Más allá de la imaginación

Más allá de la imaginación

Título: Más allá de la imaginación Primera edición: Diciembre, 2022.

Reservados todos los derechos. Prohibida la reporducción total o parcial de esta obra sin permiso por escrito de la editorial. www.itsa.edu.co

edición: Jesús Alfonso Tobón Correción de estilo: Jesús Alfonso Tobón Ilustraciones: Jesús Alfonso Tobón Diseño y diagramación: Jesús Alfonso Tobón Docente Unviersitaria: Alejandra Cantillo Editorial: ITSA

Hecho en Colombia - Made in Colombia. ISBN: 978-958-5407-51-0

Más allá de la imaginación

Dedicatoria

Dedicado a mi madre quien me ha apoyado para poder llegar hasta donde estoy y en mis estudios. A mis compañeros y docentes universitarios. Y por ultimo a mi mismo ya que no hay mejor soporte que el personal.

Prólogo

Este corta pero envolvente historia nos lleva a un mundo de fantasía, imaginación, humor, momentos agradables en compañía y mucho más. Nos permite adentrarnos a la increíble mente que nuestra protagonista posee y de cómo puede dejarse llevar por ella. Así como también vive increibles aventuras en un mundo imaginario.

El contenido de la historia relata de manera personal, cómo el lugar en donde la protagonista puede ser ella misma es nada más y nada menos que su propia mente, ya que solo allí sus más grandes deseos se hacen realidad, donde viven aventuras con que son el reflejo de su vida.

Capítulo 1 Antes de dormir

Eran cerca de las 9 pm de la noche, una noche helada como cualquier otra, donde era de costumbre que durante la temporada invernal las fuertes tormentas de nieve azoten cierto tiempo a la ciudad de Edmonto.

La pequeña Emily aun jugaba con la nieva en el patio de su casa a esa hora mientras sus distraídos padres estaban dentro en casa.

- Emily?! -Una voz se escuchó a lo lejos dentro de la casa mientras la pequeña seguía haciendo figuras con la nieve. Era la madre de Emily.

-Ya es suficiente de juegos, si sigues así te vas a resfriar. Además de que ya casi se pasó tu hora para dormir. –aclaro su madre.

-Enseguida entro mamá -dijo Emily con un tono triste ya que se notaba que quería seguir jugando.

Adentro en su casa la pequeña y dulce Emily estaba lista para irse a dormir. Luego de cepillar sus dientes y ponerse su piyama, Emily se sienta en su cama y se extiende para tomar el cepillo que estaba en su mesa de noche ya que ella adora que su madre le peine su cabello antes de irse a dormir.

-¿Mamá me puedes cepillar el cabello? -preguntó Emily.

-Claro que si hija, pero luego te iras a dormir, hoy tuviste un día muy energético -respondió su madre.

Mientras su madre cepillaba su cabello, Emily tomó su peluche de ballena que aprecia con tanto amor y cariño, ya que simboliza mucho para ella. ¡Es su animal favorito!

-¿Se ve que aprecias mucho ese peluche no? -preguntó su madre, aún cepillando su cabello.

-Claro que sí -respondió Emily -¿recuerdas que me lo dio papa cuando yo tenía alrededor de 4 años? Antes de que...se fuera.

La madre de Emily dejo de cepillar su cabello y noto en su tono de voz la manera en la que recordaba a su padre con tristeza.

-¿Extrañas mucho a papá hija? -pregunto su madre.

-Si un poco, pero no recuerdo mucho de él, solo recuerdos borrosos, aunque lo poco que recuerdo siempre fueron momentos lindos. respondió con un

poco más de entusiasmo.

-No te preocupes, ¿sabes que nos tenemos la una a la otra y que siempre va a ser así verdad? - dijo su madre.

-Si mamá -respondió Emily cuando inmediatamente soltó un bostezo.

-Oh oh, veo que esta dormilona ya se está quedando dormida. -dijo su madre, cuando de repente le empezó a hacer cosquillas a Emily.

-¡No mamá detente! -exclamó Emily a carcajadas.

-Está bien, está bien dormilona ya es hora de dormir.

Emily poco a poco se iba quedando dormida mientras que su madre se iba alejando la su habitación, cuando esta apaga la luz y dejando que el resplandor de la hermosa y brillante luna entrara por la ventana. Emily se aferraba a su peluche de ballena mientras se hundía en un profundo sueño. De repente le entro un recuerdo de su padre junto a ella y su madre en un show de ballenas hace años.

