Capítulo 2. Otakus y el consumo de los productos de entretenimiento oriental Otaku
La
denominación otaku es una palabra japonesa que se traduce como “tu casa” o “tu hogar”. Sin embargo al paso del tiempo esta ha sido adoptada por los fanáticos al manga/anime para ser reconocidos ante la sociedad como un grupo social. Para muchos de los jóvenes aficionados al manga y el anime en Japón, que eran tímidos y les costaba socializar, esta manera de comunicarse tan respetuosa resultaba segura. Su “exagerado” uso de la palabra llevó a que los medios informativos nipones los denominaran otaku-zoku (tribu otaku) y de allí simplemente otaku (Cobos, 2010).
El fanático se adueña de su denominación como otaku, defendiéndolo ante las malas connotaciones, en donde se va construyendo como un aficionado a los productos de entretenimiento oriental compartiendo esta afición con otras personas con las que forman un subgrupo cultural al cual se le ha llamado otakus.
El otaku, entonces, proclamado de todos estos adjetivos, fue construyéndose como el público natural del manga/anime en apariencia unificado como una tribu, dando lugar a su imagen contracultural que le presentaba, como hasta ahora, con empaque de marginal inadaptado e inmaduro para las relaciones sociales que, cuando tiene un empleo, trabaja tan sólo para pagarse su afición (Bogarín Quintana, 2011).
En junio de 1983 Aki Nakamori columnista y editor escribió una columna denominada otaku no kenkyuu (estudios sobre el otaku) en la revista manga Berikko, publicación que se especializaba en manga rorikon (lolita complex, una vertiente del hentai), donde hace un recuento de su visita a un comike o komiketto (abreviación de comic market, convenciones para aficionados a las historietas y la animación), y menciona de manera especial las características físicas, psicológicas y sociales de estos