Página Valdense - Abril 2020

Periódico de la Iglesia Evangélica Valdense - Abril 2020 - N° 259 - Afiliado a O.P.I. N° 837

Página Valdense

«...porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.»

Hechos 4:20

LOS FUNDAMENTALISMOS RELIGIOSOS

COMO HERRAMIENTAS DEL PODER POLÍTICO Página 3

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Página 8

Senti-pensar a Dios: la cura para los fudamentalismos

Derechos en riesgo: fundamentalismo religioso y acción política en Uruguay

Los fundamentalismos una larga tradición entre políticos y religiosos en Argentina

Por Nicolás Panotto

Por Nicolás Iglesias

Por Eduardo Obregón

001/09 - Periódico mensual - Redactor responsable: Rogelio Darío Barolin. Varela 1729. Dolores - Imposición envíos: Dolores - Depósito legal N° 68.638

PÁGINA VALDENSE

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de la Directora

Entre tantos discursos, sentir la fe Una vez más en Página Valdense trabajamos sobre fundamentalismos –ya lo hicimos en la edición de junio de 2019, titulada «Fundamentalismo y Religión. ¿Es más fácil pasar por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el Reino de Dios?»-. Esta vez, intentamos darle una vuelta de rosca, vinculando específicamente fundamentalismo y política, dando una mirada atenta a lo que ocurre en nuestra región.

Lejos de agotarse, esta temática nos invita una y otra vez a la reflexión.

Bien sabemos que la religión puede usarse para oprimir, podemos encontrar ejemplos lo suficientemente claros en nuestro pasado como movimiento valdense, o en la historia de nuestro continente, pero también hay ejemplos en nuestro presente.

Es por eso que no podemos dejar de reflexionar sobre nuestra identidad valdense y los desafíos actuales.

Ahora bien, con este número no buscamos pensar en nuestras prácticas concretas, sino invertir el ejercicio: discernir cómo el poder político utiliza a los discursos fundamentalistas como herramienta para llevar adelante propósitos específicos; y quizás, con esto en mente, podamos volver a pensar en nuestras prácticas concretas -no sólo como cristianxs, sino también como ciudadanxs, como sujetxs políticxs-. Lxs invitamos a continuar la reflexión luego de la lectura, haciendo ese recorrido, esta vez, desde lo macro a lo micro, desde las realidades de la Patria Grande a las nuestras.

Nuestro Dios es movimiento, es compañía, es refugio, es impulso y es fuerza; lejos está -o al menos, creo, debería estar- de esa visión de Dios como norma, como algo inmóvil e inadaptable a nuestro tiempo y espacio -como menciona el autor de la página siguiente-. En parte, lo sabemos porque confiamos, pero también porque así lo sentimos, cerca.

Teniendo estas ideas presentes -como sobrevolando los párrafos siguientes-, me gustaría compartirles mis reflexiones-casi como un ejercicio verborrágico y con posibilidades de

equivocarme-; pero simple y humildemente con la intención de que sean impulso para continuar pensando.

En primera instancia, creo que, varias veces, cuando hablamos de fundamentalismos nos miramos el ombligo, como buscando y escudriñando en mí, en la comunidad y la iglesia que rasgos fundamentalistas tenemos. Seguramente los hay y, sinceramente creo que, este ‘mirarnos para adentro’ puede ser peligroso, porque perdemos de vista la cuestión macro. Hace tiempo vengo dándole vueltas a un asunto: ser conservadorxs y ser fundamentalistas no es lo mismo. Puede que el límite sea muy fino, sí, pero no es lo mismo. Tenemos que estar atentxs y revisar nuestras prácticas, evaluar si nuestras verdades se vuelven absolutas, si nos volvemos intolerantes con quienes piensan, sienten o viven diferente, etc. Este ejercicio, claramente, no puede ser individual; y tampoco tiene que obstaculizar una mirada más amplia.

Por otro lado, en general, los argumentos bíblicos que utilizan los discursos fundamentalistas no son fuertes -ni mucho menos-, pero sí lo es su discurso. No es una novedad decir que utilizan la emotividad más que la racionalidad, la lógica. Su discurso está estratégicamente pensado para que vaya permeando, de manera sigilosa y sutil, nuestra subjetividad; casi anulándola; enajenándonos. Y en este proceso, el terreno es más que fértil para que surjan con mayor fuerza las polarizaciones, para negar y violentar a quien piensa, siente o vive diferente.

Que nuestro Dios, que nos acompaña en amor, nos ayude a revisar prácticas sin caer en un ejercicio cíclico que siempre mira hacia adentro; que nos ayude a discernir que no todo es lo mismo; pero, sobre todo, que nos de la mano y nos enseñe a disfrutar -desde nuestras subjetividades- las sensaciones y emociones que despierta la fe, lo comunitario y la lucha por un mundo más justo, humano y sensible.

Daiana Genre Bert 2

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Senti-pensar a Dios:

conlleva el ejercicio teológico de definir a Dios. Más bien, Dios se transforma en el sello de un conjunto predeterminado de moralinas e ideas sociales, las cuales se entienden dadas, eternas e incondicionales. En fin: Dios, poder y uniformidad son una tríada constitutiva del fundamentalismo, y como tales, no son permeables a ninguna oposición. Por ello, la teología fundamentalista es la vía para negar la condición más básica de los procesos sociales y legitimar el poder inamovible de una particularidad sobre el resto.

De aquí que existe una gran responsabilidad teológica en el desarme de las lógicas fundamentalistas a partir de una epistemología senti-pensante de lo divino que valore la dimensión subjetiva, plural e inherentemente conflictiva del quehacer teológico. La historia de la fe es una historia de confrontaciones constantes entre maneras de ver a Dios. Y digo senti-pensar, porque precisamente la racionalización y abstracción del quehacer teológico –incluyendo posiciones no conservadoras y hasta progresistas- ha dado lugar a quitar esa impronta corporal, emotiva y subjetiva de este ejercicio, abriendo la puerta al cientificismo que, paradójicamente, termina siendo utilizado por el mismo fundamentalismo para sostener su supuesta «objetividad», y hacer de la teología una disciplina carente de «parcialidad» desde un discurso racional y moderno.

En lo concreto, necesitamos un ejercicio teológico desde nuevos ejes. Primero, recuperar la dimensión narrativa de la teología, donde se valore las dimensiones plurales de la manera de enunciar lo divino, incluyendo la literatura, el arte, y las propias vivencias personales y comunitarias como epicentros teológicos. Segundo, profundizar en una hermenéutica bíblica que enfatice no sólo la necesidad de un análisis concienzudo y serio de las Escrituras en tanto textos históricos, sino que reconcilie la dimensión interpretativa y experiencial del acercamiento a la Biblia, para así contrarrestar esa visión tan presente en el fundamentalismo, que hace de la interpretación del texto bíblico una abstracción lejana de las contingencias históricas. Tercero, debemos hacer del quehacer teológico una experiencia comunitaria y no una tarea delegada a un puñado de especialistas. Esto ha dado lugar a que la teología se transforme en un nicho que pertenece a un grupo selecto, el cual puede sentirse con el derecho de abusar de su ejercicio en nombre de la «objetividad» y la parcialización. Por último, necesitamos de nuevas metodologías teológicas que superen las clausuras academicistas, pero que valoren la profundidad que poseen las distintas formas de construir el conocimiento. Un marco dialogal del quehacer teológico estima las experiencias diversas, partiendo de la necesidad de un encuentro con el otro/a a partir de una argumentación sólida y a la vez abierta.

Muchos de los reduccionismos con los cuales nos enfrentamos en nuestros espacios, han sido el germen para el nacimiento de posiciones fundamentalistas, que pueden dar lugar a prácticas enajenantes y excluyentes si sus bases no son resignificadas. Por ello, la cura del fundamentalismo está en nuestras propias manos, y su remedio toca las fibras más susceptibles de nuestras propias experiencias cotidianas de fe y eclesialidad.

