Boletín: «Sembrando Palabras de Vida» – edición marzo 2023

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Por el encargo que Dios en su bondad me ha dado, digo a todos ustedes que ninguno piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, cada uno piense de sí con moderación, según los dones que Dios le haya dado junto con la fe.

Decir comunidad

Decir comunidad es decir camino compartido, multitud de manos que se unen para, entre todos, hacer la marcha más liviana abrazo de miradas que se buscan para buscar, unidas, la mirada de Aquel que por nosotros dio la vida.

Decir comunidad es hablar de proyecto común, sueños compartidos, camino acompañado. Es pensar en el otro y en lo mejor para el otro y pensar, juntos, en lo mejor de nosotros para todos los otros.

Decir comunidad es darse fuerzas entre todos. Es alentarse con la palmada al hombro, es corregirse sin miedo a los enojos. Es animarse a crecer juntos poco a poco.

Decir comunidad es hablar de apertura y entrega servicio a los demás, aprender a brindarse, generosos. Es compartir la vida de Dios fuente de vida, de esperanza y amor.

Decir comunidad es común-unidad de criterios verdaderos (los del Evangelio) de opciones valientes (las de Jesús) de desafíos audaces (los del Reino en marcha)

Decir comunidad es el encuentro de muchos y muchas que animados y alentados por el Espíritu, buscan clamar a Dios, aquí estamos Señor, unidos y en camino para hacer crecer tu Reino donde pidas.

Romanos 12:3-5

Boletín Nª 89 marzo de 2023 Iglesia Evangélica Valdense de Colonia Belgrano
Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros sirven para lo mismo, así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo.

Domingo 5 Culto único Día Mundial de Oración, Galvez, 18 hs.

Domingo 12 Culto en HogarAncianos 18 hs.

Jueves 16 Culto en San Martín 18 hs.

Viernes 17 Consistorio en Gálvez 20,30 hs.

Sábado 18 Culto en Gálvez 21 hs.

Domingo 19 Culto en López 19 hs.

Domingo 26 Culto en Colonia Belgrano 10 hs.

ANTE UN NUEVO 17 DE FEBRERO

En espíritu de gratitud a Dios por su compañía con el movimiento e iglesia valdense a través de los siglos nos encontramos como comunidad en Colonia Belgrano, el domingo 19 de febrero. También fuimos invitados al compromiso de afirmar la libertad religiosa, no como una reliquia del pasado, sino como un tema central de las sociedades democráticas, multiétnicas y multiculturales de hoy. Por eso, aún hoy, tiene sentido encender los fuegos de la libertad para celebrar este derecho universal.

El desafío es que sigamos asumiendo el ser constantes en las ofrendas y proporcionales a nuestros ingresos. Necesitamos mejorar para no retrasarnos en nuestros compromisos. Y es posible.

Actos Litúrgicos

Sepelio: El domingo 22 de enero acompañamos a familiares de Nancy Constantino, fallecida a los 79 años. Su sepelio fue en Colonia Belgrano.

Durante el día previo al inicio formal del Sínodo 2023, se realizó el encuentro presencial de los y las participantes de la capacitación para laicos y laicas de la Iglesia Valdense: “Esfuérzate en la Gracia”. Más de 50 personas participaron del encuentro en las instalaciones del Parque XVII de Febrero, en Playa Fomento, Uruguay; con la intención de tener un espacio colectivo donde compartir sentipensares del proceso que atraviesa la Iglesia Valdense a través de la vida de las comunidades, y a su vez, identificar si hay cierta sintonía en cuanto a las preocupaciones y desafíos.

La pastora Claudia Tron, coordinadora de la instancia, se refirió a la jornada, diciendo: “Era un espacio que necesitábamos tener y que agradecemos a Dios, se pudo concretar. Estamos muy felices porque además el programa nos permitió espacios de diálogo y reflexión colectiva sobre temas que nos están atravesando hoy como iglesia, temas medulares a la vida y misión de la iglesia valdense como, por ejemplo, los ministerios, diaconía, comunicación, capacitación, etcétera”.

“Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo les ruego que todos estén siempre de acuerdo y que no haya divisiones entre ustedes. Vivan en armonía, pensando y sintiendo delamismamanera.'”

