1 minute read

El azucarero

Next Article
La cuchara

La cuchara

El azucarero

A los ojos de los niños todo es más simple y más puro. Más sencillo de lo que nosotros, los adultos, creemos que es. Grandes artistas han sido grandes por ser capaces de mantener, aunque fuese un poco, esa visión que hace a los niños tan niños. La sorpresa, la inocencia.

Advertisement

Siendo pequeño, había - hay a día de hoy- un curioso azucarero en mi casa. Un curioso azucarero que resultó ser la primera decepción que me llevé al comprobar que lo que creía que era, no era, y no entendía muy bien por qué. El objeto llegó a mis manos procedente de un viaje de mis padres, y aquel objeto vino para quedarse. Estaba en la mesa por las mañanas a la hora del desayuno y también por las noches a la hora de la cena. Incluso podía aparecer a la hora de la comida, dando por supuesta su aparición en la correspondiente sobremesa. Todos lo utilizaban, todos lo cogían y lo dejaban sin siquiera inmutarse. ¿Por qué no se daban cuenta?.

Ese objeto era un curioso azucarero cuya tapa era el chupete más deseado de todos, el más especial, el más raro. Y todo el mundo se empeñaba en cogerlo con su mano para tapar y destapar el azúcar.

This article is from: