tres horas después? Esta es la acusación que se le hace a Rojas, quien actuaba de común acuerdo —no oficial — con el Ministerio de Gobierno y el gobernador Borrero Olano, “jefe” de los ‘pájaros” , en el sentido de que “viera lo que viera y ocurriera lo que ocurriera, no debía intervenir en los asuntos civiles” . La investigación adelantada por un juez especial demostró que entre policías y detectives, en la masacre habían intervenido 22 hombres, entre ellos varios sub­ oficiales y el sub-jefe del detectivismo del Valle (70). E L V A L L E SE T O R N A C O N S E R V A D O R A “ P U N T A D E P IS T O L A ”

Sin lugar a dudas la etapa más abierta y sangrienta de la violencia en el Valle fue la que se inició en 1949 y se prolongó hasta 1953-1955, ligada a la candidatura pre­ sidencial de Laureano Gómez y, por supuesto, a la con­ solidación de un electorado en favor de sectores de la derecha conservadora del Valle, con Borrero Olano y Navia Varón a la cabeza. A partir de mayo de 1949 todos los hechos y acciones se desarrollaron en cadena, ya que los ministros, gober­ nadores y demás funcionarios liberales abandonaron su colaboración con el Gobierno de la Unión Nacional de Ospina, consolidando la tercera y última ruptura, En el mismo mes de mayo de 1949, el Directorio Na­ cional Conservador anunció la creación de un Frente Nacional Anticomunista, en el que se consignaron lla­ mados a la defensa de la propiedad, la Iglesia, la tradi­ ción y la familia: los mismos presupuestos que apare cieron encabezando las protestas y renegaciones de los

70. El Relator, Cali, diciembre 16 de 1949.


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liberales que fueron obligados a pasarse al conservatismo (71). Octubre fue el mes clave en todo el proceso de conservatización del Valle. Los recorridos de la imagen de la Virgen de Fátima por pueblos y veredas y la ma­ sacre de la Casa Liberal, fueron el anuncio en clave que los dirigentes de la derecha conservadora hicieron a las bandas de “pájaros” de la cordillera para arreciar la pre­ sión armada sobre el electorado liberal (72). En octubre y noviembre se efectuaron las más violentas acciones en las cordilleras: ejemplo de ellas fueron las masacres de Betania, Frazadas, San Rafael, Potosí y Ceilán, que condujeron a la firma masiva de retractaciones mediante las cuales muchos liberales se cambiaron “libre y es­ pontáneamente” al conservatismo. Las matanzas y persecuciones de liberales por parte de “pájaros” , policías y civiles armados del Partido Conservador se hicieron más frecuentes a finales de 1949. Las acciones se intensificaron desde comienzos de octubre, obedeciendo a la táctica planteada por el laureanismo y la derecha departamental, de presionar mucho más a la militancia liberal para asegurarse la presidencia en las elecciones del 27 de noviembre. No es mera casualidad que todos aquellos hechos de violencia se hubieran desarrollado apenas pocos me­ nos antes de las elecciones en las que se impuso el can­ didato conservador, pues todo lo anterior pretendía la eliminación física de los liberales, el quiebre de su moral y su mística para con ello fortalecer el caudal electoral del conservatismo. Prueba de lo expuesto fue el elevado número de protestas o retractaciones de liberales sur­ adas en casi todos los pueblos del Valle y presentadas durante estos meses. 71. L u is T o ro , A lm a n a q u e P o lític o , pp. 220-222. 12. R elatos de te s tig o s e n tre v is ta d o s , B u g a , R estre p o , T u lu á , 19821983. O tra s versio n e s de los re la to s sobre la V irg e n de F á tim a , ta m b ié n se e n c u e n tra n en L o s años del tro p e l, de A . M o la n o , op. c it.


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Las protestas, aunque aparecían como “espontáneas” o “voluntarias” , no eran otra cosa que retractaciones arrancadas a “punta de pistola” , al calor de los incendios y del ruido de la dinamita; dichas protestas homogeneizaron pueblos de mayorías liberales que, en dos o tres años, fueron convertidos en sectarias mayorías conservadoras. Después del año de 1949 el departa­ mento del Valle del Cauca, fortín liberal antes de 1946, (73), pasó a ser un baluarte electoral del Partido Con­ servador. Ya desde septiembre y octubre centenares de liberales aparecen firmando cartas en las que dicen abandonar las filas del Partido Liberal para acoger las banderas del conservatismo. Dichas cartas llevan encabezamientos tales como: L o s a b a jo firm a n te s , c iu d a d a n o s m a y o re s de edad y ve c in o s de este m u n ic ip io , p o rta d o re s de las cé d u la s de c iu d a d a n ía que apa recen a c o n tin u a c ió n , a n te te s tig o s h á b ile s d e cla ra m o s que: D esde hace m u ch o s años e s tá b a m o s a filia d o s a l P a rtid o L ib e ra l, pero c o n ve n cid o s de que este p a rtid o es e n e m ig o de la Iglesia C a tó lic a y que está d irig id o p o r e le m e n to s c o m u n is ta s , dejamos sus fila s e in g re s a m o s a las d e l p a rtid o c o n s e rv a d o r, p o r ser éste el ú n ic o m e d io y g u a rd iá n de n u e s tra s in s titu c io n e s dem ocrá tic a s . J u ra m o s v o ta r en las p ró x im a s elecciones p o r e l candidato que lance la C o n v e n c ió n N a c io n a l C o n s e rv a d o ra . D esde h o y som os s o ld a d o s de la causa c o n s e rv a d o ra y como tales, las órdene s d e l D ire c to rio M u n ic ip a l C o n s e rv a d o r de Re* tre p o serán c u m p lid a s p o r n o s o tro s . P a ra c o n s ta n c ia firm am o» en R e stre p o a los once días d e l m es de o c tu b re de 1949 (74). Habí» 22 te s tig o s m ie m b ro s d e l D ire c to r io M u n ic ip a l C o n s e rv a d o r, y seguían las firm a s de 144 p ersonas.

73. F o r tín lib e ra l n o só lo a n iv e l de p a rtid o y de m a y o ría s electorales s in o de ideas; en m u ch o s m u n ic ip io s h a b ía c e m e n te rio s civiles se c o n v iv ía a rm ó n ic a m e n te con lo s p ro te s ta n te s y h a b ía gran d ifu s ió n de ideas s o c ia lis ta s . 74. D ia r io del P a c ífic o , C a li, o c tu b re 19, 1949. S e g ú n re la to s de ten tig o s , estos lib e ra le s e ra n los qu e “ de b u e n a m a n e ra ’ ’ habían a ccedido a “ v o lte a rs e ” ; a o tro s se les e lim in ó o se les q u itó li cédula con el fin de c o n d ic io n a r el v o to .


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El 4 de octubre del mismo año, 200 liberales del mu­ nicipio de El Cairo abandonaron las filas del Partido Liberal para engrosar las del conservatismo; igualmente, 170 liberales de Bolívar protestaron de su partido. El documento llevaba el siguiente encabezamiento: N o so tro s , los s u s c rito s c iu d a d a n o s co lo m b ia n o s, m a yo re s de edad, vecinos del m u n ic ip io de B o lív a r (V a lle ) con residencia h a b itu a l en el c o rre g im ie n to de N a ra n ja l, cedulados b a jo los n ú ­ m eros a b a jo c ita d o s , en c o m p le to goce de n u e stra s fa cu lta d e s m entales, de n u e s tra a b s o lu ta y espontáne a v o lu n ta d , sin p resión o coacción de d ire c tiv a a lg u n a , en fo rm a enérgica y o rg u llo s a y b a jo la g ra v e d a d del ju ra m e n to , a n te D io s y los hom bres, y en presencia de te s tig o s d eclaram os: Q ue p ro te s ta m o s del P a rtid o L ib e ra l y de s e g u ir siendo en sus fila s los soldados de antes, p o rq u e ese p a rtid o es el de la a n a r­ quía, d is o c ia d o r m o ra l, que a te n ta c o n tra el orden y las buenas c o stu m b re s, y c o n tra la Ig le s ia C a tó lic a , com o lo d e m o s tró el 9 de a b ril. D esde h o y pertenecem os al P a rtid o C o n se rva d o r, ú n ic o que respeta el p a trim o n io le gado p o r el p a dre de la p a tria . J u ­ ra m o s defende r el p a rtid o co n s e rv a d o r hasta m o rir (75).

De igual manera, entre noviembre 10 y 22 de 1949, con el mismo sistema de cartas o protestas, muchos ciuda­ danos decían pasarse del liberalismo al conservatismo. Noviembre 10: 155 liberales de Ansermanuevo, noviembre 14: 140 liberales de Yotoco, noviembre 16: 350 liberales de Versalles, noviembre 18: 100 liberales de Vijes, y noviembre 22: 300 liberales de Bugalagrande (76).

75. Diario del Pacífico, C a li, o c tu b re 26, 1949. E s im p o rta n te re s a lta r la fo rm a en que los s e n tim ie n to s re lig io so s de este cam pesinado fu e ro n e x p lo ta d o s con á n im o p a rtid a rio , com o u n m eca n ism o fá c il de im p a r tir co n sig n a s de g u e rra , de com bate, com o m ito , com o g u e rra san ta a l d e c ir de Sorel, en R e fle xio n e s sobre la vio le n cia , C a rlo s V a le n c ia E d ito re s , 1976, p. 11. 76. Diario del Pacífico, n o vie m b re , 1949. E n casi to d a s estas p ro te s ta s los firm a n te s ib a n acom pañado s p o r te s tig o s conservadores (p a d rin o s o personas que lo re co m endab an); en la p ro te s ta de Y o to c o ib a n seis te s tig o s p o r firm a n te .


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Aunque los encabezamientos de las protestas insistían en la forma libre y espontánea de las mismas, los nu­ merosos hechos descritos y otros mucho más velados, muestran otra realidad. En octubre de 1949 a Ricardo Mejía, mayordomo de la hacienda “Calima” en Darién, de filiación liberal, se le presentó un individuo del pueblo, quien le ma­ nifestó: “Déme su cédula y vamos a Darién en donde usted hace una protesta de su partido en el Directorio Con­ servador, para que se pueda quedar tranquilo en su tra­ bajo” (77). Hasta el momento este libro ha mostrado solamente parte de las protestas que fueron publicadas en algunos periódicos y de las que quedó constancia, pero en todos los pueblos de mayorías liberales se homogeneizó polí­ ticamente la población. A fines de octubre de 1949 dos agentes de policía en Andalucía, en asocio con miembros del Partido Con­ servador, se dieron a la tarea de recoger las cédulas de los liberales, y después de colocar tacos de dinamita en varias casas y de exigir dinero a sus ocupantes, les hicieron firmar un documento mediante el cual abando­ naban al liberalismo para pasarse al conservatismo (78). En noviembre de 1949 el inspector de policía de Gi­ nebra, junto con el celador de rentas, con varios policías y diez civiles, después de disparar y quebrar los avisos

77. E l R e la to r, C a li, o c tu b re 26, 1949. D e cla ra cio n e s de R ic a rd o M ejía D ía s a n te s los tra b a ja d o re s de la h a cie n d a h a b ía n s id o amo nazados, p o r lo q u e a b a n d o n a ro n e l tra b a jo . D e sd e u n je e p , pro ced e n te de R e stre p o , v a rio s “ p á ja ro s ” le h ic ie ro n d is p a ro s a M ejía H a c ia e l o c c id e n te fu e c o m ú n la a lia n z a de m a to n e s de varios p u e b lo s p a ra a ta c a r perso n a s. L o s c o n s e rv a d o re s de L a Cumbre, R e s tre p o y D a rié n , o p e ra b a n en m u tu o y p re v io a cuerdo. 78. E l R e la to r, C a li, o c tu b re 31, 1949.


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luminosos del ‘ Café Colombia” y del “Café El Prado” hirieron y apresaron (79) a un grueso número de libe­ rales a quienes luego de golpear, despojaron de sus cé­ dulas y obligaron a firmar una protesta que les daba el derecho a seguir viviendo en ese pueblo (80). En la población de Restrepo, en donde 144 liberales se habían convertido “libremente” al conservatismo el 11 de octubre de 1949, Lalo N., uno de los jefes locales de los “pájaros” , en compañía de otros individuos y de agentes de la policía, visitó varias fincas de liberales que no habían firmado la protesta y bajo amenazas los obligó a abandonar las tierras con todos sus haberes. En Cali un refugiado relató así lo sucedido: E n resum en, les d ig o que la p ersecución nos la h a n decretado a los lib era le s, p o rq u e no q uerem o s e n tre g a r las cédulas n i re­ n u n c ia r a n u e s tro lib e ra lis m o , en u n extenso d o c u m e n to que se nos ha p re se n ta d o y en el cu a l e sta m p a n sus n o m b re s to d o s aque­ llo s que son coaccionados en las fo rm a s d e s c rita s (81).

En Vijes, el 7 de noviembre de 1949, aproximada­ mente ocho días antes de que 200 liberales firmaran su paso al conservatismo, fueron atacadas por policías y ci­ viles las casas y las fincas de liberales, a quienes se les presionó a firmar el mencionado documento. Incluso, tres miembros del Concejo Municipal que tenían filiación liberal fueron sacados de los sitios donde se hallaban escondidos por falta de garantías, y obligados a com-

79. T o d o el a p a ra to ju ríd ic o q u edó en m anos de estos je fe s locales; en estas regiones se co m e tie ro n to d a clase de a cto s s in n in g ú n re p o rte le g a l a l c e n tro a d m in is tra tiv o co rre sp o n d ie n te . H0. E l R e la to r, C a li, n o v ie m b re 5, 1949. 81. E l R e la to r, C a li, o c tu b re 22, 1949. V a rio s d e cla ra n te s han c o in ­ c id id o en a firm a r que en este p e río d o se fo rm ó u n d ire c to rio adonde eran b a ja d a s las gentes de las veredas p ara que se re­ tra c ta ra n . L o s “ p á ja ro s ” v ia ja b a n p o r la noche a las veredas en jeeps o a ca b a llo , a a m e d re n ta r. S i la persona gozaba de p re s tig io , se le m a n d a b a u n co n s e rv a d o r n e u tra l p a ra d e c irle q ue se fuera de l pueblo, que ve n d ie ra . R e la to s orales de N . L u n e r.

S u e lte s “ ««ríe


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pletar el quorum para tomar varias resoluciones al amaño del conservatismo (82). El 18 de octubre del mismo año, Evangelista Her­ nández en asocio de varios agentes de policía asesinó en Toro a siete labriegos liberales, y obligó a bajar al pueblo a un grueso número de campesinos, para que en la “oficina de los voltiaos” , dirigida por Gilberto Esquivel, firmaran protestas contra el liberalismo (83). Durante la masacre de Huasanó en octubre 29 de 1949, además de quitar cédulas, se hicieron firmar pro­ testas y se colocaron banderitas azules con estampitas de la Virgen a los liberales, en las solapas de los sacos y en las ruanas (84). Estas acciones de asesinato, chantaje, robo e incendio iban acompañadas, en la mayoría de los casos, de previos “boleteos” (85), de ataques e incendios a iglesias pro­ testantes y apedreamientos a cementerios civiles. Al plantear que el liberalismo era ateo, masón y co­ munista, que obraba en contra de la religión católica, se tocaban la fibra y el sentimiento religioso del campe­ sinado y del pueblo en general; con estas consignas se movilizó a la gente para que actuara en contra de sus vecinos liberales, no por el hecho de ser ateos o masones, sino porque estaban en contra de su fe. Para el campe­ sino, su iglesia (86) y su parroquia eran los únicos medios de satisfacción de las necesidades espirituales e incluso recreativas. Un pueblo con estas características era fó*

82. Id e m , n o v ie m b re 7, 1949. 83. Id e m , o c tu b re 21, 1949. 84. Carta de X.X. llegada a la red a cció n de E l R e la to r el 29 de octubr» y publicada el 31 del mismo mes. 85. Los “ boleteos” eran anónimos en los qu e se am enazaba o ponían plazos para, por ejemplo, salir d e l pueblo. C on u n a consigna, iba un dibujo de un ataúd en un a h o ja de papel; la n o ta llamaba “ patiamarillo” al amenazado. 86. En los pueblos de origen paisa las gentes lle g a ro n a id e n tifica n » extremadamente con su ig le s ia p o r fuerza de la c o s tu m b re ; lo* actos religiosos se hacían necesarios p a ra ro m p e r con la ru tin a .


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cilmente movilizado a la lucha contra el liberalismo. Los «taques a los masones, protestantes, cementerios laicos y/o civiles (87) que junto con la defensa de la religión ('utólica dieron carácter religioso a la contienda, no hi­ cieron sino reafirmar la realidad de un Estado diluido on regiones y comarcas en donde la Iglesia (88) entró n sustituirlo a nivel superestructural e incluso a nivel Infraestructural. El asedio que sufrieron ciertos grupos minoritarios *e hizo evidente cuando en 1950 un fracasado intento de guerrilla liberal en las selvas del río Bravo y del Pe­ pitas (jurisdicciones de Restrepo y de Dagua), contó ron el decidido apoyo de protestantes, masones y es­ piritistas de Cali (89), anteriormente víctimas de violentas persecuciones. La explotación del sentimiento religioso con fines (eolíticos y partidistas llegó hasta el extremo de que una róplica de la Virgen de Fátima traída desde Portugal hasta Cali para consagrar el Departamento a “María Madre” (paseada posteriormente en procesión por varias poblaciones), fue utilizada para introducir armas y mu­ niciones con destino a los “pájaros” de estas comarcas; on la imagen, hueca en su interior, se camuflaron re­ vólveres, escopetas desarmadas y munición (90).

17. Los cem en te rio s laicos fu e ro n com unes en m uchos p u eblos del V a lle ante s de 1948; re fle ja b a n un a tra d ic ió n de ideas ra d ic a l y lib e ra l. «N. E n la c o n s tru c c ió n de las ca rre te ra s que conducen a las véredas de La Ita lia y M a d ro ñ a l (R e stre p o ), el cura m o v iliz ó a l p u e b lo que, a base de “ c o n v ite s ” , la c o n s tru y ó a pica y pala. «U, S u m a rio p o r m ú ltip le h o m ic id io y a sociación para d e lin q u ir c o n tra S. Peña y o tro s. J u z g a d o S e gundo S u p e rio r, B u g a , R ad. 16257. E n este s u m a rio reposan e je m p la re s de la re v is ta A rie l, ó rg a n o o fic ia l de L a U n ió n E s p iritu a l U n iv e rs a l de C a li; ta m b ié n u n d o cu m e n to del P a rla m e n to M a s ó n ic o M u n d ia l, T e rce ra A s a m ­ blea. L a H a b a n a , C uba, 1950. t«l, R elatos orales de N . L u n e r, 1983. Véase ta m b ié n D ia rio d el P a­ cífico, C a li, o c tu b re 25, n o v ie m b re 10 y 18, 1949. E n R e strepo


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El desplazamiento de la imagen de la virgen por los distintos poblados, entre septiembre y octubre, coin­ cidió con las más violentas arremetidas contra el libe­ ralismo y con las consiguientes protestas de liberales, antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 1949.

(V a lle ), el p u e b lo lib e ra l y c o n s e rv a d o r s a lió h a s ta la vereda di A g u a m o n a a re c ib ir a la V irg e n con m ú s ica y p ó lv o ra , a l ig u a l qur las a u to rid a d e s . L a im a g e n se d e jó en la ig le s ia ; p o r la noche su pasó a la casa de N . N ., je fe en “ la s o m b ra ’ ’ d e l P a rtid o Conser v a d o r en el p u e b lo , e n ca rg a d o de a rm a r a los “ p á ja ro s ” y asi# na rle s los “ tr a b a jito s ” .


C A P I T U L O 4. L O S “ P A J A R O S ” : P R O T O T IP O D E L A V I O L E N C I A E N E L O C C I D E N T E C O L O M B IA N O

La violencia de los cincuentas en el Valle se generalizó <*n pueblos, caseríos y veredas de la cordillera y en al­ gunas ciudades del plan, como Cartago, Tuluá, Buga y Palmira, centros económicos y políticos ligados a las |K)blaciones de la montaña (1). “ Pájaro” fue el calificativo acuñado por la sabiduría popular para designar al indi­ viduo que actuaba de manera escurridiza y veloz; que hc nucleaba con otros para hacer ciertos “trabajitos” , se ll>a “volando” , y después se reincorporaba a la vida co­ tidiana. La violencia de estos pequeños grupos de sicarios, oh decir de bandas de “pájaros” , fue una modalidad delictiva básicamente conservadora, pues fracciones de ivste partido, en alianza con autoridades, gamonales y caciques fueron, de una u otra manera, no sólo sus ges­ tores, sino quienes mayor provecho obtuvieron de esta presión armada. Como lo hemos venido insistiendo, su origen está íntimamente asociado a la policía política del gobernador Borrero Olano, a las guardias cívicas de los Directorios Conservadores Municipales de los pueblos cordilleranos; ligado, desde luego, al viejo conflicto social Agrario, a la táctica política de los liberales y a la exis­ tencia de un Estado con poca legitimidad, en el que pe­ taba más el gamonalismo y el caciquismo, que la acción cNtatal directa (2). Fue allí, en las tierras cafeteras y I, Polos económ icos y p o lític o s , s u b c e n tro s adonde acuden cam pe­ sinos de pueblos y veredas c irc u n d a n te s . J La d e b ilid a d del E s ta d o fa c ilitó a los co n servadores su lib re ac­ tu ación; c o n ta b a n con el a p o yo de gam onales, caciques y a u to ri­ dades; s in é sto s el “ p á ja ro ” no h u b ie ra p o d id o fo rta le ce rse.

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pequeños grupos partidistas armados se logró inicial­ mente en los pequeños poblados y caseríos de la cor­ dillera, mediante el control y manipulación por parte de los sectores conservadores más extremistas de las Alcaldías, las Inspecciones de Policía, los Concejos Mu­ nicipales y los Directorios Conservadores. El triunfo de esta política de “sangre y fuego” , impulsada por un Héctor del conservatismo implicó una lucha doctrinaria entre las distintas tendencias del partido y en algunos periódicos locales quedó constancia de dicho debate: T U L U A E N L A P IC O T A N u e s tra am ada c iu d a d s ig u e colocada en la p ic o ta d e l escarnio p ú b lic o d e b id o a los la m e n ta b le s sucesos de v io le n c ia p o lític a que le d ie ro n ta n m a la re p u ta c ió n y a las secuelas que a ú n perduran de u n a época a n o rm a l y execrable (...). N o necesitaba el c o n s e rv a tis m o tu lu e ñ o de m ás p a ra el cum plím ie n to de su deber en la b a ta lla p o r la c o n s o lid a c ió n d e l régim en. A s í no lo p e nsaron los d irig e n te s de tu m o n i quienes h abían d i­ rig id o la lucha b ra v a . P o r c irc u n s ta n c ia s e x c lu s iv a m e n te perso­ n a lis ta s y electorales, a fin de h acer tr iu n fa r a sp ira cio n e s in d i­ v id u a le s que en nada s irv ie ro n u n a vez colm a d a s, a los intereses de T u lu á , fu e p ro lo n g a d o u n e sta d o de cosas c u y o m a n te n im ie n to no lo e x igía, n i s iq u ie ra lo pedía, an te s b ie n lo rechazaba, el Par­ tid o C o n se rva d o r y p o r ende el g o b ie rn o a l c u a l se le cre a ro n m úl­ tip le s p roble m a s de o rd e n p ú b lic o . L o s generales en je fe de la lla m a d a g rá fic a m e n te , p o r u n perio­ d is ta co n se rva d o r — g u e rra c a lie n te — , n o q u is ie ro n en este mu­ n ic ip io dedicarse p o r e n te ro y con to d a s sus fuerzas a organizar la paz y a y u d a r a l b u e n g o b ie rn o . P re firie ro n s e g u ir u n a g u e rrilla cla n d e s tin a y al a m p a ro de la c u a l creció en fo rm a sorprendente la fa u n a o rn ito ló g ic a de los recién aparecidos y de lo s enemigos v o lte a d o s p o r m iedo o p o r negocio. T o d o s éstos se ceb a ron como chacales sobre el cu erpo m a rtiriz a d o de n u e s tra com arca (4).

i, Véase el sem anario A v a n z a d a , T u lu á , ju n io 6 de 1953. A llí hay incluso enérgicos lla m a d o s a los co n servadores p a ra q ue desenmas­ caren a los “ aparecidos, s a n g u in a rio s , cobardes y a s e sin o s". Sobre cómo se e s tru c tu ró la o rg a n iz a c ió n de lo s “ p á ja ro s ” con el respaldo de u n sector del c o n s e rv a tis m o se puede leer la n o ve la h istórica Los M o lin o s de D ios, de M ig u e l J . Panesso, T u lu á , s in p ie de im ­ prenta.


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montañosas del Valle del Cauca, donde se dieron las condiciones para el surgimiento y consolidación de esta modalidad de violencia armada y no en la zona plana, en donde posteriormente fue utilizada por los ingenios para reprimir las reivindicaciones de los sindicatos ca­ ñeros (3).

L O S “ P A J A R O S ” : S IC A R IO S P O L IT IC O S D E L “ E S T A D O ” Y D E L O S P O D E R O S O S . S U O R IG E N

El “pájaro” se originó en la cordillera, pues allí, en los pequeños pueblos y veredas cafeteros, convergían las contradicciones que harían posible su aparición: rela­ ciones de trabajo mediadas con predominio del gamo­ nalismo y el clientelismo. Fue en estos mismos lugares, donde después del triunfo conservador de 1946, los al­ caldes conservadores se encontraron con Concejos mu­ nicipales de mayorías liberales que entorpecían el nom­ bramiento de policías y funcionarios públicos, siguiendo la orientación impartida por la directiva liberal de organizar la resistencia civil al gobierno conservador. Ante la si­ tuación descrita, los Directorios Conservadores Munici­ pales crearon las guardias cívicas, encargadas de cumplir labores de policía. Estos grupos de carácter paramilitar, gracias a la colaboración de la gobernación y los alcaldes, cobraron cada vez más fuerza, hasta el punto de que la autoridad y el orden público quedaron en sus manos. Como ya lo habíamos mencionado en el Capítulo 3, la consolidación de estos grupos armados se fue logrando por el respaldo encontrado en algunos sectores del Par­ tido Conservador, y en oscuros políticos pueblerinos que se apoyaron en este tipo de violencia para lograr prestigio regional y aun nacional. El desarollo de estos

3 . E n e s t a s r e g io n e s h a b ía p e o n e s y jo r n a le r o s y la e x p lo t a c ió n eco

n ó m ic a e s t a b a m e d ia d a a t r a v é s d e m a y o r d o m o s , c u id a n d e r o s y a gregad os.


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pequeños grupos partidistas armados se logró inicialmente en los pequeños poblados y caseríos de la cor­ dillera, mediante el control y manipulación por parte de los sectores conservadores más extremistas de las Alcaldías, las Inspecciones de Policía, los Concejos Mu­ nicipales y los Directorios Conservadores. El triunfo de esta política de "sangre y fuego” , impulsada por un sector del conservatismo implicó una lucha doctrinaria entre las distintas tendencias del partido y en algunos periódicos locales quedó constancia de dicho debate: T U L U A E N L A P IC O T A N u e s tra am ada c iu d a d s ig u e colocada en la p ic o ta d e l escarnio p ú b lic o d e b id o a los la m e n ta b le s sucesos de v io le n c ia p o lític a que le d ie ro n ta n m a la re p u ta c ió n y a las secuelas que a ú n p e rd u ra n de una época a n o rm a l y e xecrable (...). N o necesitaba el c o n s e rv a tis m o tu lu e ñ o de m ás p a ra el c u m p li­ m ie n to de su deber en la b a ta lla p o r la c o n s o lid a c ió n d e l ré gim en. A s í no lo pe n sa ro n los d irig e n te s de tu m o n i quienes h a b ía n d i­ rig id o la lu ch a b ra v a . P o r c irc u n s ta n c ia s e x c lu s iv a m e n te perso­ n a lis ta s y electorales, a fin de h acer tr iu n fa r a sp ira cio n e s in d i­ v id u a le s que en nada s irv ie ro n u na vez colm a d a s, a los intereses de T u lu á , fu e p ro lo n g a d o u n estado de cosas c u y o m a n te n im ie n to no lo e x igía , n i s iq u ie ra lo pedía, an te s b ie n lo rechazaba, el P a r­ tid o C o n s e rv a d o r y p o r ende el g o b ie rn o a l c u a l se le c re aron m ú l­ tip le s p ro b le m a s de o rden p ú b lic o . L o s generales en je fe de la lla m a d a g rá fic a m e n te , p o r u n p e rio ­ d is ta c o n s e rv a d o r — g u e rra c a lie n te — , n o q u is ie ro n en este m u ­ n ic ip io dedicarse p o r e n te ro y con to d a s sus fuerzas a o rg a n iz a r la paz y a y u d a r a l b u e n g o b ie rn o . P re firie ro n s e g u ir u n a g u e rrilla c la n d e s tin a y a l a m p a ro de la c u a l creció en fo rm a so rp re n d e n te la fa u n a o rn ito ló g ic a de los recién a p arecidos y de los enem igos vo lte a d o s p o r m ie d o o p o r negocio. T o d o s éstos se cebaron com o chacales sobre el cu erpo m a rtiriz a d o de n u e s tra com arca (4).

i Véase el se m a n a rio A v a n z a d a , T u lu á , ju n io 6 de 1953. A llí h a y in clu so enérgicos lla m a d o s a los co n servadores p a ra que desenm as­ caren a los ‘ ‘ aparecidos, s a n g u in a rio s , cobardes y asesinos” . S obre cóm o se e s tru c tu ró la o rg a n iz a c ió n de los ‘ ‘p á ja ro s ” con el resp a ld o de u n se cto r d e l c o n s e rv a tis m o se puede leer la n o ve la h is tó ric a Los M o lin o s de D io s , de M ig u e l J . Panesso, T u lu á , s in pie de im ­ prenta.


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El apoyo de políticos locales a la acción armada o a la llamada “guerra caliente” en contra de los liberales, está sin lugar a dudas en la base de la consolidación de éstos como bandas de “pájaros” , generando incluso divisiones y contradicciones al interior del Partido Con­ servador por la cantidad de “oportunistas” , “aparecidos” y “volteados” que fueron llegando a las poblaciones del Valle para colaborar en estos “trabajos” . Respecto a estos puntos “El Vampiro” manifestó: S a la z a r G a rc ía fu e u n o p o rtu n is ta , u n v iv id o r qu e a p ro v e c h ó la s o m b ra de L e ó n M a ría ; é l cre ció a la s o m b ra de E l C ó n d o r y lo u tiliz ó p o lític a m e n te pa ra lle g a r a la A s a m b le a y a la C á m a ra ... E n c u a n to a L a m p a rilla , é s te fue u n “ v iv id o r ” , u n “ v o ltia o ” , era c a rn ic e ro lib e ra l en el N o rte , en L a T u lia (5).