Nicolás Panotto

la cura para los fundamentalismos

En este último tiempo, vemos cada vez más referencias al fundamentalismo religioso en medios de comunicación, análisis políticos o estudios académicos. Preocupa, cada vez más, los tipos de vinculación entre algunos sectores cristianos con gobiernos que fomentan políticas anti-derecho y discursos de odio. Encontramos amplios sectores que han pasado de la movilización mediática a procesos de organización con fuerte impacto político, sea a nivel a nacional como regional, especialmente en lo que se relaciona con la promoción y defensa de la denominada «agenda valórica», la cual se compone de un conjunto de preconceptos morales concebidos como absolutos, naturales y trascendentes, es decir, como aspectos que escapan de cualquier subjetividad y debate, y se depositan en el campo de la Verdad metafísica dictaminada, nada más ni nada menos, que por Dios mismo.El mundo religioso es un campo diverso, con sus inherentes tensiones y pluralidades constitutivas. Por ello me pregunto: ¿por qué las voces fundamentalistas o neoconservadoras son las que cobran mayor notoriedad? ¿Qué sucede con aquellas «otras voces» que forman parte del espectro pero que pasan inadvertidas?

En las últimas dos décadas han aumentado los antagonismos sociales, producto de la promoción de políticas públicas en derechos humanos y la visibilización de distintos grupos con demandas históricas de reconocimiento, como son la comunidad LGBTIQ y movimientos feministas. Esto no produjo un movimiento pendular sino más bien la inscripción de un conjunto de tensiones, especialmente en dos campos: en el enfrentamiento a temas sensibles para la sociedad y las escalas morales naturalizadas en ella, y por otro, en el protagonismo de nuevos actores sociales que desafían las representaciones políticas tradicionales, sean partidos o la propia iglesia católica, como amalgama religiosa histórica de la sociedad latinoamericana.

En otros términos, este contexto de agotamiento, en términos políticos y socio-culturales, desencadenó un contexto donde las cosmovisiones tradicionales se vieron interpeladas; por ello, diversas voces fundamentalistas en el campo religioso emergen con su posicionamiento reactivo y radicalizado, como una voz de denuncia de este escenario, y con la fuerza suficiente para reponer ese «vacío» que las dinámicas socio-políticas dejaron.

La visibilización de los fundamentalismos religiosos nace, entonces, desde la disputa por la verdad pública.

Aquello que había sido naturalizado, hoy es relativizado.

Y ese relativismo es inconcebible para quienes se basan en principios entendidos como absolutos. Es aquí donde se levanta uno de los principales elementos del fundamentalismo: «Dios». Dios como norma, Dios como realidad metafísica, Dios como nombre dado de una vez por todas e imposible de asociar con la zigzagueante realidad humana.

Por esta razón, el gran problema teológico del fundamentalismo pasa por los procesos hermenéuticos a partir de los cuales se entiende y nomina lo divino. Para el fundamentalismo no existe tal cosa como la hermenéutica, es decir, procesos y disputas interpretativas que 3

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Brasil, su amor por los «fakes»*

lítica. Impregnando gradualmente, a partir del discurso religioso, las diversas facetas que implican el acceso a derechos sociales básicos y la deliberación sobre los recursos públicos en la constitución de políticas públicas; las certezas dogmáticas están reemplazando las discusiones sobre la construcciones de políticas públicas, desde una diversidad de representatividades de la sociedad.

En Brasil, en 2011, la bancada evangélica del Congreso logró que el entonces gobierno petista -Partido dos Trabajadores- vetase una ley de educación sexual en las escuelas llamada «Escuela sin Homofobia» -entonces nombrado kitgay-. En 2015, en el Congreso nacional se discutía, en una comisión especial, un Estatuto de la Familia heteronormativa, prevaleciendo una visión altamente influenciada por el crecimiento de los discursos religiosos fundamentalistas entre diputados de diversos sectores, e influenciado particularmente por el crecimiento de representantes de iglesias evangélicas fundamentalistas y la consolidación de la fuerza política denominada Bancada Evangélica. En 2016 el golpe político mediático que resultó en el derrocamiento de la presidenta, Dilma Roussef, es construido sobre el discurso: por la familia, por la patria, por mis hijos. En 2018, el pueblo brasileño elige un presidente de la república que se negó a asistir al debate, con trayectoria política desde 1989 como representante de la población de Río de Janeiro, posicionándose históricamente con un claro discurso contra las costumbres, contra los derechos humanos y apegado a las mentiras mediáticas.

Esta trayectoria está respaldada por un argumento principal en donde la construcción discursiva se impregna en esta articulación entre discurso político y religioso permeado por el fundamentalismo: la libertad de culto presupone preservar y prevalecer la moralidad por sobre el ley. No niegan que cada uno tiene derecho de creer lo que quiera en su religión y seguir como quiere su destino religioso, pero el país debe guiarse por el parámetro de la moralidad social, siempre construida a partir de un discurso religioso -falsamente consensuado-.

Esta práctica de decisión política, basada en el derecho a la libertad religiosa, que en los fundamentalismos se ha convertido en el derecho de hacer lo que quieras, cuando quieras, como quieras. Y desechan los ideales que la modernidad pregonó en el mundo asociados a la igualdad y justicia social. Pero representan un caparazón peligroso, que actúa como una cortina de humo para solazarnos de nuevas formas de distracción masiva.

Nos distraen mientras nos sacan derechos y conquistas. Se constituyen en vínculo entre las «fake» y los avatares de la fe, ya explicitado por diferentes bibliografías e institutos de investigación, donde la verdad es irrelevante. Ya es un hecho que las próximas generaciones tendrán trabajo, porque más allá de no constituir referencia y parámetro deliberativo, el conocimiento acumulado por la humanidad pasa por un nuevo ciclo de sospecha, amparado por religiones fanáticas y por conveniencias de explotación económica.

Ana Claudia Figueroa

y los avatares de la fe

Quiero compartir con ustedes los discursos fundamentalistas que permean el poder político en Brasil.

El poder religioso y el poder político beben del mismo pozo de construcción del discurso: el imaginario social y sus construcciones inconscientes. Muchas teorías y enfoques de la ciencia están disponibles para ayudar a penetrar en este universo de posibilidades. Desde hace un tiempo, me dedico a estudiar esta confluencia del discurso político y religioso en el tiempo de las condenas comandadas por el fundamentalismo religioso en la política brasilera desde el año 2015.

Escribo este texto el 8 de marzo de 2020. Es domingo. Las noticias muestran mujeres en todo el mundo saliendo en diferentes manifestaciones. En Chile me impresionó «La revolución que haremos será feminista, o no será». En el WhatsApp los mensajes son diversos, entre rosas y elogios ufanistas a la mujer por un lado, y convocatorias y gritos de guerra por otro.

Donde trabajo, mañana repartirán chocolates en una confraternización con las funcionarias mujeres.

Es domingo, y en la iglesia en el momento de los anuncios, un joven tiene un acto fallido: «hoy celebramos el día internacional de las madres», corregido rápidamente por la congregación, evitó reconocer su error y dijo: «Madres, mujeres, es lo mismo». Y parece que solamente es cuestión de respetar las diferentes posturas sobre la temática del día internacional de las mujeres. Entre el femenino universal, la esencia de la mujer y la conciencia de sí misma, del espacio que ocupa, de la historia a la que pertenece. Pero no, no debemos simplificar la disputa conceptual reduciendo a la hipocresía de la armonía social, en donde «cada uno tiene derecho a pensar lo que quiera». El costo social de no plantear esta disputa, como derecho a la lucha y al espacio digno en la sociedad, es muy alto.

Traigo este ejemplo del día internacional de la mujer, porque tenemos que entender cómo funciona el mecanismo del fundamentalismo religioso en la práctica po-

La imagen pertenece al documental Privacidad Hackeada, que trata del fenómeno de la manipulación de la masa de datos de usuarios de las redes sociales para la creación de estrategias de pos-verdad para inducción de la opinión pública *falsos

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Discurso religioso -fundamentalistaen la realidad de la política boliviana

do aquí a palacio de gobierno, Bolivia es para Cristo.