Las ballenas son seres tan maravillosos, no por algo son los mamíferos más grandes del mundo. Su colosal tamaño intimidaba de una forma tan abrumadora a la pequeña Emily que hasta le sentía un poco de temor.

De repente en ese mismo recuerdo, en ese mismo show de ballenas, una de ellas estaba tan cerca del

barco donde ya hacían Emily y su familia.

Ellos intentaron alejarla de allí, pero ella se quedó congelada mientras el inmenso animal se iba acercando, cuando de repente este se sumerge en el fondo del mar. Ella pensó que era todo y de la nada el gigantesco animal salta sobre el barco haciendo una escena donde deja a todos con la boca abierta.

El tremendo salto hacia ver al animal como si estuviera volando sobre el barco. Esto hizo que la pequeña Emily en ese entonces creyera que las ballenas podían volar, solo que no tenían alas como las palomas, gaviotas, pelicanos o cualquier otra ave que ella había visto en esa isla donde había ido con su familia en ese entonces.

Desde ese momento Emily se sintió muy allegada a estos animales, donde se imaginaba miles de aventuras junto a ellos no solo en el fondo de los mares, sino también en los cielos, en donde podía subirse a la espalda de estos magníficos animales como si estuviera montando caballos, mientras que estos nadaban por el mar y surcaban los cielos a la vez.

Mientras Emily estaba recordando ese recuerdo de su familia unida notaba que desde afuera un horrible calor abrazaba su cuerpo.

Podía sentir sobre sus ojos aun cerrados, como el resplandor del sol atravesaba su ventana mientras ella aun dormía. Sentía como si su cuerpo en vez de estar en su cómoda cama, estuviera sobre una superficie terrosa. A lo lejos podía escuchar como si unas olas

Capítulo 2

Un mundo fuera del mar

Luego de que la perdida y desorientada Emily se preguntara dónde estaba, se dio cuenta de que ese lugar no era una playa común como lo recordaba. La arena era de un color lila, cosa que se le hacía extraño porque ninguna arena el mundo era de ese color… ¿o sí?

El cielo era de una tonalidad amarillenta con tonalidades moradas tal cual la arena era de ese color y las nubes era lo único normal en ese curioso cielo. Pero lo más extraño de todo era aquel mar que se notaba a lo lejos. El agua era tan trasparente que se apreciaba el fondo del mar. Emily se empezó a preocupar de más que se levantó de la arena y empezó a caminar sin rumbo alguno. Se dirigió a el viejo muelle que se veía a unos cuantos pasos de ella.

Al ir avanzando veía que el agua seguía estando trasparente que lo único que notaba era la arena lila que estaba en ella, pero, ¿y dónde estaban los peces que nadan cerca de la orilla?

Cuando llego al final del muelle se inclinó un poco para ver su reflejo en el agua cuando de repente noto en él, como el cielo se abrían las nubes para dejar pasar los rayos del sol.

-Qué bello pero extraño lugar. ¿cómo abre llegado aquí si estaba dormida en mi cama en casa? – dijo Emily aun confundida.

-Es extraño porque aún no te terminas de despertar. – una extraño voz de hablo desde lo lejos.

-¿Quién dijo eso? -dijo una Emily asustada.

En ese instante las nubes en el cielo se abrían mucho más dejando pasar unas inmensas siluetas que apenas Emily las podía distinguir.

Poco a poco veía a las enormes criaturas acercarse a ella, pero su movimiento era como si estuvieran nadando en el cielo y no volando. No eran aves, no era un avión, ni siquiera un globo aerostático, eran… ballenas azules.

-Pero… ¡¿cómo es posible?! –exclamó Emily en voz alta.

Los inmensos animales descendían cada vez más y más del cielo. Eran 3 ballenas, una pequeña, otra mediana y otra grande, esta última estaba en el centro de las 3. Emily al verlas no tuvo opción que correr y gritar fuertemente.

-No temas pequeña –dijo la ballena mediana. –no te vamos a hacer daño.

-Solo queremos hablar contigo, no es muy usual que nos visiten –dijo la grande.

-¡¿Están hablando?! –exclamo Emily aún más exaltada. –¿dónde estoy?, ¿qué está pasando?

Emily no podía crecer lo que sus ojos estaban viendo. Ballenas parlantes y voladoras que casualmente estaban en aquel extraño lugar.

-Esto tiene que ser un sueño – dijo Emily.

-¿Enserio lo crees?, Yo lo noto todo muy real, ¿Cierta mami? –dijo la pequeña ballena.

-Claramente mi linda cetácea –respondió la ballena mediana –pero claramente Emily tiene muchas preguntas.