1°Cor.1:10

En fin, vivan todos ustedes en armonía, unidos en un mismo sentir y amándose como hermanos. Sean bondadosos y humildes.

1°Pedro3:8

BENDICIÓN TRINITARIA

Que el Dios de Amor que compartió su amor nos fortalezca para amar a otros.

Que el Hijo que compartió su vida nos dé la gracia de compartir la nuestra.

Que el Espíritu Santo que habita en nosotros nos fortalezca para que siempre nos entreguemos a los demás.

Amén.

(Autoría desconocida)

Tomado del libro de culto “En Espíritu y en Verdad” Consejo Mundial de Iglesias.

En tiempos de la denominada grieta, donde todas las diferencias se exacerban y amplifican, donde nos esforzamos por ser lo opuesto a los otros; plantear lo comunitario como espacio de encuentro, de acuerdos, de armonía, de consensos, resulta una tarea sumamente compleja, hasta puede parecer ridícula.

Las escasas ideas pro positivas para mejorar las situaciones de vida de la humanidad y del planeta, hace que en buena medida tanto políticos, economistas, y a ellos se suman tantas otras disciplinas, se definan por oposición a otras propuestas o ideas. Incluso este fatalismo es predicado por muchas propuestas cristianas, al punto de promover una actitud pasiva, de espera que Dios resuelva, ignorando que Jesús nos ha dejado la tarea de ser sus testigos a partir de actitudes y acciones de amor compartido.

No es que tener diferencias es malo, más bien es natural. Lo importante es tener claro que es imprescindible acordar, consensuar. Este es el gran aporte que el cristianismo como expresión de fe comunitaria tiene para aportar. Un aporte que no es mágico, sino que implica esa tarea de buscar el mismo sentir, de construir comunión.

Es interesante como Pablo y Pedro, dos de los grandes líderes de la iglesia del primer siglo tuvieron que trabajar el tema, e insistir una y otra vez, en el llamado a superar las diferencias y generar armonía y unidad.

Aun más. Ambos hablan de tener el mismo sentir, de sentir de la misma manera. No es solo acordar y superar las divisiones. El llamado es más profundo, y allí interviene el desafío de amarnos como hermanos. El amor es el ingrediente vital, para generar esa comunión en el sentir, en el vivir.

Hoy se habla mucho de empatía. Sin embargo en general lo que se busca es que los demás tengan empatía hacia nosotros, cuando la empatía, ese sentir con el otro, la otra, es de ida y vuelta, es una experiencia compartida. Cuando hablamos de comunión, traspasamos la frontera de ese amor que ayuda, pero que no se compromete con la otra persona.

Bien podríamos decir que Jesús lo dejó claro al decirnos: “Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.”

De esto hablaron y testimoniaron Pedro, Pablo y tantos y tantas. Es también nuestro desafío.

Sergio Bertinat

30. Sus símbolos: La Cruz hugonota

Es una insignia protestante surgida en el Sur de Francia en el seno del movimiento hugonotes (nombre peyorativo dado por sus perseguidores). Eran protestantes ligados teológicamente al calvinismo.

Algunas fuentes plantean que habría sido creada tres años después de la revocación del Edicto de Nantes (1685) por un orfebre de Nimes, llamado Maystre.

Hoy se ha difundido en todo el mundo como símbolo de la fe reformada. Entre los valdenses ha sido adoptada como un símbolo que expresa su fe.

La cruz hugonota, está formada por una cruz de Malta, las ramas son conectadas entre ellas por un motivo circular que, por una parte, recuerda la corona de espinas del Cristo crucificado y que, por otra parte, forma entre cada rama un corazón, el símbolo del amor de Jesús para con nosotros y un recordatorio de su mandamiento "amaos los unos a los otros..."(Juan 13:34). Las puntas en las extremidades de cada rama se redondean en forma de bolas, ocho, como las bienaventuranzas (Mt. 5:3.8). En la parte baja, la paloma en colgante, representa el Espíritu Santo que desciende del cielo sobre nosotros.

De hecho, en varias regiones protestantes, como por ejemplo en la Cevenne, en el Delfinado, en Normandía, pero especialmente en Saboya, se llamaba “del Espíritu Santo”.

El vinculo de los valdenses con los hugonotes ha propiciado esta identificación y el uso de la misma por miembros de las comunidades.