Las actuaciones de los “pájaros” tuvieron inicial­ mente un marcado carácter pueblerino y veredal, y aun- i cuando hubo desplazamientos del campo a la ciudad y viceversa, el centro básico de apoyo fue el pueblo, el caserío. El posterior desarrollo del “pájaro” y la nece­ sidad de centralizar sus acciones políticas lo convirtieron en un sicario político urbano, es decir, en un “pájaro'' profesional. Las actuaciones de los “pájaros” no fueron únicamente producto de la situación política: a los con flictos sociales con sus viejos pleitos por la posesión de la tierra, a un Estado en crisis, a fracciones de derecha

5. D e c la ra c io n e s de J a im e N ., “ E l V a m p ir o ” , T u lu á , 1988. Hubo, pues, o p o rtu n is ta s y v iv id o re s ta n to d e l la d o de los p o lític o s con se rv a d o re s , c o m o de los m a to n e s q u e re a liz a b a n lo s tra b a jo s . I,n d iv is ió n q u e e s to o c a sio n ó e n tre lo s c o n s e rv a d o re s se desprendí de las d e c la ra c io n e s de F ra n c is c o G á lv e z , m ie m b ro de la Junta L ib e r a l de T u lu á d u ra n te e l 9 de A b r il: — “ E n T u lu á e l c o n s e rv a tis m o se d iv id ió en dos fra c c io n e s , loa q u e a p o y a b a n la ‘ g u e rra c a lie n te ’ y lo s m o d e ra d o s , e n tre esto» ú ltim o s e s ta b a P a la u . C u a n d o d e sp u é s d e l 9 de a b r il acusaban en la a lc a ld ía a L e ó n M a ría de se r e l re s p o n s a b le de las presione y la s m u e rte s , e l s e ñ o r P a la u , lla m ó a L e ó n M a rta y le d ijo : — De)* esas p e n d e ja d a s , vea q u e eso le v a a tra e r p ro b le m a s ” .


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en el poder, se sumó una prédica ideológica sectaria en contra del adversario político, expresada en términos de lucha entre las fuerzas del bien y del mal, al decir de Sorel, como “combates” (6). La resistencia civil opues­ ta al gobierno conservador por parte del liberalismo en los Concejos municipales, dejó a los alcaldes y Directorios Conservadores Municipales las manos libres para reclutar policías cívicas, es decir, grupos de civiles conserva­ dores armados, que iniciaron labores de control y vigi­ lancia ciudadana; estos grupos son sin lugar a dudas el origen más temprano de las bandas de “pájaros” . Estos “pájaros” , a diferencia de las cuadrillas bando| leras, no se consolidaron en las regiones más inhóspitas I y de difícil acceso, sino que se movilizaron en vehículos por carreteras y caminos a plena luz del día; aunque en su actuar guardaron gran similitud con la mafia, su origen estuvo asociado a momentos de crisis económica e ines­ tabilidad política (7). En el “pájaro” converge, tanto el sicario partidista de los señores, como el sicario político del Estableci­ miento, dando origen así a un tipo de violencia para­ militar y cuasi-institucional con el respaldo de los Di­ rectorios Conservadores Municipales, Departamentales, funcionarios públicos, comerciantes y fínqueros. Por esto, se trata de una violencia en la que la masa no par­ ticipó, por ejemplo, no impulsó reivindicaciones por la tierra, como sí sucedió en el Tolima y los Llanos: con­ fusa e inmóvil, puso los muertos o el silencio cómplice «ufíciente para salvar su existencia. Los “pájaros” , organizados en grupos de tres o cinco hombres, fueron utilizados para homogeneizar pueblos, para cambiar conciencias, para convertir a radicales liberales, para ti, M e n sa je en los té rm in o s de Sorel, com o “ c o m b a te e n tre las fuerzas del bien y del m a l’ ’. G eorge S orel, R e fle xio n e s sobre la v io le n cia , B o g o tá , C a rlo s V a le n c ia E d ito re s , 1976, p p . 11-12. 1, D ia rio del P a cífico , C a li, o c tu b re 29 de 1949, sobre zonas y s itio s de a c tu a c ió n de los “ p á ja ro s ” .


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perseguir a protestantes, para atacar a masones y comu­ nistas en una “ Santa Cruzada” de las “fuerzas del bien” contra las “dañinas fuerzas del mal” . Su utilización fue partidista, electoral e ideológica, buscando, sobre todo, presión ideológica mediante el terror y la amenaza, ejer­ cidos no sólo contra liberales, sino contra todo aquel que a los ojos de los dirigentes conservadores, estaba en contra del orden, las instituciones, la nacionalidad y la Iglesia. Aunque al “pájaro” *se le encontraba operando bajo la protección y el estímulo de ciertas instituciones del Estado, a diferencia del bandolero, no se hallaba enrai­ zado en la sociedad campesina que lo admiraba y lo pro­ tegía: la población le temía, lo “ apoyaba” por la presión que sobre ella ejercía. Como su colaboración fue artificial, como el “pájaro” no contó con el respaldo social del pueblo, los “matones” debieron ser movilizados desde fuera para efectuar sus “trabajos” ; ello explica su gran movilidad y la necesidad de respaldo y protección insti­ tucional: el “pájaro” no tuvo base social de apoyo por­ que ni pudo desarrollarla ni la necesitó. Por tal motivo, en las regiones en donde actuó, influyó más como freno de los avances de la protesta colectiva, que como estí­ mulo de las mismas. En una de las numerosas charlas sostenidas con “El Vampiro” , famoso lugarteniente de ‘El Cóndor” , éste manifestó:

N o m e p re g u n te p o r “ n o s o tro s ” , y o a n d u v e so lo en e l proceso dr c o n s e rv a tiz a c ió n de la m o n ta ñ a , fu e u n a a cc ió n a u d a z y rá p id a en tre a g o s to y n o v ie m b re de 1949, n o se le d io tie m p o a los libéralo» (q u ie n e s e s ta b a n m u y m a l o rg a n iz a d o s ); en este c o rto tie m p o m c o n s e rv a tiz ó ca si to d a la c o rd ille ra . T ra b a jé s o lo ; e ra c o m o u n a mi s ió n , to d o s c o la b o ra b a n s in s a b e r m u y b ie n p o r q u é ; y o lle g a b a # u n a fo n d a , a u n a c a n tin a o a u n a v e re d a y decía: ‘ h a y q u e i r a tal p a rte a h a c e r t a l t r a b a jit o ’ y en s e g u id a s a lla n c in c o o d ie z paisano» q u e se o fre c ía n ; era g e n te q u e y o n o co n o cía y e llo s de m í apena» h a b ía n o íd o h a b la r. N a d ie m e d a b a ó rd e n e s, m e n o m b ra ro n in» p e c to r de p o lic ía de P rim a v e ra , p e ro y o n o re c ib ía ó rdene s. Em


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pecé a a c tu a r p a ra defe n d e r los intereses de los co nservadores p o rq u e estaba co n ve n cid o que estaba a y u d a n d o a esa p o b re gen­ te (8).

La acción rápida de los grupos armados conserva­ dores que bien pronto se transformaron en bandas de “pájaros” , junto con la falta de organización y orientación de las bases liberales de pueblos y veredas de la cordi­ llera, explica el retorno en el surgimiento de la respuesta o resistencia liberal armada en su forma de cuadrillas bandoleras, grupos que sólo aparecerán a partir de 1957. E S T R U C T U R A O R G A N IZ A T IV A , L O S IN T E G R A N T E S Y S U S A C T U A C IO N E S

Uno de los factores que más contribuyeron al afian­ zamiento, consolidación y difusión de los “pájaros” , fue su simpleza organizativa: dos o tres individuos no re­ querían de complejas estructuras organizativas, ni de difíciles aparatos logísticos; es decir, no hubo necesidad de construir bases de apoyo, pues su actuación como sicarios a sueldo o por el botín de guerra, no sólo les obli­ gaba a una movilidad y rotación permanentes (9), sino, y eso es lo más importante, a ser movilizados desde fuera, desde otros lugares distintos a las regiones o si­ tios donde debían actuar; en tal situación no necesitaron base social de apoyo; una finca, un colaborador del par-

8. D eclara cion e s en c h a rla so ste n id a con J a im e N . “ E l V a m p iro ” , T u lu á , 1988. L a in s is te n c ia de su a c tu a c ió n de un a m anera in d i­ v id u a l, refuerza lo que hem os v e n id o so ste n ie n d o de la e s tru c tu ra o rg a n iz a tiv a de los “ p á ja ro s ” ca ra c te riz a d a p o r ser g ru p o s de dos o tre s personas; “ E l V a m p iro ” , desde luego, q u ie re p ro te g e r en su re la to a los que había d e trá s d e l proceso de co n s e rv a tiz a c ió n , pero este a p o yo se da a tra v é s de su n o m b ra m ie n to com o In s p e c to r de P o lic ía de P rim a v e ra . E n el m is m o s e n tid o se pueden v e r las de­ claraciones d e l m is m o p e rso n a je en A . M o la n o , L o s A ñ o s del T ro ­ pel, Cerec, B o g o tá , 1985. 9. Su n o m b re v ie n e ta m b ié n de hacer su “ tra b a jo ” rá p id o , “ v o la n d o ” .


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ti do (casi siempre dueño de una fonda veredal), eran su­ ficiente contacto. Pequeñas bandas armadas de dos o tres individuos no requerían de mayor disciplina, ni de aprovisionamientos costosos; eran fáciles de armar, esconder, movilizar, disolver, etcétera. Cada pueblo tenía sus propios “pájaros” (10) (véase Cuadro 13), sostenidos y respaldados por los Directorios Conservadores y por los jefes (clandestinos) del partido; para este período los conservadores tenían algunos diri­ gentes en la “sombra” ; éstos, sin ser muy visibles en los actos públicos y oficiales del partido, eran los encar­ gados de establecer los contactos con los sicarios. Estos “gallitos finos” , como los denominaban en algunos su­ marios, eran los individuos que más se habían desta­ cado por su ferocidad y sevicia en las primeras acciones de las guardias o policías cívicas. A los que dirigían un grupo de tres o cuatro hombres se les denominaba “te­ nientes” y a los restantes miembros según su capacidad de acción y dirección, “ sargentos” y “cabos” (11). Fi­ nalmente, para la realización de un operativo o acción de envergadura (la toma e incendio de un caserío, por ejemplo), que requería la concentración de un mayor número de hombres, se unían varios “tenientes” con sus “sargentos” y “cabos” para formar una cuadrilla de doce o quince “pájaros” (12). Tomando como base los sumarios, las fuentes orales y la prensa local, se puede establecer que las profesiones y oficios más comunes de los “pájaros” , eran las de cho­ feres, carniceros, fonderos, cantineros, talabarteros,

10. A m ás de la p ro te c c ió n y a p o y o b rin d a d o p o r las autoridades y los D ire c to rio s C onse rva d o re s, c o n ta ro n con el a p o yo de al­ gun o s sectores de la p o b la c ió n a te m o riz a d a que, n i los adm iraba, n i se sen tía re p re se n ta d a p o r sus acciones. 11. L a s arm a s fu e ro n g u a rd a d a s en c a n tin a s , fo n d a s veredales, car­ nicerías y sobre to d o en el b a rrio o zona de to le ra n c ia . 12. D e esta m a n e ra a c tu a ro n “ L a m p a rilla ” , “ P á ja ro V e rd e ” y el “ P o llo O rn a r” .


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sastres, lavanderos, sacristanes, cacharreros, jornaleros o lungos, matarifes, inspectores de policía, policías y empleados de la alcaldía o el juzgado municipal (13). En 1955 fueron movilizados dos matones desde el centro del Valle para eliminar a dos liberales de Sevilla, los hermanos Mejía; uno de los “pájaros", capturado después, era de profesión cacharrero y el otro había sido inspector de policía en el noroccidente del Valle en 1950; los dos matones recibieron apoyo en Sevilla de manos de un chofer y un lavandero (14). “El Vampiro", famoso “pájaro" al servicio de “El Cóndor" en Fenicia, La Vigorosa y Tuluá, era de pro­ fesión joyero y había sido guardia presidencial e inspector i de policía de Primavera (15). El 29 de noviembre de 1955 fue asesinado en la sala de su casa en Tuluá el conocido jefe liberal Andrés Santacoloma, por “pájaros" que cumplían órdenes de “El Cóndor"; los dos sicarios habían sido trasladados desde otras ciudades y escondidos en el corregimiento de La Marina, en las cercanías de Tuluá, donde encontraron apoyo en la finca de Chucho N. Las declaraciones su­ mariales, ricas en detalles, muestran la facilidad de mo­ vilización y los apoyos logísticos brindados a estos pe­ queños grupos armados: E l uno era u n p a isa n o n a tu ra l de T á m e sis a q u ie n a p odab an “ E l L o c o ” y el o tro era u n m o re n ito de b o c ito , b a s ta n te jo v e n , n a tu ra l de C a ja m a rca , s u je to s que d iz q u e v in ie ro n o lle g a ro n a T u lu á recom endad os p o r el C a p itá n O v a lle del T o lim a ; que u n o de ellos p o rta b a un re v ó lv e r c a lib re 32 la rg o , m arca S m it p e rte n e cie n te

13. S u m a rio c o n tra N . N . “ E l M u e c o ” , J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r, B u g a , R ad. 14090, fo lio 90. 14. S u m a rio p o r h o m ic id io y lesiones personales c o n tra N . N . y o tro s , J u z g a d o S e gundo S u p e rio r, B u g a , R ad. 1668, fo lio s 44-45, 126127. 15. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra “ E l V a m p iro ” y P e dro N ., J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R ad. 11258, fo lio s 171, 172 y 176. P edro N . era fondero.


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a N . N ., el que s irv ió p a ra h a cerle lo s d is p a ro s a S a n ta c o lo m a ; que el je e p era de L a M a rin a que h a b ia fa c ilita d o C h u c h o N . y u n señor de a p e llid o Z u lu a g a , con re sid e n cia en T u lu á , v e h íc u lo a l que le h a b ía n q u ita d o las pla ca s; que los asesinos se e n c o n tra b a n en la fin c a de N . R e stre p o en L a M a rin a ; que pen sa b a n s a lir en busca d e l señor R e stre p o q ue se g ú n in fo rm e se h a lla b a en T u lu á con la m ira de tr a ta r lo re la c io n a d o a la s a lid a de esos s u je to s a o tro lu g a r (16).

En otro aparte del mismo sumario se evidencia la manera como se rotaban las armas utilizadas por los “pájaros” , de un lugar a ótro no sólo para evitar la posible acción de las autoridades, sino para ser utilizadas en otras poblaciones. Observemos la siguiente carta: T u lu á , n o v ie m b re 12 de 1955 S e ñor G re g o rio G óm ez, C a rta g o . E s tim a d o a m ig o : la p re se n te p a ra s a lu d a rlo y m a n ife s ta rle : com o ud . es la ú n ic a persona que tie n e c o n o c im ie n to de l empeño de m i re v ó lv e r a d o n B la s y el p o rta d o r señor N . N . lle v a el dinero p a ra desem peñarlo, q u ie ro que m e haga el fa v o r de re c ib ir el d i­ nero, e n tre g a rlo a do n B la s y el re v ó lv e r p a ra e n tre g a rlo a don N . N . P a ra que d o n B la s n o d u d e recu é rd e le que m e lo recibió con 21 tiro s en el o rin a l d e l café cercano a l su yo . Su am ig o , N . A v e lla n e d a (17). %

Las profesiones y oficios de los “pájaros” tenían que ver, en la mayoría de los casos, con profesiones indepeiv dientes o semi-independientes, que dejaban mucho tiempo libre y que giraban en torno al mercado, la can-

16. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra N . N . y o tro s , J u z g a d o Tercero S u p e rio r, T u lu á , R ad. 31.529, fo lio 61. L a M a rin a , corregim iento de T u lu á , fue el m ás u tiliz a d o p o r los “ p á ja ro s ” de “ E l C óndor" p a ra esconderse; a llí c o n ta b a n con el a p o y o de v a rio s fin q u e ro s y fondero s y d is p o n ía n de jeeps p a ra desplazarse. E s te correal m ie n to fu e s in lu g a r a d u d a s la zona de m ás a p o yo lo g ís tic o par# los “ p á ja ro s ” , casi no h a y s u m a rio d o nde n o se le m encione. 17. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra N . N . y o tro s , J u z g a d o Tercero S u p e rio r, T u lu á , R ad. 31.529, fo lio 71.


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tina, el bar, el billar, la zona o barrio de tolerancia, es decir los sitios de concentración social, esparcimiento, chisme y rumor de los pueblos cordilleranos. En 1959 fueron asesinados en una vereda de Ceilán, Delio Villegas y su esposa; los matones fueron guiados desde el pueblo, y según una detallada declaración su­ marial de un sobrino de uno de los implicados, su tío hospedó la noche anterior a cinco “pájaros” . El mismo testigo afirmó que “El Patillón” había hablado con su tío en las horas de la tarde y que había regresado con cuatro hombres más como a las diez de la noche cuando todos dormían, portando en unas chuspas o talegas de napel uniformes y revólveres. Su tío, después de darles comida y aguardiente, les organizó dormida y como a I las cuatro de la mañana los “pájaros” se dirigieron hacia ¡ la casa de don Delio; como a las ocho de la mañana en( contraron a este último y a su esposa muertos. Su tío ' se reincorporó al trabajo de la finca como si nada y los demás regresaron al pueblo (18). Uno de los éxitos de los “pájaros” fue su capacidad de adaptarse a la diversidad de terrenos según lo requi­ riera la acción. En el asesinato del abogado tulueño Aristides Arrieta, vestían trajes de paño y el revólver lo ca­ muflaban en un periódico doblado; mientras que cinco “pájaros” enviados hacia una vereda de Sevilla para efectuar un “trabajito” , vestían de jornaleros y las ar; mas las llevaban camufladas en costales y morrales { de fique (19). El “pájaro” encontró un gran respaldo en la clase política local, en los caciques y gamonales, y en el clero, pues con la manipulación de estos grupos armados se conseguían la promoción y el ascenso político ante los entes departamentales y nacionales. IR. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra “ E l P a tilló n ” y o tro s , J u z g a d o C u a rto S u p e rio r, T u lu á , R ad. 1771, fo lio s 214-216. 19. S u m a rio p o r h o m ic id io , J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, T u lu á , R ad. 109, fo lio s 2-9.


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Empleados públicos, policías, curas, gamonales, militares, abogados, diputados, parlamentarios, gober­ nadores, ministros y presidentes fueron colaboradores directos e indirectos de estas bandas de sicarios (20). ‘‘El Vampiro” , en el momento de una de sus capturas, se encontraba escondido en la casa cural, bajo la pro­ tección del cura de Salónica, la maestra de la escuela y otros “distinguidos” ciudadanos del caserío. En agosto de 1949, fueron asesinados dos liberales en el bar “Bala­ laica” de Tuluá; el juefc penal del circuito desapareció el expediente y los implicados fueron puestos en liber­ tad (21). El TYibunal Superior de Buga también se vio implicado antelas presiones de los “pájaros” , a raíz de las actuaciones del juez Julio Pizarro, de Roldanillo, en julio de 1949. Los hilos sutiles que movían y sostenían a los “ p á ­ jaros” quedaron al descubierto con el apoyo y respaldo que recibió Ernesto N., ex-inspector de policía y “pájaro' pueblerino al servicio de los Directorios Conservadores de varios municipios del centro-occidente del Valle. Er nesto N., que había sido destacado junto con dos indivi­ duos más en 1956 para eliminar a dos liberales de Sevilla, fue detenido años después de la acción y puesto en li bertad no obstante que numerosas evidencias,, y con tradicciones lo comprometían en los hechos de sangre En el sumario se ve claramente el papel que jugaron “prestantes ciudadanos” , miembros de los Directorio* Conservadores de tres municipios del Valle, quienen, no sólo contrataron un “prestigioso” abogado buguerte especializado en la defensa de los “pájaros” , sino qui ellos mismos se aprestaron a llenar el expediente di

20. G u s ta v o S a la z a r G a rc ía , p o lític o tu lu e ñ o , s e c re ta rio de la Gol)n n a c ió n y D ie g o G a rcé s G ira ld o , g o b e rn a d o r d e l V a lle , fuern* im p o rta n te s a p o y o s de “ E l C ó n d o r” . 21. E l R e la to r, C a li, a g o s to 27 de 1949. E n B u g a la s g e n te s re c u e rd il lo s n o m b re s de v a rio s a b o g a d o s e s p e c ia liz a d o s en d e fe n d e r “ |4 ja r o s ” .


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declaraciones en las que se procuraba mostrar la rec­ titud y honorabilidad del acusado, lo que sirvió como presión indirecta para el juez y los jurados; veamos una de estas declaraciones: A n te el despacho de la A lc a ld ía M u n ic ip a l de... V a lle a los diez y siete días d e l mes de A b r il de m il n o ve cie n to s sesenta y uno, se h izo com p a re ce r el se ñ o r............ con el fin de que d e clare en el p resente negocio. E n ta l v ir tu d el señor A lc a ld e p o r a n te su se­ c re ta rio (sic) pro ce d ió a re c ib irle el ju ra m e n to de rig o r p re v ia la im p o s ic ió n del a rt. 191 d e l C. P. y c o n fo rm e a lo e s tip u la d o en los a rts . 147 y 148 del C. P. P. q u ie n m a n ife s tó d e c ir la v e rd a d sólo la v e rd a d y nada m ás q u e la ve rd a d . A c to se g u id o fu e in te rro ­ ga d o sobre sus cond icio n e s c iv ile s y d ijo m e lla m o com o queda d ic h o n a tu ra l de.............. V a lle , casado, p ro fe s ió n c o m e rcia n te y sin generales de le y p a ra con la persona que v o y a d e cla ra r. E n te ra d o del despacho N o. 6 d e l J u z g a d o T e rc e ro S u p e rio r del D is tr ito J u d ic ia l de B u g a , m a n ife s tó conozco a l señor N . N ., hace unos seis años, lo conocí cu a n d o tra b a ja b a en la p o licía , sobre su c o n d u c ta m e parece u n tip o tra b a ja d o r y co rre cto , no te n g o m ás que decir. E n este e sta d o el señor A lc a ld e p ro ce d ió a te rm in a r la presente d ilig e n c ia y se firm a en c o n s ta n c ia com o en ella apa­ rece. E l A lc a ld e E l D e c la ra n te E l S e cre ta rio (22).

De igual manera, son ampliamente conocidas las Actuaciones del entonces presidente Rojas Pinilla para presionar la libertad de León María Lozano, a cargo de un juzgado de Buga; en efecto, Lozano se encontraba oncarcelado a órdenes del juez del circuito penal de Buga, Carlos Londoño desde el 11 de julio de 1953. El alcalde de Buga, Alfredo Molina Martínez, se dirigió al juez penal del circuito mediante oficio No. 336 de julio 15 de 1953, en el cual le comunicaba que el brigadier ge­ neral Francisco Rojas Scarpetta, director de la Policía Nacional, le había manifestado por teléfono desde Cali, 18. S u m a rio p o r h o m ic id io y lesiones personales, J u z g a d o S egundo S u p e rio r de B u g a , R ad. 1668, fo lio s 226-230.


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la necesidad de poner inmediatamente en libertad a León María Lozano, para cumplir la “orden impartida desde Bogotá por el excelentísimo señor presidente de la República, Teniente General Gustavo Rojas Pinilla” . Esta presión del Ejecutivo y de las Fuerzas Armadas sobre la rama judicial, se vio complementada por el te­ niente coronel Guillermo Padilla, comandante del batallón Palacé, quien también se dirigió en el mismo sentido al juez Londoño, manifestándole que: ...fu e s o rp re n d id o d e s a g ra d a b le m e n te a l s e r in fo rm a d o de que u n a o rd e n im p a r tid a p o r su E x c e le n c ia e l s e ñ o r T e n ie n te G e n e ra l P re s id e n te de la R e p ú b lic a , h a b ía s id o d e s a te n d id a p o r el Juez P e n a l d e l C irc u ito , s e ñ o r C a rlo s L o n d o ñ o ; s e g ú n esas in s tru c d o n e s , S u E x c e le n c ia d is p u s o q u e e l s e ñ o r L e ó n M a r ía L o z a n o , q u ie n se e n c o n tra b a e n fe rm o en la c á rc e l d e B u g a , d e b ía s e r a u to ­ riz a d o p a ra a b a n d o n a r e l e s ta b le c im ie n to y p re p a ra rs e p a ra m a r­ c h a r a B o g o tá , co n el f in de p o n e rs e a d is p o s ic ió n d e l s e ñ o r T e ­ n ie n te C o ro n e l J o rg e O rd ó ñ e z V a ld e rra m a , S u b d ir e c to r de la Po­ lic ía N a c io n a l (2 3 ).

Las vinculaciones de Rojas Pinilla con los “ pájaros” no se limitaron sólo a sus relaciones con “ El Cóndor”, pues al parecer sus andanzas lo llevaron a entablar con­ tacto con otras aves de menor vuelo y, sobre todo, con algunos sostenedores y auxiliadores de “ pájaros”. Cuando N. N., dueño de una fonda eq La Marina, fue implicado en el asesinato de un conocido liberal de Tuluá, declaró: “ M i n o m b re es N . N ., de 28 a ñ o s de e d a d ... s o y v e c in o de L a M u riñ a , s o y h ijo d e ............. y .............; a h o ra ú ltim a m e n te he tra b a ja d o co n c o m e rc io , p u e s te n g o u n café a llá en L a M a r in a . ... M a n te n g o re la c io n e s de a m is ta d c o n N . G il v e c in o d e e s ta c iu d a d y m e co n oce el G e n e ra l R o ja s P in illa p u e s c o n é l he c h a rla d o v a ria s vecen p o rq u e le he id o a s o lic it a r a llá m u c h a s co sa s q u e he necesito d o (24).

23. El proceso contra Gustavo Rojas Pinilla ante el Congreso <1* C o lo m b ia , B o g o tá , Im p r e n ta N a c io n a l, 1960, p . 6 4 6 . 24. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tr a N . N . y o tro s , J u z g a d o Tercero S u p e rio r, T u lu á , R a d . 3 1 .5 2 9 , f o lio 113.


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De la misma manera, grupos económicos y sectores sociales emergentes, como finqueros, compradores de café y negociantes de ganado, se enriquecieron y ascen­ dieron socialmente a la sombra del gatillo de los “pája­ ros", sobre todo, cuando éstos fueron contratados para prestar sus servicios a las cuadrillas. Las cuadrillas de "Zarpazo", de “ Melco" y de “ El Mosco" utilizaron los servicios de los “pájaros"; para entonces éstos ya se habían transformado en verdaderos sicarios (25). No obstante el amedrantamiento y el terror desple­ gado por los “pájaros", el pueblo buscó mecanismos sutiles para identificar a los auxiliadores y a sus jefes políticos; cuando en 1951 en un accidente automovilís­ tico cerca a Palmira, en el que murieron el ex-gobemador Nicolás Borrero Olano, Oscar Arango Ochoa, Jesús María Valencia (chofer y famoso “pájaro" de Montenegro), y resultaron heridos Navia Varón, José Ignacio Giraldo y Jaime Lozano Henao (26), quienes al parecer venían de una reunión en la que se asignaron ciertos “trabajitos", al día siguiente apareció escrito en el árbol donde se había estrellado el vehículo con tan selectos perso­ najes, la siguiente leyenda: “Aquí no quedó sino plumero". "P A J A R O ” R U R A L , “ P A J A R O ” U R B A N O

La actividad del “pájaro” tuvo un marcado carácter pueblerino y veredal, aunque aquél efectuaba desplaza-

25. S u m a rio p o r h o m ic id io , J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R a d . 14065. S u m a rio s e g u id o a la c u a d rilla d e M e lq u is e d e c C a m a c h o “ M e lc o ” , J u z g a d o C u a rto S u p e rio r, T u lu á , R a d . 1656. M. T e s tim o n io s re c o g id o s en B u g a y T u lu á . L o z a n o H e n a o era p a ra a q u e l e n to n c e s u n jo v e n d ir ig e n te c o n s e rv a d o r d e T u lu á , a c u s a d o de s e r e l enlace en C a li d e lo s “ p á ja ro s ” ; h a c ia 1975 s ie n d o ge­ re n te de A s o c a ñ a , se s u ic id ó d e u n t ir o d e r e v ó lv e r después de q u e se le in v o lu c ró en c o n tra b a n d o de a z ú c a r; o tro s lo v in c u la b a n con e l n a c ie n te n a rc o trá fic o .


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mientos a la ciudad y viceversa; sus centros de apoyo fueron el corregimiento, el caserío y la vereda, y sus ocupaciones cotidianas eran aquellas que le permitían mucho tiempo libre y reincorporación fácil a su trabajo (matarife, carnicero, chofer, cantinero, jornalero, fon­ dero, inspector de policía, citador de juzgado, etc.). De la fase veredal y pueblerina, es decir, de los “pá­ jaros” surgidos de las guardias cívicas y sostenidos por los Directorios Conservadores, se pasó a la fase pro­ fesional bajo la coordinación, desde Tuluá por “ El Cón­ dor” ; estos últimos tenían como base la ciudad y como escondite las veredas y poblados. La Marina, inspección de policía cercana a Tuluá, fue uno de los lugares más escogidos para esconder a los realizadores de “trabajitos” ; la zona o barrio de tolerancia, las famas o car nicerías, las fondas, los billares, los bares y cafés fueron, entre otros, los lugares frecuentes de reunión y caleta* de armas de los “pájaros” ; en Tuluá se recuerdan “K! Bar Central” , “El Bodegón’, “El Happy Bar” , “Ln Jaula” y el café “ La Fama” . Los “pájaros” profesio­ nales urbanos coordinados por “El Cóndor” se man tuvieron hasta 1955-1956; de allí en adelante el “pájaro" se fue transformando cada vez más en un “matón” sin ninguna identidad partidista, incluso fue utilizado poi los cuadrilleros, terratenientes y hacendados para ejn cutar “faenas” contra opositores, sindicalistas o enn migos políticos. No obstante lo anterior, y como producto de su origo» campesino, veredal y pueblerino, al “pájaro” lo animó una ideología ancestral y rústica con muchos elemento» mágico-simbólicos y de religiosidad popular. Cuando “Lamparilla” , famoso “pájaro” del norte del Valle, m tomó a Bugalagrande en noviembre de 1949, coloró sobre la copa de los sombreros de los liberales arrepon tidos gallardetes azules con la imagen de la Virgen del Carmen, simbolizando con esto la aceptación de la idw logia conservadora en su forma religiosa, al igual qu« lo hacían los campesinos rebeldes de la Europa prec»


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pitalista o los guerrilleros mexicanos de Pancho Villa (27). En el mismo sentido “Mojojoy” , “pájaro” del occidente del Valle, quien habia escapado a numerosos atentados, fue “dado de baja” después de múltiples enfrentamientos ron las autoridades, encontrándosele un gigantesco tatuaje de la Virgen del Carmen en la tetilla izquierda, razón por la cual, según los campesinos, no moría. La red de “pájaros” se mantuvo vigente hasta 1965, y aún hoy efectúa sus “oficios” en muchos municipios del Valle, y no es mera coincidencia que el M AS — Muerte a Secuestradores— encontrara gran respaldo y desarrollo en el occidente del Valle del Cauca (28).