-¿Pero Cómo sabes mi nombre? –pregunto Emily.

-Todos aquí saben quién eres querida, después de todo anhelábamos tu llegada a aéreomarinorespondió la ballena más grande.

-¿Aéreo qué?, Así es como se llama este lugar?

-Aéreomarino mi pequeña, donde el cielo y el mar son uno. donde las criaturas marinas habitan tanto en el cielo como el mar. Y el lugar el cual tus más grandes sueños se hacen realidad -Dijo la colosal ballena -Mira a tu alrededor, todo lo que ves aquí no se ve en tu mundo querida.

En el cielo de donde salieron las ballenas, se

distinguían otras figuras marinas que iban apareciendo de entre las nubes. Emily no podía creer lo que sus ojos estaban viendo, parecía un espectáculo que solo se podía ver en un acuario gigante, solo que esta vez era mucho más grande y surreal.

Cientos de criaturas marinas volaban por el cielo, unos en cardumen u otros en pareja, tal cual se ven normalmente en el mar. Mantarrayas, tortugas, medusas, pulpos, y cientos de tipos de peces. Todo esto apreciado por los ojos de la pequeña Emily.

-Cierra la boca, o te entraran parásitos pequeña pez – dijo la ballena mediana al ver a Emily boquiabierta.

-Lo…lo siento, es que definitivamente esto debe ser un sueño. – respondió.

- Nosotros estamos tan sorprendidos como tu Emily, tu llegada fue muy inesperada. – dijo la ballena grande. –oh, pero que descorteces somos no nos hemos presentado. No tiene sentido que sepamos tu nombre y tú no sepas el nuestro.

-Pero que olvidadizo eres cariño – le respondió la ballena mediana, e inmediatamente dirigió la mirada Emily. –Emily, somos los Whalestone, la única familia de ballenas azules de aéreomarino.

-¿Los Whalestone?, es como mi apellido, Millerstone. –le dijo Emily.

-Así es, yo soy la señora Whalestone –señala con

su aleta -él es el señor Whalestone y ella es nuestra hija…

-Yo soy Yliem! -respondió mientras daba una pirueta en el aire, y lanzaba una nube por la parte superior de la cabeza.

-Wow! Eso fue increíble, pueden expulsar nubes en vez de agua? – pregunto Emily.

-Así es Emily, ¿claramente estamos en el aire no? Jijiji. –rio la pequeña ballena.

-¿Y ustedes…pueden nadar en el agua como una ballena normal? –le preguntó Emily a los tres.

-Claro que sí, podemos entrar y salir del agua cuanto nos plazca. Pero normalmente los animales marinos preferimos estar en el aire. –dijo el señor Whalestone.

-Nos gusta mucho el aire porque nos hace sentir más libres que en el mar, de tantas criaturas marinas en el aire, el agua se ha ido limpiando poco a poco, por eso notas se ha vuelto trasparente. – dijo la señora Whalestone.

Miles de preguntas surgieron nuevamente en la cabeza de Emily. No sabía que decir a semejantes animales que ha apreciado por toda su vida y más

ahora que hablan y vuelan.

-¿Pero a todo esto, no han respondido mi pregunta… ¿cómo saben quién soy? –preguntó Emily entre cortada –que quieren decir con que esperaban mi llegada?

-Porque tú nos creaste tontita. –respondió la hija de los cetáceos. –por eso sabemos de ti.

Emily frunció el ceño muy confundida –espera, ¿qué quieres decir? –preguntó

-Cuando eras más pequeña querías saber si las ballenas podían volar ¿no? –respondió el señor Whalestone –tenías la curiosidad de saber si un animal que solo puede vivir en el agua también lo puede hacer en el cielo. pues que creerías si te dijera, que aquí en este mundo ese sueño se te hizo realidad? Todo lo que vez aquí es producto de ese sueño que alguna vez quisiste de pequeña.

-Por eso eres tan recocida y hasta famosa en este lugar. Y no solo nosotros, como pudiste ver cualquier animal acuático es capaz de surcar por los aires tal cual las aves lo hacen. Los sueños se hacen realidad Emily, ¿no es genial?

Después de que el señor Whalestone le dio esta revelación maravillosa a Emily, empezó a volar descontroladamente por los aires junto a su familia, dando piruetas, giros y cualquier otra acrobacia. Mientras grandes nubes emanaban de sus respiradores. Emily no podía ocultar más su entusiasmo y empezó a reírse y a saltar al ver tan espectacular escena. Cuando

una pregunta invadió su curiosidad.