Desde el sábado 4 al martes 7 de febrero se llevó a cabo una nueva asamblea sinodal. Para conocer detalles de los temas centrales abordados, conversamos con Sergio Bertinat, quien presidió el encuentro.

“La primera consideración que haría sobre este sínodo es que todo transcurrió en un muy buen clima de trabajo, intenso, pero con mucho diálogo y en el que se pudieron ir resolviendo las diferencias de una buena manera. Se percibía una necesidad de resolver este momento de la iglesia en perspectiva de mirar hacia adelante, sabiendo que estamos en una etapa de cambios, transformaciones y transiciones, que fue una palabra muy utilizada”, manifestó.

En esta línea, uno de los temas relevantes fue identificar la necesidad de acompañar al Movimiento Juvenil que está, justamente, en un proceso de transición luego de la pandemia, entonces las comunidades deben estar muy atentas para poder hacerlo. Con este espíritu es que se aprobó un acto sinodal. Por otro lado, lo mismo sucede en torno a las comunicaciones, pues se inicia una etapa de transiciones en la búsqueda de realizar un trabajo en equipo, que pueda responder a las demandas de este tiempo.

De forma similar sucede con diaconía, luego del trabajo sinodal, se consensuó el inicio de un proceso de cambio de la estructura diacónica que tiene la Iglesia Valdense. Esta nueva instancia pondrá en marcha la búsqueda de una organización institucional hacia la diaconía que pueda dar respuestas a las obras institucionales, como los hogares, y también atender de modo particular a las obras al servicio comunitario que se vienen desarrollando en muchas iglesias y, en muchos casos, son invisibilizadas.

Por otro lado, Sergio Bertinat consideró que la celebración por la culminación de la primera etapa de la capacitación para laicos y laicas de la Iglesia Valdense “Esfuérzate en la Gracia” motivó el buen clima de esta asamblea. “Ese espíritu de alegría y celebración fue un aliciente. Contamos con 62 personas que han decidido dedicar parte de su tiempo para formarse y eso es una muestra de compromiso con la misión de la iglesia. En este sentido, no sólo se celebró, sino que se está pidiendo que la capacitación continúe, de esta o de otra forma”.

Además, se volvió a reafirmar el espíritu ecuménico de la Iglesia Valdense, celebrando y desafiando a continuar las iniciativas que nos permitan caminar de la mano junto a otras iglesias, sobre todo en lo que respecta a la formación teológica siendo parte de la Red Ecuménica de Educación Teológica (REET). Por último, la asamblea comenzó a planificar la celebración y recordación de los inicios del Movimiento Valdense. En el 2024 se cumplirán 850 años de aquellos comienzos y es un buen momento para hacer memoria y redescubrirnos como iglesias llamadas a un testimonio en medio de la sociedad.

https://iglesia-valdense.org/prensa en el próximo número más información

”Vayan y digan: Él va delante de ustedes a Galilea” Mc. 16:7

Los días sábado 21 y 22 de enero un grupo de 22 niños, niñas y pre adolescentes, acompañados de 4 líderes, se volvieron a encontrar para compartir un campamento, luego del forzado receso por la pandemia.

Con gratitud y alegría les contamos que fue un espacio de reencuentro para compartir juegos, actividades manuales, canto, reflexión, comidas, y culminando con el fogón.

El tema abordado fue el estimularnos y animarnos a ser constructores de paz en nuestros vínculos como forma de ser portadores de otro modo de relacionarnos.

Agradecemos el acompañamiento de la comunidad, desde la cocina, la infraestructura y diversas colaboraciones acercadas. También a la Comuna local por su disposición a disponer de un tanque con agua a disposición para juegos y refrescada ante tanto calor

Bajo una parra con uvas verdes, compartimos la primera merienda de lo que será una semana en compañía de hermanas y hermanos muy queridos.

La XXXVII Asamblea Juvenil Rioplatense inicia el jueves 5 de enero, con la llegada de las/os que vienen de más lejos, cargadas/os con equipaje y regalos para repartir entre quienes mucho se extrañaron. El medio de transporte, una traffic prestada con promesa de ser aprovechada a más no poder y devuelta, por supuesto, en las mismas condiciones.