"E L C O N D O R ": R E Y D E L O S " P A J A R O S ” P R O F E S IO N A L E S

Ln vida de León María Lozano fue muy desconocida hasta el 9 de abril de 1948. Hijo de Roberto Lozano y Soledad Lozano, pocas personas lograron describirlo, pero coincidieron en caracterizarlo como un devoto fer­ viente, como un conservador convencido (29), un hombre honrado, trabajador y sumamente ahorrativo. En Tuluá, era el empleado de confianza de don Luis (-arlos Delgado, gerente de las “galerías” , más tarde pasó a ser propietario de un puesto de venta de quesos (¡10), en el instante en que el mercado quedó bajo la ad­ ministración de las Empresas Públicas y después de re-

G. R udé, R e v u e lta p o p u la r y conciencia de clase, B a rce lon a, C rític a G rija lb o , 1981, pp. 94-96. JH. M . S o u lo y, H is to ria del n a rc o trá fic o c o lo m b ia n o a tra v é s de sus relaciones con el poder. P o nencia V C on g re so de H is to ria de C o­ lo m b ia — A rm e n ia — 1985, Ic fe s , B o g o tá , 1986. F . C a s tillo . L o s jin e te s de la cocaína, B o g o tá , D o cu m e n to s P e rio d ístic o s , 1987. rtl. D ecla ra ció n de R u b é n A g u ile ra , s u m a rio a d e la n ta d o p o r el ho­ m ic id io de A n d ré s S a n ta co lo m a , J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r, T u lu á , R ad. N o. 23831, fo lio s 364 a 366. M), Id e m , fo lio 365.

II,


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DEPARTAM ENTO D E L VALLE D E L CAUCA ZONAS DE ACTUACION DE LOS “PAJAROS” (1949 -1958)

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sultar favorecido por las recomendaciones de una des­ tacada matrona liberal. Asmático de nacimiento, bajo de estatura y fanático rezandero, se diría que era un hombre insignificante, a no ser porque dentro de su personalidad reunía ele­ mentos que, estimulados por la situación política que se desbordó con el 9 de abril, le llevaron a una siniestra celebridad. El fanatismo religioso indujo a León María a una práctica católica militante: en Cali en 1947, compró una imagen de María Auxiliadora para donarla en su nombre, en el de su esposa y en el de su hija, a la capilla del Co­ legio Salesiano San Juan Bosco; fue precisamente en defensa de esta capilla y contra la acción de “la chusma liberal’', que salió el 9 de abril en compañía de dos hom­ bres, unas viejas escopetas y dinamita. Este hecho lo convirtió, ante la dirigencia conservadora regional, en un héroe. Las conexiones de León María Lozano con la po­ licía, con el Servicio de Inteligencia Colombiano SIC, con los dirigentes conservadores departamentales y con los jefes nacionales, no fueron solamente el producto del viaje de unos señores de Cali o de Bogotá, como lo describe Alvarez Gardeazábal en su novela (31), o como lo muestra Ñor den en su película; “El Cóndor” resume las tendencias características de la violencia en el occi­ dente colombiano, región en la que las policías políticas y los “pájaros” fueron las fuerzas encargadas de con­ vertir en dóciles conservadores a las mayorías liberales del Valle del Cauca, en el lapso de tres años (1946-1949) (32).

31. G u s ta v o A lv a re z G ard e a zá b a l, C ó ndores no e n tie rra n to d o s los días, B o g o tá , O v e ja N e g ra , 1984, pp. 60-68. 32. D e los 36 m u n ic ip io s d e l V a lle a n te s de 1946, 34 e ra n de a b ru ­ m a d o ra m a y o ría lib e ra l; antes de las elecciones p re sid e n cia le s de 1949 las p ro p o rcio n e s y a se h a b ía n in v e rtid o p o r la e fe c tiv a la b o r de los “ p á ja ro s ” .


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La irrupción de personajes como “El Cóndor” en nuestra accidentada vida política no obedece necesaria­ mente a las directrices trazadas a nivel central, sino más bien, a la convergencia de factores regionales y centrales favorecidos por la existencia de un Estado con poca le­ gitimidad, que se manifestó en la “ausencia” del poder central en ciertas regiones del país antes de la genera­ lización de la violencia del año 1946. Aunque la admi­ nistración estatal no estuvo necesariamente ausente del desarrollo infraestructural en cuanto a construcción de carreteras, puentes, etc., en el plano superestructura! no existían ni una Policía Nacional, ni un Ministerio de Justicia; la burocracia era ineficaz y poco ligada a las políticas de la administración central. En estas condi­ ciones, las funciones que debían desempeñar los orga­ nismos del Estado quedaron en manos de gamonales, jefes locales, empleados subalternos y el clero (33) máxime cuando el discurso ideológico y político que precedió a la violencia de los cincuentas se había tomado en un debate “por arriba” , entre los dirigentes de los dos par­ tidos, dejando a la masa en manos de los jefes regionales, quienes con una prédica sectaria intentaban mostrar a su adversario como una “ fuerza del mal” que debía com­ batirse y exterminarse. Contrariamente a como lo plantea Oquist (34), este estado de cosas no se presentó como consecuencia de la 33. Se ha d e n o m in a d o “ d e b ilid a d d e l E s ta d o ” , que a q u í c a ra c te ri­ zam os com o E s ta d o d ilu id o en las regiones, en ú ltim a s , a las m ú ltip le s fo rm a s de d o m in a c ió n p riv a d a de lo social, que renuncia, p o r ejem p lo , a la “ in s titu c io n a liz a c ió n de las fo rm a s de v io le n c ia ” , haciendo uso c o tid ia n o m ás b ie n de fo rm a s p riv a d a s de ejercer la v io le n cia , fra g m e n ta n d o la S o ciedad C iv il y “ n e g a n d o ” la re p re se n ta ció n del E s ta d o com o u n id a d s u p ra c o n flic tu a l, gene­ ra n d o y d e s b o rd a n d o la te n d e n cia social a d is p u ta rle de hecho el c o n tro l a l ente e s ta ta l. 34. P a u l O q u is t, V io le n c ia , c o n flic to y p o lític a en C o lo m b ia , B o gotá, I n s titu t o de E s tu d io s C o lo m b ia n o s, 1978. P a ra este a u to r, como consecuencia de la v io le n c ia se p re se n tó “ u n d e rru m b e parcial


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violencia, sino más bien, ésta alimentó y dinamizó tal si­ tuación. Como el Estado se presentaba con poca autoridad regional, desde estas zonas se fue desarrollando una política clientelista que, mediante la manipulación de los puestos públicos y la presión sobre las autoridades, buscaba ante las instancias departamentales y nacionales de su partido, la promoción de los jefes locales. La policía conservadora y el “pájaro” se fueron de­ sarrollando, en el caso del Valle, en las áreas en donde el Estado se mostraba más débil, y luego fueran utilizadas y dinamizadas por los políticos profesionales. La mani­ pulación de “El Cóndor” por Salazar García, Borrero Olano, Rojas Pinilla y otros, en favor del Partido Con­ servador, es clara muestra de esta situación. Es pre­ cisamente en tal sentido que el “pájaro” guarda gran similitud con la mafia, pues, al igual que ella, se vio esti­ mulado por la existencia de un Estado débil que posi­ bilita el florecimiento de “padrinos” o jefes alrededor de los cuales otros buscan protección o apoyo, por leal­ tad, favoritismo, interés o simple temor. Cuando el conservatismo retomó el poder en 1946, se propuso equilibrar su electorado mediante: primero, la manipulación de la burocracia oficial; segundo, el desarme del campesinado; y, tercero, la presión armada a través de las bandas de “pájaros” y la policía política, sobre ciertas zonas rurales del Valle. Se buscaba ejercer un dominio político clientelista a través de la sujeción de sectores campesinos; la “revancha conservadora” ,

del E s ta d o ” . N o so tro s creem os qu e no h a y ta l d e rru m b e , pues el E s ta d o , desde la C o n s titu c ió n de 1886, venía en su lu cha p o r con­ solid arse , es d e c ir se p re se n ta b a “ d é b il” . S ó lo h u b o cla ro s in ­ te n to s de u n E s ta d o in te rv e n c io n is ta y con presencia d u ra n te el g o b ie rn o de L ópez; la v io le n c ia a ce n tu ó y d in a m iz ó la d e b ilid a d de l E s ta d o , h a s ta p o n e rlo a l b o rd e d e l colapso; p o r eso h a blam os de la e x is te n c ia de u n “ E s ta d o d ilu id o ” , es d e cir, que venía desde m u ch o antes de la v io le n cia , en u n proceso de fa lta de le g itim id a d .


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no constituyó una teórica orientada a la recuperación o apropiación de tierras, sino, más bien, un mecanismo de manipulación política. Este es el sentido de la con­ signa dada por los dirigentes conservadores a “ El Cón­ dor” de convertir la Cordillera Occidental en la “cor­ dillera Azul” , concentrando sus acciones en Trujillo, Riofrío, Fenicia, Salónica, Venecia, Primavera, Fra­ zadas, Ceilán, Barragán, Bugalagrande, La Marina, La Moralia, Andinápolis, etc., tomando como base a Tuluá. "E l Cóndor” : sus conexiones y sus acciones En octubre de 1949 se llevaban a cabo las masacres y persecuciones liberales de Trujillo, Riofrío, Ceilán, Bo­ lívar, Barragán, Vijes y Yotoco; meses atrás, cuando Borrero Olano no era todavía gobernador, visitó a “El Cóndor” en Tuluá, en compañía del doctor Navia Varón, Gustavo Salazar García y del doctor Ramírez Moreno, para legitimar su jefatura de muerte, ganada enfermi­ zamente el 9 de abril con armas, dinero y el respaldo de un sector del Partido Conservador. León María Lozano Lozano, alias “El Cóndor” , o la “ Sonora Matancera” , ungido por el derecho “divino” y por el de los jefes del Partido Conservador, se dio a la tarea de exterminar adversarios a los gritos de “ ¡Viva el sagrado Partido Conservador!” , “ ¡Viva Cristo Rey!”, “¡Mueran los rojos!” , “ ¡Mueran los cachiporros H.P.!”, “ ¡Mueran los patiamarillos!” . En muchas de estas primeras acciones “Don Leo” participó directamente, contando con el apoyo de alcaldes, jueces y policías puestos a su servicio incondicional­ mente, al tiempo que el machete, el cuchillo y la metralla entonaban sus himnos de muerte y desolación. León María Lozano, conjuntamente con N. García, N. Zapata, N. Aguilera, “Lamparilla” , “El Vampiro”, “El Palmirano” , “El Loco Atehortúa” , “El Indio Car-


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mona” , “ El Jorobado” , “Ventarrón” , los Duque, los Buitrago, los Zuluaga, y los Villegas Lozano, entre otros, operó en dos niveles para llevar adelante su oleada de muerte: el “pájaro” veredal, que contando con el apoyo institucional de Tuluá actuaba en pueblos y veredas de la cordillera, y el “pájaro” profesional urbano que, traído en muchos casos desde Santander, Boyacá, Tolima, Antioquia y Quindío (35), operaba en las ciudades respaldado desde las veredas y poblados cercanos a Tuluá. “ El Cóndor” en Tuluá y el “ Escuadrón suicida” En maridaje con la policía, los jueces municipales, los alcaldes y la policía secreta, “ Don Leo” operaba en Tuluá: en diciembre de 1951, por la carretera que conduce de Tuluá a Rio frío, “El Cóndor” se desplazó en un campero en compañía de su sobrino Guillermo Villegas Lozano y de Adriano Aguilera, disparando tiros de revólver que le causaron heridas graves a dos campesinos (36). La indagatoria por la denuncia presentada contra “ El Cóndor” , fue dilatada por el alcalde y la policía de Riofrío, y, posteriormente, cuando se logró iniciar el sumario en su contra, León María se presentó en Buga a las ofi­ cinas del Fiscal Segundo Superior, obligándole a punta de revólver, a revocar el auto de detención dictado en su contra (37); después de numerosas amenazas, el fiscal se vio obligado a renunciar, mientras que su remplazo,

35. E l s a rg e n to O v a lle , después de p a r tic ip a r en la m a sa cre de Beta n ia , fu e tra s la d a d o a l T o lim a ; d esde a llí c o n tin u ó c o la b o ra n d o con los “ p á ja ro s ” . R e la to s o ra le s de “ A lfo n s ito ” , B u g a , fe b re ro de 1984. 36. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra L e ó n M a ría L o z a n o , A d ria n o A g u i­ lera, R u p e rto G a rc ía y R o b e rto V ille g a s , in ic ia d o en e l J u z g a d o 25 de T u lu á y c o n tin u a d o p o r c a m b io de ra d ic a c ió n en el J u z ­ g a d o S e g u n d o S u p e rio r de T u n ja , R a d . N o . 2633, fo lio s 8 a 30. 37. Id e m , fo lio s 85 a 90.


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el doctor Eusebio Galindo López, al persistir en los planes de su antecesor, resultó eliminado a tiros en las calles de Buga. La situación en Buga y Tuluá era tan grave entre 1950 y 1952, que el Juez 25 de Instrucción Criminal, Julio Alberto Hoyos, quien logró llevar adelante el su­ mario contra León María desde el juzgado instalado provisionalmente en Cali, a pesar de contar con un pe­ lotón de soldados para su custodia, sufrió tres atentados. El juez 25 entregó personalmente al gobernador Carlos A. Sardi, la orden de captura e incomunicación que sobre "El Cóndor” pesaba: C a li, m a rz o 28 de 1952 S eñor G o b e rn a d o r d e l D e p a rta m e n to E . S. D . M u y a te n ta m e n te s o lic ito de U d . se s irv a im p a r tir las órdenes c o rre sp o n d ie n te s p a ra qu e sea c a p tu ra d o y p u e s to a órdenes de este ju z g a d o , con las d e b id a s se g u rid a d e s e in c o m u n ic a d o , el señor L e ó n M a ría L o za n o , ve c in o de T u lu á . S i e x is tie re a lg ú n in c o n v e n ie n te p a ra el tra s la d o d el c a pturado a esta c iu d a d , en d o nde fu n c io n a e l ju z g a d o , e d ific io M oncaleano N o. 206, s o lic ito se in fo rm e a este despacho a la m a y o r brevedad a fin de re s o lv e r lo c o n v e n ie n te s in dem ora. S eñor G o b e rn a d o r, a te n ta m e n te , J u lio A lb e r to H o y o s Juez 25 de In s tru c c ió n C rim in a l (38).

No obstante, la captura de “El Cóndor” no se llevó adelante: una retención de "Don Leo” y algunos miem­ bros de su pandilla en Tuluá en 1952 por parte de las tropas del Batallón Palacé al mando del teniente García, fue echada atrás para "asegurar la tranquilidad pública”, según consta en comunicado oficial. Es sospechoso quo el propio gobernador y el comandante de la Terceni

38. Idem, fo lio s 95 a 100.


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Brigada, coronel Deogracias Fonseca, se hubieran cru­ zado cartas en las que manifestaban clara preocupación por el “estado de salud de un ciudadano", que no era otro que León María Lozano (39). Mientras esto sucedía, con destitución fue premiada la valiente actuación del juez. Así, el único sumario que se logró iniciar contra “El Cóndor” no prosperó: para dilatar la investigación fue trasladado a Tunja en 1954, por cambio de radicación. El 25 de noviembre de 1952 se presentó León María Lozano ante el fiscal del Juzgado Segundo Superior, doctor Eduardo Irurita, para obtener a través de la presión y la violencia, la revocatoria de una providencia dictada por el citado funcionario, que ordenaba la de­ tención de Lozano por haberse interpuesto con gentes armadas y mediante el terror, en la vereda La Negra, para impedir la reconstrucción de un horrendo crimen en el que lugartenientes de “El Cóndor” aparecían como respon­ sables. Además, numerosos testigos del mencionado crimen fueron desapareciendo uno a uno bajo el gatillo de los pistoleros de “Don Leo” . Cuando el juez 19 dictó auto de detención contra Lozano el 15 de diciembre de 1952, un abogado muy amigo de “El Cóndor” , que ac­ tuaba como defensa, logró que se le asignara la casa por cárcel, alegando el asma que afectaba a éste. “El Cóndor” continuó, pues, actuando libremente y a su antojo sobre las personas que se atrevían a declarar en hu contra (40). Cuando en 1955 las autoridades de Tuluá le deco­ misaron el revólver y el salvoconducto, “El Cóndor” 19. “ E l C ó n d o r” se h iz o p ro rro g a r la in c a p a c id a d q u e le h a b ía n de­ c la ra d o los m é d ico s d e l h o s p ita l de T \ilu á p o r las h e rid a s del a te n ta d o s u frid o días a trá s , con e l fin de e lu d ir e l tra s la d o a C a li en c a lid a d de d e te n id o a órdene s d e l ju e z 25. E l g o b e rn a d o r C a rlo s A . S a rd i y e l c o m a n d a n te de la T e rc e ra B rig a d a , c o ro n e l D eo­ g ra c ia s Fonseca, se a p re s u ra ro n a p re s ta r to d a clase de co n sid e ­ racio n e s al je fe de los “ p á ja ro s ” . Id e m , fo lio 94. 10. V éase el P roce so c o n tra G u s ta v o R o ja s P in illa a n te el C on g re so de C o lo m b ia , B o g o tá , Im p re n ta N a c io n a l, 1960, p p . 646 a 652.


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viajó a Bogotá, en donde aprovechando la vieja amistad con “El General” — que databa de los tiempos en que éste, como comandante de la Tercera Brigada, protegía a los “pájaros” — logró regresar a Tuluá con revólver y salvoconducto nuevos. Entre 1949 y 1955 en Tuluá fueron eliminadas, entre otras, bajo los auspicios directos o indirectos de “El Cóndor” y sus lugartenientes, las siguientes personas: Alejandro Cruz Gaitán, Tito Uribe White, Edgar López Quintero, Jorge Sancremente, Carlos Cruz, Ricardo Cruz, José María Rodríguez, Hermeregildo Montoya, Fabriciano Pulgarín, Iván Londoño, Germán Pulgarín, Pablo Rebolledo, Samuel Gómez, Aristides Arrieta, Andrés Santacoloma y Alfonso Santacoloma. El 10 de julio de 1955 un grupo de liberales de Tuluá, cansados de las andanzas de la “pajarería” , y que, a pesar de las promesas de paz de Rojas, veían en el nuevo gobierno el mismo apoyo institucional para con León María, enviaron al periódico El Tiempo una valerosa carta de denuncia en la que ponían al descubierto la es­ candalosa complicidad de las autoridades, incluyendo a gobernadores y fuerzas de policía, con los “pájaros” da “El Cóndor” . T u lu á , ju lio 10 de 1955 S e ñ o r d ire c to r de E l T ie m p o B o g o tá A p re c ia d o se ñ o r D ire c to r: E n n u e s tra c o n d ic ió n de tu lu e ñ o s y v a lle ca u ca n o s, séanos peí m itid o fe lic ita r lo p o r su v a le ro s a c a m p a ñ a en fa v o r de esta mm d riz a d a c o m a rca y a la vez e x p re s a rle n u e s tro s m ás sincero» a g ra d e c im ie n to s p o r ta n v a lio s o s s e rv icio s . Se p re g u n ta u s te d , con ju s tific a d a ra zó n , en su e d ito ria l de ayer, “ ¿ hasta c u á n d o v a a d u ra r la d o lo ro s a s itu a c ió n d e l V a lle d#l Cauca? H a s ta c u á n d o esa re g ió n , y a s u fic ie n te m e n te m artirizad» y c a s tig a d a p o r el s e c ta ris m o s a lv a je , v a a s e g u ir b a jo el siniestro s ig n o de los p á ja ro s ? ” . E s ta s p re g u n ta s p uede y debe a b s o lv e rla s el g o b ie rn o nacional p o rq u e só lo en sus m a n o s está d a rle a esta re g ió n la anhelad» paz, q u e en v a n o hem os b u s c a d o p o r to d o s los m e d io s a nueslm alcance, s in lo g ra rla e n c o n tra r p o r p a rte a lg u n a . Y a firm a n x *


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esto p o rq u e estam os con ve n cid o s, com o ta m b ié n lo están las a u to rid a d e s de este m u n ic ip io , de qu e m ie n tra s el g o b ie rn o cen­ tr a l no se decida a c a s tig a r en fo rm a im p la c a b le a los m ism o s s in ie s tro s perso n a je s que s e m b ra ro n el te rro r en el pasado ré­ g im e n , y que lo c o n tin ú a n s e m b ra n d o h o y , la cadena d olorosa de los a se sin a to s y las d e p re d a cio n e s se g u irá su a c o s tu m b ra d a tra y e c to ria . D e que esto es c ie rto , n a d ie se p o d rá a tre v e r a ne­ g a rlo (...) Y va m o s a ser co n cre to s : E l caso de L e ó n M a ría L o ­ zano. ¿C óm o es p o s ib le que a estas h o ra s de la v id a , después de a q u e lla célebre fra se de n u e s tro g e n e ra l p re s id e n te , (n o m ás san­ gre, no m ás d e p re d a cio n e s a n o m b re de n in g ú n p a rtid o p o lític o ), c o n tin ú e este s in ie s tro p e rso n a je , a q u ie n to d a la c iu d a d a n ía de b ie n s in d ic a co m o el a u to r de ta n to c rim e n , p a se a n d o su im p u ­ n id a d , no o b s ta n te p e sa r so b re é l a u to de d e te n c ió n p o r d iv e rs o s a cto s d e lic tiv o s ? A u to de d e te n c ió n qu e pesa so b re é l desde el p a sa d o ré g im e n , d ic ta d o p o r e l ento n ce s J u e z 25 de In s tru c c ió n C rim in a l, d o c to r J u lio A lb e r to H o y o s , el ú n ic o fu n c io n a rio ho­ n e s to y v a le ro s o q ue en a q u e lla época se a tre v ió a le v a n ta r u n a in v e s tig a c ió n p o r m u lt it u d de c rím e n e s a q u í c o m e tid o s y a p e r­ fe c c io n a r u n e x p e d ie n te (...) E n esa in v e s tig a c ió n se d ic tó a u to de d e te n c ió n c o n tra L e ó n M a ría L o z a n o , P a sc u a l Z a p a ta , A d ria n o A g u ile ra , R u p e rto G a rc ía y o tro s m ás, co m o a u to re s in te le c tu a le s y m a te ria le s de d iv e rs o s crím e n e s. D ic h o e x p e d ie n te d u e rm e h o y el sueño de los ju s to s en la c iu d a d de T u n ja (...) P e ro lo que nos s o rp re n d e h o y es qu e d espués d e l 13 de ju n io a este s u je to se le d e te n g a p o r d e lito s co m u n e s co m o el d e l a te n ta d o a l fis c a l p rim e ro s u p e rio r de B u g a , y el ju e z q u e hace c u m p lir ese a u to es d e s a u to ­ riz a d o y to d o u n t r ib u n a l es a m e n a z a d o p a ra q u e lo p o n g a n en lib e rta d (...) N o s o tro s s e g u im o s c o n fia n d o y e s p e ra n d o en el g o ­ b ie rn o de la s fu e rz a s a rm a d a s y en la p a la b ra e m p e ñ a d a p o r su je fe s u p re m o , a u n c u a n d o h a y c ie rto s hechos q u e n o a c e rta m o s a e x p lic a m o s y q u e nos hacen v o lv e r a veces e scé p tico s. T a l p o r e je m p lo el e lo g io d e s m e d id o , q u e co n o c a s ió n d e l h o m e n a je t r i ­ b u ta d o el a ñ o p a s a d o en el re s ta u ra n te T e m e l a l c o ro n e l Ig n a c io R e n g ifo p o r su n o m b ra m ie n to c o m o je fe de la C asa G ira ld o d e l p e rs o n a je L e ó n M a ría L o z a n o , y a lg o m á s in e x p lic a b le a ú n , q u e en re c ie n te g ira de n u e s tro g o b e rn a d o r p o r e l d e p a rta m e n to se h i­ c ie ra a c o m p a ñ a r d e l ta n m e n c io n a d o s u je to y en S a ló n ic a , p u e b lo e m p o rio de v io le n c ia , se s e n ta ra a la m esa co n é l s in m e n o r es­ c rú p u lo . C o n s id e re u s te d , s e ñ o r d ire c to r, e l e fe c to p s ic o ló g ic o que puede producir una actitud de éstas en el pueblo, pues los unos, los violentos, pensarán que cuentan con el respaldo oficial, al ver a su jefe máximo en convivencia perfecta con todo un gobernador, y los otros, los pacíficos, se dirán que todo está perdido (...) Bien sabemos que la presente puede significar la firma de la sentencia


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de m u e rte p a ra n o so tro s, y que v e n d rá n las am enazas, a las cuales ya estam os a c o s tu m b ra d o s ; p e ro le ro g a m o s el fa v o r de darla a la p u b lic id a d desde las co lu m n a s de ese g ra n p a la d ín de la de­ m o cra cia q ue es E l T ie m p o . C o n ve n c id o s com o e stam os de que con la fra n q u e za con qu e hem os h a b la d o le p re s ta m o s u n servicio a n u e s tra cara c iu d a d y a l V a lle en genera l. A n tic ip á n d o le n u e s tro s a g ra d e c im ie n to s , nos es m u y g ra to sus­ c rib irn o s com o sus a te n to s s e rv id o re s y a m ig o s. A lfo n s o S a n ta c o lo m a R ., D r. Ig n a c io C ru z R ., D r. A lv a r o Cruz L o s a d a , D a n ie l S a rm ie n to L o ra , D r. D ie g o C ru z R ., A ris tid e s A r r ie ta G ., A n d ré s S a n ta c o lo m a S., F a b ric ia n o P u lg a rín , Dr, D o n a ld o A r rie ta G óm ez, J a im e V a le n c ia A . (41).

Después de publicada la carta por El Tiempo el 15 de julio de 1955, el grupo firmante fue identificado por los tulueños como el “escuadrón suicida” , ya que los “pá­ jaros” de “El Cóndor” los sentenciaron a muerte. El primero en caer fue el abogado Aristides Arriein Gómez, eliminado a tiros de revólver en el parque de Boyacá, a las seis y media de la tarde del 16 de julio d»> 1955; el asesinato de Arrieta fue otra de las tantas his­ torias de muertes largamente anunciadas que se pierden en nuestra historia oral; ocho días lo estuvieron siguiendo sus asesinos, medio Tuluá los vio, se dio aviso a la policín y al SIC; aun así, fue ejecutado y los responsables no fueron capturados. Arrieta no sólo era liberal y fir mante de la carta, sino que sabía demasiado de las an danzas de “ El Cóndor” , pues por el ejercicio de su pro fesión conocía los expedientes adelantados por las muer tes de Iván Londoño, Germán Pulgarín, Pablo Rebolledo y Samuel Gómez, homicidios en los que había clariin evidencias de la participación de León María y sus hom bres (42). La carta produjo sus efectos: no eran liberales rason, no era el pueblo el que sufría los rigores de la violencin

41. E l T ie m p o , B o g o tá , ju lio 15 de 1955. 42. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra J o rg e C o rre a , J u z g a d o Prinwni S u p e rio r, T u lu á , R ad. N o . 16161, fo lio s 1 a 10.


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eran ciudadanos de una de las ciudades más importantes del Valle los que denunciaban el maridaje entre las auto­ ridades y los sicarios; eran dirigentes liberales, médicos y abogados los que ahora hablaban. El gobierno de Rojas se vio en la necesidad de presionar la salida de ‘‘El Cón­ dor” de Tuluá a finales de 1955, además, “Don Leo” perdía día tras día su poder, pues sus lugartenientes de la margen occidental del Cauca no acataban ya sus órdenes y, por el contrario, chantajeaban y asesinaban a los propios conservadores. Confinado a vivir en Barranquilla y posteriormente en Pereira al amparo de un puesto público, el “ Rey de los pájaros” dejó su nido, sus siete años de poder y muerte, mientras los restos de su imperio entraban en un proceso de descomposición. No obstante, los “pájaros” de Tuluá seguían ma­ tando a los firmantes de la fatídica carta; el 29 de no­ viembre de 1955 fue asesinado en la sala de su casa el cxparlamentario y exalcalde Andrés Santacoloma, quien junto con Fabriciano Pulgarín, había sido considerado el más peligroso enemigo del conservatismo tulueño, en palabras de “ El Cóndor” . Este último, ahora desde Pereira, continuaba propiciando atentados, pues con el posterior asesinato de Fabriciano Pulgarín, se reducían n siete los sobrevivientes firmantes, sin contar con las heridas propiciadas en un atentado a Ignacio Cruz Roldán. Pero a León María Lozano también le llegó su día «I caer acribillado en una calle de Pereira el 10 de octubre de 1956 bajo los disparos del hijo del primer liberal asetinado por sus “pájaros” en Barragán. No era fácil romper un andamiaje de muerte tan su­ tilmente montado, con hilos finamente tejidos, desde Inspecciones de Policía hasta la Gobernación, y desde «llí hasta el Palacio Presidencial, máxime cuando los cargos públicos los ejercían muchos de los protectores de los “pájaros” . En efecto, ya muerto “ El Cóndor” , •l 22 de febrero de 1957 fue asesinado en Tuluá por un nx-agente de la policía, Alfonso Santacoloma, consti­


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tuyéndose en el cuarto firmante víctima de los “pájaros”. La colaboración de la policía y el SIC con los asesinos es claramente apreciable en las declaraciones sumariales; además, días antes la víctima habia enviado una carta al gobernador del Valle en la que denunciaba a quienes le venían asediando desde tiempo atrás (43). El 26 de febrero de 1957, cuatro días después de la muerte de Alfonso Santacoloma, Ignacio Cruz Roldán y Alvaro Cruz Lozada, dos miembros del “escuadrón suicida” refugiados en ‘Bucaramanga, le enviaron al general Gómez Arenas un extenso memorial, una va­ liente denuncia de la oscura situación del Tuluá de aque­ llos años, así como antecedentes del asesinato de Al­ fonso Santacoloma (44). Innumerables son los documentos que quedan aún por revisar, incontables los cabos sueltos de esta trama de la agitada y sangrienta vida de diez años de violencia conservadora en el occidente colombiano; diez años por­ que la violencia liberal como respuesta se inició a partir de 1955-1957, manteniéndose con sus variantes de auto­ defensa, cuadrillas, bandolerismo y guerrilla hasta el presente (45). Los “pájaros” que iban quedando sueltos en el Valle después de la salida forzosa de “El Cóndor” , fueron utilizados, no sólo por los terratenientes, hacendados y cuadrilleros, sino que en los últimos años de la dic­ tadura de Rojas, recibieron indirectamente apoyo del gobernador del Valle, brigadier general Jaime Polanín Puyo, del alcalde de Cali, Alfonso Reyes Madriñán, de Hernando Olano Cruz, de Mariano Oliveros, del jefe del SIC, general Luis E. Ordóñez y de José Ignacio Gi43. E l R e la to r, C a li, a g o s to 15 de 1957. 44. Id e m , a g o sto 5 de 1957. 45. L a s c u a d rilla s lib e ra le s d e l n o rte d e l V a lle in ic ia ro n sus accione» de respuesta a las m asacres co n se rva d o ra s hacia 1955-1957; ta m b ié n h u b o c u a d rilla s conse rva d o ra s. M u c h a s de ellas evolu c io n a ro n a la g u e rrilla , m ie n tra s que en el n o rte d el V a lle , el Q uincho y el T o lim a , se g e n e ra lizó el b a n d o le ris m o com ún.