Padre eterno en el nombre Jesús te damos las gracias Señor porque tu Palabra se ha cumplido… hemos confiado y hemos creído aquí en tu hijo Señor, Luis Fernando, que tú lo has levantado como a un David que se ha defendido contra Goliat y hemos dado la piedra, esa estocada para ganar al Goliat; te agradecemos Señor en el nombre de Jesús. Amén. Amén. Fueron las palabras de un pastor que oraba imponiendo una biblia sobre el líder político (Camacho) a su salida de palacio de gobierno. Este discurso tiene una corriente fundamentalista, no es un fundamentalismo católico tradicional, es un fundamentalismo evangélico que busca la unificación Religión-Estado, en la cual Dios gobierna a partir de una opción política partidaria. Este movimiento, toma el discurso religioso bien examinado, como un instrumento que ha permitido una articulación y legitimación social, captando a la multitud que clama respuestas inmediatas a sus necesidades económicas y sociales, que están en un profundo desequilibrio emocional; y este movimiento, en su mensaje, le ofrece una salida satisfactoria poniendo la religión en el centro de la vida social, llegando a ser el factor decisivo en la materia política para derrocar el gobierno de Morales. Justamente esa es la teología del fundamentalismo, reivindicar una sagrada tradición, que rechaza todo tipo de cambio social, y restaurar una sociedad desviada por la modernización. Rechazan la modernización, pero bien emplean los medios modernos de comunicación para desarrollar y lograr sus objetivos.

La biblia, dejada en palacio de gobierno, en los días siguientes fue levantada por la presidenta transitoria (Jeanine Añez), es la biblia del fundamento del imperio romano que oprime y discrimina y muestra a un Cristo triunfante de una civilización; estamos seguros que no es la biblia del fundador del cristianismo.

Tras manifestaciones violentas, cabildos multitudinarios con velas encendidas, rodillas dobladas en las calles clamando a Dios por la pasificación en el país que tuvo 36 muertos.

En el relato de la multiplicación los panes y pececillos (Jn 6:1-15), en el versículo 15, Jesús clarifica que su gobierno no es de este mundo (bajo las estructuras de este mundo). Jesús enseñó: Pues dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios (Lc 20.25), solo los que reciben a Dios en sus vidas y reconocen a Cristo como su Señor y Salvador son los que comprenden: que el reinado de Dios inicia en aquel que lo ha aceptado.

El cristiano ama a Dios y a su prójimo como a sí mismo (Mc 12:30-31); anuncia la vida, vela por la vida, anuncia la dignidad para todos y todas sin distinción de raza o clase. En este contexto Jesús nos llama a ser pacificadores (Mt. 5.9), a tener compasión y solidarizarnos con la víctima (Mt. 5.7) y hacernos prójimo.

El pueblo boliviano, luego de las elecciones presidenciales del 20 de octubre del 2019, atravesó semanas violentas y de muerte: confrontaciones entre militantes político partidarios, abuso de poder vulnerando los derechos fundamentales de las personas, discriminación, fuerzas armadas en las calles reprimiendo.

En medio de todos estos acontecimientos se hacen presentes los movimientos evangélicos anunciando el retorno de la Palabra de Dios al Estado boliviano; es justamente sobre estos discursos que nos interesa reflexionar en esta oportunidad, haciendo el esfuerzo de vislumbrar el mensaje y trasfondo teológico de estos.

Desde el 22 de enero del 2006 asume la presidencia del Estado Juan Evo Morales Ayma (indígena). Este gobierno se ha acercado y ha priorizado sus atenciones al sector campesino y obrero del país, atendiendo las necesidades básicas del sector y mejorando sus condiciones de vida. Este hecho fue de impacto para todo el país. Pero con el pasar de los años la corrupción fue institucionalizándose, un ejercicio de poder político encerrado en sí mismo, es decir en sí y para sí, perdiendo el apoyo de muchos sectores sociales del país.

Es así que, a partir de las elecciones generales del mes de octubre del 2019, elecciones que fueron censuradas de fraudulentas, la población boliviana salió a las calles a manifestar su repudio ante el denominado fraude electoral. Un grupo numeroso liderado por un joven político (Luis Fernando Camacho) planteó hacer llegar a palacio de gobierno la Biblia y una carta exigiendo la renuncia del gobierno de Evo Morales. Así lo hicieron el 10 de noviembre, y horas más tarde se transmitía por el canal nacional la renuncia del presidente Morales.

La biblia está volviendo a palacio de gobierno, nunca más volverá la pachamama, hoy Cristo está volvien-

Pbro. Alex J. Arce M. Ptor. Nal. de la IEMB 5

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Derechos en riesgo:

fundamentalismo religioso y acción política en Uruguay1 con cualquier partido»3 . Esta plataforma regional tiene como metas la defensa de la familia tradicional, la soberanía, los valores y el desarrollo de acciones contra la perspectiva de género, generaciones y diversidad.

Articula también el discurso militarista en temas de seguridad y la presencia de un Estado mínimo, donde no intervenga el desarrollo y de espacio para el crecimiento del neoliberalismo económico.

Con el nuevo escenario parlamentario en Uruguay, cabe preguntarnos de qué manera la presencia de una bancada que representaría los intereses e ideología militar, más la que representa perspectivas del sector religioso conservador, se articulará o no para intentar derogar leyes, o al menos minar la implementación de aquellas que tienen una perspectiva de género, generaciones y diversidad.

El nuevo gobierno ha realizado una serie de señales, que dan cuenta de su vínculo preferente con sectores religiosos conservadores, algunas de las cuales han sido interpretadas como violatorias de la laicidad por parte de pastores referentes de la comunidad protestante local, el pastor valdense Hugo Armand Pilón4 y Raul Sosa5 de la Iglesia Metodista.

En este sentido, es necesario preguntarnos cuál será el aporte que se realizará desde las iglesias y movimientos sociales que defienden los derechos humanos y el estado laico, para poder fortalecer los espacios democráticos y la vida digna de los sectores más vulnerados en sus derechos.

En la última década, en Uruguay, se consolidó y visibilizó un fundamentalismo religioso con amplias vinculaciones con el poder político. En nuestro país, los grupos conservadores cristianos con lecturas fundamentalistas del texto bíblico tiene una larga data. Estas iglesias evangelicales y pentecostales habían permanecido apartadas del mundo y la política, porque estaban contaminados por el pecado. Pero, en los años 90 con la llegada del neopentecostalismo a nuestro país, se comenzó a operar un cambio teológico que tuvo implicancias políticas; se comenzó a difundir una teología «dominionista», donde desde su lectura: Dios le entrego a sus hijos el poder sobre las naciones para gobernarlas «bajo la ley de Dios».

Es así que el conservadurismo religioso, tanto católico integrista como evangelical -que antes era principalmente anticomunista y antiecuménico- ahora, en la versión del fundamentalismo religioso, incorporó a su discurso una narrativa contraria a los derechos humanos, especialmente enfocada en el ataque a la perspectiva de género y generaciones. Este discurso sostenido por grupos religiosos y laicos, construyen un nuevo enemigo, el de la «ideología de género».

Según el filósofo De Souza Santos (2014), se está creando «una gramática en defensa de la dignidad humana que rivaliza con la que subyace a la de los derechos humanos y a menudo la contradice». Estos grupos organizan su discurso y accionar en cuatro ejes: la protección de la familia tradicional, la ideología de género, recuperar los valores y la soberanía nacional.

Para comprender las bases fundacionales del actual conservadurismo religioso, que aparece hoy como un actor visible en nuestro país a la hora de oponerse a leyes que reconocen derechos, debemos tomar en cuenta las palabras de Jerry Falwell2 : «Ha llegado el momento de que los verdaderos fundamentalistas… puedan perfectamente colaborar juntos... unido contra los verdaderos enemigos del auténtico cristianismo.

Apuntemos nuevamente las armas teológicas contra el liberalismo, el humanismo y el secularismo.”

Ejemplo de esta concepción y estrategia político-religiosa son las palabras de Hugo Márquez -hermano del pastor/apóstol Jorge Márquez-, presidente de la confederación bautista argentina, quien se pronunció en el II Congreso por la familia y por la vida, organizado en noviembre del 2018 en Punta del Este: «Nosotros estamos con nosotros. Ellos -habla de los partidos políticos- nos usaron a nosotros y nosotros los estamos usando. Les vamos a meter gente en el parlamento con

Nicolas Iglesias Schneider Lic. en Trabajo Social, investigador especializado en temas de religión, política y derechos humanos Coordinador del Proyecto Fe en la Resistencia y de Espacio VAR (IMU).

Versión más amplia en: Informe sobre Derechos Humanos en el Uruguay del SERPAJ 2019, disponible en: http://autores.uy/ obra/15929 2 Pastor fundador de la iglesia Thomas Road (una de las iglesias más influyentes del fundamentalismo cristiano en el Sur de EE. UU), del movimiento político de La Mayoría Moral S.A. 3 Articulo: «Congreso evangélico en Punta del Este: el género es el nuevo demonio» de Diana Cariboni en la Revista Noticias, Diciembre del 2018, Montevideo.