-¡Esperen! – grito llamando la atención de las ballenas – ¿eso significa que solo pueden existen en mi mente y no en la vida real?

-Esta puede ser tu vida real si así lo deseas querida, después de todo es tu mente. – respondió la Sra. Whalestone.

Emily se quedó callada después de esto…

Capítulo 3

El cielo marino

Después de darle vueltas al asunto y que Emily se tardara en responder, dijo: -Entonces… si yo los cree sin ni siquiera imaginármelos, ¿cómo es posible que existan?

-Deseaste que las ballenas volaran ¿no? Pues se te cumplió ese sueño pequeña pez –respondió el sr Whalestone.

-Yo no soy un pez! No me sigas así. –le dijo Emily algo enojada.

El señor Whalestone rio a grandes carcajadas que el ruido de su risa fue tan fuerte que hizo temblar la tierra.

-Lo siento, lo siento es que eres tan pequeña que podría comerte, pero no estaría bien.

-Pero si las ballenas no comen personas señor whaletonto –dijo Emily sarcásticamente.

-Lo siento, lo siento es que eres tan pequeña que podría comerte, pero no estaría bien.

-Pero si las ballenas no comen personas señor whaletonto –dijo Emily sarcásticamente.

-Que lista eres pequeña. ¿Oye que tal si te gustaría venir con nosotros? – pregunto el señor Whalestone.

Emily frunció el ceño y dijo: ¿Ir con ustedes? ¿Adonde? Si alrededor de aquí no hay interesante. Todo este desierto, solo hay mar y arena lila.

-Él no se refiere a lo que ves aquí abajo Emily –dijo la Sra. Whalestone –vamos allá arriba- señaló con su aleta el cielo.

-Esperen, ¡¿quieren que vuele con ustedes?! –respondió Emily con entusiasmo –¡claro que me encantaría!

Luego de que Emily aceptara volar con las ballenas,

el Sr. Whalestone inclino un poco su cabeza para que la pequeña Emily pudiera subirse a su lomo. Era tan grande que apenas podía moverse en él. Se sorprendió de lo seco que estaba y no estuviera húmedo como normalmente las ballenas comunes tenían sus cuerpos.

-¿Estás cómoda Emily? –preguntó él señor Whalestone.

-Si, solo que estoy un poco asustada, nunca había montado una ballena voladora.

-Tranquilo papá, si ella se cae yo la atrapo –dijo la pequeña Ylime.

-No digas tonterías, eres tan distraída que ni notaras que se cayó. –respondió él señor Whalestone.

La pequeña cetácea se mostraba enojada –jum, me ofendes papá –respondió.

-Está bien pequeña pez hora de irnos –dijo la Sr. Whalestone.

-Sujétate fuerte Emily, volaré despacio para que no te sientas agitada.

Cuando Emily se acomodó en el amplio lomo del Sr. Whalestone, este soltó de su respirador, una fuerte nube como si de un tren en marcha se tratase. El Sr

Whalestone se fue elevando poco a poco por el cielo, alejándose cada vez más del suelo. Su movimiento era similar al de una ballena común que nada para salir a la superficie a tomar aire. Donde expulsan agua por sus respiradores. Literalmente las ballenas estaban nadando hacia lo alto de las nubes, donde los rayos del hermoso sol se atravesaban sobre ella.

Emily y las ballenas se iban poco a poco acercando a una gran nube que estaba tapando el sol. Con cada movimiento que hacían las ballenas, Emily, no podía creer lo que le estaba pasando. ¡Estaba volando encima de una ballena!

La pequeña abrió sus brazos, como si fuera un pájaro para sentir la brisa y el olor de las nubes en su rostro. De repente las ballenas atravesaron la nube enorme que cubría el sol, dejando ver un cielo totalmente despejado.

Cientos de criaturas marinas se veían volando por los cielos como la última vez, solo que se veían más cantidad de estos. Era como un acuario aéreo.

De repente un cardumen de mantarrayas pasaron al lado de las ballenas y vieron a Emily entre ellas. Sentia que de un momento a otro se iban a chocar con la familia de cetaceos pero solo fue cuando unas cuantas mantarayas le sonrieron a la familia como muestra de gentileza.

-¿Cómo está señor Whalestone? -Preguntó una de las mantarrayas. -Espera, ¿es quien creo que es?

-Hola Jim! -respondió el Sr. Whalestone -Asi es es nuestra querida Emily. Por quien habiamos estado esperando ver desde hace tanto tiempo.