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raido, jefe único del conservatismo en el Valle en 1957. Este último fue proclamado en la gallera "El Pedregal” de Yumbo, en donde fue notoria la presencia de varios "pájaros” o "gallos finos” . La manifestación de mayo de 1957 en Cali, fue custodiada en su recorrido por numerosos "pájaros” con la venia de los citados per­ sonajes. Auncuando la salida de "El Cóndor” de Tuluá, y la posterior crisis de la dictadura, desarticularon en buena parte las bandas de pájaros, y sobre todo el grupo de profesionales del crimen coordinado por León Maria desde Tuluá, los "pájaros” nunca desaparecieron por com­ pleto. En los sesentas los veremos actuando para eliminar a sindicalistas del sector cañero del Valle, y para con­ tribuir a los procesos de desarrollo capitalista de los sec­ tores agroindustriales de la Zona Plana. Su modalidad fue incluso importada hacia Caldas, Tolima, Cauca, Putumayo, Caquetá y la costa norte, en donde en los años setentas sirvieron a los terrate­ nientes y hacendados para frenar el auge campesino en la lucha por la recuperación de tierras, y para eliminar a dirigentes indígenas y campesinos del CRIC y la ANUC. Pero lo más importante, fue que en los pueblos y ve­ redas donde surgieron, se han mantenido hasta el presente como' fuerza oculta para dirimir contiendas partidistas y para zanjar viejos pleitos, incluso en algunas zonas se dinamizaron y se integraron al actual sicariato.


CAPITULO 5. CU AD RILLAS LIB E R A LE S Y ALG U N AS M ANIFESTACION ES DEL BANDOLERISMO

No hay que olvidar, como ya se anotó en el Capítulo 3o, que, de acuerdo con nuestro análisis, la violencia en el Valle presentó tres etapas: 1) Una primera oleada que se inició con el triunfo del conservatismo y el ascenso de Ospina y que puede ubi­ carse entre los años de 1946 y 1949. La necesidad del Partido Conservador de mantenerse en el poder y la can­ didatura de Laureano Gómez, precipitaron una etapa más abiertamente sanguinaria. 2) Una segunda oleada comprendida desde finales de 1949 hasta 1955, que recurrió insistentemente a la po­ licía política y a los grupos de civiles armados, confi­ gurándose con claridad el “pájaro” como sicario polí­ tico. Durante esta fase se asaltaron poblaciones enteras, Be cambiaron filiaciones políticas de pueblos y veredas mediante los famosos "arrepentimientos” ; Borrero Olano y Navia Varón fueron los jefes de la fracción con­ servadora que impulsó abiertamente este proceso de conservatización en el Valle. A partir de 1950 y hasta 1955-1957, las acciones conservadoras se centralizaron en Tuluá bajo la dirección de “ El Cóndor” , fortalecién­ dose el “pájaro” profesional urbano como sicario po­ lítico doble: del Estado débil y de los poderosos. 3) Por último, hacia 1955-1957 se configuró la resis­ tencia liberal y de otros grupos, que se manifiesta en las cuadrillas liberales; estos grupos surgieron en el Valle relativamente tarde, y sólo a partir de 1957 se hicieron más notorios, pues a partir de esa fecha contaron con la ayuda de las cuadrillas liberales del Quindío y del Tolima. De estos núcleos surgió la guerrilla del MRL y otras formas de resistencia. [137]


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Hacia 1957-1960, entrecruzándose con esta última fase, se desarrolló un tipo de bandolerismo con ánimo de lucro, que reflejaba en su accionar los traumas psi­ cológicos, sociales y familiares sufridos por los “hijos de la violencia del cincuenta” ; sus actuaciones, caracteri­ zadas por una marcada sevicia y atrocidad, reflejan una patología social en donde predomina el desprecio a lo es­ tablecido, al orden; una especie de lu m p e n que, como fenómeno, a lo largo de este libro se ha denominado “ban­ dolerismo” o, mejor, "bandidismo” . A estas alturas del desarrollo de la exposición, y dados los planteamientos esbozados en capítulos anteriores, con referencia al carácter partidista de la violencia de los "pájaros” , es necesario hacer algunas precisiones sobre la caracterización de la violencia que aquí se maneja: Coincidimos con el profesor Pecaut en el sentido de que hoy por hoy no se puede hablar de la violencia (1), sino de violencias, pues no sólo las particularidades re­ gionales, como lo muestran recientes trabajos, sino también la compleja mezcla de aspectos políticos, econó­ micos, sociales, étnicos y culturales, le imprimieron va­ riantes al fenómeno. N a d ie p u e d e a d m it ir y a q u e la v io le n c ia h a y a s id o sim p le m e n te u n a c o n fro n ta c ió n e n tre lo s p ro p ie ta rio s de m e d io s de p ro d u cció n y los q u e carecen de e llo s ; e n tre lo s dos g ru p o s fig u r a n m u c h o * o tro s p ro ta g o n is ta s de id e n tid a d m á s c o m p le ja , qu e disponían de m e d io s p a ra sa ca r p ro v e c h o de la s c irc u n s ta n c ia s . N a d ie p u e d e s e g u ir a firm a n d o q u e la v io le n c ia c o n trib u y ó en to d a s parte* a l a v a n c e d e l c a p ita lis m o ; en n u m e ro s a s zo n a s lo o b s ta c u liz ó (2)

Ahora bien, aun cuando nos parece bien interesante la tesis de Pecaut, que se refiere a que la “unidad de la violencia sólo puede ser analizada en referencia a lo po Utico” (3), a partir de las particularidades y entrecrucen 1. D a n ie l P e ca u t, Orden y violencia, B o g o tá , Cerec, S ig lo X X I, 1987, p. 494. 2. Idem, p. 494. 3. Idem, p. 498.

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de las violencias en el caso del Valle (violencia de los “pájaros” , violencia de las cuadrillas y violencia de los bandoleros) se ha intentado una caracterización global de los tipos de violencias de los cincuentas, así: 1) una violencia partidista con subordinación o “ arras­ tre” del aspecto económico-social; 2) una violencia económico-social con subordinación o “ arrastre" del aspecto partidista. Una y otra se desarrollan desde “ arriba", desde el “Bloque en el Poder” en alianza con sectores de las clases medias acomodadas. Paralelamente a estas dos modalidades y ya sea por reflejo, o como respuesta, se va generando, desde la po­ blación campesina y las capas medias pobres de las pequeñas ciudades y poblados, una violencia que inicial­ mente se ampara en las filiaciones partidistas (liberal o conservadora) y, que a medida que se desarrollan las contradicciones internas hace más énfasis en un carácter partidista (“pájaros” ), o reivindica el aspecto económico (cuadrillas y bandoleros), para trascender finalmente al plano político, rompiendo la sujeción ideológica con los partidos tradicionales (guerrilla). Como se aprecia, el fenómeno es uno sólo y sus va­ riantes se constituyen al vaivén de los desarrollos y con­ tradicciones del Estado, las clases, y las etnias en una y otra zona: mientras en unas regiones se dan los tres procesos al tiempo, en otras se privilegia el carácter par­ tidista, o se enfatiza el aspecto económico-social (4).

4 . E n el V a lle h a y e n tre c ru c e s de v io le n c ia s ; u n a es la p rim e ra a cción p a rtid is ta de los “ p á ja ro s ” , o tra la re sp u e sta a rm a d a de las cua­ d rilla s , o tra m u y d is tin ta la a cció n de los b a n d o le ro s y de los “ pá ­ ja ro s ” com o s ica rio s de fin a le s de la v io le n c ia . *


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C U A D R IL L A S L I B E R A L E S : R E S P U E S T A A L A V I O L E N C I A C O N SERVAD O RA DE L O S “ P A JA R O S ”

Las violentas y sistemáticas acciones de las bandas de “pájaros” , que con “El Cóndor” , habían consolidado en Tuluá su centro de operaciones para favorecer al Partido Conservador, impelieron entre 1955 y 1957 la respuesta liberal, dando origen a las cuadrillas liberales del norte del Valle (5). Sin embargo, en este punto es importante destacar que,.a pesar de que la respuesta libe­ ral fue bastante tardía en el caso del Valle (como se verá más adelante), ya desde 1950 se había intentado organizar la resistencia en el occidente del Departamento a partir de la guerrilla del Río Pepita (Dagua, Tragedias y Zabaletas). Esta estuvo conformada por sectores liberales, comunistas, protestantes, masones, y espiritistas, y contó con el apoyo de combatientes enviados del Llano y del Tolima. No obstante el fracaso y la repulsa que sufrieron inicialmente, sus acciones se constituyeron en el primer y más temprano intento de respuesta orga­ nizada contra la violencia conservadora en el occidente colombiano (6). Hubo tres factores que impidieron el desarrollo más temprano de la resistencia en el Valle: por un lado, casi toda la región occidental había sido dominada por las bandas de “pájaros” entre 1949 y 1955; por otra parte, la violencia conservadora había destruido toda la estruc­ tura organizativa del liberalismo y muchos de sus diri 5. L a s c u a d rilla s en e l V a lle fu e ro n g ru p o s b á s ic a m e n te lig a d o s ni lib e ra lis m o , q u e v a ria ro n e n tre 5 y 30 h o m b re s . L a filia c ió n no im p lic a b a q u e h ie ra n n e ta m e n te lib e ra le s o co n el re s p a ld o d e l pin tid o , estos g ru p o s b u s c a b a n filia c ió n o e fe c tu a b a n sus acciones n n o m b re d e l P a rtid o L ib e ra l. L a s c u a d rilla s se fu e ro n con fo rm a n d n desde “ a b a jo ” p o r e l p u e b lo ra so , p o r jo rn a le ro s y peones, como re s p u e s ta a las acciones a rm a d a s de la p o lic ía p o lític a y lo s “ pá ja r o s ” . 6. V éase s u m a rio p o r m ú ltip le h o m ic id io y a s o c ia c ió n p a ra d e lin q u li c o n tra S. Peña y o tro s , J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r de B u g a , Riul 16257.


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gentes se quedaron esperando mansamente las órdenes de la Dirección Nacional Liberal; y, finalmente, agru­ paciones como el Partido Comunista eran relativamente débiles en la cordillera vallecaucana, único lugar seguro para consolidar una acción armada (7). Por ello la resis­ tencia armada y la respuesta a la violencia conservadora de los “pájaros” se desarrolló en el norte del Valle, hacia la región del Quindío y Tolima y contó con el estímulo y apoyo de las cuadrillas de estos departamentos a partir del mismo momento en que los “pájaros” se habían de­ bilitado a causa de la salida de “ El Cóndor” del departmento del Valle (8). El norte del Valle ofrecía condiciones muy propicias para la estructuración de la resistencia armada, ya que, además de los grandes conjuntos montañosos constitu­ yentes de los paisajes naturales del Tolima y el Quindío, la región presentaba un número reducido de grandes poblaciones en comparación con el centro del Valle. Podría decirse que había allí una estructura de menor desarrollo capitalista o, lo que es igual, de carácter más rural. Estas apreciaciones son fundamentales y deben tenerse en cuenta, no sólo para entender la conformación de las cuadrillas y guerrillas, sino de los grupos de ban­ didos o bandoleros (9).

7. Estas zonas presentaban seguridad, no sólo por la configuración del terreno, sino por la presencia de una población campesina numerosa que servía de base de apoyo. 8. La salida de “ El Cóndor” de Tuluá en 1955 debilitó la organi­ zación de los “ pájaros” como aparato, como fuerza con estructura y apoyo político por parte de las autoridades y agentes locales del Estado. No obstante, hacia finales de la década del cincuenta, y bien entrada la del sesenta, los “ pájaros” continuaban actuando (incluso al servicio de algunas cuadrillas), pero transformados a estas alturas en verdaderos sicarios que actuaban por una paga, a diferencia del “ pájaro veredal” de las primeras décadas del cincuenta, que era un fanático partidista y realizaba sus acciones en nombre de las fuerzas del bien y del mal. 9. El bandidismo tuvo mucha fuerza en el norte del Valle; surgió con la descomposición de las cuadrillas, con arraigos urbanos y


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En octubre de 1961 el ex-secretario de Gobierno del Valle, Julio Riascos, entregó al gobernador Aragón Quin­ tero un informe sobre las causas de la violencia en el Valle; auncuando muchas de las explicaciones que el funcionario da a los orígenes de la violencia hoy por hoy no se pueden sostener, en muchos puntos tiene análisis acertados, pues involucra no sólo los aspectos econó­ micos y geográficos, sino los étnico-culturales. Veamos algunos de los apartes más significativos del informe: D esde 1958 la v io le n c ia está lo c a liz a d a en los m u n ic ip io s de A l­ calá, A n s e rm a n u e v o , E l C a iro , E l A g u ila , T r u jillo , S e v illa , U llo a , C aicedon ia, R io frío , O ba n d o , L a V ic to ria , y a qu e sólo ú ltim a ­ m e n te ha a p a re cid o en los m u n ic ip io s de D a g u a y L a C um bre. E s decir, que la v io le n c ia a b a rca la re g ió n n o rte d e l V a lle , donde e x is te n p ob la cio n e s pequeñas y n u e va s que flu c tú a n e n tre 10.000 y 30.000 h a b ita n te s , con fu e rte d o m in io de la p o b la c ió n cam pesina sobre la u rb a n a ; donde la v id a económ ica fu n d a m e n ta l es la a g ri­ c u ltu ra y la g a n a d e ría ; donde los s e rv icio s p ú b lic o s no e xisten o no son m u y e ficie n te s y la e d u ca ció n y la s a lu d apenas están en época e m b rio n a ria . E l n ú m e ro de m u e rto s sube en los meses de m a yo , ju n io y ju lio , que c orre sp o n d e n a la recolecció n de café, c u ltiv o b á s ic o de esta re g ió n , a g ra v a d o p o r la p re c a ria v id a ju ríd ic a de la s tie rra s en los m u n ic ip io s afe cta d os p o r la v io le n cia , d o n d e e x is te titu la c ió n m u y d e ficie n te . E s te d e s b a ra ju s te ju ríd ic o ha o rig in a d o el que m uchos in e scru p u lo so s, v a lid o s de ro p a je o in flu e n c ia s po lítica s, co m e ta n d espojos e in tim id a c io n e s a los p ro p ie ta rio s p a ra lo g ra r la c o m p ra a m enos p re cio de los bienes. A d e m á s, com o g ra n te ló n de fo n d o e n c o n tra m o s el fenóm eno g enera l de d iv o rc io g e o g rá fico , económ ico, té c n ic o y c u ltu ra l e n tre el s e cto r n o rte y el s e cto r c e n tro y s u r en el D e p a rta m e n to . E n el n o rte la g e o g ra fía es m o n ta ñ o s a , la p o b la c ió n es caldense y a n tio q u e ñ a , la a g ric u ltu ra p rim itiv a , la c o n c e n tra c ió n urbana (Continuación de la nota de la página anterior) de sectores de las clases m e d ia s b a ja s, que b u s c a b a n ascenso so­ c ia l y b ie n e s ta r económ ico. H a y en este b a n d o le ris m o un a mezcla de h u rto de café, c u a tre ris m o , asesin a to , e x to rs ió n y secuestro; se n u trió de los sectores de las c u a d rilla s q ue n o a lc a n z a ro n a con s o lid a r u n a id e o lo g ía a lte rn a tiv a p a ra ro m p e r con e l p ro y e c to po U tico b ip a rtid is ta , y p o r g ru p o s u rb a n o s p a u p e riz a d o s y lum penlzados.


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es m u y pequeña, la tenencia de la tie rra es en la m a y o ría de los casos, el ú n ic o títu lo que se re sp e ta ; e x is te n pocas escuelas, co­ legios, te a tro s y h o s p ita le s ; las vía s p ú b lic a s está n en re g u la r o m a l estado; no h a y se rv icio s p ú b lic o s co m p le to s. E l a v a lú o c a ta s tra l es b a jo y p o r c o n s ig u ie n te la trib u ta c ió n es escasa y a n g u s tio s a la s itu a c ió n fis c a l de los m u n ic ip io s lo ca liza d os en esta zona. P o r el c o n tra rio , en las zonas c e n tro y s u r d e l D e p a rta m e n to , la g e o g ra fía es p la n a , la p o b la c ió n va lle ca u ca n a , los c u ltiv o s m e­ canizados, la a g ric u ltu ra in d u s tria liz a d a , la g a nade ría in te n s iv a , m u y a lta la c o n c e n tra c ió n u rb a n a (h a y pobla cio n e s de m ás de 100.000 h a b ita n te s ), g ra n a c tiv id a d fa b r il que p ro d u ce concen­ tra c io n e s obre ra s en las ciud a d e s: con buenos se rv icio s p ú b lic o s , educación, vías, h o sp ita le s, etc. L a p ro p ie d a d ju ríd ic a m e n te con­ s o lid a d a y con re sp e ta b le tra d ic ió n trib u ta n d o a ce p tablem ente. E s decir, que este d e s e q u ilib rio d e n tro de u n m is m o te r rito rio hace que los p ueblos m ás d e sam parad os y dé b ile s sean los que s u fra n en fo rm a d ire c ta la v io le n c ia y la cru e ld a d (10).

No obstante que el conflicto agrario está en la base de muchos de estos procesos, es bueno no perder de vista la incidencia de la descomposición campesina en los fe­ nómenos de la violencia; descomposición entendida como el paso de una sociedad tradicional, con formas culturales, familiares, psicológicas, impregnadas de aspectos comunitarios y de ayuda mutua, hacia una sociedad capitalista deshumanizante; en este sentido, el informe anterior nos muestra, desde otra lectura, loa traumas y conflictos suscitados en una región en transición, pues las cuadrillas bandoleras conformadas allí — punto de partida de la guerrilla política y de las bandas— no surgieron como los grupos de bandoleros clásicos que describe Hobsbawm en sus trabajos, es decir, no aparecieron en lugares aislados e inhóspitos. Pero en la medida en que las cuadrillas aparecieron en zonas cafeteras y de ganadería de montaña, situadas en las laderas de las Cordilleras Central y Occidental, en fron­ teras con regiones inhóspitas de bosques de niebla, pá­ ramos y farallones que ofrecían abrigo, caletas y pro-

10. E l País, C a li, o c tu b re 8, 1961.


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tección, si no permanentes, por lo menos esporádicos, a estos grupos armados, es posible relacionarlos con los bandoleros que describe el mencionado autor. La población campesina, en su mayoría de origen antioqueño, sufría un proceso de reacomodamiento en unos sectores, y de descomposición en otros. Esta des­ composición se dio no sólo por la concentración de la tierra en manos de pequeños y medianos cafeteros que ascendían progresivamente, sino, y lo que es más grave, al nivel de sus antiguas estructuras sociales, familiares, políticas y culturales. En el desarraigo consecuente se incubaron procesos de violencia, gestando profundas heridas psicológicas y culturales en los adolescentes, quienes posteriormente engrosarían las cuadrillas. Auncuando en términos generales estamos de acuerdo con la categoría de “bandolero tardío” que propone Gon­ zalo Sánchez (11), creemos, sin embargo, que es nece­ sario diferenciar los guerrilleros liberales del Tolima (casos de “Chispas” y “Desquite” ) y su posterior trans­ formación en bandoleros, con el proceso de conformación de las cuadrillas y los bandoleros tardíos del norte del Valle y el Quindío. A nuestro modo de ver la diferencia radica en que, mientras en el Tolima y algunas zonas de la Cordillera Central las primeras respuestas campesinas a la vio­ lencia surgieron como guerrilla liberal, con el apoyo di­ recto de Directorios y jefes locales desde muy temprano (1950-1952), y evolucionaron hacia el bandolerismo en los inicios del Frente Nacional (1957-1959), en el norte del Valle, sólo en 1955-1957 se consolidó la resistencia armada ante las violentas arremetidas de las bandas conservadoras de “pájaros” . En el norte del Valle esta respuesta armada surgió de grupos pequeños de refugiados, remontados y per­ seguidos, no sólo campesinos, sino incluso habitantes do 11. G. Sánchez y D . M e e rte n s , B a n d o le ro s , ga m o n a le s y cam pesino*, B o g o tá , E l A n co ra , 1983, p. 157.


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las poblaciones cordilleranas, que se constituyeron en cuadrillas básicamente liberales. Estas cuadrillas en un primer momento no contaron con el apoyo de los Directorios y de los jefes locales, ya que los dirigentes liberales del Valle soportaron mansamente la violencia de los "pájaros” , pero, en la medida en que estas cua­ drillas se fueron consolidando con la ayuda de comba­ tientes venidos del Tolima y el Quindío, empezaron a recibir apoyo de finqueros, hacendados, comerciantes y dirigentes partidistas locales, no sólo para protegerse de los restos de las bandas de "pájaros” y de las cua­ drillas conservadoras que se habían constituido a partir de la nucleación de éstos (1957-1959), sino como mecaI nismo para presionar compras y ventas de tierras para resolver conflictos locales. En estas circunstancias las cuadrillas liberales se fueron transformando en cuadrillas bandoleras con base en municipios y veredas, y se tornaron cada vez más en grupos autónomos con ánimo de lucro y/o financiadas por comerciantes y capas medias de ciudades y pueblos; pero, en la medida en que se voltearon contra sus an­ tiguos protectores, perdieron el respaldo de quienes las habían propiciado y que, ahora, calificaban a sus inte­ grantes de “vulgares bandoleros” y "malhechores” . A partir de este momento las cuadrillas se fraccionaron en escuadras de dos o tres personas que tendían cada vez más al lucro personal, al robo, a las violaciones y al asesinato atroz, hasta degenerar en el bandidismo. Que estas cuadrillas iniciales surgieron espontá­ neamente de los campesinos y trabajadores con apoyo de dueños de fincas, y que posteriormente se les fueron uniendo los reservistas y combatientes venidos del To­ lima y los Llanos, quienes se convirtieron después en famosos jefes bandoleros, se reafirma en el siguiente relato:


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E n to n c e s u n ta l R o b e rto G óm ez, qu e h a b la s id o s e m in a ris ta , m u y lib e ra l y m u y guapo, que era m a e s tro de escuela en Cumbarco, en lím ite s con el T o lim a , les d ijo u n día a los R estrepo, p ro p ie ta rio s de m u ch a s haciendas g ra n d e s: ‘ L o s g u e rrille ro s del T o lim a nos d a n re sp a ld o ; arm em os a los tra b a ja d o re s y com en­ cem os la defensa. D e l T o lim a nos m a n d a n a rm a s y nos m andan in s tru c to re s p a ra enseñar a la gente, ¿o es que nos va m o s a dejar m a ta r com o gusa n o s? ’ (...) E s to s no q u e ría n m eterse con cu a d rilla s pero com o los godos los te n ía n jo d id o s y no les d e ja b a n tra b a ja d o r v iv o , a co rd a ro n p e d irle a y u d a a l G e n e ra l A rb o le d a . Y así fue, Evelio d iz q u e llegó, a rm ó con escopeticas a los tra b a ja d o re s de los Res­ tre p o y les d io in s tru c c io n e s . D e día tra b a ja b a n co g iendo café y de noche se e n tre n a b a n (...) E v e lio d io en o rg a n iz a r a los tra ­ b a ja d o re s de la s haciendas y en o rg a n iz a r ta m b ié n a los pequeños, a los cam pesinos. O rg a n iz ó el cacho p a ra re u n irs e y com unicarse, o rg a n iz ó la c u a d rilla p ara a ta c a r a la p o lic ía y a lo s conservadores (...) Se h ic ie ro n trin c h e ra s y tú n e le s, se c o m p ra ro n fu s ile s y d i­ n a m ita que p u s ie ro n en c ie rto s c a m in o s, en fin , se o rg a n izó la defensa. Y eso era en casi to d a s las p ro p ie d a d e s de los liberales. Y com enza ro n a s u rg ir je fe s de c u a d rilla s pagado s p o r los hacen­ dados y p o r lo s lib e ra le s rico s: a p a re cie ro n ‘ P u e n te R o to ', ‘ N a ri­ ces’ , ‘T o lim a ’, ‘ P a tic o rtic o ’, ‘C ris a n to ’, ‘ E l M o s c o ’ , etc. E ran to d o s m u ch a ch o s qu e se h a b ía n v is to o b lig a d o s a coger m onte; eran v a lie n te s y poco a poco se v o lv ie ro n m u y jo d id o s , m u y jo ­ d id o s (12).

Como lo mostramos anteriormente, el norte del Vallo ofrecía las mejores condiciones para el desarrollo de las cuadrillas; tanto las liberales como las conservadora* tuvieron dos cuadrillas matrices, que después se fueron descomponiendo sucesivamente en otras. Las primeras cuadrillas liberales fueron las de “Ce­ ledonio Vargas” , “ Paticortico” ; después se desdoblaron en su orden en las de “El Mosco” , “Puente Roto” , “Zar* pazo” , “Tista” , y “Cenizas” . Las dos cuadrillas conservadoras iniciales fueron las de “Melco” y “Polancho” , que se fraccionaron en las de “Arturito” y “El Pollo Omar” . Unos y otros habían sido reservistas, habían peleado en el Tolima o en lo« 12. A lfre d o M o la n o , Los años del tropel, relatos de violencia, BogotH, Cerec, C inep , 1985, “ R e la to de A n a J u lia ” , p p . 187-188.


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Llanos, y al iniciarse las cuadrillas en el Valle, tenían aproximadamente treinta años (véase Cuadro 14). Ni las cuadrillas liberales ni las cuadrillas conser­ vadoras surgieron en el núcleo mismo de actuación de los “pájaros” (centro del Valle); unas y otras aparecieron en el norte del Departamento; los “pájaros” se fueron desplazando hacia el norte por la Cordillera Occidental hasta El Aguila, dando la vuelta por Ansermanuevo y Cartago hasta pasar por la Cordillera Central al Quindío y Obando. El citado análisis del ex-secretario de Go­ bierno sobre las causas de la violencia, es clave en este sentido, pues en el norte del Valle, y sólo allí, se habían dado las causas que facilitarían el surgimiento de las cuadrillas: pequeña y mediana propiedad cafetera, des­ composición campesina, estrecha relación campo-ciudad, persistencia de gamonales y caciques y, finalmente, ascenso social de sectores medios. El paso temprano de la cuadrilla en su fase de resis­ tencia a cuadrilla bandolera manipulada partidistamente, y luego a grupos de bandidos o de bandoleros explica, hasta cierto punto, por qué en el Valle casi no se pasó del bandolerismo a la guerrilla con proyecto político. La cuadrilla presentó sustanciales diferencias con las bandas de “pájaros” , entre otras cosas, porque la razón de ser de la primera estaba dada por el mayor nú­ mero de sus integrantes, principalmente campesinos I que huyeron o se remontaron ante la persecución conser­ vadora; esta característica les imprimió desde un co­ mienzo el rasgo de una acción social de conservación y defensa, que posteriormente garantizaría su crecimiento, desarrollo, y la consolidación de una gran base social de apoyo. Para el caso del Valle puede decirse que la cuadrilla h e básicamente liberal y en menor grado del MRL, o con influencia de izquierda; auncuando a partir de 1955, ron la descomposición de las bandas de “pájaros” y ante la falta de autoridad de “El Cóndor” , se fortalecieron las cuadrillas conservadoras. Una de las primeras cua­


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drillas del nor-occidente del Valle fue precisamente la de “Lamparilla” , organizada a partir de las bandas de “Pájaro Azul” , “Pájaro Verde” y “El Pollo” , famosos “pájaros” al servicio de “El Cóndor” ; de igual manera se integraron “pájaros” a la cuadrilla conservadora de “Melco” (véase Cuadro 13). No puede desconocerse que detrás del tránsito de las cuadrillas hacia la guerrilla política o hacia el bando­ lerismo, jugó papel fundamental la pérdida o la ruptura de la legitimidad partidista (liberal o conservadora) ale­ gada por ellas, y que las cuadrillas de bandoleros o de bandidos son los sectores descompuestos de la cuadrilla partidista que, por la incapacidad de armarse de una ideología distinta a la del bipartidismo, y ante la pér­ dida del respaldo de éste, no construyeron condiciones para evolucionar hacia la guerrilla con proyecto político alternativo. No obstante los señalamientos que ha hecho Hobsbawm sobre el bandolerismo como fenómeno prepolítico (13), el bandolerismo del norte del Valle y, en general, el que se desarrolló en los marcos de la violencia colombiana, reviste particularidades bien significativas: surgió do cuadrillas con profundo contenido partidista y aun polí­ tico; después evolucionó hacia el bandolerismo social y hacia el lum p en o bandidismo (lo contrario de las evo­ luciones clásicas que anota Hobsbawm). Aunque a lo largo de este trabajo se ha planteado que la violencia de los “pájaros” fue una violencia parti­ dista estimulada por los poderosos, no puede afirmaran lo mismo para las cuadrillas, ya que éstas presentaban significativas diferencias con los primeros; en el norto del Valle hubo grandes presiones sobre los pequeños y medianos propietarios de tierras por parte de los jefo«

13. E . H o b s b a w m , R ebeldes p r im itiv o s , B a rce lo n a , 1968, p p . 39-40. K, H o b s b a w m , “ H is to rio g ra fía d e l b a n d o le ris m o ” , en P asado y p re se n te de la v io le n c ia en C o lo m b ia , Sánchez y P e ñ a ra n d a , Hn g o tá , Cerec, 1986. G . S ánch ez y D . M e e rte n s , op. c it., p. 63.