4 ladiaria.com.uy/articulo/2020/2/iglesias-y-estado-una-distincion-indispensable-para-la-convivencia-social/ 5 http://www.imu.org.uy/ante-el-llamado-a-orar-por-los-gobernantes/ 1

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Fundamentalismo

y política en Chile

Mis fuentes primarias de esta visión general del fundamentalismo y la política en Chile son el Reverendo Dr. Omar Cortés1 y el Reverendo Dr. Jorge Cardenas2. Sin embargo, las falencias son sólo mías.

temor a perder algunas de las prerrogativas tales como la exención de impuestos para propiedades de las iglesias, que están protegidos por la ley en la actualidad. Sin embargo, otros sectores de ellos muestran su apoyo a una nueva constitución; quizá, con la esperanza de que esto se traduciría en una abertura de más poder para hacer cumplir sus puntos de vista contra el matrimonio homosexual, las cirugías de asignación de género, el aborto y otros asuntos. Quienes están por la aprobación tiene una tendencia de más apertura moral y sin la intención de imponer una norma estrictamente cristiana por la vía constitucional. Por otro lado, se debe considerar que estas indicaciones morales son plausibles, incluso en el marco de la actual constitución.

Pero la verdadera pregunta es si el protestante fundamentalista y la pertenencia católica conservadora y sus líderes se alinearán con una agenda eclesial y moralista estrecha, o con las necesidades de los ciudadanos más pobres y marginados. Qué lado van a tomar, puede determinar en gran medida el futuro de este país, así como el futuro del testimonio cristiano aquí.

Como se suele decir, «Dios está en los detalles».

La primera fase del ministerio protestante en Chile se remonta a mediados de 1800, fueron quienes alentaron una separación de Iglesia y Estado, según el modelo de los Estados Unidos en lugar del modelo, más o menos, teocrática de España y Gran Bretaña.

En 1996, la iglesia Evangélica Pentecostal -la denominación pentecostal chilena más numerosa de las iglesias pentecostales nacionales- contribuyó con fondos para el desarrollo de una ley de culto. Esto contribuyó al reconocimiento por parte del Estado de Chile a las entidades religiosas, por lo tanto, un grupo religioso, de cualquier orientación, puede obtener el reconocimiento legal como una persona de derecho público; facultado para funcionar como organización religiosa públicamente y libremente sin temor a la persecución.

Ni ellos ni otros grupos de carácter más fundamentalistas, quisieron utilizar este proceso como un medio para hacer valer sus puntos de vista morales en el resto de la sociedad a través del poder del Estado nacional.

Sin embargo, con la menguante influencia de la Iglesia Católica en los últimos años, sin duda debido a varios escándalos de pedofilia dentro de Chile, el liderazgo de las denominaciones protestantes fundamentalistas ha comenzado a apoyar algo parecido a un establecimiento «bifocal» de una versión fundamentalista de la enseñanza moral cristiana. Bajo este modelo, la fuerza combinada de fundamentalistas Protestantes y Católicos ultra-conservadores (Opus Dei, etc) se utiliza para pasar leyes que hacen cumplir su visión de un comportamiento justo. Si tiene éxito, tendrían un status social y político similar al de la iglesia católica en el siglo anterior, y que podría resultar en persecución de otros grupos religiosos, las facciones más liberales de la iglesia cristiana y los no religiosos-aproximadamente un 10% de la población chilena-.

Chile está a punto de celebrar una plebiscito nacional -originalmente programado por 26 de abril pero postpuesto por la emergencia de coronavirus hasta Octubre 25- sobre la posibilidad de escribir una constitución totalmente nueva. Algunos líderes de las iglesias fundamentalistas se pronunciaron en contra de este proceso, llamando a votar por el «Rechazo». Tal vez por

Rev. Sr. Fred Milligan El reverendo Fred Milligan (un Ministro ordinado por la Iglesia Presbyteriana, U.S.A.) es un estadounidense que ha servido durante los últimos cinco años y medio como pastor de la Iglesia de la Comunidad de Santiago, una congregación independiente formado durante la presidencia de Salvador Allende por la fusión de los congregaciones Unión (Presbiteriana) y St. Andrews (Anglicanos) de anglo-hablantes en la comuna de Providencia.

El reverendo Dr. Omar Cortés es un exministro ordenado en la Iglesia Anglicana de Chile, con un mg en teología en Regent College, Canadá; y estudios doctores en ética y filosofía en Chile. Él es el director de la organización ADIR de diálogo interreligioso e imparte cursos en los seminarios locales. Ocupó el cargo de asesor en asuntos religiosos de la ex presidente de Chile, Michel Bachelet.

2 El Reverendo Dr. Jorge Cárdenas es un ministro ordenado en la Iglesia Presbiteriana Evangélica de Chile y médico psiquiatra, actualmente vicemoderador de su Sínodo y Presidente del Concilio de Iglesias Protestantes e Históricas de Chile, y fue uno de los presidentes de la Confraternidad Cristiana de Iglesias en el tiempo del gobierno militar.

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LOS FUNDAMENTALISMOS una larga tradición

ENTRE POLÍTICOS Y RELIGIOSOS EN ARGENTINA La directora de Página Valdense, me pide que escriba una nota cuyo tema sea las expresiones políticas y religiosas fundamentalistas en la Argentina. ¡Que procesos más complejos los de estos movimientos! La verdad es que no soy un especialista en el tema, pero quisiera apuntar algunos hechos históricos, que pudieran aportar a la discusión.

En principio, podríamos indicar que, en la década del 20, hubo grupos antidemocráticos cívico-militares, que se opusieron al gobierno de Irigoyen y tuvieron su apogeo en 1930, con el golpe de Estado encabezado por el general José Félix Uriburu. Este movimiento cristalizó, a comienzos de la década del 40, en la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN). Esta organización tenía definiciones precisas: eran antirrepublicanos, antisemitas, anticomunistas y antibritánicos.

Uno de los intelectuales vinculados a este movimiento, fue el sacerdote Leonardo Castellani, referente ideológico del movimiento nacionalista católico. Aquí quisiera hacer una salvedad: la ALN asumía posturas nazi-fascistas y, de hecho, muchos de sus dirigentes fueron acusados de trabajar para la embajada alemana. Pero éste no fue un movimiento minoritario, y tuvo su influencia ideológico política en amplios sectores de la población, curiosamente, algunos dentro del peronismo, y otros que se definían como antiperonistas acérrimos. Entre sus filas se contaron intelectuales como Rodolfo Walsh y Rogelio García Lupo. En ese sentido, y volviendo a la figura del padre Castellani, no se lo podría definir como un fascista. Era un hombre de derecha, un rara avis, crítico de su tiempo y un escéptico con respecto a la Iglesia y la cultura católica. Hay una bibliografía de Rodolfo Walsh, de Eduardo Josami1 que describe en profundidad a este movimiento.

El otro punto que quisiera señalar, es el que plantea el pastor Néstor Míguez: él habla de «casualidades concurrentes»; entre las continuas visitas de David Rockefeller a América Latina a fines de la década del 60 y comienzo del 70, y las «campañas evangelísticas» de la derecha norteamericana2.

Al regresar de estas visitas, Rockefeller manifestó su preocupación por la adhesión de grupos católicos y evangélicos a las organizaciones de izquierda. Otro dato no menor es que, en 1980, el Departamento de Estado norteamericano, hizo público el documento Santa Fe, en el que plantea el peligro que anida en las organizaciones populares, culturales y religiosas de América latina, porque allí anida el germen del comunismo, y por ello, promueve que el Estado de USA impulse una campaña para desarticular estas organizaciones. A estaacción, la llamó guerra de baja intensidad.

Retomando el argumento de Míguez, en los años ‘80s, hubo un boom de iglesias neopentecostales, de grandes magnitudes, sus reuniones llenaban estadios y pregonaban la «guerra espiritual», es decir, llevaban adelante campañas religiosas para enfrentar a satanás.

Las figuras mediáticas más relevantes de este movimiento son Billy Graham y Luís Palau, entre otros, cuyos discursos contenían una fuerte carga anticomunista.

