Este escrito es un llamado de atención para que la visibilización de las violencias - proceso fundamental en la sanción de las heridas- no termine justamente intensificando la herida.
Cómo encontrar el equilibrio entre ser conscientes de la oscuridad y a su vez que este saber no nos mantenga en el miedo?
Cómo encontrar el equilibrio entre denunciar, visibilizar las cosas que le ocurren o le pueden ocurrir a una mujer, por ser mujer, y a su vez que ese foco no solidifique su realidad?
Necesitamos conservar la luz en los ojos.