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partidistas que respaldaban a una u otra cuadrilla; se impusieron mayordomos y administradores de fincas que contaban con el respaldo y sostén de los cuadrille­ ros (14). Las cuadrillas bandoleras surgieron en un movimiento de doble sentido: desde las capas altas y medias de la sociedad local, es decir caciques, jefes partidistas, ha­ cendados, finqueros y comerciantes que las apoyaron para defender sus propiedades, para homogeneizar ve­ redas, para presionar compra o venta de tierras, para comprar café y otros productos a menos precio etc.; y, desde abajo, desde el campesinado raso que las fue apo­ yando por temor, por simpatía, porque algunas se cons­ tituyeron en las únicas defensoras de las agresiones de las cuadrillas del bando contrario o de la vereda ve­ cina, ante la pasividad y la falta de capacidad del Es­ tado para resolver los conflictos de la sociedad civil, o porque algunas combinaban los servicios a terratenientes y hacendados con acciones sociales para el campesinado pobre, que veía en estos grupos a unos luchadores, a unos “muchachos” que se habían remontado y se habían rebelado contra una situación oprobiosa. Hubo pues, reparto de municipios y veredas entre cuadrillas que alegaban su defensa en nombre del liberalismo o en nombre del conservatismo. La cuadrilla ofrecía múltiples ventajas: fuera de las ya anotadas, era de una gran mo­ vilidad y muy fácil de mimetizarse, pues de una cua­ drilla por lo general sólo se conocía al jefe y dos o tres de sus integrantes, el resto se camuflaban como traba­ jadores o jornaleros. Refrendados los acuerdos del Frente Nacional en 1959, los partidos suprimieron públicamente el apoyo a

14. Véase G. Sánchez y D. Meertens, op. cit., C. Ortiz, Estado y sub­ versión en Colombia, Bogotá, Cerec, 1985. E. Buitrago, “ Zarpazo” otra cara de la violencia, Bogotá, Imprenta de las Fuerzas Mi­ litares, 1967, VIII Brigada. De la violencia a la paz, Imprenta Departamental de Caldas.


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los cuadrilleros. Sin embargo, a nivel regional el proceso no fue acatado por todos los jefes locales, pues algunos tenían intereses económicos y políticos divergentes; además, las cuadrillas ya habían conformado estruc­ turas de poder, movilidad y apoyo propio que las fueron caracterizando como cuadrillas bandoleras. La filiación partidista, cuando la mantuvieron, funcionaba apenas a modo de pretexto, pues cada vez más, se habían rebe­ lado contra sus anteriores auspiciadores y protectores, virando algunas incluso» hacia el bandolerismo social, el bandidismo o la guerrilla política. Los jefes de cuadrilla se fueron imponiendo mediante el boleteo y la amenaza, y los dueños de fincas tuvieron que contentarse con el reparto de la producción de su hacienda entre tres: la cuadrilla, el mayordomo impuesto o subordinado a ésta y el propio dueño, quien no podía aparecer por su propiedad sin autorización del jefe de la cuadrilla. De igual manera, hubo cuadrillas que, en la medida en que intensificaban sus acciones lucrativas, tales como el secuestro y el hurto, combinaban exitosamente las actividades rurales con las urbanas. Así se destacaron “Zarpazo” , “La G ata” , “El Mosco” , “Joselito” , “ Puente Roto” , “ Pepe” , “Despiste” , “La Hiena” , “El Grillo”, “Boyeyo” , “Arturito” , “ Rasguño” , “ Patetrapo” , “El Mono” y otros (15). Para hacer sus “trabajitos” las cua­ drillas utilizaron incluso los servicios de los “pájaros”, estableciéndose desde entonces una diferencia bien marcada con el viejo “pájaro” pueblerino y veredal de fines de los años cuarentas y principios de los cincuentas, ahora transformado claramente en un “sicario profe­ sional” , en un matón a sueldo, sin ninguna identidad

15. V éase s u m a rio c o n tra “ R u ñ id o ” y “ L a P a s tu s ita , Juzgado C u a rto S u p e rio r, T u lu á , R a d . 1651. S u m a rio c o n tra la cuadrilla de “ E l M o s c o ” , J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r, B u g a , R ad. 146311 V éase ta m b ié n : S ánchez y M e e rte n s , op. c it., C. O rtiz , op. c it, V I I I B rig a d a , op. c i t , E . B u itra g o , op. c it.


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partidista; las cuadrillas conservadoras de “Melco” , “Zar­ pazo” y “Polancho” fueron unas de las que más utili­ zaron estos servicios (16). Tanto en el desarrollo como en la consolidación de las cuadrillas en el norte del Valle jugaron papel definitivo la economía cafetera, el marcado interés de aquéllas en manejar a los administradores de fincas y el robo de café, que se facilitaba por su rápida comercialización y buen precio. La economía cafetera, además requería de peones o “lungos” , trabajadores más o menos tem­ porales y móviles: recurso humano que nutrió de hombres a las cuadrillas y que posteriormente condicionó el de­ sarrollo de las mismas gracias al control de los traba­ jadores de las distintas fincas, mediante el manejo y con­ dicionamiento de los mayordomos. Grupos móviles de las cuadrillas — que en la mayoría de las veces se dividía en escuadras de 4 o 5 hombres— recorrían las fincas cobrando el impuesto en cargas de café, en reses y hasta en gallinas; a estos grupos el cam­ pesinado los identificó con el significativo nombre de “diezmeros” . Estas mismas escuadras presionaban la venta barata de la tierra, y hacia 1959 y 1960, fincas cafeteras de 30 plazas, que tenían un costo real de unos $40.000.00, fueron vendidas después de estas presiones en $12.000.00. Muchos de los hoy prósperos hacendados, finqueros y comerciantes de poblaciones del norte del Valle llegaron a tales posiciones después de brindar apoyo a famosos cuadrilleros. Hubo pues, para estas regiones un reacomodo de clases; ascendieron social­ mente una serie de fracciones de las clases medias, a la sombra y al estruendo de las carabinas de los cuadri­ lleros y bandoleros (17). 16. Incluso, para este período, muchos “ pájaros" eran traídos de regiones de Santander, Boyacá, Tolima, Quindío y Antioquia; particularmente Támesis, Antioquia, fue una región que produjo numerosos sicarios. 17. El café jugó un papel preponderante en la violencia en el norte del Valle y el Quindío: su facilidad de comercio y de almace-


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El “boleteo” y la amenaza se hicieron frecuentes para presionar la venta de tierras a menor precio, o para evitar la compra por parte de terceros. El siguiente es uno de tantos casos. Un ciudadano liberal de una vereda en Ansermanuevo, decidió vender su finca a un conser­ vador de Salamina, Caldas; el negocio se cerraría con la firma de la escritura una semana después en Cartago; en el lapso de esta semana el comprador conservador recibió la siguiente boleta: “Estamos sacando a ‘todos los conservadores de este lugar. No compre la finca porque la pierde y usted quedará metido en un hoyo. Firmado: La Sombra (18). Las cuadrillas, además de contar con la complicidad de ciudadanos y algunas autoridades, se vieron favo­ recidas por la facilidad de evadir la acción de la autoridad de uno y otro lado del Valle y Caldas, pasándose des­ pués de cada asalto al departamento vecino pues el ejér­ cito y la policía sólo tenían jurisdicción sobre su respec­ tivo Departamento. La actuación del ejército organi­ zado en Brigadas adscritas a los departamentos de Caldas o del Valle, y no a regiones y zonas en las que se actuara en conjunto, independientemente de la jurisdicción res-

n a m ie n to , y lo s b u e n o s p re c io s d e l g ra n o en el m e rc a d o en aquel p e río d o lo c o n v irtie ro n en u n d in a m iz a d o r y s o s te n e d o r de las c u a d rilla s y lo s b a n d o le ro s . E l n o m b re de “ d ie z m e ro ” , fu e to ­ m a d o de la te rm in o lo g ía re lig io s a de la Ig le s ia , q u e p a ra este p e río d o to d a v ía p e rc ib ía d ie z m o s de lo s ca m p e sin o s. L a pre­ s ió n so b re lo s p ro p ie ta rio s p a ra la v e n ta de tie rra s y el ascen­ so de se cto re s m e d io s , fu e m u y p a re c id o , g u a rd a n d o las p ro p o rc io n e s , c o n lo q u e está a c o n te c ie n d o a c tu a lm e n te en U rabá, C ó rd o b a y C e sa r; en los s e te n ta s se u t iliz ó a la c u a d rilla y ni b a n d o le ro , a h o ra se u tiliz a a l g a tille ro , a l s ic a rio . V a rio s de lo» s u m a rio s c ita d o s h acen a lu s ió n a e sto s p ro b le m a s ; ig u a lm e n te la s c h a rla s in fo rm a le s co n te s tig o s d e l n o rte d e l V a lle . 18. S u m a rio p o r t r ip le h o m ic id io c o n tra N . R a m íre z y o tro s , Juz­ g a d o S e g u n d o S u p e rio r, B u g a , R a d . 14639, fo lio 94.


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pectiva, fue durante mucho tiempo un factor que impidió un accionar más efectivo del Estado sobre los grupos de bandidos. En este sentido, y para superar el problema, el 12 de enero de 1959 se dieron cita en Cartago, Absalón Fernández de Soto y Gilberto Arango Londoño, goberna­ dores del Valle y Caldas, respectivamente, con sus se­ cretarios de Gobierno y con los comandantes de la po­ licía y el ejército (19). Este tipo de encuentros y reuniones se generalizó, no sólo entre autoridades civiles y militares, sino entre los gremios, los hacendados y los fínqueros, pues cuando los grupos que ellos mismos habían armado y apoyado desde los Directorios partidistas y desde las jefaturas veredales y pueblerinas, se les voltearon como un bumerán, inmediatamente los descalificaron llamándolos precisamente "bandoleros” , "bandidos” , "antisociales” y malhechores” . En este marco se va a crear posterior­ mente (1962) la VIII Brigada, integrando batallones del norte del Valle y Caldas bajo un solo mando, se va a facilitar la entrada del Batallón Colombia con su guerra psicológica "Operación Sonrisa” dentro del llamado "Plan Lazo” . En el norte del Valle las cuadrillas de bandoleros y bandidos se mantuvieron vigentes hasta cuando los finqueros, los hacendados y el Estado consideraron que era delictiva su actuación, es decir, hasta cuando el equilibrio se rompió; a partir de ahí fueron perseguidos y cazados como "vulgares delincuentes” . Según nuestro análisis, el bandidismo se mantuvo durante más tiempo, pero se vio acorralado, pues tuvo que enfrentar no sólo el aislamiento y la pérdida de filiación partidista, sino los cercos de un ejército ahora preparado para la lucha irregular. No obstante, lo que definitivamente lo hundió, fue la agresión a su propia base social de apoyo, la po­ blación campesina que lo admiraba y protegía.

19. El País, C a li, enero 14 de 1959.


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En este sentido, E. Hobsbawm, analizando el bando­ lerismo social, manifiesta: N o sabem os e x a c ta m e n te lo q u e lle g a b a a d u ra r u n a c u a d rilla . D ependía , se supone, de lo m u c h o qu e h ic ie ra n o ta r su presencia, de la te n s ió n a qu e lle g a ra la s itu a c ió n so cia l, de lo c o m p le ja que fu e ra la s itu a c ió n in te rn a c io n a l — en e l p e río d o que m e d ia e ntre 1799 y 1815 la a y u d a b o rb ó n ic a y b ritá n ic a a lo s b a n d o le ro s locales fa c ilita r ía s e g u ra m e n te su c o n tin u id a d a lo la rg o de v a rio s a ñ o s — , y de la p ro te c c ió n de q ue se beneficiase. G iu lia n o (q u e la tu v o m u c h a ) d u ró seis años (...) S in e m b a rg o , u n a pequeña c u a d rilla a is la d a s in g ra n d e s p re te n sio n e s co m o la de D o m é n ico T ib u rz i, en los co n fin e s d e l L a c io , p u d o s e g u ir a d e la n te d u ra n te ve in te años (a p ro x . 1870-1890). S i el E s ta d o se lo p e rm itía , el ban d o le ro p o d ía s o b re v iv ir y re tira rs e a la v id a ca m p e sin a c o rrie n te , p o r­ qu e el e x -b a n d o le ro se in te g ra b a fá c ilm e n te en la sociedad, ya q u e sólo el E s ta d o y los te rra te n ie n te s c o n s id e ra b a n d e lic tiv a s sus a c tiv id a d e s (20).

Es aquí donde la valiosa categoría de “bandolerismo político” propuesta por Gonzalo Sánchez (21), quien lleva adelante la tesis de Hobsbawm sobre bandolerismo social, merece algunas reflexiones, ya que, a nuestro modo de ver, lo que se aprecia en muchas regiones colombianas afectadas por la violencia de los cincuentas, es la evo­ lución del bandolero por lo menos en cuatro niveles, a saber: 1) Bandolerismo social: incluiría a todo rebelde que encarnaba formas de protesta contra lo establecido y que era, a los ojos del campesinado, un perseguido, un defensor de los intereses del pueblo que contó con el per­ manente apoyo de la masa. El bandolero social podía adquirir filiación liberal o conservadora, que le era mantenida en tanto no atentarn contra los intereses de estos partidos. 2) Bandolerismo partidista (liberal o conservador): era aquel bandolero social que se adhería durante un

20. E. H o b s b a w m , Rebeldes..., op. cit., pp. 40-41. 21. G o n z a lo S á nch ez, y D . M e e rte n s , Bandoleros, gamonales y cam pesinos. B o g o tá , A n c o ra , 1983, p p . 59-61.


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período a los partidos tradicionales, y que posterior­ mente, en la medida en que entraba en contradicción con los intereses de éstos, iba perdiendo su adhesión o ésta se le negaba. Al ir rompiendo la sujeción ideológica partidista, a este tipo de bandolerismo le fue posible evolucionar hacia la guerrilla, consolidando una ideología que confrontaba la del bipartidismo. El bandolerismo partidista, al igual que el social, contó con una gran base social de apoyo (Efraín Gon­ zález "Siete Colores” , Teófilo Rojas "Chispas” , fueron bandoleros que pasaron por esta etapa; Manuel Marulanda Vélez “Tirofijo” , la superó hasta evolucionar a la guerrilla). 3) Bandolerismo común o bandidismo: producto del desarrollo mismo de la violencia, alimentado por las con­ tradicciones y frustraciones (religiosas, psicológicas, familiares, etc.), de los sectores en conflicto, no conso­ lidó adhesión partidista, ni tuvo condiciones para evo­ lucionar hacia la guerrilla. Al volcar su agresión en contra de la base social que le apoyaba, la fue perdiendo, máxime si se tienen en cuenta tanto el aislamiento, como la presión ejercida por las fuerzas represivas y los partidos tradicionales (Jacinto Cruz Usma “Sangrenegra” , es uno de los más repre­ sentativos de esta fase). 4) Guerrilla: en ella convergieron, además de sectores campesinos y urbanos, gran número de bandoleros par­ tidistas; juntos comenzaron a romper con la ideología li­ beral -con servado ra. Es importante tener presente que en la base de cada una de estas cuatro etapas se hallaba el bandolero so­ cial clásico, con fases o momentos de las otras. Hubo casos de bandoleros que atravesaron todas las cuatro: claro ejemplo de éstos fue el de “Chispas", quien llegó hasta los umbrales de la guerrilla; otros como “Tirofijo" y Pedro Brincos, evolucionaron desde el bandolerismo so­


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cial, pasando por el partidista hasta llegar a la guerri­ lla (22). Finalmente, traspasando los anteriores procesos, más en contra que como apoyo, se encuentra “el pájaro” ; éste se ubica como doble sicario, como matón político a sueldo que ejerce una violencia selectiva y que desapa­ rece a los “elementos peligrosos” . Ligado a las fuerzas represivas del Estado, su continuidad hoy la constituyen el M AS, los sicarios de la moto y otros grupos parami­ litares; la gran diferencia existente entre este tipo de grupos y los que tienen como origen el bandolerismo social, es la ausencia de base social de apoyo, ya que los primeros son fuerzas oscuras que actúan a mansalva, desde afuera (23). A este respecto es interesante buscar las conexiones entre los “pájaros” de la última fase de la violencia de los cincuentas, es decir los que actuaron como sicarios políticos, y los actuales gatilleros utilizados por la mafia, y los distintos Escuadrones de la Muerte, pues muchos sicarios reclutados en Medellín, en Urabá y en el Mag­ dalena Medio guardan sorprendentes vínculos con an­ tiguos “pájaros” de poblaciones del Valle, Quindío y Caldas. Recientemente dos muchachos de 18 y 19 años acusados de ser integrantes de la red de sicarios de la mafia antioqueña, resultaron ser hijos de un antiguo realizador de “trabajitos” en varias poblaciones del Vallo, durante la década del 50. En charlas sostenidas con po22. E n la base de lo s c u a tro p ro ce so s e s tá e l b a n d o le ro s o c ia l clá sico , q u e e n c a m a co n su lu c h a u n a re iv in d ic a c ió n s o c ia l ele m e n ta l e in g e n u a ; c u a n d o ro m p e co n la id e o lo g ía in h e re n te , an ce stra l y p r im it iv a y a d q u ie re c a d a ve z m á s u n a id e o lo g ía d e riva d a , a v a n z a s e g ú n la s c o n tra d ic c io n e s p o lític a s y so cia le s h a s ta lle g a r n p la n te a rs e la to m a d e l p o d e r p o lític o . 23. E l “ p á ja r o ” es m o v iliz a d o , lle v a d o d esde fu e ra , hace su “ traba j i t o ” y se v in c u la la m a y o ría de la s veces a sus a ccio n es c o tid ia n a *, n o tie n e ba se s o c ia l, n o la n e c e s ita , m á s b ie n la d e s tru y e , esl« es su ra z ó n de ser, de a llí su d ife re n c ia co n to d a s la s fo rm a s da b a n d o le ris m o y c o n la g u e rr illa .


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bladores de los departamentos mencionados, éstos fueron enfáticos en manifestar que: “Muchos pollos desocupados y sin trabajo, que ante la falta de quehacer en estos pueblos, se dedican al trago, al juego y a las drogas, terminan enrolados con los grupos de matones; el paso es casi siempre el mismo; un día cualquiera co­ meten un asesinato en una pelea o en la zona, después de perderse del pueblo van a parar a Apartadó, Chirigodó o a cualquier población de esta región, donde tienen un pariente o un conocido, allí comienza lentamente su ascenso como gatilleros” (24). C U A D R IL L E R O S M A S R E P R E S E N T A T IV O S D E L V A L L E

Las cuadrillas se fueron organizando hasta tal grado, que en 1962 mantenían su dominio sobre un amplio te­ rritorio del norte del Valle; en algunas regiones se había constituido una línea divisoria o de la muerte, que sepa­ raba una región de influencia conservadora de otra de influencia liberal. Tal circunstancia acontecía entre Caicedonia y Sevilla, donde una línea registrada con la palabra “muerte” en la mente de los habitantes demar­ caba linderos naturales, haciendas y caminos: E l río P íja o se rvía p a ra d iv id ir en a lg u n a s zonas p o lític a m e n te el te rr ito r io ; d e l p u e n te qu e está so b re e l río , s ig u ie n d o la c a rre te ra que va de S e v illa p a ra la ve re d a de S a m a ría la re g ió n es conser­ v a d o ra ; d e l p u e n te hacia S e v illa la re g ió n es lib e ra l; e n tre la vereda de San A n to n io y u n a zona lla m a d a C anoas, sobre el ca rre te a b le que une a estos te rrito rio s se e n c u e n tra u n a escuela, esta escuela era u n p u n to d iv is o rio e n tre C anoas, c o n s e rv a d o ra y San A n to n io , lib e ra l; e n tre la ve reda de E l V e n a d o y P a lo m in o y las regiones de C a ice d o n ia , la lu c h a m a n te n ía in d e c isa la línea d iv is o ria , en­ c o n trá n d o s e a u n a s c u a n ta s c u a d ra s u n a h a cie n d a c o n se rva d o ra en te r r ito r io de S e v illa , y u n a fin c a lib e ra l en te r r ito r io de C aice­ d o n ia (25).

24. R e la to s ora le s en re g io n e s p ro d u c to ra s de s ico m o to , R o ld a n illo , L a V ic to ria y L a U n ió n . 25. G ilb e rto B e ta n c o u rt, V io le n c ia y p a c ific a c ió n en el V a lle d el C auca, B o g o tá , R e tin a , 1965, p. 27.


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D A R I O B E T A N C O U R T - M A R T H A G A R C IA

RISARALDA

JEFES DE CUADRILLAS • C uadrillas libéralas 1 A nfed Aguírte M. freticorúco*) 2 Caladnain V b p i p C f i U B W O 9 Caries Bipitii (HI Momo”) 4 AUomo lianas ( * R w U Hoto”) 6 Can—¿a Salasar (T n p n a*) 6 Juan Bautista Tebsr sa CTWU*) 7 Janato C n u U. ("Sangrunacra”) 8 Luía M. Alakartúa CCeowno") 9 Leopoldo U p es C. ("Gavilán*) 10 GUbmta Cuatis a ("Caballito-) 11 Paulino VUmoo fTwñanta reulino*) 12 Jorca Castillo ("Cabo Castillo-) 13 (Vfco Rondón ("Oso Blanco") 14 Joaó Q K re s ("Ñ arinco") 15 Areodio Ruis Reatrapo ("Cap. Cenizas") 16 l lar manos Marín

31 N. N. fE I Armadillo*) 32 Oscar Jaramillo CMejorel") 33 N. N. (-Negativo*) 34 rericy Rain ¿res (-Resortes*) 86 Manuel Arboleda reirá ("Exterminio*) 38 Ignacio Grújales C. ("Calvario*) 37 N. N. CCeniso*) 38 Hócler Duque H. ("El Mono*) 39 RubÓn Toro (*EI Monstruo*) 40 Jorge Arenas ("Misterio*) 41 José Ernesto Gal vía ("Capitán Tranquilo*) 42 Luis Mejis Restrepo (*Mooo*) 43 Alabiados Saltado ("El Gato*) 44 Joaquín Ruis ("El Erizo”) i C uadrillas sin filia ción 46 Ornar Jaramillo (*K1 relio Omar*) 27 Jooé M. Londaño (“El Carnicero-) 46 Antonio Duque ("El Ñato*) 28 Jaime Rcxfc’tfucs CEI Baldado*) 29 Aldamar do J. Aeevodo (*E1 Armadillo*) 47 Juan Duran M. ("El rejaro") 48 Juan Vargas T. ("Mosco II") 30 Carlos Ramiros (*EJ Culeco*)

• C uadrillas co m o rv a d o ra s 17 Jasó M . Camacho CMoloo-) 18 Jaoé Manual Alvares CAriuriio") 19 Campo R. Arroya** ("reiancfeo") 20 Owar Consiles A C n relio Om aO 21 Chucha Londoño 22 Alberto Tbr* CTVofqo Valluno") 23 RubÓn 1Y*o H. 24 Orlando VWgao 25 Calcedonia 28 Eulogio Espinosa


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La filiación alegada por las cuadrillas no implicaba necesariamente un respaldo de todo el partido de una región o vereda, muchas veces era apenas el respaldo dado por un finquero o por los habitantes de una vereda para oponerse a la cuadrilla de filiación partidista con­ traria. Lo característico de estas cuadrillas es que, tanto las liberales como las conservadoras, se desprendieron de unas cuadrillas matrices, que se fueron desdoblando al desaparecer sus jefes, remplazados por los lugarte­ nientes que entraron a conformar sus propias cuadrillas. Las cuadrillas bandoleras presentaron una mezcla compleja de acción partidista, bandolerismo social y delincuencia común que tendía cada vez más hacia el bandidismo.

C u ad rillas b and oleras lib erales

En el norte del Valle sobresalieron las cuadrillas liberales del “Capitán Vargas” , “El Mosco” y “Paticortico” ; los tres presentaban elementos comunes, más o menos la misma edad (entre los 25 y los 30 años), habían pertenecido a las guerrillas liberales del Tolima, y habían sufrido en carne propia la primera violencia; de estas tres cuadrillas matrices se fueron desprendiendo, entre otras, las de: “Puente Roto” , “Zarpazo” , “Tista” y “Cenizas” . He aquí un recuento de las cuadrillas más famosas y la historia de sus jefes. Celedonio Vargas, “Capitán Vargas” después de haber presenciado el asesinato de su padre y sus dos her­ manas, lo mismo que el incendio de su pequeña finca en la vereda de Totoro en Sevilla, juró vengarlos y se lanzó a la resistencia armada en compañía de algunos trabajadores de la finca y de refugiados liberales de Tuluá, Sevilla, Zarzal y Betania (26).

26. Alfredo Molano, o p . cit., pp. 158-161.


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CUADRILLAS DEL NORTE DEL VALLE (1959 -1964)

• M o n te G ra n d e

C R O Q U IS I


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La cuadrilla se fue consolidando como resistencia liberal atacando a los “pájaros" y a la policía conserva­ dora; rápidamente fue creciendo con nuevos trabaja­ dores y refugiados, hasta que se vio en la necesidad de dividirse en escuadras o grupos con mayor movilidad que operaban a partir de las veredas mencionadas inicial­ mente. Dos de los lugartenientes más famosos fueron “Carnaval” y “Metralla” . Las escuadras se fueron des­ componiendo cada vez más, hasta convertirse en grupos que imponían mayordomos, combinaban el asesinato con el cuatrerismo y recibían el apoyo de jefes veredales y finqueros para presionar el abandono de tierras o la venta-barata de las mismas. P e ro lo m ás p a rtic u la r de estas c u a d rilla s era que ja m á s se b u s ­ caban para re s o lv e r sus d ife re n d o s id e o ló g ico s, s in o que la re­ p re sa lia caía en los cam pesinos, en el ra n ch o m ás a p a rta d o de la hacienda, d o nde q u izá s no había lle g a d o el o d io se cta rio ; en los puestos de m a n d o de las c u a d rilla s , era escogida la casa en fo rm a m ás bien tá c tic a , que obedeciera a u n m o tiv o s e rio en el pensa­ m ie n to del b a n d o le ro . Se a s a lta b a p o rq u e v iv ía u n a fa m ilia n u ­ m erosa y h abía que p o n e r m ás m u e rto s qu e los acaecidos en el a s a lto a n te rio r de los c o n tra rio s , se a s a lta b a p o rq u e su u b ic a c ió n n o p resenta b a n in g ú n p e lig ro p a ra el d e s p la z a m ie n to de la cua­ d rilla , o p o rq u e ese ra n c h o in fe liz , q uedab a lim ítro fe a u n a re g ió n que había que d o m in a r y el ca m p e sin o sólo era el in s tru m e n to de la perve rsa m a q u in a c ió n (27).

Parte de la cuadrilla de Celedonio Vargas, después de su oscura muerte acontecida en una fiesta veredal, al parecer por delación, se integró a la cuadrilla de “ Paticortico” . “El Mosco” había nacido en La Tebaida y al momento de su muerte, acontecida en 1961, contaba apenas 24 años; su carrera de bandolero social la había iniciado desde los 14 años de edad, al parecer, por un enfrenta­ miento familiar.

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27. G . B e ta n c o u rt, op. c it., p.

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Su apodo hacía referencia a su cuerpo menudo y a su agilidad para disparar, había participado siendo un adolescente en las guerrillas liberales del Tolima; su llegada a Sevilla obedeció al llamado de varios finqueros liberales que lo contrataron para que se opusiera a las presiones de las cuadrillas conservadoras de Calcedonia (las de “Melco” y “Polancho” ). Sus actuaciones se fueron desplazando hacia Obando y Zarzal; incluso alcanzó a incursiónar en el corregimiento de Nogales, fortín con­ servador del centro del Valle. “El Mosco” fue un típico cuadrillero de origen cam­ pesino con pobre nivel político; gozó de importante arraigo entre la población campesina, pese a la presión ejercida por su cuadrilla contra pequeños campesinos conservadores, producto de la manipulación de finqueros y jefes liberales. En enero de 1961 la cuadrilla de “El Mosco” , vis­ tiendo atuendos de lanceros, asesinó a varios miembros de la familia Bohórquez en la vereda La Cuchilla; esta familia no sólo era conservadora, sino que había sido presionada anteriormente por el ex-inspector de policía de filiación liberal, quien había amenazado públicamente a sus integrantes con “mandarles a ‘El Mosco’ para resolver pleitos de tierras pendientes” ; según varias de­ claraciones de testigos en los sumarios consultados, la cuadrilla de “El Mosco” se alojaba con frecuencia en la casa del ex-inspector, pues éste les compraba cafí» robado. Días antes del asesinato, el padre de los Bo* hórquez recibió la siguiente boleta con una cruz y un ataúd pintados: “Godo H. P. si no te vas, te quemamos el culo. Teñó* quince días para desocupar. ‘El Mosco’ ” (28).

28. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra “ E l M o s c o ” y o tro s , J u z g a d o So g u n d o S u p e rio r, B u g a , R ad. 14639, fo lio 203.


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En la cuadrilla de “El Mosco” se destacaron “ Paticortico” , “Gasolina” , “Elefante” y “Elefantico” entre otros; también había varios niños, adolescentes y mujeres que portaban revólveres al cinto, bandoleras cruzadas y sombreros, como las guerrilleras mejicanas. “El Mosco” , dentro de esa compleja mezcla de bandolerismo social, partidismo y delincuencia común, que caracterizó a estos cuadrilleros, repartía parte del producto de sus acciones entre la población campesina pobre de las zonas de influencia. Había establecido una bien montada in­ fraestructura económica con el cobro de contribuciones o "diezmos” en café a los dueños de fincas liberales y a algunos conservadores que debían pagar el doble; im­ ponía mayordomos y administradores de fincas y ocupaba con sus hombres algunas propiedades “expropiadas” (29). Como muchos otros cuadrilleros, este jefe reivindicaba su ancestro campesino luciendo muchas veces prendas de charro mejicano, sombrero y ropa de color negro; os! tentaba numerosos anillos de oro y relojes finos y andaba con numerosas “queridas” ; por el seguimiento a una de ellas se logró su captura. Y es que u n o de los m ás señalados a tra c tiv o s del b a n d id o era, y es, el de que se tra ta de u n m u ch a ch o jo v e n que ha s a lid o adelante, com pensación v iv a d e l fracaso de la m asa en elevarse p o r encim a de su pobreza y de su c o n d ic ió n in e rm e y sum isa . A s í que, pa ­ ra d ó jic a m e n te , la o s te n ta c ió n en el g a s to p o r p a rte d e l b a ndolero , com o los ca d illa c s chapados de oro y los d ie n te s in c ru s ta d o s de d ia m a n te s del a rra p ie zo que ha lle g a d o a cam peón del m u n d o de boxeo, s irv e p a ra v in c u la rs e a sus a d m ira d o re s y no a separarle de ellos; sie m p re y cuando no se a le je d e m asiado d e l p a p e l heroico que le ha sid o im p a rtid o p o r las g entes (30).

Como dicen los informes oficiales, “El Mosco” fue "dado de baja” el 20 de mayo de 1961 en la vereda Ve­ llocino, municipio de Obando; vestía al momento de su

¡19. G. Sánchez, op. c it., pp. 163-170. ¡K). E . H o b s b a w m , Rebeldes..., op. d t , p. 41.


