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Radiografía del proceso: Germán Montalvo Ricardo

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¿SABÍAS QUÉ?

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Huitrón

n el estudio de Germán Montalvo, la mesa de trabajo es un espacio en el que las herramientas están dispuestas para abstraer el diseño; el área central siempre está reservada; en la periferia: hojas blancas, un lápiz bien afilado, tinta negra, goma blanca, tijeras, cinta adhesiva, tipómetro, catálogo de color para la elección de tintas, los libros en turno, una película de Coppola, la música de jazz envuelve el ambiente. Y entonces empieza el ejercicio, la gimnasia mental: registrar las ideas de los textos, recapitular, reconstruir, recortar los elementos; utilizar las fotocopias en ampliaciones, reducciones, contrastes; las manos que al rasgar el papel le aportan mayor contundencia.

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Su trabajo creativo trasciende a través de un proceso que da inicio con lecturas previas alrededor del proyecto, analiza a profundidad y transporta sus ideas al papel: superficie lisa y blanca que al ser acariciada por el grafito le revelan las formas del dibujo y que en el lenguaje del diseño se concretan en “la maqueta”.

Las piezas de diseño que Germán construye nos muestran el grado y dominio de conocimiento visual que ha desarrollado a lo largo de su trayectoria. En su trabajo se pueden distinguir cuatro componentes:

En primer lugar se vislumbra la capacidad y el compromiso de un explorador del mundo de las imágenes, que captura al encuentro de la cultura que lo rodea, objetos y momentos cotidianos. Las caminatas por las calles de la Ciudad de México — su favorita, lugar donde creció y ha desarrollado gran parte de su trabajo creativo— dejan de ser lugares habituales para convertirse en una gran odisea y pretexto para diseñar: el auto que circula, el vendedor, la música, los rótulos, las tiendas, el museo, la caseta del voceador, las texturas y detalles arquitectónicos de las edificaciones. La ciudad apela a los cinco sentidos y ahí está la esencia de la identificación con Germán.

En segundo lugar está el desarrollo conceptual-sintético-lúdico de las imágenes, casi siempre en un tamaño monumental pero con un margen generoso que les permite respirar; en el tratamiento del perfil o la línea del gráfico se pueden apreciar dos variantes: la primera, una línea orgánica originada desde el dibujo en complicidad con la textura del papel; la segunda, una línea perfectamente trazada respondiendo a la geometría de las formas. A las ideas gráficas también se suman las posibilidades que permiten los sistemas de impresión: en el offset el medio tono, en serigrafía el alto contraste y las tramas exageradas. Si el desarrollo del gráfico le concierne a un personaje, Germán Montalvo considera que es indispensable enfocarse en el rostro, resaltar los detalles de mayor expresión: la mirada, las cejas, la boca y para terminar, a manera de acento, enfatiza algún rasgo característico con elementos ajenos recontextualizados. Por otro lado están las ideas zoomorfas, en éstas se fusionan componentes distantes pero que en conjunto nos cuentan una nueva historia. Así las imágenes de Germán provocan anécdotas, metáforas, utopías, ilusiones, reflexiones e incluso denuncias.

En tercer lugar está el manejo del color —punto culminante del diseño— esta herramienta la utiliza para acentuar los pormenores a la par de la búsqueda del contraste. Montalvo prefiere los tonos brillantes; el colorido de sus piezas ha sido marcado por las limitaciones y avances que se han logrado en los sistemas de impresión y en la informática; los gráficos de Germán dan cuenta de dicha evolución. En la década de los años ochenta, cuando las máquinas de impresión eran de un solo color y las entradas eran limitadas, una forma de enriquecer el colorido de la pieza se hacía directamente en la prensa con un simple truco, se colocaban dos tintas en los extremos de los rodillos, al centro una pleca que evitaba la combinación directa y como resultado se obtenía un degradado entre los colores, técnica que Germán aprovechó para su trabajo, hoy difícil de obtener a través del software.

Y, finalmente, en cuarto lugar, el formato; elegido a partir de las medidas comerciales del papel, del diálogo fundamental entre el diseñador y el proveedor de impresión para evitar el desperdicio de material. Para Germán el layout es una pieza fundamental para construir, organizar y visualizar un diseño editorial; este elemento lo desarrolla en un pliego de papel que dobla simétricamente tres veces, siempre por el lado más largo, hasta obtener ocho hojas o dieciséis páginas (múltiplo de cuatro) que unidas por los dobleces formarán el denominado cuadernillo, este procedimiento lo repite cuan- tas veces considere necesario para un proyecto. Después es el turno para el lápiz y el tipómetro, regla con graduación en picas, quienes se encargarán de trazar en la primer página la retícula sin duda la proporción y las matemáticas juegan un papel determinante para definir las medidas. Los márgenes, el exterior e inferior siempre amplios; el número de columnas y el espacio entre éstas; los módulos, éstos corresponden a las divisiones horizontales con igual número de renglones. La forma en que Germán lleva esta idea al resto de las páginas, la consigue pinchando con una chincheta cada uno de los vértices que se han generado en el desarrollo anterior, es así como las marcas le permiten obtener una retícula idéntica, para ver estas líneas basta con conectar los puntos marcados.

