El amor tiene una vida frágil
Boletín Nª 62— setiembre de 2020 Iglesia Evangélica Valdense de Colonia Belgrano
También les encargamos, hermanos, que reprendan a los indisciplinados, que animen a los que están desanimados, que ayuden a los débiles y que tengan paciencia con todos.
Tengan cuidado de que ninguno pague a otro mal por mal.
procuren hacer siempre el bien, tanto entre usteAl contrario,
des mismos como a todo el mundo.
Estén
siempre contentos. Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús. 1ª Tesalonicenses 5: 14-18
El amor tiene una vida frágil. El existe para ser buscado, degustado en un breve instante, cantado como eterno en su eterna fragilidad. El amor necesita siempre estar en camino, errante sin posada cierta, caminante sin rumbo preciso. No se puede detenerlo, guardarlo en un cofre, ni temer su partida. El no acepta sepulturas ni altares. No acepta ser el héroe ni el villano de la fiesta. No tiene papeles y puede estar en todos ellos. No tiene hora cierta, ni reloj, ni agenda. Acontece sin avisar, y a veces avisa, pero no acontece. El amor es loco, sin sentido y lleno de sentido. Se entrega pero no se deja poseer… Mata el hambre hoy, pero no lo sacia para siempre. Tiene gusto a pan, a carne, a vino, a sangre… gusto de mil sabores y mil olores, y nadie puede agotarlo. El es todopoderoso en su frágil y efímero poder. El es sin poder pero puede todo cuanto quiere. Derrumba reyes de sus tronos y vuelve reyes a los humildes. Canta suaves baladas de amor y grita estridentes clamores de justicia. El amor es insaciable, hermano de la justicia y de la paz. Solo vive provocando sed, solo crece si lo dejamos libre, solo vuelve si el corazón está siempre abierto. Ivone Gebara, “La sed de sentido. Búsquedas ecofeministas en prosa poética” Red de Liturgia—CLAI