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muerte, uniforme de lancero del Ejército Nacional, con insignia de sargento carabinero y la siguiente leyenda sobre el brazo derecho: “Escuela de Guerra de Colombia” (31). Cruel ironía que hacía parte de los mensajes simbó­ licos de estos cuadrilleros, quienes portaban las insignias de las fuerzas que los combatían, queriendo significar con esto, que ellos también eran una fuerza armada: el ejército social de los pobres. “Paticortico” había nacido en Sevilla en 1929. Como la mayoría de cuadrilleros del norte del Valle, había inte­ grado las cuadrillas de “ El Mosco” , del “ Capitán Var­ gas” y de “ Puente Roto” . “Paticortico” actuó muy unido ala cuadrilla de “Puente Roto” ; sus acciones se ligaron al asalto y asesinato de pequeñas propiedades cafeteras de campesinos conservadores para presionar su salida de la región o como retaliación a las acciones de cuadrillas conservadoras; a ambos cuadrilleros se les contabilizaron unos veinte asaltos a propiedades, y tres a puestos de po­ licía; también se les acusó de emboscar a dos agentes del D AS. “ Paticortico” vestía a la usanza campesina pantalón y camisa de dril caqui. Fue ametrallado por un grupo localizador del Batallón Colombia llamado “La Patota” , integrado por ex-bandoleros y presidiarios dirigidos por agentes del B-2, quienes lo localizaron en una casa do la vereda San Antonio en Sevilla. “Paticortico” no pre­ sentó combate y al parecer se le aplicó la famosa ley do fuga. “ Puente Roto” , un cuadrillero de origen pueblerino, había nacido en Calarcá, vestía chaquetas de cuero con cuello de peluche, sombrero gardeliano y portaba per manentemente una ametralladora de mano marca Madssen. Entre 1962 y 1963, “ Puente Roto” se dedicó a ln extorsión de los habitantes de La Victoria, Zarzal y Se­ villa y asesinó a numerosos mayordomos y adminin

31. El País, C a li, m a y o 23 de 1961.


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tradores de fincas que no se sometieron a sus exigencias. Fue dado de baja por un grupo localizador del Batallón Colombia, “La Patota” , en una hacienda del corregi­ miento del Dávila, jurisdicción de La Victoria en julio de 1964. Murió después de una tenaz resistencia. Según los documentos adjuntos de algunos sumarios, “Puente Roto” tenia ciertos vínculos con el MRL (32). La cuadrilla de “Zarpazo” fue una de las que más pre­ sionaron a los propietarios conservadores del norte del Valle; practicaba el “boieteo” y la amenaza, exigiendo a los dueños de fincas la entrega de dinero y café; imponía mayordomos y administradores y practicaba retaliaciones sobre familias conservadoras de la región. Los campesinos apoyaban a esta cuadrilla que les traía ventajas económicas, ya que la ocupación de las fincas por mayordomos y trabajadores impuestos por los cuadrilleros, hacía que los peones ganaran jornales más altos y se pudieran repartir el producto de las co­ sechas. “Zarpazo” , según descripción del sargento del ejército Evelio Buitrago, quien se infiltró en la cuadrilla, había desarrollado sistemas muy prácticos de comu­ nicación, utilizando linternas, perros, claves cifradas y habitantes de las regiones involucradas (33). La cua­ drilla tenía complejas redes de estafetas que, no sólo avisaban la presencia de las autoridades, sino que es­ tablecían la comunicación con los pueblos y ciudades para el apoyo logístico. Una de las particularidades de esta cuadrilla fue la combinación de las acciones rurales con las urbanas y el inicio del secuestro para cobrar res­ cate en dinero. Después de la muerte de “Zarpazo” la cuadrilla pasó a ser comandada por “Tista” quien incluso intentó asaltar una caravana compuesta por el gobernador del Valle, Gustavo Balcázar Monzón y su comitiva, en la región de La Germania. “Tista” murió eliminado por un 32. G. B e ta n c o u rt, op. c it., pp. 68-75. 33. E v e lio B u itra g o , op. c it., pp. 64-65.


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grupo localizador del ejército en una vereda de Cartago a las márgenes del río La Vieja, en diciembre de 1963. El “Capitán Cenizas’' actuaba en la Cordillera Central hacia el centro oriente del Valle, y su cuadrilla, auncuando estaba un tanto distante de las cuadrillas del norte, era una de las que más contactos mantenía con éstas, pues se podía comunicar por el cañón del río Bugalagrande, lle­ gando hasta el páramo de Barragán, refugio natural de todas las cuadrillas (véase Mapa 4). El “Capitán Cenizas”*había nacido en Santa Isabel, Tolima, en 1931; fue uno de los cuadrilleros del centrooriente del Valle que evolucionó más hacia una guerrilla de acción política con simpatías de sectores obreros del Valle; durante mucho tiempo intentó nuclear a la mayor parte de las cuadrillas del Valle y en 1961-1962 convocó por escrito a una reunión a los grupos de “Zarpazo”,' “Paticortico” , “Melco” , “Polancho” , “Caballito” , “Caballogrande” , “Capitán Varilla” , "Sangrenegra” , “Des­ quite” , "Chispas” y "Avenegra” , con el fin de lograr una coordinación de los mismos desde las montañas de Se­ villa y Caicedonia (34). “Cenizas” fue dado de baja, junto con cuatro de sus compañeros en la región de Monteloro, en la Cordillera Central, por tropas del Batallón Palacé, en mayo de 1963. Cuadrillas conservadoras Ya habíamos planteado que muchas de las cuadrillas conservadoras surgieron a partir del reagrupamiento de algunas bandas de “pájaros” , de sectores campesinos conservadores minoritarios en regiones de mayoría liberal y de sectores de las clases medias bajas de algunos pue­ blos y ciudades. Al igual que las cuadrillas liberales, aun cuando en menor número, se fueron separando de una

34. O ccidente, C a li, m a yo 20, 1963.


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cuadrilla matriz, que, para el caso, fue la de Melquisedec Camacho “Melco” , que después se desdobló en la de Campo Elias Arroyave “ Polancho” y Manuel Alvarez Torres “Arturito” . “Melco” nació en Córdoba (Departamento de Caldas para aquel entonces) en junio de 1932; era reservista e inició sus acciones de cuadrillero en el corregimiento de Aures y en el Cañón de las Hermosas luchando contra otras dos familias, los Toro y los Vargas, comandadas por Celedonio Vargas “Capitán Vargas” , que pretendían dominar la región. “Melco” y su cuadrilla lograron con­ solidar el Estado Soberano de Aures bajo la impronta conservadora después de la eliminación física de las fa­ milias rivales. Consiguió respaldo de los pequeños pro­ pietarios al garantizarles la defensa de sus vidas y pro­ piedades, pues Caicedonia se encontraba rodeada de liberales. “Melco” , junto con “ Polancho” , “El Rayo” , “Malasombra” , “El Sufrido” , “El Bonche” , “Caribe” y “Arturito” , entre otros, mantuvo a raya a las cuadrillas liberales. La cuadrilla de “Melco” desató la guerra contra las familias liberales de veredas de Sevilla, con el fin de obli­ garlas a retirarse más allá del río Pijao. Apoyados por los jefes conservadores de Caicedonia y veredas aledañas, “Melco” y sus hombres intentaron extender su dominio hacia las veredas de El Venado, Palomino, Altamira y Pijao; este proceso de expansión significó la abjuración política de los habitantes que no fueran de filiación con­ servadora y, por ende, el cambio de dueño en tierras ahora bajo influencia de su cuadrilla. “Melco” contaba con una red de políticos y comerciantes que lo apoyaban desde Caicedonia y Sevilla, que compraban las tierras de los que tenían que abandonar sus parcelas, y el café robado producto de la cuota de sus protegidos. La cuadrilla de “Melco” y “Polancho” llegó a es­ tablecer un control tan riguroso en la región, que no había mayordomo y trabajador de finca que lograra con­ seguir trabajo sin su consentimiento; este control lo


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llevaban apuntando en libretas los nombres de los ha­ bitantes por vereda: N os p re g u n ta ro n a N e lso n y a m í que m o s trá ra m o s papeles, en­ tonces les d ijim o s que no te n ía m o s nada y d ije ro n que entonces qué habíam os id o a hacer p o r a llá y que de dónde habíam os ve­ n id o (...) nos d ije ro n que en d ó nde estábam os tra b a ja n d o , les d ijim o s que en la fin c a que a d m in is tra b a M a rio P u lg a rín , entonces nos p re g u n ta ro n que cóm o nos lla m á b a m o s, entonces n osotros les d im o s el n o m b re y ellos los a n o ta ro n en u n a lib re ta (35). ♦

Tanto “Melco” como “Polancho” vestían ropa de dril caqui y sombreros alones (llaneros); su cuadrilla se fue fraccionando en pequeñas escuadras para controlar las numerosas veredas. “Melco” fue acorralado en La Mesa, Barragán, por una compañía de asalto del Batallón Palacé en una casa con túneles y trincheras; murió después de oponer resistencia tenaz a las tropas durante 24 horas. “Arturito” nació en 1929; se inició como matón a sueldo de la cuadrilla de “Melco” en 1960; fue tal vez el más moderno y urbano de los cuadrilleros, pues usaba frecuentemente bluyín, chaqueta de cuero negra y gafas oscuras, era un típico “camaján” de pueblo de los años sesentas. En su cuadrilla se destacaron “El Evangélico” , “El Bonche” , “El Peluquero” y “Chaflán” . La cuadrilla de “Arturito” , además de imponer mayordomos y cobrar cuotas a los finqueros conservadores, se dedicó a la ex­ torsión y al secuestro, para tal efecto contaba no sólo con una amplia red de apoyos urbanos en Cartago, Santa Rosa y Bugalagrande, sino que incluso tenía informantes (tres suboficiales) en las propias filas del ejército (36). “Arturito” fue dado de baja en la vereda Altaflor, Bugalagrande, en junio de 1964 por una patrulla de la VIII Brigada, que le aplicó la ley de fuga.

35. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra “ M e lc o ” y “ P o la n c h o ” , Juzgado C u a rto S u p e rio r, T u lu á , Rad. 1656, fo lio 12. 36. V I I I B rig a d a , op. c it., pp. 175-180.


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B A N D ID IS M O

!' El nombre de “bandoleros” y bandidos ha sido indistin­ tamente utilizado desde la violencia de los cincuentas y no hay claridad sobre su significado; en las primeras fases de la violencia, cuando la confrontación era mucho más partidista, se hablaba de “nueve-abrileños” , de “chusmeros” , “cuadrilleros” y “guerrilleros” . Parece ser que el uso del término "bandolero” estuvo muy aso­ ciado a la pérdida del respaldo partidista proveniente de los jefes liberales y conservadores locales quienes, como una manera de descalificar las acciones sociales, políticas o de simple lucro adelantadas por los grupos armados antes descritos, generalizaron el apelativo con­ virtiéndolo en sinónimo de malhechor, de bandido. Nosotros llamamos "bandidos” a los miembros de los grupos armados de finales de la violencia (1959-1965), que se desprendieron de las cuadrillas, que no construyeron una alternativa ideológica frente al bipartidismo para virar hacia la guerrilla con un proyecto político propio, y que degeneraron en delincuentes comunes con una ideo­ logía pobre en contenido social, partidista o político; ban­ doleros y bandidos, de una u otra manera y así sea en mínima medida, reflejan algún contenido social en sus luchas, pues como bien lo ha anotado E. Hobsbawm "estos en cuanto perseguidos se enfrentan al orden y a las autoridades y el pueblo los ve como perseguidos” (37).

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37. Véase E . H o b s b a w m , R ebeldes... op. c it., pp. 27 a 52. J. Z u g a s ti, E l b a n d o le ris m o , M a d rid , A lia n z a , 1982. V I I I B rig a d a , op. c it. E . B u itra g o , “ Z a rp a zo ” ,... op. c it. P. C la v e r, C ró n ica s de la v id a b a ndolera , B o g o tá , P la n e ta , 1987. G. Sánchez y D . M e e rte n s, B a n d o le ro s ... op. c it. C. M . O rtiz , E s ta d o y s u b v e rs ió n en C o­ lo m b ia , B o g o tá , Cerec, 1985. G. R udé, R e v u e lta p o p u la r y con­ ciencia de clase, B a rce lo n a , C rític a , 1981. J . M . R o ja s, L a ba­ ta lla c o n tra el c o m u n is m o en C o lo m b ia , B o g o tá , E m p re s a N a ­ c io n a l de P u b lica cio n e s, 1956. L . A . T o ro , A lm a n a q u e p o lític o , los hechos del b a n d o le ris m o , Im p re n ta A m a n e ce r. M . T u ñ ó n de L a ra , M e d io s ig lo de c u ltu ra española, 1885-1936, B a rce lon a,


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PUESTOS DE MANDO DEL BATALLON COLOMBIA

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Los bandoleros y bandidos, no pueden verse en este sentido como simples delincuentes. Esta caracterización fue quizás, una de las grandes fallas del Estado y las autoridades en su lucha contra aquéllos; los grupos de bandoleros deben verse como sectores con gran arraigo entre la población campesina, de la que habían logrado ganarse su respaldo y apoyo: E s decir, no debe h a ber g ra n d ife re n c ia e n tre el cam p esino o p ri­ m id o que se hace b a n d o le ro (d e lin c u e n te ), el ca m p e sino que se hace rebelde o re v o lu c io n a rio , y el b a n d o le ro que se hace re v o lu ­ c io n a rio . P o r c ie rto , en la h is to ria se ha n da d o casos de c u a d rilla s de bandole ro s que se u n ie ro n a m o v im ie n to s re v o lu c io n a rio s . E n la cam paña de lib e ra c ió n de G a rib a ld i en Ita lia , desde 1861 a 1865, las u n id a d e s g u e rrille ra s fo rm a d a s p o r los cam pesinos se c o n s titu ía n en to rn o a g ru p o s b a n d o le ro s (38).

Ante la pérdida de la filiación partidista que amparaba el accionar de las cuadrillas, ante el auge de los intereses económicos de las mismas, ante la presencia de unas Fuerzas Armadas entrenadas ahora en la guerra de gue­ rrillas y, principalmente, debido a la intensificación del control del aparato del Estado sobre amplias zonas que habían permanecido al margen de la influencia, las cua­ drillas se fueron fraccionando en pequeños grupos inte­ grados por dos a tres hombres que atacaban cada vez más todo aquello que tuviera que ver con sus zonas de apoyo. Estos grupos fueron consolidando su propio lucro sin alegar filiación partidista alguna, y se caracterizaron por el robo, la extorsión, la venganza, el asesinato atroz, B ru g u e ra , 1982. E n el pre se n te tra b a jo se ha to m a d o a la cua­ d rilla com o base de to d o s los g ru p o s a rm ados, de ella se des­ p re n d ió la g u e rrilla con su p ro y e c to p o lític o a lte rn a tiv o ; ta m ­ b ié n se c o n s o lid a ro n las c u a d rilla s b a n d o le ra s q ue s ig u ie ro n fieles a la filia c ió n p a rtid is ta lib e ra l o co n se rva d o ra y con m ucho c o n te n id o social; estas ú ltim a s se fu e ro n tra n s fo rm a n d o en b a n ­ das, en la m e d id a en qu e p e rd ía n la filia c ió n p a rtid is ta y se id e n ­ tific a b a n cada vez m ás con la d e lin c u e n c ia co m ú n , el asesinato a tro z , y se a isla b a n de la base so c ia l de apoyo. 38. J u liá n Z u g a s ti, op. c it., p. 22.


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y la masacre. Podríamos catalogarlos como “bandoleros vengativos” pues en su accionar se reflejaron las mani­ festaciones culturales y psicológicas que la primera vio­ lencia dibujó en sus infancias. En 1960 un juez municipal, que investigaba la confor­ mación de una banda en el nororiente del Valle, la des­ cribía así: E s tá in te g ra d a p o r jó ven e s de la re g ió n , ca si to d o s ansiosos de “ v e n d e tta ’ ’ p o rq u e en épocas pasadas a lg u ie n e n tre sus p a rientes fue m u e rto o le sio n a d o ; veng a n za es el lem a de los fo ra jid o s o rg a ­ nizados, d o ta d o s de pre n d a s m ilita re s y a rm a m e n to m oderno, c om prado s con las c o n trib u c io n e s de los “ n o ta b le s ” . Venganza p o r m ano p ro p ia o p o r “ c o n tra to ” (...) Son pocos los “ n o ta b le s ” de la re g ió n que no p a g a n tr ib u to a la p a n d illa de m asacradores’ (39).

A diferencia de las primera cuadrillas, estos bandidos no enfrentaron a la policía ni al ejército; no utilizaban sus uniformes, armas e insignias, es decir, no pretendían, como las cuadrillas con sus actos, sustituir, aunque fuera simbólicamente, la legitimidad y el poder de las fuerzas armadas del Estado. El bandidismo se convirtió cada vez más en un ac­ cionar patológico, un lumpen-violencia en la "cachaza” social, la cual en su andar desesperado, tortuoso, y con­ tradictorio, produjo gran parte de esa bola de nieve lla­ mada violencia. Su símil urbano es el atracador callejero, el “colgador” que apuñala, encuentre o no dinero en la billetera del parroquiano (40). Los grupos de bandidos también practicaron el cuatrerismo o robo de ganado; si las reses robadas eran 39. E l P íiís , C a li, a g o s to 7 de 1960. 40. E l b a n d o le ro o b a n d id o p ara el caso d e l n o rte d e l V a lle , es un lu m p e n ru ra l-p u e b le rin o , sin tra s fo n d o social, p a rtid is ta o po­ lític o ; su a ccio n a r se o rie n ta b á sica m e n te a l lu c ro y la vengan/.n, c o n s titu y e n fo rm a s de reacom odo so cia l y económ ico en unn re g ió n en donde las clases m edias ascendieron económ ica, po­ lític a y so cia lm e n te con la vio le n cia .


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pocas (dos o tres), se vendían en los mismos pueblos y veredas con la complicidad de la policía y de las autori­ dades de control de los mataderos municipales; si el ga­ nado era más numeroso entraba a actuar una bien sincro­ nizada red que tenía contactos con las autoridades de los municipios y ciudades, lo mismo que con hacendados y mayordomos. Unos cuatreros perpetraban el robo; otros transportaban las reses al pueblo o vereda, donde un mayordomo o hacendado alquilaba o prestaba los po­ treros; finalmente, otro grupo comercializaba el ganado entre los carniceros y dueños de famas. En los robos de ganado participaron las cuadrillas y los bandidos, pero también hubo grandes grupos de delincuencia co­ mún, que sólo se especializaron en estas labores; unos y otros desarrollaron sofisticados métodos para efectuar el transporte de los semovientes hurtados; para no ser oídos en la soledad de la noche arreaban el ganado con piedrecillas en remplazo de zurriagos o perreros, para evitar el ruido y el ladrido de los perros. En el centro-norte del Valle fueron famosas por la combinación del robo, el asesinato y el cuatrerismo las cuadrillas de "El Diablo” , "Comino” y "El Turpial” . El Gobierno departamental, con el fin de contra­ rrestar la acción de los cuadrilleros y bandidos en lo re­ ferente al robo de reses, expidió entre 1960 y 1961 una serie de decretos, en los que reglamentaba el uso de certificados de policía, y del vendedor y comprador, res­ pectivamente, para el transporte de ganado. En tales decretos también se reglamentaban las horas de sacrificio en los mataderos, pues la violación de los horarios, con la complicidad de funcionarios municipales y policías, era uno de los factores que más favorecía el robo (41). Con todo, muchas acciones de las cuadrillas (con fi­ liación partidista) y de los bandidos que incurrían en acciones de delincuencia común, no son fáciles de dife-

41. E l País, C a li, ju lio de 1961.


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rendar, ya que unos y otros realizaban acdones de tipo social, o convocaban a encuentros y reuniones de cua­ drilleros, buscando la unidad de los mismos (42). El bandidismo degeneró en la venganza, el robo, el asesinato a sangre fría y la violación, pero con la dife­ rencia de que estas acciones se fueron efectuando cada vez más sobre la misma población campesina que hasta ahora las había apoyado. Algunos de estos grupos de bandidos estaban integrados por mujeres; en 1963 incursionó en la vereda Los Lulos, municipio de Ginebra, la cuadrilla de bandidos de Ferney Ramírez, alias “Re­ sorte” , integrada por “Memo” , “El Feo” , “Remplazos” , “El Diablo” , “Pensamiento” y una mujer, con el fin de asesinar a José de Jesús Vadenas. Veamos lo sucedido según el relato sumarial de su esposa: ...M i esposo los ú ltim o s días e staba m u y n e rvio so , h a s ta que h o y , siendo poco m ás o m enos las dos de la ta rd e , se pre se n ta ro n com o ocho s u je to s m ás o m enos a rm a d o s de fu sile s, granadas, escopetas y re vó lve re s, e n ru a n a d o s y v e s tid o s to d o s de c iv il, y en com pañía de u n a m u je r que ta m b ié n p o rta b a re v ó lv e r, a la casa d onde n o s o tro s v iv ía m o s (...) C u a n d o estaba c e rra n d o el carro de café escuché que los tip o s le d ije ro n u n a cosa a m i esposo, y é l les re sp o n d ió pero no supe qué, cu a n d o v i que u n o de los tip o s desaseguró el fu s il y le h izo dos tiro s a m i esposo, in m e d ia ta ­ m e n te m i esposo se desp lo m ó ha cia el suelo, y enseguida el m ism o tip o que le pegó los dos tiro s , sacó el m ach e te de la c u b ie rta y le c o rtó la cabeza (...) después se v in ie ro n cin c o tip o s de los asal­ ta n te s y m e co g ie ro n a m í p o r las m alas y m e lle v a ro n a la cama de n o s o tro s y m e a co s ta ro n a las m alas, e h ic ie ro n uso carnal de m í to d o s cin co d e la n te de m is n iñ a s pequeñas (...) después tre s de los tip o s se q u e d a ro n sacando u n a c a rta que después la c la v a ro n con u n a p u n tilla ju n to a l c a d á ve r de m i esposo (...) se lle v a ro n u n ta rro de leche K lim , u n a cam isa , la p e in illa de m i es­ poso, una escopeta y el s o m b re ro de los d o m in g o s.

La carta adjunta en el sumario y escrita a mano decía lo siguiente: 42. Occidente, Cali, mayo 20 de 1963.


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José V a d e n a s m u rió p o r zapo (s ic ) re co n o cid o p o r la (g u e rrilla ). Y así v a n a m o rir los o tro s zapos (sic) que h a y en este cañón. /L o s que lo m a ta ro n / /S o n / “ R e m p la zo ” , “ R e so rte ” , “ P e n s a m ie n to ” , “ E l D ia b lo ” y R é g u lo A ra n d a a lia s “ E l Feo” P erdonen lo p o q u ito (43).

De todas maneras no es fácil precisar el paso de los cuadrilleros iniciales con filiación partidista a bandidos o delincuentes sin ideales altruistas. En este Capítulo hemos mostrado que de unas cuadrillas madres, que re­ cibieron filiación partidista liberal o conservadora en un primer momento, se fueron desprendiendo posterior­ mente los bandoleros con contenido social, los bandidos y los guerrilleros con proyecto político alternativo. Unos y otros son la consecuencia y derivación de una génesis común: la cuadrilla bandolera. Pero su accionar y sobre todo la capacidad de romper ^o adoptar una ideología (entendida ésta aún en su forma más simple o ingenua) diferente a la del bipartidismo, ya sea como bandoleros sociales que roban al rico para repartir al pobre, ya como bandidos salteadores, cua­ treros o violadores o, finalmente, como grupos guerri­ lleros es lo que finalmente determinará su rumbo. Los dos momentos más fácilmente diferenciables son, el inicial de las cuadrillas con filiación partidista, y el final de la guerrilla con proyecto político alternativo. Los otros dos intermedios, el de los bandoleros sociales y los bandidos o salteadores, se confunde y se desdobla, ya que muchas veces aparece mezclado con cuatrerismo y otras formas de delincuencia rural y urbana. En la región occidental y más concretamente en el Valle, los bandoleros y/o bandidos más destacados fueron “Sangrenegra” , “Caballito” y "Ñaringo” .

43. S u m a rio c o n tra F e rn e y R a m íre z, en “ M e m o ” y o tro s , J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R ad. 4556, fo lio s 1 a 8.

I


C O N C L U S IO N E S

Como puntos centrales de las temáticas tratadas podemos señalar: 1) Para el caso del occidente colombiano, el conflicto agrario presentó particularidades que lo diferencian de otras regiones del país tales como la lucha individual por la tierra y la manipulación electoral por los partidos tradicionales (principalmente la liberal) durante los años treintas y cuarentas que si de una parte favoreció cierto equilibrio en el reparto de las tierras altas, de otra con­ tribuyó a la radicalización del debate ideológico partidista en la medida en que propició las condiciones para la ge­ neralización de la violencia conservadora a partir de 1947. 2) La primera violencia en el departamento del Valle del Cauca y en gran parte del occidente del país fue bá­ sicamente conservadora y tuvo a las bandas de “pájaros” como actores principales. Los “pájaros” surgieron en los pueblos de la cordi­ llera vallecaucana a partir de las “guardias cívicas” de los directorios conservadores, siendo los “pájaros” rurales de pueblos y veredas los característicos de la primera fase (1947-1949) de la violencia en el occidente. Posterior­ mente bajo la dirección de “El Cóndor” en Tuluá, éstos fueron transformados en “pájaros” profesionales urbanos para ser utilizados por fracciones conservadoras como matones partidistas que tenían por tarea conservatizar una amplia región de viejas tradiciones radicales. Fue en este momento cuando por primera vez en el país se introdujo el sicariato como modalidad para eli­ minar a adversarios políticos. [177]


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3) Hacia los años 1955 a 1957 y como forma de resis­ tencia a la violencia conservadora de los “pájaros” , en el seno mismo de las comunidades campesinas surgieron las cuadrillas bandoleras, básicamente liberales. Estas cuadrillas bien pronto adquirieron filiación partidista y se desdoblaron en bandolerismo social, en bandidismo y posteriormente, hacia finales de la violencia del cin­ cuenta, en guerrilla con proyecto político alternativo. 4) Las anteriores anotaciones evidencian una vez más los hilos de continuidad entre las distintas violencias, violencias que en su mayoría desde las guerras civiles, pasando por el conflicto agrario, la violencia liberal del treinta, la violencia conservadora de los “pájaros” , las acciones de las cuadrillas bandoleras, el surgimiento del movimiento guerrillero, el auge del movimiento de masas de los setentas, la guerra sucia y la mafia de los ochentas, y los actuales fuegos cruzados entre mafia, guerrilla, ejército, policía, paramilitares, sicarios y de­ lincuencia común, han sido y siguen siendo desarro­ lladas en los mismos escenarios geográfico-espaciales. Entonces puede decirse que gran parte del paramili­ tarismo y sicariato actuales han sido construidos sobre los restos de las violencias del cincuenta, y que ellos tienen origen en dos focos de matones perfectamente caracte­ rizados: — Los “pájaros” del occidente. Aunque surgieron en el departamento del Valle, se desplazaron hacia el norte, sur y otros departamentos para hacer trabajos sucios a los terratenientes y hacen­ dados que los enfrentaron al creciente movimiento cam­ pesino en los setentas. Más tarde, con el auge de las mafias de la marihuana y la cocaína, la modalidad pajaril fue re-descubierta y re-vitalizada en Antioquia y Valle. Desde los setentas se produjo en el occidente colom­ biano una dinámica social de ascenso económico de fracciones de clase, acompañada de violencia sutil que tuvo como epicentro a Cartago al norte del Valle, a Quindio y Risaralda, y que fue jalonada por un lado, por el


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núcleo Medellín-Urabá, y por otro, por el núcleo de CaliBuenaventura. Estos dos núcleos fueron los que a su vez dieron origen a dos grandes y bien conocidos focos de refinamiento, procesamiento y comercialización de cocaína: el núcleo antioqueño y el núcleo vallecaucano. Ambos revivieron e imprimieron nueva fuerza al antiguo “pájaro” que se había mantenido en los pueblos del occidente colombiano de manera latente prestando sus servicios a fracciones conservadoras, proyectándolo hacia los actuales grupos de limpieza y el moderno sicariato. Poblaciones del Valle, Quindío, Caldas, Risaralda y Antioquia profundamente afectadas por las violencias de los cincuentas, constituyen hoy importantes focos de generación de sicarios que para las nuevas y modernas empresas de la muerte en ocasiones han contado con el adiestramiento y asesoría de viejos “p^jar° s Mlocales. — Al oriente del país sobre los focos de la anterior vio­ lencia en Boyacá y a partir de los matones de la zona esmeraldera, el foco central de la mafia de la cocaína con­ solidó desde Puerto Boyacá uno de los más violentos núcleos de paramilitarismo que se desplaza y se fusiona con los de Antioquia, Córdoba, Santanderes y Meta. En alianza con sectores abiertamente de derecha el núcleo de Boyacá, resultante de la fusión de dos mafias, la de las esmeraldas con la de la cocaína, no sólo ha pre­ sionado contra los simpatizantes de la guerrilla, la iz­ quierda y los sindicalistas, sino que ha servido de soporte para la compra de tierras por parte de fracciones de los traficantes de los dos productos, situación que ha produ­ cido una verdadera “mafio-reforma agraria” en estos territorios. 5) No hay, en la sucesión de violencias, rupturas sign ficativas; más bien, a cambio hay hilos de continuidad pues, auncuando los actores y contradicciones en juego cambian con el tiempo, los escenarios siguen siendo los mismos.