El sol nos acompañó toditos los días de campamento y el calor se hizo notar en Colonia Belgrano. Por suerte, la pileta del club nos abrió las puertas para refrescarnos en el agua y hacer uso de la -no tremenda, tremendísima- cancha de voley de playa.

El tan esperado encuentro; entre noches para mirar las estrellas y días de tirar mantas buscando alguna sombra protectora.

Hubo muchos momentos de disfrute y tranquilidad necesarios después de un tiempo de no vernos. Pintamos, cantamos, gozamos y nos acompañamos. El silencio se hizo un lugarcito en muchos momentos de introspección; dejamos que las ideas se encuentren en nuestros espacios personales y compartimos sentipensares a través de gestos, movimientos y palabras. Reflexionamos mucho sobre la fe, las comunidades y la Iglesia. Nos sentimos parte de algo y lo expresamos.

Dentro de los temas que estaban previstos -de manera muy flexible-, lo principal fue conversar sobre el movimiento juvenil y pensar acciones para mantenernos a flote. Discutimos nuevamente sobre la función que cada una y uno tiene en este engranaje e intentamos dilucidar las necesidades.

El asunto de la juventud en la Iglesia es recurrente en las comunidades y, como no podía ser de otra forma, lo pusimos en la mesa para que seamos nosotras y nosotros mismos, las/os jóvenes, quienes lo analicemos.

Planteamos objetivos para el año y nos volvimos a empapar de la emoción que te dan los campamentos, fuente primordial para nosotras y nosotros.

Fuimos, por unos días, una gran familia. Ahora nos extrañamos y esperamos que el efecto de haber vuelto a vernos nos siga acompañando a lo largo del año. Apostamos por estos espacios de bienestar y queremos protegerlos. Una vez más, ¡arriba el campamento y arriba el Movimiento Juvenil Valdense!

Informe de Florencia Arias

Una casa de familia que abre sus puertas, o las instalaciones de la iglesia son los espacios que permiten el encuentro. En día y hora convenida vamos llegando. Cada uno con sus cosas, con su vida. Nos vamos saludando, nos vamos interiorizando de lo que a cada uno/ una le ha pasado en esos días, alguien comparte noticias sobre otros, de pronto surgen las dificultades, los problemas y porque no las expectativas, los deseos. El grupo de estudio bíblico es una pequeña comunidad que se encuentra y en torno de la Biblia y la oración compartida establece una comunión que hace bien. Es que, la lectura comunitaria de la Biblia es como la vida misma. En efecto la Biblia es Palabra de Dios porque nos habla de la vida, nos pone en contacto con experiencias de vida estrechamente ligadas a la acción de Dios. Así como en el pasado se pudo descubrir la presencia y la acción de Dios en la vida personal, familiar o comunitaria, también hoy esto es posible, y de hecho es hoy una experiencia valorada por muchas personas.

Cuando la Biblia se abre y se comparte en comunidad siempre suceden cosas. Ella siempre dice algo importante a alguien y esa experiencia hace surgir otras y de pronto lo que sucede es la gran celebración de saber que Dios está allí. Ella siempre nos habla de temas que nos interesan, y aunque la persona encargada de coordinar el espacio no haya acertado en la elección de él o los textos adecuados, alguien del grupo siempre los trae y tal vez el rumbo previsto inicialmente cambie. Lo importante es que la Palabra está llena de vida y habla.

En su hablar la Palabra a veces trae consuelo ante perdidas, dolores o desesperanzas; otras nos ilumina sobre temas fundamentales como la vida, la muerte, el ser humano, el futuro; otras nos interroga o cuestiona respecto de ideas, posturas o acciones que desarrollamos y es una invitación a cambiar; otras son desafíos a emprender proyectos nuevos o revitalizar otros que se nos han adormecido. Ella siempre habla, es importante estar atentos y abiertos no solo para escucharla, sino para oírla y sobre todo para hacerla parte de nuestra vida. Ella siempre tiene ejemplos concretos, situaciones definidas, que nos ayudan a vernos hoy en relación a nuestros temas y a como Dios puede acompa-

Siempre será importante no tomar los textos con ligereza, apresurándonos a hacerles decir certezas o conclusiones. La Biblia nos cuenta experiencias de otro tiempo, que debemos entender en su contexto, y sólo de después de sintonizar bien con ella, podemos interactuar desde nosotros. Otro riesgo es tratar de hacerla concordar con nuestra manera de ver y entender una determinada situación, ya que nos perderemos la posibilidad de enriquecernos con su aporte y lo que ella le significa al resto del grupo.

