La subjetividad considera que todas las verdades son subjetivas, es decir, dependen del sujeto que conoce; está vinculada a una interpretación que se realiza sobre la experiencia, por lo que sólo es accesible a la persona que atravesó la vivencia en cuestión. De esta forma, el sujeto desarrolla sus propias opiniones, de acuerdo a su percepción particular y determinadas por lo vivido.
En contraste, la objetividad pretende ser independiente de nuestras creencias, pensamientos y gustos subjetivos y el fundamento de las mismas independiente del hecho de ser conocida por el sujeto individual.