Anexos


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ANEXO 1 C O N F L IC T O S A G R A R IO S E N E L V A L L E 1908-1944* Y o to co , 1908. P le ito s e n tre colonos qu e ocu p a b a n b a ld ío s en C a lim a , y G u ille rm o S aavedra, q u ie n q u ería a p ro p ia rs e de sus m e jo ra s. S e villa , 1908. P le ito s e n tre colonos y hacendados qu e re cla m a b a n los te rren os baldíos. R o ld a n illo , 1908. E n fre n ta m ie n to s e n tre colonos y hacendados que re clam aban los te rre n o s del p a ra je de O jeda. L a C u m b re y P avas, 1910. P le ito s e n tre colonos que o cu p a b a n baldíos, y la hacienda “ S a le n to ” , que en su proceso de e x p a n sió n se quería a p ro p ia r de n um erosas hectáreas de te rre n o s nacionales. P le ito s e n tre colonos y co m e rcia n te s p o r los te rre n o s de R ío G rande. Y o to co , 1910. P le ito s e n tre colonos y hacendados p o r la posesión de baldíos. D agua, 1923. A lfre d o C am ach o d e n u n cia la o cu p a ció n p o r colonos de las tie rra s de “ L o s C h a n co s” , h a y m a n ip u la c ió n de alcaldes y con­ cejales lib e ra le s quienes d e fienden a los colonos p a ra c o n ta r con sus vo tos. T u lu á , 1926. P le ito s e n tre colonos y los p ro p ie ta rio s de la hacienda “ B a rra g á n ” p o r el d e slin d e de b aldíos. A n se rm a n u e v o , m a y o de 1928. In v a s io n e s de las haciendas “ C ala­ bazas” , “ B a u tis ta ” y “ E l I n d io ” , p ro p ie d a d de la fa m ilia V élez M e n ­ doza. H a y denu n cia s g enera lizadas de que, p a ra la época, los ocu­ p antes de las haciendas y p re te n d id o s dueños, envenenan el ganado, c o rta n los alam bres. Se q u e ja n de que el alcalde no d e sa lo ja y que sos­ tie ne a los ocupantes p a ra m a n ip u la rlo s e le cto ra lm e n te . T ru jillo , 1928. P le ito s con colonos p o r d e slin d e de la hacienda “ C uancua” . L a C u m b re , 1928. D e n u n cia s de colonos c o n tra los dueños de la ha­ cienda “ S a le n to ” , herederos de José M a ría S ie rra ; los colonos están en tie rra s nacionales y la hacienda ha m o rd id o estos baldíos, alegando son suyos para apoderarse de las m e jo ra s. A lc a lá , a b ril de 1928. D e n u n c ia de José V ic e n te O so rio , d ueño del fu n d o “ L a S e lv a ” , en ju ris d ic c ió n de A lc a lá , c o n tra L e o ca d io S alazar y 200 colonos p o r in v a d ir estas tie rra s . O so rio los acusa de com una c o m u n is ta . E l g o b e rn a d o r co n te s ta qu e S a la za r es b u e n ciu d a d a n o y fu n d a d o r de pueblos. Parece que do n Leoca d io , se enriquece tra ­ m ita n d o e s c ritu ra s a colonos, y m ás ta rd e , c o m p ra n d o tie rra s en

* L o s c o n flic to s se c e n tra ro n en la C o rd ille ra O c c id e n ta l, m u n ic ip io s de L a C u m b re , D a g u a , P a vas, R e stre p o y D a rié n , p o r la a p e rtu ra de la ca rre te ra a l m ar.


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c o n flic to con B a ld ío s N acionales, caso de “ C u a n cu a ” , o tie rra s en con­ flic to s con colonos, caso hacienda “ B a rra g á n ". R io frío , 1929. E n fre n ta m ie n to s e n tre p o b la d o re s de R io frío , p o b la c ió n de o rig e n caucano y el c o rre g im ie n to de V e rnaza, de o rig e n a n tio queño, p o r los p le ito s de la hacienda “ C u a n c u a "; los colonos fu e ro n lanzados en o c tu b re de 1929; el alca ld e de R io frío fu e d e s titu id o . C aicedonia, 1930. C o n flic to s con colonos en las haciendas “ S a lin a ” y “ B u r ila " , prop ie d a d e s de G u tié rre z A ra n g o . C a rta g o , A n se rm a n u e v o y B u g a , 1930. P e rm a n e n te s a taques a las propiedades ru ra le s en el n o rte y c e n tro d e l V a lle ; la p o lic ía es in s u ­ fic ie n te para a te n d e r los casos, m a n ifie s ta n los alcaldes. C a rta g o , 1930. A lg u n o s c o n flic to s de C a rta g o d e g e ne raron en aso­ nadas, hay num erosos presos; h u b o u n a te n ta d o c o n tra el in s p e c to r M u n é v a r q u ie n m a n ip u la a los colonos e le c to ra lm e n te a fa v o r del lib e ­ ra lism o . Z arzal, 1930. E l g e nera l P o m p ilio G u tié rre z p id e p ro te c c ió n especial para su hacienda “ E l P ita l" , in v a d id a p o r colonos. C ali, 1930. D e n u n c ia de p a rte del je fe de la P o lic ía N a c io n a l con sede en el V a lle , c o n tra R afael N a v ia , c o m is a rio ju d ic ia l, p o r entorp ece r las labores y s o lta r los presos. E l g o b e rn a d o r re sta im p o rta n c ia a la denuncia y tra s la d a a N a v ia fu e ra de C a li (a l parecer lo n o m b ra alcalde de B o lív a r), pues según p a la b ra s d e l p ro p io g o b e rn a d o r, N a v ia es u n fie l fu n c io n a rio conse rva d o r. B o lív a r, 1931. Se p re s e n ta ro n acusaciones c o n tra el in s p e c to r M u ­ n é v a r p o r fa vo re ce r a l lib e ra lis m o . D agua, 1931. D e n u n cia s de in va sio n e s a las fin c a s de la fa m ilia Reyes p o r p a rte de 120 colonos. B u ga, 1931. D e n u n cia s del p re s b íte ro S a nclem ente, p o r in v a s ió n de colonos a sus tie rra s , en M o n te rre y . P a lm ira , 1931. C o n flic to s e n tre el señor L lo re d a , y pequeños p ro p ie ­ ta rio s p o r a su n to s de aguas. R o ld a n illo , 1931. L a n z a m ie n to de colonos de la hacienda “ L a M e rc e d ", de E m ilio Q u in te ro . C a rta g o , 1932. C o n flic to s con colonos en la hacienda “ E l T a m b o ra l". R o ld a n illo , 1932. Im p o rta n te d e n u n cia desde B u g a , de E m ilio Q u in ­ tero, a q u ie n le fu e in v a d id a la h acienda “ L a M e rc e d ” . Q u in te ro , en m e m o ria l d irig id o a l m in is tro de G o b ie rn o , d e n u n cia la a b ie rta m a n ip u la c ió n lib e ra l de los colonos e in va so re s, p o r p a rte de alcaldes e inspectores de p o lic ía con el fin de c o n s e g u ir v o to s y a s e g u ra r elec­ torado . T o ro , 1932. In v a s io n e s de colonos en la hacienda “ E l C a iro ” de G o n ­ zalo M a ru la n d a , y en la hacienda “ E l N ilo ” de E p ifa n io G a v iria ; y c o n flic to s en la hacienda “ L a E n n e a ” , p ro p ie d a d de S e b a stiá n Feijoo. O bando, 1932. In v a s io n e s y e n fre n ta m ie n to s con colonos en la ha­ cienda “ L a M a r ta " , del m is m o F e ijo o . \


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G uacarí, 1932. In v a s io n e s de colonos a la h a cie n d a de D a n ie l Sanclem ente. B ita c o (L a C u m b re ), 1932. C o n flic to s con colonos en las tie rra s de los señores O spina. B e ta n ia (T u lu á ), 1933. L a n z a m ie n to de colonos de los b a ld ío s que e staban en p le ito con haciendas. L a C u m b re , 1933. O cu p a c ió n de la hacie n d a “ L a E lv ir a " , de p ro ­ p iedad de los herederos d e l g e n e ra l R eyes (3.500 hectáreas). P radera, 1934. Q u e ja c o n tra el a lc a ld e (lib e ra l) de P ra d e ra , q u ie n tiene in v a d id a de colonos y con re s p a ld o de la p o lic ía la fin c a de A r cesio D o m ín g u e z (c o n s e rv a d o r). R estrepo, 1934. M a n u e l M a rtín e z , ju e z m u n ic ip a l de R e stre p o , pre­ tende quedarse con p a rte de la tie rra de la h a c ie n d a “ lla m a ” , q u ie re c o m p ra r te rre n o s com o s i se tra ta r a de m e jo ra s , c u a n d o h a y posesión desde 40 años a trá s . R e strepo y D a rié n , a p a r tir de 1940 y h a s ta 1960. C o n flic to s p o r el c o n tro l de las p a rte s a lta s de la C o rd ille ra O c c id e n ta l, reg io n e s de R ío B ra v o , L a C ris ta lin a , E l T ra p ic h e y Z a b a le ta s. D a g u a , a p a r t ir de 1940 y h a s ta 1960. C o n flic to s e n tre co lonos y h a ­ cendados p o r el c o n tro l de te rre n o s en Z a b a le ta s , E l P e p ita y C u e va Loca. L a C u m b re , a p a r tir de 1941 y h a s ta 1960. C o n flic to s co n co lonos y hacendados p o r e l c o n tro l de b a ld ío s . B a rra g á n , 1944. P le ito s e n tre co lo n o s y h a cendado s p o r el d o m in io del p á ra m o , p a ra c o n v e rtirlo en fu e n te de g a n a d e ría le ch e ra y en sem ­ b ra d ío s de trig o . V e rsa lles, 1944. C o lo n iz a c ió n de la re g ió n de B e s a ra v ia ; p le ito s con hacendados. T u lu á , 1944. P le ito s con co lon o s en la c o rd ille ra de T r u jillo y R io frío .

F u e n te s: A H N , M in is te r io de G o b ie rn o , se cció n 1, to m o s 964 a 1018, años 1928 a 1933. In fo rm e s de lo s m in is tro s de G o b ie rn o , años 1925, 1926, 1930, 1931, 1932 y 1936. In fo rm e s de lo s s e c re ta rio s de G o b ie rn o d e l V a llé , añ o s 1930, 1931, 1932, 1933, 1935 y 1936. C orreo d el C auca, C a li, años 1923 a 1940. D ia rio d e l P a c ífic o , C a li, años 1923 a 1940. L ib e ra c ió n , T u lu á , años 1938 a 1940. C arlos H e n a o , C ó d ig o de b a ld ío s , b o sq u e s y c o lo n iz a c ió n , M e d e llín , Im p re n ta D e p a rta m e n ta l, 1935.


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ANEXO 2 V IO L E N C IA Y L U C H A P A R T I D I S T A 1928-1940 C a li, a b ril de 1928. Se creó la J u n ta de D e fe n sa S o cia l in te g ra d a p o r sectores a n tic o m u n is ta s ; se re u n ía en e l P a la c io E p is c o p a l. P la n ­ teó la necesidad de d e fe n d e r a l G o b ie rn o c o n tra el c o m u n is m o y el lib e ra lis m o p o r los m e d io s líc ito s a su alcance, p e ro o rg a n iz ó com andos a rm ados para s o rte a r c u a lq u ie r e v e n tu a lid a d . C a li, d ic ie m b re de 1929. M a n ife s ta c ió n en C a li en la q ue se e n fre n ­ ta ro n a p ie d ra y p a lo v a s q u is ta s y v a le n c is ta s . Y o to co , ju n io 21 de 1930. In c e n d io s y a ta q u e s a casas co nservadoras de la vereda L o s C h o rro s , c o rre g im ie n to de M e d ia ca n o a , m u n i­ c ip io de Y o to co , p o r p a rte de lib e ra le s. Se e s c rib ió con c a rb ó n la s ig u ie n te leye n d a : “ G o d o s h ifu e p u ta s (sic ) d e l s ie te de a g o s to en a d e la n te las casas que te n g a n con te c h o de p a ja las quem are m o s y las que te n g a n te ch o de te ja de b a rro les m e te re m o s d in a m ita . C a rta g o , o c tu b re 20 de 1930. F u e a sesinado E u g e n io L ó p e z (conser­ v a d o r) p o r colonos que o cu p a ro n sus tie rra s . C a li, 14 de d ic ie m b re de 1930. E n fre n ta m ie n to s e n tre co nservadores y lib e ra le s en la p laza San F ra n c is c o de C a li; d e l cru ce de disp a ro s e n tre la p o lic ía y los m a n ife s ta n te s re s u lta ro n cin c o h e rid o s y un m u e rto : F ra n c is c o G a ro n a , lib e ra l. P a lm ira , 1930. C hoques e n tre lib e ra le s y c o n s e rva d o re s con s a ld o de v a rio s h erido s. T o ro , 1930. E n fre n ta m ie n to s e n tre b a n d o s c o n se rva d o re s; re s u l­ ta ro n v a rio s h e rid o s a l c h o ca r v a s q u is ta s y s im p a tiz a n te s de V a lencia. C a li, 22 de en ero de 1930. V io le n ta s m a n ife s ta c io n e s de desem pleados y pedreas a la g o b e rn a ció n . T u lu á , enero de 1931. P o lic ía s y a g e n te s d e l re s g u a rd o , ju n t o con los lib e ra le s , a ta c a ro n a l ju ra d o e le c to ra l. T u lu á , B u g a la g ra n d e y B u g a , enero de 1931. C o n flic to s y e n fre n ta ­ m ie n to s e n tre lib e ra le s y co n se rv a d o re s , p o r b a ja s de c o p a rtid a rio s co n se rva d o re s de las lis ta s . Z a rz a l, B u g a la g ra n d e y B u g a , e n ero de 1931. E n fre n ta m ie n to entre» lib e ra le s y co n se rv a d o re s p o r b a ja s en la s lis ta s e le c to ra le s ; u n m u e rto en B u g a . C a rta g o , m a rz o de 1931. E l D ire c to r io C o n s e rv a d o r de C a rta g o don u n c ió a se sin a to s de c o n s e rva d o re s en C a rta g o , C a li, B u g a la g ra n d e , M o n te ría , M a n ta y C h iq u in q u irá . L a U n ió n , a b r il de 1931. A s o n a d a c o n tra la p o lic ía . E l p u e b lo se su b le v ó p o r re q u is a s en el C lu b U n ió n co n s a ld o de dos m u e rto s , un lib e ra l y u n c o n s e rv a d o r; ta m b ié n fu e d e s titu id o e l a lc a ld e G u ille rm o M illá n (c o n s e rv a d o r).


MATONES Y CUADRILLEROS

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C ali, 1931. C irc u la r d e l g o b e rn a d o r S a lv a d o r Ig le s ia s a los alcaldes, para que in te g ra ra n cuerpos de p o lic ía c ív ic a p a ra las elecciones. U llo a , 9 de m a y o de 1931. A ta c a d o e in c e n d ia d o e l lo c a l d o n d e sesio­ naba el ju ra d o e le c to ra l de U llo a ; d e s tru id a s sus lis ta s , n o h u b o elec­ ciones. E l a ta q u e lo e fe c tu a ro n m ás de 100 lib e ra le s a los g rito s de " ¡ V iv a el P a rtid o L ib e ra l y a b a jo los g o d o s !". T o ro , B o lív a r y N a ra n ja l, ju n io de 1931. E n fre n ta m ie n to s p a rtid is ta s ; en T o ro h u b o dos m u e rto s y v a rio s h e rid o s, en las o tra s p o blaciones ta m b ié n h u b o h e rid o s (en N a ra n ja l y B e ta n ia no h u b o elecciones). C eilán, ju n io 4 de 1931. V a rio s m u e rto s y h e rid o s en e n fre n ta m ie n to s p a rtid is ta s , u n o de los m u e rto s fu e el je fe lib e ra l R o b e rto R e b o lle d o ; e l c o n flic to se in ic ió p o r u n a riñ a con con se rva d o re s. A n d a lu c ía , U llo a , B o lív a r y B u g a la g ra n d e , ju n io de 1931. E n fre n ta ­ m ie n to s e n tre lib e ra le s y c o n se rva d o re s; n u m e ro so s h e rid o s en A n ­ dalucía. Z a rz a l, o c tu b re 28 de 1931. V a rio s h e rid o s a l in s ta la r e l C o n c e jo M u ­ n ic ip a l. T o ro , o c tu b re de 1931. D e n u n c ia s a n te la P ro c u ra d u ría p o r p a rte de ciu d a d a n o s de T o ro r p o r a c tu a c io n e s d e l a lca ld e , p o lic ía y g u a rd ia s de re n ta s c o n tra el ju ra d o e le c to ra l y a lg u n o s co n servadores. C a li, o c tu b re de 1931. D e n u n c ia d e l c o m ité c o n s e rv a d o r d e l b a rrio S an­ ta n d e r de C a li p o r la m a n ip u la c ió n lib e ra l de ca rg o s p ú b lic o s y fra u d e e le c to ra l. C a li, 1931. E n fre n ta m ie n to s e n tre u s u a rio s y la C o m p a ñ ía C o lo m b ia n a de E le c tric id a d p o r alzas en los s e rv ic io s ; se m o v iliz ó tro p a desde M a n iz a le s . C aicedon ia, m a y o de 1934. A s o n a d a c o n tra e l a lc a ld e de C a lce d o n ia ; h u b o p ie d ra , b a la y c u c h illo en e n fre n ta m ie n to s e n tre lib e ra le s y con­ servadores.

F u e n te s: A H N , M in is te rio de G o b ie rn o , S e cción 1, to m o s 964 a 1018, años de 1928 a 1933. In fo rm e s de lo s m in is tro s de G o b ie rn o , años 1925, 1926, 1930, 1931, 1932, 1936. In fo rm e s de los se c re ta rio s de G o b ie rn o d e l V a lle , años 1930, 1931, 1932, 1933, 1935 y 1936. C o rre o de l C auca, C a li, años 1923 a 1940. D ia r io d el P a cífic o , C a li, años 1923 a 1940. L ib e ra c ió n , T u lu á , años 1938 a 1940.


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DARIO BETANCOURT - MARTHA GARCIA

ANEXO 3 E L 9 D E A B R I L E N O T R A S C IU D A D E S D E L V A L L E * C a rta g o : se c o n s titu y ó u n a J u n ta R e v o lu c io n a ria p re s id id a p o r el coronel de la G u e rra de los M il D ía s, E n riq u e G óm ez, e in te g ra d a p o r A r tu r o V a lle jo y o tro s ; h u b o c o n c u rrid a s m a n ife s ta c io n e s y fra n c o ­ tira d o re s qu e se a p o s ta ro n en las to rre s de las ig le sia s. L a casa del se cre ta rio de G o b ie rn o del V a lle , L u is A lfo n s o D e lg a d o , fu e asa lta d a y saqueada, lo m is m o qu e n u m erosas tie n d a s y alm acenes; los am o­ tin a d o s se to m a ro n la e m iso ra V o z d e l P a la tin o y desde a llí la n za ro n p ro c la m a s y consignas p a ra e l n o K e d e l V a lle y C alda s. L a ciu d a d fue to m a d a a sa n g re y fu e g o p o r tro p a s d e l B a ta lló n San M a te o de P ereira a l m a n d o d e l c a p itá n C a rlo s d e l C airo. B u e n a v e n tu ra : la p o b la c ió n se c o n ce n tró in ic ia lm e n te en la Plaza de B o lív a r, donde a lg u n o s d irig e n te s lib e ra le s h ic ie ro n esfuerzos p o r co n te n e r la ira p o p u la r; p o s te rio rm e n te g ru p o s de m a n ife s ta n te s a s a lta ro n alm acenes y fe rre te ría s , la a d u a n a y la s bodegas d el p u e rto . E n e n fre n ta m ie n to s e n tre el d irig e n te c o n s e rv a d o r N e fta lí G a itá n y u n g ru p o de m a n ife s ta n te s , se p ro d u jo la m u e rte de u n o b re ro fe­ rro v ia rio y q u e d a ro n v a rio s heridos. T u lu á : h u b o saqueos e in ce n d io s; se in te n tó a s a lta r la c a p illa de l Co­ le g io S alesiano en d o nde reposaba la im a g e n de M a ría A u x ilia d o ra donada p o r L e ó n M a ría L o zano. E s te , con u n g ru p o de conserva­ dores a rm ad o s de escopetas y d in a m ita , sacó en re tira d a a la “ chusm a lib e ra l” . B u g a : Se p ro c la m ó J u n ta R e vo lu c io n a ria , se fo rm a ro n g u a rd ia s p o p u la re s p a ra c o n tro la r las o fic in a s y se rv icio s p ú b lico s, y se lib e ­ ra ro n presos. P a lm ira : N . B e la lc á z a r y o tro s g a ita n is ta s se to m a ro n la a lcaldía y o tra s o fic in a s p ú b lic a s , p ro cla m á n d o se en J u n ta R e vo lu c io n a ria . H u b o a s a lto y saqueo d e l com ercio. F in a lm e n te , tro p a s d el B a ta lló n C odazzi d o m in a ro n la re v u e lta to m a n d o presos a los d irig e n te s . C aicedon ia: E l alca ld e d e l m u n ic ip io y v a rio s m ie m b ro s d el C oncejo se p ro c la m a ro n en J u n ta R e v o lu c io n a ria encabezando las m a n ife s­ taciones y los m o tin e s , to m a n d o presos a los m ie m b ro s d e l D ire c to rio C o n s e rv a d o r e n tre quienes se e n c o n tra b a n M a n u e l A lz a te , J uan B a u tis ta G ira ld o (T is ta ), L u c ia n o A te h o rtú a , A z a e l C eballos y dos

* S ín te s is elab o ra d a con base ta n to en la in fo rm a c ió n e x tra íd a de los p e riódico s ( E l E s p e c ta d o r, B o g o tá , E l R e la to r, C a li, E l C ris o l, C ali), com o en la lo g ra d a a tra v é s de personas in v o lu c ra d a s en los con­ flic to s .


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personas m ás a quienes p o s te rio rm e n te d ie ro n m u e rte , ju n to con dos agentes de la p o lic ía qu e o fre c ie ro n re siste n cia . L a c iu d a d e s tu v o d u ra n te 5 días en m anos de los a m o tin a d o s , quienes b la n d ía n y ra s trilla b a n los m achetes en lo s andenes de las casas con­ se rvadoras a los g rito s de “ ¡V iv a G a itá n !” , “ ¡V iv a el P a rtid o L i ­ b e ra l!” . A l lu n e s s ig u ie n te , los e n fre n ta m ie n to s e n tre la tro p a y los re­ beldes d e ja ro n u n s a ld o de tre s m u e rto s y nu m e ro so s h e ridos. Z a rz a l: G o n z a lo E c h e v e rri y M ig u e l J e ró n im o Paredes se p ro c la ­ m a ro n en J u n ta R e v o lu c io n a ria , y v is a ro n p a s a p o rte s p a ra p o d e r s a lir de la c iu d a d ; la p o b la c ió n fu e to m a d a p o r el e jé rc ito con el a p o yo de la a v ia c ió n de la E scu e la de C a li; las gentes se v ie ro n en la nece­ sid a d de iz a r b a n d e ra s b la n ca s a n te e l p e lig ro de u n b o m b a rd e o in d is ­ c rim in a d o . T a m b ié n h u b o ju n ta s , m o tin e s y re v u e lta s en T r u jillo , R io frío , G uacarí, B e ta n ia y o tra s pob la cio n e s.


Cuadros


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MATONES Y CUADRILLEROS

CUADRO 1 A D J U D IC A C IO N E S D E B A L D I O S . D E P A R T A M E N T O D E L V A L L E D E L C A U C A 1932-1942 Año

A d ju d ic a c io n e s m e n o re s (h a s ta 20 h e ctá re a s )

A d ju d ic a c io n e s m a y o re s (m á s de 20 h e c tá re a s )

1932 1935 1942

97 133 215

15 14 92

F u e n te : In fo rm e s de lo s S e c re ta rio s de G o b ie rn o de lo s a ños c ita d o s . CUADRO 2 G E O G R A F IA D E L A V I O L E N C I A - 1947 D e p a rta m e n to A n tio q u ia : B o lív a r: B o y acá:

C auca: C hocó: C u n d in a m a rc a : N a riñ o :

N o rte de S a n ta n d e r:

S a n ta n d e r: T o lim a : V a lle :

P o b la c io n e s A b e jo r ra l, E b é jic o , E l P e ñ o l, M a c e o y S a n to D o m in g o . O v e ja s , S a h a g ú n y S in c e le jo . B e lé n , C h iq u in q u ir á , C o c u y , C h is c a s , G u a ­ te q u e , J e ric ó , M o n iq u irá , P a u n a , R a m iriq u í, R á q u ira , S a b o y á , S a n ta R osa , S o a tá , S u ta m a rc h á n , T o ta y S o ta q u irá . T im b ío . Q u ib d ó . J u n ín , M a c h e tá , P a sca, E l P e ñ ó n , S a n B e rn a rd o , S e sq u ilé , Y a c o p í y T o p a ip í. C ó rd o b a , C u a s p u d , C u m b a l, G u a lm a tá n , Ip ia le s , L in a re s , S a m a n ie g o , S a n d o n á , T ú q u e rre s y P a s to . A rb o le d a s , C o n c e p c ió n , C ú c u ta , C u c u tilla , D u ra n ia , G a re tá , P a m p lo n a , S a rd in a ta , Teora m a , L a b a te c a y V illa d e l R o s a rio . C a p ita n e jo , C ite , C h a ra lá y M o g a v ita . G u a m o , Ic o n o n z o , N a ta g a im a y R o n c e s v a lle s . A n s e rm a n u e v o , B u g a (v e re d a s d e la A la s k a y la A b a n a ), B u g a la g ra n d e , C a rta g o , G i­ n e b ra , L a V ic to r ia , T o ro y O b a n d o .

Fuentes: Sangre y fraude, op. cit. R. Ramsey, op. dt. Almanaque Político.


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DARIO BETANCOURT * MARTHA GARCIA

CUADRO 3 E L E C C IO N E S D E R E P R E S E N T A N T E S A L C O N G R E S O , 10 D E M A Y O D E 1931 D e p a rta m e n to del V a lle del C auca Ciudad Cali Alcalá Andalucía* Ansermanuevo Bolívar Buenaventura Buga Bugala grande Caicedonia Candelaria Cartago Dagua El Cerrito Florida Guacarí Jamundí La Cumbre La Unión La Victoria Obando Palmira Pradera Restrepo Riofrío Roldanillo San Pedro Sevilla Toro Trujillo Tuluá Ulloa* Versalles Vijes Yotoco Yumbo Zarzal

Liberales

Conservadores

4.958* 504*

2.534 139

285 410 540 975 478 331 267 859 712 567 401 349 234 370 1.015 767 144 1.300 411 501 142 1.180 131 1.071 292

762* 143

1.488* 1.514* 2 62 503* 995*

135 856* 261 /

390 535* 911* 488* 79 126 448* 2 .056* 530* 541* 162* 326 253* 1.809* 409*

515

653*

1.196

1. 386 *

446 270 159 188 206

251

19.385

2 6 .4 2 4

Gran total en el Departamento: 45.809 * No hubo elecciones por robo de listas. Total de municipios donde hubo elecciones: 34. Total de municipios donde ganó el liberalismo: 24 Total de municipios donde ganó el conservatismo: 10 Fuente: AHN Ministerio de Gobierno, Sección 1, T. 1005.

117 410* 333* 629*


MATONES Y CUADRILLEROS

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CUADRO 4 IN G E N IO S A Z U C A R E R O S D E L V A L L E D E L C A U C A . D ECADA D E L SESENTA In g e n io s

U b ic a c ió n

A m a im e B a ls illa s B u c h ito lo C a s tilla S. A . C a rm e lita E l A ra d o L a In d u s tria La Q u in ta M a n u e lita S. A . M a ría L u is a M aya g ü e z M eléndez S. A . O rie n te L td a . P apayal Perodías P ich ich í P ro vid e n cia (C e n tra l A z u c a re ra del V a lle ) R io p a ila San F e rn a n d o San C a rlo s S. A . San José (panelero ) T u m a co (C e n tra l A zu c a re ra )

P a lm ira F lo rid a P ra d e ra R io frío P ra d e ra F lo rid a C a n d e la ria P a lm ira F lo rid a C a n d e la ria C a li P a lm ira P a lm ira G u a ca rí C e rrito Z a rz a l C e rrito T u lu á P a lm ira P a lm ira

P ro d u c c ió n (sacos) • 150.000 60.000 120.000 300.000 —

60.000 50.000 60.000 700.000 150.000 250.000 250.000 120.000 200.000 25.000 300.000 500.000 600.000 —

250.000 ____

200.000

T o ta l de la p ro d u c c ió n : 4.345.000 F uentes: —J o a q u ín Paredes, E l V a lle d e l C auca — Su re a lid a d económ ica y c u ltu ra l. Im p re n ta L a V o z C a tó lic a , C a li, 1955. M a te o , M in a , op. c it., pp. 105, 111 y 121.


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CUADRO 5 C R E C IM IE N T O D E L A IN D U S T R IA A Z U C A R E R A E N E L V A LLE D EL CAUCA Años

H e ctá re a s c u ltiv a d a s caña de azúcar

P ro d u c ció n toneladas m é tric a s

51.629 53.173 62.755 71.633 91.633 90.236

33.200 51.200 196.100 553.300 362.600 427.600 527.300 665.000

1934 1940 1952 1955 1961 1964 1966 1968

.

F u e n te : c ita d o p o r M a te o M in a , op. c it., p. 1 H .

CUADRO 6 C R E C IM IE N T O D E L O S M U N I C I P I O S D E L P L A N D E L V A L L E C ensos

C a li P a lm ira Buga T u lu á C a rta g o

1918 u .r

1928 u .r

1938 u .r.

1951 u .r

1964 u

45.525 27.032 13.561 15.274 10.065

122.847 39.951 30.980 31.032 16.814

101.883 44.788 29.049 31.226 21.916

284.186 80.957 50.615 68.524 41.237

618.225 126.502 65.535 56.539 55.682

u .r : p o b la c ió n u rb a n a y ru ra l, u : p o b la c ió n u ib a n a . F u e n te : D A Ñ E , censos de lo s añ o s m e n cio n a d o s.


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CUADRO 7 E X P L O T A C IO N E S A G R O P E C U A R IA S . 1959

Tam año fincas

E x p lo ta c io n e s A g ro p e c u a ria s N ú m e ro

S in tie rra de 0.5 ha. De 0.5 a 1 ha. De 1 a 2 ha. De 2 a 3 ha. De 3 a 4 ha. De 4 a 5 ha. De 5 a 10 ha. De 10 a 20 ha. De 20 a 30 ha. De 30 a 40 ha. De 40 a 50 ha. De 50 a 100 ha. De 100 a 200 ha. De 200 a 500 ha. De 500 a 1.000 ha.

652 4.979 5.061 6.649 3.467 3.973 1.728 8.991 6.480 2.252 1.591 755 2.069 1.166 7.17 215

De 1.000-2.500 ha. M ás de 2.500 ha.

67 11

T o ta l

50.823

P o rc e n ta je 1.28 9.77 9.90 11.11 52.16 6.82 7.81 3.40 17.69 12.75 4.43 3.11 9.05 1.48 4.07 2.29 1.41 0.42 1.99 0.13 0.02 100

S u p e rficie H e ctá re a s

1.286.9 3.804.3 10.415.3 8.761.7 13.927.3 7.724.2 63.929.0 93.526.6 55.338.0 55.420.7 33.761.1 142.256.7 170.120.5 220.045.5 143.671.6

%

3.93

5.47 8.01 12.37 12.18 14.57

43.47 92.089.1 51.868.9 1.167.947.4 100

F u e n te : a d a p ta d o del C u a d ro 1, C enso A g ro p e c u a rio d e l V a lle d e l C auca, 1959, op. c it., p. 11.

CUADRO 8 E L E C C IO N E S P R E S ID E N C IA L E S E N E L V A L L E (M a y o 5 de 1946) M u n ic ip io s C ali A lcalá

O s p in a

T u rb a y

G a itá n

T o ta le s

9.145 397

6.064 937

9.265 210

24.474 1.544 (sigue)...