Ser parte de grupo de estudio bíblico, requiere de tiempo para el encuentro; disponibilidad para compartir lo que nos pasa, lo que sentimos; sensibilidad para

oír la voz de Dios y apertura para dialogar con otros y otras que seguramente tendrán otras miradas, porque tienen otras experiencias. Se trata de un proceso de encuentro, de comunión, de enriquecimiento mutuo. Es algo siempre grato. Se trata de dedicar un tiempito para ello, en medio de una tan ajetreada y complicada vida. Se trata de vencer la parálisis que generalmente nos ata a rutinas intrascendentes o comodidades rutinarias. Comprometernos con la lectura comunitaria de la Biblia nos hará bien, pero también sabemos nos comprometerá más; y por cierto también pondrá personas que sentiremos muy cerca de nuestras vidas.

Sin duda es una experiencia que vale la pena, ya que la fe es a la vez algo personal y comunitario. La fe cristiana no es solo una experiencia individual, ya que somos en comunidad, esa es nuestra identidad.

Por Sergio Bertinat

LA MESA... LA CASA... LOS GRUPOS...

La mesa tiene eso, crea una relación entre iguales. Para Jesús comer en la misma mesa además de un gesto cotidiano es un símbolo de dimensión escatológica. Al fin de cuentas el Reino al final es la invitación a todos los pueblos a un gran banquete. Jesús come en casas que no pisan los fariseos. Lo critican por el "cómo" y "con quienes". Mc. 12,39; 14,16. Ellos, los fariseos buscan los primeros asientos en la mesa y devoran las casas de las viudas. El Reino se va también revelando en las casas: Hechos 2,46; 5,42. La casa es el lugar de la comunidad y la hospitalidad. El libro de los Hechos empieza (1,12 y ss.) y termina (28,30) en las casas. Mientras el Templo pasa a ser el centro de poder económico ideológico, la vida y la fe de los cristianos se comparte mucho en las casas (ayuda mutua-reunión).

Es el lugar de la reciprocidad y empieza a ser símbolo de conciliación étnica en la diversidad, señal de salvación. Por eso Jesús come con publicanos y "pecadores" (Lc. 5,30; 7,39; 15,2; 19,7) El gesto de Jesús sirviendo la mesa se vuelve el paradigma de la misericordia y la compasión

Hasta aquí una síntesis libre de un aporte de Susana Sánchez, pastora dominicana en su libro "Más allá del púlpito". Y yo agrego ahora...

Esta metodología y estrategia tan simple y casera de juntarse en las casas y formar y acompañar grupos bíblicos en los barrios es tan vieja y evangélica como el libro de los Hechos. Da la impresión de ser momentos del Reino que viene y se asoma.

Formar y dinamizar grupos bíblicos evangelizadores hoy no es cuestión de muchas técnicas ni complicados recursos. Sólo basta ser un buen discípulo de Jesús, un fiel seguidor y aprender su comunicación evangelizadora tan franca, fresca, sencilla.

Se trata de aprender su trato, tener sus actitudes, su manera de ser frente a la gente, su modo de relacionarse y compartir. Dejar hablar, hacer pensar, contagiar confianza, respeto hasta que los demás se den cuenta que valen y pueden hacer lo que creían que no iban a poder.

Es ahí junto a la Biblia, a partir de ella, aprendiendo de ella y del pueblo que habla en la Biblia que en grupo, juntos entre sí, se siente el ánimo y el calor del Espíritu, descubriendo así el modelo de Jesucristo.

Y con El, todo el grupo se abre al barrio, a los vecinos, a la ciudad, al país para servir, porque la solidaridad es la gran ley del Reino de ese Dios de los pobres.

Jesús trae un compañerismo nuevo, abierto a todos y todas, también a los no cristianos, como el judío Jesús a los samaritanos. Así con las cualidades, los dones y el aporte de todos se testimonia hoy la armónica paz que tanto falta. Shalom quiere decir el bienestar de todos/as, inclusivo, sin dejar a nadie afuera porque la paz la teje la justicia a medias con el amor.

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