Emily se sintió un poco avergonzada y confundida con respecto a que en este lugar, todos al parecer la reconocen, sin ella saber quienes son los demás realmente. En ese momento ella necesitaba saber más

respuestas que preguntas acerca de lo que estaba a su alrededor.

-¿Emily? -dijo el Sr Whalerstone, mientras Ella estaba distrida en sus pensamientos. -Te noto algo triste, ¿estás bien?

-Si, solo que no entiendo nada de nada- ¿Como es posible que ustedes, y los demás animales hallan esperado mi llegada, si yo nunca pense ni imagine este lugar?

-¿No habias deseado que las ballenas pudieramos volar? Mira a tu alrededor Emily, se te cumplió ese sueño y más que eso, más de lo que pudiste imaginar, y más de donde tu imaginación pudo llegar. ¿Recuerdas que siempre jugabas con tus figuras de animales marinos, que tu padre te regaló?

-imaginabas que estaban nadando mientras las movias por el aire, haciendo ondas imitando el movimiento del nado de cada uno de los animales.

-Pero Sr. Whalestone, ¿como sabes todo eso? -Emily no podia creer lo que le habia dicho.

-Porque yo he estado ahí pequeña pez. Siempre e estado contigo. Todas las noches antes de dormir me abrazas y dices que soy tu favorito. Jamás te has separado de mi Emily.

Esta revelación ató todos esos cabos suetos que tenia Emily en su mente, solo que no lo entendia del todo hasta ese momento. Ya todo tenia sentido y la respuesta estuvo siempre con ella

-Eres tu... -Dijo Emily entre palabras -¡Tu eres la ballena de peluche que me regaló mi padre!

-Rió el Sr. Whalerstone -Asi es pequeña, yo fui el que ayudo a crear este mundo. Pero fuiste tu quien me diste vida con tu amor y cariño. Tus más grandes deseos, tu imaginación, tu forma creativa de ver la vida fue lo que llevo a nuestra existencia.

-¡Esto es estupendo! -Gritó Emily en el amplio cielo que cubria todo alrededor de la familia de cetáceos y demás animales -Pero, si esto es solo producto de mi imaginación ¿significa que tendre que despertar?

-Pues la decisión es solo tuya pequeña, pero recuerda que si despiertas, volverás a la vida real, lo que implicaria que nos vayas olvidando mientras vas creciendo, a nosotros y a Aereomarino. Solo los niños pueden tener su tiempo de disfrutar de su mundo en su etapa. Pero cuando van creciendo y se vuelven adultos, solo tienen recuerdos borrosos de sus sueños. E incluso los llegan a olvidar para siempre.

-Yo no los quiero olvidar...quisiera recordar estos momentos para siempre -Dijo Emily entre lágrimas. Realmente tenia ganas de llorar.

-No llores pequeña, No hay porque adelantarse al futuro -Dijo la Sra whalerstone -Puedes recordanos cuantas veces quieras. Estaremos en tus juguetes, en los letreros, en el mar y sobre todo en tu imaginación. Solo dejate llevar por las cosas que ves, que gozas y que te causan felicidad como tu tiempo de calidad con tu madre. Porque nada dura para siempre pequeña. Solo tu controlas el ritmo de tu vida.

-Creo que es hora de despertar Emily -Dijo Yliem dando piruetas en el aire alrededor de Emily.

En ese momento el hermoso cielo se iba tornado oscuro. Más oscuro que una noche. Los demás animales marinos se veian borrosos con forme iba oscurecinedo. Solo estaba la familia de cetáceos y Emily sobre el Sr whalestone. Emily ya sabia que estaba despertando, pero tambien sabia, que esto no seria un hasta nunca.

Un rayo de luz atravesaba la ventana de de la habitación de Emily se dio cuenta que habia amanecido, y que por fin se habia despertado. Sorpresivamente logró recordar lo que vivió en aquel mundo que ya no le parecia para nada extraño. Miro hacia su peluche de ballena que tenia aun lado de su cama y le sonrió.

-Después de todo si era un sueño. Gracias, señor Whalerstone...

Conoce como estimular la imaginación de los pequeños.

Más

allá de la

imaginación

¿Alguna vez quisiste que ese sueño imposible se volviera realidad? En la mente todo es posible si te dejas llevar por tus sueños. Acompaña a Emily a una aventura junto a sus amigos cetáceos, en un extraño mundo donde los animales marinos pueden volar por el cielo y hacer cosas inimaginables. Emily tendrá que tomar una gran decisión, entre aceptar su realidad o decifrar como llegó a ese extraño lugar.