-¡Si te lo agradezco!-Dijo la tortuga macho.
El pingüino también quería novia pero no la encontraba por todo el Polo Norte, donde vivía. Fue al Polo Sur pero, por allí, tampoco la encontró. Se recorrió todo el mundo para encontrar novia pero, no había manera. Ya no podía andar más, se rindió y se largó a su casa.
Camino de su casa, encontró la novia de sus sueños, de todos los días.