Al hacer referencia a estos ejemplos históricos, quiero mostrar que la relación entre los movimientos religiosos y políticos fundamentalistas tiene una larga tradición en nuestro país. Otro aspecto que sobresale es la relación entre política, religión y economía desde las perspectivas fundamentalistas, en donde se promovieron programas de ajuste antipopulares, en beneficio de los sectores más privilegiados de la sociedad.

Otro aspecto de la relación entre estos sectores, es que, en estos últimos años han hecho el esfuerzo por constituirse en organizaciones políticas que presentaron listas en las contiendas electorales, con un relativo éxito. El caso más evidente fue el del partido Somos vida, en la provincia de Santa Fe, que llevó a los escaños de la cámara de diputados provincial a la candidata Amalia Granata. Este partido se caracterizó por no tener un programa de acción política, sino que levantó las reivindicaciones de las multitudinarias marchas «celestes», que nuclearon a sectores católicos y evangélicos en torno a la consigna «Sí a la vida, no al aborto».

Por otra parte, es cierto que, a pesar de los intentos del diputado nacional por la provincia de Salta, Alfredo Olmedo, por constituir una fuerza nacional que albergue a los sectores cristianos fundamentalistas, esta propuesta no cuajó. Pero no nos engañemos porque estas iniciativas van creciendo, y están en pleno auge.

Eduardo Obregón

Rodolfo Walsh. La palabra y la acción, Grupo Editor Norma y Página 12, Buenos Aires, 2011 2 Enrique de la Calle, «Si decís que todos los evangélicos son de derecha, vas a terminar agrupándolos en la derecha», entrevista a Néstor Míguez, http://www.agenciapacourondo.com.ar/debate/si-decis-que-todos-los-evangelicos-son-de-derecha-vas-terminar-agrupandolos-en-la-derecha 1

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PÁGINA VALDENSE Movimiento Juvenil Valdense | Año XX | Abril 2020 | conexionesvaldense@gmail.com

Conexiones

Estamos en las calles, en las brujas, en la vulnerabilidad, en lo inadmisible, en la empatía; amasando y amando nuevos conceptos, y reivindicando que somos brujas porque sanamos. Y porque en este día, y cada día, decimos: bajo la condición de ser mujer, el mujeraje como un mismo cuerpo frente al sistema patriarcal que tanto daño hace; respondemos que mientras una mujer en el mundo sólo vista sus ojos, que mientras una niña sea explotada sexualmente, mientras que cualquier mujer sea pobremente tratada, matada o aparecida, allí estaremos. Porque la libertad es rica cuando se comparte como pan, con otras. Y cuando entendemos que cada 8, no queremos flores, queremos que dejen de matarnos.

La mujer ya no existe

La mujer ya no existe, somos una cosa abstracta, ahora solo hay género.

Pero las bofetadas se las dan a las mujeres, no al género.

Lidia Falcón Cada vez son menos las personas que desconocen la historia detrás de la creación del día de la mujer1; sin embargo, y a pesar de eso, todavía se sigue reproduciendo la idea de «celebración» o «festejo». Vemos publicidades de lavarropas para regalar el 8 de marzo, cupones de descuento en peluquerías o cenas a mitad de precio: ¡para que hoy no tengas que cocinar!

Para que cada quien entienda un poco más, sin prejuicios propios de la indiferencia y el desconocimiento, venimos a contar que el 8 de marzo, fecha en que cada año se conmemora el «Día Internacional de la Mujer», no tiene como base ni una idea festiva, ni una causa superficial. Poco reflexionamos sobre él, y por eso tantos hombres reclaman su correspondiente «Día del Hombre»; a la par de una sociedad entera que todavía lo ve como una oportunidad para hacer un regalo y mostrarse «condescendiente» con las mujeres cercanas.

El «Día de la Mujer» no es una ocasión de mostrarse gracioso, caballero o «amante» del género femenino; es un día de manifiesto y reivindicación de una lucha sostenida por la búsqueda incesante de conquistar espacios y derechos. Detrás de toda banalización de esta fecha, hay un grito de revolución. ¿Qué buscamos reivindicar en este día?

En el largo trajín hasta aquí, tenemos como piso, como cimiento, la pisada fuerte de mujeres que han luchado en pos de derechos que, a voz alzada, en diferentes contextos y necesidades, pudimos conquistar.

Como manto y sentimiento compartido, nos entendimos hermanas de una desigualdad nacida a beneficio y a costilla de nuestras propias vidas, de vidas hermanas y amigas. Allí es donde nos organizamos.

La militancia contemporánea, en nuestros espacios, en horizonte de nuevas futuras conquistas y sentidos, sigue en las calles; y ahora, también está en todos los espacios: en las paredes, en nosotras; indeleble. Con un sentimiento que siempre, a garganta rota, estamos dando.

Porque hay cosas que celebramos, pero hay mucho camino aún: estos pies sin descanso, esta vida cansada, esa cara con el nombre de todas, ese cuerpo inerte que duele en todos los costados, este femicidio nuestro de cada día, es la triste perseverancia de que nos una la injusticia; que también a duras penas, es la que nos llevaa, como mujeres valdenses, entender qué es deseoso y cuál es principio de nuestras singularidades.

Por años, disfrutar del error y de su enmienda, haber podido hablar, caminar libre, no existir mutilada, no entrar o sí en iglesias, leer, oír la música querida, ser en la noche un ser como en el día.

No ser casada en un negocio, medida en cabras, sufrir gobierno de parientes o legal lapidación.

No desfilar ya nunca y no admitir palabras que pongan en la sangre limaduras de hierro.

Descubrir por ti misma oro ser no previsto en el puente de la mirada.

Ser humano y mujer, ni más ni menos.

Por Ida Vitale 1 En marzo de 1908, la fábrica textil Cotton, de Nueva York, se incendió con cientos de trabajadoras adentro. Al menos 130 mujeres quedaron atrapadas en el interior de la fábrica mientras las llamas las consumían y devastaban todo a su alrededor.

Se habían declarado en huelga con permanencia en el lugar de trabajo tras reclamar a los dueños de la fábrica la reducción de la jornada laboral a 10 horas, igualdad salarial con los hombres que ejercían las mismas actividades y por las pésimas condiciones en las que debían desarrollar sus tareas. El patrón mandó a cerrar las puertas de la planta como intento de hacerlas desistir de la medida de fuerza. No lo hicieron y el hombre fue más allá, por lo que se ocasionó la fatalidad.

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Relato de un encuentro

REL ATO DE UN ENCUENTRO…

Comunitario

Culto en Chapicuy La última cuadra es el infierno. La nueva terminal de Paysandú, puro cemento y chapa, resplandece bajo los rayos inmisericordes de un sol de verano que explota el hormigón en oleadas de alta concentración calórica. Unos pocos arbolitos, recién plantados, languidecen en la resolana. El mediodía se siente. No hay sombras, el sol cae a pique sepultando cualquier vestigio de frescor. Por suerte llega el alivio. Una puerta que se abre y me golpea el frío del aire acondicionado. Debe haber como 20 grados de diferencia. ¡Una locura capaz de enfermar a cualquiera!

Lo demás transcurre con normalidad, sacar pasaje, buscar asiento. No hay. Bueno, acomodarse para viajar parado, adentro del ómnibus está fresco, pese al apretujamiento. Me acuerdo de Buenos Aires. Esto era moneda corriente. Hacer 90 o 100 cuadras, te podía llevar una hora. Aquí me llevará hora y 20 aproximadamente, pero voy a recorrer casi 90 kilómetros, hasta la norteña localidad de Chapicuy.

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Me bajo en la ANCAP, le digo al guarda que ya sabe, pero igual, porque si llego a conseguir asiento es muy probable que me duerma y no quiero despertarme en la avenida de eucaliptos de la entrada de Salto, como me pasó una vez. Viaje tranquilo, con la consabida parada multitudinaria en Termas, aunque este turno no es el que más gente mueve para ese destino, igual siempre hay varios con sombrillas, reposeras y conservadoras que emergen de las entrañas del vehículo y lo alivian de considerable carga.

Finalmente aparece la antena, la loma, la curva, el montecito cercando al arroyo Carpinchury, donde antaño se hacia la fiesta de la cosecha. Desaceleración, freno y bajada. Esta vez el golpe térmico es al revés. Me aporrea un calor que parece hacer hervir las piedras del camino. La guitarra de sombrero y vamos. Son pocas cuadras.

