Todos estamos atiborrados de noticias que nos llegan de Medio Oriente, especialmente desde Gaza. Este artículo fue publicado en “Cuestión de fe” del mes de agosto pero da como una “pequeñísima luz de esperanza ante tanto horror de lo que acontece en el día a día en toda esa zona tan conflictuada: OCURRE Y NOS IMPORTA.
“Unidos en Cristo” Boletín de las comunidades valdenses de Colonia Miguelete, Colonia Larrañaga, Cardona y Santa Catalina Nº 57 Octubre 2014
“Pues
al que tiene se le dará más, y tendrá bastante; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará.” Mateo 13: 12.
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La frase de suyo es impactante. En la memoria de quien la oye queda impresa entre unos cuantos signos de interrogación. Seguramente es uno de los efectos buscados. Jesús no escribió. Sus enseñanzas fueron dichas, y el peso específico de algunas expresiones ayuda a que no se olviden así nomás. Es cierto que es incorrecto y muy peligroso tomar la frase fuera de su contexto como si hubiese sido dicha sin un antes y un después. Pero es cierto también que en los evangelios de Mateo y Lucas la frase aparece en contextos distintos. En este capítulo 13 de Mateo aparece cuando “los discípulos se le acercaron a Jesús y le preguntaron por qué hablaba a la gente por medio de parábolas. Jesús les contestó: a ustedes Dios les da a conocer los secretos de su Reino, pero a ellos no. Pues el que tiene….” En Lucas aparece como conclusión de la parábola de los talentos y también en el capítulo 25 del evangelio de Mateo. Allí un señor se había ido y dejó a sus criados unas monedas, talentos, y al tiempo volvió a hacer las cuentas con ellos. Mientras los dos primeros que habían recibido varias habían trabajado con ellas y le entregaban el doble, el tercero tuvo miedo de perderla, la enterró en el patio de su casa y a la hora de presentarse al Señor apenas tenía la que él le había dado. La respuesta del Señor es: “sáquensela y se la dan a quien tiene más, porque el que tiene…” Sin duda se trata de una frase impactante de Jesús que los evangelistas tomaron y la utilizaron en distintos contextos pero con un significado común. No se trata de una propuesta de reforma social o económica. Se trata de lo que ocurre con nosotros cuando recibimos la semilla del reino de Dios, cuando somos esa tierra dispuesta a darle lo necesario para que germine, crezca y de frutos. Si ese don de Dios, que es la fe, encuentra en nosotros un espíritu receptivo, dispuesto a buscar el camino de vida que la fe nos abre, tendremos mucho. Tendremos la guía para una vida plena, tendremos capacidad de gratitud, tendremos consuelo, tendremos fortaleza, tendremos compasión, capacidad de perdón y posibilidad de ser perdonados. Si aquella semilla cae en un espíritu que la desprecia, que no le da valor, que no la cultiva, que se queda con un recuerdo de historias oídas de niño en la escuela bíblica pero no sometidas a la reflexión de adultos, seguramente perderemos aquello poco que alguna vez tuvimos. La opción es nuestra, como corresponde a la libertad que el Señor nos ha dado, la bendición de una vida que recibe cada día más, también, siempre de acuerdo a la libertad que el Señor nos ha dado. “Cuestión de Fe” (Boletín Presbiterio Colonia Sur, agosto 2014).