Montalvo, a través de su inteligencia lúdica de diseñador, nos cuenta la historia y resalta las ideas relevantes. Los títulos y subtítulos los escribe completos, emula el tipo de letra que va a utilizar, hace la distribución de los textos con líneas que el grafito desarrolla en el ancho de cada columna, viste la página con una imagen, decide las representaciones que acompañarán el texto, desarrolla, de forma narrativa, los pies de foto, da colorido a las páginas y cala el texto en blanco.

El trabajo de Germán Montalvo refleja la disciplina y el rigor del diseño gráfico, responsabilidad asumida y que predica, no sólo en el ejercicio del oficio, sino también en su cátedra docente. Parte de este compromiso puede apreciarse en las etapas históricas de Montalvo: los laboratorios es el instrumento más cercano para el diseño gráfico editorial. La unidad tipográfica corresponde a doce puntos, punto equivale a 0.351 mm que multiplicado por doce nos da una medida de 4,212 mm, menos de medio centímetro.

Grossman, junto a Mariana Yampolsky, la Scuola del Libro en Milán, Italia, la Imprenta Madero, y ahora Unarte tiene el privilegio de tenerlo como docente y como expositor.

Los proyectos de Germán han convivido en espacio y tiempo con grandes personajes, hoy cómplices de nuestra historia: sus maestros Lamberto García, Antonio España y Vicente Rojo; el cineasta Jaime Humberto Hermosillo; la actriz María Rojo; los historiadores Aurelio de los Reyes y Enrique Krauze; los escritores Carlos Monsiváis, Juan Villoro, Octavio Paz, Vicente Leñero, Pedro Ángel Palou y Jaime García Terrés; los poetas Elsa Cross y Jaime Reyes, entre otros.

La medida tipográfica

Extradiseño se llamó a la conferencia sobre aspectos y puntos de vista de diferentes agrupaciones de diseño en un momento en el cual surgió la Bienal Internacional de Cartel y la Academia Mexicana de Diseño impulsaban cada una, desde su trinchera, diferentes actividades relacionadas con esta práctica. La mesa redonda se efectuó en el Museo Tamayo de la ciudad de México en el año de 1990.

Extradiseño se llamó a la conferencia sobre aspectos y puntos de vista de diferentes agrupaciones de diseño en un momento en el cual surgió la Bienal Internacional de Cartel y la Academia Mexicana de Diseño impulsaban cada una, desde su trinchera, diferentes actividades relacionadas con esta práctica. La mesa redonda se efectuó en el Museo Tamayo de la ciudad de México en el año de 1990.

La medida tipográfica

El instrumental de diseño gráfico siempre será un primer elemento de seducción para comenzar a desarrollar ideas. Un curvígrafo que parece cuerpo de animal es como el protector del lápiz, el pasivo pero preciso tipómetro, la escuadra que no es una regla común pues junto con su pareja endereza el espacio y las tijeras que parecen un animal acuático. En 1990 el curvígrafo me sirvió de inspiración para el diseño del cartel Extradiseño, el instrumento lo bautizamos en ese momento como el “viborógrafo”.

El instrumental de diseño gráfico siempre será un primer elemento de seducción para comenzar a desarrollar ideas. Un curvígrafo que parece cuerpo de animal es como el protector del lápiz, el pasivo pero preciso tipómetro, la escuadra que no es una regla común pues junto con su pareja endereza el espacio y las tijeras que parecen un animal acuático. En 1990 el curvígrafo me sirvió de inspiración para el diseño del cartel Extradiseño, el instrumento lo bautizamos en ese momento como el “viborógrafo”.

El tipómetro es el instrumento más cercano para el diseño gráfico editorial. La unidad tipográfica corresponde a doce puntos, es lo que vale una pica. Un punto equivale a 0.351 mm que multiplicado por doce nos da una medida de 4,212 mm, menos de medio centímetro.

Bases Typographiques, manuel pour technique et conception, es un libro de Ruedi Rüeg y Godi Fröhlich en el que aparece esta descripción, editado en 1972 por la Editions ABC Zurich, es un clásico de la literatura del diseño.

Bases Typographiques, manuel pour technique et conception, es un libro de Ruedi Rüeg y Godi Fröhlich en el que aparece esta descripción, editado en 1972 por la Editions ABC Zurich, es un clásico de la literatura del diseño.

Cartel para su segunda exposición de carteles en 1983 en Guadalajara, Jalisco

Cartel para la película “ La tarea”, 1991

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