198

DARIO BETANCOURT - MARTHA GARCIA

(viene)... M u n ic ip io s

O s p in a

T u rb a y

G a itá n

T o ta le s

A n s e rm a n u e v o A n d a lu c ía B o lív a r Buga B u e n a v e n tu ra B u g a la g ra n d e C aicedonia C a n d e la ria C a rta g o C e rrito D a rié n Dagua F lo rid a G u a ca rí Jam undí L a U n ió n L a C u m b re L a V ic to ria O ba n d o P a lm ira P radera R e stre p o R io frío R o ld a n illo San P e d ro S e v illa T o ro T u lu á T r u jillo U llo a V e rs alies V i je s Yum bo Y o to c o Z a rz a l

2.367 807 1.491 2.790 1.341 1.291 1.722 434 1.831 994 784 1.214 979 1.079 504 1.602 669 1.235 497 3.423 909 956 1.242 3.059 428 2.769 1.882 3.331 1.814 464 2.305 504 400 362 961

2.443 582 906 3.286 468 955 2.400 1.182 895 419 423 730 332 294 103 29 287 509 886 1.740 202 539 1.703 527 260 3.179 1.116 2.845 1.210 366 263 55 558 240 1.135

801 335 1.090 436 2.751 1.348 199 352 2.248 940 505 1.237 1.195 1.764 1.471 294 528 77 409 5.107 1.246 498 202 1.298 668 483 965 2.690 996 217 1.862 424 173 592 939

5.611 1.724 3.487 6.512 4.560 3.594 4.321 2.028 4.974 2.353 1.712 3.181 2.506 3.137 2.078 1.925 1.484 1.821 1.792 10.279 2.357 1.993 3.147 4.884 1.356 6.431 3.963 8.866 4.020 1.017 4.430 983 1.131 1.191 3.036

T o ta le s

58.042

40.077

45.805

143.92M

F u e n te : E l R e la to r, C a li, m a y o 17 de 1947.


MATONES Y CUADRILLEROS

199

CUADRO 9 E L E C C IO N E S P A R A C O N C E J O S M U N IC IP A L E S E N E L V A L L E . O C T U B R E 7 D E 1945 Ciudad Cali Alcalá Andalucía Ansermanuevo Bolívar Buenaventura Buga Bugalagrande Caicedonia Calima (Darién) Candelaria Cartago Cerrito Dagua Florida Guacarí Jamundí La Cumbre La Unión La Victoria Obando Palmira Pradera Restrepo Riofrío Roldanillo San Pedro Sevilla Toro Trujillo Tuluá Ulloa Versalles Vijes Yotoco Yumbo Zarzal Totales

Liberales

6.700 1.190 786 2.355 1.231 1.699 2.124 1.654 1.561 624 986 1.653 927 1.404 1.022 1.513 1.054 674 176 328 966 3.636 964 934 1.612 1.635 736 1.788 2.025 1.786 3.605 616 1.506 588 692 513 1.882 54.141

Conservadores

3.983 262 651 1.573 976 521 1.270 748 1.056 591 236 914 581 624 753 626 220 259 706* 670* 319 1.701 494 810 968 2.418* 283 1.779 1.301 1.084 1.921 442 1.216 435 226 234 627 33.478

Comunistas

1.026

107 178 121 88 8 92 90

328

260 56 73

28 2.455

Fuente: El Relator, Cali, octubre 7 de 1949. • Municipios en los que fue patente el cambio de filiación partidista (contrás­ tese con Cuadro 10).


200

DARIO BETANCOURT - MARTHA GARCIA

C U A D R O 10 E L E C C IO N E S P A R A C O N C E J O S M U N I C I P A L E S E N E L V A L L E . O C T U B R E 5 D E 1947 Ciudad

Cali Alcalá Andalucía Ansermanuevo Bolívar Buenaventura Buga Bugala grande Caicedonia Calima (Darién) Candelaria Cartago Cerrito Dagua Florida Guaca rí Jamundí La Cumbre La Unión La Victoria Obando Palmira Pradera Restrepo Riofrío Roldanillo San Pedro Sevilla Toro Trujillo Tuluá Ulloa Versalles Vijes Yotoco Yumbo Zarzal El Cairo Totales

Liberales oficialistas 14.633 1.125 870 2.918 2.005 2.301 3.313 2.115 2.194 1.010 1.408 2.756 1.379 1.615 1.646 1.338 608 990 318 397 721 6.939 1.569 1.171 1.594 1.586 928 2.998 2.178 761 4.216 371 1.082 388 777 658 2.072 75.148

Liberales disidentes

Conservadores

8.549 382 611 1.838 1.791 981 186 2.403 1.134 37 1.119 802 371 1.634 410 1.046 120 1.078 894 336 814 395 603 1.289* 1.038* 332 97 2.870 866 965 1.021 2.423* 423 402 2.136 1.913 475 1.168* 2.855 488* 1.414* 421* 324 140 371 983 Aplazadas

1.222

*

3.905

Fuente: El Relator, Cali, octubre 7 de 1947. * Véase Cuadro 9.

48.747

Comunistas

530

19 48

100 8 33 8 8 11

104

64

37 970


MATONES Y CUADRILLEROS

201

C U A D R O 11 E L E C C IO N E S P R E S ID E N C IA L E S E N E L V A L L E N O V IE M B R E 27 D E 1949 Ciudad

Cali Alcalá Andalucía Ansermanuevo Bolívar Buenaventura Buga Bugalagrande Caicedonia Candelaria Cartago Cerrito Darién Dagua El Cairo Florida Guacarí Jamundí La Cumbre La Unión La Victoria Obando Palmira Pradera Restrepo Riofrío Roldanillo San Pedro Sevilla Toro Trujillo Tuluá Ulloa Versalles Vijes Yotoco Yumbo Zarzal Total

Laureano Gómez (Conservador)

12.832 833 1.317 4.233 902 1.732 3.217 2.200 1.408 610 2.438 2.083 1.469 1.214 3.213 1.288 1.506 602 1.120 3.094 3.088 842 4.490 1.188 2.427 3.399 4.726 381 3.090 3.793 3.469 5.883 1.035 4.735 777 534 613 1.064 92.846

Fuente: El Relator, Cali, noviembre 28 de 1949.


DARIO BETANCOURT - MARTHA GARCIA

202

C U A D R O 12 P R O P IE D A D E S A S A L T A D A S E L 9 D E A B R I L E N C A L I N o m b re

D a to s y de stro z o s

D ia rio de l P a c ific o

In c e n d io , d e s tru c c ió n de eq uipos. D e s tru c c ió n de consolas, discos, etc. D e s tru c c ió n de eq uipos. R u p tu ra de v itrin a s , ro b o de ve s tid o s D añ os en v id rio s y m o stra d o re s, ro b o R ob o de c a rte ra s y za p a to s R ob o de 117 piezas de pa ño, daños R u p tu ra de v itr in a s y m o s tra d o re s S aqueo de h e rra m ie n ta s y a rtíc u lo s v a rio s Saqueo de to d a s sus sedas y te la s S aqueo de sedas, telas, v e s tid o s , etc. S aqueo de v e s tid o s , ca m isa s, so m b re ro s S aqueo de ro p a fin a p a ra d a m a R u p tu ra de v itrin a s , sa queo P é rd id a de re lo je s y jo y a s D e s tru c c ió n de v itr in a s D a ñ o s en v itrin a s , ro b o de m ercancía s S aqueo de ele m e n to s d e p o rtiv o s y de cacería S aq ueo de piezas de p re c is ió n , y o tro s S aqueo de m ach etes, pica s, hachas, etc. R ob o de 300 pa res de z a p a to s D e s tru c c ió n de v itr in a s , ro b o de víve re s R ob o de ele m e n to s e lé c tric o s R o b o de m ercancía s S aqueo S aqueo S aqueo Saqueo D e s tru c c ió n d e m o s tra d o re s y m esas P é rd id a de m e rca n c ía s v a ria s D e s tru c c ió n de v itr in a s y m ercancía s

L a V oz de l V a h e N o tic ie ro L a N oche Reyes y U riz a M a lfe ld e re S o lca ssir G u tié rre z y R en dón E lite F e rre te ría A rd n ie g a s G ira ld o L ó p e z y Co. R eal J. M . O ca m p o y Co. S alón F lo rid a A r ro w R e lo je ría S a n d o v a l E l B a ra to F o rtu n a to N a d e r S p o rts m a n M e tro T o rre s y T o rre s Sofía F. G u tié rre z e H ijo s G e n e ra l E le c tric C a s tro O to y a O sp in a Pérez y Cía. E v e r fit J. M . O ca m p o Kodak E l A lfé re z R ea l T r iu n fo H e n ry

F u e n te s : E l El La El

R e la to r, C a li, a b r il 10 a 25 de 1948. C ris o l, C a li, a b r il 10 a 15 de 1948. P a tria , M a n iz a le s , a b r il 10 a 20 de 1948. E s p e c ta d o r, B o g o tá , a b r il 10 a 20 d e 1948.

V a lo r $

$

13.000

S t

1.200 75

$

70.000

$

3.000

$

20.000

$ 150.000 $ 140.000

s $ $ <

10.000 3.000 500 8.000

s

2.500

*

2.500

$ 150.000 $ $

80.000 2.500

% 15.000 3.000 $ 16

s


203

MATONES Y CUADRILLEROS

C U A D R O 13 “ P A J A R O S ” Y ZONAS DE OPERACION N o m b re

Alias

Municipios

L eón M a ría L o za n o N. Z u lu a g a N. S a ntos N. H ern á n d e z N. N a ra n jo N . R ojas N. A rre d o n d o N. G u a ta m a N. A g u ile ra N. V ille g a s N. Z a p a ta N. G arcía N. C asta ño N. Pedraza

El Cóndor

Tuluá, La Marina, Fenicia, y otros

Patillón El Vampiro

N. A te h o rtú a N. C a rm o n a

El Jorobado El Loco El Indio

N . P u e rta s

Galope

Trujillo

N. C aicedo

El Sargento

Buga

N . Z a p a ta N . Q u in te ro

Ginebra y sus veredas

U rie l M a y a M a rco s G ra n a d a C aín Sánchez N. N.

Sevilla y norte del Valle

E fré n O so rio J u a n O sorio N. N. N. N. N. N . N. N . T res herm anos D os herm anos

El Montañero Norte del Valle, con la cuadrilla de “ Melco”. R a yo Malasombra Sufrido C orozo L o s Calandrios L o s M o lin a

( s ig u e ) ...


204

DARIO BETANCOURT - MARTHA GARCIA

(viene)... Nombre

Alias

Municipios

L a m p a rilla P á ja ro V e rd e P á ja ro A z u l E l P o llo Cabeza de H u e v o E l Paisa C aresebo E l Sorpresas*

B u g a la g ra n d e , G a lic ia , C e ilá n y P rim a v e ra

N . H e rn á n d e z N . O bonaga N . E s q u iv e l N. N. N. N. N.

T o ro y sus veredas

N ano L a lo M o jo jo y V e n ta rró n Pelusa

N. N. N. N. N.

F u e n te s: S u m a rio , S u m a rio , S u m a rio , S u m a rio , S u m a rio ,

Juzgado Juzgado Juzgado Juzgado Juzgado

1 4 3 1 2

S u p e rio r, S u p e rio r, S u p e rio r, S u p e rio r, S u p e rio r,

T u lu á , R ad. T u lu á , R ad. T u lu á , R ad. B u g a , R ad. B u g a , R ad.

R e stre p o y sus veredas

1728. 1729. 2897. 14090. 14095.

E l R e la to r, C a li, 1949-1957. E l País, C a li, 1949-1957. E l Tiempo, B o g o tá , 1955. E n tre v is ta s y ch a rla s con te s tig o s . A rc h iv o s personales de F e rn á n M u ñ o z , p e rio d is ta tu lu e ñ o , fa c ili­ tados p o r su herm ana . A . M o la n o , Los años d e l tropel, B o g o tá , Cerec, 1985. G. A lv a re z G arde a zá b a l, Cóndores no entierran todos los días, B o­ gotá, O v e ja N e g ra , 1986.


205

MATONES Y CUADRILLEROS

C U A D R O 14 C U A D R IL L E R O S D E L V A L L E D E L C A U C A . 1959-1964* C U A D R IL L A S L IB E R A L E S

Nombre

Alias

Zonas de influencia

Aníbal Aguirre Molina

Paticortico

Sevilla

Escuadras Nolberto Pulgarín José A. Gavina R. Luis Restrepo Gaviria José Rodríguez

Aguacate, cinco hombres Cabo Remplazos, ocho hombres El Macho, cinco hombres Narices, cuatro hombres

Celedonio Vargas N. N. N. N.

Capitán Vargas Metralla Carnaval

Sevilla

Carlos o Gustavo Espitia V. Miguel Solórzano Manuel Ceballos Roberto Laguna Eduardo Restrepo Bernardo Restrepo Gerardo Arango Javier Cardona Tapias N. N.

El Mosco El Gordito Gasolina Fidelito Elefante Elefantico Pedrito Pachito Chambrana

Sevilla, Zarzal, Obando

Alfonso Llanos Israel de Jesús Sánchez Favio Antonio Galvis A. Angel Vélez Hernán Guzmán Omar Urrego Duván Patino Carlos J. Chaparro Carlos Aguirre Jaime Cardona N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N.

Puente Roto Caratejo Carepalo El Mono Vélez El Diablo Comino El Mono Duván Jugador Fastidio Piquiña Negativo Perro Ñato Conejo Congolo Escalera La Zapa Ojitos Verdes Marrano

Zarzal, Sevilla y La Victoria

(sigue)...

* E l p rim e ro de cada b lo q u e es el je fe de c u a d rilla .


206

DARIO BETANCOURT * MARTHA GARCIA

(viene)... Nombre

Alias

Zonas de influencia

Conrado Salazar El Mocho Luis N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N.

Zarpazo Cumbamba Cabo Ochoa La Gata Mariposo Trasnocho Zancudo Elefantico .

Quindío y norte del Valle

Juan Bautista Tabares Toño Cardona Arsenio Trujillo N. N.

Tista Toño

Quindío y norte del Valle

Jacinto Cruz Usma Evelio Rodríguez Delñn Cardona N. N.

Sangrenegra Mala Suerte Cantinero Ave Negra

Luis Mariano Atehortúa Pedro Auli Cabrera Alfredo González Gustavo Doncel River

Comino El Diablo Turpial o Gavilán Ardilla o Regalo

Buga, Guacarí y Ginebra

Leopoldo López Cedeño Cinco hombres

Gavilán

Toro

Gilberto Cuetia Bolaños Diez hombres

Caballito

Florida

Paulino Velasco Ocho hombres

Teniente Paulino

Florida y Miranda

Jorge Castillo Ocho hombres

Cabo Castillo

Florida

Capitán Fister

Hermanos Marín Siete hombres

El Cairo, El Aguila

/

Tuluá

Pedro Rendón Cinco hombres

Oso Blanco

Dagua

José Obdulio Pérez R. Oscar Salcedo

Gringo Conejo

Dagua y La Cumbre

Arcadio Ruiz Restrepo

Capitán Cenizas

Palmira, Ginebra, Tuluá

(sigue)...


MATONES Y CUADRILLEROS

207

(viene)... C U A D R IL L A S C O N S E R V A D O R A S Nombre

Alias

Zona de influencia

José Melquisedec Camacho Roberto Garda José Beltrán Efrén Osorio Juan Osorio N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N. N.

Melco El Evangélico El Bonche

Caicedonia, Barragán, Génova y Pijao

El Rayo Malasombra El Sufrido El Corozo Los Calandrios Los Molina Policía Caribe El Chucho El Primo Reinel Quintero

José Manuel Alvarez Torres Luciano Gómez Guerrero León A. Pérez Hildebrando Suárez Abdón Sandoval Manuel S. Tabares Pedro J. Chávez José Duvón Delgado José Raúl Zapata Abelardo A. Alvarez Parmenio A. Ardila Roberto Garda Jorge Beltrán Alfonso Guerrero José Reinel Zapata María de J. Bedoya Reinaldo Porras Gildardo Orozco Gilberto N. Reinel N. José M. Vélez N. N. N. N. N. N.

Arturito El Incendiario Cabo Chiquito Sangrenegra Chaflán El Nato Puñalada Veinte Pesos Bejuco Resorte Tocayo El Evangélico El Bonche Bicho Ñeque La Mona Polillo El Peluquero Ojo de Víbora Alma Negra Tierra Fría Tin Mala Suerte Venganza

Caicedonia

Campo Elias Arroyave

Polancho

Caicedonia, Barragán, Génova

Omar González Alzate Nueve hombres

El Pollo Ornar

La Cumbre, Dagua y Restrepo

(sigue)...


208

DARIO BETANCOURT - MARTHA GARCIA

(viene)... Nombre

Zonas de influencia

Alias

Tuluá

Chucho Londoño N. N.

Cenizo

Versalles

Héctor Duque Hernández Luis Bedoya

El Mono El Arriero

Trujillo y Sevilla

Rubén Toro Hernán Giraldo

El Monstruo La Chucha.

Bolívar

Jorge Arenas Narciso Muñoz Carlos Ramírez N. N.

Misterio Pimienta Piquiña Aguililla

Buga, Tuluá y Monteloro

José Ernesto Galvis Luis Alfredo Galvis Manuel Homero López Serafín Marín García Abel Ramos Esquié Alfredo Mesa Guejia Abraham Mesa Guejia

Capitán Tranquilo Risas Refugio Patillas Escopeta Señalador Chivato

Luis Mejía Restrepo Guillermo Ramírez CalleAlcibíades Delgado

Ñoño El Gago El Gato

Joaquín ltuiz Nepomuceno Santos

El Erizo El Palmito

Ornar Jaramillo Tobón

El Pollo Ornar

Antonio o Filiberto Duque Ricaurte Marín Efrén Gutiérrez

El Ñato El Pollo Marín Merejo

Juan Durán Mondragón Felipe Hurtado

El Pájaro El Negro Felipe

Bolívar

Juan Vargas Taquinás Telmo Abilio Fernández

Mosco II Tijeras

Valle y Cauca

Alberto Toro Ocho hombres

Tirofijo valluno

Riofrío

Calcedonia —'

Bolívar

Ansermanuevo, El Cairo

(sigue)...


209

M A T O N E S Y C U A D R IL L E R O S

( v i e n e ) : ..

Nombre

Alias

Zonas de influencia

Rubén Toro Hoyos Diez hombres

Trujillo

Orlando Vargas Quince hombres

Caicedonia

Guillermo Rodríguez Diez hombres

Caicedonia

Eulogio Espinosa Siete hombres

Riofrio

[ C U A D R IL L A S E N L A S Q U E N O S E P U D O D E F IN IR L A F IL IA C IO N P A R T ID IS T A A L E G A D A Nombre

Alias

Zonas de influencia

José Marín Londoño Luis Mario González R.

El Carnicero Pitillo

Cartago, Zarzal

Jaime o Luis Rodríguez Luis Carlos N. N. N.

El Baldado Relámpago La Ardita

Roldanillo

El Armadillo El Negro El Zaino Canturrio El Ciego

Riofrio

Carlos Ramírez Luis A. Correa

El Culeco Caballo Grande

Caicedonia

Jorge Enrique Grisales Angel María Soto G.

Paturro El Angelito

Oscar Jaramillo González Guillermo Tróchez

Mejoral Memito

! Aldemar de Jesús Acevedo Oscar Jaramillo N. N. N. N. N. N.

Buga y Cerrito

(sigue)...


210

DARIO BETANCOURT - MARTHA GARCIA

(viene)... Nombre

Alias

Zonas Influencia

N.N. Ferley Ramírez

Negativo Resortes

Zarzal, Sevilla y Ginebra

Manuel Arboleda Parra

Exterminio

Guacari y Sonso

Ignacio Grájales Caballero Lorenzo Briñes Londoño Duber Castaño Galeano

Calvario Minuto Aguila Negta

Buga, La Habana y Alaska

Fuentes:

S u m a rio s: J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r de T u lu á , R ad. 134666, 80, 109 y 79. J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r de B u g a , R ad. 114, 14065, 14090. J u z g a d o T erce ro S u p e rio r de T u lu á , R ad. 1839, 2897. J u z g a d o S egundo S u p e rio r de B u g a , R ad. 14095. J u z g a d o C u a rto S u p e rio r de T u lu á , R ad. 1728. J u z g a d o S egundo S u p e rio r de T u lu á , R ad. 7797. El País, C a li, 1960-1965. Occidente, C a li, 1960-1965 Nueva Prensa, B o g o tá , 1960-1964 V I I I B rig a d a , De la violencia a la paz, M a n iza le s, Im p re n ta D e p a r­

ta m e n ta l. E v e lio B u itra g o S alazar, Zarpazo: otra cara de la v io le n c ia , B o g o tá , Im p re n ta de las F uerzas M ilita re s . G. Sánchez y D . M e e rte n s, Bandoleros, gamonales y cam pesinos, B o g o tá , E l A n c o ra , 1983. G . G u z m á n C am pos y o tro s , La v io le n c ia en C o lo m b ia , B o g o tá , C a rlo s V a le n c ia E d ito re s , n o ve n a e d ició n , 1980.


B IB L IO G R A F IA

A R C H IV O S :

A rch ivo H istórico N acion al, A H N M inisterio de G obierno: T om os 962 a 1018, años de 1928 a 1933.

B ald ío s y C orrespondencia: T om os 29, 33, T o m o 21, año T o m o 28, año T o m o 29, año T o m o 49, año T o m o 65, año

49, 63, 65, 21. 1929. 1907. 1908. 1922. 1926.

Orden P ú blico: T o m o 1018.

A rch ivo de la Secretaría de G obierno, C ali, G obernación del V alle. A rch iv o s Ju d iciales: S u m a rio p o r h o m ic id io , J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R ad. 14065. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra “ E l V a m p iro " y P e d ro N ., J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R ad. 11258. S u m a rio p o r m ú ltip le h o m ic id io y a so cia ció n p a ra d e lin q u ir, J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R ad. 16257. S u m a rio , J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, B u g a , R ad. 14090. S u m a rio , J u z g a d o S e gundo S u p e rio r, B u g a . R ad. 14095. S u m a rio p o r h o m ic id io y lesiones personales c o n tra N N y o tro s , J u z ­ gado S e gundo S u p e rio r, B u g a , R ad, 1668. S u m a rio , J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r, B u g a , R ad. 16257. S u m a rio p o r h o m ic id io , J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, T u lu á , R ad. 109. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra J o rg e C orrea, J u z g a d o P rim e ro S u­ p e rio r, T u lu á , R ad. 16161. S u m a rio , J u z g a d o P rim e ro S u p e rio r, T u lu á , R ad. 1728. S u m a rio , J u z g a d o S e g u n d o S u p e rio r, T u lu á , R ad. 1771.


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S u m a rio a d e la n ta d o p o r el a s e sin a to de A n d ré s S a n ta co lo m a , J u z ­ gado S e gundo S u p e rio r, T u lu á , R ad. 23831. S u m a rio , J u z g a d o T e rc e ro S u p e rio r, T u lu á , R ad. 2897. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra N N y o tro s , J u z g a d o T e rc e ro S u p e rio r, T u lu á , R ad. 3152. S u m a rio , J u z g a d o C u a rto S u p e rio r, T u lu á , R ad. 1729. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra “ E l P a tilló n ” y o tro s . J u z g a d o C u a rto S u p e rio r, T u lu á , R ad. 1771. S u m a rio se g u id o a la c u a d rilla de M e lq u ic e d e c C a m a ch o “ M e lc o ” , J u z g a d o C u a rto S u p e rio r, T u lu á , R ad. 1656. S u m a rio p o r h o m ic id io c o n tra L e ó n M a ría L o za n o , A d ria n o A g u ile ra , R u p e rto G a rcía y R o b e rto V ille g a s , in ic ia d o en e l J u z g a d o 25 de T u lu á y c o n tin u a d o p o r c a m b io de ra d ic a c ió n en el J u z g a d o S egundo S u p e rio r de T u n ja , R ad. 2633. P R E N S A Y R E V IS T A S (1930-1965) E l T ie m p o , B o g o tá . E l E s p e c ta d o r, B o g o tá . E l R e la to r, C a li. C orreo del C auca, C a li. D ia rio del P a cífico , C a li. N u e v o D ía , C a li. J o rn a d a , Ib a g u é E l C ris o l, C ali. L ib e ra c ió n , T u lu á . A v a n z a d a , T u lu á . R e v is ta Sem ana, B o g o tá . R e v is ta N u e v a P rensa, B o g o tá . R e v is ta Sábado, B o g o tá . R e v is ta de la P o lic ía N a c io n a l, B o g o tá . R e v is ta del E jé rc ito , B o g o tá . R ELATO S O RALES: N . A lfo n s ito , 1983. N . G álvez, 1988. N . H e rn á n d e z, 1988. N . L ija , 1980. N . L u n e r, 1983. “ E l V a m p iro ” , 1988. IN F O R M E S O F IC IA L E S : In fo rm e s de los m in is tro s de G o b ie rn o , Im p re n ta N a c io n a l, B o gotá, años 1925, 1926, 1930, 1931, 1932, 1936 y 1946.


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In fo rm e s de los se cre ta rio s de G o b ie rn o d e l V a lle , Im p re n ta D e p a rta ­ m e n ta l, C a li, años 1930, 1931, 1932, 1933, 1935, 1936, 1942, 1943, 1944, 1945 y 1950. In fo rm e del se cre ta rio de In d u s tria s y A g ric u ltu ra , Im p re n ta D e­ p a rta m e n ta l, C a li, 1933. TEXTO S: A la p e , A r tu ro , N och e de “ p á ja ro s ” , B o g o tá , P la n e ta , 1984, A lv a re z G ardeazábal, G u s ta v o , C óndores no e n tie rra n to d o s los días, B o g o tá , O v e ja N e g ra , 1984. — , L a n o v e lís tic a de la v io le n c ia en C o lo m b ia , T e sis de g ra d o , U n i­ v e rs id a d del V a lle , 1970. — , E l ú ltim o g a m o n a l, B o g o tá , E d . P laza y Janés, 1987. A n ó n im o , S a n g re y fra u d e , te s tim o n io de la tra g e d ia boyacense, B o g o tá , K e lly , 1949. A ra n g o , M a rio y C h ild , Jo rg e , N a rc o trá fic o : im p e rio de la cocaína, B o g o tá , P resencia, 1987. A renas, Jacobo, D ia rio de la re s is te n c ia de M a rq u e ta lia , B o g o tá , A b e jó n M o n o , 1972. A rc h ila , M a u ric io , “ L o s m o v im ie n to s sociales e n tre 1920-1924: una a p ro x im a c ió n m e to d o ló g ic a ” , en C ua d e rn o s de F ilo s o fía y L e tra s , V o l. 3, B o g o tá , 1980. A ro ch a , Ja im e , L a v io le n c ia en el Q u in d ío , B o g o tá , T e rc e r M u n d o , 1978. B e ja ra n o , Jesús A n to n io , E co n o m ía y poder, B o g o tá , Cerec, 1985. B e rg q u is t, C harles, C ale y c o n flic to en C o lo m b ia . 1886-1910, M e d e llín , Faes, 1981. — , Lo s tra b a ja d o re s en la h is to ria la tin o a m e ric a n a , B o g o tá , S ig lo X X I E d ito re s , 1988. B e rm ú d e z R ossi, G onzalo, E l p o d e r m ilit a r en C o lo m b ia , de la C o lo n ia al F re n te N a cio n a l, B o g o tá , E x p re s ió n , 1982. B e ta n c o u rt, D a río , “ L o s ‘ p á ja ro s ’ de ‘ E l C ó n d o r’, sica rio s de los ricos y del E s ta d o ” , ponencia, I I S im p o s io N a c io n a l sobre v io ­ lencia, C h iq u in q u irá , s e p tie m b re de 1986. B la n d ó n B e rrío , F id e l, L o que el c ie lo no perd o n a , B o g o tá , M in e rv a , 1955. B o n illa , M a ría , L o s tra b a ja d o re s de c o n tra tis ta s de caña en la re g ió n n o rte caucana, C a li, Cidese, U n iv e rs id a d d e l V a lle , 1982. B u itra g o , E v e lio , “ Z a rp a zo ” : la o tra cara de la v io le n c ia , B o g o tá , Im p re n ta de las Fu e rza s M ilita re s , 1967. B u itra g o , Ja im e , H o m b re s tra n s p la n ta d o s , M a n iz a le s , 1938. B u s h n e ll, D a v id , E d u a rd o S a n to s, B o g o tá , E l A n c o ra , 1984. C ám ara de R epre se n ta n te s, ¿ P o r qué y cóm o se fo rjó el F re n te N a ­ cional?, B o g o tá , Im p re n ta N a c io n a l, 1959.


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MATONES Y CUADRILLEROS

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d ia g r a m a d o e im p r e s o e n te r c e r m u n d o e d ito r e s b o g o t ó • C o lo m b ia fe b re ro d e 1 9 9 1


Títulos de la misma colección Celso Furtado, La fantasía organizada. Salomón Kalmanovitz, La encrucijada de la sin­ razón. Gerardo Molina, Proceso y destino de la libertad. Grupo Mujer y Sociedad, Mujer, amor y vio­ lencia (Novedad). Varios autores, El campe­ sino contemporáneo (Novedad).


L a presen te ob ra es el resu lta d o de m á s d e o ch o añ os de in v e stig a cio n e s, adelan tad as p o r lo s au tores prin cip alm en te en el d ep a rta m en to del V alle, co n el o b je to de desen trañ ar los orígen es y segu ir el d esa rro­ llo d e la v io le n cia en esta reg ión d el país en tre las d é ­ ca d a s de 1930 y 1960. E l análisis del fen ó m en o d e los sin iestros “ p á ja r o s ” , c u y o m á x im o represen­ tan te fue “ E l C ó n d o r ” , y de las cu adrillas d e b a n ­ d oleros q u e asola ron el o ccid e n te c o lo m b ia n o en los años cin cu en ta s, co n v ie rte este v o lu m e n en u n m a ­ terial de o b lig a d a co n su lta ta n to para esp ecialistas c o m o para el p ú b lico en general. C o n ra zón señala el p ro fe so r G on za lo S án ch ez en el p r ó lo g o de M a ton es y cu adrilleros: “ E ste lib ro n os d escu b re u n n u ev o ro stro de la V iolen cia ... los a u tores n o só lo han c o l­ m a d o una im p orta n te lagu n a en los e stu d io s sob re la V iolen cia , sin o q u e n o s in vita n c o n su e je m p lo a en san ch ar n uestra m irada so b r e to d a s las partes del co n flic to y , en esp ecial, so b re aqu éllas q u e están ju sta m en te m ás d ista n tes de n u estras a fin id a d es” .

ISBN 958-601-280-8

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