A mitad de camino escucho el grito: ¡pastor! Es Miriam que me llama desde lo de Martita, justo a mitad de camino entre la ruta y el templo. Faltan como dos horas para el culto, es la hora de la sobremesa.

Artigas y Enzo están contando cuentos de dudosa verosimilitud, pero los escucho con atención y una sonrisa, mientras doy cuenta de un asado con ensaladas y me pongo al tanto de las novedades de la zona. Que hay seca que terminará en lluvias e inundación, que se paralizó la obra de la avenida principal por diferencias con los vecinos, que fulano está enfermo, que pasó tal cosa con esto, con aquello, que se terminó la obra de reparación en la Iglesia, y tantas cosas más.

Entre charla y postre, se pasa la hora y va siendo tiempo de acercarse al templo. Allá vamos, buscando la sombra de los árboles del parque que plantó Ribeiro, allá hace 50 y tantos años, cuando se construyó la capilla, a pulmón, igual que el saloncito adjunto que se está haciendo ahora.

En Paysandú hay un barrio humilde que se llama «los tatuces», porque son casas hechas con chapas curvas de fibrocemento, una solución barata para hacer galpones pero que se utilizó también para otros fines. El templo de Chapicuy tiene el mismo sistema

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constructivo, igual que el pabellón dormitorio en Palmares de la Coronilla. Tal vez por la forma tiene una acústica interesante, cualquier coro suena hermoso allí. Eso sí, térmicamente es la perfección al revés.

Abro la puerta y compruebo que los bollos podrían leudar fácilmente allí, es más, casi que podríamos cocinarlos. Así que prudentemente sacamos los bancos para afuera, hacemos una linda ronda en el frente, donde las tipas, los fresnos, el ubajay y el roble nos dan su sombra benefactora. De tanto en tanto una brisa mueve las hojas y nos da sensación de alivio al calor norteño. De a poquito va llegando toda la gente. De Guaviyú, de la Meseta, de Salto. Los saludos, los abrazos, los pedidos de noticias, todo es parte de la celebración.

Cuando nos parece que estamos completos empezamos el culto, es una forma de decir, porque todo es culto. Pero con las palabras de invocación, se inaugura un momento especial, el motivo que nos convoca, un espacio donde ponemos nuestra atención en la comunión con el Creador, con ese Dios que nos acompaña y contiene siempre, y al que le queremos dedicar este tiempo especial. La ronda ayuda a que la celebración sea muy participativa, la reflexión se hace en comunidad, no nos importa que se alargue el culto, nadie mira el reloj, disfrutamos de un tiempo que nos damos y que nos es dado. Lo aprovechamos sabiendo que cada instancia es única e irremplazable. Cuando terminamos con el amén, entonces sí, se abre otro espacio, importante también. La mitad de la rueda desaparece por unos instantes. Entonces aparecen los termos y los mates, las tortas, las pizzas, los quesos, las galletitas.

puedo quedar, pero hoy no es el día. Así que me despido y Enzo me arrima hasta la ruta. Después que pa- san los directos, aparece, cansino y remolón, el coche de ruta que para en la entrada a la meseta, uno ya sabe que es ese y se prepara. Casi siempre algún conocido aparece y también allí es ocasión de conversar y ponerse al tanto de las novedades. Me despido con la mirada mientras el pueblo de poético nombre se queda en el horizonte que se va. Chapicuy significa «gotitas de rocío», bautizado por la imagina ción de vaya a saber qué ignoto visitante o habitante de la región.

El viaje esta vez si es más agotador, sobre todo desde termas, cuando una multitud abigarrada espera a la orilla del camino. Esta vez son muchos más, las sombrillas, sillas y conservadoras se las traga la bodega con hambre inusitada. Es el tiempo de la lucha contra las tendencias claustrofóbicas, de respirar hondo y rogar que no se rompa nada, sobre todo la ventilación. Con suerte todo va bien y llego a Paysandú cuando el sol veraniego se está despidiendo. El calor se queda todavía un buen rato, cuando no se queda directamente hasta mañana, con pocas ganas de irse. En casa me espera el mate y la familia, ponerse al día y disfrutar los últimos ratos del día, si es que no me duermo en el sillón, o si es que no hay que salir de apuro a hacer alguna tarea, socorro o atender emergencias imprevistas. Otro domingo compartido.

Otro domingo para evaluar. Otro tiempo más para recibir y dar bendición. Otro domingo para agradecer la vida y la alegría de los encuentros. Que todo sea para la gloria de Dios.

Marcelo Nicolau

Por lo general , ya hemos orado por los enfermos , o por situaciones especiales , a veces es el momento de ampliar o solicitar detalles , no por simple curiosidad sino para ver de qué modo podemos ayudar . P ero también es un tiempo para deliberar y decidir . F uturas actividades , planifi cación de cultos , beneficios , tareas .

También de informar sobre trabajos realizados o que se necesitan hacer .

Y luego si , un poco de distensión, charla amena , compartir alimentos y noticias .

De repente alguien se da cuenta de la hora. ¡Mire que se le va a ir el ómnibus! Es cierto, son casi las 6.

Hay otros más tarde, si amerita alguna situación me 11

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FUNDAMENTALISMO VS. DERECHOS La comunicación en medio del debate

¿Es el fundamentalismo en sus variadas formas o la idea socialmente instalada del patriarcado lo que nos frena continuar avanzando sobre los derechos humanos en términos de igualdad, reconocimiento e inclusión? ¿son ambos o hay aún más?

Hace un tiempo escribió la pastora Mónica Hillmann acerca del Evangelio de Juan, versículo 4: 5-42: «Mujer: hacer y obedecer, esa era su función en la tierra, sin posibilidades de ser protagonista de su historia y menos que menos de la historia general (donde sólo era un número o un anexo). Así se pensaba en los tiempos de Jesús, y se sigue pensando en muchos lugares y espacios hoy. – Sí, Jesús conversa con una mujer, a partir de una necesidad cotidiana –la sed, que las mujeres tenían que calmar - pasando por temas complejos sobre la fe, la esperanza, las tradiciones –reservado sólo a estudiosos y religiosos-, que se multiplica y amplía al compartirla con el resto del pueblo –¿una de las primeras misioneras cristianas?-.»

A principios de 2020 nos reunimos en la Iglesia Evangélica Metodista de Almagro, Buenos Aires, un grupo de periodistas, representantes de iglesias progresistas-entre ellas la Iglesia Valdense-, que apoyan la igualdad de género, y organizaciones feministas; para reflexionar sobre la avanzada de los grupos fundamentalistas en Argentina, su incidencia específica en el ámbito de la comunicación, y qué estrategias deberían desarrollar las organizaciones feministas y comprometidas con la igualdad de género para mejorar el desempeño en el debate público.

Este taller denominado: Estrategias de Comunicación Feminista, fue organizado por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad en el contexto del proyecto «Protegiendo la igualdad de géneroEstrategias comunicacionales para conocer y enfrentar los discursos antiderechos», con apoyo de la Asociación para la Comunicación Cristiana (WACC).

Comenzamos la mañana trabajando en cuatro grupos integrados por representantes de los tres sectores convocados. Hubo dos momentos de reflexión y debate. El primero sobre las experiencias subjetivas de comunicación de cada persona en redes sociales en relación a los grupos antiderechos. Y el segundo momento abarcó un análisis de la comunicación en redes sociales en base a preguntas tales como: ¿quién cree que está ganando el debate público entre feministas y grupos antiderechos? O ¿Cree que desde el feminismo necesitamos herramientas para mejorar nuestra participación en el debate público?

Como conclusión acordamos en que los tres grupos presentes nos sentíamos competentes en el sentido de que disponemos de argumentos para responder lo que dicen en Twitter los grupos antiderechos; pero sentíamos también que no usábamos

la red con suficiente eficacia: nos faltaría poder construir mensajes que se hagan virales, que sean más sintéticos, más coordinados y tener mayor disponibilidad horaria para responder.

Además, destacamos la importancia de aumentar las medidas y estrategias de ciberseguridad de personas y organizaciones, así como mejorar las respuestas ante amenazas y ataques. Por otro lado, reclamar que exista legislación sobre seguridad en redes sociales y, a la vez, que se nos den respuestas a las denuncias que hacemos dentro de las plataformas virtuales.

Por mi parte, como encargada de la Secretaría de Comunicaciones de la Iglesia Valdense, me detengo a pensar en la manera en la que comunicamos temas referidos a los Derechos Humanos en términos de igualdad, reconocimiento e inclusión. Puedo asegurar que se ha avanzado mucho y se ha ganado terreno en las comunicaciones dentro de las iglesias protestantes y también en la agenda pública, más allá de que aún existen casos aislados o grupos puntuales de personas que se manifiesten en contra de derechos ya adquiridos o de los que aún faltan adquirir por las mujeres.

Finalmente, con respecto a la investigación realizada por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad, esta surge de la preocupación de la organización ante el avance de los grupos antiderechos en Argentina a partir del debate por la despenalización y legalización del aborto que se dio en el Parlamento durante el año 2018. Hasta entonces, estos sectores tenían expresiones marginales en Argentina y se manifestaban principalmente a través de partidos políticos ya existentes. Con posterioridad a este debate, lanzaron la campaña «Con Mis Hijos No te Metas», ya presente en otros países, y se lanzaron a la arena política abiertamente: para las elecciones de octubre del 2019 tenían expresión propia en el Frente NOS, una de las 6 alianzas que disputó la primera vuelta electoral. Este avance de la agenda conservadora antiderechos se manifiesta en ámbitos sociales y políticos y también en medios de comunicación tradicionales y redes sociales.

Para resumir, por su parte la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata también está trabajando en los derechos de género y es por eso que creó el Grupo Consultor sobre Violencia de Género y Generaciones. Este equipo asesor elaboró un protocolo de acciones, como así también, estuvo a disposición de las comunidades para asesorarlas y acompañarlas en situaciones concretas de violencia basada en género.

Verónica Biech Encargada de Secretaría de Comunicaciones IEVRP Link investigación «Grupos Antiderechos y Comunicación- La disputa por el sentido en los medios de comunicación de Argentina»: https://www.dropbox. com/s/bptu7a4zt1r0xrx/antiderechos-FINAL%20%20%282%29.pdf?dl=0

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Comunicándonos Federación Femenina Evangélica Valdense

Todo comenzó allá por el 1961 Nuestra Iglesia continúa hoy su obra evangelizadora a través de los campamentos que se realizan en Palmares de la Coronilla -Departamento de Rocha- sobre el Océano Atlántico. Y la Liga Femenina, como sucede en otras Iglesias, aporta su granito de arena -a veces invisible, pero tesonero-.

Poco antes de la fecha de Navidad de 1961, jóvenes de la Unión Juvenil de la Iglesia Evangélica Valdense de Alférez recorren la ciudad de Lascano, organizando una actividad puerta a puerta, invitando a recordar el nacimiento de Jesús en la Plaza del centro de la ciudad.

Los jóvenes, deseaban comenzar actividades de evangelización en la localidad de Lascano, ciudad que conocían, pues muchos eran estudiantes de Liceo, además de ser el lugar cercano a donde se concurría por asistencia médica, compras, o visitar oficinas por trámites necesarios. Hacía poco tiempo que los jóvenes habían realizado varias obras teatrales en el Cine de la localidad y en el Liceo, a pedido de su Director.

En Lascano vivían ya algunas familias valdenses, las que tenían conocimiento de que en el Barrio Porvenir -barrio apartado del centro poblado- era importante atender las necesidades de sus pobladores, sobre todo de los niños. Con la idea de iniciar reuniones con niños de este barrio, se confeccionaron grupos de jóvenes unionistas y señoras de la Liga Femenina que los apoyaban. Se obtuvo ayuda de la Asistente Social, Berta Barolin, y del Pastor, que, en ese momento era el Sr Juan Tron. De esa manera la Iglesia fue haciéndose conocer a nivel de la población.

En principio se consiguieron en alquiler dos ranchitos. Se concurría los sábados de tarde ofreciendo merienda, juegos, cantos y alguna historia sencilla de la Biblia. Muchos de aquellos niños, ahora adultos, recuerdan con afecto, momentos allí vividos.

También se inició la venta de ropa económica, debidamente acondicionada. Unas de las indicaciones que nos dieron cuando empezamos las actividades, fue: «es necesario vender, no regalar». Vender a un precio módico, permite a quien lo adquiere, saber que esa es su propiedad porque pagó por ella; eso dignifica a quien lo recibe.

Varios años transcurrieron en esa actividad. En algún momento se invitó a un médico a que concurriera, pues el Hospital quedaba lejos y de esa forma se podía controlar vacunas, alguna dolencia pasajera y, como estaba en la mente de varios, organizar campamentos para estos niños. Él dio la sugerencia de lo que se debía tener en cuenta: comidas, exposición al sol, baños, que

Cantando con Edith Gonnet 1981

la estadía no fuera muy corta -para que se adaptaran a las comidas-, ni muy larga -que los llevara a extrañar a sus familias-.

Es así que desde 1970, comienzan estos campamentos en el Balneario Palmares de la Coronilla, pensando en la oportunidad de acercamiento a Dios. Al principio, con pocos niños: 13. El director, Pastor Mario Bertinat, líderes y como cocineras: Ivonne Allío de Chambon y su Mamá Isabel Gonnet de Allío, ayudadas por el esposo de la primera, Gerardo Chambon.

Las socias de la Liga Femenina aportaron galletitas y tortas para las meriendas, también mermeladas para el desayuno. Los niños llevaban algún zapallo, o boniatos, también arroz y se conseguían donaciones de aves o algún ovino; todo, grandes y chicos, colchonetas, frazadas, enseres de cocina, etc., en un camión que muchas veces hizo el traslado en forma gratuita.

En aquellos años no había construcciones en Palmares de la Coronilla, así que los niños varones dormían en el garaje que prestaba Humberto Gonnet y las niñas en casa de Ondina San Martin, hermana de fe.

Mucho tiempo ha pasado… y los campamentos siguen, agregando adolescentes y comunitario y algunos de ellos, mediante becas. Ahora el viaje se hace en un micro contratado, las buenas construcciones permiten otra comodidad, hay batería de baños… -ya no hay que apurar al que está adentro a medianoche por esas molestias de barriga-.

Cuando recordamos estos principios hechos con esfuerzo por tantos hermanos, solo nos queda dar gracias a Dios por la vida de ellos: generosa, altruista, pensando en los demás y colaborando muchas veces, dejando sus trabajos para ayudar, y si recordamos las palabras de Jesús: «cuanto hiciste por éstos más pequeños, por mí lo hiciste» sabremos que vamos por buen camino.

Liga Femenina de Alférez-Lascano 13

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El agua que brota

para vida eterna

Era la hora del mediodía -con un sol que quemabacuando una mujer en Sijar fue a buscar agua al pozo al que habitualmente iba -esta era una tarea pesada, designada a las personas pobres o siervas-. De camino se cruzó con un grupo de varones judíos que ni la registraron, y al acercarse al pozo vio a otro varón judío que estaba allí. Para su sorpresa, sin preámbulos, éste le pidió que le diera de beber. Ella habrá pensado: «cómo son las cosas, no?», y le hizo notar que trascendía el prejuicio por necesidad, diciéndole «cómo un judío le pide a una samaritana que le de agua»-pues ni siquiera quieren tocar los utensilios que usamos-. La respuesta de Jesús fue como un acertijo. Le empezó a hablar en tercera persona como si no estuviera involucrado en la conversación, pero la mujer no entró en su juego de enigmas y hasta le increpó preguntándole si se creía mayor que Jacob, quien les había dado ese pozo. Jesús continuó con su mensaje y la respuesta de la mujer fue contundente: «dame esa agua para que yo no vuelva a tener sed ni tenga que venir aquí a sacar agua». La mujer mostró su inteligencia y perspicacia al mantener el juego de tensiones entre enigmas y realidad. Ella entendía esta cuestión desde su propio mundo vital. Ella está allí y sabe el duro suelo que pisa, no la van a mover así nomás las extrañas adivinanzas de un forastero. Si no pueden cambiar su realidad del pesado trabajo de cada día, esos enigmas no sirven. Son las elucubraciones que pueden proponer quienes no tienen la dura tarea de buscar agua todos los días.

El diálogo continuó. Y Jesús volvió al lenguaje de las cosas llanas y le pidió que vaya a llamar a su marido.

Ya debió haber pensado la mujer: «Claro, quiere hablar ‘de hombre a hombre’, no sabe cómo manejarse conmigo, no me pudo arrastrar con sus incógnitas y ahora está tratando de derivar hacia otro lado; al final se va a

quedar con sed por mostrarse misterioso». Ella le respondió que no tenía marido y Jesús le dijo que era verdad lo que decía, que había tenido cinco maridos y que el hombre con el que vivía no era su marido. Y en este punto del relato, la mujer samaritana reconoció que Jesús ha dejado las abstracciones para hablar de sus relaciones vitales, de las injusticias que ella ha padecido y que aún sufre. Han sido cinco los hombres que la han buscado para luego repudiarla, que la han acusado y se han divorciado de ella, cinco veces pasó por esto y así la habían confinado a la desprotección, al desamparo, y la habían privado de una relación para la subsistencia -ninguna mujer en aquella época tenía la posibilidad de romper un matrimonio, esto siempre era decisión y potestad del varón-. Jesús había nombrado el lugar en el que ella había sido puesta, denunciado la exclusión a la que la confinaron sus sucesivos despreciadores y esto, a los ojos de la mujer, vuelve a este forastero un profeta.

Entonces ella, que conocía las condiciones y discusiones de su pueblo, nombró la injusticia a la que seguía siendo sometido su pueblo que era privado de un lugar de culto -el Templo samaritano del Garizim había sido destruido por los judíos en época de los macabeos. Si querían celebrar el culto debían hacerlo en tierra enemiga y bajo sacerdotes hostiles-. Ella ha llevado a Jesús a su terreno, debía aclarar sus dichos tomando en cuenta las realidades de vida; el duro trabajo de las mujeres aldeanas, de la exclusión de la repudiada, de la discriminación religiosa a la que ha sido sometido su pueblo. Jesús tendría que tomar estas situaciones para que sus palabras cobren sentido.

La respuesta de Jesús había comenzado a darle sentido a los enigmas anteriores. Estaban hablando de la realidad, pero de una realidad en sus dimensiones más profundas, de la realidad que le daba sentido a las otras realidades. Percibió esto y lo reconoció. Lo espiritual que Dios buscaba, y de quienes buscaban a Dios, estaba a su alcance. Se hacía persona: es el que hablaba con ella.

Entonces sí, ella, dejó el cántaro y fue a contar ante la aldea que una persona le había dicho verdaderamente quien era, que la ha reconocido como persona, que le había confrontado con el significado profundo de sus hechos.

Basado en el Evangelio de Juan 4:5-30 Yanina Vigna, equipo editor.

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NO HAY HUMOR SIN GRACIA Sección de cuentos, anécdotas... y variedades en clave evangélica

INAUGURACIÓN Entonces Borreani no pudo contenerse: -¡Eso es infame!

El silencio se desplegó con la fuerza devastadora de una onda expansiva. La alcaldesa observaba inexpresiva, segura de que nadie tomaría en serio a un pastor que meses atrás se había atrincherado sobre un ombú.

-¡Barticciotta asesino! –dijo otra voz carrasposa.

La palabra, sublimada, en vez de generar otro silencio puso de pie a muchas personas, rostros avejentados que empezaron a gritar sus verdades ancestrales.

Las historias que les habían contado sus madres, tías, abuelas; historias de ranchos quemados que llevaban décadas guardadas en el cajón de la vergüenza.

-¡Fuego señores! –gritó la alcaldesa, intentando estúpidamente ahogar el acto con pirotecnia. Pero la expresión había sido muy poco feliz. Los municipales comenzaron a correr en direcciones opuestas, rebotando contra las sillas como murciélagos atontados por el griterío.

Sin poder ver lo que ocurría, Alfredo seguía atendiendo la olla de mondongo cuando oyó que un tropel intentaba ganarse paso al otro lado de la lona. En una escena cinematográfica, vio cómo ese malón de municipales se le abalanzaba intentando llegar a los fuegos artificiales.

Por primera vez en años sintió pánico, y al girar para escabullirse volteó la olla, desparramando caldo, mondongo y brasas. En esa confusión nadie notó que el fuego había llegado a la pirotecnia, que se encendió sin control. Impulsadas, las cañitas arrancaron la lona y los cables de iluminación, que corrieron como cuerda tironeada por un ancla que se pierde en lo profundo.

Como todos miraban hacia arriba viendo subir aquel bólido embolsado en una lona negra, nadie notó que los cables se habían enganchado en algo más.

Aquella mole de pólvora mordía ya los cien metros cuando un crujido seco devolvió las miradas a tierra.

Los cables, enredados en el busto, lo arrancaron de cuajo, y la figura se elevaba, abducida por la fuerza de las cañitas voladoras.

Muchos se quedaron mirando hacia arriba hasta media hora después de la explosión, como para asegurarse de que Barticciotta no volvería. Al día siguiente, en el periódico de otro pueblo, un campesino aseguró que uno de sus chanchos había recibido el impacto de una cabeza con bigotes. Pero nadie en Los Ceibos repitió la noticia.

Borreani dedicó muchas tardes a contemplar lo que había quedado de la plaza. Aunque muchos hubiesen alzado la voz, le parecía increíble que el fuego mismo hubiese tenido la última palabra.

-El que con fuego se impone, con fuego se va. –pensó.

Y entre los escombros volvían a crecer nuevas retamas.

(continúa del número anterior) Bajo un afilado sol otoñal, el municipal fregaba animado el bronce de aquel busto. Su compañero adecentaba con pincel unos firuletes casi vomitivos que otro habría hecho en la base de concreto. Repasaban con ahínco, como si todo su aguinaldo dependiera del favor de la alcaldesa.

Desde su escritorio, el pastor Borreani observaba el espectáculo de una plaza pública montada en el fondo de su propia iglesia. Le costaba entender que el municipio, a golpe de resoluciones hubiese logrado expropiar esa porción del terreno solo porque ahí había aparecido un busto de medio pelo.

Tan elogiado como vilipendiado, el perfil de Cósimo Barticciotta se erguía en medio de la plaza. Era domingo y todo estaba previsto para la inauguración: cámaras de televisión, discurso de la alcaldesa, corte de cinta, aplauso, fuego artificial. Y para el cierre canapé con mayonesa, brochette de mondongo y clericó.

A las siete los reflectores ya alumbraban ciegamente al auditorio, y la sombra del busto se prolongaba prepotente. Un metro de distancia separaba cada silla, cumpliendo con un protocolo de salud que ayudaba a que la concurrencia pareciera más numerosa. Irónicamente, el Coronavirus servía para hacer bulto.

Detrás del monumento un telón de lona ocultaba el equipamiento, la batería de fuegos artificiales, la maraña de cables y el carrito del ‘catering’. Ahí hervía majestuosa una olla de mondongo y el Alfredo cortaba tiras medidas con regla. Del otro lado el público recibía un vapor pesado y nauseabundo que se mezclaba con el calor de los reflectores.

Sin mucha vuelta, el discurso inicial dejó claro quién era Cósimo Barticciotta para esa ciudad: héroe fundador, brazo civilizador, alma de progreso. La alcaldesa se regodeaba en cada consonante, y lo que decía hacía que el bronce pareciera más alto. Resultaba increíble que una pieza inanimada, una tajada de historia mal contada fuera tan útil para una campaña electoral.

Sentado junto a la pastora Laura y al padre Ernesto, Borreani sentía una mezcla de desconcierto e indignación. Oía a la alcaldesa y sentía que mágicamente ese rostro se fundía al de Barticciotta, bailando una danza surrealista en la que el bigote parecía hablar con voz femenina y aliento amondongado. Estaba en medio de esa ensoñación cuasi-apocalíptica cuando Laura le pegó un codazo.

- Pero… ¿Eso estaba previsto?

Borreani pestañeó, pero lo que veía parecía algo desgranado de su alucinación. Junto al mismísimo busto, la alcaldesa exhibía un nuevo escudo de la ciudad.

En él ya no estaban las flores de ceibo coronando unos brazos entrelazados, sino la imagen de aquel sujeto adusto y bigotón, señalando un punto lejano y alzando una gran antorcha encendida. Detrás, un horizonte tenue sugería el contorno de la iglesia protestante.

JJP - Equipo editor.

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